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COMENTARIO

El dolor pélvico agudo constituye el motivo de consulta más frecuente en ginecología. Requiere
un tratamiento estandarizado para no pasar por alto un diagnóstico urgente, potencialmente
letal. Deben utilizarse con buen criterio y de manera ordenada los diferentes medios de
investigación, que son la anamnesis, la exploración física, los exámenes biológicos y
morfológicos y la laparoscopia, para el control del dolor pélvico agudo. La laparoscopia debe
emplearse como herramienta terapéutica cuando se piensa en un tratamiento quirúrgico. Entre
las principales causas de dolor pélvico agudo, es importante el diagnóstico de cuatro, debido a
su potencial gravedad a corto plazo y a las secuelas a largo plazo que pueden producir sobre la
fertilidad: la apendicitis, la torsión de anexo, el embarazo extrauterino y la infección genital alta.

Bacteriología

Las muestras deben tomarse en dos etapas. En primer lugar, debe tomarse una muestra vaginal
para realizar un examen directo en busca de leucocitos alterados u otras anomalías y para
realizar una búsqueda por amplificación génica. La técnica de amplificación presenta una buena
sensibilidad y una buena especificidad diagnóstica. En segundo lugar, se realiza una toma
endovaginal, previa desinfección del exocuello, para buscar gérmenes aerobios y anaerobios. Si
existe un DIU, se retira y se cultiva en caso de sospecha de IGA.

Histología

La realización de una biopsia endometrial puede aportar una ayuda significativa al diagnóstico
de IGA en las formas paucisintomáticas en busca de signos histológicos de endometritis, porque
posee a la vez una buena sensibilidad y una buena especificidad. En el marco del EEU, la
búsqueda de vellosidades coriónicas por muestra endometrial permitiría descartar el
diagnóstico de EEU. Sin embargo, la ausencia de éstas no permite descartar el diagnóstico de
EIU debido a los falsos negativos. Orientación diagnóstica y terapéutica

El DPA constituye una situación clínica difícil, en la que debe pensarse prioritariamente y de
manera sistemática en cuatro diagnósticos. En efecto, el EEU, la IGA, la torsión de anexo y la
apendicitis aguda, que son urgencias con riesgo, deben diagnosticarse lo más rápidamente
posible, para evitar complicaciones que puedan poner en juego el pronóstico vital o la fertilidad.
El proceso diagnóstico debe ser riguroso. Se basa en la anamnesis, la exploración física, la
práctica sistemática de una prueba de embarazo cualitativa, a veces exámenes biológicos y la
ecografía pélvica. En caso de prueba de embarazo positiva, es imperativo descartar un EEU. El
proceso diagnóstico se basa en la determinación de hCG cuantitativa y la ecografía pélvica
endovaginal.

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