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PARANOIA

-Roberto Piva-

Traducción: Sergio Ernesto Ríos


Visión 1961

las mentes quedaron soñando colgadas en los esqueletos de fósforo

invocando los muslos del primer amor brillando como una

flor de saliva

el frío de los labios verdes dejó una marca azul-clara debajo del pálido

maxilar aún desesperadamente cerrado sobre su mágico vacío

marchas nómadas a través de la vida nocturna haciendo desaparecer el perfume

de las velas y de los violines que brota de los túmulos bajo las nubes de

lluvia

chispazo de luna rota precipitaba en los callejones frenéticos donde

madrotas flacas arrodilladas en el tapete tocando el trombón de vidrio

de la Locura repartían trozos de hostias invisibles

la nausea circulaba en las galerías entre mariposas grasientas

y labios de muchacha febril pegados en la vitrina donde almas coloridas

tenían 10% de descuento mientras costureros arrancaban los ovarios

de los maniquís

mis alucinaciones pendían fuera del alma protegidas por cajas de materia

plástica erizando el pelo a través de las calles iluminadas y en los arrabales

de labios podridos

en la soledad de un convoy de marihuana Mário de Andrade surge como un

Loto pegando su boca en mi oído contemplando las estrellas y el cielo

que renacen en las caminatas

noche profunda de cinemas iluminados y lámpara azul del alma desarticulando

a los mastodontes por las esquinas donde conocí a los extraños


visionarios de la Belleza

ya es jueves en la avenida Rio Branco donde un enjambre de Arpías

vacilaba con cabellos presos en los luminosos y mi imaginación

gritaba en el perpetuo impulso de los cuerpos encerrados por la

Noche

los banqueros mandan a los comisarios lindas cajas azules de excrementos

secos mientras un millón de ángeles en cólera gritan en las asambleas

de ceniza OH ciudad de labios tristes y trémulos dónde encontrar

asilo en tu rostro?

en el lapso de una Tarde los moluscos engulleron sus manos

en su vida de Manzanilla en los callejones donde muchachitos dan las nalgas

y juegan a la malla y los papagayos mueren de Tedio en las cocinas

engrasadas

la Bolsa de Valores y los Fonógrafos pintaron sus labios con ortigas

bajo el sombrero de plata del dictador Tacaño y el hierro y el caucho

vertieron monstruos inconcebibles

al sudeste de tu sueño una docena de ángeles en piyama orinan en

éxtasis y en silencio en los teléfonos en las puertas en los felpudos

de las Catedrales sin Dios


inmensos telegramas moribundos cambian entre sí abrazos y condolencias

colgando en las perchas de viento de las maternidades un batallón

de nuevos idiotas

los profesores son máquinas de heces conquistadas por el Tiempo invocando

en ayuno de Vida las trompetas de fuego del Apocalipsis

afán irrisorio de osamentas hinchadas por la lluvia y bomba H árbol

blanco cubierto de ángeles y locos postergando sus frutos

hasta el siglo futuro

mis éxtasis no admitiendo más el calor de las manos y el brillo

platónico de los postes de la calle Aurora picando en los omóplatos

irreales de mi Delirio

arte culinaria enseñada en los apopléjicos vagones de la Seriedad por

quince mil perdidas almas sin rostro desenmarañando barrigas

adolescentes en una Apoteosis de intestinos

pedos acabando lentamente en las alamedas de mendigos perdidos esperando

la sangría diurna de ojos profundos y neblina envuelta en la voz

agotada en la distancia
culos de granito destruidos con alarde en los suburbios demoníacos por el

cometa sin fe meditando beatamente en los púlpitos agonizantes

mis tristezas kilometradas por la sensible persiana semi-abierta de la

Pureza Estancada y gárgara de almendras emocionante en los crucigramas

al mirar

las nieblas engañosas de las maravillas consumidas sobre el arco-iris

de Orfeo amortajado despejaban un millón de niños atrás de las

puertas sufriendo

en los espejos muchachas desarticuladas por los mitos recién-nacidos vagabundeaban

acompañadas por las palomas a ser fusiladas por el veneno

de la noche en el corazón seco del amor solar

mi pequeño Dostoievski en el último pasamanos del ciclón de almohadas

perforadas derrama su cabeza y su barba como un ajuar nocturno

extiende hasta el Mar

en el exilio donde padezco angustia los muros invaden mi memoria

tirada en el Abismo y mis ojos mis manuscritos mis amores

saltan en el Caos
Poema Sumergido

Yo era un poco de tu voz violenta, Maldoror,

cuando los cilios del ángel verde arrugaban las

chimeneas de la calle donde caminaba

Veía a tus muchachas destruidas como ranas por

una centena de pájaros fuertemente de paso

Nadie lloraba en tu reino, Maldoror, donde el

infinito posaba en la palma de mi mano vacía

Y niños prodigio eran maltratados por el Alma

ausente del Creador

Había un revolver imparcialísimo vigilado por las

Amibas en el tejado roído por la orina de tus mariposas

Un jardín azul siempre enorme arrojaba manchas en mis

ojos inyectados

Yo caminaba por los callejones mirando con alucinada ternura

a las muchachas en la gran farra de los canteros de

insectos perturbados

Tu canto insatisfecho sembraba el antiguo clamor de los

piratas mutilados

Mientras el mundo de formas enigmáticas se desnudaba

para mí, en leves mazurcas


Paranoia en Astracán

Yo vi una linda ciudad cuyo nombre olvidé

donde ángeles sordos recorren las madrugadas tiñendo sus ojos con

lágrimas invulnerables

donde niños católicos ofrecen limones a pequeños paquidermos

que salen escondidos de los corrales

donde adolescentes maravillosos cierran sus cerebros a los tejados

estériles e incendian internados

donde manifiestos nihilistas distribuyendo pensamientos furiosos acometen

la descarga sobre el mundo

donde un ángel de fuego ilumina los cementerios de fiesta y la noche camina

en su hálito

donde el sueño de verano me tomó por loco y decapité al Otoño de su

última ventana

donde nuestro desprecio hizo nacer una luna inesperada en el horizonte

blanco

donde un espacio de manos rojas ilumina aquella fotografía de pez

oscureciendo la página

donde mariposas de zinc devoran las góticas hemorroides

de las beatas

donde las cartas reclaman drinks de emergencia a lindos tobillos

arañados

donde los muertos se fijan en la noche y aúllan por un puñado de penas

lánguidas
donde la cabeza es una bola digiriendo los acuarios desordenados de la

imaginación
Visión de São Paulo de noche

Poema Antropófago bajo Narcótico

En la esquina de la calle São Luiz una procesión de mil personas

enciende velas en mi cráneo

hay místicos hablando idioteces al corazón de las viudas

y un silencio de estrella partiendo en vagón de lujo

fuego azul de gin y tapiz coloreando la noche, amantes

chupándose como raíces

Maldoror en copas de marea alta

en la calle São Luiz mi corazón mastica un pedazo de mi vida

la ciudad con chimeneas creciendo, ángeles limpiabotas con su argot

feroz en la alegría plena de las plazas, muchachas desharrapadas

definitivamente fantásticas

hay un bosque de cobras verdes en los ojos de mi amigo

la luna no se apoya en nada

yo no me apoyo en nada

soy un puente de granito sobre llantas de garajes subalternos

teorías simples escaldan mi mente enloquecida

hay bancos verdes desplegados en el cuerpo de las plazas

hay una campana que no repica

hay ángeles de Rilke dando las nalgas en los mingitorios

reino-vértigo glorificado

espectros vibrando espasmos

besos resonando en una bóveda de reflejos


grifos tosiendo, locomotoras aullando, adolescentes roncos

enloquecidos en la primera infancia

los malhechores juegan yoyo en la puerta del Abismo

yo veo a Brama sentado en flor de loto

Cristo robando la alcancía de los milagros

Chet Baker gañendo en la vitrola

yo siento el choque de todos los hilos saliendo por las puertas

rotas de mi cerebro

yo veo putos putas patanes torres plomo placas chopes

vitrinas hombres mujeres pederastas y niños se cruzan y

se abren en mí como luna gas calle árboles luna medrosos surtidores

colisión en el puente ciego durmiendo en la vitrina del horror

me disparo como una tómbola

la cabeza hundiéndoseme en la garganta

llueve sobre mí mi vida entera, sofoco ardo me revuelvo

en las tripas, mi amor, yo cargo tu grito como un tesoro enterrado

quisiera derramar sobre ti todo mi epiciclo de ciempiés libertos

asco furia de ventanas ojos bocas abiertas torbellinos de vergüenza,

correrías de marihuana en picnics flotantes

avispas paseando en respuesta de mis ansias

muchachos abandonados desnudos en las esquinas

angélicos vagabundos gritando entre las tiendas y los templos

entre la soledad y la sangre, entre las colisiones, el parto

y el Estruendo
La Piedad

Yo rugía en los poliedros de la Justicia mi momento abatido en la extrema

palizada

los profesores hablaban del afán de dominar y de la lucha por la vida

las señoras católicas son piadosas

los comunistas son piadosos

los comerciantes son piadosos

sólo yo no soy piadoso

si yo fuera piadoso mi sexo sería dócil y sólo se erguiría

a los sábados de noche

yo sería un buen hijo mis colegas me llamarían matadito y me

harían preguntas ¿por qué el navío boya? ¿por qué el clavo se hunde?

yo dejaría proliferar una úlcera y admiraría las estatuas de

fuertes dentaduras

iría a bailes donde no podría llevar a mis amigos pederastas o

barbudos

yo me universalizaría en el sentido común y ellos dirían que tengo

todas las virtudes

yo no soy piadoso

nunca podré ser piadoso

mis ojos resuenan y se tiñen de verde

Los rascacielos de carroña se descomponen en los pavimentos

Los adolescentes en las escuelas bufan como perras asfixiadas

arcángeles de azufre bombardean el horizonte a través de mis sueños


Plaza de la República de mis Sueños

La estatua de Álvares de Azevedo es devorada con paciencia por el paisaje

de morfina

la plaza lleva puentes aplicados en el centro de su cuerpo y niños jugando

en la Tarde de estiércol

Plaza de la República de mis Sueños

donde todo se hizo fiebre y palomas crucificadas

donde beatificados vienen a agitar a las masas

donde García Lorca espera a su dentista

donde conquistamos la inmensa desolación de los días más dulces

los muchachos tuvieron sus testículos espetados por la multitud

los labios coagulan sin alarde

los mingitorios ocupan un lugar en la luz

y los cocoteros se fijan donde el viento desordena los cabellos

Delirium tremens delante del Paraíso culos lampiños sexos de papel

ángeles acostados en los canteros cubiertos de cal agua humeante en los

retretes cerebros surcados de ademanes

los veterinarios pasan lentos leyendo Dom Casmurro

hay jóvenes pederastas embebidos en lila

y putas con la noche paseando en torno de sus uñas

hay una gota de lluvia en la cabellera abandonada

mientras la sangre hace naufragar las corolas

Oh mis visiones recuerdos de Rimbaud plaza de la República de mis

Sueños última sabiduría volcada en una puerta santa


Poema de arrullo para mí y Brueghel

Nadie ampara

al caballero del mundo delirante

Murilo Mendes

Yo te escucho rugir a los documentos y a las multitudes

denunciando tu agonía a las enfermeras desarticuladas

La noche vibraba el rostro sobrenatural en los tejados manchados

Tu boca engullía el azul

Tu equilibrio se desprendía en las voces de las alucinantes

madrugadas

En las discos donde comías pickles y leías San Anselmo

en las desiertas ferrovías

en las fotografías inaccesibles

en las cúspides humedecidas de los edificios

en las borracheras de jerez sobre los túmulos

Las leguminosas se lamentaban pudriéndose contra el viento

las drogas daban muchísimo movimiento a los ojos

Saltimbanquis de Picasso conociéndose en un callejón maldito

y los ruidos cedían en mis ojos turbulentos

resta decir una palabra sobre los robos

mientras los cardenales nos saturan de consejos bienaventurados

y la Virgen lava su culo inmaculado en la pila bautismal

Rechinan los dientes de la memoria

secretos públicos se pulverizan en algún punto de América

peces trabados se sientan contra la noche


El parque Shangai es conquistado por la luna

adolescentes se besan en el tren-fantasma

sargentos se redondean en el palacio de los espejos

Yo recorro todas las barracas

atropellando ángeles de la muerte chupando helado

los hilos telegráficos simplifican las inundaciones y las sequías

los teléfonos anuncian la disolución de todas las cosas

el paisaje se resquebraja contra las almas

el viento sur sopla contra la soledad de las ventanas y las

gayolas de carne cruda

Yo abro los brazos a las grises alamedas de São Paulo

y como un esclavo voy midiendo la vacilante música de las flamas


Boletín del Mundo Mágico

Mis pies sueñan suspendidos en el Abismo

mis cicatrices se rasgan en la panza cristalina

yo tengo apenas dos ojos vidriados y soy un huérfano

había un flujo de flores enfermas en los suburbios

yo quería plantar un taco de snooker en una estrella fija

en la puerta del bar yo estoy confundido como siempre pero las galerías de

mi cráneo no odian más la batucada de los huesos

colegios y carros fúnebres están desiertos

por las calzadas crecen largos delirios

puñados de esqueletos son tirados a la basura

pienso en los escorpiones de oro y estoy contento

los luminosos cantan en los tejados

yo puedo abrir los ojos a la luna aprovechar el miedo de las nubes

pero el cielo rojo es una visión suprema

mi cara empalidece con el alcohol

soy una soledad desnuda amarrada a un poste

hilos telefónicos se cruzan en mi esófago

en los pavimentos aislados mis amigos construyen un maniquí fugitivo

mis ojos ciegan mi mente se resquebraja contra una llanta

mi alma descoyuntada pasa rodando


El Volumen del Grito

Yo soñé que era un Serafín y las putas de São Paulo avanzaban en la

densidad exasperante

estatuas con conjuntivitis me miran fraternalmente

difuntos excitados parlotean mansamente al pie de una tarjeta de visitas

licenciados practican sexo con licuadoras como los pederastas cuya

santidad confunde a los burlones

azoteas adornadas con helechos y suicidios en que también las confesiones

mágicas pueden causar pasiones de tal calibre

relojes podridos turbinas invisibles burocracias de ceniza

cerebros blindados alambiques ciegos viaductos demoníacos

capitales fuera del Tiempo y del Espacio y una Sociedad Anónima

rigiendo la ilusión de la perfecta Bondad

los gramófonos danzan en el muelle

el Espíritu Puro vomita un aplauso antiaéreo

El Hombre Aritmético cuenta en voz alta los minutos que nos faltan

contemplando la bomba atómica como si fuera su espejo

me encuentro a Lorca en un hospital de la Lapa

la Virgen asesinada en un burdel

astilleros con tosferina arrojando banderillas en mi Tabú

yo bebía te con pervitín para que todos apretaran mi mano

eléctrica

las nubes rascaban los bigotes mientras masturbabas colérico sobre el


cadáver aún tibio de tu hija menor

la luna tiene violentas hemoptisis en el cielo de nitrato

Dios se suicidó con una navaja española

los brazos caen

los ojos caen

los sexos caen

Jubileo de la muerte

oh rosas oh arcángeles oh locura apoderándose del luto azul suspendido en mi

voz
Jorge de Lima, panfletario del Caos

Fue el día 31 de diciembre de 1961 que te comprendí Jorge de Lima

mientras caminaba por las plazas agitadas por la melancolía presente

en mi memoria devorada por el azul

yo supe descifrar tus juegos nocturnos

indisimulable entre las flores

unísonos en tu cabeza de plata y plantas ampliadas

como tus ojos crecen en el paisaje Jorge de Lima y como tu boca

palpita en los bulevares oxidados por la niebla

una constelación de ceniza se desmorona en la contemplación inconsútil

de tu túnica

y un millón de luciérnagas trayendo extraños tatuajes en el vientre

se despedazan contra los nidos de la Eternidad

es en este momento de fermento y agonía que te invoco gran alucinado

querido y extraño profesor del Caos sabiendo que tu nombre debe

estar como un talismán en los labios de todos los muchachos


Stenamina boat

Prepara tu esqueleto para el aire

García Lorca

Yo quería ser un ángel de Piero della Francesca

Beatriz acuchillada en un callejón oscuro

Dante tocando el piano al crepúsculo

yo pienso en la vida soy reclamado por la contemplación

miro desconsolado el contorno de las cosas copulando en el caos

Yo reclamo una leyenda instantánea para mi Mar Muerto

Tiempo y Espacio posan en mi antebrazo como un ídolo

hay un hueso cargando una dentadura

Yo veo a Lautréamont en un sueño en las escaleras de Santa Cecília

él me espera en el Largo do Arouche en el hombro de un santuario

hoy por la mañana los árboles estaban en Coma

mi amor escupía brasas en las nalgas de los locos

había tinteros medallas esqueletos vidriosos copos dalias

explotando en el culo ensangrentado de los huérfanos

muchachos visionarios arcángeles de suburbio entrañas en éxtasis pinchados

en los mingitorios atómicos

mi locura alcanza la extensión de una alameda

los árboles lanzan panfletos contra el cielo gris


Poema lacrado

mi abrazo plurisexual en su

imagen niquelada

donde el grito

desliza suavemente en los senos fijos

la

diminuta pieza teatral estrenando para los alucinados

y los

niños instalaban transatlánticos en los orinales

de agua tibia

Tarde de estopa carcomida

y melocotón con marshmallow en Lonches Pancho

mi pequeño estudio invadido por mis amigos

borrachos

Miles Davis a 150 kilómetros por hora

cazando mis visiones como un demonio

una avenida sin nombre y un bolígrafo Parker

en mis manuscritos

y los ángeles buscando microbios psicománticos

adentro de los Taxis

mis alucinaciones erizando los pelos del sexo

de Whitman

oh ventana insomne que la lluvia

abre desesperada!
oh delirio de las negras a la salida de las

prisiones!

los drinks desfilan frente a los amigos

embriagados en el tapete

Saratoga Springs

Kummel Coctel

mis almas están siendo ahorcadas

con intestinos de escualos

mis libros fluctúan horriblemente

en el parapeto mi mejor amigo

juega al profeta

en mi cerebro ocho mil luciérnagas

balbucean y mueren
L’ ovalle delle apparizioni

…e quindi il vivere è di sua

propria natura uno stato violento.

Leopardi

Yo quisiera ver las caras de los extraños embajadores de la Bondad cuando me

vieran pasar entre las rosas de lama fermentando en las callejuelas donde

la Muerte es tal cual un madrazo

tañen campanas en las alas de los ángeles que van a pasar

tanto las ciudades que recorren como las ciudades que abandonan están vacías

sonido muerte tiempo huesos verdes afán energía y las habituales viejas

locas distribuyendo bombones a los chicos pobres

el pitido disentérico de las fábricas expulsando esclavos

danzarines trayendo la asquerosa brisa marina de los fiordos atontando atrás

de los cercos invulnerables

gruesas tajadas de penumbra en los ojos vencidos por el alcohol

ejes titánicos montados en la mente donde la heterosexualidad nos quiere

comer vivos

partos desenfrenados extrayendo larvas angulosas

y los niños hicieron harakiri al son de Lohengrin

sobre los pavimentos desolados el firmamento está distante como nunca

nosotros probamos la esperanza desesperada que acompaña cada gusto ritual

mientras nuestras tripas agonizan en los indefensos tallos de las hortensias


Rua das Palmeiras

Mi visión con los cabellos presos en los rumores de una calle el sol haciendo

florecer las persianas por detrás del futuro

mi impulso de conquistar la Tierra violentamente bajando una calle

gastada

mi vértigo entornando el alma violentamente por una calle extraña

los insectos las nubes cosen el espacio enrojecido de un cielo sin dientes

las coperas se establecen en los balcones para gritar

la sangre fermenta debajo de las tablas

muchachas salen de la mano sin que la Tarde deje marca en las uñas

¿dónde está tu alma siempre que el viejo Ángel conquista los árboles

con su semen?

los aviones desencadenan una saudade metálica del otro lado del mundo

columnas de vómito vacilan por los ojos de los locos

cuerpos de bebés muertos apuntan en la dirección de una plaza vacía

el cerco los semblantes mi delirio prestos a ser obliterados por el

crepúsculo

almas inoxidables fluctuando sobre la estación de las angustias sudorosas

las palabras cubren con caricias negras los hilos telefónicos

en el aire en el viento en los charcos las bocas empodrecen mientras la noche

solloza en lo alto de un puente


Los ángeles de Sodoma

Yo vi a los ángeles de Sodoma escalando

un monte hasta el cielo

Y sus alas destruidas por el fuego

abanicaban el aire de la tarde

Yo vi a los ángeles de Sodoma sembrando

prodigios para la creación no

perder su ritmo de harpas

Yo vi a los ángeles de Sodoma lamiendo

las heridas de los que murieron sin

alarde, de los suplicantes, de los suicidas

y de los jóvenes muertos

Yo vi a los ángeles de Sodoma creciendo

con el fuego y de sus bocas saltaban

medusas ciegas

Yo vi a los ángeles de Sodoma desgreñados y

violentos aniquilando a los mercaderes,

robando el sueño de las vírgenes,

criando palabras turbulentas

Yo vi a los ángeles de Sodoma inventando

la locura y el arrepentimiento de Dios


Paisaje en 78 R.P.M.

El niño baja las cejas

y el helado

sobre la cabeza de lata Camões

olvidada atentamente en los rellenos normales de un Packard

Yo soy en aquella tarde un ritmo

sabiendo de antemano un corazón herido

Sin ser necesariamente elogiados por los plátanos

o saltar de las fronteras

de São Paulo para abrazar

las redondillas de la vida pastoral

Los filántropos entraron con el pie derecho

en la Casa de la Aventura Lansquené

y los gorriones bramaban en los nidos

hechos con cabellos de Trotski

las latas de compota reían con las lenguas

de fuera

el Sol se ponía en mis planes

nuestra

amante pelirroja bota en el cuello un

pañuelo verde de Tolstoi

En lo alto

del Viaducto el loco pegaba pedacitos de cielo


en la camisa de fuerza

destruyendo el horizonte a martillazos

la Muerte

es

un

REFRÁN EN EL CRÁNEO SIN VENTANAS


En el Parque Ibirapuera

En los pastos regulares del Parque Ibirapuera

Un ángel de la Soledad posa indeciso sobre mis hombros

La noche trae a la luna llena y tus poemas, Mário de Andrade, riegan mi

imaginación

Para más allá del parque tu retrato en mi cuarto sonríe

a la banalidad de los muebles

Tus versos revientan en la noche como un potente batuque

fermentado en la calle Lopes Chaves

Por detrás de cada piedra

Por detrás de cada hombre

Por detrás de cada sombra

El viento me trae tu rostro

¿Qué nuevo pensamiento, qué sueño sale de tu frente nocturna?

Es noche. Y todo es noche.

Es noche en las salpicaderas de los carros

Es noche en las piedras

Es noche en tus poemas, Mário!

¿Dónde anda ahora tu voz?

¿Dónde ejercitas los músculos de tu alma, ahora?

Aviones iluminados dividen la noche en dos pedazos

Yo palpo tu libro donde las estrellas se reflejan

como en una laguna

Es imposible que no haya ningún poema tuyo


escondido y adormecido en el fondo de este parque

Miro a los adolescentes que llenan el pasto

de bicicletas y risas

Yo te imagino preguntándoles:

¿dónde queda el pabellón de Bahia?

¿cuál es el precio del cacahuate?

¿eres tú mi girasol?

La noche es interminable y los barcos de alquiler

se funden en la mirada tranquila de los peces

Ahora, Mário, mientras los ángeles adormecen debo

seguir contigo de la mano la noche venidera

No sólo la desesperación estrangula nuestra impaciencia

También nuestros pasos embeben las noches de escalofríos

No pares nunca mi querido capitán-locura

Quiero que la Paulicéia vuele por encima de los árboles

suspendida en tu ritmo
Poema Madrazo

Estoy harto de muchas cosas

no me transformaré en suburbio

no seré una válvula sonora

no seré paz

yo quiero la destrucción de todo lo que es frágil:

cristianos fábricas palacios

jueces patrones obreros

una noche destruida cubre los dos sexos

mi alma zapatea vuelta loca

un tiro de máuser atraviesa el tímpano de

dos ciempiés

el universo es escupido por el culo sangriento

de un Dios-Perra

las vísceras se conmueven

necesito disipar el encanto de mi viejo

esqueleto

necesito olvidar que existo

mariposas perjuran el cielo de cemento

yo me atrinchero en el Arcoíris

Ah volver de nuevo a la ventana

perder la mirada en los tejados como

si fuesen el Universo

el girasol de Oscar Wilde atardece sobre los techos


necesito partir un día muy lejos

el mundo exterior tiene demasiada prisa para mí

São Paulo y Rusia no pueden parar

¿cuando iba al colegio Dios tapaba los oídos para mí?

la Muerte me mira desde la pared por los ojos podridos

de Modigliani

yo quisiera incendiar los pendejos de Modigliani

mi alma loca apunta hacia la Luna

vi los profesores y sus cálculos discretos ocupando

el mundo del espíritu

vi niñitos vomitando en los radiadores

vi plumas dementes huertas tapas de baño

abro los ojos las nubes se tornan más duras

traigo el mundo en la oreja como un arete inmenso

la locura es un espejo en la mañana de pájaros sin Aliento


Poema de la Eternidad sin Vísceras

En la última luna yo odiaba las montañas

mi memoria rota no puede recibir

el amor

yo tomaba sopa aguardando a mis amigos desmadrosos

en el otro lado de la noche

este es mi extraño empleo este mes

otro tiempo cuando el viejo Gide se despachaba para África

mi corazón era sólido yo danzaba

yo miraba una guerra de sombreros y las blancas

laceraciones de los chicos en el Ibirapuera angélico

terreno vacío donde masticaba tabletas de

chocolate blanco

en el próximo instante vi árboles y aeroplanos con bigotes

y lágrimas de Oro

en el Ibirapuera esta noche perdí mi soledad

ROBERTO PIVA TRANSFERIDO PARA REPARACIÓN DE VÍSCERAS

todos mis sueños son reales oh milagros epifanías

del cráneo y del amor sin salvación que yo sabía presos

en la cima de mi alma

mi esqueleto brillaba en la oscuridad

repleto de drogas

yo nunca estoy satisfecho y ando un incorregible demonio

lunático con los diez dedos roídos tamborileando en un campo


magnético

memoria del arsénico que di a una paloma

los ojos grises del cielo mi oculto Tótem espiritual


Meteoro

Yo diré las palabras más terribles esta noche

mientras las manecillas se disuelven

contra mi poder

contra mi amor

en el sobresalto de mi mente

mis ojos danzan

en lo alto de la Lapa los mosquitos me sofocan

¿qué me importa saber si las mujeres son

fértiles si Dios cayó en el mar si

Kierkegaard pide socorro en una montaña

de Dinamarca?

los teléfonos gritan

criaturas aisladas caen en la nada

los órganos de carne hablan muerte

muerte dulce carnaval callejero del

fin del mundo

yo no quiero elegías pero sí los lirios

de fierro de los recintos

hay una epopeya en las ropas colgadas contra

el cielo gris

y los luminosos me observan desde el espacio alucinado

¿cuántos lindos muchachos no vi bajo esta luz?


yo rugía medio loco medio aterrorizado medio rajado

narcóticos santos ¡oh gato azul de mi mente!

no puedo detener nunca más mis Delirios

Oh Antonin Artaud

Oh García Lorca

con tus ojos de aborto reducidos

a retratos

almas

almas

como icebergs

como velas

como maniquís mecánicos

y el clímax fraudulento de los sándwiches almuerzos

helados controles ansiedades

yo necesito cortar los cabellos de mi alma

yo necesito tomar cucharadas de

Muerte Absoluta

yo no percibo nada más

mi cráneo dice que estoy embriagado

suplicios genuflexiones néurosis

psicoanalistas espetando mi pobre

esqueleto en vacaciones

yo apretaba un árbol contra mi pecho


como si fuera un ángel

mis amores comienzan a crecer

pasan cadillacs sin sangre los helicópteros

mugen

mi alma mi canción bolsas abiertas

de mi mente

yo soy una alucinación en la punta de tus ojos

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