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Puerto Pizarro, en Tumbes, es una playa llena de agradables sorpresas gastronómicas y

rodeada de una lujuriosa vegetación que alberga miles de aves.


A simple vista parece un pueblo alejado de la mano de Dios. A esta desoladora primera
impresión, ayuda mucho la tierra apisonada cubierta de camiones frigoríficos cargando
preciadas especies marinas, listas para ser trasladadas a Lima, a 1 280 kilómetros al sur.
Pero, en la medida que uno se acerca a la orilla, asoman las palmeras y botecillos de
colores y viejas construcciones de madera que le dan cierta distinción al ambiente. Al
frente se estira la isla del Amor y sus enhiestos mangles que la cubren de verde. Y allí hay
que ir, porque Puerto Pizarro no tiene fama por tener buena playa, sino por su
extraordinaria posición geográfica.
Ubicado en una de las bocas del río Tumbes, desde Puerto Pizarro se tiene fácil acceso a
tres islas. La primera, la isla del Amor, dispone de la mejor playa en muchos kilómetros a
la redonda, teniendo al frente el exquisito azul del Pacífico en toda su amplitud.
En cambio, la isla de los Pájaros carece de playa, pues está cubierta de manglares de punta
a punta. Se recomienda visitarla cuando el sol esté cayendo, la hora en que miles de aves
regresan en medio de un gran alboroto a dormir a la copa de los árboles de esta
abigarrada isla.
Finalmente, la isla Hueso de Ballena debe su nombre a su semejanza geográfica con el
lomo curvado de un cetáceo, aunque algunos señalan que allí varan ocasionalmente
ballenas moribundas.
Las incursiones marinas no deben limitarse a las islas: sería absurdo estar en Puerto
Pizarro y no visitar el criadero de cocodrilos, en uno de los esteros que integran al océano
con el continente.
Antes, el enorme saurio extendía sus dominios desde México hasta el río Chira, pero
ahora solo existe (en el Perú) en el río Tumbes, por lo que el criadero Tuna Carranza es,
entonces, una esperanza para esta especie.
Puerto Pizarro recién recibiría este nombre en 1909. Conocida anteriormente como
La Palizada, esta tradicional caleta de pescadores asegura el mejor cebiche de
conchas negras del Perú, además de estupendos chupes de cangrejos y tortillas de
langostas.

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