Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los drones han supuesto una revolución en el trabajo topográfico. En primer lugar por la importante
reducción de costes que suponen. Esto ha permitido, que proyectos que no eran viables por su elevado
coste hoy se puedan realizar sin problemas. Y no estamos hablando solo de los costes económicos o
de personal, también de tiempo. Por ejemplo, examinar un terreno podía costar días o semanas
dependiendo de su extensión. Hoy en día con un dron en menos de una hora puedes examinar unas
cien hectáreas, con lo que el avance es muy importante.
Esta tecnología además permite capturar un mayor número de puntos para realizar planimetrías. El
levantamiento topográfico que se consigue con ellos aporta mucha más información gráfica y real
que un levantamiento topográfico tradicional, gracias a sus cámaras de última generación. Y como
con un dron se puede llegar a zonas de difícil acceso o incluso inaccesibles, se amplía el conocimiento
del lugar y de los alrededores, con lo que conseguimos mayor información. Además así se consiguen
evitar riesgos innecesarios para el topógrafo, porque no tienen que ir por zonas de difícil acceso
debido a la geografía del terreno, ni por zonas altamente contaminadas ni peligrosas (como volcanes
o incendios forestales).
Las aplicaciones que tienen los drones en topografía son variadas, pero podemos destacar los tres
usos más habituales. Sobre todo se utilizan para la actualización de la cartografía, recogiendo
información visual detallada del terreno para actualizar mapas o mejorar su nivel de detalle. Así se
crean mapas topográficos tridimensionales, generados a raíz de las imágenes y datos recogidos por el
drone. Son mucho más precisos, con más información (el margen de error es de entre uno y cinco
centímetros) y se generan con una mayor rapidez.
Otra aplicación de los drones en topografía es el estudio de una zona de cara a una obra,
principalmente las grandes obras públicas, pero también para obra civil, la agricultura o para la
minería o las canteras. En estas obras es importante conocer y estudiar bien el terreno donde se va a
trabajar y hacerlo con rapidez. Y nada mejor que los drones para conseguir rapidez y precisión.
Una rapidez y precisión que también es fundamental en la actualización del catastro de un área
determinada. Los drones permiten hacer revisiones catastrales y detectar infracciones sin llamar
mucho la atención, lo cual es importante para los ayuntamientos.
Existen infinidad de usos y verticales que disfrutan de los beneficios de estas herramientas. Entre
ellos:
Tradicionalmente los trabajos topográficos se han apoyado en el uso de estaciones totales y los GPS
de precisión. En los últimos años se ha generalizado el uso de otras técnicas complementarias como
la fotogrametría. Aunque estos métodos ya existen desde el siglo XIX, diferentes avances
tecnológicos (drones, GPS, cámaras digitales…) las han hecho cada vez más populares y accesibles.
Simplificando, estas técnicas son interesantes porque permiten convertir una secuencia de fotografías
capturadas con equipamiento asequible en una representación detallada en 2D o 3D. Para ello es
fundamental planificar vuelos en los que exista un número suficiente de imágenes, que estas
contengan solape y que puedan ser apoyadas por localizaciones precisas.
Si disponer de ortofotografías de alta precisión (no son raras resoluciones de pocos centímetros por
píxel), es interesante en sí mismo, las ventajas son más evidentes cuando comenzamos a extraer
información de ellas.