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Recurso de casación
I. PRETENSIÓN IMPUGNATORIA
Interpongo recurso de casación contra la Resolución N° 3 de fecha 22 de junio de
2019, la cual confirma la sentencia de primer grado que declara infundada la demanda de
nulidad de acto jurídico.
Asimismo, dado que la resolución impugnada se trata de una sentencia que pone fi n al
proceso, el medio impugnatorio adecuado es el recurso de casación. Dicho recurso lo
formulo dentro del plazo de diez días establecido en el artículo 387.3 del Código Procesal
Civil.
Por otro lado, en virtud de lo dispuesto en la primera parte del inciso 2 del artículo 387
del Código Procesal Civil, interpongo el presente recurso de casación directamente ante la
sala de su presidencia, acompañando los requisitos exigidos en dicha norma.
Finalmente, de acuerdo a la exigencia contenida en la primera parte del artículo 358 del
Código Procesal Civil, la resolución impugnada está afectada de error y me causa agravio,
tal como paso a detallar más adelante.
El artículo 219 del Código Civil está comprendido de nueve incisos, cada uno de los
cuales indica una causal por la que un acto jurídico es nulo. Sin embargo, la novena causal
establece la nulidad “en el caso del artículo V del Título Preliminar, salvo que la ley
establezca sanción diversa”. La doctrina le ha llamado a esta categoría la nulidad virtual,
esto es, una nulidad “abierta”, en la que tan solo basta comprobar una vulneración a las
normas de orden público o buenas costumbres –cualesquiera que sean– para que el acto
jurídico esté viciado. Asimismo, si el acto contraviene las normas imperativas, al ser estas
una expresión del orden público, también existirá nulidad.
2.2. Inaplicación de los artículos V y 219 del Código Civil por la resolución impugnada
El artículo V del Título Preliminar del Código Civil señala lo siguiente: “Es nulo el acto
jurídico contrario a las leyes que interesan al orden público o a las buenas costumbres”.
Por su parte, el artículo 219 del Código Civil dispone: “El acto jurídico es nulo: (…) 9. En
el caso del artículo V del Título Preliminar, salvo que la ley establezca sanción diversa”.
Los fundamentos por lo que la Sala Superior decidió confirmar la sentencia son
sustancialmente los mismos que esta adoptó. Así, en el considerando noveno de la
resolución impugnada se dice lo siguiente:
“Que, no se constata que el acto jurídico del que se pretende su nulidad haya incurrido
en causal de nulidad, pues de una lectura del artículo 219 del Código Civil, el celebrar
un contrato con mala fe no es motivo para anular un acto jurídico, mucho menos
cuando la nulidad es una sanción excepcional y devastadora, que por tanto debe estar
expresamente prevista en la ley, tal como se desprende del propio artículo 219 del
Código Civil, que señala taxativamente las únicas causales por las que existe nulidad”.
Los medios probatorios ofrecidos por mi parte demuestran que los demandados han
obrado con mala fe. Inclusive, las dos sentencias de mérito han corroborado este hecho,
solo que optaron por no anular el acto jurídico porque consideraron, equívocamente, que la
mala fe no puede generar la nulidad de un acto jurídico.
Al respecto, es preciso tener en cuenta lo dispuesto por el artículo 1362 del Código
Civil: “Los contratos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena
fe y común intención de las partes”. No puede haber dudas de que la norma que acabo de
reseñar es una norma imperativa; es decir, de obligatorio cumplimiento por las partes, sin
ningún tipo de posibilidad de que las partes decidan no cumplirla. El ordenamiento jurídico
exige que exista buena fe en las transacciones y en los actos de los privados en general, y
por ello consagra una norma imperativa.
Por su parte, ya hemos señalado que las normas imperativas son manifestaciones del
orden público. De ahí que es correcto afirmar que una contravención a una norma
imperativa equivale a contravenir una norma de orden público y, por lo tanto, es pasible de
ser sancionada con nulidad.
En conclusión, los jueces de mérito han inaplicado las normas pertinentes para resolver
la presente litis, lo cual demuestra que se ha producido una infracción normativa.
Asimismo, el hecho de que sean normas determinantes demuestran suficientemente la
incidencia directa de dicha infracción sobre la decisión impugnada.
En virtud de lo dispuesto en el inciso 4 del artículo 388 del Código Procesal Civil,
cumplo con indicar a la Sala que el pedido contenido en el presente recurso de casación es
uno de tipo revocatorio. Ello quiere decir que la actuación de la Sala deberá consistir en
revocar la Resolución N° 3 de fecha 22 de junio de 2009 y, reformándola, declarar fundada
la demanda. En otras palabras, al no existir ningún tipo de vicio, la Sala Suprema deberá
pronunciarse sobre el mérito, resolviendo en forma definitiva el conflicto de intereses.
POR TANTO
PRIMER OTROSÍ DIGO: Acompaño al presente escrito los siguientes anexos, tal
como exige el artículo 387.2 del Código Procesal Civil:
• Resolución N° 3 de fecha 22 de junio de 2019, que confirma la sentencia que, a su vez,
declara fundada la demanda. Dicha resolución se encuentra debidamente certificada, con
sello y firma por el letrado que me patrocina y que suscribe el presente escrito.
SEGUNDO OTROSÍ DIGO: Acompaño copias del presente escrito para notificar a la
contraparte y cédulas de notificación en forma suficiente.
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I. PRETENSIÓN IMPUGNATORIA
En virtud de lo dispuesto en el artículo 401 del Código Procesal Civil, interpongo
recurso de queja contra la Resolución N° 9 de fecha 20 de junio de 2019, la cual declara
inadmisible el recurso de apelación presentado por mi parte el 18 de junio de 2019.
Por otro lado, de acuerdo a la exigencia contenida en la primera parte del artículo 358
del Código Procesal Civil, la resolución impugnada adolece de vicio y me causa agravio,
tal como paso a detallar a continuación.
2.1. Hechos
• Después de ser notificada, dentro del plazo de ley, formulé recurso de apelación contra
la anterior resolución.
• Por Resolución N° 9 de fecha 20 de junio de 2019, el juzga-do declaró inadmisible el
recurso de apelación por no haber consignado la tasa judicial por concepto de
apelación, pero en vez de consignar un plazo para subsanar la omisión, determinó que
en sede de apelación la norma procesal no prevé ningún tipo de plazo para subsanar, por
lo cual rechazo el recurso.
Sin embargo, este yerra al señalar que “en sede de impugnación, la norma procesal no
prevé un plazo específico para subsanar, por lo cual mal haría un juez en otorgarlo. Así
pues, en sede de apelación no es posible subsanar un vicio”. Partiendo del hecho de que
toda declaración de inadmisibilidad produce el otorgamiento de un plazo para la
subsanación –porque esa es su principal consecuencia– la lógica empleada por el juez
carece de sustento. Es contradictorio declarar la inadmisibilidad y no otorgar plazo de
subsanación alguno.
El juez de primer grado sostiene que la norma procesal no establece ningún plazo para la
subsanación. Al respecto, es cierto que no hay un plazo expreso, como sí sucede en el caso de
la inadmisibilidad de la demanda, pero ello no es óbice para afirmar que por dicha razón no
puede haber subsanación. En efecto, basta con advertir que el CPC establece requisitos
generales y específicos de admisibilidad y procedencia para interpretar que los primeros son
subsanables y los segundos no lo son.
POR TANTO
PRIMER OTROSÍ DIGO: Acompaño al presente escrito los siguientes anexos, tal
como exige el artículo 402 del Código Procesal Civil:
SEGUNDO OTROSÍ DIGO: Acompaño copias del presente escrito para notificar a la
contraparte y cédulas de notificación en forma suficiente.
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