Te encuentras dando pasos hacia adelante y hacia atrás en la sala
de tu casa, mirando tu teléfono porque le queda 1% de pila solamente. Al mirar la fecha te das cuenta que ya han sido 240 horas sin electricidad. Las horas pasan y ni cuenta te diste. Tampoco recuerdas lo que era un día normal en tu vida. Como era dormir sin calor ni mosquitos, levantarte y comer comida caliente, como era bañarte con agua caliente, como era ir a una bomba de gasolina y no tener que hacer cola por una hora para tratar de echar, si tenías suerte.
Te encuentras constantemente mirando la lámpara, apagada,
esperando el minuto en que se vuelva a prender. Cada 5-6 horas consigues señal, en un rincón de tu casa o ya sea porque saliste a buscar señal en la calle con la escasa gasolina que le queda a el carro. Logras avisarle a tus amigas que estas bien, dentro de lo que se puede. Muchos están igual que tú, en la misma tragedia y en la misma frustración. No logras entender porque después de una semana y dos días, muchos sitios ya tienen luz, pero tú no. No tienes idea de que hacer. Las cartas ya son aburridas, los juegos de mesa te los sabes de memoria y, jugar con el teléfono es casi imposible. Sientes que mientras se agota la batería del celular, se te agota la vida.
Cada día resistiendo menos, preguntándote ¿hasta cuándo voy a
aguantar?. No hay respuesta, si no, simplemente muchas más preguntas. El desespero en los ojos de tu mama es evidente, el querer darle lo mejor a tu hijos y no poder. Sabes que detrás de su sonrisa hay mil preocupaciones, porque la comida se está dañando, el tanque de la casa se está vaciando y tu papá desde otro país no te puede ayudar con eso. La frustración invade a las personas, pero dentro de ti, sientes es un gran vacío. Miras la ventana y no ves nada, todo oscuro, si acaso la luz de algún afortunado con planta.
Miras la vela que tienes al frente y, simplemente, deseas que todo
sea como antes y agradeces por tener por lo menos una vela que te acompañe. Es sorprendente como en estos días has logrado apreciar todos los detalles pequeños en tu vida como: la arepa que puedes desayunar, el café que puedes tomar. Sabes que en el país hay personas que no tienen nada y, hay personas que viven así casi que todos los días. ¿Cómo aguantan?. Estos días entendiste que hay cosas que no son tan importantes como para quejarse. Pero te llena de furia saber que algo tan básico, como el servicio eléctrico, es arrancando de tus manos y es dado a pedazos. Queriendo que des las gracias, queriendo que te arrodilles y supliques por él, queriendo verte sufrir.
Hoy es martes 26 de marzo, el servicio eléctrico se volvió a ir ayer a
nivel nacional. Después de una semana con luz, apenas, se volvió a ir. ¿Ya se sentía raro no? Tener luz, me refiero. Y te encuentras en lo mismo, mirando la vela y la lámpara apagada, esperando a que esta vez no sean 240 horas.