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¿Qué hago con mis debilidades?

Oración

Lectura Bíblica Proverbios 3:3-8 Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Átalas a tu


cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón; 4 Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de
Dios y de los hombres. 5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia
prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. 7 No seas sabio en
tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; 8Porque será medicina a tu cuerpo, Y
refrigerio para tus huesos

Temperamento y Carácter El temperamento y el carácter son (ambos) rasgos de la


personalidad. Sin embargo, a pesar de que son muy parecidos, tienen sus diferencias: El
temperamento es la parte de la personalidad que se considera innata y NO aprendida. Viene a
través de los genes y es hereditaria.

La irritabilidad, la sensibilidad y el estado de ánimo típico se consideran parte del


temperamento. ¿Cómo se sabe que es innato? Sencillo: muchos psicólogos han hecho
experimentos, en los cuales ven diferencias de comportamiento entre niños de 6-18 meses
(donde no ha habido conducta aprendida) frente al mismo estímulo; algunos niños reaccionan
agresivamente, otros se mantienen tranquilo, etc.

El carácter, en cambio, es el rasgo de la personalidad que se 'aprende' y, en cierta forma, es


juzgado o evaluado por la sociedad. ¿Alguna vez has escuchado la frase "¡él tiene buen
carácter!"? La sociedad es la que define si alguien tiene buen carácter o no, dependiendo de
sus contextos. Por ejemplo, en áfrica algunas personas desarrollan "buen carácter" cuando
aprenden a cazar animales, son agresivos y feroces; en Estados Unidos, en cambio, se tiene
"buen carácter" cuando las personas son extrovertidas, competitivas, inteligentes, etc.
Conductas que son aprendidas.

En resumen, el temperamento es la parte hereditaria y NO aprendida de la personalidad;


mientras que el carácter es el rasgo aprendido por medio del ambiente y que se juzga como
bueno o malo.

¿Qué Temperamento tienes? Busca papel y lápiz y enumera del 1 al 40. En cada numero, elije
la cualidad que mas se aplique a tu persona (aunque hayan dos que se parezcan a ti SOLO UNA
debes elegir) y escribe la letra que la contenga. Por ejemplo: 1) a 2) b 3)a

Cada persona tiene dos temperamentos, uno que predomina y otro que es natural o lo
complementa. Por tanto, la letra que tenga mayoría es el temperamento que mas tienes, y la
letra que siga después en mayoría es tu segundo temperamento.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
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17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
26.
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
36.
37.
38.
39.
40.

Total: A) B) C)
Cristo no nos ha dado la seguridad de que sea asunto fácil lograr la perfección del carácter. Un
carácter noble, cabal, no se hereda. No lo recibimos accidentalmente. Lo obtenemos mediante
esfuerzos individuales, realizados por los méritos y la gracia de Cristo. Dios da los talentos, las
facultades mentales; nosotros formamos el carácter. Lo desarrollamos sosteniendo rudas y
severas batallas contra el YO. Hay que sostener conflicto tras conflicto contra las tendencias
heredadas. Tendremos que criticarnos a nosotros mismos severamente y no permitir que
quede sin corregir un solo rasgo desfavorable”. P.V.G.M. 266

PONEOS UN BLANCO ELEVADO. “Nadie diga: no puedo remediar mis defectos de carácter. Si
llegáis a esta conclusión, dejareis ciertamente de obtener la vida eterna. La imposibilidad
reside en vuestra propia voluntad. Si no queréis no podéis vencer. La verdadera dificultad
proviene de la corrupción de un corazón no santificado y de la falta de voluntad para
someterse al gobierno de Dios”. “De todos se exige perfección moral”

LO ÚNICO QUE LLEVAREMOS AL CIELO. “Un carácter formado a la semejanza divina es el único
tesoro que podemos llevar de este mundo al venidero…. Y en el cielo mejoraremos
continuamente. Cuán importante es, pues, el desarrollo del carácter en esta vida. Los seres
celestiales obrarán con el agente humano que con determinada fe busque esa perfección de
carácter que alcanzará la perfección en la acción. Cristo dice a cada uno de los que se ocupan
en su obra: Estoy a tu mano derecha para ayudarte”

Dios nos ayude a edificar un buen carácter, pues esto es lo que llevaremos a cielo, “Sed, pues
vosotros perfectos, como vuestro padre que está en los cielos es perfecto” Mateo 5:48

La transformación de nuestro carácter

Introducción

La Biblia dice que somos piedras vivas en la casa de Dios. Podemos imaginar a alguien que
toma una piedra sucia, al lavarla por primera vez, quitará mucha inmundicia pero si tuviera
manchas de grasa necesitará lavarla nuevamente para ver la piedra tal cual es. Entonces
podremos modificar su forma trabajando directamente sobre la piedra. Esto ilustra la forma
en que el Señor trata con nosotros. En nuestra conversión los pecados visibles desaparecen.
Dios ha realizado la primera limpieza, pero luego habrá una acción más profunda que incidirá
sobre nuestro ser. Dios estará trabajando sobre nosotros allí donde haya conflictos
espirituales debido a nuestra forma de ser y su mano estará presente.

Debemos tomar la forma de Cristo

La forma de ser que teníamos tiene que cambiar paulatinamente (no es instantáneo) y de
gloria en gloria seremos transformados.

No mirándonos a nosotros mismos (somos subjetivos).

No mirando al de al lado (su aspecto o cómo actúa). Romanos 8:29; 2 Corintios 3:18 habla de
conformarnos: es hacernos igual a la forma de Cristo.

Mirando “ La gloria del Señor”, es como seremos transformados.


Hebreos 5:8-9 dice que Jesús por sus padecimientos aprendió la obediencia. Él no era el
mismo a los dieciocho que a los treinta y tres años, pues con todo lo que vivió y padeció llegó
a ser Cordero Inmolado. Así también ocurre con sus discípulos que siguen al Cordero, para ser
transformados a su imagen y semejanza.

El Temperamento, el Carácter y la Personalidad

El temperamento

Es la combinación de rasgos con los cuales nacemos e incluye fortalezas y debilidades.

El carácter

Es el verdadero “Yo” (1 Pedro 3:4), implica la mente, las emociones y la voluntad influenciadas
por nuestras experiencias, nuestra educación, creencias, etc.

La personalidad

Es lo que perciben los demás, la exteriorización de nuestro yo (no siempre es auténtica).

Gálatas 5.22-23: Este pasaje muestra un temperamento lleno del Espíritu Santo, que tiene
nueve características que Jesucristo manifestó. Esta es la Voluntad de Dios para nuestras vidas
que, aunque conservemos nuestros rasgos naturales, no seamos dominados por nuestra
debilidad.

El fruto del Espíritu es:

AMOR, GOZO, PAZ, PACIENCIA, FE, BENIGNIDAD, BONDAD, MANSEDUMBRE, TEMPLANZA.

Nuestro carácter debe ir cediendo para dar lugar al carácter de Cristo.

Tengamos presente esto:

TENEMOS UN CARÁCTER PRESENTE Y EL ESPÍRITU SANTO LO IRÁ TRANSFORMANDO HASTA


LLEGAR A LA META: SER COMO CRISTO. (Filipenses 3: 12-14 - Efesios 4:13)

Mientras somos transformados El carbón inicia un proceso de transformación en Diamante


Debemos aceptar nuestro temperamento actual así como Dios nos acepta. Nosotros también
debemos aceptarnos con las siguientes salvedades.

No para justificarnos: diciendo “así soy yo, Dios es el que me va a cambiar”.

No para condenarnos, ni para acomplejarnos. Sabiendo que el que comenzó la buena obra en
nosotros, la perfeccionará.

Más bien aceptando nuestra realidad para que a la luz del Espíritu Santo veamos aquellos aspectos
que Dios quiere modificar

Somos diferentes

El diamante que saldrá de cada uno de nosotros será distinto uno de otro Teniendo presente que
somos diferentes. Aunque parezca obvio, es de mucha ayuda tener conciencia de esto.
Consideremos lo siguiente:
Dios es mi Hacedor. Él nos ha dado dones diferentes a los de nuestro prójimo. Aceptémonos sin
complejos ni soberbias, también a nuestros semejantes, sin esperar que sean iguales a nosotros
(esposos, hijos, familiares, hermanos en la fe, etc.).

Ejemplos de distintas formas de ser: encontramos diversidad de caracteres, mencionaremos


cuatro posibilidades: el introvertido, sumamente introvertido, el extrovertido y el super
extrovertido.

Es muy probable que nos identifiquemos con algunos de estos o seamos una mezcla de varios,
pero lo realmente importante, es que Dios hará que algunas características permanezcan y
crezcan y otras sean cambiadas por la obra del Espíritu Santo.

Debemos estar abiertos para reconocer nuestros errores y arrepentirnos cuando Dios nos hable.
Juan 12:24 nos habla de cómo la semilla muere para desarrollar el fruto. Nuestro yo irá
desapareciendo para dar lugar a la vida de Cristo en mí. El Espíritu Santo crecerá y nosotros
menguaremos dando lugar al Espíritu Santo que prevalecerá sobre nuestra personalidad. Las
debilidades de nuestra vieja naturaleza y que son un estorbo para Dios serán modificadas con el
fin de hacernos aptos para la obra. No es simplemente que he abandonado un vicio sino que en mí
se manifiesta una nueva forma de vivir.

Siempre contaré con la ayuda del Espíritu Santo para consolarme y enseñarme actuando sobre mi
conciencia.

Existen casos donde la conciencia se ha cauterizado (Hebreos 3:7).

Debemos autoexaminarnos (Salmo 66:18); ver nuestras debilidades como pecado (1 Juan 1:9); y
pedirle a Dios, ser llenos del Espíritu Santo.

2 Corintios 10:4-5 nos dice que llevemos todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo y
enfrentemos con la Palabra de Dios las mentiras de Satanás que quiere que pensemos que no
podremos cambiar.

Filipenses 4:13 dice que: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Y en 1 Corintios 6:17 dice que: “el que se une al Señor, un espíritu es con Él”.

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