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Sanciones[editar]

Ámbito académico[editar]
Muchos estudiantes se sienten presionados para completar sus trabajos bien y
rápidamente. Dada la accesibilidad de las nuevas tecnologías (Internet en particular)
pueden plagiar mediante copia y transcripción de información de otras fuentes. Los
profesores detectan fácilmente esta modalidad de plagio, por varias razones:

 Con gran frecuencia las elecciones de las fuentes son poco originales. Los docentes
pueden recibir el mismo pasaje copiado de una fuente popular por varios estudiantes.

 A menudo es fácil determinar si un estudiante usó su propia «voz».

 Los alumnos pueden escoger fuentes inapropiadas, inexactas o fuera del tema.

 Los profesores pueden insistir en que, previamente a su revisión, los trabajos sean
sometidos a un detector de plagio en línea.12
En escuelas secundarias existe poca investigación académica relativa al plagio. La mayor
parte de las indagaciones acerca de esta actitud se centra en el nivel superior de
instrucción.13 Sin embargo, existen estudios que investigan la prevalencia del plagio en la
educación superior, cuáles son sus causas y cómo combatirlo diseñando actividades
concretas.14
A profesores e investigadores se les castiga mediante sanciones que comprenden desde
suspensión hasta cese, y la consecuente pérdida de credibilidad e integridad.1516
Comúnmente, comités disciplinarios internos –a los que estudiantes y profesores han
acordado estar enmarcados– atienden las acusaciones de plagio contra estudiantes y
profesores.17
Sin embargo en las universidades españolas no existen aún procedimientos intra-
académicos de regulación del plagio entre personal docente e investigador. La vía habitual
es presentar una queja ante la oficina del Defensor universitario y también a la inspección
de servicios. Empero, en los Estatutos Universitarios no existe reconocimiento explícito en
relación con posibles penalizaciones o valoraciones por un comité de expertos.
La mayoría de las veces los casos se producen con impunidad total, con el consiguiente
detrimento de la tarea universitaria de producción de conocimiento y la lesión de los
derechos de autoría y desmotivación de las personas que sufren el plagio. Recientemente,
para consensuar acerca de este problema, han surgido algunas Plataformas de Lucha
Contra el Plagio.

Periodismo[editar]
Dado que el principal valor del periodismo es la confianza pública, si un profesional de esta
actividad no logra reconocer honestamente sus fuentes socava la integridad del periódico
o medio en que trabaje, así como su propia credibilidad. A menudo, a periodistas acusados
de plagio se les ha suspendido de sus tareas inherentes mientras la agencia de noticias
investiga los cargos.18

Autoplagio[editar]
Existen sospechas de que numerosos trabajos científicos publicados en revistas
científicas sean copia total o parcial de artículos anteriores, publicados por otros o por el
mismo autor (autoplagio), con el pretexto de aportar nuevos resultados. En enero de 2008
la prestigiosa revista Nature publicó un trabajo de M. Errami y colaboradores donde
desarrollaron un programa informático titulado eTBLAST para buscar entre las publicaciones
científicas similaridades de texto y encontrar así artículos supuestamente copiados.19 En la
base de datos, que los propios autores denominaron Déjà vu, en junio de 2009 quedan
recogidos 74 790 pares de trabajos científicos de gran similaridad, lo cual podría indicar
que se trata de trabajos no originales.20

Recursos para luchar contra el plagio[editar]


Para detectar un posible plagio, con ayuda de un motor de búsqueda se puede indagar
una determinada cadena de palabras del texto sospechoso, con el fin de ver si se
encuentra un texto potencialmente plagiado. En la actualidad existen varios programas
informáticos que facilitan la detección de esta anormalidad, especialmente en proyectos o
ensayos de los estudiantes.
Sin embargo el mayor medio para luchar contra el plagio son las mismas escuelas,
universidades y casas de estudio, que frecuentemente no lo penalizan en sus reglamentos,
incluso tratándose de tesis o proyectos terminales de titulación. Asimismo, usuarios de la
red social Twitter han publicado acerca de una creciente cantidad de informes de plagio,
que han identificado rápida y eficazmente.
En cualquier caso, la mera repetición de cadenas de palabras no es una prueba
concluyente de deshonestidad intelectual. Gran parte del discurso científico es repetición
de conocimientos (fórmulas, datos, etcétera) e hipótesis compartidas por la comunicad
científica. Por ello se deberían evitar pronunciamientos apresurados sin un examen
detallado de las posibles violaciones o suplantaciones de la autoría intelectual.21
En el campo de las revistas científicas, en 1997 se creó el Comité de Ética en la
Publicación (COPE, de su nombre en inglés Committee on Publication Ethics), una
asociación internacional de editores y editoriales científicas que asesora y proporciona
foros para discutir los casos de plagio y de otros tipos de comportamiento poco ético en la
investigación científica. Esta asociación recomienda a sus miembros que comuniquen los
casos a las autoridades competentes, que normalmente son los responsables de la
institución o empresa en la que trabaje el autor que ha cometido el plagio.22

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