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En condiciones normales, la circulación arterial en el cuerpo de la mandíbula y del maxilar es similar
a los huesos largos. La irrigación proviene de arterias nutrientes que atraviesan el hueso a través de
canales nutrientes y en su interior forman una red de vasos denominada plexo endoóseo que
atraviesan el hueso a través de vasos intraóseos. Estos vasos alcanzan la superficie externa del
hueso y, se anastomosan con los vasos que hay en el interior de la capa fibrosa del periostio o con
las arterias que irrigan los músculos y otros tejidos blandos de la zona. La red de vasos asociados
con el periostio recibe el nombre de plexo perióstico. Osea la sangre fluye de los plexos endoóseos
hacia los plexos periósticos conectados entre sí. A este tipo de flujo sanguíneo se denomina
circulación centrifuga. Además de estas redes vasculares, se encuentra un plexo periodontal
asociado a los dientes. Cuando hay dientes, los vasos intraóseos envían ramas a los procesos
alveolares (arterias intraalveolares), a los dientes (arterias apicales) y a ramas del plexo
periodontal, así como a los vasos que hay en los tejidos blandos que rodean el hueso. Cuando se
extrae un diente se pierde su plexo periodontal.
Cuando existen condiciones circulatorias anormales en el maxilar o la mandíbula, como por ejemplo
la oclusión de la arteria nutriente, la irrigación del hueso se invierte, de manera que la dirección del
flujo es del exterior al interior del hueso y recibe el nombre de circulación centrípeta.
El estudio se lleva a cabo por cada maxilar.
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A. Las piezas dentarias del maxilar están irrigadas por ramas de la arteria alveolar y
suborbitaria, ambas ramas de la maxilar interna.
a. Arteria alveolar. Nace en la parte anterior de la fosa infratemporal y se divide en varias
ramas. Algunas de estas ramas, las arterias dentarias posteriores: una superior y otra
inferior, entran en los orificios dentarios posteriores, ubicados en la tuberosidad del
maxilar y, discurren por los conductos dentarios posteriores ubicados en el tejido óseo
supraalveolar (a veces tapizado solo por la mucosa del seno maxilar) haciéndose así
intraóseas y vascularizar los dos tercios posteriores del maxilar.
Las arterias dentarias posteriores intercambian numerosas anastomosis y luego se fusionan
en un solo tronco, el cual se anastomosa a la altura de los premolares con una rama
procedente de la arteria dentaria anterior para formar un bucle; el plexo dentario superior.
En su trayecto intraóseo, la rama inferior de las dentarias posteriores origina:
Ramos antrales: para un gran sector de la mucosa del seno maxilar.
Ramos pulpares: destinadas a las raíces de las molares y premolares.
Ramos óseos: para la apófisis alveolar del sector molar, premolar y el periodonto.
Ramos gingivales: para la encía de la apófisis alveolar del sector molar, premolar.
b. Arteria suborbitaria. Nace de la arteria maxilar interna o nace de un tronco común con la
alveolar y entra a la órbita por la hendidura esfenomaxilar. La arteria discurre por el surco
infraorbitario y después por el conducto infraorbitario. Estas dos estructuras están
localizadas en el suelo de la órbita. El conducto infraorbitario se abre en la cara anterior del
maxilar como orificio infraorbitario. En el interior del conducto da origen a la arteria
dentaria anterior, que irriga el tercio anterior del maxilar, que desciende por el
conducto del mismo nombre dando las siguientes colaterales:
Ramos antrales: a la mucosa del seno maxilar.
Ramos pulpares: a las raíces de caninos e incisivos.
Ramos óseos: para la apófisis alveolar del sector incisivo-canino.
Ramos gingivales: para la encía de la apófisis alveolar.
Es raro encontrar una arteria dentaria media como una rama separada.
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b. La arteria suborbitaria a nivel del orifico suborbitario se divide en forma de penacho, y
una de sus ramas labiales inferiores origina:
Ramos gingivales: se distribuye en la encía de la apófisis alveolar del sector incisivo-
canino, donde se anastomosa con los emanados de la arteria alveolar y se constituye el
Arco Arterial Gingival de Broca a concavidad superior, situado profundamente entre la
encía y la tabla ósea alveolar. Va desde la fosa canina hasta la tuberosidad del maxilar.
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B. La encía y la mucosa que reviste la apófisis alveolar recibe el aporte arterial de tres vasos
principales: maxilar interna, facial y lingual. La encía y la mucosa de la cara vestibular de
la apófisis alveolar esta vascularizada por las arterias bucal y mentoniana, ramas de la maxilar
interna y dentaria inferior respectivamente
a. La arteria bucal se orienta oblicuamente hacia abajo y adelante aplicada a la cara externa
del buccinador, donde forma un plexo en la desembocadura del conducto de Stenon. Luego
de suministrar ramos musculares y cutáneos, atraviesa el nombrado músculo para terminar
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irrigando la encía y la mucosa del surco gingivoyugal correspondiente a molares y
premolares.
b. La arteria mentoniana sigue el recorrido del conducto óseo en el cual se aloja, y a nivel
de su orificio mentoniano forma un ramillete cuyas ramas se distribuyen en las partes
blandas del mentón y en la encía y la mucosa del surco gingivolabial correspondiente al
sector incisivo-canino.
C. La encía de la cara lingual de la apófisis alveolar esta irrigada por las arterias
submentoniana, sublingual y milohioidea.
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a. La arteria submentoniana nace del codo submaxilar de la facial y se dirige hacia delante
costeando el borde inferior de la mandíbula, hasta las inserciones óseas del vientre anterior
del digástrico. En este punto se hace superficial y termina en anastomosis con la arteria
mentoniana. Emite colaterales que atraviesan el músculo milohioideo y finalizan en la encía
y la mucosa que tapiza el surco gingivolingual a nivel de los molares.
b. La arteria sublingual se origina de la arteria lingual a nivel del borde anterior del músculo
hiogloso y su trayecto es paralelo al conducto de Wharton. Irriga la glándula sublingual y
suministra la arteria del frenillo, para terminar en: a) ramo mentoniano, destinado al
labio inferior y a la región mentoniana; b) ramo intramandibular que penetra en el
foramen mental mediano de Bertelli, orificio individualizado por arriba de las apófisis geni
superiores y donde se anastomosa con la arteria incisiva; c) ramos que se distribuyen en
la encía y la mucosa del surco gingivolingual correspondiente al sector de incisivos,
caninos y premolares, y d) ramos que perforan el milohioideo y se anastomosan con los
similares de la arteria submentoniana.
c. La arteria milohioidea se origina en la arteria dentaria inferior poco antes de su entrada
en el conducto dentario inferior e irriga la porción más posterior de la encía que recubre
la apófisis alveolar.
Los ramos gingivales y mucosos procedentes de los distintos colectores arteriales estudiados, tanto
en el maxilar superior como en el inferior, terminan anastomosándose con los ramos gingivales
originados en las arterias dentarias, siendo difícil precisar el límite de demarcación de los territorios
respectivos.
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B. La circulación venosa de los tejidos perimaxilares se realiza por las venas bucal, mentoniana,
sublingual y submentoniana, satélites de las arterias homónimas. En la cara vestibular:
a. La vena bucal drena la sangre del surco gingivoyugal de los molares y premolares,
mientras la vena mentoniana hace lo propio en el área de los incisivos y caninos.
Siguiendo el curso de la vena bucal, el drenaje venoso de su territorio confluye en el plexo
venoso pterigomaxilar, en tanto la vena mentoniana puede desaguar en la vena facial,
aprovechando su anastomosis con la submentoniana, o bien directamente en la dentaria
inferior.
Del plexo venoso pterigomaxilar nace un corto tronco venoso, la vena maxilar interna, que
abandona la fosa cigomática y en unión con la vena temporal superficial forma el tronco
temporomaxilar.
El tronco temporomaxilar penetra en el espesor de la parótida y a la altura del ángulo de la
mandíbula se fusiona con la vena facial o desemboca directamente en la vena yugular interna.
En su travesía glandular origina la vena yugular externa.
Las venas de los maxilares y del sistema dentario se anastomosan con la vena facial y el
tronco temporomaxilar, de tal manera que la sangre venosa de la mitad anterior de ambos
maxilares desagua en la vena facial y, de la mitad posterior de ambos maxilares terminan en el
plexo venoso pterigomaxilar.
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