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ardebazo entonces y ahora ‘quella sublevacion popular impelia hacia Ia superficie las ambigedades y con- tcadicciones de una aldea en crecimiento, devenida ciudad casi sin conciencia, pero sintiendo los rigores de la mutacin; las pequefas éites provincianas, estaban cedien- do ou lugar a fututos capitanes de industras; la clase media se expandia a la nueva clase obrera industrial, los estudiantes dejaton de ser una minosa lustrada para con- formas un gaupo social cualtativimente signfiativo, La sociedad mutaba arviba y aba jo y esa conmocién en cierto modo la unificaba en el estilo de la revuelts “Ha cambiado el autor? Con toda seguridad, pero no tanto coma para no recono- cer aus propias huellas. A cambiado le mieada pez0 no et horizonte. Pero este es un deralle que solo importa a algunos pocos. Hl texto eno a toda tutela debe hablar por Protesta obrera, rebelién popular e insurreccién urbana en la Argentina: el Cordobazo James P. Brennan Ménica B. Gorcillo James P. Brennan es profesor en le Universidod de Georgetown, Washicgion Mériea Gordo es profsora dela Faculad de Peso y Humaniceder ela Unversided Nacional de Cirdobe ESTUDIOS «NG Dislemire 1994 Centro de Estutios Avanandas de ‘Universidad Nacional de Candobe 4 prota obrera,rebellon popular eine I Sutrectin urbana que common « Coe. doba —eegunda cluded inducal de la Argentina durante los cas 29 y 30 de mayo de 1969, sao fnmedatamente el teres de lose nuclsos,espetaimente socologos, quienes se esforaron por expliala parade de un voles ®0 levantanientourbano ldrado por los Seco res mejor remunerados y-supuesamente mis priveladoe de Ix clase obrem argentina" El Cordobazo, como fve Hamada posteroemente I revel, desfaba las interpreteionesimperan= tes en exe inomento sobre a actividad poll dela clase erabojadra en Amésin Latina, 1 i vestigadores del movimiento obrero latingameri~ cano tabianadoptado ibremeate, en los nos previos a Corobazo, asides que sobre la cae Se obrera noteamercana se desprenaian de los esctits de Herbert Marcuse, Daniel Bel, Sey. ‘our Lipset y ote, quienes a suvez se hablan apoyad simplemente en las teovas de Lenin Gramsc sob a asocracta ober conse, cuencis,considerron que la Gecinscn de la riltancia y el “aburguesamiento de, por ne nos, los ectres ins prvlegudos de la dase trabajadora en Estados Unidos caracterizaba tambien als de América Latina En eae aon, lop eatidioror del movimiento obreo latinoame. dicano sstnian que ls tabajadores~ especial sente en lat incstiasteenolgleamente mis sofsicadas y que concentriban los mayores ca pales, tales como las fibrcas de autinoves aque centrolaban la economia cordobesa— en contaban completamente satsfocas sua neces dades mates y gus aspiaciones de ascenso {Aba Cares Aas, gna coil de ne cas Ceo, mae yo e158 Cin Es 1085, Sgnleade te Circ’, Aeon 115 ene, 17, Frnosco Belch, Grey prota sal may do 1959 Buses Ares Sel my, 170 "Cob e mova pne at Los Ss aa 8 21, age, 1571, Li, ‘ge tra pele Sigy sl ho Mey Ca ew Lf Avion 2 slogan, 1870; Roba aur" Cosotee,Socaga ay Te ‘lo, 175 Janes Pras, “sedate ya awe sosaga on Signin, Los es at 3 r¥ 21, ag, 1578 social debido 2 los relatvamente altos salarios y a los complejos sistenras de relacio- es industries que ofrecian las empresas modernas. Pensaban que la politica e inclu- 0 la actividad sindical serian, asi, cada ver axis irtelevantes para esos tabajadores.* Después de los dramiticos sucesos del 29 y 30 de mayo de 1969, tales argumen- tos fueron sepultados en las cenizas de Cérdoba. La atencién de los estudiosos sbi- tamente se dirgié a dar cuenta del estallido iniciado por esa supuesta aristocracia obre- ‘@ presuntamente satisfecha y spolitica, con el objeto de explicar la repentina ocupa- ion de la ciudad por los trabajacores y la inesperada violencia que dej6 un importan- te saldo de destruccién parcial de edifcios y bienes, Las explicaciones propuestas por los sociblogos, ya sean argentinos 0 extranjeros, derivaron tanto de sus respectivas in- lnaciones ideologicas, como de los resultados de sus investigaciones empiricas, Para algunos, el Cordobazo fue la consecuencia de un particular modelo de desarrollo eco- némico y de un singular contexto urbano, una muestra de la anomia social provoca: da por la induswializacion acelerada y por una igualmente repentina declinzcién de la activided industrial, 1a cespuesta ce tna élite sindical frente al deterioro de su standard de vida y Ia frustracion de sus expectativas de ascenso social Para otras, fue mis bien una manifestacion de ia profundizacion de la conciencia de clase, resultante de la ex- petiencié de estar ocupados en empresas transnacionales —los sectores mis avanza~ dos del imperialismo—, un acco revolucionario en el cual los obreros de la industria automottiz habfan desempetiado el papel de vanguardia.* Sin embargo, ninguna de las explicaciones ofrecidas enonces cuvieroa la riqueza de la perspectiva histériea, at pu- dleron reconocer la confluenca de miltiples causas ni la coyuntura temporal que el andlisis histrico uuliza, El prepésito de este articulo es, enconces, avanzar hacia ese anilisis historico y, de este modo, rescatar al Cordobazo del reino del folelore polit- co y restituirlo al lugar que le corresponde como un complejo fenémeno social, poli- ico y cultural, recuperando asi su verdadero sentido como un hecho politico finda- ‘mental en la historia argentina contemporinea. 2 Elta He J Lander, The abr asa Heetonn blade on SM, Lpety Ab Slat, tus ita Amora, Oslo, 957,96 roresatava de eu apa gutal save a para ronal Conon 8-.har Caton Agta, gd... rsa, 163, page 22, Exar abe a das ete en ona ‘ela tty ring trons te pace «campo dm esa, Ut Pu Pale, iene Wotan Por ‘ism ard Govtrparny Ouse Conecousrass Pagbaohy Londres, S50 paon, 185167

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