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Fernando O. Minotti
1er cuatrimestre de 2005
1
Índice General
1 Introducción 4
1.1 Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.2 Longitud de Debye . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.3 Logaritmo de Coulomb . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.4 Reactores de fusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
2
ÍNDICE GENERAL 3
4 Colisiones 53
4.1 Colisiones en plasmas totalmente ionizados . . . . . . . . . . . 53
4.2 Ecuación de Fokker-Planck . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
4.3 Relajación en plasmas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
4.3.1 Plasmas fríos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
4.3.2 Plasmas maxwellianos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
4.4 Resistividad en plasma maxwelliano . . . . . . . . . . . . . . . 64
5 Oscilaciones en plasmas 66
5.1 Ecuaciones básicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
5.2 Oscilaciones en plasmas sin campo magnético . . . . . . . . . 68
5.3 Oscilaciones en plasmas con campo magnético . . . . . . . . . 71
5.3.1 Propagación paralela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
5.3.2 Propagación perpendicular . . . . . . . . . . . . . . . . 78
5.3.3 Propagación oblicua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
6 Equilibrios y estabilidad 84
6.0.4 Tokamak . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
6.1 Pinchs . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
6.1.1 Theta-pinch . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
6.1.2 Z-pinch . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
6.2 Estabilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
6.3 Modos flute . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
6.4 Principio de energía de Bernstein . . . . . . . . . . . . . . . . 98
6.4.1 Estabilidad del z-pinch . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
6.5 Inestabilidad de intercambio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
6.6 Inestabilidades tipo “ballooning” . . . . . . . . . . . . . . . . 109
6.7 Inestabilidades resistivas (modos “tearing”) . . . . . . . . . . . 110
6.7.1 Problema interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
6.7.2 Problema externo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
1.1 Generalidades
Se denomina plasma al medio gaseoso que contiene un número apreciable de
cargas libres, pero que es aproximadamente neutro en su conjunto. La gran
cantidad de cargas libres da lugar a altas conductividades eléctricas y a la
posibilidad de establecer fácilmente corrientes eléctricas que interactúan con
campos magnéticos aplicados y con los propios generados por tales corrientes.
Un enorme porcentaje (> 99%) de la materia en el universo existe aparen-
temente en forma de plasma; el medio estelar, interplanetario e interestelar,
y las altas atmósferas planetarias. Sin embargo, en los medios relativamente
densos y/o fríos en los que se desarrolla la vida el estado de plasma es más
raro por la tendencia a la recombinación de las cargas libres. En el labo-
ratorio debe aplicarse energía a un gas para producir el estado de plasma,
y su mantenimiento prolongado, sobre todo en las condiciones de densidad
y temperatura necesarias para las aplicaciones, incluyendo la generación de
reacciones de fusión nuclear, plantea enormes desafíos tecnológicos.
4
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN 5
e2 e2
T ≈ =⇒ bc ≈ .
4πε0 bc 4πε0 T
Notemos primero que, como es natural de la discusión anterior, esta distancia
es mucho menor que la separación media entre partículas
bc e2 n1/3 −2/3
≈ ≈ ND ¿ 1.
d 4πε0 T
Designemos a este tipo de colisión binaria colisión de Coulomb. La sección
eficaz correspondiente es
e4 6, 5 × 10−26 2
σ c ≈ πb2c ≈ ' m.
16πε20 T 2 T 2 [keV ]
En términos de la sección eficaz y de la densidad de partículas blanco pode-
mos definir un camino libre medio entre colisiones de Coulomb
1 16πε20 T 2
λc = ≈ ,
nσ c ne4
que, comparado con la longitud de Debye, es
s
λc 16πε20 T 2 e2 n
≈ ≈ ND À 1. (1.3)
λD ne4 ε0 T
El punto importante es ver ahora qué sucede con las interacciones Co-
ulombianas débiles (con parámetros de impacto grandes) que sufre la par-
tícula al interactuar con las ≈ ND partículas dentro de su esfera de Debye.
Para esto estimemos el ángulo que se desvía una partícula al pasar a una
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN 9
Debido a la repulsión coulombiana entre los núcleos esta reacción tiene una
sección eficaz despreciable a bajas energías. El máximo (unos 8 10−28 m2 )
corresponde a energías del deuterón de alrededor de 100 keV . Reacciones
alternativas como
D + D → T + H + 4, 03 M eV,
D + He3 → He4 + H + 18, 3 M eV,
12T
nτ E > . (1.6)
hσvi Eα
15
CAPÍTULO 2. MOVIMIENTO EN CAMPOS MAGNÉTICOS 16
cuya solución es
U = U0 e−iqBt/m.
Si elegimos el instante inicial para que la velocidad incial tenga sólo compo-
nente y, es U0 = iuy0 , y tenemos entonces la solución
µ ¶ µ ¶
qB uy0 m qB
ux = uy0 sin t =⇒ x = x0 − cos t , (2.3a)
m qB m
µ ¶ µ ¶
qB uy0 m qB
uy = uy0 cos t =⇒ x = y0 + sin t , (2.3b)
m qB m
uz = uz0 =⇒ z = z0 + uz0 t. (2.3c)
Vemos entonces que la trayectoria es una hélice con eje en la dirección
z (paralela al campo magnético) centrada en (x0 , y0 ), de radio (denominado
radio de Larmor)
u⊥ m
rL = ,
|q| B
donde u⊥ representa
p 2 la magnitud de la velocidad perpendicular al campo
2
magnético (u⊥ = ux + uy ). La frecuencia angular del movimiento (definida
positiva)
|q| B
ωc ≡ ,
m
es denominada frecuencia angular de ciclotrón. Si uno observa el movimien-
to enfrentando al campo magnético, las partículas positivas describen giros
horarios con frecuencia ω c y las negativas anti-horario, a la vez que avanzan
con velocidad uniforme uz0 a lo largo del campo magnético. Notemos que
el campo magnético generado por el movimiento de la partícula se opone al
campo magnético original. En este sentido el movimiento es diamagnético.
donde hemos despreciado los cambios de orden (VD /c)2 que sufre el campo
magnético al cambiar el sistema de referencia (c es la velocidad de la luz en el
vacío), y u0 = u − VD es la velocidad de la partícula en S 0 . Vemos entonces
que si elegimos VD para que
F⊥ + qVD × B = 0, (2.4)
la ecuación de movimiento en S 0 corresponde a la (2.1) y tenemos entonces
en S 0 la trayectoria en hélice descripta arriba. Para resolver la (2.4) usamos
que, para un vector arbitrario A, es
(A × B) × B = −B 2 A⊥ ,
con A⊥ la componente perpendicular a B. Al post-multiplicar vectorialmente
por B la (2.4) obtenemos así
F⊥ × B
VD = . (2.5)
qB 2
La trayectoria en el sistema original es entonces una hélice cuyo eje (o centro
de giro o centro guía) se mueve con una velocidad de deriva VD perpendicular
a B.
Vemos así, por ejemplo, que si la fuerza es debida a un campo eléctri-
co uniforme y constante perpendicular a B, los centros guía de todas las
partículas cargadas se mueven con la velocidad
E×B
VE = ,
B2
independientemente de su carga.
Esto es muy sencillo con las (2.6) (recordemos además que B = B (x, y) ez )
con el resultado
¿ · ¯ ¯ ¸À
∂B ¯¯ ∂B ¯¯
F⊥ ≡ qu⊥0 × (x − x0 ) + (y − y0 )
∂x ¯0 ∂y ¯0
µ ¶
1 ∂B ∂B 1
= − |q| rL2 ω c ex + ey = − |q| rL2 ω c ∇⊥ B.
2 ∂x ∂y 2
∇⊥ B × B
Vgrad = −W⊥ , (2.7)
qB 3
donde hemos definido la energía cinética correspondiente al movimiento per-
pendicular
1 1
W⊥ ≡ mrL2 ω c = mu2⊥ .
2 2
du Rc × B
m = qu × B + qu2q t .
dt Rc2
Como hicimos antes, podemos pasar a un sistema S 0 , pero ahora con una
velocidad dependiente del tiempo VD (t), con lo que la ecuación de movi-
miento en este sistema es (esperamos que VD sea perpendicular al campo,
por lo que u0q = uq )
du0 Rc × B dVD
m = q (u0 + VD ) × B + qu2q t − m .
dt Rc2 dt
CAPÍTULO 2. MOVIMIENTO EN CAMPOS MAGNÉTICOS 20
Si, por analogía con el caso de deriva constante, escribimos VD = VD1 +VD2 ,
con
(Rc × B) × B Rc
VD1 = u2q t 2 2
= −u2q t 2 , (2.8)
Rc B Rc
La ecuación de movimiento de S 0 se simplifica a
du0 Rc dVD2
m = q (u0 + VD2 ) × B+mu2q 2 − m
dt Rc dt
que nos permite entonces elegir a VD2 constante e igual a
mu2q Rc × B
VD2 = (2.9)
q Rc2 B 2
En el ejemplo analizado (2.8) puede escribirse en la forma sugestiva
uq t
VD1 = −uq ex ,
Rc
que indica más claramente que la velocidad de deriva del centro guía debida a
VD1 es precisamente la necesaria para seguir la curvatura de la línea de campo
(note que es independiente del valor de q). Por otro lado, el movimiento de
deriva debido a VD2 es perpendicular tanto a B como a Rc . Vemos entonces
que en su movimiento a lo largo del campo magnético el centro de giro de
las partículas sigue las líneas de campo, aun en el caso de ser éstas curvas
(siempre hablamos de curvaturas suaves, rL ¿ Rc ), a la vez que deriva
perpendicularmente con velocidad dada por (2.9). Definiendo el versor b en
la dirección del campo magnético,
B
b≡ ,
B
se puede usar la relación geométrica
Rc
= − (b · ∇) b.
Rc2
La ventaja de esta expresión es que, con la condición que ∇ × B = 0, lo que
requiere que no haya corrientes apreciables en la zona en cuestión, podemos
deducir la igualdad (queda como ejercicio para valientes)
[(b · ∇) b] × B = ∇⊥ B × b,
con lo que podemos escribir (2.9) en una forma muy similar a la (2.7) como
∇⊥ B × B
VD2 ≡ Vcurv = −2Wq ,
qB 3
CAPÍTULO 2. MOVIMIENTO EN CAMPOS MAGNÉTICOS 21
F = qu⊥ × hBr i er .
CAPÍTULO 2. MOVIMIENTO EN CAMPOS MAGNÉTICOS 22
Usando que
q
u⊥ = − u⊥ eθ ,
|q|
tenemos finalmente
W⊥ dB
F=− ez . (2.11)
B dz
Vemos que esta fuerza acelera la partícula, independientemente de su
carga, a lo largo de la línea de campo y hacia las zonas de menor valor de
campo magnético.
Podemos entonces escribir la ecuación de movimiento del centro guía en
esta configuración de campo como
duq duq dWq W⊥ dB
m = muq = =− .
dt dz dz B dz
Por otro lado, como la fuerza magnética no ejerce trabajo, la energía cinética
se conserva:
W = Wq + W⊥ = cte,
con lo que obtenemos inmediatamente
dW⊥ W⊥ dB
= ,
dz B dz
o sea,
W⊥
= cte
B
en el movimiento de la partícula.
Estas expresiones permiten estudiar la posibilidad de confinar partículas
cargadas en los denominados espejos magnéticos (o botellas magnéticas), con
campos esencialmente axiales cuya intensidad es mínima en una zona central
y crece en ambos sentidos al apartarse de ésta. La fuerza (2.11) tiende a
mantener las partículas de cualquier signo de carga en la zona de menor
campo, confinándolas así a la zona central de la botella. Denominemos B0
al valor mínimo del campo (zona central) y BM al valor máximo (cuellos de
la botella). Una partícula que en la zona con B0 tenga valores de energías
cinéticas Wq0 y W⊥0 tendrá entonces valores WqM y W⊥M en la zona con
campo BM dados por las relaciones
W⊥M W⊥0
= ,
BM B0
WqM + W⊥M = Wq0 + W⊥0 ,
CAPÍTULO 2. MOVIMIENTO EN CAMPOS MAGNÉTICOS 23
de donde obtenemos
µ ¶
WqM W⊥0 BM
=1+ 1− .
Wq0 Wq0 B0
Si la partícula llega a la zona del cuello con valor finito (por supuesto positivo)
de WqM seguirá su viaje a partir de este punto y escapará por lo tanto de la
botella magnética. La condición de pérdida de partícula es entonces
µ ¶
W⊥0 BM
1+ 1− > 0,
Wq0 B0
o sea,
Wq0 BM
> − 1.
W⊥0 B0
En término de las velocidades esto se translada a
r
uq0 BM
> − 1,
u⊥0 B0
que puede escribirse en terminos del ángulo α0 entre el vector velocidad y el
campo magnético como
1
tan α0 < p .
BM /B0 − 1
Así, partículas que en la zona central tengan velocidades orientadas con án-
gulos menores que α0 escaparán de la botella; se dice que están dentro del
cono de pérdida de la misma (en el espacio de velocidades).
Para una carga negativa obtenemos el mismo valor, ya que cambian simul-
táneamente el signo de q y el del sentido de giro. Vemos entonces que la
energía de las partículas aumenta al aumentar lentamente (adiabáticamente)
la intensidad del campo magnético. Notemos además que, como W⊥ = µB,
tenemos que sigue siendo dµ/dt = 0 como corresponde a un invariante adia-
bático.
Para el caso en que el campo eléctrico varía lentamente, de la ecuación
de movimiento
du
m = qE (t) + qu × B,
dt
como hicimos en el caso de campos magnéticos con curvatura podemos pasar
a un sistema de referencia acelerado en el que
du0 dVD
m = qE (t) + qu0 × B + qVD × B − m ,
dt dt
haciendo VD = VD1 + VD2 , con
E (t) × B
VD1 = ,
B2
tenemos
du0 ∂E/∂t × B dVD2
m = qu0 × B + qVD2 × B − m 2
−m ;
dt B dt
si la variación de E es muy lenta, de manera que podamos despreciar su
derivada segunda, podemos tomar a VD2 como prácticamente constante de
valor µ ¶
m ∂E m ∂E⊥
VD2 ≡ Vp = − 4 ×B ×B= ,
qB ∂t qB 2 ∂t
que se denomina deriva de polarización, ya que da lugar a una polarización
del medio análoga a la producida en un medio dieléctrico (ver fin de la sección
siguiente).
usando que, para cada especie, para una función genérica G (u)
Z
f (x, u) G (u) d3 u = n hGi ,
tenemos
∇⊥ B × B
jB = − [ni hWi⊥ + 2Wiq i + ne hWe⊥ + 2Weq i] .
B3
Finalmente, de la condición de equipartición en equilibrio termodinámico,
para cada especie es (el movimiento paralelo tiene un grado de libertad y el
perpendicular dos)
1
hWq i = Tq , hW⊥ i = T⊥ ,
2
con las correspondientes presiones
pq = nTq , p⊥ = nT⊥ ,
CAPÍTULO 2. MOVIMIENTO EN CAMPOS MAGNÉTICOS 28
que nos indica que el plasma tiene una permitividad eléctrica anisótropa,
distinta en las direcciones paralela y perpendicular al campo magnético
εq = ε0 ,
µ ¶
ρ
ε⊥ = ε0 1 + .
ε0 B 2
29
CAPÍTULO 3. PLASMA COMO FLUIDO 30
Fnc = qα (E + v × B) .
que son precisamente las que se obtienen en una descripción de fluido. Con-
sideremos entonces esta descripción tomando momentos de la ecuación (3.2).
Primero la integramos sobre todo el espacio de velocidades, teniendo en cuen-
ta que las colisiones no cambian el número de partículas dentro de un volumen
espacial, por lo que Z µ ¶
∂fα
d3 v = 0.
∂t col
Resulta entonces la ecuación de continuidad, suponiendo además que fα → 0
suficientemente rápido cuando |v| → ∞,
∂nα ∂
+ · (nα uα ) = 0. (3.3)
∂t ∂x
Para obtener una ecuación para uα multiplicamos (3.2) por v e integra-
mos sobre todo el espacio de velocidades. Debemos tener en cuenta que el
término colisional contiene interacciones de la especie α con todas las espe-
cies, incluida ella misma. Por conservación de la cantidad de movimiento
colisiones con la misma especie no cambian la cantidad de movimiento total
de dicha especie; es decir
Z µ ¶(α)
∂fα
mα vd3 v = 0,
∂t col
donde el supraíndice indica con qué especie es la colisión considerada. Por
otro lado, hay un intercambio de cantidad de movimiento en colisiones entre
especies distintas, que denotamos de la siguiente manera
Z µ ¶(β)
∂fα
mα vd3 u ≡ mα nα (uβ − uα ) ν αβ ,
∂t col
donde ν αβ denota una frecuencia de colisión de la especie α con la β. Notemos
el punto evidente que la cantidad de movimiento cedida por la especie α a la
β, instante a instante, es igual a menos la cedida por la β a la α, por lo que
debe ser
mα nα (uβ − uα ) ν αβ = −mβ nβ (uα − uβ ) ν βα ,
o sea,
mα nα ν αβ = mβ nβ ν βα . (3.4)
Notemos además que al multiplicar por v e integrar, el segundo término
de (3.2) se escribe
Z µ ¶ Z
∂fα 3 ∂
v· vd v = · fα vvd3 v,
∂x ∂x
CAPÍTULO 3. PLASMA COMO FLUIDO 32
que, escribiendo
v = uα + δv,
se reescribe
Z µ ¶
∂fα ∂ ∂
v· vd3 v = · (nα uα uα ) + · (nα hδvδviα ) ,
∂x ∂x ∂x
donde hemos denotado el promedio sobre velocidades
Z
nα hδvδviα ≡ fα δvδvd3 v.
Obtenemos así
∂ ∂
(nα uα ) + · [nα (uα uα + hδvδviα )]
∂t ∂x
qα X
− nα (E + uα × B) = nα (uβ − uα ) ν αβ .
mα β6=α
La (3.5) es válida en plasmas en los que las colisiones son muy efectivas
para isotropizar la distribución de velocidades contra la tendencia a la ani-
sotropía determinada por el campo magnético. Cuantitativamente podemos
asegurar esto Psi la frecuencia de colisiones es mucho mayor que la frecuencia
de ciclotrón ( β6=α ν αβ À ω cα ); se dice entonces queP la especie α no está
magnetizada. Para el caso de especie magnetizada ( β6=α ν αβ ¿ ω cα ) la
(3.6) es la expresión más apropiada. Note que la (3.6) se reduce a la (3.5) si
Tqα = T⊥α = Tα .
Recordemos finalmente que la energía de interacción media de las par-
tículas del plasma es mucho menor que su energía cinética media, por lo que
la aproximación de gas ideal es un excelente modelo, con lo que podemos
escribir
pqα = nα Tqα , p⊥α = nα T⊥α ,
la ecuación de movimiento se escribe entonces (para el caso más general
anisótropo)
duα 1 ∂
mα = − · [p⊥α I+ (pqα − p⊥α ) bb]
dt nα ∂x
X
+qα (E + uα × B) + mα (uβ − uα ) ν αβ ., (3.7)
β6=α
∂ne ∂
+ · (ne ue ) = 0, (3.8a)
∂t ∂x
∂ni ∂
+ · (ni ui ) = 0, (3.8b)
∂t ∂x
due ∂
me ne = − · [p⊥e I+ (pqe − p⊥e ) bb]
dt ∂x
−ene (E + ue × B) + Rei , (3.9)
dui ∂
mi ni = − · [p⊥i I+ (pqi − p⊥i ) bb]
dt ∂x
+Zeni (E + ui × B) + Rie , (3.10)
ρc ∂B
∇·E = , ∇×E=− ,
ε0 ∂t
1 ∂E
∇ · B = 0, ∇ × B = µ0 j + 2 ,
c ∂t
donde (por (3.4))
ρ ≡ mi ni + me ne . (3.15)
se obtiene
du ∂
ρ = − · [p⊥ I+ (pq − p⊥ ) bb]
dt ∂x · ¸
me ∂ jj
− 2 · + ρc E + j × B,
e ∂x ne
donde
pq ≡ pqe + pqi ,
p⊥ ≡ p⊥e + p⊥i ,
y µ ¶
du ∂u ∂
≡ + u· u.
dt ∂t ∂x
Comparando el término proporcional a ∇ · (j j/ne ) con el del término
convectivo ∇ · (ρuu) podemos escribir
∂B
∇ · B = 0, ∇ × E = − ,
∂t
∇ × B = µ0 j,
CAPÍTULO 3. PLASMA COMO FLUIDO 38
∂ρ ∂
+ · (ρu) = 0,
∂t ∂x
du ∂
ρ =− · [p⊥ I+ (pq − p⊥ ) bb] + j × B.
dt ∂x
Notemos que la ecuación de Poisson ya no es necesaria, salvo que uno quiera
calcular la densidad de carga eléctrica, y que al despreciar la corriente de
desplazamiento la conservación de la carga se escribe
∇ · j = 0.
(∇ × A) × B = (B · ∇) A−Bm ∇ (Am ) ,
E + u × B = ηj. (3.22)
∂ρ
= −∇ · (ρu) , (3.23)
∂t
du
ρ = −∇p + j × B, (3.24)
µ dt¶
d p
= 0, (3.25)
dt ργ
∂B
= ∇ × (u × B) , (3.26)
∂t
∇×B = µ0 j, ∇ · B = 0. (3.27)
Usando que I Z
B · dS = ∇ · B dV = 0,
S(V ) V
podemos escribir
Z Z Z
B (t) · dS − B (t) · dS = − B (t) · dS,
S(t+∆t) S(t) Slat
donde Slat es la que, junto a S (t) y S (t + ∆t), forma una superficie cerrada.
Como
dSlat = dl × u∆t,
donde dl es el elemento de longitud de la curva C en la que se apoya S (t),
tenemos Z I
dφ ∂B (t)
= · dS− B · (dl × u) .
dt S(C) ∂t C
BδA = cte,
así,
2 ® me,i n3e,i
pqe,i = me,i ne,i vqe,i ' cte ,
B2
o sea, µ ¶
d pqe,i B 2
= 0,
dt n3e,i
como hicimos antes, usando cuasineutralidad, obtenemos
µ ¶
d pq B 2
= 0. (3.30)
dt ρ3
u = ∇ξ × ez . (3.31)
B = ∇ψ × ez . (3.32)
∇ × (A × C) = A (∇ · C) − C (∇ · A) + (C · ∇) A− (A · ∇) C, (3.33)
∇ × B = − ∇2 ψ ez ,
∇ × u = − ∇2 ξ ez = ωez .
u × B = (∇ξ × ez ) × B
= (B · ∇ξ) ez − (B · ez ) ∇ξ.
CAPÍTULO 3. PLASMA COMO FLUIDO 45
donde hemos escrito la energía interna (por unidad de volumen) del plasma
en la aproximación de gas ideal, considerando presión isótropa por simpli-
cidad, y las integrales están extendidas a todo el volumen de plasma, que
consideramos limitado por vacío o por paredes rígidas, de manera que no
haya trabajo ejercido sobre la superficie del plasma.
CAPÍTULO 3. PLASMA COMO FLUIDO 46
∂δnα −→
+ ∇ · Γ α = 0,
∂t
constituyen el sistema simplificado de ecuaciones en la aproximación de di-
fusión.
Notemos la fuerte anisotropía en los coeficientes de difusión introducida
por el campo magnético cuando ω cα À ν αn . Muy pequeña difusión en la
dirección perpendicular al campo, y una difusión de Hall mayor en la direc-
ción tanto perpendicular al campo como al gradiente de densidad. La mayor
difusión es a lo largo de las líneas, como es de esperar en un plasma muy
magnetizado. En el límite opuesto, ω cα ¿ ν αn , los coeficientes de difusión
paralelo y perpendicular son iguales, y no hay difusión Hall. Lo análogo
puede decirse de la contribución del campo eléctrico al flujo de partículas a
través de las movilidades.
Estudiemos primero la difusión en un caso sin campo magnético (o cam-
po magnético débil, ω cα ¿ ν αn ). En tal caso, especializando para iones y
electrones, las ecuaciones son las de continuidad para cada especie y
−
→
Γ e = −De ∇δne + n0e MeE,
−
→
Γ i = −Di ∇δni + n0i Mi E,
v = vα − vβ ,
mα vα + mβ vβ
V = ,
mα + mβ
en términos de las cuales las velocidades son
mβ
vα = V + v, (4.1a)
mα + mβ
mα
vβ = V − v. (4.1b)
mα + mβ
El problema de la interacción de las dos partículas originales se traduce
así en un problema equivalente, correspondiente a la interacción de una sola
partícula de masa igual a la masa reducida
mα mβ
µαβ = ,
mα + mβ
53
CAPÍTULO 4. COLISIONES 54
que se mueve con la velocidad relativa v y que interactúa con un centro fijo
a través del potencial
qα qβ
U =− ,
4πε0 r
donde r es la distancia relativa entre partículas verdaderas. Esta partícula
equivalente se desvía luego de la interacción un ángulo χ respecto de la
dirección original, que es una función del parámetro de impacto b dada por
³χ´ b0
tan = , (4.2)
2 b
donde
qα qβ
b0 ≡ , (4.3)
4πε0 µαβ v2
muy similar a la definición (1.5) usada en la Introducción.
En el problema equivalente el módulo de la velocidad relativa v no cam-
bia luego de la interacción (por conservación de la energía), por lo que la
desviación se reduce al cambio de dirección, de ángulo χ, y podemos por lo
tanto escribir el cambio de velocidad relativa debido a la interacción como,
descomponiéndolo en componentes paralela y perpendicular a la dirección
original,
2b20 /b2
∆vq = v cos χ − v = − v, (4.4a)
1 + b20 /b2
2b0 /b
∆v⊥ = v sin χ = v, (4.4b)
1 + b20 /b2
con lo que
µ ¶
d (qα qβ )2 ln Λ ∂ 1
h∆vib = dnβ ,
dt 4πε20 µ2αβ ∂v v
d (qα qβ )2 ln Λ ∂ 2 v
h∆v∆vib = dnβ .
dt 4πε20 µ2αβ ∂v∂v
Debemos ahora calcular las desviaciones de la partícula proyectil real α.
En el problema real la velocidad del centro de masas se conserva durante la
interacción, por lo que el cambio de velocidad ∆vα es, de (4.1),
mβ
∆vα = ∆v,
mα + mβ
con lo que, usando también que v = vα − vβ , podemos expresar las desvia-
ciones por unidad de tiempo de la partícula proyectil original, en términos
de sólo variables originales, como
µ ¶ µ ¶
d mβ (qα qβ )2 ln Λ ∂ 1
h∆vα ib = dnβ ,
dt mα + mβ 4πε20 µ2αβ ∂vα |vα − vβ |
µ ¶2
d mβ (qα qβ )2 ln Λ ∂ 2
h∆vα ∆vα ib = |vα − vβ | dnβ .
dt mα + mβ 4πε20 µ2αβ ∂vα ∂vα
Falta la última operación, que es sumar sobre todas las velocidades de
las partículas blanco, para obtener las desviaciones promedio propiamente
dichas. Conviene para esto definir las funciones (denominadas potenciales de
Rosenbluth)
Z Z
gαβ ≡ |vα − vβ | dnβ = |vα − vβ | fβ (vβ ) d3 vβ , (4.5a)
Z Z
mα dnβ mα fβ (vβ ) 3
hαβ ≡ = d vβ , (4.5b)
µαβ |vα − vβ | µαβ |vα − vβ |
con lo que tenemos finalmente las desviaciones por unidad de tiempo de
partículas tipo α debidas a interacciones con partículas tipo β
d (qα qβ )2 ln Λ ∂hαβ
h∆vα i = , (4.6a)
dt 4πε20 m2α ∂vα
d (qα qβ )2 ln Λ ∂ 2 gαβ
h∆vα ∆vα i = . (4.6b)
dt 4πε20 m2α ∂vα ∂vα
Notemos que definimos Λ como el cociente bmax /bmin ; como argumentamos
en la Introducción, tomamos bmax igual a la longitud de Debye, más allá de
CAPÍTULO 4. COLISIONES 57
donde P (vα − ∆vα , ∆vα , ∆t) es la densidad de probabilidad de que una par-
tícula con vα − ∆vα sufra un cambio ∆vα en un ∆t. Estamos expresando
así que, considerando la evolución debida a sólo las colisiones, la función
en el instante t + ∆t se determina completamente por la correspondiente
función en t (proceso Markoviano). Si desarrollamos en Taylor la igualdad
anterior; el miembro de la izquierda a orden uno en ∆t, y el de la dere-
cha a orden dos en ∆vα (desarrollamos en el entorno de vα el producto
fα (vα − ∆vα , t) P (vα − ∆vα , ∆vα , ∆t)), obtenemos
µ ¶ Z
∂fα
fα (vα , t) + ∆t = fα (vα , t) P (vα , ∆vα , ∆t) d3 ∆vα
∂t col
· Z ¸
∂ 3
− · fα (vα , t) ∆vα P (vα , ∆vα , ∆t) d ∆vα
∂vα
CAPÍTULO 4. COLISIONES 58
· Z ¸
1 ∂ 3
+ : fα (vα , t) ∆vα ∆vα P (vα , ∆vα , ∆t) d ∆vα .
2 ∂vα ∂vα
Notemos que, por ser P una densidad de probabilidad, es
Z
P (vα , ∆vα , ∆t) d3 ∆vα = 1,
a la vez que Z
∆vα P (vα , ∆vα , ∆t) d3 ∆vα = h∆vα i
(4.7)
donde hemos introducido la notación
(qα qβ )2 ln Λ
γ αβ ≡ .
4πε20 m2α
Con este término de colisiones la ecuación cinética (3.2), junto a las ecua-
ciones de Maxwell en la forma (3.1), constituye la descripción más completa
del plasma.
Para la evolución del plasma en tiempos largos en el sentido que las par-
tículas sufren un número apreciables de colisiones se acostumbra resolver las
ecuaciones cinéticas en el entorno de funciones maxwellianas, aproximando
las funciones de distribución por
fα (x, v, t) = fαMB (x, v, t) [1 + ϕ (v)] , (4.8)
CAPÍTULO 4. COLISIONES 59
donde
" #
nα (x, t) mα |v − uα (x, t)|2
fαMB (x, v, t) = exp − ,
[2πTα (x, t) /mα ]3/2 2Tα (x, t)
d (qα qβ )2 nβ ln Λ
h∆vαq i = − , (4.10a)
dt 4πε20 mα µαβ vα2
d ® (qα qβ )2 nβ ln Λ
(∆vα⊥ )2 = , (4.10b)
dt 2πε20 m2α vα
que nos permite establecer tiempos característicos de frenado longitudinal de
partículas α por β
Vemos que
τ qαβ 2µαβ 2mβ
= = .
τ ⊥αβ mα mα + mβ
Así, partículas livianas colisionando con partículas pesadas (mα ¿ mβ )
son frenadas y deflectadas en tiempos muy similares; lo mismo sucede con
partículas que colisionan con partículas semejantes (mα ≈ mβ ). Partículas
pesadas colisionando con livianas (mα À mβ ) son frenadas en tiempos mucho
más largos que los necesarios para deflectarlas.
Estimemos los tiempos característicos de variación de energía cinética
Kα = mα vα2 /2. Usando que
mα £ ¤ mα 2
∆Kα = (vα + ∆vαq )2 + (∆vα⊥ )2 − v
2 2 α
mα £ ¤
= (∆vαq )2 + (∆vα⊥ )2 + mα vα ∆vαq ,
2
con lo cual, dado que
d ®
(∆vαq )2 ' 0,
dt
resulta
d mα d ® d
h∆Kα i = (∆vα⊥ )2 + mα vα h∆vαq i
dt 2 dt dt
CAPÍTULO 4. COLISIONES 61
µ ¶
(qα qβ )2 nβ ln Λ 1 1
= −
4πε20 vα mα µαβ
(qα qβ )2 nβ ln Λ
= − . (4.12)
4πε20 mβ vα
Kα 2πε20 mα mβ vα3
τK ¯
αβ ≡ ¯ d
¯= .
dt
h∆Kα i¯ (qα qβ )2 nβ ln Λ
dTα 2 (qα qβ )2 nβ ln Λ
=− Tα ,
dt 3ε20 mα mβ (2πTα /mα )3/2
CAPÍTULO 4. COLISIONES 62
que nos permite identificar el tiempo de decaimiento (recordar que las par-
tículas blanco son frías) de la temperatura como
Para evaluar los potenciales de Rosenbluth con esta expresión son útiles las
siguientes integrales definidas (sobre vectores tridimensionales y adimensio-
nales x, y)
Z
exp (−x2 ) 3 π 3/2
dx = erf (y) ,
|y − x| y
Z
¡ ¢ ¡ ¢
|y − x| exp −x2 d3 x = π exp −y 2
π 3/2 (1 + 2y 2 )
+ erf (y) ,
2y
CAPÍTULO 4. COLISIONES 63
Definiendo r
mβ
y≡ vα ,
2Tβ
los potenciales resultan entonces
nβ mα + mβ erf (y)
hαβ = 3/2
,
(2Tβ /mβ ) mβ y
s · √ ¸
2Tβ ¡ 2¢ π (1 + 2y 2 )
gαβ = nβ exp −y + erf (y) ,
πmβ 2y
d 2® (qα qβ )2 nβ ln Λ
(∆vα⊥ ) =
dt 4πε2 m2 v
· 0 α α 2 µ ¶ ¸
2 exp (−y ) 1
× √ + 2 − 2 erf (y) . (4.16)
π y y
de donde identificamos
µ ¶5/2 Z µ ¶
1 me ve2 me ve2
ν ei = exp − d3 ve .
3 (2π)3/2 Te τ qei 2Te
Z 2 e4 ni ln Λ
ν ei = √ .
3 (2π)3/2 ε20 Te3/2 me
∂δnα
+ n0α ∇ · uα = 0,
∂t
∂uα c2 qα
= − 0α ∇δnα + (E + uα × B0 ) − ν αβ (uα − uβ ) ,
∂t n0α mα
p
donde hemos usado la velocidad del sonido en el estado base, c0α = γ α p0α /ρ0α ,
al considerar procesos barotrópicos de la forma genérica
pα n−γ
α
α = cte,
para los cuales los apartamientos δpα y δnα están relacionados por
p0α
δpα = γ α δnα = mα c20α δnα .
n0α
Hemos tenido en cuenta también que en el estado base tanto el campo eléctri-
co como las velocidades son nulos, y sus apartamientos no han sido designados
66
CAPÍTULO 5. OSCILACIONES EN PLASMAS 67
en0e
ik · E = k · (ui − ue ) , (5.1a)
ε0 ω
ω2
ik × (k × E) = µ0 en0e ω (ui − ue ) − i E. (5.1b)
c2
Usando la identidad vectorial
k × (k × E) = k (k · E) − k 2 E
en la segunda de las (5.1) vemos que al multiplicar escalarmente por k (y usar
que µ0 ε0 = 1/c2 ) la primera de las (5.1) se satisface idénticamente (la razón es
que la conservación de la carga, implícita en las ecuaciones de Maxwell, equi-
vale aquí a la conservación de las partículas, que fue usada en la eliminación
de las densidades perturbadas). Podemos por lo tanto reducirnos al sistema
(explicitamos las especies, usando (3.4) para escribir ν ie = ν ei Zme /mi , y
elaboramos ligeramente la ecuación de Maxwell sobreviviente)
k · ue e
−iωue = −ikc20e − (E + ue × B0 ) + ν ei (ui − ue ) , (5.2)
ω me
k · ui Ze Zme
−iωui = −ikc20i + (E + ui × B0 ) − ν ei (ui − ue ) , (5.3)
ω mi mi
µ ¶
2 ω2 en0e
k − 2 E − k (k · E) = i 2 ω (ui − ue) (5.4)
c ε0 c
Este conjunto de ecuaciones forma la base para el estudio de oscilaciones
de pequeña amplitud en plasmas homogéneos. El punto es que este sistema
de ecuaciones algebraicas es lineal y homogéneo. Soluciones no triviales son
posibles (esto es, existen perturbaciones oscilantes) sólo si el determinante
de la matriz de coeficientes del sistema se anula. Esta condición establece
una relación entre la frecuencia de la oscilación y el vector de onda, la de-
nominada relación de dispersión, que depende de las magnitudes del estado
base homogéneo.
A pesar de la apariencia sencilla de las ecuaciones, las oscilaciones posibles
son muy variadas y la deducción de la relación de dispersión es bastante
tediosa si no se consideran algunas situaciones particulares.
ω 2pe ω 2pi
+ = 1. (5.8)
ω 2 − k 2 c20e ω 2 − k 2 c20i
entonces
Zγ eTe
c2s = .
mi
Aq = A · b, A⊥ = A − Aq b,
k⊥ k⊥
A⊥1 = A⊥ · =A· ,
|k⊥ | |k⊥ |
b × k⊥ b×k
A⊥2 = A⊥ · = A⊥ · .
|k⊥ | |k⊥ |
(A × b) · (b × k) = [b × (b × k)] · A = −k⊥ · A,
la proyección sobre los ejes 1 y 2 de las dos últimas de las (5.9) es muy sencilla
y se obtiene
µ ³ ω ´2 E ¶
1 ie ce ⊥2
ue⊥1 = 2 − E⊥1 − ,
1 − (ω ce /ω) me ω ω B0
µ ³ ω ´2 E ¶
1 ie ce ⊥1
ue⊥2 = 2 − E⊥2 + ,
1 − (ω ce /ω) me ω ω B0
µ ³ ω ´2 E ¶
1 iZe ci ⊥2
ui⊥1 = 2 E⊥1 − ,
1 − (ω ci /ω) mi ω ω B0
µ ³ ω ´2 E ¶
1 iZe ci ⊥1
ui⊥2 = 2 E⊥2 + .
1 − (ω ci /ω) mi ω ω B0
CAPÍTULO 5. OSCILACIONES EN PLASMAS 73
· ¸
ω 2pe ω 2pi
0 = + + kq2 c2
− ω E⊥1 2
1 − (ω ce /ω)2 1 − (ω ci /ω)2
· ¸
−iω 2peω ce /ω iω 2pi ω ci /ω
+ + E⊥2 − kq k⊥ c2 Eq ,
1 − (ω ce /ω)2 1 − (ω ci /ω)2
· ¸
iω 2pe ω ce /ω iω 2pi ω ci /ω
0 = − E⊥1
1 − (ω ce /ω)2 1 − (ω ci /ω)2
· ¸
ω 2pe ω 2pi 2 2 2
+ + + k c − ω E⊥2 ,
1 − (ω ce /ω)2 1 − (ω ci /ω)2
donde hemos vuelto a usar las definiciones (5.6) para las frecuencias de plas-
ma. Para obtener una expresión más presentable de este sistema es útil
introducir el índice de refracción n = kc/ω, y poner de manifiesto el ángulo
θ entre la dirección de propagación de la onda (la dirección de k) y el campo
magnético, tal que kq = k cos θ, k⊥ = k sin θ. Además, es de suma utilidad
introducir las definiciones convencionales
ω 2pe /ω ω 2pi /ω
R ≡ 1− − ,
ω − ω ce ω + ω ci
ω 2pe /ω ω 2pi /ω
L ≡ 1− − ,
ω + ω ce ω − ω ci
ω 2pe ω 2pi
P ≡ 1− 2 − 2,
ω ω
CAPÍTULO 5. OSCILACIONES EN PLASMAS 74
o sea,
S − n2 = ±D,
que si reemplazamos en cualquiera de las dos últimas (5.11) nos dice que
E⊥2 = ±iE⊥1 ,
2 2 2
ω ω 2pe ω ω 2pi
k c =ω − − . (5.12)
ω − ω ce ω + ω ci
Como Re (ω) > 0 tenemos resonancia (k = ∞) sólo para ω = ω ce , lo que
es natural pues son los electrones los que tienen el mismo sentido de giro
alrededor del campo magnético que el vector E, y pueden por lo tanto girar
en fase con éste y absorber energía electromagnética de la onda.
La frecuencia de corte (k = 0) resulta de
ω 2pe ω 2pi
ω− − = 0,
ω − ω ce ω + ω ci
que, anticipando que sucede para frecuencias altas (ω À ω pi ), podemos calcu-
lar despreciando la dinámica iónica, y obtener la frecuencia de corte para
ondas R como la raiz positiva de la ecuación cuadrática resultante
1³ q ´
ωR = ω ce + ω 2ce + 4ω 2pe . (5.13)
2
La relación de dispersión (5.12) tiene dos ramas; una de alta frecuencia
ω > ω R , que podemos determinar despreciando completamente la dinámica
iónica y escribir
ω ω 2pe
k 2 c2 = ω 2 − .
ω − ω ce
Esta rama comienza en ω = ω R para k → 0, y vemos que para ω À ω pe
satisface la relación k 2 c2 = ω 2 de una onda electromagnética. Notemos que
como ω R > ω ce esta rama no presenta resonancia.
La rama de baja frecuencia (ω < ω ce , pero siempre con ω À ω pi ) nos da
para ω ¿ ω ce y ω pe
2 2
ω ω 2pe ω ce
k c ' =⇒ ω ' 2 c2 k 2 ,
ω ce ω pe
y alcanza la resonancia para ω → ω ce . Esta rama es denominanda habitual-
mente “whistler” por su efecto de silbido al ser recibida en un receptor de
radio de sintonía no muy buena. En efecto, si una perturbación con un espec-
tro ancho es generada, por ejemplo por rayos durante una tormenta eléctrica,
CAPÍTULO 5. OSCILACIONES EN PLASMAS 77
Estas ondas son denominadas de Alfvén torsionales (ya que el campo mag-
nético perturbado gira junto al campo eléctrico, generando torsión de las
líneas magnéticas al avanzar la onda).
Vemos finalmente que para ω ce < ω < ω R no existe propagación de ondas
de tipo R.
Para las ondas circulares izquierda, n2 = L,
2 2
ω ω 2pe
2
ω ω 2pi
k c =ω − − , (5.17)
ω + ω ce ω − ω ci
CAPÍTULO 5. OSCILACIONES EN PLASMAS 78
ω 2pe ω 2pi
1+ − = 0,
ω 2ce ω 2 − ω 2ci
CAPÍTULO 5. OSCILACIONES EN PLASMAS 80
ωL < ωU H < ω R,
que indica que la rama con inicio en ω R no tiene resonancia y tiende a altas
frecuencias a ω = kc, nuestra familar onda electromagnética. La rama que
comienza en ω L tiende para k → ∞ a la resonancia híbrida superior.
Para estudiar las bajas frecuencias (ω ¿ ω ci ) debemos incluir la dinámica
iónica. Lo hacemos usando (5.14)
ω 2pe ω 2pi
ωR = ω − −
ω − ω ce ω + ω ci
µ ¶
ω 2pe ω 2pi ω 2pi
' ω 1+ 2 + 2 'ω 2 ,
ω ce ω ci ω ci
2 2
ω pe ω pi
ωL = ω − −
ω + ω ce ω − ω ci
µ ¶
ω 2pe ω 2pi ω 2pi
' ω 1+ 2 + 2 'ω 2 ,
ω ce ω ci ω ci
y
S 2 − D2 = RL,
se reduce a
2 −Sn4 + (P S + RL) n2 − P RL
cos θ = .
(P − S) n4 + (RL − P S) n2
−P (n2 − R) (n2 − L)
tan2 θ = .
(n2 − P ) (Sn2 − RL)
P
tan2 θ = − ,
S
que nos dice que las frecuencias de resonancia dependen del ángulo θ. Verique
como ejercicio que para θ = 0, π/2 se obtienen las resonancias vistas (ω pe ,
ω ce , ω ci , ω U H y ω LH ).
CAPÍTULO 5. OSCILACIONES EN PLASMAS 82
P RL
tan2 θ = − ,
P RL
que sólo puede ser satisfecha si P RL = 0, ∞. De hecho, poniendo n = 0
es el sistema original (5.10) obtenemos inmediatamente P = 0 y S 2 − D2 =
RL = 0. La condición P = 0 da la frecuencia de corte ω pe (que también es de
resonancia para un plasma frío), mientras que R = 0 da el corte ω R , y L = 0
el corte ω L . Vemos entonces que las frecuencias de corte son independientes
del ángulo θ.
Notemos que la onda R, con resonancia en ω ce , se transforma, al pasar
de θ = 0 a θ = π/2, en la magnetosónica con resonancia en ω LH . La onda L,
con resonancia en ω ci , desaparece tendiendo a ω = 0 a medida que θ → π/2.
Para estudiar la transformación de las ondas mencionadas, a medida que
cambia θ, en el límite de muy baja frecuencia (ω ¿ ω ci ), podemos simplificar
las expresiones de S, D y P ,
ω 2pi c2
S ' = ,
ω 2ci vA2
ω 2pi ω
D ' − 3 ω = −S ' 0,
ω ci ω ci
ω 2pe
P ' − 2 ' ∞,
ω
con lo que obtenemos del sistema general (5.10) el sistema aproximado para
muy bajas frecuencias
∞ Eq = 0,
µ 2
¶
c
2
− n2 cos2 θ E⊥1 + n2 cos θ sin θEq = 0,
vA
µ 2 ¶
c 2
− n E⊥2 = 0,
vA2
∇ × B = µ0 j, ∇ · B = 0. (6.2)
j · ∇p = 0,
B · ∇p = 0,
por lo que las superficies de p = cte deben contener tanto a las líneas de j
como a las de B. Así, las superficies isobaras son también superficies mag-
néticas y superficies de corriente (cuidado, j y B no son en general constantes
sobre estas superficies, sólo tangentes a ellas).
Tomando la divergencia de la primera (6.2) es ∇ · j = 0, que, junto con
∇ · B = 0, nos dice que las líneas de corriente y las de campo no pueden co-
menzar ni terminar en las superficies consideradas si éstas están en una región
84
CAPÍTULO 6. EQUILIBRIOS Y ESTABILIDAD 85
(∇ × B) × B = 0.
∇ × B = γB,
con lo que µ ¶
B2 1
∇ p+ = (B · ∇) B.
2µ0 µ0
Si consideramos la interfase plasma-vacío e integramos esta última igual-
dad a través de ella, como el segundo miembro es finito, resulta (i corresponde
al interior del plasma y e al exterior)
µ ¶ µ 2¶
B2 B
p+ = .
2µ0 i 2µ0 e
6.0.4 Tokamak
Una configuración de importancia práctica es la de tokamak, con buena apro-
ximación libre de fuerzas, debido a que el plasma es de bajo β. Es una con-
figuración cerrada toroidal, con el campo principal en la dirección azimutal
(campo toroidal), generado por bobinas externas al plasma, más una compo-
nente meridional (campo poloidal) generada por una corriente que circula en
el mismo plasma en la dirección azimutal (a lo largo del toro). Esta corriente
es inducida por un bobinado externo que hace las veces de primario de un
transformador en el que el plasma es el secundario.
Para evitar las complicaciones de la geometría toroidal podemos consi-
derar una aproximación en la que el toro es “enderezado” y convertido en
un cilindro recto circular. En este caso la dirección toroidal corresponde al
eje del cilindro (eje z), y la dirección poloidal corresponde a la dirección θ.
Tenemos entonces Bz (r) generado por bobinas externas, y Bθ generada por
la corriente en el plasma, o sea
µ0 I (r)
Bθ (r) = , (6.3)
2πr
donde I (r) es la corriente (en la dirección z) que circula entre r = 0 y r.
El equilibrio libre de fuerzas (∇ × B) × B = 0 se escribe entonces
d ¡ 2 ¢ 2
Bz + Bθ2 + Bθ2 = 0, (6.4)
dr r
que, junto con (6.3), nos permite determinar Bz (r) una vez dada I (r).
Si suponemos que el plasma tiene un radio R0 y que la corriente total que
circula por él es I0 y está uniformemente distribuida, es I (r) = I0 r2 /R02 , con
lo que, para r ≤ R0 , es
µ I0
Bθ (r) = 0 2 r,
2πR0
minetras que para r ≥ R0 es
µ0 I0
Bθ (r) = .
2πr
Esto nos permite integrar fácilmente (6.4) para obtener que Bz es constante
en r ≥ R0 , que denominamos Bzext , mientras que en el plasma es
µ ¶
2 2 µ20 I02 r2
Bz = Bzext + 2 4 1 − 2 .
2π R0 R0
CAPÍTULO 6. EQUILIBRIOS Y ESTABILIDAD 87
6.1 Pinchs
Uno de los tipos de equilibrio más interesantes es el denominado pinch, en el
que el campo magnético que confina el plasma es generado por corrientes que
circulan en el plasma mismo. Existen dos tipos básicos de configuraciones
abiertas con simetría cilíndrica; el z-pinch y el θ-pinch, donde z y θ indican
la dirección de la corriente en coordenadas cilíndricas.
6.1.1 Theta-pinch
La densidad de corriente en este caso tiene la forma j = j (r) eθ , que genera
un campo B (r) en la dirección z calculable fácilmente por la ley de Ampère
dB
= −µ0 j (r) .
dr
La condición de equilibrio (6.1) es para esta configuración
dp 1 dB
= j (r) B (r) = − B (r)
dr µ0 dr
µ ¶
d B2
= − ,
dr 2µ0
de manera que tenemos simplemente
B2
p+ = cte.
2µ0
Al ser las líneas de campo rectas no tenemos efectos de tensión, sino sólo
de presión magnética. La condición de equilibrio es entonces que la presión
total (térmica más magnética) sea constante.
Todas las magnitudes se obtienen a partir de la distribución de corriente
j (r). Para el caso de interés en que la corriente circula en una capa de
espesor muy pequeño en r = R, podemos escribir
I
j (r) = δ (r − R) ,
L
donde I es la corriente total y L la longitud sobre la que está distribuida en
la dirección z. El campo correspondiente vale
½
µ0 I/L, para r < R,
B (r) =
0, para r > R,
y la presión es
½
pext − µ0 I 2 /2L2 , para r < R,
p (r) =
pext , para r > R.
CAPÍTULO 6. EQUILIBRIOS Y ESTABILIDAD 88
6.1.2 Z-pinch
En este caso la corriente es de la forma j = j (r) ez , que genera campo
magnético B = B (r) eθ , dado por la ley de Ampère como
µ0 I (r)
B (r) = ,
2πr
donde Z r
I (r) = 2π j (r0 ) dr0 ,
0
es la corriente que circula dentro del radio r, y de la cual podemos escribir
1 dI
j (r) = .
2πr dr
La condición de equilibrio es
dp µ dI
= −j (r) B (r) = − 20 2 I (r)
dr 4π r dr
2
µ dI
= − 20 2 .
8π r dr
Consideremos ahora que el plasma se extiende hasta el radio R0 y que la
corriente total que circula por él es I0 . La presión del plasma en r = R0 es
nula (suponemos confinamiento magnético puro), por lo que, integrando por
partes,
Z R0 2 Z
dI 2 8π 2 R0 2 dp
dr = I0 = − r dr
0 dr µ0 0 dr
· Z R0 ¸
8π 2 2
= − R0 p (R0 ) − 2 rp (r) dr
µ0 0
Z
16π 2 R0
= rp (r) dr.
µ0 0
Como
I (r) = I0 H (r − R0 )
con lo que
dp µ I2
= − 0 02 H (r − R0 ) δ (r − R0 )
dr 4πr
µ I2
= − 0 02 δ (r − R0 ) ,
8πr
donde se usó la convención H (0) = 1/2. La presión es entonces constante a
trozos y vale (considerando que es nula fuera del plasma)
½
µ0 I02 / (8πR20 ) , para r < R0 ,
p (r) =
0, para r > R0 .
CAPÍTULO 6. EQUILIBRIOS Y ESTABILIDAD 90
6.2 Estabilidad
Una configuración de equilibrio puede no realizarse en la práctica si la misma
es inestable; esto es, si ante apartamientos pequeños la configuración evolu-
ciona alejándose del estado de equilibrio. Nos interesan aquí configuraciones
de plasma en la descripción de un solo fluido, en las que los detalles de las
distribuciones microscópicas de las partículas no son muy importantes. Evo-
luciones de este estado se traducen en movimientos macroscópicos del plasma,
que son justamente los más nocivos para el confinamiento. Existen además
evoluciones menos peligrosas en este sentido, que corresponden a cambios de
la forma de las funciones de distribución, sin afectar grandemente la variables
macroscópicas, y que deben estudiarse con una teoría cinética.
Consideramos entonces las ecuaciones de la MHD ideal
∂ρ
= −∇ · (ρu) ,
∂t
du
ρ = −∇p + j × B,
dt
dp
= −γp∇ · u,
dt
∂B
= ∇ × (u × B) ,
∂t
∇×B = µ0 j, ∇ · B = 0.
Nos interesa estudiar pequeños apartamientos de un equilibrio estático
dado por u0 = 0, y
∇p0 = j0 × B0 ,
en el que las magnitudes con subíndice 0 indican valores de equilibrio, en
general no uniformes espacialmente. Esta no uniformidad nos impide pro-
ceder como en el caso de ondas en plasmas homogéneos y estudiar modos
simples de Fourier para los apartamientos, lo que hace el tratamiento de la
estabilidad complicado.
Procedemos entonces a definir los apartamientos de los elementos de fluido
del plasma ξ (x, t), respecto de sus posiciones de equilibrio, como la posición
al tiempo t del elemento que en t = 0 se encontraba en x, referida a esta
posición inicial. Estudiamos además la evolución en tiempos cortos para que
el apartamiento pueda considerarse pequeño. De esta manera, podemos decir
que
∂
u (x, t) = ξ (x, t) , (6.5)
∂t
en los tiempos de interés (piense porqué esta igualdad es sólo aproximada,
válida sólo a tiempos cortos). Si escribimos entonces para las magnitudes en
CAPÍTULO 6. EQUILIBRIOS Y ESTABILIDAD 91
(linealmente) inestable, mientras que si en cada punto del plasma los apar-
tamientos se mantienen pequeños en todo tiempo (típicamente oscilando) el
equilibrio es estable.
B02 (x = 0)
p0 = , (6.10)
2µ0
∂ 2ξ
ρ0 = γp0 ∇ (∇ · ξ) . (6.11)
∂t2
Aprovechando que sólo hay variaciones de las magnitudes de equilibrio en
la dirección x podemos estudiar ξ en sus modos de Fourier temporales y
espaciales en y, z,
ξ (x, y, z, t) = b
ξ (x) exp i (ky y + kz z − ωt) ,
k 2 c20 − ω 2 b d2 b
ξx
2
ξ x = ,
c0 dx2
cuya solución es inmediata
b
ξx = b
ξ x0 exp (κx) , (6.13)
Como
à !
db
ξx
∇·ξ = + ikyb
ξ y + ikzb
ξz exp i (ky y + kz z − ωt)
dx
ω2 db
ξx
= − 2
exp i (ky y + kz z − ωt) ,
k 2 c0 − ω 2 dx
donde hemos usado la (6.12) para escribir la segunda línea, la (6.15) se escribe
¯ · ¸
ω2 dξ x ¯¯ δBz B0 1 ∂B02
γp0 2 2 = + ξ . (6.16)
k c0 − ω 2 dx ¯x=0 µ0 2µ0 ∂x x x=0
Como los campos eléctrico y magnético que nos interesa calcular son los
del vacío (sin cargas ni corrientes), es útil escribirlos en términos del potencial
vector A, con en el gauge más sencillo, compatible con la ausencia de fuentes,
que es el de potencial eléctrostático nulo y ∇ · A = 0, con lo que
∂A
δE = − ,
∂t
δB = ∇ × A.
∇2 A = 0,
Ay |x=0 = − (ξ x B0 )x=0 = −b
ξ x0 exp i (ky y + kz z − ωt) B0 (x = 0) ,(6.19)
Az |x=0 = 0,
kz2 kz2 b
δBz |x=0 = − Ay |x=0 = ξ x0 exp i (ky y + kz z − ωt) B0 (x = 0) .
k k
Esta expresión nos permite escribir la condición (6.16) como
¯ · ¸
ω2 ξ x ¯¯
db 1 ∂B02 2kz2 2 b
γp0 2 2 ¯ = + B ξ ,
k c0 − ω 2 dx ¯ 2µ0 ∂x k 0 x=0 x0
x=0
con lo que q
2
ω = g0 k 2 c20 − ω 2 . (6.22)
³p ´
Recordando que elegimos Re k 2 c20 − ω 2 > 0, por lo que si g0 > 0 resulta
Re (ω 2 ) > 0. Si despejamos ahora ω 2 , resolviendo la cuadrática en ω 2 que
resulta de (6.22), obtenemos, con la condición Re (ω 2 ) > 0,
q
2 2
2ω = −g0 + g04 + 4k 2 c20 g02 ,
que nos dice inmediatamente que ω 2 es real y positiva. De esta manera, los
apartamientos ξ efectúan oscilaciones puras y la configuración es entonces
estable. La condición para esto fue g0 > 0, que vemos se cumple siempre si
∂B02 /∂x ≥ 0; esto es, si el campo no decrece hacia afuera del plasma.
Podemos tener inestabilidad entonces sólo g0 < 0, que puede ocurrir
si ∂B02 /∂x < 0. En particular, como el segundo término entre corchetes
de (6.21) es definidio positivo, los modos más inestables serán aquellos con
kz → 0; esto es, apartamientos que no varían a lo largo de las líneas de campo
magnético. La forma particular de estos modos, largos surcos paralelos al
campo magnético, recuerdan el decorado de columnas griegas denominado
“flute” en inglés, por lo que estos modos son conocidos con ese nombre. Para
los modos flute basta que ∂B02 /∂x < 0 para que g0 < 0, con lo que (6.22) nos
dice que Re (ω 2 ) < 0, y la solución de la cuadrática es entonces en este caso
(k = ky ) q
2ω 2 = −g02 − g04 + 4ky2 c20 g02 ,
que nos dice además que ω 2 es real, por lo que estos modos crecen sin os-
cilar (ω no tiene parte real). Si escribimos que ω = iΓ, estos modos crecen
en el tiempo como exp (Γt), con lo que Γ−1 es el tiempo característico de
crecimiento de esta inestabilidad. Tenemos entonces
g2 ³ q ´
Γ2 = 0 1 + 1 + 4ky2 c20 /g02 .
2
Vemos que,
µ ¶2
4ky2 c20 2µ0 p0
2
2 2
= 4γ ky 2
= (2γky L)2 ,
g0 ∂B0 /∂x|x=0
donde L es la longitud típica de variación del campo, L ≡ B02 / |∂B02 /∂x|x=0 ,
y se usó la condición de equilibrio (6.10) para la última igualdad. De igual
manera, g0 = c0 / (γL), por lo que tenemos
s · ¸
q
c0 1 2
Γ= 1 + 1 + (2γky L) .
γL 2
CAPÍTULO 6. EQUILIBRIOS Y ESTABILIDAD 98
por lo que
Z Z Z ³ ´
3 1 3 1
ξ̇ · F (ξ) d x = ξ̇ · F (ξ) d x + ξ · F ξ̇ d3 x
2 2
Z
1 ∂
= [ξ · F (ξ)] d3 x.
2 ∂t
Tenemos así que
¯ ¯2
Z ¯ ¯ Z
1 ∂ ¯ξ̇¯ 1 ∂
ρ0 d3 x = [ξ · F (ξ)] d3 x.
2 ∂t 2 ∂t
CAPÍTULO 6. EQUILIBRIOS Y ESTABILIDAD 99
I Z
= δpξ · ndS − δp∇ · ξd3 x.
ξ = ξ r (r, z) er + ξ z (r, z) ez .
donde
2µ0 p0
β= , (6.28)
B02
de las cuales la más restrictiva es claramente la segunda, que es por lo tanto
la condición buscada.
Si consideramos ahora perturbaciones con dependencia en θ, podemos
descomponer éstas en modos de Fourier de la forma
ξ = ξ r (r, z) cos (mθ) er + ξ θ (r, z) sin (mθ) er
+ξ z (r, z) cos (mθ) ez ,
de los que m = 0 corresponde a las perturbaciones vistas antes. Dejamos
como ejercicio calcular que resulta
m2 B02 2 ¡ 2 ¢
|δB|2 = sin (mθ) ξ r + ξ 2
z
r2
· ¸2
∂ξ z ∂
+ B0 + (B0 ξ r ) cos2 (mθ)
∂z ∂r
y
mB0 d
δB · [ξ × (∇ × B0 )] = − 2
(rB0 ) sin2 (mθ) ξ r ξ θ
r dr · ¸
ξr d ∂ξ z ∂
+ (rB0 ) B0 + (B0 ξ r ) cos2 (mθ) .
r dr ∂z ∂r
Al integrar estas expresiones en θ, los sin2 (mθ) y cos2 (mθ) dan simple-
mente factores 1/2. Por otro lado, consideraremos modos incompresibles, que
tienden a ser los más inestables, ya que para ellos está ausente el término
estabilizante γp0 (∇ · ξ)2 en WB . De esta manera, como
· ¸
1 ∂ ∂ξ z m
∇·ξ = (rξ r ) + + ξ θ cos (mθ) = 0,
r ∂r ∂z r
podemos elegir para todo m 6= 0
· ¸
m 1 ∂ ∂ξ z
ξ =− (rξ r ) + ≡ −∇ · ξ⊥ .
r θ r ∂r ∂z
Usando esta expresión de ξ θ , y la definición de ∇·ξ⊥ para reemplazar ∂ξ z /∂z,
podemos escribir, como hicimos antes,
Z ( 2 2 · µ ¶ ¸2
m B0 ¡ 2 2
¢ dB0 B0
4µ0 WB = ξ r + ξ z + B0 ∇ · ξ ⊥ + − ξr
r2 dr r
· µ ¶ ¸ ¾
1 d dB0 B0
− (rB0 ) 2B0 ∇ · ξ ⊥ + − ξ r ξ r rdrdz.
r dr dr r
CAPÍTULO 6. EQUILIBRIOS Y ESTABILIDAD 104
4γ m2
<
2 + γβ β
para todos los modos m ≥ 2, vemos que si se satisface la condición de es-
tabilidad para modos m = 0, entonces se satisface para los modos m ≥ 2.
Cuando m = 1, sin embargo, la desigualdad no se cumple para β > 2/ (3γ)en
cuyo caso la condición de estabilidad puede satisfacerse para m = 0, pero no
para m = 1.
Notemos que si la condición de estabilidad no se satisface en alguna re-
gión del plasma, siempre podemos elegir una perturbación apropiada que se
anule en las demás regiones y sólo contribuya entonces con valores negativos
a WB , con lo que se tiene entonces una fuente de energía para generar mo-
vimiento, y la configuración de equilibrio es inestable (en la descripción de
modos temporales es ω 2 < 0).
La inestabilidad resultante cuando no se satisface (6.27) es conocida como
inestabilidad de salchicha o de garganta (sausage o necking en inglés), ya que
corresponde a una perturbación con m = 0 y tiene por lo tanto forma de
estrangulamiento axisimétrico del plasma. En la zona del estrangulamiento
la intensidad del campo magnético se incrementa (la misma corriente axial
pasa por una sección de menor radio), y la presión magnética aumentada
tiende a estrangular aún más el plasma.
Si el z-pinch es estable para modos m = 0 (se satisface (6.27)) vimos que
puede ser inestable ante modos m = 1 si β > 2/ (3γ). Las perturbaciones
en esta inestabilidad son de la forma ξ r (r, z) cos θ, que dan a la columna de
plasma la forma de comba (kink en inglés). En el lado de la comba cóncavo
hacia afuera del plasma las líneas de campo magnético se acercan, mientras
que en el lado convexo se separan. Resulta así un aumento de la presión
magnética en la zona cóncava y una disminución en la convexa que tienden
a aumentar la deformación.
CAPÍTULO 6. EQUILIBRIOS Y ESTABILIDAD 105
El punto es que si ∆UI < 0, el plasma puede acceder, a través del inter-
cambio, a un estado de energía menor (recordemos que la energía magnética
no varía), por lo que si el intercambio es posible (no está impedido por condi-
ciones de contorno o alguna ley de conservación adicional), el plasma tenderá
a este estado y el equilibrio no es estable. La condición de estabilidad es en-
tonces ∆UI > 0, análoga al principio de energía de Bernstein para este caso
especial de ∆UM = 0.
Investigamos entonces el efecto de intercambiar dos tubos muy cercanos
escribiendo
p2 = p1 + δp ≡ p + δp,
V2 = V1 + δV ≡ V + δV.
Tenemos así
µ ¶γ µ ¶2
V + δV δV 1 δV
' 1+γ + γ (γ − 1) ,
V V 2 V
µ ¶γ µ ¶2
V δV 1 δV
' 1−γ + γ (γ + 1) ,
V + δV V 2 V
CAPÍTULO 6. EQUILIBRIOS Y ESTABILIDAD 107
(δV )2
∆UI = γp + δpδV. (6.30)
V
δpδV > 0.
Como sabemos además que intercambiamos tubos con igual flujo magnético
φ, podemos escribir
Z Z
dl
V1 = δsdl = φ ,
1 1 B
Z
dl
V2 = φ ,
2 B
con lo que µZ Z ¶ Z
dl dl dl
δV = φ − = φδ .
2 B 1 B B
La condición de estabilidad es entonces (φ fue definido como positivo)
Z
dl
δpδ > 0.
B
Como la presión disminuye hacia afuera del plasma en un confinamiento
R
típico, debemos tener que al movermos hacia afuera del plasma δ dl/B <
0 para estabilidad, condición que equivale a que las líneas de campo sean
convexas hacia el plasma.
Para el caso habitual que las líneas de campo sean cerradas podemos
mejorar el criterio considerando también el término γp (δV )2 /V en (6.30).
En efecto, como los tubos finos considerados son ahora cerrados y finitos,
tenemos el valor finito del volumen de cada uno de ellos
I
dl
V =φ ,
B
donde la integral es ahora sobre la curva cerrada. Por otro lado, los tubos
están claramente apoyados sobre superficies magnéticas, que son también
superficies de presión constante (estado de equilibrio), por
H lo que en general
podemos escribir a la presión como una función de Σ ≡ dl/B, variable que
será en general distinta sobre cada superficie magnética. De esta manera,
CAPÍTULO 6. EQUILIBRIOS Y ESTABILIDAD 108
desfavorable. Cada línea recorre q veces la circunferencia mayor del toro (de
radio medio R) por cada recorrido completo a lo largo de la circunferencia
menor (de radio a). Tenemos así que la longitud de la zona desfavorable de
la línea es del orden de L ∼ qR. Por otro lado, es claro que podemos estimar
|p00 | ∼ p0 /a y D ∼ R. Con esto, la inestabilidad ballooning requiere
2µ0 p0 a
2
=β& 2 ,
B0 q R
que es una estimación del valor crítico de β por encima del cual se tiene
inestabilidad ballooning. En un tokamak es siempre q > 1 (típicamente 1
en el centro del plasma y creciente hacia afuera, hasta valores 3 − 4). En la
práctica, los tokamaks son estables ante estas inestabilidades por debajo de
β ' 3 − 6%.
donde ψ ext es la solución del problema externo (para este problema el espesor
de la capa puede tomarse igual a cero), y en términos de la cual es
K
ψ 00 (0) = ψ (0) .
2δ
CAPÍTULO 6. EQUILIBRIOS Y ESTABILIDAD 113
donde hemos aproximado ψ 00 (δ) ' ψ 00 (0), y ξ 00 (δ) ' −ξ (δ) /δ 2 (el signo
menos es impuesto porque debe ser δ > 0). Usando (6.38) y (6.39) en esta
ecuación obtenemos finalmente
η3/5 K 4/5 [kB00 (0)]2/5
γ = , (6.40)
(2µ0 )4/5 ρ1/5
η2/5 K 1/5 ρ1/5
δ = . (6.41)
(2µ0 )1/5 [kB00 (0)]2/5
δ/a = Ka (τ A /τ η )2 , (6.42)
γ −1 = (Ka)−2 (τ η /τ A )3 τ A À τ A , (6.43)
Haciendo entonces ψ ext (x, y) = ψ ext (y) exp (ikx), obtenemos la ecuación
µ ¶
00 2 µ0 j00
ψ ext − k − ψ ext = 0.
B0
Z
1 X
∇·E = qα fα d3 v,
ε0 α
∂B
∇×E = − ,
∂t
∇ · B = 0,
X Z
1 ∂E
∇ × B = µ0 qα vfα d3 v + .
α
c2 ∂t
116
CAPÍTULO 7. TEORÍA CINÉTICA DE PLASMAS 117
donde
"Z Z +∞ e #
ie e +∞
F1e (k, v, 0) F1i (k, v, 0)
N (k, s) = dv − Z dv , (7.2)
kε0 −∞ s + ikv −∞ s + ikv
Z +∞ Z
ie2 dF0e /dv iZ 2 e2 +∞ dF0i /dv
D (k, s) = 1 − dv − dv.(7.3)
kε0 me −∞ s + ikv kε0 mi −∞ s + ikv
que nos dice que los puntos singulares con Re (sp ) > 0 corresponden a ines-
tabilidades, y aquellos con Re (sp ) < 0 a modos amortiguados.
Vemos de (7.1) que, si escribimos E (k, s) = N (k, s) /D (k, s), los puntos
singulares de E (k, s) corresponden a puntos singulares de N (k, s) y a ceros
de D (k, s). Las integrales en la variable v que definen a estas funciones en
(7.2) y (7.3) deben considerarse como correspondientes al plano de valores
complejos de v, a lo largo de una curva cerrada C que incluye el eje real
(recorrido en el sentido indicado), que se cierra a través de un arco al infinito
en el semiplano Im (v) > 0 (que tiene contribución nula para las funciones de
distribución aceptables). Es claro entonces que para Re (s) > 0 los puntos
singulares de los integrandos en (7.2) y (7.3), correspondientes a v = is/k, se
CAPÍTULO 7. TEORÍA CINÉTICA DE PLASMAS 120
Notemos que ω pe ' vT e /λD , con lo que, como esperamos oscilaciones con
ω ' ω pe ,
ω vT e
' À vT e ,
k kλD
para longitudes de onda mucho mayores que la longitud de Debye. De esta
manera, como la contribución principal al numerador del integrando es para
v ∼ vT e , podemos aproximar
" µ ¶2 #
1 1 kv kv
= 1+ + + ... ,
ω − kv ω ω ω
CAPÍTULO 7. TEORÍA CINÉTICA DE PLASMAS 122
ω 2R = ω 2pe + 3k 2 vT2 e ,
¯
πω 3pe dF0e ¯
γ = ¯ . (7.9)
2n0e k 2 dv ¯v=ωpe /k
kvT i ¿ ω ¿ kvT e ,
con lo que la integral del término iónico podemos aproximarla como hicimos
arriba para el caso electrónico (nos quedamos con la aproximación más baja)
Z +∞
dF0i /dv k
dv ' −n0i 2 .
−∞ ω − kv ω
Para la integral del término electrónico aproximamos
· ³ ω ´2 ¸
1 1 ω
=− 1+ + + ... ,
ω − kv kv kv kv
y quedándonos con sólo el primer término tenemos
Z +∞ Z
dF0e /dv 1 +∞ F0e n0e
dv ' 2
dv ' 2 ,
−∞ ω − kv k −∞ v kvT e
con todo lo cual resulta
e2 n0e Z 2 e2 n0i
D (k, ω) = 1 + −
k 2 ε0 me vT2 e ε0 mi ω 2
CAPÍTULO 7. TEORÍA CINÉTICA DE PLASMAS 124
µ ¶
iπe2 1 dF0e Z 2 dF0i
− 2 +
k ε0 me dv mi dv v=ω/k
2 µ ¶
ω pe ω pi iπ ω 2pe dF0e ω 2pi dF0i
2
= 1+ 2 2 − 2 − 2 + .
k vT e ω k n0e dv n0i dv v=ω/k
ω 2pi 2 2
ω = 2 k vT e = k 2 c2s ,
2
ω pe
|ω| < kv0 es DV (k, ω) < 0 y la curva sólo cruza el eje en los puntos vistos
con |ω| > kv0 . Así, la condición de inestabilidad es DV (k, ω = 0) < 0, o sea
kv0 < ω pe . Tenemos así inestabilidad para ondas con
2πv0
λ> .
ω pe
Las perturbaciones (del estado base de dos haces interpenetrantes) que sa-
tisfacen esta condición generan acumulaciones de carga que aumentan con el
tiempo dando lugar a un rápido rompimiento de la configuración.
Con esto, la expresión (7.10) nos permite obtener inmediatamente para osci-
laciones iónico-acústicas
r "µ ¶1/2 µ ¶ µ ¶3/2 µ ¶#
1 π Zme u ZTe ZTe
γ= kcs −1 − exp − ,
2 2 mi cs Ti 2Ti