Una estrategia Barroca en una lejana colonia: Se establece en América como el nuevo lugar para

instaurar el plan de renovación e implementación por parte del movimiento contrarreformista a

finales del siglo XVI. En este aspecto se utiliza el barroco, por el carácter dramático en su estética,
la cual era llamativa para los indígenas en el momento de las celebraciones y espectáculos de la
iglesia, la cual transmitían valores tales como los pecados y las culpas (Estructura binaria).

En el caso de Chile, luego del apaciguamiento del conflicto bélico en el sur, dio una posibilidad
para las misiones de la iglesia, las cuales introdujeron la estética ritual del Barroco, siendo los
jesuitas los grandes exponentes y monopolizadores hasta 1767(expulsión). Recordar, que por
medio de las reformas en la Iglesia, los jesuitas, se centraban en la instrucción, el replanteamiento
de los sacramentos y predicación del mensaje divino a todos.

Los jesuitas (instalación en Chile 1593) por su estructura jerárquica, adoptaron el lenguaje estético
del barroco como oficial. Desde las iglesias que estaban enchapadas en oro, o desde el exterior, el
cual sus celebraciones sacramentales poseían este carácter llamativo del barroco. Estos “soldados”
sacerdotes desde el confesionario a la imprenta o las relaciones entre la elite social y la política,
estaban involucrados.

Hay una diferenciación entre la implementación de estas prácticas en las zonas urbanas y el
contexto del sur, por una parte, en el primero, se hacían ostentosas fiestas con música y fuegos
artificiales. Durante el siglo XVII, la fijación del calendario litúrgico oficial (ciclo de un año, en
donde hay diferentes fiestas como la pascua, navidad, cuaresma etc.) abrió la conexión entre la
sociedad y los sistemas de poder con los jesuitas, un ejemplo, son los gremios de ciertos oficios
tales como artesanos los cuales eran designados por el cabildo para la fabricación de carros
alegóricos (los que mostraban imágenes al pasar) y el financiamiento de misas por entidades
públicas. Cada festividad poseía en cierta manera la expresión de emociones, en el caso del Corpus
eran alegres y realizaban actividades como las corridas de toros, en cambio, semana santa
representaba la culpa o el dolor, por ende, cada festividad por medio del barroco se podría
denominar como un “teatro sagrado” en donde se tensionaba las emociones del dolor y la alegría.