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Un criterio que nos parece adecuado para delimitar a las corrientes Psicoterapéuticas, en

función a las concepciones teóricas subyacentes frente al problema emocional. Su


explicación y forma de enfrentarla, nos lleva a clasificarlas en cinco grandes grupos
genéricos:

Cuadro N° 14 tendencias psicoterapéuticas

Grupo Procedimiento Número de


Genérico Específicos Participantes

A. Psicoterapia 1. Psicoanálisis Clásico


Dinámica 2. Variantes Psicoanálisisticas

1. T.C. basada en el
B. Terapia condicionamiento Clásico a) Psicoterapia
Conductual 2. T.C. basada en el Individual
condicionamiento Operante
3. T.C. basada en el
condicionamiento o Limitación

C. Psicoterapia 1. Terapia Nacional emotiva


Cognitiva 2. Psicoterapia Cognitiva b) Psicoterapia
3. Otras De Grupo

D. Psicoterapia 1. Terapia Centrada en el cliente


Humanística y 2. Terapia Gestáltica
Existencial 3. Terapia Existencial

E. otras 1. Psicoterapia Transaccional


Técnicas 2. Terapia Eclématica
3. Psicodrama
4. Otras
Primero, la terapia dinámica enfoca el problema psicopatológico como resultante de un
trasfondo (enfermo) que requiere ser curado, ya que las expresiones externas o verbales
y conscientes, son muchas veces sintomáticas, pero no constituyen el problema en si al
que hay que descubrir y erradicar. Esta tendencia se denomina dinámica por su parentesco
total o parcial con el psicoanálisis.

Un segundo grupo considera que el problema psicológico es resultado del aprendizaje o


condicionamiento y que no existe un trasfondo inconsciente oculto. Por ello, abordar el
problema de conducta (psicomotor, cognitivo y efectivo) supone modificar esas
manifestaciones externas inadecuadas. Esta vertiente tiene relación con el conductismo y
sus diversas expresiones neo conductistas.

Una tercera tendencia psicoterapéutica concibe los problemas emocionales, como


producto de fallas en los niveles cognitivos o racional emotivo. No tanto en los arcanos
de un inconsciente desconocido ni en una conducta inadecuada, y que el paciente debe y
puede tratar de comprender su problema, con propósitos terapéuticos.

El cuarto grupo incluye las variantes humanistas, como la centrada en el cliente de Carl
Rogers, la gestáltica de F. Perls y la terapia existencial.

En un quinto grupo se ubican otras variedades de psicoterapia diferentes como la ecléctica


u otras.

Esta clasificación es una síntesis apretada y reúne a corrientes que tienen entre si algunas
diferencias notorias, pero que sin embargo, creemos que en forma lata nos puede servir
para tener una imagen global y panorámica del proceso psicoterapéutico actual.

Debemos anotar que en la primera mitad del siglo pasado, por una serie de razones, el
psicoanálisis tuvo mayor difusión y empleo en la experiencia criminológica como
penitenciaria, y luego se derivaron variantes de dicha fuente. Más tarde surgieron las
experiencias conductistas y también cognitivas, entre otras

4.3.3. PSICOTERAPIA PSICOANALITICA: en el ámbito penitenciario se han


desarrollado algunas experiencias importantes de terapia según las diversas tendencias,
tanto individual como de grupo.

4.3.3.1. Psicoterapia Psicoanalítica Individual: el tratamiento psicoterapéutico


individual trabaja con un solo paciente, y desde las técnicas desarrolladas por Freud o
psicoanálisis clásico, han surgido posteriormente variantes importantes, como veremos a
continuación:

A. Psicoanálisis Clásico: tradicionalmente las técnicas de la psicoterapia analítica, para


hallar el origen del problema psicológico del paciente y luego tratarlos. Son las
“asociaciones libres”, el “análisis de los sueños”, la “transferencia”, y en parte la hipnosis.
Además la terapia analítica ortodoxa es larga y puede durar desde 6 meses hasta dos o
tres años, con un promedio de 3 sesiones semanales de una hora cada vez. Este
procedimiento se inicia explicando al paciente los lineamientos generales del método y
que su conducta y actitudes dependen de factores emocionales que desconoce y que son
inconscientes. Así mismo es recomendable para pacientes de inteligencia no muy baja y
que generalmente que no pasen de los 50 años (para Mauch no más de 40 años).

Los procesos inconscientes se pretenden conocer o aclarar mediante las técnicas de las
asociaciones libres, que consiste en que el paciente recostado en un diván, con el
psicoanalista sentado detrás de él, diga todo lo que se le ocurra, auquesea algo absurdo,
inmoral o le resulte desagradable verbalizar. En este proceso a veces ocurren resistencias,
esto es que las manifestaciones verbales se pueden interrumpir debido a que ciertas ideas
o pensamientos por ser considerados obscenos, ofensivos o ridículos bloquean su
emisión, y el paciente se resiste a expresarlas. El analista por su parte trata de vencer esas
resistencias, pero sin forzarlo, pudiendo hacer interpretaciones provisionales que aclaren
las asociaciones y logren un desbloqueo para que el paciente continúe con las
asociaciones.

El proceso de interpretación de los sueños es una técnica que también proporciona


informaciones valiosas, no importando el contenido manifiesto de los sueños, sino más
bien lo que el psicoanálisis llama contenido latente, que se trata de desentrañar de forma
similar al que se realizó durante las asociaciones libres.

Para el psicoanálisis, el fenómeno de la “transferencia” también es muy importante, y


consiste en la manifestación de actitudes o sentimientos emocionales existentes dirigidos
hacia otros y que se trasladan o transfieren hacia el psicoterapeuta, sobre todo las actitudes
relacionadas con las figuras parentales, de tal modo que el analista viene a sustituir la
imagen paterna. Esta transferencia será positiva si las actitudes emocionales son de afecto
o atracción, pero si más bien los sentimientos y actitudes son de rechazo u hostiles, la
transferencia será negativa. La transferencia puede contribuir para que el paciente rompa
sus resistencias y prosiga las asociaciones libres. La situación conflictiva de ciertos
procesos transferenciales, a veces sustituye los verdaderos conflictos del paciente, en este
caso el análisis y su aclaración ayuda a comprender al paciente su problema. La terapia
llega a su etapa final cuando se resuelve la transferencia y se logra establecer una relación
normal entre ambos, y sobre todo cuando el paciente tiene evidencia de haber aclarado
sus recuerdos infantiles, comprendiendo el origen de sus defensas y actuando en forma
más satisfactoria.

La terapia Psicoanalítico tuvo mayor acogida dentro del ámbito criminológico y


penitenciario y también una gran difusión en la primera mitad del siglo XX. Al respecto
existen tanto trabajos teóricos como prácticos para tratar a los delincuentes, desde Freud
con el “delincuente por sentimiento de culpabilidad”; los aportes de Franz Alexander,
hasta algunos representantes posteriores como Gerhard Mauch, que en el establecimiento
social terapéutico Hohenasperg de Alemania dice que la psicoterapia orientada
analíticamente es y esto siempre tiene que ser nuevamente recalcado el núcleo de todos
los esfuerzos social terapéuticos.

Esta afirmación representa el papel especial que le otorga a la terapia analítica, como uno
de los procedimientos clave en el proceso de readaptación social de los reclusos. Sin
embargo, debemos señalar que Mauch considera importante ciertas variaciones al
esquema clásico de psicoanálisis para el caso de delincuentes, ya que de otra manera no
sería factible la terapia en la mayoría de reclusos.

Estos cambios son:

a. El análisis no debe ser unilateral hacia el pasado, sino que debe trabajarse la
situación de los reclusos, orientada en forma especial hacia el futuro.
b. El terapeuta no puede permanecer totalmente pasivo. Más bien debería, en lo
concerniente al campo de las contravenciones de la ley, acudir a la conformación
de una voluntad acorde con la ley, mediante mandatos y prohibiciones.
c. Deben interpretarse las circunstancias antisociales en conjunto con los delitos
realmente cometidos, así como las experiencias de los sueños.
d. El terapeuta a diferencia del análisis de consultorio, debería encontrarse con el
interno no sólo en la terapia, sino también participar en todas sus otras actividades
en el establecimiento, sin influir directamente en sus decisiones.
En el campo de la criminalidad de menores, el trabajo de M. Sánchez, realizando
psicoterapia dinámica individual es una experiencia, en el ámbito hispano, siguiendo esta
técnica psicoanalítica.

B. Terapias Analísticas contemporáneas: solo daremos una referencia muy genérica de


las más importantes:

1) Análisis del yo: Es más psicodinámica, impulsada por K. Horney (1942); A.Freud
(1946); E. Erickson (1950); D. Rapaport (1951), y H. Hertman (1958). Dice al
respecto, Davison y Neale, que el “análisis del yo otorga más importancia a la
habilidad de la persona para controlar su ambiente y selecciona el momento y los
medios para satisfacer ciertos impulsos instintivos. Su premisa básica es wue el
individuo es tanto yo como ello. También se interesan en las condiciones actuales
de vida en una medida mucho mayor que Freud, aunque no dejan de hacer
hincapié en que es necesario sumergirse en las causas históricas de la conducta
del individuo”.
2) Terapia Psicodinámica Breve: la mayoría de terapias breves duran menos de
diez sesiones y otras un poco más, a diferencias de la clásica que requieren muchos
meses o incluso años.
En esta terapia la valoración del paciente suele ser rápida y temprana, y se le indica
que no será larga y que se esperan mejorías en pocas sesiones, entre 6 a 25 de
ellas. Las metas buscan la mejoría de los peores síntomas del paciente. Las
interpretaciones enfocan más las circunstancias de vida y la conducta presente
del paciente, que el sentido histórico de sus sentimientos. Se comprenden que la
psicoterapia no es una cura, sino que ayuda a las personas con problemas a
manejar mejor el estrés inevitable de la vida.
3) Terapia Psicodinámica Interpersonal: Enfocan las interacciones entre un
paciente y su medio social, uno de sus iniciadores fue Harry Stack Sullivan.

4.3.3.2. Psicoterapia Grupal Psicoanalítica: Este procedimiento terapéutico especial se


basa en los principios generales ya señalados en la psicoterapia analítica, pero trabajando
simultáneamente con un pequeño grupo de pacientes en cada sesión. En este caso también
pueden surgir las llamadas transferencias multilaterales, tanto entre los miembros
individuales del grupo, como también respecto del terapeuta, los mecanismos de defensa,
como identificaciones, proyecciones, ocurren también del mismo modo en diferentes
direcciones.

La terapia psicoanalítica de grupo. Según algunos autores, ha sido desarrollada por


Alexander Wolf, sin embargo su aplicación en el ámbito de la criminalidad de menores
se remonta a los trabajos de A. Aichhorn por los años 20 del siglo pasado, de los que han
derivado procedimientos en la vertiente ortodoxa, hasta experiencias más usadas en el
sentido de salir de los cánones estrictamente freudianos. Al respecto es de anotar la
práctica de Melita Schmideberg, quien fundo la asociación Psiquiátrica para el
tratamiento de los delincuentes en 1950, y que luego de su experiencia psicoanalítica
inicial, considero ciertos cambios importantes por los años 60, que dieron un papel más
activo y orientador a su rol de terapeuta, denominando a su experiencia terapéutica de la
realidad.

Como dice H. Kaufmann, la terapia psicoanalítica se diferencia de otras técnicas


grupales. Porque se concentra exclusivamente en analizar los procesos psicodinámicos
que se dan en el grupo y no la realización de actividades que se dirijan al exterior. La
norma es que se expresen todas las ideas y pensamientos que surjan, siendo luego
analizados por el terapeuta y los miembros del grupo.

En la práctica, el centro austriaco Mittersteig ubicado en Viena, entre otras entidades


penitenciarias, se caracteriza por el empleo de la terapia de grupo psicoanalítica.
Generalmente los grupos están constituidos ´por ocho hasta un máximo de quince
miembros, pudiendo integrarlos internos de diferentes edades. La experiencia de
Willibald Sluga Y J. Grumberger (1970) destacan en esta institución y de acuerdo a tal
práctica el proceso terapéutico en sentido ideal pasa por tres etapas: una primera de la
problemática actual de la privación de la libertad; la segunda de la conversación
psicodinámica y socio dinámica y la tercera etapa de la conversación sintética y de los
aspectos existenciales.
En dicha experiencia participa un solo terapeuta y se consideran suficientes las sesiones
de una vez por semana, también se emplea el video record, de modo que mediante la
vivencia acústica y óptica posterior del proceso de grupos pueda resultar una vivificación
de la actividad de grupo. Además si al final de las sesiones terapéuticas se llega a
situaciones críticas o de estancamiento, se recomienda la acción de una terapeuta doble,
de tal modo que la dinámica de grupo se lleva a cabo con la presencia simultánea de dos
terapeutas.

También son expresiones de esta terapia psicoanalítica grupal en centros carcelarios, los
de Mauch en Alemania (1969,1971), con algunas diferencias en el proceso respecto al
seguido por Sluga. Los alemanes opinan que las sesiones terapéuticas por semana deben
abarcar por lo menos tres reuniones. También son de la idea que participe en las sesiones
de grupo un coterapeuta. Con relación a la conformación del grupo son partidarios de
grupos heterogéneos según la clase de delito.
Nuestro punto de vista frente a la terapia psicoanalítica, tanto individual como de grupo
es de reserva, por cuanto la explicación de los problemas de conducta criminal como
humana en general de esta escuela, consideramos que no tiene un sustento realmente
objetivo y científico. Adema como dice Donald West, haciendo alusión de la psicoterapia
analítica que se emplea con los menores antisociales, tal modelo no encaja con los hechos
delictivos que tienen su configuración en el medio social y no como producto de
conflictos básicos, ente subconsciente o internos.

4.3.4. TERAPIAS HUMANISTAS Y EXISTENCIALES: A veces se les llama terapias


experienciales y tienen alguna afinidad con el psicoanálisis porque se basan en
introspecciones ya que suponen que la conducta trastornada puede tratarse mejor al
aumentar la conciencia del individuo acerca de sus motivaciones y necesidades,
diferenciándose del Psicoanálisis por otorgar gran importancia al libre albedrio.

4.3.4.1. LA PSICOTERAPIA CENTRADA EN EL PACIENTE: Esta terapia


calificada como no directiva, fue desarrollada por Carl Rogers, quien lo presento en su
obra Counseling and psychotherapy (1942) y más tarde en su libro Client centered therapy
(1951). Se fundamenta en el supuesto de que el paciente tiene el derecho de elegir sus
propias finalidades, y no que el psicoterapeuta las escoja o le fije determinados fines. Asi
mismo se da mayor importancia al cliente, más que a sus problemas tratando que la
experiencia promueva el desarrollo del paciente y que este mejor preparado para enfrentar
sus problemas. El terapeuta es menos activo que en otras terapias psicológicas. No señala
los problemas que deben ser corregidos, no realiza interpretaciones de lo que dice el
paciente.
La actitud del terapeuta consiste en adoptar posiciones permisivas y en reflejar o aclarar
al cliente los sentimientos que ha expresado, con el propósito que logre comprender sus
propios sentimientos.
En estos casos las psicoterapéuticas se sirve de la llamada técnica del espejo, que se
materializa en el hecho de que durante la conversación se concentra en reflejar al paciente
sus exteriorizaciones, y sobre todo sus afectos, mediante verbalizaciones, para
confrontarlos con estos y hacerlos más conscientes y posibilitar su propio desarrollo y
configuración. Para Worchel y Shebilske, a diferencia del psicoanálisis, la terapia
centrada en el cliente se focaliza en el aquí y ahora, aunque las dificultades hubiesen
comenzado en la infancia, las personas pueden abordarlas en el presente. Se considera
que este tipo de psicoterapia es útil en el tratamiento de neurosis no muy intensas o
arraigadas.

Se han desarrollado modalidades de terapia individual centrada en el paciente, así como


manifestaciones terapéuticas de grupo. En el campo penitenciario, una experiencia
significativa de esta técnica psicoterapéutica, es la desarrollada según informe de P.
Bouzat (1968). En los centros penitenciarios franceses con la modalidad de terapia grupal
rogeriana; asimismo el de la clínica Pompe en Holanda, en donde se ofrece una clínica
bastante permisiva y que según el parecer de U. Eisenberg (1970), es un ambiente
francamente laxo, por lo que duda de la correcta interpretación de esta técnica. También
en Alemania en el establecimiento de Duren se siguió la técnica grupal rogeriana, dándose
una libertad amplia de movimiento a los interno, tanto en horas de levantarse, limpieza
de sus celdas, horas de dormir, entre otros aspectos, según afirma W. Rasch (1974).

4.3.4.2. PSICOTERAPIA EXISTENCIAL: Surgió en los años cincuenta del siglo


pasado (Abrahan Maslow). El existencialismo como el humanismo, recalcan el
crecimiento personal. Sin embargo como anota Davison, el existencialismo es más
sombrío y en cierto modo pesimista. Aunque reconoce el libre albedrio y la
responsabilidad, el existencialismo está muy consciente de la ansiedad implícita al tomar
decisiones importantes de las cuales depende la existencia.

4.3.4.3. PSICOTERAPIA GESTÁLTICA: Deriva de la psicología de la gestáltica


considerada predecesora de la psicología cognitiva, aunque también adopta ideas de las
teorías psicodinámicas y humanistas. Esta terapia llamada también terapia de la
configuración fue desarrollada por Frederick Perls (1893 – 1970) luego de haber dejado
el psicoanálisis y para quien la terapia de la configuración se basa sobre una estructura
propia, pues la construcción de configuraciones, el surgimiento de necesidades es un
fenómeno biológico primario. Perls afirma que nuestras acciones a menudo están
influidas por emociones y pensamientos de los que no somos conscientes. En esta caso se
parte de un modelo homeostático del organismo y de que el ser humano tiene a su
disposición realmente solo una porción de su potencial y que gran parte del está
bloqueado y que se debe eliminar este bloqueo. Un elemento para ello lo constituye, según
Perls un alto grado de conciencia de los diferentes componentes de la personalidad. Así
mismo señala que todos nosotros jugamos varios roles, como el de enfermo, victima,
desamparado, etc. Que son posturas de evitación, para rehuir los pasos necesarios de
maduración.

Perls considera importante introducir en la terapia frustraciones considerables, para llevar


al hombre a descubrir que en sí mismo yacen las fuerzas para dar el paso de maduración,
cuando él está dispuesto a soportar dolores. Otra máxima esencial de la terapia gestáltica
dice: “nada existe fuera del aquí y ahora”. Asimismo todo se basa en la conciencia.
Conciencia es el único fundamento del saber de la comunicación. Hilde Kaufmannes de
la opinión que la terapia de la configuración en los ambientes carcelarios, como el social
terapéutico, podría aplicarse sobre todo para determinados grupos de internos, que pueden
ser capaces de soportar ciertas clases de frustraciones. Asimismo esta terapia puede ser
aplicada en forma individual, así como terapia gestáltica de grupo.

4.3.5. LA TERAPIA CONDUCTUAL: Bajo una concepción diferente al psicoanálisis


y tomando como fundamento los resultados de la psicología del aprendizaje, se ha
desarrollado la denominada terapia del comportamiento. Sin embargo no obstante que
desde el trabajo de Watson ya se había vislumbrado alguna forma de manejo terapéutico
conductual de ciertos problemas, diversos autores señalan que el inicio de esta terapia
data de 195, cuando J. Wolpe público en dicho año su libro Psychotherapy by reciprocal
inhibition. Al respecto si consideramos que se pueden diferenciar dentro del rubro T.C,
varias orientaciones, de acuerdo al sustento teórico práctico en que se basan, veremos que
desde la perspectiva del condicionamiento operante desarrollado por Skinner, ya se
habían dado experiencias anteriores que impulsaron la terapia conductual.
La terapia del comportamiento es definida por Hans Eysenck como el intento por alterar
la conducta y las emociones humanas de un modo beneficioso y de acuerdo con las leyes
de la moderna teoría del aprendizaje. Sin embargo otro psicólogo inglés, Aubrey Yates
considera que una definición más adecuada es: el intento por utilizar sistemáticamente el
cuerpo de conocimientos empíricos y teóricos surgido de aplicar el método experimental
a la psicología y a las disciplinas afines (fisiología y neurofisiología), para con ello
explicar la génesis y el mantenimiento de patrones de conducta anormales. Además
aplicar esos conocimientos al tratamiento o a la prevención de esas anormalidades
mediante estudios experimentales controlados del caso único, tanto de un modo
descriptivo como de remedio. Las diferencias que existen entre el psicoanálisis y la
terapia conductual se pueden apreciar en los criterios que plantea Eysenck:
ELL,

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