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Derechos territoriales

Artículo 26. Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indígenas

1. Los pueblos indígenas tienen derecho a las tierras, territorios y recursos que
tradicionalmente han poseído, ocupado o de otra forma utilizado o adquirido.

2. Los pueblos indígenas tienen derecho a poseer, utilizar, desarrollar y controlar las
tierras, territorios y recursos que poseen en razón de la propiedad tradicional u otra
forma tradicional de ocupación o utilización, así como aquellos que hayan adquirido
de otra forma.

3. Los Estados asegurarán el reconocimiento y protección jurídicos de esas tierras,


territorios y recursos. Dicho reconocimiento respetará debidamente las costumbres,
las tradiciones y los sistemas de tenencia de la tierra de los pueblos indígenas de que
se trate.

Colombia, como nación multiétnica y pluricultural, ha establecido que las comunidades


indígenas y negras tienen derecho a decidir sobre sus territorios. Para ello, es
fundamental el reconocimiento de sus derechos territoriales, tal y como lo señala la
Corte Constitucional: “sin el reconocimiento del derecho a la tierra, los derechos a la
identidad cultural y a la autonomía son sólo reconocimientos formales” Corte
Constitucional Sentencia T-188 de 1993. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.

El derecho al territorio debe ser respetado aunque no se encuentre titulado el territorio


por el derecho estatal. En el país, la propiedad colectiva titulada a pueblos indígenas y
comunidades afrocolombianas no puede venderse, ser sometida a gravámenes y a
limitaciones de dominio, como tampoco es expropiable por el Estado (ONIC). Según la
Constitución y las normas, los resguardos y los territorios colectivos de comunidades
negras son considerados inalienables, imprescriptibles e inembargables. Sin embargo,
el reconocimiento al derecho de propiedad colectiva de las comunidades se otorga
previo cumplimiento de la función social de la propiedad, la cual implica obligaciones y
a la que como tal le es inherente una función ecológica.

En relación con el territorio, es deber del Estado respetar la importante relación


existente entre las culturas y sus valores espirituales con las tierras o territorios, en
especial los aspectos colectivos que en dicha relación representa la totalidad del
hábitat de las regiones que los pueblos interesados ocupan o utilizan de alguna
manera.

Es así como el derecho de propiedad y posesión sobre las tierras que


tradicionalmente ocupan estos pueblos implica además el deber de tomar medidas
para salvaguardar el derecho a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas
por ellos, pero a las que hayan tenido ancestralmente acceso para sus actividades
tradicionales y de subsistencia; adicionalmente, respetar las
modalidades de transmisión de los derechos de propiedad sobre la tierra que han sido
establecidas por dichos pueblos.

En este sentido, el Estado debe tomar las medidas necesarias para determinar las
tierras ocupadas y garantizar la protección efectiva de sus derechos de propiedad y
posesión. Además, deben establecerse procedimientos adecuados para solucionar las
reivindicaciones de tierras formuladas por estos pueblos. Al mismo tiempo, mediante
los programas agrarios deben garantizarse las condiciones para la asignación de
tierras tradicionales, cuando las que dispongan sean insuficientes para garantizar los
elementos de su existencia normal o para hacer frente a su posible crecimiento
numérico.

Finalmente, el Convenio 169 de la OIT consagra que a pesar de estar establecido que
los pueblos interesados no deberán ser traslados de las tierras que ocupan, cuando
excepcionalmente el traslado y la reubicación se consideren necesarios, sólo deberán
efectuarse con su consentimiento, dado libremente y con pleno conocimiento de
causa. En todo caso, estos pueblos tienen el derecho de regresar a sus tierras
tradicionales cuando dejen de existir las causas que motivaron su traslado y
reubicación. Si esto no fuere posible, tienen derecho a recibir indemnización por
cualquier pérdida o daño sufrido como consecuencia de su desplazamiento.

Artículo 10. Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indígenas
Los pueblos indígenas no serán desplazados por la fuerza de sus tierras o territorios.
No se procederá a ningún traslado sin el consentimiento libre, previo e informado de
los pueblos indígenas interesados, ni sin un acuerdo previo sobre una indemnización
justa y equitativa y, siempre que sea posible, la opción del regreso.
Artículo 29. Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indígenas

1. Los pueblos indígenas tienen derecho a la conservación y protección del medio


ambiente y de la capacidad productiva de sus tierras o territorios y recursos. Los
Estados deberán establecer y ejecutar programas de asistencia a los pueblos
indígenas para asegurar esa conservación y protección, sin discriminación alguna.

Los Estados adoptarán medidas eficaces para garantizar que no se almacenen ni eliminen
materiales peligrosos en las tierras o territorios de los pueblos indígenas sin su consentimiento
libre, previo e informado

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