323 Mar. 2, 2019 Mi vida espiritual.

Océanos

Me gustaría escribir un libro sobre océanos. Los océanos en que vivimos y somos.
Océanos de bondad, de fe, de amor, de unidad, de abundancia, de Dios, de luz, de paz,de vida.

Océano, símbolo o expresión de grandeza, de plenitud, de profundidad, de vida y misterio.

Recuerdo aquel cuento del pez inquieto, inteligente y buscador, que quería distinguirse y
conseguir su plenitud y felicidad.. Pensó que su felicidad sería alcanzar el océano, el cuerpo
mayor de agua donde poder nadar sin limites, donde viviría en libertad, plenitud, y podía ser o
estar más cerca de lo infinito. También, aunque no se daba cuenta, había en todo esto vestigios
de egoísmo escondido, de ser más que los demás.

Decidió buscar el océano con toda su energía, viajó hacia el norte, hacia sel sur, este y oeste
y no encontraba el océano, se detuvo a reflexionar y encontró un resquicio de luz en la
humildad y la prudencia. ¿Por qué no preguntar a alguien que sepa más que yo?. Se acercó
humilde y temerosamente a la cueva del un pez viejo y grande, que se decía que había vivido
mucho y era sabio. Le dijo: Pez grande y sabio, yo soy un pez joven e inquieto, busco el
océano, el futuro, el éxito, y pienso que encontrarlo sera la mayor felicidad que un pez puede
encontrar, tu has vivido mucho, has visto muchos viajeros, sabes historia, ¿me podrías indicar,
por favor, por donde llego al océano, la mayor felicidad y plenitud que existe?. El pez grande,
le miró pacíficamente, comprensivo, tolerante de su juventud y sueño y le dijo: “Estás en el
Océano”. El pez joven, el emprendedor, observó a su alrededor y replico: “en mi opinión, esto
no es más que agua”.

Muchos de nosotros, frecuentemente buscamos lo que tenemos dentro, el océano de amor y

bondad que nos rodea e inunda. Buscamos la vida y estamos en ella y la vida está en nosotros,
buscamos a Dios y estamos en Dios y El está en nosotros. Buscamos a aquellos que ya están en
nosotros y a quienes amamos.

"Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos
a él, y haremos morada en él." (Juan 14, 23)