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Drosophila melanogaster

La mosca de la fruta, Drosophila melanogaster, es el modelo experimental por excelencia para el estudio de los
procesos de desarrollo. Esto se debe a la facilidad de su cría en laboratorio, su corto ciclo de vida y al profundo
conocimiento que se posee acerca de su genética, su nivel de complejidad y su riqueza anatómica.
En Drosophila, el desarrollo embrionario comienza en el momento de la fecundación. El esperma entra al
oocito maduro a través del micrópilo, una estructura ubicada en la que será la región anterior del huevo.
Luego de la fusión de los núcleos de los gametos, una serie de rápidas divisiones mitóticas sin citocinesis
produce un sincitio. A continuación, los núcleos migran a la periferia y se forma un blastodermo sincicial. La
membrana celular se invagina y rodea los núcleos. En ese momento, el embrión está en el estadio de
blastodermo celular. El siguiente paso es la gastrulación, proceso durante el cual se definen el ectodermo, el
mesodermo y el endodermo, las tres láminas celulares básicas que darán origen a todos los futuros tejidos del
animal. Además, durante la gastrulación se establece el plan corporal del animal. La segmentación ocurre en
las fases finales de esta etapa.
El diseño corporal de Drosophila es básicamente el mismo en el embrión, la larva y el adulto. En los tres
casos se distinguen una región anterior, una posterior y unidades repetitivas en la zona media.
En Drosophila se han determinado los mecanismos capaces de establecer la orientación de los principales ejes
corporales, generar un patrón de unidades repetitivas a lo largo del eje anteroposterior y definir cómo alcanza
cada segmento su identidad única.
Fig. 15-5. Experimentos de trasplante revelan la existencia de morfógenos
Experimentos de trasplante revelan la existencia de morfógenos
(a) Un embrión normal da lugar a una larva que presenta elementos morfológicos característicos a lo largo del
eje anteroposterior. Estos elementos incluyen, entre otros, la presencia de piezas bucales, quetas, espiráculos,
etc., que permiten determinar claramente la posición de la cabeza (C), el tórax (T) y el abdomen (A) en la larva.
(b) Si se extrae material desde la región anterior (A) de un embrión dador y se inyecta en la zona posterior (P)
de otro embrión (aceptor), la larva resultante presentará estructuras anteriores, típicas de la cabeza en sus dos
extremos. (c) Recíprocamente, si se extrae material desde la región posterior de un embrión dador y se inyecta
en la zona anterior de otro embrión aceptor, la larva resultante presentará estructuras posteriores en los dos
extremos del cuerpo. Estos simples experimentos de trasplante implican la existencia de sustancias
determinantes de estructuras anteriores y posteriores que se localizan diferencialmente a lo largo del cuerpo
del animal.
Establecimiento de los ejes corporales
Los morfógenos son sustancias clave para el establecimiento de la organización del cuerpo del animal. Los
morfógenos poseen dos propiedades fundamentales. Una de ellas es su distribución espacial: la concentración
de un morfógeno varía a lo largo de una dimensión corporal, por ejemplo, a lo largo del eje anteroposterior del
embrión. La otra propiedad crítica de un morfógeno es que sus efectos reguladores sobre otros genes dependen
de su concentración en esa zona particular del cuerpo.
El desarrollo del oocito dentro del ovario de Drosophila comienza en el germario, que contiene varias células
madre. Por cada futuro huevo, una célula madre experimenta cuatro divisiones mitóticas. Una de las células
hijas se transforma en el oocito; las otras 15, en células nodrizas.
Las células nodrizas producen grandes cantidades de proteínas y mRNA. Estas moléculas son exportadas al
oocito. Algunos mRNA se localizan en regiones específicas: los que codifican la proteína Bicoid se ubican en
la futura zona anterior del oocito; los que codifican la proteína Oskar, en la futura zona posterior.
Las células del ovario materno forman una cubierta de células foliculares que rodean a las células nodrizas y
al oocito. Las células foliculares secretan los materiales que componen la membrana vitelina y la cáscara del
huevo.
La presencia de mRNA maternos en las respectivas regiones anteriores y posteriores del oocito dispara el
establecimiento del eje anteroposterior del animal. La presencia de las proteínas Oskar y Nanos marca el
extremo posterior del animal, mientras que la presencia de Bicoid marca la región anterior. Estas proteínas
actúan como morfógenos, y sus gradientes de concentración constituyen un sistema de coordenadas que guía
el posicionamiento del eje anteroposterior del embrión. Las concentraciones de morfógeno a las que está
expuesto cada núcleo determinan el camino que seguirá durante el desarrollo.
Fig. 15-8. La localización de productos maternos y los gradientes de morfógenos
La localización de productos maternos y los gradientes de morfógenos
(a) Ya en estadios tempranos de desarrollo del oocito, ciertos mRNA se localizan en regiones específicas del
oocito: moléculas de mRNA que codifican la proteína Bicoid se localizan de modo preferencial en la región
anterior del oocito (color negro), mientras que moléculas de mRNA que codifican la proteína de Oskar se
localizan mayoritariamente en el polo posterior del oocito (color rojo). Debido a procesos de difusión, éstas y
otras moléculas forman gradientes de concentración a lo largo del oocito proveyéndole un sistema de
coordenadas que establece el futuro eje anteroposterior (A y P) del animal. (b) La distribución de la proteína
Bicoid en un embrión temprano de Drosophila sigue un gradiente de concentración a lo largo del eje
anteroposterior. Este gradiente de concentración establece la posición y la orientación del eje anteroposterior
del animal (c). El gradiente de concentración es eliminado totalmente en mutantes del gen Bicoid. La carencia
de la poteína Bicoid afecta la formación de la cabeza y otras estructuras en la región anterior del animal.
Generación de unidades repetitivas
Las dos clases más importantes de genes involucrados en la formación de segmentos corporales son los de
efecto materno y los de efecto cigótico. Las mutaciones de efecto materno afectan genes cuya función es
requerida cuando el oocito todavía se encuentra en el ovario. Las de efecto cigótico afectan genes cuya función
se manifiesta una vez que el embrión activó su programa genético fuera de la madre.
Algunas de las mutaciones de efecto materno afectan específicamente el patrón anteroposterior del animal,
otras alteran sólo el patrón dorsoventral, mientras que otras afectan exclusivamente a los extremos del animal.
Esto sugiere que cada uno de estos patrones está determinado por un grupo distinto de genes.
Los gradientes de proteínas codificadas por los genes de efecto materno generan un marco de información
posicional que es interpretado por los genes cigóticos. De esta manera, cada región del embrión obtiene su
identidad.
Varios mutantes en genes de efecto cigótico mostraron defectos en el proceso de generación de unidades
repetitivas en el embrión. Estos genes usualmente se definen como genes de segmentación.
Los genes de segmentación son genes de efectos cigóticos cuyas mutaciones afectan el proceso de generación
de unidades repetitivas en el embrión. Las mutaciones en estos genes pueden ocasionar la desaparición de
varios segmentos consecutivos (genes gap), la desaparición de segmentos alternados (genes de la regla de
los pares) o la desaparición de subregiones de los segmentos (genes de la polaridad de los segmentos).
Fig. 15-12. Patrones de expresión temporal de los genes de segmentación y su organización funcional
jerárquica
Patrones de expresión temporal de los genes de segmentación y su organización funcional jerárquica
Fotografías y esquemas de embriones de Drosophila que muestran la distribución de las proteínas Bicoid,
Krüppel, Eve y En. Los genes de efecto materno se expresan muy temprano, más tarde se activa la expresión
de los genes gap, luego se activan los genes de la regla de los pares y finalmente se activa la expresión de los
genes de polaridad de segmento. Existe una secuencia funcional muy bien definida que establece el orden
temporal de expresión de los genes de segmentación.
Los genes de efecto materno se expresan muy temprano y marcan los extremos anterior y posterior del embrión.
Luego se activan los distintos tipos de genes de segmentación, que se expresan en un orden temporal
secuencial conocido como cascada de segmentación.
La jerarquía temporal de expresión de los genes de segmentación también es una jerarquía funcional: los genes
que se expresan más temprano durante el desarrollo regulan a los que se expresan más tarde.
La existencia de regiones reguladoras transcripcionales permite que la expresión de un gen determinado se
active en un momento y un sitio específico del desarrollo embrionario. Estas secuencias "leen" las
concentraciones de activadores y represores transcripcionales a lo largo del eje anteroposterior. La información
se transforma luego en patrones transcripcionales específicos. Algunos genes se expresan en bloques o
regiones extensas, en otros casos se establece un patrón periódico de expresión.
Diferenciación de unidades repetitivas
El conjunto de características anatómicas y funcionales de cada segmento constituye la identidad de esa parte
del animal.
Las transformaciones homeóticas son aquellas en las que la identidad de una parte del cuerpo parece haber
sido asignada de manera equivocada. Estas transformaciones se deben a mutaciones en los complejos génicos
Hox (Homeotic Complex genes). El funcionamiento normal de estos genes otorga identidades correctas a los
distintos segmentos del animal.
Los genes Hox codifican factores de transcripción que contienen un dominio de unión al DNA (homeodominio).
La secuencia de DNA que codifica para el homeodominio se denomina Homeobox.
Cada gen Hox se expresa en una región distinta a lo largo del eje anteroposterior del animal y regula la
expresión de genes subalternos. Las actividades de estos genes modifican las propiedades celulares de una
única región del animal. La expresión de cada gen Hox está determinada por una combinación particular de los
productos de los genes de segmentación en las distintas partes del animal.
Fig. 15-15. Genes Hox: estructura génica y patrones de expresión en Drosophila melanogaster
Genes Hox: estructura génica y patrones de expresión en Drosophila melanogaster
Diagrama que representa la estructura génica de los complejos Hox Antennapedia y Bithorax de Drosophila
melanogaster. Nótese que la expresión relativa de cada gen Hox (representado por un rectángulo coloreado) a
lo largo del eje anteroposterior del embrión y del adulto recapitula la posición respectiva de cada gen Hox dentro
del complejo. De este modo, genes que se encuentran a la izquierda del complejo génico Antennapedia -como,
por ejemplo, labial (lab) o proboscipedia (pb)- se expresan en zonas anteriores del animal, mientras que los
genes que se sitúan hacia el extremo derecho del complejo Bithorax se expresan en regiones posteriores del
animal -por ejemplo Ultrabithorax (Ubx), abdominal-A (Abd-A) y abdominal-B (Abd-B).
Fig. 15-16. La conservación de los complejos génicos Hox en distintos animales La conservación de los
complejos génicos Hox en distintos animales
(a) Organización cromosómica y patrones de expresión de los genes Hox en distintos animales. En la
parte superior se esquematiza un embrión de Drosophila melanogaster similar al de la figura 15-15. Los
dominios de expresión de los genes Hox se corresponden con el orden cromosómico de estos genes dentro de
los complejos Hox. En el diagrama central se representan las relaciones evolutivas entre los complejos Hox de
Drosophila, del anfioxo, del ratón, y la hipotética organización de los genes del complejo Hox en un supuesto
ancestro común entre cordados y artrópodos. En el diagrama inferior se representa a un embrión de ratón en
el cual el patrón de expresión de los genes Hox a lo largo del eje anteroposterior del animal también se
corresponde con el orden génico en los complejos Hox del ratón. (b) Árbol filogenético simplificado que
representa las relaciones evolutivas entre los insectos como Drosophila y los cordados como el ratón y el
anfioxo. Para simplificar este diagrama, la escala temporal (t) del árbol filogenético no representa los tiempos
de divergencia reales entre estos grupos de animales.

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