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Hempel, Carl G. - El Dilema Del Teórico PDF
Hempel, Carl G. - El Dilema Del Teórico PDF
L Ó G IC A D E L A C O N S T R U C C IÓ N D E T E O R Í A S * 1
CARL G. HEMPEL
ri45i
146 EL D ILEM A D E L TE Ó R IC O
cltc2...ck
( 1 .1 ) ' L u L t ... Lr
E
6 Para una exposición más completa de este punto, véase, por ejemplo,
Nagel (1939, sección 7), Reichenbach (1949, secciones 63—67), Cramer (1946,
cap. 13).
7 El uso explicativo y predictivo de las leyes estadísticas constituye quizás
el tipo más importante de sistematización inductiva, pero nuestro concepto
general de sistematización inductiva no requiere que aparezcan leyes de ese
tipo entre las premisas. A decir verdad, como lo ha señalado Camap (1950,
pp. 574—575), a veces es posible hacer predicciones acerca de un conjunto finito
de casos particulares, sin la mediación de ley alguna. Por ejemplo, las informa
ciones siguientes: l] que se ha examinado una muestra amplia de casos de P ,
y 2] que todos sus elementos tienen la característica Q, y 3] que cierto caso x
no incluido en la muestra es un caso de P , apoyarán con fuerza la predicción
de que x tiene también la característica Q . Asimismo, a veces es posible ba
sar una sistematización inductiva sobre un conjunto de premisas que incluyen
uno o más enunciados estrictamente universales pero que no incluyen leyes
estadísticas. Se encontrará un ejemplo de esta sistematización en la sección 9,
en la predicción basada sobre las fórmulas (9.6)-(9.12).
150 EL D ILE M A DEL T E Ó R IC O
Los térm inos teóricos, en cam bio, habitualm ente pretenden ha
cer referencia a entidades que n o son directam ente observables y
a sus características; operan en las teorías científicas que intentan
explicar las generalizaciones em píricas de una m anera que pron to
se exam inará más de cerca.
Es o b v io que la caracterización precedente de los dos v oca b u la
rios resulta vaga; n o ofrece un criterio preciso p or m edio del cual se
p u eda clasificar inequívocam ente cualquier térm ino cien tífico co m o
observacion al o teórico. P ero no se necesita aquí un criterio preciso
de ese tip o ; las cuestiones que se han de exam inar en este ensayo
son independientes del lugar exa cto en que d ebe trazarse la línea
divisoria entre los térm inos de am bos vocabu larios: observacional
y teórico.
(3.2) D e f.e (x ) = p ( x ) / v ( x )
11 Sin embargo, se debería hacer notar que aquí se usa la idea de dominio
de aplicación de una generalización en un sentido intuitivo que sería difícil de
explicar. Se podría sostener, por ejemplo, que el dominio de aplicación de (3.1)
es más estrecho de lo que se ha indicado: se podría interpretar que consta sólo
de objetos-de-madera-colocados-en-el-agua y de objetos-de-hierro-colocados-
en-el-agua. Por otra parte, puede proponerse como enunciado equivalente a
(3.1) el que sigue: cualquier objeto tiene estas dos propiedades: no ser de
madera o bien flotar en el agua, y no ser de hierro o bien hundirse en el
agua. De esta forma, puede decirse que la generalización tiene el dominio de
aplicación más amplio posible: la clase de todos los objetos.
C A R L G. HEM PEL 155
Este enunciado elude, en prim er lugar, las excep cion es que he
m os con sign ado antes co m o refutatorias de (3 .1 ); predice correc
tam ente el com p orta m ien to de un pedazo de m adera p esada y el
de una esfera h ueca de hierro. Más aún, tiene un alcance m ucho
más am plio: se refiere a cualquier tip o de o b je t o sólid o y al hecho
de flotar o de hundirse con respecto a un líquido cualquiera. P or
supuesto, la nueva generalización tiene aún ciertas lim itaciones e
invita así a una nueva m ejora. Pero, en lugar de continuar este
p roceso, exam inem os ahora más de cerca el m o d o en que se lleva
a ca b o una con exión sistem ática entre observables p or m edio de la
ley (3 .3 ), que im p lica incursiones en el dom inio de los inobservables.
S u pon gam os que se desea predecir si cierto o b je t o sólid o c flo
tará o se hundirá en un cu erp o dad o l de líqu ido. T endrem os en ton
ces que averiguar prim ero, p or m edio de p rocedim ien tos op era cio-
nales apropiados, el peso y el volum en de c y de l. Los resultados
de estas m ediciones estarán expresados en los cu atro enunciados
siguientes O í , 0 2 , 0 3 , 0 ^.
(3.5) e ( c ) = P \ h x \ e { l ) = P2 /V2 .
(3.7) c flota en /.
156 EL D ILE M A DEL T E Ó R IC O
.( „ ) = * /„ .
(3.8) ’ { i — í ( c ) < e (l) — O,
enunciados tales com o (3.2), que habitualmente se incluyen entre los que son
sólo definiciones, en pie de igualdad con otras enunciados de form a universal,
a los que se clasifica com o leyes generales. Es favorable a este enfoque, por
ejem plo, la consideración de que cuando una teoría entra en con flicto con los
datos em píricos pertinentes, son algunas veces tas “ leyes” y otras las “defini
ciones” las que se m odifican para ajustarse a los elementos de prueba. Nuestro
análisis de la sistem atización deductiva es neutral en lo que respecta a este
problem a.
158 EL D IL E M A DEL T E Ó R ICO
ciai cap. II). Una exposición más completa de los enunciados interpretativos
está incluida en las secciones 6 , 7 y 8 de este capitulo.
C A R L G. H E M PE L 161
(4.1 ) { 0 í , 0 2 ! . . . , 0 k] - - + [ H u H 2, . . . , H 6} - ^ [ H l ! H 2 ¡ . . . , H e , H 7]
^ [ f f 8, H 9 , H w , H n ] -5 -[0 ; , 0 '2 . . . 0 ' m]
(6.1) Def. Q x = ( C x D E x )
164 EL D ILE M A DEL T E Ó R IC O
drá, p or lo tan to, que ser rem plazado en (6.1) p o r una conexión
n om ológ ica más estricta que quizá pudiera form ularse: ‘s i . .. en
tonces, con necesidad ca u sa l... Sin em bargo, la idea de necesidad
causal o n om ológica tal co m o se ha em pleado aquí n o es suficien
tem ente clara en la actualidad com o para que este en foqu e resulte
fru ctífero.24
C arn ap 25 ha propuesto o tro m od o de eliminar la dificu ltad con
la que se trop ieza en las definiciones de la form a (6 .1 ); consiste en
prop orcion a r, en lugar de una especificación com pleta, una especi
ficación parcial del sign ificado de ‘Q ’ . E sto se hace por m edio de
los llam ados enunciados reductivos; en el caso más sim ple, (6.1)
p od ría rem plazarse por el siguiente enunciado reductivo bilateral:
(6.2) C x D {Q x = E x)
(7.2) v ( x ) = D ( x , v i , v 2, . . . v n )
C\x D (Q x = E ix )
C 2x D (Q x = E 2x)
CnX D (Q x = E nx)
Cxx D (O x = E i x )
^ C2X D (O x = E nx)
Cnx D (0 x = E nx)
(7 .5 ) Qx = Ox
C u a n d o decim os, p or ejem plo, que los con cep tos de los diversos
elem entos quím icos pueden definirse en térm inos físicos m ediante
una caracterización de los m od os específicos en que sus m oléculas
se com p on en de partículas físicas elem entales, es evidente que nos
estam os refiriendo a los resultados de una investigación experim en
tal más que a un m ero análisis de lo que significan los térm inos que
nom bran a los diversos elem entos. Si éste fuera el caso, resultaría
p o c o com pren sible que los problem as relacionados con la definibili
dad de los térm inos científicos presentaran alguna dificu ltad y que
fueran o b je t o de muchas conjeturas y controversias.
Las consideraciones precedentes tienen im portantes im p licacio
nes para la cuestión que nos ocu p a , que es la de la posibilidad de
definir tod os los térm inos teóricos en la ciencia em pírica, mediante
observables. A ntes que nada, muestran que la cuestión, tal co m o
se ha plan teado, es elíptica: para com pletarla, tenem os que especi
ficar un con ju n to U de enunciados com o aquel al que se ha hecho
referencia en (7 .1 ). ¿Q u é con ju n to sería razonable elegir para ese
p rop ósito? Una elección natural recaería sobre el con ju n to de tod os
los enunciados, en térm inos observacionales o teóricos, que la cien
cia con tem p orán ea acepta co m o probablem ente verdaderos. A h ora
bien, esta caracterización p ragm ático-h istórica n o es "de ningún
m o d o precisa y sin am bigüedades; hay una extensa área m arginal
que contiene enunciados para los cuales n o se puede determ inar
con claridad si la ciencia con tem porán ea los acepta o si no lo hace.
Pero cualquiera que sea la ubicación que se d ecid a para los enun
ciados de esta área m arginal, y cualquiera que sea el lugar en que
— dentro de lo razonable— se trace el lím ite entre térm inos o b
servacionales y teóricos, hay por lo m enos una cuestión discutible:
¿el con ju n to de los enunciados científicos actualm ente aceptados
im plica una con d ición de aplicabilidad necesaria y suficiente para
cada térm in o teórico que esté form ulada en térm inos de observa
bles? C iertam ente los que han afirm ado tal definibilidad no han
ap oyado su pretensión deducien do realm ente tales condiciones o
presentando razones generales convincentes en favor de la posibili
dad de hacerlo.
T am bién se puede concebir la dem anda de definibilidad co m o
la afirm ación de que será p osible deducir eventualm ente con d icio
nes necesarias y suficientes del tip o requerido a partir de nuestro
con ocim ien to cien tífico a m edida que éste se vuelva más am plio.
172 EL D ILE M A DEL T E Ó R ICO
(7.6) Def. M i x = ( 3 y ) R x y
(7.7) D ef. M 2 x = ( 3 y ) ( z ) [ ~ (z = y ) D S x y z ].
P ara añadir un ejem plo m ás a los que se han p ropu esto antes:
su pongam os que el térm ino de propiedad ‘o b je to de h ierro’ y los
térm inos relaciónales ‘ atrae a ’ y ‘ cercano a ’ están incluidos en el
vocabu lario observacional. En ese caso la definición:
con sta de térm inos observacionales; p ero el criterio que p rop orcion a
para saber si un o b je t o b es un imán no puede expresarse mediante
un núm ero fin ito cualquiera de descubrim ientos observacionales;
p orqu e para establecer que b es un im án, tendríam os que m ostrar
que 6 atraerá a cualquier trozo de hierro que le acerquem os en un
m om en to cualquiera; y esta afirm ación se refiere a una infinidad
de casos.
Para expresar la idea m ás form alm ente, su pongam os que nuestro
vocabu lario observacional contiene, además de nom bres individua
les para o b je to s observables, sólo predicados de prim er orden de
cualquier grad o que representan atributos (o sea, propiedades o
relaciones) observables en el sentido de que un pequ eño núm ero
de observaciones directas bastará en condiciones adecuadas, para
averiguar si un determ inado o b je to o gru p o de o b je to s exhibe el
atribu to en cuestión.
A d o p te m o s ahora las siguientes definiciones: un enunciado ató
mico es un enunciado tal co m o ‘ P a ’ , lR c d ’ , ‘ S a d g ’ , que adscribe
un a tribu to observable a un determ inado o b je to o gru p o de o b je
tos. Un enunciado básico es un enunciado a tóm ico o la negación de
un en un ciado atóm ico. Un enunciado molecular es un enunciado
form ado a partir de un núm ero finito de enunciados atóm icos por
m edio de con ectiv os veritativo-funcionales. Se incluirán los enun
ciados básicos entre los m oleculares.
L os enunciados básicos pueden considerarse co m o los enunciados
más sim ples que describen resultados potenciales de la observación
directa: afirm an que un con ju n to determ inado de (u n o o m ás)
o b je to s posee tal o cual atribu to observable o que carece de él.
A h ora bien, para to d o enunciado m olecular E , hay ciertas cla
ses finitas de enunciados básicos que im plican E , y otras clases que
im plican la negación de E . A sí, [‘ P a ’] y tam bién [‘~ P a ', ‘ iüa6’],
p or ejem plo, im plican el enunciado m olecular ‘ P a V ( ~ P a - R a b )’ -,
m ientras que el con ju n to [‘ ~ P a ', ‘~ R ab ’] im plica su negación.
E sto m uestra que para cad a enunciado m olecular E , es posible
178 EL D ILEM A DEL T E Ó R IC O
38 (Añadida en 1964.) Este párrafo y algunos que lo siguen han sido modi
ficados para corregir un enunciado erróneo de la versión orginal de este ensayo:
que sólo los enunciados moleculares son a la vez verificables y refutables.
C A R L G. H EM PEL 179
(7.12) l( x ,y ) = r
*1 E l arg u m en to p uede ex ten d erse con facilidad a los functores que tom an
com o valores a n ú m ero s com plejos o vectores d e cu alq u ier n ú m ero de com po
n e n te s. N u estro ra zo n a m ie n to se h a apo y ad o esencialm ente sobre el m éto d o de
d e fin ir los diversos tip o s de n ú m ero s (enteros, racionales, irracionales, com ple
jo s, e tc é te ra ) en térm in o s de los conceptos d e la lógica de c o n ju n to s, ta l com o lo
p ro p o n e n Frege y R ussell. P a r a u n esbozo d e ta lla d o del pro ced im ien to , véase
R ussell (1919); se p o d rá n e n c o n tra r exposiciones técnicas m ás co m p le ta s en
o tro s tra b a jo s de lógica sim bólica.
CARL G. H E M P E L 183
43 H ull (1943).
44 H ull (1943), p. 285.
45 Feigl (1950), p. 40.
186 EL DIL EM A D E L T E Ó R I C O
(8.1) C\,x Z3 (Q x = E y x )
(8.2) C 2x D ( Q x = E 2 X)
(8.3) (x )[(C ii • E \ x ) D (C 2x D E 2x )]
(8.4) 0 , D { H D 0 2)
(9.2) (T ■J ) - {O x D 0 2).
(9.3) (Oí • V ) — 0 2
entonces
(9.4) T' - (0 ! D 0 2)
(9 .5 ) [O i-(OiDO a)]-Oa.
p e rm a n ec e r siem pre algo vagos. Q u izá sea u n a concepción de este tip o la que
p ro p o n e A. W ald al h a ce r la siguiente observación: “P a ra ap licar u n a teo ría
[científica] a los fenóm enos reales, necesitam os a lgunas reg las p a ra establecer
la co rresp o n d en cia en tre los o b jeto s idealizados de la te o ría y los del m undo
real. E sta s reg las se rán siem pre algo vagas y nunca p o d rá n fo rm ar p a r te de la
te o ría m ism a .” W ald (1942), p. 1 .
Sin em bargo, se pued en satisfacer las condiciones del teo re m a de C raig si
la vaguedad a la que nos hem os referido se pone de m anifiesto m e d ia n te re
glas definidas. Así, p o r ejem plo, los enunciados in te rp re ta tiv o s p a ra u n a teo ría
d a d a p o d ría n a d o p ta r la form a d e enunciados de p ro b a b ilid ad estad ística (po
sibilidad que C a m a p m enciona [1956], sección 5) o quizá d e enunciados de
p ro b a b ilid ad lógica (cad a uno de los cuales especificaría la p ro b a b ilid ad lógica
de algún enunciado teórico relativ o a u n enunciado especificado en térm inos
observacionales o viceversa). C u alq u iera de estos p rocedim ientos p e rm itiría
u n a in te rp re ta c ió n m ás general que la que caracterizó la definición d e u n sis
te m a in te rp re ta tiv o , definición p ro p u e sta en la sección 8 d e este c ap ítu lo . El
teo re m a de C raig se puede a p lic ar incluso a las teorías in te rp re ta d a s en este
sen tid o m ás am plio.
198 EL DILEMA D EL T E Ó R I C O
(9.7) (x)(F x D T x)
(9.8) (x)(F x D V x)
(9.9) [x){F x D E x)
(9.11). (x ) ( I x D A x )
que indica la teoría física, que dichas partículas están regidas por
determ inadas leyes físicas y que señalan su presencia en determ ina
das circunstancias mediante ciertos tipos específicos de síntomas
observables. Pero esto equivale a afirmar la verdad de la teoría
física (interpretada) de las partículas elementales. De modo simi
lar, afirm ar la existencia de impulsos, reservas, fuerzas de hábito,
etc., que postula una teoría del aprendizaje determ inada, lleva a
afirm ar la verdad del sistem a que consta de los enunciados de la
teoría y de su interpretación em pírica . 65
Entendida así, la existencia de las entidades hipotéticas con
determ inadas características e interrelaciones, tales como las su
pone una teoría dada, puede examinarse de m anera inductiva,
así como puede examinarse de m anera inductiva la verdad de la
teoría misma, m ediante pruebas empíricas de sus consecuencias en
términos de Vj3 .
De acuerdo con la concepción que se ha esbozado antes, tenemos
que atribuir referencia fáctica a todos los términos (extralógicos)
de una teoría, si es que esa teoría es verdadera; en consecuencia,
esta característica no proporciona una base para una dicotomía
sem ántica en el vocabulario teórico. Además, la referencia fáctica
de los térm inos teóricos, tal como se la concibe aquí, no depende
de que se los pueda evitar o no, sustituyéndolos por expresiones
que constan de términos de Vb solamente. Aun cuando se defina
explícitam ente en términos de Vb a todos los térm inos teóricos
de una teoría T ' , de m anera tal que su uso proporcione un modo
abreviado conveniente de decir lo que tam bién podría decirse por
medio de Vq solamente, los términos teóricos tendrán aún referen
cia fáctica si lo que dice la teoría es verdadero.
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