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EL POLÍTICO MEDIOCRE

“La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse


cuenta.” Gilbert Keith Chesterton

Es un título que casi entra en redundancia por estos días, lastimosamente los políticos
alrededor del mundo son identificados en líneas generales con corrupción, injusticia,
riqueza ilícita, mafia, indolencia, etc; muchos calificativos negativos y es que no es para
menos, el resto de los componentes de la sociedad hacen su parte para con los suyos y su
patria y los malos gobiernos evitan el crecimiento, lapidan el progreso y cercenan las
ideas. Si analizamos el mundo en este siglo XXI, podemos ver que la gran problemática
mundial es a consecuencia de malos gobiernos.
La humanidad ha superado todos los problemas de sus inicios, ya posee las fórmulas y
métodos para no pasar hambre, enfermarse poco y ser saludable, para no pasar frío o
calor, potabilizar y distribuir agua, producir bienes, transportarse, equiparse, en fin, vivir
con las necesidades mínimas satisfechas y hasta darse lujos, por tanto, debemos
preguntar, por qué entonces hay gente muriendo de hambre día a día y ausencia de
servicios básicos en comunidades de todo el mundo?
Exceptuando algunos lugares donde algún problema histórico de tipo étnico no ha hecho
posible el orden social (como por ejemplo Somalia), no debería existir un solo país donde
las necesidades básicas de las personas no estén satisfechas, sin embargo, la realidad es
otra y las necesidades básicas de miles de seres humanos en todo el mundo están lejos
de estar cubiertas, el problema radica principalmente en la falta de liderazgos serios a nivel
gubernamental, los líderes de los gobiernos carecen de las CREDENCIALES Y VALORES
HUMANOS mínimos para ocupar el cargo, sea en democracia, dictadura, reino, tribu o
clan, pareciera que ser líder político tiene como objetivo molestar, dañar, lastimar a una o
varias personas y hacerse poderoso, es increíble la similitud (más que las diferencias) que
tienen los representantes de gobiernos a nivel mundial en este sentido, por supuesto que
hay casos mucho más severos que otros, pero son pocos (casi ninguno) en los que no se
ansía poder, riqueza personal y protagonismo por el medio que sea o que esté disponible.
Un político debe ser como mínimo un político, resulta que en la mayoría de las
democracias de este mundo, ni hablar de las dictaduras, no es requisito necesario siquiera
tener una carrera universitaria para ocupar un cargo público de elección popular o para
calificarse como político, osea, que ser político solo basta con ser carismático y hacer
buenas conexiones, ganarse el afecto del pueblo y tomar un cargo público o inscribirse en
un partido político y que algún amigo dé un rango relevante dentro de tal organización,
pues por supuesto que no es de extrañar que lo siguiente se corresponda con fracaso o
parecido. Reforzar los perfiles de los cargos públicos con actualizaciones y ajustes
basados en los tecnicismos que son intrínsecos al cargo son garantía mínima de que
aquellos que quieran poder pues habrán de prepararse para ostentarlo, las ciencias
políticas existen, pueden estudiarse y hacerse de verdad político y a su vez cualquier otro
estudio relacionado a la actividad pública no estaría demás.
Ser político acarrea responsabilidad con muchas personas, ser actor político y ocupar
cargos de liderazgo lo son aún más, ni hablar entonces cuando aunado a esto se es
también funcionario público, servidor del pueblo, representante del gobierno.
La política es una ciencia social, definida, desarrollada y establecida para servir a la gente,
pueblos y sociedades, para hacer del servicio público y de los liderazgos colectivos un
posible en armonía con alcances cuantificables, los políticos mediocres han tergiversado
esto y lo han transformado en el culto a la indecencia, donde el autor no utiliza la ciencia
para servir sino para servirse de esta, en donde se desarrollan negocios con “capital”
ajeno, y las necesidades primarias de la gente resultan caras e inútiles.
Afortunadamente aún existen buenos políticos, son pocos, poquitos, pero existen, y de
ellos debemos tomar sus líneas y hacerles líderes, y una vez que estén en el poder,
pedirles que se aseguren de establecer los buenos caminos para servir en la política, en
donde el que quiera ser representante de masas deba prepararse para ello, pues será la
verdadera garantía de que habrán beneficios, y buenos gobiernos, o por lo menos algo de
cordura.
Los gobiernos no son organismos vivos, son estructuras formadas por personas. Si estas
personas poseen los conocimientos necesarios para afrontar las tareas de su posición
pues no habremos de preocuparnos, de lo contrario, si nuestros representantes no tienen
idea de lo que deben hacer pues magnificarán su incapacidad y su mediocre resultado nos
afectará a todos. Es por eso que es preciso medirlos bien.
Los gobiernos son malos porque quienes lo conforman son malos, no por culpa de
terceros ni por castigo divino o cualquier otra tontería, simplemente porque sus
representantes no tienen idea de que hacer. El político mediocre es caro, sus gestiones
han arruinado países, Cuba, Venezuela, Zimbabue, Grecia, Argentina y Perú son algunos
ejemplos, de cómo tierras ricas en todo menos en política, se lanzan por un abismo, el
mediocre no acepta responsabilidad y procura culpar a otro de sus fallos, el mediocre
parece un niño cuando debe justificarse, el mediocre miente, inventa y delira, el mediocre
es peligroso pues no le alcanza la razón y recurre a la violencia, el mediocre daña, pero
algún día el mediocre cae y más nunca se levanta

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