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Lógica formal

La lógica formal es la doctrina sobre las formas del raciocinio humano; doctrina
que establece un divorcio entre el estudio de estas formas y su contenido (la
Naturaleza y la Sociedad).
A esta lógica no le interesa la verdad material (el reflejo correcto de los
fenómenos de la Naturaleza en el pensamiento), sino la verdad formal (la
consonancia con las reglas de la lógica).
De aquí su denominación de “lógica formal”.
La lógica formal se dedica a investigar las diversas formas de los juicios humanos,
de los argumentos, interesándose sólo por si están o no construidos en
consonancia con las reglas de la lógica.
La lógica formal es la base del método metafísico.
La lógica dialéctico-materialista parte del criterio de que las formas del raciocinio y
las reglas, las leyes de la lógica, deben concordar con la materia, con la
Naturaleza y sus leyes.
Las leyes de la lógica formal son contrapuestas a las leyes de la lógica
dialéctica. La primera ley de la lógica formal, la ley de identidad, se expresa
mediante la fórmula: A es A, lo que quiere decir: toda cosa y todo concepto
son siempre iguales a sí mismos. De acuerdo con esta ley, cada fenómeno
es algo inmutable, y consolidado.
La dialéctica materialista prueba la inconsistencia de tal concepción sobre las
cosas.
Para la dialéctica materialista, cada cosa es idéntica y no idéntica a sí misma,
puesto que cada cosa se halla en un proceso de mutación y de desarrollo. “El
vegetal, el animal, cada célula, en cada instante de su vida, son idénticos a sí
mismos y al mismo tiempo difieren de sí mismos debido a la asimilación y
desasimilación de materias, debido a la respiración, a la formación y extinción de
células” (Engels).
La segunda ley de la lógica formal, la ley de la contradicción, reza: “A no
puede ser simultáneamente A y no A”, es decir, la lógica formal afirma otra
vez que la cosa posee siempre una sola propiedad idéntica y no puede tener
propiedades opuestas, que se excluyan mutuamente.
También esta ley de la lógica formal tiene un carácter metafísico, por cuanto no
toma en cuenta que todo desarrollo presupone una contradicción, que la fuente del
desarrollo es siempre la lucha entre las tendencias contrapuestas.
La tercera ley de la lógica formal, la ley del tercero excluido, reza: “Algo es A, o no
A, un tercero es imposible”. También esta ley, como las anteriores, se basa sobre
la negación de la contradicción interna de los fenómenos, sobre el modo
metafísico de abordar la realidad. Así, pues, a diferencia de la lógica dialéctica que
refleja toda la riqueza del mundo, la conexión universal, la movilidad, la agilidad y
las contradicciones de los objetos y fenómenos, la lógica formal es insustancial,
pobre, abstracta, por cuanto las leyes y las categorías establecidas por ella no
corresponden a la realidad objetiva.
Diccionario filosófico marxista · 1946:179

Lógica formal
Doctrina sobre las leyes del pensamiento humano, que separa de la naturaleza la
investigación de esas leyes. Interesa a esta lógica, no la verdad material (fiel
reflejo y el pensamiento de los fenómenos de la naturaleza), sino la verdad formal
(correspondencia con los principios de la lógica).

De ahí la denominación de “lógica formal”. La lógica formal concede gran


importancia a la investigación de las distintas formas de los juicios humanos y
argumentos, interesándose, solamente, sobre si un juicio o argumento dado se
corresponde o no con los principios de la lógica.
La lógica formal es el fundamento del método metafísico. La dialéctica –lógica
materialista– parte de que el contenido del pensamiento y los principios o leyes de
la lógica, deben corresponderse con la materia, la naturaleza y sus leyes. Las
leyes de la lógica formal se oponen a las leyes de la lógica dialéctica.
La primera ley de la lógica formal se expresa mediante la fórmula: “A es A”, que
significa: todo objeto y todo concepto siempre son iguales a sí mismos. Conforme
a esta ley, cada fenómeno es algo inmutable y fosilizado. La dialéctica materialista
demuestra la inconsistencia de tal concepto sobre las cosas. Para ella, todo objeto
es y no es idéntico a sí mismo, ya que se encuentra en un proceso de mutación,
de desarrollo. “El vegetal, el animal, cada célula, en cada instante de su vida, son
idénticos a sí mismos y, al mismo tiempo, difieren de sí propios, gracias a la
asimilación y desasimilación de sustancias, a la respiración, a la formación y
muerte de las células. Pero aun en la naturaleza inorgánica la identidad como tal
en realidad no existe” (Engels).
La segunda ley de la lógica formal, ley de la contradicción, proclama: “A, no puede
ser simultáneamente A y no A”; es decir, otra vez la afirmación de que el objeto
siempre posee sólo una propiedad idéntica y no puede tener propiedades
contrarias, recíprocamente excluyentes. También esta ley de la lógica formal tiene
un carácter metafísico, por cuanto con que todo desarrollo presupone la
contradicción. “Toda cosa concreta, todo ‘algo’ concreto, está en diferentes y, a
menudo, contradictorias relaciones respecto a todo lo restante… es uno mismo y
otro” (Lenin). De tal modo, la contradicción es la causa real de todo fenómeno y
pensamiento.
La tercera ley de la lógica formal, ley de la exclusión del tercero, proclama: “algo
es o A, o no A; el tercero es imposible”. La fórmula de esta ley, de “o es, o no es”,
bajo el aspecto que le da la lógica formal, es metafísica, abstracta, insustancial. La
dialéctica no niega que de cada acontecimiento y fenómeno se puede y debe decir
“o es, o no es”. “Nosotros nos rezagamos –decía el camarada Stalin– de las
naciones adelantadas en 50-100 años. Debemos recorrer esa distancia en 10
años, o lo hacemos, o nos aplastan”. La diferencia entre el método dialéctico y el
método lógico-formal, a este respecto, consisten en que aquél rechaza la
inmutabilidad de los fenómenos y los considera en su desarrollo, en su cambio,
como fenómenos contradictorios. Por eso, la verdadera solución de tal o cual
problema siempre emana del cálculo de las condiciones concretas y del desarrollo
de la realidad. El fundamento de la lógica formal, al contrario, es el reconocimiento
de la inmutabilidad y la negación de las contradicciones internas de los objetos.
Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:56-57
Lógica formal
Ciencia de las leyes y de las formas del pensamiento, cuyos orígenes se remontan
a Aristóteles (ver). La lógica formal enseña a pensar acertadamente observando
las reglas de identidad, de no contradicción, de determinación, de demostración,
de consecuencia. Si el pensamiento es contradictorio, incoherente, inconsecuente,
no es posible ningún conocimiento científico, ningún razonamiento bien fundado,
ninguna solución valedera. “No debe haber ninguna ‘contradicción lógica’ a
condición, desde luego, de que el pensamiento lógico sea justo, ni en el análisis
económico ni en el análisis político” (Lenin, Obras, Ed. rusa).
La lógica formal establece cuatro leyes fundamentales del pensamiento: 1) El
pensamiento debe respetar el principio de identidad. La ley de la identidad enseña
a identificar y a distinguir acertadamente las cosas, a no substituir una noción por
otra. En todo razonamiento, discusión o debate, toda noción debe ser empleada
en una sola y misma significación. 2) El pensamiento no debe ser contradictorio.
La ley lógica de no-contradicción impide contradecirse en el curso de los
razonamientos, en el análisis de los problemas. Es preciso distinguir las
contradicciones inadmisibles de un falso razonamiento y las de la vida real que
son dialécticas. Por ejemplo, si se reconoce una proposición como verdadera, no
se permite afirmar al mismo tiempo que no lo es. 3) Si se trata de una cuestión
planteada y comprendida convenientemente, es inadmisible responder a ella de
una manera indeterminada, ni por sí ni por no. Esto es lo que se llama la ley del
tercero excluido. Después de las precisiones necesarias, hay que responder
siempre de una manera determinada. De dos juicios contradictorios, uno es
necesariamente justo y el otro falso, y no hay un tercero. Dicho de otro modo A es
B o no-B. 4) Todo pensamiento es justo a condición de que esté bien fundado, de
que derive de otro pensamiento justo que, en ese caso, le sirve de premisa (ley de
la razón suficiente). Por eso el pensamiento debe ser consecuente. Hay A porque
hay B, enseña la ley de la razón suficiente. Así, en su entrevista con la primera
delegación de obreros norteamericanos, Stalin respondió a la cuestión de la
supresión posible del monopolio del comercio exterior que involucraba a su vez el
problema de la falta de derechos políticos en los elementos burgueses de la
U.R.S.S. en los términos siguientes: “La delegación, por lo visto, no tiene nada en
contra de que el proletariado de la U.R.S.S. haya desposeído a la burguesía y a
los terratenientes de las fábricas, la tierra y los ferrocarriles, los bancos y las
minas. Pero se me figura que la delegación siente cierta perplejidad al ver que el
proletariado no se ha limitado a esto y ha ido más lejos, desposeyendo a la
burguesía de derechos políticos. Esto, a mi modo de ver, no es muy lógico, o,
mejor dicho, no es nada lógico. ...Creo que la lógica obliga. El que piensa en la
posibilidad de devolver a la burguesía sus derechos políticos, debe, si quiere ser
lógico, ir más lejos y plantear también la devolución de las fábricas, los
ferrocarriles y los bancos a la burguesía” (Stalin, Obras, t. X, pp. 118 y 119, Ed.
esp., Moscú, 1954). Este ejemplo muestra claramente lo que significa la
consecuencia, el curso lógico. Las cuatro leyes lógicas del pensamiento indican
que la lógica formal plantea como obligatorias las leyes más generales y más
elementales del pensamiento, las reglas más generales de coherencia y de
consecuencia.
La lógica formal estudia de igual modo las diferentes formas del proceso del
pensamiento. Concepto (ver), juicio (ver), y razonamiento (ver), son las formas que
constituyen las tres partes esenciales de la lógica formal. En la primera, la lógica
formal examina las especies de conceptos, sus relaciones, los procedimientos
lógicos de su formación, la relación entre su extensión y su comprensión, los
procedimientos y las reglas de determinación y de distinción de los conceptos. En
la segunda parte, la lógica formal estudia la composición, los modos del juicio, &c.
En la tercera, la más extensa, analiza el razonamiento, clasifica las especies y los
procedimientos del razonamiento, expone su teoría, las reglas y las figuras del
silogismo, muestra la importancia y el papel de la deducción y de la inducción en
el proceso del conocimiento, &c. En fin, la lógica formal explica el papel, los
procedimientos y los principios de la demostración en el pensamiento lógico. La
lógica formal es como la gramática del pensamiento lógico. De igual modo que la
gramática establece las reglas de modificación de las palabras, las reglas de su
combinación en la proposición y confiere así al lenguaje un carácter coherente, así
la lógica permite ordenar las ideas y conferir al pensamiento un carácter
coherente. El punto común entre la gramática y la lógica es que tanto una como la
otra hacen abstracción de lo particular y de lo concreto, definen las reglas y las
leyes generales que, como lo enseña la gramática, permiten combinar
juiciosamente las palabras en las proposiciones, modificar acertadamente las
palabras y que, como lo enseña la lógica, permiten pensar acertadamente,
encadenar convenientemente los conceptos en el juicio, los juicios en los
razonamientos, &c.
Las leyes y las reglas de la lógica formal, sin las cuales no es posible ningún
conocimiento, son universales, comunes a toda la humanidad. Las leyes lógicas
son leyes objetivas que reflejan los fenómenos del mundo objetivo. De igual modo
que el lenguaje, están al servicio de todos los hombres sin distinción de clases. Ni
más ni menos que las reglas gramaticales, no tienen, ni pueden tener, carácter de
clase. Si fuera de otro modo, los hombres pertenecientes a diferentes clases no
podrían entenderse. Las leyes y las reglas de la lógica formal son las del proceso
natural del pensamiento. Sin embargo, ciertas teorías falsean la interpretación de
estas leyes. Así, para los idealistas, la lógica formal es una ciencia puramente
abstracta, separada de la realidad objetiva. Por eso Lenin, al hablar de la
necesidad de estudiar la lógica formal, exige que se apliquen “correcciones” a esta
lógica tradicional, vale decir, que se despoje de toda clase de alteraciones y
deformaciones idealistas. Pero la lógica formal no representa sino las
“matemáticas elementales” del pensamiento; ella estudia los vínculos y relaciones
más simples entre las cosas. El único instrumento de investigación científica, es el
método dialéctico marxista (ver), que pone en claro las leyes más generales del
desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento humano. (Sobre las
relaciones entre la dialéctica y la lógica formal, ver Lógica).
Diccionario filosófico abreviado · 1959:299-300
Lógica formal
Ciencia que estudia los actos del pensar –concepto, juicio, razonamiento,
demostración– desde el punto de vista de su estructura o forma lógica, o sea,
haciendo abstracción del contenido concreto de los pensamientos y tomando sólo
el procedimiento general de conexión entre las partes del contenido dado. El
objetivo básico de la lógica formal consiste en formular leyes y principios cuya
observancia es condición necesaria para alcanzar verdaderos resultados en el
proceso encaminado a proporcionar un saber inferido.

La primera piedra de la lógica formal se encuentra en los trabajos de Aristóteles,


quien elaboró la silogística.
La ulterior aportación al progreso de la lógica formal se debe a los estoicos de la
primera época, y en la Edad Media, a los escolásticos (Duns Escoto, Guillermo de
Occam, Alberto de Sajonia, Ramón Llull o Lull [Raimundo Lulio] y otros).
La multisecular tradición en el estudio de los problemas de la lógica deductiva se
rompe cuando se investiga la inducción y se intenta formular las reglas de los
razonamientos inductivos (Francis Bacon; más tarde, John Mill y otros).
Sin embargo, únicamente en la segunda mitad del siglo XIX, al empezarse a
estructurar la lógica matemática (simbólica), se registra un viraje a fondo en el
desarrollo de la lógica formal. Esta lógica matemática representa la actual etapa
en el desarrollo de la lógica formal.
Diccionario filosófico · 1965:279
Lógica formal
Ciencia que estudia las formas del pensamiento –conceptos, juicios, ilaciones,
demostraciones– desde el punto de vista de su estructura lógica, es decir,
abstrayéndose del contenido concreto de las ideas y disociando tan sólo el modo
general de interconexión de las partes de este contenido. La tarea principal de la
lógica formal consiste en formular leyes y principios cuya observancia es condición
necesaria para lograr conclusiones auténticas en el proceso de obtención del
conocimiento deductivo. Dio comienzo a la lógica formal Aristóteles, el cual creó la
silogística. Más tarde hicieron un aporte al desarrollo de la lógica formal los
primeros estoicos; en el Medievo, los escolastas (Duns Escoto, Ockham y otros);
en el tiempo nuevo, ante todo, Leibniz. Una nueva etapa de desarrollo de la lógica
formal empieza en el deslinde de los siglos 19 y 20, cuando cobró intensidad el
progreso de la lógica matemática (simbólica). Esta última, al idear teorías lógicas
de los razonamientos y demostraciones matemáticos, enriqueció la lógica formal
con nuevos métodos y medios de investigación lógica

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