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Amalia Baumgart

LECCIONES INTRODUCTORIAS DE PSICOANALISIS

CAPITULO I

El termino Psicopatología fue empleado por Emminghaus en 1878 como sinónimo de psiquiatría clásica. Pero
adquiere su significación por la obra de Karl Jaspers, quien publica en 1913 su libro de “Psicopatología
General”, donde delimita a la psicopatología como una ciencia a la que se le otorga el dominio de los
conceptos y de las reglas generales del acontecer psíquico patológico. Realiza un emprendimiento teórico
totalizante, construye una teoría general de las cuestiones de la enfermedad psíquica, una psicopatología
que aspira a lo universal.

Para dar una definición:

PSICOPATOLOGIA: Disciplina que se refiere a los conocimientos relativos a las anormalidades y desordenes
de la vida mental.

Etimológicamente el término está formado por tres palabras que provienen del griego. Pshyché (alma),
Pathos (afección, dolencia) y Logos (razón, definición). Entonces puede considerarse a la psicopatología al
campo del acontecer psíquico patológico.

En los servicios de salud, en las unidades hospitalarias, existen discursos heterogéneos que tienen que ver
con la conceptualización y la praxis relativas a la patología mental. Y en las instituciones al hacer un corte
transversal se puede encontrar teorías y prácticas que hacen a las psicologías, a las psiquiatrías, al
Psicoanálisis, en convivencias no muy pacíficas. Y nos encontramos con campos heterogéneos de discursos y
prácticas que coexisten con las diferentes pertinencias que sus desarrollos teóricos le otorgan: psicológicos,
psiquiátricos, cuerpos teóricos psicoanalíticos.

LA NOCIÓN DE ENFERMEDAD MENTAL

Lo psíquicamente anormal depende de la concepción de cada sociedad y es relativo a un orden etnográfico e


histórico. Así como las personas adquieren estilos de expresión, las creencias, sus vínculos sociales, también
adquieren los modos culturales en los que se manifiestan las anormalidades de la vida psíquica, y cada una
de ellas es relativa a una determinada sociedad, a un orden etnográfico.

Los fenómenos patológicos se presentan, como modificaciones regulares de los fenómenos normales. Y los
criterios de anormalidad que plantea la autora son:

 Criterios ideológicos: son los que expresan juicio de valor. Se considera anormalidad aquello que no
se adecua a una norma que se define momentáneamente normal.
 Criterios estadísticos: se define lo normal de acuerdo a una determinada frecuencia de aparición de
los fenómenos a estudiar respecto de la población total (según raza, edad, sexo, etc.). Son aquellos
que toman como normal lo que es el promedio, como la media de funcionamiento.
 Criterios teleológicos: lo normal y lo anormal se define según aquello que se aproxima a lo óptimo,
que puede estar descrito en términos religiosos, filosóficos y políticos. Ej: desde el término religioso,
considera “mal” la masturbación, y sobretodo hablando de la infantil, considera el coito como una
actividad dedicada a la procreación y no al placer como lo considera el PSA.

A partir de aquí cuando se habla de Patología Psíquica, se tiene que pensar con qué criterio se está
definiendo eso que se llama anormalidad.

Las emociones, sentimientos (ira, recelo, ansiedad, etc.) son propias de todas las personas, tanto
mentalmente sanas como mentalmente enfermas. Pero cada caso depende de las condiciones en las que se
presenta este vivenciar, de la aceptación o el rechazo social frente a esa manifestación, frente a las
circunstancias y condiciones en que ella surge. Y estas condiciones cuentan con indicadores como duración,
tiempo, lugar y modo de expresión. Ej: el del sujeto bipolar que le chocan el auto, y no puede controlar su ira
frente a la situación, a diferencia de otro que se enoja pero puede manejar mejor las emociones.

EL CONCEPTO DE INSANIA

La noción de insania es un concepto legal, una noción jurídica que se introduce en los casos en que se
plantea excepción respecto a las leyes criminales. Se lo conoce como las reglas M’Naghtan, donde este caso
hace que la Corte eleve a la Justicia el pedido de excepción. Se considera que si una persona no tiene
discernimiento de lo que es el bien y el mal, no puede hacerse responsable de sus actos y el castigo no tiene
sentido.

LAS PSICOLOGÍAS

- La psicología clínica está ligada al diagnóstico y estudio de la personalidad


- La psicología General aporta sus nociones con respecto a la subjetividad, la intencionalidad, la
representación, los actos voluntarios y todas las conductas.

LAS PSIQUIATRIAS

Se han encargado de construir nomenclaturas, donde se nombra, se llama a la enfermedad mental, se


esfuerza en nombrar las cosas de modo más preciso, acertado y correcto, ya que esta posibilidad apunta a
formular la esencia de lo nombrado y a distinguir del resto existente.

Otra noción que introduce la psiquiatría es la de SINTOMA: indicio de que algo va a ocurrir o está ocurriendo,
revela la existencia de la enfermedad.

El criterio clínico se basa en observaciones del comportamiento del paciente y en el relato de sus dificultades
para traducirlo en síntomas y signos.

Síntoma: aquello que el paciente transmite como su padecer

Signo: aquello que el medico reconoce.

Se desarrolla un sistema de nomenclaturas y clasificaciones, basado en un modelo médico de la enfermedad,


y los trastornos mentales se constituirán en entidades nosológicas. Es así como actualmente el DSM IV es el
manual de Diagnostico Estadístico de las enfermedades mentales, que corresponde a la APA en el año 1958.
Esta es la clasificación más usada en nuestro país.

La primera Psiquiatría comienza a pensar a la locura como una enfermedad. También las psiquiatrías ofrecen
concepciones fenomenológicas existenciales de la enfermedad mental, intentos de construir una psiquiatría
más sensible a los dinamismos inconscientes.

CAPITULO II

EL CONCEPTO DE ENFERMEDAD MENTAL

Este concepto tiene siempre relaciones complejas con el concepto de salud mental. Pues se define con
relación a aquello que se considera psíquicamente normal, que depende de las condiciones imperantes en
cada sociedad, en cada momento histórico y en cada orden etnográfico determinado.

Hay diferentes puntos de vista respecto a la etiología de las enfermedades mentales.


 Psicogenesis: proponen el análisis de la causalidad Psíquica a partir del estudio de las perturbaciones
mentales que no tienen fundamento orgánico. Se busca la causalidad psíquica de estas
perturbaciones.
 Organogénesis: se basa en concepciones que se apoyan en la búsqueda de la etiología orgánica de la
enfermedad mental, la insuficiencia, la lesión o el desequilibrio orgánico; son las causas de lo que se
manifiesta como enfermedad mental. La enfermedad propiamente dicha no existe para estos
autores, sino en lo somático y lo psíquicamente anormal, lo psíquicamente enfermo será el
resultado de procesos orgánicos morbosos.
 Sociogenesis: la salud reside en la posibilidad de ajustarse o superar ciertas normas que definen
momentáneamente lo normal, y la patología mental. Es el resultado de acciones eficaces que la
sociedad ejerce sobre los individuos, a través de las instituciones, las normas, los valores, haciendo
que ocurran fracasos adaptativos.

Los fenómenos patológicos, para todas las orientaciones se presentan en general como modificaciones
regulares de los fenómenos normales.

En la antigüedad el concepto de enfermedad aplicado a lo psíquico fue asociado a los demonios, culpas, etc.,
a procesos no naturales. Se tomaba como enfermos a locos furiosos, idiotas y melancólicos. El desarrollo de
la psiquiatría comienza a atribuirle una valoración objetiva al problema.

En la premordenidad encontraríamos el modo de pensar a la locura es mítico. Dada la concepción del sujeto
de ese momento, la solución de los problemas era buscada fuera del propio mundo y las salidas propuestas
estaban enlazadas a las ideas de divinidad y magia.

En la modernidad, los modos de pensar la locura han estado atravesados por las ideas de la fuerza de la
razón y la idea de progreso. Aquí prevalece la concepción del sujeto autónomo cuyas cuestiones se
resuelven por el poder de la razón y la aspiración al progreso histórico.

La posmodernidad está marcada por un cambio en la relación con el problema del sentido.

Foucault pone en juego cuestiones interesantes. No adhiere al paralelismo abstracto que se produce en el
terreno teórico entre los fenómenos de la patología mental y los fenómenos de la patología orgánica. No
acuerda con que se piensen las cosas de la misma manera, con transportar de un ámbito a otro los sistemas
de abstracciones, los criterios de normalidad o anormalidad ni la definición de individuo enfermo. Propone
dar crédito al hombre mismo y no a las abstracciones de la enfermedad mental.

Foucault acusa que se han impuesto dos prejuicios que debemos combatir y provienen de aplicar los mismos
métodos conceptuales para pensar la enfermedad mental igual que la enfermedad orgánica. El primer
prejuicio es el de postular que la enfermedad es una esencia. Como una entidad solo señalable por síntomas,
y más describamos y analicemos los síntomas, estaremos más cerca de esa esencia. El segundo prejuicio
consiste en considerar a la enfermedad mental como una especie natural. Como algo definido por ciertos
caracteres permanentes que a su vez se dividen en subgrupos.

“Si definimos la enfermedad mental con los mismo métodos conceptuales de la enfermedad orgánica, si
aislamos y reunimos los síntomas psicológicos del mismo modo que los síntomas fisiológicos, es ante todo
porque consideramos la enfermedad mental u orgánica, como una esencia natural que se manifiesta en
síntomas específicos” Foucault.

EL ABORDAJE CLÍNICO

El punto de partida para el paciente y el medico es el sufrimiento. El término “clínico” proviene de Kliné, que
significa lecho. Se consideraba clínico a todo aquello que implicaba la asistencia del paciente en su lecho.
Este abordaje permitió establecer a la rama de la psiquiatría como ciencia y promover así su progreso.
Esquirol y Kraepelin serán los representantes más significativos en la historia de la constitución del saber
psiquiátrico.
Sandra Filippini

PSYCOPATHOS DEL LOGOS

Se aborda la paradoja creada por Freud para analizar el síntoma en su más estricta particularidad, donde
transformo los síntomas en signos.

En la lógica del planteo freudiano podía existir la lectura de un síntoma en su mayor particularidad y el
localizarnos en la genialidad de una nueva nosografía y etiología. Este resalto y desplego la dimensión
simbólica del síntoma e introdujo el “juego de la verdad y la mentira en el síntoma”.

Freud nombro su método, escrito en 1896, la herencia y la etiología de la neurosis y una novedosa
conceptualización de lo psíquico con la identificación inconsciente.

Al nombrar el método lo ubico del lado de la particularidad por la regla de la asociación libre y la atención
flotante, esa particularidad respecto al síntoma se desdibuja al transformarlo en signo para su nosografía.
Planteó una relación simbólica del trauma que la ligaría a otra representación y que produciría el síntoma.
Con el método creado se alejó del diagnóstico como eje del tratamiento y de la medicina, alejándose de la
localización anatómica de los síntomas.

En la lectura de los síntomas, tomo por el método del Psicoanálisis en el registro de la particularidad del
analizante. Resalto su dimensión de signo que remitía a un origen sexual y a partir de eso creo nuevas
clasificaciones, una psicopatología, una etiología y la nosografía.

Este Psicopatos del logos sostuvo tanto al realizar la interpretación de los sueños como al que construyo del
aparato psíquico con su novedad del ICC en el que se incluyó al producirlo, donde se difumino los límites de
lo normal y lo patológico.

LAS PSICOPATOLOGÍAS

La psicopatología se trata de saberes sobre el pathos, producidos por distintas corrientes de la psiquiatría
esa diversidad ha coexistido tanto en la clínica como en la discusión académica y acciones políticas de
imposición de ciertas psicopatologías sobre otras. La consistencia de cada psicopatología estaba basada en la
lógica de la teoría que la constituye y en los acuerdos o consensos que logre.

La Asociación de Psiquiatría Americana de desarrollo los DSM como una nueva clasificación que trastoco la
manera de tratar la locura y la angustia en la Psiquiatría y el espacio psico. Estos fueron basados en la
aplicación del método estadístico. Lacan discutió a otra psiquiatría y le recriminaron que él no era alguien
que hablaba de la experiencia, que su enseñanza era filosófica y argumento que en su discurso intentaba
acercarse a la experiencia en el plano de la verdad.

Pretendían que con un manual psicopatológico alternativo, se podría crear una especie de vía rápida, sin
cruces ni obstáculos, donde convergerían y se desplazarían el Psicoanálisis y la psiquiatría.

LAS PSICOPATOLOGÍAS SUBVERSIVAS

Con la creación del método del PSA, Freud introdujo una profunda perturbación en la manera de plantear la
relación entre el pathos de la psiquis y el logos.

También creo un espacio psíquico que no fue una referencia difusa a la mente psique sino que le dio una
consistencia propia de sus tópicas y funcionamiento particular y desplazo del centro de la escena a la
consciencia. Elaboro una nueva nosografía que dejo de ubicar el origen de las patologías psíquicas en
factores orgánicos hereditarios. La racionalidad perdió el lugar de articulados de la subjetividad.
La creación simultanea del método psicoanalítico y de la psicopatología psicoanalítica. Esas creaciones
freudianas con sentidos contradictorios, la utilizaremos como herramientas para leer dos modos
contradictorios y paradigmáticos de localizar el logos y la verdad en el saber del campo freudiano.

El logos se produce como un efecto nunca completo como un sentido del saber que al sumergirse en las
aguas de su pasto, toma otra consistencia que la mera razón del pensamiento.

Cuando se privilegia el logos y se excluye el psycopathos, la racionalidad solo puede leer en la paradoja su
contradicción y por eso exige la exclusión lógica de uno de los sentidos. Las paradojas se plantean como un
pasatiempo del pensamiento, sin embargo cuando se las localiza en su potencia pasan a ser el pathos, la
pasión del pensamiento.

En el punto singular, paradójico de la denominación del método y de la creación concomitante de la


psicopatología freudiana, queda señalado uno de los límites para hacer del PSA un sistema teórico cerrado.
Desde la perspectiva de un logos que borrara el psycopathos seria prioritario excluir uno de los sentidos se
trata de eliminar la falta, la falta de consistencia del método analítico que debería transformarse para poder
integrar o incluir una psicopatología con su clasificación es metodológico.

La radical particularidad del método y la necesidad de pasar por la experiencia para poder dar cuenta de él,
experiencia inabarcable solo por el logos, abre una problemática que es la intrínseca al PSA e incomprensible
para otros campos. Es imposible garantizar a priori que un análisis vaya a realizarse porque el que sufre
consulte, a un analista, como tampoco a los efectos que produciría cada análisis.
Canguilhem

INTRODUCCION AL PROBLEMA – CAPITULO I

La iniciativa para cualquier teoría ontológica de la enfermedad hay que atribuirla a la necesidad terapéutica.
Basta con pensar la enfermedad como algo que le sobreviene al hombre. Y es una concepción
localizacioncita.

La medicina Egipcia generalizo con la idea de la enfermedad-posesión la experiencia oriental de las


afecciones parasitarias. La enfermedad entra y sale del hombre como a través de una puerta.

La medicina Griega presenta una concepción dinámica de la enfermedad, totalizante. La naturaleza tanto en
el hombre como fuera de él, es armonía y equilibrio de esa armonía. La enfermedad no está en alguna parte
del hombre. Está en todo el hombre y le pertenece por completo. Lo que se encuentra en equilibrio en el
hombre son los cuatro humores cuya fluidez es capaz precisamente de soportar variaciones y oscilaciones, y
cuyas cualidades, se agrupan por pares de contrastes. La enfermedad no es solo desequilibrio o desarmonía,
también es esfuerzo de la naturaleza en el hombre para obtener un nuevo equilibrio

La enfermedad es una reacción generalizada con intenciones de curación. El organismo desarrolla una
enfermedad para curarse. La terapéutica tiene que tolerar, tales reacciones hedonistas y terapéuticas
espontaneas.

El pensamiento de los médicos no ha dejado de oscilar entre estas dos maneras de representar la
enfermedad. Las enfermedades de carencia y todas las enfermedades infecciosas o parasitarias permiten
que la teoría ontológica se apunte a una ventaja: las perturbaciones endocrinas y todas las enfermedades
con prefijos dis, se lo permiten a la teoría dinamista o funcional.

Ambas concepciones tienen que consideran a la enfermedad como una situación polémica; ya sea como una
lucha entre el organismo y un ser extraño, ya sea como una lucha interna de fuerzas enfrentadas. La
enfermedad difiere del estado de salud, lo patológico de lo normal, como una cualidad difiere de otra, ya sea
por presencia o ausencia de un principio definido.

Morgagni al crear la anatomía patológica, había hecho posible que agrupamientos de síntomas estables
fuesen vinculados con lesiones definidas de órganos. La clasificación nosografica encontraba un substrato en
la descomposición anatómica.

En Sigerist se encuentra una exposición sumaria y magistral de toda esta evolución de las ideas médicas. El
punto de esta evolución es la formación de una teoría de las relaciones entre lo normal y lo patológico de
acuerdo con la cual los fenómenos patológicos solo son en los organismos vivos variaciones cuantitativas,
según el más y el menos, de los respectivos fenómenos fisiológicos. Lo patológico es designado a partir de lo
normal no tanto como a o dis sino como a híper o hipo. Y se está muy lejos de creer que salud y enfermedad
sean opuestos cualitativos, fuerzas en lucha.

La convicción de poder restaurar científicamente lo normal es tal que termina por anular lo patológico. La
enfermedad ya no es objeto de angustia para el hombre sano, sino que ha convertido en objeto de estudio
para el teórico de la salud.

En el pensamiento de Comte el interés se orienta de lo patológico hacia lo normal, con el fin de determinar
especulativamente las leyes de lo normal, puesto que la enfermedad se muestra digna de estudios
sistemáticos como substituto de una experimentación biológica a menudo impracticable. La identidad de lo
normal y de lo patológico es afirmada para beneficio del conocimiento de lo normal.

Para Bernard el interés se orienta de lo normal hacia lo patológico, para actuar racionalmente sobre lo
patológico puesto que el conocimiento de la enfermedad es buscado por medio de la fisiología y a partir de
ella en cuanto fundamento de una terapéutica que decididamente ha roto con el empirismo. La identidad de
lo normal y de lo patológico es afirmada para beneficio de la corrección de lo patológico.

COMTE Y EL PRINCIPIO DE BROUSSAIS - CAPITULO II

Comte afirma la identidad real de los fenómenos patológicos y de los respectivos fenómenos fisiológicos:

 El primer periodo denominado la Filosofía Positiva


 Lo que denomina el Principio de Broussais un alcance universal en el orden de los fenómenos
biológicos, psicológicos y sociológicos. En 1828 adhiere Comte a ese principio y lo adopta para su uso
propio. Este consiste en haber proclamado que todas las enfermedades admitidas solo son síntomas
y que no podrían existir desordenes de las funciones vitales sin lesión de órganos o más bien tejidos.
Broussais explica que todas las enfermedades consisten fundamentalmente en “el exceso o defecto
de la excitación de los diversos tejidos por encima y por debajo del grado que constituye el estado
normal”. Las enfermedades son los efectos de cambios de intensidad.

Comte eleva la concepción nosológica de Broussais al rango de axioma general. Hasta entonces el estado
patológico era relacionado con leyes completamente diferentes de las que gobiernan el estado normal: de
manera tal que la exploración de uno no permitía decidir nada acerca del otro. Broussais estableció que los
fenómenos de la enfermedad coinciden esencialmente con los de la salud, de los que siempre difieren solo
por la intensidad. Este principio se ha convertido en el fundamento sistemático de la patología, subordinada
de esta manera al conjunto de la biología.

El estado patológico no difiere en absoluto radicalmente del estado fisiológico, que podría constituir una
mera prolongación más o menos extensa de los límites de variación, inferiores o superiores, propios de cada
fenómeno del organismo normal, sin poder producir nunca fenómenos verdaderamente nuevos, toda
concepción de la patología tiene que apoyarse sobre un conocimiento previo del estado normal respectivo.
El paso de lo normal a lo anormal es más lento y más natural cuando se trata de una enfermedad, y vuelta al
estado normal proporciona simultáneamente una contraprueba verificadora. La exploración patológica es
más rica que la exploración experimental.

Comte insiste en muchas oportunidades acerca de la obligación de determinar previamente lo normal y sus
verdaderos límites de variación antes de explorar metódicamente los casos patológicos.

Broussais identifica los términos anormal y patológico utilizándolos indiferentemente. Y la distinción entre lo
normal fisiológico y lo anormal o patológico sería una mera distinción cuantitativa, si nos atenemos a los
términos excesos y defecto. Esta distinción vale tanto para los fenómenos mentales como para los orgánicos.
En primer término es evidente que Broussais confunde en la definición de estado patológico, la causa y el
efecto. Una causa puede variar cuantitativamente y de modo continuo y provocar sin embargo efectos
diferentes.
Michael Foucault

CLASE DEL 8 DE ENERO DE 1975

Foucault comienza relatando dos pericias psiquiátricas para dar cuenta el tipo de discurso que existe detrás
de ellas, un discurso que se hace notar y llamar desde un aparente status científico el cual está apoyado en
un “saber” y a su vez, sostenido desde dos lugares en tanto físicos como simbólicos, la judicial y la médica.

Es entonces que estos discursos tienen propiedades, rasgos y autoridades que les pertenecen, o mejor dicho
que son ejercidas, por un lado el poder sobre las personas en cuanto pueden decidir sobre su libertad o su
encierro, sobre la vida o muerte, nadie puede escapar a tales discursos en tanto ostentan una verdad pero
no cualquier verdad, si no uno respetado por poseer un status privilegiado formulados por personas
calificadas desde o dentro de una institución científica. Son estos discursos que siguen la lógica de fines del
siglo XVIII en cuanto a la forma de administrar “la prueba de la verdad”. En aquel entonces eran
consideradas las pruebas de forma amplia en el sentido de que por más insignificante o total que pueda ser
la prueba de alguna acción, le correspondería un castigo relativo. Así se puede vislumbrar este mismo
mecanismo aplicado en tales pericias, si bien no se llegan a encontrar pruebas materiales de lo que sea se les
haya atribuido desde sus hipótesis no dejan escapar y toman de forma válida las desviaciones en cuanto a la
personalidad, a lo normal, a lo que se espera dentro de una sociedad. Será desde lo moral, lo ético que se
juzgue aunque no se reconozca, que se decida sobre determinadas personas en torno a conjeturas
formuladas desde algo llamado saber.

Es en oposición directa a esta aritmética de la demostración en la cual surge la íntima convicción, será una
nueva forma de juzgar en donde el juez solo podrá condenar cuando existan pruebas directas es decir, una
certeza total para aplicar el castigo, o es todo o es nada. Ya no se aceptarían pruebas únicamente aprobadas
desde la ley, sino que cualquier ciudadano podría aportar pruebas en tanto se pueda demostrar. Sin
embargo las circunstancias atenuantes que tuvieron como objetivo que la justicia pudiese aplicar castigos
menores en lugar de la pena máxima ante casos específicos dan lugar a un fenómeno el cual “resucita”, el
juez aplicaba su sospecha o incertidumbre ante determinados sujetos aunque no hubiese pruebas plenas y
suficientes capaces de demostrarse. Otro fenómeno que aparece son las pruebas con valor especial dado
que estas son proporcionadas por personas calificadas formadas desde un saber, la importancia recae no
solo en la prueba sino específicamente en el sujeto que las enuncia como portador de una verdad.

Estos discursos con una verdad “aparente”, aceptada de antemano aparecen en donde se cruzan las
instituciones y sus respectivos “saberes” jurídicos y médicos, aunque de momento o mayoritariamente
parecen abstraerse, desconocerse de esa cientificidad que aparentan y presumen saber. De esta forma los
discursos lejos de ser objetivos, es decir de aislarse desde la visión moral y tratar de demostrar sus hipótesis
con pruebas comprobables terminan cayendo en las personas como un castigo ético, descalificaciones
ejercidas y vistas como una verdad que no necesita mas aceptación que del mismo lugar de donde proviene.
Estos discursos son grotescos ya que no importa quién lo emita sino desde donde se sostiene, estamos
hablando de los ámbitos jurídicos y médicos, son entonces inherentes y demarcados por el poder que estas
mismas instituciones ejercen, discursos que dan risa al mismo tiempo que suscitan miedo y crítica.

Es a través de la pericia psiquiátrica que se juega este discurso, esta implantado en él, diseminado y es
donde va juzgarse de forma explícita aunque sin reconocerlo un papel de suma importancia en el castigo a
aplicar. Este discurso se compone entonces de dos funciones, en primer lugar la de repetir el rasgo que
considera patológico o desviado de la norma, por lo tanto se pasa de la acción a la conducta del individuo. En
segundo lugar ya no se juzga el crimen únicamente sino que se va mas allá situándolo en un lugar fuera de
una regla, esta regla no es la ley precisamente, estamos hablando de una determinada regla moral, una
forma de ser del sujeto que es diferente de la adoptada por la mayoría. Se produce así el doblete psicológico
del delito en donde las personalidades no ajustadas a la norma serán castigadas, el blanco no es únicamente
el crimen en sí, sino sus motivos, rasgos, pensamientos, comportamientos etc. Ya que son los causantes de
tal delito.
CLASE DEL 15 DE ENERO DE 1975

Las pericias psiquiátricas deberán entonces según el artículo 64 dar cuenta si el culpable estaba consciente
durante su acto y no existe en él un estado de demencia, debe marcar esa línea divisoria entre el sujeto
jurídico al cual le corresponde un castigo, o el encierro por una enfermedad. Es este el lugar donde la justicia
no puede hacer nada en tanto no tiene conocimientos y se encomienda hacia el saber médico psiquiátrico.
Se va tejiendo así una complicidad entre ambas instituciones, un continuum médico-judicial que sancionaran
a partir de un discurso del saber ciertos comportamientos y actitudes que se consideran perversas para dar
cuenta de la intención de perjudicar de un individuo, estas nociones van a permitir que sobre ellas caigan y
funcionen los saberes como campo de aplicación. Se busca instaurar una supuesta protección del cuerpo
social, de alejar o mejor dicho encerrar aquellos individuos considerados como peligrosos. Aparecen así dos
nociones que se relacionan, la de perversión y la de individuo peligroso la cual constituye el núcleo de la
pericia médico legal. Es ahí entonces el lugar donde los saberes se mueven y actúan, la unión de lo médico y
lo judicial se anuda gracias a la pericia médico legal que despliega un discurso determinado, un discurso de
un padre al hijo es decir, de la moralización el cual tiene por función detectar el peligro y modificarlo. Ya no
se trata de individuos comunes sino de niños que se comportan de una manera que debe ser corregida a
través de este discurso que al final es siempre el mismo, un discurso ubuesco.

En un primer momento la pericia psiquiátrica era el traslado de un saber médico hacia la institución judicial
el cual ese discurso se va volver encontrar más adelante, en tanto como perversidad y peligro que debe ser
corregida a medida que el juez y el perito intercambian papeles en esta forma de control. Por otro lado una
reivindicación de poder entre jueces y médicos los cuales por un tiempo se vieron perjudicados por no poder
ejercer un determinado poder (más que el otro saber) llegándose a una reforma entre el poder médico-
judicial. El individuo tendrá la obligación de presentar en su audiencia una pericia psiquiátrica hecha de
antemano como así también la creación de tribunales de menores, en el cual el menor se presenta ya ante
un tribunal de perversidad y peligro para tratar de modificar su conducta.

Así entonces la pericia médica viene a irrumpir entre dos campos de saberes en la cual no pertenece a
ninguna, sino que viola la ley ya que ridiculiza tanto lo médico como lo judicial, sin embargo las sostiene y las
une. Estos saberes entonces no se encuentran frente a sus objetos, la pericia médico legal va venir a
inscribirse sobre lo normal y lo anormal es decir, sobre los anormales.

Occidente tuvo dos grandes modelos: el de la exclusión y el de la inclusión.

La exclusión de la lepra se llevaba a cabo mediante la embarcación de los enfermos y su posterior parto
hacia lo desconocido con el fin de mantener la salud de los habitantes que no estaban infectados. Sin
embargo la figura del leproso va suscitar algo mas que la exclusión, el rechazo, el exilio etc. Son mecanismos
de poder puestos en acción sobre determinadas personas en tanto control de los individuos. Se va pasar de
este modelo hacia el de la inclusión es decir, la peste. Hay entonces una sustitución de los modelos y ya no
se busca excluir al enfermo sino que se lo incluye en todo momento dentro de la sociedad, sin embargo esto
permite que se ejerza con total libertad mecanismos de poder, estos van a controlar la sociedad
manteniéndola ordenada en tanto la población misma considera estas políticas como útiles y necesarias. Se
destaca entonces la edad clásica por su capacidad de inventar técnicas científicas e industriales.

CLASE DEL 22 DE ENERO DE 1975

Con el tiempo van a ir apareciendo tres figuras o tres elementos que se plantearan como un problema,
introduciendo la anomalía las cual los absorbe.

La primera figura es la del monstruo humano el cual es en sí mismo una violación a las leyes jurídicas como
naturales, si bien su marco de referencia es la ley éste con su simple presencia se pone fuera de ella, fuera
de su alcance y la deja sin voz, sin poder actuar. Es un fenómeno extremo pero raro al mismo tiempo.
Por otro lado tenemos al individuo a corregir que se encuentra en las familias o las instituciones encargadas
de su cuidado, este individuo se encuentra con mucha más frecuencia que el monstruo humano, se va
perfilar como un corregible incorregible en tanto que ha pasado por tantas técnicas y procedimientos pero
todos han fracasado de tal modo que se lo asimila como un irregular regular, y procedimientos pero todos
han fracasado de tal modo que se lo asimila como un irregular regular, es tan familiar y normalizado que no
se necesitan pruebas para dar cuenta de su condición sin embargo no se hace nada para demostrar que
efectivamente es incorregible.

Por último aparece el masturbador el cual se lo encuentra en el plano mas íntimo y personal, aunque se
llegaron a formular teorías que expliquen que los peores males, enfermedades corporales se deben a causas
puramente sexuales esta figura constituye el secreto universal, todos o la mayoría de las personas lo
practican sin embargo no saben nada de ello.

La anomalía contiene a estas tres figuras que parecen estar juntas o pertenecerse en tanto son eso, una
desviación que se inscribe en los diversos marcos ya sea legal, en la sociedad y natural. Responden a una
determinada regla la mayoría de las veces explicita y otras tantas implícita de forma que se cree
perteneciente a un orden determinado de las cosas. Pero aunque parezcan que están juntas escapan a los
mecanismos de poder y a los sistemas de saberes, cada figura será primeramente inscripta en un área
determinada, el masturbador dentro de la desviación sexual va requerir una redistribución de los poderes
que se recaen sobre el cuerpo, el incorregible suscitará nuevas técnicas disciplinarias y el monstruo nuevas
leyes o poderes político judiciales que los ampare o domine.

CLASE DEL 5 DE FEBRERO DE 1975

La psiquiatría tal cual la conocemos hoy es muy diferente de la psiquiatría de fines del S.XVIII y principios del
S.XIX, esta se inició no como una rama de la medicina sino como un campo de protección social que se
ocupaba de la higiene pública referida a los peligros sociales y los derivados o causantes de éste. Sin
embargo para ello debió efectuar dos movimientos: Codificar o interpretar a la locura como enfermedad y
por lo tanto dar cuenta de su peligrosidad pero además atribuirle la condición de ser portadora y causante
de riesgos. Es así que se va demarcando un saber que se autoproclama capaz de reconocer los peligros como
de actuar sobre ellos y mantener un determinado orden, una protección que aparenta ser necesaria en
tanto responde a una demanda social que en mayor parte, ella misma crea.

Sin embargo empieza a tener sentido recién cuando se logre el dominio de un discurso como ser el de la
monomanía el cual englobará todo tipo de peligros inscribiendo así el “peligro social” como enfermedad.

Entonces estamos ante un saber que se proclama así mismo donde hay un agujero, algo que escapa y no
tiene explicación, ese va ser el lugar donde la psiquiatría venga a insertarse en tanto asegura que puede
explicar pero también dar cuenta de que puede adelantarse a los hechos a través de su práctica, se va pasar
desde el estudio sobre el crimen en sí a un desdoblamiento, un doblete del acto. La psiquiatría se constituye
a partir de casos que escapan al razonamiento, lo que le interesa realmente va ser la locura que mata de la
puede servir para hacer valer sus derechos como un saber. Ese crimen sin razón es lo que le da poder a la
psiquiatría, es a la cual el poder judicial recurre por estar fuera de su campo de conocimiento, de
entendimiento, es una relación de necesidad-deseo ya que la psiquiatría hace notar su presencia, que es
indispensable y la única en poder explicar actos inexplicables.

Podemos dar cuenta que el discurso sobre la locura fue cambiando, de explicar y analizar los delirios a ese
sujeto al cual se lo considera peligroso por no estar dentro de lo normal, esperable y obediente, es el lugar
donde vendrá a operar la psiquiatría en tanto discurso correctivo, de un poder y autoridad equivalente del
padre sobre el hijo que tiene un valor y lugar privilegiado ya que es o pretende ser un conocimiento
científico, médico que puede brindar protección social ante los individuos peligrosos, de la locura.
Roberto Mazzuca

LO NORMAL Y LO PATOLÓGICO – CAPITULO I

El término de psicopatología surge en el campo de la Psiquiatría. Para nosotros son frecuentes en que el
avance científico plantea nuevos problemas éticos. Y surge la duda si la ciencia y la tecnología no traen más
males que bienes.

La psicopatología no es ajena a la problemática de la ética. En el caso de la homosexualidad, que paso de


considerarse como una perversión, a ser considerada una elección de orientación sexual subjetiva. Sin
embargo esto es aplicable a todas las categorías psicopatológicas, como neurosis y psicosis, que también son
consideradas elecciones subjetivas, donde Freud puntualizo en que el neurótico hace una elección de
neurosis, aunque sea inconsciente es también una elección subjetiva.

La ética y el derecho apuntan a regular los modos de gozar, la posición subjetiva en relación al goce, lo que
se estimula y se desalienta, lo que está permitido o prohibido, donde resulta más evidente la existencia de
diferentes enfoques desde una perspectiva moral.

En el trabajo de Canguilhem, reúne nociones que han cambiado mucho a lo largo de la historia de nuestra
cultura y que varían de una a otra.

Distribuye las distintas nociones de enfermedad:

 Concepción Dinámica: es la que hemos heredados de los griegos, en la cual la enfermedad era
considerada como la ruptura del equilibrio, de una armonía.

 Concepción Ontológica: el enfermar está referido al efecto de sustancias dañinas extrañas al cuerpo.
Hay una oposición interior-exterior. La curación tiene que ver con expeler esa sustancia portadora
del mal.

LA DIVERSIDAD DE LAS ÉTICAS

En el PSA el principio de placer rige como el principio máximo que rige el funcionamiento de ese aparato,
como un principio de constancia definido en términos cuantitativos, sin embargo si estuviera regido
exclusivamente se dirigiría hacia su destrucción.

Para poder definir la ética psicoanalítica hay que ver las éticas que se contraponen. El imperativo categórico
kantiano dice “obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer simultáneamente como principio
de una legislación universal”.

La ética de Sada ubica al goce en el lugar del imperativo categórico y sostiene como máxima el imperativo de
gozar, de convertir el goce en deber. Sin embargo se considera como la ética del mal y está en
contraposición del PSA.

La ética utilitarista ubica como principio máximo la cuestión del bienestar a escala social = el bien para la
mayoría.

LA ETICA DEL PSA

La primera caracterización es que no se incluye entre las éticas hedonistas. No toma como principio máximo
de la conducta moral, el bienestar o la felicidad.

En su teoría y en la cura se guía por “hacer consiente lo del inconsciente” y se busca “anular represiones”,
levantar las represiones que apartaron el deseo de la vida en acción. El deseo debe venir y hacerme cargo de
ese deseo.
Otro pseudo ideal es que el ideal de la armonía del amor genital. Y otro es el de la autonomía o
independencia que se funda en una concepción de la libertad.

Entonces la ética del PSA es una ética del bien decir, se trata de subrayar la oposición del decir, en relación
con los dichos del inconsciente, se inscriben en una serie infinita y un análisis apunta a encontrar la ley de
esos dichos para poner fin al análisis y obtener la destitución del Inconsciente.
Roberto Mazzuca

ETICA, PSICOPATOLOGIA, Y PSICOANALISIS

Cuestiones psicológicas: * lo normal/ lo patológico

* La salud/ la enfermedad

Poseen un componente ético de carácter irreductible.

La ciencia surge de, y se sostiene en una posición ética que ubica el deseo del saber por encima de cualquier
otro valor.

Existen diversos modos de abordajes:

Perspectiva psicoanalítica: las neurosis y las psicosis son elecciones subjetivas.

Freudpuntualizo que el inicio o desencadenamiento de la neurosis continua una via para eludir una
decisión , para no enfrentar el conflicto surgido en un momento determinado de su trayectoria vital, el
neurótico prefiere enfermar en vez de decidir elección de neurosis

Se produce muy tempranamente y no se trata de una decisión consciente(esto pone en duda la elección
subjetiva ..peroel psicoanálisis consiste en hacerse responsable del icc, es una posición ética necesaria.

Las nociones de neurosis, (histeria, obsesión, fobia) surgen inicialmente como formas patológicas y han
pasado a ser teorizadas como posiciones subjetivas o variedades de conducta según las diferentes
teorizaciones.

Freud su perspectiva apunta a definir la neurosis por los mecanismos de formación de los síntomas, las
presenta como enfermedades.

Lacanlas diferentes categorías clínicas son abordadas como estructuras subjetivas, es decir, modos de
constitución del sujeto que se caracterizan por sus posiciones diferenciales en relación con el deseo, el goce,
la función del fantasma y otras variables subjetivas. Estas variables no implican necesariamente el
desencadenamiento de la neurosis… “no hay otra forma de satisfacción pulsional mas que la del síntoma,
este asume, una función eminente en la realización del sujeto”

-..el síntoma se asemeja al concepto de sublimación, como una forma de invención o creación singular de
cada sujeto.

La depresión es un efecto directo, se trata de situaciones de diferente índole (sexual, laboral, social) por eso
se diferencia del síntoma que propone Freud como resultado de los mecanismos de formación de
síntomas.

La ética y el derecho: apuntan a regular los modos de goce, la posición subjetiva con respecto al goce, lo que
está permitido y lo prohibido.

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