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INDICE

1. DEFINICIÓN

2. METABOLISMO DEL HIERRO

3. ETIOPATOGENIA

 Disminución de aporte de hierro


 Disminución de absorción: aclorhidria
 Incremento de pérdida de hierro

4. CLÍNICA

 Síndrome anímico general


 Consecuencia derivadas de ferropenia

5. DIAGNÓSTICO:

6. TRATAMIENTO:

7. CASOS CLINICOS Nro. 1

8. CASOS CLINICOS Nro. 2

9. BIBLIOGRAFIA
ANEMIA FERROPÉNICA

1. DEFINICIÓN:

La anemia ferropénica es aquella en la que existen pruebas evidentes de déficit


de hierro. La ferropenia es la causa más frecuente de anemia. No todos los
enfermos con ferropenia llegan a desarrollar anemia, considerándose que hasta
el 20% de las mujeres y el 50% de las embarazadas la pueden presentar.

2. EPIDEMIOLOGIA:

- Mundialmente el primer lugar entre las 38 enfermedades más frecuentes


del ser humano.
- En el mundo 66 a 80% de la población puede ser deficiente en hierro y
más del 30% presenta anemia ferropénica.
- Mundialmente 700 millones de personas padecen esta enfermedad.
- Es la anemia más prevalente 70 – 80%.
- Incidencia en países subdesarrollados es 2.5 veces mayor que en países
desarrollados.
3. METABOLISMO DEL HIERRO:
El contenido total del hierro del organismo es de unos 50 a 55 miligramos por Kg
de peso en el varón y 35 a 40 en la mujer. El hierroforma parte de la molécula de
hemoglobina, mioglobina y otros compuestos.

La pérdida diaria de hierro es de alrededor de 1 miligramo, como


consecuencia de la descamación de las células del epitelio gastrointestinal,
genitourinario y piel. En situaciones como la menstruación, el embarazo y la
lactancia, la pérdida de hierro se incrementa.

La ingesta diaria de hierro en el alimento es de 10 a 30 miligramos, de los que


se absorben aproximadamente un miligramo en duodeno, yeyuno proximal y
yeyuno medio. La absorción de hierro se incrementa en forma hémica y por la
acción del ácido gástrico (la aclorhidria puede cursar con disminución de su
absorción), ácido ascórbico y citrato y disminuye por los fitatos y cereales de la
dieta.

Una vez que es absorbido, el hierro es transportado en la sangre a través de


la transferrina en forma férrica (la absorción se realiza en forma ferrosa o
reducida). La capacidad ligadora del hierro de la transferrina es de
aproximadamente el 33%, esto quiere decir que una de cada tres moléculas de
transferrina está capacitada para transportar hierro en un momento determinado.
Una mínima cantidad se transporta en plasma por la acción de la ferritina, que
presenta muy buena correlación con los almacenes de hierro del organismo.
4. CLÍNICA:

Desde una buena historia clínica:

- La mayoría de las veces, los síntomas al principio son leves y aparecen


lentamente.

 Debilidad y cansancio más frecuente de lo normal.


 Dolores de cabeza.
 Dificultad de concentración.

- A medida que la anemia empeora, los síntomas pueden incluir.

 Uñas quebradizas.
 Deseo de consumir hielo u otras cosas que no son comidas.
 Mareos.
 Color pálido de la piel.
 Disnea.
 Dolor en la lengua.

- Los síntomas de las afecciones que causan la anemia ferropénica


incluyen.

 Heces oscuras, alquitranadas o con sangre.


 Sangrado menstrual abundante (En mujeres).
 Dolor en abdomen superior.
 Pérdida de peso.

- Síndromes.
 Síndrome anímico general: astenia, irritabilidad, palpación, mareos,
cefalea, disnea.
 Consecuencia derivadas de ferropenia: estomatitis angular, glositis,
ocena (atrofia crónica de la mucosa nasal), coiloniquia o uñas cuchara,
disfagia, neuralgias y parestesias, ocasionalmente hipertensión
intracraneal benigna.

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5. DIAGNÓSTICO:
La anemia ferropénica es una anemia característicamente microcítica
(disminución de VCM) e hipocroma (disminución de HCM, CHCM). Entre las
alteraciones de laboratorio se tiene:

Disminución de sideremia, incremento de la concentración de transferrina del


suero (también denominada capacidad ligadora de hierro) y disminución de la
saturación de transferrina, además de una disminución de la ferritina sérica y de
la Hb A2.

El descenso de la ferritina sérica es la primera alteración analítica que aparece


y el mejor parámetro a la hora de detectar ferropenia, después de la biopsia de
médula ósea.

Puede haber descenso del número de leucocitos e incremento de plaquetas (la


ferropenia es una causa habitual de trombocitosis).

Otros parámetros que también se alteran en la ferropenia son: protoporfirina libre


del hematíe, que se encuentra incrementada como consecuencia de un exceso
relativo de protoporfirina al descender el hierro, y la IDH, que se encuentra
incrementada (índice de distribución de hematíes, que es una medida de la
anisocitosis o variación del tamaño de los hematíes). La IDH se encuentra
incrementada en la ferropenia, a diferencia de la talasemia, donde su valor es
normal.

Aunque no es habitual la necesidad de realizar estudio de médula ósea en la


ferropenia, en caso de realizarse encontraríamos una disminución o ausencia de
los depósitos de hierro.

Además del diagnóstico de ferropenia, es necesaria la realización del diagnóstico


etiológico, que suele ser la pérdida crónica de sangre en aparato genital
femenino (la causa habitual en las mujeres) o tubo digestivo (la causa más
frecuente en el varón) complementar con panendoscopia oral y colonoscopia.
6. TRATAMIENTO:
Administración de hierro oral, 100-200 mg/día en forma de sal ferrosa (para
facilitar su absorción). Esta administración de hierro debe mantenerse hasta la
normalización de los depósitos de hierro (ferritina sérica 20- 200 ug/ml), que
ocurre de 3 a 6 meses después de corregir la anemia. El tratamiento con hierro
oral puede producir molestias gástricas.

El primer signo de respuesta al hierro suele ser un incremento del porcentaje de


reticulocitos, aproximadamente a los 10 días de tratamiento, mientras que la
normalización de la hemoglobina suele aparecer hacia los dos meses. En caso
de colonoscopia para completar diagnostico etiológico, los suplementos de hierro
oral deben suspenderse aproximadamente 10 días antes de la prueba.

En casos excepcionales es precisa la administración de hierro parenteral, en


forma de complejo dextrano-hierro, administrado intramuscular o intravenoso.
Son indicaciones del tratamiento parenteral la intolerancia oral al hierro, la
ausencia de absorción oral, la pérdida del hierro a velocidad superior a la
reposición por vía oral o la enfermedad inflamatoria intestinal o enfermedad
celíaca.

7. PREVENCION

Sigue una dieta rica en vitaminas

Hay muchos tipos de anemia que no pueden evitarse. No obstante, la anemia


ferropénica y las anemias por deficiencia de vitaminas pueden evitarse mediante
una dieta que incluya una variedad de vitaminas y nutrientes, entre ellos:
Hierro. Entre los alimentos ricos en hierro se incluyen carne de res y otras carnes,
frijoles, lentejas, cereales fortificados con hierro, vegetales de hojas verdes
oscuras y frutas secas.
Folato. Este nutriente y su forma sintética (ácido fólico) se encuentran en frutas,
jugos de frutas, vegetales de hojas verdes oscuras, guisantes verdes, frijoles,
maníes y productos integrales, como pan, cereal, pasta y arroz.
Vitamina B-12. Entre los alimentos ricos en vitamina B-12 se incluyen carne,
productos lácteos y productos de soja y cereales fortificados.
Vitamina C. Entre los alimentos ricos en vitamina C se incluyen frutas y jugos
cítricos, pimientos, brócolis, tomates, melones y frutillas. Estos alimentos ayudan
a aumentar la absorción de hierro.
Considera la posibilidad de tomar un complemento multivitamínico
Si te preocupa no saber si obtienes una cantidad suficiente de vitaminas de los
alimentos que comes, pregunta al médico si un complemento multivitamínico
podría ser la mejor opción para ti.

Considera la posibilidad de solicitar asesoramiento genético


Si tienes antecedentes familiares de anemia congénita, como anemia
drepanocítica o talasemia, consulta a un médico y, posiblemente, también a un
asesor en genética sobre tu propio riesgo y los riesgos que podrías transmitir a
tus hijos.

Evita la malaria

La anemia puede ser una de las complicaciones de la malaria. Si planeas viajar


a un lugar donde la malaria es frecuente, antes habla con el médico sobre la
necesidad de tomar medicamentos de manera preventiva. En las áreas donde la
malaria es frecuente, la prevención incluye reducir la exposición a los mosquitos,
por ejemplo, utilizando redes de cama tratadas con insecticida.

8. GRUPOS VULNERABLES

La población más propensa a desarrollar a Anemia Ferropénica son:

1° Niños pequeños
2° Gestantes
3° Lactantes
4° Adolescentes
5° Mujeres

9. CASOS CLINICOS Nro. 1

Paciente varón de 42 años, con an- tecedentes de tuberculosis pleural,


pancreatitis crónica y síndrome de Mallory-Weiss, bebedor de más de 100
gramos de alcohol diarios. En los últimos 2 años precisó de diversos ingresos
por episodios de as- tenia y fatiga. La exploración física en todos los ingresos
fue normal. Analí- ticamente destacaba la presencia de Hto 19,8 %, Hb 5,6 g/dl,
Hierro 19 g/dl, índice de saturación 4,5 %, Ferri- tina 3 ng/ml, siendo el resto de
pará- metros analíticos normales. El estudio de médula ósea era compatible
con anemia ferropénica. Tanto el estudio gastro duodenal como el tránsito
intestinal, el enemo opaco, la ecografía abdominal y el TAC abdominal fueron
normales, así como la gastroscopia y la colonoscopia. En el último ingreso se le
practicó una angiografía digital de tronco mesentérico, objetivándose a nivel ce-
cal alteración en el drenaje venoso por una gruesa vena y ovillos vasculares
sugestivos de angiodisplasia. El paciente fue sometido a una hemicolectomía
derecha, confirmándose en el estudio histopatológico el diagnóstico clínico.

El mecanismo etiológico de la AC se basaría en la presencia de obstrucciones


parciales o intermitentes en las venas de la submucosa, especialmente en los
lugares de penetración por los lechos musculares circulares y longitudinales del
colon. Esta obstrucción, que ocurre durante la contracción muscular y
distensión del ciego, daría lugar a obstrucción de estas venas y aparición de
drenajes venosos anómalos, con posterior afectación del anillo capilar, con
incompetencia de los esfínteres precapilares y formación de pequeñas
comunicaciones arteria-venosas.

A la AC se la ha relacionado con otros procesos como agentes etiológicos


asmo estenosis aórtica, enfermedades pulmonares, patología isquémica, etc.
Clínicamente cursan con hemorragias digestivas bajas en caso de ectasias
venosas de 5 mm, o como hemorragias recidivantes en caso de lesiones
multifocales.

El diagnóstico es por angiografía mesentérica que demuestra la presencia de


hipervascularización arteriocapilar, con ovillo vascular y dilatación de la vena
ileocólica, o vaciamiento lento de venas, que se observan cuando el resto ya ha
drenado, o hemorragia intraluminal en caso de sangrado activo.

El tratamiento consiste en la resección de la zona afectada, pudiendo emplear


también coagulación endoscópica cuando las lesiones sean visibles por la
colonoscopia, o bien embolización de Jos vasos sangrantes selectiva- mente.

10. CASOS CLINICOS Nro. 2

Varón de 52 años de origen iraní, ex-fumador, con antecedentes de


hipertensión arterial, adenocarcinoma de colon tratado con hemicolectomía
derecha en el año 2008, valvuloplastia por insuficiencia mitral grave secundaria
a prolapso mitral e infarto agudo de miocardio con implante de stent
farmacoactivo en el año 2009. En julio de 2013 comenzó a estudiarse por
anemia ferropénica (hemoglobina 11,7 g/dl; ferritina 5,30 ng/ml; ferremia: 109
ug/dl) sin pérdida de peso ni otra sintomatología asociada.
Se realizó una colonoscopía que no mostró hallazgos relevantes y una
videoendoscopía digestiva alta (VEDA) en la que se observaron pliegues
gástricos engrosados con formaciones pseudopolipoideas de predominio antral
y corporal con una mucosa eritematosa, edema- tosa, nodular y friable. La
histología reveló hiperplasia y dilatación de las foveolas glandulares sin
observar signos de malignidad ni identificar Helicobacter pylori.

En el 2008 el paciente presentaba un estudio endoscópico alto normal. Se


inició tratamiento con hierro por vía oral y posteriormente parenteral por falta de
respuesta. En abril de 2014, ante la aparición de hipoproteinemia progresiva
(proteínas totales 4,8 g/dl), se realizó una nueva VEDA en la que se visualizó
mayor afectación macroscópica.

Se tomaron múltiples biopsias y se realizó una macro biopsia con un asa de


polipectomía que mostró una mucosa constituida por un componente glandular
con hiperplasia foveolar y dilataciones quísticas, erosión del epitelio de
superficie y un estroma edematoso y congestivo con fibras musculares lisas e
infiltrando inflamatorio mixto con frecuentes eosinófilos.

Los hallazgos endoscópicos e histológicos, junto con la aparición de la


hipoproteinemia e hipoalbuminemia llevaron a plantear el diagnóstico de
enfermedad de Ménétrier una vez descartadas otras causas de engrosamiento
de los pliegues gástricos como el síndrome de Zollinger Ellison, las
gastropatías infiltrativas o los síndromes polipósicos (el estudio de los genes
APC y MUTYH responsables de la poliposis adenomatosa familiar no detectó
ganancias ni pérdidas de material genético). Inicialmente se intentó un manejo
conservador: se suspendió el tratamiento antiagregante y se indicó tratamiento
con inhibidores de la bomba de protones y lanreótido 60 mg cada 28 días. A
pesar de estas medidas, las cifras de hemoglobina y de las proteínas totales
continuaron en descenso, junto con un deterioro marcado del estado general y
la aparición de deposiciones melénicas. Ante este escenario, se propuso
tratamiento quirúrgico que el paciente rechazó por lo que se planteó la
posibilidad de tratamiento con cetuximab. Sin embargo, el empeoramiento
analítico (proteínas to- tales 2,6 g/dl; albúmina 1,3 g/dl; hemoglobina 7,7 g/ dl) a
pesar de nutrición parenteral domiciliaria asociado a la aparición de edema en
miembros inferiores, ascitis y derrame pleural llevaron al paciente a
reconsiderar su postura.

Finalmente, se llevó a cabo la gastrectomía total sin complicaciones. Las


alteraciones analíticas se normalizaron a las dos semanas con rápida mejoría
clínica. En la última visita, seis meses tras la cirugía, el paciente se encontraba
asintomático.

La enfermedad de Ménétrier, también llamada gastropatía hipersecretora


hiperplásica o gastropatía hipertrófica pierde proteínas, es una infrecuente
entidad adquirida de prevalencia desconocida descrita en autopsias en 1888
por Pierre Eugène Ménétrier.1 Más frecuente en varones de edad media,
puede presentarse en ambos sexos y a cualquier edad, existiendo una variante
infantil de mejor pronóstico.
La patogénesis de esta enfermedad continúa sin ser bien comprendida.
La hipótesis más aceptada apunta a una sobreproducción del factor de
crecimiento transformante alfa (TGF-alfa) que produce un aumento de la
activación del receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) resultando
en una proliferación excesiva de las células mucosas del fundus y el cuerpo
gástrico.

Asimismo, el TGF-alfa estimula la producción de mucina a nivel gástrico e


inhibe la secreción ácida, hecho que explica la situación de la hipoclorhidria con
niveles normales o ligeramente aumentados de gastrina observados en esta
enfermedad.

Por otro lado, el citomegalovirus (CMV) parece jugar un papel importante en la


forma infantil al interaccionar con el EGFR y estimular la proliferación epitelial.
En esta variante, la resolución de la infección suele acompañarse de la
normalización mucosa.

Clínicamente puede presentar una gran variedad de manifestaciones como


epigastralgia, astenia, anorexia, pérdida de peso, náuseas, vómitos,
hemorragia digestiva o diarrea. Es característica la presencia de
hipoproteinemia e hipoalbuminemia sin proteinuria, que en ocasiones
condiciona la aparición de edema periférico, ascitis, derrame pleural o
pericárdico.

El paciente de nuestro caso presentó inicialmente anemia secundaria a las


pérdidas digestivas como única manifestación de la enfermedad. Sin embargo,
con el tiempo desarrolló clínica secundaria a la pérdida de proteínas a través
de la mucosa gástrica. La forma infantil suele presentarse a edades tempranas
y se resuelve de forma espontánea en pocas semanas.

Sin embargo, en adultos la enfermedad suele cronificarse y se considera una


entidad premaligna por predisponer a la aparición de cáncer gástrico. La
magnitud de este riesgo no está bien establecida por la escasa prevalencia de
la enfermedad.

Endoscópicamente es característica la presencia de pliegues mucosos


gástricos gigantes, tortuosos y de aspecto cerebriforme que no se aplanan con
la insuflación. La mucosa muestra un aspecto polipoideo, mamelonado o
nodular con áreas erosionadas e incluso ulceradas. Afecta predominantemente
a la curvatura mayor del cuerpo y al fundus con el antro generalmente
preservado. La afectación antral como en el caso presentado no excluye la
posibilidad de enfermedad de Ménétrier.

Es frecuente encontrar un aumento de la secreción de moco y un pH alcalino


en el aspirado gástrico.

La histología es característica pero no patognomónica. Muestra una hiperplasia


foveolar difusa intensa, las criptas son grandes y dilatadas, y hay pérdida de
células parietales y principales que son sustituidas por células mucosas,
pudiendo existir un leve infiltrado inflamatorio con eosinófilos en la lámina
propia.
La biopsia convencional en muchas ocasiones no logra una profundidad
suficiente para demostrar la pérdida de las glándulas oxínticas, por lo que se
recomienda la realización de una macrobiopsia con asa de polipectomía que
incluya la muscular de la mucosa. En todos los casos debe descartarse la
infección por Helicobacter pylori y al menos, en la forma infantil, el CMV.

La enfermedad puede conducir a una desnutrición calórica proteica, es de gran


importancia el tratamiento de soporte con dieta hiperproteica y suplementos
nutricionales y en ocasiones incluso nutrición parenteral como en el caso
presentado. En las formas infantiles suele ser suficiente el tratamiento
conservador, el uso de ganciclovir se reserva para casos graves y/o
prolongados, pacientes inmunocomprometidos o neonatos.

La gastrectomía total o subtotal con preservación antral constituye el


tratamiento clásico al lograr la curación y eliminar el potencial riesgo de cáncer
gástrico. Hasta la fecha, no se han realizado ensayos clínicos para evaluar el
tratamiento médico.

En casos con infección documentada por Helicobacter pylori se recomienda su


erradicación ya que de forma anecdótica se ha observado regresión de la
hiperplasia mucosa. Se han documentado casos y series de casos en los que
se emplean antagonistas de los receptores H2, in- hibidores de la bomba de
protones, anticolinérgicos y octreótide con resultados variables. Existen en la
literatura pacientes tratados con octreótide con rápida y mantenida resolución
de la clínica y pérdida de proteínas a pesar de la persistencia de los pliegues
gástricos engrosados.

En el año 2000, Burdick y col; emplearon un anticuerpo monoclonal dirigido


contra el EFGR, el cetuximab, en un paciente con enfermedad avanzada y
refractaria a varios tratamientos con mejoría precoz de la sintomatología y de la
hipoalbuminemia. Posteriormente, otros pacientes han sido tratados con
cetuximab con buenos resultados.

En un estudio no controlado con nueve pacientes con enfermedad grave se


objetivó la mejoría histológica con mínimos efectos adversos en los siete
pacientes que completaron el tratamiento.

A pesar de todo, cinco pacientes precisaron cirugía. Por otro lado, se ha


documentado recurrencia de la enfermedad tras respuesta inicial favorable, lo
que lleva a cuestionar el entusiasmo inicial. La aparición de diversas
alternativas terapéuticas ha supuesto un avance importante para los pacientes
con alto riesgo quirúrgico o que rechazan la cirugía. A pesar de que la
evidencia es todavía escasa, dada la agresividad de la cirugía y la posibilidad
de mantenerla como rescate terapéutico, parece razonable al menos intentar el
tratamiento conservador y relegar la opción quirúrgica a casos graves o
refractarios como el presentado. Si se opta por el tratamiento conservador, es
importante el seguimiento endoscópico por la posibilidad de malignización.
(Figura 1)

Figura 1. La endoscopía digestiva alta muestra pliegues gástricos engrosados


con una mucosa edematosa y eritematosa.
Figura 2. El estudio histológico muestra una mucosa gástrica con hiperplasia
foveolar y dilataciones quísticas.
11. BIBLIOGRAFIA:
 Manual CTO De Medicina Y Cirugia “HEMATOLOGIA” Grupo Editorial
CTO Novena Edicion 2016. Página Nro 9, Tema Numero Cuatro “Anemia
Ferropenica”
 J. Martí* /A. Colina* /J. M. Arrinda** /B. Mar* / I. Goena* “ANEMIA
FERROPÉNICA CRÓNICA POR ANGIODISPLASIA DE COLON EN EL
ADULTO” revista de medicina de la universidad de navarra 2016.
Publicado en: WWW.REVISTAMED.COM

 Ana García García de Paredes, Javier Martínez González, Laura Crespo


Pérez “UNA CAUSA INFRECUENTE DE ANEMIA FERROPÉNICA:
ENFERMEDAD DE MÉNÉTRIER” Servicio de Gastroenterología y
Hepatología, Hospital Ramón y Cajal. Madrid, España. Acta Gastroenterol
Latinoam 2016; 46:118-121 Recibido: 09/12/2015 / Aprobado: 29/02/2016
/ Publicado en: www.actagastro.org el 04/07/2016

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