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La importancia del ritmo respiratorio en la inducción del trance

hipnótico
Carlos Ramos Gascón
Psicólogo clínico

El ritmo respiratorio es un aspecto del proceso de trance hipnótico que tiene una gran
importancia práctica debido a que no suele ser suficientemente destacado en muchos de los
trabajos dedicados a la hipnosis. Es frecuente que el experimentador sugiera, por ejemplo:
"...A hora, usted va respirando más profundamente, y a cada espiración va cayendo en un
sueño más profundo...".

Sin embargo, aquí nos referimos a otra cosa: sencillamente, a la posibilidad de adaptar las
sugestiones a las diferentes fases del ciclo respiratorio del paciente, pero sin hacer mención
a la actividad respiratoria. Por curioso que pueda parecer, el sujeto no suele ser consciente
de que el ritmo de las sugestiones se adapta como un guante a su ritmo de inspiración y
espiración.

En nuestra experiencia hemos utilizado el ritmo respiratorio para inducir, siempre con éxito, un trance hipnótico medio
o profundo, en casos que mostraban fuertes resistencias con otros procedimientos. En consecuencia, aconsejamos
se utilice este método en combinación con la mayoría de los otros procedimientos hipnóticos que se exponen en el
presente libro. Como el lector observará daremos las instrucciones pertinentes en cada apartado.

Las ventajas de utilizar la respiración del sujeto como medio de inducir el trance hipnótico son numerosas:

 Es el ritmo fisiológico más fácilmente observable.


 La respiración, al menos en condiciones normales, tiene un ritmo que le hace fácilmente adaptable al de las
palabras, movimientos y gestos del operador, lo cual no ocurre con el ritmo cardíaco.
 Siendo un ritmo fisiológico que generalmente se halla regulado de forma automática por el sistema
neurovegetativo, también puede serlo voluntariamente por el sistema nervioso central. Así pues ocupa un punto clave
en el aspecto fisiológico.
 En relación con lo anterior, la respiración, siendo generalmente inconsciente, también se puede tornar consciente.
Por ello tiene unaimportancia capital para la toma de conciencia de los procesos psicológicos inconscientes y su
modificación.
 Cuando en la inducción hipnótica las sugestiones se adaptan al ritmo respiratorio espontáneo del paciente, y sin
que este sea consciente de ello, las resistencias a la hipnosis disminuyen en gran parte, hasta el punto de resultar el
método de inducción más seguro cuando han fracasado los demás.
 Una vez producido el trance hipnótico, las sugestiones adaptadas al ritmo respiratorio inconsciente del sujeto
son uno de los medios más seguros de profundización del estado de trance.
 Asimismo, la adecuada utilización del ritmo respiratorio del paciente es el medio más natural para impartir las
sugestiones que permiten despertar del estado de trance.
 También en el entrenamiento de la autohipnosis la sincronización de las autosugestiones con el propio ritmo
respiratorio espontáneo es uno de los medios más directos para influir a nivel inconsciente.

La sincronización de las sugestiones con el ritmo respiratorio se realiza de acuerdo con uno o más de los siguientes
criterios:

 Inflexiones de voz, por ejemplo, empleando un tono algo más agudo en la respiración y ligeramente más grave en
la espiración.
 Ritmo de pronunciación, más rápido en la inspiración (al ser normalmente, mas corta) y más pausada en la
espiración (al ser más prolongada).
 Contenido, adaptando determinadas palabras clave a las diferentes fases del ritmo respiratorio. Así, por ejemplo,
en la prueba de levitación de la mano: " ...La mano está cada vez más ligera, ...ligera..." haciendo coincidir la palabra
"ligera" con la inspiración del sujeto, por su carácter ascendente. O en la relajación sugerir la sensación de peso en
los brazos y piernas con la espiración.
 Fonético. Se trata de un punto de vista más sofisticado, pero la experiencia confirma su eficacia. Puede emplearse
de diversas formas, pero en líneas generales, consiste en pronunciar preferentemente palabras que contienen
determinados fonemas con la inspiración, y otras con diferentes fonemas con la espiración.
 Sintaxis: Sincronizando determinadas partes de la oración (generalmente el sujeto, los pronombres personales y
algunas preposiciones y conjunciones), con la inspiración) y otras partes, (como el verbo y el predicado) con la
espiración, que al ser más prolongada da tiempo a formular sugestiones más largas.

En el caso de los verbos hay diferentes posibilidades, por ejemplo, los verbos activos con la inspiración (parte activa
del ciclo respiratorio) y los verbos en forma pasiva con la espiración (fase pasiva del ciclo respiratorio). Hay otras
muchas posibilidades.

El clínico experimentado puede poner en juego varios de estos criterios en una inducción hipnótica ya sea
alternándolos o combinándolos, según las fases del proceso hipnótico. Lo importante es que tenga una conciencia
clara de lo que hace y porqué lo hace. En el caso concreto de sincronizar el ritmo de las sugestiones con el ritmo
respiratorio, es importante comprender que la inspiración se relaciona preferentemente, aunque no de forma
exclusiva, con los procesos inconscientes (en ese momento, el paciente tiene defensas " más débiles", por lo que es
el adecuado para sugestiones subliminales, más cortas e incisivas), en tanto que la espiración se relaciona con
procesos relativamente más conscientes (no se olvide que, de todas formas, nos referimos a los casos en que el
sujeto no es consciente de que las sugestiones se hacen coincidir con su ritmo respiratorio), con un tempo más largo
que le permite ir digiriendo los mensajes que se les imparten, integrándolos tanto a nivel consciente como
inconsciente. En cualquier caso, la actitud vigilante, crítica, del sujeto, se halla algo más despierta en la fase de
espiración que en la de inspiración.

Otro aspecto importante en la respiración consiste en no imponerle al sujeto ningún ritmo especial, sino llevarle poco
a poco a una respiración relajada. En este sentido nuestro proceder más habitual es el siguiente:

1º) En una primera fase del entrenamiento hipnótico, observar el ritmo respiratorio particular del paciente.

2º) Adaptar las sugestiones al ritmo respiratorio, tal como se ha descrito anteriormente.

3º) Llevar la conciencia del paciente a la zona intercostal, tanto a la derecha como a la izquierda. En concreto, debe
hacerse sensible a los movimientos y sensaciones que puede experimentar a nivel de las costillas flotantes,
observando cómo suben y se contraen durante la inspiración, y cómo se sueltan y relajan durante la espiración .

4º) Cuando la conexión conciencia-respiración intercostal esté bien establecida, es importante hacer coincidir el ritmo
de la respiración con el ritmo de las sugestiones de forma tal que durante la inspiración y la breve pausa que le
acompaña se procesen sugestiones breves, por ejemplo, de contenido transicional (observese la negrita): "Va usted
a dormirse mientras sus ojos se cierran lentamente... porque cuanto más le vayan pesando los párpados ...tanto
más puede sumergirse en un trance profundo..." (Como el lector habrá comprendido, las partes de la sugestión que
no van en negrita corresponden a la espiración y se pronuncian más lentamente).

Nuestra experiencia indica que este procedimiento es particularmente efectivo con los casos más resistentes a la
inducción hipnótica. Y en cualquiera de los pacientes, una vez convenientemente sumidos en sueño hipnótico y
adaptando al efecto el contenido de las sugestiones, constituye un excelente medio de profundización.

Aconsejamos se emplee este procedimiento hipnótico en combinación con el libre proceso respiratorio por ser el más
natural.

La respiración profunda abdominal, que es la más frecuentemente empleada en las inducciones hipnóticas puede ser
útil momentáneamente, pero no recomendamos que se la utilice durante un período de tiempo prolongado, por
ejemplo, durante los diez o quince minutos que puede durar la inducción del trance ya que puede ocasionar
desagradables fenómenos de hiperventilación, resultando incluso peligrosos en pacientes con determinados
problemas de salud. Por otra parte, la respiración abdominal, que en sí misma es excelente, puede tener un carácter
forzado si no se practica adecuadamente, y de hecho, muchos sujetos al dilatar el abdomen con la inspiración
contraen inconscientemente la zona intercostal, dando lugar a nuevas tensiones.

Es, en consecuencia, mucho mejor respetar el proceso de respiración que le sea normal al paciente llevándole con
suavidad, mediante sugestiones convenientemente adaptadas a la respiración intercostal.

Este tipo de respiración favorece especialmente la relajación hipnótica, e, indirectamente, una respiración abdominal
espontánea.

Métodos de inducción hipnótica


Vamos a pasar revista a una serie de métodos de inducción hipnótica, dándoles, en lo posible, un enfoque nuevo. No
pretendemos ser exhaustivos, sino exponer aquellos procedimientos que nuestra experiencia indica que destacan por
su sencillez y eficacia. El lector puede consultar en la abundante bibliografía sobre hipnosis existente respecto de
otros procedimientos tradicionales y sobradamente conocidos, como las denominadas pruebas de sugestibilidad. Tal
sucede con la prueba del péndulo, las manos entrelazadas, la catalepsia ocular, etc.

Estas pruebas de sugestibilidad se emplean para averiguar si el paciente que acude a la consulta será o no un buen
sujeto hipnótico. En nuestra opinión, estas pruebas tienen su interés, - sobre todo para la formación del clínico novel
en hipnosis -, pero su utilidad es muy relativa y tienen el doble inconveniente de ser un tanto mecánicas y consumir
mucho tiempo.

La realidad es que cuando se tiene suficiente experiencia en hipnosis es posible, con un alto grado de probabilidad,
deducir de la conducta del paciente que acude por primera vez a nuestra consulta, - sobre todo fijándonos en
sus indicadores no verbales -, si será o no un buen sujeto, sin necesidad de aplicarle las pruebas de sugestibilidad
previas. Hay que tener en cuenta que cuando un paciente acude a la terapia lo que quiere es resolver su problema,
no que le sometan a una serie de pruebas sin relación evidente con el motivo de consulta.

El clínico que utiliza la hipnosis obrará juiciosamente presentando la inducción del trance como un proceso
completamente natural, y con la tranquila seguridad de que, de una u otra forma, antes o después, se va a producir.
Dicho con otras palabras, es de la mayor importancia que el paciente se sienta atendido en su demanda sin rodeos y
con prontitud. Obrando como aconsejamos, el clínico comprobará que la inducción hipnótica se realiza fácilmente con
la gran mayoría de los sujetos.

Debe quedar claro, por otra parte, que la hipnosis está formalmentedesaconsejada en ciertos pacientes como los
casos límite o cuadros psicóticos, por lo que un psicodiagnóstico previo es muy recomendable.

3.1)Técnica de los párpados pesados

Entre las diferentes técnicas de inducción hipnótica, la que presentamos en este apartado destaca por su sencillez y
eficacia. La gran mayoría de los sujetos responde de buen grado y rápidamente.

Este procedimiento es prolijamente descrito por R.N. Shrout (1.987) a partir de la postura de uno de los padres de la
hipnosis moderna, Hippolyte Bernheim, quien refiriéndose al procedimiento clásico de lafijación visual hizo ver, con
sentido común, que el objeto de esta prueba no es el de fatigar el nervio óptico como afirmaban los hipnotizadores de
la época, sino, sencillamente, cansar y producir la sensación de pesadez de los párpados superiores.

Por diversas circunstancias, explica Shrout, la opinión de Bernheim no fue tenida en cuenta, y sólo posteriormente,
un hipnotizador norteamericano, Dave Elman, leyendo los trabajos del maestro francés, comprendió su importancia.
Después de observar miles de inducciones hipnóticas concluyó que la hipnosis comienza en un momento preciso y
que posee una nota inconfundible. Tiene lugar cuando los párpados comienzan a aletear, generalmente con un leve
temblor característico, y finalmente, se cierran. Esta peculiar manera de cerrar los ojos, afirmaba Elman, citado por
Shrout, es "la cuña que abre paso a la hipnosis". Siguiendo el razonamiento de Elman, se considera que el fenómeno
es reversible, en el sentido de que si se enseña al sujeto a hacer con los párpados superiores lo que realiza
espontáneamente al entrar en trance, éste se produce igualmente, pero de una manera más directa y con una
rapidez mucho mayor.

En nuestra práctica clínica procedemos como sigue:

Primeramente llamamos la atención al sujeto sobre su capacidad para sentir cualquier parte de su cuerpo, por
ejemplo, su mano izquierda (si es diestro), o su mano derecha (si es zurdo) le decimos:

"Usted", (nombre del sujeto), sabe que puede poner su atención en su mano izquierda y hacerse consciente de
todas las sensaciones que proceden de su mano. Sin necesidad de mirarla, puede sentir la posición de
cada dedo, el contacto con el muslo,el grado de tensión o relajación de la mano, su temperatura, el pulso (...).

Ahora, puede trasladar su atención a los párpados y sentir cómo se mueven (...) Quiero que se haga consciente de
su tensión al subir y de su relajación al bajar, con el parpadeo(...) Se dará cuenta, dentro de unos momentos, que
los párpados le van pesando (...) le pesan cada vez más (...) Ahora, simplemente,cierre los ojos con lentitud (...) va
notando que le pesan cada vez más (...) y una sensación de pesadez le recorre todo el cuerpo (...)Ahora, quiero
que vaya abriendo los ojos, lo más lentamente que pueda (...) notará que llega a un punto en que siente pereza en
seguir abriendo los ojos (...) Ahora puede cerrar de nuevo los párpados (...)

Sintiendo que una pesadez aún mayor le recorre todo el cuerpo (...)y así (nombre del sujeto), va deslizándose en
un profundo trance..."
[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones.

La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la espiración del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptándose a la inspiración].

A continuación se imparten las sugestiones habituales de profundización del trance.

Nuestra experiencia indica que, dominando este procedimiento, la mayoría de los sujetos caen en un trance ligero o
mediano, suficiente para el trabajo terapéutico, en unos 3 minutos.

Es de la mayor importancia la cadencia con la que se imparte las instrucciones, en función del ritmo respiratorio,
como hemos indicado.

Adaptar las sugestiones al ritmo respiratorio tiene múltiples ventajas. En nuestra opinión, la principal consiste en que,
- sin que el sujeto sea generalmente consciente de ello -, se asocia el ritmo de las sugestiones con un ritmo biológico
fundamental. Ello tiene un profundo efecto inconsciente.

Las sugestiones están cuidadosamente estudiadas, tanto desde el punto de vista del contenido como del fonético
para ser formuladas en una u otra fase del ciclo respiratorio. Concretamente durante la espiración, al ser más lenta,
se deben pronunciar con una mayor lentitud, alargando ligeramente las vocales, en tanto que durante la inspiración,
más breve, el ritmo debe ser más rápido y evitando, en lo posible, las palabras que contengan consonantes nasales.

Nosotros actuamos de esta forma porque la experiencia nos indica que es el proceder más eficaz. En cualquier caso,
la técnica propuesta es puramente orientativa y el lector puede emplear la que considere más adecuada a su
idiosincrasia personal.

Sin embargo el clínico que utilice la hipnosis en su consulta diaria comprobará una y otra vez y con seguridad, que la
adaptación de las sugestiones al ritmo respiratorio, tal como lo proponemos en la presente obra, tiene un efecto
mucho más potente y rápido que otros procedimientos.

Creemos que ha merecido la pena explicar con detalle esta técnica, ya que sienta las bases de nuestra exposición de
la mayoría de los procedimientos hipnóticos que se explicarán en las siguientes apartados, asociados a la
respiración.

Por último, queremos explicar la razón que aconseja empezar centrando la atención del sujeto en su mano no
dominante: ésta se halla relacionada con el hemisferio cerebral no dominante y en consecuencia, más asociado a los
procesos mentales inconscientes. Por otra parte es más fácil atender primero a la mano que a la zona ocular. Sobre
todo en la primera sesión de hipnosis, con un sujeto no entrenado, sugerirle que preste directamente atención a los
ojos, puede ocasionar cierta aprensión. Por este motivo, preferimos empezar por la mano para realizar a continuación
la transición a la zona ocular.

Este procedimiento es ligeramente más lento que el de Elman y Shrout, pero se gana en seguridad y en colaboración
con el inconsciente del sujeto.

Pero si resulta que al clínico lo que le interesa es una técnica lo más rápida posible, sin transiciones ni tener que
adaptarse al ritmo respiratorio del paciente, aconsejamos el método descrito por Shrout, que exponemos a
continuación:

1) Pídale al sujeto que cierre los ojos voluntaria y lentamente .

2) Sugiérale la sensación de relajación y pesadez de los párpados.

3) Pídale a continuación que levante los párpados con una lentitud aún mayor, lo más lentamente posible, hasta
alcanzar un punto en que los músculos presentarán resistencia a seguir subiendo. Entonces dé la orden de que cese
en su esfuerzo.

4) Pídale a continuación que relaje totalmente los párpados (cosa que hará de buen grado, como si momentos antes
hubiera estado realizando un gran esfuerzo), sintiéndolos aún más pesados y cerrando los ojos.

Se continúa impartiendo sugestiones de que esta relajación le invade y recorre todo el cuerpo de arriba abajo, desde
los ojos hasta los pies.

3.2) Técnica de la fijación ocular


Se trata de una de las técnicas clásicas de inducción. Presenta algunas variantes, según la mirada del sujeto se fije
en un objeto o punto determinado, o bien directamente en la propia mirada del experimentador .

También hay variaciones en cuanto al contenido, según se impartan sugestiones de sueño o solamente de relajación.

El clínico puede adoptar cualquier modalidad, siendo la mejor aquélla que le resulte más cómoda. Lo importante es
que tenga claro que para la inducción del estado hipnótico lo que cuenta no es la fijación de la mirada en sí
misma, sino utilizarla como medio para producir el cansancio de los párpados superiores, tal como hemos explicado
en el apartado anterior.

Se puede seguir cualquiera de los patrones de inducción clásicos (más adelante exponemos un patrón modelo) a
partir del cual el experimentador puede introducir cuantas modificaciones estime convenientes. Sin embargo,
queremos subrayar una vez más que la adaptación de las sugestiones al ritmo respiratorio del sujetoredunda en una
mayor eficacia de la inducción y, probablemente, en el logro de un trance más profundo.

El experimentador le pedirá al sujeto que dirija la mirada a un punto determinado situado en una posición ligeramente
superior, (con el fin de favorecer el cansancio de los párpados superiores pero sin que el sujeto tenga que adoptar
una posición forzada), y hablará como sigue:

"Ahora, mientras usted me sigue escuchando, fije los ojos en ese punto, centrando su atención en las
sensaciones que experimenta en su cuerpo, en sus brazos, en sus piernas (...)usted sigue contemplando
tranquilamente ese punto y poco a poco va sintiendo una sensación de pesadez en sus ojos... porque al
parpadear, cada vez con más frecuencia usted vaexperimentando una creciente sensación de pesadez en sus
ojos y también en sus brazos, en sus piernas y en su cuerpo(...). Y sus ojos se están poniendo más pesados todo el
tiempo (...). Y cada vez más, va sintiendo la necesidad de ir cerrando los ojos suavemente (...). Y ahora, mientras
usted cierra los ojos lentamentese da cuenta de una sensación de pesadez que le recorre todo el cuerpo desde la
cabeza a los pies, y también un deseo de dormir, mientras se va sumiendo poco a poco en un trance tranquilo
yprofundo..." (siguen las sugestiones normales de profundización).

[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones].

La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la espiración del sujeto, y la
negrita a las palabras que es preferible pronunciar adaptándose a la inspiración.

Por diversas razones, merece mención aparte la técnica de la fijación de la mirada en los ojos del hipnotizador. Se
trata de un procedimiento que puede ser desaconsejable con determinados sujetos que tienen la convicción, - y el
consiguiente temor -, en las propiedades "mágicas" de la mirada del hipnotizador. Pero, por la misma razón, puede
ser una buena técnica de inducción con otros sujetos que carecen de ese temor, y simplemente "creen" y "esperan"
que se les hipnotizará así, al tratarse del procedimiento más conocido entre el público en general.

Más allá de estas consideraciones, la fijación de la mirada utilizada de esta forma tiene unos matices certeramente
sintetizados por Kroger con las siguientes palabras:

"El operador se para frente al sujeto y hace que éste le mire directamente a los ojos, mientras que él recorre con la
vista desde el puente de la nariz del paciente hasta la punta de la misma. Esto hace que las pupilas del operador se
contraigan y dilaten sucesivamente, y fija la atención del sujeto. (La cursiva es nuestra) [W. Kroger: Hipnosis Clínica y
Experimental; Ed. Glem, p. 110].

Para una inducción más eficaz, aconsejamos proceder como sigue:

" Quiero que usted dirija su mirada a mis ojos, [Debe evitarse el término "entrecejo" o similar. En cuanto al
experimentador, irá deslizando rítmicamente su mirada desde el entrecejo a la punta de la nariz del sujeto, tal como
se indicará más adelante.], y mientras escucha lo que le voy diciendo, siga mirándome (...) y usted puedesentir que
mientras sigue mirándome a los ojos, sus ojos se van sintiendo cada vez más pesados (...) Mire dentro de mis ojos,
y a medida que me va mirando a los ojos, sus ojos se van sintiendo cada vez más pesados y poco a poco se van
cerrando lentamente(...) y puede sentir cómo sus ojos se sienten cada vez más pesados y se van cerrando tranquila
y completamente (...) (siguen las sugestiones de profundización). [ Los puntos entre paréntesis se refieren a las
pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la
espiración del sujeto, y la negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptándose a la inspiración] .

Lo característico de esta técnica, tal como la exponemos, radica en la utilización que el clínico hace de su mirada,
deslizándola lentamente desde el entrecejo a la punta de la nariz del sujeto durante la fase de espiración de éste
(cursiva) en un movimiento descendente, y de la punta de la nariz al entrecejo durante su inspiración (negrita) en un
movimiento ascendente más rápido. Esterítmico fluctuar de la mirada del experimentador tiene un efecto visual
subliminal que puede llegar a ser muy absorbente para el sujeto, el cual, generalmente, no tiene clara conciencia de
lo que está sucediendo.

Reconocemos que el empleo de la mirada sincronizándola con las sugestiones y el ritmo respiratorio del sujeto
requiere cierta práctica por parte del experimentador, pero dada la eficacia de este proceder, merece la pena tomarse
la molestia de entrenarse suficientemente en este sentido.

Una adecuada utilización de la mirada, tal como exponemos, puede permitir en bastantes casos efectuar una
inducción hipnótica prácticamente silenciosa. Si el clínico quiere recurrir a ella, ya sea con fines experimentales, o
tratándose de pacientes que por algún motivo se sienten perturbados al escuchar las sugestiones verbales, puede
proceder como sigue:

El experimentador se situará frente al sujeto, preferiblemente en un plano ligeramente superior (a fin de favorecer en
cierta medida el cansancio de los párpados superiores del sujeto), y le dirá: "Dirija su mirada a mis ojos. Dentro de
unos momentos empezaré a guardar silencio, y usted me seguirá mirando a los ojos hasta que note que se van
sintiendo más pesados y los irá cerrando gradualmente".

Llegados a este punto, el experimentador dirigirá tranquilamente la mirada al entrecejo del sujeto haciéndola
descender hasta la punta de la nariz (o si lo prefiere, hasta el labio superior) con la espiración, y ascender hasta el
entrecejo de nuevo sincronizándola con la inspiración.

Debe repetirse pacientemente este proceder hasta que el sujeto dé señales de entrada en el trance hipnótico y cierre
los ojos. A continuación, el experimentador puede volver a tomar muy lenta y suavemente la palabra (no se olvide
que para entonces el sujeto se habrá "acostumbrado" al silencio y escuchar repentinamente la voz del hipnotizador le
podría producir un sobresalto), a fin de impartir las sugestiones de profundización.

Conviene advertir que este procedimiento es notablemente más lento que los anteriores, pero, en nuestra
experiencia, la profundidad del trance es igual o incluso mayor. Asimismo, requiere cierto entrenamiento por parte del
experimentador, quien debe acostumbrarse a mirar tranquilamente, (hay que evitar "clavar" la mirada en el sujeto,
que podría sentirse incómodo, con toda razón), espaciando la acción del parpadeo. En muchos casos puede ser útil
descender la mirada hasta el labio superior del sujeto, ya que al valernos únicamente de este medio para producir el
trance puede ser necesario tener un recorrido algo más amplio. Lo importante es que los movimientos oculares del
experimentador sean fluidos y se hallen sincronizados con el ritmo de la respiración del sujeto.

Debemos advertir, por último, que las técnicas de inducción basadas en la mirada del experimentador pueden ser
contraproducentes con determinados pacientes, sobre todo los de marcada tendencia paranoide, típicamente
hipersensibles "a que me miren", que pueden negarse a tales procedimientos porque "cuando yo cierre los ojos,
usted me seguirá mirando..."

3.3) Levitación de la mano

En principio, ésta técnica de inducción procede de M.H. Erickson pero, aclara Weitzenhoffer, una de las mejores
descripciones de la técnica corresponde a Wolberg, quien la consideraba el mejor método de inducción hipnótica, aún
reconociendo que es el procedimiento más difícil y que exige mayor resistencia y autocontrol del hipnotizador.

Por esta razón los estudiantes poco experimentados en hipnosis tienden a eludirla, al considerar que un eventual
fracaso en esta prueba les puede dejar en evidencia. Sin embargo, consideramos que la levitación de la mano,
además de su probado valor como técnica de inducción, tiene una gran importancia formativa, por lo que
aconsejamos al clínico novel que la aprenda cuidadosamente.

El procedimiento clásico es sobradamente conocido y sirve de base a los que vamos a exponer a continuación,
introduciendo algunas modificaciones que, creemos sinceramente, dan lugar a una inducción más eficaz al
aprovechar el proceso normal de la respiración y captar con mayor facilidad la atención del paciente.

En nuestra práctica diaria procedemos como sigue:

Primeramente, establecemos la dominancia manual, diestra o zurda. Aconsejamos que el paciente esté sentado, con
las manos sobre los muslos, aunque puede estar igualmente tumbado en el diván.

A continuación, focalizamos la atención del paciente en la mano no dominante:

la izquierda, si es diestro; la derecha, si es zurdo. Nuestra experiencia dice que está inversión de dominancia, si bien
tiene su interés (parece ser que se alcanza así un trance de mayor profundidad), tampoco es de importancia decisiva,
por lo que el clínico, ya sea en casos de ambidextrismo o por otro motivo, puede escoger cualquiera de las manos, o
dejarle la elección al sujeto. Sí es importante, en cambio, que las manos estén con las palmas hacia abajo.

En tercer lugar, le decimos:

Ahora, quiero que usted centre la atención en su mano izquierda (derecha). Usted sabe que tiene una mano izquierda
(derecha) y eso es importante (...) Pero es todavía más importante que sienta la presencia de su mano izquierda
(derecha) (...) Su grado de tensión o relajación (...), la postura de cada uno de los dedos (...), su quietud o ligero
movimiento (...), la temperatura de la piel, tanto en la palma como en el dorso de la mano..., el contacto con la tela del
pantalón (falda) (...)

Y puede darse cuenta que no siente la misma temperatura en la palma que en el dorso de la mano.

Quiero que ahora centre su atención en todas las sensaciones y movimientos que experimenta en su mano izquierda
(derecha) y en los dedos (...) hasta los más pequeños movimientos de los dedos (...) usted va a notar que uno de los
dedos empieza a moverse más y es interesante ver cuál empezará a moverse primero (...) (cuando empieza a
moverse uno de los dedos), y ahora empiezan a moverse los demás dedos ligeramente y se van levantando
levemente y usted, pronto va a notar que su mano se va sintiendoalgo más ligera, poco a poco, (...) Al principio se
levantará muy despacio, como si se fuera despegando del muslo (o del brazo de la butaca) lentamente, luego se
elevará cada vez más rápido (...) y ya nota que la mano se va sintiendo más ligera y se valevantando
levemente, más arriba, y a medida que va subiendo,usted va entrando en un trance cada vez más profundo (...) y
sube ahora cada vez más rápida y ligeramente. Y cuando la manotoque su cara se irá deslizando en un estado
de trance cada vez más intenso (...) la mano se va elevando cada vez más, más ligeramente (...) ya toca su
cara y siente los ojos pesados y se van cerrando suavemente (...) (Siguen las sugestiones de profundización del
trance hipnótico) [Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las
sugestiones que preferiblemente se deben impartir durante la espiración del sujeto, y la negrita, a las palabras que
es preferiblemente pronunciar durante la inspiración. La primera parte de las sugestiones debe darse hablando de
forma coloquial. Cuando los dedos empiecen a moverse, se asociarán las sugestiones al ritmo respiratorio].

La técnica de la levitación de la mano puede suponer una verdadera prueba de autocontrol y resistencia para el
clínico que empieza su andadura en el terreno de la hipnosis. Sin embargo, es cierto que constituye una excelente
técnica cuyo valor real no se reduce simplemente a la inducción, sino que asimismo sirve, convenientemente
utilizada, como técnica de profundización, y para producir otros fenómenos, como la anestesia de guante.

La levitación de la mano, tal como la acabamos de exponer, tiene la ventaja de que utiliza el efecto
inconscientemente mecánico de la respiración, ya que en la fase de inspiración se tiende de forma automática a
elevar ligeramente el antebrazo y la mano correspondiente. Además, el procedimiento que aconsejamos aprovecha
tanto el significado como sus posibilidades de evocación fonética, -"ligero", "elevar", "levantar", "levemente"-, para,
formulados selectivamente en la fase de inspiración, producir el efecto deseado. Naturalmente, es fundamental
asimismo sincronizar al ritmo y contenido de las sugestiones con la respuesta que vaya dando el sujeto.

Una utilización novedosa de esta técnica (al menos, no conocemos que ningún autor la haya propuesto) es como un
eficaz medio deprofundización del trance.

Esto puede conseguirse de varias formas. La más lógica es enfocarla como una continuación de la técnica de
inducción que acabamos de exponer. Una vez se ha logrado la levitación de la mano y ésta ha tocado la cara del
sujeto, le diremos:

"Mientras su mano permanece en lo alto, usted puede sentir que se va introduciendo en un estado de trance cada
vez más intenso(...) y usted (nombre del sujeto) a medida que va escuchando mis palabras irá sintiendo su mano
izquierda (derecha) de nuevo algo más pesada, y cuanto más le pese se irá deslizando en un trance más
profundo (...) y yo contaré de uno a tres, y a cada número que yo cuente sentirá que su mano va pesando cada
vez más, y cuando diga ¡tres! Sentirá que su mano estará muy pesada, la soltará de repente y dejará caer sobre la
pierna (o sobre el brazo del sillón)...uno...dos...¡tres! (el sujeto relajará bruscamente el brazo y la mano caerá de la
forma indicada). Relájese por completoy duérmase profundamente...[los puntos entre paréntesis se refieren a las
pausas entre sugestiones. La cursiva, se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben impartir durante la
espiración, y la negrita, a las palabras que es preferible pronunciar durante la inspiración].

Este procedimiento merece una explicación. Durante la fase de levitación de la mano, el sujeto se halla sometido a un
sobreesfuerzo evidente, hasta el punto que este método podríamos considerarlo como una técnica de inoculación del
estrés inducida hipnóticamente. Es, por ejemplo, fácilmente observable que mientras levita la mano, la respiración del
sujeto se hace más agitada. Si, además, palpamos el antebrazo y brazo del sujeto, comprobaremos con frecuencia
que se hallan en un estado de catalepsia al menos parcial.
Si una vez culminada la levitación (fase de inducción) abordamos la siguiente fase de profundización hipnótica con la
dinámica opuesta, la reacción natural del sujeto será de una repentina relajación, - tanto del brazo como global -, que
convenientemente aprovechada, constituye un excelente camino para alcanzar rápidamente un grado de hipnosis
medio o incluso profundo.

Según lo expuesto, el esquema es el siguiente:

Levitación de la mano

(Inducción)

Ligereza

Catalepsia

Inspiración

Descenso de la mano

(Profundización)

Pesadez

Relajación

Espiración

Efectivamente, como el lector habrá observado, mientras en la levitación las sugestiones clave se imparten durante la
inspiración, en el descenso de la mano se formulan durante la espiración.

Si bien la técnica de descenso de la mano es un procedimiento que deberíamos haber expuesto en el capítulo
próximo, dedicado a los métodos de profundización del trance hemos creído aconsejable hacer una excepción y
exponerla en este apartado ya que constituye la continuación natural y lógica de la técnica de levitación.

En el apartado siguiente exponemos otra modalidad de la levitación de la mano como variante del método
fraccionado.

La mayoría de los autores exponen el procedimiento de la levitación de la mano y pasan luego a otros fenómenos
hipnóticos "dejando", aparentemente, al sujeto con la mano indefinidamente en alto, cosa que no suele suceder en la
mayoría de los casos. Hemos preferido pues, exponer el ciclo completo de levitación (inspiración) -descenso
(espiración).

El valor de la técnica de la levitación de la mano no se agota en su empleo para la inducción hipnótica. Se trata de un
procedimiento cargado de simbolismo que puede ser utilizado por el clínico hábil en el transcurso de la terapia para
tratar toda una variedad de trastornos: depresión, disfunción eréctil, etc, así como medio para producir otros
fenómenos, como la anestesia de guante.

3.4) El método fraccionado

El método fraccionado, o técnica de Vogt, está considerado como uno de los más eficaces para el tratamiento de
sujetos resistentes a otros procedimientos, o bien para inducir un estado de trance muy profundo, como señala
Weitzenhoffer.

Básicamente el método fraccionado consiste en la rápida alternancia de cortos períodos de trance y vigilia. La
práctica demuestra que en cada fase de hipnosis el paciente va cayendo en un trance cada vez más profundo,
costándole un poco más, cada vez, despertarse al cumplir cada ciclo de trance y vigilia. Nuestra experiencia es que
después de tres ciclos, la mayoría de los pacientes se encuentran preparados para una

hipnosis media o profunda, aún en los casos que presentaban fuertes resistencias con otros procedimientos.

En su aplicación clásica, el método fraccionado es el siguiente:


Una vez que se ha hipnotizado el sujeto con alguno de los procedimientos habituales, y suponiendo que se halla en
un trance ligero que se desea profundizar, se le advierte: "Le voy a despertar dentro de unos segundos... Cuando yo
chasquee los dedos (u otra señal establecida, como tocarle el hombro, la mano, etc), usted despertará
completamente, pero en seguida volverá a sentir que los párpados le pesan, deseará cerrar los ojos de nuevo y se
dormirá más profundamente.

A continuación, se procede a despertar al sujeto siguiendo al pie de la letra las instrucciones acordadas, e
igualmente, se le vuelve a hipnotizar agregando sugestiones de profundización (si bien nuestra experiencia indica
que la mera alteración vigilia-hipnosis suele ser suficiente para profundizar el trance. Este procedimiento, como
hemos indicado, es suficiente repetirlo unas tres veces, aunque a veces basta con dos y, en cualquier caso, no hay
inconveniente en repetirlo en cuatro o más ciclos.

La técnica del fraccionamiento tiene multitud de variantes, algunas de las más conocidas vamos a exponer a
continuación:

 Una de las variantes principales consiste en preguntar al sujeto, una vez despierto, qué componentes sugestivos
de la inducción previa (determinadas palabras, tonos de voz, sensaciones, etc) han contribuido con mayor eficacia a
la inducción del trance, con la finalidad de incorporar selectivamente estos elementos a la siguiente inducción
fraccionada combinándolos con sugestiones de profundización. Como señalan tanto Kroger como Weitzenhoffer, es
uno de los procedimientos más eficaces

con los pacientes que tienen dificultades para desarrollar un trance profundo. Una de las claves de éste método
radica en eliminar las sugestiones que previamente se revelan como ineficaces, o a las que puede presentar
resistencias.

 Otra variante consiste en alternar los ciclos trance-vigilia sin impartir sugestiones de repetición, como explica
Weitzenhoffer. Sencillamente, el clínico se limita a hipnotizar, despertar y rehipnotizar al paciente sin previo aviso y
en rápida sucesión. La ventaja de este proceder es que induce en el paciente un estado de confusión mental
selectiva que puede ser habitualmente utilizado por el clínico para combatir hábitos y pautas mentales muy
arraigadas en el paciente.
 Una tercera variante del método fraccionado consiste en combinarla con la levitación de la mano. Se puede utilizar
tanto en el proceso de inducción como en el de profundización.

Aconsejamos utilizar la levitación de la mano siguiendo las instrucciones impartidas en el apartado correspondiente.
Pero en su versión fraccionada, y para profundizar el trance se procederá como sigue:

"Dentro de unos momentos sentirá que la mano le pesa y caerácompletamente relajada sobre su muslo(...) pero
tan pronto caiga, volverá a sentirla nuevamente ligera y se volverá a levantargradualmente y cada vez
más rápido (...) y cada vez que su mano caiga con todo su peso usted caerá en un profundo sueño(...) y cuando
su mano se vuelva a levantar después, su estado de trance se hará todavía más intenso (...) y todo esto, bajar y
subir, ocurrirá repetidamente, varias veces, hasta que caiga en un trance muy profundo..."

[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las sugestiones que
preferiblemente se deben dar durante la espiración del sujeto, y la negrita, a las palabras que es preferible
pronunciar adaptándose a la inspiración].

A continuación, se imparten alternativamente las sugestiones de levitación y pesadez de la mano según hemos
explicado en el apartado anterior.

A nuestro juicio, la principal ventaja del método fraccionado con la levitación de la mano consiste en favorecer una
colaboración más activa y personalizada del paciente en el proceso hipnótico.

3.5) Inducción mediante imágenes idiorretinales

Esta técnica se basa en la persistencia de las imágenes una vez cerrados los ojos.

Puede utilizarse para el efecto cualquier fuente luminosa de mediana intensidad. En nuestra práctica, le pedimos al
paciente que mire fijamente una de las lámparas del despacho o, mejor aún, una linterna-lápiz.

Recomendamos que las sugestiones de inducción sean, aproximadamente, como siguen:

"Mire fijamente la lámpara (o cualquier otra fuente luminosa) y procure parpadear lo menos posible, siempre que no le
resulte incómodo (...) permanezca así, mirándola unos segundos (...) usted notará que el punto luminoso se irá
haciendo más brillante y absorbiendo su atención poco a poco, cada vez más (...) (pasado un tiempo variable de
fijación - entre 1 y 2 minutos suelen ser suficientes -, se apaga el estímulo luminoso y se le dice al paciente:) Ahora
cierre los ojos y contemple la imagen interna de esta luz, que se le aparecerá en negativo (...) fije su mirada interior
en esa luz y observe como aparece y desaparece, cómo se mueve y cambia(...) y mientras se va dando cuenta de
todos estos cambios, se va deslizando suavemente en un profundo trance (...) y puede contemplar
también muchos puntitos brillantes y de colores, como un cielo estrellado (...) y mientras los contempla con todos
sus cambios, usted se va sumergiendo en un estado de trance cada vez más profundo y así se da cuenta de
que se va durmiendo cada vez más, duérmase profundamente (...) (Siguen las sugestiones de profundización). [ Los
puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones, La cursiva se refiere a las sugestiones que
preferiblemente se deben dar durante la espiración del sujeto, yla negrita, a las palabras que es preferible pronunciar
adpatándose a la inspiración].

Según nuestro criterio, en este tipo de inducción las sugestiones adaptadas al ritmo respiratorio sólo se deben dar en
la segunda parte, cuando aparecen directamente las sugestiones de sueño, y así lo hemos consignado.

Este procedimiento hipnótico se basa en los postefectos figurales, bien estudiados en psicología de la percepción y
en cuya explicación no podemos entrar aquí. Para nuestro propósito lo más importante es subrayar que la técnica de
las imágenes idiorretinales puede resultar muy absorbente y eficaz con determinados sujetos, principalmente los que
tienen una capacidad natural para formar imágenes mentales intensas. Pero, curiosamente, también lo hemos
empleado con éxito con sujetos que manifiestan su incapacidad para "visualizar" lo que va diciendo el hipnotizador y
se limitan a escuchar pasivamente lo que éste les dice.

Asimismo, aunque no lo hemos podido constatar en un suficiente número de casos, las imágenes idiorretinales
parecen ser una excelente introducción en aquellas sesiones en la que van a producir diversos fenómenos hipnóticos
regresivos. Según esto, se podría pensar que la simple contemplación de la imágenes luminosas internas tiene algún
efecto regresivo implícito.

En nuestra práctica clínica, en ocasiones recurrimos a la siguiente maniobra:

Si observamos que el paciente presenta una clara tendencia a mirar en una dirección determinada (por ejemplo, a su
izquierda) al referirse a un suceso concreto que habrá de revivir cuando entre en trance hipnótico, al emplear este
método de inducción le colocamos el estímulo luminoso en la misma dirección ( a su izquierda, en nuestro ejemplo),
con resultados generalmente positivos.

Pero si lo que queremos es inducirle a imaginar hipnóticamente una conducta superadora de la limitación que ese
recuerdo implicaba, le presentamos la fuente de luz en una posición diametralmente opuesta (a la derecha ).

John Munford, en su precioso librito Yoga sin esfuerzo, presenta dos técnicas basadas en las imágenes idiorretinales
llamadas Yoni Mudra y Chakra Dharana recomendándolas como excelentes medios para que el sujeto pueda aislarse
de los estímulos ambientales perturbadores así como para mejorar las facultades mentales de concentración,
visualización y memoria.

Kroger, por su parte, recomienda una interesante modificación de esta técnica consistente en pedir al sujeto que
durante la cuenta de uno a diez, cierre los ojos en cada número par, mientras "visualiza" la luz que mira fijamente
durante los números impares. Cuando el paciente comience a dar muestras de fatiga ocular, se le imparten
sugestiones de sueño. La denomina técnica del cierre ocular y la persistencia de las imágenes.

3.6) Inducción mediante imágenes mentales.

En el capítulo anterior ya hemos advertido la importancia que tiene el empleo de las imágenes mentales para el
desarrollo de la hipnosis, en su conjunto, así como para la producción de diversos fenómenos como la anestesia de
guante. Asimismo, el empleo de las imágenes mentales tiene un gran valor en el tratamiento de fobias y otras
perturbaciones mediante hipnosis.

También hemos llamado la atención de que el empleo de imágenes mentales puede tener sus limitaciones derivadas
del hecho, frecuentemente constatado en la práctica clínica, de que muchos sujetos no "activan" en realidad las
imágenes que les va sugiriendo el hipnotizador sino que se limitan a escuchar pasivamente lo que éste les dice.

Tal actitud, generalmente llena de buena fe, suele basarse en el malentendido de considerar que el trance hipnótico
es un estado de pasividad absoluta por parte del sujeto, - corriendo todo a cargo del operador -, por lo que ni siquiera
es necesario tomarse la molestia de crear las imágenes mentales que se les van sugiriendo.

En algunos casos parece darse asímismo una incapacidad parcial o total para crear imágenes mentales, según
manifiestan los interesados.
El terapeuta hará bien en indagar la causa de esta incapacidad, - muchas veces sólo aparente -, que puede deberse
a un trauma, un bloqueo o a la propia constitución psicológica del sujeto. En tales casos el clínico deberá
emplear técnicas de inducción alternativas, sobre todo en las primera sesiones, a fin de no generar resistencias
innecesarias.

En consecuencia, antes de emplear estas técnicas, nuestro consejo es que el terapeuta responsable no dé por
supuesto que el paciente puede crear imágenes visuales espontáneas a partir de las sugestiones, sino que explore
concienzudamente su capacidad de visualización interna.

Una dificultad añadida radica en que las instrucciones hipnóticas clásicas (de las que autores como Fezler son
herederos), suelen ser excesivamente detallistas, reduciendo el margen que tiene el paciente para adaptarlas a su
propio estilo. Por esta razón en muchos casos es más eficaz emplear imágenes sugestivas menos concretas, más
"borrosas", o como se diría en el ámbito del psicoanálisis, más sobredeterminadas, En consecuencia, antes de
emplear estas técnicas, nuestro consejo es que el terapeuta responsable no dé por supuesto que el paciente puede
crear imágenes visuales espontáneas a partir de las sugestiones, sino que explore concienzudamente su capacidad
de visualización interna.

Una dificultad añadida radica en que las instrucciones hipnóticas clásicas (de las que autores como Fezler son
herederos), suelen ser excesivamente detallistas, reduciendo el margen que tiene el paciente para adaptarlas a su
propio estilo. Por esta razón en muchos casos es más eficaz emplear imágenes sugestivas menos concretas, más
"borrosas", o como se diría en el ámbito del psicoanálisis, más sobredeterminadas,

Ejercicio para dejar de comer pan en exceso

Una persona llegó al consultorio pidiendo ayuda para bajar de peso. Primero hice una exploración sobre su estilo de vida,
su estado emocional y sus hábitos alimenticios. Trabajamos primero en varios problemas familiares y de conducta.
Trabajamos con su relación de pareja que también estaba mal y con su estado emocional que era muy inestable. Una vez
que logró hacer los cambios necesarios y sentirse más en control, iniciamos con sus hábitos alimenticios. Después de una
exploración sobre sus hábitos desde la infancia, iniciamos con varios ejercicios y el siguiente fue el que más influencia tuvo
en el cambio: -

Ejercicio del chazz:

Síntoma: Comer demasiado pan, tanto en el desayuno como en la comida.

o Buscar el momento cuando está a punto de tomar el pan para comerlo. En ese momento congelar la
imagen y ahora que sienta los dos panes en su estómago. Lo siente pesado y su estómago está
tratando de digerirlo.
o Cambiar la imagen mediante un chasquido de los dedos por una imagen donde sólo hay un pedazo
pequeño de pan y este es suficiente con los alimentos que está tomando. Siente el estómago más
ligero. “Y esto es bueno para ti.”
o Estos dos pasos se repiten cinco veces consecutivas. Es un ejercicio de visualización guiado y en cada
ocasión, el terapeuta le dice cómo se siente el estómago con los dos panes y luego cómo se siente con
un pedazo. Después de la segunda visualización tiene un pequeño descanso y puede cerrar los ojos.
La frase “Y esto es bueno para ti.” Es algo que el paciente quiso incluir.
o Después de la quinta vez que visualizó esto, se le da un momento para que respire, descanse.
Me comentó que ya en la tercera ocasión y en adelante, la primera escena de tomar el pan para comerlo
empezaba a estar desenfocada y sin interés para él.

 Ahora le pedí que pensara en el día de mañana a la hora del desayuno, en la misma escena y alargando la
mano para tomar el pan. Para su sorpresa, sintió pesado el estómago y un disgusto por el pan. Ya no había
más motivación para comer eso.
 La prueba de fuego fue al día siguiente cuando en verdad se enfrenta al pan. Tuvo la misma sensación de
pesadez al ver el pan y decidió no tomarlo. En seguida sintió una satisfacción enorme al darse cuenta que
no tenía que luchar contra su voluntad para dejar el pan. Ya no había ni lucha ni esfuerzo para frenarse, se
frenaba automáticamente.
Programación Neurolingüística te provee de cambios en tus patrones mentales para que el cambio sea más
fácil de lo que crees. Se crean nuevas rutas de conducta y con ellas se crean nuevas creencias “Y esto es
bueno para ti.”

Lo único necesario para lograr el cambio es querer y poner en acción esta técnica. Para reforzarla la puedes
repetir antes de dormir. Es realmente muy efectiva.

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