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eee Conc e Cee ty ck tient seC Retain ie: eT dia y desprecio, por parte del resto del planeta. Especialmente después de la eee cre Min cette Cee m ict ror muir te jCuadles son las raices del antiamericanismo? ;Posee una base objetiva? Coc sicr acetate CR eRCe ERaec iss ees eis POR ee UMC CCE Cee eel eg Después de los atentados del 11 de septiembre se requiere mas que nunca una Corte EMT relate CMC Mel etm eee ur Cy demonizacién que padecen los Estados Unidos como modelo de sociedad y CC CM eee Ta se Ue TLC) Oa Wa LCOeSL Ames [-) Jean-Francois Revel en La obsesién antiamericana, ,Como son vistos los See Cee Ce Ce en ea UU Eee eon inteligente denuncia de las contradicciones del antimericanismo y de las incon- Pees (oe MUotecSMe MEM Cel ar-lb Te MULE «Un libro.devastador e irénico que pone en su sitio a los maniacos de la nueva religién, eau e ria cae eee Cee eet ee Re ee one CO UC ie UCU RC Ce Oe EEL eee Parc WN Exposicién de motivos os editores son los mejores amigos de los autores. Como yo habia publicado sélo uno o das libros al aio, mi amigo Olivier Orban empez6 a temer que me viera cada vez mas hundido en la pereza. Temid los efectos devastadores que tendria en mi la ocio- sidad, conque, pisoteando la Declaracion Universal de Derechos Humanos, que prohibe la tortura, me propuso que en el ano 2000 «celebrara», si se me permite la antifrasis, el trigésimo aniversario de mi libro Ni Marx ni Jestis, en parte dedicado a los Estados Uni- dos, redactando otro que fuera la continuacién del primero y en el que hiciese balance de la evolucién de ese pais desde 1970. En el momento no me parecié una idea descabellada. Entre 1970 y 1990 sobre todo y después un poco menos, yo habfa viaja- do con mucha frecuencia por los Estados Unidos. Habia pasado incluso periodos bastante largos en ese pais. Habia sido, en parti- cular, un observador atento —creo yo— de la ampliacién del pa- pel de los Estados Unidos en el mundo, visto desde dentro y des- de fuera, después de la desaparicién de la Uniédn Soviética y durante la lenta descomposicién del comunismo chino. Ademis, creo haberme mantenido, también mediante la lectura, bastante al corriente de los trabajos y reportajes dedicados tanto a la evolu- cin interior de la sociedad americana como a la metamorfosis de las relaciones internacionales después de la accesién de los Estados Unidas al rango inédito de primera y Gnica «superpotencia» mun- dial, por emplear el término politolégicamente correcto.

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