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I.
•1
1
- g
1
—17—
II.
El gobierno del Vireinato era la representacicm
o encainacion de todo un sistema político, que
podía condensarse en estas ideas cardinales: es-
cinsion absoluta de los criollos, de intervención en
elgobierno; concentracion completa de la auto-
ridad pública, conforme a la lójica del despotis-
mo; réjirnen feudal respecto de la propiedad raiz
1 de las muchedumbres, mantenido por medio do
los mayorazgos, los restos de encomiendas, las ma-
nos muertas, los conventos, la esclavitud i los res-
rar08 de indenas; íntima alianza del Estado
i la Iglesia, con absoluta prohibicion de otros
cultos distintos del cat,lico; clansnra comercial,
respecto de las prodticcioñes no espaflolas, con el
cowsigüiente monopolio del comercio, i la prohi-
bicina de producir en el Vireinato aquellos fru-
tos que pudieran competir con los espafloles; réji-
men de administracion de justicia basado en el
monopolio de las profesiones forenses, en el se,-
creto de los procediptientos, en el carácter polí-
tico del poder judicial, i en una escesiva i formi-
dable severidad de penas; réjimen fiscal basado
en todo linaje de monopolioS i restricciones, i en
innumerables impuestos, tan.vsjatorios como mal
distribuidos; i en fin, secuestracion intelectual
de los pueblos, mediante un sistema de instruc.
clon monacal, o mil¡ limitada,, o calculada de
cierto modo, 1 la_ prohibicion de libros ¡ poriódkoe
que no tuvieran- pase de la autoridad.
Al estallar la guerra de la independencia, el
elemento ariollo se puso, casi en su ttalidad, del
-18—
lado -de la Itevolucion, que sigz4ficaba para unos
simplemente in&pend.encia, i para otros mucho
más: república; es decir, gobierno del derecho
popular, de .Ubertadi de progreso. EL elemento
peninsular, llamado por los patriotas godo, cuyo
poder era desconocido ¡ protestado por los inde-
pendientes, sostuvo a todo trance, corno éra na-
tural, la causade la .3fetrcípoli, de la tradición,
del despotismo existente: esos eran los tradicio-
ni8ta8 o feudalistas de aquel tiempo. La masa po-
pular, ignorante i estúpida como era, sirvió para
sostener una, i otra causa, con mayor o menor
eficacia, segun el empuje de cada partido; el tem-
peramento de las poblaciones i la suerte de las
armas contrarias.
Miéntras sólo estuvo en tela de juicio la causa
de la independencia,. el partido que la sostenia
obré en masa; pero una vez que se trató de fun-
dar la República, i con ella el réjimen de una
amplísima descentralizacion, la idea éspaflola o co-
lonial reapareció, patentizándose en la lucha de
Qundinamarca contra las Provincias Unidas, re-
presentadas por el Congreso de Tunja ¡ Villa de
leiva; lucha desastrosa para la causa republi-
cana, por lo pronto, pero • que a lo Snos sirvió
de escuela i crisol a los republicanos.
Triunfante definitivamente la República en
1819,1 consagrada en 1821 por la Constitucion de
Cúcuta, ya no era posible que el elemento penin-
sular o tradicionista mostrara sus primitivas aspi-
raciones. Tenía que resignarse a sufrir la indepen-
dencia i la república, como hjios consumados
e irrevocables; pero no podia conformarse con
la democ#acia, la lIbertad 1 la igualdad que sur.
-19-
jiau d1 la revolucion como consecuencias ne-
cesarias ¡ de rigurosa lójica. 1 aunque ya no podía
exhibirse corno un-cuerpo hoinojéneo por SU por-
soniil, quadábale una comunidad de interese. i de
preocupaoiones o tradiciona q.ue le servia de base
jara reconstituirse.
¿ De qué fuerzas parciales se componia aquella
masa que hemos llamado el. -elemento penin-
sular o tradicionista 3 Cotnponíase, en primer
lugar, de todos los hotubres.que,patriotas o godos,
debian su posicion a las instituciones i tradicio-
nes del réjirnen cQLonial,potticamente V6lkÑlO,
mas no sustancialmente desarraigado; i en se-
gando, de aquellos que, elevadoé por la revolu.
cion a cierta importancia militar, habian llegado
a tal grado de ensimismamiento de clase que, apo-
yándose en el/itero ¡ én el prestijio de la/uer2a,
sontíanse con ánima para aspirar a sustituirse, en
la Rep46lica, a los que habian ejercido el poder
en la Colonia.
Así el elemento tradicionista se compuso: de
• aquellos que, jactándose de ser noble., o a lo ménos
huteilgos titulados (ya que no de carácter) no po.
dian tolerar la idea de la igualdad con la canalla,
como llamaban al pueblo, ni conformarse con
unas instituciones radicalmente distintas de las
tradicionales;
De los propietarios de esclavos;
De los hotubres acaudalados que, acostumbra-
dos al antiguo réjimen de impuestos, no consen-
tian en que se implantara otro, fundado en la
justicia, que les gravara con algunas contribucio-,
nos para el sostenimiento del gobierno que babia
de, darles seguridad i garantías;
1
De la gran mása del clero, de lós enriales 1 de
los* prof'esóÑs titülndos, fafvorecldos poi- as manos
• muSas, la uniofl de la Igléstal el Estado, ht
tolerancia relijiosa, los privilejios profesionales i
• ls embrollos de la- lej isladon espaflola
1 de todos aquellos que, habituados al predo-
miMo éjercido al favor de una rigurosa centrali-
zaCion, tio óonentian en que se dividiera la admi-
nistracion 'pública entre los diversos i -aparwdoe
gttpos que formaban la 8ociedadned—granadina.
A estas frierzas sociales componentes del ele-
mentó tradict6nista, tenian que agregarse- más
tarde, por la necesidad de tás cosas o la l4jita do
la política, las damas fuerzas análogas que, mr-
dado el tiempo, fueran apureeiendo con el me-
caítismo dé la nueva sociedad. Vióse por eso,
uÚa vez fnnd gda la República, a los-hombres que
la'detestabau; haciendo causa cemun don el ele
merito militar, buscando su caudfll<> en el perso-
naje' que, engrandecido por la revolucion rep4l•
blicana ¡ cubierto de todo el preatij'io de la gloria,
pero rnui poco adicto, por temperamento' ¡ por
ducacion, a las institncioneB'.republhano—deinO-
cráticas, pddia sentirse más tentado a encabezar
una reaccion i hacer servir lag victoriasde lainde-
pendencia, én cuanto esto fuera posible, a las
ideas i los intereses de los tradicioñistas o anti-
guos conservadores. -
De ahí todos los actos del partido militar i bo-
livianó, que llenan la historia de la época colcm-
1 bianá trascutrida de 12i a 1880; de ahí la cona'
titucionboti'viana de 1826, 1 loá esfuerzos hechoú
para 1*4t1Mi2ar1a i hacerla- en. Colorir.
Ma; d ahí el prontinálamieflo deBAs en
pezuela, i el de F16res en el Ecuador.; do4í.1
dieoluciou.de.la ;Oonvon,eiwt de Ocaña,00mpueata
do ltom6re8 civil88, cuyos actos fueron un abozttq,
por causa de,Bolívat i sus partidarios; de aW Ja
d.iotadurade 1828, ooii todos sts desmaIbes, ¡lea
proyectos consiguientes 4e creacion U . "iwpe-
río de los Andes;" . de ahí la inuçrwciou enca-
bezada por Tr4aneta en 1830..
Pero e espíritu rgpublicano iliberaihabia lle-
gado a tal grado do pujanza en Ooloin$ia,sobre
3odo,en el Centre, que el poder ..i,prestijiodaBo-
lívar i . deJ partido que le,soste pia neluororipa4e
a detener la marcha de loe .açqutocünieatoe, *p1
sentido de hacer fructificar la independonci p. en
b.nticiQ del prqgtleso social idu Ja J.ibq$ad demo
ciática. Coknnbiai Bolívar murieron simultínear
wente, 1 el LheaUetno neo—granadino, enpabezk
4opor$aupn4er, recojió, en proveclzo . dp iaEe-
pública. progresista, la hereucia de gloria 1 4e
sacrificios que h.ab,ian legado a la patria los py4.
ceras, tribunos, esczt es, combatie»Ñes i márti-
nade la.revolucion de la Indepandeaeia; hqren
cia que los .lil*ales $e,propU8ierQfltraWiMb*jQ
la forma de instituciones que asegurasen la prós-
peridad de los pueblos i los beneficios conaigusar
tos a la igualdad L libertad de la Rep4bUoa.:
Nada es más concluyente en favor de la justicia
de la democracijt tepu bli caris i de. Les instivucippes
liberales, que ;estos dos hecbos culmi»antes . el
triunfo dado por. el Congreso constituyente de
1830, elejido. baj o la dictadura 4e Bolívar, a loe
principios que fomaron
r el .cret de les revoli-
cionarios de 1811 i 12, a posar del presio. da!
Libertaduor—diotador; 1 la suma .persstenrna con
-22—
que, al traves de tods l vicisitudes del pais, las
- ideas republicanas sé han manteñido entre nojo-
tro ; viéndose patentemente cuán diminuto sha
sido i es el círculo de los aspirantes a un restableci-
miento insensato de las instituciones monárquicas.
A juzgar por 'a apariencias, se podiia creer
que, una vez constituida la Nueva Granada en
1832, sólo podian figurar, aunque sin nombre de-
terminado, dos Partidos políticos:- el liberal,que
sostenia a Santander, i el conservador, que le ha-
cia fuerte oposicion. Tal creencia seria errónea,
pues desde aquella época se ven aparecer sínto-
mas evidentes do la formaéion de nuevos partidos,
o del fraccionamiento de los que ostensiblemente
existian. Si SAN'flNIIEE personificaba el liberalis-
mo de accion, amoldado alas exijencias del 'inte-
reíd j? olftico ¡,de partido i a las necesidades del
gobierno, o para hablar más claro, el liberalismo
con8er'vador, VIcENTE A ZVEBO gran pensador,
gran car4cter, grande escritor i gran tribuno, apa-
recia ya corno el creador de un liberalismo esena
cialmente doctrinario, de una escuela política
más adelantada en ideas i fe en la libertad, que
la falanje de patriotas dirijidos por la influencia
del ilustre Santander.
La fraccion de Azuero era en cierto modo el
preludio o la iniciacion del futuro radicalismo;
i bien vistas las cosas, si hubiéramos de personi-
ficar con hombres inni notables las aspiraciones
de tres épocas, diriatuos con razon que Azuero
fué, desde 1832, el lazo de union entro Camilo
Tórres i Murillo; pues si éste fué el jefe del radi•
calismo de 1852, Tórres fué la más prominente
personificacion de la escuela de filósofos itribu-
- -
nos que en 1812 bupo comprender las verdaderas
tendencias i el alcance de la revolado» republi-
cana, que entónces comenzaba su carrera; así
como en 1852 el doctor Murillo aparécia ante el
phis,profundamente ajitado, como el más atre-
vido representante del radicalismo, que por en-
tónoes buscaba su fórmula en las ideas ¡ las
institucknes.
Por otra parte, entre los miembros del antiguo.
partido liberal (libera¿ por sus tendencias, pues
no comenzó a darse este nombre sino sois 1841
o 42) figuraban hombros que, si por su edad o por
las circunstancias hablan podido formar en las
filas del liberalismo, se sentian ya inclinados (por
811 tejuperamento, o por cierto jiro particular de
sus ideas, o porque instintivameáte sentían la ne-
cesidad de que el elemento conservador de toda
sociedad tuviera su personificacion colectiva en
un partido) a formar un núcleo que, sirviendo de
base a la oposicion legal que se hacia a Santan-
der, habia de ser en cierto modo el tronco del
futuro paitido conservador.
Si por un lado brillan entónoes las figuras pro-
minentes de hombres como Santander, Azuero,So-
to, Gómez, los dos Obandos, Mantilla, Duque Gó-
mez, Rójas, González, López Herrera, Camacho,
Lié Vano, Lléras, Barriga (Valerio 1',) ¡ tantos
otros que formaban el estado mayor del iruera-
hamo, del lado .opuesto se agrupaban ciudadanos
de verdadero mérito, destinados a hacer ungran
papel en el pais entre los principales prohombres
del partido que,. llamándose simplemente minis-
terial desde 1838, había de tomar diez silos des-
pues, por iniciativa de dos jóvenes periodistas, el
do conaervador, que ba mantenido hasta hoi.
-24-
No pod&mos ménos que eitat' eón respeto los
nombres deMérquez, Cuervo; Oi'dófiez, ros Qspi-
nas (Mariano 1 Pastór), los Pornbos (Lino i Zenon),
Mallarino, Mosquera (Joaquín), Acosta, Acevedo
(José) i Joaquin Barriga, para no alargar la flsta
demasiado; hoinbre8 que habiendo dado pruebas
inequívocas de un republicanismo liberal i de
verdadero espíritu civil, vinieron luego a dstrn-
guirse entre los neo-granadinos que formaron el
partido conservador. Con ellos hicieron causa
cornuu otros hombres mui importantes, notoria-
¡riente boUviano# hasta fines de 1830, tales corno
Vergara (Estanislao), Osorió, Gori, Restrepo, Ca'
nabal, los jenerales Horran, Mosquera i Borrero,
1 muehxm otros cuya enumeracion Sria prolija.
El solo hecho de constituir una misma cornunion
aquellos personaj es, indica cuán discordantes eran
los elementos componentes del partido conserva-
dor que se formaba duraüte la administracion de
Santander, i que triunfé cçin la eLeecion del doe'
torM árq aez para la Presidencia de la República
prolongando luego su predominio, colitra todi
probabilidad, hasta 1849, merced a las faltas po-
líticas de los liberales i a la necesidad de reposo
i estabilidad que la Nueva GranAda sentia, des-
pues ñe la vasta i profunda conmocion ocurrida
de1839a41.
En-'efecto, si hombres como Pombo, Cuervo,
Ospina i Márquez llevaban a la masa conserva-
dora- o del nueV-o partido un elemento republicano
1 civil pero moderado, o que se divorciaba del
liberalismo; si militares patriotas, que hablan sido.
• anti-bolivianos i amaban profundariiente la rep4-
blica, tales como Acosta, Acevedo i Joaquin Ba
-25--
rriga, aportaban alconservstisrno el coácnÑo de
sus intefijencias i sus leales espadas.; por otro lado
engrosaban las filas conservadoras unos hombres
o
que representaban el bojjviani8mo dictatoria,
otros qie eran la personificacion del miitariano
brutal, insolente i, pendenciero qno se habla exhi-
bido de iflO a 1830, iho pocos eran la verdade-
ra eneaniacion del elemento pen.inndar, tradi-
OÍOniSS o yodo, aparentemente arruinado por la
vida de da República.
Este elemento tradicionista o4e tradicion, sub-
siMia, como todo lo que tiene antigua vida i se
arraiga en .198 tradiciones i la lejislacion; subsis-
tía a despecho de laforina republicana, porque
las leyes ¡.las costumbres Ie daban razon de ser;
andaba disperso o dislocado, no siéndole
fácil
I éonstituirse en un partido, cuya existencia
organizada hubiera sido el escándalo de loe re-
publicanos.
..Componían aquel elemento tradicionista: los
pocos tnonarquistiss que habian quedado vencidos,
arrinconados i desdeÑados por la .&svotuoion;
Los ineptos que aegniañ llamándose nobla o de
sangre azul, i no se conformaban con la demo-
cracia, porque en el, seno de' ésta era preciso fra-
bajar 1 merecer para t&er; los propietarios de
esclavos, fnertes aún, a pesar de la maanmision
decretadaen 1821; el clero, 'interesado en man-
tener a todó trance las instituciones colonialés
que le 'eran favorables; •i todos los hombres adiç-
tos, por interes o por hábito, a los privilejice pro-
fesionales, los fuéros de clases, 'las instituciones
de manos muertas, Los monopolios fiscales, i otros
principios análogos qbe hablan sido el- santa 8an
torum del antiguo réj unen.
a
—iB-
Así al formarse el partido conservador, el tta'
didonaUsnw godo ¡Be aliaba, a más no poder, para
tener alguna representacion i rehacerse, con el
dictatoriali8mo militar de la Colombia bolivia-
na, i con el conservatismo republicano i civil;
• resultando de semejante ama gama, lo que era
inevitable: que el naciente partido conservador
• estaba predestinado- a no tener larga vida; a di-
solverse un día, por falta de armonía cohesion,
Í a causar durante su vida grandes alarmas¡ pro-
vocar luchas terribles, a causa de las tendencias
dictatoriales i tradi4or&iitas o goiasque dominar
'han a das de los tres elementos que lo componian.
¡De dónde provino la fuerza irresistible que
adquirió en breve el partido conservador, no ¿bs-
tante la debilidad conjénita que su compopicion
misma le acarreaba? Provino de tres causas: 1.a
la division del partido liberal; 2. la enorme falta
en que incurrió este partido, al efectuar la revo-
lucion de 1839 a 41; 3a, la necesidad que sintió
el país de reposarse i afianzar su modo de ser,
despues de treinta i das anos de perturbaciones,
desde 1810, apénas coir el relativo descaso de
las dos administraciones de Santander.
Santander iAiuer, como hemos dicho, perso-
nificaban dos tendencias distintas, aunque ambas
liberales: Santander era alta i grandemente libe-
ral, por el conjunto de sus convicciones, pero
tenia mucho de conservador (en la acepoion
filosófica del término), tanto por los medios que
empleaba, como por su inflexible espíritu de fide-
lidad a las leyes ¡ de asentar todo el órden social
sobre la ¿ej nerita i la autoridad que de ésta
emana; en tanto que Azuero, ménos howbre de
27-
• accion. 1 de goM mo, pero más pensador, tribuno
i escritor, buscaba la fuerza de la República en
la democracia; la mayor autoridad, en la opinion
pública; la verdad del gobierno, en la dacen&a
Uzacion o el poder municipal ; la preponderancia
del liberalismo, emi las doctrina8; la garantía ma-
yor de la libertad i del derecho, en la' iniciativa
individual.
Santanderera pues (i damos a los términos su
sentido rigurosamenteftlo8ófico) un Zil'eral-oon-
8ervador, de acolen; Azuero, un liberairradidal,
doctrinario;' i estas dos grandes intelijencias en-
cabezaban en realidad dos fracciones distintas
del partido liberal en 1837. La fraccion doctrina-
• ria adopté al mismo Azuero, su jefe natural,
corno candidato para la Presidencia de la Repú-
blica; i Santander, creyendo necesaria urja polí-
tica fuerte para consolidar la obra del liberalismo,
incidió en 'a grave falta de escojer i apoyar decid
didamente la candidatura del jeneral José Ma-
ría Obando.
El tiempo ha probado que Obando, sujeto
• escelente como particular, no tenia, como homnbr.,
político, la tafia necesaria para el gran papel que
se.le quiso hacer representar, i que nunca mere-
ció, ni el odio feroz i las hostilidades implacables*
de que fuá objeto de parte de los conservadores,
ni la admiracion i hasta Ja idolatría de que le
ro4earoii en su inmensa mayoría los liberales,
• desde 1889 hasta 53.
Mas comoquiera que sea, Santander se empe-
en convertir a Obando en prohombre, hacién-
dolo apoyar por sus amigos; los l?berales más
avanzados no desistieron de la candidatura de
.4
-28-
Azuero; todas las fuerzas conservadoras, de di-
verso linaje, sostuvieron al doctor Márquez; i con
la eleccion de éste cesó el poder de partido libe-
r1 en el gobierno de la República, bien que se
mantuvo en el de muchas provincias, i se creó el
jérmen de la prolongada i funesta revolucion de
1840.
El. mismo fenómeno de 1880 se reproducia
mi 1837. flolírar había querido imponer. al Con-
greso "admirable" la oleccion del doótor Cana-
bal, coma su sucesor; i el sentimiento público,
rebelde a esa especie de dinastías presidenciales;
hizo elejir al señor Joaquín Mosquera, dando en
tierra con el bolivianiemo. Ea 1837, el mismo
sentimiento, cansando la division de los liberales
i fortaleciendo a la oposicion, rechazó la candi-
datura semi-oficial de Obando, debilitando con
el mismo golpe a Azuero, i acarreó la derrota
del liberalismo.
a
-Si -
una leí mandando suprimir ciertos convéntos me-
nores, cuya existencia se consideraba inútil. Unos
cuantos frailes de Pasto, interesados en mante-
nerse en el goce de sus pitanzas, protestaron con-
tra la le¡, escitaron el fatiatsmo de los 'Pastusos,
i en breve se pusieron en armas, apelando a la
insurreccion como un recurso fácil en aquella
provinciá. Quiso el Gobierno reprimir la insu-
rreccion, envió fuerzas militares, i, cosa estrafla-
mente curiosa! el jefe de qeas fuerzas, el jeneral
Horran, proclamaba en nombre de la Adminis-
tracion diciendo a los Pastnsos: "No más frailal
no más fanatismo!"
El juicio de Obando en Popayan, dirijido por
e1 jeneral Mosquera, llevaba trazas de ser un Sa-
crificio: aquel creyó que no tenia ni podia tenor
- garantías de defensa legal, se fugó de Popayan,
1 aprovechándose de una insurreccion frailesca
ue. nada tenia de liberal, la encabezó ibusc& en
1 guerra su salvacion. Triunfante en el combate
de los Ar6otee, donde tuvo a Herran como prisio-
nero, hizo tratados bajo condicion de indúlto jo-
neral, i se sometió nuevamente , a juicio por el
asesinato de Sucre.
Pero esta sumision duró poco r vió otra vez
• Obando en mal predicamento su defensa i su
persona insegura; se fugó se'gunda ocasion, i tor-
nando a encabezar la insurrecóion le impAmi6'
un carácter esencialmente político. La lucha dejó
de ser de unas frailes 1 unas guerrillas de fanáti-
cos contra una Wde poca importancia, para con-
vertirse en una guerrajeneral i a muerte entre
los dos grandes partidos de la República, clara-
metite demarcados, con ideas propias i caracte-
a
rizados con los nombres de rnisidievitytea i progre-
siataw o retrógrados i/aooioao&
Qué ocurría entretanto en el resto de la Re-
pública? El partido liberal-te ereia (sin r.azon en
nuestro concepto) víctima de lo que llamaba "la
traicion del dctor Márquez," i clespecliado cn
su ,caida i Ileho de rencor, alegaba lo inconstitu-
cional da la eleccion del Presidente1tar cuanto:
era Vicepresidente cuando. fuá electo, i buscaba
cualesquier pretestos,para lanzare a los azares-
de una revolucion jeneral. Los pretestos no fal . -
taron, bien que ningano era justificativo de un
levantamiento a mano armada; pero la opinion
progresista era tan preponderan& en la Repú-
blica,. que dondequiera apareció poniendo en.
conflictos al Gobierno.
n 1840 la cenflagrtcion fuá jeeral. Obando,
Sarria i otros eq u Sur; Salvador 06rdova en.
Ant.ioqui.a ;itéyes Patria i los coroneles Gonúe
le;, Saruper, Vanégas, Gaitan i Farían en el
Norte; Carmona, . Hernández 1 Raffeti en
provincias del bajo Magdalena, i por último
Ves.ga 1 Galindo en Mariquita, se pusieron en
armas contra el Gobierno; i hube dias, como
los de octubre de aquel año, en que los gober.
¡tantos. se vieron reducidos al suelo que pisaban
eq la capital de Ii República i en los pocos
punøe ocupados por sus fuerzas militarés..
Para no entrar en detenidas reminiscencias
respecto de aquella cruenta .revolucionhastaa
nuestro propósito dejar establecidas estas ver-
dadas; primera, que nihguno de los motivos ale-.
gados en 1839 i 40 era sufioienle para justificar,
r que é8S . por-eis raini-.,insureco;gda
-0$-
Ocaolcrn* caái simultáneas .en;todo el, palé, sfr
qairié jas proporciones .. db ná grande i popular
nyp lucten, sostenida por' U partidolibeml, e».
t4ncas" progresista," ctyo programoa de gue.
,erédnoia a e8tas dos ido ¡as l la calda del
b
do
u–u—
jefe deL gobierso, rsien convertido al conser-
ystisino, poço adictas 1a violencia i hombre dé
tendencias civiles por su carácter, su oducacion i
epa antecodeátes, 1 los mía notables copartidarios
que le rodeabam Algunos entre ést,os, dictatoria.
lea o tradicipniatas, se sentían inclinadoá a hade
prevalecer una política violenta, sanguinaria¡
perseguidora; pero todavía el elemento civil ¡
• moderado, representado por Potnbo, Ordónes,
Vuqvo, Acosta, Acev,edo ¡ otros antiguos Libe-
rales, tenis btanté ascendiente para contener'el
desborde reaccionario de las más intolerantes
• fncciQnea componentes del partido conservador
No alcanzó el doctor Márquez a reprirniro
vencer la revolucion, i sólo su sucesor, el ,j enéral
Berran, logró afianzar su auto ridad,M cta fines
de 184:1, con una victoria decisiva. Bajo qué
auspicios asegurába su poder por entónces el
• partidq conservador? El jeneral Horran, tan va.
Uentemeute sereno en los combates como modesto
en el gobierno 1 ea su porte privado, era, no lo
dudamos hoi, un hombre de sanas intenciones, i
a posar de algunas faltas i debilidades, anteriores
1 posteriores, el curso de su vida pública, paten-
tizó despues que era. patriota, i que tan sincero
,babia sido en su bohvianiemo dé otros tiempos,
como había de serlo, durante los diez últimos
altos de su existencia, en sus convicciones de'
cididainento federalistas i sus propósitos conci-
liadores.
Pero al formaren ministerio, si bien tuvoa su
lado a un antiguo-liberal como Cuervo, a una ro
pablicauba progresistas como. Acosta i Acevedo,
z. otroa hombres moderados ¡ Se o Snos accesi.
-38—
hlú, tambien puso su administracfoñ bajo h in-
fluencia decisiva ¡ perniciosa del doctor Mariano.
Ospina, hombre de grandes facultades que, pa-
sando de 8etdmlÑiata que habla sido en 1828, a
conservador intrausflente en 1841, venia a ser ,la
másnotable personificacion del espíritu reaccio-
nario ¡ tradicionista
Si el doctor Ospina no hubiera figurado en la
política; si sólb se hubiera dedicaclo a las cien-
cias, la jurisprudencia, el profesorado ¡ las letras,
hoi seria tal vez, el hombre más venerado en Co-.
lombia, por su consumado saber, su eminente
capacidad isu juiciopenetrante i profundo. Pero-
estas grandes facultades son neutralizadasporla,
puaba política, cuando la mente es obcecada por
los inflexibles jiropósitos de una actividad siste-
mática que quiere imponerse & todo trance i re-
siste a todas las exijencias del tiempo.
Una vez qne el doctor Ospina se penetró de la
errónea idea de que el mal de nuestras sociedades
estaba en el desenvolvimiento de la libertad de-
mocrática, ¡ que era preciso combatirla a todo
trance, tenia que emprender una lucha sin tregua
contra la corriente de los hechos i la lójica del.
tiempo ¡ de la vida misma de la República; luchs
en que no pocas vezes habria de estrellarse aun
contra hombres notables¡ masas de su propio
partido, hasta caer, arrollado por la fuerza de los
acontecimientos, E arrastrar en su caida al par-
tido conservador entero.
Ello fuá que la reaccion tradieiooista emprendió
su marcha en 1841 a' velas desplegadas, llevando
loe escesos de su obra hasta donde era humana-
mente posible. A$nas si respet6 la República, por
-39.--.
ser esto dé forzosa. necesidad ;. poS la redujo al
nombre i a la forma, dando al poder público una
fuerza exuberante i desmedida que :debia u-.
sar un manifiesto desequilibrio en el granego ju á
de que depende 1a regularidad enla vida política
de los pueblos: el de la libertad i la autoridad,.
de la accion legal colectiva i de la accion indivi-
dual espontanea.
La reaccion fué como el hombreqne la perso-
nificaba: miii intelijente, pero sin fecundidad,
porque la intelijencia es estéril sin la jenerosidad;.
previsora con escoso, porque la guiaba Ig previ-
sionsistemática de corta i estrecha vista, no. la
gran previsión que se ,fortaleoe con la fe en los
eternos i universalós principios do justicia, inse-
parables do la benevolencia ¡ del respeto por la
cóBcienoia hninana Pué una reaácion orgullosa,
inflexible, intransijente 1 de una pieza, que aspi-
isba a sojuzgarlo todo, i era por lo mismo inca-
paz de .cejar ante ninguna circunstancia; reac-
cion que debia sucumbir bajo su propio, peso,
oomo toda fuerza ciega que carece de elasticidad
ode resorte.
- La ruina levino de sus ptopios elementos¡ sus
propios escesos. Tenia que claudicar el dia que
It faltara para sostenerse el brazo inflexible de su
Jefe i organizador. Bieh que el partido liberal
acababa de perder. en 1844 a en más eminente
prohombre civil, el ilustre Azuero, i que su jefe
militar continuaba proscrito,¡ perseguido aun en
tierra estranjera por-la diplomacia de la reaccion,
hizo un esfuerzo para hacer sentir su fuerza mo-
ral i numérica í recuperar -su influencia, i buscó
oit la campaña electoral la posibilidad de triunfo
que se le ofrecia..
Q>
-40-
Entre los tres candidatos. coneertadores pi»!-
puestos para la Presidencia de 1845, Onervo nr
el oscojido por el elament&tradicionista que figni.
raba entre los ministeriales; eljeneral.Moeqnei'a
rspresenta'ba las. aspiraciones del elemento mili'
tsr; ¡.el jeneral Eusebio Borrero tenía apénas el
apoyo de unos pocós conservadores de oposicion,
como Arboleda, que trataban de sacudir la auto.
ridado Id influencia del doctor Ospina; EL partido
)iberal adopté resueltamente Ja candidatura Bó.
itero, i si perdió la batalla electoral, patentizó a
lo :znénos con su fuerte número, su actividad i
enerjía, qué era capaz de defender sus derechos i
tenía motivos lejítimos para esperar una victoria.
nomni remota. -
Electo el jeneral Mosquera, Sa carácter, 81$
antecedentes, su iutemperincia de mando i de
fusilamientos, su odio inveterado respecto ile
Obando, 1 8U5 veleidades dictatoriales, hicieron
temer que snadministraoion seuia persguidorai
violenta. 1sinembargoç frió todo lo contrario:
no aMo fuá liberal, jenerosa ¡ conciliadora bajo
muchos respectos, sino que en lojeneral so mostró
grandemente reformadora i progresista, tolerante
en muchos casos i anhelosa por rejenerar el palo,
• La administracion Mosquen trajo consigo la
desorganizaciou del partido ministerial, bien que,'
circunstancia curiosa 1 fué poi: inspiracion de a
jefe que un periódico cuervista, "El Progreso,"
bautizó Ñu el nombre de conservador, empres.
tado a un partido francos, al qna entre nosotros
lo ha llevado desde 1848.
• No se componé impunemente un partido ton
olementos discordantes, ¡unque- de aparente ans
u
a4ls
lofia; ni impunemente loe partidos políticos po-
nen en suerte en manos de caudillos de poderoso
ascendiente, haciendo coisistir su mayor ftieita
en el prestijlo que éstos tengan. Bien conoide*
rada la naturaleza de las cosas, los elementos.
tradicionista 1 dictatorial o ihilitar, son antago.
Motas; pues si el primero se apoya en la autor!'
dad de la tradicion 1 de los viejos hábitos, i dé
ordinario busca arrimo a la sombra de la Iglesia
edo la influencia clerical, siendo radicalmente
quietista, el segnndo, voluntarioso de suyo, doini-
nado por impulsos súbitos, soileito de popularidad
i ambicioso, cuenta demasiado con la fuerza de
.0e
las armas, opone al prestipo de la relijion 1 de
los hábitos el do las victorias i el valor, es poco
o nada respetuoso por la -le¡, está siempre dis-
puestos jugar su suerte en un-golpe de Estado, a
estilo de las sorpreeaso golpes de inflo tan co-
munes en las camparías, ¡ se aviene poco, por
eduoaeion, con. el espíritu relijioso (sincero o su-
puesto) que da su mayor fuerza a los tradióionistas.
A más de eStas circunstancias jenerales, el
carácter i los antecedentes del jeneral Mosquera
le predisponian a la rebelioñ contra la disciplina
del partido conservador, ¡ particularmente de la.
fracción tradicionista. Si el doctor Ospina obraba
como una Lima sorda, el jeneral Mosquera ftrn
cionaba corno una e?ada; ¡los dos instrdmentos
no pueden trabajar Juntamente ni armonizar su
efectos. El jeneral Mosquera, amigó del boato i
e los efectos ruidosos, anheloso do renombre,
despreocupado hasta la incredulidad, vanido99
en sus áctos de jenerosidad como en tos de vio-
kncla, incapaz de someterse, por su tempera-
n
11
. 42. -
monto esencialmente dictatorial, a ninguna. tu.
fluencia ni autoridad superior, ni detolerar que
otro poder moral le rivalizan; el jeneral id~
quera, . más propio para gobernar a la Bohvar
que a estilo jesuítico, nopodia 80T el hombre que
los reaccionarios necesitaban para mantenerse en:
el poder por mucho tiempo. Inquieto de jonio, i
tan deseoso de popularidad como de hqcerse per-.
donar unos desmanes de que habian sido víctima
muchos liberales, su camino natural era el de las
grandes reformas, del movimiento i del progreso;
Í con esta política tenia que minar completamente
i hacer derrumbar el edificio levantado por los
reaccionarios.
Desde temprano el Presidente Mosquera em-
prendió la reforma de casi todos los ramos de
La administracion, en un sentido notoriamente
liberal¡ progresista; i en breve, al sentir lás
resistencias que los viejos conservadores le opo-
fian, se le vió sacudir el freno cn que probaban
asujetarle sus copartidarios.
No tardó en ir separando de su lado a los más
recalcitrantes, dejando consigo a algunos do loe.
más ilustrados i progresistas, como Pombo i Ma-
llarino, al propio tiempo que solicitaba la coo-
peracion de liberales tan adelantados como el
doctor Florentino González.
Así, cuando en 1848 se abrió la nueva camparía
electoral, el liberalismo habla cobrado tanto alien-
to, que pudo emprender la lucha con un candi-
dato propio, trazándole su programa, medir sus
faenas contra tres fracciones adversas, iganar la
victoria. No sólo el jeneral Mosquera babia des-
organizado al partido conservador con su política
-4*--
reformadora, haoieiidoí yeral puoblo qn.: el pro..
greso tenía el apoyo dé la Administracion, sim>
que paladinamente hablaba contra los tradicio-
nietas, a quienes llamaba los beatos, camanduleros
i rabilargos o cuando ménospetuoones, i se esfoye
zaba por crear un nuevo partido, que denomi-
naba nacional, compuesto de conservadores pro-
gresistas i liberales moderados.
De ahí la division que se introdujo en las filas
conservadoras. Los conservadores más moderados,
en lo jeneral, pero descontentos con la política
del jeneral Mosquera, escojieron como candidato
ara la Presidencia a un enemigo personal de
L
éste, antiguo boliviano i jurisconsulto mal nota-
ble: el doótor José Joaquín Gori. Loe tradicio-
nistas'.o recalcitrantes, intransijentes con la liber-
tad i elprogreso, adoptaron como candidato al
doctor Cuervo, esperando recuperar el terreno
perdido durante la administracion Mosquera.
Por último, los pocos ministeriales que quedaban
(pues aquella administracion acabó por despopu-
larizarso de un modo patente) personificaron en
el doctor González su aspiracion a constituir el
consabido partido. nacional, de problemática vida
•i que nunca llçgó a tener alma ni cuerpo.
A los tres candidatos mencionados, el partido li-
beral opuso uno solo: el-jeneral José Hilario López;
el que en 1828 se habil encarado en Popayan con-
tra la dictadura de Bolívar; el que en 1831 habift
salvado la República, encabezando la reaccion li-
beral contra la dictadura de Urdaneta. 1 López,
que en las elecciones populares obtuvo por sí solo
mayor número de votos que lorde Cuervo i Gori.
reunidos, faltándole muí pocos para alcanzar la
.
)
mayoría absoluta, ¡ con ésta laeleccion pøpular,
logró el triunfo en la memorable sesion deL 7 de
marzo de 1849, debido a la firmeza de los libera.
ION al 'çntuaiasrno popular, ala adhesióñ de alga-
nos partidarios de Gori, derrotados en el primer
escrutinio del Congreso, i & la actitud del jeneral
Mosquera, corno Presidente que iba.a cesar ea
sus funciones.
Mucho clamaron los vencidos contra la eleccion
(i no los gorütcu ni los gonzatütas, sino solamente
los ouerviatae), alegando que habia sido el rosuh
tado de una .coaccion; pero loe hechos materia
les i morales destru lun tal. alógaebu, inventada
sólo para cohonestar una violenta opósicion proa
constituida k una futura inantreccion predicada
pose-sionó
con ahinco desde. que el jeneral López se-
de la Presidencia. Ni el Congreso de 1849
alegó cosa alguna, en las inuohas ocasiones en
que pudo hacerlo, contra el caráctér constitucio-
n al de la eleccion; ni el Presidente saliente ad-
mitió la idea de l&coaccion, puesto que,.el mismo
dia 7 de marzo reconoció la incuestionable valí»
dez de la eleecion, i poco despues entregó el
mando al joqerál López con protestas esplícitas de
acatamiento i de respeto.
A91 volvia el partido liberal al poder, despues
de doce anos de . infortunios, pruebas i desas-
tres, ¡ de una situacion dé inferioridad que sólo
• babia sido algo suavizada durante la progresista
• administracion del jenoral Mosquéra, en los aoa
'de 1846 a 49. La rnarcha,de.la República iba
variat ¿mii notablemente, i los papeles de une*.
tros partidos quedaban cambiados.
J
-45-
íA
a
4$— . -
'Mihitras que ol elomanoobr» tenieu ovgs
nizagion en ia socieda4esDenwcrátitjaa (de li.bt
!ales) 1 Católico—populares (de conservadores,) ,l$
j;nntud tenía su- brillauto núcleo en la Esctsela
republicana 4e Bogotá. :Allf dijimos, cual más
cual inónos, grandes despropósitos i, sin haber ee
tudiado ni. comprendidó .a fondo el socialismo4
jeneralmente hicimos, jóvenes casi imberbes aún,
profesion de socialistas; pero tambien mostramo
que teníamos çqrazon 1 éramos capazes de em-
prender SM las reformas sin arredramos, sosW
niéndolas con la palabra i con la pluma i en esas
oeçesario, como lo hicimos más tarde, con el fusil -
del soldado. 1 es. lo cierto que laEuoueiarspuU
aana ejerció con sus ideas, su entusiasmo i en fa
u 1850 1 1851, una grande influencia sobre laju.
ventud d toda la República.
¿ De allí nació lo que eritónces so llamó el golge».
turno, apodo tornado de unaS espresion del que
esto escribe; i aquello que en un principio fné
Sólo al parecer una 88CU81a de sonadores, se hizo
entrevo fue4o frsccion del partido liberal . ¡ mi'
dio sus fuerzas como partido radiad en las eloer
ciones de 1852; impuso completaaent.e suakteaa
en Ja Constitucion de 1853, así come las iba ha-
ciendo formular en muchas leyes; i al verseags-
dido por la liga de ,Jos.elementos militar i dewq
ciático, luchó con resoltipion, en .1854, venció $
Ja dictadura, hizo destituir a Obando 4e la prb
ajdencia; ¡formando luego en la oposicion, a,
cqustituyó en el jenerowdei'ensor do loe vencidos
g Qué cosa era el s*dioati.mo, tal como se ujoe
tr6 en ne primeros 5000 Era una me741a estrar
fla de las más adelantada. doctSas UbøaMe,
1
• çnfoymesg4&escuel epuornMta, i 0 4uu40
vigas concepciones, o más bien 409lmgcwnes,
• a sociglisma democrático mal eomprenddo
i dijeridó, coisteuta más en el lenguaje 1 el es-
tiloqaeen lo¡ ideasj los hechos. I,osraHgosdo-
uiinantes en ci radicalismo eran: un; gran síu-
cerid*d de co4viccioneo i• entusiasmo; una fe
profunda 1 caL ciega en la jasficia 1 la lójica de -t
a
--
fura dé los Sdjb&es sehk1laba en la jnnntid,
tan elocuente en lá tribuna comebrldSi empren-
dedora por medio, da la prensa.
Estrano, muí estraflo tio8 páxee hoi el rudo
antagonismo que medié en- 1853 1-54 entre 10
artesanos i la jnventud; antagonismo que, por
fórtuna, cesó completamente desde 1859 o80..Su-
chúsa era la misma: la liberthd dsnoctática, la
réjeneracion dei- Vais bu todo , sentido; 4 nadIe-de-'
fbndia con más calar 'que-los radf-calbs etinteres.
político ¡ social de ¡las masas pópn)ba'á. Sine,n
bargo, se detessban reciprocamente gólgo*zt i
democrático., cual si eui principios e Intereses-
fueran inctsmpatlbles b inconciliables.
'-Al instalarse el'Oongreeo do 1S64. se viópa--
teñteinente que los dos psrtidósorijinadoe -del
tejo liberalismo se -preparaban resueltamente
para dispntarse el çampo de la pntftica: loe.libe
ralas, dueños del'gobierfto 'Jdneral, .del ejército 4.
Je las "denibcrátk,aa" Id 'Bpgot, el CanoS 1:
raFias' ákudsde8; 1 los' radiSles, 'fuertes- en: 'la
pÑn%a, casi en maydrfá en el ()ongre*-iduéflos.
del gobierno municiparde innehas provincias.
& Cuestiones relatPvael'ejército t al Có$jIo mi-
mar,- a la ftUérvMaSon'- de algnnné--
constitucionales, i a -la! yM$$tIia - ministerial, e1a4:
cerbaron en breve el antagonismo; siendo de no-'
S qu'losradiealee entsi que- haoer frenteai
propio tiempo, a las 1aiiióbr 44 partido e,n-
,setvádor, fruto de -'ana - inatmsds-ineornpatfbili..
4sad '-de hówbres1 trad!01t12e5 F pvin'4icé, 1-a Jaj
guerlt párlamentaria, éfioial 1 tiiogr*fioa deS
ministerialés. ' • - '. . - - . - -
-• Preparados Obando, el ejército Flotgebiornia-
tu-p*rs ,la lacha, i .rnostráudoso loas rwlLoalee
sueltos sarroetrar todo peligro, el roinpiqtiento.
podía .producirse el día u$npa ponsado, bien, que
todas } v4awos c44a vez pak próximo.. Un dla,
inprpso Ob;ndo todavía en dcJar&rsø,, porqji,q él
era sinceramente republicano. i mui. poco adiCtO
a -MO golpep de Estado, en términos de pei)aar más
en .dfen4çrae que en atqr, una citan pstancia
persgnaLprepipitó 108 acóntecimientos. EL janoral
[osé MÁ4 ,Melo, hombreadmiablernepto propio.
para :disciplinar .tro.pa pero ignora$e, sin talew
to,.ibppto dM todo para la política i sin prestijió
alçno .faeradol círçulo. jobiernista de .Bogotá,
ha ia comQttdo, ojercienaola cotnaz4aucia del
aj4rcito, un , graveJusq de autoridad, daqdo
Wupçt q una noche, ea estado de.4riaguÑz ¡ sin
voluntad alguna ni premeditacion, a uxatib9 del
c4a4ron, on. cuyo cuarljel •viia. LevantAseel
swpari p por la autoridad civil,i ci 15 de abril de
i854 una vez, comprbá4o el homicidio, ..estuvo
listo en borrador el auto: que. el uez iba a dictai
deçlrano haber lugar a foraiscion' de causa..
•$í?!9.J&el9, &n$e r n çió .qaa? Obando. ¡:otros
póJo4&je riel g4ieuQ i d9 iz partido,.. i no ha7
uand p grao. dispo9iqgu.eu aRueL para eneabezax
idz'atati4e 7 .pna revglnqion 1 proelqLnat. sti
propia di.Óta4urs en reeuwlaa.de . w . nntçridad
écinitiÑcional, reiclvió 111ivifliienpg
pprsu, cuae i riqsg9, -Tal Ula csuss 4ijed¡ata
44
de U ;ebeji.on u2 litar :4ç1 ,i.7 44 q4nndA
por e1cqsn&u4ant9esefa1 iel;aj6rçfto,p9.0 el çon.
ojo cta muchos .ParsonA i coq el
apoyo entusiasta ! sincero da ¡os 4rtes%n1)s, pata
tzsíones ek.znoviw1eno»ra U$. voluçiQk.p4tri'
tica i favoMble ó la libertad,
• Con tan estrata lnsurrectiob dfli'Ijen óflóiaI
Obando pasaba, de PrSdente cÓnWtItflcienlqne
éra, a ser el prisionero apaSnte del eomandntd
ÓSMI del ey&'cito 0ff qué se apoyaba; Molo ab
Ornwertia en nn dictador adocenado i estúpido
etitando el. banco de Los acusados para_ocups& él
bufete de un gobierno dsotdenado, effúeS 1 8.
i
Smpamefits; loe radicales i los ccnsófladorS
de eneinigós mortales que habistu eldó haáta eJ 10
dé abrfl, tenlan e 171 casI por igual perseguMot
qee hacer causa cetnun 1 flflit 808 fterzas, jSto
con algunos liberales incont*astablentente patrio'
tasi leales, como el fluetró López, corno el ta!e1í.
toéo. i malogrado Plata, como el desgraciado
Mtttéus (Antonio), pard defender la cates eoneS
tflciónal ¡dar en tierra con el millttrlsrna 1 itt
dictadura. -
El thoqne fué Violento i la lucha e prolong6
mucho más de lo que era de esperar, ya por ines
periencia de los radicales en el Norte, sóbradó
Impacientes por veácer 1 ilémasiádo confl&dos oíl
su actividad e ihtT'eptdez, ya por 3M rüfprócS
descónfianzás qué reinaban en ti ejóreitó déISur,
inadado por L6pe2 1 Paris, Antes adrereari6e, 1
óodipnesto de jefas¡ cuerØos 'en qneflgurab*n
eonfundidos a miles los conservadores, loe radi'
cales i los liberales fieles a la Constitiulon 1 a&
térqos a las dictaduras.
Pero en tanto que todos oonibatiatnos, loe o@tt'
SrndoÍee no perdieron el tiempo para la poli
tica Ñtñrñ: prestaron mnchaatencion a La bIS.
Non popular de Vibepreaidentb de la BeptbHOs,
verificada en pién* guerra civil, f la ganaron CMI.
«fu tftíputa, obteniendo 1; msyorfa el doctor 1(4
~« mm
nteJ,Mai1s MaMárino, odldkto. cóiisenúder;
tñnzifo de asaba ImpertaS pan este partido,
toda ny qne oónsidentm infalible ladesUtu'
clon dé! Wesi te Obando, el día qie el Oea'
se reuniera para jiagarle..
En eféeto, la triple coalision de radicales, wwk
a&tadoret 1 liber&es no mdi.ta., trinnfb defiti'
Snmenee BogoM, el 4dedlcieinbio.de 1864í
habiendo figurado en las eampafias radiásles
doto Ken'era, Franco, Maténe (Bamon), Mane
doza, Juno Briceno, Van égas 186to. Qntiénn
que despues habla de hacer un enpa$l ;libe'
rales COWQ Ibpez i Plata, de primera importas-
cie i conservadores corno Retan, Mosquen,
Paris, Arboledas BrSeolto (ESgdlo), Fonda,
Eno, Jiraldoi tastosotres notables. .EI000Rreso
se reouió,n fbbrerodel855, deelatóeleeto Vios.
• presidente a Mallarino, juz6 ¡ destituyó a Obaw
do; ¡di esta iuerte el partido oonoernda $do
cóneiderane setisaido a la poasion del pc4a'
Asi 4a dMslen ¿el psrtido 'liberal, oeeslcada
• k*to por las tendentdu reaedloR&riNs 4* Ii ant
gno liberMes, tomo w 1w esajeracien d.t:espló
Sn relbn»iwta de loe rkdicales 1 ímilit6 Ja vuelta
Je '16. eonersdei'eá al gobierno de la Be$btiea
ah que énne debieran su tvinfo a una vardadetí
yor1anum6riea ¿ 1;•
a
ciqn'lo espitan. Surnameutmuetv*o e .1mpze-
sionable, estudioso pr, estremo, galanta en sqt
decir, en.eu estilo isis maneras, i miii oeoao por:
la corroccion en las formas, j tenia . eL espíritu '°rn.
noblemente eu1tiva4o,era,nás liteso i sabi
qne político, mía orador que hQmbre do partidó,
iledoininaba uu sito sentimiento de juskoia.j da.
benevolencia. No era pasa hombre adecuado pan
próhijiwias paaiqnea violentas que do ordivarip
caracterizan t los pattidoe; no tenía. ipstiqtae,
*"I vos n ¡ epiritu de: dominacion, i a. coznplat,
cm !nuchoqn4yiviendo en lairajiones sereoa$-,
401 pensamiento, enitive.n4o los. cláaicç* «la¿"¡
taselsiendó .pz»bletaaa . Alkl matemáticas i manto!,
~do .el améo •i grata co»ercio de las relacio-
nos.. eoelalea, que. prestaud4sária atenolon a lag
i»qnleta4esi luchas envesenadas de . 1a.polítiqa
. .
• 1 .M.l.cnácterpoUtico de MAI1a,rino, $p
rupetable.i simpático aun para $98 ¡niø.nøs44.,
véisarios.: tnM:qijaiva.político de acbiofl, era A
,nserva4or 4ó4trinari temeroso de la liboa4
denasiadoátnpIia per#au&igo. dei progreso iap4
sinceramente repliUean» :era, CO suma, n q sq-
aadoa'filóséfo; de cQraaotI.bepé yolo iespIritaMøt
deeÑdioiou.i 4o oul$inÇa, Un hombi,e de eS
¡maje no podia ser violentq pi estnmosó.
gqberoar; msyorm4n$e.4uando la situaeioiv$e
jS quo:i1pgt &widw4r 001*0 kik .d.l gq$%atflç
era obra de una aU;gz, ocasional entre rsdicø^qs;
conservadores i liberalqs. . . . ,. j •:!: j
.Mf la .admiaj strap ibaixfa j lariao fu P170(M4*
meslte. c qacfliwjon. ,i.nlodnada% oar4ct4ríz4ud010
4S uu-princ4$o ..qoa l*ésnjoa døbnzte
41
ue representaban diversos elementos políticos:
I ombo, un hombre profundamente honrado, sabio
i bondadoso, que reunia a una laboriosidad i una
tendencia adzninistraüvá muí conservadoras, un
espíritw de proreso.i una confianza injeupa en-
terauiente radca1es; Plata, hombre de fuerte-
osbza, carácter repasado .i gran coijogimiente
da-los negocios i los hombres, que representaba:
el vició liberalismo 1 la solidez del pueblo o tipo.
nnt1andereano; Cárdenas (Vicente) conservador.
mui decidido i de la eaóu-eta intransijente, perg
de precedentes honrosos, afáble ¡ moderad') en en.
trato, dé-iirni notable capaoidsd icutendide en el.
manejo de ¡ni negocios públicos; i por. último, Ra-
e1Júnez jéven dscaráoterapaeible queret,nia
en su admirable 'espíritu, '&..la. esquinita: sensibili-
dad deiunan*$uraleztsbave 1 amante, .a fe i l.s
alta conaepeiones del-poeta, la . wenrada.compes-
tana del penpadoLi-esor&bør estu'diøsp,- 1 la-pane
tmciorr 1 aolidec:dejuicio del liQIubro deL Estado.,
'Bajo -lá ixfinanciabeiiófica-4r]eca4,ninjstra-
cion Mallarino, se consolidó la paz jenera1.roca-
psratdo él. páiseaz gran parte, lasjuerzas,-pØdi-
das doraúte la guerra civiL de 1854; se.restabteci4.
la-regularidad én, las prckicas, de, gobierno 1 a4-
Suisttacion;. se puso tranquilamente a
1sOon8titubióa de 53, ipestig4udese que nuéMz*
sociedad databa. ya.-jonnblanente *madura. Sra
soqAtar ¡,:hacer efriti y as- las grandes .reforrn»
ado$udsa; Iaópiukni pública-pudo po»er dau2fr
nifleito sus tendenóiaa con. egt.ra lilar4::4t
óMeiou:iacozj ;,i:lú! prti40e polítiQoØ,tqrnfr
ron a medir sus fuerzas i desarrollarlas por.
$etoj :4eflniéndó* . cIarr4tAøu$ $445: reepectias
aspiraciones,
La constitucian de 1868, no sólo era i adical-
mente liberal, pues consagraba los más ¡4élan-
tados principios e la Liosofia política paede.
¡xtoclamar, armonizando el gobierno de 1 )spÚs-
Dios por sí mismos, con la plenitud del -d ereohó
individual; sino que contenia en una disp DSiói011
el jérmen de una revolucion legal de tandos
couseonenóias. Si el ilustre Florentino Gi
halla hecho vanoi esfuerzos, como senador icomO
publicista, por hacer aceptar desde 1853 el róji-
mes federal, no era por alta de opinioú rodera.
lista que entónces se rechazaba tal reforni Pa.LCi
liberjles del circulo de Obando eran yaj neral-
mente adversos a la faderacion, jaque omisn
que con e$e nuevo réjimen politice jerdien' el
partido liberal las ventajas de la poesiofl td.t
poder; pero casi todos los radicales eran federar'
listas; 1 tenian fe en loe buenos resultados do tan
radical reforma.
&nembargo, hubo entóncee necesidad de tmrtw
sijir, por combinaciones de mayorías, adoptando
un término tedio, en cuanto a la forma de. go.
bienio, que cessistis en crear desde luego ant
ásnplia ¢ralfraeioii 1 penzitir la creacioú
parcial de Estados federales, por medio de sim
pies leyes, en caso de que luego solicitasen alga.
Ss provincias el ser erijidaen .Esdos ¡ gobew,
nidaseSa tales. Tal4ispoei.ion conetitucicual
fuá,* como decimos, elj&inen dula federacion de
toda la Repúhlies. -
:z8e alegó para toneigne' a la Coastitucice
IL
S.S'.-
aquel permiso, dado al le* ÍSMr, que las prov1a
cias del istmo de Panamá an necesitar una
F~
organizacion especial, en forma de fe&ni
dependiese del gobierno nacional, & causa del
semiaislantiento.jeográfloo del Istmo, de su gran
distancia respecto de la capital de la República,
¡de los intereses ¡ las necesidades especiales que
laci, nacer allí el libro tráfico del nnwdo; i en
docto, al darse. la autorizacion constitucional,
edé que solo se tenia en cuenta el ¡ataros de
rprovincias del.Istmo.
- Los radicales comprendieron que no se podia
pasarrepentinamente de una centralizacion ri-
gnroa.coino la qúo existia (eÑada desde 1848)
a la cuasi independencia de los Estados en la
*derscion; sino que, por una parto, corwenia
crear, con la descentralizacion, una escuela pric.
tiea dogobierno pnpio, i por otra, importaba no
alannsr a loe antifederalistas, con detrimento de
Ma reformas que. tendian a descentralizar el go-
bierno cuanto fuera posible.
Así la fejeracion, preparada en la opinion p4-
blica desde muchos anos atras, i oficialmente att-
Stida como posible m 1858, fué una obra de
ecnóion pautadas, spttmntemeMe dislocada,
pe inevitable. En 1855 seespidióiuialeicrean-
do el ~do fed.nt de Panamá, a peticien de•
Ma cuatro provincia en que estaba dividido el
latino; i a a vez las tres provincias antioquenas
pidieron i obtuvieron que -tu cámaras, por leUde
1856, trinasen con sUseel &MdodsÁn$quia.
• Desde. aquel momento iasitsaoéen de la1 Itepá-
blica, compuesta de unas veintiaeM. Frovmosaa:i
4o óg4o4 fié Su anó mala, pO 1* diiSid*d de
t4jirnen en el gobierño i la 4designaldad de . con-
dicion polítieadé]os puebles, que se reconoció
la ímperi'osa necesidad do estender la federacioLn
atado el pais dando a la nócion enter.1a armo-
nía-indisponsable de institncioiiesgorganizacion i
movimiento Política. . 5
Quiso el Congreso proceder con entero . conocí-
miento de as opiniones populares, en lo tocante
ala forma -federátivá, con tanto mayor razon
onanto quela idea de la foderacion-era reilxaza4a
como disociadora i propia para reducir el psis- it
laimpotencia, por una fraccion considerable del
partido liberal¡ el mayor número delósconser-
vadores por Jo que se resolvió pédir a las iaji8-
laturas ¿e las provincias un voto espifeitorespee-
'to de la fovna' que debiera tener elgobiernó de
-la República.; -•. .
De las veintiseis provincias que-. éomponiSn,
:aparto de los dos Estados' recientemente creados,
unas diezisiete, que conteñian una peblacion de
mas de 1.800,000 almas, pidieron is fecleracion;
unas cinco, con una poblacion de 400,000 habi-
-tantos, se pronunciaron por Ja negativa, i cuatro,
4n7a poblacion total no escedia do SO&,O® habi-
tantos, se abstuvieron-.de emitir opinioii algwa.
()n estos datos, el congreso -de isft no vaciló
en acometer la. foderalizacioi definitiva 1 cern-
:pleta del &lS j creando, a más de los .Estados4e
Panamá i Antioqula, los de Boli'var, . Boysoá, 4
Vaúa, Cundinamareag. 3tagdalena i Santander;
-sin que hubiera sédas controversias en las púma-
-1s,:sino en. lo tocante a la'divMion territosixil o
lacomposicion física de los Estados.:. .
- Aquella divisiqu. no. pudo!aet.Ñk ¡aconsulta,
ti Sa centravia al iMGres y5eflnaDente 4e los
pueblas i a una 'saS provielon de l.. dificultades
que habrien d.srjfr tadeo temprano 'Ni es
breaba nn',Di$stitofsdmial para líreeideueiadel
gobierno nacional, ni se dejaban aparte párago-
bernárlos' direótanténte con' 'provecho, algunos
vastos territorios que, por diverS 'motivos it-
qterian un réjitnen espeets}, tales corno.los'de
Mírejienes del orien'te 1 él sudeste (Casanare,
Saí Martin' .f 4Jaquetá) las del bajo Atrato i.eI
'1arien, i la-importante península deJa Goajira.;
1 en cuanto 'a los Estadqs, se oreaba un número
inaecesarie, 1 algunos quedaban sin : aufloictites.
elementos de deearrollq
En & efecto; el Canoa quedaba-monstruosamente
grande, : abarcando la mitad del territorio de la
epúbliea, desdb las fronteras de Venezuela, del
Brasil dél Perú 1 del Ecnador hasta el seno 'del
go]io'de Urabá o la deeernbócsdura delAtrato
én el Atlántico, estendi4ndose ademas sobre un
4nmeheo'lltoral del flicífico. Los Estados de Boe
lívar 1 'el. Mgdslenn destinados a formar pe
largo tiempo uno solo, desde el Pelkm i el Banho
pa#aabajo,• 'sobre las-dos mí4enes dél rio hasta
'ábareúr todo el litoraF del StMatico entre el
golfo, de Urabá' } la Goajira, .qusdaban sin Mili-
'cientes recursos, condetiadóa a una especie dean-
lsgóWimo arti'ficial,í uno do ellos principalmente,
'el del Mágdalena,' en-patente impotencia' para
góbérnarse bieni proepetar, por escasez de po-
?f4SIon, riqueza ¡reMaS El de Santander, debió
qu'edartedóndeado . la ; parte norte da. Boyacá
~norte
1 teds' Id provincia de Ocafia; 1 el de Boyad,
tia waUdwpÑpia . eeb.e .a1 Msgdalana, i eRan
a
aSe
ma7or rte bn, debi6t quedar Ubre deL trri
tono de Caamwe, dueng de los, ricos cantones
e forman el norte deCRudinamana,.i con talo 1
r territorio 44 oauton de V4100 sobre la w44e4
derecha del Megdelena.
De qué eansMprovinjeron eflos .i otra ws
ns defectos de qie adoleció la .primiÑiva orgr
jo* federal de la Bep(iblias? De Ja compo
nina
ócion:que tuvo en el congreso de 1.857.1* w gyó-
YtaScralista. La rsdLesles i libersies s o $gr-
mabita mayorf a por .1 solos, i ¿un algunw de
elIS, como Miguel Sazaper, Ricardo de $a Farra
i Vicente Herrera, eran . adverso. a 1» idea 4.1;
federaciou Pero habla en el congrw p un nÚcL
de conservadores federalistas (todo,* loe de An-
tioqula ¡ algunos de la costa del Atlántipo), 1
• coco su •conaira era necesario pan formar mer
jora, ¡ ellos hadan. de la fedenoiou Un recuiw
de partido 1 4. tiatereu, ¿ocalee, sin deacp4s
por esto el ¡Meres janeS del . patUdo conserva-
a, dieron la leí en todo lo relativo a la. divsipa
territorial, apoyados en este asupto por el voto
.4. los conservadores centz1iataa.
El partido conservador sababe de tñuur ea
i ~pana electora1, merced a 14 profqndadF
•viion que reinaba entre las dos fracpionpa libe-
aleS. Propuesta por loe radicales la nndidMua
U doctor Murillo para .Pnsideute, de la røpá-
blica, es tapto que ka oon.erv»dorqø uajdoe .
tenisa la ti doctor Ospiva, loe liberales dm ma-
yor influencia (López, Obaudo, Plata, Gou4%e
Onéflar) hiciero. tan cruda guata al adie2!-
mo, que .rntribuyeron eficawsnto 1 tziuu 4
¡os oouaenadorn. Qniáa bubin p a4o qn-
ténees 4ne, al obrar do aquel modo, tales eluda*.
danos preparaban, sin quererlo, ¡os elementos de
una guerra inevitable, i que luer, teniendo que
pelear ellos mismos contra Ospiná ¡ su partido,.
babrian de sacrificar la vida tres de ellos, aliados,
por una parte, a su más acérrimo enemigo, el
jenerai Mosquera, i por otra, a los mismos radica-
les de quienes fueron advenariode 1852 *66!
Electo Presidente el doctor Ospina, por el su-
frajio tmiversal introducido por loendica1es 1
al favor de la oposicion declarada & la candida-
tura Murillo por muchos libePa1s, él partido
conservador recuperaba el poder por. completo.
1 con todo, los couservadores.de Antioquia, ántes
ijae conservadores 1 ántesque todo anUoqueftos,
quisieron hacer de su Estado un pueblo aparte,
usa especie de Paraguay minero i medio israe-
lita encerrado en el corizon dé . la República;.
poniéndolo a.cubirto, en cuanto fuera posible,.
4e1 cootaj.io del radieMismo i de la açcion de las
ipstituciones liberales. Por , eso se tornaron ea
federalistas, para asegurar en su propia tierra el
ultra—conservatismo e introdujeron en en partido.
una division,. verdadera dislocacion, que le habia.
de ser funesta. Pero tambien, por. interes de par-
¡ido, formando mayoría con los domas conserva-
dores, hicieron de la divisior4 territorial un mona-.
truo; creyendo dejkr así medio seguros, al partí-.
do conservador, de dominar la jeneralidad do la
república, i al doctor Ospina, de promover como
Presidente la reíccion contra las instituciones
liberales i loe progresos del radicalismo.
-De ahí los dos estratios fenómenos de anomalía
social i dinámica política de que fué ejemplois
5
-6$-
Nueva Granada en 1857. Por una parte, loe con.
senadores, que acababan de trinnfar con la si~
cion de (Mpinai tenían, comopartido conwwador,
mis peqnefla mayoría en el Congreso, entregabán
el fruto de su triunfo nacional a los azares de la
bderacion, descentralizando así del todo el poder
que hablan ganado, pero queriendo asegurarle
por. lo ménos en Antioquía, Cundinamarca i Bo-
yacá, i al propio tiempo desorganizar la obra del
liberalismo realizada de 1849 a 58; i por otra,
una república que, partiendo de la descentraliza-
sion administrativa 1 llegando hasta la joltioa 1
oivil, se divklia en ocho TEstados* federales, pero
se quedaba sin COn*ti$UOÍOt&, sin verdadero lazo
de union, pues el de la carta fundamental de
1853 .qnedaba roto.
Sinembargo, la opinión nacionat era tan decís
didamente federalista, i el país tenía tal necesi-
dad de órden i tan pronunciado instinto de lega-
lidad, que ni los conservadóree pudieron impedir
la foderacion, ni los radicales¡ liberales pensaron
siquiera en desconocer la antoridad jeneral del
gobierno del doctor OsØna. El psis sigió táci-
tamente sometido a la Constitución de 53, en
cuanto podio ser aplicable al estado de federacion,
i el congreso de 1868 'reconstituyó pacíficamente.
la República, bajo el nombre ¡.la forma de (Jonfe-
deracion Granadina.
• Pero si el doctor Ospina quedaba mandando
si su partido seguía en posesion del gobierno j&
neral ; si 'los conserndores, apoyados por los go-
bernantes, ganaban luego las elecciónes 1 queda-
ban duefios del campo en Antioquin, Boyacá,
Cundinamarca, Bolívar 1 aun Panatná,-. nø por
-67—
eso hablan consolidado en dtuácien. Todo lo eón'
ttsrio. Al admitir la federacion On 1867, i al cea
tribuir a organizarla-con la constitucion federal
de 68 ¡ las que hubieron do darse loe Estados,
consintieron, sin pensarlo ni quererlo, en su pro-
pia dosorganizacion corno partido; dieron medios
segarás al liberalismode mantenerse a despacho
de toda reacci.on; reconocieron casi su su totalidad
el programa radical, i firinarodimplícitamente
su abdicacion, como partido nacional, condenán-
dolo, o a obrar como rebelde, es decir anti–con-
arvador, o a labraría propia ruina al conservar
lealmente las libres LustItUolOnes de la foderacion.
En política, es una'verdad demostrada que todo
partido que abdica, arriando su bandera i acep-
tando las armas i el terreno de su adversario, se
suicida; porque pierde su razon de ser i se desor*
ganiza,i para loe partidos toda la vida está en su
razon de ser o principio de justicia, i toda la
fuerza, en su organizacion i su lójica do programa
1 accion. Si al constituiree el pais en Estados fe-
derales el conservatismo podia subsistir ó hacerse
sentir por medio de, la lejislacion civil i penal,
fiscal i de policía, de las restricciones que se.iw-
pusieran al sufrajio 1 al réjirnen municipal, do
la organizacion que se diera a los poderes públi-
cos, tambien es cierto que la fedaracion era por
sí sola el testimónio inü patente del trSunfo de la
soberanía popular o de ¡a idea democrática en
tanto que en la óonstitucion federal quedaban
consignados eiertoa principios comunes de dere-
cho público que en lo suoesivo babian do ser el
antuario de nuestra vida republicana.
":Encuante al partido liberal~, aun fraocio-
-
nado todavía, quedaba más fuerte, moralmente,
que el conservador. Por qué? Porque lé quedar-
ha su programa, es decir, su razon de ser, i su
bandera. Su bandera natural era el sostenimiento
de la'foderaoion o de Ja autonomía de los Esta-
dos; su programa o. credo, el desarrollo indefini-
do de tas libertades i los progresos consiguientes
a las garantías individuales¡ políticas que la
Constitucion de 1858 dejaba consagradas;
vm.
- Se comprenderá que, al .emprender este rápido.
estudio histórico—político, no hemos querido, ni
escribir una historia propiamente dicha, ni trazar , .
un cuadrode filosofía social. Lo primero requiere.
suma imparcialidad, gran serenidad de espíritu,
eompleto conocimiento de los hombres i dé los
hechos, i que éstosí por su distanciá histórica,,
puedan ser claramente apreciados i rectamenté
juzgados; i lo segundo, entrar en consideracio-.
nes científicas que harían necesario un trabajó
tan serio corno reposado.
Ni tenemos-los elementos, de una historia, ni
un estadio científico de la filosofh de nuestra
política ¡eria en la actualidad suficientemente
apreciado. Tampoco ha sido nuestro ánimo ha-
cer reminiscencias apasionadas, ni inculpació-
nee a niúgnn partido. Remos querido bosquejar
a grandes trazos la monografía de los partidos
nacionales, ¡ consideramos apénas loe. hechoskapi-
tales, como que son los más adecuados para lograr
nuestro objeto. Por tanto, haremos notar la ettua-.
clon dé los partidos de 1858 a 6211ndicando Ja
~ M-
-de su conducta, i presein.
diremós de todo lo que pueda parecer vituperio
para áquellos.misthos partidos.
Ál psnerse en práctica el réjimen federal, los
partidos Sehallaron en breve distribuidos así:
el conservador diieflo del gobierno jeneral i en
pisa posesion dó los Estados de Antioquia, Bo-
lívar, Boyacá i Oandinamarca; el radical, gober'
nando sin mayor oposicion en el Magdalena.i
Sántander, eú Panamá, donde las ideas no tenia*
• mal niarcadosu camino, babia una situacion.ambi-
• gua entre liberales i conservadores; i el Cauca,
Estado relativamente formidable por su estruc-
tura, su est,ension i el carácter .belicoso de sus
• habitantes,, quedaba en manos del joneral Mos-
quera, quien, llamándose jefe del "partido nacio.
• sal," de pura fantasía, habia logrado reunir en
SU apoyo a muchos liberales i conservadores.
Desde luego comenzaron las dificultades. El
doctor Ospina, a pesar de su gran capazidad, su
aventajada ilustracion ¡ su esperiencia del
bierno, era el hombre ménos adecuado para eje-
cutar la nueva constitucioti federal i gobernar
• oon acierto. la República. Por qué? Porque no
era ni podia ser federalista-; porque su espíritu-,
• esencialmente reglamentario, inflexible i antili
beral, bien que fuerte i profundo en su jénero,
• no coznprendia ni podia comprender lafederacion,
gobierno de libre iniciativa de los pueblos, dé
suma variedad en la unidad, i de un mecanismo
totalmente distinto-de aquel que formaba el ideal
del doctor Ospina i babia sido su instrumento de
1841*45.
• El doctor Ospbia, skceramnette reaccionario,
a
-70--'
cry6 Impotente a su partido para la~ frente
a frente con el radicalismo, despues de 1858, i
consideró que, existiendo con .tanta fuerza lo que
61 llamaba el mal, no quedaba obro medio do
abiquilarlo, sino exacerbándolo . .o. :dxajeMndolos
hasta lograr que sus escesos 1 malos resultados
abrieran el catuino a una reacbion saludable. Por
eso, siendo enemigo de la federación, vtitó :par
ella en 1856 1 57, 1 luego, como Presidente de la
ConfeaTeracion, en vez do aplic&' sus 1*lentosi
prestijio a la benéfica do las institáeio*
nes federales, o. de ceder el puesto a qúieu tutiora
voluntad de hacerlatfrnctificar lo mejor psiblé,
Ianó a su partido en laviá de la reaccion; viS.
dose así en el predicamento de un guardian qué
entrega las llaves de una casa a los .que qnierep
asaltada.
• En breve comenzaron las maniobras einsurreo
biónes contra los gobiernos de que disponian los ¡
radicales¡ el jeneral Mosquera. En el Magda+
lepa, se insurreccionaban los conservadores en
Riohaeha, desde diciembre de iss g, con el apoyo
moral, oficial i privado, del gobierno de laCon,
federaciona En Santander, tres insurrecciones Su-
cesivas, encabezadas por jefes i empleados del-
gobierno nacional, fueron causa dolos mayores
desastres, en 1859 1 60. 1 en el Cauca, armadó
con las armas de los parques nacionales, un jefe
tambien deis Confedéracion, obrando en. nom
bte del gobiernd nacional, se robeló apellidando
la destitucion del jeneral Mosquera.
Poco necesitaba este nudillo, hoç»bre de gran-
des recursos i eminente por muchos título*, para
códer a la provocacica, d.jMdoed I tentar por el
.•71—
doble anhelo de la atnbl&on i del. despecho.
Federalista. de la víspera, literalmente, pues sus
ideas i antecedentes i su temperamento moral no
le llamabanpor ese camino, no podia perdonan
los conservadores que le hubieran rechazado su
• candidaturaen 1851 i al verse .taanbien atacado
en su presidencia de¡ Osuca, era natural que al
punto aprovechara la ocasion que locamente le
ofrecian para buscar el desagravio.
• Como acontece cuandoquiera que hombres que
tienen intereses análogos i tradiciones comu-
nes se sienten amenazados por un mismo peligro,
radicales i liberales, al verse dondequiera agre-
didos, olvidaron BUS divisiones i discordanciaa.4e
• los ocho años precedentes, i haciendo causa co-
mita se apercibieron a la lucha. Hostilizados sut
tregua en Santander ¡ en el Magdalena, atacadoø
de frente en él Caae, mal tratados en todas
partes, particularmente en Antioquia i Cundina-
marca, i viendo en inminente peligro de ruina
las instituciones liberales, no vacilaron en unirse
estrechamente i aceptar el combate armado a
que se velan provocádos.
Pero si por su número, su intelijencia, 8U8 pila-
CI1OS, BU resolucion ¡ loe elementos con que con-
taban, se tentian bastante fuertes, faltábales
sineinhargo un jefe militar de considerable pres-
tijio, capaz de hacer frente al partido conservador
¡ desorganizarlo, sin suscitar celos o rivalidades de
influencia entre los liberales. Ni Sántos Gutiérrez
tenia cutáneos La taifa necesaria para representar
aquel papel, que por otra parterequária talentos
políticos .i una amplia mirada, de que aquel caree
Ma; ni López, ni Mendoza, ni 3fieto (jefe ímpror
a
-2—
visado i muehomás civil qué militar), itiahigun
.. otro jefe liberal, tenian las éondiciones néé,esarias
para dirijir la lucha. Mucho ménos Obando,
cuya caida de 1854 a 55 le habla reducido. ala
más completa nulidad política. -
Los liberales unidos comprendieron, con el se
guro instinto de la necesidad.del momento, pero
sin prever mucho las consecuencia lejanas, que
• el único jefe posible era el jeneral -Mosquera. No
vacilaron pues en ofrecerle la candidatura para
la- Presidencia de la Oonfederaoion en 1861
para lo cual loe conservadores, por su parte, esco
jieron en un principio al jeneral Herrán, federá-
lista sincero i hombre moderado, yerno del mismo
• -jeneral Mosquera; i cuando fué preciso apelar
a las armas, le dijeron sin rodeos: 91 Tumbemos
entrambos juntos al partido conservador i sal-
tornés la libertad i la federacion; vos sereis
nuestro jefe."
• La proposicion Lué aceptada, olvidando los que
la hicieron i el qne la aceptó, que éste, durante casi
toda su vida, habla sido el más terrible enemigo
de aquellos: La política tiene de estas peripecias::
en ocasiones enjendia los sucesos ménos previs-
tos o al parecer más imposibles.
1 en realidad, si para tiempos bonancibles ¡de
riguroso reinado de las leyes, el jeneral Mosques
rs habia de ser el hombre ménos adecuado pará
obrar como jefe del partido liberal, era el que
mejor le convenia al.tratarse de una revoincion
atinada. Mosquera. se senSa agraviado por los
conservadoes, i era indomable eh su ambicion;
tenis el temperftrnento dictatorial i un espíritu
prodijiosamente aetivoi abundante en
-72-
mo sé necesita para lagüerra; 1 contaba óoú una
formidable base de operaciones,, puesto que,
gobernando & OsaS, podia siinult4ueawent.e
procurarse recursos por el Pacifico 1 el Atl4nti+
- co, i amenazar a los conservadores por Antioquis
i Cundinamarca, pues entónces bacía prte de
ate Estado lo que bol formadel Talirna.
.Sobre todo, Mosquera tenia doe ventajas peri
sonalea que ningun otro jefe 'podía reunir: él
solo equivalía para los Snservadóres a un-gran
ejército. Exajerada parece Sta espresion, pero es
la verdad. Por una pude, casi todos los jefes mi-
litares, desde jenerales hasta comandantes ¡aun
simples oficiales, con cuyos sérvicios podía contar
él Gobierno de la Oonfederacion (por ejemplo
• Espina, Diago, Briceno, Térrea, Ucros, Moreno. 1
muchos otros que pudiéramos citar) habian mili.
tado bajo las órdenes del jeneral Mosquera, ¡ eran
sus amigos personales ¡ admiradores; i si bien es
cierto que, como hombres leales, no hablan de
hacertraicion a su causa por fidelidad personal
a Mosquera, su ánimo no podía estar dispuesto a
hacerles tomar una actitud vehemente ni ejácu.
tar grandes proezas contra su antiguo jefe.
• Por otra parte, el jeneral Mosquera tenia tal
prestijio militar, por sus talentos, 8U8 numerosas
i ruidosas camparías, i su conocimiento del pais
1 de los hombres, que los gobiernistas le reputa-
ban poco inénos que invencible; creyendo que
no habla jefe alguno quepodado oponer oon
probabilidades de triunfar de él, o de reducirle
siquiera a un avenimiento. Así, al quedar proola-
¿nado el jeneral Mosquera como jefe de guerra
• del partida liberal, la causa. del Gobierno ¿mojo-
a
-74-
nal 1 de los conservadores quedó séria i grave'
mente comprometida.
Encabezada la insurreccien conservadora en el
Canoa por Canuto, en nombre del Gobierno ja-
¡toral, Mosquera llamó en en apoyo a sus nuevos
aliados, i en breve desbarató la rebelion, merced
al entusiasmo de los liberales ¡ a la abnegacion
con que el jeneral Obando, al encabezarlos, para
la guerra, se puso a las órdenes de su mía acérri-
nio enemigo. Pero el Gobierno del dóctor Ospina
se apresuró a dar a la derrota de Carrillo las pro*
porciones de un desastre nacional, i en solicitud
del desquite, envió de Antioquía fuerzas sobre el
Cauca, bajo el mandodel jeneral Posada.
Irresoluto i de poco preatijio, pero talentoso¡
hábil, el jeneral Fonda era muí capa; si no para
vencer, a Mosquera por completo, a lo Snos para
detenerle en su camino i obligarle a una transace '•
clon que pusiera término al conflicto. Así loprobé
eñ Manizáles, donde, sosteniendo rudo combate
logrando casi vencer a su adversario, obtuvo con
i
singular habilidad la famosa eaponeion qne dejó
en suspenso las hostilidades. Oonforzne a loe arr.
tículos públicos• de aquel acto, Mosquera debla
retirarse al Cauca, desarmar sus tropas i manto-
nene en paz, reconociendo la autoridad del go-
bienio nacional, mediante una completa amnistía.
Pero es faena que en un artículo secreto se esti-
puló que el jeneral Mosquera dejaría la presiden-
cia del Cauca ¡ se retiraria a Europa, con una do
tacion que le suministrarla el Gobierno nacional.
Comoquiera que fuese, si la esponsion de Mani
tálea hubiera sido aprobada i cumplida, la causa
de los liberales habria quedado perdida sin rente.
1
-75—
dio, 1. el jeneral Mosquera completameñte anula'
do. Pero el doctqi Ospina, cuyo iniexiblecrgullo
i falta de jonio político habían de causar la ruina
dl partido conservador, no enben4ia de espon
siones en guerra civil; no comprendia que con
rebelde., como él llamaba a Mesquera isus copar-
tidarios, pudiera haber trata"- ni conciliacion
alguna; i creyendo que la política era una enes-
tion de matemáticas, de órdenes dadas i cumpli-
das, pretendia que le llevaran todos los. rbbeldes
maniatados para aplicarles el : Código S penal, sin
tener en cuenta la opinion, niJoe antecedentes,
ni la conveniencia pública.
Dejó pues corno en el aire. }.s esponsion de Ma-
nizá,lés1 sin apróbarla ni desaprobarla; mas so
apresuré a organizar una division que, a órdenes
del jeneral Paris, valiente, honrado i leal, pero
conciliador i paralizado por La desconfiabza del
Gobierno ¡ sus órdenes. cretas, debia atacar a
Mosquera, dirijiéndose alcorazon'misino del
Cauca. Mosquera se, volvió a poner en armas, i
en Segovia destruyó completamente la divisiod
de Paris, sin que nadie pudiera detenerle despues
On su marcha pór el Sur i Occidente do Ondina-
marca, erij idos poco despues, dictatorialmente,
en Estado del Tolima.
De84e aquel momento el triunfo. de 108 fede-
ralistas fuá inevitable. Si en el Cauca Obando
Labia puesto su espada del lado de la ro yo lucion,
en el Tolima arrojó López en )a balanza su escla-
recido nombre, símbolo de modesto patriotismo,
desinteres, lealtad iabnegacion ; i Cuéllar en el
bajo Tolima; Plata, Justo, Briceflo i muchos otros
en Onndinatdsnea; Niuto, lUascos ¡ otros-jefes ep
-76—
•1
el bajo Magdalena, 1 Sántos Gutléñoz, Salgar,
Pradilla, Acosta ¡ tantos ptroffl en Santander ¡
Boyacá, hicieron ver que el movimiezito era je-
neral, sumamente serio i decisivo, i por 1* mismo
irresistible.
Mosqnera obró eón' SUma actividad, organi-'
ando un pactode alianza bntreelCaoc*, Totísn&Ç
Bolívar i Santander,.i la revolucion fué oliteniefla
do ventajas hasta reducir al Gobiernode la Oon
.federicion a s6lo una parte de Cundinamarca; $
el doctor Ospiha, obcecado por completo, marchó
de desacierto en desacierto. Ofendió cruelmente
aHerran, haciéndole. destituir súbitamentede
la candidátura para la Presidencia, que reém-.
plasó con otra que para los liberales significa-
ba la guerra a muerte; desconfió do todos sus
jenerales (Herran, Paris, Espina, Posada, Bul-
trago, Bricerlo, Riveros&c), imponiéndoles op-e.o
raciones- deíaétrosae ¡ recelándose d las apti-
tudes i lealtad de todos, ¡ siempre inflexible
en su orüIlo de majistrado, ni supo hacer-nada 1
a
n
a.
resistencias invaü&bles, como no tiene respeto
por la conciencia i la dignidad humanas, ni erce
en el derecho, en vez de apelar a la penuaaios
ola conciliacion i. de orillar las dificultades,
adopta los medios más violentos o procura co.
trompar de un modo u otro a quienquiera que le
resista o contradiga..
Habituado a contar sólo COnSIgO mismo i atro-
pellarlo todo, el temperamento dictatorial es por
esencia vanidoso; i contando demasiado con sus
propias fuerzas, llega a tal grado de engreimien-
to, que ni reconoce el mérito ajeno ni le arredra
singan ipconveniente o peligro. No teniendo
convicciones ni principios fijo., por al hábito de
personificar en sí .mismo toda causa que repre-
sébta, lo mismo se sirve de unos hombres que do
otro., i por cualquier camino busca el logro de.
sus aspiraciones.
Inquieto por damas, porque en nadie confia 1
necesita atender a todo, ¡Be hace suspicaz, al pro-
pio tiempo que voluntarioso; ¡ como no da mit
portancia a la lójica de loe hechos ni al serdi
miento socigi, se aventura a las unís audazes
empresas, i luego, sorprendido, atribuye a trai-
cion de los hombres aquellos descalabros que lo
ha preparado la ineludible fatalidad de los acon-
tectinientó., que se desenvuelven conforme a la
naturaleza do las cosas.
• La pasion doininaate del hombre dictatorial es
el mando; pasion ciega, implacable, insaciable
emo un instinto brutal: especie de injuria do
¡utoridail, de gula do poder, da concupiscencia
s la.aatisfaocion de dominar.. EL mando os pera
il4ictatorial una necesidad coáoia del aliment
a
a
te: necesita mandar para vivir, i tanto, que a
trueque de' gobernar siempre algo, baja en la
escala del poder de lo grande a lo pequeño; se
alucina creyendo mandar en todas circunsta1i
cias; hace. todos los sacrificios iinajinables de
dignidad, de odios i resentimientos,, por asegu1
rarse alguna €nsula, algo que tçner bajo 8U aiitrn
ridad, i en sus agonías rinde el último aliento
delirando con alguna ¿dquisidoti de poder.:
Si el artista es reacio por vanidad i por amor
& arte, i ya viejo ¡ gastadow persiste en ocupar la
escena, a riesgo de que le silben aquellos mismos
que le hablan aplaudido i coronado en mejores
tiempos, del propio modo el hombre dictatorial
tiene la vanidad de creerse necesario aun en su
decrepitud, ¡ se irrita i llama ingratos a tos pite.
bios, i traidores a sus amigos, porque no le man
tienen hasta la tumba como perpetuo jefe e
gobernante. t..
El jeneral Mosquera, erijido por el pacto de
alianza revolucionaria en Supremo Director de
la guerra, no quiso poner término a ésta, cuando
pudo hacerlo feliz i prontamente, .aprovechándo
el triunfo decisivo i completo del 18 de julio
Prefirió erijirse en dictador, de hecho, i no pu-
diendo olvidar que el cadalso babia sido tino de
aus grandes .iustruinefls, corno medio de.inti-
midacion o de desquite, 7a que no habia podido
sacrificar a los Ospinas, inermes i. vencidos, arto-
¿fr en la luctuosa escena. de nuestra política los
cadáveres de tres prisioneros, fusilados a man*
salva, sin fórmula alguna de juicio, i con sórpré
sa de sus mismos conipafiures de victoria, atb,
nitoe aL ver ___ su bandera ¡ deshonrab
su credo político con el cadalso.
1
~81~
Debido . a setnéjañte acto, La guerra: Civil 80
prolongó por bastante más de un ano, con. cir-
cunstancias que la hicieron más cruenta;pues
si vencido Ospina i volcado el gobierno de la
Confederacion, no quedaban antiguos jenerales
que pudieran luchar con Mosquera, i éste tenía
por ausiliarea a hombres de la taita de Sántos
Gutiérrez Ido las escelentes cualidades 4° Joaquin
Réyes, Sántos Acoeta, Solon Wilobes, Payan 1
otros, tambien tonta. la dictadura de Mosquera
que combatir en ql Sur a otro hombre de tempe-
ramento no ménos dictatorial que* el suyo, de
gran talento i audazia i capaz de mucha resis-
tencia; amei e d lo que amenazaba allende la
frontera del Oarchi.
La dictadura del jeneral Mosquera pesaba ya
sobre la fracción radical o doctrinaria del partido
- liberal triunfante, como un remordimiento i una
vergüenza--¡ en breve los radicales comprendie-
ron que el único
la pazobstáculo para el restableci-
miento de i la cesacion de mil horrores,
era la dictadura, que el jeneral Mosquera quena
prolongar, eternizaúdo la necesidad de su mando
militar. Por lo que se hicieron los inés enérjicos
i multiplicados esfuerzos, primero para regular!-
zar la situacion con el Pacto de Union i un go-.
bienio provisional, i luego,. exijiendo la convoca-
toria de una convencion constituyentes, 4ne con-
sagraaé de un modo definitivo la victoria de la
£eJØTaCiQn ¡ del liberalismo doctrinario, haciendo
volverla República a una situacion de paz ¡de.
legalidad..
la males físicos causados por la guerra civil
QTfl inmensos. El. pila :quedaba en niina j iel.
a
-82--
tesoro nacional caigado de deudas, sin créditó, i
obligado asa cubrir luego todos los libramientos
de ías espropiaciones efectuadas por los belije-
rautes, como todos los compromisos que ema-
naban de la' necesidad de dar recompensas a Icé
sacrificados ¡ a los victoriosos. La industria na-
cional habla sido casi destruida, ¡ el partidodibe-
rS, con todas las ventajas del triunfo,iba amen-
bargo a tener que hacer frente a las dificultades
de un gobierno nacido de la fuerza de las armas i
establecidosobre ruinas i miserias de todo, linaje.
Pero acash la mayor dificultad iba a encon-
trarse etilos elemintoe mismos del partido libe-
ral, o sea en su exuberancia de fuerza.. Por una
parte, el partido conservador habla quedado tan
aniquilado, que no iba a tener ni la mínima re-
presentacion en el cuerpo constituyente; de SPeI'
te que, no habiendo quien hiciera oposicion legal
a los liberales, ya fuera' ésta parlamentaria o si
quiera en la prensa, ellos teman que fraccionar-
se, por la fuerza de las cosas, para discutir :i con-
trovertir los. intereses públicos, haciéndose opo-
sicion a sí mismos. Por' otra, 'la guerra, como
sucede siempre, habla corrompido o rnaleado.a
muchos doctrinarios, ya empequerteciendo sus
caractéres con las ásperas impresiones del odio,
ya pervirtiendo 'sus ideas con la fasoinacion de
los 'triu€fos alcanzados por medio de la fuerza.
Así, al reunirse la (Jonvencion de Rionegro,
muchos hombresciviles se hablan militarizado;
otros, con-él contacto del jenera,l' Mosquera,' ha-
blan, adquirido tendencias dictatoriales i hábitos
de obe&enci& al dictado?g que 4ebian ablandar
por estremo su aÚtigua:alttvez republicana. 1 al'
propió tiempo, si a té soinlirade Mosquera 1 bjo
en proteccion se hablan levantado hasta la noto-
riedad a posiciones elevadas muchos liberales
que todo se lo doblan, tambien habla ganado
enorme importancia el jeneral Sántos Gutiériez,
figura descollante por 'eL carácter, el valor
era ;i las
aptitudes militares; el jeneral López máS
veneradoque nunca por sus eminentes servicios,
¡ él rtdicalisino doctrinario contaba con muchos
huevos jefes corno Salgar, Róyes, Wikhes, Ca-
margo, Payan &c, i muchos hombree eminentes
en lis política, tales cuino Ancízar, Arosernena,
Zaldúa 1 Farra, Núñez, Camacho Rpldan, San-,
tiago Pérez, Gómez, Zapata, Cuenca, Januario
Salgar i tantos otros.
Los elernóntos de divieion eran, pues, tan nu-
merosos como de fuerza irresistible; por lo cine
no os de estraifar que l fraccionamiento dolos
liberales comenzara desde Antes do reunirse la
convencion de Rionegro, i que, una ni instalada
ésta, estallase en su seno la rnáé viva cómpeten-
cia entró eL espfritn dictatorial i el doctrinario.
Asombra, sinetnbargo, ver la unanimidad casi
constante qué reinó en la Oonvencion, al tratarse
de consignar en la niteva Onstitucion losihM'
elementales principios del derecho públióo que
actualmente nos rijo, ¡ todos aquellos que tendían
a consolidar el triunfo definitivo do la federa-
cien; i se echa de ver que. en todos los- cotiven
cionales había un' fondo de conviccion 1 do vir-
tud republicana, a pesar de las tendencias dieta-
viñales de muchos, puesto que todos proclama-
cipios que, comp protectores dM
ron aquellos prin
deÑehd, habian detavorecótlgualmentó MJibe-
raJes ¡ copeervadores.
a
—$4—
La Constitucion "de Rianegro tienesus defectos,
unoa de falta de prevision;. otros de esceso de
absolutismo doctrinario, i no pocos de concor-
dancia; pero estudiándola con ánimo despreve-
nido, 'se encuentran en ella, gjsello profundo de
una filantropía sin reserva, i rasgos de una alta
sabiduría en lo tocante a ta'pondoracion .e las
fuerzas constitutivas de los poderes públicos.
,i For 9u4, pues, ha funcionado. tan difloilmente
la Constitucion de 1868, ¡ las cuestiones de órden
público no han podido sor zanjadas con ella dé
una manera satisfactoria? El mal no está en la
Constituciou misma, que ofrece todos los recursos
necesarios para hallar honradamente solbcionea
pazíficas i benéficas; ni tampoco en la federacion
misma, qu es una necesidad de nuestro modo.
de ser, que tiene en su apoyo la opinion casi
unánizáo del país, 4 qué, bieú comprendida i
dirijida puede ser fecunda en grandes biene's ¡
glorias para Golorubia.
¿Dónde, pues, ha residido el mal? El mal ha
consistido en los actos mismos, de nuestros parti-
dos, o sea en 'ciertos hechos aoeiatea que 'han
servido de punto-dé partida al réjimen constitu-
cional inaugurada oit 1863; a saber:
Primero, el modo como la federacion, comba-
tida . oficialmentepor aquellos !que desde 18&7
tjwieron el deber de practicarla con lealtad, tuvo
que pasar su infancia, afianzarse como principio
de. gobierno .i triunfar de .toda jesistencia, ani-
quilado las form~ de la ¿ejitimidadr cuando
oUa misma trataba de aantenøra3 como regla
qq ns$ituøioial. , .. . ..
$qgpndo, Ja destnGralizaeiou produoide:.en el
s35e
partido liberal, federalista, ya pór. haber triun-
fado por medio de 14 armó, dejando asi de ser
en gran parte dQctrinario ya por haber recibido
en su sangre la Inoculacion. del elemento dieta-
torisE que le trajó la alianza con el jeneral Ms-
quera.
Tercero, el completo aniquilamiento en que
quedó el partido conedrvador en 1863, aun más
moral e intelectual que físico, que lo hizo desa-
parecer de la escena pública en todos los Esta-
dos, escepto ea-el de Antioquía. AHÍ pudo reha-
cerse en su totalidad, en 1884, i esto lopreservó de
¡apolítica de froukg. En casi todos los detnaa Es-
tados, no hallando delante el partido liberal a su.
competidor i adversario de siempre, dondequiera
se fraccionó en círculos; i esto éspiica'las Fachas
intestinas por las que han pasado todos, escepto
Santander-1 Antioquia, desde 184, i el desbara-
just4 d su política, en' lo'jeneral esentade vir-
tud, de: respeto por los principios, de honradez
reepeóto del sufrajio, 'de consecuencia en los actos
de los' hombres, i de eficazia en 'la administra'-
clon para fecundar los elementos de progteso.
• Cuando el partido conservador cornénzó a rea--
parecer, a abrirse nuevo camino i tratar de pesar
en la balanza política; solicitando los medios de
recuperar algo 'de la posicion perdida, y a la- pofl
t4oa de ctrcteZo8 habla calado tan hondamente i
héchose tan habitual entre los'llberaleá do casi WC
dos los EBtados,qne no ha sido posible hasta ahora,
ni aun delante, de los riesgos : con que puede
amenazar ja actitud de los conservadores*,.qte
aquellos reconstituyan, siquien sea en cada Es-
$14o, 1 muchÓmónosftnla'Utlion éntera, el grañ
-86-
pa,'tüIo 1" tai tuerto 1 gloriosdsnQnte Lrmaron.
en otrol ttempo.
No: los interesas de círculo, loe resentimiento»
personales, las competencias ü predominio en
el gobierno ¡de provechos derivados. de la polí-
tica, han reemplazado el espíritujeneroso de otro
tiempo; relegando las doctrinas, el desinteres,
la abnegacion i las tradiclonesde gloria comue.i
de comunes esfuerzos patrióticos, al triste mundo
de los qnitperas, o al más triste aún, del olvido.
Apresencia de tan deplorable situacion oreada
por el cirouii8mo, sucesor del doofrmnari,amo libe-
ral, el partido conservador, que p udo sentirse
tentado, eñ gran parte, a aceptarresneltanente
Ja federación i asociar su inerte con sinceridad al
elemento progresista, 'tq erado ¡ .doctrinario del
partido liberal, ha COfflTE ndido que sus, adversa.
nos le hadan el juego; i a unlado toda
véleidad de liberalizarse ion la práctica pazíflos
de la federacion, ha visto claro que su más fácil
tarea consistia en esplotat la division de los libe-
ralos en círculos hostiles entré 8f. En Panamá 1
Bolívar, en el Tolima i en el Cauca, en Santin-
der i elMagdalenas en Lndinamarca i. Boyacá,
toda la obra del partido conservador militante
ha consistido en escitar o exacerbar aquellas di-
visionqs, en poner su peso ¡ sus maniobras de un
lado .0 otro, yanni4ndo ;e a loe radicais para
tumbar a Mosquera; ya , l igándose con. loe di cta-
tonales del Tolima, por v r de tumbar a. Murillo
primero i más tarde a A costa; ya halagando a
Tos rádicaie9 en CnndinF marca para llegar al
gobierno ejecutivo; orai epspirando en 68 para
hacer caer a Quti6rçz, 1 cozistituyendo la Liga¡
1
—87—
- . X.
- a
-92-
sido un soto de patriotisnío, sitio un` medio de
esp4onlaeion, debe reconocerse que, en su srav
mayoria, los jefes personajes formados i eleva-
dos durante la lucha -eran hombres de principios,
entusiastas servidores de su causa i capazos de
condncirsede una manera digna de la posicion a
que se hablan elevado. Pero así ¡todo, eran dema-
siado numerosos para no estar predestinados a
ajitarse en una competencia perniciosa para la
paz pública i el progreso del pais.
Por otra parte, unos hombres que habiai
abandonado, por patriotismo i con viccion, si
duda, sus anteriores ocupaciones en el foro 1 la
medicina, en la agricultura¡ el comercio, para
combatir durante inés de tres anos; llegando así a
los grados de comandantes, coroneles i jeneral4
poro sin la instruccion militar necesaria i los- há-
bitos de disciplina que sólo' se tdquieren me-
diante un servicio - regular ¡de muchos aflos;
unos hombres de tales condiciones, decimos, mal
podian avenirse luego con la quietud del ciuda-
dano civil, i conformarse cpn volver a la modesta
vida det patriota que se 'cóntenta con las - venta-
jas de la libertad i la iigalklad, sin solicitar el
mando para sí. -
-Por muóho que se hiciera, tenia que ser
limitado el número de empleos; pero la Pre-
sidencia de-la Union, aun reducida a un triste
período de dos iflos, las Presidencias de los Es-
tados, las altas majistráturas judiciales, las lega-
ciones i los consulados, las secretarías-U subse-
cretarías de Estado, las comandancias mUita-
rçs, las curules del Congreso¡ dé las lejislaturas,
las administraciones de aduanas iáatinaø, 1 tan'
•-98—
tos otros empleos impórtantes, no podían ser par-
te a satisfacer la ambicion o las exijencias de
innumerables individuos, ya fueran realmente
personajes importantes, ya estuvieran habilitados
de tales por su sola presuncion o sus amigos ínti-
mos. Era pues de temer como inevitable que la
bompetencia personal de tantos individuos, que
con razon o sin olla so creian con merecimientos,
dejenerase pronto en un antagonismo constante
dé círculos; dando por resultados simultáneós,
uni . division profunda del partido liberal, ¡ una
impotenóia manifiesta de lo gobiernos de címu-
los para proceder con acierto en los Estados,
aplicar lealmente los principios de la Constitu-
cion de Rionegro, hacer efectivo el gobierno re-
presentativó, por medio de unas elecciones pu-
ras, sinceras iregulares, i promover el progresck
pacífico do los pueblos.
Verdad es que el radicalismo ha obtenido casi
éonatantemente la Ventaja en el gobierno nacio-
nal, puesto pie desde 13, con escepcion del
jenerat Mosquera, electo Prósidente en 66, todos
los demas presidentes han pertenecido a la frito-
cion radical de los liberales. Poro aparte de loe
graves acontecimientos de. 1867, en que las pe-
ripecias de la política nacional so caracteri-
zaron principalmente con-el 29do abril i el 23
de mayo, la aituacion de los Est*doe . ha sido .je-
neralmente insegura i tempestuosa, dlstingnién,
doga por su instabiUdad les do C)undinamarmarci,
Tolima, Boyacá, Panamá i Bolívar; sinque ha-
Tan taltadp. conflictos en el Cauca ¡el Magda..
lena..
Solo ea Ánfloquia i Santander no 2* predo-
a
94a
minado la política de círculos, merced a las con.'
diciones particulares de aquellos pueblos, noto-
riamente laboriosos i adictos a la legalidad, i por
lo mismo mni poc&adecuadospara dar pábulo a
los escesos de la ainbicion 1 loe desórdenes ro yo-
incionarios. A que se agrega que, así como en
Antioquia predomiña patentemente el ultra-con-
servatismo, en Santander las Ideas republiosnas
1 progresistas, de- un ¡-adicalistno inodórado i to-
lerante, han calado profundamente en la concien-
cia popular; por lo que no es fácil anscitar tras-
tornos ni dificultades para el gobierno en aquellos
Estados.
Ha¡,- sinetnbargo, un hecho patente que neu
traliga en parte los graves inconvenientes del
fraccionamiento en que se halls el partido libe.
nl; i es el inmenso acrecenta;nient6 que el libe-
ralismo ha adquirido, no sólo entre la juventud,
ehio entro todas las masas populares. A pesar deb las
numerosas faltas en'-que han incidido las fracck-
Ss o lós círculos liberales, los pueblos han podido
palpar que el verdadero movimiento progresista
del pais ha emanado en aran parte, o en cuanto
puede provenir de la politica, del impulso de los
liberales. Jamas el pata habia tenido intituck-
nos tan completamente libres, i por lo mismo tan
favorables para el progreso i bienestar comunes,
como-en la década trascurrida do 1888 a 73;- ja-
mas se habia promovido con tanto ardor como
en los tiempos actuales la propagacion de la
instruccion, tanto primaria co'mo profesional, t
Ewnéhe Imejorade las vias decomnunicacion;
jamas el crédito de la Nacion se habia encontra-
dé e *ejor situaói.on que en la actualidad ; ni
-95'—
las rentas públicas hablan procurado, znétced a
incréento, igual cúmulo de recursos para
incremento,
adelantar las obras públicas, pagar con pdntua-
lidad los servicios administrativos i favorecer
indirectamente el aumento i la estonsion del
bienestar social.
No es, pues, de estraflar que las masas popu-
lares se ha7an Jiberálizado notoriamente, y que
sus siinpatias sean favorables al liberalismo, por
lo Snos en siete de los Estados de la Union. 1
este hecho es tanto inés natural, cuanto que la
masé popular compara cada día la grande abun
daucia de hombres de talento i mni capazos para
el gobiérno que cuenta en sus filas el partido
liberal, i la penuria jeneral en que se hallan los
conservadores a este respecto.. Sus hombres de
Estado de otro tiempo,qu% fueron por cierto mul
numerosos i notables, o han muerto, o casi todos
se hallan caducos i sin influencia alguna. Ni pue-
de ser de otro modo, puesto que aquellos hom-
bree, educados en la e&iueta de la centralización
¡de la politica reglamentaria, ni pueden amol-
darse a las exijencias de la federacion, ni comprew.
den que ¡os-pueblos se gobiernen a sí mismos,
o que la mayor suma de la autoridad haya sido
trasladada de los gobernantes de otro tieinpó a
manos de los pueblos ido los ciudadanós, bol eñ
posesion de su libre iniciativa i de su propio
desijino. -
En cuanto a los conservadora todavía jóvenes,
republicanos i• capaSe de servir al progreso, oua'
que sean sus idoas su número es 'taa
=1021 que no alcanzan a formar un personal
suficiente para el gobierno nacional i de los Es.
s
-96-
tados, i que a$nas sí escsamente sostienen la
Lucha por medio de la prensa. Por notables que
sean• unas poca figuras, como las de Holgnin ¡
Quijano Otero, su ésfuerzo 1 su . talento no alcan-
zan para constituir todo el personal de un partidó
capaz de gobernar; ni ménos se ve detrae de
ellos i otros pocos conservadores de accion, una
masa popular suficiente, sea paraprestar apoyo
a un gobierno conseP'ador, sea para formar si-
quiera una grande opinion, capaz de modificar
la direccion de la política.
La situacion respectiva de los partidos ofrece
en la actualidad asunto para curiosas observa-
ciones i mui importantes énseflanzas. Bien que a
M partido conservador está dividido en cuatro
fracciones, - una que llamaremos economista o
paitiviata, otra republicana i militante, la ter-
cera que se da. a sí misma el nombre de católica
otrwZicioniata, 1 la cuarta que podria ser desig-
nada con el título de denoorátiooaooialüta, - lle-
gado el casis en que un intres vital de partido
estuviera de por medio, todas estas fracciones se
unirian, con pocas escepciouea personales, for-
mando masa coman para procurar la derrota del
liberalismo.
Pero la debilidad de los conservadores no con-
siete tanto en su fraccionamiento cuanto ea su
falta de credo comun 1 de programa posible. Lis'
mamospoaiUe un programa que, a más de ser
francamente confesable, pueda estar de acuerdo
con las ñegesidádes sociales i el curso natural da
las cosas, Lasa, por tanto, parte a inspirar coó
fiansa a la. ¡nasas populares ¡formar l una ovi
sionnacionat. El único pjograana lójico de los
-ana
coønvvsdores seis laoentraÑaeion, ¡ esta sola
ita, COUIGMegtMoria entra lasoberanta de Loe
Estados, seria :'Ut terrible boWfuego revolncio
• nario..Llamarse partido. consarvadr, ¡- en noai
ke de isa ideas de órden ptovooar la reyoluoion
jeneral seria la coutradkciou más flagrante i. la
mayor de las lecitras. Pero. aceptar Los bochm
oouauma4Q% i querer gobernar con la Constitu*
cien actual,. como . conservador, seria lo mifirno
juearriar baüderss i pQoene . alservicio del-libe-
reliswo, Por eso deoimoa.que el partido conees'-
ndor,.. 11:; quiere obrar ecnno partido nacional,
segun sus precedentes, no tic *no prograu posi
Me, i por tanto es patentemente débil, sea que
permanezca fraccionado, sea que se compacte
por un milagro de química política.
42eenbarioel partido liberal, tan fraccionado
amo está,: no sólo en bandos, políticos sino en
eknloe locales i personales, tienetal exuberancia
do fuerza numérica¡ de espíritu emprendedor,
que st algo necesita es disciplina para obrar con
regularidad i patriotismo. 1 .sin.mbargo, su ma-
yor fuerza no está'en su grandeza numérica, sino
eslaclaridad i precision de: en programa, que a
loe ojos de las 'nenas populares es de una sencillez
elemental. Este programa se condenso en tres
idas tardi Dalos : mantener la federacion .a todo
anceacetoner tambien a todo. truco Las liber-
tades i garantías consagradas por el articulo 15
de la.OonMittioLon; i promover sintregua el des.
envolviáiento intelectual 1 material de los pub-
bici, por medio, de la Universidad naci çualt °
1o)hjica, de-las Escuelas NortSea i puma-
Sal 4e.ls jtenaa, flr antpart.e, i;de.IapiiM de
comunicacion, porotra. . 7.
+ Esté solo prorarna, tan senoilló csn€O penw
tono, da al partido liberal una fuerza inmensa,
irresistible, que le isegura por largo tiempo el
apoyo de la opinion popular. i la poseskn del.
poder, tanto en el gobierub nacional corno en .el de
seis o siete de lo, titados do:la Union. Que haya.
entre los liberales division por cuestiones subal-
ternas depolítica, o por cuestiones de lejislacion,
de filosoifa o de moralidad, o por intereses per'
sonales o de círculo, el hecho poco importa. pan
su coutuuion jeneral, pues todos están de acuerdo
en los tres principios cardinales que componn
su programa.
XL.
Si el partido liberal está dividido en fracciones
i círculos, por la fuerza de las cosas, i por falta
de abnepcion i patriotismo de parte de mnchos
de sus iniembrog, no está Snos fraccionado el par-
tido conservador, a juzgar por eh prensa i sus a-
tacedentes históricos.
Custro son las fracciones diatintas de este par-.
tido, de ellas una enteramente pacífica ¡ sin sus-
bicion política, i las tres más o inénos militantes
i activas. $
La primera es la que hemos llamado posititjstso
economista; Es la más respetable de todas tal vea
no por-su número, pero sipor su importancia so-
cial, tse compone de los capitalista., los propieta-
rios, los comerciantes i hombres de negocios que,
Ata por índole ziatnral, por tradiciones de familia
o por loe hábsos de economía ¡ prudencia quema.
pODO el cuidsdo copatante de la fortuna, oh
-99—
prsvieien necesaria para adkniiirla, se inclinati
hÁcia el conservatismo; considerando la idea con-
enadora como la espresion de la necesidad del
órden i la pas,de la legalidad i la moderacion,
sin cuyo ausilio no bat seguridad para eltrabajo,
ni garantía para el capital, ni tranquilidad para
la milla.
Esta masa conservadora es moral i material-
mente fuerte, i en ella figura en cierto modo
amalgamada, o instintiva i naturalmente aijada,
sin convenio alguno, algo de la masa liberal que
tiene análoga cotpposioion. Aquellos hombres
son conservadores de buena iei; los verdaderos
conservadora, tomando el término en su acepeton
filosófica. Son moderados por temperamento, por
necesidad i por hábito ; no tratan de profundizar
las teestiones políticas, porque no tienen tiempo
para ello, o por falta de ambicion o de entusias-
mo filantrópico, i prefieren vivir tranquilos al
arrimo de la Lot, que claramente les' marca su
camino.
Para ellos, economistas prácticos, todas las
cuestiones son económicas: cuestiones do tiempo,
de Impuestos i tarifas, de presupuestos bien o mal
empleado., de s-ias de cornunicacion, de crédito
público, de propiedad, de economías, deadminis-
traoion de justicia; i por tanto, no ha¡ un proNo-
ma político que no se les presente bajo la forma4
unaecuacion compuesta deestostórminos : la pá
• pública, que mantiene la Legalidad; la legalidad;
qué trae 8er/uridad; la seguridad, que da por re-
saltado riqueza¡ bienestar.
Por eso tales conservadores son esencialmeiite
nflni fiadores i pactilcos ; apoyan a todo gobio rlió
a
atOO...
legal, porque todo gobierno ngslar & un ele-
mente de conserncion ; i s610 sepone del lado
de la opoeieion, siempre con prudençia 1 sin pw
cipitárea bácia la lucha, cuando ven que el go-
bienio trata manifiestamente de Implaxwbav el
abuso como regla i la arbitrariedad como amena'
za para todos. Este elemento conservador econo
mista, seria el más seguro i sólido ausiliar del
partido, liberal, si éste snpiera en todo *so man
tenerse en la via de la. tnoderacion 1 la justicia,
aplicando todas sus fuerzas al desenvolvimiento
del progreso en Colombia. Aquellos conservado.
res son todos repuUicano8, aungos del dereoho ¡'do
las mejoras sociales, i ninguno de ellos tiene ten-
denqias contrarias a la democraciaç porque to.
dos, cual más cual ménos, deben su posicion so
ojal al trabajo i a la economía. Entre nos con-
servadores economistas no. hai ni fanáticos ea re-
lijiozi, ni instintos dominadores ni tendencias al
yodismo..
Las otras tres fracciónes que hemos enura
do, pueden ser designadas así:
La segunda, de los tradicionistas;
La tercera, de loe demócratas wcialietas;
La enana, de loe oentÑlistás de accion.
:j tradicionista. (único elemento 'verdadera
mente godo que tiene el partido consérvador) es-
Mu gráficamente representados por Lvi ()QÍJ.j4(j4
Z 21 adicioni8*0, periódicos de inRi mareado ca.
ráctar.
Los sooiali.taatienen su órgano en Za.JksSas
don, diario escrito con notable talento por un pen-
sador filósofo, diserto-¡ erudito, que ha logrado
imprimir al círculo de sus lectores las tendencias
particulares de su espíritu democrático.
a
Loé ánWmU8taadó accion, verdadero üúoleo
-, del partido conservador militante, se sirven de
La Ám4rie ya empleSdo por medio de iii pa-
triota i republicano redactor el estilo galante del
polemista moderado, conservador por tradicion i
educacion, poro liberal por él alma i el corazofi;
7* esgrimiendo, por mano de sus colaboradores
- (los verdaderos combatientes) las viejas armas del
psrtido que, vencido de 1860 a 68, quiero recu-
perar-la peekion perdida. * -
• Veamos ¡* ,que sonde ciertGestss tres fracciones
militantes ;dénaonos cuenta den verdadera ín-
dole, su razon de sor, sus tendencias ¡ su manera
respectiva de obrar, en el complicado juego de
los partidos de Colombia. Pero que no se echen
a mala parte nuestras observaciones. No quere-
mos en manera élguna, lo declarawios a fe , de1
hombres 4o bien, ofender a nadie., ni rebajar has-
ta le triste esfera ¿e las personalidades únas re-
flexiones que, nacidas de la mía sana intencion,
deben manteusrie ion la sereni rejion de la tilo-
sofia política. - -
Reinos dado conSntee pruebas de sinceridad
en todos nuestra escritos, i tenemos derecho a
que, sL se nos cree descaminados, a lo niénos se
respete iestimo.el sano propósito que nos anima.
Nuestra.reglainvanable ea tener por sinceros a
nuestros contrbntea, ea tanto que no halleñios
pnaobaen contrario ; i. así. 4ói -mui notables e
enteras enys7pólftica heinés dé tachar, no deben
.
b
a
aSann en un deplorable oFviüoIeMonóÓimfento
. las leyes do la (Jreacion .i de la nataraleid. del.
hombre; de las leyes de la historia, de la neéeai-.
dad del progreso, i de las condiciones racionales
del cristianismo t de la grande, iglesia. que mejor
lo- ha representado.
Nos Morra la idea do que lh hnm*nidad retro-
eeda en su fe cristiana, de que el mundo pueda
jj*rvertine con la incredulidad ¡:apartarse del
unico sendero lutniuoso.i que conduce al bien;
pero el mismo terror que sentimos. nos haca com-
prender que donde está e¡ -mayor peligro, no es
en la libertad, que sirve al hombre parA guiar
sus pasos bácia aquel sendero, sino en la intole-
rancia que le cierra los horizontes del progreso.
Hemos vivido ¡ .nwLitado ya lo suficiente para
saber ¡or esperiencia propia dónde reside el mal;
Veinte-anos do incredulidad, a los que han saco-
didoya ocho detranquila fe, durante los cuales he.
¡nos sentido en nosotros mismos la dulce¡ prdñin
da armonía de la relijion i la ciencia, de la liber-
tad del alma i Ia.responsabilidad de la conciencia1
de la luz ds la revelacion i la luz del progreso
del amor creyente que sirve de , lazo4e asocia-:
clon en Ja Iglesia, i del derecho la rec'iproeida4.
que unen ala sociedad civil i forman la Repá-
bli: esos ato» de esperiencia, decimos, nos
izan servido, entre . otras cosas, para patenti
zatnos esta verdad: que loado Xaietni loa
Yiúillot han caneado al catálióiaao un maL
infinitamente mayor, con el absolutismo do ana
ideas, con 8(1 rabiosa Iutolernn&& i con. ea
sacritoallanos do eznponzonadasinvactiras, qus
ita :V$taird, ,lO$ .Rownau i los &nan, ØO&EI&
-107-a.
ÁÁjlra baladies,.saaelnqubráeia.nee, ItaS de va'
guedad o sus eruditas imposturas; así como el ji.
beralismo de los tiempos modernos ha causado
incxnnparablemente ¡RÓñOS ~a :al. catolicismo,
que aquella sociedad de sacerdotes ambiguos que
desde siglos atrae ha venido, como un . inmenso
paSito, incns4ndose en elgobierno4ols 1gbo
sial qizerién4o snpoditar..aI Pontífice isustituir
la.atqbicion mundanal a la Santa mision evaujé-
lies del sucesor de P&dro.
Puesto que no se trata de autoridad ni. de doq
mas, sitio de :prinóipios filosótifeos; puesto qne la
creencia relijiosa nó está en tela de juicio, sino la
regla de conducta que ha. de en lasrela-
clones que el hombre 'debe mantener, como cre-
yente ¡como ciudadano; debemos protestar, co-
mo católicos sinceros, profundamente convencido4
1 con tanto derecho como cualquiera otro de la
comunion, contra aquel despotilmo pie agunoa
espíritus intransiientes•uoó quieren imponer. La
oneetion noca sólo de cátólicos i anticat4lieos4
la cueetion es tambieii interna; es entre
Católicos 'abaotutista8 i católicos liborales; i ng
hal rnon para Éjeá los' primeros quieran :inter-
pretar a su antojb Los decretos de la Iglesia, a fin
derirnponer a los otros una política que les obU -
ggme, a títnlo de dreyentes, a andiáar sus derechos
ciudadanos 1 so. .li'bertad de hombres.
No reoonoóiendo autoriiad sitó en 'k* Es'
jolios 1 la IgleSia, en 'lotócante a relij.ion,-antorL'
dad. que se modifica, en lo paramente temporal 'o
profano,-entramos en La discu sion de iguate igual
eón los seftorew tradioiowiata8 de: la comna ion
*tóliea; 1 úólo'admitimós CT1.QllO8 aunque igna.
—los—
les edel detsho,, it auperioüdad. ó asteridad
¡notal qtie puedan darles la ¡Inatracion, el Sien-
to 1 la virtud.
Pero les llamarnos al 4rdoa por. el abuso pie
cometen, queriendo suprimir todo partido políti-
co para euglobarlo en lo llaman el partido
católieb; les ¡lamamos al orden por-el irrespeto i
la injuria que irrogaa:ab.Pontífioe, presentando-
le,-4L64 el apacentador' evanj4lieo de todas ha
ovejas de Cristo, segun. el Evanjeiio,—como jefe
de parlídó, directamente injerido en las cosas
temporales; les llamarnos al orden, por la inlit-
lidad, involuntaria sin duda, con que quieren
arrastrar la Iglaila a todas las pasionw i. miserias
dé la política, i con que pretenden injertar en.
¡a cpmunion de la misma Iglesia los intereses de
los gobiernos i lu.ajitaofones i mudanzas del mun-
do política; lee llamamos al órden por haberse
erij ido, por sí 1 ante sí, en intérpretes de la auto-
ridad de la Iglesia, queriendoaplicar el SyUabue
* ea acomodo ¡ alegarlo como regla de criterio
para condenar toda tendencia o doctrina liberal,
por sana que sea.
No: ni la Caridad,ni el TradSoionista,ni La
Autoridad de Medellin,ni Lot J4itWipÍOS de Ca-
14 Ita» recibido encargo o mision de nadie para
«comulgar 1a libertad.en uoinbredel catolicis-
mo, i la república democrática como supuesta
eaewiga 'de la ikiesia; ni esos periódicos son ór-
ganas oliciales, ni aun otidiosos siquiera, de la
verdadera idea católica; ni Mi por qué recono-
cerles autoridad alguna, salvo la pnramenterno-
rs.] que puedan darles la raáou.t el ¡nórito..En la
uonnunion w~4, la üicaáuUnidad aparté de'
-
109 tu" qvanj4&icos, es lá del sacerdocio, en-sut
diversas escalas, 1 rigurosmonte 1$SPJG& las
e~ relativas al raus de Dice. No debe pues,
tenerse por autoritario en relijión, sino aquello
que, cowunicado Qfioialn!sate por los ministros,
por los medios que tienen a su disposicinu, etna
no de la Iglesia, tal como está organizada por
su óonstituciones. Lo deflrna que digan loe libros
¡periódicos que se llaman órganos ¡ defensores
del catolicismo, lo dicen o dirán por su cuenta;
son Ñus cPpirdOne8per8Or44eS, que a nadie obligan;
¡ cuando presentan el catofloismo como una doó-
trina absolutieth, antitiberal, antirepnblicana 1
antiprogresista, lo que proclaman es su ,propio
absolutismo, 1 so el dei cristianismo catóheo.
Hechas estas advertencias, entremos en materia.
XII.
• La cuestion que aquí vamos a tratar es de filow
ao(la histórica: ella puede . ser estudiada con
serenidad, sin . apasionarla en Dio eun sentido, i
por tanto, apelamos a la buena l de nuestros
lectores, cualesquiera que sean sus opiniones:
¡aldeas que constásnyen el credot'adieionü-
tase basan en tres errores sustanciales: un .falso
~cimiento deis. naturaleza del. hombre 1 de'
Iscreecion divina que .10 rodea; una rróna
ooinprension del espíritu i la verdadera Indois
del cristianismo católicó, i una observación irs
completado las fuernsilos medioedeque'ee
tela Providencia paiaftvorooer La obm.índéN
ddida de la clviHzaélon. A estos orroreerse agie-
ui ravkiso defecto t oarktS---hkIta .48
e1iO
U No ha¡, como esperamos probarlo4 , hombree
de Snos fe, en relijion como en pólítica l que
lesintolerantes 1 absolntistas. Su fe no es aquella'
oonfitznza profunda en el bien i el triunfo indefbc-
tibie de las ideas que profesan, sino el honor a
las ideas contrarias: es un fanatismo lleno de
pasion, de odio i de- temor; i la fe acompaflada'
del odio i del temor Roes Dl fe relijiosa, ni fe po•
lítica, ni filosófica: es 'un interes o una cólera.
que se reviste i disimula' con 'el ropaje de un
entusiasmo ficticio. • -
'.No comprendernos cómo unos hombres que
dicen tener fe en Jesucristo, estar enposesion de
la verdad invencible, i estar seguros de que "las
puertas del infierno no prevalecerán contra la
iglesia de Pedro," se dejan arrastrar por el miet
do ¡ la pasion de tal, modo, que no pueden toleraF
Iflj
las opiniones do los libres pensadores, ni las
investigaciones de la ciencia, ni las leyes que
sitablocen la separacion: de' la iglesia i el Estado
i aseguran por ignal, a todos los asociadas, la
plena libertad relijiosa. Por lo mismo que estáis
del lado do Jesucristo, en lo tocante a telij ion,
los católicos nada deben temer del pensamiento
Libre Combatan !in tregua el error i la inmora-
lidad, pero toleren la inanifeasacion de todas las'
creencias sinc
óras; defiendan lasi?lesiadeCristo,
pero segun el espíritt del Crucificado; hágaus
apóstoles. ¡ contendores de la fe, pero den ejem'.
'plosde caridad ¡ de virtud; una esfuerzos serán
,iacowparablemente más fructuosos que los.em-'
i
pleados:para combatir' 1a libertad el prógreso.
• Pan sabersi un' partido- tiene o no razón de
st, in: mamario 'dotertniziar sus ideas i aspira'
flta
ciónes; ipira cómprender: la s'enlst i justicia
de éstas ideas i• aspiraciones, es preciso investigar
el grado de conformidad. : que tengan con la
naturaleza human& Se cornprepde que en todos
los paises del mundo exista i funcione un partidó.
eonsevvador, porque la conservadon, en é grado
necesario para el orden de la vida social, es una
necesidad de la naturaleza humana. Se compren
deflambien que en el seno de una monarquía
existan partidos favorables a este modo de' go-
bierno, porque tal es la situacion creada i 'aitai
gada. Lo que no se comprende es, que en el sonó
de una república democrática quiera ni pueda
onstitnirse un partido que, tomando por bandera
¡astradicioues .másantignas, aspire a imponerlas
a título de con8ervaciozb, cuando ollas ocasionarian
indefectiblemente, al ser convertidas en instittx
ciónes o reglas de política ¡ gobierno, la destruc-
qiondel mismo &den republicano a cuya direccioti
se quiere. aplicar el tradidonismo.
¿1 qué fundamento, qué razon de ser tiene el
tradicionismo? Veámoslo, aplicándolo a la natu-
raleza humana, a las condiciones de la polítIca 1
ala verdaden índole del cristianismo católico.
Ekhornbre no es, como parecen creerlo los tra-
dicionistas colombianos, ita sér esclusi'vamente
re&jSo.o; es mucho uit que esto: es un sér
muLtiplico ó complejo; i aunque fiera 6nioamente
relijioso i moral, no podria perfeccionarse en este
sentido, si no fuera progresivo o perfectible en
sus deinas elementos o facultades. EL hombre no
ci una creacios ooutradictorla i monstruosa, un
aburdo nacido de S manos de Dios para ajitar
se perpetuamente en uia situaekn antitética. Ni
Ad
Doa ha pr*ekto janisa absurdos ieouttadicoió4
mes, ni- lacrescion deL hombre i de las coas que
te rodean tendrian objeto, si úoestnvierún destis
nadas a cumplir a armanfa ea érden de evolu4,
clones naturales, i * perfeccionarse conforme al
divino plan de-la Providencia creadora, lejislado'
ra ¡ previsora, que ha iwpuesto.un modo de ra
tqdo lo que existe.
Dios no ha formado loe 8óree i las cosas pan
la destrticciou: suponerlopor un momento es -
una impiedad que indica el desconocimiento de
su babiduría, su bondad, su prevision i su juMi
cia i la mçmstruoa creeaci& de que el Sér Su.
prwuo ee entretuvo, al formar su .imponderablQ
gibra, en unjaego óomode xnuchaohoe.Si eres~
en Dios s&iamente i le amamos en espíritu i
vexda4, debernos reconocer que su creacioñ es
un* con séria i esencialmente durable., Si ha
dado al espíritu Ja inmortalidad,, la perpetuidad
absoluta, cii armonía con ¡a perfectibilidad, i ca
la materia una duracion indefinida, bajo la con-
dieiou. de trasformarse couatautenzente, sin nr
meato ni ditninucion de sustancia, i sujeta
tocas sus combinaciones¡ manifestaciones. a leyes
invariables 1 prqfundameut.e 8ó1)iaa ¡í perfecta
El hombre es una bella i prodijiosa ánñonívs:
su su aM se çombivau maravillosamente el espiri
tu i la materia, el çlom qntq anjético ¡ el Minal,
aitvMi4ose . i nacesitándoae recfpmoamnute; de
aj snjrte que no ha¡ ni puede haber contrftdia
øieaeqtte el çevdola'o bien deLsalina Í. el ¿a
çsWrpo, - catre el parfeooioasaaieato de: la, vida
eepiritaal, ¡ s1 progreso 4 .4o Las. «,sas que
j*'oçur. J4u gnar matetjú. •. ; ..•- -.
-ng-.
El hombre. asee para pqriünne por medio
del esfuerzo, para paristeiS aras física moral e
inb.otualnieMe, mediante unacónstante adcai-
sicion de lu o oónoeimhnto 4c la; ierdad, i de
fuerza, para someter a su servicio .todalas poteñ-
Ss epa- que, la NatuSeaa le domina i hacer el
bien al propio tiw$o; i su marcha ascendente al
frares de los tiempos1 en tal sentido4 a precisa.
yunto lo que «netituye la civillraoiou ¡el pro.
roso. Mejorar, mejorar constantemente, -por la
claridad do su intslijen$a, por latbon.dad de su
córazon i por la noble comodidad de su modo de
vivir4 -. tal es a:neeesidad perpetua, su destino
• evidente, indefinido,hastii el dia ea qn; elevado
beta ¡a belleza 1 la santidad del querubin, plegae
a la I)iviva Providonetá detenerle en su Sesiz-
CLon ¡ llamarle a confun6iraa en lo inefable de
-. suinfiniglória.
EL hombre ha. nacido ¡lbS:: libre pára escójer
entre, el pjgg qúe reside en el órden divino queso
pateátisa en toda la, armonía do la. Oro acion, 1 el
¡cix., que as pone da manifiesto. toda perturba-
alan de ese órden; entre la nnu», que es la con.
fortzidsd con la. ¿ei .eyrSma., i el nøs10 que es
• Iaráolion contra esta minina lel. les en virtud
de está libertad, que resido en el ospiritu, en la
rawa,eala vol rm*adilaaccioti del hombre, que
41 puedø ser uronntz, ¡lo es indofectiblenten.
santeDioe,lasociedad humana! laNaturalezt
:Supriznwe la ¿ile&id, i toda ¡desde reiponaa-
¿jiidsieabewdaLwanstraosa; eHSnne ia$e.
sitad del ¿nc/aa i el deber será uca palabra sin
sentid.; .niégnese la idea; del pngrS i%dsfinidá
(nQ infinito), i la nocion de. la p 'stkia seré.una
fa1edad,• una eoncepcion itnajin nria, puesto que
faltará la necesidad del esfuerzo, no habrá mea
cimiento, i la vida del hombre, con todas Bus pe-
ripecias, será unafatalidad
- - irremediable. e.. -.
El hombre es un sór esencialmente relijioso,
sin duda: todo en su naturaleza le prueba que su
vida es obra de una voluntad superior, que su al-
ma inmortal estáen íntima e indisoluble relacion -
con. el Espíritu Supremo que rije el universo; to-
do le está mostrando la perfeecion elemental de
las obras del Oteador juñto con la: perfectibilidad
de sus criaturas; todo le mueve a devolver a
Dios, en amor, respeto i adoracion respecto de
ti, i en bondad, çaridad 1 reciprocidad, respecto
de los damas séres humanos, los. béneficios que
recibe con la vida, la conaervaoion ¡ los denias
dones que le favorecen.
Pero el hombre es acaso un sér *,nicamente
relijioso? No. Tambien tiene otras .icultÁdes
que le son conjénitas: 1es 800iable por su natura,
leza, individual i políticamente; es imitador en -.
alto grado ¡ escencialmente artista; es un creador
a su modo, i por esto está hecho a imjen i seme-
janza de Dios; es ilwe8tigador i estudioso, por-
que. para vi-vir, perfeocionarse i ser feliz .necesita
es induatrioao, porque tiene el instinto de
la adquisicion, * la, necesidud de apropiarás algo
que le afirme su personalidad, i está sujeto a- la
ineludible lei del traboijo. El hombro-es una .»w
ciencia en accion, pero es timbien una f'ue.raa
que funciona i produce; i tau inepta -sria aque-
lla conóleucia sin el apoyo de esta fuerza, coro
iWpotente i ciega seria la fuerza creadora sin -la
conciencia reguladora. . .• .
altba...
De tales condiciones que componen su natura-
lezs,quø le proveen de facultadas, que le impo-
néuecesidades 1 le exijea esfuersos, se orijina
cF derecho del hombre; que ée el titulo o la razon
de su actividad, i por tanto la libertad, sin cayo
ausilio el derecho el esfuerzo serian impotentes
i estériles, i de consiguiente absurdos. La liber-
tad cornoprins$pio, es pues absoluta, sin lo cual
no lo seria la responsabilidad, tambien corno
principio. ¡Pero cofflo accion o efecucion tiene
límites? Sin duda. ¿ Cuál es el límite de la ac-
dion de la libertad t El bien, es decir, laju8tioia
6 e órden. Desdeel nomento en que la accion
del hombre ofende a Dios o al hombre, en que
vuhiera él bien, en que contradice el derecho de
todos, en que se rebela contra la lei de justicia,
incide en un abueo, un aeeo, un peo&lo, un aten-
tado, un oMvwt, eeUn el grado de la falta; i por
lo mismo, el que ejecuta', aquella accionj incurre
en re8ponsabiUdc4 sea ante Dios, sea ante la
Naturaleza, o 'ante la sociedad humana.
• Pero irnajinérnonos por un momento al hom-
bre sin plena libertad relijiosa, sin plena libertad
de investigar e inStruirse, de imitar ¡ enseriar, de
trabajar i crear, de moverse, de adquirir, de pro-
cnrarse satisfacciones, de emitir sus pensamientos
i de obrar sobre los deinas hombres i las fuerzas
'naturales: ¿ qué cosa seria semejante hombre?
Ménos que una máquina: un sk inerte, incon-
ciente i totalmente infécundo; tan incapaz de
virtud como de 'pecado.'
..g-En qué consistiría el' pecadd de quien no
'creyera en -Dios ni amara a Jesuorisim, si no tu-
.ten 14bertad'4e creer o no' creer.? ¿Ea qué la
a
a
Lta, & abite', øS 4ClitÑ, 91$ virtad4 el mnci-
wento,en su erno, 4e.q4sn akpeiaç,.aprrnter,
epseftsr,. tra1b,jar i obrar n to4aani4o $O,#qy
viera . 1a libre e.eion Qn$N e1 b4ev i.. aul.,
entre lo justo i lo injusto, entre Jo zsnL:i l *P
nioratt, Supr&man la. libertad, i . per el wiemq
beebo quedaü igualtnrnte !upriwidos It v1flu4 1
& pa4;
Pero sial absurdo tjezi4e el tra4gioaisrnp o
lornbis»& En nombre del %Ualncs sa q»iere eou-
deaarla libertad .huwa4a; se quiere oscuinulgar
la Ó1vzhs4eku ; SQ qtuere «'pr n p.oado OflPflZQr
su
rs! j4a4 el. progreso; se i ere poner en con"
dicctai k cene jaitcia .invjd ng! del qveyeute cs
la del ciudadano; se qniee baer -a la ..já4iios
enetaiga. de la 291684z;- se qnieѕeouvertir.&
sucesor de Fedro en repeseçxtate de la sc1be#
nía popular; sequiere segar la íntima rulaoioa
que etiste entre lajvwttcis de la Dewocraoa..i la
catidaddsl Evanjelio; se qnieze disi gear tU hom-
bre, haciendo de su. vida tina góniradicoion ente
la divina fe que le çaeaulin& sos.. D.icis, i la
incontrastable esperanza que le, conduce a. buasr
los. ¡guetos horizostea del prQgçeso 1
No! el. PootUice no c4 ni pue4t ser, ui tine
por qié ser el directo ¡jefe de It vWm,t.eapqM;
el 4gwa relijioso np es la
4n4a: verdad 1 ftite
de-salud, sino una de las verdad,qs,, snbliwq;j fr
caM4ísiws,.perQ no e&O1Mi'Ua,,1Q t la ieaGiwvr•
dad*re. £ la ndndera rclijioa 09 »a eaeign,
no son incompatibles, poquq ¡a jn j l veÑtI
:no pueden ser< coandictoia 10-1 $
Up es ni puede set 4. mi p&tiÑg --
*100, ni tegla 4e 4çitqria jJg 44go, p4e
atila
set Is OónstitSion ¿: ninpn pueblo libre 6. la
no~* de.,ta pslftiea .en ninguna sociedad inda-
psndente.
El no esaiqtiiera un sote nkfioéo, Una
Mrinula'dqwtdticaoøibtda por el Pontffióe en su
calkl&d desutesot de 'San Fedro i en nombre de
¡santidad de 'JeatuYSco. Es, por el contrario, un
aetopst4Ueo, un seto del antiguo soberano tempo-
tal de Resa, ejecutado como proteta contra las
iutitnckiivesde'toefrei pueblós 1 cuntrw eL.espl'
rith pohtlnodeliigío XIX; es a seto de Ao.ü-
¿idaS, o Rist quiero de nyrzJS, contra todos
Me fliatnD8 hbevMea:que reconocen o admtten
1sri'bead'ÑIjioa,tkx libertad de la prona i la
ét8effhtnzs 1 toS las dttna libertades TØCofli
Sdas por 1i' ntoi. humana i justificada, por el
progto6Sodevnct.' ' ;
Así, pu st 8gZku nádu tiene: de' Sgmdtieo,
nipentt eépírfto, ni.poh:Bu ftotoridad, ni por sus
tendenetat Sí.. :ftt aspsd4o en nombro de la
1gltiside !SueStoies un abuso de atitotidad,
un *ttb ! eStraltÓ'dOit rolijion, porque JesntristD
flG tzdd6$4stgits 1 BU Iglésta para jir ¡maco
goeionéispovalo& ni «ponórse st daarrolLo bené
¡leo de In eaóuatS 1 universidades, de la prensa-i
loe telógr&fo., de loe fsltGcaniles i la indntria vi
para lmpad4t a4ós gobt4rnos so necion indápeú'
diente en la esfera de las eóas pc4ttiena ¡si fuá¡
fUlminado Cdtntb IDI *ttó :p4jg &ngRn flor
tlens, biuguné s*Izwidad puede tener, dudo el
InÓmtiuto en queel Pontifico dejó de nr sobe-
rano tamporal O Mde ¿oS Abtadoa nwaws, a
seentaSensoidel pueblo qao los cotuponfa i t
&a8nUmMnto4. *409 tosobiern* del tanndo
a
-118—
¡Cuál es pues lalnerza móral doltrsdlÑmis-
mo, como partido militante, i en el ano de una
república independiente, si su programa, que ea
el ¡9yllabus, carece tanto de autoridad dogtndtica
como. de importancia política? Ninguna. Peyó
acaso ¡Be dirá que el tradicionismo,-cuyqs princi:
palee corifeos niegan al partido conservador la
existencia i la razon de ser, si ne se somete a ser
únicamentepartido católico, teniendo por efe si
Papa ¡ por ijonstitucion el•&jUabza,- aio tité-
nos una fikao/ia política. Pues veame si tal.
filosofla es posible¡ si ella no conduce a pronrar
la ruistadel catolicismo-no como dogma, puqs el
cristianismo católico es. iznperecedero. toda ves
que contiene la verdad,-sino coma disciplina u
orgaizicion complicada con tendencias políticas.
ti relij iba como dogma, os inmutable.i pe
feota: corno disciplina o asociación orgapizada,
es modificable i perfectible, el esté. sujeta a las
vicisitudes o la influencia del progreso huwano
Por qué? Porque la relijioncomo 4ogtna o3n
de ~, 1 como creencia, se apoya en un ~
snóento inherente a la naturaia humana; pero.
como diseiplina.o asociacion ee una obra Munana,
es el resultado de la .accion de -los. hombres, ¡ de
seta suerte está, .stij.ta»a todas. lea corttjpjoncias
de -la.. civiliaaoion, entre QUyOs; eltuWu los $
cuentft la vida relijiosa. . . . .
De esta .dsbe naturaleza d11 la, relijioa. -se ha
orijinado la diversidad de st azodo de! .ser1 En
todo lo toowte al dogma, izo .ha. podido. haber
variacion: el Antiguo Testamento, con sus Mann
daminutos, Profecías &o, i el Evanjeliurcon ttdq
su contenido, .1 lis decretos de loe ceneiUpa.ocn-
-119-
ménicos, que han declarado dogmas, constituyen
la parte dogmática i moral del cilstianistno caté-
lico;:i sus verdades son aplieab]es a toda la
humanidad i a tódos los tiempos..
No así la parte disciplinaria o temporal de la
kleaia, que es :cosa distintade la Relijion..La
rehpon es la-sustancia; la Iglesia es It organiza-
clon, la comunion de loe, creyentes organizada,-
gobernadai en accion. Esta organizacion, este
gobierno i eetaaccion, se han ido modificando se-
gun las circunstancias. En otra época no eristia
el gobierno temporal o político de los papas; los
obispos eran. electos por el.-bajo clero, i los papas
lo eran por los obispos; los sacerdotes no teman
prohibicion de casarse; el culto er; sostenido,
así como todo el saoeMocio, con oblaciones vo-
luntarias; los conventos de monjes prestaban
andea servicios ala civilización; los papas, en
nombré de la 'caridad' de Cristo, proterjian aloa
pueblos contra sus apreeoes o tiranos; el pro-
eío socia¡ ttonia.parejas am eldesonvolvimioh
1 dé la comunion cristiani; la verdad evanjélica
(amor, caridad, ignáldad de los hombres ante el
Wádre coninn,.libertad del. espíritu, separacion
del reino de Dios i el de César, dignificación de
la mujer, reb.ahilitácion dé1 caldo, inmortalidad
del alma). se snstituiá, lenta pero seguramente,
ala putrefaccion móráldol imperio romano i la
degradacion pagana. ..
La Iglesia tnvo entónces que valerse de los
znismoseletnentos doaccian que; le ofrecian las
sóciedádes sujetas :a la doinivacioii romana; i
mØhabria podido organizaras, siendo una co
mnninn huiMta, :ae de oxíjen divi no, -Si no
-12G—
se hubiera sonido de ¡'os. que la
oivi3izacion podie. ofrecerle,
• Privada eot6nees de ttrda antc.tlad . pelftica 1:
viniendo a emancipar i rejenenra los bprüaídcs
tuvo qüe, levantar la -bandera. de la libertad. i
haberse fuerte a mérito de la independencia del;
espíritu humano. Sus saóerdotes fueron no so-.
lamente ap6stolee + wStlree: fueron trtistas,
investigadores, bibli6fLIDaí sabios, erudit, in-
ventores de grandá co~ 1 escrito~ infatiga-
ble»; ¡mí legraron implantar laiglosia, donde
antes hablan reinado loe horrores 'deI.'panisnzo.
Pero las condiciones de la efrflisarnon. han
catúbiado. El mundo no es heNo que era titee
de.Gregorio VII, i es necesarie'oontar.con ótÑt
elementos. Egisten, innumerables sectas cristian:
nas, bijas de la Reforzha;.ia.Arnérioa hites parto:
del zutudo civílizadó ;:la Anstrília iaiguna
rejionea de Asia iAfrica,4nt sustraidaidel naos.
viwient,o universal, eMw: tZkrelw3iOIL eondaj
Eftropa; elgobieno 'repréventaíwh& naia1
ser la fónnúla de Lapokatieatwei mundo gt9i
ante; la Dsinocraéia es la: Msa dominante de
los pueblos; la República axis en casi tod4la
América i hace grandes progÑsoé .en . Europa;
la imprenta ha revoluóionado la vida de lahumaf..
nidad; la luz 80 ha difundidó çior.todas parteaç...
¡ el vapor i la electricidad,":¡ , todas las maravilMa:
de la mecánica, de la cjencia,.4e1 arte ¡`de IR'
industria, han produoidouua trasibrinacion in-
mensa i profunda en las relaciones' da los- -how.
brea ¡ en la dietribucion dé la fuerza oreádón .1
del bienestar social.
Si el mundo. marcha de mui. .d$into niodo
-121-
qpscnuWoa tiampá, lo la. Igis.
Rn noésoponerse ala libertad i el progreso,
8mb servir* do odas •fuers en cuavito no eas
&arregladas, para.ptopngsr-la verdad evanjéli
ca. Espredo qnietaeerdoto azide en nposs
ifSrocarrlos para tamtniv junto con loe fieles i
moralizarias, so pena deqnediree atrae predcau-.
40 en desierto; qñe el cróyonte se sirva de la
prensa, del teiégrafor4e la-escuela ¿el amato •i
dotodósici instnmentxs del progreso,- para senir
ew efiáazia-a la fe, para fomentar la nrldad, la
moralidad i todo lo qué cobsdtuyo -la retijion;
qué: la Iglesia, en vez de ser abalatieta, se haga
tan. republicana i doñiuerátiaa muto lo permitó
1 reqniarola indole del cristianismo.
r.IMOtrOmodo si --s¡ persiste ew la deplorable
políbcadelSyUabus,4iai' mucho nesgó de que
aóntezéa a los predicadóres cat&licoH una oøs*-:
qneaituándcaesohre la.inmoblw roca de lo pasa-
do, ala vera del gnú.cÁm}nó ror donde ¡a bu-
tanidad va pásan8ocondneidwpor 4asnlwdGl
de , lá 7dhectrieidad, s& qunden
vapor i la chiøpa
predicando a ks pueblos: "Deteneos " mién
tras'&tée lea respondan "No lo podemo8; Dios
nos iinpuisa; venid gon. nOaOtrc$ 1 os escuoh&re
mo.; si. no, nos verS pasar adelante y os
qnedneis predicando sin provecho."
rif'.
DsS cuatrotraeciones en que hemod tlasifl
oado al partidó conservador, está visto que la pie
meya, la positivista 6 4OóflOfni4ta, noes -•reahn en te
nta enttasdpotwoa, Só un &Otnentosumamefl-
-122—
te reepétable de órden, de libertad moderada,
de progreso mesurado . i sólido i do estabilidad,
tán pronto a prestar 80 apoyo moral a los: libera-
les como a los conservadores, segun que éstos o
aquellos Le ofrezcan gárantias de mantener la re-
pubike ¿egal, lapas, el órden en la admini8tracion
pública, i un suficiente grado de progreso i fte
aervaoión en todo aquello que pueda depender de
la accion de los gobernantes.
En cuanto a 'fa fraccion tradioionieta, hemos
patentizado que no tiene razon. de. ser. Un-par-
tido esclusivarnente ~¡Co, i no por su comr
posicion persónal, pues sus principales eorifos
son laicos, 1. el clero colombiano notomft hoicar-
tas en la política, no es en realidad un partido
político, ni puede ejercer influencia considerable
sobre el movimiento de las ideas ita direccion de
los negocios públicos., ksi domo oil Béijica las
conservadores han incidido en la grave faltado
llarnarse partido catóhoo, forzando con tal pro-
eedimiepw al liberalismos luebar sin tregua, aun
dejándose llamar anticatólico, desnorto que todos
sns triunfos apirecen como-derrotas para el cato.
li4smo; del propio modo los tradicionistas de
Çolornbia causan i seguirán. causando un grave
daño al catoliciswo. i al cónservatiemo: al prime-
ro, haciéndolo aparecer erróneamente como ene-
migo de la libertad,¡ condenándolo a figurar a los
ojos del pueblo como yéncido i desprestíjiado,
cada vez que el liberalismo alcanza una victo-
ria; ¡ al segando, haciéndole trizas su bandera
polítioa,.en. nombre de la relij ion de Jo800risto.
En efecto, ni el Evanjelio ni los santos padree
de laIglçsis ofrecen flSrm qla uingtna pata re
-123a
solver las cuestiones relativas a. los impuestos, a
la organlzacion judicial, a la composicion de la
fuerza pública, a la amplitud del derecho de su
frajio i su modo de funcionar, al sistema parla-
mentario, a las negociaciones diplomáticas, a las
reglas que han de rejir los contratos, i a todo lo
que puede ser materia de adminiatracion. El
bvanjelio i los escritos .delossantos padres sólo
contienen los dogmM de la rolijion cristiana i las
máximas elementales de la moral reli)iosa; pero
no tratan de cuestiones do gobierno ni de lejisla-
cion. Sólo las ciencias morales i políticas, o
mejor dicho, la ciencia en jeneral ¡ el arte que la
pone en práctica, ofrecen los medios de resolver
los, problemas politi qos. -
Por tanto, si todo el partido conservador siguie-
ra los consejos de sus tradicionistas, se hallarla
condenado a la negacion i la impotencia en todo.
Al tratarse en las cámaras de una cuestion de im-
puestos, por ejemplo, si se admitiera que no hai
más conservatismo que el catolicismo, resultaria
que los conservadores, no hallando en los textoa
sagrados la clave para resolver el punto o formar
siquiera fuese una opinion, apelarían al Sylla6ua
como regla de universal criterio. Pero corno el
SyUabua sólo contiene negaciones, - la negacion
de todas las libertades posibles, escepto la de. la
Iglesia católica, - los conservadores tendrián que
reduoirse anegar el impuesto en disçusion, o a
no opinar en sentido alguno. Patioso partido
ilolítiao formarían así lós conservadores, 'conde-
nados a una ineptitud incurable i a ser objeto de
la risa de todos tos pueblos!
L»or eso decimos que el tradicionisipo., laria
trizas la bandera conservadora. -
a
az(fr4r,a
Núestme tradi&on1tas no go haa espiadk1eót
claridad mpeetndé loe próblet*as pólftiúos tlss
cuestiones de ltj iWacton; ni podian hacerlb,• pU816
que toda su fllásofta moral 1811 ciencia política se
reducen ,a reehünr la libertad f el pro "'0 00
nombre do la relijton, 1 a proclamar e1 Sy4tbu8
tómó'únicH regla de entono i al Papa coito jefa
de su partido. Pero no .es difill colejir de duo
pablieaeionos, de la Indole de sus polémica 1 det
titulo-que silos tnilstnt) g s, e han dado, que
de loe tra
diclonistas sólo qniersn. la sabsietencia lo antt
gue i hallan su ideal político, moral i filos&flcó,
en las t9vsdiciohe8.
Icuáles'son las trndieksnet dé en pvadileceionl
¿Son las de la Edad Médl* 1:1a8 ud :absolnt!mo
znoiárquíco, b tas del i'éjlrnea Mónial l, téjiüien
basado én las •dntiuras de la "santa lgtioraúcia,"
de la esclavitud, $4i1 monopolio, de) privil'éjio i de
la esplotaciotí dé¡¡ indio, del criollo 1 del mnlato?
¿Son las-de 4i diót,gdnra boliviana-con ropaJeda
úblioÑ, o las de la centraUtatlón • i ta eetoeha
;2fti éa de 184*1 Comoquiera que*sn, la tri'
&n tiene qué revnóntarse a »n- óiden de coSí
bien lejano, ies patente que a los tradicionistas
tl)l&ffhtanos desagrá&a profundamente la npS
blica dsmooráti,ya. Sn- manía de resucitar el don,
cómo tratamiento, apllSndolo Sólo a ciertas Pe'
sotias, corrobora nnesfto modo de ver las cosas..
Péro entónces qué significaila el tradloion'is
mo en Oolothbia? Ah 1 en nombre de las viejM
tradiciooeÁ anulariamos la flepública, laDetdo-
Crftei&, la RotoluSn de 18101 1 &ovonta anoe de
ylda política, 4-e independencia, de luz 1 ltbtrt*d,
de laboioeíBImuB OSftIeFSOB, de Inmensos senil-
-115-
• ciosde todo linaje &iehoe pam fan4a i CøLaO}i
4Rr en esta tierra el imperin de la Iti pepnIar de
la igualdad i la justicia! En nombre de las tradi-
cioçd de un c3$ali q is'no arreesado,
v wpl coro-
pjondidq 1 peor aplicado, snpri wiriawoa'tuda la
parte gloriosa de la historia 4e nuestra patria, $
can un sok rasgo borrariamos los un es de
todos nuestros próceres. i todos lo principio,s de
eterna verdad qn que se funda la so&enn&ia 48i
Fu81Jtuí ' • te;
No! lo repetimos: el partido tj'adoiouista, 51
¡tailido puede llamarse la, pequefla fraceiQu qua
lleva taj nombre, no tiene razon de ser; su pro.
grama ea absurdo, i si todos loa cwiservsdorçs l0
aceptaran, quedarian irremediablemente &11U1S&
dQe en (Jolombia. Lo que Colombia asoesita, no
son partidos 4a cruzada ni de propagandas reti'
jiosas. Así C0Uh19 seria inj nata i, funeata la existen.
q %ade nu part i 4o antirelij loso, que .se propusiera
por sistema. destruir en la eouciepcía . del pueble
çolowbiano las creeuQiw qa tiene, pues no
derecho de arrancar a nadie au creanotas cuando
*ose le puede ofrecer en couipeusacion atgG mejor;
del propio wodo.es antipatriótico u,z partido que
shIQ 50 pFApQflO cQrnbatir en la qowaieuqja poli.
• tica del pueblo, en nombre de la relij ion,, los l?riu.
c.ipiqa que con8tituyeq el credo republkrnuo.
L si los tradicionistas se alarman con lospco?re-
aça que bate el ra qia1isqo en mateia de cica-
o¡^¡ de gobierno, , u» ea atacando la libertad i is
ciencia que d4ben defender la relij ion, n eniuzt»
la c.X%u alnenuadq. Qtwrqr que el raciQJwlis,aq
ewiidezca, i azeQr4r a l raCi)U$lisl4a por rqe,tp
tgoer la, ;elijiou,QS probar quq se ça cide íd
e
-126-
confianza para defbnd er esa misma relijion, eón
sus medios i fuerzas taturales, que son la dicu-
sion, la persuasion, la benevolencia i el ejemplo.
A nada Iueno puede onducir-1a intolerancia.
Si el cristianismo e atólico está ea peligro, de
fendámoslo; mas ¡io 1 aciéndonos enemigos de la
libertad, que es una b U de Dios, ide la República
democrática iprogra 8t4, que es la realización,
en el órden temporal ) político, de los diez man-
damiéntos ¡ de todas 1 as máximas i prowsas del
Crucificado. Con fiemo B en la bondad del DrÓp'reso.
porque esta confianza es la FE política fuiida'aa en
el derecho ¡ la ciencia; busquemos con ardor el
bien social, porque el anhelo por este bien es la
aPEBANZA que ilumina ¡ fortalece; i seámbs tole-
rantes i respetuosos por la conciencia do los de-
mas, porque esta*4eran.cia es la grande esçiÑsion
de la cssmsn en la política!
• Analizóznos ahora la naturaleza de la tercera
fraccion conservadora, la que hemos denominado
democrático-socialista, 1 que tiene por órgano ti
diario intitulado La .Ttuatracion.
Si hubiéramos de creer que esta tercera frac-
clon tiene las mismas ideas que el ilustrado i mui
talentoso 'redactor principal de La ¡tuetrqcion,
¡lopodríamos ménos que reconocer en ella un
profundo sentimiento de republicanismo demo-
crático, mezclado con algnnas tendencias socia-
listas, pues tal esel carácter que tienen, a nuestt'o
ver,'los editoriales del señor Madiedo. Este eseri-
tor es, sin disputa, uno de los más considerables
de Colombia, 1 Como pensador filósofo, como hom-
bre do muí variadas dotes Intelectuales i' domo
spírittr.de edocación i de tendencias encielopé-
e
—127—
ditas, mili pocoseele pueden parangonar en Sur-
América.. Su rau laboriosidad i prodijiosa facili-
dad para escribir, le ofrecen poderosos elementos
-para eldiarismo; a tal punto, que su pluma ha
levantado La l2ustraoion a un grado de importan-
cia relativamente considerable.
Pero los editoriales del seflor htadiedo, alas
vezas jnui Incisivos i chispeantes, adolecen, en
nuestro sentir, de tres duefectos que les quitan
mucho de su fuerza o los hacen impropios para
ejercer una influencia bien sensible sobre las opi-
niones populares. Por una parte, su estilo no se
acomoda a la intelijencia o el modo do discurrir
de nuestra raza; por otra, no entra profundamente
la diacusion del señor Madiedo en el meollo de
las cuestioñes públicas, sino qué sus artículos, tan
vigorosos como son por la espresion, carecen no.
obstante de soluciones prácticas, de apreciacion i
análisis suficientes de los hechos políticos i econó-
• micos, i tienen un tono i un espíritu demasiado
filosófico, escelento acaso para obras didácticas,
pero ineficaz para loe periódicos, que en rigor son
¡deben ser conversaciones familiares o llanas de
los escritores con los gobiernos¡ los pueblos. A
que . se agrega que fas tendencias socialistas por
mm humanitarias que parezcan ser, complican
'por todo. término los problemas de la política, os-
t4n en oosicion con las sencillas enseflanzas de
la ciencia económica, i difunden en las masas
populares ideas erróneas, o suscitan sentimientos
apasionados, que perjudican al sano desarrollo de
las instituciones i costumbres propias de la repú-
blica democrática i del gobierno representativo.
Si la lengua francesa, por su pobreza relativa,
a
-
J95á M. SÁXPEE.