Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PAUL ESPINOZA
VALENTINA RIQUELME
El desarrollo del ser humano en la adolescencia no es fácil, necesitan mentes claras para llegar a ser
adultos psicológicamente sanos, por esta razón beber en grandes cantidades puede tener efectos graves,
sobre todo si el organismo del bebedor se encuentra en desarrollo, debido que son psicológicamente
inmaduros. Los adolescentes, tienen dificultades para manejar las emociones producidas por el alcohol.
Nuestro trabajo consistirá en indagar sobre el consumo de alcohol en los adolescentes, que más allá de ser
una diversión, se está transformando en un tema preocupante y peligroso, en esta línea se ha afirmado que el
abuso de alcohol y el alcoholismo participan de manera directa e indirecta en la aparición de daños físicos,
mentales y sociales (incluso afectando a terceros), produciendo muchas veces episodios de violencia
familiar, conflictos de pareja, problemas económicos, riña, accidentes de tránsito, e incluso abandonar el
área educacional. Diferentes autores afirman que existe mayor probabilidad de uso de esta sustancia durante
la adolescencia y la etapa de adulto joven, así como también que la problemática derivada del consumo de
alcohol en los jóvenes es diferente a la del adulto medio(30 a 40 años, aproximadamente). Si nos centramos
específicamente en jóvenes universitarios se pueden reconocer problemas que afectan también la
permanencia en la universidad y la calidad de su formación para la futura vida profesional. Hoy en día, como
adolescentes menores, nos damos cuenta de que nuestras vidas y la de los demás está fuertemente influida
por la cultura del alcohol, llegando a tal punto en que los adolescentes, lo único que piensan, es que llegue el
fin de semana, para salir con sus amigos a consumir alcohol, pero, la realidad es que muchos subestiman al
alcohol sin tener en cuenta sus efectos o a veces simplemente siéndoles indiferentes.
~2~
El Alcoholismo
Tipos de consumo
‘El consumo de alcohol no es en todos del mismo modo, tampoco sigue un patrón específico de consumo
ya que puede variar la frecuencia, la cantidad y múltiples factores entre una persona y otra. Los criterios que
definen los diferentes diagnósticos de consumo están definidos a partir de la Clasificación de Trastornos
Mentales’ (CIE 10., 2010).
Consumo de bajo riesgo: El consumo de bajo riesgo es un nivel que se considera más seguro respecto a las
consecuencias negativas o daños. Si una persona decide beber, para hacerlo con menores riesgos debe tomar
sólo 1 trago estándar en un mismo día, medida recomendada tanto en hombres como en mujeres.
Consumo intenso: El consumo de alcohol intenso, es una manera de beber que aumenta las probabilidades de
padecer problemas relacionados con el alcohol o complica el manejo de otros problemas de salud, sin ser un
trastorno (dependencia o consumo problema). Se relaciona con una cantidad de consumo en un corto período
de tiempo. El consumo de riesgo también se relaciona con las situaciones o condiciones del beber. En estos
casos de niños, embarazadas o conductores, no importa qué cantidad se consuma, siempre será de riesgo y,
por lo tanto, la persona nunca debe beber.
Consumo perjudicial: Forma de consumo que afecta la salud física y/o mental, por ejemplo, los episodios de
trastornos depresivos secundarios al consumo excesivo de alcohol. Este tipo de consumo suele dar lugar a
consecuencias sociales adversas de varios tipos.
~3~
Dependencia: Conjunto de manifestaciones fisiológicas, de comportamiento y mentales en el que el
consumo se vuelve una prioridad para el individuo. La manifestación característica del síndrome de
dependencia es el deseo, a menudo fuerte y a veces insuperable, de ingerir alcohol.
La dependencia es el estado extremo de un continuo espectro de problemas relacionados con el consumo de
alcohol. Por ello se define el abuso de alcohol como la repetición de problemas asociados al alcohol en una
de las siguientes cuatro áreas vitales:
● Incapacidad para cumplir las obligaciones principales.
● Consumo en situaciones peligrosas (Ejemplo: la conducción de vehículos).
● Problemas legales.
● Consumo a pesar de dificultades sociales o interpersonales asociadas
El consumo abusivo de alcohol es muy dañino para la salud y puede llegar a convertirse en una enfermedad
mortal. Además de lo ya mencionado, la ingesta excesiva trae consigo problemas de abstinencia. Si el
individuo se hace dependiente, su cuerpo le exigirá beber alcohol por lo que tendrá alucinaciones, tiritones o
movimientos bruscos e incontrolables en sus extremidades, sudoración excesiva y pesadillas.
‘ Si el consumo es moderado será más fácil de tratar, sin embargo, cuando la persona se hace adicta
necesitará de tratamiento tanto terapéutico como farmacológico’ (Motos., et al., 2015).
Factores de riesgo
Personales: Individualismo, imprudencia, sistema de valores poco claros, bajo nivel de autocontrol
emocional, hedonismo.
Familiares: Falta de cohesión familiar, falta de reconocimiento y aceptación del hijo, aislamiento
emocional de los miembros, incoherencia educativa, actitud permisiva y/o desinteresada.
Escolares: Problemas de adaptación, bajo rendimiento académico, bajo autoconcepto escolar, poca o
nula integración en el grupo de clases, baja aceptación del alumno.
Relaciones (grupo o iguales): Inclusión en grupos transgresores y actitud positiva hacia las drogas,
dificultad para relacionarse con otros grupos no consumidores.
Socio-comunitarios: Desestructuración social, ausencia de apoyos sociales, accesibilidad a las
sustancias, situación socioeconómica precaria.
(Rodríguez., et al., 2014).
~5~
Factores protectores
Personales: Proyección y planificación de futuro, adecuado nivel de autoestima, habilidades sociales,
autoconcepto positivo, responsabilidad.
Familiares: Límites y normas claras, coherencia educativa, exigencias adecuadas a la edad,
supervisión y control adecuado, cohesión familiar, reconcilia miento y aceptación del hijo.
Escolares: Hábitos de estudio, integración en la dinámica escolar, integración en el grupo de clases,
aceptación del alumno o/en el grupo, enseñanza de habilidades sociales.
Relacionales grupos de iguales: Inclusión en grupos con ausencia de conductas desadaptativas,
modelos de amigos no consumidores o consumo moderado.
Socio-comunitarios: Cohesión social en el barrio, dificultades de acceso a las sustancias, recursos
comunitarios suficientes para los menores.
(Rodríguez., et al., 2014).
Estudios internacionales :
En un estudio (Nieto, I. 2016) se distribuyeron 200 cuestionarios entre alumnos recién matriculados. Se
confirmó que un 76,29% prefiere consumir alcohol de manera asidua (siendo los hombres más consumidores
que las mujeres). También se descubrió que los fines de semana eran predominantes para el consumo de esta
droga legal y el 20,80% de la muestra negó sufrir alcoholismo o ingerir una cantidad excesiva. Las
titulaciones sanitarias tuvieron mayor porcentaje de SDA en comparación con las no sanitarias. Por último,
el 26,42% de las titulaciones no sanitarias no percibió el alcoholismo como un problema de salud y un
8,33% de las titulaciones sanitarias tampoco.
Producto del abuso de alcohol, 2.5 millones de personas mueren al año alrededor del mundo, quienes son
mayoritariamente hombres (6.2%) que mujeres (1.1%) (OPS). Jóvenes entre 18 y 29 años son los
responsables del mayor consumo de esta sustancia. Si el individuo se encuentra inserto dentro de una familia
~6~
que abusa del alcohol, es probable que repita esta conducta a lo largo de su vida, por lo tanto, esto se
transformaría en una práctica constante que podría llegar a convertirse en su estilo de vida.
Estudios nacionales :
El consumo abusivo de alcohol en Chile se asocia a eventos de la salud como también a aspectos sociales,
convirtiéndose en una preocupación a nivel global. (Room, Babor y Rehm., 2005). La ingesta excesiva causa
enfermedades como cirrosis, cáncer o epilepsia. (World Health Organization, 2011). ‘También, se han
observado exposiciones a esta sustancia que generan accidentes violentos los cuales se denominan como
“eventos agudos”. Estas situaciones generadas por el consumo excesivo son preocupantes en la sociedad
chilena, ya que la mayoría son jóvenes consumidores los cuales por irresponsabilidad pueden llegar a matar
a otro, ya sea producto de una pelea ante provocaciones o por conducir en estado de ebriedad, etc. (Castillo-
Carniglia., 2014). ‘Los jóvenes universitarios pasan por un proceso de cambio en donde deben asumir
responsabilidades, tener mayor autonomía y responder tanto a expectativas personales como familiares, estos
factores aumentan los niveles de estrés y ansiedad, lo que provoca que para poder adaptarse quieran ingerir
drogas legales como el alcohol.’ (Baader., et al., 2014). ‘El uso abusivo del alcohol tiene graves
repercusiones en la salud que compromete tanto el desarrollo individual como social. Contribuye de forma
importante a la carga mundial de morbilidad y ocupa el tercer lugar entre los principales factores de riesgo
de muerte prematura y discapacidad’. (Amaro., et al., 2016).
~7~
Conclusión
Se concluye que la familia en los estudiantes universitarios es una red de apoyo social y moral muy importante, la cual
puede favorecer la presencia de estilos de vida saludables; sin embargo si en la familia se practican estilos de vida no
saludables como el consumo de alcohol, esta práctica influirá en los miembros de la persona, especialmente en los
jóvenes que comenzaran con la adopción de patrones que aprenden desde su primer círculo de redes de apoyo que en
especial es la familia y posteriormente en la universidad posiblemente se encontrarán con compañeros en cuyas
familias también se permite el consumo de alcohol, y por ende ésta será una práctica común en la vida del estudiante
universitario. Por ende, debemos lograr identificar los factores que nos llevan al alcoholismo y reconocer como la
dependencia al alcohol es una enfermedad progresiva, crónica y altamente recidivante que por su elevada
prevalencia y su alta morbi-mortalidad se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública
en nuestra actualidad.
~8~
Referencias
Amaro, V., et al. (2016). Consumo de alcohol en niños y adolescentes. Una mirada desde el tercer nivel de
atención. Archivos de Pediatría del Uruguay; 87, 40-47. Recuperado de:
http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?pid=S1688-12492016000500006&script=sci_arttext&tlng=en
Baader, T., et al. (2014). Diagnóstico de la prevalencia de trastornos de la salud mental en estudiantes
universitarios y los factores de riesgo emocionales asociados. Revista Chilena Neuro-Psiquiatría; 52 (3),
167-176. Extraído de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/rchnp/v52n3/art04.pdf
Castillo, A., Pizarro, E., Luengo, D., Soto-Brandt, G. (2014). Consumo de alcohol y autoinforme de eventos
violentos en Chile. Revista online Adicciones; 26 (1), 46-53. Extraído de:
http://www.itesm.ucm.adicciones.es/index.php/adicciones/article/view/130/127
Gaete, V. (2015). Desarrollo psicosocial del adolescente. Revista chilena de pediatría; 86 (6). Extraído de:
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0370-41062015000600010
García, N., et al. (2015). Prevalencia del alcoholismo y factores asociados. Municipio Matanzas. Revista
médica electrónica; 2 (37), 130-140. Extraído de: http://scielo.sld.cu/pdf/rme/v37n2/rme040215.pdf
Motos, P., Cortés, M. Giménez, J., Cadaveira, F. (2015). Predictores del consumo semanal de alcohol y sus
consecuencias asociadas en universitarios consumidores intensivos de alcohol. Revista online Adicciones; 27
(2). Extraído de: http://www.adicciones.es/index.php/adicciones/article/view/700
Musitu, G. (2016). ¿Por qué los adolescentes tienen una baja percepción de riesgo respecto del consumo de
alcohol? La visión de los expertos. Metamorfosis; 55-73. Extraído
de: https://revistametamorfosis.es/index.php/metamorfosis/article/view/21
Nieto, I. (2016). Consumo de alcohol entre los estudiantes de la Universidad de Extremadura. Metas de
enfermería; 19 (8).
Organización mundial de la salud. (2018). Informe Mundial de Situación sobre Alcohol y Salud. Recuperado
de: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/alcohol
Vázquez, M., et al. (2014). Consumo de sustancias adictivas en los adolescentes de 13 a 18 años y otras
conductas de riesgo relacionadas. Revista Pediátrica atención primaria; 16, 125-34. Extraído de:
http://scielo.isciii.es/pdf/pap/v16n62/original3.pdf
~9~
Vergara, K., Díaz, S., González, F. (2011). Consumo de alcohol y problemas asociados en estudiantes de una
universidad pública de Cartagena. Revista Colombiana de Psiquiatría; 40, 215-228. Extraído
de:https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0034745014601190
~ 10 ~