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El Sarao o La Trenza

Origen

Esta danza se conoce desde hace siglos, danza practicada en la mayoría, de los lugares
de la tierra, alrededor de un árbol adornado con cintas de colores.

El Sarao tiene origen prehistórico, traído a nuestro continente por los españoles en la
época del coloniaje. En Bolivia tomó arraigo en el Departamento de Tarija con el
nombre de trenza y asimismo ha ido formado parte de los países latinoamericanos,
donde se conoce con el nombre de danza de las cintas. Sin embargo es preciso notar
que en la zona oriental de Bolivia (Santa Cruz, Beni) se conoce con el nombre de
Sarao. Conforme evolucionan las estructuras, dicen que ha pegado en los pueblos, y la
toman en cuenta como costumbre del lugar, baile característico en sus fiestas
patronales del 26 de noviembre que recuerdan los santos esposarios y para Semana
Santa.

Los Santos esposarios recuerdan la celebración de la nupcias de la Virgen Maria con


San José, podemos concluir que la estructura actual de esta danza es fruto de la
simbiosis musical aborigen — hispánica.

Clasificación

El Sarao es una danza colectiva, debido a que se baila sin formar parejas, lo cual
simboliza el fruto divino de la alianza nupcial de los nativos religioso — cristiano.

Danza

Esta danza está constituida por 12 personas 6 mujeres, 6 varones. Ingresan en dos
filas bailando, cada uno con su cinta dirección convergente; el portaestandarte lleva un
mástil caminando por delante hasta un sitio elegido, planta el mástil. Se colocan los
danzantes en circulo, rodeando el estandarte de cintas, vista al centro y sujetando
cintas con la mano derecha por el extremo inferior, y cada uno alternando hombres y
mujeres comienzan a dar vueltas en su sitio y luego inician el avance alrededor del
círculo trenzando en el palo, haciendo de esta manera un combinado de colores, luego
comienzan a destrenzar para repetir la marcha con lo que finaliza la danza con una
reverencia en símbolo de adoración.

Coreografía

Al inicio de la música del trenzado, los varones parten formando círculo en sentido de
los punteros del reloj, elevando la cinta para dar paso a las mujeres que van en giro
contrario, por el interior, se inicia el trenzado, hasta llegar al lugar de partida varones
y mujeres se mantienen erguidos, pero en los cruces dan al cuerpo cierta flexibilidad
en el serpenteo, en tanto los varones avanzan casi rígido. Al final de este movimiento
las cintas aparecen maravillosamente trenzados sobre el mástil de palo de balsa.

Vestimenta
Las mujeres llevan telas vistosas, adornadas con blondas blancas, preparadas en
tipoyes, trenzas largas, adornados con cinta de color, cuelgan por los hombros hasta el
pecho o en la espalda, en el cuello llevan collares, adornados de plata o semillas
silvestres. Sombrero de paja adornada con flores.

Los hombres visten pantalón blanco. Camisa blanca manga larga sin arremangar.
Pañuelo rojo amarrado al cuello. Sombrero de paja y abarcas.

Música

La música del Sarao es variada y animosa, su ritmo, una especie de villancico que
convierte la danza en animada ronda al compás de bombo, una caja y una flauta.
También lo que respecta a la orquestación se pretende incorporar varios instrumentos
usados en la región. Incluyendo los de cuerda.

Carnavalito

El Carnavalito es una danza típica del departamento de Santa Cruz, nacida


al calor del Huayño valluno y la tradicional Jota española durante el ocaso
del coloniaje y el siglo XIX.

En el oriente, el Carnavalito anuncia la llegada de las carnestolendas y


cierra las fiestas después del primer viernes de pascua. Su importancia
no sólo es festiva; por lo general, sus letras eran viejas composiciones
rimadas, portadoras de enseñanzas tradicionales y de historias de
enamorados.
Como era la usanza de Santa Cruz, Beni y Pando, las mujeres que bailan
un Carnavalito visten un tipoy colorido (vestido largo, sin cuello ni
mangas) y llevan flores veraniegas en el cabello. La indumentaria de los
varones consiste en una camisa blanca, un pantalón casi hasta los tobillos,
una pañoleta y un "sombrero de Sao".

La vestimenta que caracteriza a estas danzas son del tradicional camba


que viste acorde a la calor del oriente boliviano, los varones llevan la
camisa blanca, pantalón hasta el tobillo, el sombrero de sao y la
pañoleta al cuello; las mujeres visten el tradicional tipoy (vestido largo y
sin mangas usado por las indígenas orientales) y tiene adornada la
cabeza con flores coloridas de la región.

Las figuras que podemos ver son la rueda, la doble rueda, la hilera de itinerario libre
y otras. Es común el trote y pequeños saltos, y una larga fila que forman de a dos
bailarines tomados del brazo. Se destacan las figuras conocidas como «el puente»,
«las alas» y «las calles».

Por la forma en que los bailarines se mueven, la danza recuerda un vals


europeo, pero por su ritmo es más semejante al taquirari y al bailecito.

Desde aproximadamente la mitad del siglo XX, los Carnavalitos son


interpretados por bandas, denominadas buris; igual modificación ocurrió
en el caso del Taquirari, ejecutada antes sólo con la guitarra criolla.
También puede encontrarse versiones de este baile y su música alegre en
las provincias de Chuquisaca, Cochabamba, Tarija y las poblaciones de
Vallegrande (Santa Cruz).
Taquirari
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Mujeres bailando Taquirari

El Taquirari es un ritmo musical folclórico y una danza de Bolivia, característico


de la mayor parte de los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando en la zona
oriental del país.
Origen
CaracterísticasEditar
Para bailar Taquirari, la pareja debe estar frente a frente y con las manos
agarradas. Los saltos son marcados por un ritmo movido, un poco menos que
el carnavalito, y las variaciones a veces improvisadas por los músicos.
Las figuras que se marcan son libres, pero las más comunes son:

Agarrados de las manos, frente a frente, la pareja gira en remolino a un lado y


luego al otro;

Ganchos: Cruzando el brazo derecho y con frentes opuestos, la pareja gira en


remolino; cambian el brazo y luego giran en sentido contrario;
Rueda: Las parejas forman una rueda, intercalados y tomados de las manos, se
desplazan en ambos sentidos. En un salto levantan las manos y en otro los bajan;
Viborita: Tomados de la mano, las parejas rompen la rueda y avanzan en figuras
de zig zag llevados por la cabeza.
En todas las figuras el paso siempre es el mismo.
El Taquirari tiene una clara influencia de los bailes indígenas de la región,
caracterizados por su movimiento y alegría.

VestimentaEditar
La vestimenta del camba está a tono con el calor del trópico: camisa blanca,
pantalón hasta el tobillo, Sombrero de Saó y pañoleta al cuello.
La mujer viste el tradicional Tipoy (vestido largo y sin mangas usado por las
indígenas orientales) y tiene adornada la cabeza con flores coloridas de la región
que le sirven para el coqueteo a la pareja, lleva también zarcillos y collares
hechos con semillas de la región que resaltan su belleza.
Pese a sus variaciones rítmicas, el Taquirari también es considerado una canción
romántica, sobre todo, si se toma en cuenta sus letras casi siempre dirigidas a
enamorar a la mujer o al varón.

Chovena
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La Chovena[1]o Chobena, es una danza típica del oriente boliviano, más


específicamente de la zona chiquitana, que se luce en las fiestas de carnaval. Es un
género musical autóctono perteneciente a la cultura guaraní, con una historia
larga propia de la época precolombina.[2]
Se interpreta acompañado de instrumentos musicales como la flauta, la guitarra,
los violines, la caja y la tambora. La vestimenta de sus bailarines incluye grandes
penachos de plumas y lanzas, que tienen protagonismo gracias al ritmo
acompasado de ‘va y viene’ a manera de una danza guerrera. Las letras son todas
sencillas y relatan hechos de la vida cotidiana de esta cultura.[2]
De origen chiquitano, la Chovena como ritmo y danza autóctona ha logrado
dispersarse en las regiones chiquitanas, guarayas y moxeñas del oriente
boliviano.[3]
Origen
Descripción de la danzaEditar
La chovena se inicia con el ritmo que imponen las tamborillas y varios
instrumentos de viento. En dos filas, una de mujeres y la otra de hombres, los
danzarines inician su recorrido con un semitrote. Las mujeres se toman la
cintura. Los hombres levantan las manos dando palmadas que acompañan el
ritmo de las tamborillas. Luego los hombres se adelantan a las mujeres,
levantando sus sombreros con las dos manos hasta donde alcanzan sus brazos,
luego los bajan en señal de reverencia. Luego giran, se colocan el sombrero y
vuelven a su posición inicial. Entonces las mujeres avanzan, siempre tomándose
con ambas manos la cintura y con ese paso rápido avanzan zarandeando sus
cinturas y sonriendo. Pronto, levantan los brazos y empiezan a aplaudir, en ese
momento la fila de hombres avanza hasta alcanzarlas y colocarse a su lado.
Después, tomándose de las manos de sus respectivas parejas, hombres y mujeres
levantan sus manos y con un movimiento rápido forman un círculo, siempre
sosteniéndose de las manos. Seguidamente se juntan y separan cual si fuesen
abanicos, girando primero de izquierda a derecha y, después, en sentido
contrario. Finalmente, se sueltan de las manos y forman parejas, para avanzar
otro trecho tomados de la cintura, nuevamente se sueltan y levantan las manos
para repetir más allá la coreografía, siempre a ritmo de semitrote.[3]
“Brincao” al ritmo de la tamborita es tradición oriental
23/02/2014 | ED. IMP.

DECENAS DE COMPARSAS PROTAGONIZAN LA “FIESTA GRANDE” EN SANTA CRUZ.

Para referirnos a los festejos carnavaleros del oriente boliviano, necesariamente


debemos remontarnos a la época cuando las calles de Santa Cruz eran escenario de
caravanas protagonizadas por hombres a caballo, 1880. Su intención era cabalgar
hasta el Río Piraí para recibir el carnaval y luego retornaban a las casas de las mujeres
para cantarles, ellas respondían echando agua con “urucú” y arrojando limones al
primer cantor que aparecía.

Este hecho, según el investigador Germán Coimbra, se considera el antecesor más


próximo de la “Fiesta Grande”, una celebración que el año pasado fue reconocida
Patrimonio Cultural del Estado Plurinacional.

Actualmente el festejo central de Santa Cruz es básicamente un desfile de carros


alegóricos, cada uno con su respectiva reina y, entorno a él, una multitud de
comparseros que brincan al ritmo de la banda y animan a la público con palmas,
cánticos y demás.

La influencia del festejo cruceño es notable en los departamentos colindantes, tal es el


caso de Pando, donde la población organiza un corso que tiene como figura principal a
una reina. De manera paralela a este evento, se desarrollan juegos multitudinarios con
agua y fiestas particulares.
El brincao es una danza fácil, contagiante con temas cotidianos que van a la masa,
generalmente se baila en carnaval con alegría y a ritmo de tamboritas. De igual manera,
las generaciones más antiguas aún bailan el taquirari con tinajas y tutumas. El traje típico
está a tomo con el calor del trópico: el varón viste camisa blanca, pantalón hasta el
tobillo, sombrero de Sao y pañoleta al cuello. La mujer viste el tradicional tipoy (vestido
largo y sin mangas usado por las indígenas orientales) y tiene adornada la cabeza con
flores coloridas de la región.

Más allá de las similitudes del carnaval pandino con el cruceño, hay una práctica que
hace que la celebración de Pando sea genuina. Se trata de una práctica que sucede en
“Domingo de Tentación”, día en el que los pobladores van hasta el río Acre para arrojar
un muñeco vestido de diablo.

Finalmente, en Beni el panorama carnavalero es similar al de las dos ciudades


anteriores, puesto que la plaza principal se llena de comparseros que bailan taquiraris
y chovenas, mientras disfrutan de la chicha camba.

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