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ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN
II. CUERPO

CAPÍTULO I: REFORMA CONSTITUCIONAL


1.1. Definición ........................................................................................ 5
1.2. Naturaleza............................................................. ........................... 5
1.2.1. Poder Constituyente Originario ............................................. 6
1.2.2. Poder Constituyente Derivado ............................................... 6
1.3. Titularidad y Ejercicio del Poder Reformador ................................ 6
1.3.1. Procedimientos Representativos o Indirectos ..................... 7
1.3.2. Procedimiento Participativos o Directos ............................. 7
1.4. Función................................................................................ ............ 8
1.5. Clases de Reforma ........................................................................... 9
1.5.1. Realizada por el Congreso o Poder Constituyente ............ 10
1.5.2. Mediante Referéndum ....................................................... 10
1.6. Límites ........................................................................................... 10
1.6.1. Límites Expresos ............................................................... 10
1.6.2. Limites Implícitos ............................................................. 11
1.7. Necesidad.............................................................................. ........ 11

CAPÍTULO II: REFORMA CONSTITUCIONALES EN EL PERÚ


2.1. Constitución política del Perú........................................................ 12
2.1.1. Artículo 206° - Reforma Constitucional ........................... 12
2.2. Fases .............................................................................................. 13
2.2.1. Iniciativa.................................................................... ......... 13
2.2.2. Aprobación..................... .................................................... 14
2.2.3. La ratificación............................................................. ........ 14
2.3. Plazos de la Reforma .................................................................... 14

CAPÍTULO III: ANALISIS CASUÍSTICO DE REFORMA CONSTITUCIONAL EN


EL PERÚ
3.1. Caso 01: Proyectos de Reforma Constitucional 2018 ................... 15
3.2. Caso 02: Reforma Constitucional de 1993 .................................... 19
3.3. Caso 03: Reforma Constitucional de 1860 .................................... 21

III. CONCLUSIONES .................................................................................................... 27


IV. REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA ......................................................................... 28
ANEXOS

1
INTRODUCCION
La presente monografía titulada “Reforma constitucional en el Perú” fue realizada para la
asignatura de Redacción Universitaria y Cátedra Vallejo, dentro de los marcos de los
lineamientos de la investigación formativa de la Universidad César Vallejo.
El tema de reforma constitucional es muy importante debido a que esta cambia depende a
la realidad social y probablemente el país se encuentre afrontando una en un futuro. Así lo
sostiene Henríquez (2009) al afirmar que “la constitución realiza constantes cambios por la
realidad política, social y económica en la que se encuentre un estado” (p.278).
Está claro que la reforma constitucional realiza cambios con la finalidad que estos se
encuentren en sintonía con la realidad del país; pero para lograr una reforma se necesita
analizar los beneficios y consecuencias de esta, para luego ser aprobada por los
ciudadanos.
Con respecto a esta temática se han realizado demasiadas e importantes investigaciones y
se lograron ubicar algunos antecedentes que guardan relación con nuestra investigación,
estas son:
La primera investigación monográfica identificada es del estudiante Héctor Guzmán
García, realizada en la universidad de Almería en el año 2013 que lleva por título “La
reforma constitucional”, en dicha investigación se llegó a la siguiente conclusión: ante un
procedimiento de reforma constitucional resulta importantísimo la figura del referéndum
consultivo ya que este ese adecua a la opinión de la sociedad y por ende a la realidad
social.
Otra investigación es una tesis de la estudiante Lourdes Quiroz Vigil, realizada en la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos el año 2013 que tiene como titulo” La
reforma como garantía frente al poder político en el Perú”, donde se llego a la conclusión:
los procesos de reformo parcial o total de una constitución, significan el cambio de bases
de ordenamiento jurídico, económico y social de un estado para el beneficio de todos.
Luego de la problemática expuesta y las investigaciones hechas, esta monografía de
carácter investigativo tiene como objeto general conocer las definiciones, tipos, funciones
y consecuencias de las puede y pudo provocar una reforma en el país. A partir de la cual
los objetos específicos: Recopilar información sobre la reforma constitucional; elaborar el
marco teórico sobre la reforma constitucional; y por último, analizar las estrategias sobre
las reformas constitucionales en el país.

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Además, su importancia radica en que dicha información permitirá enfocar un mejor
concepto sobre la reforma constitucional, cuando se dieron las más importantes reformas
en Perú y saber si su impacto fue positivo para el desarrollo.
Finalmente la monografía se ha estructurado de la siguiente manera:
En el capítulo I, se centra en la reforma constitucional en el que se plantea, definición,
naturaleza de origen, funciones, límites y necesidades.
En el capítulo II, se aborda la temática de la reforma constitucional en el Perú tales como,
normatividad, fases, iniciativa, discusión, aprobación y ratificación.
Para culminar, en el capítulo III, se expone algunos casos de reformas constitucionales
actuales e importantes dadas en el Perú

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I. REFORMA CONSTITUCIONAL
1.1. Definición:
La reforma constitucional es una modificación a ciertos aspectos sociales, económicos
y políticos del texto constitucional, con la finalidad que estos mismos aspectos estén
acordes y en sintonía con la realidad de un estado.

Henríquez (2009) señala que:


La reforma constitucional, como puede verse, es una institución propia del
constitucionalismo escrito, que encuentra su razón de ser en la necesidad de
acomodar la constitución a los constantes cambios que la realidad social, política y
económica de un Estado produce. Son pues estos cambios los que hacen que las
normas constitucionales pierden su eficacia y que tengan que ser, por tanto,
completadas, eliminas o acopladas de alguna manera a las nuevas exigencias en
interés de un desarrollo sin fricciones del proceso político. (p.278)

Así mismo Gonzales (2013) expone que: “La reforma constitucional tiene un
significado más bien formal, es decir, se trata de la posibilidad de modificar el texto
constitucional por medios o técnicas, generalmente esta modificación obedece a
requerimientos de la estructura socio-económica de la nación.” (p. 163)

En síntesis, la reforma constitucional son cambios parciales o totales a la constitución


para suplir aspectos variables que se dan en la realidad social, para que exista un
equilibrio adecuado entre constitución y las necesidades de la sociedad.

1.2. Naturaleza:
La naturaleza de la reforma constitucional tiene como punto de partida la creación
o establecimiento de una constitución dentro de un ordenamiento jurídico, al ser
este la base principal de estructuración del estado trayendo como efectos desde
una perspectiva general la conformación de la sociedad y regulación de está
misma, para lo cual la doctrina señala que la reforma tiene una exigida relación
con la existencia o creación de la constitución, debiéndose en un Poder creativo y
otro un Poder reformador .

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Pacheco (2004) señala que: “La naturaleza Jurídica de la reforma constitucional
tiene una bi-confección que esta expresada en el Poder Constituyente, que es un
poder extraordinario que emerge en momentos excepcionales de la vida de un
estado. Fraccionado de dos maneras: Originario y Derivado.” (133)

1.2.1. Poder Constituyente Originario:


Llamado también genuino. Es aquel que se ejerce sin sujeción a una Norma
Suprema pre existente; le corresponde la creación de la constitución y se
manifiesta en casos de surgimiento de un estado naciente, reestructuración u
organización de un estado o cuando está será reformada totalmente. En la
mayoría de los casos, se institucionaliza por medio de un órgano
denominado Asamblea Constituyente, la cual luego de cumplir su función
(dar una constitución) se disuelve.

1.2.2. Poder Constituyente Derivado:


Llamado también Poder de reforma. A diferencia del Originario, este se
ejerce como consecuencia y dentro del marco de los procedimientos
señalados previamente en una Constitución, son ejercidos por el Parlamento,
se institucionaliza por medio de órganos que cumplen funciones múltiples
(órgano Legislativo, Ejecutivo y Judicial) de carácter permanente y
coadyuvan para la marcha cotidiana del Estado.

La naturaleza dentro del marco jurídico de la Reforma Constitucional está


supeditada a la creación de la constitución mediante el ejercicio de un poder
constituyen.

1.3. Titularidad y Ejercicio del Poder Reformador:


Blancas (2007) señala que: “En esta materia, de la misma manera de la
Constitución también se puede distinguir entre procedimientos representativos o
indirectos y procedimientos participativos o directos.” (p. 72)

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1.3.1. Procedimientos Representativos o Indirectos:
a) El Parlamento o Congreso (poder constituyente derivado):
La titularidad del poder de reforma de la Constitución corresponde al
parlamento o congreso siempre que aquella se lo atribuya
expresamente. Por razones prácticas, dado lo complejo que sería
convocar al poder constituyente para aprobar enmiendas a la
constitución, este es el procedimiento que la mayoría de constituciones
han adoptado.
Los requisitos más frecuentes exigidos para la reforma constitucional
son los siguientes:

 Aprobación por mayoría absoluta o calificada: Es frecuente


exigir que la ley de reforma constitucional sea aprobada por una
mayoría absoluta (Superior a la mitad de los representantes).
 Aprobación por doble votación: Este requisito consiste en exigir
que la reforma sea votada dos veces en el parlamento,
generalmente con un intervalo no demasiado breve que permita
la intervención la opinión pública.

1.3.2. Procedimientos Directos o Participativos:


Estos procedimientos se emplean siempre de manera complementaria a la
aprobación de la reforma por el Parlamento, pues en el Estado
constitucional el órgano legislativo no puede ser ignorado, salvo los casos
en que no tenga atribuido el poder constituyente derivado. El objeto de
estos procedimientos es posibilitar la participación directa del pueblo en la
reforma constitucional, razón por la cual esta participación solo puede
canalizarse a través del referéndum, el cual puede ser obligatorio u
opcional.

a) Referéndum Obligatorio: En los países que establecen un referéndum


obligatorio para sancionar la reforma constitucional, esta representa una
parte esencial e ineludible del proceso de aprobación de esta. Ello
quiere decir que la reforma constitucional tiene dos etapas: su

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elaboración y aprobación por el Parlamento; y su ratificación mediante
el referéndum.
b) Opcional u Alternativo: En este caso, la Constitución no incluye el
referéndum como una etapa necesaria del procedimiento para su
reforma pero este puede tener lugar a solicitud de una parte de la
población o de los integrantes de ciertos órganos del Estado, o
funcionar como parte de un procedimiento alternativo.

1.4. Funciones:
Las funciones que puede tener una reforma, siempre son entendidas en al
aspecto de que las normas vigentes, establecidas dentro de la misma constitución
tengan un cambio sistemático, y se adecuen a los aspectos mutables dentro de la
sociedad. En materia legislativa la reforma constitucional cumple un rol de
complemento, a los vacíos que se presentan dentro de la legislación.

Soldan (2002) señala que: “Una reforma constitucional cumple una función de
correlación entra las normas jurídicas y la realidad social, también tiene a cargo
la complementación de materias de irregulares dentro de la legislación.” (584)

Por lo cual Soldan (2002) expone las siguientes funciones de una Reforma
Constitucional:

 La función necesidad de adecuar la realidad social a la realidad jurídica


se presentara como la primera a la que responde la reforma
constitucional. Por eso a través de la reforma, se produce el acoplamiento
de la constitución con su propia realidad, la revisión, lejos de
interpretarse como un instrumento de deterioro del ordenamiento
fundamental, debe entenderse como su primera y más significativa forma
de establecer un afianzamiento de las normas con la realidad social.

 Función legitimidad de los poderes constituidos, esa adecuación de las


normas constitucionales a la realidad, se produce sin quebrantamiento de
la continuidad jurídica. Porque el poder de revisión es un poder

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constituido que obtiene su legitimidad en el propio ordenamiento, la
operación de reforma es una operación esencialmente jurídica.

 Función de Limitar al Poder Reformado, el poder constituyente no podría


hacer una reforma sin convertirla en un acto revolucionario, y a la
inversa, el poder de revisión, que tiene competencia para efectuar la
reforma, para lo que, en ningún caso, puede tenerla es para hacer la
revolución. Esto quiere decir, que la reforma está por necesidad sometida
a límites, reforma la constitución no significa destruirla, sino
simplemente, acoplarla a la realidad histórica, sin que pierda su identidad
como estructura conformadora del Estado. La destrucción de la
constitución no es tarea que corresponda al poder de reforma, sino al
poder constituyente.

 Función de superioridad en el ordenamiento jurídico, si frente al poder


constituyente y soberano, el poder de reforma aparece como mecanismo
de articulación de la continuidad jurídica del Estado, frente al resto de los
poderes constituidos se presenta como la institución básica de garantía.
Es, a través del procedimiento de reforma como la constitución se
consagra y se transforma en lex superior.

Si se entiende la Constitución como parte de la estructura política del Estado,


hay que entender que esta nace con vocación de ordenar permanente y
perdurablemente el orden político de un estado, y para asegurar esa permanencia
y perdurabilidad las Constituciones tienen dos características que son como las
dos caras de una moneda, a saber: la rigidez y el procedimiento de reforma.

1.5. Clases de Reforma Constitucional:


Bernales (2001, p. 130) señala los siguientes tipos de reforma constitucional
presente en la doctrina:

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1.5.1. Realizada por el Congreso o Poder Constituyente:
El congreso debe ejercer esta facultad sujeto a estrictos límites formales que
las propias constituciones establecen, los cuales se traducen en un
procedimiento que la mayoría de constituciones han adoptado.

1.5.2. Mediante Referéndum:


El referéndum procede, de conformidad con un artículo constitucional 206,
por iniciativa del Congreso de la República. Sin embargo, también es
posible que la iniciativa de someter un proyecto de reforma de la
Constitución provenga de la propia ciudadanía, pero en base no del
artículo 206 aludido, sino de una disposición constitucional que se
encuentra en el Título I de la Constitución, denominado «De la persona y
la sociedad». Se trata del artículo 32, según el cual:
Artículo 32.- Pueden ser sometidas a referéndum:
1. La reforma total o parcial de la Constitución. […]
Al respecto, conviene recordar que, tal como quedó claro en el acápite
anterior, las disposiciones contenidas en los artículos que integran el
Capítulo III del primer Título de la Constitución están referidos
exclusivamente a los ciudadanos, lo que permite precisar que la
proposición «pueden ser sometidas a referéndum» al inicio de este artículo
debe ser entendida como «los ciudadanos pueden someter a referéndum».

1.6. Límites de la reforma constitucional:


El derecho constitucional comparado permite señalar que algunas constituciones
establecen esta clase de límites:
1.6.1. Límites Expresos:
Según Blancas (2007, p. 75) señala los siguientes tipos de límites
expresos de la reforma constitucional:
a) Disposiciones o contenidos intangibles o <<pétreos>>:
Son disposiciones o materia cuya modificación está prohibida
expresamente por el propio texto constitucional. Se refieren a

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principios o decisiones fundamentales, como la adopción del régimen
republicano, el cual no puede ser abolido, esta clase de normas lo que
realmente hacen es dificultar la reforma pero no impedirla
definitivamente, porque al tener todas las normas constitucionales
igual jerarquía estás podrían ser suprimidas mediante una reforma
constitucional para, una vez eliminada la prohibición, procederse a la
reforma de la norma antes intangible o pétrea.
b) Plazo de espera:
La constitución prohíbe su revisión o la de determinadas normas de
ella por un período de tiempo, el objeto de estas normas es permitir a
la constitución aplicarse y consolidarse antes de proceder a su
reforma.
1.6.2. Límites Implícitos:
Cuando no existen en la constitución límites materiales expresos, en
particular disposiciones intangibles o pétreas, cabe plantear si a pesar de
ello existen límites materiales implícitos o inmanentes que impiden al
legislador ordinario reforma determinados contenidos del texto
constitucional.

Los límites en la reforma constitucional tienen rol muy importante, ya que con
estos se puede determinar los requisitos indispensables para su validez, además
ciertos aspectos que son irreformables.

1.7. Necesidad:
La necesidad de una reforma al texto constitucional tiene justificación legítima
sobre la cual las normas jurídicas vigente dentro de un ordenamiento jurídico, las
cuales se encuentran en un proceso de variabilidad por lo cual, de por sí la
necesidad radica en que precisamente esta variabilidad tengo una sinfonía con los
aspectos mutables presentes en la realidad societaria.

Blancas (2007) afirma que: “La necesidad de posibilitar la reforma constitucional,


haciendo más accesible el mecanismo jurídico para ello, ha llevado a las

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constituciones a prever procedimientos de reforma constitucional a cargo del
poder legislativo, sin tener que acudir a la convocatoria del poder constituyente.”

Henríquez (2009) señala que:


La incorporación en los textos constitucionales de la mayoría de países del mundo de
normas que expresamente instituyen la supremacía constitucional es una clara
muestra de confianza puesta en esta institución, destinada a la protección de La
libertad y el respeto de los derechos fundamentales. Esta tendencia, acentuada
especialmente al final de la segunda guerra mundial, no ha evitado las críticas. Estas
críticas vertidas en contra de la supremacía constitucional estuvieron en realidad
dirigidas a desmitificar una concepción interesada y largamente inmodificable. En
efecto, como lo recuerda Linares Quintana “la rigidez constitucional dentro de la
concepción que distingue el poder constituyente y los poderes constituidos y su
corolario, la supremacía constitucional, integran un sistema orientado al propósito de
la protección y garantía de la libertad, ello no significa que se pretenda de esta
manera detener el tiempo, creando un ordenamiento jurídico fundamental pétreo o
eterno, completamente impermeable a la evolución de las cosas (p.193)

En consecuencia, se afirma que la reforma constitucional sólo es necesaria


cuando las normas constitucionales no responden a las nuevas exigencias
políticas de un Estado y mantenerlas puede significar abrir el camino al
fraude o a la revolución.

II. REFORMA CONSTITUCIONAL EN EL PERU


2.1. Constitución política del Perú
2.1.1. Artículo 206° - Reforma Constitucional
Según la CPP 1893 en su art. 206 señala que:
Artículo 206.- Reforma Constitucional
Toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso con mayoría
absoluta del número legal de sus miembros, y ratificada mediante referéndum.
Puede omitirse el referéndum cuando el acuerdo del Congreso se obtiene en dos
legislaturas ordinarias sucesivas con una votación favorable, en cada caso,

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superior a los dos tercios del número legal de congresistas. La ley de reforma
constitucional no puede ser observada por el Presidente de la República.
La iniciativa de reforma constitucional corresponde al Presidente de la
República, con aprobación del Consejo de Ministros; a los congresistas; y a un
número de ciudadanos equivalente al cero punto tres por ciento (0.3%) de la
población electoral, con firmas comprobadas por la autoridad electoral.

Las constituciones peruanas han establecido en sus textos un capítulo


especial destinado a regular el procedimiento al que deben someterse los
cambios o modificaciones constitucionales. Aunque son muy pocas las
veces que a ella se ha recurrido en función de dar continuidad jurídica al
orden constitucional, su presencia ha servido para afirmar una incipiente
idea, que desde el comienzo se tuvo, acerca de la necesidad de dotar a la
Constitución de su carácter de norma suprema.

2.2. Fases:

Las fases de la reforma constitucional en el Perú son realizar mediante un proceso muy
complejo, por lo que cuenta con fases un su procedimiento para llevar acabo
modificaciones totales o parciales a norma suprema.

Según Henríquez (2001) afirma que:

Toda reforma hasta llegar a concretizarse tiene que recorrer un camino relativamente
complejo, determinado por el carácter agravado del procedimiento que eleva los obstáculos
con relación al procedimiento ordinario, utilizado para la creación, modificación o
derogación de leyes. El grado de complejidad, como se dijo, depende de las
particularidades que presente cada estado, así como los niveles de conceso al que arriben
las diversas fuerzas políticas con presencia en el momento en que se redacta la
constitución. Estas fases fundamentales son: Iniciativa, Aprobación y Ratificación, (p.
207)

2.2.1. Iniciativa:

Conforme a nuestra constitución tienen legitimidad para presentar iniciativas


de reforma, en primer lugar, el Presidente de la República, con aprobación del
Consejo de Ministros; en segundo lugar, los congresistas, y, en tercer lugar, el

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pueblo, cumpliendo con el requisito de contar con el 0.3% de electores, con
firmas comprobadas por la autoridad electoral. En esta etapa no hay mayores
dificultades con las que se le exige para la presentación de proyectos de ley.

2.2.2. Aprobación:

La aprobación corresponde al Congreso, configurando de esta manera lo que la


doctrina denomina como una modificación formal. Su aprobación requiere
mayoría absoluta del número legal de sus miembros. En esta etapa el
procedimiento se agrava por la exigencia de una barrera no menor a la mitad
más uno del número legal de sus integrantes, lo cual, si bien no es muy difícil
de lograr, obliga a buscar acuerdos o consensos debido a que, por lo general,
ningún partido, por sí solo, cuenta con un número tan alto de congresistas.

2.2.3. La ratificación:

Es una etapa en la cual la aprobación, está a cargo del pueblo que acude a las
urnas para pronunciarse favorable o desfavorablemente sobre la reforma en
consulta a través de un referéndum. Aquí se nota el agravamiento del
procedimiento de reforma, pues, como se sabe, una ley no pasa,
necesariamente, por esta etapa.

2.3. Plazos:

Los constituyentes del 93 flexibilizaron la reforma constitucional al acordar los


plazos establecidos por su aprobación. Recuérdese que la constitución del 79
establecía como plazo de enfriamiento un período aproximado de un año. Esto en
razón de que la aprobación debía realizarse en una primera legislatura ordinaria.
Como la primera legislatura ordinaria comienza el 28 de julio y se prolonga hasta el
15 de diciembre, la ratificación tendría que esperar hasta el próximo 28 de julio en
que se pondría al voto para su ratificación.

La Constitución del 93, en cambio, establece como plazo de enfriamiento un periodo


no mayor a 6 meses, puesto que la aprobación se realiza en cualquiera de las dos
legislaturas y se ratifica en la siguiente.

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III. ANALISIS CASUÍSTICO DE REFORMA CONSTITUCIONAL EN EL PERÚ
3.1. Caso 01: Proyectos de Reforma Constitucional 2018

PROYECTOS DE REFORMA CONSTITUCIONAL PRESENTANDO POR


VIZCARRA:

- PRIMERA REFORMA: Cambio del Consejo Nacional de la Magistratura por la


Junta Nacional de Justicia.

El texto que se votó en el pleno modifica los artículos 154, 155 y 156 de la
Constitución, que se referían netamente al Consejo Nacional de la Magistratura
(CNM). Este ahora se llamará Junta Nacional de Justicia.

En el artículo 154, sobre las funciones de la Junta Nacional de Justicia, se establece


que este organismo nombre, previo concurso público de méritos y evaluación
personal, a los jueces y fiscales de todos los niveles.

La Junta Nacional de Justicia también ratificará, con voto público y motivado, a los
jueces y fiscales de todos los niveles cada siete años. Asimismo, ejecuta
"conjuntamente con la Academia de la Magistratura la evaluación parcial del
desempeño de los jueces y fiscales de todos los niveles cada tres años y seis meses".

En dicho artículo también se indica que la Junta Nacional de Justicia aplica la sanción
de destitución a los jueces de la Corte Suprema y fiscales supremos; y, de oficio o a
solicitud de la Corte Suprema o de la Junta de Fiscales Supremos, respectivamente, a
los jueces y fiscales de todas las instancias.

En el caso de los jueces supremos y fiscales también será posible la aplicación de


amonestación o suspensión de hasta ciento veinte días calendario, aplicando criterios
de razonabilidad y proporcionalidad, agrega el punto 3 del artículo 154.

En el artículo 155 se establece que la Junta Nacional de Justicia estará conformada por
siete miembros titulares seleccionados por concurso público de méritos y por un
período de cinco años. La reelección está prohibida.

El concurso público de méritos está a cargo de una comisión especial conformada por:
el defensor del Pueblo (quien la presidirá), el titular del Poder Judicial, el fiscal de la
Nación, el presidente del Tribunal Constitucional, el contralor, un rector elegido en

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votación por los rectores de las universidades públicas licenciadas con más de 50 años
de antigüedad, y un rector elegido en votación por los rectores de las universidades
privadas licenciadas con más de 50 años de antigüedad.

En el artículo 156, sobre los requisitos para ser miembro de la JNJ, se establece que las
personas que postulan deben ser mayores de 45 y menores de 75 años. Asimismo,
deben ser abogados que tengan una experiencia profesional no menor de 25 años o que
hayan ejercido la cátedra universitaria por no menos de la misma cantidad de años o
hayan ejercido la labor de investigador en materia jurídica por no menos de 15 años.

- SEGUNDA REFORMA: Retorno a un Parlamento bicameral.

El presidente de Perú quiere volver a un Poder Legislativo bicameral, pero sin


modificar el actual número de parlamentarios. Si esta propuesta fuese aprobada, el
Congreso tendrá dos cámaras: una con 100 diputados y otra con 30 senadores. Este
formato existió hasta 1992, cuando el expresidente Alberto Fujimori disolvió ambas
cámaras y estableció un Parlamento unicameral.

La Comisión de Constitución del Congreso aprobó el dictamen sobre la modificación


constitucional para el retorno de la bicameralidad en el Parlamento. Como resultado de
ese debate, la comisión definió que el Congreso de la República ya no recibirá ese
nombre, y ahora se denominará Parlamento de la República.

Asimismo, se decidió que para ser elegido senador se requiere ser peruano de
nacimiento, gozar de derecho de sufragio y tener treinta y cinco años.

Los requisitos para los aspirantes a la Cámara de Diputados son idénticos a los
solicitados a los candidatos a senadores, a excepción de la edad: se podrá postular con
25 años.

Además, se decidió que todos los parlamentarios se elijan a través de un proceso


electoral regulado por ley.

Cabe destacar, que la bancada de Nuevo Perú presentó un dictamen en minoría sobre
este proyecto de reforma; sin embargo fue desestimado por la mayoría del Legislativo.

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Con la aprobación de este proyecto, al pleno le falta debatir y votar solo uno de las
cuatro iniciativas de reforma presentadas por el Ejecutivo: la de no reelección
parlamentaria.

Como se recuerda, el miércoles 19 de setiembre en el marco de la votación de la


cuestión de confianza planteada por el Gobierno - la cual finalmente fue aprobada - la
Junta de Portavoces del Parlamento asumió un compromiso para aprobar las cuatro
reformas constitucionales presentadas por el Ejecutivo antes de 4 de octubre y
someterlas a un referéndum en diciembre.

- TERCERA REFORMA: Eliminación de la reelección

Esta reforma busca prohibir a los legisladores electos con voto popular sumar dos
períodos consecutivos. Actualmente, los diputados peruanos pueden presentarse a la
reelección de forma continua el muchas regiones del país. Algo que no aplica en ese
país para alcaldes, gobernadores regionales y presidente de la República, incluso
siendo cargos de elección.

Una de las iniciativas es la que prohíbe la reelección inmediata de los parlamentarios y


su finalidad es "priorizar la renovación de los representantes de los departamentos del
país, y la renovación política que considere demandar la ciudadanía".

El proyecto modifica el artículo 90 de la Constitución Política, a fin de que el texto


señale que los congresistas no pueden ser reelegidos de manera inmediata para un
nuevo periodo.

El presidente de la República, los gobernadores regionales y los alcaldes, al igual que


los congresistas, son autoridades elegidas por sufragio directo; sin embargo, tan solo
en el caso de estos últimos, persiste la posibilidad que puedan ser reelegidos, dice el
documento.

Ante ello, se precisa que se evidencia un tratamiento legislativo diferente sin una
justificación propiamente objetiva. La omisión constitucional sobre la reelección de
los congresistas resulta contradictoria y rompe el esquema previsto para las demás
autoridades de elección popular directa y universal, remarca el dispositivo, que lleva la
firma de Martín Vizcarra y el titular del Consejo de Ministros, César Villanueva.

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Sobre la base del derecho a la igualdad consagrado en la Constitución Política del
Perú, es necesario que la no reelección se aplique también para los congresistas de la
Republica, se argumenta en el proyecto.

- CUARTA REFORMA: Fiscalización de la financiación de partidos políticos

Esta última iniciativa de reforma constitucional aspira a establecer para todas las
organizaciones con fines políticos la obligación de rendir cuentas sobre sus ingresos y
gastos, durante y fuera de las campañas electorales. Asimismo, se decretará la
prohibición de recibir fondos anónimos, de origen ilícito o de personas condenadas por
ciertos delitos.

La Comisión de Constitución aprobó el texto sustitutorio sobre el proyecto de reforma


constitucional que presentó el Gobierno para establecer limitaciones en los aportes que
pueden recibir los partidos políticos para que pueda ser sometido a un referéndum.

El dictamen aprobado por la Comisión de Constitución establece que el


financiamiento de las organizaciones políticas puede ser público y privado pero no
corporativo. También señala que la regulación, control, verificación, fiscalización y
sanción de que se cumpla este artículo de la Carta Magna se hará mediante ley.

El documento también establece que el financiamiento ilegal será sancionado de forma


administrativa, civil y penal de acuerdo a ley.

El texto sustitutorio que modifica el artículo 35 de la Constitución del Perú para


regular el financiamiento de las organizaciones políticas cuenta con fiscalización,
control, aportes bancarizados y penalización si se acepta financiamiento ilegal.

"El financiamiento de las organizaciones puede ser público y privado. Se rige por ley
conforme a criterios de transparencia y rendición de cuentas. El financiamiento
público promueve la participación y fortalecimiento de las organizaciones políticas
bajo criterios de igualdad y proporcionalidad", se lee el texto sustitutorio.

En la misma línea, "el financiamiento privado se realiza a través del sistema financiero
con las excepciones, topes y restricciones correspondientes. El financiamiento ilegal
genera la sanción administrativa, civil y penal respectiva"

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3.2. Caso 02: Reforma Constitucional de 1993:

CONTEXTO:

La Constitución Política del Perú de 1993 es la norma fundamental de la República del


Perú. Antecedida por otros 11 textos constitucionales, fue redactada a inicios del gobierno
de Alberto Fujimori por el Congreso Constituyente Democrático convocado por el mismo
tras la disolución del Congreso en el autogolpe de 1992, consecuentemente fue aprobada
mediante el referéndum de 1993, aunque los resultados han sido discutidos por algunos
sectores.

Esta ley fundamental es la base del ordenamiento jurídico nacional: de sus principios
jurídicos, políticos, sociales, filosóficos y económicos se desprenden todas las leyes de la
República. La Constitución organiza los poderes e instituciones políticas, además de
establecer y normar los derechos y libertades de los ciudadanos peruanos. Prima sobre toda
ley y sus normas son inviolables y de cumplimiento obligatorio.

Cabe mencionar que, pese al autogolpe de 1992 y el subsiguiente Gobierno de Emergencia


y Reconstrucción Nacional (GERC), la constitución de 1979 siguió teóricamente en
vigencia hasta la expedición y promulgación de la Constitución de 1993. Se considera, de
acuerdo al Tribunal Constitucional, que la Ley de Bases del mencionado GERC y los
demás actos emanados del autogolpe fueron ilegales e inconstitucionales de origen,
validados luego por las Leyes Constitucionales de 1993 emitidas por el Congreso
Constituyente Democrático, y por el referéndum del mismo año. En 2001, en una ley
promulgada por Alejandro Toledo Manrique, el Congreso del Perú retiró la firma de
Fujimori de la Constitución.

La Constitución de 1993 es una de las normas fundamentales que más tiempo ha regido en
el Perú, siendo superada sólo por los textos de 1860 y 1933.

La Constitución Política del Perú es la Carta Magna sobre la cual reposan los pilares del
Derecho, la justicia y las normas del país. Esta controla, regula y defiende los derechos y
libertades de los peruanos; organiza los poderes e instituciones políticas. Fue redactada por
el Congreso Constituyente Democrático. Fue aprobada mediante el referéndum de 1993,
durante el gobierno de Alberto Fujimori y como sabemos desde su establecimiento como
República, el Perú ha tenido 12 Constituciones. La Constitución prima sobre toda ley sus
normas son inviolables y de cumplimiento obligatorio para todos los peruanos.

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ANTECEDENTES

El 5 de abril de 1992, el Presidente Alberto Fujimori, quien había sido elegido en 1990
bajo la entonces vigente Constitución de 1979, anunció en un mensaje a la nación el
establecimiento de un gobierno de emergencia y reconstrucción nacional, cuyo fin sería la
reforma institucional del país con la necesaria reforma constitucional. Entre las medidas
adoptadas, Fujimori dispuso disolver el Congreso e intervenir el Poder Judicial, el
Ministerio Público, la Contraloría, el Tribunal de Garantías Constitucionales y los
gobiernos regionales.

Este quiebre del orden constitucional, denominado “autogolpe”, contó con la aprobación
mayoritaria de la población peruana, debido en buena parte al descrédito en que había
caído la clase política y sus representantes en el parlamento, aunque hay que destacar que
el desprestigio de la “partidocracia” fue fomentado y estimulado desde muy temprano por
el mismo gobierno de Fujimori.

Si bien en el plano interno el “autogolpe” fue tolerado por la población, la comunidad


internacional en cambio mostró una posición de rechazo. Así por ejemplo, los países
miembros de la Organización de Estados Americanos, “deploraron” el autogolpe peruano e
instaron al presidente Fujimori a que buscara una fórmula para el retorno de la democracia.
En la reunión de cancilleres, el ministro peruano Augusto Blacker Miller intentó justificar
el autogolpe a partir del riesgo que significaba para el Perú la subversión terrorista. Este
argumento no convenció a los representantes de los países más importantes de América. Se
aprobó una resolución en la cual se exigía al gobierno peruano dialogar con la oposición
democrática y encontrar una senda para tornar a la democracia; caso contrario, en la
siguiente reunión de cancilleres se procedería a adoptar sanciones contra el Perú.

En mayo de 1992, Alberto Fujimori asistió a la XXII Asamblea General de la


Organización de los Estados Americanos en Nassau, Bahamas; en la cual se comprometió
a restablecer los derechos constitucionales en el país, así como a convocar a un Congreso
Constituyente Democrático para garantizar el equilibrio de poderes y la efectiva
participación ciudadana en la elaboración de un nuevo contrato social.

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DIFERENCIAS ENTRE LA CONSTITUCION DE 1979 Y 1993
 EN LO ECONOMICO: El Estado debe ejercer actividad empresarial con el fin de
promover la economía del país, prestar servicios públicos y alcanzar los objetivos
de desarrollo. El Estado puede realizar actividad empresarial solo
subsidiariamente, por razón de alto interés público o de manifiesta conveniencia
nacional.

 EN LA EDUCACIÓN: La educación es gratuita en las instituciones del Estado. No


hay restricciones por poder adquisitivo o rendimiento para gozar de la gratuidad de
la educación en las universidades estatales. En las instituciones del Estado, la
educación es gratuita. En las universidades públicas el Estado garantiza el derecho
a educarse gratuitamente a los alumnos que mantengan un rendimiento satisfactorio
y no cuenten con los recursos económicos necesarios para cubrir los costos de
educación.

 EN EL PARLAMENTO: El Congreso es bicameral: cámara de senadores (60) y


cámara de diputados (180). El Congreso es unicameral con 120 parlamentarios.
Recientemente se hizo una reforma para que sean 130.

 EN LA DEFENSORÍA DEL PUEBLO: No hay Defensoría del Pueblo Implanta


la Defensoría del Pueblo.

 EN EL REFERÉNDUM: No existe el Referéndum Establece el Referéndum para


que la ciudadanía pueda promover reformas o cambios constitucionales

En conclusión la constitución de 1979 es meramente sublime pero jamás


regresaremos a esa constitución.

3.3. Caso 03: Reforma Constitucional de 1860

LA NECESIDAD DE REFORMAR LA CONSTITUCIÓN DE 1856:

Una serie de escritos conservadores denunciaron que la influencia de la escuela francesa


había sido negativa para las naciones sudamericanas, porque las ideas radicales de la
Revolución francesa habían sido la causa del caos del país. La nación, decían, debía seguir
por el camino ya establecido desde los inicios de la república: practicar el sistema
representativo. Además, el orden llegaría de la mano de hombres capaces y racionales que
darían satisfacción a las demandas de la nación. Era el pensamiento de la modernidad

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tradicionalista que se estaba impulsando en la nación; el orden y el republicanismo nos
llevarían a una nueva era. Estos hombres, que regirían los destinos del país, debían ser
personas con aptitudes, capacidades y habilidades superiores, lo que les permitiría ejercer
las funciones que el Estado requiriera. Ellos tendrían el derecho de gobernar el país bajo el
principio de la soberanía de la inteligencia que el obispo Bartolomé Herrera venia
impulsando desde la década de 1840, y que, a finales de la década de 1850, había
resurgido, promovido por los sectores conservadores. Era un proyecto político que
finalmente representaba a la élite de Lima: creían que, finalmente, ellos, la nueva élite
surgida del guano, impondrían las leyes para todos los sectores sociales que no estaban
alumbrados por la razón del conocimiento.

En las publicaciones que circularon durante los años 1858 y 1860, se recomendaba que los
hombres incapaces fueran apartados del gobierno representativo. ¿Quiénes eran estos
hombres incapaces? Según el pensamiento conservador, eran aquellos individuos con
idealismos utópicos que, en su afán de buscar reformas no acordes con la situación del
país, lo habían llevado por los senderos peligrosos del caos y el fracaso.

Entre las críticas que se plantearon contra la Constitución de 1856, se destacaba que esta
no había sido debidamente planificada y que se había estrellado con la realidad nacional,
pues pretendía imponer el liberalismo mediante decretos. Este idealismo liberal, que
deseaba imponer un orden social con individuos iguales en sus derechos políticos, fue muy
criticado, pues había sectores de la población que eran considerados “incapaces naturales”.
Un hecho que causó gran revuelo en la élite limeña fue que los negros participaran en el
proceso electoral de 1855, cuando se eligieron a los diputados de la Convención Nacional.
El discurso que se utilizó para criticar las incongruencias de la Constitución corresponde a
un marcado conservadurismo. Por ello, los sectores tradicionales de la sociedad decidieron
no acatar la Constitución; la Iglesia, que fue uno de ellos, asumió un papel crítico a la
norma constitucional. Esta circunstancia fue gestando una situación revolucionaria, pues la
Iglesia, desde el periódico El Católico, asumió una postura confrontacional que llegó a su
clímax cuando fue jurada la Constitución de 1856. Se denunciaba que los políticos
liberales querían imponer sus creencias, además de manipular a la opinión pública en su
favor.

Numerosas publicaciones se dieron a conocer entre los años 1858 y 1860. Muchas de ellas
insistieron en que no había razón para acatar la Constitución liberal. Decían que si dicha

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Constitución se ponía en práctica, el edificio social del país se vería seriamente afectado
por sus artículos, ya que se encargarían de demoler las instituciones representativas del
país. El argumento de los escritos conservadores señalaba que las leyes debían llevarnos al
sendero de la civilización, apartarnos del camino de la barbarie.

Esta realidad política del país permitirá preguntarnos cuál fue el papel que desempeñó el
Gobierno ante las incongruencias de la Convención Nacional de 1855 y la Constitución de
1856. Hacernos esta pregunta es clave por-que es conocido que se habían producido
numerosos desencuentros entre ambos poderes del Estado. Se acusaba que los liberales
deseaban superponer el poder del legislativo sobre el ejecutivo. Esta situación daba pie a
denunciar que la Constitución era negligente con la realidad del país, pero también se debe
precisar que la responsabilidad recaía sobre el poder ejecutivo, ya que este no había
cumplido su labor de poner límites a la Convención Nacional de 1855 y a los “excesos” de
los liberales. Así, el gobierno de Castilla y la asamblea liberal marchaban por caminos
opuestos, ya que no se consultaban ni dialogaban. En esta situación se había
desencadenado la crisis política: cada uno de los poderes del Estado obraba aisladamente,
seguían sus respectivas ambiciones. De ahí que se llegó a tener como resultado un pésimo
régimen constitucional.

La reforma de la Constitución de 1856 ya había sido prevista por los convencionales de


1855, pues se había insertado en aquella Carta Magna un artículo dedicado a su reforma: el
artículo 134 establecía que, para reformar uno o más artículos, se necesitaba que el
proyecto sea aprobado en tres legislaturas ordinarias distintas. Lo que se buscaba era
discutir convenientemente los cambios a implementar.

Ante las objeciones, por un lado, estaban quienes planteaban que solo se debían revisar
partes de la Constitución; por otro lado, estaban quienes reclamaban que debería revisarse
en su totalidad, ya que dicha Carta Magna estaba manchada con sangre de la guerra civil2.
La situación en la República seguía siendo tensa por las consecuencias de aquel conflicto,
por lo que el nuevo Congreso extraordinario de 1858 iba a tener una delicada misión:
normar en beneficio de la población y satisfacer las diferentes posturas políticas, para no
ser acusado de violentar las leyes del país.

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Puntos críticos de la Constitución de 1856:

Uno de los temas sensibles entre los sectores liberales y conservadores fue la discusión
respecto de la pena de muerte, ya que esta afectaba los derechos individuales. Los liberales
lo habían planteado y lograron establecer su abolición en la Constitución de 1856. Con la
publicación del escrito Opúsculo sobre la necesidad de reformar la Carta Fundamental de
la República (1860) volvió la crítica sobre tal cuestión. La publicación hizo una cerrada
defensa sobre las bondades de la pena de muerte. Según creían, contenía a los individuos
que deseaban infringir las leyes y a los asesinos. Decían que, de no existir esta sanción, las
prisiones habrían estado llenas de infractores de la ley; por tanto, esta norma era una
garantía que evitaba que aumentaran los delitos en el país. La publicación reclamaba que la
abolición de la pena capital iba a desencadenar problemas, pues

Una nueva guerra civil se desencadenó en 1856, cuando Arequipa se pronunció contra la
promulgación de la Constitución. Se enarbolaron las banderas de la defensa de las
tradiciones del país. Este conflicto se prolongó hasta 1858. Solamente las naciones con un
alto sentido de moral podían prescindir de tal medida; y ese, decían, no era nuestro caso.
Lo que debía mantenerse era la proporcionalidad del delito con la pena, pues, de no darse,
solo se sentarían malos precedentes para la justicia. Así, para ellos se hacía necesaria la
reforma del artículo 16 de la Constitución (Opúsculo sobre la necesidad de reformar la
Carta Fundamental de la República, 1860, p. 9).

Este debate se realizó en el Congreso extraordinario de 1858 y en el Congreso de 1860.


Años después, en 1862, Francisco de Paula González Vigil publicó Opúsculo sobre la pena
de muer-te, en el que volvió a la carga sobre el por qué debía abolirse la pena de muerte, ya
que él asociaba esta norma con la idea del progreso de las naciones modernas. Este
planteamiento liberal, de tendencia progresista para el siglo xix, fue desechado, ya que la
mentalidad y las costumbres de la época lo señalaban como una medida peligrosa para la
estabilidad social.

Otro de los puntos que se criticaba de la Constitución del 56 era el referido a la movilidad
de los empleos. Se planteaba que, a pesar de que se había pro-clamado la abolición de la
inamovilidad de los empleos —que era presentada como el triunfo de la modernidad y de
la justicia, pues los empleos ya no serían propiedad del empleado ni de sus familias—, el
detalle estaba en que, según los escritos tradicionalistas, había sectores del Estado que sí

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necesitaban empleos fijos. Por ejemplo, en los sectores judiciales y en el manejo de rentas,
pues allí podría ocurrir una serie de inconvenientes: el Gobierno de turno podría colocar en
esos cargos a funcionarios de su agrado, adictos a su causa, pero sin aptitudes para tales
puestos. Por tanto, la ansiada movilidad no produciría los efectos deseados por la ley, en
tanto lo único que dejaría serían instituciones que perderían credibilidad y eficacia. Para
evitar estos inconvenientes, decían, los empleados del sector judicial y de la hacienda
pública deberían mantenerse en sus cargos, pues tenían el conocimiento de sus respectivos
sectores. Lo que debía buscarse era el perfeccionamiento de sus oficios. De esta manera, se
conseguiría mejorar su labor y que fueran más eficaces. Todo lo contrario acontecería si es
que se mantenía la movilidad de los cargos: los empleados no se sentirían seguros del
esfuerzo que realizaban en el trabajo, pues, al desplazarlos de un lugar a otro, ocasionarían
que su esfuerzo en el trabajo disminuyera y no se consiguiera la eficiencia que se solicitaba
de dichos funcionarios. Pero las medidas de los liberales apuntaban a acabar con el mal
denominado empleomanía, que lo único que había ocasionado era debilitar la gestión de las
labores de los trabajadores. Por ello, urgía la reforma, para poder acabar con ese
patrimonialismo que se había heredado de la época colonial.

La abolición de los fueros era otro de los puntos controversiales de la Constitución. Era
apoyada por los liberales, quienes veían en la sola existencia de estos una parte del pasado
colonial que buscaban desterrar, pues, para ellos, alcanzar la modernidad implicaba
eliminar tal anacronismo.

La abolición de los fueros eclesiásticos y militares fue criticada enérgicamente por la


prensa conservadora. Uno de los sectores afectados fue el Ejército, institución de mucho
arraigo en la vida política del país. La crítica señalaba que la aplicación de tal medida
implicaba desnaturalizar el carácter de la milicia, reducirle su condición de orgullo, y que
lo único que sucedería con la aplicación de tal medida era la pérdida de la disciplina y del
orden dentro del ejército: sus integrantes estarían a merced de las maquinaciones de
personas ambiciosas que podían llevar al país a vivir constantes desórdenes, y lo único que
se conseguiría era prolongar el caos republicano con el apoyo de las Fuerzas Armadas
(Opúsculo sobre la necesidad de reformar la Carta Funda-mental de la República, 1860, pp.
8-9). Es de notar que, por aquellos años, había una fuerte corriente que buscaba subordinar
las Fuerzas Armadas a los intereses civiles, y para ello había que acabar con la oligarquía

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militar. Diversas publicaciones en la prensa de la época, principalmente liberal, hicieron
acotación de tal demanda.

Por ultimo:

La reforma constitucional que se pedía para la Constitución de 1856 era impostergable. La


sublevación de Vivanco en Arequipa y el alzamiento generalizado de las provincias en
1857, a pesar de sofocarse la rebelión, eran un motivo para señalar que aquellas
insurrecciones se habían debido a que las provincias rechazaban la Constitución y algunos
de sus controversiales artículos. Una serie de publicaciones, que aparecieron entre 1858 y
1860, solicitaban la necesidad de la reforma de la Constitución de 1856. Los sectores que
presionaban para ejecutar los cambios eran los conservadores, quienes, apegados a la
racionalidad tradicionalista, argumentaban que el desorden y el caos eran consecuencia de
estas reformas radicales de los liberales, y que, por tanto, era imperioso derogar la
Constitución y elaborar una nueva. Algo que hay que destacar es que las publicaciones
conservadoras no registraban la autoría del escrito, sino que se daban bajo la figura del
anonimato.

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CONCLUSIONES

 La reforma constitucional es uno de los mejores instrumentos de adecuación y


afianzamiento de las normas jurídicas con la realidad social, por lo que su
importancia radica desde el momento que se acontezca variabilidades en la
sociedad está misma entra a tallar de forma total para adecuar aspectos cambiantes
de la sociedad a la norma y ciertos vacíos legales que no tienen materia de
regulación.

 En la legislación peruana realizar una reforma constitucional implica el


fortalecimiento de los aspectos sociales, económicos y políticos de realidad
preexisten, mediante sus mecanismos legales establecidos el procedimiento tiene
una medida consultiva a través de la voluntad popular, para efectos de sintonía con
la realidad social Peruana.

 La realidad social es mutable, en Perú casos de reforma constitucional se dieron en


gran cabalidad, cada texto constitucional o artículo, modificado, da la significación
de una necesidad de reformar, debido a las incoherencias entre norma y sociedad
presentes en tiempo y espacio determinado.

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 Henríquez, H (2009). “Derecho constitucional general”.


Lima: Fondo Editorial PUCP.

 Gonzales, E. (2013). “Nociones del derecho constitucional”. (2° ed.)


Lima: IDEMSA.

 Pacheco, T. (2004). “Cuestiones constitucionales”. Lima: GRIJLEY.

 Blancas, C. (2007). “Derecho constitucional”. Lima: Fondo Editorial


PUCP.

 Soldan, T. (2002). “Derecho constitucional general”. Lima:


Universidad de Lima.

 Bernales, E. (2001). “Funcionamiento político de la constitución.”


Lima: CIEDLA.

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ANEXOS
FIGURA 01:
REFERÉNDUM REQUISITOS LEGALES Y PROCDIMIENTOS

Fuente: Jurado Nacional de Elecciones (2017): “El referéndum requisitos legales y procedimientos”.
Recuperado de: https://portal.jne.gob.pe/portal_documentos/files/informacioninstitucional/escuelaelectoral

FIGURA 02: Mutabilidad General de la Constitución por la Reforma

FUENTE: Agenda Pública (2005): “Mutabilidad General de la Constitución por la Reforma”. Recuperado
de: https://www.eldiario.es/autores/agenda-publica/Agenda-Publica_0_142436173.html
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FIGURA 03:
TIPOS DE REFORMA CONSTITUCIONAL

FUENTE: Victor García (2009): “Nociones Constitucionales”. Recuperado de:


https://www.eleconomista.es/constitución,/tiposdereforma/8793511/12/17/-una-reforma-
constitucional-solo-para-contentar-a-Cataluna-.html

FIGURA 04:
PROCEDIMIENTOS DE UNA REFORMA CONSTITUCIONAL

FUENTE: María Merino (2009): “Poder Constituyente”. Recuperado de:


https://slideplayer.es/slide/10537362/

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