Está en la página 1de 5

“Aceptamos la realidad del mundo que nos presentan.

” - The Truman Show

¿Quién dice que el cielo es azul y por qué yo le creo?


En la película “The Truman Show” nos encontramos con el escenario perfecto donde
los habitantes de Seaheaven, excepto Truman son actores que viven en un territorio
delimitado por una burbuja, que sin embargo a sus límites es considerada la ciudad
ideal. En este territorio se lleva acabo el programa de televisión Truman Show donde
todo es una gran mentira salvo Truman es el hombre protagonista de esta serie de
televisión que vive en dicho mundo sin saber la verdad, que por extraño que parezca
su mundo entero si lo sabe y es lo que hace que este sea un programa de televisión
sorprendente y exitoso.

Esta película es verdaderamente interesante, el escenario parecería ser divertido


sin un análisis profundo, muchas personas podrían juzgar a las personas del mundo
de Truman por haberlo engañado prácticamente toda su vida, pero ¿Quién no
querría vivir en un mundo ideal? Un mundo lleno se seguridad, servicios, amabilidad
donde lo único que hay por hacer es fingir el papel que nos corresponde, aunque
realmente no sepamos absolutamente nada de ello, una respuesta falsa podría ser
un no, yo no quiero, pero la verdadera respuesta que precede nuestros actos es un
sí, es lo que busco a diario o sueño siempre. El querido conformismo nos lleva a
una comodidad fácil, donde lo único que es importante es nuestra tranquilidad y
supuesta felicidad, ¿por qué? Porque es lo que nos han hecho creer.

Lo bueno es lo que siempre ha sido bueno, y lo que podría ser bueno actualmente
no es considerado más que libertinaje o una tontería. Quien diría que vivir en un
mundo falso podría ser la felicidad de muchos, pero la tristeza de una vida entera
para Truman.

Al razonar esto lo comprendí todo, la felicidad para la ciudad entera de Seaheaven


fue vivir en un mundo perfecto, aunque fuera completamente falso, pero para el
ciudadano más importante (la razón de dicha creación) era la mayor tristeza y
decepción. Y, en realidad que nuestra vida en la mayoría de los casos no es así, no
vivimos esperando algo a cambio, la felicidad entera, que puede ser subjetiva, pero
no nos interesa el panorama de la existencia sino nuestra propia felicidad. Un
mundo frío los 365 días del año sin pensar en los que no lo toleran, o lo contrario un
mundo muy cálido sin recordar a las personas u osos polares que no lo soportan.

Truman fue el “hombre de verdad” y no creo esto por ser el único que no conocía la
realidad de su mundo, sino que fue el hombre de verdad por enfretarse a la realidad,
a ser el único en todo ese mundo que no se conformó con la felicidad que todos
creían, a luchar por sus sueños y seguir sus impulsos. Por ser un hombre, un
humano de verdad que no olvido nunca a la mujer de su vida que su mundo entero
consideraba esquizofrénica, a rechazar el mundo ideal por su felicidad, por que la
felicidad es personal y si hoy le pregunto a usted

¿Es acaso el mundo que percibimos, la realidad? ¿Es cierto todo lo que creemos
verídico en el mundo? ¿En nuestra sociedad?

¿Quién dice que el cielo es azul y por qué yo le creo?


Si en este momento pregunto al mismo grupo de personas que se encuentran en el
aula “¿Cómo definen su vida?”, usted se dará cuenta que hay tantas respuestas
diferentes, como a tantas personas se les pregunte aun perteneciendo a un grupo
afín. Algunos dirían que la vida es un circo, una actuación, una montaña rusa, un
rompecabezas, una competición, un viaje, un baile, una ruleta, otros dirán que un
carrusel o un juego de cartas. Ahora bien, también sé que si les pido qué dibujen un
cuadro de la vida de cada uno, algunos expresarían a menudo la perspectiva de sus
vidas de acuerdo a la forma de vestir, a sus recursos, a su religión, los automóviles,
tatuajes, peinados; estas expectativas determinaran sus valores, relaciones y
metas; pero, en que momento Luis que piensa en la vida como un maravilloso pastel
dulce y delicado, que expresa su vida en el amor a su familia y amigos tiene la razón
sobre Juan que ve la vida como una guerra, donde gana el más fuerte y su vida se
expresa en automóviles y tatuajes.

¿En que momento se nos preguntó cuál querríamos fuera nuestra realidad? ¿Quién
lo decidió? Y, ¿por qué? a
En la vida cotidiana el hombre que camina por la calle se encuentra adentrado
inconscientemente en el practicismo o realismo ingenuo, se admite, sin más
reflexión, que la realidad existe y no se plantean el problema de cuestionar tal
existencia.

Sin embargo, el problema de la existencia o no de la realidad y la epistemología


como nuestra certeza del conocimiento que sobre ella extraen nuestros sentidos ha
sido, y continúa siendo, uno de los grandes problemas/paradigma que todavía no
ha sido resuelto.

Desde antaño y hasta nuestros días, diferentes corrientes de pensamientos al paso


de la historia han tratado de responder al problema de si existe o no la realidad fuera
de nuestra mente. La película The Truman Show, es una buena muestra de que el
problema de la realidad todavía nos tiene intrigados a los seres humanos de hoy.

Esta película pone en escena un programa de telerrealidad a gran escala que tiene como
protagonista a Truman, un hombre cuya vida está siendo televisada desde que nació.
Una gran compañía de televisión recrea una ciudad, en la que miles de cámaras
controlan cada movimiento y emoción del personaje principal. Todas las personas que
interaccionan con el personaje principal son actores que consiguen que la vida del

protagonista sea como la de cualquiera de nosotros, aun siendo regulada por otro grupo
de personas completamente iguales a él.

Nos encontramos en una sociedad cada día más inmersa en el medio digital y con
denominaciones tales como sociedad de la sociedad de la comunicación.

La epistemología es una rama de la filosofía que se ocupa de la validez y fiabilidad


de los conocimientos que obtenemos los humanos. Viene a ser como una teoría
crítica del conocimiento que basa su idea en la aceptación de la causa, que
parecería ser la más congruente, como la explicación necesaria para seguir
viviendo.
¿Es fiable y válida la información que los órganos sensoriales captan? ¿O nos
engañan nuestros sentidos?

También podría gustarte