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Poder Judicial de la Nación

SALA CIVIL L

L 601.023 (Expte. n° 87.575/09) “Nueva Chevallier SA c/ Sucesores y


Herederos de Horacio Ayala y otros s/ daños y perjuicios” -Juz 55-

En Buenos Aires, a los 23 días del mes de octubre del año dos mil
doce, encontrándose reunidos en Acuerdo los Señores Jueces de la Sala “L”
de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil a fin de pronunciarse en
el expediente caratulado “Nueva Chevallier SA c/ Sucesores y Herederos de
Horacio Ayala y otros s/ daños y perjuicios” de acuerdo al orden del sorteo
el Dr. Galmarini dijo:
I.- El 22 de julio de 2008, el micro Mercedes Benz,
modelo O 500 RSD, de la empresa actora, transitaba por la Ruta nro. 8 en
jurisdicción de la localidad de Arias, pcia. de Córdoba y fue embestido por
el rodado Fiat Siena que invadió su carril de circulación.
El Sr. juez admitió la acción y condenó a Pascacio
Ayala e Inés Sánchez (como sucesores de Horacio Ayala) a pagar a Nueva
Chevallier SA la suma de $ 236.000, con más intereses que los fijó a la tasa
activa desde que se produjo cada perjuicio hasta el efectivo pago. Dicha
condena se hizo extensiva a Mapfre Argentina Seguros SA en la medida del
seguro (fs. 278/85).
En esta instancia se quejó la parte actora por los
argumentos que expuso a fs. 325/8, respondidos a fs. 338/9. La citada en
garantía se agravió por los fundamentos de fs. 329/30, contestados a fs.
334/6.
II.- Como no se cuestionó la responsabilidad atribuida,
trataré los agravios vinculados con los rubros indemnizatorios.
Lucro cesante:
El magistrado desestimó esta partida por considerar
que la parte actora no probó que con posterioridad al accidente hubiera
percibido una ganancia inferior por la actividad desplegada.
La empresa accionada afirma que acreditó la mengua
con la prueba pericial contable.
Informó el perito contador a fs. 180/89, luego de
revisar los registros contables e informáticos de la empresa, que el
vehículo siniestrado permaneció sin movimiento desde el 22 de julio de
2008 hasta el 9 de octubre de 2008 y estableció que el cálculo del lucro
cesante que sufrió la actora a consecuencia de la indisponibilidad del
rodado ascendió a $ 110.321,15 (fs. 187, pto. 7). No obstante, al responder
la impugnación de la citada en garantía expresó que esa afirmación se trató
de una apreciación semántica, pues en ningún momento pretendió
“consignar y dar por sentada la validez del lucro cesante calculado” (fs.
225).
La admisión de la existencia de lucro cesante
presupone una prueba certera de las ganancias dejadas de percibir y de su
cuantía. Quien formule esta petición debe traer al pleito la prueba que
demuestre su extensión o, por lo menos, dejar en el ánimo del juez la
certeza de que no se produjo una ventaja por haberlo impedido la acción del
responsable o corresponsable del hecho dañoso (CNCiv., Sala C, mayo
17/2005, L. 405.657 “González José Mario c/Gil Nelio Omar s/daños y
perjuicios”).
Como bien lo entendió el magistrado y no ha sido
desvirtuado, no se ha cumplido con tal exigencia probatoria, pues la pericial
contable no informa acerca de una pérdida de ganancia dejada de percibir
con motivo del accidente, sino que se mencionó un cálculo de las ganancias
que deja cada unidad, pero en modo alguno aquélla cifra refleja una pérdida
por la inmovilización del rodado.
Además, he de destacar que “Cuando se trata del retiro
de circulación de un vehículo de transporte colectivo de servicios públicos,
el lucro cesante no puede presumirse, pues es norma que, en tal situación,
se lo reemplace por otro, sin alterarse la eficacia del servicio y el número de
usuarios.” (CNCiv, Sala “F”, junio 19/1996, del voto del Dr. Posse Saguier
en autos “Transportes Avenida Bernardo Ader SA c/ Micro Ómnibus
Quilmes SA s/ daños y perjuicio”, nro. de recurso 184.295elDial.com.
AE8CF). En igual sentido se ha dicho que “No cabe admitir el lucro cesante
por el sólo hecho de que la unidad siniestrada de la empresa actora, se haya
visto obligada a permanecer fuera de servicio para efectuarle reparaciones,
debido a que lo normal es que los pasajeros sean absorbidos por otras
unidades (conf. LA LEY, 135-886; LA LEY, 135-78 y LA LEY, 156-835;
CNCiv, Sala “F”, causas libres n° 55.832 del 20/2/90, 35.265, del 2/8/90 y
184.295 del 16/6/96, esta última con primer voto del suscripto, LA LEY,
1997-F,959)” (CNCiv, Sala “A”, agosto 14/2009, del voto del Dr. Posee
Saguier en los autos “Transporte Larrazábal CISA c/ Estado Mayor
Conjunto y otros”, publicado en laleyonline AR/JUR/71478/2009) (CNCiv,
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esta sala, mayo 4/2012 “Morales Carlos Alberto c/ Cia Andrade Empresa de
Transportes de Pasajeros L 283 s/ daños y perjuicios”, L 588.755).
Como señalé anteriormente, no existen elementos
demostrativos de que la falta de explotación del interno 2067 hubiera
disminuido las ganancias de la empresa actora, la prueba pericial contable
no alcanza a tal fin y por ende considero que ha de aplicarse el principio
jurisprudencial citado. Motivos por los cuales, voto desechar estos agravios
y confirmar la sentencia sobre el punto.
Daño emergente:
El Sr. juez fijó para las reparaciones del rodado la suma
de $ 200.000. La citada en garantía cuestionó la cifra por considerarla
elevada. Entiende que ha de otorgarse el importe peticionado por el actor,
que fue ratificado por el perito contador.
Asiste razón a la apelante pues la cifra concedida por el
magistrado fue la estimada por el perito mecánico y no la que realmente se
debió pagar por los arreglos del micro. En tal sentido, la actora reclamó la
suma de $ 191.602,29 comprensiva de la mano de obra y el valor de los
repuestos necesarios, importes que ya han sido pagados, dado que el rodado
fue reparado. Así fue expresado por la reclamante al inicio y en la
contestación de la expresión de agravios (ver fs. 335), al decir que ese fue
el importe que debió afrontar. En efecto, el perito contador estableció a fs.
188 que aquélla fue la suma que la empresa actora afrontó por los gastos de
reparación del vehículo.
Entonces, si la actora ya reparó el rodado y por ende
conoce la suma exacta del perjuicio, es indiscutible que esta partida debe
prosperar por $ 191.602,29. Así voto por admitir estos agravios y modificar
el pronunciamiento en este sentido.
III.- Se quejó la citada en garantía únicamente por la
tasa de interés a aplicar. Pretende la aplicación de la tasa pasiva.
He adherido al criterio según el cual durante el lapso
en que se determinaron valores actuales aplicar la tasa activa que determina
el plenario “Samudio de Martínez, Ladislaa c/ Transportes Doscientos
Setenta S.A. s/ daños y perjuicios”, que incluye el componente
inflacionario, importaría una duplicación injustificada de la indemnización
en la medida de la desvalorización monetaria, que se traduciría en un
enriquecimiento indebido.
En consecuencia, respecto del rubro desvalorización
del rodado propongo que los intereses deben correr desde la fecha del
hecho hasta la sentencia de primera instancia que fijó la cuantía, a la tasa
del 8 % anual, y de ahí en adelante hasta el efectivo pago a la tasa activa
cartera general (préstamos) nominal anual vencida a treinta días del Banco
de la Nación Argentina.
En relación al rubro daños materiales, como se trata de
un valor histórico que ya ha sido pagado por la actora, el interés debe correr
únicamente a la tasa activa desde que se efectuó cada pago hasta la
cancelación.
Por todo lo expuesto, voto por confirmar la sentencia
de primera instancia, salvo en cuanto al monto del daño emergente que se
fija en $ 191.602,29 y los intereses que se establecen como se dispuso en el
considerando III. Con las costas de alzada a cargo de la parte demandada y
de la citada en garantía substancialmente vencidas en el pleito (art. 68 del
Cód. Procesal).-

El Dr. Liberman dijo:


Adhiero en general al voto del Dr. Galmarini, pero disiento en
lo referente al rubro lucro cesante.
En primer lugar, entiendo que el nombre que se dé al reclamo
no sella la suerte de la pretensión. Definitivamente, lo que pide en su
demanda la empresa de autotransporte es una compensación por el daño
económico que le produjo la inmovilización de la unidad durante
determinado lapso. El lucro cesante surge de la privación del uso.
La diferencia sustancial es que para mí no sólo puede
presumirse el daño económico por la privación de uso de un automotor
particular, sino también de los vehículos de flota, autotransporte, camiones,
taxis, etc. Más allá de que el empresario pueda demostrar la cuantía de la
pérdida y no meramente deferir a la prudencia de los jueces la estimación
en los términos del art. 165 del C. Procesal, creo que el daño por pérdida de
ganancia (lucro cesante) existe y es presumible. Que los organismos de
control exijan que haya vehículos de reposición para que el servicio no
merme en su calidad y frecuencia, no lleva a concluir que el circuito o flujo
de explotación de la empresa de transportes no es dañado económicamente
cuando un vehículo es retirado.
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No encuentro que la pericia determine la pérdida neta por


indisponibilidad de esa unidad (seguramente sustituida) sino por cantidad
de kilómetros no recorridos y otros parámetros que podrían usarse si ese
fuese el único vehículo de la empresa. Por ello, en uso de las facultades del
art. 165 del C. Procesal, propongo conceder la cantidad actual de treinta mil
pesos por el rubro, más intereses conforme lo indicado por el Dr. Galmarini
en referencia a desvalorización del rodado.

Disidencia parcial de la Dra. Pérez Pardo:


Adhiero a lo resuelto por mi colega preopinante en cuanto a la
solución dada al caso, a excepción de lo vinculado al lucro cesante, (en que
adhiero al Dr. Liberman) y en cuanto al cómputo de intereses (en que
disiento con ambos).
Entiendo que en el caso particular, no se presenta el supuesto
previsto por el punto 4°, última parte, del plenario de está Cámara
“Samudio de Martínez c/ Transporte Doscientos Setenta S.A s/ daños y
perjuicios” de fecha 20 de abril de 2.009. El único límite que impone el
fallo es que el cómputo de intereses por el período anterior a la sentencia
importe una grave y trascendente alteración del significado económico de
la condena que pueda llevar a pensar en que ha habido enriquecimiento
indebido, situación que -como dije – no encuentro configurada en autos.
Por tal razón, en función de la regla general que impone el
plenario y lo normado por el art.303 y concordantes del Código Procesal,
los intereses deben liquidarse desde la mora, es decir, desde el día del
perjuicio (22 de julio de 2008) y hasta el efectivo pago, conforme la tasa
activa cartera general (préstamos) nominal anual vencida a treinta días, del
Banco de la Nación Argentina.
Dejo así a salvo mi opinión personal sobre el tema.

Con lo que terminó el acto. Firmado: José Luis Galmarini,


Víctor Fernando Liberman y Marcela Pérez Pardo. Es copia fiel del original
que obra en el Libro de Acuerdos de esta sala.

Jorge A. Cebeiro
Secretario de Cámara
///nos Aires, de octubre de 2012.
Y VISTOS: lo deliberado y conclusiones establecidas en el Acuerdo
precedentemente transcripto el tribunal decide: Modificar la sentencia de
primera instancia, fijando el daño emergente en la suma de $ 191.602,29 y
conceder en concepto de lucro cesante la suma actual de $ 30.000 y calcular
los intereses respecto de la desvalorización del rodado, lucro cesante y
daños materiales conforme el voto del Dr. Galmarini. Costas de alzada a
cargo de la parte demandada y de la citada en garantía (art. 68 del Código
Procesal).-
Difiérese conocer de los recursos deducidos por honorarios y
los correspondientes a la alzada para cuando exista liquidación aprobada en
los términos de la ley 24432.-
Regístrese, notifíquese y devuélvase.-

JOSE LUIS GALMARINI


(P.A.S.)

VICTOR FERNANDO LIBERMAN MARCELA PEREZ PARDO

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