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Por todo ello, la observancia de la normativa para la designación de peritos y elaboración del
justiprecio impide que se ponga en entredicho una recta administración de Justicia.
Empero, las muy particulares circunstancias de la economía nacional de los últimos dos años,
que son del conocimiento de esta Sede Constitucional como producto de su experiencia
personal, dan especial vigencia al criterio sustentado por nuestro Máximo Tribunal, en el
sentido de que:
“Ciertamente, como lo aduce el formalizante, debe existir una tasación actual del bien a
rematarse, por cuanto de constituirse la caución para el remate anticipado o bien para hacer
posturas en el remate en ejecución de sentencia, se haría sobre la base de un avalúo no cónsono
con la realidad inflacionaria, en materia inmobiliaria, entre otros, que vive el país, pudiendo
darse el caso de que sea el propio actor a quien se le adjudique el bien, cobrando éste su crédito
e intereses, el cual frente al mayor valor del inmueble, resultaría de ’poca monta’ con lo cual se
le ocasionaría un gravamen irreparable y un evidente daño patrimonial al ejecutado.- Esta
máxima de experiencia debió ser deducida por le Juzgador Superior, aplicando los correctivos
pertinentes, en resguardo de una sana administración de Justicia, que implicaría una
compensación, tanto para el ejecutante como para el ejecutado”. RAMÍREZ & GARAY:
“Jurisprudencia Venezolana”. Tomo CXXIII. 1992. Sentencia Nº 878-92. pp. 688-698, que
acompañamos “E”.
CAPÍTULO IV
Ahora bien Ciudadana Juez Constitucional, en contenido del referido ESCRITO de fecha 18 de
Septiembre de 2001, en los términos allí explanados y que damos aquí por reproducidos,
expusimos en nombre de nuestra representada tanto las razones que justificaban nuestros
pedimentos de NULIDAD de la Notificación realizada por el Alguacil de esa alzada, sobre el
contenido de la Decisión de fecha 17 de Julio de 2000, por la cual se declaró SIN
LUGAR la OPOSICIÓN a la Medida de EMBARGO EJECUTIVO propuesta por nuestra mandante, y
que fue practicada en el inmueble de su propiedad, ubicado en el Barrio Sierre Maestra de esta
ciudad; como nuestra solicitud de reposición de dicha actividad; NOTIFICACIÓN irregular que
condujo a otros vicios procesales evidenciados en los actos de ejecución que se habían
adelantado a sus espaldas en el presente juicio.
Por ello, partimos recordando que ese Juzgado Superior del Trabajo – hoy Sede Constitucional –
conoció de la Apelación por nos interpuesta contra la Sentencia de la Primera Instancia (del 08
de Febrero de 2000), la cual oída por el a quo “en ambos efectos”, es decir, con remisión del
expediente en su integridad.
En efecto, como quedó anotado, el Tribunal Superior publicó la Sentencia que resolvió lo
apelado fuera del lapso de prórroga, el día 17 de Julio de 2000; por lo que ordenó notificar a las
partes.
Posteriormente, con fecha 27 de Septiembre de 2000, (más de dos meses después de la
Sentencia) el Alguacil de esa misma alzada, estampó diligencia exponiendo que había
gestionado infructuosamente la notificación de nuestra representada: GEA, tanto en la persona
de su Presidente: JOSE MARCIAL BRITO, como en la de sus Apoderados Judiciales.
Sin embargo, nótese de esta actuación que el Alguacil sólo refiere la dirección de los Abogados
Apoderados de GEA, más no indica el lugar o dirección donde, en “cumplimiento de sus
obligaciones”, solicitó al Presidente de GEA, pues, el mismo Alguacil es quien dice que realizó la
referida diligencia en la: “dirección que me fue suministrada por la parte interesada”,
(omitiendo cualquier otra), es decir, en la “Torre Socuy (…) en la Avda. 4 Bella Vista y Avda. 8
Santa Rita, Municipio XXXXXXXXXXX, Estado XXXXXXXXXXX”, muy a pesar de que pudo dejar la
referida Boleta de Notificación en la persona que se encontraba atendiendo dicha oficina de
abogados, o de que en actas constan otras direcciones (folios 307 al 316) y sobre ello insistió la
Apoderada actora y el Tribunal de Ejecuciones en el Acta de EJECUCIÓN DE EMBARGO
EJECUTIVO del 24 de Noviembre de 1999, lo que significa que no hubo una verdadera gestión
diligente del Alguacil para notificar a la parte demandada: GEA, pues no refiere ninguna gestión
de haber procurado notificarla en la persona de su Presidente JOSE MARCIAL BRITO MARCANO.
Ahora bien, con fecha 28 de Septiembre de 2000, la Apoderada actora solicitó de ese Tribunal
Superior que practicara la notificación de GEA: “por medio de boleta y dejada por el Alguacilen
el citado domicilio de conformidad con el artículo 174 en concordancia con el artículo 233 del
Código de Procedimiento Civil”.
Nótese que la Apoderada actora, evidentemente se refiere a la dirección indicada por el Alguacil
en diligencia del 27 de Septiembre de 2000, es decir las Oficinas de los Abogados Apoderados
de la demandada y el domicilio procesal (en Sierra Maestra), inmueble éste que como es del
conocimiento de la parte actora, y del Tribunal (por constar en actas) se encuentra entregado a
la Depositaria Judicial, pues fue embargado el día 24 de Noviembre de 1999 (folio 307 a 316),
siendo la OPOSICIÓN a dicho EMBARGO el thema decidendumde la Sentencia apelada.
Luego, con fecha 2 de Octubre de 2000 ese Juzgado Superior dictó AUTO, pero medio del cual
ordenó al Alguacil de ese despacho actuar de conformidad con lo establecido en los Artículos
233 y 174 del Código de Procedimiento Civil.
Esta orden la imparte el Tribunal muy a pesar de tener perfecto conocimiento de que “el
domicilio procesal” fijado en actas había sido antes embargado por lo que había salido del
dominio patrimonial de GEA, y, por sana lógica habiendo dejado de existir como tal; el Tribunal
debió ordenar, a lo más, la fijación en la sede del Tribunal, o aun mejor, en protección al Debido
Proceso y al Derecho de Defensa – existiendo en actas otras direcciones – debió el Tribunal
ordenar al Alguacil cumplir “verdaderamente” con sus obligaciones, y localizar a representantes
de GEA en otra de las direcciones que constan en actas, sea las Oficinas de sus Apoderados en la
Torre Socuy de esta ciudad, sea la Quinta Rafaela; o mejor aun, ordenar que la notificación fuera
practicada por medio de la publicación de Cartel por la prensa, de conformidad con el Artículo
233 del Código de Procedimiento Civil.
Luego, el día 03 de Noviembre de 2000, (a más de cuatro meses de la Sentencia) el Alguacil de
ese Tribunal expuso que ese mismo día se había trasladado al domicilio procesal de GEA (en el
Barrio Sierra Maestra), lugar: “donde fijé la boleta de notificación”.
Y luego, en la misma fecha, la Secretaría de esta alzada hizo constar: “que la notificación(…) se
practicó de conformidad con las previsiones del artículo 233 y el artículo 174 ambos Código de
Procedimiento Civil”.
Ciudadana Juez Constitucional, como quedó expuesto en el referido ESCRITO de fecha 18 de
Septiembre de 2001, con esta actuación se cristalizan todas las irregularidades sumadas y
cometidas en la notificación de la demandada GEA, de la Sentencia de fecha 17 de Julio de 2000,
dictada por ese Juzgado Superior del Trabajo, pues, muy a pesar de tener conocimiento esa
alzada de que el lugar constituido como domicilio procesal había sido embargado por la actora,
por lo que había salido del dominio patrimonial de GEA y en consecuencia, el domicilio procesal
en él fijado, había devenido en inexistente, en cuanto insubsistente (thema decidendum de la
apelación oída en ambos efectos) ordenó y permitió que la pseudo notificación de nuestra
representada fuera practicada en dicho inmueble del Barrio Sierra Maestra.
Observamos así, Ciudadana Juez Constitucional, que estas actividades procesales, en su
conjunto, violan el Debido Proceso y el Derecho a la Defensa (Artículo 49 Constitucional) que
son derechos fundamentales procesales establecidos en la Constitución Nacional; infracción que
por su gravedad conlleva a la nulidad de lo actuado y la consiguiente reposición de la causa a
que se practique la notificación de la demandada de la Sentencia de fecha 17 de Julio de 2000,
dictada por ese Juzgado Superior del Trabajo. Y así fue solicitado al Tribunal de la Ejecución en el
referido ESCRITO de fecha 18 de Septiembre de 2001, el cual desestimó dicho pedimento.
Así mismo, Ciudadana Juez Constitucional, llevamos a su observación que el Alguacil de esta
alzada expuso en la referida diligencia que se había trasladado al “domicilio procesal de la
demandada XXXXXXXXXXX C.A. (GEA) donde fijé la boleta de notificación…”, por lo que, como
expuso ese funcionario, no dio cumplimiento exacto a lo ordenado expresamente por el
Legislador Procesal en el Artículo 233 del Código de Procedimiento Civil, pues de la lectura del
Expediente (folio 376) se observa que el Alguacil no dejó constancia sobre la persona a quien
dejó (entregó) la Boleta de Notificación, para que la parte demandada:GEA, quedara notificada
de la Sentencia de fecha 17 de Julio de 2000; siendo la notificación un requisito esencial para la
validez de los actos subsiguientes a la Sentencia dictada extemporáneamente, a los fines del
inicio del cómputo de los lapsos previstos por el legislador en beneficio de las partes para el
ejercicio de sus derechos, de tal manera que la notificación debe estar hecha en forma tal que
las partes no tengan duda acerca de la finalidad de la misma y del tiempo para el ejercicio de sus
recursos y defensas.
Por lo que estando en juego, el Derecho a la Defensa y al Debido Proceso en la presente causa,
el Alguacil ha debido ser más cuidadoso en esta notificación, ya que debió tener el cuidado de
“dejar la boleta” en manos de alguna persona, a quien debió solicitar su identificación y de ser
posible, requerir su firma como recibo en una copia, pues “al fijar la boleta” como declara el
Alguacil haberlo hecho – suponemos – en la cerca de ciclón que protege la casa, ésta pudo
haber sido arrancada por el viento o por cualquier muchacho travieso que, sólo “por molestar”,
la desprendiera del lugar de fijación, sin que en ningún caso pudiera entonces nuestra
representada enterarse del contenido de la “pseudo notificación”, poniéndose claramente de
manifiesto su indefensión, cuando la notificación no se practicó con todas las formalidades de
Ley, lo cual – desde luego – no fue cumplido, infraccionando en nuestro caso el debido proceso.
Ciudadana Juez Constitucional, el proceso tiene un orden sucesivo de actos, que deben ser
válidos y eficaces, cuando ese orden sucesivo queda interrumpido, surge el remedio procesal de
la Notificación, a fin de informar a las partes sobre la celebración de un acto o para la
continuación del proceso; por ello la notificación debe cumplir con el propósito de poner en
verdadero y perfecto conocimiento a las partes de la actividad a desarrollar, a fin de que éstas
participen válidamente e interpongan los derechos y recursos que les asistan y sean pertinentes,
a fin de que tal notificación, por cualquier causa, no se quede en la siempre letra muerta, que va
a desdecir del trámite procesal cumplido, pues queda fuera de orden el debido proceso y no se
le permite a las partes hacer uso de los derechos que le asisten, ni ejercer los recursos
pertinentes, es decir, ejercer el Derecho de Defensa, quedando así violentados Derechos de
carácter constitucional.
Sobre la base de los argumentos expuestos, Ciudadana Juez Constitucional, es por lo que
sostuvimos en el referido ESCRITO de fecha 18 de Septiembre de 2001, que la referida pseudo –
notificación hecha por el Alguacil de ese Juzgado Superior del Trabajo el día 3 de Noviembre de
2000, fue practicada con manifiestas irregularidades, violando el Artículo 233 del Código de
Procedimiento Civil, y por tratarse de un acto comunicacional (particularmente, de la
publicación extemporánea de una Sentencia) tendente a la continuación del proceso, y
teniendo la demandada oportunidad de ejercer derechos y recursos contra la misma; las
irregularidades cometidas en dicha Notificación no permitieron a nuestra mandante: GEA, llegar
al conocimiento del contenido de la Sentencia referida, pues, fue en la oportunidad de la
presentación del referido ESCRITO (18-09-2001) que oficialmente tuvo conocimiento de la
misma, cuando, en avance de los actos de ejecución de sentencia, ya había sido consignado el
avalúo del inmueble embargado, todo lo cual comporta un Estado de Indefensión de la
demandada, quien no ha estado sometida a un Debido Proceso, pues en el mismo se han
violado principios procesales de raigambre constitucional (Artículo 49 Constitucional), como los
antes mencionados, y de carácter procesal como el de Igualdad de las Partes y Equilibrio
Procesal (Artículo 15 del Código de Procedimiento Civil), razones de hecho y de derecho todas,
que comportaba la nulidad de lo actuado a partir de la viciada notificación, y la consecuente
reposición de la causa al estado de que se practique la misma válidamente. Y así solicitamos
fuera declarado en el referido ESCRITO.
Ciudadana Juez Constitucional, nuestra representada: GEA se vio privada del Debido Proceso y
de la Tutela Jurisdiccional Efectiva, lo cual comporta violación a su Derecho de Defensa;
derechos y garantías todos de raigambre constitucional, íntimamente ligados al orden público.
Estimamos que siendo dicha Notificación esencial a la validez de los actos subsiguientes,
consecuencialmente, esa Superioridad debió declarar su nulidad y la consecuencial reposición
de la causa al estado de libramiento de nueva Boleta de Notificación y la práctica de la misma en
forma válida, en cumplimiento de la norma rectora de la nulidad procesal, el Artículo 206
del Código de Procedimiento Civil, que establece que: “Los jueces procurarán la estabilidad de
los juicios, evitando o corrigiendo las faltas que puedan anular cualquier acto procesal”.
Ciudadana Juez Constitucional, en este sentido, esa Alzada que dictó la sentencia del 17 de Julio
de 2000, no garantizó plenamente el Debido Proceso y el Derecho de Defensa del demandado. Y
así se solicitó fuera declarado en el referido ESCRITO, con todas sus consecuencias jurídicas.
CAPÍTULO V
En otro sentido, pero refiriéndose al mismo asunto en cuestión, debemos observar que no
pasará desapercibido a la Ciudadana Juez Constitucional, que como ante fue advertido al Juez
de la Ejecución, nos encontramos en presencia de un proceso que se encuentra enestado de
ejecución, que ciertamente tiene como regla general la continuidad de la misma, excepto los
casos indicados en la misma norma (Artículo 532 del Código de Procedimiento Civil). Sin
embargo, el Artículo 533 del mismo Texto Adjetivo establece, que: “cualquier otra
incidencia que surja durante la ejecución, se tramitará y resolverá mediante el procedimiento
establecido en el artículo 607 de este Código.”, norma ésta sobre la cual, sostiene HENRÍQUEZ
LA ROCHE en su obra: “Código de Procedimiento Civil” (Tomo IV, p. 125), acompañada a esta
Solicitud marcada “F”, que:
“Si surgieren reclamaciones por indebida sustanciación del trámite de ejecución, en detrimento
de los requisitos sustanciales al debido proceso el asunto se dilucidará de acuerdo al
procedimiento residual que prevé el artículo 607.”
No podría ser de otra manera, pues la taxatividad establecida, dejaría desasistidas a las partes
de sus derechos en un momento tan importante del proceso, sometiéndolas al solo arbitrio del
Juez, no pudiendo el litigante resistirse a una providencia judicial, al abuso de un funcionario, y
aun al fraude procesal, lo cual entrañaría violación del Debido Proceso y al insito Derecho a la
Defensa, que son de raigambre constitucional y cuya violación denunciamos tanto en los
términos expuestos en dicho ESCRITO de fecha 18 de Septiembre de 2001, como en esta
Solicitud, violación de normas de orden público que comportan tanto la nulidad de la
notificación del fallo de fecha 17 de Julio de 2000 practicada de manera irregular por el Alguacil
del Juzgado Superior del Trabajo, como la designación del Perito Avaluador ante el Tribunal de
la Ejecución y las actividades posteriores de Avalúo, que comporta la reposición de la causa a
dicho estado de que sean practicadas válidamente dichas actividades a fin de que las partes
puedan ejercer sus derechos en un debido proceso. Y así solicitamos fuera declarado.
Tampoco podrá pasar por alto que nos encontramos ante un Procedimiento de Estabilidad
Laboral, en el que no se autoriza, en principio, el trámite de incidencias, ni apelación sobre las
mismas.
Sin embargo, como dice GARCÍA VARA en su obra: “Estabilidad Laboral en Venezuela” (p. 207),
acompañada a esta Solicitud marcada “G”, el legislador ha querido que los Tribunales de
Primera Instancia Laboral tuvieran suficiente libertad para ir decidiendo las incidencias sin
retardo del proceso ante una apelación oída en simple o doble efecto; pero que esa posibilidad
de decidir sin estar sujeto a apelación, debe ser administrada con suficiente cordura y
juridicidad de manera de no cercenar los derechos de las partes.
Por otra parte, la más autorizada Jurisprudencia Nacional ha atemperado el rigorismo legal,
permitiendo el trámite de incidencias y la apelación en casos de falta de citación o citación
irregular (nuestro caso notificación irregular) para evitar que se siga un proceso de esta clase
(Calificación de Despido) a espaldas de la parte demandada, como se extrae deRAMÍREZ &
GARAY: “Jurisprudencia Venezolana”. Tomo CXXXVIII. 1996. Sentencia Nº 408-96. pp. 165-166,
que acompañamos “H”.
Igualmente, autorizada Jurisprudencia Nacional ha establecido que:
TÍTULO II
DEL DERECHO
PRIMERO: Ahora bien, Ciudadana Juez Constitucional, consagra el Artículo 49 de laConstitución
de la República Bolivariana de Venezuela, que:
“El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas y, en
consecuencia:- 1.- La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y
grado de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser notificada de los
cargos por los cuales se le investiga, de acceder a las pruebas y de disponer del tiempo y de los
medios adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas mediante
violación del debido proceso. Toda persona declarada culpable tiene derecho a recurrir del fallo,
con las excepciones establecidas en esta Constitución y la ley”.
Quedan de esta manera establecidos, con rango constitucional, tanto el Derecho General al
Debido Proceso, como el Derecho al Acceso a los Medios Impugnativos, elemento indispensable
para dar cumplimiento al Debido Proceso como al Derecho a la Defensa.
En el caso concreto que nos ocupa, Ciudadana Juez Constitucional, por medio de la expedición y
publicación de un irregular CARTEL DE NOTIFICACIÓN para informar a nuestra mandante del
contenido de la Decisión dictada por el Tribunal de la Ejecución de fecha 26 de Marzo de 2002, y
con la realización de actos de ejecución a espaldas de nuestra representada: GEA, los cuales a su
vez se encuentran inficionados de nulidad absoluta por subvertir formalidades procesales
expresas, que interesan al orden público, se han conculcado a XXXXXXXXXXX C.A. (GEA), sus
derechos tanto de impugnar dicha Decisión, como de estar presente en un Debido Proceso,
coartando su Derecho Constitucional a la Defensa.
Consagra a su vez el Numeral 8 del Artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, que:
“Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento o reparación de la situación jurídica
infringida lesionada por error judicial, retardo u omisión injustificados (…)”.
A su vez, queda de esta manera consagrado en el texto de la reciente Carta Magna la
responsabilidad del Estado por errores judiciales.
En plena sintonía con los preceptos constitucionales, antes citados, consagra el Artículo 1º de
la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, que:
“Toda persona natural habitante de la República o persona jurídica domiciliada en esta, podrá
solicitar ante los Tribunales competentes el amparo previsto en el artículo 49(derogado,
equivalente al vigente Artículo 27) de la Constitución, para el goce y ejercicio de los derechos y
garantías constitucionales, aun de aquellos derechos fundamentales de la persona humana que
no figuren expresamente en la Constitución, con el propósito de que se restablezca
inmediatamente la situación jurídica infringida o la situación que más se asemeje a ella”.
De esta manera, queda a su vez, establecida la vía de la Acción de Amparo Constitucional, como
mecanismo procesal idóneo de defensa ante la violación de los derechos y garantías
constitucionales, y dirigida al restablecimiento de la situación jurídica infringida.
En ese orden de ideas, ha sido doctrina del Tribunal Supremo de Justicia que:
“Observa igualmente esta Sala Constitucional, que para el caso de que las violaciones a derechos
y garantías constitucionales surjan en el curso de un proceso debido a actuaciones de las partes,
de terceros, de auxiliares de justicia o de funcionarios judiciales diferentes al juez, este último
deberá remover ex officio o a instancia de parte, los obstáculos que impidan el desarrollo o la
continuación del proceso dentro de la normalidad, imparcialidad y transparencia que exige el
ordenamiento constitucional y legal. Indistintamente del agente de la presunta vulneración
(provenga de actuaciones de las partes o de terceros, o bien de la acción u omisión imputables a
los auxiliares de justicia y demás funcionarios judiciales), el juez deberá ejercer los poderes
jurisdiccionales de ordenación y disciplina, según el caso, e incluso exigir la colaboración de otros
Poderes Públicos para mantener el orden público procesal. En este caso particular del
denominado `amparo sobrevenido´ no es un remedio procesal idóneo ante la inactividad del juez
requerido para que ejerza sus poderes de control y demás correctivos ordinarios, siendo el
amparo autónomo fundado en el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales, la vía correcta, como lo tiene establecido esta Sala”. Sentencia de la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia Nº 2278 del 16-11-2001. En: RAMÍREZ &
GARAY: “Jurisprudencia Venezolana”. Tomo CLVXXXII. 2001. Sentencia Nº 2288-01. pp. 147-150.
Acompañada a esta Solicitud marcada “M”.
Del precedente supra se desprende que dentro de los actos conculcatorios que hacen
procedente la Acción de Amparo contra Decisiones Judiciales, se encuentran no sólo los que
provienen directamente del órgano subjetivo de la jurisdicción, sino también aquellos
verificados por las partes, terceros, y aun auxiliares de justicia y funcionarios judiciales
diferentes a él (El Alguacil, La Secretaría, etc.) en cuanto éstos están sometidos a sus potestades
de control y ordenación del proceso.
En el caso concreto que nos ocupa, el desarrollo de una “NOTIFICACIÓN” irregular y viciosa y el
intento de corrección de tales vicios con una orden de nulidad y reposición que, finalmente
cristaliza en la publicación de un CARTEL DE NOTIFICACIÓN, igualmente irregular y vicioso, se
presentan como actos ordenados por el Juez de la Ejecución, y, en su práctica, se violentaron
normas procesales de orden público, desnaturalizando así el contenido comunicacional que
constituye el fin de las Notificaciones, y se cercena el acceso de nuestra mandante a los
respectivos medios impugnativos; al igual que con la irregular designación del Perito Avaluador
y el desacato de la normativa legal que rige tanto su asunción al cargo como toda su actividad, y
particularmente, en lo referente a la formación del justiprecio del bien a rematarse, hacen que
se haya negado a nuestra mandante: GEA, oportunidad de participar en la designación del
Perito Avaluador, de impugnar por recusación tal designación, de participar en la formación del
Avalúo y aun de impugnar el mismo, violentando normas de orden publico, que no es dado
subvertir ni al Juez ni a las partes, y conculcando sus Derechos Constitucionales al Debido
Proceso y a la Defensa; y
b) Que con dicha actuación se cause lesión a Derechos Constitucional: En este orden de ideas,
las tendencias jurisprudenciales del Supremo Tribunal han afirmado que por medio de la
violación de normas legales, de rango sub constitucional, puede producirse la violación de
derechos constitucionales inherentes al proceso, exponiendo que:
“La falta de notificación, a juicio de esta Sala, es una trasgresión al debido proceso, al cercenarle
la oportunidad al procesado de interponer el recurso al cual tenía derecho”. Sentencia de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia Nº 1310 del 20-07-2001”. En: GOVEA &
BERNARDONI: “Respuestas del Supremo T.S.J. sobre la Constitución Venezolana de 1999”. p.
143. Acompañada a esta Solicitud marcada “N”.
En el caso concreto que nos ocupa, la irregularidad de la viciosa “NOTIFICACIÓN” y el
infructuoso intento de reparar dicho vicio por medio de un – también viciado – CARTEL DE
NOTIFICACIÓN, ha privado a nuestra representada del acceso a los recursos pertinentes,
dirigidos a impugnar la Decisión Judicial de fecha 26 de Mayo de 2002. Y ha permitido la
continuación de actos de ejecución de Sentencia, con inobservancia de las normas procesales,
que se han desarrollado a sus espaldas, y que tienen su fundamento en actos irritos e
inficionados de nulidad. De esta manera se han conculcado sus Derechos Constitucionales a la
Defensa y al Debido Proceso.
Queda así establecida, tanto la existencia de la ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL CONTRA
DECISIONES JUDICIALES, como la única vía eficaz, satisfactiva, expedita y sumaria para la
protección de los derechos constitucionales cuando la misma proviene de la actividad de los
órganos jurisdiccionales, como su procedencia al caso concreto.
PEDIMENTOS
Sobre la base de los hechos expuestos y del Derecho cuya tutela se solicita, establecido en las
normas antes citadas contenidas tanto en la Constitución Nacional como en la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales; existiendo la violación de derechos de
rango constitucional, ante la posibilidad cierta de restitución de la situación jurídica infringida,
dentro del término legal establecido y siendo ésta la única vía breve, expedita, sumaria y
efectiva que confiere el ordenamiento jurídico venezolano para tales fines; es por lo que
acudimos, en representación de XXXXXXXXXXX C.A. (GEA), ante su digna y competente
jurisdicción, como Sede Constitucional, a los fines accionar AMPARO CONSTITUCIONAL en tutela
de sus Derechos Constitucionales a la Defensa y al Debido Proceso, consagrados en el Artículo
49 del Texto Constitucional, en contra de la irregular y viciada “NOTIFICACIÓN” verificada por el
Tribunal de la Ejecución: Juzgado Segundo de Primera Instancia del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del Estado XXXXXXXXXXX; sobre la Decisión proferida por éste en fecha 26 de Marzo de
2002, y contra el CARTEL DE NOTIFICACIÓN – por demás ilegal y defectuoso – expedido y
publicado como consecuencia de la NULIDAD y REPOSICIÓN ordenadas por la Sede de la
Ejecución porAUTO de fecha 20 de Noviembre de 2002, por haber privado a nuestra mandante
del ejercicio de los respectivos medios impugnativos y haber permitido la continuidad en la
realización de los actos de ejecución subsiguientes a dicha Decisión, celebrados a espalda de
nuestra mandante, los cuales intrínsecamente – por incumplimiento de las formalidades
procesales requeridas para su validez – o extrínsecamente – por devenir de actos inficionados
de nulidad absoluta – , también son NULOS; todo a los fines de que sea restituida la situación
jurídica infringida, con la orden de nulidad de dichas actuaciones.
Solicitamos que la citación del presunto agraviante sea verificada en la persona del
DoctorMIGUEL URIBE HENRÍQUEZ, quien es venezolano, mayor de edad, y de este domicilio,
como Juez titular del Juzgado Segundo de Primera Instancia del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del Estado XXXXXXXXXXX, la sede jurisdiccional de donde emanan los hechos
controvertidos.
Indicamos como domicilio procesal el siguiente: Centro Comercial Socuy, Torre Socuy, Piso 8.
Avenida 4 (antes Bella Vista) Nº 67-46. XXXXXXXXXXX. Estado XXXXXXXXXXX.
Finalmente solicitamos que la presente Solicitud sea debidamente admitida, sustanciada y
ratificada con todos su pedimentos en la definitiva, con todos los pronunciamientos de Ley.
PETICIÓN CAUTELAR
Ciertamente, Ciudadana Juez Constitucional, el Juez de Amparo Constitucional está investido de
un poder cautelar general dirigido a evitar daños mayores en el restablecimiento de la situación
jurídica infringida; con el objeto de evitar la irreparabilidad de la lesión de orden constitucional
al ejecutarse la eventual decisión anulatoria del acto recurrido.
Tal es dicha amplitud cautelar que, como ha sostenido la doctrina de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia:
“… esta Sala debe recordar que, por lo que atañe a la solicitud de medidas cautelares dentro de
juicios de amparo constitucional, tal como lo estableció esta Sala en sentencia del 24 de marzo
de 2000 (caso: Corporación L´ Hotels C.A.) el peticionario no está obligado a probar la existencia
de fumus bonis iuris ni de periculum in mora, sino que dada la celeridad y brevedad que
caracterizan al proceso de amparo, depende únicamente del sano criterio del juez, acordar o no
tales medidas, tomando en consideración las circunstancias particulares del caso sometido a su
examen”. PIERRE TAPIA: “Jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia”. 2002. Volumen 3. p.
38. El referido precedente se acompaña marcado “O”.
Ahora bien, Ciudadana Juez Constitucional, con fundamento en la doctrina trascrita, y dado que
en la futura oportunidad de proferir su Sentencia de Amparo ya los actos de ejecución sobre el
inmueble embargado ejecutivamente, propiedad de nuestra mandante GEA, podrían ya haber
desembocado en la realización del ACTO DE REMATE (cuyo Cartel ya ha sido publicado), y por lo
tanto, haciendo irreparable el gravamen cometido contra los derechos constitucionales de
nuestra mandante; es por lo que nos permitimos solicitar, a los fines de, por vía cautelar,
aproximar el estado de las cosas a la situación que más se parezca al restablecimiento de la
situación jurídicamente infringida, ordene al Juzgado Segundo de Primera Instancia del Trabajo
de la Circunscripción Judicial del Estado XXXXXXXXXXX, la suspensión de la continuación de los
actos de ejecución en el juicio seguido por el Ciudadano NELSON DARIO SUÁREZ OJEDA contra
nuestra mandante:XXXXXXXXXXX C.A. (GEA), en Expediente Nº 10304, de forma tal que, de
manera menos cruenta, se mantenga el status quo, hasta que su muy prudente arbitrio ordene
la restitución de la situación jurídica infringida.