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La descomposición es un proceso común en biología y química.

En biología, el término descomposición


se refiere a la reducción del cuerpo de un organismo vivo a formas más simples de materia. El proceso es
esencial para reciclar materia finita que se encuentra en un bioma. Aunque no hay organismos que se
descompongan de la misma manera, todos sufren las mismas etapas secuenciales de descomposición. La
ciencia que estudia la descomposición es generalmente referida a la Tafonomía que viene de la palabra
griega taphos, que significa entierro.

Uno puede diferenciar entre descomposición abiótica y biótica (biodegradación). El primero significa
«degradación de una sustancia por proceso físico o químico; ej: hidrólisis. El segundo significa «la
ruptura metabólica de materiales en componentes simples por organismos vivos».

En química, se refiere a la ruptura de sustancias constituidas por moléculas o iones formando así otras
sustancias constituidas por moléculas más pequeñas o sustancias elementales (constituida por lo tanto
por un solo tipo de átomo, como por ejemplo el oxígeno) y se le denomina descomposición química.
Pueden deberse a varios factores, ya sea por temperatura (termólisis), electricidad (electrolisis),
radiación electromagnética (fotólisis) o la presencia de otras sustancias químicas (ácidos, oxidantes, etc)
y en algunos casos influye la presencia de un catalizador al acelerar la reacción.

Descomposición humana

Estado

Se describen cinco estados principales en el proceso de la descomposición: fresco, hinchado, de


putrefacción activa, de putrefacción avanzada y seco o de restos.1 Las etapas generales de la
descomposición están emparejadas con dos fases de descomposición química: autolisis y putrefacción.2
Estas dos fases contribuyen al proceso de descomposición química, que disgrega los principales
componentes del cuerpo.

Fresco

Esta etapa comienza inmediatamente después que el corazón deje de latir.3 Desde que la sangre ya no
circula a través del cuerpo, ésta se acumula en porciones, bajo la gravedad, creando una total
decoloración azulina denominada livor mortis. Justo después de la muerte, entre tres a seis horas, los
tejidos musculares se vuelven rígidos e incapaces de relajarse, etapa conocida como rigor mortis. Desde
el momento de la muerte, el cuerpo comienza a perder calor con el medio ambiente, produciéndose un
completo enfriamiento llamado algor mortis.4

Una vez que el corazón se detiene, los cambios químicos ocurren dentro del cuerpo y el pH varia,
provocando que las células pierdan su estructura íntegra. La pérdida de estructura celular ocasiona la
liberación de enzimas celulares capaces de iniciar la decadencia de las fibras y celulares de todo el
cuerpo. Este proceso es conocido como autolisis. Los cambios visibles causados por la descomposición
son limitados durante la etapa fresca, aunque la autolisis quizás cause la aparición de ampollas en la
piel.5
El oxígeno presente dentro del cuerpo es rápidamente agotado por los organismos aeróbicos que se
hallan en su interior. Esto crea un ambiente ideal para la proliferación de organismos anaeróbicos. Los
organismos anaeróbicos, partiendo del tracto gastrointestinal y del sistema respiratorio, comienzan a
transformar los carbohidratos, lípidos y proteínas en ácidos orgánicos (ácido propanoico, ácido láctico) y
gases (metano, ácido sulfhídrico, amoníaco). El proceso de proliferación microbiana dentro de un cuerpo
es referido como putrefacción y conduce al estado hinchado, segundo de la descomposición.3

Las moscas azules y las moscardas de la carne son los primeros insectos carroñeros en llegar, y buscar un
sitio adecuado para colocar sus huevos.1

Hinchado

El estado hinchado proporciona el primer signo visual de que la proliferación microbiana está en marcha.
En esta etapa tiene lugar el metabolismo anaeróbico, que conduce a la acumulación de gases, tales como
ácido sulfhídrico, dióxido de carbono y metano. La acumulación de gases en las cavidades corporales
causa la distensión del abdomen y el aspecto completamente hinchado del cadáver.6 Los gases también
producen líquidos naturales y la licuefacción de los tejidos para convertirse en espuma.4 Cuando la
presión de los gases dentro del cuerpo se incrementa, los fluidos son forzados a escapar desde orificios
naturales, como la nariz, boca, ano y salir al medio ambiente. La creciente presión también puede causar
la ruptura de la piel.6

Las bacterias anaeróbicas intestinales transforman la hemoglobina en sulfohemoglobina y otros


pigmentos coloridos. Los gases asociados dentro del cuerpo en ese momento animan en el transporte de
sulfohemoglobina a través del cuerpo por los sistemas linfáticos y circulatorios, entregando al cuerpo
una apariencia marmórea.7

Si los insectos tienen acceso, las cresas entran y comienzan a comer los tejidos del cuerpo.1 La actividad
de las cresas, normalmente alojadas en orificios naturales y masas bajo la piel, causa que la piel se
desprenda y el pelo caiga.4 La alimentación de estas larvas, y la acumulación de gases dentro del cuerpo,
conducen finalmente a la ruptura de la piel y a la subsecuente purga de fluidos al medio circundante.3
Las rupturas en la piel permiten el reingreso de oxígeno al cuerpo y proporcionan más zonas para el
desarrollo de larvas de moscas y la actividad de microorganismos anaeróbicos.6 La purga de gases y
fluidos resulta en el fuerte y distintivo olor que se asocia a la putrefacción.1

Putrefacción activa[editar]

La putrefacción activa está caracterizada por un período de gran pérdida de masa. Esta pérdida ocurre
como resultado de la alimentación voraz de las cresas y la liberación de fluidos descompuestos en el
medio ambiente.6 Los fluidos expelidos se acumulan alrededor del cuerpo y crean una «isla de
descomposición cadavérica».3 La licuefacción de los tejidos y la desintegración se hace visible durante
este momento y persiste el fuerte hedor.1 El fin de la putrefacción activa se señala por la migración de
las larvas fuera del cadáver para pupar.3

Putrefacción avanzada[editar]
La descomposición es, en gran parte, impedida durante la putrefacción avanzada debido a la pérdida de
material cadavérico disponible. La actividad de insectos también es reducida durante esta etapa.4
Cuando el cadáver está localizado en el suelo, el área circundante muestra una clara presencia de
vegetación muerta.6 La «isla de descomposición cadavérica» rodea el cadáver provocando el incremento
de carbono y nutrientes en el suelo, como fósforo, potasio, calcio y magnesio, cambios en el pH, y un
significante incremento en el nitrógeno del suelo.38

Seco o de restos[editar]

Durante el estado seco o de restos, pueden resurgir plantas alrededor de la isla de descomposición
cadavérica, lo que es un signo de que los nutrientes presentes en el suelo circundante todavía no han
retornado a sus niveles normales.6 Todos los restos del cadáver en esta etapa son piel seca, cartílago y
huesos, los cuales se secarán y perderán color si se exponen a los elementos.14 Si todos los tejidos
blandos han desaparecido del cuerpo se describirá como completamente esqueletizado, pero si
solamente queda expuesta una parte de los huesos se describirá como parcialmente esqueletizado.9

Estados sucesivos de la descomposición del cadáver de un cerdo: fresco > hinchado > putrefacción activa
> putrefacción avanzada > seco o de restos. Los pasos son similares a los de la descomposición humana
en iguales circunstancias.

Descomposición animal[editar]

Hormigas alimentándose de una serpiente muerta.

La descomposición animal es similar a la humana, sin embargo, debido al gran abanico de especies, cada
uno de ellos sufre una descomposición distintiva sujeto a la estructura orgánica, composición, tamaño,
etc. que los caracterizan. Esto se suma a la función de cadena alimenticia, por la cual los animales
muertos son accesibles en su hábitat natural a descomponedores y depredadores errantes.

La descomposición empieza en el momento de la muerte, causada por dos factores: autolisis, la ruptura
de los tejidos de las propias enzimas y químicos del cuerpo, y la putrefacción, la ruptura de los tejidos
por bacterias. Esta descomposición se puede simplificar en dos partes: la primera es la producción de
gases, y la segunda es la formación de fluidos y la descomposición del animal muerto. Estos procesos
liberan gases que son las principales fuentes del característico hedor de los cadáveres. Estos gases
inflaman el cuerpo.

Históricamente, el proceso de descomposición de un organismo vivo ha sido descrito como parte de


cuatro etapas: autolisis, putrefacción, decaimiento y secado (diagénesis).

La mayoría de los descomponedores son las bacterias y hongos, aunque los carroñeros también juegan
un papel importante en la descomposición si el cuerpo es accesible a los insectos y otros animales. Los
insectos más importantes que suelen estar implicados en el proceso incluyen moscas Sarcophagidae y
Calliphoridae. Carroñeros más grandes, incluyendo coyotes, perros, lobos, zorros, ratas y ratones pueden
comerse el cuerpo si les resulta accesible. Algunos de estos animales incluso remueven y dispersan los
huesos.

El acceso de los carroñeros y de la fauna sarcosaprófaga al cadáver influyen, en gran medida, en la


velocidad de descomposición. Cuando existen barreras físicas (e.g. cadáveres sumergidos, enterrados o
confinados), la descomposición puede ralentizarse considerablemente. No obstante, en el caso particular
de los cadáveres sumergidos se puede observar la colonización de los restos por formas inmaduras de
insectos que requieren el medio acuático para completar su ciclo vital (e.g. Chironomidae10).

Factores[editar]

Ballena en estado avanzado de descomposición.

La forma y el ritmo en que el cuerpo de un humano que se descompone es fuertemente afectado por
algunos factores. En una escala descendente de importancia, estos factores incluyen:

Temperatura

La disposición de oxígeno

Previo embalsamamiento

Causa de la muerte

Acceso de insectos

Entierro y profundidad del entierro

Acceso de carroñeros

Traumatismos

Humedad

Lluvias

Tamaño y peso del cuerpo

Vestimenta

La superficie sobre la cual yace el cuerpo

La velocidad a la cual ocurre la descomposición varía grandemente. Factores como la temperatura, la


humedad, y la estación del año en que ocurre la muerte determinan qué tan rápido un cuerpo fresco se
descompone o se momifica. Una guía básica para el efecto del medio ambiente en la descomposición se
da como la Ley de Casper: cuando hay libre acceso de oxígeno, el cuerpo se descompone al doble de
velocidad que cuando es sumergido en agua, y ocho veces más rápido que enterrado en tierra, una
proporción de 1:2:8 para aire, agua y bajo presión de tierra, respectivamente.

La variable más importante es la accesibilidad del cuerpo a los insectos, particularmente moscas. En la
superficie en áreas tropicales, los invertebrados solos pueden reducir fácilmente un cuerpo
completamente carnoso a huesos limpios en aproximadamente dos semanas. El esqueleto como tal no
es permanente; los ácidos presentes en la tierra pueden reducirlo al punto de hacerlo irreconocible; esta
es una explicación dada para la ausencia de restos humanos encontrados en el Titanic, incluso en partes
del barco consideradas inaccesibles para los carroñeros. El hueso recientemente reducido es usualmente
denominado hueso "verde" y tiene un característico aspecto grasiento. Bajo ciertas condiciones
(normalmente suelo frío y húmedo) los cuerpos pueden experimentar saponificación y desarrollar una
sustancia cerosa llamada adipocera, causada por la acción de las sustancias químicas del suelo en las
proteínas y grasas del cuerpo. La formación de adipocera retrasa la descomposición inhibiendo la
bacteria que causa la putrefacción.

En condiciones extremas de sequía o frío, el proceso normal de descomposición es detenido, a causa de


la falta de control de la humedad o bien la temperatura en la acción bacterial y enzimática, provocando
la preservación del cuerpo como una momia. Las momias congeladas comúnmente recomienzan el
proceso de descomposición cuando se descongelan, mientras las momias disecadas al calor se
mantienen así a menos que sean expuestas a humedad.

Los cuerpos de recién nacidos que jamás ingirieron alimento conforman una importante excepción al
proceso de descomposición normal. Estos carecen de flora bacteriana interna que genere gran parte de
la descomposición y normalmente se momifican si son mantenidos en condiciones moderadamente
secas.

Autolisis cadavérica[editar]

La autolisis cadavérica consiste en la digestión de los tejidos causada por la liberación de fermentos
después de la muerte.

En general los tejidos altamente diferenciados (ej: las células ganglionares del sistema nervioso y del
epitelio glandular) experimentan la autolisis con mayor rapidez que las estructuras conjuntivas o de
soporte.

En la autolisis cadavérica no se registra respuesta celular inflamatoria. todo lo contrario de la que puede
observarse en los tejidos necróticos.

Descomposición vegetal[editar]

Durazno en descomposición.

Archivo:Strawberries time-lapse.ogv
Vídeo que muestra el proceso de descomposición de fresas de manera invertida.

Véanse también: Compost y Digestión anaeróbica.

La descomposición de una planta ocurre en diferentes etapas. Comienza con la pérdida de agua; la
mayor cantidad de carbono soluble es liberada en este proceso. Otro primer proceso es la ruptura física
o la fragmentación del material vegetal en pequeños restos que han sido removidos de la superficie de
ella por la colonización microbiana. En plantas muertas más pequeñas, este proceso es generalmente
realizado por la fauna invertebrada del suelo, mientras que grandes plantas, son principalmente vidas
parasitarias como insectos y hongos cumpliendo la mayor función de ruptura y no están asistidos por
numerosos especies detritívoros. Seguido a este, los restos de la planta (consistente en celulosa,
hemicelulosa, productos microbianos y lignina) están sometidos por microbios. Diferentes tipos de
componentes se descomponen en las diferentes áreas. Esto depende en su estructura química. Por
ejemplo, la lignina es un componente de la madera, que es relativamente resistente para la
descomposición y puede de hecho estar solamente descompuesto por ciertos hongos, tales como el
hongo de putrefacción negra. La lignina es una de los productos restantes de la descomposición de las
plantas con un estructure química muy compleja provocando que la ruptura microbiana se retarde. El
calor determina la rapidez de la putrefacción de la planta, con un incremento considerable de la
descomposición; por ejemplo, una planta en un ambiente caluroso se descompondría en un corto
período de tiempo. En los ecosistemas de praderas, los daños naturales desde el fuego, insectos que se
alimentan de materia descompuesta, termitas, mamíferos de pasto y el movimiento físico de los
animales a través del pasto son los principales agentes de ruptura y el ciclo de nutrientes del suelo,
mientras las bacteria y los hongos juegan un papel importante en descomposición adicional.

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