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Los sistemas de abastecimiento de agua potable se pueden clasificar por la fuente del
agua, del que se obtienen:
Según el origen del agua, para transformarla en agua potable deberá ser sometida a
tratamientos, que van desde la simple desinfección y filtración, hasta la desalinización.
EL AGUA
El agua se puede usar para muchos fines. Después de usada, no todos ellos la devuelven
íntegra ni con las condiciones originales. Según ello, los usos se clasifican como consuntivos
y no consuntivos.
El uso hidroeléctrico del agua es no consuntivo. El agua, después de pasar por las
conducciones y máquinas, se devuelve al cauce íntegro e invariable en cuanto a sus
condiciones físicas, químicas y biológicas. Este uso, lo único que consume es desnivel, pero
no agua.
La navegación es también un uso no consuntivo. El agua es solo un soporte para los barcos
y lo único que se exige es un calado mínimo y que no rebase una velocidad tope. Sin
embargo, la navegación con motor puede afectar a su calidad por lo que en algunos
embalses y cauces sólo se permite la vela o remo.
Los riegos consumen parte del agua; de la cantidad total regada solo retornan a los cauces
del 0 al 50%. Además, el agua devuelta puede estar cargada de sales disueltas al filtrar.
Los abastecimientos son los grandes consumidores del agua, además, lo recuperado en
cantidad resulta totalmente consumido en calidad, pues son aguas fecales en su mayor
parte, con grave alteración de sus cualidades físicas, químicas y biológicas.
Bajo esta denominación se incluyen todas las construcciones que tienen por objeto
fundamental modificar de alguna forma el curso natural del agua para hacerla útil al hombre,
sea proporcionándosela o protegiéndole contra sus peligros.
De aquí se colige la gran variedad de este tipo de obras, que podemos agrupar según su
objetivo funcional en:
Obras de defensa.
o Embalses amortiguadores de crecidas.
o Corrección y protección de cauces naturales.
Para lograr cualquiera de las finalidades citadas no suele bastar una sola obra, siendo
necesario un conjunto de ellas diferenciadas por la misión que han de cumplir y que son las
siguientes:
Una presa o dique que sirve para elevar el nivel natural del agua en el río al objeto
de poder desviarla hacia un cauce artificial. Esta presa suele servir también para
crear un embalse que retiene las aportaciones sobrantes en ciertas épocas,
guardándolas para las de escasez.
Una serie de conducciones que sirven para transportarla por estos cauces artificiales
hasta el lugar de su utilización.
Una obra hidráulica significa de por sí una modificación de la naturaleza que puede
ser importante, dada la envergadura actual de estas obras. Normalmente, la
modificación que provoca del medio natural es favorable: disminución o supresión
de crecidas, suministro de agua en períodos de escasez, producción de riegos,
energía, etc. Para eso se hace la obra: para lograr un dominio sobre ciertos aspectos
desfavorables de la naturaleza, mejorándolos. Pero, aún no buscándolos, pueden
producirse otros efectos, unos favorables y otros más o menos perjudiciales.
Pero no todo es paisaje; la obra hidráulica modifica las condiciones del hábitat fluvial
y ese cambio implica consecuencias en la flora y fauna circundante. Y estos efectos
son favorables en un sentido y desfavorables en otro.
Por último, citemos también que puede haber obras hidráulicas cuyo objetivo directo
o principal sea la mejora del ambiente. Concretamente los embalses destinados a
mejorar el paisaje, desarrollo de los deportes, recreo, etc. También pueden crearse
otros para proporcionar a un cauce contaminado el agua limpia necesaria para su
dilución. Y, por supuesto, las obras hidráulicas cuyo objetivo es el saneamiento.