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Universidad de Oriente

Vicerrectorado Académico

Centro de Tecnología Educativa

Curso de Formación y Actualización Docente

El Desarrollo de la Universidad

Facilitadora: Participante:

Belkys González Jozarel Alcalá

Puerto la Cruz, Diciembre de 2013


El Desarrollo de la Universidad

Desde tiempos antiguos el hombre ha tenido la necesidad de conocer o saber cómo funcionan las
cosas, lo que generó que a lo largo del desarrollo de la humanidad, en cada época, se haya
profundizado más y más en esa insaciable necesidad, y es precisamente allí, en ese interés donde
nace la búsqueda por conocer la verdad, lo cual marca desde sus comienzos el fin fundamental de
la universidad. Por ello el Rey Don Alfonso X, el sabio (1221-1284) definió a la universidad como:
“El ayuntamiento de Maestros, de Escolares, que es fecho en algún lugar, con voluntad,
entendimiento de aprender los saberes”. Es la búsqueda del saber lo que justifica la existencia de
la universidad, mientras el mundo enfocaba sus esfuerzos hacia la teología, el derecho y la
medicina, la universidad se dedicó a cultivar esos saberes al punto de convertirse en autoridad
absoluta del conocimiento. Las primera universidades se crearon en Europa Occidental, Bolonia
(siglo XI), París (siglo XII), Oxford (siglo XII), Salamanca (1243), Cambridge (siglo XIII), entre
otras.

Hacia el siglo XVIII la universidad cayó en una profunda decadencia causada por el deterioro
progresivo que trajo el Renacimiento y la Reforma de Europa Occidental, ésta ya no perseguía la
búsqueda de la verdad sino que trataba de conservar el dogma, no supo interpretar que la verdad
ya no se hallaba en los textos religiosos, sino que ahora respondía a la investigación basada en la
realidad del universo y de la sociedad. Se identificaron así varios modelos de universidad: el
modelo medieval (cristiana, teológica), el modelo humboldtniano (la investigación como eje
fundamental), el modelo británico (buscaba elevar intelectualmente al individuo y la sociedad), el
modelo americano (puso los recursos del sistema educativo al servicio de la comunidad), el modelo
napoleónico (se enfoca en la profesionalizar en un oficio específico), llegando al modelo
latinoamericano, influenciado por las universidades europeas y las americanas pero marcada su
evolución por dos factores: el alto grado de vinculación con los modelos antes mencionados y el
conflicto entre el estado y la iglesia. Sin embargo la universidad latinoamericana se puede
generalizar como una universidad profesionalizante por su marcado acento hacia el desarrollo de
las profesiones, incluso se habla de tres fases: “estática”, “crítica” y “dinámica-dualista”.
Es necesario destacar que no todas las universidades latinoamericanas se desarrollaron de la misma
forma, esto debido a los diferentes caminos históricos que recorrió cada país, por ejemplo: Buenos
Aires, Argentina se desarrolló siguiendo a las grandes universidades, mientras Rio de Janeiro,
Brasil se caracterizó por su aislamiento. Es además interesante analizar como el desarrollo histórico
ha influenciado las reacciones de cada país ante la presión producida por el aumento en la demanda
educativa, se observa como México y Argentina han respondido fortaleciendo sus grandes
universidades, mientras Brasil, Colombia y Chile han creado un mayor número de universidades
privadas.

Uno de los momentos más relevantes en el desarrollo de la universidad latinoamericana ha sido sin
duda alguna la Reforma Universitaria de Córdoba en 1918, que tuvo lugar inicialmente en la
Universidad de Córdoba, extendiéndose luego a otras universidades como la de Buenos Aires,
Santa Fe y la de La Plata. Como puntos más significativos alcanzados con esta reforma y que aún
hoy por hoy nos rigen, están el cogobierno universitario (el cual debía estar formado por profesores,
estudiantes y egresados) y la autonomía universitaria respecto del gobierno del estado. Fue de tan
gran éxito el movimiento reformista que logró insertarse en las masas populares, de tal forma que
obreros, estudiantes, entre otros sectores realizaron juntos manifestaciones callejeras. En los años
siguientes las ideas reformistas iniciadas en Córdoba lograron propagarse a universidades de otros
países entre los que se destacan: Perú, Chile, Colombia, Uruguay, México y Cuba para finalmente
terminar influyendo en el resto de los países del continente. Para entender de forma más clara la
importancia de la reforma de 1918 es necesario repasar la historia pues en su momento, esos
estudiantes se rebelaron contra un sistema educativo que solo obstaculizaba el acceso a un
pensamiento libre dentro de la universidad.

El manifiesto de Córdoba fue redactado por Deodoro Roca, apareciendo públicamente el 21 de


junio de 1918. “Las universidades han llegado a ser fiel reflejo de estas sociedades decadentes que
se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil (…) La Federación
Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y (…) reclama un gobierno
estrictamente democrático y sostiene que el “demos” universitario, la soberanía, el derecho a darse
gobierno propio radica principalmente en los estudiantes”. Estos fragmentos nos indican
claramente que esos estudiantes se levantaron contra el clericalismo y la orientación dogmática
religiosa, imponiendo como condición para la asistencia a clase la libertad ideológica. Al mismo
tiempo que rompían con el dogma luchaban por la independencia ideológica, autonomía que
pretendían obtener al mismo tiempo que alcanzaban la autonomía de gobierno, es decir, pretendían
autoridades universitarias (formadas por alumnos y profesores) cuyos propósitos apuntaran en la
misma dirección. Cabe destacar que con este manifiesto también se condenaba el apolitismo del
estudiante universitario, rompiendo con el permanente sometimiento frente a la autoridad,
revolución y acción para alcanzar el bien común y la unión de todos los estudiantes para hacer
frente a los conflictos.

En Venezuela la evolución de la Universidad como en todas ha tenido sus buenos y malos


momentos, pues los cambios para el desarrollo de la misma han sido muy lentos, e influenciado
por los hechos políticos y de gobiernos que hemos vivido a lo largo de nuestra historia. Es nuestra
universidad quien ha definido el destino y los cambios políticos y de gobierno en Venezuela, desde
la dictadura gomecista, de Castro y la época perezjimenista, la universidad ha representado un
movimiento de lucha, esperanza y resistencia para los venezolanos, tradicionalmente ha sido
opositora y siempre vigilante de los gobiernos para salir en defensa del pueblo cuando el momento
histórico así lo ha requerido. En cuanto a la lucha por la autonomía el camino ha sido y sigue siendo
complicado y poco claro. Desde 1781 cuando el Rey Carlos IV le concede la autonomía a nuestra
primera universidad, la Universidad de Caracas (posterior UCV) hasta nuestros días la lucha ha
sido constante, en algunos momentos siendo disminuida y en otros siendo fortalecida. Para 1999
se le dio rango constitucional a nuestra autonomía universitaria, consagrándose la misma en los
términos más amplios imaginables. Sin embargo no significa esto que en la práctica se aplique de
la mejor manera, pues se siguen cometiendo los errores que durante años han sido la norma por lo
que nos tomará algún tiempo más adaptarnos y ejercer la real autonomía, la que nos garantice una
universidad libre y diversa de pensamiento.
A lo largo de mi ejercicio profesional he tratado de ser una profesora que esté al servicio de sus
alumnos, de enseñarles en base a desarrollar su capacidad para analizar situaciones y entender cuál
es la mejor opción a tomar, me he encargado (en mi clase) de romper con esa distancia que existía
entre profesor (quien todo lo sabía) y alumno (quien no podía opinar o cuestionar lo que el profesor
exponía) partiendo de aplicar principios y valores (como respeto, responsabilidad, confianza,
honestidad, puntualidad, entre otras) pasando por entender que somos iguales aunque yo estoy
preparada un poco más. Todos estos aspectos he ido desarrollándolos apoyándome en algunas
estrategias didácticas, desarrollando principalmente la relación profesor alumno lo que me ha
llevado a alcanzar una numerosa participación de mis alumnos en la construcción de la clase, tanto
de manera grupal como de forma individual, esto me ha brindado la oportunidad de motivarlos en
un lenguaje que este adaptado a ellos, permitiéndome alimentar su curiosidad y sus ganas de saber
y aprender, reconociendo cada uno el ajuste particular que debe hacer para obtener los mejores
resultados. Aun desconociendo todo lo que he aprendido en esta unidad curricular I considero que
no estaba muy lejos de aplicar lo que se nos expuso en la misma. Sin embargo es parte de mi propia
autocrítica y capacidad para autoanalizarme comprender que hay cosas que en definitiva debo
mejorar, por ejemplo: debo proveerles las herramientas pero debo dejar que sean ellos los que
busquen lo que necesiten en el momento de aplicar conceptos, además debo cada día prepararme
más para ser más efectiva al momento de exponer, y lograr que cada vez se entienda más y mejor
la información que estoy proporcionando.

Para finalizar quiero mencionar algunos aspectos que considero deben ayudarnos a determinar
hacia donde debe dirigirse el aprendizaje: entender que la enseñanza no es transferir conocimiento
sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción, es necesario que seamos
auténticos, ser humanos y disfrutarlo, enseñar con amor, no hacer forzado el aprendizaje, formar
integralmente a nuestros alumnos, aprender a reconocer el trabajo de ellos y entender que la mejor
forma de ejercer la autonomía es ser y dejar ser. La verdadera educación es multilateral y está
siempre sujeta a un constante proceso de cambio.
Referencias Bibliográficas

CORTÉS, Carlos. “Modelos de Universidad y Escenario en el Siglo 21”. Colombia. 2006.

LÓPEZ, Hernán. “La Reforma Universitaria de 1918. El Pasado que Hoy no Sabemos Mirar”.

MÁRQUEZ, Alexis. “Autonomía Universitaria y Revolución”. Caracas. 2003.

PLAZAS, Mary. “Módulo Inducción del Profesor al Sistema de Educación Superior CTEUDO
2004”. Sucre. 2004.

SCHERZ; Luis. “La Universidad del año 2000. Entre Napoleón y Humboldt”. Chile. 1986.

SILVA, Héctor y SONNTAG, Rudolf. “Universidad y Dependencia y Revolución. Siglo XXI


Editores. Colección Mínima 33.

SOTELO, Ignacio. “La Perpetua Reforma de la Universidad”. Caracas. 2001.

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