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Análisis y crítica del hecho teatral

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Periodista y crítico, el español José Monleón
eligió para su clase magistral de la cátedra
gaditana de 1989 un tono informal que no
revela un texto leve. Por el contrario, su
propuesta apunta al rigor y a la ética que
necesariamente debe contener el discurso
crítico, y a una puesta en situación histórica
que evidencia al crítico como un sujeto de su
tiempo, tan contradictorio y -de ser posible-
apasionante como la dramaturgia misma.

·Ir
~t~- a critica ,_::::; e-l ~cma más tJ afincar .cosas y referencias que mas que corresponden a su
.~'.· antip<itico de todos los que SOn COr10ClÓJS. época. En ese sentido, creo que a
:: _j se puedan tocar respecto El probicma es como el de todas menudo el traba~) Jcl crítico seria
~ del teatro: Cua!t1U!Cra está las cosas de! teatro, P?r fortuna: un elemento negntivo.
mucho mas lc;ttlmJdo cuc cualquier gencra!izacón es cr1mi- Si cxammamos el teatro contem-
el critico. Entre ot~as rJ.zonCs, na L Hay muchos creadores que poráneo -pensemos en Ramón
?Orquc todo el mundo arriesga, no son "creadores" y muchos del Valle Inclán, en Samuel
?l.:1n tea sus textos, expone sus criticas que tienen la decencia de Bcd<ctt-, casi todos los c>eadores
Imaginarios, sus idcz¡s v, en cierto !ntcntJr entender a los Ci'C'íldorcs, han sido reconocidos posterior-
mocJo, d tríJ.bJjo dd cfltico es un de donde resultoría que este mente, cuando los hombr::cs de la
tJ.nto p<irasitono, puesto que si no esquema del creador maravilloso generación de Valle o los de la de
hubicm c:-cadorcs no habría criti- acechado por el critico parasitario Bcckett llegaron a ser críticos.
cas. Esta idea de la subordinación se destruye, porque hay muchos Mientras Bcckett era juzgado ¡::or
del crítico al creador es unn que estrenan, que aparecen como la generación anterior a la suya,
reflexión que todo critico dcOCrb creadores y es muy dudoso y dis- se lo negaba sistcmaticJmcnte.
hacerse. Corregirla ciertos Jircs cutible que lo sean. Y es ahí Este es un fenómeno habitual v
.
!
Ce :-n<~gistcr.o, ce supcrioridJd, si
P'2nsáramos que, en dcfinilivJ, es
donde el critico, si se lo toma con
modestia y un cierto sentido, ten-
hay que aceptarlo: la mayor parte
de los críticos defiende a su gene-
/ un trJ.bJjo sccundJriO, subordinJ- á ría su razón :ie ser: contribuir a ración; cada una está llena de
,/
do y dependiente de ia obrJ. de separar la creación de la divergencias o diversidades, ¡xro
creación. nru taoon. ddiendc un estilo, una concep-
Benito Pérez Galdós, en una Alguien, cuando tiene 25 o 27 ción del teatro globalizada que
entrc:visti1, dijo algo muv impor- Jrios, tiene una idea del teatro, luego entra en colisión con Id
tante: la crítica en gcncrJ1 es rcJc- intenta escribir, defiende, vanguardia. Todo esto cuestiona
cionaria respecto del creador; participa de esa idea, y luq¡o, sena mente la labor del crítico.
cu:1ndn juzga se bJsa casi siempre cuando tiene 50 llega a ser crittco
en asociaciones, referencias, teatral v defiende sus ideales de Otro p_roblema importante es la
conocimientos establecidos; lo cuandÓ tenía 20 o 25; por un rclaClon entre el crftico v el
quiera o no, GlSl siempre es un problema de llegar tarde, queda medio. Cuando un periódico
defensor del establishment; y más, pegado a generaciones anteriores. tiene cierta incidencia, cierta
cuando no lo es, el lector protesta. No cabe duda que mis puntos de fuerza, ocumo un fenómeno muy
En cambio, el creador, por defini- vista no son los de quienes tienen interesante, que va marcando la
ción es alguien que pone en ahora 25 o 30 años "en España. Y ambigüedad de la crítica: en gran
cuestión lo establec1do e intenta, ese es un fenómeno histórico, media a su función es desbordada
en términos ideológicos y estéti- habitual: el critico suele ser un o suplantada por la imagen del
cos, ir más allá. Hay una especie hombre mcis cons~rvador porque mediO en quo escribe. En mi caso,
de tensión entre el creador, que reproduce esquemas que pueden por citar un ejemplo, he hecho
sería quién intenta avanzar, y el ser de su juventud, mientras e! crítica en un periódico muv
crft1co q11c, en cicr~o :710do, mtcn- tc;J.tro joven intenta crear csquc- homogéneo cerno era "Triunfo'j,

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.),
y era evidente que lo que dccia creo que haya ninguna contrJJic- quisrTIO, !.1 c:-ítíc:1 como unJ.
tcníu que 'ICr con lo que JecíJ. ción, simplemente soy una expre- especie de institución, no cor:-w
Eduardo Haro hablando de oolíti- sión de {as distintas rc;::!id:1Jcs un cJ.rnoo de debate, de rctlcxión.
CJ internacional, o MJnucl históricJs que voy viviendo. Esto L1 critiCa ·:;e co!ocJbJ. cor cr.cim.J
Vizquez Montalbán sobre temas es muy propio del crítico, por eso del debate v se dccí::-. "b crític:; hJ.
de política española. Eron unas su trab.1jo es tan discutible, ?Or dicho'' como si fuera UnJ. soL:.
posiciones que en su conjunto eso nadie está de acuerdo con él. opinión. Desde esta perspectiva
cstructurJban un pcnsarmcnto, por eso las crítícas no se parecería que los críticos diver-
de tal mancrJ que era imposible SDstiencn, por eso publiciJ.r tomos gentes entran un poco en colisió01.
pensar que uno pudiera ser críti- de críticas es una ingenuidad y con l3 valoración ideal, l.J valo-
co de ''Triunfo" sin formar pJrte una puerilidad: !a crítica se mucre ración indiscutible de una deter-
de su pensamiento global. Lo que inrncdiatiJ.mentc. Un grJn crítico minJda representación u obra de
cada uno de nosotros tcníJ. como sería quien fuese cap2z Q,:_: teatro.
carcnc1a, muchas veces cstJ.ba establecer una relación entre ia Siempre ha habido un deseo de
suplido, sustituido, completado, obra artística y la sociedad de su plantear la crítica teatral como
por lo que se leía en el resto de la época, la sociedJd de su momen- algo que está por encima de la
publicación. En cambio ahora to. Por consiguiente, es una pieza diversidad. fn un momento
hago crítica en "Diario 16", un de recambio continua frente al detcnninado, Valle rndán dejó de
periódico neolibcral, abierto, creador que es una pieza que escribir para el teatro porque todo
donde se pueden leer los cosas tiene un elemento mJs de consis- el mundo le dijo que no era un
más contradictorias, y a ve-ces, tencia. Lo imfX)rtante es ver hasta autor Jc teatro; ser autor de teatro
realmente irritantes, un periódico que punto uno como critico es apJrecía como una referencia a
donde, evidentemente, L'l crítico capaz de recambiarse sucestva- un modelo fundamental y el que
tiene que defender mucho más su mentc y en qué momento tiene no se ajustaba a ese modelo no
nombre. Esta es ·una diferencia que aceptar que ha perdido la era autor de teatro. Los crítícos,
import.Jntc a tener en cucntJ.: Glpacidad de entender la dinflmi- desde esa perspectiva, eran unos
cuJ.ndo un crítico está dcfcndié·n- ca de lo que lo rodeo. tipos <juc se limitaban iJ. estudiar
dosc J partir de su firm.1, y cuan- ¿Qué crtticos son los que per- cf rT'lO<. elo e ir al teatro iJ. ver qué
do se mueve a p.:trtir del medio manecen a través del tiemoo? espectáculos se ajustaban o no a
en que escribe. Muv pocos. Podría mencionJ'r el él; si era una buena obra pero no
cjen;plo de un crítico que era cita- encJjaba en d mcddo, :--.aoía guc
OtrJ. cosa interesante es que el do en mi época con frecucnciiJ. v condenarla. Era una falacia simcs-
teatro, la expresión teatral, es una que ya nadie cita. Es el caso de tra. HJy que íntcntar comprender
expresión ffiuy dialéctica, muv Miguel Diez Canedo, un :;ran y accptcH que el critico es un ser
vinculada a una época, y difícil· crít1co español, republicano, exi- débil, inmerso en lJ lucha ideo-
mente se pueda encontrar en ct liado en México, donde fundó lógica, con sus propíJs opiniones,
campo de las actividades re!a- una cditoriol y editó varios tomos sus propias debilidades y es, por
clon.:idJs con e! tc3tro albuna rr,Js de las críticas que habría publica- tanto, un individuo m<is en la
relativa '/ .mJs _:;ociológica qu~ l.J do en Madrid. En aquel momen- socicdod teatral, que igual que el
de un cntJCO. tstc oucdc Jctcn- to, en que teníamos un frJnquis- escritor tiene un punto de vistJ
dQr una obn. duraÍ1te un .JI"lo v mo que nos ocultaba una cicrt.1 Jristotélico o brcchtiJno. Igual
cinco después at;Jcarla sin qué perspectiva del teatro, sus citico.s que hay autores conscr;Jdorcs y
sea eso una contradicción; !.1s cir- eran importantes, porque hiJ.bía reaccionarios, hav críticos conscr-
cunstancias lo llcvau a ello por- una identidad ideológica entre vo.dorcs v rCiJ.cciÓnarios. Y busc.Jr
que, en este sentido, es un per- nosotros, una coincidencia de un nivel 'cscnciJ! desde el cuJ! se
sonaje especialmente poroso d intereses. En la medida en ouc supone q~c el crítico está contem-
todos íos factores que respira su hoy la realidad esponola, por !or- plando el hecho tea trJ.l_ es una
socicdacf. Sl el ,1utor csU JT\js o tunJ, no es la misma de entonces, 1ngenuidad íJC3!ista y de origen
menos h,lCknJo su dis<:urso per- Dícz CJ.ncdo es un documento reaccionario.
sonal y está tramando sus propios interesante; uno lo lec para sJber Cuando decimos que el crítico
argumentos, dcducoo ncs, refle- en la época republicana que pudo cst5. dentro de un Compromiso,
xiones, es un hombre que ~1unquc decir de Alberti o de lorco, o de no queremos decir que deba
C'Sté en sociedad está mucho m,í.s un .1utor de su tiempo, pero se JCCptJr que !3 expresión artistica
en soledad. El cr-ítico, en dctiniti- vuelve un.::1 curiosid¡ld histórica. es un pretexto ue !.:1 expresión
va, cstJ. e;~ un cierto tn.crc:H.li!lo y Creo que, szdvo c:~sos muy excep- iJcu!ógicJ. U no de los problcnkl.S
e--so tiene sus vcntJj.ls v JcsvcntJ- ciono les, el critico de teatro, ~..:·n grJvcs cuando decimos que es
jJs. DcsvcntJjas por ·el ca de ter términos generales, está condena- una ocrson3 compromctÍdJ es
relativo y un tanto prvvisionol de do J unJ vida breve y luego, a que, haciendo una lectu:-a sim-
cualquier juicio; vcnt.ljas, por lo dcsapo.rcccr. plista Jc ].:¡ cuc>stión, i!eguc J pen-
menos para los que no querernos sarse que el criti.::o debe !imitJrsc
s.cr impcrecedcros, porque signifi- Otr.J rcncxíón: ; hJStJ. dónde e! a ver y_ ap!J.udir aquc!l.:ls obras
ca un contacto constante con 1,1 crítico es un pc~sonajc que csti que estan de ~tcuerdo con su pro-
rcalidi.!d, mucho mayor que el de como por cncimJ del conflicto? grama ideológico y condcnJr
otras ~rsonJs que ~ mueven en Una de !as grJndcs falacias. del .:::quclbs que cstJn en dcsJcucrdo.
el campo teatral. idealismo -y por qué no dec:rlo, Seria una simplificación íamcn-
He dicho muchas cosas scriJ v de las socicdJJcs domin.J.ntc-s-, h-1 tJb!c, y es ciertO que mllchos cr:ti-
sinceramente de obrJ.s que ho); sido siempre !a ilus1ón de crcJr cos, Cn rnor.-,critos difíciles v
no las diríJ, y estoy seguro que un critico por cncim.1 del cont1ic- duros, como en ia (:ooc::.. dd frar\-
cosas que digo hoy, en otra época to; la idea cr:J., me JC'...:e:-do ·J·_:c .::.: quiSr.lo, i¡.;u.:::l ~.·uc ¡:¡·uc:¡vs
no rr.c ;¡abnJn p.Hccé.J bien; no esto se hJ.biJba dur::J.nt2 el' ~:-:1:> autores que :10 crJ!L autores

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:cJtrJ.lcs sino que [)l;scab,Ht en e! qcc h~1ccn de él, en deflnitÍ'.lJ, detestables, '1 se debe a cinxuns-
tcJ.tro un cJmtno para cxprcsJr un receptor, y lo único que tJ.ncias qu'e hacen que sólo
unJ idcJ. poiítiCZl (porque cr11 uno puede decentemente hnccr es pucd2r. ser detcstJblcs? ¿Eso·itx:
de los 'JOCOS CSDJC!OS donde asumir su compromiSO y expre- contra el cmprcsar"í.o, contra el
codcr GCcir dctcr'minad:ls cosJS sar su rcflcxi\)n. gobierno, coñtra la comunidad,
\·ulnc:-ando b lcv de reunión, la i--Lly muchos valores que ~icncn contrJ Díos, contrJ quié:"\ cono
icv cic 2.S0Ó;JCÍ0n"' './ 00 Sé (UZH1tJS u¡•¡ oriscn poi_ítico, que t:cr . u:1<: 2scribe? Porque el que menos
;c:ll;s mJs), pues,' era lógico que significKion tdcológiG1 y qüc sin culpa tiene es el pobre tipo que
LHnbién :1ubicra un crítico cor¡c- cmbJ.rgo, el 99% de los cspcctJ- esta allt soportando todo un
lativo que de pronto jJlcJra esa dorcs y consumidores del hecho cúmulo ~ic conG;cioncs que están
G1pJ.cidad del autor p<HJ. utilizar tcJ.tra[ ios Jn;dizan como actos pocticamcnte determinando su
d teatro pJra expresar un discur- estrictamente poéticos, sin vis- mediocridad. Esta limitación por
so idco!Ogico; pero eso es una lumbrar !J rclacíón ideológica las circunstJnclas con que se tra-
pequeña catástrofe y corresponde que h.Jy entre esa ¡::>aética y una ba¡·a y por tanto, por el marco
a ticmoos no dcscJblcs. Tener una determinada estructura social. po Hico, es un tema que los que
actitud comprometida no si¡:;nifi- Pongamos ejemplos muy concn:- hacen teatro lo tienen muv claro v
, 1uto que, cuJnc10
cJ en Josa ' se
' en- tos: cuanto nuestro teatro conser- gue en gran medida hace~ que con
cuentre :.1n0 frente a una obrJ de vador tenía cJtorce funciones trccuencia quien hace teatro se
arte, no s.ca receptivo a una :.:.cric sem.::malcs, eso c:-a una mecánica sienta incómod0, y con razón,
de elementos que no p<;rtcncccn J J paren temen te inocente, pero frente al critico. i'oraue el come-
L1 ·;inc.Jl::!ción ínmcdí,1t.1 con el catorce funciones semanales son diante, el (¡ue hJCC teatro, !lc;la
discurso político. incompatibles con cualquier idea cncímJ, en a piel, todas esas lirrü-
Cu.:mdo decimos que el critico es de invcstig<xión o de vanguardiJ. tacioncs y se encuentra con un
un ser comprometido, J! igu.::d Traba¡·ar con Jpuntador parece, sei1or, a v'cccs acampanado de su
que el autor y el actor, i"\O nos sencil amente, un hecho mec.Jni- esposa, sentJdo en una butJca
cstJmos rcfi riendo ,1 un compro- co, pero e! Jpuntador es el enemi- que, trJnquilamcntc, se ha toma-
miso ;Joiítico. ;\ntcs comcnt.J- go de St:misbvskv y de todos los do un caté y luego esccibc que
ba:-noS, por qué un tcat;-o Jris- señores 9uc en d teJtro contcm- aquellos dcsgrJciados han estado
toté1ico o ::x:n qué un tcz1tro éoico. por<inco nan hJbiJdo de una idea muy mal. El cómico sa[x,, y tiene
Sería r:di(ulo rcnsJr, corno 'creo de organlcidad, de- una creación raión, que hay una prÓfunda
que ha ;,abido gentes que hJn del pcrsona¡c, de la fidclidod de desiguJ!dad entre él, que tiene
establecido simplificacior.cs la interpretación del actor. L..:.s que pechar con todas las limita-
según !as cuales el tc.Jtro épico salJs de teatro parecen ínoccntcs ciones de orden poCtico que le
en revolucionario v C'! Jristoté!ico v evidentemente esos ilcrmosos im¡x>nc la realidad político e 1dco- J:
;-c::::ccionJrio. En 'el tcZit<o lJ.ti- -;_,cstíbu!os v esos csccnJ.rl.os lógica de su país, y ese crítico que --
:lC'J.rr.c:ic:mo sabc:-r,os h.1sta qué pequcnísimoS implic;:m toda una llcgJ y confu:~dc a lo mc¡or ·/.
ounto eso ha c-odido hacer dJ!'lo; elección formal, en cuJnto están 0..-fanizalcs con Varso·,ria. :i
q~Jc el tcJtro 'de autor era rcJ.c- hechos mcis para el público que
cionJrio v el de crc.1ción colectiva para el espcct~1culo, y asi muchísi- Otra n;f1exión que quisiera hxcr
ncccsa:-i~{mcnt(~ popuiar y revolu- mos elementos, que siendo apa- es el ?roblema de !os niveles del
cionario. ScríJ lJ.mcntJ.blc ci.lcr c:1 rentemente neutros, inocuos, criticO. Yo vivía en Valencia cuan-
este ti ;:::o de simolificc1cioncs sin dcfi<ten u orientan en términos do leí en el ¡xcriódico ".ABC' un
cnt::::tde;- a dife~e:1tcs lecturas: ideológicos muy precisos la íamoso artículo que se llnmabJ.
Brccht ;lJ sido r-:-Jra muchos ~.:n condición teatral. Lo que ocurre "¿Por qué yo no voy al teatro?".
ejemolo de J u~Ür marxista v sin es que Lls gentes que no han esta- Me acuerdo que dije: Pues tiene
c.mb~rgo, en un momento chdo, do de 0cuerdo con esta persp-ecti- razón. por bs cosas que hay que
~cnfJ serios problemas en lJ. va idcoi(lgicJ, han luchado contiJ. ver desde una perspcctivJ ri-
U n.ión S-oviétlcJ donde en ll.Om- t1)dos estos elementos y han gurosa y exigente, no vale la
brc de! realismo sociallsta cr3 intentado trasgredir el espacio, pena, y uno enticntc porque \/al!c
considcr<ldo ;;n vanguardista de ouc h~1va una pcleJ: de C<Jtorcc lncl.:ln se fue del teJtro y entiende
•:.::r·:lc:>~ t'< '11 í¡ ~1 n 7:1, (lll'CÍII!l~'q <:;l'fll'ln;llt.:~ lw!no::~1lq.!;i1- mnchísimns cn,<-:;-¡q, 1\hnr;l, \!S ílSC-
f.~ l>j" i!,q 1:11 ,_j 1 .!IIIIJH ,1~:1 ,¡¡¡,; IHI ,J¡t ¡j 1110 1Ht~L., 1!U ltl:i !11:1:1 !:lell\<111'\1:1 )-}lllll qHtl t.:t~¡111dn
h,1y que !r ,t!
es :;diO '!!\i..i opci¡\n ,_·:.,tnct.J!lH..'rt\c dl' en::Jayo a. )():i equis mc::>es, se hd IL'atro <¡ukraj o no, porque es tu
i.(_k'Q)()',!I(.) sino 1/UC r:'.mJlcVJ tod.1 eliminado e-! apuntador y toda profcsion y tienes que ir todas las
u:~J sc.~ic de disc~Jrscs 'Jcrsnnalcs, una enorme cantidad de conquis- noches, inmediatamente c1mbía
de consiCcr.1cioncs sobre la obrJ tJs, que pnrcccn de cJrJcter pura- todo y empieza a complicarse; y
de :::-te donde se proycctJ !J mente fonnJ\ y que tienen un con- lo que Jntcs era horroroso cm-
propiJ cxpcricnciJ c.xistcnci;ll. tenido v un sentido profund;;- picz;J a ser accpt;Jb!c, y lo que
l:-·fJy muchísimos elemento:; GUC mcntc (Geológico, porque está antes era aceptable empieza a ser
forman ?<Htc de este comp~o­ .muy chro que hay uno cantidod cshmab!e, lo que era e"Stlmab!c se
miso. En todo caso, lo c;uc ct;ic:-o de revoluciones de orden poético hace bueno, y lo que era bueno
decir es que el crítico L-.5 un' indi- que no son posibles sin un cambio empieza a ser mar<:lVilloso. No es
viduo que tícnc un,1 idcJ del estructural que, J su vez, es expre- lo mismo seguir la tcrnpDraJJ de
tcJtro, una Cxp..."ricncia ocrsonal, sión de Hna rc1lid,l(.:l politic<l. ~v1.:ld rid, ror ejemplo, ..l trJVl:.S ¿C
una visión, una idea de 'Jo que d una selección de quince espectá-
cre-e que debe ser el tcalro, un X ¿Y qué tiene ésto que ver con ia culos, que aguantarse doscientos.
comprom1so ¡xcrsonal. Hay ueter- critico' Que el critico se da cuen- Cuando C'rlflk7;1' ,; ('CI!.r rnn h
mtnadas cosas que le entusias- ta. ¿Y qué hace? ¿Qué hace un gc~tc que va' J.~~~-- t~al;c~~--v ~--pa~~
man, otr::1s que le de~1n indiferen- critico cuando se da cuenta que b t1C1par en el tc:1tro de~ o t, n:~li­
te; un conjunto de rcspuestJs mttad de Ll:'\ funciones que ve son d<!d 3odal del público, y sobre

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j

toJo un público como el csp.:u\ol, muy o'7 f3.VC fcucs h.1v, nue ncJir!e ptimos, y 1,:s un;:. :1istor:J rc::r,-
' r
coso. cmoicz<J 3 tener cons-
'.J. a quien hab e de c¡lgo, que sepa y mentc fJstidiosa. Hay TUC pc-;>,SJ:
tJntcs contr;}Jiccioncs, conflictos. luego se equi·vvquc. Qué menos que el Jetar, el d.t:e:ctor o el
HJv, en ;tucstra socicdJd de la esperar de algu1en que '11 a JUZ- escritor son '2;'2rtt.:::s que c.n c:c.rto
ctet"pa Jntcrior, ejemplos muy gar el trabajo del Jetar, -:¡uc hJ. modo se dcSnudJn, h2ccn .2sc
interesantes: cunndo '1 Ei drculo estado ensayando, que ha cstJdo Jc~o fJntJ.stico de scbc:-Oia ,_. de
de tiz3. CJuGlsiano" se hJCÍJ. en el busc:1ndo una obrJ, al menos hur;¡ilcb.d que es mostrJ.r sus~ sen-
:Vbria Guerrero, rnuch.Js gentes, y frente a ese proceso de tro.bJjo, timientos, su imJ.ginario, drarr:J~
1 lo mejor yo mismo alguna vez, que tenga un cierto respeto, y ese tiwr sus contT.Jdiccioncs. Un actor
decía, ¿qué hace este "Círculo de respete:• es solo posible cuando que no sea un mentiroso es
tiZJ. ... " Jqui en el ,\b.ría Guerrero, quien habla de teatro, J.unquc se alguien que merece: el respeto
que es url teatro oficia!? Aquí no equivoque, esté lleno de referen- rrw.s ex:tr.Jordinario: se pasa variJ.s
,1 dcbcriJ. estar. DesgrJciadamcntc, cias: que cuando diga actor scpJ scrTh:l nas o vu rius meses v ere J. un
coincidimos con et Sr. Carrero lo que es un Jctor, que cuJndo personaje que lo concct'a con su
Blanco que también fue a verla y diga Brccht scoa lo que es Brccht, realidad, es un acto de gene:osi-
dijü que no debería estar y la pro- aue haya vivido, no solo observa- dad tan cxtrarodin.Jrio. Entonces
hibió, lo cual fue una de las pocJS do, que haya vivido, se haya síento un poco de vergüenza por-
ocasiones C!l que la izquierda de entusiasmado, que sea parte del que el crítico esta un poco
Madrid coinodió con el Almi- hecho te2trai. Quien no ha con- c'mboscado frente a esa gcnCwsi-
rante o Vicealmirante. vivido con el hecho teatral no dJd de los creadores de! espcc-
tiene ninguna posibilidad de tJ.cuio y utiií~l la m.:iquina cOmo
¿Cuál es, a partir de estas refle- comentClrlo. Esos scrí.:m para mí su metrallct.:1. Habría 9uc luchar
xiones, el papel o la función del dos de los primeros elementos: l.J para que el crítico, en .a medida
crítico? Para determinarlo habría li.bcrtad respo:'sable, e informa- d~ lo posible, se desnudara, se
que partir de varios supuestos, El cwn, conoc1mtento, que supone despojara en el análisis Ce la obrJ,
primero es lo famosa libertad de también- pasión y entusi<lsmo. a! menos pJra no ser emboscado
expresión. Un crítico que se sienta Quien quiera hacer crític:1 de frente Jl crcJdor escénico.
condicionado por el medio, a teatro, el primer derecho se lo
cua!qU!cr nivel, es un mrscrab!c g<1na sacritJcóndosc para ver que Otra idea tam.bié!'t imoortantc
que debe inmcdiatamcr~te dcjJr ~a es lo que hacen los compafieros, p;:1ra el critico es no tc:tcf mie:(lo a
crítica, Ll primera condición, por que para algo ensayan, para algo expresar sus emociones. HJv
lo tanto, es que cualquier elemen- traba¡an, para al¡:;o se preocupo: muchos qt.:c no cxprcs3.n su's
to que perturbe la libertad dc- parJ hacer sus funciones de cmocionc's dt2 cspc(tJ.dor. Les
bicrJ. ser suficiente para que el teatro. Partiendo de esta iníorm.:l- parece: que cklxn tener una JCti-
crítico se m3rchara. Esto no ción, de este conocimiento y Jc tud :-:-·<1s rJ.cionalistJ, JUC eso1

quiere decir que el crítico sea libre esta libertad, h.Jy un.Js cuu.ntJs debe ;...::r omitido. Dicen, 1'b obra
en términos absolutos, nadie es cosas que justificarían un poco a es esto, la obra es !o de :T\Ó.S JlLi";
1\brc, por fortuna, porgue sólo !os un crítico; primero clarihcJr su si la obrJ. !es conmovió, por ejem-
tontos lo son. El hombre norrnzd punto de partida, puesto que plo, es un fJctor que en muchos
es libre cor:npro~ctido, for lo toda crítica signífica una consi- no aparece. Los autores de críticJ.
tanto, manc¡a su hbcrtad, 10 otro deración sobre muchas cosJ.s. Un sin tCrn¡:x:ratiJra. son como críticos
es cstJr fuera de la realidad. Creo crítico que qUJera esconder el sitio de pcsco.dos, no de :cx:rson.Js. L1
que efectivamente d critico tiene que ocupa pa~a ganar en autori~ crúi'c:.1 tiene que tener' tc:mc-(:ratur3
nuc
.1
ser alo·ui,cn
.::J
:-csoonsab!e
'
de su dad, es un m1scrable, Hay que y ;:d critico, ~~·na vez que 2Sumc su
libertad y cea libertad no la p<Jn- marcar ci sitio que uno ocupJ. y papel de no JUCZ, de nombre com-
dd en manos de nadie. desde ahí ser aceptado o rcchJza- prometido, no ticr.c que prcocu-
Un segundo tema e-s el fJmoso do, Por lo tanto, asumido el caróc- Darlc en Jbso!uto sino ,1l contrwrio,
lCmJ de !a (orm,lcí('H1 o informaM tcr consecuente de su juicio debe incorporJr !.J. emoción corno
ción. Hov, por cjcntplo, v supon- tcJ.trJI, !os juicios estéticos Je una parte Jc su (uicio, puesto que el
go que mu'chos países ~ivcrl esa obra teatraL son consccucnci.J de- autor hJ querido cmocionJ.r y con-
tngc-dia, hJy muchos muchJ.chos una posición históricu, del ticmoo mover. y t.!rt critico que c!imiru 1:1
que llegan Jl periódico y los divi- en que se vive. Y si tcn¡:;o una Jls- emoción es un critico CJstr:Ido, es
den, 1a mrtJd a sucesos y la cus1ón con mi hi¡·a, es fundJmen- un mutibdo.
mitJd J crític-:1 teatral. Entonces, ta! que sepamos os dos que ni yo
uno pucd,~: ver, de pronto, las ni cfla tenemos la razón, que en b Otro clcm(:nto es ct respeto pc:r~
1J ' rnJyorcs barb<:irídadcs, porque medidJ en que ella tiene JO a1~os sonal a los crc:J.dorcs del espec-
son gentes sin ninguna experien- menos que yo, su punto de vistCl, táculo. Puedo decir que un CS""cc~
t cia, ninguna (orm.:lción, que han su experiencia, su .1sistencL1 al táculo no me ha int·::::rcsJdo v
oído vJ-gJmcntc cJmpZlnas, que tcotro son distint:1s y es muy lógi- puedo hacer mi argumcnt<Jciór\,
tienen el sentimiento de que co v muv desc.1b!c dialcctic,:_¡- lo c1uc no da derecho J cs.1 cJnti~
cuJnto más a·.,.rcsivos sean más meÓtc qúc tenga un punto de daa de críticos que :nclt.:yr::::n ~a
afirman su identidad, que lo vista distinto al mio, y que nJ.dic falta de rcsocto '' de consi-
único que han JprcndiJo es que J. vcng.1 a dc:cir donJc está la crítica deración pCrsonzÍl hJ.cia el
más duro mc¡or periodista, y csJ y b verdad Jbsoluta, creJdor. :"v{uchísimos críticos
mezcla de durcZZl e lgnorJncia tienen su fund.Jmcnto en la
produce un sujeto cspJntoso que Otro tc:rr,J. que me p.Jrccc impor- humillación del 3u~or, del J.ctor, y
va J los tC3tros con vo!untZid tJntc es que el crítico debe intc:~­ es !J:-:lcnt:J.blc cu12 ~3va t:.:nta
inccndiz.;.ria y cuJnto m.is demole..,_ t.ar Jr;iesg:Jrsc- frente al lector. Es gente que ejcrz.J':,J crft{cJ como
dar es mJ.s J.firma su pcrsonJ.li- un tc:nJ IJUC \r'.uchos, vo :.::l c..;\cr:::-.::;:o C. e r.t..::-r__:_l:.::c:Dn.
dJJ y su intelecto. Es·,) es J.i,;;o ?rimero, J, :ner:.udo :10 ..-C:.l:-11-

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c:-iticJ como un instíumcnto de pasa con los ioc.:llcs. El critico no ;\L:lnizalcs con París, Bogotá con
poder sino al contrJrio, es una es un marciano que vicr.c a hacer- Varsovia. El crítico ~icnc que
;:-cspDnsJbili(.bd, es un,:¡ fastidios.J. nos !a puilcta. saber aue ;¡JV una historiJ Cct
cor,;l; (~:JC'fl'!' opinJr ·!e al,;_;o C"S nl.::ÍS tcat;-o ·i si ·.·ó :;~cdo :, a ~a:-:s,
qu1: í<!(hin_ Cu;JI\d() ·:r~J 1.-:;,J'¡ ;;r-·n!r_. .) Otra yosic:cJn interesante scr!a puedo 'ir a \'Jr5o·::J, pc:c·:io r: a.
que c:;cnlx:n críti~J con l'~->J dJcgría, oceplar el cadcter menor, de Bcriín, v Jcsarro1lo t.:na dctcr-;n¡-
con esa SJtJsbcoon, son como scu~ retlcxrón IJngcncial, un tanto de nada v(sión dd teatro moderno,
dopolíticos, como J!¿:;uicn que les agitJción. El critico no es un pro- si vov a a Manizalcs v vov a un
r;ustaria tener mando político y a tagonista. El crítico no puede ser galpon ' donde una gente ' '
estupen-
(alta de C! utilizan L1 críticn .:omo si ce m o esos árbitros de los partidos da está haciendo una obra encima
s.cntcnciJran. Y eso se not<J. ocrfc..'\:~ de fútbol donde al final sólo se de unos cajones de jabón, ·...-o no
tamcntc en la lectura de muchos habla del árbitro v no se habla del soy el de r arís o el de Berlín; o
textos; es cuJndo se siente que el partido ni de loS que juegan. El soy el de Manizalcs o SDy un des~
critico c¡crcc el poder en lugJr de crítico no es el sujeto, lo son los graciado. El teatro está lleno de
sentir que se confronta o se creo dores. El critico es un elemen- críticos que arrastrJn su experi-
enfrenta con el espccticulo. Es fatal to tang;cnciJl, debe ser un elemen- encia, digamos cosmopo'lita,
la considcrJciOn de !a crític.1 como to estrmulantc. Estas luchas de tienen el nivel de sus mayores
ejercicio personal de poder. cie-rtos críticos por ser los prota- cxpcríencias y allá donde van
gonistas y que al final sea más establecen una confrontación
Otro tema fundamcntJ.l es vívir tmportonte sobcr l.o que ho dicho entre lo que cilos consideran los
desde dentro iJ reolidJd tmtral. un señor de una obra que la obra "techos" del teatro mundial vio
El crítico, quiérJ!o o no, tiene que misma; subversión estúpida. que ven. Eso es un disparate v,
saber qué pc1SJ con el Ministro de desgraciadamente, hay much'a
Cultura, qué p,1sa con L1s Sllbvcn- Y una última consideración: hay gente que lo hace, y qGc lo hace
cioncs, qu(· po:;ibi\icLldc:~ tienen que tener en cuenta, hasta donde con mucho gusto, porque es la
los actores ac ensayar; tiene que scJ posrblc, IJ historia del teatro y mancrJ de que sepamos que ha
saber qué está pasando con !a lo rcalidod social en que se pro- estado en Parfs, en Varsovia ven
política tcat;:d de un país, qué duce. HJ.y que evitar confundir Berlín.~ '

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