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ARTÍCULO DE OPINIÓN
Autores
Asesor
Trujillo - Perú
2019
INTRODUCCIÓN
La finalidad del estudio se centra en cómo se ejecutan las obras viales, ¿Son construidas bajo
las Normas Técnicas o ejecutadas a través de la corrupción? La carretera es en primer lugar
un medio de transporte que se debe construir para resistir y permitir en forma adecuada el
paso de vehículos, para lograr este objetivo, el diseño debe adoptar ciertos criterios de
resistencia seguridad y uniformidad. La mayor parte de estos criterios requieren de años de
experiencia junto con otras investigaciones que se realizan frecuentemente por ello es que
las obras viales son elaboradas bajo el régimen de las Normas Técnicas, sin embargo,
muchas veces se ha logrado la suscripción de dichos contratos vulnerando las reglas y
procedimientos que prevé el sistema de contrataciones, generando perjuicios importantes en
el ámbito económico y social.
Finalmente se destaca la importancia del estudio porque se quiere dar a conocer todas las
infracciones que se laboran en los proyectos de obras viales y que muy pocas veces son
construidas bajo las normas técnicas del Perú.
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ARTÍCULO DE OPINIÓN
Según OCSE (2011), “Se denomina obra pública a todos los trabajos de construcción, ya
sean infraestructuras o edificación, promovidos por una administración pública teniendo
como objetivo el beneficio de la comunidad”. Cabe destacarse que las mencionadas
infraestructuras son llevadas a cabo gracias a los recursos económicos del estado que
mayormente provienen de los impuestos y tributaciones que pagan los ciudadanos.
Según García (2011) en su discurso ante las autoridades de la Universidad de Piura expuso:
“la corrupción es definitivamente una tarea nada sencilla. A lo anterior hay que agregar que
la palabra corrupción termina siendo algo que se percibe como muy negativo, lo cual
niega la esencia a las cosas, es decir, las desnaturaliza”. Desde esta perspectiva corrupto no
es solamente el funcionario público que recibe dinero para actuar en contra de sus funciones,
sino también el que lo hace para actuar conforme a las mismas. Si el funcionario público
municipal cobra una coima para otorgar una licencia de construcción, si el administrador de
una empresa decide adquirir los insumos de un proveedor no porque sean los mejores en
calidad y precio, sino porque recibe obsequios personales.
Los actos de corrupción podrían detenerse mediante mecanismos de corrupción tales como
la creación de una escuela de funcionarios públicos, la transparencia de la información en la
función pública, la simplificación de los órganos de control administrativos, el pago de
remuneraciones dignas para los funcionarios públicos y mecanismos represivos(sanciones
administrativas y penales).
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ARGUMENTOS
El fenómeno de la corrupción en los procesos de selección de obras
La contratación pública resulta “conflictiva y poco eficaz, y con frecuencia causa daño
patrimonial al Estado” por dos vías: la primera, por las demandas que pierde el Estado debido
a la mala gestión de los contratos y, la segunda, por la corrupción imperante en los procesos
de selección.
“La práctica corrupta puede ser entendida como aquella actividad a partir de la cual algunos
funcionarios públicos, privados y contratistas, obtienen un beneficio derivado de su
condición, más allá de lo estipulado por la ley” (Patiño, 2013, p.3).Se puede concluir que la
responsabilidad en toda obra recae, básicamente, sobre los funcionarios públicos, quienes
deben respetar los principios que rigen los procedimientos de selección, sin embargo, ellos
no son los únicos responsables.
Para Silva (2015), “Las normas legales vigentes sobre contratación pública, junto con la
ineficacia de los órganos de control, permiten al ordenador del gasto deshonesto y a sus
secuaces practicar maniobras en la elaboración de pliegos de condiciones sobre
participación, evaluación de propuestas, la laxitud e impunidad institucional y la indiferencia
social facilitan el éxito de los corruptos”( p.1). Todo esto trae como consecuencia, procesos
incorrectos de planeación, ejecución, supervisión que generan: obras de mala calidad,
proyectos inconclusos, sobrecostos, detrimento patrimonial, extensión exagerada en los
tiempos para la terminación de obras y desfalcos multimillonarios, entre otros. El más
preocupante problema es que los profesionales idóneos, capacitados y honestos no tienen
manera de competir por una licitación pública, pues están amañadas y manipuladas por los
funcionarios corruptos que eligen al amigo que les da comisión.
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Según Hernández (2014), “Los actores formales son aquellos cuya participación en alguna
de las fases de la contratación pública se encuentra regulada por la normativa, pudiendo
clasificarse en directos e indirectos. Por su parte, los actores informales se definen como
aquellos que, pese a no encontrarse prevista su participación en alguna de las fases de la
contratación pública, intervienen necesariamente de manera indirecta” (pag.27). Es
precisamente a partir de la relación que se da entre actores formales y no formales donde se
generan intereses ajenos al Estado, por lo general estos actos de corrupción quedan impunes
debido a que no se logra determinar la responsabilidad de los diversos actores que
intervienen o pasan desapercibidos por las instituciones que deben velar por la transparencia
de los proyectos a ejecutarse.
“Tampoco actúan como si fuera un cartel, que requiere de una forma de organización
compleja, con planificación y estrategias de acción y toma de decisiones conjuntas para
cometer crímenes” (Mujica, 2011, pág. 112). Simplemente es una forma de ejercer el poder
mediante el uso de las relaciones sociales, amicales o hasta familiares.
Últimamente, nuestro país ha estado involucrado de una manera muy perjudicada, ya que la
mayoría de obras viales han sido todo un fracaso por la obtención de roturas o hundimiento
de pistas y veredas, muros derrumbados y deterioros rápidos de concreto. Esto se debe a que
no respetamos el presupuesto que se propone para la obra, solo porque existe esa hambre de
robar perjudicando todo un país.
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Cuando nuestro país es azotado por un fenómeno natural nuestras carreteras se dañan
rápidamente. Esto no solo se debe a la fuerza de la naturaleza sino también a la mano de obra
y el material que han empleado para la construcción. En otros países vemos que la naturaleza
los azota de igual manera, pero no sufren demasiadas perdidas como nosotros. Hace poco
nos azoto unas fuertes lluvias que destruyo gran parte del Perú, dejándonos en nada, sin
comunicaciones, sin alimentos porque nuestras carreteras y puentes colapsaron.
Si nos enfocamos bien en los puentes y carreteras colapsadas, estas no tienen ni 2 años de
construcción. Las carreteras y puentes antiguas no llegaron a destruirse, y todo un país se
pregunta. ¿Por qué los puentes y carreteras antiguas no llegaron a derrumbarse? Antes no
contábamos con una tecnología como la de ahora que se utiliza para las grandes
construcciones, ahora los alcaldes dicen hacer obras con la última tecnología, pero por
llevarse una propina no terminan haciendo una buena obra, y no solo es culpa del alcalde, el
ingeniero a cargo también, porque él tiene un propósito en la vida y es hacer buenas obras
para la seguridad del ciudadano.
Para Zuleta (2015), “Esto deja ver que es necesario que en cuanto a la Ética y moral se
necesita tener presentes dos conceptos fundamentales, uno, que debe darse por sentado que
es una ciencia que moldea la conducta humana porque a través de ella es que el hombre logra
adquirir buenos hábitos de comportamiento y que de acuerdo con su consolidación. Una vez
se comprendan estos dos conceptos, el hombre mostrará una inclinación innata hacia la
realización de su vida dentro del cumplimiento de buenos hábitos morales, porque estará
motivado a seguir adelante y cumplir con la formación que ha recibido” (p.9-10). Esto quiere
decir que quién se corrompe obtiene un beneficio en perjuicio de la sociedad; la corrupción
en el interior de las administraciones públicas genera un derroche de recursos, ineficacia en
el cumplimiento de las metas, así como ineficiencia en la prestación de servicios, también se
produce una carencia de recursos éticos, a saber, la ausencia de principios, valores y actitudes
en los miembros que integran los gobiernos y administraciones públicas.
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Uno se pregunta cómo es posible que estalle un escándalo como el de Odebrecht, que
desnuda por enésima vez el sistema de coimas en las contrataciones y licitaciones del
gobierno, y no pase nada. Pero es que acá nunca pasa nada […] la lista de escándalos en los
gobiernos de los últimos30 años es una genealogía de corrupción que parece no acabar pues
pasan y pasan cosas, pero en últimas no pasa nada (Pino, s.f, párr.12). Si hay corrupción en
los gobernantes y en los funcionarios públicos es porque sus mentes han sido tocadas por
este vicio, lo que realiza cada individuo es resultado de lo que está en su pensamiento, éste
último es la fuente de los actos y comportamientos. Por ello, una conducta sana lo es a partir
de un pensamiento sano; sí dentro de las instituciones públicas existen personas corruptas
será porque en su mente existen pensamientos que le impulsan a obrar así.
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CONCLUSIONES
Conjuntamente la Justicia debe ser más dura con los corruptos y debe ya no solo encerrarles,
sino obligarles a devolver hasta el último sol robado. Se hace necesaria la concientización
de la responsabilidad en el sector de obras viales, en control no solo de la calidad, sino del
seguimiento financiero de los proyectos en proceso sino la correcta inversión en
infraestructura para beneficio social. En este punto el interventor integro, honesto se hace
indispensable para evitar “elefantes blancos”, obras inconclusas y de mala calidad que
terminan causando detrimento patrimonial y afectación social. Se requiere ejercer un control
permanente a todo el proceso contractual de obras públicas, garantizando así la calidad de
las obras.
En este punto es donde se ha hecho de vital importancia la existencia de la interventoría
debidamente capacitada y altamente especializada para garantizar el cumplimiento del
objeto contractual en términos de eficiencia, eficacia y economía.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS