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1.

- FUERZAS MOLECULARES EN LOS LIQUIDOS

Dentro de una molécula, los átomos están unidos mediante fuerzas


intramoleculares (enlaces iónicos, metálicos o covalentes, principalmente).
Estas son las fuerzas que se deben vencer para que se produzca un cambio
químico. Son estas fuerzas, por tanto, las que determinan las propiedades
químicas de las sustancias.

Sin embargo, existen otras fuerzas


intermoleculares que actúan sobre
distintas moléculas o iones y que
hacen que éstos se atraigan o se
repelan. Estas fuerzas son las
que determinan las propiedades
físicas de las sustancias como, por
ejemplo, el estado de agregación, el
punto de fusión y de ebullición, la
solubilidad, la tensión superficial, la
densidad, etc.

Por lo general son fuerzas débiles, pero, al ser muy numerosas, su contribución
es importante. La figura inferior resume los diversos tipos de fuerzas
intermoleculares. Pincha en los recuadros para saber más sobre ellas.
2.- TENSION SUPERFICIAL
Las moléculas de un líquido se atraen entre sí, de ahí que el líquido esté “cohesionado”.
Cuando hay una superficie, las moléculas que están justo debajo de la superficie sienten
fuerzas hacia los lados, horizontalmente, y hacia abajo, pero no hacia arriba, porque no
hay moléculas encima de la superficie. El resultado es que las moléculas que se
encuentran en la superficie son atraídas hacia el interior de éste. Para algunos efectos, esta
película de moléculas superficiales se comporta en forma similar a una membrana elástica
tirante (la goma de un globo, por ejemplo). De este modo, es la tensión superficial la que
cierra una gota y es capaz de sostenerla contra la gravedad mientras cuelga desde un
gotario. Ella explica también la formación de burbujas.
La tensión superficial se define en general como la fuerza que hace la superficie (la
“goma” que se menciona antes”) dividida por la longitud del borde de esa superficie
(OJO: no es fuerza dividida por el área de la superficie, sino dividida por la longitud del
perímetro de esa superficie). Por ejemplo
La tensión superficial ϒ también es la energía por
unidad de área que se necesita para aumentar una
superficie
Como la formación de una superficie requiere energía,
los líquidos minimizan su área expuesta respecto al
entorno que les rodea. De ahí que las superficies de los
lagos, mares, etc. En calma sean planas y los líquidos
al caer tienden a Formar volúmenes esféricos (gotas)

Las fuerzas que se encargan de la


tensión superficial son la adhesión
y la cohesión
La adhesión es la propiedad de la
materia por la cual se unen y
plasman dos superficies de
sustancias iguales o diferentes
cuando entran en contacto, y se
mantienen juntas por fuerzas
intermoleculares.
Cohesión
Es la atracción entre moléculas que mantiene unidas las partículas de una sustancia. La
cohesión es diferente de la adhesión; la cohesión es la fuerza de atracción entre partículas
adyacentes dentro de un mismo cuerpo, mientras que la adhesión es la interacción entre
las superficies de distintos cuerpos.
En el agua la fuerza de cohesión es elevada por causa de los puentes de hidrogeno que
mantienen las moléculas de agua fuertemente unidas, formando una estructura compacta
que la convierte en un líquido casi incompresible. Al no poder comprimirse puede
funcionar en algunos animales como un esqueleto hidrostático, como ocurre en algunos
gusanos perforadores capaces de agujerear la roca mediante la presión generada por sus
líquidos internos.
3.- DEFINICION DE COEFICIENTE DE TENSION SUPERFICIAL
El coeficiente de tensión superficial es el trabajo (W) necesario para aumentar en una
unidad el área de una superficie líquida
La tensión superficial se debe a que las fuerzas que afectan a cada molécula son
diferentes en el interior del líquido y en la superficie. Así, en el seno de un líquido cada
molécula está sometida a fuerzas de atracción que en promedio se anulan. Esto permite
que la molécula tenga una energía bastante baja. Sin embargo, en la superficie hay una
fuerza neta hacia el interior del líquido. Rigurosamente, si en el exterior del líquido se
tiene un gas, existirá una mínima fuerza atractiva hacia el exterior, aunque en la realidad
esta fuerza es despreciable debido a la gran diferencia de densidades entre el líquido y
gas.
Otra manera de verlo es que una molécula en contacto con su vecina está en un estado
menor de energía que si no estuviera en contacto con dicha vecina. Las moléculas
interiores tienen todas las moléculas vecinas que podrían tener, pero las partículas del
contorno tienen menos partículas vecinas que las interiores y por eso tienen un estado
más alto de energía. Para el líquido, el disminuir su estado energético es minimizar el
número de partículas en su superficie.
Energéticamente, las moléculas situadas en la superficie tienen una mayor energía
promedio que las situadas en el interior, por lo tanto, la tendencia del sistema será
disminuir la energía total, y ello se logra disminuyendo el número de moléculas situadas
en la superficie, de ahí la reducción de área hasta el mínimo posible.
Como resultado de minimizar la superficie, esta asumirá la forma más suave que pueda
ya que está probado matemáticamente que las superficies minimizan el área por
la ecuación de Euler-LaGrange. De esta forma el líquido intentará reducir cualquier
curvatura en su superficie para disminuir su estado de energía de la misma forma que una
pelota cae al suelo para disminuir su potencial gravitacional.
4.- FORMACION DE UNA GOTA LIQUIDA
El agua está compuesta de moléculas y estas, a su vez, por átomos. Cada átomo tiene
cargas positivas (protones) y negativas (electrones) y se disponen de una u otra forman,
dependiendo del tipo de molécula que estén formando. Algunas veces se atraen entre sí
más la capa de electrones entre ellos y otras los protones y electrones. Por ello, sabemos
que existen fuerzas de atracción y repulsión.
Cuando observamos una molécula en el
interior del líquido, podemos ver cómo está
completamente rodeada por más moléculas
y donde todas las fuerzas intermoleculares
que existen se anulan unas con otras. Si una
fuera tira a la izquierda, la otra tirará a la
derecha con la misma intensidad, por lo que
se anulan entre ellas. Esto hace que las
moléculas tengan menos energía y sean más
estables. Siempre se busca el estado que
menos energía cuesta mantener, lo que está caliente se va enfriando, lo que está muy alto
se cae, etc.
La cosa se complica al observar las moléculas que se encuentran en la capa superficial
del agua. Estas moléculas no están completamente rodeadas por otras moléculas. Sólo
reciben fuerzas, por una parte, pero no por la otra. Para arreglar este problema, las
moléculas se recolocan intentando buscar la forma para minimizar la superficie que
ocupan. Para un mismo volumen, el cuerpo geométrico que menor superficie tiene es la
esfera.
Por todo ello, se forman las gotas de agua cuando se vierte el agua y toma forma circular
o de esfera. Esta es la razón también por la que los objetos que tienen poca masa y son
más densos que el agua (como son los insectos zapateros) pueden flotar, ya que la
superficie del agua tiende a no romperse para dejar entrar a un cuerpo extraño.
La tensión superficial en el agua es más alta que en otros líquidos ya que la geometría de
sus moléculas es angular y hace que existan más fuerzas.
5.- FORMACION DE UNA BURBUJA DE JABON
Las moléculas de agua se atraen unas a otras, por eso existe el agua líquida a la
temperatura ambiente en este planeta, si no hubiera atracción entre ellas no existiríamos.
En el interior del líquido cada molécula es atraída por todas las que la rodean, pero,
cuando se encuentran en la superficie, sólo son atraídas por las que están a los lados y
bajo ellas. Esa atracción hace que las moléculas que están en contacto con el aire se unan
entre sí, como se cogen del brazo las personas que van al frente de una manifestación
organizada. Así se forma una película de moléculas que tiran unas de otras con una fuerza
determinada que se llama tensión superficial.
El jabón y los productos detergentes en general contienen tensioactivos, unas moléculas
muy curiosas porque tienen dos partes muy diferenciadas: por un lado, son amantes del
agua, son hidrófilas, y, por el otro, la odian, son hidrófugas. Dado este juego amor – odio
las moléculas de tensioactivo, en contacto con el agua, tienden a orientarse de manera que
la parte hidrófuga huye del agua y la hidrófila se sumerge en ella.
Si las paredes de la burbuja
están formadas sólo por agua,
la pared tendrá dos lados en
contacto con el aire, uno
interno y otro externo. Ambos
lados están formados por
moléculas de agua unidas entre
sí por la tensión superficial.
Esa fuerza de unión podría
mantener la burbuja durante
mucho tiempo si no fuera
porque, debido a los movimientos propios de la burbuja y del líquido, en algunos puntos
se estrecha la pared y pierde fuerza de cohesión y en otros lugares se ensancha un poco y
la fuerza es mayor. Si los lugares más fuertes tiran cada vez más y los más débiles pierden
fuerza, imagínense lo que sucede: la pared de la burbuja se rompe. Este comportamiento
se conoce como efecto Marangoni.
Al poner el jabón, las moléculas de tensioactivo se colocan en la superficie externa e
interna de la burbuja, con las cabezas hidrófugas hacia el aire y las hidrófilas hacia el
agua. Se forma así una especie de sandwich donde el pan lo forman las moléculas de
jabón y el jamón las de agua. Curiosamente, las moléculas de tensioactivo no refuerzan
la cohesión de las de agua sino, todo lo contrario, la disminuyen hasta un tercio de lo
habitual. Podríamos pensar que al existir menos fuerza de unión entre las moléculas de la
pared ésta se romperá antes pero no es así. Veamos por qué.
Dado el comportamiento de las moléculas de tensioactivo, cuando la pared de la burbuja
se estrecha, queda menos agua entre las dos capas y la parte hidrófila de las moléculas de
jabón se desplazan buscando regiones con más agua. Entonces sucede algo curioso. Como
consecuencia de la disminución de moléculas de tensioactivo, la proporción de moléculas
de agua en esa región es mayor y aumenta la tensión superficial que une la pared, en
cambio, donde hay más agua, se acumula más jabón y la tensión disminuye. De esta
manera gracias al comportamiento del jabón, la pared de la burbuja refuerza las zonas
débiles, debilita las fuertes, se hace mucho más estable y puede durar mucho más tiempo
sin romperse.
Por otro lado, la presencia del jabón evita que se evapore el agua y contribuye también a
darle estabilidad a la burbuja.
6.- ASCENSO DE LIQUIDOS EN TUBOS DE CAPILARIDAD
Se denomina capilaridad al fenómeno que hace que la superficie de un fluido, al estar en
contacto con un cuerpo sólido, suba o baje de acuerdo a si moja o no al elemento en
cuestión.
El concepto deriva de capilar, que en una de sus acepciones alude a un conducto muy
fino. También se dice que un fenómeno es
capilar cuando se produce por capilaridad.
Puede afirmarse que esta propiedad es
dependiente de la tensión superficial del
líquido, que hace que el líquido se enfrente a
una resistencia a la hora de incrementar su
superficie. La tensión superficial, a su vez, se
vincula a la cohesión del fluido.
De acuerdo a la tensión superficial, el líquido
podrá descender o subir por el tubo capilar.
Dicho fenómeno es lo que conocemos como capilaridad.
Cuando la cohesión entre las moléculas resulta menor que la adhesión del fluido al tubo,
el líquido moja y, por lo tanto, asciende por el conducto. Dicho ascenso continuará hasta
que la tensión superficial se equilibre como consecuencia del peso del fluido.
En cambio, si la cohesión molecular del fluido es mayor que la adhesión al tubo, la tensión
superficial provoca un descenso del líquido.
La capilaridad hace que el agua, en un tubo capilar, suba. Por eso las plantas pueden
absorber el agua subterránea. El fenómeno, por el contrario, provoca que el mercurio
descienda en un conducto de vidrio.
La curva que se genera en la superficie de un fluido como reacción a la superficie del
recipiente se denomina menisco. El menisco es cóncavo cuando las moléculas del fluido
y las del tubo se atraen (como en el caso del agua en un recipiente de vidrio) y convexo
si se ocurre lo contrario (el mercurio en un tubo de vidrio).
La capilaridad, además, es un término muy habitual que se utiliza en el ámbito de la
construcción. Así, se emplea para referirse a un problema en concreto que puede aparecer
en edificios y viviendas. Nos estamos refiriendo a la llamada humedad por capilaridad.

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