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Objetivos:
1.- Comparar la trascendencia individuo-especie de la que hablaba Hegel con la vida eterna de la
religión cristiana.
3.- Proponer que el alma es inmortal; reencarna físicamente para trascender. Partir del concepto de
alma de Descartes
Introducción.
Hegel tenía una postura crítica ante la institución religiosa, sin embargo, siempre simpatizó con los
aspectos espiritual y moral de la religión católica y protestante de su tiempo, tales como el respeto
por la vida y la búsqueda de la virtud.
Por el lado de la tradición cristiana, se ha manejado que hay otra vida después de esta, y que,
siguiendo la palabra de Dios, los creyentes pueden acceder a esa eternidad.
¿Es posible que la trascendencia Hegeliana y la llamada “vida eterna” de la tradición cristiana se
refieran a la reencarnación?
La trascendencia implica que el individuo se convierte en algo más allá de su naturaleza física, se
convierte en algo más cercano a lo divino. Hegel manejó que el individuo trascendido es resultado
de las experiencias de su especie. Esto significa que el individuo requiere del conjunto de acciones
de sus semejantes que le rodean, y que le afectan al individuo de manera directa o indirecta, es
decir, que haya acciones directamente sobre el individuo, o que las acciones de un tercero con el
que el individuo no está en contacto terminen influyendo en éste; se puede agregar que también es
necesaria la voluntad del individuo para trascender.
Por otro lado, la religión cristiana también propone un concepto de trascendencia, que es la llamada
“vida eterna”. Para empezar, Dios es considerado “espíritu”; omnipotente y eterno.
De hecho, Jesús puede ser un ejemplo de trascendencia y muy probablemente sea el ejemplo de
donde Hegel construye su teoría de la trascendencia. Es decir: Jesús, pese a sufrir los dolores y las
tentaciones de un hombre mortal, no cometió pecado alguno, y ofreció su vida por los pecadores
(entiéndase la humanidad). De esta forma resucita y asciende al cielo.
La creencia fundamental cristiana es que, a través de la muerte y resurrección de Jesús, los pecados
de la humanidad son perdonados, la humanidad se reconcilia así con Dios y se les ofrece la salvación
y la vida eterna.
¿Es posible que tanto Hegel como la religión cristiana se refieran en realidad a la reencarnación?
El ejemplo de vida de Jesús parece describir la trascendencia de Hegel: un individuo es afectado por
los actos de sus semejantes, este individuo rechaza las tentaciones del mundo, muere, resucita y
asciende al cielo. Con Dios.
Todo individuo que decida reaccionar a los estímulos de su entorno y que siga un código moral
aceptable, puede, desde el punto de vista Hegeliano, trascender, es decir, acercarse a lo divino.
La teoría de Hegel ahí termina, y es donde ahora entra la creencia cristiana. Antes de ascender al
cielo (o a lo divino), Jesús resucitó. Esto da pie a pensar que para que un individuo trascienda, debe
“resucitar”, o, mejor dicho, reencarnar. Si el cuerpo es finito, ¿qué es lo que reencarna?
Aquí falta hablar sobre un concepto, si bien el cuerpo es mortal, perecedero, ¿qué es el espíritu o
alma?, en el entendido de que eso es lo que llena el cuerpo.
El alma no tiene extensión, es infinita dentro del ser, sin embargo, él no la considera relacionada
con la vida, ésta la relaciona al cuerpo (el alma es pensamiento, pero no vida). El alma es
pensamiento.
Sin forzar demasiado este concepto, puede crearse un vínculo con el sistema Hegeliano y la religión
a nivel especie-individuo, es decir: El alma es pensamiento, los pensamientos del individuo motivan
sus acciones, afectando así a su entorno, el entorno afecta al individuo y a otros, ahora, si los
individuos trascienden o no, queda abierto a cada uno. El ciclo se renueva al reencarnar y
reintegrarse a éste. Acercándose (o alejándose, según las acciones del individuo) a la divinidad. A la
vida eterna.
De manera adicional, hay que mencionar otra aportación de Descartes que parece apoyar la idea de
la reencarnación.
Parte del trabajo de Descartes fue el estudio de la glándula pineal, afirmaba que está relacionada
con la sensibilidad, la imaginación, la memoria y los movimientos corporales, además la consideraba
como el lugar donde reside el alma.
En la actualidad, la glándula pineal se asocia a los sueños lúcidos y a la creatividad. Descartes parecía
tener mucho conocimiento sobre esta glándula.
¿Existe la posibilidad de que algunos de nuestros sueños lúcidos sean memorias de vidas pasadas?
En la actualidad ha habido algunos registros de personas que afirman tener recuerdos de sus vidas
pasadas, si bien ha habido casos fraudulentos o difíciles de demostrar, existen unos casos contados
en los que se han mostrado evidencias que indican que los sujetos de estudio recuerdan su vida
anterior.
Uno de los mejores ejemplos puede ser el caso de Carl Edon, un joven quien, desde los cinco años
ya hablaba sobre haber sido un piloto de bombardero del lado alemán durante la segunda guerra
mundial.
Entre sus recuerdos, está el haber perdido su pierna derecha mientras escapaba de su avión
averiado. El lugar de dicha herida estaba marcado en la pierna de Carl como una marca de
nacimiento. Carl también describía el color de su uniforme, el interior del avión, incluso vivencias
de su infancia pasada.
El reportaje entero puede encontrarse en los archivos del Dailymail UK, bajo el título: “Was this
Luftwaffe pilot reincarnated as a boy from Middlesbrough? How Carl Edon started sharing eerily
accurate memories of flying a Second World War bomber as a young child”-Richard Maclean.
Conclusión
Vale la pena pensar que no tenemos sólo una vida, sino que tenemos muchas oportunidades para
mejorar y trascender y acercarnos a un plano divino, sin importar la creencia de cada individuo. Este
pensamiento puede ser riesgoso, pues no sabemos si tenemos un número finito de vidas, y en
algunas personas esto puede generar una actitud imprudente de dejar todo para el último
momento; pero también puede generar una actitud positiva, y las personas tal vez puedan dirigir
sus acciones a largo plazo.
Claro que hay que partir desde un punto de vista espiritual, o que se tiene una inclinación por alguna
fe religiosa; si se parte desde un punto de vista que niega totalmente la existencia de algo divino y
el alma, todo lo anterior no tiene sentido.
Fuentes:
- During, Lisbeth (2018). Hegel’s critique of trascendance. Springer Link. Recuperdo de:
https://link.springer.com/article/10.1007%2FBF01252322
- De la Maza, Luis Mariano (2015). Sobre el espíritu de Hegel y Edith Stein. Scielo.
Recuperado de: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-
34492015000200006)
- Monroy, Juan Antonio (2017). La vida eterna. Protestante digital.com. Recuperado de:
http://protestantedigital.com/blogs/41807/la_vida_eterna
- Gloria (2014). Alma, mente, cuerpo, la glándula pineal de Descartes. Cultura Colectiva.
Recuperado de: (https://culturacolectiva.com/historia/alma-mente-cuerpo-la-
glandula-pineal-de-descartes)
- Maclean, Richard (2018). Was this Luftwaffe pilot reincarnated as a boy from
Middlesbrough? How Carl Edon started sharing eerily accurate memories of flying a
Second World War bomber as a young child. Daily Mail. Recuperado de:
https://www.dailymail.co.uk/news/article-6296347/Was-Luftwaffe-pilot-reincarnated-
boy-Middlesbrough.html