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DIPLOMADO DESARROLLO, POBREZA Y TERRITORIO

Modalidad eLearning

Apuntes del
docente

Módulo 5
Diseño de Proyectos Sociales
Prof. Carolina Palma Arce
TABLA DE CONTENIDOS

INTRODUCCIÓN ......................................................................................................................................... 2

UNIDAD 1 | IDENTIFICACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DE UN PROBLEMA SOCIAL ................................................................ 4

1.1. | ALGUNOS PROBLEMAS TIPO: CARENCIAS, NECESIDADES Y DESEQUILIBRIOS ......................................................... 4

1.2. |CONSTRUCCIÓN DE UN PROBLEMA SOCIAL ................................................................................................... 7

1.3. | EXPRESIÓN DE UN PROBLEMA/OPORTUNIDAD EN DISTINTAS DIMENSIONES Y ESCALAS ........................................ 11

1.4. | ¿CÓMO DELIMITAR UN PROBLEMA U OPORTUNIDAD? ................................................................................. 17

UNIDAD 2 | ESCALAS DE INTERVENCIÓN: PLANES, PROYECTOS Y PROGRAMAS ......................................................... 27

2.1. | DEFINICIONES BÁSICAS DE PLANES, PROGRAMAS Y PROYECTOS ...................................................................... 29

2.2. | EJEMPLOS........................................................................................................................................... 32

2.3. | EL CICLO DE PROYECTOS ........................................................................................................................ 35

UNIDAD 3 | DISEÑO DE ESTRATEGIA PARA LA EJECUCIÓN Y MONITOREO DE PLANES, PROGRAMAS Y PROYECTOS ............ 37

3.1. | DE LA CONSTRUCCIÓN DEL PROBLEMA SOCIAL A UNA PROPUESTA DE SOLUCIÓN: ¿QUIÉNES Y QUÉ VAMOS
A HACER CON ESTAS PERSONAS? ....................................................................................................................... 37

3.2. | OBJETIVOS: UNO ORIENTA LA ACCIÓN, LOS DEMÁS LA ESPECIFICAN. ............................................................... 39

3.3. | RECURSOS: COMPONENTES Y ACCIONES.................................................................................................... 41

3.4. | RIESGOS Y GESTIÓN DE LA CONTINGENCIA ................................................................................................. 42

3.5. | MONITOREO: ¿CÓMO ESTAMOS AVANZANDO? ......................................................................................... 44

¿QUÉ ES UN INDICADOR? ........................................................................................................................... 45

3.6. | EVALUACIÓN: ¿ALCANZAMOS NUESTROS OBJETIVOS? ................................................................................. 49

TIPOS DE INDICADORES .............................................................................................................................. 49

UNIDAD 4 | FORMULACIÓN DE UN PLAN, PROGRAMA O PROYECTO ...................................................................... 51

4.1. | ELEMENTOS BÁSICOS PARA ESCRIBIR UN PROYECTO ..................................................................................... 51

4.2. | FICHA TÉCNICA DE PROYECTO COMO MÉTODO DE SISTEMATIZACIÓN ............................................................... 52

4.3. | MATRIZ DE MONITOREO COMO TÉCNICA PARA EVALUAR AVANCES Y RESULTADOS ............................................. 56

4.4. | MARCO LÓGICO COMO EJEMPLO DE MÉTODO PARA LA FORMULACIÓN DE PLANES, PROGRAMAS Y
PROYECTOS EN CHILE ..................................................................................................................................... 57

BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................................... 64

1
INTRODUCCIÓN

El módulo “DISEÑO DE PROYECTOS SOCIALES” expone los principales contenidos


teórico-metodológicos para identificar un problema u oportunidad en un contexto
socio-territorial dado.

Se busca delimitar las distintas escalas de intervención para visualizar y construir


propuestas que abarquen efectivamente las diferentes dimensiones que debería
componer una intervención.

En este módulo el objetivo es formular estrategias de intervención socio-territorial,


proyectos y programas relacionados con el territorio y la comunidad que lo habita para
su posterior abordaje multidimensional.

El módulo se organiza en cuatro unidades que permiten alcanzar los objetivos


deseados y profundizar en los aspectos más relevantes:

 Unidad 1: el primer paso es identificar problemas y oportunidades en su real


dimensión y escala. Por lo tanto la primera unidad busca mostrar cuáles son
los distintos elementos de un problema u oportunidad y cómo estos se
manifiestan en distintas escalas: escala local, comunal, intercomunal, regional
y nacional. La unidad apunta también a fomentar la visualización de la
dualidad oportunidad/problema, y a la delimitación y construcción de un
problema socio-territorial a intervenir.

 Unidad 2: la segunda unidad busca dar a conocer distintas tipologías de


intervención en contextos socio-territoriales. A cada problema/oportunidad
corresponde una tipología de intervención según sus alcances y escalas de
intervención: plan, programa o proyecto. Esta unidad intenta definir para cada
tipología como se definen objetivos e impactos.

 Unidad 3: esta unidad les entregará una orientación de elementos que


necesitan ordenar, y las decisiones que deberán tomar, para formular un plan,
programa o proyecto. Revisaremos conceptos como objetivos, recursos y
actividades, y monitoreo y evaluación. El ejercicio será en función de la
elaboración de un proyecto.

 Unidad 4: esta última unidad del módulo les entregará una orientación clara y
sintética de la escritura de un plan, programa o proyecto a través de una ficha
técnica. Conocerán también cómo funciona una matriz de monitoreo y,
considerando que muchos fondos concursables son públicos, podrán conocer

2
también los conceptos básicos del método de Margo Lógico utilizado por la
Dirección Nacional de Presupuestos en Chile.

Antes de empezar, les recordamos que “metodología” es el nombre que damos a un


conjunto de procedimientos racionales definidos como adecuados para el logro de un
objetivo. Se trata de una noción que ocupa a profesionales de todas las áreas del
conocimiento porque generalmente está asociada con una excesiva rigurosidad y
complejidad difíciles de comprender y aprehender.

Por este motivo, y en el contexto del diseño de proyectos, les invitamos a remover
preconceptos y a pensar la metodología como un juego que, como toda actividad
lúdica, tiene definiciones y reglas, pero que en vez de pretender normar estrictamente
una forma de hacer las cosas es, en definitiva, un conjunto de herramientas que
estimulan el pensamiento lógico y permiten la elaboración de propuestas más
creativas y viables. Tengan muy presente que todas y todos, sin importar la
especialidad profesional que tengamos, podemos aprender a diseñar un proyecto.

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UNIDAD 1 | IDENTIFICACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DE UN PROBLEMA
SOCIAL

1.1. | Algunos problemas tipo: carencias, necesidades y desequilibrios

Cuando centramos nuestra atención en asentamientos humanos, en las dificultades


que experimentan día a día, podemos detectar tipologías de problemas, a algunos de
les denominamos carencias, a otros necesidades, y también observamos
desequilibrios.

Carencias

Las carencias hacen referencia a “un estado de deterioro, a una situación de


menoscabo que indica tanto una ausencia de elementos esenciales para la
subsistencia y el desarrollo personal como una insuficiencia de las herramientas
necesarias para abandonar aquella posición” (N. Perona y G. Rocchi, 2000).

Generalmente la carencia se asocia a la ausencia de un sustento material básico que


cubra los requerimientos fisiológicos primarios que una persona necesita para vivir.
Este sustento básico es alimentación, abrigo y un estado de salud que permita su
sobrevivencia. Identificar en grupos humanos carencias entendidas de esta forma,
motivará la búsqueda de recursos materiales y económicos necesarios para suplir sus
problemas, como por ejemplo, de habitabilidad, agua potable, servicios sanitarios,
ingreso mínimo para alimentación; en forma de subsidios, becas escolares de
alimentación para niños y niñas, entre otras.

Si bien los aspectos antes descritos son absolutamente necesarios para contribuir al
bienestar de las personas, identificar sólo carencias imposibilita una mirada más
integral del ser humano que incorpore también otras dimensiones de la vida como
las emocionales, psicológicas, sociales y de realización personal en todos estos
ámbitos.

Necesidades

Tal como revisaron en el Módulo 2 “Enfoques de Pobreza” con el profesor Oscar


Navarrete: debido al limitado alcance de los problemas vistos como carencias, es que
autores como Max-Neef y Elizalde (1986) proponen un abordaje basado en las
necesidades de las personas. Afirman que mirar el desarrollo desde la satisfacción de
necesidades humanas –en su comprensión integral- trasciende la racionalidad
económica convencional porque compromete al ser humano en su totalidad. Las

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relaciones que se establecen —y que pueden establecerse— entre las necesidades y
sus satisfactores, hacen posible construir una filosofía y una política de desarrollo
auténticamente humanista, porque las necesidades revelan más claramente el ser de
las personas, ya que aquél se hace más palpable a través de éstas en su doble
condición existencial: como carencia y como potencialidad. Es decir, las necesidades
comprendidas en un amplio sentido, y no limitadas a la mera subsistencia, hacen
patente la tensión constante entre la carencia y el potencial propio de los seres
humanos.

Concebir las necesidades tan sólo como carencia implica restringir su espectro a lo
puramente fisiológico, que es precisamente el ámbito en el que una necesidad asume
con mayor fuerza y claridad la sensación de «falta de algo». Sin embargo, en la medida
en que las necesidades comprometen, motivan y movilizan a las personas, son
también potencialidad y, más aún, pueden llegar a ser recurso. La necesidad de
participar es potencial de participación, tal como la necesidad de afecto es potencial
de afecto (Max-Neef, Elizalde et al, 1986).

Así entendidas las necesidades —como carencia y potencia—, resulta impropio hablar
de necesidades que se «satisfacen» o que se «colman»; en cuanto revelan un proceso
dialéctico, constituyen un movimiento incesante. Por eso quizás es más apropiado
hablar de vivir y realizar las necesidades, y de vivirlas y realizarlas de manera
continua y renovada (Ver Cuadro 1).

Cuadro 1. Necesidades existenciales y axiológicas de Max-Neef

Fuente: Navarrete, 2014. Apuntes del docente Módulo 2.

Desde un punto de vista operativo, ‘necesidad’ y ‘problema’, según Sánchez (2002),


son nociones similares con frecuencia tratadas con los mismos métodos. Se han

5
definido cuatro tipos de necesidades según la norma respecto de la cual se detecta
una carencia: necesidades normativas, en relación con un canon considerado
conveniente o adecuado; necesidades sentidas subjetivamente; necesidades
expresadas; y necesidades comparativas, definidas en relación con un grupo o
población que sirve de referente.

Cabe destacar que el término problema social como sinónimo de necesidad depende
estrictamente del campo disciplinario donde es usado. Por ejemplo, mientras en la
teoría sociológica se habla de “problema social”, es común en la literatura psicológica
y en el Trabajo Social se haga referencia a “necesidad social”. Sin embargo,
semánticamente ambos términos comparten el núcleo significativo de cuestiones
sociales negativas y potencialmente perjudiciales, la idea de déficit o falta de algo es
central a la palabra “necesidad”, mientras que la de problema va más asociada a las
ideas de dificultad para analizar algo o actuar y la búsqueda de soluciones analíticas
o prácticas (Sánchez, 2002: 148). Este componente operativo de la noción de
problema es el que atravesará todos los contenidos del módulo.

Desequilibrios

Cuando abordaron los temas del Enfoque Territorial vieron que los problemas
territoriales son aquellos que producen desequilibrios en el territorio y/o entre
territorios. Si entendemos territorio como la “disposición de recursos materiales y
simbólicos capaz de estructurar las condiciones prácticas de la existencia de un
individuo o de una colectividad social; y, de informar en retorno sobre ese individuo o
colectividad y sobre su propia identidad”1, los problemas territoriales son aquellos
que producen desequilibrios en el territorio y/o entre territorios, mermando la
calidad de vida de los habitantes y la sustentabilidad de los recursos (naturales y
humanos) en el mediano y largo plazo.

Dado lo anterior, consideraremos en este módulo que los problemas sociales tienen
un reflejo en el territorio a la vez que los problemas territoriales son un reflejo de la
sociedad que los habita, de sus realidades y por lo tanto de sus problemas. La
mayoría de los problemas sociales tienen directamente o indirectamente expresión
territorial y los problemas territoriales tienen siempre una expresión social.

Los desequilibrios pueden ser de distinta índole y relacionarse con distintas


dimensiones del territorio, sería imposible ilustrar todas las posibles expresiones de
desequilibrios territoriales, pero a continuación algunas ideas:

1Lévy, Jacques y Lussault, Michel (2003), Editor científico, « Dictionnaire de la géographie : et de l'espace
et des sociétés », Paris, Francia: Belin Ediciones.

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 La inequidad en el acceso a educación, áreas verdes, bienes y servicios al
interior del territorio es un problema socio-territorial (ver ilustración a
continuación).

 La inequidad en la dotación de infraestructura entre territorios es un


problema territorial que repercute en problemas sociales.

 El desigual acceso a mercados laborales y comerciales es un problema socio-


territorial que afecta principalmente las localidades aisladas del país.

 El desequilibrio entre “regiones ganadoras” y “regiones perdedoras” es un


problema socio-territorial y pudieron verlo en el texto de Ramírez y Silva
(2008)2.

Estos desequilibrios en las ciudades pueden traducirse en problemas de segregación,


aislamiento y marginalidad. También el desequilibrio en la dotación de servicios y
equipamientos se traduce en la necesaria movilidad de los individuos cotidianamente
y en desigualdades en la accesibilidad a sus necesidades más básicas de trabajo, salud,
educación, recreación y cultura.

1.2. |Construcción de un problema social

En este módulo nos referiremos a “construcción de un problema social” desde un


punto de vista metodológico para hacer referencia al proceso de problematización de
una realidad que es necesario para diseñar un proyecto social.

Al decir que un problema “se construye”, decimos que no es suficiente la


identificación de carencias, necesidades o desequilibrios para modificar una realidad.
Es clave, una vez identificado el tipo de problema, tener claridad respecto a cómo lo
enunciaremos, con qué palabras lo nombraremos, quiénes estarán involucrados y
con qué acciones; además de conocer cuáles son los supuestos que subyacen a
nuestra propuesta de solución/es y que ameritan que una institución respalde su
ejecución. Para poder manejar las habilidades cognitivas y alcanzar este objetivo, sea
cual sea nuestra especialidad, revisaremos de forma breve algunos conceptos y
distinciones básicas.

La preocupación de la sociología por los problemas sociales hunde sus raíces en la


Ilustración (siglos XVII hasta la Revolución Francesa 1789), rebelándose contra el

2Ramírez, Juan Carlos y Silva Lira, Iván (2008); “Globalización y desarrollo regional: evolución económica
de las regiones chilenas, 1990-2002”, Revista de la CEPAL, N°95 noviembre 2008.

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fatalismo atávico que aceptaba los problemas sociales como parte del orden “natural”
(por tanto, inabordables); el espíritu ilustrado los enfrenta como fenómenos sociales
causados y, por tanto, asequibles al estudio —y la solución— racional. El interés por
los problemas sociales y su solución fue desarrollado por los “padres fundadores”
Comte, Durkheim, Marx, Weber, Spencer, entre otros (Sánchez, 2002).

No existe una única definición de lo que es un problema social, sino varias


aproximaciones. Alipio Sánchez Vidal en su libro “Psicología social aplicada, teoría,
método y práctica” (2002) identifica las siguientes definiciones principales:

Autor Definición

Fuller y Miers Definición subjetiva de una condición objetiva.

Discrepancia entre lo que es (condiciones reales de la vida social) y lo que


Merton
debería ser (norma social).
Existencia alegada de una situación incompatible con los valores de un
Rubington y Weinberg número significativo de personas que están de acuerdo en que es necesario
actuar para cambiar la situación.
Existe cuando un grupo influyente percibe una condición social que
Sullivan y otros.
amenaza sus valores y puede ser remediada a través de la acción colectiva.

Fuente: Alipio Sánchez Vidal (2002).

Como ya revisaron en el módulo Enfoques de pobreza, se puede decir que “existe un


problema social cuando un grupo de influencia es consciente de una condición social
que afecta sus valores, y puede ser remediada mediante la acción colectiva” (Díaz,
2001:16). Por lo tanto, hablamos de un problema social cuando se dan al menos estas
cuatro condiciones (Navarrete, 2014):

1. Grupo de influencia. La manifestación de un problema social debe ser


manifestada por un grupo social más menos influyente en la sociedad, o bien,
que pueda aliarse con tales grupos de influencia para dar a conocer una
determinada condición social. También puede leerse como la construcción de
un sujeto social tras una determinada problemática social.

2. Conciencia de una condición social. Hay una comprensión de que estamos


ante la presencia de un problema que impacta sobre un grupo importante de
personas que reconoce que no estamos ante la presencia de una problemática
más bien particularista o específica, sino que esa problemática tiene un
potencial impacto en el bienestar de la sociedad en general.

3. Impacto negativo en los valores. Este impacto reconocido por la sociedad en


su conjunto atenta contra los valores de la misma, por ejemplo, contra los

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derechos fundamentales de las personas o prácticas inconstitucionales de cada
país o contra el sentido cultural de las identidades colectivas de una comunidad.
Cobra interés aquí la jerarquía de valores que cada grupo o comunidad pudiese
establecer.

4. Puede ser remediado por la acción colectiva. Es importante el


reconocimiento de la responsabilidad de una acción colectiva (la sociedad en su
conjunto) en la transformación positiva de esos problemas sociales. Si un
determinado problema social no puede ser remediado por la acción colectiva,
esto nos sitúa ante dos posibles caminos: en primer lugar, que podríamos estar
ante la presencia de un problema particular, que no afecta necesariamente a la
sociedad; en segundo lugar, que podríamos estar ante la presencia de un
problema social “emergente”, por tanto podríamos identificar erróneamente
que no puede ser remediado por la acción colectiva, simplemente porque no se
ha operacionalizado esa vía de superación a través de, por ejemplo, las políticas
sociales.

En la misma línea Frigerio (1997) desde una visión constructivista, señala que los
problemas sociales no son el producto tan solo de condiciones objetivas en la
sociedad, sino que son el fruto de un proceso de definición colectiva de ciertas
condiciones como problemas (…). Tan solo algunos fenómenos sociales se
constituyen en un momento determinado en causa y preocupación y pasan a ser
considerados problemas sociales.

Ciertamente no en todas las áreas (o ámbitos) de la sociedad se definen los problemas


sociales, ya que el proceso de definición colectiva de ciertas condiciones como
problemas transcurre también en ámbitos como:

i) los medios de comunicación;


ii) debates en el Congreso;
iii) dependencias del poder ejecutivo;
iv) juicios en tribunales;
v) diversos ámbitos de la cultura (libros, películas, teatro, documentales,
telenovelas);
vi) la comunidad científica; y
vii) las organizaciones religiosas.

Las condiciones sociales que distintos grupos pueden considerar dañinas son
innumerables, sin embargo sólo una pequeña parte de las mismas llegan a

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transformarse en problemas importantes, que dominan el discurso social y político
durante ciertos períodos. La mayor parte de las condiciones postuladas como dañinas
por ciertos grupos nunca llegan a llamar la atención del público, o lo hacen sólo por
períodos muy pequeños. Los problemas que alcanzan el estatus de importantes son
los que llegan a dominar varias arenas o ámbitos de discusión (Frigerio, 1997).

Sobre esta base, en este módulo 5 “Diseño de proyectos sociales” se entenderá por
problema social lo siguiente:

“Un problema social implica una definición subjetiva de una condición


objetiva: se postula que existe una situación incompatible con los valores de
muchas personas, o de un grupo social influyente, que están de acuerdo en
que es necesario actuar colectivamente para cambiar la situación. La
existencia de una condición social problemática, sin la correspondiente
conciencia colectiva de problema, define un problema social latente.”

(Sánchez, 2002: 148)

Partiendo de esta definición, ustedes, como profesionales del Programa Servicio País,
van a determinar -junto a los grupos humanos que habitan los lugares en los que
ustedes trabajan-, qué constituye un problema para ellas y ellos, recogiendo una
concepción sentida de la realidad (patente, latente o subjetiva) respecto a
condiciones objetivas de la misma (en términos de carencias, necesidades y/o
desequilibrios) y, a través de una propuesta conjunta (de tipo participativa) darán
solución a eso percibido y etiquetado como problema –o potenciarán una
oportunidad- a través de acciones concretas.

Esto significa, en términos metodológicos, que ustedes van a “construir un problema


social” para ser abordado desde un determinado enfoque de intervención.

Distinción entre problema y oportunidad

Si bien los problemas y necesidades representan el fenómeno de interés (el “objeto”)


de la presente unidad, en un sentido deficitario o negativo, en un sentido positivo y
más amplio, el objetivo de atender problemas y necesidades es el desarrollo
humano, el bienestar social y la calidad de vida.

Pensándolo de esta forma, y como aprendieron en el módulo 3 “Enfoque Territorial”,


muchas veces los problemas y oportunidades son dos caras de una misma moneda:
la solución de un problema es una oportunidad y también abre nuevas oportunidades

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al territorio y a la colectividad que lo habita. Asimismo, lo que para algunos es una
oportunidad, puede ser visto por otros como un problema.

Intenten en su observación de las localidades dónde intervienen, mirar siempre esta


otra cara del problema. De acuerdo a esto una oportunidad territorial sería (por
ejemplo):

• La posibilidad de disminuir un desequilibrio: al interior de la región o entre


regiones (región entendido como concepto y o sólo como división político
administrativa), a través de una infraestructura conectora, por ejemplo. O
aprovechar esta infraestructura conectora (el puente del canal de Chacao por
ejemplo) para que sea también un catalizador de desarrollo en las localidades
vecinas.
• La existencia de un recurso natural, potencial turístico o productivo, o de un
espacio sub-utilizado que pudiera a través de su potenciamiento mejorar la
calidad de vida de los habitantes.
• La posibilidad de introducir una nueva tecnología, o un método de producción
ancestral que permita hacer un uso más efectivo y sustentable de los recursos.

1.3. | Expresión de un problema/oportunidad en distintas dimensiones y


escalas

Un problema u oportunidad tiene diferentes dimensiones o ámbitos para manifestarse


a nivel social. Es difícil que un problema social se encuentre expresado en un solo
ámbito, la mayoría de las veces se ubica en una intersección donde confluyen varios
ámbitos. Entre estas dimensiones o ámbitos se cuentan:

 Lo social, referido a la vida en comunidad, las interrelaciones entre las


personas, el lugar que cada sujeto ocupa en la sociedad y los factores
asociados a ellos, tales como integración, inclusión, pertenencia, identidad. Lo
social se relaciona con todos los ámbitos que acá se distinguen, porque
pueden haber problemas sociales respecto a necesidades políticas,
económicas, ambientales, etc.

 Lo político, tiene que ver con el sistema organizacional de una sociedad y


cómo los sujetos participan de los valores y las decisiones que tienen efecto en
un nivel tanto normativo como cotidiano. Cuando hablamos de problemas
políticos surgen temas como los derechos humanos, derechos civiles,
ciudadanía, reconocimiento formal, derecho a ser diferente, entre otros.

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 Lo económico, es el ámbito donde se expresan los problemas relacionados al
mercado, al acceso de bienes y servicios, y al acceso a una parte (justa ojalá)
de los recursos materiales que posee una sociedad. Aquí se encuentran temas
como el acceso al consumo, al mercado de trabajo, oportunidades de las
personas para obtener ingresos económicos, etc.

 Lo ambiental, es un ámbito más que puede tener muy variadas expresiones y


que se presenta en las dimensiones del territorio a continuación.

Los problemas culturales y religiosos pueden también implicar diferentes


componentes de los ámbitos antes mencionados. Por ejemplo, la intolerancia religiosa
puede derivar en un conflicto político mundial como el de Palestina e Israel, con el
consecuente involucramiento de los ámbitos sociales y económicos.

Un ejemplo de las diferentes dimensiones que atraviesan un problema social, lo


pueden encontrar en la delimitación que la Fundación para la Superación de la
Pobreza (Umbrales sociales, 2013). Allí es posible distinguir que el problema social
“pobreza” entendido como “un circuito complejo de vulnerabilidad, segregación
residencial, precariedad laboral, segmentación educativa (…), incluye no solo
dimensiones objetivas (ingreso) sino que también incluye dimensiones subjetivas y
que se desenvuelve en un contexto relacional”. De esta forma, y desde el enfoque de
Desarrollo Humano, el problema “pobreza” incluiría dimensiones como las ilustradas a
continuación:

Ilustración 2: Dimensiones de pobreza para el enfoque de Desarrollo Humano

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Asimismo, los problemas también se expresan en dimensiones que atañen al individuo
de manera particular, como a grupos de individuos en una escala colectiva (familia,
comunidad, sociedad). Ambas categorías no son excluyentes ni contrapuestas, dado
que lo que afecta a un individuo suele impactar en el grupo social en el que vive y
aquellos atributos dañinos de un entorno suele afectar de forma particular a los
individuos.

En el módulo 3 “Enfoque Territorial” (Paulette Landon) vieron que los problemas y


oportunidades territoriales podían analizarse desde cinco dimensiones que en
conjunto permiten una real comprensión del espacio habitado y no-habitado y que
están interrelacionadas:

1. La dimensión estructural: el territorio como sustrato a la localización de


inversiones, infraestructuras de obras públicas, transporte y vialidad. Es
también la dimensión económica del territorio como sustento de actividades
productivas. En esta dimensión las intervenciones del territorio apuntan a su
conectividad, acceso a mercados laborales y productivos, a la dotación de
energía y transporte, pero también a la distribución de la población en el
territorio y su acceso a servicios, bienes y equipamientos de salud, educación,
recreación, etc. Dentro de las estructuras podrían también considerarse las
normas, las divisiones político-administrativas y las estructuras de gobierno.

2. La dimensión urbana: es el territorio esencialmente urbano o urbano-


centrado en su planificación. La dimensión urbana del territorio, en este
sentido, se concentra en la planificación del suelo construido, en su extensión
y crecimiento, en la planificación del desarrollo inmobiliario, en la provisión de
viviendas y en la dotación de servicios y equipamientos para la población que
habita los principales núcleos urbanizados, entre otras materias más
específicas.

3. La dimensión rural: hace referencia a visiones territoriales que dicen relación


con la colonización de tierras, la transformación física del territorio para la
actividad primaria, y una ocupación rural del espacio que dice relación
también con modos de vida que hoy en día se ven muy amenazados e incluso
peligrosamente disminuidos. Esta dimensión territorial está por lo tanto
centrada en las actividades agrícolas, las condiciones de producción primaria y
agroindustrial, pero también en los conflictos que la oponen a la expansión
urbana y a otras actividades (industriales, energéticas, turísticas) que ponen
en riesgo el suelo con vocación silvoagropecuaria y los modos de vida que le
están asociados.

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4. La dimensión medio-ambiental: dice relación con la conservación del
territorio, pero también con el desarrollo de actividades sustentables y con la
resolución de conflictos de uso. Corresponde a una visión más integrada del
territorio que toma en cuenta los aspectos físicos, pero también sociales,
desde una perspectiva sistémica del medio habitado. Entran en juego en esta
dimensión el desarrollo sustentable de las actividades productivas, la
protección de territorios valiosos tanto desde el punto de vista natural como
patrimonial, la comprensión de los ecosistemas y la integración de los distintos
territorios entre sí.

5. La dimensión paisajística: es la visión más contemporánea del territorio y por


consecuencia la más integradora de los aspectos anteriores. El paisaje sería en
este sentido, resultante de la relación sensible de la colectividad con el
entorno. Una realidad no objetivable y cuantificable, que considera la
dimensión identitaria, etnográfica, de apropiación y representación del
territorio por la colectividad que lo habita.

Al analizar los problemas por dimensión, se deben tener en cuenta dos aspectos muy
importantes.
 Por un lado, un problema podría encontrarse en más de una dimensión,
pero se encasilla para facilitar la comprensión de la dimensión más
relevante del problema o su origen, el cual muchas veces es producto del
sesgo disciplinar de cada dimensión.
 Por otro lado, al mirar el problema u oportunidad desde una dimensión se
podría estar omitiendo justamente la dimensión en que se producen los
impactos o externalidades más importantes.

En consecuencia se debe tener en cuenta que el territorio y los problemas u


oportunidades que presentan se inscriben siempre en un sistema socio-territorial, y
se debe observar el sistema en su totalidad para comprender el
problema/oportunidad.

La resolución de problemas y la optimización de las potencialidades del territorio


deben en consecuencia velar por el cumplimiento de los objetivos del Ordenamiento
Territorial: equilibrio en el territorio y entre territorios, calidad de vida y
sustentabilidad.

Se pone énfasis en la importancia de que el territorio ofrezca oportunidades de


desarrollo de mediano y largo plazo, buscando ir más allá de las problemáticas
contingentes que pueden presentarse.

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Además de tener distintas dimensiones los problemas y oportunidades socio-
territoriales tienen distintas escalas que a su vez están también interrelacionadas. En
primer lugar es importante entender qué se entiende por escala y en segundo lugar
comprender que la escala puede desde cada disciplina tener distintas
representaciones.

La escala es un tema sensible para muchas disciplinas en particular para la


arquitectura, el urbanismo y las disciplinas del territorio, por lo que al igual que los
conceptos anteriores no cuenta con una definición única. Ramón Folch, en “Los
conceptos socio-ecológicos de partida, principios ecológicos versus criterios
territoriales” (Folch, 2003: 39) da una definición bastante esclarecedora de lo que se
quiere trasmitir en esta unidad:

“La escala no es la medida de las cosas, sino el carácter de los fenómenos. Lo


que varía al cambiar la escala de un mapa es la leyenda, no sólo su
dimensión. Cambiar de escala es mucho más que ampliar o reducir. Cuando
aumentamos la escala no vemos las mismas cosas a un tamaño mayor, sino
otras cosas distintas, por eso cambia la leyenda. De ahí que hablemos de
economías de escala para poner de relieve que la rentabilidad no es sólo
cuestión de porcentajes.” (Folch, 2003: 39)

Y también agrega: “Significa esto que cada ámbito escalar tiene asociado un tipo de
fenómeno que se torna incomprensible contemplado desde demasiado cerca o desde
demasiado lejos.” (Folch, 2003: 41). Es decir, no da lo mismo en qué escala se sitúa el
problema que se está observando: muchas veces un problema local responde a una
oportunidad en la escala nacional. Pero también, se quiere relevar que la solución de
un problema socio-territorial local si bien tiene muchas veces que ver con las
estructuras políticas, administrativas y normativas; puede ser resuelta desde una
mirada local.

Las soluciones deben buscar la armonización de los distintos ámbitos territoriales; no


obstante la intervención se realiza circunscrita a un territorio.

A la escala territorial hay que agregar la escala temporal; la cual no le es


completamente indistinta, Folch (Op.Cit.) dice: “Otra cuestión de mayor interés es la
escala temporal. Los fenómenos territoriales no son instantáneos. Abrir un camino es
cosa de días, construir una autopista lleva muchos meses y restaurar un bosque tras
una tala a mata rasa exige varias décadas. Los planos y los mapas, pues, congelan
como sincrónicos fenómenos que en realidad son diacrónicos y con ritmos de lo más
distinto.” (Folch, 2003: 40). Por lo tanto, es la escala espacio-temporal la que es
necesario observar.

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Entender los problemas locales (meso escala) a cabalidad obliga a comprender cómo
estos responden a una estructura de escala superior (macro-escala). Esta comprensión
de las distintas escalas y su interrelación permite estructurar intervenciones
pertinentes y dimensionar adecuadamente su impacto. A continuación se muestra un
esquema que explica las distintas escalas territoriales (Ilustración 3).

Ilustración 3. Escalas territoriales

Deben tener presente que los problemas y oportunidades que se dan en la macro-
escala tienen su repercusión en la escala local y viceversa, los problemas de la meso-
escala son resultantes de conflictos y tensiones que se dan en la escala superior.

A esta idea de escala territorial habría que agregar la noción de “área de influencia
directa e indirecta”.

La intervención se enmarca en un territorio delimitado y una comunidad local. Por un


lado, no se trata de una sociedad abstracta por lo que debe tener en cuenta sus
necesidades de forma amplia, evitando toda acción segregante, vale decir, una
segregación específica a la que ya tiene la persona o grupo hacia el que se dirige la
intervención. Por otro lado, se trata de un territorio con características específicas
que influirán tanto en el problema como en la solución que se proyecte.

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El área de influencia del proyecto, corresponde a una delimitación geográfica, pero no
se trata de su localización. Es necesario diferenciar la localización del proyecto (el lugar
dónde se desarrolla) y su cobertura en términos territoriales y sociales.

La determinación de las áreas de influencia, tanto directa como indirecta, para


cualquier proyecto está marcada por el alcance geográfico y por los cambios o
alteraciones (impactos) que introduce.

1.4. | ¿Cómo delimitar un problema u oportunidad?

Revisamos en los apartados anteriores los elementos conceptuales necesarios para


“ver”, “pensar”, “definir”, “construir” un problema socio-territorial a partir de la
realidad, en este punto del documento es importante que revisemos los principios
básicos -de tipo operativo- necesarios para delimitar correctamente un problema,
definir quiénes son las personas que participarán de las acciones y de quiénes gozarán
de los beneficios del proyecto; además de conocer tres técnicas de diagnóstico muy
utilizadas en el campo de la formulación de proyectos sociales.

La población objetivo

Es vital identificar muy bien en la etapa de diagnóstico los sujetos que motivan y son
destinatarios de estas acciones y el problema central que los afecta.

Población objetivo y problema están directamente relacionados. Un problema no


existe si no contiene explícita la referencia al quiénes y una población sin la situación
desventajosa que la afecta o de la oportunidad que tiene en frente no tiene sentido
mencionarla en el marco de la formulación y ejecución de programas/proyectos.

La definición de una población es una construcción abstracta que realizamos para


planificar mejor la intervención pública. La definimos señalando límites a partir de las
características que se quieren relevar y que son parte del origen del problema social.
Por ejemplo, definimos como problema social “pobladores en situación de pobreza y
sin casa”. Esta definición correspondería a la población objetivo porque en ella está
contenida un determinado problema (pobreza, pobres) y una condición adicional que
opera como “filtro” (sin casa). Esta delimitación permite acotar el problema, puesto
que se refiere a una condición específica de la pobreza entre muchas diversas y
complejas aristas que la componen (sin casa, hacinamiento, allegamiento, empleo
precario, bajo nivel educacional, etc.) (Oyarce, 2013).

En términos metodológicos, para delimitar la población objetivo se recomienda tener


en cuenta los siguientes conceptos que serán de utilidad para ir definiendo el
subconjunto de personas que se convertirán en los sujetos del programa/proyecto y

17
que son diferentes (aunque no excluyentes) de los actores involucrados en la
solución.

Existe, en primer lugar, una población de referencia que es necesario identificar


porque corresponde al universo desde el cual se define la población potencial y la
población objetivo.

Dentro de esa población de referencia, y considerando el ejemplo anterior, se define


conceptualmente a la población que cumple con la condición más general del
problema, es decir, “pobladores en situación de pobreza”, dejando de lado las demás
condiciones. Esta población se le denomina población potencial.

Luego, a partir de la población potencial, se toma una parte que cumple con las otras
condiciones definidas en el problema –en este caso, aquellos ‘sin casa’-. De esta
forma, llegamos a la población objetivo, que correspondería al conjunto de personas
“en situación de pobreza y sin casa”.

Por último, de la población objetivo, se desprenden otras dos categorías a tener en


cuenta:

Población atendida, es decir aquellas personas que están recibiendo los bienes
y servicios que entrega el Estado.

Población en espera, que corresponde a la población que recibirá los bienes y


servicios dentro del período de vigencia del plan o programa. En la ilustración 6
se observan con mayor claridad los conceptos antes explicados:

18
Ilustración 6: ¿Cómo definir una población objetivo?

Estas categorías poblacionales son relevantes en la definición del problema y la


formulación del proyecto, pero también cobran importancia en la etapa de
construcción de indicadores y de evaluación del logro de la propuesta una vez
ejecutada: ¿Cuántas personas fueron beneficiarias directas de la intervención y cuáles
las beneficiarias indirectas? ¿Qué proporción de población afectada por el problema
significa este grupo de personas?

Herramientas de diagnóstico

Existen algunas técnicas que constituyen lo que la bibliografía especializada denomina


“herramientas de diagnóstico”, puesto que permiten un ejercicio de análisis de la
situación que pretende ser mejorada a través del programa /proyecto /plan e
incorporan tres elementos de consideración estratégica para llevar a cabo una
iniciativa:

i) el escenario de personas naturales o institucionales, sus vínculos y


relaciones de poder;

ii) el origen del problema que se pretende solucionar (sus causas) y sus efectos
en otros problemas de la comunidad; y

iii) el alcance que se le quiere dar a la propuesta en función de los recursos que
posee o puede llegar a gestionar la organización responsable.

19
Son muchas las técnicas desarrolladas para un diagnóstico. En este apunte solo
presentaremos el mapa de actores, el árbol de problema y el árbol de objetivos, por
ser las técnicas más utilizadas en Latinoamérica.

a) Mapa de actores. Es una técnica que permite una descripción y análisis sobre
cómo los actores sociales se articulan, relacionan y desenvuelven en un contexto
dado.

También conocido como mapas sociales o sociogramas, el mapeo de actores claves


supone el uso de esquemas para representar la realidad social en que estamos
inmersos, comprenderla en su extensión más compleja posible, y establecer
estrategias de cambio para la realidad así comprendida. El mapeo de actores no sólo
consiste en sacar un listado de posibles actores de un territorio, sino conocer sus
acciones y los objetivos del por qué están en el territorio y sus perspectivas en un
futuro inmediato (Tapella, 2007).

Existen varias forma de construir un mapa de actores, sin embargo lo relevante es que
tengan en cuenta que, para cualquier método de formulación de proyectos, el
ejercicio de identificar los actores involucrados y cómo se vinculan con el
programa/proyecto determina muchas veces el éxito de la propuesta.

Para que tengan una referencia práctica, en la unidad 3 se presentan ejemplos de


mapas de actores con los elementos esenciales que necesitan relevar para ser precisos
en los pasos que siguen.

b) Árbol de causa y efectos. Es un modelo explicativo de la realidad representado


en un esquema simple de causas y efectos que se erigen en torno a un problema
central. Esta técnica permite un ejercicio de depuración del problema central,
precisándolo al máximo. El árbol de causa y efectos es lo que comúnmente se
denomina “árbol del problema”.

Esta técnica se trata de un procedimiento sencillo y sobretodo flexible, que permite


obtener conclusiones realistas. Sin embargo, su eficiencia y efectividad dependerá de
los actores que definan el problema y de cómo construyen consenso en torno a esas
definiciones.

c) Árbol de objetivos. Es una técnica cuya finalidad básica es estructurar y valorar


los objetivos de sistemas complejos en las organizaciones. Consiste en una
representación gráfica que describe la estructura o interconexión jerárquica de
los objetivos en torno un objetivo central que convoca el trabajo de una

20
organización. El árbol de objetivos es un procedimiento metodológico que
permite:
- describir la situación futura que prevalecerá una vez resueltos los problemas;
- identificar y clasificar los objetivos por orden de importancia;
- visualizar en un diagrama las relaciones medios-fines.
Una vez realizado el ejercicio de la delimitación del problema a través de causas y
efectos (árbol del problema), el siguiente paso será la definición de los objetivos del
programa/proyecto mediante el árbol de objetivos (ilustración 7).

Ilustración 7: Paso del árbol del problema al árbol de objetivos

Fuente: Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Gobierno de México (2010).

La técnica árbol de objetivos, siempre participativa, es la representación de la


situación esperada al resolver el problema, para construirlo se sugiere seguir la
siguiente lógica:

“(…) se parte del árbol del problema, buscando para cada uno de los
recuadros de dicho árbol la manifestación contraria a las allí indicadas. Si
algo faltaba ahora existirá, si un bien estaba deteriorado, ahora estará en
Árbol de Objetivos
buenas condiciones, si la población sufría, ya no lo hará más. Todo lo
negativo se volverá positivo, como tocado por una varita mágica, como si
se revelare el negativo de una fotografía” (ILPES/CEPAL, 2004).

De esta forma, los efectos que generaba el problema se convertirán en fines y las
causas se convertirán en medios con los que debemos contar para poder solucionar
efectivamente el problema.

En este ejercicio es de vital importancia la coherencia entre los elementos de un árbol


y el otro y la redacción de los enunciados.

La coherencia es la meta principal porque, por ejemplo, es frecuente encontrar causas


o efectos para los cuales no existe una manifestación opuesta. Para ese caso, se
recomienda el traspaso literal del enunciado, es decir como problemas. Asimismo,

21
deberá revisarse la coherencia entre medios y fines, asegurándonos de que existe una
lógica relacional entre niveles inferiores y superiores de casillas cada vez que nos
preguntamos “¿cómo?”. Es decir, si las relaciones de causa –efecto que había en el
árbol del problema dejan de cumplirse en el árbol de objetivos, será necesaria una
revisión de la lógica de relaciones planteadas en el primer árbol.

La participación como eje del diagnóstico

El eje conductor y soporte básico de un buen diagnóstico es la participación. Toda


información que se plasma en matrices, árboles y cualquier tipo de representación
gráfica utilizada por éstos métodos son, en definitiva, decisiones y consensos
colectivos.

Aunque suelen ser aplicadas y orientadas por expertos en el área, el sentido de estas
técnicas no es otro que el de plasmar el resultado de un análisis y diagnóstico colectivo
en torno a una problemática específica. En concreto, se trata de un trabajo de
reuniones sistemáticas, donde las voces de los actores involucrados son escuchadas y
se hace un esfuerzo conjunto de llegar a acuerdos y alianzas para definir cuál es el
problema que las y los aqueja y consensuar cuál sería la forma más idónea para llegar
a su solución.

La participación, además de ser un ejercicio democrático básico en cualquier


propuesta de financiación, en términos estrictamente metodológicos es clave porque
es la única forma de conseguir criterios de confiabilidad y validez a la información
recopilada. Esto quiere decir que las personas involucradas en una situación dada y la
percepción que ellas mismas tienen de esa situación, son las únicas capaces de
entregar los insumos necesarios para trabajar con esta metodología. La definición
clara de problemas, objetivos y resultados esperados solo es posible mediante el
diagnóstico de los actores que conocen bien una comunidad y sus potencialidades. El
consenso en torno a esas definiciones permitirá la delimitación más precisa de sus
elementos y validará las conclusiones que las y los expertos en estos métodos,
finalmente expondrán frente a instituciones de financiamiento.

Escribir el problema

La redacción es importante porque es común que ciertos enunciados, a veces con la


intención de que parezcan más atractivos, sean construidos con lenguajes demasiado
especializados o técnicos, y por supuesto, pierdan el sentido inicial de la propuesta. El
proceso participativo que subyace a estas metodologías ayuda mucho a superar estos
inconvenientes, ya que cuando se elaboran enunciados en grupos de trabajo existe un

22
ejercicio de consenso no sólo en términos de idea/problema/objetivo, sino también en
la forma de nombrarlos. La recomendación, por supuesto, es elaborar enunciados
simples y directos, lo más depurados posibles.

Como todo enunciado que pretende comunicar algo, el problema debe estar
redactado cumpliendo el criterio gramatical de “sujeto y predicado”. Es decir, no sólo
se habla del problema, sino que se menciona conjuntamente a quiénes aqueja. Y por
supuesto, no se habla de las personas sin hacer referencia al problema que se quiere
solucionar para ellos/as o la oportunidad que se desea aprovechen.

El SUJETO del enunciado corresponde a la población objetivo. Es decir, a:

- Personas, nuestros problemas sociales involucran individuos, sujetos,


actores.

- Con ciertos atributos, que tienen determinada edad, sexo, estado civil,
escolaridad, delgados u obesos, con capacidades o discapacidades, ricos o
pobres, católicos o no católicos, etc.

- Que cumplen un rol, pueden ser madres/padres, profesores, artistas,


constructores, ciclistas, niños abandonados, músicos emergentes,
políticos, pacientes, desempleados, empresarios, etc.

- Localizados territorialmente, y que pueden residir / habitar /vivir en un


territorio. Talquinos, curicanos, iquiqueños, ariqueños; residentes de
Aysén, de Punta Arenas, Cobquecura; que viven en Teno, en Pullehue; en
La Legua; que transitan por las calles Don Bosco y 0’Higgins. Estos lugares
van de acuerdo a la escala de intervención del plan, programa o proyecto
que se desea plantear

Algunos ejemplos:

personas con atributos que cumplen un rol localizados


Mujeres menores de 18 años madres del barrio Amanecer
hombres y mujeres de 30 a 45 años pescadores/as de Lota
niños y niñas de 10 años estudiantes residentes de Tal Tal
hombres y mujeres Mayores de 70 años Jubilados que viven en Valdivia

Teniendo claras estas distinciones en el sujeto del enunciado que estamos


construyendo como problema, podemos resumir o sintetizar las 3 primeras columnas
en 2 o incluso en 1 palabra que enuncien directamente la población objetivo sin
perder información. Por ejemplo, “madres adolescentes”; “niños y niñas que cursan
5to año de educación básica”, “adultos mayores jubilados”, “trabajadores
sindicalizados”; “recolectoras sindicalizadas”, etc.

23
Cuando el sujeto está definido deberán concentrarse específicamente en la redacción
del PREDICADO del problema. Recordemos que en gramática el predicado es la parte
de la oración que contiene el verbo, la acción; en nuestro caso, el predicado deberá
contener el qué sucede con este sujeto ya identificado: ¿qué le pasa? ¿qué dificultad
presenta? ¿qué parte de su realidad se quiere cambiar para que viva mejor?

La particularidad de los problemas que estamos definiendo -y las técnicas de


diagnóstico ciertamente operan en esta lógica- son relaciones de causa y efecto entre
dos variables. Una que es independiente y otra que es dependiente en relación de la
primera, donde la segunda es la consecuencia o el efecto de la primera. O dicho de
otra forma, si modificamos la variable independiente, podremos –como consecuencia-
modificar la variable dependiente.

Cuál es la causa y cuál es el efecto es una cuestión clave en la definición del problema
porque puede cambiar el sentido del enunciado si se plantean equivocadamente.

Por ejemplo, no es lo mismo decir:

Prácticas alimenticias de niños y niñas de 5to año básico de la escuela “República del
Uruguay” de Frutillar, cuyas familias cuentan con antecedentes de diabetes e
hipercolesterolemia.

que decir,

Prácticas alimenticias en familias con niños y niñas en 5to año básico de la escuela
“República del Uruguay” de Frutillar, que presentan diabetes e hipercolesterolemia.

¿Por qué?

Ambos problemas están correctamente planteados en términos de enunciados pero,


¿hacen referencia al mismo fenómeno? No, además de referirse a poblaciones
objetivo diferentes, están planteando dos problemas diferentes:

En el primer caso el problema son “las prácticas alimenticias de niños y niñas”.

En el segundo enunciado el problema es “niños y niñas con diabetes e


hipercolesterolemia”.

Asimismo, la localización temporal del problema también es diferente porque la


población objetivo no es la misma:

24
En el primer enunciado lo que interesa es “qué y cómo comen las niñas y niños”. Es
decir, temporalmente, la problemática es en el “ahora” debido a las enfermedades
presentes o pasadas de los integrantes de la familia.

En el segundo caso, importan las prácticas alimentarias presentes y pasadas de las


familias de niñas y niños con este tipo de enfermedad, que pudiesen haber
desencadenado su estado actual.

Sin embargo, a pesar de todas estas diferencias que nos llevan irremediablemente a
leer dos problemas diferentes, la relación causa – efecto que subyace a ambas
problematizaciones es la misma: prácticas alimenticias – presencia de diabetes o
hipercolesterolemia.

En el primer caso se plantea cómo las prácticas alimentarias de niños y niñas pueden
tener como efecto diabetes o hipercolesterolemia, especialmente en aquellos/as con
antecedentes familiares de padecimiento.

En el segundo enunciado, la relación causa y efecto está dada porque se atribuyen


las prácticas alimentarias de las familias como la causa de la enfermedad de los
niñas y niñas. O dicho de otra forma, la enfermedad es el efecto (o consecuencia) de
las prácticas alimentarias de las familias.

La diferencia está en cómo se construye /redacta /expresa un enunciado claro,


evidente, coherente y que comunique exactamente el problema/oportunidad que se
decidió plantear.

Lógica causa- efecto como elemento base para ordenar el enunciado

La especificación de relaciones entre variables (o fenómenos) usadas como hipótesis


explicativas o predictivas en el trabajo aplicado es el significado más habitual (y
«duro») de las teorías científicas como conjunto de afirmaciones conectadas
lógicamente que generan hipótesis verificables por medio de la indagación empírica.
En el trabajo aplicado ayudan a entender los fenómenos a partir de sus conexiones
con otros fenómenos o aspectos más conocidos, visibles o manejables, permitiendo
predecir —bajo determinadas condiciones— ciertos acontecimientos o las
consecuencias de ciertas manipulaciones intencionadas. Esto fundamenta el diseño
de intervenciones sociales en que la manipulación intencionada de ciertos

25
elementos o procesos sociales (distribución de recursos, oportunidades sociales,
poder personal, etc.) genera efectos predecibles (desarrollo personal, disminución
de la delincuencia, etc.) en función de sus conexiones con las variables o los
fenómenos sociales manipulados.

Cuando existan dudas respecto a cuáles de las dos variables son causa y cuál es efecto,
simplemente hay que pensar, en términos absolutamente concretos, ¿cuál ocurre en
el tiempo antes que la otra? Nunca algo que es consecuencia de un evento ocurrirá
antes que el evento mismo.

26
UNIDAD 2 | ESCALAS DE INTERVENCIÓN: PLANES, PROYECTOS Y
PROGRAMAS

A cada problema/oportunidad corresponde una tipología de intervención según sus


alcances y escalas de intervención: plan, programa o proyecto. Esta unidad busca
definir para cada una de estas tipologías cómo se definen objetivos e impacto en
función de las diferentes escalas. La meta es:

 Identificar las diferencias entre planes, programas y proyectos.

 Relacionar un problema con una tipología de intervención.

La planificación es un concepto amplio, en general se puede planificar cualquier


aspecto susceptible de intervención para definir la forma en que evolucionará en el
tiempo. “La planificación se justifica en todo momento como enfoque para resolver
problemas, pero sobre todo, para prevenirlos; por ello resulta más urgente cuando la
sociedad está sometida a cambios rápidos y a competencias por recurso, mercados e
influencias que traen consigo riesgos y oportunidades. La tarea de planificar persigue
precisamente minimizar los riesgos y aprovechar las oportunidades.” (Gómez Orea,
2007: 91)

Una situación dejada a su evolución tendencial evolucionará hacia una situación


insatisfactoria sin planificación; y en cambio con la planificación se lograría una
situación satisfactoria (o más satisfactoria y equitativa); como se ilustra a
continuación.

27
Ilustración 9: Evolución de la situación actual a la situación futura con y sin planificación

Fuente: Ximena Arizaga en base a las ilustraciones de Gómez Orea, 2007: 92-93.

28
2.1. | Definiciones básicas de planes, programas y proyectos

La planificación funciona a través de cuatro instrumentos fundamentales que son las


políticas, los planes, programas y proyectos.

Todos estos instrumentos proceden no obstante en cuatro fases: 1) Análisis y


diagnóstico; 2) definición de una imagen objetivo a conseguir en el largo plazo; 3)
Identificación de las acciones o medidas para alcanzar la imagen objetivo y 4) gestión y
desarrollo de tales medidas.

Esta jerarquía entre los instrumentos apela a la armonía, sinergia y superioridad de


la planificación versus un enfoque que procedería proyecto a proyecto.

La política es el primer nivel de la planificación y se puede entender como un


“conjunto de orientaciones gubernamentales conducentes a establecer acciones
pertinentes en aquellas áreas sociales consideradas deficitarias con relación al
desarrollo y crecimiento global del país” (Mideplan, 2000). De modo general las
políticas definen la acción estratégica de cualquier organización, gobierno o empresa y
se desarrollan a través de normas, actos administrativos y presupuestos, entre otros.

Fuente: Mideplan, 2000 Metodología de evaluación ex ante de programas sociales.

29
Plan

Corresponde al nivel estratégico con objetivos y metas genéricas que dan sentido al
resto de los niveles, de forma que exista coherencia entre las partes.

El plan define a grandes rasgos las ideas que van a orientar y condicionar el resto de
los niveles de la planificación. Determina prioridades y criterios, cobertura de
equipamientos y disposición de recursos, su previsión presupuestaria, un horizonte
temporal, idealmente indicadores de logros y el método para su propia revisión.

No obstante, en materia de Planificación Territorial el Plan tiende a confundirse con el


Instrumento de Planificación (indicativo o normativo) en el cual suelen priorizarse las
condiciones de implantación de actividades por sobre los objetivos que el instrumento
debe servir. De esta forma se tiende a caer en tecnicismos que omiten un estadio
anterior: “la ciudad o el territorio en qué queremos vivir”.

Se tiende a confundir el plan como un conjunto de obras y actividades relacionadas


entre sí, que se realizan en forma coordinada y ordenada en el tiempo, en un área
concreta. Pero es esta una visión reduccionista, los planes se hacen operativos a través
de diversos instrumentos que le son complementarios: normas, programas, proyectos
y otros planes.

Programa

Un programa se refiere a la relación entre actividades a realizar, el tiempo y el


momento en que se realizan y el plazo para desarrollarlas. Los programas suelen
comprender un conjunto de tareas/tiempo y su función es materializar el plan. Por
ejemplo un plan de desarrollo local se puede dividir en un programa de mejoramiento
de la vivienda, un programa de desarrollo hortícola-orgánico, un programa de
capacitación, etc.

El programa concreta los objetivos y los temas que se exponen en el plan, teniendo
como marco un tiempo más reducido. Ordena los recursos disponibles en torno a las
acciones y objetivos que mejor contribuyan a la consecución de las estrategias
marcadas. Señala prioridades de intervención en ese momento.

Interesan en este caso por ejemplo los programas sociales. Estos son una expresión de
la política y, al mismo tiempo, entregan un marco orientador para la formulación e
implementación de proyectos que contribuyan a un mismo objetivo de impacto. Se
trata de intervenciones destinadas a satisfacer necesidades, relevantes para la
sociedad, que no pueden ser resueltas adecuadamente por el mercado debido a las
dificultades que tienen las personas para acceder a él ya sea por razones económicas,
físicas o socioculturales (Mideplan, 2000 Metodología de evaluación ex ante de
Programas Sociales).

30
Proyecto

Es en la secuencia de la planificación el instrumento más concreto. Se refiere a una


intervención concreta, individualizada, para hacer realidad algunas de las acciones
contempladas en el nivel anterior (el nivel táctico). Define resultados previstos y
procesos para conseguirlos, así como el uso concreto de los recursos disponibles.

Este es el nivel operativo del proceso de planificación, por lo que no debe ser algo
teórico, sino una actividad práctica y útil de cara a la intervención.

El proyecto es definido hoy en día como la unidad más pequeña de actividad que
puede planificarse analizarse y ejecutarse administrativamente, en forma
independiente. Se puede considerar como la operación de inversión bien definida para
alcanzar ciertos objetivos de desarrollo.

No obstante, existen proyectos que no forman parte de ningún programa y programas


que no forman parte de un plan. También, hay iniciativas que se denominan
programas pero que no se operacionalizan a través de proyectos sino que pasan del
diseño a la operación.

31
2.2. | Ejemplos

En el módulo de Enfoque Territorial se propusieron algunos ejemplos y también se


revisaron algunos proyectos territoriales, sus beneficios y sus impactos locales.

En el documento Buenas Prácticas para el Desarrollo de los Territorios


(http://www.territoriochile.cl/1516/articles-79827_recurso_1.pdf), encontrarán
distintas iniciativas muy apropiadas para la escala local. Estas responden a distintos
ámbitos de acción y también son ejecutadas a través de distintas instituciones.
Revisemos algunos ejemplos:

Ecoturismo Mapuche Parque Nacional Nahuelbuta (Buenas Prácticas para el Desarrollo de


los Territorios, página 18)

El objetivo general se tradujo en la meta formal de impulsar el desarrollo económico y social de


las comunidades mapuches del valle de Cayucupil, a partir de un modelo de gestión y servicios
de ecoturismo de alta calidad, que rescata y conserva el patrimonio histórico, generando valor
agregado al atractivo natural, e, integrando al Parque Nacional Nahuelbuta como parte central
del circuito turístico durante todo el año. En términos más específicos, esto se traducía en
definir acciones destinadas a articular la experiencia con distintos actores públicos y privados
para desarrollar sinergias y expandir la cobertura del desarrollo territorial derivado; impulsar la
participación de la mujer en el proceso de administración y gestión; y crear nuevos
emprendimientos que complementen la iniciativa.

La estrategia contempló implementar un Centro de Producción y Acopio, desarrollar la


comercialización de gastronomía y artesanía mapuche de toda la Provincia de Arauco, crear y
desarrollar una granja educativa, crear y desarrollar procesos para la habilitación de albergues
turísticos en las casas de los comuneros y crear zonas de camping al borde del río Cayucupil, de
forma de generar oferta turística en el corredor de subida que ofrece el valle hacia el Parque
Nacional Nahuelbuta.

¿Por qué esta iniciativa es un plan?

Es un plan porque su nivel estratégico responde a objetivos y metas genéricas que se


materializan en distintas iniciativas no exactamente definidas (al menos de lo que se puede
deducir del texto de la referencia). El plan “Ecoturismo Mapuche Parque Nacional Nahuelbuta”
comprende a su vez distintos programas, por ejemplo un programa de becas de capacitación.

32
Difusión para la Conservación Humedal Tres Puentes (Buenas Prácticas para el Desarrollo
de los Territorios, página 147)

El Humedal Tres Puentes es un humedal interior, ubicado al nororiente de la ciudad de Punta


Arenas, en su principal acceso desde el aeropuerto. El sitio plano alberga varias lagunas de unas
60Hás, en una cuenca de 190Hás con especiales condiciones ecológicas que albergan
numerosos hábitats y, de especial interés, a más de 70 especies de aves. Reconocida por su alto
valor en biodiversidad, el área está siendo deteriorada y amenazada por diversas
intervenciones antrópicas, debido su localización en un sector de importante crecimiento de la
comuna, y por ser una de las principales reservas de suelo urbano en la ciudad. El gran desafío
es proteger un patrimonio ecológico natural enclavado en un sector urbano de fácil acceso,
pero en una comunidad de poca cultura de preservación y en ausencia de políticas públicas que
garanticen su conservación y gestión para usos potenciales ligados a la educación,
investigación, recreación y turismo.

La apuesta inicial fue que los informes técnicos y estudios científicos que se estaban
produciendo sobre el Humedal Tres Puentes no lograban llegar a la comunidad. Se requería
algo distinto. La mejor forma de poner en evidencia que allí había vida era el uso de material
gráfico, la difusión de fotos e información del lugar en forma más didáctica. La sensibilización
de la comunidad se haría mediante charlas, presentaciones, trabajo con los colegios.

Una primera estrategia dice relación con la inserción del grupo y su misión en tres ámbitos: en
el aparato público, para darse a conocer y tener acceso a instancias de discusión y decisión; en
los medios de comunicación, para lograr difusión e información a la ciudadanía; y en las redes
ambientales escolares, que tienen una importante presencia en Punta Arenas.

El primer proyecto adjudicado en 2005 por 2,5 millones de pesos y ejecutado en 2006, fue
postulado por el Centro de Padres de la Escuela Villa Las Nieves y apuntó a valorar la
biodiversidad mediante sensibilización en talleres educativos. El segundo proyecto, por 9
millones, se postuló en 2007 y ejecutó en 2008, para usar el espacio del Humedal Tres Puentes
para la educación ambiental y estudio científico de línea base (registro de aves, vegetación).
Con ello, se generaron calendarios de avistamiento, gigantografías, entre otro material, así
como un trabajo más invisible de producción de conocimiento científico sobre la flora, fauna y
otras características del lugar. Un tercer proyecto, postulado en 2008 por 9 millones de pesos,
en ejecución, indaga sobre potenciales usos educacionales y turísticos del humedal, en
asociación con SERNATUR.

¿Por qué esta iniciativa se asemeja más bien a un programa?

Esta es un programa porque comprende un conjunto de tareas/tiempo que contribuyen a la


materialización del plan. La iniciativa responde a un plan mayor de puesta en valor del
Humedal Tres Puentes, todavía en un nivel de definición incipiente. No obstante la estrategia
descrita pareciera ser el primer paso para la concreción de ese plan mayor, de hecho esta logra
posicionar el humedal Tres Cruces en la agenda pública.

33
Programa Puesta en Valor del Patrimonio
El Programa de Puesta en Valor del Patrimonio, (PVP) “una política pública que nace el año
2008 asociada a un préstamo de US$100 millones, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
liderado por la SUBDERE, es ejecutado en conjunto con los Gobiernos Regionales, la Dirección
de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos
(DIBAM), los Municipios, además de otras entidades sin fines de lucro, que se han sumado con
el paso del tiempo”. Este programa comprende una serie de iniciativas que son en su mayoría
proyectos concretos.
¿Plan, programa o proyecto?
1. Es una política pública en la medida que se inscribe en un proyecto mayor de valoración
del patrimonio nacional. Su objetivo general es “proteger y poner en valor bienes
patrimoniales, tales como: edificaciones, conjuntos urbanos o sitios, declarados
Monumento Nacional, de modo que generen beneficios socioeconómicos que contribuyan
al desarrollo sustentable de dichos territorios”.

2. Es un programa porque tiene un desarrollo temporal pre-establecido en el cual deben


desarrollarse una serie de tareas tendientes a la inversión efectiva de los recursos.

3. Comprende una serie de proyectos concretos que podrá revisar en


http://www.subdere.gov.cl/documentacion/libro-puesta-en-valor-del-patrimonio-3

En los siguientes links podrá revisar otros planes, programas y proyectos:

 http://www.subdere.gov.cl/programas
 http://www.unesco.org/new/en/education/themes/leading-the-international-
agenda/human-rights-education/resources/projects/teaching-respect-for-all/
 http://www.undp.org/content/undp/es/home/ourwork/povertyreduction/ov
erview.html

34
2.3. | El ciclo de proyectos

Los proyectos tienen una lógica compuesta por fases según un ordenamiento lógico y
un tiempo que es lineal. Para entender en detalle cómo funciona este ciclo les invito a
observar en detalle la figura 2 elaborada en base a un esquema propuesto por Gómez
Galán & Sainz Ollero (1999, en Camacho 2001:16). Allí los autores hacen una
representación que recupera la lógica circular y de flujos que subyace a la dinámica de
un proyecto y muestra las distintas fases por las que transita un proyecto que -según
los autores mencionados- corresponderían también a diferentes etapas temporales
(por eso el reloj en el centro de la figura). Esta representación es bastante gráfica, sin
embargo es importante recordar que las fases no son autónomas, al contrario,
interactúan en una dinámica de retroalimentación permanente.

Ilustración 11: El ciclo de proyectos

Fuente: Carolina Palma Arce en base a Gómez Galán, M. y Sainz Ollero, H (1999:21); en Camacho et al
(2001:16).

1. Identificación. O también conocida como etapa de diagnóstico, es donde se gesta


el proyecto, que en un análisis de participantes, problemas, objetivos y
alternativas, determina cuáles son los problemas que han de resolverse, la forma
de solucionarlos y sus destinatarios.

35
2. Diseño. También denominada etapa de formulación consiste en organizar y
formalizar los resultados obtenidos en el proceso de identificación, es el momento
donde se definen estrategias, plazos, recursos y costes.

3. Ejecución y seguimiento. Corresponde a la etapa donde se aplica lo resuelto en las


etapas de identificación y diseño en acciones prácticas, con intención de modificar
determinada realidad.

4. Evaluación. Es la etapa donde se valora, e idealmente se obtienen aprendizajes, de


las diferentes acciones llevadas a cabo en las etapas de identificación, diseño y
ejecución.

36
UNIDAD 3 | DISEÑO DE ESTRATEGIA PARA LA EJECUCIÓN Y
MONITOREO DE PLANES, PROGRAMAS Y PROYECTOS

En la unidad 1 ya aprendieron cómo escribir un enunciado del problema, en base a un


ejercicio pedagógico que identifica “sujeto y predicado” en una oración. Si continúan
leyendo, se darán cuenta que haremos uso de una pedagogía similar para conocer y
describir cómo hacemos para diseñar una solución a un problema identificado.

Para lograr esto último –diseñar una estrategia para solucionar un problema- es clave
que recuerden que en este módulo estamos aprendiendo a TOMAR DECISIONES. Es
decir, ser conscientes de que cada uno de los componentes de un plan, programa o
proyecto son, en primera instancia, una decisión tomada por quien diseña ese
instrumento; y en segunda instancia, hacer explícitos los criterios que utilizamos para
tomar esas decisiones. De esto se trata la metodología: aprender ciertas técnicas que
nos ayudan a tomar decisiones lo más acertadas posibles para diseñar un proyecto (o
símil) que produzca un impacto en el estado de un grupo de personas. Técnicas que
también dan respaldo y argumentación a las decisiones que tomadas.

3.1. | De la construcción del problema social a una propuesta de solución:


¿Quiénes y qué vamos a hacer con estas personas?

Una idea no es buena per se, sino cuando es capaz de producir un valor añadido en la
respuesta a las necesidades sociales y de hacerlo evidente a través de logros e
indicadores de evaluación.

Un aspecto determinante del proyecto es la fundamentación del mismo, es decir,


explicar cuál es la situación problema a la que pretendemos dar respuesta con la
intervención y justificar por qué hay que atender dicha situación problema y por qué
nuestra respuesta es adecuada y garantiza los resultados esperados.

El plan, programa o proyecto que se proponga deberá responder a los siguientes


criterios:

 Relevancia: estar destinado a la solución de un problema u oportunidad que


afecte efectivamente a una colectividad, esté identificado por esta de forma
patente o latente, responda a un diagnóstico básico y tenga expresión
territorial. Se debe considerar que la relevancia no está dada por el número de
personas afectadas, el problema de una minoría puede ser de interés general.
Por ejemplo, las personas en situación de calle son una porción muy pequeña

37
de la totalidad de la población, no obstante su problema preocupa a toda la
sociedad.

 Pertinencia: ser coherente con el problema planteado o la oportunidad que se


quiere poner en valor y estar en sintonía con el territorio y la colectividad
afectada. A mayor relación entre la problemática planteada y la solución
propuesta, mayores son también las posibilidades de éxito del plan, programa
o proyecto.

 Replicabilidad: los mejores proyectos son aquellos que pueden servir de


modelo o de ejemplo para solucionar problemas/oportunidades en otro
tiempo y espacio. Esto no significa que la solución propuesta esté
estandarizada sino que su pertinencia sea aplicable a otros casos similares.

 Eficiencia y eficacia: idealmente el proyecto debe proponerse ser eficiente en


el gasto de recursos humanos, temporales y financieros y eficaz en el logro de
los objetivos propuestos y los impactos deseados.

 Viabilidad: el proyecto debe ser viable en el tiempo y con los recursos


disponibles. En este sentido si bien muchas veces los problemas responden a
falencias normativas o sobre-posición de responsabilidades, no siempre es
viable desde la escala local proponer una modificación de la legislación. Esto
no es viable en el tiempo ni tampoco coherente con los recursos humanos y
financieros disponibles. La viabilidad de la propuesta debe verse reflejada en
una solución que apunte al mejoramiento de la calidad de vida, al equilibrio
socio-territorial, al desarrollo endógeno y a la sustentabilidad más allá de las
realidades estructurales; pensando siempre en la colectividad y su territorio.

Dar respuesta a estos interrogantes de forma convincente, no tiene una fórmula


mágica, pero puede ser de utilidad plantearse las siguientes preguntas:

¿Qué se quiere hacer? Naturaleza del proyecto.


¿Por qué se quiere hacer? Origen y fundamentación.
¿Para qué se quiere hacer? Objetivos y propósitos.
¿Cuánto se quiere hacer? Metas.
¿Dónde se quiere hacer? Localización Física y cobertura territorial.
¿Cómo se va a hacer? Actividades y tareas/ Métodos y técnicas.
¿Cuándo se va a hacer? Calendarización o cronograma.
¿A quiénes va dirigido? Beneficiarios (población objetivo).

38
¿Quiénes lo van a hacer? Actores.
¿Con qué recursos se va a hacer? Económicos, físicos, humanos.
Fuente: Preguntas orientadoras para la formulación de un proyecto (Ander-Egg y Aguilar, 2005).

3.2. | Objetivos: Uno orienta la acción, los demás la especifican.

Los objetivos son un elemento esencial y central del plan, programa o proyecto; su
definición guía todas las acciones y, por lo tanto, su adecuada definición requiere
especial dedicación. Los objetivos se dividen en dos grandes grupos:

El objetivo general: define lo que se quiere conseguir; es el fin último, la misión del
proyecto. Recoge la imagen objetivo que se pretende alcanzar y la globalidad del plan,
programa o proyecto generalmente en una frase. Este objetivo orienta la acción a
llevar a cabo a través del proyecto.

Los objetivos específicos en tanto, especifican la acción, le dan forma. Es decir,


precisan, en el marco del objetivo general, cuáles son los logros que se desean
alcanzar. Son, en definitiva, los medios para lograr el objetivo general. Podríamos decir
que los objetivos específicos son sub-dimensiones del objetivo general, por lo tanto,
nunca –si no, no hay coherencia- los objetivos específicos tratarán de otra cosa que lo
que se aborda en el objetivo general.

Por ejemplo, si el objetivo general es “mejorar la gestión del espacio urbano”, los
objetivos parciales pueden ser “mejorar la calidad del tránsito y el transporte urbano”
(sub-dimensión tránsito y transporte); “ampliar la cantidad de espacios verdes por
habitante (sub-dimensión parques y plazas); etc. Si observan este ejemplo, no cabe
agregar algo como “incrementar el ingreso de los hogares en un 10%” o “aumentar la
escolaridad de la población”… ¿por qué? Porque la naturaleza del objetivo general se
enmarca en un ámbito de “la gestión del espacio urbano”, y sus objetivos específicos
deberán desarrollarse en esa temática.

Tampoco se trata de agotar el objetivo general en todas sus dimensiones (pueden ser
muchas!); se trata de tomar decisiones sobre qué dimensiones del problema tratarán
de ser atendidas (o solucionadas) a través de un proyecto. A veces bastan 3 buenos
objetivos específicos para conformar un buen proyecto, enfocados, coherentes,
creativos; y no 6 o 10 objetivos específicos donde el norte del proyecto se diluye
fácilmente.

39
Por otra parte será importante, para la elaboración de cualquier proyecto, cuidar al
máximo la coherencia de entre el nivel general y el nivel específico, ya que muchas
buenas ideas quedan sin financiamiento porque los/as evaluadores/as detectaron
inconsistencias, o cabos sueltos, que no fueron adecuadamente expresados en el
escrito de postulación.

Como para darles una pista importante para la escritura de un proyecto, sepan que los
objetivos siempre comienzan con un verbo infinitivo.

Para saber si los objetivos se han formulado correctamente se debe seguir la secuencia
lógica desde los objetivos específicos hacia el objetivo general para verificar si el
objetivo específico contribuye al logro del objetivo directamente superior.

Correcto
Promover la transparencia de la Facilitar el acceso de la población a
Fortalecer la gestión municipal.
gestión municipal. la información Municipal.

Incorrecto
Promover la transparencia de la Asegurar el mantenimiento de las
Fortalecer la gestión municipal.
gestión municipal. áreas verdes.

Correcto
Mejorar las condiciones de Fortalecer la gestión de las áreas Asegurar el mantenimiento de las
habitabilidad de la comuna. verdes y espacios públicos. áreas verdes.

En el primer caso es efectivo que “facilitar el acceso de la población a la información


Municipal” contribuye a “promover la transparencia de la gestión municipal” lo que a
su vez “fortalece la gestión municipal”.

En el segundo caso “asegurar el mantenimiento de las áreas verdes” no dice relación


con a “promover la transparencia de la gestión municipal”.

En el tercer caso “asegurar el mantenimiento de las áreas verdes” nuevamente sí dice


relación con “fortalecer la gestión de las áreas verdes y espacios públicos” lo que a su
vez contribuye a “mejorar las condiciones de habitabilidad de la comuna”.

En este último si agregamos al final “construir un área verde”; esta será una acción u
objetivo operativo pues no es una aspiración sino un proyecto concreto.

40
Objetivo general Objetivo específico Actividad
Mejorar las condiciones de Fortalecer la gestión de las áreas
Construir un área verde.
habitabilidad de la comuna. verdes y espacios públicos.

3.3. | Recursos: componentes y acciones

Los objetivos específicos nos conducen a las actividades del proyecto a través de la
simple pregunta ¿Qué hacer para alcanzar este objetivo específico? ; y en esta parte
del arte de formular proyectos es donde es relevante considerar los recursos de los
que dispone la iniciativa para aportar a la solución (parcial o total) de un problema.

Componentes es un término muy utilizado en métodos de administración pública de


proyectos y programas como es el Marco Lógico, y se usa para identificar los
productos o servicios que debe producir el proyecto, con los recursos con que cuenta,
para alcanzar los objetivos específicos. Estos productos pueden ser, por ejemplo, una
vivienda, un laboratorio computacional, herramientas para la tala del bosque, artes de
pesca, etc. Y ejemplo de servicios puede ser: capacitaciones en tala sustentable de
bosques, asistencia técnica para planes de manejo de recursos bentónicos, clases de
guitarra para estudiantes de pre-escolar, etc.

Lo importante es que los componentes (bienes y servicios) se “gastan”, “entregan a


la población objetivo”, “distribuyen entre las/os beneficiarios”, a través de las
actividades. Es por esto que las actividades –mediante las cuales se hace llegar a los
destinatarios los beneficios de un proyecto- conducen al logro de los objetivos
específicos.

Sin embargo, los recursos son siempre limitados, y por lo mismo será importante
contar con un diagnóstico actualizado tanto para la determinación de los objetivos
específicos como para el diseño de actividades. Esto, porque no es suficiente
determinar qué se tiene que hacer, sino poder evaluar si es posible hacerlo con los
recursos que se tiene, y saber priorizar qué se va a hacer primero. Esta determinación
sólo se puede hacer si se cuenta con un diagnóstico claro y realista.

Considerando lo anterior, las actividades, son las acciones (tareas) que las personas
involucradas en el proyecto deberán concretar para utilizar y recibir los beneficios que
ya hemos denominado componentes.

¿Por qué las personas involucradas en el proyecto? Recordemos que nuestra iniciativa
tiene “sujeto” y “predicado” ese sujeto que hemos aprendido a denominar población
objetivo será el o los protagonista/as de las acciones. Si no es así ¿qué sentido tendría
formular un proyecto social? Las personas experimentan cambios en la acción,

41
acciones con sentido, que las conducen a hacer uso de los beneficios de iniciativas de
que toman forma a través de proyectos sociales.

3.4. | Riesgos y gestión de la contingenc ia

El término “riesgo” denota dos aspectos de un evento: la incertidumbre de que


ocurra y el efecto que se produce si ocurre. Desde este punto de vista, el riesgo puede
definirse como la probabilidad de que ocurra un evento indeseable que es externo al
programa y que de alguna forma dificultará la consecución de sus objetivos.

A continuación se propone una metodología sencilla para evaluar los riesgos de un


plan, programa o proyecto de no lograr la consecución de sus objetivos. Es importante
señalar que estos riesgos no refieren a los impactos ambientales del proyecto, los
cuales deben ser evaluados según la metodología pertinente para cada variable o
componente ambiental.

La identificación de riesgos debe centrarse en los elementos que podrían tener


repercusiones importantes, no sólo para la ejecución del proyecto sino también para
la consecución de sus resultados. Por lo tanto, la identificación de estos riesgos
requiere no sólo un análisis detenido del proyecto y una revisión de la experiencia
acumulada, sino también un análisis de la realidad sociopolítica del entorno. En este
sentido, el análisis del riesgo complementa el diagnóstico.

Para su identificación, los riesgos pueden clasificarse como:


1) Riesgos conocidos, que son los que se derivan de la experiencia anterior del
ejecutor o técnico.
2) Riesgos previsibles, que son los que pueden identificarse del contenido del
proyecto o del sector en que se ejecutará.
3) Riesgos imprevisibles, cuya manifestación depende de factores que van más
allá del control del equipo de proyecto o del organismo ejecutor, y cuya
materialización no puede suponerse desde un punto de vista lógico.

Otro aspecto es la cuantificación de los riesgos identificados, la cual puede clasificarse


en tres tipos:
1) Probabilidad de que se produzcan.
2) Grado del impacto sobre el proyecto y sus objetivos y metas.
3) Necesidad de intervención y mitigación: al mayor índice de probabilidad de
ocurrencia del riesgo y la magnitud de su impacto, mayor será la necesidad de
intervención y mitigación.

42
El tercer aspecto se refiere a la adopción de medidas para llevar a cabo un
seguimiento y evaluar los riesgos identificados y cuantificados, para ello es necesario
hacer un seguimiento de la probabilidad de que ocurra o de la variación de su impacto
hipotético, estableciendo indicadores y/o parámetros de referencia para determinar
su evolución.

Por último aunque es incierta la probabilidad de concreción de un riesgo, su


identificación implica la posibilidad de mitigarlo. Por esta razón, la gestión del riesgo y
de los supuestos constituye un elemento clave en todos los proyectos, ya que un
análisis acertado puede no sólo mitigar sus efectos nocivos sino también eliminarlos.
La selección de las medidas específicas de mitigación debe ajustarse exactamente a los
resultados de la evaluación del riesgo realizada: determinar en qué condiciones se
debe seguir adelante con el proyecto, qué medidas de mitigación se deben aplicar
para evitar que se produzcan o minimizar su impacto en caso de que se materialicen,
y determinar las condiciones para la ejecución de planes preestablecidos para hacer
frente a imprevistos.

Los riesgos más frecuentes que enfrentan las intervenciones socio-territoriales son los
siguientes y, en este sentido, es necesario proponer en particular mecanismos de
coordinación:

 La obra misma (si es un proyecto de espacios públicos por ejemplo), reviste


cierta complejidad por la presencia de habitantes en el área de intervención y
por los cortes de tránsito tanto vehicular como peatonal que puede involucrar.
En este sentido la obra debe tomar precauciones específicas orientadas a la
protección de la población y al resguardo de las condiciones de seguridad de
los trabajadores.

 La licitación de obras presenta las dificultades inherentes a toda licitación, es


muy frecuente que en esta etapa los programas y proyectos deban ser
retomados varias veces lo cual produce desmotivación en el equipo.

 En el caso de las áreas verdes la mantención debe involucrar por un lado la


acción activa del municipio por otro la acción preventiva de los vecinos;
siempre existe un riesgo de que una mantención deficiente ponga en riesgo de
deterioro prematuro los espacios públicos y áreas verdes.

 Finalmente, para que el proyecto o programa cumpla sus objetivos, los vecinos
y usuarios deben apropiarse de éste. Para eso es necesario que la puesta en
marcha tengan una buena acogida por parte de la ciudadanía.

43
 El éxito de un plan, programa, proyecto puede estar vinculado a otros planes,
programas o proyectos de la escala superior, la interrupción de estos pone en
serio riesgo el resultado esperado.

 Pero sin duda la coordinación entre los distintos órganos que interfieren en el
plan, programa o proyecto es la que requiere mayor atención.

El análisis de riesgos que se presenta a continuación pone en relación:

 Los riesgos identificados (ejemplos), ordenados según la secuencia


lógica de ocurrencia.
 El responsable de la actividad y en consecuencia el encargado de que
la acción vinculante se produzca. Puede existir más de un encargado
por lo que la coordinación cobra vital importancia.
 La relevancia de la acción y del riesgo que esta no ocurra, en función
de la vinculación entre esta actividad y actividades posteriores.
 La factibilidad de ocurrencia de este riesgo.
 La medida de mitigación propuesta.

Factibilidad de
Relevancia Medida de Mitigación
Riesgos (ejemplos) Responsable (Vinculación con otras Ocurrencia
actividades)
propuesta
Alta Media Baja

Los principales servicios


involucrados en la puesta en Mecanismo de
1 Alta x
marcha no logran coordinación.
coordinarse.
Adelanto de esta
La puesta en marcha de los
2 Alta x actividad en el
servicios asociados se atrasa.
cronograma.
Plan de obras no cuenta con Mecanismo de
3. Alta x
consenso de los servicios. Coordinación.
El periodo de obras afecta la
cohabitación entre los
4 Alta x Trabajo en terreno.
servicios y deteriora la
cohesión de los vecinos.
Campañas y eventos
El uso de los espacios arroja
5 Media x recreativos para los
resultados negativos.
vecinos.

3.5. | Monitoreo: ¿Cómo estamos avanzando?

Cualquier diseño de proyecto requiere incluir una aproximación a la evaluación


sistemática y objetiva del proyecto, programa o política, su diseño, ejecución y
resultados. Tal como señalan García Herrero y Ramírez Navarro, “el diseño de un
proyecto no estará completo sin decir cómo se va evaluar” (2006:47). Porque, si bien
se tiende a considerar la evaluación al final del proyecto, en realidad la evaluación

44
forma parte del proyecto desde un inicio porque es lo que nos permite saber cómo
estamos avanzando.

El objetivo de la evaluación es determinar la pertinencia y el logro de los objetivos, el


desarrollo de la eficiencia, efectividad, impacto y sostenibilidad de la iniciativa. Una
evaluación deberá proporcionar información creíble y útil, que permita incorporar las
enseñanzas aprendidas en el proceso de toma de decisiones.

La característica propia y diferencial de las evaluaciones es la obligatoriedad de


emitir un juicio a través de indicadores cuantitativos y/o cualitativos, un juicio que,
en principio, será tomado en consideración por parte de la entidad u organización
promotora y permitirá mejorar, redefinir o replicar el plan, programa o proyecto.

Señalada esta concepción o perspectiva general, las evaluaciones tendrían, al menos,


los siguientes cuatro objetivos:

1) Obtener información significativa y/o relevante que otorgue las bases para la
emisión de una valoración sobre cualquier tipo de programa, proyecto o
servicio social.
2) Facilitar la toma de decisiones desde o a partir de criterios lógicos, científicos,
objetivos, racionales.
3) Ser una herramienta orientada hacia la optimización o mejora del objeto
(programa, proyecto o servicio) evaluado, en la línea de los procesos de
mejora continua.
4) Integrarse como una actividad más dentro de una sistemática global de
cualquier programa, proyecto o servicio social.

¿Qué es un indicador?

La definición más clásica de indicadores los define como “estadísticas, serie estadística
o cualquier forma de indicación que nos facilita estudiar dónde estamos y hacia dónde
nos dirigimos con respecto a determinados objetivos y metas, así como evaluar
programas específicos y determinar su impacto” (Bauer, 1966). Partiendo de esta
noción básica, el ámbito del monitoreo de políticas públicas especifica la necesidad de
indicadores capaces de informar acerca del desempeño del sujeto institucional que
lleva a cabo una política en particular, pudiendo indagar en los resultados, en términos
no solo del porcentaje de logro de metas, sino también respecto a la calidad de los
bienes y servicios que se entregan, y de los criterios de eficiencia y eficacia que se
espera de los procesos de producción de éstos.

Para el contexto nacional, la Dirección de Presupuestos (DIPRES) entiende indicador de

45
desempeño como “una herramienta que entrega información cuantitativa respecto al
logro o resultado en la provisión de los productos (bienes y/o servicios) de la
institución, pudiendo cubrir aspectos cuantitativos o cualitativos de este logro. Es una
expresión que establece una relación entre dos o más variables, la que comparada con
períodos anteriores, productos similares o una meta o compromiso, permite evaluar
desempeño” (DIPRES, 2011). En términos más concretos, un indicador es una fórmula
que relaciona dos o más variables en función de medir el grado de avance (logro) de
los distintos niveles de objetivo del programa.

Ilustración 12. Componentes de un indicador. Indicador, punto de comparación y


meta. Ejemplo “Reducción del analfabetismo indígena”.

Fuente: Elaboración propia para Apuntes del Docente Diplomado “Formulación y Evaluación de
Proyectos Sociales: Metodología de Marco Lógico” de la Universidad Alberto Hurtado. Docente Carolina
Palma Arce (2014).

Los indicadores de desempeño deben cumplir algunos requisitos como la pertinencia,


la independencia de factores externos, la comparabilidad, requerir de información a
costos razonables, ser confiables, simples y comprehensivos y constituir información
de carácter público.

Los indicadores de medición deben cumplir idealmente con el criterio “SMART” (en
inglés Specific-Measurable-Achievable-relevant-Time-bound); es decir, los indicadores
deben ser:

 Específicos: precisos e inequívocos.

46
 Medibles: el indicador es susceptible de medición, puede calcularse o
derivarse mediante cómputo y se presta a una validación independiente.
 Realizables: el indicador es realista, razonablemente fácil de medir y eficaz
desde el punto de vista de los costos.
 Pertinentes: el indicador es exacto y se relaciona con los objetivos del
programa.

 Limitados en el tiempo: debe fijarse un momento específico (o varios


momentos, según los resultados previstos y el plan de seguimiento y
evaluación) para medir el indicador.

En términos generales, es requisito que los indicadores proporcionen información


sobre cantidad y calidad; que reflejen los cambios en una situación durante un período
determinado atribuibles a la intervención del proyecto. Asimismo, deben medirse a un
costo razonable y, de ser posible, mediante información ampliamente disponible. Sin
embargo, si no se dispone de estas fuentes de información o si no se recopilan como
parte del proyecto, su evaluabilidad se verá comprometida. Entre otras características
importantes de un buen indicador están: validez, fiabilidad, exactitud, integridad y
exclusividad mutua.

Ejemplo de la elección de indicadores

Ejemplo de indicadores para proyectos sociales en diferentes ámbitos de intervención


1. Número de kilómetros rehabilitados.
2. Número de unidades de salud (hospitales, centros de salud, policlínicas etc.) construidos.
3. Número de aulas de educación primaria construidas.
4. Numero de esquemas de irrigación rehabilitados.
5. Número de puestos fronterizos equipados.
6. Numero de enfermeras capacitadas.
7. Número de empresarios capacitados.
8. Numero de técnicos municipales capacitados.
9. Numero de microempresas que reciben financiamiento aumentado.
10. Número de productores registrados.
11. Número de familias encuestadas.
12. Sistema de información integrado.
13. Trámites de exportación modernizados.
14. Numero de letrinas construidas.
15. Kilómetros de líneas de transmisión instalados.
16. Numero de barrios con luz eléctrica aumentado.
17. Número de Afro descendientes que reciben subsidios a la producción (exportación, capacitación, etc.).
18. Número de hogares que utilizan cocinas de gas propano.
19. Hectáreas de bosques nuevos sembrados.
20. Numero de muelles construidos.

47
Fuente: Unión Europea,
2001, Manual Gestión del
Ciclo de Proyecto,
Comisión Europea
EuropeanAid.

El monitoreo es una función continua que utiliza una recopilación sistemática de datos
sobre indicadores especificados para proporcionar mejoras de gestión e información a
las principales partes interesadas de una intervención sobre el grado de avance y el
logro de los objetivos del proyecto, programa o plan. Por lo tanto, cuando hablemos
de monitoreo, haremos referencia a qué esta pasando durante la ejecución del
proyecto, y por este motivo, los indicadores relevados serán específicos a las acciones
desarrolladas en el proyecto, bienes y servicios gastados, número de personas
participantes, cambios parciales en las condiciones más críticas identificadas en el
problema inicial.

Por ejemplo, si un objetivo específico indica “Entregar asistencia técnica a productores


de leña para el uso sustentable del bosque nativo”, algunos indicadores de monitoreo,
podrán ser:

 Número de productores de leña capacitados en temas de sustentabilidad y


conservación
 Número de productores de leña que se comprometen a efectuar medidas de
reforestación durante la ejecución del plan de manejo.
 Porcentaje de hectáreas dispuestas para la conservación por productor
participante del programa.

48
3.6. | Evaluación: ¿Alcanzamos nuestros objetivos?

Tipos de indicadores

De acuerdo a la DIPRES, los indicadores de desempeño pueden utilizarse para


obtener información de diferentes ámbitos necesarios de controlar en la
implementación de políticas y programas públicos. Los ámbitos de control que son
factibles y relevantes de medir a través de un indicador de proceso, producto y
resultado.

Ilustración 13. Tipos de indicador según ámbitos de control (DIPRES)

Fuente: Elaboración propia en base a DIPRES (2011)

Cada uno de estos conceptos debe entenderse como sigue:

a) Proceso. Se refiere a actividades vinculadas con la ejecución o forma en que el


trabajo es realizado para elaborar los productos (bienes y/o servicios), incluyen
actividades o prácticas de trabajo tales como procedimientos de compra, procesos
tecnológicos y de administración financiera. Estos indicadores ayudan en la
evaluación de desempeño en áreas donde los productos o resultados son difíciles
de medir.

b) Producto. Se refieren a los bienes y/o servicios producidos o entregados a los


clientes, usuarios o beneficiarios, como primer resultado de la acción de un
programa e idealmente considerando un cierto estándar de calidad. En este
marco, la calidad de los bienes y servicios entregados por el programa, la
cobertura y la focalización lograda se consideran mediciones en el ámbito de
producto.

c) Resultado. Este tipo de indicador puede darse en dos niveles:

49
c.1. Resultado Intermedio. Se refiere a los cambios en el
comportamiento, estado, actitud o certificación de los beneficiarios
una vez que han recibido los bienes o servicios de un programa o
acción pública. Su importancia radica en que se espera que conduzcan
a los resultados finales y en consecuencia constituyen una
aproximación a éstos.

c.2. Resultado Final o Impacto. Son resultados a nivel del fin de los
bienes o servicios entregados e implican un mejoramiento en las
condiciones de la población objetivo atribuible exclusivamente a la
entrega de éstos. En algunas oportunidades es difícil realizar estas
mediciones, principalmente, por la dificultad de aislar los efectos de
otras variables externas y/o porque muchos de estos efectos son de
largo plazo.

50
UNIDAD 4 | FORMULACIÓN DE UN PLAN, PROGRAMA O PROYECTO

Con el objetivo de hacer más claros los contenidos de este módulo, esta cuarta y
última unidad, trata de cómo formular un proyecto, conocimientos que sin duda les
serán de gran utilidad al momento de tener que formular un plan o un programa.
Recordemos que en la unidad 1 aprendimos que el proyecto es en la secuencia de la
planificación el instrumento más concreto, hace referencia a una intervención
concreta, individualizada, para hacer realidad algunas de las acciones contempladas en
el nivel anterior (programa).

4.1. | Elementos básicos para escribir un proyecto

En el cuadro a continuación, se presentan una serie de preguntas que les ayudará el


desarrollo de un proyecto. Si observan con atención, se darán cuenta que todos los
elementos a los que se alude ya los revisamos en las unidades anteriores, la diferencia,
es que en esta parte corresponde hacerse preguntas de coherencia.

Preguntas para la formulación de un plan, programa o proyecto


¿Los objetivos reflejan en su formulación la imagen deseada y los cambios que se pretenden alcanzar
respecto a la situación de partida?

¿Contemplan los tiempos previstos para alcanzarlos? Actividades, indicadores y recursos.

¿Las actividades están desarrolladas por objetivos específicos?

¿Cada una de las actividades está desagregada en tareas?

¿Se han identificado los resultados que generarán las actividades?

¿Se han identificado los recursos necesarios para la realización de las actividades?

¿Se han elaborado indicadores de proceso?

¿Se ha establecido la fuente de información de los indicadores?

¿Se ha establecido el costo de las actividades en cada uno de los componentes?

¿Los resultados proyectados expresan los cambios cuanti y/o cualitativos previstos en los objetivos
específicos planteados en el proyecto?

¿Con que recursos económicos, políticos, legales e institucionales se cuenta para la ejecución del
proyecto?

51
¿Cuáles son las fortalezas y debilidades que presenta el contexto para abordar la temática planteada en el
problema?

Fuente: Raya Díez, Esther (coordinadora), 2011, Herramientas para el Diseño de Proyectos Sociales,
Servicio De Publicaciones Universidad De La Rioja, España.

Hagan en el ejercicio de hacerse estas preguntas una vez que terminen de escribir el
trabajo final de este módulo (o cuando elaboren cualquier proyecto), seguramente les
será de utilidad tomar distancia de lo escrito en el formato y tratar de evaluar si las
relaciones entre los elementos del proyecto se están cumpliendo con claridad o hace
falta ajustar la redacción de algo, o explicitar alguna decisión.

4.2. | Ficha técnica de proyecto como método de sistematización

Una herramienta de mucha utilidad, que generalmente es entregada por las


instituciones que financian proyectos, es la ficha técnica de un proyecto. Suele ser el
requisito para la postulación, y no es una cuestión antojadiza, ya que corresponde a la
síntesis de información que la institución ha declarado como necesaria para poder
saber se trata de una iniciativa confiable o no en términos del uso de los recursos
entregados.

Conociendo una amplia variedad de fichas técnicas, es posible afirmar que hay 2
niveles de información: Un nivel que es descriptivo de las personas involucradas y de
la situación que las afecta, y un nivel propositivo, donde se expresa qué se propone
como solución para mejorar la situación de esas personas.

El nivel descriptivo se compone de los siguientes elementos:

Un enunciado que contenga el problema social construido, con la información


clave que permita comprender de qué personas se trata y qué es lo que les
afecta a estas personas. Recordemos que la definición de “sujeto” y
“predicado” que aprendieron en este módulo les será de gran utilidad para
redactar un enunciado concreto, entendible, que dé cuenta de la profundidad
del problema identificado.

La localización del problema. Al enunciado anterior será relevante darle


contexto: dónde ocurre esta realidad? Se trata de personas que habitan una
zona urbana o rural? La escala del problema es una parte pequeña de una
población o afecta a una comuna completa?

52
Recordemos siempre de espacializar –“dar espacio”- a los fenómenos sociales
que atendemos, nos es posible pensar una realidad social sin un anclaje físico
en un lugar geográfico determinado. Este es el requisito básico para que más
tarde hablemos de “territorios”.

El contexto socio-territorial. Así como ya


explicitamos el dónde, es necesario hacer
mención de las principales características de
la localidad y de la población que son
relevantes para la comprensión del
problema/oportunidad. Por ejemplo, si nos
interesan “personas con problemas
respiratorios producto de la contaminación
que generada por calefactores a leña”,
deberemos incluir información como ¿son
niños, niñas, adultos mayores, o se trata de
toda la población? ¿estas personas viven en
un clima frío que requiere calefacción
permanente en el hogar? ¿qué medidas se
han tomado para que esta población esté
expuesta en menor medida a la contaminación intradomiciliaria? Etc.

Se trata en el fondo de contar a los/as evaluadores/as cómo es la realidad


cotidiana de estas personas, y donde y porqué se genera el problema de les
afecta.

Una propuesta de solución al problema construido. En esta parte es donde


manifiestan toda su creatividad para contribuir a que el grupo de personas
que son su interés vivan mejor, o resuelvan parte de sus problemas. Para ello,
recuerden que siempre estaremos aportando a la solución de algo,
contribuyendo a una mejoría, es posible que la mejoría completa de una
situación no dependa solo de nosotros y del proyecto que estamos
formulando. Muchas veces los problemas requieren de soluciones más
estructurales que involucran más tiempo y más recursos, y por supuesto, la
participación de otros actores de la sociedad. En este sentido, la sugerencia es
a pensar el alcance de nuestras iniciativas, ser discretos con nuestras
expectativas de cambio: un proyecto bien enfocado y concreto, aunque se vea
pequeño, puede resultar en un cambio importante si observamos a una escala
de tiempo más amplia.
Justificación. En la formulación de proyectos sociales no basta con decir que
una solución es la más acertada porque sí, será necesario elaborar los

53
argumentos técnicos que expliquen al grupo de evaluadores porqué es
relevante el financiamiento de esta iniciativa. Por ejemplo, explicar la urgencia
de atender a esta población en particular; o explicar cuáles fueron sus propios
razonamientos para elegir este problema con esta solución… con este
proyecto ¿sería posible optimizar los recursos con que cuenta el municipio?
¿con las acciones (actividades) propuestas se atenderá a un número
importante de los/os afectados/as? ¿si llevamos a cabo estas acciones se
generarán indirectamente otras en actores involucrados indirectamente?

En fin, lo importante es que la certeza que ustedes tienen respecto a la


importancia de llevar a cabo este proyecto, sea conocida –en términos
técnicos- por quienes decidirán apoyar o no la iniciativa.

Población objetivo. Hasta ahora hemos hablado en términos generales de las


personas afectadas por tal o cual situación. Ahora será necesario decidir:
debemos focalizar esfuerzos en un grupo acotado de personas. ¿Quiénes
serán? ¿el grupo más cruticamente afectado? ¿las personas que habitan en un
mismo sector? ¿o el criterio será de género o etario? Lo importante es dar a
conocer con exactitud la cantidad de personas que serán involucradas
directamente en la solución del problema, y sus características principales
(sexo, edad, y otros rasgos relevantes para la solución del problema).

Determinar imagen objetivo: ¿cuál es la situación ideal a la que se quiere


llegar con la intervención y que no se observa en la realidad observada?
¿Cómo sería la realidad de esas personas si el problema estuviese
solucionado?
Como ya expusimos en unidades anteriores, la imagen objetivo no es una
fotografía, sino que se trata de una situación imaginada. Y que por lo tanto,
puede ser narrada a otras personas.
Por ejemplo, para el caso de la población con enfermedades respiratorias
producto de la contaminación por calefactores a leña, la imagen objetivo sería
“Población de la ciudad de Coyhaique reducen la presencia de enfermedades
respiratorias, y hacen actividades físicas al aire libre sin complicaciones para su
salud”.
La imagen objetivo, en la práctica, nos conecta con el objetivo general del
proyecto.

El nivel operativo, el proyecto está conformado por de los siguientes elementos:

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Un Objetivo General que define la
orientación completa del proyecto. Es el
norte, la dirección en la que se gastarán los
recursos para que se produzca un efecto en
las condiciones de las personas afectadas.
En la unidad anterior vimos varios ejemplos
al respecto.

Los objetivos específicos. Mientras el


objetivo general da la pauta en términos
amplios, estos objetivos especifican el
camino a recorrer. No pueden tratarse de
otra cosa que no sea lo expuesto en el
objetivo general, y tampoco pueden
especificar tanto como para tomar la forma
de actividades y confundirse con ellas.

Las actividades son las acciones que materializan los objetivos específicos y a
través de las cuales será alcanzado el objetivo general. En ellas participa la
población que es objeto del proyecto, la población objetivo. Y allí se gastan los
recursos (o componentes) del proyecto.

Los riesgos, que se ubican en el espectro de lo conocido, son aquellos eventos


que pueden afectar el desarrollo de las actividades y el cumplimiento de los
objetivos. Ya vimos en la unidad anterior como identificarlos, como definirlos y
cómo atenderlos. Recordemos que toda iniciativa presentará riesgos, y será
relevante que los consideremos como reales e incluyamos su administración
en la gestión del proyecto.

Indicadores de monitoreo, en este módulo los entendemos como aquellos


que nos permiten saber cómo estamos avanzando en un proyecto. Es decir,
aquellos indicadores, de producto, proceso o resultados parciales –como los
define DIPRES- que nos dan pista si estamos ejecutando correctamente el
proyecto, y si estamos orientados a esa meta que establecimos en el objetivo
general.

Indicadores de resultado final o de impacto, en cambio, le hemos


denominado a los indicadores que nos darán información del cambio que
produjo en nuestra población objetivo el proyecto completo, y los medimos
una vez finalizadas todas las actividades del proyecto.

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Teniendo claro ambos niveles, el descriptivo y el operativo, la función de cada uno y
sus elementos, se darán cuenta que:

Primero, todos los elementos descritos son diferentes en su naturaleza. No


se repite información en ningunos de ellos, son por tanto, mutuamente
excluyentes. Ninguno reemplaza la existencia de los otros.

Segundo, todos los elementos están estrechamente relacionados. Sin bien


no dicen lo mismo, tratan del mismo fenómeno, son partes de una misma
realidad social, de un mismo territorio, de un mismo problema, y de una
misma forma de concebir su solución.

Con estas nociones claras, ya están en condiciones de formular y evaluar sus propios
proyectos sociales. Anímense a ponerlas en práctica, seguramente la repetición de
estas sugerencias y la reflexión acerca de sus relaciones, les dará la experiencia que
necesitan para convertirse en certeros formuladores de proyectos.

4.3. | Matriz de monitoreo como técnica para evaluar avances y


resultados

Un ejercicio que es de gran utilidad para hacer propios los conocimientos del
seguimiento y la evaluación de proyectos, es pensar los indicadores en una matriz de
relaciones. Esto porque, recordemos, los indicadores no se relacionan con otra cosa
que con los mismos objetivos del proyecto, la población objetivo, los recursos
utilizados, y especialmente, con las posibilidades de medirlos.

Para que no se pierdan en este conjunto de definiciones les propongo una matriz muy
simple, que les servirá para reconocer cuando algún elemento está perdiendo
coherencia en materia de monitoreo y evaluación.

Medio de
Objetivo específico Actividad Indicador
verificación
Aspecto específico de Acción en la que Fórmula numérica que Forma concreta que
un problema que hay participará la población permitirá evaluar el tenemos para
que atender para lograr objetivo y donde se logro de esa acción y el comprobar lo que el
la meta expuesta en el gastarán los recursos avance del objetivo indicador señala.
objetivo general del proyecto, para ese específico.
objetivo específico.

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Teniendo estas definiciones claras, pasemos a revisa un ejemplo:

Medio de
Objetivo específico Actividad Indicador
verificación
Indicador de monitoreo
Nómina de
(de producto)
beneficiarios del
programa de recambio
Número de hogares
de calefactores de la
que han cambiado el
Seremi de Medio
Reducir enfermedades tipo de combustión
Ambiente región de
respiratorias en la para calefaccionar sus
Reemplazo de estufa a Aysén.
población de viviendas.
leña por calefactor a
Coyhaique, a través de Indicador de evaluación
parafina con tiro
la disminución de la (de resultado final o
forzado, en hogares de
contaminación impacto)
la población Villa Registros de atención
intradomiciliaria
Esperanza en la ciudad primaria Hospital
generada por la Porcentaje de
de Coyhaique. Regional de Coyhaique
combustión de leña en reducción de
y Consultorio Villa
los hogares. enfermedades
Esperanza, de
respiratorias
enfermedades
detectadas en la
respiratorias.
población en período
crítico, comparación
años 2017 – 2018.

Con este ejemplo, se darán cuenta que hay una lógica lineal en los diferentes niveles.
Vamos desde el objetivo específico, pasando por las actividades para llegar a ese
indicador que nos de luces de cómo estamos avanzando en el proyecto, o bien cómo
evaluamos el logro final. El medio de verificación siempre nos remitirá a esa prueba
formal con la que podemos afirmar que el indicador ha sido medido. Es la fuente de
información de ese indicador en particular.

4.4. | Marco Lógico como ejemplo de método para la formulación de


planes, programas y proyectos en Chile

La metodología de Marco Lógico surge en la década del sesenta cuando el interés de


especialistas en diseño e implementación de programas y proyectos (en adelante
programas/proyectos) estaba centrado en el desarrollo de técnicas de administración
por objetivos. Su cuna se ubica en la Agency for International Development (Agencia
Internacional de Desarrollo) en Estados Unidos y fue un método adoptado
rápidamente por numerosas agencias e instituciones de todo el mundo, entre las que
se cuentan: Banco Interamericano del Desarrollo, Banco Mundial, GTZ, Naciones
Unidas, Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional, por mencionar algunas. En
Chile por ejemplo, se incorporó la metodología de ML en la preparación de proyectos

57
en el espacio gubernamental y actualmente es el procedimiento para la evaluación de
resultados e impactos.

El método no ha estado libre de adecuaciones ya que varios de los usuarios que lo han
adoptado para planificar o gestionar recursos, en ámbitos públicos o privados,
realizaron adaptaciones más acordes a sus necesidades. A pesar de ello, existe
concordancia de la estructura formal del método, y en particular, de la funcionalidad y
utilidad que representa para la formulación de programas/proyectos.

Aldunate (2004) señala que la creación del método responde a la necesidad de


resolver tres problemas muy recurrentes en los proyectos, en cualquiera de sus
etapas, como son:

 La existencia de múltiples objetivos en un proyecto y la inclusión de


actividades no conducentes al logro de estos.
 Fracasos en la ejecución por estar claramente definidas las responsabilidades y
no contar con métodos para el adecuado seguimiento y control.
 Inexistencia de una base objetiva y consensuada para comparar lo planificado
con los resultados efectivos.

Errores frecuentes que redundan en consecuencias como el desgaste excesivo de


recursos humanos y materiales; iniciativas cuyos resultados son diferentes a los
inicialmente proyectados; comunidades frustradas por financiamientos mal invertidos
y responsabilidades diluidas; ausencia de indicadores de logros que orienten el diseño
de nuevas propuestas y respalden la solicitud de recursos; entre otras.

Por este motivo, es que era necesario diseñar un conjunto de procedimientos que no
excluyera los métodos ya existentes, pero que colaborara al reducir las posibilidades
de cometer estos errores.

El método ML propone un nuevo orden con una forma específica de estructurar y


sistematizar información que va mucho más allá de la presentación de los resultados
en una matriz de 4 x 4. El método más bien propone una lógica de análisis progresivo,
en diferentes pasos, que conducen a depurar el proyecto de todos aquellos elementos
que no son relevantes para su implementación y ejecución.

Para introducirnos en la Matriz de Marco Lógico (MML) es necesario antes


comprender el lugar que ocupa esta metodología en el diseño, formulación y
evaluación de programas/proyectos, en general, y el de la MML, en particular.

Con este fin les invito a observar en detalle la figura 1, elaborada en base a un
esquema propuesto por Gómez Galán & Sainz Ollero (1999, en Camacho 2001:16). Allí
los autores hacen una representación que recupera la lógica circular y de flujos que

58
subyace a la dinámica de un proyecto y muestra las distintas fases por las que transita
un proyecto, que -según los autores mencionados- corresponderían también a
diferentes etapas temporales (por eso el reloj en el centro de la figura). Esta
representación es bastante gráfica, sin embargo es importante recordar que las fases
no son lineales, al contrario, interactúan en una dinámica de retroalimentación
permanente.

Figura 1: Ciclo de proyectos. Ubicación de la metodología de Marco Lógico en el ciclo


de proyectos.

Fuente: elaboración propia en base a Gómez Galán, M. y Sainz Ollero, H (1999:21); en Camacho
et al (2001:16).

En la misma figura aparecen las 4 fases fundamentales que componen la lógica de


proyectos, entre las que se cuentan brevemente:

 Identificación. O también conocida como etapa de diagnóstico, es donde se


gesta el proyecto, que en un análisis de participantes, problemas, objetivos y
alternativas, determina cuáles son los problemas que han de resolverse, la
forma de solucionarlos y sus destinatarios.

 Diseño. También denominada etapa de formulación consiste en organizar y


formalizar los resultados obtenidos en el proceso de identificación, es el
momento donde se definen estrategias, plazos, recursos y costes.

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 Ejecución y Seguimiento. Corresponde a la etapa donde se aplica lo resuelto
en las etapas de identificación y diseño en acciones prácticas, con intención de
modificar determinada realidad.

 Evaluación. Es la etapa donde se valora, e idealmente se obtienen


aprendizajes, de las diferentes acciones llevadas a cabo en las etapas de
identificación, diseño y ejecución.

La MML es una matriz (tabla) de 4x4: 4 filas y 4 columnas. En ella se registra de forma
sintética y con una redacción particular, la información de un proyecto.

Su organización por filas incluye la definición de cuatro niveles de objetivos que han
sido denominados fin, propósito, componentes y actividades; se ubican en la matriz
de la siguiente forma:

 En la primera fila encontramos el fin del proyecto, corresponde al objetivo


superior a cuyo logro el proyecto contribuirá de manera significativa. Es, en
definitiva, la solución del problema global identificado en una comunidad,
región, institución o sector. Es importante aclarar inmediatamente que no se
espera que la ejecución del proyecto sea suficiente para alcanzar el fin; sí se
espera que sea una contribución significativa a su logro.

 El propósito va en la segunda fila de la matriz, representa la situación


esperada al concluir la ejecución del proyecto. Es la consecuencia directa que
se espera ocurrirá con los bienes y servicios dinamizados por el proyecto.

 En la tercera fila se ubican los componentes, allí se enuncian los productos o


servicios que debe producir el proyecto. Estos pueden ser infraestructura,
bienes o servicios. Los componentes van directamente asociados al logro del
propósito.

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 La última fila corresponde a las actividades, son las acciones (tareas) que las
personas involucradas en el proyecto deberán concretar para producir cada
componente.

Verticalmente, la matriz se compone de las columnas: resumen narrativo, indicadores,


medios de verificación y supuestos; se ubican en el siguiente orden:

 La primera columna,
denominada resumen narrativo,
es la que reúne los objetivos del
proyecto y las actividades que se
realizarán para el logro de ellos.
Por este motivo, también se le
llama “columna de objetivos”.
Esta es la columna que reúne los
elementos mencionados en los
párrafos anteriores cuando definimos las filas de la matriz. Es decir, en la celda
superior de la columna se ubica el fin, en la segunda celda el propósito, en la
tercera los componentes, y en la última celda de esta columna se insertan las
actividades.

Aunque profundizaremos los contenidos de esta columna en las próximas unidades, es


útil que comprendan en esta etapa que el resumen narrativo es la columna que
organiza los objetivos del proyecto operacionalizados en distintas escalas de
abstracción/concreción y en aspectos que implican diferentes
objetos/cosas/acciones/situaciones.

 La segunda columna está dedicada a los indicadores que servirán para evaluar
el logro en el avance del proyecto. Refieren a metas específicas a ser
alcanzadas que dan cuenta de forma concreta si el objetivo del proyecto ha
sido alcanzado.

En las próximas unidades revisaremos la relación de los indicadores y los objetivos,


mientras que en el próximo módulo del diplomado, se abordará ampliamente la
construcción y pertinencia de los indicadores.

 Los medios de verificación se encuentran en la tercera columna y


corresponden básicamente a las fuentes de información de las que
provendrán los datos necesarios para calcular los indicadores. Esta columna

61
permite que el diseño de indicadores se realice con datos existentes y sea
factible su medición.

 Por último, en la cuarta columna se enuncian los supuestos. Estos son aquellos
factores externos, presentes en todo proyecto, que deben ocurrir para el logro
de los objetivos. Nos detendremos ampliamente en este punto durante la
próxima unidad.

La MML corresponde, en definitiva, a la estructura del diseño y es el insumo básico


para la redacción de un documento de formulación del proyecto. Digo insumo porque,
si bien es el resumen que concentra las decisiones fundamentales de la propuesta, no
es todo el diseño de un proyecto. Para que el diseño esté completo, como ya sabemos,
deberá también haber información sobre la programación de actividades y recursos,
justificar la propuesta, exponer sus argumentos de viabilidad, entre otros.

En síntesis, la matriz de marco lógico se presenta en una tabla de cuatro columnas y


cuatro filas ordenadas lógicamente en relación una de otra. Las columnas entregan la
siguiente información: el resumen narrativo de los objetivos y las actividades: los
indicadores como expresión cuantitativa de los objetivos; los medios de verificación
de los indicadores; certificadores de la información aportada por los indicadores; y
finalmente los supuestos que son factores o variables externas que determinaran una
oportunidad o amenaza para el éxito del proyecto.

Si bien la relación lógica entre filas y columnas la revisaremos en las siguientes


unidades podemos expresarla, sintéticamente, de la siguiente forma:

Existe una Lógica vertical ascendente que indica que debemos realizar las actividades
planteadas para obtener el (los) siguiente(s) producto(s) –denominados componentes-
que aporta al propósito y, el cumplimiento de este último, ayuda a la consecución del
fin. Todos los elementos presentes en la columna se relacionan, el cumplimiento de
unos significa el logro del siguiente.

Lógica vertical descendente señala que el fin se alcanza con el(los) logro(s) del (de los)
propósito(s), y para conseguirlo debemos tener este(os) producto(s), que se obtiene
con el cumplimiento de las actividades planteadas. Todos los elementos presentes en
la columna se relacionan, y el cumplimiento del superior se da por el logro del
anterior.

En la Lógica horizontal en cambio, el fin será medido por los siguientes indicadores,
que a su vez, son comprobados por estos medios de verificación, que responden a
ciertos supuestos. La lógica horizontal para el fin es más compleja de lograr, pues los
indicadores que demostrarían su logro son muchos y abarcan áreas distintas al

62
proyecto. No obstante para las siguientes filas, del propósito, componentes y
actividades, son absolutamente factibles y necesarios para la matriz.

Otro factor descriptivo de esta matriz es la coherencia, realismo y la evaluabilidad, que


se desarrolla a continuación:

 Coherencia: mediante las columnas (lógica vertical ascendente o


descendente), así como para las filas existe una relación de causa y efecto.
 Realismo: se refiere a la viabilidad del proyecto que se apoya en los supuestos
o factores externos que podrían ser amenazas u oportunidades para el éxito
del proyecto.
 Evaluabilidad: reflejada en las columnas de indicadores y medio de
verificación.

De esta forma, el método de ML nos permite analizar, organizar y visualizar el


proyecto en sus distintos componentes y tiempos.

63
BIBLIOGRAFÍA

 Fernández, F. (2014) Apuntes del docente. Módulo 1 “Nivelación conceptual”.


Diplomado Desarrollo, Pobreza y Territorio. Universidad Alberto Hurtado.

 Folch, R. (coordinador), (2003), “El territorio como sistema: conceptos y


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 García Herrero, G., Ramírez N., y José Manuel; “Manual Práctico para
elaborar proyectos sociales”, Consejo General, Diplomado en Trabajo Social y
Asistentes Sociales, Ediciones : Siglo XXI, Madrid, España.

 Gómez Orea, D. (2004), “Recuperación de espacios degradados”, Ediciones:


Mundi-Prensa, Madrid, España.

 Gómez Orea, D. (2007), “Evaluación ambiental estratégica: un instrumento


para integrar el medio ambiente en la elaboración de planes y programas”,
Ediciones: Mundi-Prensa, Madrid, España.

 Landon, P. y Arizaga, X. (2014) Apuntes del docente. Módulo 3 “Enfoque


territorial”. Diplomado Desarrollo, Pobreza y Territorio. Universidad Alberto
Hurtado.

 Navarrete, O. (2014) Apuntes del docente. Módulo 2 “Enfoques de la


pobreza”. Diplomado Desarrollo, Pobreza y Territorio. Universidad Alberto
Hurtado.

 Perona, B. y Rocchi, I., “Vulnerabilidad y Exclusión social. Una propuesta


metodológica para el estudio de las condiciones de vida de los hogares”,
http://www.revistakairos.org/k08-08.htm#_edn5, Una primera versión de este
trabajo se presentó al Primer Congreso Internacional “Políticas Sociales para
un nuevo siglo”, Concepción, Chile, Noviembre de 2000.

 Ramírez, J. y Silva, I. (2008); “Globalización y desarrollo regional: evolución


económica de las regiones chilenas, 1990-2002”, Revista de la CEPAL, N°95
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 Raya, E. (coordinadora), 2011, “Herramientas Para El Diseño De Proyectos


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España.

64
 Sánchez, A. (2002) Psicología Social Aplicada, Teoría, Método Y Práctica”,
Prentice Hall Ediciones, www.libros.com

Bibliografía especializada utilizada como consulta para el desarrollo de las


unidades 3 y 4 del módulo.

 Dirección de Presupuestos, División de Control de Gestión, Ministerio de


Hacienda (2009). Metodología para la elaboración de la Matriz de Marco
Lógico.

 Dirección de Presupuestos (2011). Notas técnicas “Sistema de Evaluación y


Control de Gestión”. En: “Indicadores de desempeño. Formulación
presupuestaria 2011”. Web DIPRES www.dipres.cl

 MIDEPLAN (sin fecha) Metodología general de preparación y evaluación.


División de inversiones. Gobierno de Chile.

 Mondragón, P. y Angélica, R. (2002) ¿Qué son los indicadores? Cultura


estadística y geográfica. Notas. Revista de información y análisis. Número 19.

 Román, M. (1999). Guía para el diseño de proyectos sociales. Centro de


Investigación y Desarrollo de la Educación, Universidad Alberto Hurtado.
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 Secretaría de hacienda y crédito público (SHCP) (2010), Gobierno Federal de


México. Guía para la construcción de la matriz de indicadores para resultados

 SUBDERE (2010). Buenas prácticas para el desarrollo de los territorios.


Experiencias destacadas, 2009. Edición División de Políticas y Estudios
Departamento de Estudios y Evaluación, Santiago, Chile.

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