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DEL AGRESOR
Lo que nos propone el autor es que hay una relación estrecha entre los mecanismos de
defensa y su manifestación en los test gráficos. Nos dice, según la teoría de Melanie
Klein –quien señala que en la identificación proyectiva, el yo atribuye características a
un objeto según el vínculo que tiene con el mismo, que existe una relación objetal en la
cual el sujeto utiliza defensas para manejar las ansiedades, temores y deseos con estos
objetos. A partir de esos mecanismos el sujeto busca un equilibrio en su vínculo con el
objeto. Valorizan aspectos de su personalidad para estabilizar, mediante modos de
comportamiento y procesos cognitivos, como fantasías, las cuales pueden ser
inconscientes, tanto la expresión mental de los instintos como para sustituir el por qué y
para qué del objeto y su vínculo con él.
Estas modalidades defensivas pueden estar presentes manifiestas o latentes de modo que
estas defensas se convierten en maneras más intensas de vinculación con la realidad. Lo
que el autor propone además, es que el sujeto refleja estas defensas para poder evitar el
sufrimiento y adaptarse mejor. Complementa que el sujeto utiliza los mecanismos de
manera evolutiva, lo que quiere decir que estos pasarán por etapas que determinarán el
comportamiento de la persona, que dependiendo del éxito o fracaso de esta evolución,
se establecerán características como las identificaciones proyectivas o favorecerá
regresiones, lo que en exceso o no, impedirá de todas maneras alcanzar mecanismos que
le faciliten adaptarse al medio.
Como lo menciona Galor, S. & Hentschel, U. (2013), a largo plazo, los mecanismos de
defensa si contribuyen al desarrollo de patologías severas, y que si bien es cierto, los
mecanismos de defensa son una herramienta de protección necesaria, no obstante, la
sobre–utilización de defensas puede desembocar en consecuencias negativas mayores:
la supresión de sentimientos; el desarrollo de síntomas psicológicos y físicos (Kreitler,
2004), posiblemente causados por los sentimientos reprimidos; en el self y aumento de
la dependencia en hábitos y fantasía, que perjudica el propio funcionamiento.
Según Kernberg (1984) propone que los agresores tendrían una personalidad fronteriza
que hace referencia a aquellos pacientes que presentan una organización caracterológica
crónica que no es típicamente neurótica ni típicamente psicótica. Por ende, la agresión
de estas personas seria producto de una frustración temprana vinculada a imágenes de sí
mismo y de los objetos. Desde otro, punto de vista semejante a Kernberg, la presencia
de comportamientos violentos podríamos decir que fueron aprendidos en el hogar
siendo ellos las víctimas o testigos de la violencia. Según, Vargas (2006-2007) afirma
que la violencia intrafamiliar es producto de la formación que la cultura patriarcal
provee a sus miembros, es decir, que los patrones tradicionales de poder, autoridad y
control por parte del padre, y obediencia y sumisión por parte de la madre, facilitan un
mayor ejercicio de violencia masculina. Por ende, el agresor presentaría conductas
violentas, impulsivas, inmaduras y con tendencias depresivas. Aunque, según
Echeburúa y De Corral (2004) afirman, al igual que Dutton y Golant (1997), que los
agresores no responden a un perfil homogéneo. Así mismo, los conflictos relacionados
con la oralidad insatisfecha y la insatisfacción sexual presentes en algunos agresores,
origina odio inconsciente que es proyectado sobre el objeto insatisfactor, por lo cual son
percibidos como malos y temen a ser dañados o castigados por ellos (Vargas, 2010), por
tal motivo se sienten con la capacidad de resolver solos sus problemas y no depender de
nadie, para conservar su sentimiento de valía personal.
Asimismo en los test gráficos se da una gran evidencia de los mecanismos de defensa en
la construcción del individuo que podrían evidenciar múltiples propósitos como el de
ocultar los rasgos violentos. Hanna Segal (1973), revisando a Klein, hacía referencia de
que existían múltiples propósitos de identificación proyectiva el cual ligado al objeto
seria evitar la separación del objeto bueno, controlar el objeto malo; dominar,
apoderarse de las capacidades y hacerlas propias. En cuanto al self seria proyectar partes
buenas para evitar la separación o ponerlas a salvo de la propia maldad; esto podría
considerarse una primitiva reparación proyectiva, del mismo modo podrían proyectarse
partes malas del “yo” para liberarse de ellas o liberarse del deseo de atacar o destruir el
objeto. (Sanchez Hita, 2010). Por otro lado, la proyección expulsa o rechaza las
cualidades o defectos propios en que el sujeto atribuye a los demás sus propios
pensamientos, culpas, enfados, sentimientos que suelen ser inconfesables,
considerándolos como una reacción justa. (Ruiz, 2013)
En el test del árbol, suelo acentuado en zig-zag, tronco ensanchado en el centro o ramas
abiertas (Koppitz, 1991; Xandró, 1991). Para niños, el test de Pata Negra (Corman,
2001) y el Test de los Cuentos de Hadas (FTT, Coulacoglou, 1995) pueden ser
utilizados para obtener indicadores de conductas agresivas.
Algunos agresores presentan además, una neurosis afectiva, los mecanismos de defensa
que caracterizan a este tipo de neurosis, son el desplazamiento del afecto sobre
representaciones alejadas de conflicto original, el aislamiento y la anulación retroactiva,
dentro de la vida pulsional se habla de la ambivalencia, la regresión a sádico-anal, el
carácter anal y las formaciones reactivas, desde el punto de vista tópico, lo más
característico es la relación sadomasoquista interiorizada, expresada bajo la forma de
tensión entre el yo y un superyó cruel. (Sopena, 2006)
Segun Carlos Sepena, el obsesivo como todo neurótico, ha sufrido una decepción
provocada por su madre, pues llega un momento en el que la madre hace saber al hijo
que hay otra cosa que le interesa mucho más, entonces el hijo hará lo posible, por
recuperar el lugar del que fue despojado, recurriendo a actos hostiles, en cuanto a su
agresividad, estará dada por la ambivalencia afectiva y el papel dominante de la
organización sádico anal. Dicha agresividad proviene de la lucha del yo por
conservarse, procura una satisfacción narcisista a un yo que se siente fortalecido. Sin
embargo es complicado analizar esto, pues el obsesivo muchas veces manifiesta
defensas como resistencia en el contexto transferencia, y lo que el experimentador
encuentra son defensas secundarias cada vez más alejadas del deseo inconsciente.
(Sopena, 2006)
Por lo tanto, con respecto a lo anterior mencionado, se concluye que la violencia puede
evidenciarse de diversas y complejas formas, es por ello que en la aplicación de test
proyectivos debemos considerar los distintos factores asociados al comportamiento
agresivo, dentro de estos destacan: historia de agresión previa, impulsividad, empatía,
personalidad, desarrollo moral, conducta prosocial, asertividad, resolución de conflictos,
autocontrol o estado emocional. En este sentido el análisis, la evaluación y la
interpretación de los mecanismos de defensa utilizados por los agentes involucrados en
el fenómeno social de la violencia, a través de la aplicación de un test gráfico es
importante para poder hacer un sondeo de las respuestas prevalentes en estos agentes, y
así, realizar posteriormente un perfil de los mecanismos de defensa más utilizados, por
el agresor, la víctima, y el espectador. Es de gran relevancia para la prevención e
intervención en este campo.
Según la información recopilada, los mecanismos de defensa se manifiestan desde que
la persona es tan solo un infante, por lo que se recomendaría tener un mayor énfasis por
parte de los padres en relación a lo que es la implantación de conductas, no demostrarle
que el poder de la familia solo lo tiene un integrante, en este caso sería el padre y que
esta pueda verse reflejada por los maltratos y la sumisión por parte de la madre, sino al
contrario que la familia le muestre una debida estabilidad como en la división de
obligaciones y de poder, ese será el mejor efecto que contrarreste la ansiedad y factores
de represión para que no se genere en la persona y no se vuelva un futuro agresor, así no
se creara un patrimonio cultural en la persona que no vea la agresión como algo normal.
Se deben manifestar las opiniones de manera totalmente libre, sin embargo, para evitar
la formación de futuros agresores en la familia se debe desarraigar todo tipo de maltrato
porque causará en la persona un efecto de inhibición, así como también represión de
emociones, es decir que posiblemente provocará este tipo de episodios, se volverá
impulsiva y agresiva por lo tanto es conveniente evitar maltratos, peleas, gritos. Así, a
su vez se podrá prevenir a los adolescentes de los malos hábitos y pandillaje. Se deben
de llevar terapias de familia los cuales actualmente no son apreciadas con la importancia
que se merecen, pero que en la cual todos los miembros de la familia podrán tratar
aquello que les aqueja y que así evitar la represión de emociones que puedan afectar la
estructura de su personalidad.
Los mecanismos de defensas son manifestados y develados mediante los test gráficos,
donde la persona en este caso el agresor proyecta sobre el dibujo aquellos conflictos que
no ha podido resolver en una etapa temprana de su vida. El exceso de agresión por parte
de estos sujetos proviene tanto de una excesiva intensidad de origen constitucional de
los instintos agresivos, así como también de frustraciones tempranas con cierto margen
de gravedad (Kernberg, 1984). La importancia que tienen los test gráficos nos ayudarían
a identificar a los distintos tipos de agresores y sus personalidades. El motivo de dicha
identificación es para poder trabajar con ellos y para que logren establecer una nueva
mentalidad, ayudando a que estas personas cierren el círculo anterior de su vida donde
se produjeron los conflictos iniciales que dieron el paso a conductas agresivas.
- Si bien las técnicas proyectivas nos van a ayudar a reconocer algunos mecanismos de
defensas que son característicos de personas agresivas, no podemos remitirnos
netamente a ellas, es decir, para categorizar a una persona como agresiva, debemos
hacer uso de otros métodos propios de la psicología, como la observación, la entrevista,
y en cierta medida la aplicación de otros tests, que ayuden a corroborar la información.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
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https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/000306517902700302
Zácipa, J. (2011). Estructura psíquica del agresor sexual, una mirada desde el
psicoanálisis. Bogotá: Pontificia Universidad Javierana. Obtenido de:
https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/1287/psic13.pdf?sequence=1
Galor, S. & Hentschel, U. (2013). El uso de los mecanismos de defensa como
herramientas de afrontamiento por veteranos israelíes deprimidos y con TEPT, 17 (1),
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Vargas , J. (2006-2007). Hacia una psicoterapia psicoanalítica del hombre que ejerce
violencia intrafamiliar. Tesis de doctorado. Instituto de Investigación en Psicología
Clínica y Social A.C., México.
Vargas, J. (2010). Psicología del hombre que ejerce violencia contra la pareja y la
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