Está en la página 1de 21

1

DEDICATORIA

EL PRESENTE TRABAJO VA
DEDICADO PRINCIPALMENTE A
DIOS, A MIS PADRESY NUESTRA
DOCENTE POR AYUDARNOS QUE
DIA DIAP PARA ASI LOGRAR
NUESTROS OBJETIVOS Y ASI
ALCANSAR NUESTAS METAS

2
Índice
1. DEDICATORIA ............................................................................. 3
2. INTRODUCCIÓN ........................................................................... 4
3. PROBLEMA ................................................................................. 5
4. OBJETIVOS .................................................................................. 5
5. HIPOTESIS .................................................................................... 5
6. MARCO TEORICO ........................................................................ 6
7. HISTORIA .................................................................................... 9
8. CAUSAS ...................................................................................... 20
9. BIBLIOGRAFIA .............................................................................. 21

3
INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente, los campesinos y campesinas Huariaqueños han hecho producir la
tierra exitosamente en su gran variedad y también han demostrado que agotan
definitivamente los recursos y generan desequilibrios de tal envergadura que hasta la vida
humana se ve amenazada, pues es la agricultura el mayor contaminante y deforesta dora
de cualquiera de las actividades humanas. Extensión de los predios campesinos en
nuestros territorios no es tan grande como para siquiera intentar competir con las
enormes plantaciones de los países industrializados; sin contar con los escasos recursos
económicos y el reducido apoyo institucional con que cuentan los campesinos.
Con base en estas premisas, se requiere plantear alternativas de producción igualmente
eficientes pero que mejoren el nivel de vida del campesino Huariaqueño en todos sus
aspectos. Ello implica mejorar los sistemas de producción agropecuaria, no sólo
analizando los rendimientos de cosecha, sino revisando también los modos de
alcanzarlos.
De hecho, son sistemas de vida en los que existe una relación estrecha, íntima y recíproca
con la Tierra, lo que implica respeto por el entorno e integración con éste.
En esa medida, y entendiendo y siguiendo los ciclos de la Tierra, empieza a surgir un
reciclaje permanente en el que cada elemento de estos sistemas se encadena a otro en
un engranaje complejo y delicado, del cual los seres humanos forman parte vital como
organizadores y potenciadores.

4
PROBLEMA
¿Cómo afecta la baja producción del sector agrícola del Distrito de Huariaca en el
desarrollo económico de las familias del sector?
OBJETIVOS
1.- Determinar el porqué de la baja producción del sector agrícola.
2.- Determinar cómo afecta esa baja producción en las familias del sector
3.- Proponer soluciones para tratar de mejorar la producción de este sector.
HIPOTESIS
1.- La agricultura baja su producción por el alto costo de los insumos agrícolas
2.- La Agricultura sufrió un decaimiento por el bajo costo del producto al momento de
comercializarlo.
3.- La agricultura han sufrido un decaimiento por la migración de las personas del campo
hacia la ciudad.

5
Marco teórico

Agricultura, arte, ciencia e industria que se ocupa de la explotación de plantas y animales


para el uso humano. En sentido amplio, la agricultura incluye el cultivo del suelo, el
desarrollo y recogida de las cosechas, la cría y desarrollo de ganado, la explotación de
la leche y la silvicultura (ver Cría de animales; Granja agrícola; Silvicultura; Granja
avícola; Acondicionamiento del suelo; Orígenes de la agricultura; Agricultura biológica).
Las agriculturas regionales y nacionales se abordan con mayor detalle en los artículos
individuales dedicados a los diferentes continentes y países.
La agricultura moderna depende en gran medida de la ingeniería, la tecnología y las
ciencias biológicas y físicas. El riego, el drenaje, la conservación y la canalización,
campos todos importantes para garantizar el éxito en la agricultura, requieren los
conocimientos especializados de los ingenieros agrícolas.
La química agrícola se ocupa de otros problemas vitales para la agricultura, tales como
el empleo de fertilizantes, insecticidas y fungicidas, la estructura del suelo, el análisis de
los productos agrícolas y las necesidades nutricionales de los animales de granja.
La mejora vegetal representa una contribución incalculable en la productividad agrícola.
La genética, además, ha introducido una base científica en la cría de animales. Los
cultivos hidropónicos, un método en el que las plantas prosperan sin tierra gracias a
soluciones de nutrientes químicos, pueden resolver otros problemas agrícolas
adicionales. El empaquetado, procesamiento y comercialización son actividades
íntimamente relacionadas y también influenciadas por el desarrollo de la ciencia. Los
métodos de congelación rápida y deshidratación han ampliado los mercados de los
productos agrícolas. La mecanización, la característica más destacada de la agricultura
de finales del siglo XIX y del siglo XX ha aliviado mucho el agotador trabajo del agricultor.
Aún más significativo: la mecanización ha multiplicado la eficiencia y productividad de las
explotaciones agrícolas.
En otros países Aviones y helicópteros se emplean en la agricultura con finalidades tales
como la siembra, el transporte de productos perecederos y la lucha contra los incendios
forestales, así como para fumigar las cosechas para controlar las plagas de insectos y
las enfermedades. Los aparatos de radio y televisión transmiten datos meteorológicos
vitales, así como otras informaciones de interés para los agricultores.

6
CAPITULO I

La agricultura

1.1 UNA BREVE INTRODUCCION A LA AGRICULTURA


A lo largo de los 10.000 años transcurridos desde el desarrollo de la agricultura, los
pueblos de todo el mundo han descubierto el valor alimenticio de plantas. Los más
importantes son los cereales, como el trigo, el arroz, el maíz y el centeno; la caña de
azúcar. La fruta, las verduras y las aceitunas son también importantes fuentes de
alimentos para el ser humano. Los granos para pienso de animales incluyen la soja, el
maíz forrajero y el sorgo.
También se obtienen ingresos de cultivos no alimentarios como el caucho, las plantas
de las que se obtienen fibras, el tabaco y las semillas oleaginosas empleadas en
compuestos químicos sintéticos.
Las condiciones que determinarán el tipo de explotación incluyen el clima, el suministro
de agua y el terreno.
Casi el 50% de la población del mundo se dedica a la agricultura. La distribución, a finales
de la década de 1980, variaba desde un 64% de la población activa en África hasta un
4% en Estados Unidos y Canadá. En Asia, la cifra era de un 61%; en América del Sur,
un 24%; en Europa del Este y la antigua Unión Soviética (URSS), el 15%, y el 7% en
Europa Occidental.
El tamaño de las explotaciones varía enormemente de una región a otra. Por ejemplo, a
finales de la década de 1980, su tamaño medio en Canadá era de unas 230 hectáreas
(ha) por granja, mientras que la media en Filipinas era algo inferior a 3,6 ha, y en
Indonesia, de menos de 1,2 hectáreas.

7
El tamaño depende también del propósito de la explotación. Las explotaciones
comerciales, cuyo propósito es hacer dinero, suelen emplear grandes superficies de
terreno. Los latifundios de Latinoamérica son propiedades de gran extensión, privadas,
explotadas por mano de obra arrendataria y caracterizada por una ineficaz utilización de
los recursos disponibles. En algunas áreas de Latinoamérica llegan a alcanzar miles y
hasta decenas de miles de hectáreas. Los monocultivos producen té, caucho y cacao.
La eficiencia de las plantaciones de trigo se optimiza cuando abarcan algunos miles de
hectáreas y pueden ser trabajadas por equipos agrícolas y máquinas. Las granjas de
ganado ovino australianas y otras granjas de cría de ganado deben ser igualmente
extensas para proveer de pastos a miles de animales. Las explotaciones agrícolas de las
comunas chinas, las cooperativas gestionadas por comunidades peruanas o los ejidos
mexicanos son otros ejemplos de unidades agrícolas que han de ser amplias, como lo
eran las granjas colectivas propiedad de empleados del estado, que eran los encargados
de trabajarlas, en la desaparecida URSS.
Las explotaciones individuales de subsistencia y las pequeñas explotaciones mixtas
unifamiliares van decreciendo en número en los países desarrollados, pero siguen siendo
numerosas en los países en vías de desarrollo de África y Asia. Los ganaderos nómadas
recorren el África subsahariana, Afganistán y Laponia; y el pastoreo sigue siendo una
parte importante de la agricultura en áreas como Mongolia.
Buena parte de las divisas ingresadas por un país puede depender de una única
mercancía; por ejemplo, Sri Lanka depende del té, Dinamarca está especializada en
productos lácteos, Australia en la producción de lana, y Nueva Zelanda y Argentina en
productos cárnicos.
La importancia de un determinado país como exportador de productos agrícolas depende
de muchas variables. Entre ellas está la posibilidad de que no esté suficientemente
desarrollado en el ámbito industrial para producir mercancías elaboradas en cantidad
suficiente o que carezca de la necesaria sofisticación tecnológica. Este tipo de
exportadores agrícolas incluye a Ghana, que exporta cacao y a Myanmar (Birmania) que
exporta arroz. Por otra parte, un país muy desarrollado puede producir excedentes que
su población no necesita; es el caso de Estados Unidos, Canadá y algunos países de
Europa occidental.
Dado que las naciones dependen de la agricultura no sólo para alimentarse, sino para
obtener ingresos y también materias primas para la industria, el comercio agrícola es una
preocupación constante, regulada por acuerdos internacionales como el Acuerdo
General sobre Aranceles y Comercio (GATT), el Mercosur y por grupos con intereses
comerciales comunes como la Unión Europea.

8
2 HISTORIA
La historia de la agricultura puede dividirse en cuatro grandes periodos de duración
desigual, cuyas fechas difieren enormemente según las regiones: prehistórico, histórico
(incluido el periodo romano) feudal y científico.
2.1 Agricultura prehistórica
Los primeros agricultores pertenecían en su mayor parte a la cultura del neolítico. Los
emplazamientos ocupados por estos pueblos se encontraban en lo que hoy son Irak,
Irán, Israel, Jordania, Siria y Turquía; en el Sureste asiático, en la actual Tailandia; en
África, a lo largo de río Nilo en Egipto; y en Europa, en las márgenes del río Danubio y
Macedonia, Tracia y Tesalia. También se han identificado primitivos centros agrícolas en
el área del Huang He (río Amarillo), en China; en el valle del río Indo, en India y Pakistán;
y en la cuenca de México, al noroeste del istmo de Tehuantepec.

Las fechas de las que datan las plantas y animales domesticados varían según las
regiones, pero la mayoría son anteriores al sexto milenio a.C., y las más antiguas podrían
remontarse al año 10000 a.C. Los científicos han aplicado el método del carbono 14 (ver
Datación: Método del carbono 14) sobre restos de animales y plantas y han fechado
hallazgos de ovejas domesticadas que se remontan al año 9000 a.C. en el norte de Irak;
de vacas del sexto milenio a.C. en el noreste de Irán; de cabras del año 8000 a.C. en el
centro de Irán; de cerdos del año 8000 a.C. en Thailandia y del 7000 a.C. en Tesalia;
onagros, o asnos, del año 7000 a.C. en Jarmo, Irak; y de caballos del año 4350 a.C. en
Ucrania. La llama y la alpaca fueron domesticadas en las regiones andinas de
Sudamérica a mediados del tercer milenio a.C.
Según las pruebas realizadas con el carbono14, el trigo y la cebada fueron cultivados en
Oriente Próximo en el octavo milenio a.C.; el mijo y el arroz en China y el Sureste asiático
ya en el año 5500 a.C.; y la calabaza, que además de aportar alimento se utilizaba como
vasija en México y otros países del continente americano, hacia el año 8.000 a.C. Las
leguminosas descubiertas en Tesalia y Macedonia se remontan hasta el año 6000 a.C.
El lino se cultivaba y, aparentemente, se empleaba para elaborar tejidos a comienzos del
periodo neolítico.
El agricultor empezó, probablemente, fijándose en qué plantas silvestres eran
comestibles o útiles de algún modo, y aprendiendo a conservar sus semillas para
replantarlas en terrenos despejados con anterioridad. El cultivo durante un largo periodo
de tiempo de las plantas más prolíficas y resistentes producía una variedad estable. Los
rebaños de cabras y ovejas estaban compuestos por animales salvajes jóvenes
capturados, y aquellos que presentaban los caracteres más deseables, tales como
cuernos pequeños y una elevada producción de leche, eran criados de forma selectiva.
Los uros parecen ser los antecesores del ganado vacuno europeo, y el buey salvaje
asiático es el del cebú, el ganado vacuno con gibas de Asia. El gato, el perro y los pollos
fueron domesticados muy pronto. La transición de la caza y la recolección a la
dependencia de la producción propia de alimentos se produjo de forma gradual, y en
algunos lugares aislados del mundo, aún no se ha logrado. Las cosechas y el suministro
propio de carne eran complementados por la pesca y la caza de aves, así como por la
carne de animales salvajes.

9
Los agricultores del neolítico vivían en alojamientos sencillos como cuevas y pequeñas
chozas de adobe secado al sol o de carrizo y madera. Estas viviendas se agrupaban en
pequeñas aldeas o existían como explotaciones aisladas rodeadas de campos,
ofreciendo abrigo a animales y personas en edificaciones adyacentes o unidas. En el
neolítico, la aparición de ciudades como Jericó (fundada c. 9000 a.C.) se vio estimulada
por la producción de excedentes agrícolas.
El pastoreo puede haber sido posterior a esto. La evidencia parece indicar que las
explotaciones mixtas, la combinación de cosechas y la cría de animales era el patrón
más habitual en el neolítico. No obstante, los pastores nómadas recorrían las estepas de
Europa y Asia, donde fueron domesticados el caballo y el camello.
La primeras herramientas agrícolas eran de madera y piedra. Incluían la azada de piedra;
la hoz para recoger el grano fabricada con palas de piedra afilada; la pértiga empleada
para agujerear el suelo y plantar semillas y, con posteriores adaptaciones, como pala o
azadón; y un arado rudimentario, una rama de árbol modificada empleada para levantar
la superficie del suelo y prepararlo para la siembra. Más tarde se adaptó el arado para el
tiro por bueyes.
Las penillanuras del suroeste de Asia y los bosques de Europa disponían de lluvia
suficiente para el mantenimiento de la agricultura, pero Egipto dependía de las
inundaciones anuales del Nilo para reponer la humedad y fertilidad del suelo. Los
habitantes del llamado ‘creciente fértil’, en torno a los ríos Tigris y Éufrates, dependían
también de las inundaciones anuales para obtener agua para la irrigación. El drenaje se
hacía necesario para impedir que el suelo fuera arrastrado de las laderas por las que
corrían los ríos. Los agricultores que vivían en las proximidades del río Huang He
desarrollaron un sistema de irrigación y drenaje para controlar los daños sufridos por sus
campos en la planicie aluvial atravesada por los meandros del río.
Aunque los asentamientos neolíticos eran más permanentes que los campamentos de
los pueblos cazadores, las aldeas tenían que trasladarse periódicamente en algunas
áreas, ya que sus campos perdían fertilidad a causa de la sobreexplotación. Esto
resultaba más necesario en el norte de Europa, donde los campos se despejaban
mediante la técnica de la tala y el incendio. Los asentamientos a lo largo del Nilo, por el
contrario, eran más permanentes, dado que el río depositaba en sus márgenes limo fértil
todos los años. Véase también Arqueología.
3.2 Agricultura: primeras civilizaciones e Imperio romano
Prácticas agrícolas primitivas Los relieves de la tumba de Nefer Sakkara muestran a
unos trabajadores egipcios usando aperos rudimentarios para la cosecha y el cuidado
del ganado.
Con el final del neolítico y la introducción de los metales, prácticamente llegó a su fin la
era de las innovaciones en la agricultura. El siguiente periodo histórico, conocido a través
de información escrita y dibujada, incluyendo la Biblia, los registros y monumentos de
Oriente Próximo y escritos chinos, griegos y romanos, estuvo dedicado a las mejoras de
las técnicas ya existentes. Existen una serie de hitos que sirven para trazar un boceto
del desarrollo en el ámbito mundial de la agricultura en esta era, que abarcan, a grandes
rasgos, desde 2500 a.C. hasta 500 d.C. Algunas plantas empezaron a adquirir
importancia. Las uvas y el vino se mencionan en registros egipcios ya alrededor del 2900
a.C., y el comercio de aceite de oliva estaba ya generalizado en el área del Mediterráneo

10
en el primer milenio a.C. El centeno y la avena se cultivaban en el norte de Europa hacia
el año 1000 a.C. En América, el maíz fue el cereal más difundido.
Muchas verduras y frutas, incluyendo cebollas, melones y pepinos, se cultivaban en el
tercer milenio a.C. en Ur. Los dátiles e higos eran una importante fuente de azúcar en
Oriente Próximo, y en el área del Mediterráneo se cultivaban la manzana, la granada, el
melocotón y la mora. El algodón se cosechó e hiló en India hacia el año 2000 a.C., y el
lino y la seda se empleaban mucho en China durante el segundo milenio. En Asia central
y las estepas rusas se fabricaba fieltro a partir de lana de ovejas.
El caballo, introducido en Egipto alrededor del 1600 a.C., era ya conocido en
Mesopotamia y Asia Menor. El carro de bueyes de cuatro ruedas para trabajos agrícolas
y los carruajes de dos caballos eran familiares en el norte de India en el segundo milenio
a.C.
El perfeccionamiento de las herramientas y el equipamiento fue de especial importancia.
Las herramientas de metal eran más duraderas y eficaces, y el cultivo se vio impulsado
gracias a la ayuda de útiles como el arado tirado por bueyes equipado con una reja
metálica, descubierto en el siglo X a.C. en Palestina. En Mesopotamia, en el tercer
milenio a.C. se añadió un dispositivo en forma de embudo al arado con el fin de plantar
las semillas, y en China se emplearon también otras formas primitivas de sembradora.
La trilla se realizaba con ayuda de animales en Palestina y Mesopotamia, aunque la
recogida, el empaquetado y el tamizado seguían siendo manuales. Egipto conservó la
siembra manual durante este periodo, tanto en pequeñas explotaciones como en
grandes propiedades.
Mejoraron los métodos de almacenamiento del aceite y el grano. Los graneros, cisternas
secas, silos y recipientes de uno u otro tipo empleados para almacenar grano,
sustentaban a las poblaciones de las ciudades. De hecho, sin un abastecimiento
adecuado y sin el comercio de alimentos y productos no alimentarios, las civilizaciones
avanzadas de Mesopotamia, el norte de India, Egipto y Roma no hubieran sido posibles.
Los sistemas de irrigación usados en China, Egipto y Oriente Próximo eran muy
elaborados, y permitieron explotar una mayor superficie de tierra. En Sumer, el trabajo
forzado de los campesinos y la burocracia creada para planificar y supervisar los trabajos
de irrigación, probablemente fueran básicos para el desarrollo de las ciudades estado de
Sumer. Los molinos de viento y de agua, desarrollados a finales del periodo romano
aumentaron el control sobre las múltiples incertidumbres climáticas. La introducción de
fertilizantes, en su mayor parte estiércol de animales, y la rotación de cultivos dejando
tierras en barbecho hicieron más productiva la agricultura.
Las explotaciones mixtas y la cría de animales florecían en las islas Británicas y en
Europa continental; llegaron hasta Escandinavia a comienzos de este periodo histórico,
donde mostraron un modelo que persistiría durante los siguientes 3.000 años. La caza y
la pesca, dependiendo de las regiones, complementaban los alimentos cultivados por los
agricultores.
Poco después del gobierno de Julio César, el historiador romano Publio Cornelio Tácito
describía a los germanos como una sociedad tribal de guerreros campesinos libres, que
cultivaban sus propias tierras o las abandonaban para ir a la guerra. Unos 500 años más
tarde, la aldea europea típica consistía en un núcleo de casas rodeado de campos
cultivados de forma tosca y compuestos por explotaciones privadas; los valles, bosques

11
y tierras sin aprovechar eran empleados por toda la comunidad. Los bueyes y el arado
pasaban de un campo a otro, y la cosecha era un esfuerzo cooperativo.
Al parecer, Roma comenzó como una sociedad rural de agricultores independientes. En
el primer milenio a.C., tras el establecimiento de la ciudad, la agricultura emprendió un
desarrollo capitalista que alcanzó su apogeo en la era cristiana. Las grandes propiedades
que abastecían a las ciudades del Imperio estaban en manos de propietarios ausentes y
eran explotadas por mano de obra esclava bajo la supervisión de capataces contratados.
Al ir disminuyendo el número de esclavos, en general cautivos de guerra, iban siendo
reemplazados por trabajadores en régimen de arrendamiento. La villa romana típica de
la era cristiana se aproximaba al sistema feudal de organización; los esclavos y los
arrendatarios manumitidos se veían obligados a trabajar con arreglo a un horario, y los
arrendatarios pagaban una proporción fija de la producción al propietario. Ya en el siglo
IV d.C., la figura del siervo estaba firmemente establecida, y el arrendatario estaba
vinculado a la tierra.

3.3 La agricultura feudal


En Europa, el periodo feudal comenzó poco después de la caída del Imperio romano, y
alcanzó su cumbre hacia el año 1100 d.C. Este periodo fue también testigo del desarrollo
del Imperio bizantino y del poder de los musulmanes en Oriente Próximo y el sur de
Europa. España, Italia y el sur de Francia se vieron afectadas por los acontecimientos de
fuera de Europa continental.
Durante el periodo de dominio árabe en Egipto y España, la irrigación se extendió a
tierras que antes eran improductivas o estériles. En Egipto, la producción de grano era
suficiente para permitir al país vender trigo en el mercado internacional. En España, se
plantaron viñedos en terrenos en pendiente, y el agua para la irrigación se traía desde
las montañas hasta los llanos. En alguna áreas de dominación islámica se cultivaban
naranjas, limones y albaricoques.
Se producía arroz, caña de azúcar, algodón y verduras como las alcachofas y las
espinacas, además de azafrán, una especia típicamente española. Se crió el gusano de
seda, así como su fuente de alimento, el árbol de la morera.
Ya en el siglo XII la agricultura de Oriente Próximo se había estancado, y Mesopotamia,
por ejemplo, retrocedió hasta niveles de subsistencia al ser destruidos sus sistemas de
irrigación por los mongoles. Las Cruzadas aumentaron el contacto de los europeos con
los países islámicos y familiarizaron a Europa occidental con los cítricos y los tejidos de
algodón.
La estructura agrícola distaba de ser uniforme. En Escandinavia y Alemania oriental
perduraban las pequeñas granjas y aldeas de épocas anteriores. En las zonas
montañosas y los pantanos de la Europa eslava el sistema señorial no podía florecer. La
cría de animales y el cultivo de aceituna y uva se encontraban normalmente fuera de
este sistema.
Una explotación feudal requería, a grandes rasgos, de 350 a 800 ha de suelo arable y
una cantidad equivalente de otras tierras, como humedales, zonas de bosque y
pastizales. Se trataba de una comunidad típicamente autosuficiente. En ella se alzaba la
mansión del señor del feudo, un militar o vasallo de la iglesia de alto rango, al que a
veces se le otorgaba el título de lord, o de su administrador. A menudo, el feudo podía

12
constituir la totalidad de una parroquia por lo que incluía una iglesia. En la propiedad
podían existir una o más aldeas, y sus habitantes eran los trabajadores de hecho. Bajo
la dirección de un capataz o supervisor, cultivaban la tierra, criaban los animales de carne
y de carga y pagaban impuestos en forma de servicios, bien como mano de obra forzosa
en las tierras de su señor y otras propiedades o en forma de servicio militar obligatorio.
Un feudo de grandes dimensiones contaba con un molino para moler el grano, un horno
para hornear el pan, un estanque de peces, huertos, tal vez una prensa para el vino o el
aceite, y jardines de hierbas aromáticas y hortalizas. Tenían también abejas para obtener
miel.
Con la lana de las ovejas criadas en la propiedad se fabricaba la ropa. La lana era hilada
para obtener hilazas, con las que elaborar tejidos y finalmente prendas de vestir.
Asimismo, era posible conseguir telas a partir del lino, que se cultivaba con este fin y
para la extracción de aceite.
Los alimentos que se servían en una propiedad feudal variaban dependiendo de la
estación y de la valía como cazador de su señor. La caza para procurarse carne era, de
hecho, la principal tarea no militar del dueño de la casa y de sus asistentes militares. Los
residentes en el castillo podían comer pato, faisán, paloma, ganso, gallina y perdices;
pescado, cerdo, carne de vacuno, y carnero, además de coles, nabos, zanahorias,
alubias y guisantes. También se servían pan, queso, mantequilla, cerveza, vino y
manzanas. En la Europa meridional a veces se consumían aceitunas y aceite de oliva, a
menudo en sustitución de la mantequilla.
El cuero procedía de las vacas de la propiedad. Las bestias de carga eran caballos y
bueyes; al irse criando variedades más pesadas de caballos, y desarrollarse un nuevo
tipo de arreos, éstos adquirieron mayor importancia. El herrero, el fabricante de ruedas
y el carpintero se encargaban de la fabricación y mantenimiento de las toscas
herramientas agrícolas.
El cultivo estaba organizado de forma rígida. Las tierras arables se dividían en tres
partes: una se sembraba en otoño con trigo o centeno; la segunda en primavera con
cebada, centeno, avena, alubias o guisantes; y la tercera se dejaba en barbecho, es
decir, sin sembrar. Los campos se dividían en bandas distribuidas por las tres divisiones,
y sin setos o verjas para separar una banda de otra. A cada campesino varón que fuera
cabeza de familia se le asignaban unas 30 de estas bandas. Con la ayuda de su familia
y un tiro de bueyes, trabajaba a las órdenes de los capataces del señor feudal. Cuando
trabajaba en sus propios campos, si es que los tenía, lo hacía ateniéndose a las
costumbres de la aldea, que probablemente eran tan rígidas como las de cualquier
capataz.
Hacia el siglo VIII se introdujo un ciclo cuatrienal de tierras en barbecho. La rutina anual
en 400 ha consistía en arar 100 ha en otoño y 100 ha en primavera, dejando 200 ha en
barbecho que se araban en junio. Estos tres periodos que abarcaban todo el año,
permitían recoger dos cosechas en un total de 200 ha, dependiendo del clima. Como
norma general se uncían diez o más bueyes, no mayores que los novillos de hoy en día,
al arado, que a menudo era poco más que un tronco ahorquillado. A la hora de la
cosecha, todos los campesinos, incluyendo mujeres y niños, debían trabajar en los
campos. Tras la recogida se daba suelta a los animales de la comunidad en los campos
para que pastaran.

13
Algunos feudos empleaban un sistema de franjas o bandas, con una superficie de unas
0,4 ha, que medían unos 200 m de largo por 1,2 a 5 m de ancho. Las del señor de la
propiedad tenían unas dimensiones similares a las de los campesinos, y estaban
distribuidas por terrenos buenos y malos. El sacerdote de la parroquia podía tener tierras
separadas de las de la comunidad o franjas en las que trabajaba él mismo o eran
atendidas por los campesinos.
En todos los sistemas feudales, los campos y las necesidades del señor eran lo primero,
pero solían dejarse libres cerca de tres días a la semana para que los campesinos
trabajaran en sus franjas y huertos familiares. La madera y la turba para combustible se
recogían en terrenos comunales y los animales pastaban en las vegas de la aldea.
Cuando había excedentes de grano, pieles y lana, se enviaban al mercado para su venta.
Hacia el año 1300 empezó a hacerse patente la tendencia a cercar las tierras comunales
y la cría de ovejas para aprovechar la lana. La aparición de la industria textil hizo que la
cría de ovejas resultara más rentable en Inglaterra, Flandes, Champagne, Toscana,
Lombardía y la región de Augsburgo en Alemania. Al mismo tiempo, las áreas que
rodeaban las ciudades medievales empezaron a especializarse en productos hortícolas
y lácteos. El feudalismo independiente se vio también afectado por las guerras de los
siglos XIV y XV en Europa, y por las grandes epidemias de peste del siglo XIV. Aldeas
enteras quedaron borradas del mapa, y muchas tierras arables fueron abandonadas. Los
campesinos supervivientes empezaron a expresar su descontento y a intentar mejorar
sus condiciones de vida.
Con la disminución de la mano de obra, sólo se conservaron para el cultivo las mejores
tierras y, en el sur de Italia, por ejemplo, el riego contribuyó a aumentar la producción de
los suelos más fértiles. El énfasis en la producción de grano fue reemplazado por la
diversificación y comenzó la producción de mercancías que requerían mayores cuidados,
como vino, aceite, queso, mantequilla y verduras.
En América, la base material de las grandes civilizaciones era principalmente la
agricultura. Una inmensa variedad de plantas cultivadas satisfacía las necesidades
alimenticias y proporcionaban materia prima para las artesanías. Casi todas las regiones
cultivaban un número de plantas que como el maíz, el frijol, la papa o patata se
adaptaban a las distintas condiciones ambientales. Aparte de la calabaza, antes
mencionada, los americanos plantaban jitomate (tomate), miltomate, huanlizontli y
hierbas como el epazote. Había también una gran variedad de frutales: aguacate,
chirimoya, mamey, zapote, capulín, guayaba, etc. El maguey (ver Agave) y el nopal,
característicos de Mesoamérica se cultivaban en sus diversas variedades, no sólo como
alimento sino que utilizaban la fibra para fabricar telas de vestir. En las tierras templadas,
el cultivo del algodón era uno de los más destacados.
4 La agricultura tecnificada

14
Trilladoras La invención de las trilladoras impulsó el desarrollo de la agricultura. Estas
máquinas separan, con una acción mecánica de golpeado, las semillas del cereal (grano)
de la cascarilla y los tallos (paja).
Al llegar el siglo XVI, la población europea iba en aumento, y la producción agrícola entró
de nuevo en una fase de expansión.
Allí y en otras áreas, la naturaleza de la agricultura habría de cambiar mucho en los siglos
venideros. Había varias razones para ello. Europa había quedado aislada de Asia y
Oriente Próximo por la extensión del poderío turco. Se estaban poniendo en práctica
nuevas teorías económicas, que afectaban directamente a la agricultura. Además, las
guerras continuadas entre Inglaterra y Francia, en el seno de ambos países y en
Alemania consumían capital y recursos humanos.
Se inició un nuevo periodo de exploraciones y colonización para intentar soslayar el
control por parte de Turquía del comercio de especias, para dar un hogar a los refugiados
religiosos, y para obtener recursos para unas naciones europeas que estaban
convencidas de que la única riqueza eran los metales preciosos.
El descubrimiento de América favoreció el hallazgo de especies vegetales y animales
hasta entonces desconocidas en Europa. La agricultura colonial comenzó no sólo para
proveer de alimentos a los colonizadores, sino también para producir cosechas
comerciales y suministrar alimentos a la metrópolis. Esto representaba el cultivo de
productos como el azúcar, el algodón, el tabaco, la papa o patata, el tomate y el té, así
como la producción de productos animales tales como lana y pieles. De los siglos XV al
XIX el comercio de esclavos se encargó de aportar la mano de obra necesaria. Los
esclavos procedentes de África, por ejemplo, trabajaban en el Caribe en plantaciones de
azúcar, y en Norteamérica en plantaciones de índigo y algodón. La primera sociedad
colonial se sustentó en la explotación de la mano de obra indígena, entonces abundante,
asegurada por la esclavitud y la encomienda, que transformó la estructura social del
mundo indígena. Los prisioneros procedentes de Europa, sobre todo de las cárceles
inglesas, aportaron tanto mano de obra cualificada como no cualificada en muchas
colonias americanas. En última instancia, no obstante, tanto la esclavitud como la
servidumbre fueron erradicadas en el siglo XIX. Véase también Plantación.

15
Cuando fueron descubiertos por los conquistadores españoles, las civilizaciones más
avanzadas del Nuevo Mundo disfrutaban de economías agrícolas desarrolladas, pero
carecían de animales de tiro y desconocían la rueda. Los clanes y otros grupos
consanguíneos, o de tribus dominantes que habían creado sofisticados sistemas de
gobierno, poseían la tierra, a la que no tenían acceso como propietarios los particulares
o las familias individuales. En el siglo XVI habían desaparecido ya varias civilizaciones
en Centroamérica y Sudamérica. Las que conocieron los españoles fueron las de los
aztecas, los incas y los mayas.
Desmotadora de algodón La producción masiva de algodón, una de las fibras más
importantes y adaptables de la industria textil, fue, hasta la invención de la desmotadora
en 1793, demasiado difícil, lenta y poco rentable. La desmotadora separa la fibra de las
semillas y otras materias antes de su empacado y comercialización. Permitió que una
sola persona realizara el trabajo de 50 y su eficacia espoleó la creación de plantaciones
de algodón en el sur de Estados Unidos.
La revolución científica producto del renacimiento y el Siglo de las Luces en Europa
favoreció la experimentación en la agricultura así como en otros campos. La
experimentación y el error en el cultivo de plantas condujo a la mejora de las cosechas,
y se desarrollaron algunas variedades nuevas de ganado vacuno y ovino. Especialmente
notable fue la vaca Guernsey, que incluso hoy sigue siendo una especie apreciable como
productora de leche. El proceso de parcelación (enclosura) se aceleró enormemente en
el siglo XVIII, y los propietarios de tierras pudieron determinar la disposición de tierras y
pastizales, anteriormente sometidos al uso común. La rotación de los cultivos, alternando
las legumbres con el grano, fue practicada con más entusiasmo al desaparecer el
sistema de franjas heredado del periodo feudal. En Inglaterra, donde la agricultura
científica era especialmente eficaz, la enclosura produjo una reorganización fundamental
de la propiedad de la tierra. Desde 1660 en adelante, los propietarios de las mayores
superficies habían empezado a incrementar el tamaño de sus posesiones, a menudo a
expensas de pequeños agricultores independientes. Cuando llegó la era victoriana, el
modelo agrícola se basaba en la relación entre el terrateniente, dependiente de las
rentas; el agricultor, que producía las cosechas; y los jornaleros sin tierras. El drenaje
hizo cultivables más tierras y, con la Revolución Industrial, surgió la maquinaria agrícola.
No es posible fijar con claridad una década o una serie de acontecimientos como
comienzo de la revolución agrícola a través de la tecnología. Entre los adelantos más
importantes están la crianza selectiva de ganado, iniciada a comienzos de 1700, y la
dispersión de caliza en las tierras de cultivo a finales de ese mismo siglo. Las mejoras
mecánicas del arado tradicional comenzaron a mediados del siglo XVII con la fijación de
pequeñas puntas de hierro a la madera mediante tiras de cuero. En 1797, Charles
Newbold, un herrero de Burlington, Nueva Jersey, introdujo el arado de reja de hierro
fundido. La reja voltea la tierra y la empuja a un lado; este tipo de arado sigue siendo hoy
el más utilizado. John Deere, otro herrero estadounidense, mejoró aún más el arado en
la década de 1830 y lo fabricó en acero. Otros inventos notables incluyen la sembradora
del agrónomo inglés Jethro Tull, desarrollada a comienzos del siglo XVIII y
progresivamente mejorada durante más de un siglo; la segadora del norteamericano
Cyrus McCormick, creada en 1831; y multitud de trilladoras, cultivadoras, cortadoras de
grano y hierba, rastrilladoras y desgranadoras de maíz. A finales del siglo XIX, se
empleaba a menudo el vapor para reemplazar la energía animal en el arrastre de arados
y en el accionamiento de máquinas trilladoras.

16
La demanda de alimentos para los trabajadores urbanos y de materias primas para la
industria produjo una reestructuración del comercio mundial. Ciencia y tecnología
desarrolladas con fines industriales fueron aplicadas a la agricultura, dando lugar
finalmente al nacimiento de la industria agrícola de mediados del siglo XX.
En los siglos XVII y XVIII se efectuaron los primeros intentos sistemáticos por estudiar y
controlar las plagas. En épocas anteriores a éstas la recogida manual y las fumigaciones
eran los métodos habituales para el control de plagas. En el siglo XIX se desarrollaron
varios tipos de venenos para su empleo en forma de fumigaciones; también se usaron
medios biológicos de control como los insectos depredadores. Se cultivaron variedades
resistentes de plantas; esto último tuvo especial éxito en los viñedos europeos, en los
que se injertaron tallos europeos no resistentes en cepas radiculares americanas que sí
lo eran para luchar contra el áfido filoxera tras su introducción accidental en Francia.
Los avances en el transporte afectaron también a la agricultura. Las carreteras, canales
y ferrocarriles permitieron a los agricultores obtener los suministros necesarios y
comercializar sus productos en un mercado más amplio. Los alimentos podían
protegerse durante el transporte y era posible trasladarlos a menor coste gracias a los
trenes, los barcos y la refrigeración, avances producidos a finales del siglo XIX y
principios del XX. El uso eficaz de estos adelantos llevó a una creciente especialización
y, en ocasiones, a cambios en la localización de los proveedores agrícolas. En el último
cuarto del siglo XIX, por ejemplo, los proveedores de grano australiano y norteamericano
desplazaron a los europeos en el mercado del viejo continente. Cuando la producción de
grano dejaba de ser rentable para los agricultores europeos, o un área era urbanizada,
se potenciaban las industrias lácteas, la producción de queso y otros productos.
El paso hacia un incremento en la producción en el periodo posterior a la II Guerra
Mundial fue el resultado de una nueva explosión demográfica. La necesidad de más
alimentos fue paliada en parte por la llamada revolución verde, que implicó el cultivo
selectivo de cosechas tradicionales en busca de mayores rendimientos, nuevos híbridos,
y métodos de cultivo intensivo adaptados a los climas y condiciones culturales de países
densamente poblados como India. La crisis mundial del petróleo a mediados de la
década de 1970, no obstante, redujo el abastecimiento de fertilizantes nitrogenados
necesarios para el éxito de las nuevas variedades. Simultáneamente, un clima errático y
desastres naturales como la sequía y las inundaciones redujeron las cosechas en todo
el mundo. Parecía inminente el hambre en el subcontinente indio, y la hambruna se
generalizó en muchas partes de África al sur del Sahara. La situación económica, en
especial la inflación descontrolada, amenazaban por igual al productor y al consumidor
de alimentos. Estos problemas se convirtieron en los factores determinantes del cambio
y el desarrollo agrícolas.
Consecuencias del uso de fertilizantes y plaguicidas artificiales

Frecuentemente, se dice que en los cultivos es necesario usar químicos de síntesis


artificial, porque de lo contrario no sería posible obtener resultados en la explotación
agrícola. En general, se afirma que:

 Los suelos son malos, están viejos, cansados o empobrecidos y por eso
necesitan fertilizantes químicos solubles para que se alimenten las plantas.
 Las semillas propias son de baja calidad, producen poco o las cosechas no
son buenas, ante lo cual se promueve el uso de semillas mejoradas
(híbridos, variedades o cultivos exóticos) de mayor producción.

17
 En nuestras condiciones, hay muchos bichos que se comen y dañan los
cultivos; por ello, se necesita agregar plaguicidas que 1o destruyan.
 Como en el trópico hace calor llueve, y los suelos son malos, es muy fácil
que el cultivo se enferme; para evitarlo, hay que usar fungicidas y otros
plaguicidas.
 Para que el cultivo sea rentable (hay que sembrar una sola cosas evitar
que cualquier otra planta aparezca en el terreno porque le quita comida y
agua al cultivo, Ir enferma y le ayuda a los bichos La solución es emplear
antes durante el cultivo diferentes matamalezas.
 Después de cosechado el producto, su apariencia y duración se modifican
con estabilizantes, ceras y otros productos artificiales.
Como se puede entender, el paquete de productos químicos de síntesis artificial que se
recomienda viene a ser una cadena cuyo origen es que “nuestros suelos son malo y
en la cual cada eslabón siguiente se justifica con el anterior.

La idea de la mala calidad d nuestros suelos se apoya en mostrar cómo se pierde un


cultivo cuando no se emplean fertilizantes solubles, cuando las plagas lo aniquilan las
malezas lo ahogan. En esas condiciones, la cosecha obtenida no compensa los gastos
efectuados y el productor quiebra.
Mientras el resultado es cierto, las causas no lo son porque, cada una de las aparentes
justificaciones para el uso de los productos es causa de alguno de los problemas que se
presentan en el cultivo.

Las consecuencias del uso de agroquímicos día tras día se evidencian más,
manifestándose, entre otros aspectos, en la muerte del suelo, resultado de la aplicación
de fertilizantes solubles (químicos de síntesis) que aniquilan a las poblaciones de
microorganismos, sin los cuales el suelo se
transforma en un sustrato inerte, presa fácil
de su degradación; así mismo, los efectos
sobre el cultivo, los seres que habitan en el
ecosistema, el agua y el aire son
devastadores.

18
Algunas relaciones entre agroquímicos y daños en el ecosistema

19
La Agricultura comercial es la causa del 70% de la deforestación en América
Latina
La agricultura comercial generó casi el 70 por ciento de la deforestación en Latinoamérica entre
los años 2000 y 2010, informó hoy en Santiago la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO).

La agricultura comercial generó casi el 70 por ciento de la deforestación en Latinoamérica entre


los años 2000 y 2010, informó hoy en Santiago la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO).

“La agricultura comercial no puede continuar creciendo a expensas de los bosques y recursos
naturales de la región” explicó Jorge Meza, oficial forestal principal de la FAO, en relación con el
informe “El estado de los bosques del mundo”.

Al respecto, agregó que “la seguridad alimentaria puede lograrse mediante la intensificación
agrícola y medidas como la protección social, en lugar de expandir las áreas agrícolas a expensas
de los bosques”.

Lo anterior es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en la resolución


de Naciones Unidas “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.

Según el estudio, en el período comprendido entre los años 1990 y 2005, el 71 por ciento de la
deforestación en Argentina, Colombia, Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Venezuela se debió al
aumento de la demanda de pastos; el 14 por ciento, a los cultivos comerciales, y menos del dos
por ciento a la infraestructura y la expansión urbana.

La ampliación de los pastos causó la pérdida de al menos un tercio de los bosques en seis de los
siete países analizados, como un 45 por ciento en Argentina y un 80 por ciento en Brasil, a
excepción de Perú, donde el aumento de las tierras de cultivo en pequeña escala fue el factor
dominante de la deforestación, causando el 41 por ciento.

“Una opción de política para evitar esto es vincular los incentivos y mecanismos de fomento público
que recibe la agricultura comercial al cumplimiento de normas ambientales”, apuntó la FAO, que
destacó el ejemplo de Brasil al vincular las subvenciones con criterios ambientales, para evitar así
la pérdida de 270 mil hectáreas verdes, específicamente.

Si bien el informe demuestra que la deforestación a causa de la actividad agrícola comercial sigue
siendo alta en la región, esta tasa se ha reducido casi en un 50 por ciento, en comparación a lo
que sucedía en 1990.

“Desde 1990 más de 20 países a nivel global mejoraron su seguridad alimentaria y mantuvieron o
aumentaron su cobertura forestal, demostrando que no es necesario cortar bosques para producir
más alimentos”, subrayó Meza.

Actualmente en Costa Rica, luego de que la deforestación alcanzara su valor máximo en 1980, los
bosques cubren el 54 por ciento de su superficie, gracias a cambios estructurales como incentivos
a los agricultores para plantar y apoyar la conservación.

Por su parte, en Chile, desde 1990, se ha establecido más de un millón de hectáreas de


plantaciones forestales, para reducir la presión sobre los bosques nativos, y se prevé que a partir
de 2025, estos terrenos producirían de forma sostenible unos 50 millones de metros cúbicos de
madera al año.

De acuerdo al documento, de nombre SOFO por sus siglas en inglés, las plantaciones en Chile
han reducido la explotación forestal industrial del 16.1 por ciento total en 1990 al 0.8 por ciento en
2013.

20
Bibliografía
 MANUAL AGROPECUARIO
Biblioteca del campo
Fundación hogares juveniles campesinos

Tomos I y II

 GUIA GANADERA
Behringwerke AG.

MARBURG – Lahn/Alemania

 EL MANUAL MERCK DE VETERINARIA


Quinta edición – Editorial Océano

 www.google.com
 www.lahora.com
 www.elheraldo.com
 www.mag.gov
 Biblioteca de consulta de Microsoft Encarta 2005

21

También podría gustarte