Un sistema de riego en lazo cerrado, no se detendrá al cabo de un tiempo fijo, sino
cuando detecte que se está consiguiendo el objetivo buscado, es decir, que la humedad de las plantas es la adecuada. Y se pondrá en marcha, no a una hora determinada, sino en cualquier momento en que la humedad se sitúe por debajo de un valor determinado. No todos los sistemas automáticos realizan su función correctamente. Supongamos un sistema de riego automático, programado para regar por las tardes. Riega las plantas, estén secas o húmedas. Se llama de lazo abierto.
Controlador: es un reloj, que inicia el proceso o una hora, y lo finalizo a otra.
Por ejemplo, desde los 10h hasta los 12h Actuador: es el elemento que realiza el riego: grifo, manguera, etc. Proceso a controlar: la humedad de nuestro jardín. Variable de entrada o señal de referencia (E), la humedad deseada, por ejemplo, el 30%. Variable de salida (S): la humedad final de nuestro jardín. La variable de entrada y la de salida son el mismo tipo de magnitud, en este caso, el % de humedad. Para resolver el problema anterior, se diseña un sistema cuyo funcionamiento dependa de la salida en cada momento, es decir, un sistema que mida el grado de humedad del proceso en cada momento y ponga el riego en marcha solo cuando sea necesario. Se dice que existe realimentación de la salida a la entrada: