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El Estructuralismo es, primero y ante todo, una postura decidida y consciente para definir la realidad social.

Pero también,
la postura estructuralista es una visión para conocer que permite pensar la ciencia misma, el cómo, por qué y para qué de
la comprensión y explicación de lo social.

Las dos principales posibilidades que se nos presentan desde el Estructuralismo, son a su vez derivadas de la construcción
del Estructuralismo mismo. Entenderlas, pensando desde el Estructuralismo, no requiere una revisión de los procesos
históricos internos del método ni de la realidad sociohistórica en la que se generan las condiciones de su surgimiento y
desarrollo, aunque tampoco se nieguen. Para apropiarse del método Estructuralista basta con considerarlo un sistema que
ofrece posibilidades de construcción, interpretación y comprensión de un hecho social o de un sistema social como
totalidad.

El proceso de apropiación del Estructuralismo sólo exige el estudio y comprensión de los conceptos fundamentales,
principios teóricos y categorías de análisis que se nos ofrece desde él mismo, y es desde allí donde nos encontraremos con
dos de las más importantes posiciones y posibilidades que se nos ofrece como método de estudio y explicación de lo social,
a saber: el Estructuralismo permite una vía, en forma de modelo, para construir, definir y establecer objetiva y
científicamente la realidad social como totalidad; y en segunda instancia es un método que sirve para entender, explicar y
develar el funcionamiento interno, en forma de sistema, de la realidad social como un todo en constante movimiento e
interacción de las partes que la componen.

Desde ésta perspectiva construimos el siguiente documento, que no es más que un conjunto de citas que facilitará el
entendimiento del Estructuralismo como método. El fin último es exponer la vía y construcción de los conceptos y
categorías del Estructuralismo como método, pero, intentando ser fiel a los principios estructuralistas, obviamos la
trayectoria histórica y el movimiento diacrónico del sistema y nos abocamos a construir desde las partes significativas y
significantes que permitan comprender el método, el todo Estructuralista.

Aclaratoria sobre el Estructuralismo y el Método Estructuralista

Stephan Moebius y Karl-Franzens (2012, 488), en cita del filósofo francés Descombe nos dice: “no existe “el"
estructuralismo, sino a lo sumo un método comparatista llamado estructuralismo, que puede encontrar aplicación en
distintos ámbitos –por ejemplo, en la lingüística, la antropología, el psicoanálisis, la epistemología”

En referencia a la idea de hablar método estructuralista y no estructuralismo hallamos en Jean Viet, la siguiente afirmación:

“Más bien conviene, fuera de los múltiples usos de la palabra, referirse a las grandes opciones efectuadas en el plano del
método, opciones regidas por la idea que se adquiere de la realidad y por la manera e ubicarse con respectos a esta en las
tarea del conocimiento.” (1973, 10)

Refuerza la idea con cita de Claude Lévi Strauss:

“El principio fundamental es que la noción de estructura no se refiere a la realidad empírica, sino a los modelos construidos
según esta.” (1973, 10)

Más adelante Viet nos dice:

“Considerada pues desde el punto de vista del método, la estructura está envuelta en el proceso del conocimiento, y la
visión que se tiene de ella ligada a la manera de enfocar el acto de conocer.” (1973,10)
Para finalizar esta idea, me permito una cita más:

“Toda reflexión tocante a ella se inscribe necesariamente en un marco epistemológico. Se pueden determinar trayectorias,
enumerar usos y hacer algo positivo, pero solo en la medida en que esto remita de la palabra al método. Es esta otra razón
por la cual no trataremos en verdad la noción de estructura sino los métodos estructuralistas.” (1973, 10)

El desplazamiento del método

“En el siglo XIX comienza una primera trayectoria que conduce, con Spencer, de la biología a la sociología, la noción de
estructura sufre la influencia de la de organismo, que permite a Radcliffe-Brown llegar a la analogía de la estructura
orgánica y la estructura social. Una segunda trayectoria parte de Lewis H. Morgan –que sin embargo sigue siendo fiel al
termino “sistema”- y pasa por Marx y Engels, aunque lleve también hasta Claude Lévi Strauss. Una tercera que procede de
la geografía física conduce a la sociología a través de la geografía humana. Por último, una cuarta trayectoria inicia en la
Alemania con Tönnies, que distingue estructuras comunitarias y societarias, prosigue con Max Weber y termina con
Thurnwald y Hanz Freyer.” (1973, 8, 9)

Sin embargo Stephan Moebius y Karl-Franzens, en Postestructuralismo y Ciencias Sociales, sobre los inicios del
estructuralismo como método, nos dicen:

Actualmente, todas las ciencias del hombre viven en la casa de Durkheim, aunque no lo sepan, porque han entrado por la
puerta trasera” (Bourdieu/Passeron 1981: 501)

“el fundamento del método estructural, la lingüística de Ferdinand de Saussure, ha recibido la influencia de Durkheim
(Doroszweski 1969; Gasché 1973: 37). La fuerza de la impronta de la escuela de Durkheim, esto es, sobre todo de
Durkheim mismo, de su sobrino Marcel Mauss, y de Robert Hertz (cf. Moebius 2006a; 2006b; Hertz 2007; Waltz 2006),
afecta sobre todo en especial a la modalidad del estructuralismo y del postestructuralismo que realiza una teoría de la
cultura (cf. también Dosse 1999: 54 ss.; Joas/Knöbl 2004: 474; Moebius 2007). Claude Lévi-Strauss (1969: 43), el fundador
de la antropología cultural, considera incluso a Marcel Mauss como el “padre” del estructuralismo (social y de la ciencia de
la cultura), dado que éste había constatado ya en 1924: “La sociología habría hecho ciertamente grandes progresos si se
hubiera atenido en todos lados al modelo del lingüista […].”(Mauss 1999a: 162)” (2012, 488)

Llama la atención, sobre todo el recorrido que uno y otro autor hacen para llegar a la construcción de la noción de
estructura y del estructuralismo cómo método. Sin embargo, podríamos entender que Viet obvie la influencia de Saussure
puesto que se dedica a la construcción de la noción desde las ciencias humanas y sociales. Aún así, no deja de parecer
necesario incorporar los aportes de Saussure al desarrollo de la noción y del método estructuralista, sobre todo en el
marco de las siguientes citas y enunciados.

“Pascal ya lo indicaba al escribir: Las partes del mundo tienen todas tal relación y tal encadenamiento una con otra que
creo imposible conocer a una sin la otra y sin el todo.” (1973, 7)

Más adelante, “…Jean Piaget: Diremos que hay estructura (en su aspecto más general) cuando los elementos estén
reunidos en una totalidad que, como tal, presente ciertas propiedades, y cuando las propiedades de los elementos
dependan, entera o parcialmente, de estas características de la totalidad.” (1973, 7, 8)
El mismo Viet (1973) nos dice: “Todo acontece como si el conocimiento de los hechos de la vida humana y social, para ser
conocimiento de la realidad, tuviera que tomar el camino de una integración de esos hechos a una totalidad.” (1973,7)

También nos aclara: “Para que haya estructura, es necesario que entre las partes existan otras relaciones además de la
simple yuxtaposición, y que cada una de las partes manifieste propiedades que resulten de su pertenencia a la totalidad.”
(1973,7)

De cómo se relaciona La Lingüística General de Ferdinand de Saussure – es oportuno decir que es un texto construido por
tres de sus estudiantes a partir de anotaciones realizadas durante los cursos dictados por Saussure entre 1906 y 1911 en la
Universidad de Ginebra- con el estructuralismo como método. He aquí lo más pertinente:

“En esta medida, el interés principal no se dirige al acto verbal individual, (…), sino al lenguaje (langue) como sistema de
signo codificado y regulado. A la lingüística de Saussure le interesa especialmente el elemento más pequeño de la
estructura lingüística, el signo.” (2012, 490)

“De acuerdo con esto, el signo se comprende de dos elementos: por un lado, de la imagen fonética como un componente
de material o sensorial, el significante. La otra parte del signo es la representación del objeto, el significado.” (2012, 490)

“Una lengua es un sistema de relaciones y no una colección de términos; no hay términos positivos que contengan valor
por sí mismos como las cosas…” (1972,9) Y en el Curso General de Lingüística queda expresado: “En la lengua no hay más
que diferencias sin términos positivos.” Millet y Varin (1972, 9)

“(…), el significado y la posibilidad de comprensión se constituyen en la diferenciación y en la relación con respecto a otros
signos. La comprensión y el significado se dan mediante la posición relacional y la combinabilidad de los significantes.
(2012, 490)

“Ya se tome el significado o el significante, la lengua no implica ni ideas ni sonidos que existan antes que el sistema
lingüístico.” (1972,12)

“No es un sujeto cualquiera el que posiciona el signo en el lenguaje (…), el significado resulta de las relaciones diferenciales
con respecto a otros signos. En otras palabras: la significación no resulta del significado, sino de la diferencia entre los
significantes. (…) Las cadenas diferenciales de significantes producen significados que surgen de la relación de los
elementos con respecto a los otros elementos.” (2012. P. 490)

“De manera análoga a como Durkheim describe la sociedad como un poder extraño al individuo y que ejerce un control
sobre él, el lenguaje no está sometido a la voluntad individual, sino que la precede. Es siempre en cierta medida
independiente de la voluntad del individuo o de la comunidad.” (Saussure, 1967:20) en (2012, 490)”

(…) el sujeto está supeditado a la estructura, lo que significa tanto como decir que él es constituido por ella en primera
instancia. (2012, 494)
Los estructuralistas no parten del supuesto de que las estructuras sociales y simbólicas sean internalizadas por los
miembros individuales de la sociedad, como se afirma por ejemplo también de la sociología fenomenológica de
Berger/Luckmann. Ellos dan un paso más allá, y consideran al individuo en términos generales como subjetivado y
constituido por la estructura. Solamente a través de la entrada en el ámbito simbólico encarnado por el lenguaje puede
existir la subjetividad. Desde esta perspectiva, el orden simbólico precede al sujeto. La subjetividad es entonces una
identificación y un posicionamiento dentro de una serie de posiciones dadas previamente por el orden simbólico, las cuales
son simultáneamente reconocidas y desconocidas como identidades propias. (2012, 494)

Desde Saussure lo Sincrónico y lo Diacrónico

“La lengua es un sistema en el que todas las partes pueden y deben ser consideradas en su totalidad sincrónica.” Millet y
Varin (1972,14)

Y (…) la palabra sistema no tiene sentido fuera de sus implicaciones. (1972,15)

El postulado de las estructuras ahistóricas y sincrónicas se fundamenta sobre todo en el supuesto de que las estructuras
serían un sistema estable y equilibrado de reglas que muestran un centro supratemporal, que controla las relaciones y las
asegura (en Lévi-Strauss, la prohibición del incesto), que estaría situado fuera del “juego de las diferencias” (Derrida).
(2012, 495)

Desde la analogía de un juego de ajedrez Saussure ilustra la poca o nula importancia de los acontecimientos anteriores para
el entendimiento del sistema lingüístico:

“Es indiferente que se haya llegado a una situación por uno u otro camino; el que haya seguido toda la partida no tiene la
más mínima ventaja sobre el curioso que viene a inspeccionar el juego en un momento crítico; para describir esta situación
es perfectamente inútil querer recordar lo que ha pasado diez segundos antes.” (1972,14)

Cuatro Corrientes del método Estructuralista

a-La estructura por modelos:

“En primer lugar, un modelo ofrece un carácter de sistema. Consiste en elementos tales que una modificación cualquiera
de uno de ellos acarrea una modificación de todos los otros.”

En segundo lugar, todo modelo pertenece a un grupo de transformaciones, cada una de las cuales corresponde a un
modelo de la misma familia, de tal manera que el conjunto de estas transformaciones constituye un grupo de modelos.”

En tercer lugar, las propiedades indicadas más arriba permiten prever de qué modo reaccionará el modelo, en caso de que
uno de esos elementos se modifique.”

Finalmente, el modelo debe ser construido en forma tal que su funcionamiento pueda dar cuenta de todos los hechos
observados.” (1973, 11)
“(…) la noción de estructura se relaciona no con la realidad empírica sino con modelos construidos a partir de ella. Al tratar
sobre la estructura social, C. Lévi Strauss puntualiza: Así aparece la diferencia entre dos nociones tan próximas que a
menudo se las ha confundido; es decir, la de estructura social y la de relaciones sociales. Las relaciones sociales son la
materia prima empleada para la construcción de los modelos que ponen de manifiesto la estructura social misma.” (1973,
12)

(…), Gilles-Gaston Granger escribe que “la ciencia aprehende objetos construyendo sistemas de formas en un lenguaje y no
directamente sobre los datos sensibles. Según su opinión, las relaciones sociales, y más generalmente los percibido,
proveen la materia prima a partir de la cual se edifica el universo lingüístico de la ciencia, universo del que ni siquiera hay
que decir que imita cada vez mejor la estructura de las cosas porque sin él, estrictamente hablando, no hay estructura.”
(1973, 12)

(…): el objeto del que se trata en el caso de C. Lévi Strauss y G-G Granger es el objeto científico, vale decir uno cuya forma
no concierne directamente al contenido sensible sino a un lenguaje.” (1973, 13)

b-El Sistema de las relaciones

“(…); en el caso de A. R. Radcliffe-Brown, por el contrario, constituye el objeto de las relaciones sociales. Una sociedad
consiste en un número de relaciones en un momento dado, y el conjunto de estas relaciones sociales constituye una
estructura.” Para Radcliffe-Brown el término estructura social para designar a un sistema de relaciones sociales existentes.”
(1973, 13)

“En consecuencia, ya no se trata de -si queremos retomar la distinción de Roger Bastide- de definir el objeto (…), sino de
informarlo y expresar las relaciones concretas, sin deslizarse por ello en el realismo vulgar.” (1973, 13)

Así mismo dice: “Como las relaciones concretas cambian sin cesar, importa que la estructura, realidad concreta, se pueda
mantener” (1973, 14)

Pero dentro de esta misma corriente del estructuralismo existe otra visión de las relaciones sociales, la expuesta por
Goerges Gurvith, quien se opone a la solución de Radcliffe-Brown, esta queda expresada así: “Toda estructura social , ya
sea parcial (estructura de un grupo) o total (de una sociedad global), es un equilibrio precario, que tiende a rehacerse
constantemente a través de un esfuerzo renovado, entre una multiplicidad de jerarquías en el seno de un fenómeno social
total, de carácter macrosociológico, del cual solo representa un sector o aspecto, equilibrio entre jerarquías específicas de
niveles en profundidad, formas de sociabilidad, reglas sociales, temporalidades, aspectos de lo mental, modos de división
del trabajo y acumulación y, llegado el caso, grupos funcionales, clases y sus organizaciones; este equilibrio de jerarquías
múltiples está armado y cimentado en particular por modelos, signos, símbolos, funciones sociales regulares y habituales,
valores e ideas; en una palabra, por las obras culturales que son propias de esas estructuras y si estas son globales, por una
civilización entera que las desborda y en la cual participan a la vez como fuerzas creadoras y como beneficiarias.” (1973, 14)

“empero, no se debe confundir la estructura con la realidad social, más bien diríamos que la reviste, ya que Gurvitch mismo
habla de traje a propósito de la estructura: las estructuras sociales son como traje.” (1973, 14)

“El empleo del término equilibrio parece indicar su carácter sincrónico, y aunque este equilibrio sea precario, y provisional
ese sincronismo, hay en ello como el comienzo de un despegue con respecto a la realidad.” (1973, 14)
c- Estructura y significación

“Todo el universo de la ciencia está construido sobre el mundo de lo vivido –escribe Merleau-Ponty- y si queremos pensar
la ciencia misma con rigor, apreciar exactamente su sentido y su alcance, teneos que hacer surgir primero esta experiencia
del mundo de la que es expresión derivada” (1973, 15)

“Ante todo conviene tener en cuenta que si la actitud fenomenológica ordena volver al mundo antes de que sea sometido
a las determinaciones de la ciencia, también ordena rechazar la actitud natura, que supone la existencia del mundo en sí
como objeto.” (1973, 15)

“Precede a la reducción fenomenológica un esfuerzo de reflexión destinado a revelarnos los prejuicios arraigados en
nosotros por el medio y a transformar en condicionamiento consciente un condicionamiento pasivo.” (1973, 16)

“(…), según H.L van Breda, toda realidad, toda voluntad, toda afección, en una palabra todo objeto real y posible, solo se
me da y solo me es accesible en y por la conciencia. Nada se me ofrece que no sea bajo la forma de significación para mí.”
(1973, 16)

De lo cual se desprende la idea de que: “(…), conocer, según Merleau-Ponty, siempre es aprehender un dato en cierta
función, bajo cierta relación, en tanto que me significa o me presenta tal o cual estructura.” (1973, 17)

“Hay pues tres nociones ligadas entre sí: comprensión, significación y estructura.” (…) “Hablamos de comprender –escribe
Raymond Aron- cuando el conocimiento desentraña una significación que, inmanente a lo real, ha sido o hubiera podido
ser pensada por quienes la han vivido o realizado.” (1973, 16)

Y finalmente: “(…), mi comportamiento, el de otro, solo existen para el fenomenólogo por su sentido, y tal sentido nunca es
captado sino en el seno de una estructura que , en la relación de sus partes con el todo provisto de unidad que entonces
constituye, expresa nuestra manera de ser el mundo.” (1973, 18)

d- Estructura y Dialéctica

“Mikel Dufrenne: lo que verifica la consustancialidad de las partes con el todo es la manera misma en que están
determinadas: el análisis que las descubre trata de desdoblarse en una historia, es decir de hacer aparecer su
manifestación a lo largo del desarrollo del todo, como episodio de su historia (…)” (1973, 18)

“Y, recíprocamente, la diferenciación permite pensar en la integración y volver a la totalidad sin que constituya una suma o
una reunión de elementos: cuando las partes han adquirido bastante autonomía, el todo en cierta forma se restaura por las
formas de reciprocidad que se instituye entre ellas. Y de cualquier forma el todo sigue siendo inmanente a las partes; la
acción o el comportamiento de las partes solo tiene sentido en relación a él.” (1973, 18)

“Si bien la noción de reciprocidad manifiesta ser una de las más fecundas para caracterizar al movimiento del pensamiento
dialéctico, no pensamos sin embargo que deba excluir la de causalidad (…)” (1973, 20)

“El pensamiento dialéctico –escribe Mikel Dufrenne- no excluye en absoluto el pensamiento causal; para seguir su
movimiento debe romper la totalidad inmediatamente dada; la causalidad puede ser un medio de separar a términos
exteriores unos de otros, de poner a la oposición en primer plano; ella misma puede ser por lo tanto un momento del
pensamiento dialéctico, cuyo movimiento se acabará pensando la complementariedad o la reciprocidad de los término
opuestos.” (1973, 20)

Para Finalizar: “Para G. Gurvitch, (…), la dialéctica no puede ser ni espiritualista, ni materialista, ni mística, no puede ser
proyectada ni en la conciencia ni en el ser; no es ni movimiento ser n i realidad… Y esto por la sencilla razón de que todo
objeto de conocimiento esta dialectizado por el hecho mismo de la intervención de lo humano colectivo e individual.
“(1973, 23)

“L dialéctica que tiene en cuenta este hecho primario aparece como el camino tomado por lo humano para aprehender las
totalidades reales en movimiento que llevan su sello, de cerca o de lejos, incluida la realidad humana, así como las
relaciones variables de esta con el conjunto del ser real.” (1973, 18)

Desde Goldmann Estructura, Significación y Dialéctica:

“Empleamos el término estructura en el sentido preciso de un conjunto dinámico y significativo de relaciones entre
diversos aspectos de una misma y única realidad social, conjunto de relaciones de naturaleza tal que todo cambio de uno
de estos aspectos o de una de estas relaciones acarrea en las otras cambios correlativos que aseguran la persistencia del
tipo fundamental del conjunto. Naturalmente, también pueden acaecer cambios que alcancen un grado tal que el tipo
fundamental de la estructura antigua no se pueda conservar (es lo que alguno han llamado en lenguaje dialéctico “el salto
cualitativo”). Nuestra hipótesis es que en este último caso la vieja estructura queda sustituida por otra, significativa y de
distinto tipo, pero poseedora de propiedades análogas, que luego será superada a su vez.” (1973, 22)

Sociología de la Literatura y Estructuralismo Genético

“El mejor campo para precisarlo es sin duda el que eligió el mismo L. Goldmann, en una perspectiva abierta por G. Lukács,
cuando estudia las obras, por ejemplo, de Pascal o de Racine.” (1973, 163)

“L. Goldmann parte del hecho de que la literatura y la filosofía son, en planos diferentes, expresiones de una visión del
mundo, y las visiones del mundo no son hechos individuales sino hechos sociales. Por visión del mundo hay que entender,
en efecto, un punto de vista coherente y unitario acerca del conjunto de la realidad; un sistema de pensamiento que, en
ciertas condiciones, se impone a un grupo de hombres que se encuentran en circunstancias económicas y sociales
análogas, es decir, a ciertas clases sociales.” (1973, 164)

“Las relaciones sociales que se establecen a nivel de la obra entre el individuo y la sociedad son de las más complejas y de
índole tal que no se las puede reducir a un esquema mecanicista. Sin bien conviene recoger todos los elementos de
explicación que puede ofrecer la vida del autor, no se puede, como se lo ha hecho tanto tiempo en crítica literaria,
privilegiar un enfoque de tal naturaleza que casi no permita alcanzar lo esencial, o sea la relación entre la obra y las visiones
del mundo que corresponden a ciertas clases sociales.” (1973, 164)

“Por la misma razón, no se podría atribuir una importancia muy grande a las intenciones conscientes del autor tales como
él mismo ha podido especificar.” (1973, 164)

“Advirtamos al pasar que la distinción operada por L. Goldmann entre el significado subjetivo de la obra literaria y su
significado objetivo, distinción que impone llevar a cabo primero un análisis inmanente, corresponde exactamente a la que
efectúa C. Lévi- Strauss cuando separa, después de Boas, los modelos conscientes de los modelos inconscientes.” (1973,
164, 165)

“¿Pero por qué estará guiado este análisis inmanente al que se nos conduce? En primer lugar e incluso antes de
verdaderamente entremos en el método, nos guiará la hipótesis de que la obra literaria (como la acción social a juicio de T.
Parsons) implica una lógica. Las producciones literarias son creaciones arbitrarias. Hay –escribe L. Goldmann- una
coherencia interna de un sistema conceptual, tanto como un conjunto de seres vivos en una obra literaria; esta coherencia
hace que constituyan totalidades cuyas partes pueden comprenderse una a partir de la otra y sobre todo a partir de la
estructura del conjunto. La obra literaria, en suma, presentaría necesariamente una estructura.” (1973, 165)

“Y esta estructura estará tanto mejor expresada en la obra, y será tanto más significativa, cuanto más grande sea el
escritor. Cierto, cuanto más grande es la obra –dice Goldmann- tanto más personal; pero también, cuanto más sea la obra
expresión de un pensador o de un escritor de genio, más se comprende por sí misma. (…) L. Goldman define a este como
siendo siempre progresista: Nos parece que el escritor de genio es el que llega a realizar la síntesis, aquel cuya obra es al
mismo tiempo la más inmediata y la más reflexiva, porque su sensibilidad coincide con el conjunto del proceso y la
evolución histórica, aquel que para hablar de sus problemas más concretos e inmediatos, plantea implícitamente los
problemas más generales de su época y de su civilización y para quien, de modo inverso, todos los problemas esenciales de
su tiempo no son cosas sabidas, convicciones, sino realidades que se expresan de una manera inmediata y viviente en sus
sentimientos e intuiciones. (1973, 165)

“Con respecto a tal conjunción, nos podemos preguntar si es necesario buscar otro puente entre el individuo y la sociedad
fuera del que proporciona el verdadero escritor. La trilogía Individuo-Sociedad-Cultura de los culturalistas norteamericanos,
estos tres que polos Personalidad-Sociedad-Cultura que T. Parsons coloca en una jerarquía de control al término de una
teoría general de la acción, los hallamos reunidos de nuevo y ya no en una acción definida abstractamente, sino en una
obra que realiza su unidad a nivel de la cultura. (1973, 165)

“Sea lo que fuere, una vez admitido que la obra literaria tiene una lógica interna, el fin esta prescripto. De aquí en adelante,
lo esencial es reencontrar el camino por el cual la realidad histórica y social se expresó a través de la sensibilidad individual
del creador en la obra literaria o artística que se está estudiando. ¿Cómo reencontrar este camino y, en su búsqueda, qué
método aplicar?

El método se llamará estructuralista por cuanto tendrá por objeto poner en evidencia la coherencia interna de la obra,
extraer su estructura significativa. Las obras valiosas se caracterizan –dice en efecto L. Goldmann- por la existencia de una
coherencia interna, de un conjunto de relaciones necesarias entre los diferentes elementos que lo constituyen, y en las más
importantes, entre el contenido y la forma, de tal suerte que no es solo imposible estudiar de manera válida ciertos
elementos de la obra fuera del conjunto del que forman parte y que determina su naturaleza y cuenta de la necesidad de
cada elemento con relación a la estructura significativa global constituye la guía más segura para el investigador.” (1973,
166)

“Si se toma en cuenta que la coherencia interna de las grades obras se debe a que expresan visiones del mundo y que la
actualización de tal o cual visión del mundo en ciertas épocas precisas resulta de la situación concreta en la que se
encuentran los diferentes grupos humanos en el curso de la historia, se comprenderá, con L. Goldmann que la coherencia
estructural no es una realidad estática sino una virtualidad dinámica dentro de los grupos, una estructura significativa hacia
la que tienden el pensamiento, la afectividad y el comportamiento de los individuos, estructura que la mayoría de ellos
realiza solo excepcionalmente en ciertas situaciones en campos limitados cuando coinciden con las tendencias del grupo y
las llevan hacia su última coherencia.” (1973, 166)

“A nuestro entender este texto reviste especial importancia. Por una parte, presenta en la obra literaria la estructura en su
génesis: lejos de ser un dato estático, la coherencia interna de la obra no deja (y esto aun cuando la obra pueda ser
considerada acabada) de ser expuesta en ella como devenir. Por otra parte, asegura a nivel de esta coherencia interna la
unidad de los términos individuo y sociedad, y en forma tal que la estructura de la obra no puede aparecer ni como reflejo
de la estructura social ni como una expresión de la mera personalidad del escritor, sino como un hecho cuya significación
objetiva es precisamente esta unidad del individuo y de la sociedad realizándose de modo dialéctico en la historia. En el
plano del método, se imponen dos pasos que no es posible disociar:

En primer lugar conviene realizar el análisis estructural en la obra misma, extraer de ella la estructura apropiada para una
interpretación inmanente. Luego, conviene investigar cómo la estructura se inserta en una totalidad más amplia. La etapa
científica más importante –escribe en efecto L. Goldmann- reside en la inserción de las estructuras significativas
investigadas, antes de que sean totalmente extraídas, en estructuras más amplias de las que constituyen elementos
parciales, paso que supone un vaivén permanente de la parte al todo e inversamente. En resumen, la utilización del
concepto estructura significativa supone que se realicen dos estudios complementarios: un estudio comprehensivo que,
después de recortar el objeto de examen , implica determinación de su coherencia interna, y un estudio explicativo que
inscribe la estructura descubierta en una estructura más amplia, dando cuenta así de su evolución.” (1973, 167)

BIBLIOGRFÍA

El Método Estructuralista en las Ciencias Sociales. Jean Viet. 1973. Amorrurtu Editores. Buenos Aires

Tratado de Metodología de las Ciencias Sociales. Perspectivas actuales. Enrique de la Garza y Gustavo Leyva (editores).
2012. Fondo de Cultura Económica. México

El Estructuralismo como Método. Louis Millet y Madeleine Varin D Ainvelle. 1972. EDICUSA. Madrid.

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