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“ELABORACIÓN DE PRODUCTOS DE LA REGIÓN PARA

EXPORTACIÓN”

I. INTRODUCCIÓN

La cantidad o diversidad de recursos que posee un país o región, no garantiza el


desarrollo que dicha sociedad pueda llegar a alcanzar. La gran diferencia radica en
el aprovechamiento inteligente de esos recursos, y la visión que permita detectar
las nuevas oportunidades que ofrece un mundo cada vez más globalizado e
integrado. Dentro de este pensamiento, nace la idea de desarrollar un alimento
elaborado a partir de algas, un recurso que Piura posee por su privilegiada
geografía y cuya explotación con fines alimenticios se limita solo al secado y
posterior comercialización. Es por esto que se hace necesario aportar un valor
agregado a este recurso, y la manera de hacerlo es a través de un proceso
productivo que lo transforme en un bien comercial, nutricional y sensorialmente
apetecible. Esto último se logra atendiendo las necesidades actuales de la
población según sus hábitos de consumo, ofreciéndoles un alimento que no
requiera preparación. Sin embargo, los Piuranos no está acostumbrada a consumir
productos a base algas, por lo que el mercado objetivo es Asia; al otro lado del
océano, que además de sustentar el crecimiento del recurso se convierte en la
plataforma para su despegue. Presenta la labor realizada del desarrollo de un
“snack”, la determinación de su vida útil comercial, la elección del envase, el
diseño del proceso y la factibilidad técnica-económica de producirlo.

1.1 CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS ALGAS:


Las algas marinas se han utilizado como alimento humano desde la
antigüedad, especialmente en China, la península de Corea y el Japón. Esta es la
base comercial de la industria alimentaria de las algas marinas. Hoy en día, estos
países son los mayores consumidores de algas marinas como alimento y sus
necesidades constituyen la base para una industria que recolecta seis millones de
toneladas de algas frescas al año en todo el mundo, por un valor de unos 5.000
millones de dólares EE.UU. (FAO, 2002). En Japón muchos de los guisos llevan
algas, los más comunes son el nori, el wakame y el kombu. Las algas destacan por
su alto poder nutritivo y su escaso contenido en grasa y calorías. Además, poseen
fibra, reducen el nivel de colesterol y disponen de altas concentraciones de
vitaminas A, B, C, D, E y K, aunque también, en menor medida, de vitamina B12. La
situación de recursos algales en Perú presenta una distribución a lo largo de toda
la costa. Esto permite fundamentar que un proceso productivo se puede sustentar
en relación con el abastecimiento de materia prima, lo que posibilita el desarrollo
de un producto alimenticio que le otorgue un valor agregado a las algas, que hasta
el momento en algunos lugares solo se comercializan como alimentos secos, o
como materia prima para elaborar carragenina y agar-agar.
1.2 Escenario del alga a utilizar como materia prima: La elección de un alga en
particular, para desarrollar un alimento de consumo humano, se orienta a las
necesidades y costumbres de los consumidores del mercado meta u objetivo, en
este caso la población asiática; debido a que estos son los principales
consumidores mundiales de algas. Se elige el alga huiro por dos razones
fundamentales:
- Por su similitud a un alga de consumo masivo y aprobado por los asiáticos,
como es el Kombu (Laminaria japónica), ya que ambos pertenecen a la orden de
las Laminarias.
- Por la disponibilidad de biomasa del alga durante todo el año. El nombre
científico del alga es Macrocystis pyrifera, comúnmente denominada “huiro”,
“sargazo”, “chascón” o conocido en inglés como “kelp”. Es un alga perteneciente a
la división Phaeophyta, más conocida como algas pardas.
La clasificación sistemática del huiro es:
División: Phaeophyta
Orden: Laminariales
Familia: Lessoniaceae
Género: Macrocystis
Especie: Macrocystis pyrifera (Linnaeus) C. Agardh, 1820.
Especies de Macrocystis son bastantes comunes a lo largo de la costa Peruana,
formando generalmente pequeñas praderas en áreas relativamente calmas,
crecen sobre piedras o bloques de regular tamaño, hasta profundidades no
superiores a los 8 - 10 metros, la cual se utilizará para elaborar la harina de huiro
para la formulación del “snack”.

1.2 CARACTERÍSTICAS DE LAS OTRAS MATERIAS PRIMAS

El “snack” además de contener como ingrediente preponderante harina de


huiro, contiene además los siguientes ingredientes:

- Harina de arroz: La harina de arroz es un alimento hecho sólo en base a arroz,


por lo que es apto para la dieta de personas que tienen intolerancia al gluten.

- Almidón de papa: El almidón de papa es utilizado como un ingrediente


espesador e integrador para uso en pastelería. Por su capacidad de retener más
agua que otras harinas, prolonga la vida útil de los productos de pastelería. La
diferencia entre la harina y el almidón de papa, es que la harina se obtiene de la
molienda del tubérculo entero, en cambio almidón se obtiene después de romper
el tejido y deshidratar el extracto líquido obtenido (ISI, 2006). Su acción es
principalmente tiernizante, ya que incrementa la cantidad de carbohidratos sin
aumentar la cantidad de proteínas, lo que favorece el esponjamiento del producto
(Sultan, 1965).

- Huevo: La yema de huevo es rica en grasa y lecitina, y son esos componentes,


los que han hecho del huevo un ingrediente tradicional en galletas. En el batido
tipo esponja es necesario tener una espuma estable, la espuma atrapa burbujas de
aire, las que se expanden cuando se aplica calor. El huevo entero contiene una
humedad aproximada de 75%. Tiene también la capacidad de enlazar y retener
agua, ayudando a evitar el añejamiento de los productos (Manley, 1983, Sultan,
1965). 6

- Margarina: La margarina se obtiene por hidrogenación y transesterificación


de aceites, principalmente de soya y girasol; logrando la solidificación y untabilidad
de estas materias grasas. Su función en la masa es actuar como emulsificante,
contribuir al sabor y evitar el endurecimiento del producto al lubricar la masa
durante la mezcla (Matz y Matz, 1980).

- Lecitina de soya: Corresponde a un aditivo alimentario de efecto texturizante,


el cual al disminuir la tensión interfasial es capaz de formar sistemas finamente
dispersos, a partir de fases no miscibles. En la panificación el efecto de un
emulsificante comienza con el amasijo, por sus propiedades tensioactivas, y
termina con el consumo, al retardar el envejecimiento del producto terminado. Se
mejora la afinidad con las máquinas durante el amasijo, reduciendo su tiempo y
velocidad, con el respectivo ahorro de energía. Facilita también la distribución final
del aire en la masa, mejorando la porosidad y textura (Schmidt-Hebbel, 1990).

- Azúcar: Proporciona dulzor, entrega volumen al producto y modifica la


textura actuando como tiernizante, además es un agente preservante y
saborizante.

- Agua: El agua utilizada posee efectos en la masa, por esta razón es


considerada como catalizador debido a que permite que ocurran cambios en los
otros ingredientes, por ejemplo, para formar la masa y para obtener un producto
rígido y texturizado después del horneo (Manley, 1983).

1.3 GENERALIDADES DEL MERCADO OBJETIVO

Japón es un país donde tradición y modernidad se combinan en alto grado.


Esto también sucede en la comida: a pesar del mantenimiento de las costumbres
culinarias, las necesidades y/o preferencias del consumidor japonés varían
rápidamente, y hoy día algunas oportunidades para introducir nuevos productos
pasan por el ofrecer alimentos conocidos con algún valor añadido. Como cada vez
resulta más difícil competir en aspectos como la cantidad y el precio, existen otras
áreas donde se pueden diferenciar los productos ofertados: añadiendo nuevas
características (presentación y comodidad); o garantías e información adicional,
haciendo hincapié en la autenticidad y origen del producto, así como en la
ausencia de aditivos. Japón es el principal importador de algas para consumo
humano, debido a la falta de espacio físico que posee para cultivarlas, y a que las
algas forman parte de su dieta diaria; se estima que llegan a consumir entre 2,5 y 3
kilos de alga mensual por habitante (Bilbao, 2002).

1.2.1 Aspectos culturales de la alimentación oriental Actualmente la


occidentalización de oriente ha provocado la internacionalización de la economía
japonesa y el aumento de sus importaciones, incluidos los productos del mar.
Además, los cambios sociales (la integración de la mujer en el mundo laboral y las
familias unipersonales) han modificado la demanda, orientándola hacia productos
fáciles de cocinar y consumir. Ejemplos de nuevos alimentos asiáticos elaborados a
partir de productos marinos aparecidos en la pasada década son:

• Productos con DHA y EPA añadidos

• Productos más sanos (con menos sal, grasas, o calcio añadido)

• “snacks” de pescado y algas. Se define un “snack” como una comida ligera o


un alimento que se ingiere entre comidas regulares (Bilbao, 2002).

1.4 VIDA UTIL

La vida útil es el período de tiempo en el cual un alimento es seguro para el


consumo y tiene una calidad aceptable para los consumidores (Labuza, 1982). La
vida útil de un alimento representa también aquel período de tiempo durante el
cual el alimento se conserva apto para el consumo desde el punto de vista
sanitario, manteniendo las características sensoriales, funcionales y nutricionales
por encima de los límites de calidad previamente establecidos como aceptables.
Un estudio de vida útil consiste en realizar una serie de controles preestablecidos
en el tiempo, de acuerdo con una frecuencia establecida, hasta alcanzar el
deterioro elegido como limitante o hasta alcanzar los límites prefijados. Los puntos
claves al diseñar un ensayo de vida útil son el tiempo durante el cual se va a
realizar el estudio siguiendo una determinada frecuencia de muestreo y los
controles que se van a llevar a cabo sobre el producto hasta que presente un
deterioro importante. Generalmente se cuenta con poca información previa, por
lo que se deben programar controles simultáneos de calidad microbiológica,
fisicoquímica y sensorial (Hough y col., 2005).

II. CONTENIDO

2.1 DESCRIPCION Elaborar una galleta tipo “snack” en base a algas comestibles,
específicamente huiro (Macrocystis pyrifera), orientado al mercado asiático.

2.2 OBJETIVOS ESPECIFICOS


Desarrollar una galleta tipo “snack” en base a algas pardas comestibles,
específicamente huiro (Macrocystis pyrifera).
- Elegir el envase más adecuado para este producto.
- Diseñar el proceso.
- Determinar la vida útil del producto.
- Determinar la factibilidad técnica-económica del proceso.
1. LA INDUSTRIA1 DE LAS ALGAS MARINAS: RESEÑA

Se ha documentado que las algas marinas se utilizaban como alimento ya en el


siglo IV en el Japón y en el siglo VI en China. Hoy en día, esos dos países y la
República de Corea son los mayores consumidores de algas marinas como
alimento y sus necesidades constituyen la base para una industria que recolecta
seis millones de toneladas de algas frescas al año en todo el mundo, por un valor
de unos 5 000 millones de dólares EE.UU.

Durante los 50 últimos años, la demanda ha crecido más rápida que la


capacidad para satisfacer las necesidades con las existencias de algas naturales
(silvestres). La investigación sobre el ciclo vital de las algas ha propiciado el
desarrollo de industrias dedicadas a su cultivo, que actualmente cubren más del 90
por ciento de la demanda del mercado.

China es el principal productor de algas marinas comestibles, con unos cinco


millones de toneladas. La mayor parte de esta cantidad corresponde al kombu,
producido a partir de Laminaria japonica cuyo cultivo en cuerdas suspendidas
ocupa cientos de hectáreas en el océano. La República de Corea cultiva unas 800
000 toneladas de tres especies diferentes, el 50 por ciento de las cuales
corresponde al wakame, producido a partir de Undaria pinnatifida cuyo cultivo es
similar al de Laminaria en China. La producción japonesa asciende a unas 600 000
toneladas, de las que el 75 por ciento corresponde al nori, producido a partir de
especies de Porphyra; se trata de un producto de gran valor (unos 16 000 dólares
EE.UU. por tonelada), en comparación con el kombu (2 800 dólares EE.UU.) y el
wakame (6 900 dólares EE.UU.).

El alginato, el agar y la carragenina son espesantes y gelificantes que se


extraen de las algas marinas y constituyen la base principal de los usos industriales
de éstas. La utilización de las algas marinas como fuente de esos hidrocoloides se
remonta a 1658, cuando se descubrieron en el Japón las propiedades gelificantes
del agar, extraído mediante agua caliente de un alga roja. Los extractos de musgo
perlado, que es otra alga marina, contienen carragenina y fueron muy utilizados
como espesantes en el siglo XIX, mientras que las extractos de algas pardas no
empezaron a producirse comercialmente y a venderse como espesantes y
gelificantes hasta el decenio de 1930. Los usos industriales de los extractos de
algas marinas se expandieron rápidamente después de la segunda guerra mundial,
aunque en ocasiones estuvieron limitados por la disponibilidad de materias
primas.

En la actualidad se recolecta aproximadamente un millón de toneladas de


algas frescas de las que se obtienen extractos para producir los tres hidrocoloides
antes mencionados. Se producen en total 55 000 toneladas de hidrocoloides por
un valor de 585 millones de dólares EE.UU.

La producción de alginato (213 millones de dólares EE.UU.) se realiza a partir


de extractos de algas pardas, recolectadas en su totalidad; resulta demasiado
costoso cultivar algas pardas para obtener materias primas destinadas a usos
industriales.

La producción de agar (132 millones de dólares EE.UU.) se realiza


principalmente a partir de dos tipos de algas rojas, uno de los cuales se cultiva
desde 1960 o 1970, pero en una escala mucho más amplia desde 1990, y ello ha
permitido la expansión de esta industria.

La producción de carragenina (240 millones de dólares EE.UU.) se basaba al


principio en las algas marinas silvestres, en particular el musgo perlado, que es una
pequeña alga que crece en aguas frías con una base de recursos limitada. Sin
embargo, desde los primeros años del decenio de 1970 la industria ha crecido
rápidamente a causa de la disponibilidad de otras algas que contienen
carragenina, cultivadas con éxito en países de aguas templadas con bajos costos
de mano de obra. En la actualidad, la mayor parte de las algas utilizadas para
producir carragenina son cultivadas, aunque sigue habiendo una pequeña
demanda de musgo perlado y de algunas otras especies silvestres de América del
Sur.

En el decenio de 1960, Noruega fue el primer país en producir harina de algas,


hecha con algas pardas desecadas y en polvo, que se utiliza como aditivo para
piensos. La desecación suele hacerse en hornos alimentados con petróleo, por lo
que el precio del crudo influye en su costo. Anualmente se recolectan unas 50 000
toneladas de algas marinas frescas, con las que se fabrican 10 000 toneladas de
harina de algas por un valor de cinco millones de dólares EE.UU.

El valor total de los productos industriales derivados de las algas marinas es de


590 millones de dólares EE.UU.

El valor total de todos los productos de la industria de las algas marinas se


estima en 5 600 millones de dólares EE.UU.

2. INFORMACIÓN SOBRE LAS ALGAS MARINAS

Las algas marinas pueden clasificarse en tres grandes grupos basados en su


color: pardas, rojas y verdes. Los botánicos denominan a estos grandes grupos
feofíceas, rodofíceas y clorofíceas, respectivamente. Las algas pardas suelen ser
grandes y comprenden desde el gran kelp que a menudo mide 20 metros de
longitud, hasta las especies más pequeñas de 30 a 60 cm, pasando por algas
gruesas y coriáceas de dos a cuatro metros. Las algas rojas suelen ser más
pequeñas, y por lo general su longitud varía de unos pocos centímetros a un
metro; pero las algas rojas no siempre son rojas: a veces son de color púrpura, e
incluso de color rojo pardusco, pero a pesar de ello los botánicos las clasifican
como rodofíceas debido a otras características. Las algas verdes son también
pequeñas, y el margen de variación de sus dimensiones es similar al de las algas
rojas.

Las algas marinas reciben también el nombre de macroalgas, para distinguirlas


de las microalgas, de tamaño microscópico, que suelen ser unicelulares y son
conocidas sobre todo por las algas de color azul verdoso que a veces proliferan en
ríos y corrientes y los contaminan.

Las algas marinas que crecen en estado natural se denominan en ocasiones


algas silvestres, para diferenciarlas de las algas que se cultivan.

2.1 Las algas marinas como alimento

Las algas marinas se han utilizado como alimento humano desde la


antigüedad, especialmente en China, la península de Corea y el Japón. Al emigrar a
otras regiones, los naturales de esos países han llevado este uso de las algas
marinas a sus nuevos países, por lo que pueden encontrarse productos a base de
algas saladas, desecadas y frescas en casi todas las partes del mundo. Esta es la
base comercial de la industria alimentaria de las algas marinas.

Las poblaciones costeras de muchos países consumen también algas marinas,


unas veces como parte de formas de vida basadas en una economía de
subsistencia y otras como ingrediente habitual de ciertos tipos de ensalada,
especialmente en Hawai y los países más cálidos del Asia sudoriental, como por
ejemplo Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia. Estos productos se recolectan y
venden localmente, y no se conoce su volumen ni su valor.

Las tres algas marinas más importantes utilizadas como alimento humano son
varias especies de Porphyra (cuyo nombre vulgar en el Japón es
nori), Laminaria(kombu) y Undaria (wakame). En los últimos años Porphyra ha
figurado en las estadísticas japonesas sobre pesca como la tercera captura en
orden de importancia. Estas tres algas se obtenían al principio de especies
silvestres, pero en la actualidad sólo es posible cubrir la demanda utilizando
métodos de cultivo en gran escala. Porphyra está clasificada como un alga roja,
mientras que Laminaria y Undaria son algas pardas.

El ciclo vital de Porphyra es complejo y sólo fue dilucidado en el decenio de


1950 por un ficólogo británico. Esto dio lugar a una rápida expansión de la
industria del nori, primero en el Japón y más tarde en China y República de Corea.
El nori se vende en paquetes (de unos 30 g) de hojas finas, de 10 a 12 cm2,
normalmente sin cocer o ligeramente horneadas, y se utiliza para formar el
envoltorio exterior del sushi. A veces se come cocido y salado como aperitivo o
espolvoreado sobre el arroz o los fideos. Tiene un contenido elevado de valiosas
proteínas comestibles.
Se estima que la producción anual es de 90 000 toneladas de peso en seco y
que su valor asciende a 1 460 millones de dólares EE.UU.

Las especies de Laminaria se cultivaron por vez primera en el Japón, pero en el


decenio de 1950 científicos chinos lograron reducir el tiempo de cultivo de dos
años a uno solo, y la producción china creció hasta superar 1,5 millones de
toneladas anuales de algas frescas. La mayor parte de esta producción se deseca y
se consume como kombu en las provincias costeras, y el resto se utiliza para
producir alginato. Sin embargo, el costo del cultivo es elevado y aunque el precio
que se obtiene de su venta como alimento (unos 3 000 dólares EE.UU. por
tonelada de peso en seco) compensa esa diferencia, no es competitivo en un
mercado abierto de alginato en el que el costo de la materia prima debe situarse
en unos 500 dólares EE.UU. por tonelada de peso en seco, por lo que la industria
china del alginato necesita utilizar especies silvestres, a menudo importadas. El
kombu se utiliza en una gran variedad de platos de sopas, como ingrediente de un
estofado japonés, para hacer encurtidos y como té.

Se cultiva en gran escala sobre todo en el Japón y China, y en menor medida en


República de Corea. La producción mundial se estima en algo más de un millón de
toneladas de peso en seco, con un valor de 3 000 millones de dólares EE.UU.

La Undaria es especialmente apreciada en la República de Corea, donde se


cultiva en una escala mayor que en otros países. Se trata de un alga menos gruesa
y más delicada que el kombu. Suele prepararse y comercializarse en forma de un
producto blanqueado y salado, que se almacena a -10 grados Celsius antes de su
venta. Se consume desalándolo en agua y se utiliza sobre todo en sopas; en la
República de Corea se utiliza más wakame, con lo que se obtiene una sopa mucho
más espesa que en el Japón. Algunos productos elaborados a base de wakame se
comercializan como alimentos instantáneos.

La producción de Undaria, en su mayor parte cultivada pero también en parte


silvestre, es de unas 33 000 toneladas de peso en seco, y su valor asciende a 230
millones de dólares EE.UU.

En el último decenio, algunas instituciones francesas de investigación y


desarrollo han hecho un esfuerzo considerable para elaborar productos
comestibles de algas marinas con objeto de introducirlos en la dieta y el mercado
europeos.

2.2 Las algas marinas como fuente de hidrocoloides

Las paredes celulares de las algas marinas contienen polisacáridos de cadena


larga, lo que da flexibilidad a las algas y les permite adaptarse a la variedad de
movimientos de las aguas en las que crecen. Por ejemplo, algunas algas pardas
crecen sujetas a las rocas en aguas muy turbulentas, por lo que han de tener una
gran flexibilidad para sobrevivir; estas algas contienen una cantidad mayor de ese
tipo de polisacáridos que las algas pardas que crecen en aguas tranquilas. Esos
polisacáridos se denominan hidrocoloides porque cuando se dispersan en el agua
dan una disolución con propiedades coloidales. Los polisacáridos de otras fuentes,
como por ejemplo las plantas terrestres, se comportan de forma similar, por lo
que a veces se utiliza el término “ficocoloides” para distinguir a los hidrocoloides
derivados de las algas marinas (de ficocología, estudio de las algas, incluidas las
algas marinas).

Cuando se dispersan en el agua, los hidrocoloides aumentan la viscosidad, por


lo que tienen muchas aplicaciones como agentes espesantes. En ciertas
condiciones forman también geles, y esta propiedad es útil para otras aplicaciones.
Las propiedades coloidales de las algas permiten utilizarlas con otros fines en los
que su modo de actuación es menos fácil de determinar; por ejemplo, el
hidrocoloide derivado de las algas pardas suele añadirse al helado, para impedir la
formación de cristales de hielo cuando el helado se funde parcialmente y se vuelve
a congelar (en el camino del supermercado al hogar).

Los hidrocoloides de importancia comercial obtenidos a partir de las algas


marinas son el alginato, el agar y la carragenina.

El polisacárido que contienen las algas pardas es el ácido algínico, presente en


forma de sus sales de sodio, potasio, magnesio y calcio (científicamente hablando,
el ácido algínico es un ácido carboxílico). Las algas rojas contienen una variedad de
polisacáridos, pero los que tienen importancia comercial son el agar y la
carragenina; se denominan polisacáridos sulfatados porque contienen grupos
sulfónicos con carga negativa que se combinan en las algas marinas con un ion de
carga positiva como los que se encuentran en el ácido algínico.

2.3 Las algas pardas como fuente de alginato

Todas las algas pardas contienen alginato, pero hay grandes diferencias en la
cantidad y calidad del alginato presente. Un alga comercial debe contener en
torno al 20 por ciento de su peso en seco de alginato. La calidad del alginato se
basa en la viscosidad que producirá disuelto en agua al uno por ciento; cuanto
mayor es la viscosidad mayor se considera la calidad. Las algas pardas que crecen
en aguas frías suelen producir un alginato de buena calidad, mientras que las que
crecen en aguas entre templadas y tropicales producen a menudo un alginato de
poca viscosidad.

Las principales fuentes comerciales son las especies


de Ascophyllum y Laminaria (Europa), Lessonia (América del Sur),
Ecklonia (Sudáfrica), Durvillaea (Australia y Chile) y Macrocystis (California y Baja
California). Las especies de Sargassum y Turbinaria se recolectan en aguas más
cálidas, pero normalmente sólo producen pequeñas cantidades de alginato de
calidad inferior.

Los alginatos se utilizan como espesantes de alimentos y productos


farmacéuticos y en la estampación de tejidos. Si se añade una sal de calcio a una
disolución de alginato sódico, se forma un gel, y esta propiedad tiene aplicaciones
en la industria alimentaria y en otras ramas de producción. También se puede
obtener alginato cálcico en forma de fibras que se utilizan para fabricar vendajes
quirúrgicos.

Todas las materias primas para la producción de alginato son algas marinas
silvestres, a excepción de algunas utilizadas en China donde los excedentes
de Laminaria japonica, cultivada con fines alimentarios, se utilizan para extraer
alginato. Se recolectan unas 85 000 toneladas de peso en seco, de las que se
obtienen 23 000 toneladas de alginato por un valor de 211 millones de dólares
EE.UU. Hay nueve grandes productores, y probablemente otros 20 productores
menos importantes, muchos de ellos ubicados en China. Sin embargo, dos
productores representan el 60 por ciento como mínimo de la producción total. En
los 20 últimos años la industria ha crecido entre un tres y un cuatro por ciento al
año, pero en algunos años este crecimiento se ha reducido a cero debido a la
escasez de materias primas provocada por El Niño y a la competencia de otros
hidrocoloides. Puede que la creciente utilización en las industrias cosmética,
farmacéutica y biotecnológica permita mantener esta tasa de crecimiento.

2.4 Las algas rojas como fuente de agar

Hay dos fuentes principales de algas marinas para la industria mundial del
agar: las especies de Gelidium y Gracilaria. Las especies de Gelidium, que fueron la
fuente original, procedían en otros tiempos del Japón, pero la escasez registrada
durante la segunda guerra mundial impulsó la búsqueda de otras materias primas.
Se comprobó que las especies de Gracilaria eran adecuadas si se trataban primero
con un álcali. El agar de mejor calidad (gel más concentrado) es el derivado
de Gelidium, pero sólo puede obtenerse de especies silvestres; se trata de un alga
pequeña que crece lentamente, y los intentos de cultivarla no han sido
comercialmente viables. Las especies de Gracilaria son algas de mayor tamaño y se
han cultivado con éxito, por lo que en la actualidad constituyen la principal fuente
de agar (el 65 por ciento aproximadamente).

El cultivo de Gracilaria ha prosperado especialmente en Chile, pero existen


especies de esta alga tanto silvestres como cultivadas en la Argentina, Sudáfrica, el
Japón, Indonesia, Filipinas, China y la India. La demanda de Gelidium es siempre
elevada, por lo que cuando es posible se recolecta, siendo los principales países
proveedores España, Portugal, Marruecos, el Japón, República de Corea, China,
Chile y Sudáfrica. Otras fuentes secundarias de materia prima para la producción
de agar son las especies de Pterocladia (una pequeña alga similar a Gelidium, que
se recolecta en las Azores y Nueva Zelandia) y Gelidiella (India, Egipto y
Madagascar).

Anualmente se extraen 55 000 toneladas (peso en seco) de algas marinas con


las que se producen 7 500 toneladas de agar por un valor de 132 millones de
dólares EE.UU. Chile, España y el Japón producen el 60 por ciento del total de agar.
Hay 30 productores conocidos y se estima que podría haber otros 20 productores
menores. El desarrollo de nuevas aplicaciones es lento y la tasa de crecimiento de
la industria del agar se estima en el uno ó dos por ciento al año, muy similar al de
los últimos treinta años.

2.5 Las algas rojas como fuente de carragenina

El musgo perlado (Chondrus crispus) fue la fuente original de carragenina, y


hasta finales del decenio de 1960 la disponibilidad de fuentes silvestres de esta
alga, que se da mejor en aguas frías, como las de las costas de Irlanda y Nueva
Escocia, limitó la expansión de esta industria. El cultivo de Chondrus en tanques
resultaba demasiado costoso, pero desde el decenio de 1970 se cultivan con gran
éxito otras especies de aguas cálidas, como Kappaphycus alvarezii (también
llamada cottonii) y Eucheuma denticulatum (spinosum), que actualmente son las
principales materias primas utilizadas para producir carragenina.

El cultivo de estas dos últimas especies se inició en Filipinas pero se ha


extendido después a otros países de aguas cálidas con bajos costos de mano de
obra, entre ellos Indonesia y la República Unida de Tanzanía (Zanzíbar). Las
empresas que se dedican a la extracción de carragenina están promoviendo
activamente el cultivo en otras zonas, como la India, África y las islas del Pacífico.
Estas dos especies representan actualmente el 85 por ciento de la materia prima
utilizada por la industria, mientras que Chondrus (procedente del Canadá, Francia,
España, Portugal y República de Corea) representa el cinco por ciento y las
especies de Gigartina, procedentes de Chile, Marruecos y México, representan el
10 por ciento restante.

El consumo total de materias primas asciende a unas 150 000 toneladas de


algas marinas (peso en seco), de las que se obtienen 28 000 toneladas de
carragenina por un valor de 270 millones de dólares EE.UU. Hay 24 productores
reconocidos de carragenina y tal vez otros 10 productores menores. Sin embargo,
el 65 por ciento de la producción total corresponde a tres empresas. Los
productores están esforzándose en promover nuevas aplicaciones y el crecimiento
anual en los 15 últimos años se ha situado en un ocho por ciento
aproximadamente. Se estima que en los cinco próximos años el crecimiento anual
será de un cinco por ciento aproximadamente.

2.6 Otros usos de las algas marinas

Las algas marinas se utilizan desde hace tiempo como aditivos para suelos,
principalmente en zonas costeras donde es fácil transportar las algas frescas o
parcialmente desecadas a la zona que ha de fertilizarse. Las algas marinas actúan
como acondicionador del suelo por su alto contenido de fibra y como fertilizante
por su contenido de minerales. Las algas pardas de grandes dimensiones (especies
de Laminaria y Ascophyllum en Europa, Sargassum en países más cálidos como
Filipinas) son las más utilizadas, pero la aparición de fertilizantes químicos
sintéticos ha reducido su mercado. Más recientemente, se han comercializado
extractos líquidos de algas marinas que se aplican a cultivos más costosos, como
las hortalizas y las bayas; se consiguen productores mejores y de crecimiento más
rápido, habiéndose relacionado estos resultados con la presencia en los extractos
de hormonas vegetales similares a la auxina. En Sudáfrica se utilizan cada año unas
500 toneladas de Ecklonia fresca para obtener esos extractos, pero en el Reino
Unido y Nueva Zelandia también se obtienen productos similares a partir de otras
algas pardas.

El alga parda Ascophyllum nodosum abunda en las aguas más frías de Irlanda,
Escocia, Noruega y Nueva Escocia. Se utiliza en parte para la producción de
alginato, pero también se ha creado una industria basada en su aplicación como
aditivo para piensos. El alga desecada se muele hasta obtener un polvo fino que se
vende como harina. Se recurre a la desecación artificial, por lo que los costos de
producción fluctúan en función del costo del petróleo crudo y, como el mercado
sólo puede soportar unos determinados costos, la producción varía en el curso de
los años. En la actualidad se estima en unas 1 000 toneladas de peso en seco al
año, con un valor de cinco millones de dólares EE.UU.

3. PERSPECTIVAS PARA LA INDUSTRIA DE LAS ALGAS MARINAS

3.1 Orientaciones futuras para la FAO: retroinformación de la industria

Para redactar este informe, 30 personas de 26 países suministraron


información sobre la industria de las algas marinas, y algunas de ellas,
principalmente personas relacionadas con esta rama de producción, ofrecieron
también observaciones y propuestas más generales sobre la contribución pasada y
futura de la FAO a la industria de las algas. En ocasiones se proporcionó
información que podría ser útil para la FAO cuando tomara decisiones en el futuro
sobre el apoyo a proyectos. A continuación se resumen esas observaciones. Hay
que recordar que las personas que las formularon tenían poca información sobre
las políticas y procedimientos detallados de la FAO.

4.1.1 Valor de los contratos de breve duración para realizar encuestas y


ensayos de cultivo experimental

Esas actividades, apoyadas a menudo por la FAO y otras fuentes similares de


financiación, rara vez se traducen en mejoras comerciales sostenibles. No cabe
duda de que esos contratos de breve duración proporcionan valiosa información a
los países beneficiarios, pero con demasiada frecuencia los informes se quedan en
las estanterías de los ministerios y, al no haber ningún seguimiento o promoción,
las posibilidades de que estas contribuciones de la FAO redunden en mejoras
comerciales son escasas. Antes de emprender un trabajo de este tipo, es necesario
que exista interés por parte de la industria y los inversores, así como de los
gobiernos, para que haya una fuerza que impulse esas mejoras comerciales una
vez concluida la contribución de la FAO.

4.1.2 Programas de larga duración


Para que la FAO logre promover el sector de las algas marinas en los países en
desarrollo, es necesario que estudie la posibilidad de apoyar programas de tres a
cinco años de duración, y hacer menos hincapié en los contratos de breve
duración. También debería examinar la posibilidad de orientar fondos hacia el
sector comercial o hacia consultores con experiencia en empresas del sector
privado, y hacer menos hincapié en proyectos locales del sector público. Las
posibilidades de éxito podrían aumentarse mediante la adopción de las medidas
siguientes:

Financiación de programas conjuntamente con elaboradores e importadores


internacionales. Los elaboradores internacionales querrán en general recibir cierta
protección de sus inversiones frente a los competidores, lo que podrá conseguirse
si el país beneficiario garantiza la exclusividad para la producción inicial durante un
período limitado.

Aportación de un capital inicial para empresas innovadoras en países en


desarrollo. Esta aportación podría revestir la forma de préstamos a bajo interés o
donaciones, que podrían cancelarse si la empresa cumpliera determinados
criterios, como por ejemplo exportar una determinada cantidad de productos al
cabo de un período de desarrollo de tres a cinco años.

Apoyo, a través de fondos y asistencia técnica y de gestión, a Organizaciones


no gubernamentales (ONG) tales como cooperativas locales y grupos de mujeres.

4.1.3 Talleres regionales

Los talleres regionales, apoyados tradicionalmente por la FAO y otros


organismos similares, son muy útiles para el intercambio de información entre
personas y países. Sin embargo, los participantes en los talleres suelen proceder
de ministerios e instituciones públicas y el seguimiento de las mejoras comerciales
es con frecuencia mínimo. Un ejemplo de esto sería el taller sobre el cultivo y la
biotecnología de las algas marinas celebrado en Cumaná, Venezuela, en diciembre
de 1996. El programa incluyó intervenciones de 20 oradores, de los cuales 14
procedían de universidades o entidades de investigación, tres del sector público y
los tres restantes de la única empresa comercial que participó en el taller. Esta
empresa indicó que el apoyo para el seguimiento que había recibido de la FAO y
otras organizaciones de las Naciones Unidas había sido insignificante, por lo que
cabe preguntarse a quién benefició el taller.

Los talleres con resultados más satisfactorios son los que incluyen como
copatrocinador a una empresa comercial que está dispuesta a seguir en contacto
con los participantes y motivarlos para que continúen las actividades, así como a
proporcionar asistencia comercial, por ejemplo en forma de contratos de compra
de la producción. Se puede citar como ejemplo el taller regional organizado en Fiji
hace varios años por la FAO y Fiji Marine Colloids (FMC), en el que participaron
cultivadores de algas marinas y funcionarios de pesca locales, mientras que la
empresa proporcionó apoyo técnico y garantizó la compra de los productos.
Sin embargo, los talleres regionales o nacionales en los que participan
funcionarios públicos pueden ser de ayuda indirecta para el desarrollo comercial,
al facilitar a dichos funcionarios información sobre la industria, sus necesidades y
sus beneficios. En caso de que posteriormente se produjera ese desarrollo
comercial, se necesitarían autorizaciones, licencias, etc. del gobierno, y unos
funcionarios bien informados podrían acelerar el desarrollo, en lugar de
obstaculizarlo como sucede a veces actualmente. Cuando tienen la oportunidad,
unos funcionarios mal informados dan con frecuencia respuestas arbitrarias y
negativas, tanto con miras a su propia protección como a la de su país, y esto
ocurre tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados.

4.1.4 Consultores expatriados

Se ha expresado la opinión de que las aportaciones de los consultores


expatriados, así como la infraestructura y el equipo correspondientes, no han
servido de nada cuando el diseño del proyecto no ha incluido la capacitación de
personal nativo para el desarrollo posterior, una vez finalizado el período de
investigación del proyecto financiado con fondos externos. Estas observaciones se
refieren a los proyectos financiados con fondos externos en general, y no
concretamente a los de la FAO.

4.1.5 Por qué fracasan algunos proyectos

Para fomentar eficazmente el cultivo de las algas marinas, es necesario que


haya una demanda de éstas o de sus productos. La demanda sólo puede
clasificarse como real cuando hay empresarios dispuestos a garantizar la compra
de las algas o a invertir dinero en la operación. El hecho de que un país gaste
millones de dólares al año en importar productos de algas marinas no es motivo
suficiente, ya que en el país puede haber otras alternativas de inversión mejores.

¿Son comprables los ingresos derivados del cultivo de algas marinas a los
posibles ingresos de otras fuentes? En los países donde ha prosperado (Filipinas,
Indonesia y la República Unida de Tanzanía), el cultivo de algas marinas
proporciona a la población interesada más ingresos que otras actividades. En
algunas zonas de América Latina, los habitantes de las zonas de playas pueden
obtener más ingresos del turismo o de la pesca de camarones y langostas, pero en
otras partes, como las zonas pobres del nordeste del Brasil, el cultivo de algas
marinas puede ser una fuente de ingresos muy necesaria. Hasta ahora los precios
de las algas marinas para la industria de los hidrocoloides han registrado amplias
oscilaciones, pero los compradores se están percatando de que la estabilización de
esos precios es la única forma de asegurar el suministro y son cada vez más los
compradores que ofrecen contratos de compra a largo plazo.

¿Existe algún programa para hacer frente a los problemas socioculturales que
pueden plantearse al sustituir formas de vida basadas en la economía de
subsistencia o en la pesca por otras basadas en el cultivo de algas marinas? Por
ejemplo, puede que los pescadores prefieran trabajar como asalariados y recibir
una paga periódica por su trabajo, y se sientan inseguros al pasar a ser
propietarios y administradores de sus pequeñas explotaciones. Puede que quienes
tienen formas de vida basadas en una economía de subsistencia no deseen
adaptarse al trabajo sistemático y habitual que exige el cultivo de las algas
marinas.

Los ensayos relacionados con el cultivo experimental y los estudios sobre


especies silvestres parecen a menudo alentadores, pero los países en desarrollo
carecen por lo general de experiencia en la comercialización de algas marinas. La
falta de un número suficiente de empresarios que inviertan en lo que inicialmente
es una operación de alto riesgo suele ser un obstáculo en los países en desarrollo.
Al no haber una financiación privada, los gobiernos han participado con frecuencia
en la financiación del desarrollo. Sin embargo, los gobiernos, tanto de los países
desarrollados como en desarrollo, son malos gestores de empresa, lo que en
general redunda en perjuicio del desarrollo de una industria viable de las algas
marinas.

4.1.6 Proyectos con resultados satisfactorios

Un análisis de las industrias más prósperas y sostenibles en los países en


desarrollo durante los últimos 30 años muestra que casi todas ellas fueron puestas
en marcha por compradores y elaboradores internacionales, por lo general de
países desarrollados. Esas tendencias han estado impulsadas por el mercado, y
aunque han recibido apoyo de organismos de ayuda e instituciones de
investigación, el motor y catalizador ha sido el sector comercial internacional. Con
frecuencia el éxito inicial de esas industrias ha redundado en el establecimiento de
un sector comercial viable de exportación y elaboración en un país en desarrollo
(por ejemplo, Filipinas, Indonesia, Chile y la República Unida de Tanzanía).

En todos los nuevos proyectos deberían hacerse encuestas y estudios de


viabilidad iniciales para cerciorarse de que existe interés en el mercado, que los
factores políticos, sociales y económicos son favorables, que la logística y la
infraestructura son suficientes y que hay apoyo del gobierno.

4.1.7 Cultivo para la industria de los ficocoloides

En los últimos años se han realizado grandes esfuerzos con objeto de fomentar
el cultivo en gran escala de Gracilaria para la industria del agar y de K. alvarezii y E.
denticulatum para la producción de carragenina. Los costos del cultivo de algas
pardas para la producción de alginato son demasiado altos, por lo que ese cultivo
sólo es sostenible cuando el producto se vende como alimento humano.

La producción de Gracilaria se ha emprendido en diversas escalas, utilizando


unas veces uno o dos estanques antes empleados para el cultivo del camarón y
otras extensas zonas de fondos arenosos en bahías protegidas. Los compradores y
los extractores de agar suelen estar ubicados en el mismo país, por lo que el
transporte a las fábricas es relativamente fácil y el cultivo es viable tanto en
pequeña como en gran escala.

Por el contrario, la extracción de carragenina se realiza sobre todo en grandes


fábricas, habitualmente alejadas del lugar de origen de las algas marinas. Para que
el cultivo sea comercialmente viable, el volumen de producción en cualquier zona
debe ascender a 1 000 toneladas de peso en seco al año (unos cuatro
contenedores al mes) para poder hacer frente a los gastos de funcionamiento y
llegar a 2 000 toneladas anuales como mínimo cuando la producción esté
plenamente consolidada. El plazo para el desarrollo debe ser de unos cuatro años,
para tener en cuenta los percances causados por los tifones, El Niño, las
enfermedades, etc. Debe haber un director competente encargado del proyecto y
técnicos calificados (habitualmente filipinos, debido a la amplia experiencia
existente en ese país) que trabajen en las aldeas, impartiendo capacitación y
asegurándose de que todos actúan de la forma correcta. Es necesario disponer de
fondos adecuados; dos millones de dólares EE.UU. es una estimación razonable.
Muchos proyectos que no cumplían estos requisitos han fracasado. Con un precio
en la playa de 200 dólares EE.UU. por tonelada de peso en seco y una producción
de 2 000 toneladas, 400 000 dólares anuales van a parar directamente a las aldeas,
por lo que éstas recuperan el dinero del proyecto al cabo de cinco años.

4.1.8 Fomento de la utilización de especies autóctonas: acuicultura integrada

Las industrias del agar y de la carragenina tienen necesidades muy concretas


en lo que se refiere a las algas que emplean como materias primas, por lo que se
debe prestar mucha atención a su cultivo y fomento.

Sin embargo, la FAO puede mejorar las condiciones de algunas comunidades


costeras alentando el cultivo de especies locales de algas marinas destinadas a ser
utilizadas en zonas y mercados locales como alimentos o fertilizantes, o incluso
como aditivo en forma de harina para piensos. Una vez más, sería necesario que
participara una empresa comercial local y que la FAO prestara asistencia a los
cultivadores de algas proporcionándoles fondos iniciales. El cultivo de algas
marinas podría integrase también en las actividades tradicionales de pesca, etc. en
las comunidades locales.

4.1.9 Ideas excelentes de Great Sea Vegetables

La respuesta recibida de Great Sea Vegetables contiene ideas excelentes para


fomentar aplicaciones de las algas marinas en países en desarrollo utilizando un
método basado en una tecnología sencilla que resulta muy apropiado y práctico.
Great Sea Vegetables es una empresa con sede en Maine, Estados Unidos de
América, dirigida por un mexicano, David Myslabodski. Un resumen de su
respuesta no haría justicia a las ideas que se desprenden de la lectura de la carta,
por lo que la respuesta íntegra figura en el Apéndice A.

4.1.10 Introducción de especies no autóctonas


Casi todos los países adoptan una actitud muy prudente con respecto a la
introducción de especies exóticas de flora y fauna. Por lo que concierne a las algas
marinas, se han producido introducciones accidentales, probablemente durante la
descarga del agua de lastre de las embarcaciones, y esto ha provocado una actitud
muy negativa por parte de algunos representantes del gobierno con respecto a la
introducción de cualquier alga. En la actualidad, la introducción de Kappaphycus
alvaresii, que es la principal especie utilizada por la industria de la carragenina, es
objeto de amplios debates. Todos los datos actualmente disponibles indican que la
introducción de esta especie con fines de cultivo comercial no ha tenido efectos
nocivos sobre la biota natural de los países interesados. Sin embargo, muchos
funcionarios públicos siguen siendo reacios a autorizar su introducción.

La FAO podría desempeñar una importante función en este ámbito encargando


un estudio independiente de los efectos de la introducción tanto de K.
alvarezii como de Eucheuma denticulatum (la segunda fuente de carragenina en
orden de importancia) durante los 30 últimos años en varios países y comparar
esos efectos con los derivados de su NO introducción, dado que ésta habría tenido
una repercusión mayor en la diversidad biológica. Las empresas comerciales que
solicitan la introducción de estas especies alegan que, si los gobiernos tuvieran en
cuenta los beneficios ambientales del cultivo de estas dos especies y el hecho de
que se haya desarrollado comercialmente sin o problemas importantes durante 30
años, así como los daños que habría podido causar la población local en el medio
ambiente costero si no hubiera existido el cultivo de las algas marinas (recolección
de coral, pesca con dinamita y cianuro, rebusca en los arrecifes hasta que no
quedara nada en los bancos de arena, altos niveles de nutrientes extraídos de las
aldeas y el cultivo, deforestación de las colinas costeras para dejar espacio a la
agricultura de corta y quema que causa atarquinamiento y la muerte de los
corales), comprenderían que el cultivo de algas marinas protege de hecho la
diversidad biológica. Sin embargo, los funcionarios públicos acogen a menudo con
recelo esos argumentos cuando provienen de empresas comerciales. Si un estudio
de la FAO llegara a conclusiones similares y se distribuyera a los gobiernos, sería de
gran ayuda para la industria y beneficiaría a las comunidades costeras por las
razones antes indicadas.

5.1 Participación de la FAO en la industria de las algas marinas: propuestas

Para más detalles, véase la Sección 4.1.

Hacer menos hincapié en los contratos de breve duración.

Estar dispuestos a concertar contratos de larga duración, de hasta tres-cinco


años, preferiblemente en colaboración con la industria.

Contar con copatrocinadores comerciales para los talleres regionales.


Cerciorarse de que existen realmente mercados para los productos de algas
marinas, según se han definido.

Determinar si la inversión en las actividades propuestas en relación con las


algas marinas ofrece al menos las mismas oportunidades que otras inversiones.

Evaluar los efectos de los obstáculos culturales que pudieran plantearse a la


introducción del cultivo de algas marinas o actividades conexas, y proceder en
consecuencia.

En lo que respecta al cultivo de algas marinas, antes de iniciar el proyecto,


estimar la escala de las operaciones que será necesaria para asegurar su viabilidad
comercial.

Fomentar la utilización de especies autóctonas para usos locales e integrar la


utilización de algas marinas con las otras actividades de las poblaciones costeras.

Aplicar al comienzo un método basado en una tecnología sencilla, ampliando


las actividades y adoptando métodos más complejos en función de la demanda del
mercado.

Estudiar los efectos a largo plazo de la introducción de especies no autóctonas


para el cultivo comercial.

5.2 Perspectivas en los países en desarrollo

5.2.1 Países africanos

En el África oriental, el cultivo de Eucheuma denticulatum y Kappaphycus


alvarezii con miras a la extracción de carragenina está arraigado en Zanzíbar; sin
embargo, en la actualidad hay una producción excesiva del cultivo principal, E.
Denticulatum, y las ventas resultan difíciles. Se está fomentando el cultivo de estas
dos carragenofitas en Mozambique con respaldo comercial; la empresa
participante considera que existen también posibilidades en Kenya y Somalia. Sin
embargo, ninguno de los estudios piloto realizados por organismos públicos en
Kenya han dado resultados prometedores. En Namibia, empresas comerciales
están colaborando en el cultivo de Gracilaria con fines de extracción de agar; se
está perfeccionando una nueva aplicación del kelp para aumentar el contenido de
yodo de la sal utilizando un aditivo que no se separa de ésta durante el transporte.

El Senegal parece ser el único país africano en el que una actuación de la FAO
podría ser beneficiosa en la actualidad. Hay una empresa que está esforzándose en
reactivar el interés por la recolección de Hypnes musciformis silvestre, y un
programa de cooperación entre la empresa y el gobierno del Senegal o la FAO para
capacitar a la población local en la recogida y el tratamiento posterior de las algas
marinas beneficiaría a las comunidades costeras. Este programa podría ampliarse
más adelante para tratar de cultivar Hypnea, si existe una demanda comercial para
aumentar su producción.
También se podría intentar poner en práctica en el Senegal las ideas de Great
Sea Vegetables, que está ya presente en el África occidental, si la empresa no
trabaja todavía en ese país.

5.2.2 Países asiáticos

De los países examinados, es en China, Indonesia y Viet Nam donde existen


más probabilidades de que cualquier actuación de la FAO dé resultados positivos.

Merece la pena estudiar más a fondo las propuestas de China relativas al


cultivo complementario de algas y animales marinos para superar problemas de
eutrofización de las aguas. Los beneficios serían aplicables a otros países que se
dedican al cultivo de peces, camarones y mariscos. China posee conocimientos
científicos y prácticos demostrados para llevar a cabo este trabajo.

Indonesia necesita más Gracilaria, y de mejor calidad, para su industria del


agar. En la actualidad el material de propagación se elige al azar y su calidad es
entre mediocre y mala; hay una institución pública de investigación en Ujung
Pandung que podría buscar material capaz de proporcionar agar de calidad
superior. Una de las mayores empresas dedicadas a la extracción de agar, y que sin
duda es la que cuenta con el equipo más avanzado, está muy interesada en
obtener materias primas mejores y podría estar dispuesta a participar en
actividades de cooperación con la FAO, siguiendo las pautas indicadas en la
sección 4.1.2 del presente informe.

En Viet Nam se han realizado estudios sobre el cultivo


de Kappaphycus y Gracilaria; la FAO ha financiado en algunos casos actividades
relacionadas con Gracilaria. Los resultados no están claros, como tampoco lo está
el motivo que inspira estos estudios. Parece haber una demanda de ambas algas
marinas, pero ello debería confirmarse mediante un estudio de mercado antes de
que la FAO asumiera cualquier otro compromiso. En este estudio debería
determinarse con precisión qué empresas comprarían las algas marinas: en el caso
del alga Kappaphycus, que contiene carragenina, se trataría probablemente de
elaboradores internacionales, pero en lo que respecta a Gracilaria serían
preferibles elaboradores de agar vietnamitas; sin embargo, estas declaraciones de
carácter general son inaceptables y deberían obtenerse detalles más concretos.

5.2.3 Países latinoamericanos

Colombia y Ecuador ofrecen perspectivas favorables, especialmente el primero


de esos países con sus dos costas diferentes. Sin embargo, de momento no hay
interés por parte de organizaciones comerciales, por lo que es dudoso que la FAO
deba realizar inversiones en esos sectores. Cuba ha perfeccionado métodos para
cultivar algas marinas y tiene también conocimientos acerca de los procedimientos
de extracción, pero carece del capital o la inversión extranjera necesarios para
establecer cualquier industria. En el Perú se recogen y exportan algas marinas
silvestres, y una empresa con varios años de experiencia en estas actividades
considera que existe aún un margen para recolectar algas marinas silvestres y que
su cultivo sería de momento prematuro.

Argentina, Brasil, México y Venezuela ofrecen las perspectivas más halagüeñas


para el desarrollo de industrias basadas en las algas marinas.

Argentina tiene un gran productor de agar que ya no puede encontrar


suficientes recursos silvestres de Gracilaria. Esta misma empresa produce
carragenina a partir de algas marinas importadas y podría estar interesada en un
proyecto de cooperación con la FAO para el cultivo de Gracilaria en Argentina; sin
embargo, sería necesario comparar el costo de esta alga marina cultivada con el de
la materia prima competidora procedente de Chile.

Las condiciones marinas son probablemente idóneas para el cultivo de algas


marinas comestibles como el nori, el nori verde y el wakame. En Argentina hay un
pequeño mercado; sería necesario evaluar los mercados actuales y potenciales
antes de financiar cualquier actividad de desarrollo.

Dos algas marinas que contienen carragenina, Gigartina


skottsbergii y Sarcothalia crispata, podrían ser objeto de cultivo. Sería necesario
evaluar cuidadosamente el posible mercado en Argentina y de exportación antes
de financiar estudios sobre su cultivo.

Brasil: La FAO está estudiando actualmente un proyecto muy bien


estructurado sobre cultivo de algas marinas por poblaciones costeras de bajos
ingresos del nordeste del país.

En México, el problema parece consistir en encontrar inversores dispuestos a


participar en la industria de las algas marinas. Hacen falta estudios más detallados
sobre las especies silvestres, así como técnicas de cultivo más productivas. Sin
embargo, no tiene mucho sentido que la FAO u otras instituciones de ayuda gasten
dinero en estos proyectos si no hay inversores dispuestos a utilizar sus resultados.
Una combinación de fondos de ayuda y de inversores para proyectos de desarrollo
tendría más probabilidades de dar lugar a una actividad comercial en la que los
inversores se beneficiaran de los resultados.

Se han formulado propuestas relativas al cultivo de algas marinas comestibles,


que podría ser más rentable que el destinado a la obtención de hidrocoloides.
Hace falta un estudio de mercado sobre las posibilidades de las algas comestibles a
fin de alentar la participación de inversores.

Las orejas de mar prosperan cuando se puede garantizar la calidad nutricional


constante de las algas marinas de las que se alimentan. Esto podría conseguirse
combinando el cultivo de algas marinas y orejas de mar (ya que la calidad
nutricional de las algas silvestres varía). Una empresa en cooperación entre la FAO
y cultivadores de orejas de mar sería beneficiosa para México y otras zonas donde
se cultivan con éxito las orejas de mar.
Venezuela tiene una empresa muy activa en el fomento del cultivo de algas
marinas y la utilización de especies autóctonas como alimentos y fertilizantes.
Garantiza la compra de todas las algas marinas recolectadas. Espera que la FAO le
ayude a convencer a donantes de que faciliten a los cultivadores de algas marinas
recursos financieros en condiciones favorables y que elabore programas sociales
que respalden los programas tecnológicos. Considera que la cooperación técnica
con los países en desarrollo debe basarse cada vez más en las ONG. La industria se
beneficiaría de cualesquiera programas de la FAO que proporcionaran asistencia
técnica a funcionarios públicos para que pudieran comprender las ventajas del
cultivo de las algas marinas y cooperar en su ejecución.

5.2.4 Países insulares del Pacífico

Tonga podría necesitar más ayuda de la FAO si decidiese intentar el cultivo de


algas marinas comestibles para su exportación al Japón.

5.3 Países en los que podrían ser útiles estudios de mercado

Véanse la sección 5.2, para un breve resumen de cada uno de los países que se
enumeran a continuación, y las secciones 4.2 a 4.5, bajo el nombre
correspondiente, para más detalles.

Argentina
Colombia
México
Viet Nam

5.4 Países que necesitan asistencia para el cultivo de algas marinas o


actividades conexas

Véanse la sección 5.2, para un breve resumen de cada uno de los países que se
enumeran a continuación, y las secciones 4.2 a 4.5, bajo el nombre
correspondiente, para más detalles.

Senegal
China
Indonesia
Viet Nam
Argentina
Brasil
México
Venezuela

5.5 Los países en desarrollo como proveedores de materias primas

Los países en desarrollo se encuentran en una buena posición para ser


proveedores de materias primas para la industria de los hidrocoloides o de algas
comestibles. El cultivo de algas marinas suele requerir mucha mano de obra, por lo
que es necesario que el costo de ésta sea bajo para que dicho cultivo resulte
viable. Aunque el desembolso de capital depende de la escala de las operaciones,
por lo general es bajo, pero aun así no está al alcance de algunas poblaciones
costeras, por lo que a menudo son los compradores de algas marinas quienes
proporcionan los fondos iniciales a los cultivadores.

El cultivo mediante reproducción vegetativa es el sistema que exige menos


capital; por ejemplo, para cultivar Kappaphycus se requieren cuerdas de
polipropileno tendidas entre estacas clavadas en el fondo del mar, algo para
sujetar los pequeños trozos de algas a las cuerdas, algún tipo de bastidor para
secar las algas marinas manteniéndolas alejadas del suelo y evitando su
contaminación con la arena, etc.; en ocasiones se colocan redes en torno a la zona
acotada para retener cualquier trozo desprendido de las algas que
crecen. Gracilaria se cultiva también mediante reproducción vegetativa, unas
veces en cuerdas y otras insertando trozos de alga en un fondo marino arenoso y
manteniéndolas allí por diversos medios.

El cultivo mediante el ciclo de reproducción sexual exige un desembolso de


capital mayor y es el sistema más apropiado para algas comestibles como el nori,
el kombu y el wakame, en cuyo caso es posible resarcirse de los gastos
suplementarios gracias al precio de venta más alto del producto final.

Ambos métodos de reproducción tienen una gran densidad de mano de obra,


aunque en el Japón se han mecanizado algunas fases importantes de la producción
de nori obtenido a partir de Porphyra, lo que ha sido necesario a causa del costo
más alto de la mano de obra en ese país.

5.6 Perspectivas de las industrias elaboradoras en los países en desarrollo

Los países en desarrollo deberían evitar la participación en la elaboración de


algas marinas con fines de extracción de hidrocoloides, a menos que lo hagan en
cooperación con elaboradores internacionales. El desembolso de capital es
considerable (varios millones de dólares), pero la aportación de capital no
garantiza el éxito. El proceso químico utilizado para la extracción de hidrocoloides
es sencillo pero los aspectos relacionados con la tecnología y la ingeniería son
complejos, y es difícil obtener información detallada a no ser que se trate de una
empresa en cooperación con un productor con experiencia. Estas observaciones se
aplican en particular a la extracción de alginato y carragenina; la de algar es algo
más sencilla, pero incluso en este caso para obtener el mejor producto con el
costo más económico es necesario utilizar un equipo muy caro. Los países en
desarrollo pueden producir agar utilizando métodos basados en una tecnología
sencilla, pero el producto deberá consumirse en el país de origen y no es probable
que sea competitivo en el mercado internacional.

Otro factor que desalienta la participación de los países en desarrollo en la


producción de hidrocoloides es la dificultad para vender los productos en el
mercado internacional. Las ventas de agar están divididas entre un gran número
de productores y no es demasiado difícil introducirse en el mercado de agar de
calidad alimentaria. Las industrias del alginato y la carragenina están en manos de
un número muy limitado de productores que controlan firmemente los mercados
y pueden permitirse proporcionar a sus clientes especializados apoyo en sus
ventas. Los clientes suelen ser reacios a cambiar de proveedores a causa de la
variabilidad que puede existir entre marcas, dado que las propiedades finales de
estos productos naturales dependen tanto de la procedencia de la materia prima
como del carácter de los procesos de extracción y refinado. Aunque algunos países
en desarrollo han perfeccionado los métodos de extracción y mejorado sus ventas
para adaptarse a su propio mercado interno, suele ser difícil para ellos competir a
la larga con elaboradores internacionales cuando éstos llegan a su mercado.

Por lo que respecta a las algas marinas comestibles, los países en desarrollo
están en mejores condiciones para elaborar algas destinadas a sus propios
mercados locales, los cuales suelen abastecer a poblaciones costeras que
consumen estos productos desde hace mucho tiempo. El costo de la producción
de grandes cantidades de algas marinas comestibles para la exportación es
elevado y el riesgo lo es también, debido a la dificultad de introducirse en los
mayores mercados asiáticos.
Procesamiento de harina a base de algas marinas

Para la realización del proceso utilizaremos el alga roja conocida como yuyo
pues este nos brinda muchos beneficios como es disminuir los niveles de nutrición
crónica.

Las investigaciones realizadas demuestran que esta alga tiene


aproximadamente 100 usos en la industria medicinal, farmacéutica, alimenticia,
agrícola, entre otras. El aprovechamiento del yuyo constituye una oportunidad de
desarrollo industrial, y a la vez, una solución inteligente para disminuir los niveles
de desnutrición en nuestra localidad. El proyecto que se plantea tiene como
objetivo principal solucionar el problema social causado por una inadecuada
disposición de alimentos. El yuyo procederá a formar parte de un ingrediente
fundamental en la elaboración de alimentos populares, tales como; el pan,
galletas, pastas, etc., que permita el tratamiento de un grave problema social: “la
desnutrición”, Los resultados obtenidos demuestran que el proyecto proporciona
una alternativa concreta, socialmente justa, y económicamente productiva.

2 Contenido:

2.1
1.1 Las algas marinas como alimento

Las algas marinas se han utilizado como alimento humano desde la


antigüedad, especialmente en China, la península de Corea y el Japón. Al emigrar a
otras regiones, los naturales de esos países han llevado este uso de las algas
marinas a sus nuevos países, por lo que pueden encontrarse productos a base de
algas saladas, desecadas y frescas en casi todas las partes del mundo. Esta es la
base comercial de la industria alimentaria de las algas marinas.

Las poblaciones costeras de muchos países consumen también algas marinas,


unas veces como parte de formas de vida basadas en una economía de
subsistencia y otras como ingrediente habitual de ciertos tipos de ensalada,
especialmente en Hawai y los países más cálidos del Asia sudoriental, como por
ejemplo Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia. Estos productos se recolectan y
venden localmente, y no se conoce su volumen ni su valor.

Las tres algas marinas más importantes utilizadas como alimento humano son
varias especies de Porphyra (cuyo nombre vulgar en el Japón es
nori), Laminaria(kombu) y Undaria (wakame). En los últimos años Porphyra ha
figurado en las estadísticas japonesas sobre pesca como la tercera captura en
orden de importancia. Estas tres algas se obtenían al principio de especies
silvestres, pero en la actualidad sólo es posible cubrir la demanda utilizando
métodos de cultivo en gran escala. Porphyra está clasificada como un alga roja,
mientras que Laminaria y Undaria son algas pardas.

El ciclo vital de Porphyra es complejo y sólo fue dilucidado en el decenio de


1950 por un ficólogo británico. Esto dio lugar a una rápida expansión de la
industria del nori, primero en el Japón y más tarde en China y República de Corea.
El nori se vende en paquetes (de unos 30 g) de hojas finas, de 10 a 12 cm2,
normalmente sin cocer o ligeramente horneadas, y se utiliza para formar el
envoltorio exterior del sushi. A veces se come cocido y salado como aperitivo o
espolvoreado sobre el arroz o los fideos. Tiene un contenido elevado de valiosas
proteínas comestibles.

Se estima que la producción anual es de 90 000 toneladas de peso en seco y


que su valor asciende a 1 460 millones de dólares EE.UU.

Las especies de Laminaria se cultivaron por vez primera en el Japón, pero en el


decenio de 1950 científicos chinos lograron reducir el tiempo de cultivo de dos
años a uno solo, y la producción china creció hasta superar 1,5 millones de
toneladas anuales de algas frescas. La mayor parte de esta producción se deseca y
se consume como kombu en las provincias costeras, y el resto se utiliza para
producir alginato. Sin embargo, el costo del cultivo es elevado y aunque el precio
que se obtiene de su venta como alimento (unos 3 000 dólares EE.UU. por
tonelada de peso en seco) compensa esa diferencia, no es competitivo en un
mercado abierto de alginato en el que el costo de la materia prima debe situarse
en unos 500 dólares EE.UU. por tonelada de peso en seco, por lo que la industria
china del alginato necesita utilizar especies silvestres, a menudo importadas. El
kombu se utiliza en una gran variedad de platos de sopas, como ingrediente de un
estofado japonés, para hacer encurtidos y como té.

Se cultiva en gran escala sobre todo en el Japón y China, y en menor medida en


República de Corea. La producción mundial se estima en algo más de un millón de
toneladas de peso en seco, con un valor de 3 000 millones de dólares EE.UU.

La Undaria es especialmente apreciada en la República de Corea, donde se


cultiva en una escala mayor que en otros países. Se trata de un alga menos gruesa
y más delicada que el kombu. Suele prepararse y comercializarse en forma de un
producto blanqueado y salado, que se almacena a -10 grados Celsius antes de su
venta. Se consume desalándolo en agua y se utiliza sobre todo en sopas; en la
República de Corea se utiliza más wakame, con lo que se obtiene una sopa mucho
más espesa que en el Japón. Algunos productos elaborados a base de wakame se
comercializan como alimentos instantáneos.

La producción de Undaria, en su mayor parte cultivada pero también en parte


silvestre, es de unas 33 000 toneladas de peso en seco, y su valor asciende a 230
millones de dólares EE.UU.
En el último decenio, algunas instituciones francesas de investigación y
desarrollo han hecho un esfuerzo considerable para elaborar productos
comestibles de algas marinas con objeto de introducirlos en la dieta y el mercado
europeos.

3.2 Las algas marinas como fuente de hidrocoloides

Las paredes celulares de las algas marinas contienen polisacáridos de cadena


larga, lo que da flexibilidad a las algas y les permite adaptarse a la variedad de
movimientos de las aguas en las que crecen. Por ejemplo, algunas algas pardas
crecen sujetas a las rocas en aguas muy turbulentas, por lo que han de tener una
gran flexibilidad para sobrevivir; estas algas contienen una cantidad mayor de ese
tipo de polisacáridos que las algas pardas que crecen en aguas tranquilas. Esos
polisacáridos se denominan hidrocoloides porque cuando se dispersan en el agua
dan una disolución con propiedades coloidales. Los polisacáridos de otras fuentes,
como por ejemplo las plantas terrestres, se comportan de forma similar, por lo
que a veces se utiliza el término “ficocoloides” para distinguir a los hidrocoloides
derivados de las algas marinas (de ficocología, estudio de las algas, incluidas las
algas marinas).

Cuando se dispersan en el agua, los hidrocoloides aumentan la viscosidad, por


lo que tienen muchas aplicaciones como agentes espesantes. En ciertas
condiciones forman también geles, y esta propiedad es útil para otras aplicaciones.
Las propiedades coloidales de las algas permiten utilizarlas con otros fines en los
que su modo de actuación es menos fácil de determinar; por ejemplo, el
hidrocoloide derivado de las algas pardas suele añadirse al helado, para impedir la
formación de cristales de hielo cuando el helado se funde parcialmente y se vuelve
a congelar (en el camino del supermercado al hogar).

Los hidrocoloides de importancia comercial obtenidos a partir de las algas


marinas son el alginato, el agar y la carragenina.

El polisacárido que contienen las algas pardas es el ácido algínico, presente en


forma de sus sales de sodio, potasio, magnesio y calcio (científicamente hablando,
el ácido algínico es un ácido carboxílico). Las algas rojas contienen una variedad de
polisacáridos, pero los que tienen importancia comercial son el agar y la
carragenina; se denominan polisacáridos sulfatados porque contienen grupos
sulfónicos con carga negativa que se combinan en las algas marinas con un ion de
carga positiva como los que se encuentran en el ácido algínico.

3.3 Las algas pardas como fuente de alginato

Todas las algas pardas contienen alginato, pero hay grandes diferencias en la
cantidad y calidad del alginato presente. Un alga comercial debe contener en
torno al 20 por ciento de su peso en seco de alginato. La calidad del alginato se
basa en la viscosidad que producirá disuelto en agua al uno por ciento; cuanto
mayor es la viscosidad mayor se considera la calidad. Las algas pardas que crecen
en aguas frías suelen producir un alginato de buena calidad, mientras que las que
crecen en aguas entre templadas y tropicales producen a menudo un alginato de
poca viscosidad.

Las principales fuentes comerciales son las especies


de Ascophyllum y Laminaria (Europa), Lessonia (América del Sur),
Ecklonia (Sudáfrica), Durvillaea (Australia y Chile) y Macrocystis (California y Baja
California). Las especies de Sargassum y Turbinaria se recolectan en aguas más
cálidas, pero normalmente sólo producen pequeñas cantidades de alginato de
calidad inferior.

Los alginatos se utilizan como espesantes de alimentos y productos


farmacéuticos y en la estampación de tejidos. Si se añade una sal de calcio a una
disolución de alginato sódico, se forma un gel, y esta propiedad tiene aplicaciones
en la industria alimentaria y en otras ramas de producción. También se puede
obtener alginato cálcico en forma de fibras que se utilizan para fabricar vendajes
quirúrgicos.

Todas las materias primas para la producción de alginato son algas marinas
silvestres, a excepción de algunas utilizadas en China donde los excedentes
de Laminaria japonica, cultivada con fines alimentarios, se utilizan para extraer
alginato. Se recolectan unas 85 000 toneladas de peso en seco, de las que se
obtienen 23 000 toneladas de alginato por un valor de 211 millones de dólares
EE.UU. Hay nueve grandes productores, y probablemente otros 20 productores
menos importantes, muchos de ellos ubicados en China. Sin embargo, dos
productores representan el 60 por ciento como mínimo de la producción total. En
los 20 últimos años la industria ha crecido entre un tres y un cuatro por ciento al
año, pero en algunos años este crecimiento se ha reducido a cero debido a la
escasez de materias primas provocada por El Niño y a la competencia de otros
hidrocoloides. Puede que la creciente utilización en las industrias cosmética,
farmacéutica y biotecnológica permita mantener esta tasa de crecimiento.

3.4 Las algas rojas como fuente de agar

Hay dos fuentes principales de algas marinas para la industria mundial del
agar: las especies de Gelidium y Gracilaria. Las especies de Gelidium, que fueron la
fuente original, procedían en otros tiempos del Japón, pero la escasez registrada
durante la segunda guerra mundial impulsó la búsqueda de otras materias primas.
Se comprobó que las especies de Gracilaria eran adecuadas si se trataban primero
con un álcali. El agar de mejor calidad (gel más concentrado) es el derivado
de Gelidium, pero sólo puede obtenerse de especies silvestres; se trata de un alga
pequeña que crece lentamente, y los intentos de cultivarla no han sido
comercialmente viables. Las especies de Gracilaria son algas de mayor tamaño y se
han cultivado con éxito, por lo que en la actualidad constituyen la principal fuente
de agar (el 65 por ciento aproximadamente).
El cultivo de Gracilaria ha prosperado especialmente en Chile, pero existen
especies de esta alga tanto silvestres como cultivadas en la Argentina, Sudáfrica, el
Japón, Indonesia, Filipinas, China y la India. La demanda de Gelidium es siempre
elevada, por lo que cuando es posible se recolecta, siendo los principales países
proveedores España, Portugal, Marruecos, el Japón, República de Corea, China,
Chile y Sudáfrica. Otras fuentes secundarias de materia prima para la producción
de agar son las especies de Pterocladia (una pequeña alga similar a Gelidium, que
se recolecta en las Azores y Nueva Zelandia) y Gelidiella (India, Egipto y
Madagascar).

Anualmente se extraen 55 000 toneladas (peso en seco) de algas marinas con


las que se producen 7 500 toneladas de agar por un valor de 132 millones de
dólares EE.UU. Chile, España y el Japón producen el 60 por ciento del total de agar.
Hay 30 productores conocidos y se estima que podría haber otros 20 productores
menores. El desarrollo de nuevas aplicaciones es lento y la tasa de crecimiento de
la industria del agar se estima en el uno ó dos por ciento al año, muy similar al de
los últimos treinta años.

3.5 Las algas rojas como fuente de carragenina

El musgo perlado (Chondrus crispus) fue la fuente original de carragenina, y


hasta finales del decenio de 1960 la disponibilidad de fuentes silvestres de esta
alga, que se da mejor en aguas frías, como las de las costas de Irlanda y Nueva
Escocia, limitó la expansión de esta industria. El cultivo de Chondrus en tanques
resultaba demasiado costoso, pero desde el decenio de 1970 se cultivan con gran
éxito otras especies de aguas cálidas, como Kappaphycus alvarezii (también
llamada cottonii) y Eucheuma denticulatum (spinosum), que actualmente son las
principales materias primas utilizadas para producir carragenina.

El cultivo de estas dos últimas especies se inició en Filipinas pero se ha


extendido después a otros países de aguas cálidas con bajos costos de mano de
obra, entre ellos Indonesia y la República Unida de Tanzanía (Zanzíbar). Las
empresas que se dedican a la extracción de carragenina están promoviendo
activamente el cultivo en otras zonas, como la India, África y las islas del Pacífico.
Estas dos especies representan actualmente el 85 por ciento de la materia prima
utilizada por la industria, mientras que Chondrus (procedente del Canadá, Francia,
España, Portugal y República de Corea) representa el cinco por ciento y las
especies de Gigartina, procedentes de Chile, Marruecos y México, representan el
10 por ciento restante.

El consumo total de materias primas asciende a unas 150 000 toneladas de


algas marinas (peso en seco), de las que se obtienen 28 000 toneladas de
carragenina por un valor de 270 millones de dólares EE.UU. Hay 24 productores
reconocidos de carragenina y tal vez otros 10 productores menores. Sin embargo,
el 65 por ciento de la producción total corresponde a tres empresas. Los
productores están esforzándose en promover nuevas aplicaciones y el crecimiento
anual en los 15 últimos años se ha situado en un ocho por ciento
aproximadamente. Se estima que en los cinco próximos años el crecimiento anual
será de un cinco por ciento aproximadamente.

3.6 Otros usos de las algas marinas

Las algas marinas se utilizan desde hace tiempo como aditivos para suelos,
principalmente en zonas costeras donde es fácil transportar las algas frescas o
parcialmente desecadas a la zona que ha de fertilizarse. Las algas marinas actúan
como acondicionador del suelo por su alto contenido de fibra y como fertilizante
por su contenido de minerales. Las algas pardas de grandes dimensiones (especies
de Laminaria y Ascophyllum en Europa, Sargassum en países más cálidos como
Filipinas) son las más utilizadas, pero la aparición de fertilizantes químicos
sintéticos ha reducido su mercado. Más recientemente, se han comercializado
extractos líquidos de algas marinas que se aplican a cultivos más costosos, como
las hortalizas y las bayas; se consiguen productores mejores y de crecimiento más
rápido, habiéndose relacionado estos resultados con la presencia en los extractos
de hormonas vegetales similares a la auxina. En Sudáfrica se utilizan cada año unas
500 toneladas de Ecklonia fresca para obtener esos extractos, pero en el Reino
Unido y Nueva Zelandia también se obtienen productos similares a partir de otras
algas pardas.

El alga parda Ascophyllum nodosum abunda en las aguas más frías de Irlanda,
Escocia, Noruega y Nueva Escocia. Se utiliza en parte para la producción de
alginato, pero también se ha creado una industria basada en su aplicación como
aditivo para piensos. El alga desecada se muele hasta obtener un polvo fino que se
vende como harina. Se recurre a la desecación artificial, por lo que los costos de
producción fluctúan en función del costo del petróleo crudo y, como el mercado
sólo puede soportar unos determinados costos, la producción varía en el curso de
los años. En la actualidad se estima en unas 1 000 toneladas de peso en seco al
año, con un valor de cinco millones de dólares EE.UU.

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