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N ° 134
El casabe
un alimento
ancestral
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Raspaban la Se hacían tortas
cáscara de redondas para ser
la yuca con colocadas sobre el
un rallo de budare ya caliente,
madera y allí se dejaban
dentado con cocer por ambos
piedrecillas lados
o huesos encrustados. aproximadamente
3 minutos.
Elaboraban la pulpa
con rallos hechos de
concha de tortuga o
piedra, con hendidura
en el centro.
Aquí
La yuca
Nombre científico:
Manihot esculenta
Texto / Carmen V. Álvarez
E s un arbusto originario de
Nuestra América.
Su nombre científico es Manihot
esculenta. Manihot es la forma latina de
manioc, el nombre Sus raíces engrosadas
que le dan los (tuberosas) son la
indígenas en Brasil. base alimentaria de
Esculenta en latín más de 500 millones de
significa bueno de personas en América,
Asia y África.
comer.
Ubicación de la
Manihot esculenta
en el mundo
E
–He venido a demostrarte que soy
l hombre fue al río a buscar
más poderoso que tú.
agua. Cuando regresó a su El animal condujo al hombre hasta
casa, se encontró allí estaba el un matorral cercano. Allí se
tigre. El hombre, pensando escondieron. Al cabo de un rato,
defenderse, dio un salto hacia el vieron un paují que se posó en lo
sitio en que guardaba sus armas. alto de un árbol. El tigre se trepó al
El tigre se puso a reír y dijo: árbol silenciosamente; cogió al
–No soy tonto, Pemón. Sé que paují por el pescuezo y regresó
debes tu poder a las armas que junto al hombre.
posees, por eso te las he destruido. –¿Eres capaz de hacer eso? –le
El hombre vio entonces que el preguntó.
tigre estaba sentado sobre los –Sin flechas, o sin cerbatanas, no
restos de sus flechas y sus hachas puedo hacerlo –contestó el
destrozadas. hombre.
Siguieron
escondidos. Al
poco tiempo
apareció una
danta.
El tigre dio salto
y de un zarpazo
venció a la
danta. –¿Puedes
matar una danta
de la manera
como yo he
matado ésta?
–preguntó al
hombre.
–No –dijo este–
sin armas no
puedo hacerlo.
Letras, cuentos y poemas 8
Entonces se fueron a la orilla del río. –Aguárdame aquí, Kaikusé; ya
El tigre comenzó a dar golpes en el vuelvo.
agua con su lengua. Atraídos, los El tigre, desconfiado, gruñó:
peces se acercaron. De un –No pretendas huir, porque si lo
manotazo el tigre sacó fuera uno haces, te buscaré y cuando te
de ellos, enganchado en sus uñas. haya encontrado, te daré muerte.
El tigre se quedó mirándolo, y luego –No tengas cuidado –dijo el
dijo: hombre y se fue.
–Ahora te toca a ti, Pemón, Se metió entre la selva y regresó
ejecutar también tres hazañas. Si yo a su casa por la parte posterior.
no puedo imitarte, quedaremos Entró y buscó una torta de
amigos, pero si las llevo a cabo, casabe. Luego miró al cielo y
entonces te devoraré. cuando vio que la luna se escondía
Entonces se fueron a la orilla del río. detrás de una nube, volvió donde
El tigre comenzó a dar golpes en el estaba Kaikusé, a quien mostró la
agua con su lengua. Atraídos, los torta de casabe, preguntándole:
peces se acercaron. De un –¿Sabes qué es esto, amigo
manotazo el tigre sacó fuera uno Kaikusé?
de ellos, enganchado en sus uñas. –No sé –contestó el tigre.
El tigre se quedó mirándolo, y luego Pemón dijo:
dijo:
–Ahora te toca
a ti, Pemón,
ejecutar
también tres
hazañas. Si yo
no puedo
imitarte,
quedaremos
amigos, pero si
las llevo a
cabo,
entonces te
devoraré.
La luna estaba
en el cielo
rodeada de
nubes, el
hombre la miró
y dijo después
al tigre:
Letras, cuentos y poemas
Soluciones 9
–Mira el cielo. ¿No ves que la todo el casabe y se quedó
luna ha desaparecido? La fiera relamiéndose.
miró al cielo y seguidamente a la –Es lástima que se haya acabado
torta de casabe. –murmuró.
–¡Ah! ¡Has cogido la luna! –No importa –dijo Pemón–. Ahora
–exclamó. saldrá otra luna.
–Sí –dijo el hombre, y empezó a –¿Y podré cogerla yo?
comer casabe. –Naturalmente, de la misma
El tigre, mirando el gusto con que manera que yo cogía la mía.–¿Y
Pemón comía, dijo: cómo hiciste para darle alcance?
–Debe ser sabroso comer la luna. –Muy sencillo –explicó el
El hombre le dio lo que quedaba hombre–. Me subí a los copos de
de la torta de casabe al animal, un árbol y de un salto me llegué
diciendo: hasta ella.
–Sí, es bueno; come. La luna salió de las nubes en que
En un momento el tigre devoró se había ocultado y comenzó de
nuevo a correr por
el cielo.
Apenas la vio el
tigre, fue rápido y se
subió al árbol más
alto. Allí se agazapó,
dio al fin el gran
salto, pero no
alcanzó la luna, sino
que se vino de
cabeza y se estrelló
en el suelo contra
una piedra.
El hombre llevó a
su casa el pescado
y el paují, y arrastró
hasta ella también
al tigre y la danta.