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TEMA: ACCIONES CAMBIARIAS

INTRODUCCIÓN

La Ley de los Títulos Valores estipula que éstos tienen mérito ejecutivo, si reúnen los
requisitos formales exigidos por la presente Ley, según su clase.
En caso no contenga todos sus requisitos formales esenciales dicho documento no tendrá
la calidad de título valor, tal como señala la Ley.
Al no tener dicha calidad no es posible ejercer acción cambiaria alguna.
Las acciones cambiarias derivan de los títulos valores tal como señala la LTV.
Acción cambiaria es la que puede ser ejercida en virtud de los derechos cambiarios
incorporados en un Título Valor, y que provienen de la relación cambiaria que se ha
establecido entre las partes que suscribieron el mencionado documento cambiario.
Acción causal es la que puede ser ejercida producto de la relación jurídica originaria o
primaria que acordaron las partes y que generó derechos y obligaciones a ser cumplidas
por las mismas. Puede ser ejercida en cualquiera de las vías procesales.
Acción ejecutiva es la que se deriva del mérito ejecutivo del que gozan los títulos valores,
y que confiere a su tenedor una protección especial, inmediata y provisional por parte de
las normas procesales.
Las acciones cambiarias, según nuestra legislación estas pueden ser: Acción directa,
Acción de regreso y Acción de ulterior regreso.
ACCIONES CAMBIARIAS DERIVADAS DE LOS TÍTULOS VALORES

Las acciones cambiarias son las que se amparan en la existencia de los títulos valores,
en tal sentido se debe presentar el mismo para hacer valer las mismas, por lo cual es
claro que la acción cambiaria es diferente a la acción causal, es decir, si un crédito ha
sido garantizado con una letra de cambio, la acción cambiaria es la que tiene como
amparo el titulo valor y no el crédito, es decir, se desvinculan la causa con el título valor.
Las acciones cambiarias son el principal derecho que posee el tenedor del título valor,
pues es mediante su ejercicio que podrá hacerse cobro del importe contenido en el título.
Efectivamente. Las acciones cambiarias facultan únicamente al tenedor legítimo del
título valor para exigir a los obligados cambiarios el cumplimiento de la prestación
contenida en dicho documento cambiario. Es decir, el pago efectivo de la deuda.
Jiménez (1992) señala:
“La acción cambiaria nace del título, y es consecuencia de la obligación que
contrae cada uno de los que en ella ponen su firma, sea como girador, endosante,
avalista o aceptante, comprendiéndose en este carácter, no sólo el girado que
aceptó, sino también, en su caso, al interviniente en la aceptación y al indicatario
que aceptó la letra en cumplimiento de la indicación hecha en el momento.”(p.
159)
Las acciones cambiarias toman nombres y características diferentes de acuerdo a la
persona contra la cual va dirigida. Hay al respecto 3 clases de acciones cambiarias que
pueden ser usadas de acuerdo al caso determinado: acción directa, acción de regreso y
acción de ulterior regreso o reembolso cambiario.

Los títulos valores confieren a su tenedor la acción cambiaria directa, que puede
ejercitarse contra el obligado principal y/o sus garantes.
El mismo tenedor está facultado a ejercer conjunta o sucesivamente a la acción directa,
la acción cambiaria de regreso, contra los endosantes, garantes de éstos y demás
obligados del título, distintos al obligado principal y/o garantes de éste.
Quien ha cumplido con el pago de un título valor en vía de regreso, puede repetir dicho
pago contra los demás obligados que hayan intervenido en el título valor antes que él,
ejercitando la acción de ulterior regreso. La misma acción corresponde a quien pague en
esta vía, contra los obligados anteriores a él.
ACCIÓN CAMBIARIA DIRECTA

El artículo 90.1 de la ley de títulos valores peruana vigente, ley 27287, establece que los
títulos valores confieren a su tenedor la acción cambiaria directa, que puede ejercitarse
contra el obligado principal y/o sus garantes.
La ley establece que puede ejercitarse contra el obligado principal y/o sus garantes.
Como vemos, la ley no señala quién es el sujeto activo de la acción directa, refiriéndose
solamente a los sujetos pasivos. Podemos señalar que el sujeto activo de la acción
directa es el tenedor legítimo del título valor, a quien se le debe hacer efectivo el pago a
la sola presentación del documento.
La cuestión estaría en determinar cuándo un simple poseedor puede probar que es el
legítimo tenedor del documento. Al respecto, el art. 45.1 de la Ley de títulos valores
precisa que el poseedor de un título valor transmisible por endoso, es considerado como
tenedor legítimo si justifica su derecho por una serie ininterrumpida de endosos.
Montoya (2000) expresa:
“Respecto a los sujetos pasivos, la ley anterior señala al aceptante y sus avalistas.
La actual, como vimos, considera al obligado principal y sus garantes. Obligado
principal, no solo es el aceptante sino también el girador, e cual, naturalmente,
puede tener garantes. Garantes, como son los avalistas y los fiadores, pues con
ambos institutos se asegura y respalda el cumplimiento de la prestación
contenida en el título valor.” (p. 148)
La Ley establece que prescribe a los tres años, a partir de su respectivo vencimiento, la
acción directa contra el obligado principal y/o sus garantes.

ACCIÓN CAMBIARIA DE REGRESO

El artículo 90.2 de la ley de títulos valores peruana vigente, Ley 27287, establece que el
tenedor está facultado a ejercer conjunta o sucesivamente a la acción directa, la acción
cambiaria de regreso, contra los endosantes, garantes de éstos y demás obligados del
título, distintos al obligado principal y/o garantes de éste.

Es aquella que corresponde al tenedor legítimo del título valor y además a cada uno de
los obligados que haya tenido que efectuar el pago a un tenedor posterior, La acción de
regreso se ejercita contra cualquier obligado que puede ser el aceptante o sus avalistas.
La responsabilidad del endosante deriva del hecho de que por el endoso asume la
posición de un girador.
Solis (1995) señala:

“La acción de regreso es el derecho que incumbe al tenedor de una letra de


cambio para reclamar el pago del importe de la misma al librador o, en caso de
haberlos, a los endosantes anteriores a dicho tenedor, así como a los avalistas de
todos ellos. Se denomina “pago por vía de regreso”, toda vez que el tenedor
reclama a las personas que le precedieron en la firma de la letra; es decir, el
tenedor reclama siguiendo un orden inverso o de regreso en el sentido
cronológico.” (p. 215)
La acción de regreso puede ejercerse contra cualquiera, algunos o todos los firmantes
anteriores, excluidos el aceptante y su avalista, sin tener que observar un orden
determinado cuando reclama a uno o varios de dichos obligados.
Al igual que en toda acción cambiaria, en la de regreso todos los obligados al pago lo
están con carácter solidario.
En suma, la acción de regreso faculta al tenedor del título valor a dirigirse contra los
endosantes, garantes de estos y demás obligados del título, distintos al obligado
principal y/o garantes de éste. Generalmente el obligado principal es el aceptante y sus
garantes lo son sus avalistas y/o, sus fiadores. Pero existen algunas situaciones en las
que deja de serlo, recayendo dicha calidad en el girador; tal es el caso, por ejemplo, de
cuando se produce el protesto por falta de aceptación de una letra de cambio, en la que,
al no ser aceptada, convierte a su girador en sujeto pasivo de la acción cambiaria directa-
artículos 90.1 y 123-; ello sin perjuicio de que el tenedor pueda dirigirse contra los
demás obligados del título valor vía acción cambiaria de regreso.
La nueva ley señala que la acción de regreso se podrá ejercer en forma conjunta o
sucesiva a la acción directa. Sin embargo, tratándose de la letra de cambio parcialmente
aceptada, el art. 148 establece que el tenedor podrá ejercitar las acciones cambiarias que
correspondan, antes d vencimiento del título valor. Esta norma concuerda con los arts.
122 c) y 153.1 b).
La ley establece que prescribe al año, a partir de su fecha de vencimiento, la acción de
regreso contra los obligados solidarios y/o garantes de éstos.

ACCIÓN CAMBIARIA DE ULTERIOR REGRESO O REEMBOLSO

El artículo 90.3 de la ley de títulos valores peruana vigente, Ley 27287 establece que
quien ha cumplido con el pago de un título valor en vía de regreso, puede repetir dicho
pago contra los demás obligados que hayan intervenido en el título valor antes que él,
ejercitando la acción de ulterior regreso. La misma acción corresponde a quien pague en
esta vía contra los obligados anteriores a él.
Castillo (2009) expresa que:
“Implica la posibilidad que otorga la ley a quien pagó el título valor en la
oportunidad en que fue exigido, de solicitar el reembolso d pago que efectuó a
cualquiera de los obligados de regreso.” (p. 145)
Esta acción protege cambiariamente a quien siendo endosante pagó el título valor
cuando le fue presentado por el tenedor, es decir, que quien se convierte en el nuevo
tenedor del documento, puede hacer uso de la vía ejecutiva correspondiente para
reembolsarse los pagos que se vio obligado a realizar, como consecuencia de su
condición de obligado de regreso.
Si el pago efectuado es parcial, para el ejercicio de la acción cambiaria, deberá el
tenedor del título valor entregarle a quien efectuó tal pago y a costa de éste, la copia
certificada notarial o judicial del título valor con la constancia de haber sido
parcialmente pagado. Tal copia certificada tiene mérito ejecutivo.

La ley establece que prescribe a los seis meses, a partir de la fecha de pago en vía de
regreso, la acción de ulterior regreso contra los obligados y/o garantes de éstos,
anteriores a quien lo ejercita. Dentro de este mismo plazo debe ejercitarse la acción de
repetición que corresponda al garante del obligado principal contra éste.

REQUISITOS PARA EJERCITAR LAS ACCIONES CAMBIARIAS

Salvo disposición distinta de la Ley, para ejercitar las acciones cambiarias señaladas en
el Artículo 90 constituye requisito obligatorio:
a) En los títulos valores sujetos a protesto, haberse verificado el mismo.
b) En los títulos valores que sean objeto de formalidad que sustituya al protesto, haber
logrado la constancia de la falta de cumplimiento de la obligación conforme al Artículo
82; o, de ser el caso, el protesto conforme a los Artículos 73 y 83.
c) En los títulos valores no sujetos a protesto, la tenencia del título cuyo plazo esté
vencido o resulte exigible la obligación según texto del documento o, en su caso, de la
constancia de la que trata el último párrafo del Artículo 18.
Además, en estos casos se requiere haber cursado información a la Cámara de Comercio
respectiva del incumplimiento, salvo que ello se cumpla conforme al último párrafo del
Artículo 87.
La falta de los requisitos señalados en los incisos a) y b) anteriores podrá subsanarse si
dentro de los plazos de prescripción de la respectiva acción cambiaria señalados en el
Artículo 96, el tenedor logra obtener, en forma expresa o ficta, el reconocimiento judicial
en su contenido y firma del título valor, por parte del o de los obligados respecto a
quienes se ejercite la correspondiente acción cambiaria.
En los títulos valores a los que se refiere el inciso a) que lleven la cláusula de que trata
el Artículo 52, se ejercitará la acción cambiaria por el sólo mérito de la cláusula "sin
protesto" y cumplir lo señalado en el inciso c) anterior.
El primer inciso contiene los requisitos obligatorios sin los cuales no se podrá ejercer las
acciones cambiarias. Cuando el legislador incorpora la frase “salvo disposición distinta
de la presente ley”, se entiende que existen situaciones en las que la misma ley, obvio,
posibilita el cumplimiento de requisitos distintos o alternativos para que proceda el
ejercicio de la acción cambiaria. Uno de esos casos lo encontramos en el art. 235, el cual
prescribe que en el caso del warrant que no represente además el crédito garantizado, la
acción cambiaria procederá siempre que:
a) Se hubiese solicitado la venta de los bienes dentro de los 30 días siguientes del
protesto o de la constancia de la formalidad sustitutoria; o, en los casos de
haberse incluido una cláusula que libera de protesto, desde la fecha de
vencimiento del crédito;
b) Se ejercite dicha acción cambiaria dentro de los treinta días siguientes de la fecha
de la venta de la mercadería; y,
c) El primer endosante no haya endosado el título liberándose de responsabilidad.
d) Entre los requisitos obligatorios, se indica que para que la acción cambiaria se
pueda ejercer contra títulos valores sujetos a protesto, este debe haberse
verificado; tal es el caso de la letra de cambio (art. 147); el pagaré (art. 161); la
factura conformada (art. 168); el cheque (art. 213); el warrant (art. 233); y el
título de crédito hipotecario negociable (art. 243), entre otros. Pero justamente
en estos títulos valores, es decir, en los “sujetos a protesto” es posible pactar el
“sin protesto”, conforme lo prevé el art.81.1, de modo tal que si existiese dicha
cláusula en el título con arreglo al art. 52, no se precisará pues de tal protesto
notarial o judicial.

Beaumont (2000) refiere:

“En los títulos valores sujetos a la formalidad sustitutoria al protesto, se debe


obtener constancia del incumplimiento de la obligación que será emitida por la
respectiva empresa del sistema financiero nacional, ESFN, a la cual el tenedor
presentó el título valor para su cobro. Dicha constancia o comprobación deberá
colocarse en el documento observando los plazos para el protesto que señala el
art. 72.” (P. 134)
Asimismo, el tenedor podrá optar por e protesto notarial voluntario del título valor. Como
se recuerda, aquel es el caso de cheques y otros títulos valores cuyo pago debe verificarse
con cargo en cuenta bancaria, según cláusula que conste en el mismo documento cuya
constancia la coloca la empresa respectiva u otra con la cual la empresa designada
mantenga acuerdo de truncamiento a que se refieren los arts. 26.1, 26.3 y 25 de esta
nueva ley de títulos valores.
En los títulos valores no sujetos a protesto, es decir, los valores mobiliarios, los
certificados bancarios de moneda nacional y extranjera, conocimiento de embarque y la
carta de porte; se exige la tenencia del título valor cuyo plazo esté vencido o resulte
exigible la obligación. Tratándose de valores representados por anotación en cuenta se
exigirá la constancia de titularidad que expide la institución de Compensación y
Liquidación de Valores, la cual goza de mérito ejecutivo. Se requiere, además, la
comunicación a la Cámara de Comercio respectiva, salvo que una vez iniciada la acción
cambiaria sea el juez o Tribunal Arbitral quien curse copia de la demanda a la Cámara
de Comercio Provincial que corresponda.
El segundo inciso establece que el incumplimiento de los requisitos en los títulos valores
sujetos a protesto o formalidad sustitutoria, son subsanables, siempre que dentro de los
plazos de prescripción de la respectiva acción cambiaria, el tenedor logre el
reconocimiento judicial expreso o ficto, por parte de los obligados, del contenido y
firma del título valor.

PAGOS A RECLAMARSE CON EL EJERCICIO DE LAS ACCIONES


CAMBIARÍAS

El tenedor del título valor está facultado a exigir a aquel contra quien dirige la acción
cambiaria. Los siguientes pagos:

 El importe y/o los derechos patrimoniales representados por el título valor a la


fecha de su vencimiento. Como sabemos, los derechos patrimoniales son aquellos
derechos representados en un título valor, que pueden ser creditorios (o sea. una
suma de dinero) o recaer sobre mercaderías o bienes y los derechos de
participación.

 Los intereses compensatorios más moratorios que se hubieran pactado según el


texto del título valor o del respectivo registro o, en su defecto, los intereses
moratorios legales a partir de su vencimiento

 Los gastos de protesto o de la formalidad sustitutoria, en su caso, y otros


originados por la cobranza frustrada, incluido los costos y cosías judiciales o
arbitrales, debidamente sustentados, de haberlos. Los gastos de protesto son las
sumas pagadas al notario para que efectuara la notificación al obligado principal.

 La suma total pagada, es decir aquella indicada en el título valor; salvo el caso de
pago parcial, en que sólo podrá reclamarse la suma insatisfecha.

 Los intereses que correspondan, los cuales devengarán a partir del día en que se
efectúa el pago.
 Otros gastos, que son los derivados del protesto o formalidad sustitutoria. Los
costos y cosías judiciales o arbitrales.

Los obligados a reembolsar los pagos señalados, son aquello que antecedieron en la
tenencia del título valor al que efectuó el pago, es decir, los anteriores endosantes, el
girador y los avalistas y/o fiadores.
Los pagos materia de reembolso son:
- La suma total pagada, es decir aquella indicada en el título valor, salvo el caso
de pago parcial, en que sólo podrá reclamarse la suma insatisfecha.
- Los intereses que corresponda, los cuales devengarán a partir del día en que se
efectúa el pago.
- Otros gastos, que son los derivados del protesto o formalidad sustitutoria, los
costos y costas judiciales o arbitrales.

EJERCICIO DE LAS ACCIONES CAMBIARIAS

Las acciones cambiarías pueden ser ejercitadas coercitivamente por cualquiera de las
vías procedimentales contenciosas previstas en el Código Procesal Civil, es decir, el
tenedor puede optar por demandar en un proceso de conocimiento, abreviado o
sumarísimo, atendiendo a la cuantía pretendida o presentar una demanda ejecutiva. No
cabe duda que lo más conveniente para los intereses del tenedor es demandar en la vía
procedimental ejecutiva, ya que esta otorga mérito ejecutivo al título valor, esto es, que la
sola presentación del título acarreará que el juez. Ordene el pago de la deuda; lo que no
sucede en las otras vías procedimentales, pues en ellas el juez deberá escuchar a la otra
parte antes de ordenar el pago de la suma adeudada.

RECHAZO DEL EJERCICIO DE LA ACCIÓN CAMBIARIA POR EL OBLIGADO

Una vez iniciado el proceso ejecutivo, el obligado cambiarlo demandado puede


contradecir la demanda ejecutiva presentada por el tenedor, fundándose en lo siguiente:

 El contenido literal del título valor o en los defectos de forma legal de éste.

 La falsedad de la firma que se le atribuye.


 La falla de capacidad o representación del propio demandado en el momento en
que se firmó el título valor.

 La falla del protesto, o el protesto defectuoso o de la formalidad sustitutoria, en


los casos de títulos valores sujetos a ello.

 Que el título valor incompleto haya sido completado en forma contraria a los
acuerdos adoptados, acompañando necesariamente el respectivo documento
donde consten tales acuerdos transgredidos por el demandante.

 La falta de cumplimiento de algún requisito señalado por la ley para el ejercicio


de la acción cambiaría.

OPCIONES QUE TIENE EL TENEDOR DE UN TÍTULO VALOR SI ES QUE LA


ACCIÓN CAMBIARÍA RESULTA IMPROCEDENTE

En caso de que la acción cambiaría no resulte procedente, es decir que no logre conseguir
el pago del título valor, el tenedor puede optar por la acción causal y. en defecto de ésta.
La acción de enriquecimiento indebido. Estas últimas son las llamadas acciones
extracambiarias. Porque no surgen directamente del título valor, si no de las relaciones
subyacente a éste.
Como decimos, en defecto de la acción cambiarla o alternativamente a ésta, el tenedor
podrá cobrar el importe del título valor haciendo uso de la acción causal, la misma que
prescinde de las formalidades del título valor, basándose en forma exclusiva en las
obligaciones que surgen de la relación o negocio subyacente que le dio lugar. Lo cual
significa que coloca en primer plano al negocio jurídico que vinculó a las parles
originariamente, esto es. Una compraventa. Arrendamiento o cualquier otro negocio
jurídico que haya causado la emisión.
Aceptación, garantía o transferencia del título valor. Como vemos, la acción causal está
referida normalmente a los obligados inmediatos, vinculados entre sí por relaciones
jurídicas extracambiarias que habrían sido el origen del título valor.

IMPROCEDENCIA DE LA ACCIÓN CAMBIARIA ENTRE SÍ

Las personas que ocupen la misma posición e igual responsabilidad en un título valor
responderán solidariamente frente al tenedor y no procederá la acción cambiaria entre
ellas y sus relaciones quedan sujetas a las disposiciones propias del derecho común.
SOLIDARIDAD CAMBIARIA

El art. 11 de la ley se contrae a establecer una regla que se refiere a las letras de cambio,
pagarés, vales a la orden y cheques, o sea, a los efectos de comercio, estableciendo que
quienes giren, acepten, endosen o avalen estos documentos quedan obligados
solidariamente frente al tenedor.
En este caso ha querido la ley otorgar a estos títulos, las mayores seguridades para
obtener el pago respectivo, entre los que tenemos: la declaración expresa de solidaridad
y la facultad de exigir el pago sin tener que observar el orden en que se hubiesen
obligado; la facultad de accionar contra los demás obligados aunque fueran posteriores
al demandado en primer término; y, la facultad de acumular las acciones directa y de
regreso. En este caso, todas y cada una de las firmas representan la garantía del
cumplimiento de la obligación cartular, ya que tienen la virtud de vincular
cambiariamente a su autor. La solidaridad cambiaria asegura la eficacia del título-valor
y, por consiguiente, del derecho incorporado.

El artículo 11 de la Ley prescribe que quienes giren, acepten, endosen, o avalen letras de
cambio, pagarés y cheques quedan obligados frente al tenedor. El tenedor puede
accionar contra dichas personas, individual o conjuntamente y acumulativamente
(directa, de regreso, ulterior regreso), sin observar el orden en que se hubiesen
obligados. Si se promueve contra uno de los obligados no impide accionar contra los
demás. Finalmente como Seguridades para obtener el pago, Se supera el criterio que
primero el tenedor debe justificar la insolvencia del demandado, en 1er. término para
poder dirigirse contra los demás obligados.
La solidaridad cambiaria (que permite al tenedor del título valor al que no se le ha
pagado, reclamar el pago íntegro del girador o de los endosantes), se asimila a la
solidaridad de deudores del derecho común, establecida en el art. 1186 del CC, que
permite al acreedor dirigirse contra cualquiera de los deudores solidarios o contra todos
ellos simultáneamente, sin que las reclamaciones entabladas contra uno sean obstáculo
para las que posteriormente se dirijan contra los demás, mientras la deuda no resulte
cobrada por completo.
El art. 11 establece de forma expresa que los intervinientes en el título valor: emitente,
girador, aceptante, endosante, o garante; quedan obligados solidariamente frente al
tenedor, salvo cláusula o disposición legal expresa en contrario. Por lo tanto, queda
claro que el criterio del legislador peruano ha sido optar por la solidaridad cambiaria.
En tal sentido, se establece que los sujetos que ocupen la misma posición e igual
responsabilidad en el título valor son responsables solidarios frente al tenedor, contra
los cuales puede ejercitar las acciones cambiarias individual o conjuntamente.
Asimismo, se prescribe:
- Que entre dichos obligados, no procede el ejercicio de acciones cambiarias.
- Que las relaciones internas entre tales obligados, quedan sometidas a las disposiciones
propias del derecho común. Ello significa, que cobran vigencia las reglas de las
obligaciones solidarias, es decir, que sólo quedan obligados por su parte, pero no por el
todo. El codeudor solidario que paga la deuda no puede repetir de los otros codeudores
más de la porción que le corresponde a cada uno de ellos.

ACCIÓN ALTERNATIVA

Si las calidades del tenedor y del obligado principal del título valor correspondieran
respectivamente al acreedor y al deudor de la relación causal, de la que se derivó la
emisión de dicho título valor, el tenedor podrá promover a su elección y
alternativamente, la acción cambiaria derivada del mismo o la respectiva acción causal.
Igual derecho asistirá al endosatario respecto a su inmediato endosante, siempre que el
endoso fuere absoluto y derivase de una relación causal, en la que uno y otro tuvieren
las calidades de acreedor y deudor, respectivamente.
Subsiste la acción causal correspondiente a la relación jurídica que dio origen a la
emisión y/o transmisión del título valor no pagado a su vencimiento, a menos que se
pruebe que hubo novación.
Si el tenedor opta por ejercitar la acción cambiaria, de acuerdo al Artículo 18 podrá
recurrir a cualquiera de las vías procesales que admita la ley procesal.
Se hace referencia a la doble situación jurídica que emerge del título valor; es decir, la
relación causal que originó su emisión, y las obligaciones cartulares propias del
documento cambiario.
Dicha disposición concierne propiamente a los títulos valores crediticios, como la letra
de cambio o pagaré, en los que la relación causal no se revela del tenor del documento.
Tratándose de los llamados títulos de tradición, o sea, aquellos títulos valores que
representan mercaderías, la acción emergente del título valor aparece vinculada a la
relación causal, es decir, al contrato que originó la emisión de documento.
El primer inciso establece que si coinciden las calidades de tenedor y acreedor y
obligado principal y deudor de la relación causal; el tenedor puede promover de forma
alternativa la acción cambiaria que derive del título valor y la acción causal. Para ello,
como afirma nuestra doctrina, es necesario que el documento no haya sido endosado, o
no haya entrado en circulación, porque si esto ha ocurrido el endosatario no podrá
promover alternativamente las acciones derivadas del título. De lo expresado resulta
que, ni el primer endosatario
respecto al obligado principal, ni los endosatarios sucesivos, respecto de los endosantes
mediatos, pueden promover la acción cambiaria y causal.
El segundo inciso concede acción alternativa al endosatario respecto a su inmediato
endosante, bajo dos condiciones:
- que en ellos coincidan las calidades de deudor y acreedor, en una relación causal.
- Que el endoso efectuado sea absoluto y derive de una relación causal.

Asimismo, se establece que subsiste la relación causal a menos que se pruebe que hubo
novación. La ley no acepta de forma expresa que exista novación entre acreedor y deudor
de la relación causal, si éstos son tenedor y obligado principal del título valor, tampoco
entre endosatario y su inmediato endosante; salvo que en ambas situaciones se
demuestre que existió animus novandi.
MEDIOS DE DEFENSA CONTRA ACCIONES CARTULARES O CAMBIARIAS
SEÑALADAS POR LEY

De acuerdo a lo antes manifestado el artículo 19 de la Ley de Títulos Valores dispone


que el Demandado puede oponerse al cumplimiento de las obligaciones cartulares
fundamentados en lo siguiente:
a) Contenido literal del Título Valor o en defectos de forma legal de éste
b) En la falsedad de la firma que se le atribuye.
c) La falta de protesto, o el protesto defectuoso o formalidad sustitutoria.
d) En la falta de capacidad o representación del propio demandado en el momento
de suscripción del título.
e) Que el título valor incompleto al emitirse haya sido completado en forma
contraria a los acuerdos adoptados
f) En la falta de requisitos necesarios para el ejercicio de la acción cambiaria;
g) También puede oponer al tenedor del título, las excepciones que deriven de sus
relaciones personales con éste por existirrelación causal entre el obligado o
demandante y el tenedor del título valor.
No puede deducir las excepciones fundadas en sus relaciones personales con los otros
obligados firmantes del Título, a menos que, el demandante, mantenga relación causal
vinculada al título valor con el demandado, o, al adquirirlo, hubiese obrado de mala fe
(a sabiendas del daño).
CONCLUSIONES

Dícese cambiaria la acción que asiste al tenedor legítimo de la letra de cambio, del
cheque o del pagaré para cobrar su importe, intereses y ciertos gastos, de los obligados
según el título.
En la letra de cambio y el pagaré la acción puede ser directa o de regreso. Es directa la
que se dirige contra el librado aceptante de la letra y el firmante del pagaré y sus
respectivos avalistas. Es de regreso la que se dirige contra los demás obligados
cambiarios. En el cheque no se da más que la acción de regreso.
La acción directa se puede ejercitar en cualquier momento dentro de los tres años
siguientes al vencimiento del título, sin necesidad de ningún otro requisito. La acción de
regreso puede ejercitarse antes del vencimiento o después. El regreso anterior al
vencimiento procede cuando: a) se hubiere denegado total o parcialmente la aceptación;
b) el librado (aceptante o no) se encuentre en suspensión de pagos, quiebra o concurso,
o hubiere resultado infructuoso el embargo de bienes; c) en una letra que tenga
prohibida la presentación a la aceptación, si el librador se encuentre en alguna de las
situaciones antes descritas para el librado. Pero en todos estos casos, el juez podrá
acordar un plazo para el pago, nunca superior al que resta para el vencimiento de la
letra. Si por virtud de esta acción el pago se anticipare, se efectuará con descuente
correspondiente. La acción de regreso se encuentra en todo caso sometida a perjuicio o
decadencia si el tenedor no levanta las cargas que le vienen impuestas para conservar el
derecho de regreso. Estas cargas se resumen fundamentalmente en presentación
oportuna de la letra a la aceptación al pago y el levantamiento de protesto o declaración
equivalente del librado en la propia letra. Pero ha de tenerse en cuenta que estas cargas
no se dan siempre de un mismo modo, pues dependen del modo en que se haya
dispuesto acerca de la presentación a la aceptación, de la prohibición de protesto o de
señalamiento de un plazo para aquella presentación.
La solidaridad de todos los suscriptores cambiarios hace posible la acción cambiaria
directa y de regreso se dirija contra todos ellos conjuntamente. Una y otra acción son
ejecutivas sin que el protesto o la declaración equivalente sea necesariamente
presupuesto de dicho carácter de la acción, en razón de las modalidades antes
mencionadas también puede seguirse la vía ordinaria.
En el campo de la acción cambiaria juega la tasa de excepciones que establece la ley
cambiaria y del cheque de acuerdo con el complejo sistema de la naturaleza de las
excepciones y de las relaciones existentes entre el actor y el demandado.
BIBLIOGRAFÍA

Beaumont, R. (2000) Comentarios a la nueva Ley de Títulos Valores. Lima,


Editorial Gaceta Jurídica.

Castillo, J. (2009) Algunos aspectos sobre títulos valores, Bogotá (Colombia),


Edit. Escuela Judicial Rodrigo Lara Bonilla

Jiménez, G. (1992) Guillermo. Lecciones de Derecho Mercantil, Madrid,


Editorial Tecnos S.A.

Montoya, H. (2000) Nueva Ley de Títulos Valores, Lima, Gaceta Jurídica.

Solis, J. (1995) Temas sobre derecho cartular. Lima, Edit. Idemsa.

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