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Construcción II. Curso Académico 2012-13. Unidad Docente II. Construcción de la Estructura. Tema 5: Sistema de cimbras.

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I.- Introducción. Normativa de obligatorio cumplimiento.

La Instrucción EHE-08 “Instrucción de Hormigón Estructural”1 dedica su Título 7º a la Ejecución de


las Estructuras.

El artículo previo, 67º, lo dedica a las actuaciones previas al comienzo de la ejecución, por parte
del constructor (“la Dirección Facultativa velará para que el Constructor efectúe las actuaciones
siguientes”):

• Depósito en las instalaciones de la obra del correspondiente libro de órdenes facilitado por la
Dirección Facultativa;

• Identificación de suministradores inicialmente previstos, así como del resto de agentes


involucrados en la obra, reflejando sus datos en el correspondiente directorio que deberá estar
permanentemente actualizado hasta la recepción de la obra;

• Comprobación de la existencia de la documentación que avale la idoneidad técnica de los


equipos previstos para su empleo durante la obra como, por ejemplo, certificados de calibración
en equipos (soldadura, p.ej.).

• En caso de estar prevista la utilización de soldadura para la elaboración de armaduras en la obra,


se comprobará la existencia de personal soldador con la cualificación u homologación suficiente,
conforme a las exigencias de la EHE-08.

• Comprobará el Constructor la conformidad de la documentación previa de cada uno de los


productos antes de su utilización , de acuerdo con los criterios establecidos en EHE-08.

• Comprobará, también, el Constructor que no hay constancia documental de modificaciones


sustanciales que puedan conllevar alteraciones respecto a la estructura de hormigón proyectada
inicialmente (p.ej., la ubicación de nuevas instalaciones).

• El Constructor deberá definir e implantar un sistema de gestión de las partidas y remesas recibidas
en la obra, así como de los correspondientes acopios en obra, al objeto de conseguir al
trazabilidad de los materiales y productos empleados.

Dedica el artículo 68 a los procesos previos a la colocación de las armaduras, en concreto a los
siguientes trabajos y elementos:

- replanteo de la estructura.
- cimbras y apuntalamientos.
- encofrados y moldes.
- productos desencofrantes.

Respecto del replanteo, el Constructor velará para que “los ejes de los elementos, las cotas y la

1 Real Decreto 1247/2008, de 18 de julio, por el que se aprueba la instrucción de hormigón estructural (EHE-08). Su
entrada en vigor , conforme a la disposición final tercera, será el próximo día uno de diciembre de dos mil ocho.
Publicada en el suplemento del BOE número 203, del viernes 22 de agosto de 2008.
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geometría de las secciones de cada uno de los elementos estructurales, sean conformes con lo
establecido en el proyecto, teniendo para ello en cuenta las tolerancias establecidas en el mismo o, en
su defecto, en el Anejo nº 11 de esta Instrucción”.

I.1.- Cimbras y apuntalamientos.

Antes de su empleo en obra, el Constructor deberá disponer de un proyecto de la cimbra en el


que, al menos, se contemplen los siguientes aspectos:

1º.- Justifique su seguridad, así como limite las deformaciones de la misma antes y después del
hormigonado.

2º.- Contenga unos planos que definan completamente la cimbra y sus elementos.

3º.- Contenga un pliego de prescripciones que indique las características que deben cumplir, en su
caso, los perfiles metálicos, los tubos, las grapas, los elementos auxiliares y cualquier otro elemento
que forme parte de su cimbra.

4º.- Disponga de un procedimiento escrito para el montaje y desmontaje de la cimbra o


apuntalamiento, en el que se especifiquen los requisitos para su manipulación, ajuste,
contraflechas, carga, desenclavamiento y desmantelamiento.

5º.- En el caso que sea necesario, exista un procedimiento para la colocación del hormigón, de forma
que se logre limitar las flechas y los asentamientos.

Además, continúa la EHE-08, la Dirección Facultativa “dispondrá de un certificado, facilitado por


el Constructor y firmado por persona física, en el que se garantice que los elementos empleados
realmente en la construcción de la cimbra cumplen las especificaciones definidas en el correspondiente
pliego de prescripciones técnicas particulares de su proyecto”.

Indica, más adelante, la EHE-08 que “cuando los forjados tengan un peso propio mayor que 5 kN
/ m² o cuando la altura de los puntales sea mayor que 3,5 m, se realizará un estudio detallado de los
apuntalados, que deberá figurar en el proyecto de la estructura”. En esta ocasión, la nueva EHE-08 ha
incrementado en 2 kN / m² la anterior exigencia de EHE (1998) respecto del peso propio y ha rebajado
en 0,5 m -siendo ahora más exigente, por tanto- la altura de los puntales.

Respecto de la carga para la que debe diseñarse la cimbra (criterio de resistencia) indicaba la
anterior Instrucción EHE (1998) que debía ser la “combinación más desfavorable de su peso propio, peso de
la armadura, peso y presión del hormigón fresco, cargas de construcción y viento, así como el conjunto de efectos
dinámicos y accidentales producidos por el vertido, vibrado y compactación del hormigón”. Por otra parte, como
veremos más adelante en este tema indicaba la importancia que tiene la presión realizada por el
hormigón en estado fresco, la altura de la descarga del balde que lo contiene o el empleo de los
métodos de compactación en el valor de las acciones durante la fase de hormigonado.

Finalmente, indicaba la EHE(1998) al final del comentario al artículo 65º, que se recomienda
“cuando la luz de un elemento sobrepase los seis metros, disponer las cimbras y encofrados o moldes de manera
que, una vez retirados y cargada la pieza, ésta presente una ligera contraflecha (del orden del milésimo de la luz)
para conseguir un aspecto agradable”.
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I.2.- Encofrados y moldes.

El artículo 68.3 se dedica a estos elementos que “deben ser capaces de resistir las acciones a las
que va a estar sometidos durante el proceso de construcción y deberán tener la rigidez suficiente para
asegurar que se van a satisfacer las tolerancias especificadas en el proyecto. Además, deberán poder
retirarse sin causar sacudidas anormales, ni daños en el hormigón”.

Deberán presentar las siguientes características:

- Estanqueidad de las juntas entre los paneles de encofrado o en los moldes, previendo la posible
fuga de lechada de cemento o agua.

- Resistencia adecuada a las presiones del hormigón fresco y a los efectos del método de
compactación.

- Alineación y, en su caso, verticalidad de los paneles de encofrado, “prestando especial interés


a la continuidad en la verticalidad de los pilares en su cruce con los forjados en el caso de
forjados de edificación”.

- Mantenimiento de la geometría de los paneles de moldes y encofrados, con ausencia de


abolladuras fuera de las tolerancias establecidas en el Proyecto o, en su defecto, en EHE-08.

- Limpieza de la cara interior de los moldes, evitándose la existencia de cualquier tipo de residuo
propio de las labores de montaje de las armaduras, tales como restos de alambre, recortes,
casquillos, etc.

- Mantenimiento, en su caso, de las características que permitan texturas específicas en el


acabado del hormigón, como por ejemplo, bajorrelieves, impresiones, etc.

En el caso de encofrados deslizantes o trepadores, susceptibles de movimiento durante la


ejecución, “la Dirección Facultativa podrá exigir que el Constructor realice una prueba en obra sobre
un prototipo, previa a su empleo real en la estructura, que permita evaluar el comportamiento durante
la fase de ejecución. Dicho prototipo, a juicio de la Dirección Facultativa, podrá formar parte de una
unidad de obra”.

En cuanto al material del encofrado podrá ser cualquiera que no perjudique las condiciones y
propiedades del hormigón.

- Si es de madera deberá mojarse con anterioridad a su uso, para evitar que absorba agua del
hormigón. Además deberá disponerse sus piezas de forma que se permita su libre
entumecimiento, sin peligro de que se originen esfuerzos o deformaciones no previstas.

- Los encofrados de aluminio no podrán emplearse -en contacto con el hormigón- salvo que se
facilite a la Dirección Facultativa un certificado, elaborado por una entidad de control, de que los
paneles empleados han sido sometidos con anterioridad a un tratamiento superficial para evitar
la reacción con los álcalis del cemento.

En los comentarios al artículo 65 de la EHE (1998), la anterior Instrucción indicaba las diferencias
entre molde (elemento destinado al hormigonado a pie de obra o en una planta o taller NO “in situ”) y
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encofrado cuando sí se refiere al hormigón puesto “in situ”. Por otra parte recomendaba una limitación
de cinco milímetros como movimiento máximo de la cimbra (movimiento local) y la milésima de la luz
para los del conjunto.

I.3.- Productos desencofrantes.

El artículo 68.4. de la EHE-08 establece que el Constructor podrá seleccionar el producto


desencofrante, salvo indicación expresa de la Dirección Facultativa. En cualquier caso este producto será
inocuo para las características y aspecto del hormigón así como de las armaduras, los encofrados y el
medio ambiente.

No se permite el uso de gasóleo o grasa corriente o productos análogos.

El producto elegido no deberá impedir la posterior aplicación de revestimientos superficiales ni la


posible ejecución de juntas de hormigonado.

Además, conforme al planteamiento general de la EHE, “previamente a su aplicación, el


Constructor facilitará a la Dirección Facultativa un certificado, firmado por persona física, que refleje las
características del producto desencofrante que se pretende emplear, así como sus posibles efectos
sobre el hormigón”.

Se aplicará el producto en capas continuas y uniformes sobre la superficie interna del encofrado
o molde, debiendo verter el hormigón dentro del período de tiempo en el que el producto sea efectivo,
según el Certificado del párrafo anterior.

I.4.- Desencofrado, desmoldeo y descimbrado.

El artículo 73º de la EHE-08 se dedica al desencofrado y desmoldeo de las estructuras de


hormigón. Indica únicamente dos precauciones:

1ª.- Debe ponerse especial atención en retirar todo elemento del encofrado o molde que pueda
impedir el libre juego de las juntas de retracción, asiento o dilatación, así como las articulaciones,
si las hay.

2ª.- En la retirada de encofrados o moldes hay que prestar atención a las condiciones ambientales
(p.ej., heladas) y la necesidad de adoptar medidas de protección una vez desencofrado.

El artículo 74º “Descimbrado” completa la información dada por la EHE-08 respecto de este
elemento constructivo al indicar los plazos en los que es necesario tener dispuestos los elementos de la
cimbra:

“Los distintos elementos que constituyen los moldes, el encofrado (costeros, fondos, etc.), los apeos
y cimbras, se retirarán sin producir sacudidas ni choques en la estructura, recomendándose, cuando
los elementos sean de cierta importancia, el empleo de cuñas, cajas de arena, gatos u otros
dispositivos análogos para lograr un descenso uniforme de los apoyos.
Las operaciones anteriores no se realizarán hasta que el hormigón haya alcanzado la
resistencia necesaria para soportar, con suficiente seguridad y sin deformaciones excesivas, los
esfuerzos a los que va a estar sometido durante y después del desencofrado, desmoldeo o
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descimbrado.
Cuando se trate de obras de importancia y no se posea experiencia de casos análogos,
o cuando los perjuicios que pudieran derivarse de una fisuración prematura fuesen grandes, se
realizarán ensayos de información (véase Artículo 86º) para estimar la resistencia real del hormigón
y poder fijar convenientemente el momento de desencofrado, desmoldeo o descimbrado...”

Indica, además, que los plazos de desapuntalado o descimbrados indicados en este Artículo
“solamente podrán modificarse si el Constructor redacta un plan acorde con los medios materiales
disponibles, debidamente justificado y estableciendo los medios de control y seguridad apropiados.
Todo ello lo someterá a la aprobación de la Dirección Facultativa”; sin embargo, no indica la actual EHE-
08 ningún método general de cálculo de plazos de descimbrado, salvo la citada referencia a que el
hormigón haya alcanzado resistencia suficiente.

En los comentarios al artículo 73º la Instrucción EHE (2008) llama la atención respecto de la
importancia que tiene, también, la deformación de los hormigones a edades tempranas (en concreto
el bajo valor del módulo de deformación). Exige, además, “efectuar el descimbrado de acuerdo con un
programa previo debidamente estudiado, con el fin de evitar que la estructura quede sometida, aunque sólo sea
temporalmente durante el proceso de ejecución, a tensiones no previstas en el proyecto que puedan resultar
perjudiciales”. Además, indicaba qué factores deben tenerse en cuenta a la hora del descimbrado:

“a) El peso del hormigón, especialmente si representa la mayor parte de la carga total del
proyecto.
b) Las cargas impuestas, por ejemplo, el cimbrado de otros elementos superiores, las
sobrecargas de ejecución, etc.
c) La secuencia de descimbrado y la posible actuación temporal con gatos y soportes
temporales.
d) La necesidad de mantener determinados elementos para reducir las deformaciones
dependientes del tiempo (por ejemplo, puntales intermedios) o para garantizar la
estabilidad de la estructura (por ejemplo, refuerzos contra viento).
e) Operaciones de tesado e inyección.
f) Operaciones particulares de descimbrado, por ejemplo en las partes en ángulo entrante
de los encofrados.
g) Las condiciones ambientales a las que se va a ver sometido el hormigón una vez retirado
el encofrado, sobre todo si éste actuaba como sistema de curado.
h) Posibles exigencias de tratamientos superficiales posteriores.
El plazo mínimo de descimbrado dependerá, entre otros, de la evolución de la resistencia
y módulo de deformación del hormigón, de las condiciones de curado, de las características de la
estructura y de la fracción de carga muerta actuante en el momento del descimbrado. Una
aproximación al valor de la resistencia mínima que debe haber alcanzado el hormigón en el
momento del descimbrado, puede obtenerse comprobando el cumplimiento de los Estados Límites
bajo las condiciones de las cargas actuantes en ese momento” (Comentarios al artículo 75,
EHE(1998)).

En la tabla 1 se recoge los periodos mínimos de desencofrado y descimbrado en función de


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distintos elementos de hormigón armado y temperatura superficial del hormigón, tomada de la


Instrucción EHE (2008), tabla 73.

Temperatura superficial del hormigón (ºC) $ 24º 16º 8º 2º

Encofrado vertical 9 horas 12 horas 18 horas 30 horas

Losas:
2 días 3 días 5 días 8 días
Fondos de encofrado
7 días 9 días 13 días 20 días
Puntales

Vigas
Fondos de encofrado 7 días 9 días 13 días 20 días
Puntales 10 días 13 días 18 días 28 días
Tabla 1 (tomada de la tabla 73 de la EHE-2008). Períodos mínimos de desencofrado y descimbrado de elementos de
hormigón armado.

Los datos recogidos de la tabla es para cemento de endurecimiento normal. Añadía que si se
aplican los valores dados -fundamentalmente en encofrado vertical- será preciso proceder a tomar
medidas adecuadas para garantizar un correcto curado y protección del hormigón.

I.5.- Definiciones.

Es preciso, antes de proseguir con el desarrollo específico del tema, comentar los términos que
se manejan, en ocasiones con bastante confusión: cimbra, cimbrar y descimbrar, encofrado y molde.

Cimbra: De origen incierto, la RAE lo define como: “armazón que sostiene el peso de un arco o de
otra construcción, destinado a salvar un vano, en tanto que no está en condiciones de
sostenerse por sí misma”. 1ª acepción de las dadas por la RAE, solamente como segunda
acepción aparece la “vuelta o curvatura que de la superficie interior de un arco o
bóveda”.

Cimbrar: Colocar las cimbras en una obra (DRAE).

Cintra: Palabra de origen francés que significa, exclusivamente, la “curvatura de una bóveda o
de un arco”.

Encofrado: “Molde formado con tableros o chapas de metal, en el que se vacía el hormigón hasta
que fragua, y que se desmonta después”. En este sentido no resulta muy distinto de molde
y sí de cimbra, en la cual es preciso sostener las cargas, mientras no tiene la resistencia
debida.

Puntal: “Madero hincado en firme, para sostener la pared que está desplomada o el edificio o
parte de él que amenaza ruina”. -El DRAE define, pues, el sentido de apuntalamiento
como la acción de sostener una construcción que ha perdido su resistencia. Sin embargo,
es inevitable el uso del término puntal para definir los elementos verticales, individuales,
normalmente metálicos o, más raramente, de madera que conforman en parte una
cimbra.
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II. ENCOFRADOS: ESTUDIO ESTADÍSTICO.

El comportamiento probable de una estructura durante su construcción, depende, básicamente,


de varios factores agrupados en tres grupos (Webster, 1980):

1º Decisiones de proyecto tales como la resistencia del hormigón, el tamaño de los soportes, espesor
del forjado, cuantía de la armadura, etc.
2º Control de ejecución y decisiones del contratista tales como duración del ciclo de construcción,
plazos de descimbrado, número de plantas cimbradas y recimbradas, etc.
3º Condiciones ambientales tales como temperatura ambiente, humedad relativa y velocidad del
viento durante la construcción (variables que afectan al curado y adquisición de resistencias del
hormigón).

En cualquier caso, la cimbra es un auténtico sistema estructural que recibe y transmite el peso,
entre otros, del hormigón recién vertido a los forjados inferiores. Como cualquier elemento estructural
debe proyectarse para resistir con la suficiente seguridad las cargas que recibe (Feld, 1975):

1.- Cargas gravitatorias que actúan sobre el encofrado, englobando tanto el peso del hormigón
recién vertido (antes de endurecer) como de otros componentes del forjado (armaduras, piezas
aligerantes) así como la sobrecarga de construcción constituida por el peso del equipo, operarios
y métodos de transporte.
2.- Presiones hidrostáticas del hormigón en estado líquido y plástico; incluyendo las fuerzas dinámicas
no equilibradas durante el vibrado de la masa de hormigón y las fuerzas estáticas durante el
relleno de los encofrados.
3.- Presiones y succiones originadas por el viento, que son más desfavorables cuando todavía no se
ha completado el forjado.
4.- Fuerzas de tracción horizontales debido al arranque y parada de equipos, en especial si se
emplean pequeños vehículos de transporte o carretillas mecánicas.
5.- Cambio en las cargas aplicadas en los puntales durante el vertido y compactación del
hormigonado, produciendo un efecto desestabilizador en la estructura sustentante con
compresiones diferentes en los apoyos. Colocación no simétrica del hormigón sobre el encofrado
o de acopio de materiales (Lew, 1985).

La causa básica de los problemas ocurridos en el sistema estructura en construcción - cimbra, está
en el hecho, del relativo coste alto del sistema encofrado - apuntalamiento. De hecho, la cimbra no
debe retirarse hasta que el hormigón tiene la suficiente resistencia; esta afirmación debe aplicarse para
cada uno de los estadios intermedios también. Es decir, no se puede modificar y pasar a otra etapa si
alguno de los forjados o cimbras no tiene resistencia suficiente, con el debido margen o coeficiente de
seguridad:

“Para evitar un colapso durante la construcción, el técnico que proyecte el sistema de cimbrado
debe examinar que en todas las etapas de la construcción, la resistencia disponible es mayor que
la requerida” (Gardner, 1990).

Sin embargo, desde el punto de vista económico es necesario llevar un procedimiento con el
menor número de juegos de cimbra y de puntales. El contratista tiende a reducir su coste construyendo
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el edificio, empleando el mínimo posible de juegos de encofrados y descimbrando lo antes posible (Liu
et al, 1985).

Las causas más comunes de colapsos durante la construcción de forjados son las excesivas
cargas aplicadas a la cimbra, la retirada prematura de puntales y fondos de encofrado y el inadecuado
arriostramiento de los puntales verticales frente a esfuerzos horizontales (Liu et al., 1985).

En sistemas de losas y forjados reticulares, el agotamiento y colapso de la estructura, durante la


construcción, suele ser el punzonamiento de las losas, rotura de naturaleza frágil (Gardner, 1990), (El-
Shahhat et al., 1993).

Investigaciones efectuadas tanto en Estados Unidos como en la antigua Unión Soviética y en


Japón han puesto de manifiesto que un porcentaje significativo de los siniestros más graves (colapsos)
se produce, en estructuras de hormigón armado, durante la construcción. Esta cifra supera el 70% en
la antigua Unión Soviética y son debidos a las causas anteriormente señaladas (altas cargas durante la
construcción y ciclos muy cortos de construcción) (Liu et al., 1988).

La tabla 2 recoge un estudio sobre un total de 24 siniestros ocurridos en el período 1964-1974 en


los Estados Unidos2 (Sommers, 1982).

Frecuencia de los siniestros


Origen del colapso
Número Frecuencia en %

Fallos de la cimbra (encofrado y apuntalamiento). 13 54

Prematura retirada del apuntalamiento. 2 8

Carga excesiva de construcción. 1 4

Fallo en el apoyo inferior (suelo). 1 4

Defectos de material. 2 8

Fuego. 4 18

Otras causas. 1 4

Tabla 2. Estadística del origen de los colapsos de forjados en construcción durante el período 1964-74 (Sommers, 1982).

Hurd (1985) enuncia una lista de causas de los fallos en las cimbras que, como señala Sommers
(1982), es la primera de las causas de siniestralidad, como se pone de manifiesto en la tabla 1. Además,
añade, estas causas se mantienen de forma constante desde hace más de 20 años (Hurd, 1985):

! Cargas excesivas, no previstas, verticales u horizontales, para las que la cimbra no ha sido
diseñada.
! Inadecuado arriostramiento. El arriostramiento diagonal se necesita siempre para absorber los
esfuerzos horizontales de viento. Además, los travesaños de atado horizontales, reducen la
longitud de pandeo de los puntales individuales.

2 Es evidente, que la frecuencia en los siniestros se ha reducido drásticamente en las últimas décadas en los países que
más han empleado sistemas de forjados de losas macizas y ciclos de construcción cortos. De hecho, el estudio de los
informes de siniestros y las causas de estas manifestaciones patológicas han conducido a reducir el número de
siniestros. Una correcta información a los técnicos ha ayudado en esta labor.
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! Falta de control en los trabajos de colocación y compactación del hormigón. Velocidades muy
grandes de vertido y compactación pueden incrementar la presión lateral sobre los costeros del
encofrado. La descarga de un balde de hormigón, desde una altura de 1,80 metros (no suele
realizarse de más arriba, dada la estatura del hombre) produce un impacto dinámico con una
presión de 480 a 725 kp / m². Peor solicitación se produce en el caso de la acumulación de
hormigón en áreas localizadas del forjado, donde se puede alcanzar cargas del orden de 1450
kp / m² (Sommers, 1982).
! Escasa atención a las conexiones entre elementos de la cimbra así como a las zonas de
transmisión de cargas (placas de apoyo).
! Apoyo sobre durmientes encima de suelos inestables (helados, húmedos, etc.) así como falta de
plomo en los puntales.
! Errores en la técnica de recimbrado.
! Errores en los trabajos de desencofrado y desapuntalamiento.

Sin embargo, las causas de los fallos son, casi siempre, atribuibles a errores humanos en la
aplicación más que a la inadecuación de las técnicas existentes (Hurd, 1985). Es habitual, además, que
el técnico no se sienta obligado a intervenir en los aspectos constructivos de las cimbras; sin embargo,
parece y cada día se reclama con más fuerza una mayor atención por parte del técnico hacia los
problemas de la fase de construcción y de la seguridad de estas estructuras provisionales3 (Sommers,
1982), (Hurd, 1985), (Gardner, 1985).

La figura 1, tomada de Sommers (1982), demuestra como la productividad y, también, la


concentración de los operarios en trabajos duros varía con la jornada laboral. Así, a partir de ocho horas,
la productividad cae rápidamente y la posibilidad de cometer errores se incrementa del mismo modo.
Por tanto, el técnico debe conocer esta situación para programar los trabajos más delicados, como por
ejemplo los trabajos de recimbrado, en un momento del día donde la concentración de los operarios
sea máxima.

3 En Estados Unidos, con otras condiciones respecto de la pólizas de seguros de la edificación, un informe de las
compañías de seguro afirmaba que el 80% de todas las reclamaciones contra profesionales de la construcción
procedían de la falta de determinación de las responsabilidades de cada uno de los agentes que intervienen:
propietario, constructor y proyectista, en la construcción.(Hurd, 1985).
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Figura 1.- Productividad para trabajadores en tareas duras


(Sommers, 1982).

La figura 2, representa para el mismo estudio


estadístico señalado en la tabla 2, la situación en la
que resulta más frecuente que se produzca el
siniestro. Las etapas son:

1. Durante el montaje de la cimbra.


2. Antes del hormigonado.
3. Durante el hormigonado.
4. Posterior al hormigonado de un elemento no
post-tesado.
5. Posterior a los trabajos de hormigonado y
previo al post-tesado.
6. Posterior a los trabajos de hormigonado y
Figura 2.- Frecuencia de los siniestros en función de la etapa
de construcción (Chen y Mosallam, 1991). post-tesado.
7. Durante los trabajos de retirada del encofrado o del apuntalamiento, incluyendo los trabajos de
movimiento, transporte, de la cimbra.
8. Durante los trabajos de demolición de elementos de la estructura permanente.
9. Durante la colocación de elementos prefabricados.
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Es evidente, que la fase más peligrosa, un 49% de los casos, la constituye el hormigonado,
colocación y compactación. Como anteriormente he señalado y también advierte la EHE, en esa etapa
se produce un incremento de las cargas, incluyendo el peso de los equipos y operarios, y, además, se
producen fuerzas horizontales de valor no despreciable.

III. DISPOSICIONES CONSTRUCTIVAS.

Más importante, para la seguridad e integridad de la cimbra, que el cálculo son las disposiciones
constructivas en la cimbra y encofrado. Las recomendaciones al respecto son escasas en la normativa
y en la bibliografía, más interesada en el cálculo que en el proyecto de la cimbra. Así, Calavera (1988)
expone la siguiente recomendación:

“El apuntalamiento debe ser calculado en cuanto se sale de las cargas y alturas habituales. Si la
altura de puntales es superior a 2,60 metros, deben arriostrarse. El arriostramiento es siempre
conveniente y debe considerarse imprescindible para alturas de más de 2,60 metros o pesos
propios de forjado superiores a 250 kp / m²" (Calavera, 1988).

De la actual normativa EHE-08 indica, en el artículo 68.2., las condiciones de arriostramiento y de


construcción de las cimbras:

“Se dispondrán durmientes de reparto para el apoyo de los puntales, cuando se transmita
carga al terreno o a forjados aligerados y en el caso de dichos durmientes descansen
directamente sobre el terreno, habrá que cerciorarse de que no puedan asentar en él.
Las cimbras deberán estabilizarse en las dos direcciones para que el apuntalado sea
capaz de resistir los esfuerzos horizontales que pueden producirse durante la ejecución
de los forjados, para lo que podrán emplearse cualquiera de los siguientes
procedimientos:
- arriostramiento de los puntales en ambas direcciones, por ejemplo con tubos o
abrazaderas, de forma que el apuntalado sea capaz de resistir los mencionados
esfuerzos horizontales y, al menso, el 2% de las cargas verticales soportadas
contando entre ellas la sobrecarga de construcción.
- transmisión de los esfuerzos a pilares o muros, en cuyo caso deberá comprobarse
que dichos elementos tienen la capacidad resistente y rigidez suficiente, o
- disposición de torres de cimbra en ambas direcciones a las distancias
adecuadas”.

De hecho, ya mencionado en el capítulo II, el 50% de los colapsos se producen durante el


hormigonado. Son originados, frecuentemente, por acciones horizontales, del viento o del equipo de
hormigonado, no previstas.

La acción del viento es más importante por la inestabilidad que puede producir más que por las
cargas directas que genera en la cimbra (Lew, 1985) (Chen y Mosallam, 1991). Las normas y
recomendaciones nacionales dicen poco al respecto. Así, el comité 347 del ACI señalaba que se debe
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considerar una fuerza de 150 kp / m², y no menor del 2% de la carga vertical, como carga horizontal y
uniforme en cada dirección del forjado cimbrado (ACI, 1988).

Además, las cargas horizontales no sólo se provocan por la acción del viento sino, como
previamente he mencionado, por la acción de un vertido asimétrico del hormigón, el acopio de
materiales de construcción, la acción de frenado y arriostramiento de las grúas-torres, el equipo de
compactación del hormigón, etc., (Lew, 1985), (Grossman, 1987).

En la figura 3, tomada de Mosallam y


Chen (1990) se puede observar un arriostra-
miento oblicuo, apoyándose en elementos
constructivos permanentes (base y cabeza de
soportes), en líneas continuas, así como otro
mediante barras horizontales, unidos mediante
grapas a los puntales, línea discontinua.

Las condiciones establecidas en las


recomendaciones americanas para el empleo,
o mejor la falta de utilización, de arriostramientos
son las siguientes (ACI, 1988), (Mosallam y Chen,
1990):
Figura 3.- Disposiciones constructivas de arriostramientos
horizontales e inclinados (Mosallam y Chen, 1990).
1º La esbeltez mecánica, en puntales
metálicos no será superior a 200 para puntales no arriostrados. Por tanto, para un puntal con
diámetro exterior 48,0 mm. y 3 mm. de espesor, lleva a que la máxima altura sin arriostramiento
sería de valor:

(1)

2º El arriostramiento, caso de ser necesario por superar la limitación anterior, debe llevarse hasta un
suelo firme o, lo que es más frecuente, hasta elementos permanentes de la construcción. Si la
cimbra se ha ejecutado mediante varios elementos superpuestos, unos encima de otros, es
siempre necesario acudir a la solución de diagonales en dos direcciones ortogonales como
mínimo. En el caso de que el apuntalamiento se ejecute mediante un único puntal que salva
toda la altura, entonces puede ser suficiente con barras horizontales convenientemente unidas,
mediante grapas bisector o trisector, a los puntales.

3º En el caso de que sean puntales únicos, punto anterior, el arriostramiento horizontal se procurará
instalarlo a mitad altura y, además, será en dos direcciones ortogonales.

4º El arriostramiento mediante diagonales se realizará, como mínimo, en ambos extremos de las


líneas de puntales, con un ángulo comprendido entre 30º y 45º sexagesimales, uniendo desde
las correas superiores del encofrado hasta el durmiente inferior.
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5º Si el cociente altura / ancho de las correas del encofrado es superior a 2,0, en el caso de
emplearse esta solución constructiva de encofrado será necesario realizar también arriostra-
mientos horizontales (mediante diagonales, por ejemplo) para evitar el riesgo de vuelco de las
correas.

Por otra parte, la solución constructiva debe garantizar que ante un posible ascenso del fondo de
encofrado, el puntal se mantenga en posición sin desplomarse (figura 4). Para ello se suele recurrir a
uniones, empalmes, con pasadores que garanticen una cierta resistencia a la tracción o grapas,
abrazaderas o mordazas en la unión del fondo del
encofrado y del puntal. En general, hay que
disponer los puntales con objeto de que no se vea
comprometida su estabilidad por una flecha
negativa, ascendente, del forjado en las fases
intermedias del hormigonado.

Ejemplo de esquema de grapas giratorias para


realizar el arriostramiento sobre tubo de 48,3 mm
de diámetro, tomado del excelente libro de
Calavera et al, “Ejecución y control de estructuras
Figura 4.- Movimiento ascendente del encofrado; exigencia de hormigón”, editado por INTEMAC, ISBN 84-88764-
de arriostramiento y continuidad entre el encofrado y los
puntales (ACI, 1988). 19-7, muy aconsejable para ampliar este tema.

III.1.- Soluciones industrializadas de cimbras y


encofrados.

Las soluciones actuales de cimbras y


encofrados tienden, conforme a lo indicado en los apartados anteriores, a reducir la mano de obra
necesaria para su instalación así como su retirada. Además, estos sistemas aportan mayor seguridad de
los operarios encargados de ejecutar la construcción de la estructura.

Existe innumerables soluciones -muchas de ellas patentadas-. Prácticamente todas tienen en


común la posibilidad de recuperar parte del material, fondos de enconfrado, correas e incluso puntales,
dejando el resto durante el periodo de tiempo que se juzgue necesario antes del descimbrado.
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Fotografías de sistema de andamio realizado


encima de las ruinas arqueológicas, junto al Palacio
Arzobispal de Valencia. Obsérvese la cantidad de
elementos que constituyen el andamio así como la
rigidización del mismo por elementos horizontales a
media altura (fotografía a la izquierda de este texto)
y diagonales.
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Esquema del montaje del Sistema Ecomecano, de la empresa ALSINA, tomado del catálogo general de
productos y servicios de la citada marca.

En la página siguiente, están recogidas de la documentación técnica de la empresa, las


características técnicas de los puntales (Alsina).
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IV. Cálculo de las cargas durante el cimbrado de plantas consecutivas.

Cuando el edificio se construye con rapidez, cada forjado no tiene la suficiente resistencia para
soportar, por si sólo, la carga que le transmite el forjado inmediatamente superior desde el momento en
que es hormigonado. Por ello, resulta necesario cimbrar varias plantas de forma que la carga del último
forjado en construcción se reparta entre varios forjados, más o menos endurecidos, y no se transmita
únicamente al inmediatamente inferior.

Con este sistema constructivo se consigue un ahorro económico, ya que reduce el número de
puntales y de sopandas respecto a lo que sería necesario para mantener todos los forjados cimbrados
hasta el terreno. Además, al liberar de puntales las plantas inferiores, permite que se inicien en ellas otros
tipos de trabajos no estructurales.

En estas condiciones, y dependiendo sobre todo de la relación peso propio del forjado / carga
total de servicio, esta última puede ser excedida durante la construcción.

IV.1. Hipótesis adoptadas en el cálculo.

Atendiendo a lo que indica el Profesor Calavera4, las hipótesis adoptadas en el cálculo, que han
sido confirmadas como suficientemente aproximadas por medición directa en obras reales, son las cinco
siguientes:

1ª.- Se supone que los forjados inferiores consecutivos, a los que se transmite la carga del nuevo
forjado, tienen todos la misma rigidez.

Obsérvese que se está hablando de rigidez y no de resistencia y, por tanto, la exactitud de esta
hipótesis dependerá de la evolución del módulo de
deformación y no de la de su resistencia. En
consecuencia, dada la rapidez notable con que crece el
módulo de deformación a primeras edades, se puede
considerar aceptable esta hipótesis.

2ª.- Los puntales se consideran infinitamente rígidos con


respecto a la flexibilidad de los forjados.
Esta afirmación es válida para puntales metálicos, hoy en
día prácticamente los únicos de que se dispone en obra. Figura 5. Evolución del módulo de
En puntales de madera, esta hipótesis no es tan exacta deformación, Ec.

pero conduce a resultados del lado de la seguridad.

3ª.- Los puntales de la planta más baja descansan sobre un suelo infinitamente rígido.
Entendiendo por planta más baja la primera desde la cimentación, sea ésta el forjado techo de
sótano o de planta baja. Esta afirmación es válida siempre y cuando se ejecute una solera o losa
de cimentación sobre la que se apoyen los puntales.

4ª.- Los efectos de retracción y fluencia del hormigón pueden ser despreciados.

6 Cálculo, construcción y patología de forjados de edificación Edita INTEMAC. Cuarta edición. Madrid 1988.
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5ª.- Las cargas de los puntales pueden ser asimiladas a cargas uniformemente repartidas sobre los
forjados.
Esta ultima hipótesis es válida cuando el cimbrado cumpla satisfactoriamente las exigencias
señaladas del cálculo de sopandas necesarias.

A partir de estas cinco hipótesis y haciendo uso de los principios de la mecánica racional, puede
deducirse las leyes siguientes:

1ª.- Si hay n plantas cimbradas (o sea, n forjados apoyados sobre puntales) cuando se hormigona el
último, su carga q kp/m2 se reparte entre los n forjados inferiores colaborantes, correspondiendo
a cada uno:

(2)

En la Figura 6 se representa el caso de tres juegos de


cimbras. El forjado 5º, recién hormigonado, no soporta su carga
q y se reparte en función de las hipótesis 1ª y 2ª en partes iguales
a los forjados 2º, 3º y 4º, a través de los puntales. Estos transmiten
las cargas indicadas entre paréntesis. Se advierte que no se ha
representado el estado de cargas total de los forjados sino, úni-
camente, el incremento producido por el hormigonado del nuevo
forjado.

2ª.- Si hay n plantas cimbradas, al descimbrar la inferior, la


diferencia entre la carga total q1 que recibía y su peso Figura 6. Reparto de cargas tras la
construcción de un nuevo forjado.
propio q0, se reparte entre los n forjados superiores,
correspondiendo a cada uno:

(3)

En la Figura 7 se ha representado el caso, también


como en la Figura 6, para tres juegos de cimbras. Se ha
suprimido la cimbra entre los forjados 2º y 3º,
produciéndose un incremento de carga (q1 - q0)/3 en los
forjados 3º, 4º y 5º.

En todo lo anterior, se supone que la carga q


2
kp/m engloba no sólo el peso propio del forjado, sino
también el de las sopandas, puntales y encofrados, así
como el de la sobrecarga de construcción, si existe. Figura 7. Reparto de cargas tras descimbrar
la última planta cimbrada.
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En la práctica supondremos el reparto de coeficientes “unidad” indicando por ello el 100% del
peso que gravita por forjado (realmente, como veremos en la práctica 07 es la suma del peso propio del
forjado más el peso de la cimbra más la sobrecarga de construcción). Es decir, repartiremos coeficientes
“1" por lo que un determinado coeficiente k = 1,75 supone que un determinado forjado o puntales de
una cimbra, por metro cuadrado, tiene una carga equivalente a 1,75 veces la suma del peso propio +
peso de la cimbra + sobrecarga de construcción.

IV.2.- Cargas consideradas en el cálculo de las cimbras.

Tal y como se ha adelantado en los apartados anteriores, las cargas que hay que considerar
durante la fase de construcción son las siguientes:

a) El peso propio del forjado. Por ejemplo, para un forjado de semivigueta armada, canto total 26
+ 4 cm., el peso es de 3,71 kN/ m2, para un intereje de 70 cm., según ficha de autorización de
uso.

b) El peso de puntales, sopandas y encofrado. Habitualmente se estima en un 10% del peso propio
del forjado. En este caso:

(7)

c) La sobrecarga de construcción, que según la Instrucción EFHE debe considerarse, como mínimo,
de 1kN / m²) (artº 16.1.a).

Por tanto, la carga máxima producida en el forjado 2º, 3º ó 4º, puede considerarse igual a:

 
Q max  K max  Ppropio  Pcimbra  1,10  Sobrecarga construccion (8)

donde el coeficiente 1,10 se ha introducido por la incertidumbre de las hipótesis efectuadas. En


efecto, las hipótesis introducidas no son exactamente ciertas, aunque experimentalmente se ha
demostrado que resultan suficientemente seguras si se introduce el citado coeficiente corrector.

El valor de la carga máxima debe ser, como toda verificación de los Estados Límites Últimos,
ponderado por un coeficiente de mayoración de acciones5, γf, mayor que la unidad. Así, la carga
máxima mayorada producida puede considerarse igual a:

  
Q d   f   K max  Ppropio  Pcimbra  1,10  Sob construc.  (9)

5 La EFHE, artículo 16.1.d, señalaba un valor mínimo de 1,25 como coeficiente global del coeficiente de seguridad. De
hecho, podríamos adoptar coeficientes parciales distintos para la carga permanente y otro distinto para la sobrecarga
de construcción; sin embargo en este texto por sencillez adoptamos un único coeficiente, de valor mínimo 1,25. Así,
de acuerdo con la tabla 12.1.a. de la Instrucción EHE-08 debería tomarse la combinación de acciones que resultase
pertinente. Actualmente, la EFHE ha sido derogada por la EHE-08 y sustituida, parcialmente, por el Anejo 12º de esta
última Instrucción EHE-08, que no indica nada al respecto.
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Tabla 12.1.a de la EHE-08 “Coeficientes parciales de seguridad para las acciones, aplicables para la evaluación de los
Estados Límites Últimos”.

Siguiendo el ejemplo, la carga para la cual ha sido calculada la estructura es de 6 kN / m², la


carga permanente, y 2 kN / m² la carga variable, valores característicos / representativos. Por tanto, se
puede obtener la carga total mayorada ponderando por el coeficiente de mayoración de cargas
correspondiente que, para cargas desfavorables, control normal y edificios de viviendas, vale 1,6, para
las cargas variables y 1,5 para las cargas permanentes (véase tabla 12.1.a. de la Instrucción EHE).
kN
Q totalmayorada  6  1,5  2  1,6  12,2 (10)
m2
Por tanto, para comprobar la corrección de la solución de cimbrado propuesto en nuestro
proyecto es posible recurrir a obtener un coeficiente “α” como cociente entre la carga mayorada en la
fase de construcción y la carga mayorada para la que se ha proyectado y construido el forjado. Por otro
lado, para las comprobaciones de los estados límites de utilización / servicio (fisuración y flechas) sería
preciso recurrir a otro coeficiente α’ como cociente entre las cargas de la fase de construcción y las
cargas características (sin mayorar) del proyecto. Este último coeficiente es más restrictivo, dado que el
valor del coeficiente de mayoración de las cargas para la fase de servicio, γ’f, (1,25 - 1,45) es menor que
los valores dados en la tabla 12.1.b. para los coeficientes de ponderación de las cargas permanentes
y sobrecargas (1,5 y 1,6, respectivamente con control normal).

 'f •  k • P. P • 110
, • 110 ,  S . C.
  1,00 (8)
 f ,G • G   f ,Q • Q
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,  S . C.
k • P. P.•1,10 • 110
'   1,00 (9)
G Q

IV.3.- TÉCNICA DE CIMBRADO Y RECIMBRADO.

Como se ha analizado en las expresiones anteriores, el método de apuntalamiento sobre plantas


inferiores mediante cimbrado puede ser insatisfactorio en algún forjado determinado, distinto en función
del número de juegos de cimbras. Una solución de interés en estos casos es la técnica de recimbrado
que consiste, de acuerdo nuevamente con el profesor CALAVERA, en descimbrar determinadas plantas,
liberando las cargas entre los forjados y, a continuación, cimbrar de nuevo, asegurando el contacto
entre puntales y forjados, de forma que esos puntales colaboren en los futuros incrementos de carga.

En las Figuras 8 y 9 se indica el esquema de la operación para dos y tres juegos de cimbras
respectivamente.

Figura 8. Solución con dos juegos de cimbras y recimbrado de la totalidad de los forjados, factores de carga en los
forjados..

Figura 9. Solución con tres juegos de cimbras y recimbrado de la totalidad de los forjados.

En las figuras 8 y 9 el recimbrado de las plantas más bajas así como de la última planta son
innecesarios6 dado que el efecto de la cimbra hasta la solera o losa de cimentación infinitamente rígida
hace inútil dicha operación. Además, en la última planta carece de sentido realizar un recimbrado
cuando no se va a proseguir con la construcción de ningún nuevo forjado (en dichas figuras está
recuadrado los pasos de recimbrado innecesarios).

Como puede apreciarse, en cada ciclo de operación, lo primero es recimbrar la planta más baja
cimbrada. A continuación, se desmonta el apuntalamiento de la planta más baja recimbrada y se
traslada a su nuevo emplazamiento en la nueva planta en construcción.

Obviamente si la técnica de recimbrado se extiende desde el forjado 1º hasta el último, el valor


máximo obtenido sería para K de 1,25, para cuatro juegos de cimbras, K = 1,33 para tres juegos de
cimbras y K = 1,50 para dos juegos de plantas cimbradas.

6 En las plantas más bajas puede ser necesario el recimbrado dado que si está prevista esta técnica de construcción es
posible la inexistencia de más juegos de cimbras completos.
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Aunque las ventajas de la técnica de recimbrado son evidentes, debe tomarse una serie
de precauciones:

1ª: El recimbrado introduce al último forjado


hormigonado una carga igual al peso propio
más el peso de la cimbra y de la sobrecarga de
construcción ( k = 1,0) a una edad temprana.
Deberá ser consciente el técnico de ello y
verificar con suma precaución los plazos.

2ª: Al proceder a bajar los puntales, dado que no es


necesario desmontar los mismos
completamente, se debe tener presente que
esta operación debe permitir la libre defor-
mación, vertical, de todos los elementos
estructurales. Por ello no resulta aconsejable
procesos de recimbrado como el de la Figura
10, donde al bajar la cimbra de la planta EFCD
Figura 10. Proceso erróneo de recimbrado.
en dos mitades, los elementos estructurales de la
línea A-B no han sido efectivamente liberadas de la coacción de la cimbra y, por tanto, no puede
pensarse en un auténtico proceso de recimbrado.

3ª: Como consecuencia de las dos observaciones anteriores, el recimbrado debe ir acompañado
de un control muy cuidadoso de la ejecución y exige la presencia de un técnico cualificado
durante estas operaciones.

IV.4.- CIMBRADO SOBRE UN PRIMER FORJADO.

Un caso especial que hay que cuidar en especial es cuando la edificación arranca con un primer
forjado muy cercano a la cota del suelo. Este tipo de forjado se le conoce como forjado sanitario y está
exigido en diversas normativas. Tal era el caso de las viviendas en planta baja, donde se exigía en las
antiguas viviendas de protección oficial que se hiciesen un forjado sanitario ventilado.
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Figura 11. Caso de cimbrado sobre forjado sanitario. Factores de carga en los forjados.

Figura 12. Caso de cimbrado sobre forjado sanitario de rigidez doble que el resto. Factores de carga en los forjados.

En este caso, la hipótesis 3ª deja de ser cierta y este primer forjado no tiene porqué tener una
mayor rigidez que el resto. Ahora bien, si este primer forjado sanitario fuera mas rígido por haber el
proyectista considerado que resulta más solicitado que el resto en la fase de construcción, lo que es
cierto, o por no tener posibilidad de encofrarlo por su parte inferior, debe recordarse que las cargas o mas
propiamente los esfuerzos generados por las cargas, se reparten proporcionalmente a las rigideces. Es
decir, si este forjado tiene rigidez doble que los demás, se llevará, a igualdad de las restantes
condiciones, carga doble que el resto. Así, las Figuras 11 y 12 representan un caso de edificio de altura
moderada, 8 forjados, que se cimbra con dos juegos de puntales, considerando igual rigidez de este
forjado con el resto de forjados en la figura 11 y doble en la figura 12.

Como puede observarse, los coeficientes k máximos obtenidos son superiores a los casos sobre
solera infinitamente rígida y, además, es de destacar que, en este caso, se producen siempre sobre el
primer forjado (forjado sanitario). El incremento de rigidez del primer forjado supone, un incremento
también de la carga que recibe (véase figuras 11 y 12).

Figura 13. Caso de cimbrado sobre forjado sanitario. Factores de carga en los puntales.
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Figura 14. Caso de cimbrado sobre forjado sanitario de rigidez doble al resto de forjados. Factores de carga en los
puntales.
Bibliografía recomendada:

“Instrucción de Hormigón Estructural (EHE-08)”. Aprobada por Real Decreto 1247/2008, de 18 de julio. Ministerio
de Fomento. Boletín Oficial del Estado de 22 de agosto de 2008.

“Ejecución y Control de Estructuras de Hormigón”. Calavera Ruiz, J.; Alaejos Gutiérrez, P.; González Valle,
E.; Fernández Gómez, J.; Rodríguez García, F. Editado por el Instituto Técnico de Materiales y
Construcciones. Madrid, 2004. ISBN: 84-88764-19-7.

“Concrete Buildings. Analysis for Safe Construction”. Chen, W.F.; Mosallam, K.H. Editado por CRC Press.
Florida, USA. 1991. ISBN: 0-8493-4213-9.

“Proyecto de Estructuras de Hormigón con Armaduras Industrializadas”. Calavera Ruiz, J.; González Valle,
E.; Fernández Gómez, J.; Valenciano Carles, F. Editado por el Instituto Técnico de Materiales y
Construcciones, INTEMAC. Madrid, 2002. ISBN: 84-88764-13-8.

La EHE-08 es norma de obligatorio cumplimiento que, además, como he indicado no se ha visto


afectada por el Código Técnico de la Edificación, si bien en la edición actual intenta coordinar su
contenido con el Código Técnico, dado que en la anterior EHE se entraba en conflicto con el CTE como,
por ejemplo, al definir aspectos de durabilidad o su enfoque prestacional.

El libro titulado “Ejecución y Control de Estructuras de Hormigón” es una publicación que hace una
incursión en el ámbito de la Construcción de las Estructuras, aspectos que no estaba desarrollado en las
publicaciones técnicas en castellano. Es, obviamente, muy extenso comparado con el desarrollo de esta
Unidad Docente 2 “Construcción de las Estructuras”.

Los dos últimos libros son bibliografía específica respecto, el primero, de la fase de cimbrado y
descimbrado -desde un aspecto técnico de determinación de su seguridad- y el segundo respecto de
las armaduras aunque contiene otros temas interesantes como el cálculo del número y ubicación de
separadores, por ejemplo.

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