Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
José A. Funes
(coord.)
La educación a debate
Cinco años de un ciclo
Título: La educación a debate. Cinco años de un ciclo
Patrocinadores:
© De esta edición:
Ediciones Octaedro, S.L.
Bailén, 5 - 08010 Barcelona
Tel.: 93 246 40 02 - Fax: 93 231 18 68
octaedro.com - octaedro@octaedro.com
ISBN: 978-84-9921-698-0
1 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
José A. Funes
2 La educación moral, asignatura pendiente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Victoria Camps
3 El aula: lugar de encuentro y conflicto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Javier Urra
4 Los valores de los jóvenes españoles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Javier Elzo
5 Ética de las organizaciones: la responsabilidad social empresarial . . 49
Domingo García-Marzá
6 Un reto para docentes y padres: educar sin estrés . . . . . . . . . . . . . . . 65
Mª Pilar Paúl Garasa
7 Golden5: una propuesta para mejorar el desarrollo humano
a través del sistema educativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
María José Lera
8 Las nuevas caras del acoso en la era digital: el cyberbullying . . . . . . . 111
Rosario Ortega Ruiz
9 La LOMCE, una nueva reforma educativa…
¿en la buena dirección? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
Javier M. Valle
7
10 Los pilares fundamentales del sistema educativo finlandés . . . . . . . 145
Eva Hannikainen
Sobre los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Índice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
1 Introducción
José A. Funes
Coordinador del ciclo
9
la educación a debate
nikainen, Victoria Camps, Javier Elzo, María José Lera, Rosario Ortega,
Fernando García de Cortázar, Bernardo Díaz, Javier Manuel Valle y Do-
mingo García Marzá. Todos han participado en el ciclo, aunque no todos
están presentes en la publicación. Con ellos hemos reflexionado desde ver-
tientes variadas: psicología, historia, filosofía, sociología, ética, educación
comparada y pedagogía. Gracias a todos porque nos habéis dado en qué
pensar para mejorar la educación en nuestro país y, con ello, poner cimien-
tos con el fin de construir un mejor futuro; un papel que no solo compete
a los profesionales de la enseñanza, aunque tengan estos un singular pro-
tagonismo.
En la tarea pedagógica es clave acompañar a padres y docentes para
dotarles de las mejores armas y procurar así que la enseñanza no se momi-
fique en una sociedad de cambios acelerados. Consideramos que la escuela
debe ayudar a nuestros alumnos a pensar por sí mismos, a elaborar discur-
sos coherentes, a integrar el pensamiento en las coordenadas oportunas
que hagan comprensible la realidad que vivimos y la realidad que construi-
mos. De ahí que nuestro proyecto pretenda salir al paso de todos los cam-
pos que la escuela, directa o indirectamente, abarca para preparar mejores
profesionales y ciudadanos, porque educar es cultivar futuro.
Hemos querido introducir la solidaridad en nuestra iniciativa, de modo
que los beneficios que se pudieran obtener por la venta del libro van en
gran medida destinados a ONG y fundaciones que implementen progra-
mas educativos en zonas desfavorecidas. En esta ocasión irán dedicados a la
Asociación Solidaria Andaluza de Desarrollo (ASAD) –que nos presenta el
proyecto de creación y fortalecimiento del centro multimedia comunitario
en la Isla de Bubaque en Guinea Bissau, uno de los países más empobre-
cidos del planeta– y a la Fundación Francisco Navarrete (FFN), que nos
solicita ayuda para un comedor en Nador, donde además de alimentar a
niños que pasan todo el día en la calle se les permita acceder a la educación.
Quiero, finalmente, abrir el arco de agradecimientos más allá de los
profesionales que nos han acompañado. En primer lugar al sindicato an-
daluz Plataforma por la Homologación (PHA) por haberme responsabili-
zado desde el inicio de coordinar este ciclo, al que ha destinado más de la
mitad de su presupuesto anual. Con ello se evidencia la importancia que
concede a la formación de los profesionales que nos encargamos de educar
en la vanguardia del sistema. Para mí ha supuesto un privilegio y una gran
responsabilidad.
Gracias también a los centros concertados que generosamente nos han
cedido sus instalaciones en Sevilla, Huelva, Alcalá la Real y Granada. Pese
a disponer de espacios más sofisticados y con mayor capacidad, siempre
hemos optado por llevar el ciclo a los lugares donde trabajamos.
10
1. introducción
11
2 La educación moral, asignatura pendiente
Victoria Camps
13
la educación a debate
moral iba de la mano de una doctrina católica con ideas claras y normas
rígidas. Nuestro estado es laico y la educación pública no puede ser confe-
sional. Lo que debe transmitirse a todos los alumnos es ese mínimo común
ético, al que yo llamaría «civismo», que cualquier ciudadano demócrata
debe adquirir. Los valores de la convivencia, del respeto mutuo, de la soli-
daridad y la responsabilidad son universales, sin ellos es imposible que las
instituciones que estructuran la sociedad funcionen mínimamente bien:
desde la familia, pasando por la escuela, el lugar de trabajo, los espacios
de ocio, las relaciones con la administración pública, la participación en la
actividad política. Todo requiere actitudes respetuosas, solidarias y respon-
sables si nos tomamos en serio los derechos fundamentales y el sentido de
la democracia.
Que estemos desorientados ante la empresa de educar se debe a que los
valores a los que me acabo de referir distan de traducirse en unas normas
o deberes claros. ¿Qué significa respetar al otro, solidarizarse con el que
sufre, responsabilizarse de las propias acciones u omisiones? ¿Cómo hay
que responder a las distintas situaciones con que nos encontramos para que
la respuesta sea moralmente correcta y aceptable? Y aún más difícil, ¿cómo
enseñar que el respeto, la solidaridad y la responsabilidad son deberes cívi-
cos que todo ciudadano ha de adquirir? Dejo de lado la cuestión metafísica
sobre el fundamento teórico de tales valores, a la que luego me referiré. Por
ahora, doy por supuesto que creemos en ellos y estamos convencidos de
que un mundo más justo no es posible si no nos los tomamos en serio. Pero
reconozco la dificultad de llevarlos a la práctica, de motivar a su favor y no
en contra de ellos en una sociedad que no los muestra como lo más esen-
cial, sino que, por el contrario, fomenta el individualismo y la satisfacción
de los deseos más inmediatos.
Nuestros valores, esos valores cuya pérdida lamentamos de continuo,
son ideales abstractos, que han de traducirse en deberes. Deberes concretos
y enseñables, como el trato igualitario y no ofensivo con los que no son
como la mayoría, como el respeto a las personas que detentan una cierta
autoridad, la voluntad de no ofender a nadie, la disposición a ayudar, el
habituarse a responder de lo que uno hace.
Para poder «educar en valores», esa expresión que parece decir mucho
pero en realidad está bastante vacía si no la llenamos de contenidos más
claros, hay que enseñar cosas, enseñar que ciertas actitudes son mejores
que otras, que ciertos comportamientos son intolerables, que las diferen-
cias entre las personas no han de llevar a la discriminación de los más dé-
biles. Nuestro mundo más bien oculta tales enseñanzas, cuando no enseña
abiertamente lo contrario. ¿Qué modelos, si no, se le ofrecen a la juventud?
¿No es el éxito fácil, el poder adquisitivo, la falta de límites, el pensar solo
14
2. la educación moral, asignatura pendiente
en uno mismo lo que pasa a ser lo más valioso? En tal sentido, he dicho
muchas veces que la educación siempre va contracorriente. No es una ex-
cusa para dejar de educar el que las tendencias sociales son otras, que no
asumen los valores que debería transmitir la educación. Precisamente por-
que es así, la educación es necesaria. Pero una educación consciente del pa-
pel moral o ético que le está encomendado. No una educación entendida
como la transmisión de las habilidades imprescindibles para integrarse en
el mundo tal como es, sin calibrar ni dar a entender que no todo en ese
mundo es como debería ser.
Y eso es posible. Me refería antes a la impotencia como el obstáculo
primordial que debe encarar la tarea de educar. Es posible educar. Otra
cosa es querer comprobarlo con resultados inmediatos y verificables. Des-
de que existen los informes PISA, nos inquieta el temor de unos resultados
poco favorables para nuestro sistema educativo. Con fortuna o sin ella, los
gobiernos han intentado corregir las faltas evidentes y reducir el fracaso
escolar. El desánimo cunde porque no hay medidas fáciles. Para educar a
un niño, dice un dicho africano, hace falta la tribu entera. No basta que
la administración se esmere en lograr mejores resultados. La educación es
un deber de todos. Sobre todo, si por educación entendemos esa «forma-
ción integral de la persona» de la que habla la Constitución y que entiendo
como educación moral. Ahí ni siquiera las evaluaciones tipo PISA son de
mucha ayuda. ¿Cómo evaluar que hemos mejorado moralmente? Las es-
cuelas del franquismo lo hacían y daban notas de buen comportamiento.
Eran notas que censuraban las faltas de disciplina, de buenos modales, la
poca aplicación en el estudio. La formación moral incluye todo eso, pero
también otras cosas. Una persona puede ser muy disciplinada y muy edu-
cada y ceder fácilmente a las tentaciones de corrupción. O carecer de la
sensibilidad social que se indigna ante las faltas de equidad. ¿Cómo se en-
seña todo eso? Creer en la educación implica pensar que se puede enseñar.
Otra cosa es acertar en el cómo.
15
la educación a debate
16
2. la educación moral, asignatura pendiente
conocen mejor que el resto las teorías éticas, asumen con gusto un papel
preponderante en la formación moral. Y tienen razón pues, si algo merece
el apelativo de «transversal», es esa formación del carácter que, para Aris-
tóteles, era la ética. No es un experto en ética quien debe hacerse cargo de
ello (no hay, propiamente hablando, expertos en ética), sino el proyecto
elaborado por todos los miembros de un determinado centro educativo.
O el proyecto, menos explícito, por el que los padres se proponen educar
a sus hijos. Volvemos a la idea de que es la tribu la que educa moralmente.
La tribu escolar es un microcosmos de la tribu social, pero es el soporte y la
garantía de que la educación moral se toma en serio.
Una tercera y última razón que explica el desconcierto y la impotencia
ante la educación íntegra de la personalidad es esa especie de rousseaunis-
mo al que se ha entregado la educación desde hace años. La idea de que
el niño es bueno por naturaleza y lo mejor que se puede hacer con él es
estimularle la espontaneidad y los deseos sin preocuparse demasiado por
saber si convienen o no para su desarrollo moral y su vida en común. Las
normas han estado proscritas muchos años de los programas educativos, o,
por lo menos, se las ha disfrazado de algo no normativo con el fin de no
producir traumas, de desmotivar, de no parecer autoritarios ni dogmáticos.
La posmodernidad ha penetrado también en la educación con su relativis-
mo y su temor a la imposición arbitraria. Así, la pedagogía se ha fundido
con la psicología siendo su principal objetivo no plantearse los fines de la
educación (¿cómo saberlos?), sino conseguir que la educación fuera para
el niño lo más placentera posible. Hablando de expertos, el psicólogo ha
entrado en la escuela con la misión de llevar a cabo uno de los reduccio-
nismos más nefastos para una formación moral que responda de verdad al
sentido originario de educar. Hoy no hay niños perezosos o indolentes. En
todo caso, son niños con déficit de atención, hiperactivos, con alguna pa-
tología que hay que tratar médicamente. La medicalización de la sociedad
es uno de los fenómenos de nuestro tiempo, que encuentra en la educación
terreno abonado para extender sus teorías.
Como ha dicho Zymunt Bauman, aplicando a la educación su afortu-
nado concepto de lo líquido, tenemos también una educación líquida pues
las certezas han desaparecido y todo acaba valiendo lo mismo. En nuestro
caso, el advenimiento de la democracia ha traído consigo una noción equi-
vocada de lo que es ser demócrata y dónde debe funcionar la democracia.
La igualdad ante la ley, que la democracia predica, no implica ni ausencia
de leyes ni simetría total a la hora de realizar las distintas funciones socia-
les y culturales. En la educación, la autoridad se ha perdido porque se ha
confundido con la injerencia y la coacción arbitrarias. Pensar que el educa-
dor no debe interferir en la vida del alumno, que no tiene que coaccionarle
17
la educación a debate
18
2. la educación moral, asignatura pendiente
hacer las cosas que transpire valores morales y no otro tipo de preferencias,
y que haga apreciar esos valores.
Por todo ello, la enseñanza de la moral o de la ética (uso ambos térmi-
nos en el mismo sentido) no puede reducirse a una asignatura. Es trans-
versal. Para entender qué significa la transversalidad, podríamos hacer un
símil con la escuela religiosa del franquismo en la que la religión lo invadía
todo. En efecto, eso que antes hacía la religión, hoy debería hacerlo la mo-
ral. Por eso son tan importantes los proyectos educativos en los que se pon-
ga de manifiesto la necesidad y la manera de inculcar actitudes morales en
los alumnos de todas las edades. Cómo hacerlo es algo que deberá resolver
cada centro, procurando quizá contrarrestar los movimientos contrarios a
ese ambiente moral que se trata de imponer. No basta tener una declara-
ción de principios ni un código ni una guía de buenas prácticas. La ética
consiste en interiorizar una manera de ser y mostrarla.
En nuestros tiempos posmodernos, es frecuente oponer al imperativo
de la educación moral la objeción relativista. Precisamente porque la mo-
ral es tan importante y básica, decimos, ¿quién puede arrogarse la autori-
dad suficiente para su enseñanza? ¿No es algo que, en todo caso, debería
corresponder a los padres que, ellos sí, tienen motivos para decidir qué
normas morales quieren para sus hijos? Son dos cuestiones importantes en
absoluto ajenas a la reflexión filosófica.
La primera cuestión se la planteó ya Sócrates, en el siglo iv a. C., cuan-
do les cuestionaba a los sofistas su capacidad para ser lo que pretendían ser:
«maestros de moral». El Protágoras de Platón es el diálogo en el que más
directamente se afronta la pregunta por la universalidad de la ética. ¿Cómo
es posible que un sofista de Abdera, como Protágoras, se atreva a dar lec-
ciones de moral en Atenas?, se pregunta Sócrates. Protágoras le responde
contando el mito de Prometeo en una versión adaptada a las circunstan-
cias del debate. Una vez Prometeo ha dotado a los hombres del fuego de
los dioses para que puedan desarrollarse y protegerse, Zeus observa que
el fuego (la técnica) no es suficiente para conseguir un fin fundamental:
que los hombres vivan en paz y buena convivencia sin pelearse ni hacerse
daño unos a otros. A tal fin manda a Hermes a la tierra a distribuir entre
los hombres dos valores: el respeto mutuo (aidós) y la justicia (diké), con la
observación de que la distribución debe alcanzar a todos y no solo a unos
cuantos. Todos han de ser capaces de adquirir tales virtudes –dice– pues
los que se nieguen a hacerlo no tienen derecho a vivir en la ciudad.
Este breve relato me ha parecido siempre la mejor explicación de esa
cuestión tan vidriosa como es la universalidad de la moral. Unos mínimos
tan mínimos como la prescripción de respetarse unos a otros y procurar
sociedades más justas no son relativos a una cultura o una época. No de-
19
la educación a debate
20
2. la educación moral, asignatura pendiente
21
la educación a debate
valores o deberes que el niño deberá aprender a hacer compatibles con sus
ansias de libertad, ya que la libertad no es un valor absoluto. Qué valores o
deberes son imprescindibles para vivir en comunidad y con vistas a un «in-
terés general» que hay que proteger. Los llamados derechos sociales, como
el derecho a la educación, a la protección de la salud, al trabajo, a la seguri-
dad social, nos hablan de un interés general que el Estado debe garantizar,
pero con la ayuda de los ciudadanos que deben contribuir a que sea facti-
ble. Por eso, a la libertad hay que añadirle el valor de la equidad, sin la cual
la libertad de todos es un engaño. La equidad es un principio de un estado
social de derecho como el nuestro, por el que se provee a los ciudadanos
de unos bienes básicos redistribuyendo la riqueza y protegiendo a los más
desfavorecidos. La equidad ha de estar presente, para empezar, en el siste-
ma educativo mismo a fin de que la educación funcione realmente como
ese ascensor social que iguala las oportunidades. No ocurre así cuando el
sistema educativo se fragmenta en dos sistemas: uno para los que poseen
más recursos económicos y otro para los que cuentan con menos recursos.
O cuando se crean guetos que concentran a toda la inmigración en los
mismos centros escolares. Conseguir que esos vicios se corrijan no es una
función exclusiva de los gobiernos, aunque ellos deben llevar la iniciativa,
también los ciudadanos contribuyen a que los menos favorecidos tengan
una acceso más equitativo a la educación.
Equidad significa asimismo no discriminar a nadie no solo por razones
económicas –que son de hecho las que producen las desigualdades más fla-
grantes–, sino por razón de sexo o cultura. La discriminación de la mujer y
la de los homosexuales ha sido una de las vergüenzas más lentas de aceptar
por las sociedades democráticamente avanzadas. Estamos en el camino de
corregirlo, pero aún queda mucho por hacer. Queda mucho por hacer en
el terreno de las mentalidades y de las actitudes –no de la legislación que ya
es igualitaria–. Y es ahí donde la educación puede incidir, eliminando los
prejuicios y los estereotipos que se transmiten de generación en generación
sin apenas apercibirse de que es así. La realidad migratoria, por su parte, es
una ocasión privilegiada para enseñar a aceptar realidades culturales dis-
tintas y a convivir pacíficamente con ellas. El inmigrante forma parte del
sector menos aventajado de la sociedad opulenta, por eso acude ella para
encontrar más oportunidades, para conseguir para sus hijos una vida me-
jor, sin que por ello tenga que verse privado de sus peculiaridades lingüísti-
cas, sus costumbres y su cultura. Una escuela pública laica con voluntad de
formar éticamente a los ciudadanos debería ser capaz de enseñar a convivir
con el otro, no solo tolerándolo, sino reconociéndole como un igual.
La equidad nos lleva a otro valor básico que es el del respeto. Damos
por válido el principio de que el ser humano tiene una dignidad intrínseca,
22
2. la educación moral, asignatura pendiente
sea cual sea su condición. Eso significa que es digno de respeto. Tan digna
de respeto es la persona que es autónoma y está en pleno uso de todas sus
facultades, como la persona que tiene que depender de los demás porque
sufre alguna discapacidad, porque es anciana, porque está enferma o por-
que es menor. Inculcar el respeto es básico en sociedades envejecidas como
las nuestras. Pero también lo es por la razón de que se ha perdido el sentido
de la autoridad. Respetar a los mayores tanto porque están más necesitados
como por el simple hecho de que son mayores es algo que no se aprende si
no se inculca explícitamente. La palabra «respeto» traduce el latín respicere,
que significa «volver a mirar». A veces recurrir a la etimología es la mejor
manera de recuperar el sentido de las palabras y del valor que encierran.
Quizá no haga falta especificar más valores ni más obligaciones. Si pro-
fundizamos en lo que significa aprender a ser libre, ser equitativo y no
discriminar a nadie, y ser respetuoso, inevitablemente tendremos que re-
ferirnos a otros valores, que también hoy están en la boca de todos, como
la solidaridad y la tolerancia. Los valores morales son como cerezas en un
frutero: al tirar de una de ellas siguen todas las demás. El respeto a las per-
sonas obliga asimismo a tener cuidado de aquellas cosas que son públicas,
que son de todos, y que deben ser utilizadas con el máximo provecho. Si
somos beneficiarios de unos bienes básicos, como la sanidad, el transporte
público, espacios de ocio, carreteras, todo ello merece una utilización tan
cuidadosa como la propiedad privada. Tendremos que hablar, en conse-
cuencia, de la responsabilidad, como otra virtud cívica, un deber que obliga
a todos los ciudadanos, en diferentes medidas, a responder de lo que hacen
cuando ello tiene consecuencias para la vida de los demás.
La educación moral –y la educación en general– es un proceso lento.
Los resultados no siempre están a la vista y, en cualquier caso, se obtienen
a largo plazo, por eso el rédito electoral que pueda conseguir el énfasis en
la educación es mínimo y los políticos tienden a descuidarla. Por otra par-
te, ya he dicho que una de las vías para educar moralmente, quizá la más
eficaz, es la del ejemplo. Nuestros niños están permanentemente expuestos
a una forma de hablar y de comportarse que no tienen nada de edifican-
te. Lo que se les intenta enseñar en la escuela queda inmediatamente des-
articulado por la televisión o por la realidad misma. Aunque siempre ha
habido que educar un poco contra corriente, para enderezar lo que tiende
a crecer torcido, hoy esa tendencia se ve potenciada en exceso por un entor-
no que no es nada coherente con los valores morales.
Por otra parte, el fracaso de la transversalidad se debe a que la educación
cívica se identifica solo con el espacio escolar, cuando debería ser una res-
ponsabilidad compartida por todos los agentes sociales. La familia, en pri-
mer lugar y en lo que le concierne, que no es lo mismo que concierne a la
23
la educación a debate
24
3 El aula: lugar de encuentro y conflicto
Javier Urra
25
la educación a debate
26
3. el aula
27
la educación a debate
28
3. el aula
29
la educación a debate
30
3. el aula
Las secuelas del acoso escolar pueden ser de mayor gravedad al vivirse
con vergüenza, ocultamiento y debilidad la victimización causada.
La víctima sufrirá angustia, ansiedad, temor, terror, su autoestima cae-
rá, puede llegar a rechazar la situación escolar, implicarse en absentismo,
fracasar escolarmente, entrar en profunda depresión y llegar (no es ningu-
na exageración), como ya hemos dicho, al suicidio. En algunos casos, la
víctima por sentimientos de venganza puede reaccionar agrediendo a su
intimidador finalmente.
Los padres pueden sospechar del maltrato entre iguales por la conducta
observada en el hijo, o por informaciones de amigos o de profesores; cabe
también la información directa o indirecta del hijo. En caso de sospecha,
se debe indagar más.
Si se confirman las sospechas y manteniendo la calma, no se debe ac-
tuar directamente con el hipotético agresor o con los familiares del mismo,
sino hablar con el tutor y el director del centro escolar y si se estima for-
mular una denuncia en la Fiscalía de Menores.
Obviamente y durante todo el proceso, se apoyará al hijo y se colabora-
rá activamente con el profesorado.
Hay que hablar a los hijos de la existencia del maltrato entre iguales y
solicitarles que si acontece, lo cuenten con confianza a unos padres que,
antes de tomar cualquier decisión o medida, la hablarán con el hijo.
Además, hay que aprender a reconocer signos de que el hijo puede ser
víctima, como pérdida de objetos, rotura de ropa, rechazo repentino al
colegio, cambios en sus hábitos, en sus patrones de sueño o alimentación,
fallas en el rendimiento académico, mayor secretismo e incomunicación,
cambios en el humor… mostrarse triste, irritable, distraído, quedarse sin
amigos… incluso enuresis.
Los padres de la víctima han de apoyar en todo momento al hijo, man-
tener contacto con el colegio y, si los profesionales del mismo no actúan
con decisión, iniciar una acción legal contra el agresor o agresores.
En muchas ocasiones, además del agresor que provoca el maltrato y la
víctima que sufre la intimidación e indefensión, están los compañeros que
no suelen intervenir en defensa del débil.
Los niños no suelen –por razones de ser tildados de chivatos con el con-
siguiente riesgo– informar a los adultos de la escuela. En torno a la mitad
de los escolares se muestran pasivos ante las situaciones de maltrato. La
otra mitad o avisan a alguien o intentan detener por sí mismos la situación.
Si se es padre de un hijo que se ha comportado como espectador pasivo,
se le ha de recriminar su actitud y poner en la disyuntiva de ser casi un
cooperador necesario para que acontezca tal vejación o una persona valien-
te y solidaria que se pone del lado del débil.
31
la educación a debate
Hay que hacerle ver que una cosa es «ser chivato» y otra bien distinta
denunciar unos hechos que son inaceptables.
Invitar a participar en el voluntariado y en asociaciones que fomentan
la cultura antiviolencia es una buena prevención o consecuencia de estas
situaciones, bastante generalizadas.
Respecto con los colegios son datos significativos la falta de autoridad
de los maestros, énfasis en el rendimiento y poca atención a las necesidades
individuales, poca capacidad para detectar a las víctimas, inexistencia de
un lugar al que acudir a denunciar estos hechos o donde se pueda ayudar y
orientar a la víctima y a los testigos.
Los padres, junto a los maestros, han de denunciar situaciones inacep-
tables, pero al tiempo han de participar en grupos de discusión y crear
equipos de mediación, dentro de la comisión de convivencia.
Dentro del aula se han de fomentar valores de absoluto respeto y crear
con los propios alumnos figuras pacificadoras que actúen como interme-
diarios en la resolución de conflictos.
Hemos de educar en los valores cívicos, en los buenos modales que faci-
litan la convivencia, la vida en sociedad.
Educar bien, la tarea más difícil, la más bella. Merece vivir para ella y
dedicar a ella la vida.
Actuar directamente sobre la infancia hoy es invertir en el bienestar y
desarrollo futuros.
32
4 Los valores de los jóvenes españoles
Javier Elzo
33
la educación a debate
34
4. los valores de los jóvenes españoles
Un diagnóstico de fondo
Estamos pasando de una sociedad tradicional con legitimación religiosa
(de matriz católica en nuestros lares) a otra postmoderna legitimada en el
bienestar individual (resultante de una mundialización que, como espejo
invertido, fomenta la proxemia) tras un corto periodo, el de la sociedad
moderna, legitimada por proyectos holísticos de carácter básicamente polí-
tico (socialismo, marxismo, liberalismo, nacionalismos, etc.).
Limitándonos a los dos últimos periodos, el tránsito de los valores de
la sociedad moderna a la postmoderna (la alta modernidad dicen otros)
1. Javier Elzo: «El Problema de la disciplina escolar no está en la escuela». En Cuadernos de Pedago-
gía, 396, 2010, Monográfico, págs. 16 a 21.
35
la educación a debate
Ahora bien el individualismo tiene dos caras. Por un lado puede supo-
ner la voluntad de adoptar planteamientos propios, autónomos, ilustrados
por la razón y el conocimiento de las cosas. Es la voluntad de no ser rebaño
36
4. los valores de los jóvenes españoles
37
la educación a debate
38
4. los valores de los jóvenes españoles
39
la educación a debate
3. Ignacio Megías y Elena Rodríguez «Jóvenes y Comunicación: La impronta de los virtual» FAD-
CSRSAJ, 2014, del Resumen ejecutivo recibido en casa. En breve en la Web de la FAD.
4. Halmut Rosa en Accélération: une critique sociale du temps. La Découverte. París, 2010. Original
en alemán en 2005.
40
4. los valores de los jóvenes españoles
41
la educación a debate
42
4. los valores de los jóvenes españoles
está redactada, como otras similares que era fácil encontrar o escuchar en
los medios de comunicación era, afortunadamente, errónea. Por cierto, en
mayo de 2014, al redactar estas líneas, los medios de comunicación hablan
de un 55 % de paro juvenil en España. Cifra, afortunadamente, también
errónea.
El error está en la base, en el conjunto poblacional, sobre el que se cal-
cula la tasa de paro. Se confunde una franja de edad poblacional (16 a 24
años en este caso) con las personas, los jóvenes, que en esa franja de edad,
son laboralmente activos. Sencillamente se confunde jóvenes con jóvenes
activos.
Eurostat, siguiendo la definición de la Organización Internacional del
Trabajo, OIT, define como parados a quienes:
43
la educación a debate
44
4. los valores de los jóvenes españoles
con escasa reflexión, y las nuevas relaciones de género, con un revival del
machismo en algunos adolescentes. Evidentemente cada uno de estos retos
exigiría un artículo ad hoc.
En razón de esos retos, que a su vez responden a determinados con-
textos sociales, algunos de los cuales ya hemos señalado páginas arriba,
propongo una serie de valores positivos y negativos en la juventud española
de hoy, sin pretensión alguna de exhaustividad, que además de imposible,
lograría que el bosque ocultara el árbol. Nos limitamos, en consecuencia, a
señalar cinco grandes valores a la vez descriptivos y valorativos, bajo las dos
fórmulas de valores positivos y de valores negativos o contravalores en la
juventud española de hoy. A continuación, avanzamos una serie de valores
propositivos para esa misma juventud mirando al futuro.
La fuente y perspectiva desde donde llego a estas propuestas de valores
son las siguientes. Las fuentes, los estudios de juventud. La perspectiva,
la de una sociedad cuya base ética básica sea el respeto y aplicación de los
Derechos Humanos, por un lado, y por otro, una escuela que además de
transmisora de conocimientos, además de facilitadora de habilidades para
obtener una buena inserción laboral, sea también educadora, buscando ha-
cer de un niño un adulto autónomo y responsable.
• Valores positivos:
1. capacidad de adaptación,
2. rechazo al enchufismo,
3. lealtad, honradez básica (son «buena gente»),
4. conciencia ecológica,
5. valoración positiva de los Derechos Humanos.
45
la educación a debate
5. He aquí algunos ejemplos de los últimos años en los que hay un capítulo tipológico de personas
en razón de sus valores. Esos elementos bibliográficos están también (entre otros) en la base de los va-
lores evaluativos reseñados. En el ámbito de la juventud señalaría los siguientes: Megías Eusebio, Elzo
Javier (codirs.), Rodríguez Elena, Megías Ignacio, Navarro José, Jóvenes, valores, drogas, Edita FAD,
Madrid, 2006. Como ejemplo de tipología de adultos valgan estas dos referencias: Javier Elzo y María
Silvestre (dirs.), Iratxe Arístegui, Miguel Ayerbe, Edurne Bartolomé, Javier Elzo, Francisco Garmen-
dia, José Luis Narvaiza, Raquel Royo, María Luisa Setién, María Silvestre, Manuel Mª Urrutia, Un
individualismo placentero y protegido. Cuarta Encuesta Europea de valores en su aplicación a España.
Edit. Universidad de Deusto. 411 páginas, Bilbao 2010; Javier Elzo y Àngel Castiñeira (dirs.). Pau Mas,
Teodor Mellén, Carlos Obeso, Ferran Sáez, Lluís Sáez. Valors tous en temps durs. La societat catalana a
l´Enquesta Europea de Valors de 2009. Fundació Luis Carulla/ESADE. Ed. Barcino. Barcelona, 2011,
439 pág.
6. A continuación ofrezco al lector interesado algunas referencias bibliográficas donde he abordado
esta cuestión además de la conferencia en la Fundación Bofill, editada por ellos mismos y que referencia
en la nota 1ª de este texto. «Los padres ante los valores a transmitir en la familia» (páginas 9-38) en Elzo
Javier, Feixa Carles, Giménez – Salinas Esther, Jóvenes y Valores, la clave para la sociedad del futuro, edita
Fundación La Caixa, Barcelona, 2006, 94 páginas. (Está editado también en catalán, euskera y gallego); el
46
4. los valores de los jóvenes españoles
1. la competencia personal;
2. la inteligencia sentiente;
3. la recuperación de la filiación;
4. no al dinero como valor sino el valor del dinero;
5. abiertos a la innovación positiva;
6. tolerancia y solidaridad, sin olvidar la necesaria intolerancia;
7. la necesidad futura de la formación permanente;
8. no bastan los valores finalistas (importancia de los valores instrumen-
tales);
9. la gestión de la sexualidad;
10. la seguridad, sí, la libertad más aún;
11. la primacía del espíritu;
12. no basta indignarse sin comprometerse;
13. la utopía por un mundo mejor, más justo.
último capítulo de mi libro La voz de los adolescentes. Ediciones PPC. Madrid, 2008, 253 páginas; «Estilos
de vida y valores a propugnar en la adolescencia de hoy» (páginas 95-119). En «El adolescente y su entorno en
el siglo XXI». Cuadernos FAROS, nº 5. Barcelona, 2011: «Euskadi XXI: qué valores para qué sociedad».
Conferencia Inaugural en el VIII Congreso Vasco de Ciencia Política y Sociología celebrado en Bilbao
los días 10-12 de febrero de 2010. «Valores de Cohesión para una Comunidad Vasca Global». Bienio II,
Proyecto Basques 2.0. Octubre 2013. http://basquesfundazioa.org/es/sala-prensa_det.php?idprensa=60. En
el otoño de 2014 se publicará en el Centro Reina Sofía sobre la Infancia y la Juventud, dependiente de la
FAD, «Valores y Jóvenes, 2014», dirigido por Eusebio Megías y por quien suscribe.
47
5 Ética de las organizaciones:
la responsabilidad social empresarial
Domingo García-Marzá
49
la educación a debate
50
5. ética de las organizaciones
2. Cfr. al respecto Cortina, A. Ética aplicada y democracia radical, Tecnos, Madrid, 1993; así como
de la misma autora Ciudadanos del mundo, Alianza, Madrid, 1997.
3. Bruselas, 18.7.2001, COM (2001) 366 final.
51
la educación a debate
taforma para «reconciliar los intereses y las necesidades de las distintas par-
tes de manera aceptable para todos ellos».4 El objetivo no es otro que lle-
var a cabo una estrategia de medio y largo plazo para convertir a la Unión
Europea en «la economía del conocimiento más competitiva y dinámica
del mundo capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más
y mejores empleos y con una mayor cohesión social». También la OCDE
entiende la responsabilidad como un elemento clave para la búsqueda de
nuevas oportunidades para la empresa.5 De nuevo la idea, plasmada ahora
en documentos que tienen su origen en los mismos actores empresariales,
de que la responsabilidad es uno de los factores más importante para ha-
blar de competitividad.
En el año 2011 la Comisión Europea definió de nuevo esta idea de una
forma más sencilla: «la responsabilidad de las empresas por su impacto en
la sociedad». Es una definición más simple, aunque se siguen recogiendo
las diferentes dimensiones de esta responsabilidad: prácticas de trabajo y
empleo, cuestiones medioambientales, participación en las comunidades
locales, derechos humanos, lucha contra el fraude y la corrupción, etc.
No obstante, todo queda en un mero ejercicio de marketing publici-
tario o, peor aún, en una justificación de situaciones moralmente injus-
tificables, si no somos capaces de definir, en primer lugar, en qué consiste
esta responsabilidad, cuáles son sus márgenes; y, en segundo lugar, cómo
podemos medirla y evaluarla. No basta con decir que debemos ser respon-
sables, es necesario concretar esta responsabilidad pues es la reputación de
la empresa lo que está en juego y, con ella, la confianza y el respaldo de los
diferentes grupos de intereses que la componen. Es en esta dirección donde
la ética empresarial aporta su perspectiva propia, su contribución a la com-
prensión e implementación de la responsabilidad social de la empresa, pues
es del carácter de la empresa de lo que se está hablando.
52
5. ética de las organizaciones
6. Cfr. para esta concepción de la ética empresarial García-Marzá, D., Ética empresarial: del diálogo
a la confianza, Trotta, Madrid, 2004.
7. Cfr. para esta distinction Apel, K.O. Diskurs und Verantwortung, Suhrkamp, Frankfurt, 1988;
así como Heller, A, Ética general, Espasa Calpe, Madrid, 1990.
53
la educación a debate
8. Cfr. para este concepto Hardin, R., «Moralidad institucional», en Goodin, R. E., Teoría del dise-
ño institucional, Gedisa, Barcelona, 2003, pp. 163-197.
9. Cfr. al respecto Ortega y Gasset, J., ¿Qué es filosofía?, Rev. Occidente, Madrid, 1998; Zubiri, X.,
Sobre el hombre, Alianza, Madrid, 1981; Aranguren, J. L. L., Ética, Alianza, Madrid, 1997.
10. Cfr. para este concepto Enderle, G., «Competencia global y responsabilidad corporativa en las
pequeñas y medianas empresas», en Cortina, A. (ed.), Construir confianza, Trotta, Madrid, 2003, pp.
131-157.
54
5. ética de las organizaciones
11. Cfr. Ortega y Gasset, J., La rebelión de las masas, Alianza, Madrid, 1986.
12. Cfr. al respecto Cortina, A., Conill, J., Domingo, A., García-Marzá, D., Ética de la empresa,
Trotta, Madrid, 1994; así como De George, R. T., Business Ethics, Nueva Jersey, Prentice Hall, 1995.
55
la educación a debate
13. Cfr. para la relación entre responsabilidad y contrato moral, García-Marzá, D., Ética empresa-
rial: del diálogo a la confianza, op. cit., 145.
14. Davis, K., «Five Propositions for Social Responsability», en Hoffman, W. M., Mills Moore, J.,
Business Ethics, Nueva York, McGraw-Hill, 1990, pp. 165-170, p. 166.
56
5. ética de las organizaciones
15. Cfr. para una crítica a este concepto reducido de racionalidad económica Conill, J., Horizontes
de economía ética, Tecnos, Madrid, 2004.
16. Blanchard, K., Vincent Peale, N., El poder ético del directivo, Grijalbo, Barcelona, 1990; Cfr.
para este modelo de empresa García Echevarría, S., Introducción a la economía de empresa, Madrid, Díaz
de Santos, 1994.
57
la educación a debate
17. Detrás de los problemas a los que se enfrenta toda aplicación de la responsabilidad social se en-
cuentran las críticas de Friedman. Cfr. Friedman, M., «The Social Responsability of Business Is to In-
crease Its Profits», en Hoffman, W. M., Moore, J.M., Business Ethics, Nueva York, McGraw-Hill, 1990,
pp. 153-157.
58
5. ética de las organizaciones
grupos que la componen. Con esta idea trabajan las teorías del diseño ins-
titucional al remitir la capacidad de producir confianza, a este «potencial
de autofundamentación discursiva».18
Lo decisivo para hablar de una empresa responsable es que esta demues-
tre los pasos que está dando para conducir su gestión hacia este modelo de
empresa que tiene en la participación, en el diálogo y en el posible acuerdo
sus puntos de apoyo. Esta capacidad de justificación forma parte ya del
contrato moral en el que se apoya la credibilidad de la empresa, esto es, de
su responsabilidad. No se trata solo de una disposición a la sinceridad, sino
de que esta disposición adquiera el rango de un compromiso público. Este
es el único camino para que la responsabilidad sea capaz de convertirse en
un activo empresarial, en un recurso clave para la generación de confianza.
Este planteamiento de la justificación pública no es ningún «invento»
reciente. Al igual que una persona digna de confianza es alguien que se
expone a sí mismo a un continuo y escrupuloso examen por parte de los
demás, lo mismo ocurre con las instituciones. La propuesta de utilizar la
transparencia para mostrar la buena voluntad fue sistematizada por pri-
mera vez por Kant como un principio de publicidad, entendido como la
exigencia de «hacer público», de dar publicidad para que estén enterados
todos los posibles implicados y/o afectados. Se trata de preguntarse si po-
dría hacer lo que hago si los motivos que subyacen a mi decisión fueran
de dominio público. De forma negativa, este principio dice: «Son injustas
todas las acciones que se refieren al derecho de otros hombres cuyos princi-
pios no soportan ser publicados».19 Es esta condición de publicidad la que
establece la diferencia entre un buen y un mal uso de la responsabilidad
social de la empresa.
Un modelo de empresa que quiera responder de esta relación entre res-
ponsabilidad, publicidad y confianza, se regiría por las siguientes directrices:
59
la educación a debate
60
5. ética de las organizaciones
20. Cfr. para un desarrollo de estos mecanismos García-Marzá, D., Ética Empresarial: del diálogo a
la confianza, op. cit., p. 229 y ss.
21. Cfr. para el desarrollo de esta auditoría ética García-Marzá, D., «Trust and Dialogue: Theoreti-
cal Approaches to Ethics Auditing», Journal of Business Ethics, 2005, nº 57, pp. 209-219.
61
la educación a debate
22. Cfr. al respecto Salsas, J., Murillo, D., Buenas prácticas en la lucha contra la corrupción. Empre-
sas multinacionales, Instituto de Innovación Social, ESADE, enero 2011.
62
5. ética de las organizaciones
63
6 Un reto para docentes y padres:
educar sin estrés
Mª Pilar Paúl Garasa
¿Está estresado? ¿Está tan preocupado por el futuro que el presente se convierte
en un mero medio para llegar hasta allí? El estrés aparece por estar «aquí», pero
querer estar «allí», o por estar en el presente, pero querer estar en el futuro. Pero
esa situación, por más que afecta a casi todo el mundo, es una ruptura que nos
desgarra internamente, una escisión muy dolorosa.
Así las cosas vamos a tratar de enfocar la educación como una realidad
más de nuestra vida, que podemos disfrutar, hacer de manera tranquila,
serena y sentirnos plenamente felices con ella. Hay una excelente noticia:
ES POSIBLE.
Así invito al lector a sentarse con estas líneas entre las manos sintien-
do que en este momento no tiene nada que hacer, solo leer y sentir, y que
no debe ir a ninguna otra parte; nada le resta atención plena al momento
presente, en el que va a empezar a trabajar la educación sin estrés, en un
marco de paz interior sea con sus hijos o con sus alumnos.
65
la educación a debate
Cuando las metas son claras el camino es directo. Nuestra meta es sa-
ber qué es y qué no es el estrés. Si es normal estresarnos y hasta dónde.
Qué podemos hacer para minimizar las cosas que nos estresan, conocernos
un poquito más a fin de saber cómo nos afectan y aprender técnicas –¿qué
tal 20?– para gestionarlo.
Le propongo que elija una situación en la que le gustaría sentirse mejor
para que a lo largo de estas líneas pueda ir respondiendo a las inquietudes
que surgen de su necesidad. Incluso sería bueno que escribiera en una hoja
la situación de estrés que le gustaría gestionar y tomase nota de los aspectos
de los que se va haciendo consciente en relación a usted mismo y final-
mente pudiera asumir la responsabilidad de poner en marcha un plan de
acción para canalizar su estrés.
Es bueno saber lo que se quiere ya que de lo contrario será imposible
elegir el camino que nos conduzca a ello. Recordemos la conversación de
Alicia con el Gato de Cheshire en la obra de Lewis Carroll Alicia en el país
de las maravillas:
–¿Me podrías indicar hacia dónde tengo que ir desde aquí? –pregunta Alicia.
–Eso depende de a dónde quieras llegar –responde el gato.
–A mí no me importa demasiado a dónde.
–En ese caso, da igual hacia donde vayas.
–«Siempre que llegue a alguna parte.»
–¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte, si caminas lo bastante.
66
6. un reto para docentes y padres
¿Qué es el estrés?
Son varias las definiciones de estrés; veamos algunas:
Selye en 1936 ya nos habló de que se trata de una «respuesta inespecífi-
ca del organismo a toda demanda que se le realiza sea física, psicológica o
emocional».
Y ¿por qué dice respuesta inespecífica? Pensemos un poco. Cuando un
león ve una gacela, se da un alegrón y piensa: «comida». Su organismo se
activa y sale disparado para darse un banquete. Del mismo modo la gacela
al verlo, piensa: «madre mía, corre, corre». Y esto es totalmente natural,
ganará el que más corra.
Pero, ¿qué nos ocurre a nosotros si al entrar al aula o tratar a un hijo re-
belde, sentimos ganas de correr? Visto lo anterior es normal, desde un punto
de vista fisiológico tampoco hay tantas diferencias en las respuestas de estrés
de estos animales y las nuestras, pero está claro que en nuestro caso «lo de
correr» no tiene mucho sentido; es por ello que hablamos de «respuesta ines-
pecífica». De acuerdo, en este punto vale una sonrisa si alguien piensa que
como al león, a veces también nos dan ganas de comernos a los alumnos.
McGrath fue una autora que en 1970 aportó una definición muy es-
peranzadora, porque habló del estrés como la «percepción de un desequi-
librio entre las demandas del medio y la capacidad de respuesta, en unas
condiciones en las que el fallo de estas respuestas puede tener importantes
consecuencias».
Y creo que todos coincidiríamos con ella en que cuando nos sentimos
estresados, pensamos que la situación nos sobrepasa. Otra cosa es cómo
nos afecta esta valoración a cada uno, ahí Selye fue más preciso porque
apuntó a respuestas fisiológicas (taquicardias, nerviosismo, etc.), cognitivas
(¿quién, ante una situación que le estrese, no le da un millón de vueltas?)
o conductuales (irritabilidad, agresividad, etc.); pero de cómo nos afecta
hablaremos más adelante.
Quizá una de las definiciones más populares en los años 80 fue la del
estrés como un «efecto sentido por las personas, resultante de variables
presentes en un entorno complejo y cambiante».
67
la educación a debate
68
6. un reto para docentes y padres
69
la educación a debate
70
6. un reto para docentes y padres
Personalidad y estrés
Hay estudios que relacionan nuestra forma de afrontar las situaciones de
estrés con nuestra personalidad. Hablando de estrés nos referimos a tres
tipos de personalidad: A, B y C.
La personalidad tipo A hace referencia a personas que son muy perfec-
cionistas, exigentes, competitivas y, en sus relaciones personales, incluso
pueden resultar hostiles. Son personas que cuando llegan al agotamiento
suelen tener problemas cardiovasculares; aquí nos podemos encontrar al-
gunos de los infartos por estrés.
La personalidad tipo C responde más a personas sumisas, acomodaticias,
que no se enfrentan, por lo que las relaciones con ellas son más fáciles, pue-
den ser fácilmente dominables, pero también sufren estrés del malo (distrés)
y también enferman. Hemos oído decir de personas de este tipo: «Todo se lo
traga», y no es extraño que puedan llegar a desarrollar un cáncer.
La personalidad tipo B creo que es a la que todos tendemos en nuestro
proceso de madurez personal: ser equilibrados, maduros, estables, etc., pero
tampoco es garantía de vida eterna, no vayamos a pensar, ni de felicidad
permanente. Solo se trata de personas que surfean mejor las olas del estrés.
Como padres, a veces las personas tienen las dos posiciones de estrés
(educadores en una organización y en casa), nos encontramos con estreso-
res psicosociales:
71
la educación a debate
Todos estos factores de estrés nos pueden afectar pero no quiere decir
que no podamos hacerles frente.
Factores modulares
Hablaremos aquí de algunas de nuestras inteligencias:
72
6. un reto para docentes y padres
73
la educación a debate
74
6. un reto para docentes y padres
Identifiquemos qué nos estresa, qué nos pasa y elijamos la técnica que
no es sino la respuesta antagonista a la respuesta de estrés que nos resulta
más eficaz y nos hace sentir mejor.
Aquí no valen teorías o libros, vale lo que a cada uno le funcione. Así
que le invito a probar algunas de las siguientes técnicas:
1. ¡Haz deporte!
Ya hemos comentado que el ejercicio cardiovascular permite liberar nues-
tro estrés y en general nos prepara y fortalece físicamente para las deman-
das de las situaciones estresantes.
75
la educación a debate
3. Automasaje y estiramientos
El estrés puede tener respuestas fisiológicas como tensión física, contractu-
ras musculares, etc., y como con el resto de técnicas para gestionarlo, bus-
camos respuestas antagonistas a la respuesta de estrés; por ello son claves
las técnicas de relajación y los estiramientos.
A la hora de relajarnos, puede ser suficiente relajar la parte del cuerpo
que más se tensiona. Por ejemplo la zona dorsal a nivel de tren superior; a
veces pareciera que acarreamos el mundo sobre nuestros hombros. Tomar
conciencia de esta tensión y hacer pequeños movimientos de tensión y re-
lajación en estos grupos musculares puede ser suficiente para encontrarnos
mejor.
El cuello también es una zona crítica para somatizar problemas deri-
vados del estrés. Aquí puede ser bueno, si no hay lesiones cervicales, di-
bujar con la punta de la nariz los números (del 1 al 9, finalizando con el
0 en una y otra dirección), estirando los distintos grupos musculares de
esta zona, manteniendo la espalda apoya en el asiento y realizando mo-
vimientos lentos, controlados, parando y estirando al observar cualquier
ligera tensión y disfrutar de la experiencia casi como si de un masaje se
tratara.
Y lo que es fundamental, porque en ello nos va la vida, es no dejar de
respirar. Sí, cuando nos estresamos parece que el aire no nos llega a los
pulmones, aprendamos a respirar, observemos nuestra respiración y en los
momentos críticos tomemos aire pausadamente, retengámoslo unos ins-
tantes y expulsémoslo con la tranquilidad de quien se siente liberado y está
masajeando desde los hombros hasta el abdomen, con esa inspiración que
distiende y esa exhalación que relaja. Como curiosidad, me viene a la cabe-
za el mejor ansiolítico natural que tenemos a mano: el suspiro.
76
6. un reto para docentes y padres
4. Elige un avisador
Todas estas técnicas están genial, si las utilizamos. Pero ¿cómo podemos
acordarnos de hacerlo? Para ello contamos con los «avisadores».
Un avisador es cualquier cosa que cuando pasa (por ejemplo al ir por la
calle y ver un semáforo rojo) nos está preguntando ¿cómo está tu respuesta
de estrés? Si la respuesta es que regular, llega el momento de aplicar la téc-
nica oportuna.
Avisadores pueden ser cualquier persona, sonido, etc. que evidentemente es
neutro, no nos provoca estrés, y que aparece a lo largo de nuestra jornada la-
boral o en casa, pero sin una hora fija, por ejemplo cuando suena un teléfono.
5. Desconecta
Si una característica tiene cualquier situación estresante es que acapara
nuestra atención y frente a ello, nada mejor que coger nuestra atención y
llevarla a aquellas cosas que nos pueden aportar algo de paz y de serenidad.
Podemos oler algo que nos reconforte y que llevemos a mano, escuchar
o tararear una melodía, degustar un simple caramelo o regaliz, contemplar
el cielo o algo que sea relajante a nuestros ojos, incluso podría bastar cam-
biar la distancia de enfoque; podemos tocar algo suave y, más aún, tocar-
nos, acariciarnos, darnos un abrazo a nosotros mismos, en una voluntad
de cuidarnos, amarnos y consolarnos.
Y en esta «desconexión» algo que nos puede ayudar es poner orden, y
me refiero solo al entorno que nos rodea, a fin de sentir que a nuestro alre-
dedor existe una armonía.
6. ¿Qué te dices?
A menudo cuando nos hablamos a nosotros mismos con relación a una
situación estresante, no escatimamos en insultos: «soy tonto», «no tengo
remedio», etc.
Este tipo de autoinstrucciones nos hacen si cabe más vulnerables, por
ello le propongo un ejercicio. Tome las letras de su nombre (en mi caso las
letras: p, i, l, a y r) y busque aquel valor, cualidad, característica positiva
que le defina que empiece por cada una de esas letras.
Y ante cualquier situación de estrés, recuerde que usted vale todas esas
cosas y es capaz de enfrentar y superar lo que sea necesario. Es cierto que
no puede evitar el daño pero sí puede controlar el dolor que va a sentir.
77
la educación a debate
8. Modifica la actitud
Stephen Lundin en su libro Fish! plantea pautas para el liderazgo, pero si lo
pensamos un momento, ¿hay algo de mayor calado que liderarnos a noso-
tros mismos? De ahí que me parece que sus aportaciones nos pueden venir
muy bien en situaciones de estrés:
Escoge tu actitud ante la vida, ante lo que vives. Ya he mencionado que
somos libres de elegir cómo nos tomamos las cosas.
Si miramos a un niño, vemos que la mejor forma que tiene de aprender es
jugando, haciendo las cosas divertidas, y esto también nos puede servir si enfo-
camos la gestión de nuestro estrés como una ocasión de crecimiento personal.
La alegría y el sentimiento de pertenencia al grupo son claves para li-
derar. Alegrarnos el día es provocarnos una respuesta contrapuesta a la de
estrés. Si además no perdemos de vista que lo que nos pasa le pasa a todo
el mundo y que tener estrés es consustancial a estar vivo, todo se relativiza
y suscita sentimientos de compasión y de solidaridad que desmontan el
sentimiento de soledad y frustración que acompañan al estrés.
Y por último estar presente. Este término puede sonar extraño, pero no
nos resultará ajeno si pongo el ejemplo de ir a trabajar en coche y al llegar
no haber sido consciente de en cuántos semáforos has parado y, como te
descuides, de por dónde has ido. Pues lo mismo ocurre con la conciencia
propia. Levantamos nuestro cuerpo de la cama como si no fuera con no-
sotros, no le prestamos atención a las llamadas que nos hace en forma de
molestias, tensiones, etc.; vamos con el piloto automático puesto, sin «estar
presentes» en nuestra propia vida, cuerpo, realidad.
Cuando elegimos VIVIR, siendo los protagonistas de nuestra vida, dis-
puestos a disfrutarla y compartirla con los demás en aras de un propósito
mayor que nosotros mismos, las cosas adquieren otra perspectiva.
9. Visualiza
Si en ocasiones nuestra respuesta de estrés se anticipa a la situación real,
porque nos montamos auténticas películas de miedo, aquí tenemos otra
técnica: visualizar.
Cuando tenemos que exponernos, por ejemplo, al reto de estar delante
de un grupo de alumnos difíciles, podemos trabajar mentalmente esa si-
tuación viéndonos a nosotros mismos relajados, distendidos, haciendo lo
78
6. un reto para docentes y padres
que mejor sabemos hacer –en este caso educar– y ser uno mismo, sin con-
sideración de los juicios externos, sintiéndonos uno con cada uno de esos
alumnos difíciles.
Le preguntaban al famoso pianista Lang Lang cómo lograba conectar
con una auditorio de miles de personas, y él de manera sencilla explicaba
que visualizaba la situación como si del salón de su casa se tratara y que
sentía que tocaba para cada una de las personas que había, no para los mi-
les como un todo.
10. Mindfulness
El mindfulness, atención o conciencia plena, es una técnica que, con origen
en la filosofía budista, ha visto probada su eficacia en programas de reduc-
ción de estrés por Jon Kabat-Zinn. Hablamos de una técnica de medita-
ción que lejos de pretender dejar la mente en blanco, ya que sería imposible
–el cerebro piensa igual que late el corazón, porque es su función– trata de
tomar conciencia de qué pensamientos aparecen, observarlos, aceptar que
están ahí pero devolver la atención a nuestra respiración, por ejemplo.
Uno puede perder los papeles porque aparece un estímulo estresor, pero
si trabaja su conciencia y atención plena, podrá elegir en qué se concentra y
minimizará el impacto del estímulo y con ello la respuesta de estrés.
12. Asertividad
De todos es conocido el significado de esta palabra, pero aquí quiero referirla a
nuestra asertividad ante lo que pueda ocurrir. Profecía autocumplida, expecta-
tivas sobre nuestra propia competencia y un optimismo inteligente se alinean.
Si nos planteamos lo que queremos en una situación y ponemos en ello
nuestras expectativas, toda nuestra energía se va a movilizar en pro de lo-
grar el objetivo que perseguimos; si por el camino nos enfrentamos a fra-
casos, estos no dejaran de ser lecciones de aprendizaje, que nos permitirán
redefinir nuestro plan de acción para volver a enfocar el objetivo y poner-
nos en marcha para lograrlo.
79
la educación a debate
13. Empatía
En el reto de educar encontramos uno de los mayores estresores, las rela-
ciones interpersonales.
Para poder gestionarlas lo primero sería tener la capacidad para hacer
silencio, tomar conciencia de nosotros mismos y poder reconocer lo que
siente el otro. Si recorremos estos tres pasos, podremos utilizar una de las
técnicas más preciadas de la gestión del estrés y una cualidad del ser hu-
mano: la capacidad de responder a los sentimientos inexpresados de los
demás, que en los planos de la no conciencia son en última instancia los
desencadenantes del estrés que provocan las relaciones personales.
Figura 6. ReVol-Ver problemas: aceptar los que están fuera de nuestra zona de in-
fluencia.
80
6. un reto para docentes y padres
Y todo pasa por algo tan fácil como a menudo rechazado: aceptar. En
Alcohólicos Anónimos se invoca la siguiente frase, casi como un mantra:
«Dios, dame serenidad para aceptar lo que no se puede cambiar, valor para
cambiar lo que sí se puede, y sabiduría para distinguir la diferencia».
Cuando somos capaces de aceptar lo que está fuera de nuestro control,
la paz interior ocupa nuestro ser y ningún estresor nos la puede robar.
81
la educación a debate
19. Resiliencia
Tener el coraje de hacer frente a la realidad tal y como es es un signo de
madurez.
La vida nos da la oportunidad de aprender muchas cosas y desgraciada-
mente a veces lo malo consigue impactarnos más. A algunas personas las
hunde haciéndolas más vulnerables y otras, por el contrario, se hacen más
fuertes y resistentes.
Las cosas no son muy complicadas, somos libres de elegir qué opción
queremos tomar.
Las personas resistentes a la vida y al estrés que es vivir, tienen un alto
sentido de compromiso con todo lo que viven, asumen su responsabilidad
en lo que les ocurre y sobre el impacto que las situaciones pueden tener
sobre ellos. Esto les da un fuerte sentimiento de control sobre los acon-
tecimientos, lo que les hace ser más abiertos a los cambios que la vida les
depare. Su planteamiento tipo Bugs Bunny: «¿Qué hay de nuevo, viejo?» y
ante lo que haya que plantearse: «sí o sí, o también de esta salgo, solo hay
que encontrar el camino». Y como decíamos al comienzo, si sabes dónde
vas, es fácil encontrar cómo.
Compromiso, control y reto son claves de una personalidad resistente.
82
6. un reto para docentes y padres
como acción alineada con lo que uno piensa y con lo que dice. Lograr esta
armonía nos permitirá la felicidad, como decía Gandhi.
Esta técnica requiere grandeza, humildad, entusiasmo y capacidad de
aprendizaje. Y sé que hay momentos en que la vida nos coloca en esta tesi-
tura; verlos y saber que lo que debes hacer es dejar pasar las cosas es sabi-
duría.
Conclusiones
Hay una preciosa costumbre que hemos ido perdiendo con el tiempo y
que consistía en enviar a nuestros seres queridos una postal de nuestras
vacaciones.
Este tiempo que has dedicado a leer el capítulo de este libro, espero que
haya sido un viaje a tu interior y te haya conectado con tus pensamientos,
sentimientos y emociones más íntimas.
Desde este tiempo de paz, de serenidad, de relax en el que has disfru-
tado de ti mismo, ¿qué te gustaría decirle a tu mejor amigo: TÚ MISMO?
¿Qué te gustaría recordar de lo que has leído?
¿En qué o qué vas a cambiar a partir de ahora para vivir con paz interior?
¿Cuánto deseas gestionar tu estrés? Date una puntuación de 0 a 10.
Estoy segura de que será 10 y de que tu trabajo personal te permitirá su-
perar el reto de educar sin estrés, sea a tus alumnos, hijos o seres humanos
con quienes compartes vida y a quienes también puedes ayudar/educar en
la gestión de su estrés.
83
7 Golden5: una propuesta para mejorar
el desarrollo humano a través del
sistema educativo
María José Lera
85
la educación a debate
86
7. golden5
87
la educación a debate
88
7. golden5
89
la educación a debate
90
7. golden5
91
la educación a debate
92
7. golden5
93
la educación a debate
lidades de la manera más óptima para dar respuesta a las demandas a las
que se enfrenta. Es la capacidad de usar los recursos personales de la mejor
manera posible para responder acertadamente.
94
7. golden5
95
la educación a debate
96
7. golden5
97
la educación a debate
98
7. golden5
El Programa Golden5
En un intento de integrar las aportaciones realizadas desde la psicología
creamos el programa psicoeducativo GOLDEN5, desarrollado como pro-
yecto europeo y compuesto por un equipo de expertos en psicología y edu-
cación de Bélgica, Polonia, Noruega, Italia y España. El programa integra
los resultados anteriores en un principio básico que impregna toda actua-
ción del profesorado o principio Golden, y cinco áreas que articulan los
principales logros procedentes de la investigación.
99
la educación a debate
Gestión de aula
El área 1, gestión de aula (Lera, Jensen y Jøsang, 2009), está basada en la
motivación externa, o qué se puede hacer desde fuera para crear un entor-
no que facilite la atención, la buena convivencia y el aprendizaje. Desde el
paradigma conductual y contextual se han aportado muchas estrategias
que mejoran las capacidades de los profesores para controlar el grupo-clase
(Kounin, 1970; Wubbels, 2011), saber cómo actuar para evitar problemas,
enseñar comportamientos deseables a los estudiantes a través del estable-
cimiento de reglas, rutinas y procedimientos, supervisar, orientar y pro-
porcionar una buena retroalimentación (Brophy y Good, 1974; Emmer
y Stough, 2001). El refuerzo verbal de la conducta apropiada se incluye
como la herramienta más fundamental a disposición de los profesores y el
más poderoso para influir en el alumnado (Hayes, Hindle y Withington,
2007, p. 162).
100
FUENTES DE MOTIVACIÓN
EXTERNA INTERNA
Funda- Premios y castigos Organización del Necesidades psico- Necesidades sociales Creencias y necesidades psicológicas Emociones
mentos contexto lógicas
Disciplina Psicología conduc- Psicología ecológica- Psicología del desa- Psicología social Psicología sociocognitiva Psicología básica,
tista contextual rrollo Psicología del desarrollo psicología social,
psicología del desa-
rrollo
Teorías Teoría del aprendiza- Teorías educativas SDT (Deci y Ryan, Teoría de las relacio- SDT (Deci y Ryan, SDT (Deci y Ryan, Teoría Atribucional
je (B. Skinner, 1974) (Kounin, 1970) y 1985). Relaciona- nes sociales (Lewin, 1985). Autonomía 1985). Competencia. Heider, 1958 #2454}.
contextuales (Bron- lidad 1943) Efecto audiencia
frenbrenner, 1985) (Cottrell et al., 1968).
Subteorías Control del compor- Importancia de la Teoría del apego Afiliación y poder Teoría de las metas Teoría de la Eva- Expectativas (Ro-
tamiento estructura y organi- (Ainsworth et al., (Rubin y Coplan, (Locke y Latham, luación cognitiva senthal et al., 1974).
(Skinner, 1996) zación del contexto 1974; Bowlby, 1988) 1992) 1990), teoría del (Richard M. Ryan y Teoría Atribucional
(Brophy y Good, y de la integración cambio intencional Deci, 2000), teorías de las emociones
1974; Emmer y organísmica (Boyatzis, 2006) de Autoeficacia (Weiner, 1985)
101
Stough, 2001). (Bandura, 2012),
7. golden5
Principio Normas y refor- Facilitación de com- Relaciones de apoyo, Conocimiento de Apoyando la autono- Competencia per- Atribuciones posi-
básico zamiento verbal portamientos positi- cuidado y afecto* las redes sociales, mía, proponiendo un cibida de manera tivas*
positivo* vos y prevención* optimización de las plan de éxito* positiva* * Principio Golden
mismas* (Lera, Jensen, Joes-
ang et al., 2009)
Áreas 1. Gestión del aula (Lera, Jensen y Jonsang, 2. Construyendo 3. Clima social (Buc- 4. Aprendizaje ajustado (Jensen, Joesang y 5. Familia escuela
Golden 2009) relaciones (Szymans- coliero, 2009) Lera, 2009a) (Jensen, Joesang
ka y Timmermans, y Lera, 2009b)
2009a)
Efectos Menos disrupción Más confianza Mejor posición social Mejor rendimiento académico Mejor rendimiento
Mejora del comportamiento Más seguridad Menos bullying Más creatividad académico
Más atención Más autoestima Más cooperación Más determinación Más confianza y
(Luckner y Pianta, 2011) (Reyes et al., 2012) (Gest y Rodkin, (Slavich y Zimbardo, 2012) seguridad
2011) Más determinación
(Barile et al., 2012) y bienestar
la educación a debate
Aulas con una mejor organización y gestión tienen relaciones más po-
sitivas entre iguales y menos comportamientos agresivos y perturbadores
(Luckner y Pianta, 2011). Aunque los resultados de la investigación mues-
tran que es fundamental que el profesorado conozca estrategias para me-
jorar la gestión del aula, este tema ha sido ignorado en los programas de
formación en general (Marzano, 2003; Wubbels, 2011), aunque cuando se
obtiene la formación, el aula mejora enormemente (van Tartwijk y Ham-
merness, 2011).
Construyendo relaciones
El área 2, construyendo relaciones (Szymanska y Timmermans, 2009b), se
basa en la importancia de tener relaciones de afecto y apoyo entre profeso-
rado y estudiantes. Se fundamenta claramente en la teoría de la autodeter-
minación y la necesidad de estar bien relacionado (Deci y Vansteenkiste,
2004; Richard M. Ryan y Deci, 2000).
La importancia de las relaciones profesor-alumnado, junto con el con-
texto o gestión de aula, están estrechamente conectadas; de hecho, los es-
tudios realizados en el entorno escolar afirman que sin una buena relación
con el profesorado, las estrategias para la gestión del aula funcionan mu-
cho menos (Bru, Stephens y Torsheim, 2002, pág. 303). La relación profe-
sorado-alumnado es la base para la aceptación de reglas, procedimientos y
facilitación de la disciplina (Marzano, 2003; Wubbels, 2011).
Esta especial atención en la construcción de buenas relaciones incluye
muchos aspectos emocionales como sonreír, mostrar afecto, hacer bromas,
compartir humor, estar preocupado por ellos individualmente, mostrar
confianza en el alumnado, hablar muy bien de ellos… son algunas de las
estrategias para crear estas relaciones positivas; el alumnado a partir de
aquí participa más en el aula, aumenta su motivación escolar y su confian-
za (Birch y Ladd, 1996; Hughes et al., 2008; Wentzel et al., 2010 ).
Clima social
La tercera área es el clima social (Buccoliero, 2009) basado en la mejora de
las relaciones entre iguales, la cultura de la identidad de grupo y la satis-
facción de las necesidades sociales de logros comunes, afiliación y poder en
el grupo. Desde la psicología social, las necesidades sociales (Lewin, 1943)
son en sí mismas fuentes de la motivación interna que activan la atención,
la perseverancia y el esfuerzo.
El profesorado tiene la oportunidad y la responsabilidad de optimizar
las relaciones entre iguales en el aula. Gest indica que cuando el profesora-
do de manera intencional tiene más control de las redes sociales del grupo,
más comprensión de los procesos entre ellos, tiene ambientes más positivos
102
7. golden5
Aprendizaje ajustado
La cuarta área es el aprendizaje ajustado (Jensen, Joesang y Lera, 2009c),
basado en los principios aportados desde la psicología de la instrucción,
añadiendo todas las variables motivacionales del pensamiento, fundamen-
tado en las necesidades psicológicas de autonomía y competencia, y to-
mando como proceso la teoría del cambio intencional (Boyatzis, 2006).
La importancia de tener un objetivo (self ideal) (Locke y Latham, 1990),
confianza para iniciar el cambio (expectativas de autoeficacia), ganas de
intentarlo (determinación) y un plan para lograrlo que facilite el éxito e
incluya varias alternativas para conseguirlo (Snyder, 2000), y que permita
elegir entre distintas actividades (Patall, Cooper, y Robinson, 2008). Si
además esa meta se comparte con el grupo-clase, sin duda se están inclu-
yendo los principios básicos claves para motivar al alumnado en su proceso
de aprendizaje en el aula.
Escuchar activamente al alumnado, tener estructuras que promuevan
la inclusión de todos los estudiantes, promover el interés personal en las
materias escolares, presentar problemas reales, proporcionar una variedad
de tareas y actividades en el aula de distintos niveles de dificultad, ofrecer
una ayuda adecuada que garantice una mejora de los resultados, destacar
los éxitos ante que los errores, prestar más atención y ayuda a quien más lo
necesita, son algunas de las estrategias factibles de implementar en el aula
sin mucho esfuerzo, y con resultados previsibles (Wubbels, 2011).
Familia-escuela
La quinta área es acerca de la familia (Jensen, Jonsang, y Lera, 2009) y la
necesidad de compartir con los padres y madres los aspectos positivos de sus
hijos e hijas, de utilizar en el mejor sentido el poder de las atribuciones y las
expectativas, es decir, la dimensión emocional. Cuando el contexto escolar
y familiar caminan en la misma dirección, refuerzan los mismos comporta-
mientos, y ambos comparten las altas expectativas, los resultados mejoran, y
se consiguen cambios significativos (Bronfrenbrenner y Cecci, 1994).
103
la educación a debate
104
7. golden5
Referencias
Ainsworth, M.; Bell, S. y Stayton, D. (1974). «Infant-mother attachment and so-
cial development: “socialisation” as a product of reciprocal responsiveness to
signals». En M. P. Richards (ed.), The integration of a child into a social world
(pp. 99-135). Cambridge: Cambridge University Press.
Atkinson, J. y Feather, N. (1966). A theory of achievement motivation. Nueva
York: Robert E. Krieger Publishing Co.
Bandura, A. (1977). «Self-efficacy: toward a unifying theory of behaviour chan-
ge». Psychological Review, 84, 191-215.
Bandura, A. (1982). «Self-efficacy mechanism in human agency». American
Psychologist, 37, 122-147.
Bandura, A. (2012). «On the Functional Properties of Perceived Self-Efficacy
Revisited». Journal of Management, 38(1), 9-44.
Barile, J. P.; Donohue, D. K.; Anthony, E. R.; Baker, A. M.; Weaver, S. R. y
Henrich, C. C. (2012). «Teacher-Student Relationship Climate and School
Outcomes: Implications for Educational Policy Initiatives». Journal of Youth
and Adolescence, 41(3), 256-267.
Barth, J. M.; Dunlap, S. T.; Dane, H.; Lochman, J. E. y Wells, K. C. (2004).
«Classroom environment influences on aggression, peer relations, and acade-
mic focus». Journal of School Psychology, 42(2), 115-133.
Birch, S. y Ladd, G. (1996). Continuity and change in the quality of teacher-child
relationships: links with children’s early school adjustment. Illinois: Dpt. of edu-
cational psychology. University of Illinois.
Bowlby, J. (1988). A secure base. Nueva York: Basic books.
Boyatzis, R. E. (2006). «An overview of intentional change from a complexity
perspective». The Journal of Management Development, 25(7), 607-623.
Boyatzis, R. E. y Kleio, A. (2006). «The ideal self as the driver of intentional
change». The Journal of Management Development, 25(7), 624-642.
Bronfrenbrenner, U. (1985). «Contextos de crianza del niño: problemas y pers-
pectivas». Infancia y aprendizaje, 29, 45-56.
105
la educación a debate
106
7. golden5
107
la educación a debate
Lewin, K. (1943). «Psychology and the process of group living», The Journal of
Social Psychology, 17, 113-131.
Locke, E. A. y Latham, G. P. (1990). A Theory of Goal Setting and Task Perfor-
mance. Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall.
Luckner, A. E. y Pianta, R. C. (2011). «Teacher-student interactions in fifth grade
classrooms: Relations with children’s peer behavior». Journal of Applied Deve-
lopmental Psychology, 32(5), 257-266.
Martin, A. J. y Dowson, M. (2009). «Interpersonal Relationships, Motivation,
Engagement, and Achievement: Yields for Theory, Current Issues, and Edu-
cational Practice». Review of Educational Research, 79(1), 327-365.
Marzano, R. J. (2003). What Works in Schools: Translating Research into Action. Alexan-
dria, VA, USA: Association for Supervision y Curriculum Development (ASCD).
Newcomb, T. (1961). The acquaintance process. Nueva York: Holt, Rinehart and
Winston Inc.
Patall, E. A.; Cooper, H. y Robinson, J. C. (2008). «The effects of choice on
intrinsic motivation and related outcomes: A meta-analysis of research fin-
dings». Psychological Bulletin, 134(2), 270-300.
Pestalozzi, J. E. (1801). Wie Gertrud ihre kinder lehrt.
Platania, J. y Moran, G. P. (2001). «Social Facilitation as a Function of the Mere
Presence of Others». The Journal of Social Psychology, 141(2), 190-197.
Reeve, J. (2009). Understanding motivation and emotion. Hoboken, NJ: John Wi-
ley & Sons Ltd.
Reyes, M. R.; Brackett, M. A.; Rivers, S. E.; White, M. y Salovey, P. (2012).
«Classroom Emotional Climate, Student Engagement, and Academic Achie-
vement». Journal of Educational Psychology, 104(3), 700-712.
Rosenthal, R. (1991). «Teacher Expectancy Effects: A Brief Update 25 Years after
the Pygmalion Experiment». Journal of Research in Education, 1(1), 3-12.
Rosenthal, R. (2002). «Covert communication in classrooms, clinics, cour-
trooms, and cubicles». American Psychologist, 839-849.
Rosenthal, R.; Baratz, S. S. y Hall, C. M. (1974). «Teacher behavior, teacher
expectations, and gains in pupils’ rated creativity». The Journal of Genetic
Psychology, 124(1), 115.
Rosenthal, R. y Jacobson, L. (1966). «Teachers expectancies: determinants of pu-
pils IQ gains». Psychological Reports, 19(1), 115.
Rosenthal, R. y Jacobson, L. (1968). Pygmalion in the classroom: Teacher expecta-
tion and pupils’ intellectual development. Nueva York, NY, US: Holt, Rinehart
y Winston, New York, NY.
Rousseau, J.-J. (1762). Emilio o la educación. Barcelona: Bruguera.
Rubie-Davies, C.; Hattie, J. y Hamilton, R. (2006). «Expecting the best for stu-
dents: Teacher expectations and academic outcomes». British Journal of Edu-
cational Psychology, 76(3), 429-444.
Rubie-Davies, C. M. (2007). «Classroom interactions: Exploring the practices of
high- and low-expectation teachers». British Journal of Educational Psychology,
77(2), 289-306.
108
7. golden5
109
la educación a debate
110
8 Las nuevas caras del acoso
en la era digital: el cyberbullying
Rosario Ortega Ruiz
111
la educación a debate
112
8. las nuevas caras del acoso en la era digital
113
la educación a debate
114
8. las nuevas caras del acoso en la era digital
115
la educación a debate
116
8. las nuevas caras del acoso en la era digital
117
la educación a debate
118
8. las nuevas caras del acoso en la era digital
Referencias
Bradley, G. (2000). «The information and communication society: How people
will live and work in the new millennium». Ergonomics, 43(7), 844-857.
Casas, J. A.; Del Rey, R. y Ortega-Ruiz, R. (2013). «Bullying and cyberbullying:
Convergent and divergent predictor variables». Computers in Human Beha-
vior, 29(3), 580-587. doi:10.1016/j.chb.2012.11.015
Casas, J. A.; Ruiz-Olivares, R. y Ortega-Ruiz, R. (2013). «Validation of the In-
ternet and Social Networking Experiences Questionnaire in Spanish adoles-
cents». International Journal of Clinical and Health Psychology, 13(1), 40-48.
Castells, M. (2004). The network society: a cross-cultural perspective. Cheltenham:
Edward Elgar Pub.
Castells, M. (2012). Redes de indignación y esperanza: los movimientos sociales en la
era de internet. Madrid: Alianza Editorial.
Craig, W. M.; Pepler, D. J. y Blais, J. (2007). «Responding to bullying: What
works?» International Journal of School Psychology, 28, 15-24.
Del Rey, R.; Casas, J. A. y Ruiz, R. (2012). «El programa ConRed, una práctica
basada en la evidencia - The ConRed Program, an Evidence-based Practice».
Revista Comunicar, XX(39), 129-138.
Del Rey, R.; Elipe, P. y Ortega-Ruiz, R. (2012). «Bullying and cyberbullying:
Overlapping and predictive value of the co-occurrence». Bullying y cyberbu-
llying: Solapamiento y valor predictivo de la co-ocurrencia, 24(4), 608-613.
Heirman, W. y Walrave, M. (2012). «Predicting adolescent perpetration in cy-
berbullying: An application of the theory of planned behavior». Psicothema,
24, 614-620
119
la educación a debate
120
8. las nuevas caras del acoso en la era digital
121
9 La LOMCE, una nueva reforma
educativa… ¿en la buena dirección?
Javier M. Valle
1. Antes de ella se promulgaron la LOECE, Ley Orgánica 5/1980, de 19 de junio, por la que se regu-
la el Estatuto de Centros Escolares (Unión de Centro Democrático); la LODE, Ley Orgánica 8/1985, de 3
de julio, reguladora del Derecho a la Educación (Partido Socialista Obrero Español); la LOGSE, Ley Or-
gánica 1/1990, de 3 de octubre de 1990, de Ordenación General del Sistema Educativo (Partido Socialista
Obrero Español); la LOPEG, Ley Orgánica 9/1995, de 20 de noviembre, de la Participación, la Evalua-
ción y el Gobierno de los Centros Docentes (Partido Socialista Obrero Español), la LOCUP, Ley Orgánica
5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones y de la Formación Profesional (Partido Popular), la LOCE,
Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre, de Calidad de la Educación (Partido Popular) y la LOE, Ley
Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (Partido Socialista Obrero Español).
123
la educación a debate
explica también de forma clara que «[…] siendo un pacto escolar, era un
pacto abierto a la alternancia política». Esa apertura explica en parte ese
número elevado de leyes educativas en función de la llegada al gobierno de
los partidos de uno u otro signo (Puelles, 2009: 34).
Sin embargo, a pesar de la lógica apertura del artículo constitucional,
no deja de ser sintomático, a mi modo de ver, que los dos grandes partidos
españoles que han gobernado alternativamente en las últimas tres décadas
hayan sido incapaces de promulgar una ley orgánica con amplio consenso
y que diera un desarrollo normativo más estable a ese artículo constitucio-
nal. Ya señalamos hace tiempo la necesidad imperiosa de un gran acuerdo
nacional por la educación (Valle y Toribio, 2009: 269-272).
La nueva ley tampoco ha alcanzado ese acuerdo. La ley ha sido apro-
bada con una fuerte oposición en la calle2 y con los votos exclusivos del
partido en el gobierno (Partido Popular).3 Además, ya se han manifestado
intenciones de derogarla en caso de que haya un cambio político en las
próximas elecciones.4 La primera reflexión surge de inmediato y es eviden-
te: ninguno de los dos partidos mayoritarios actúa con responsabilidad po-
lítica ni con sentido de estado; uno, el Partido Popular, por no ser capaz de
alcanzar el consenso (ni político ni social) y, aun así, aprobar su ley; el otro,
el Partido Socialista Obrero Español, por generar incertidumbre entre la
comunidad educativa al mostrar su intención de derogarla… Al menos en
las formas, no parecemos estar en el buen camino para una reforma educa-
tiva sólida y estable.
Pero tampoco el contenido de la ley parece estarlo. El debate político
de las leyes educativas españolas parece estar centrado de forma recurrente
en algunos temas: la financiación de la enseñanza privada, con las consi-
guientes tensiones entre la enseñanza pública y privada; en las materias
relacionadas con una educación para la ciudadanía; en la discusión sobre
la enseñanza de la religión, etc. A mi entender, temas forzadamente traídos
por los partidos a la arena electoralista y que pretenden marcar diferencias
ideológicas con el adversario político. En definitiva, aspectos de nuestro
sistema educativo que debieran estar relativamente superados desde los
2. El País, en su versión digital del día 10/05/2013 titulaba así la noticia: «La escuela pública se
echa a la calle para frenar la “ley Wert”».
3. La aprobación de la ley se produjo a pesar de 11 enmiendas a la totalidad y 770 enmiendas par-
ciales, con los votos a favor exclusivamente del Partido Popular, la abstención de Foro Asturias y Unión
del Pueblo Navarro y el voto en contra del resto del arco parlamentario. A tenor de algunos medios de
comunicación, «la ley nace “muerta”» (lavanguardia.com, 10/10/2013).
4. Según europapress.es en su edición digital del día 17/02/2014, «Los grupos de la oposición plas-
man en una iniciativa parlamentaria el acuerdo firmado el pasado mes de julio para derogar la ley Wert.
[…]. Se trata del acuerdo que alcanzaron […] [mediante el que] sellaron un documento de compromiso
para derogar la ley en la próxima legislatura cuando cambie la mayoría en el congreso».
124
9. la lomce, una nueva reforma educativa… ¿en la buena dirección?
125
la educación a debate
6. A tenor del Libro Blanco publicado por el Ministerio de Educación español en 1969, de cada 100
alumnos que inician la enseñanza primaria en 1951, 27 ingresan en la enseñanza media, 18 aprueban el
examen de Estado del Bachillerato Elemental, 10 el de Bachillerato Superior, 5 las Pruebas de Madurez
del curso Preuniversitario, y solo 3 de ellos llegan a culminar sus estudios universitarios en 1967 (MEC,
1969). Esta situación es radicalmente diferente hoy, cuando el 41 % de la población española entre 30 y
34 años tiene un título universitario (OCDE, 2013b: 37).
7. La crisis del petróleo de 1973, la que sufre particularmente España a finales de los 70 por la
inestabilidad económica de los inicios de la transición –abordada con los Pactos de la Moncloa de 1977,
y la crisis de 1993 marcan, sin duda, un contexto difícil para las inversiones públicas españolas en el
último cuarto del siglo xx. A pesar de todas ellas, la modernización del Estado en todos sus servicios
públicos, incluido el educativo, es innegable.
8. El encaje de las tradicionales regiones en un nuevo modelo de Estado, organizado en comunida-
des autónomas cuasi-federal, surgido de la Constitución Española de 1978 no fue sencillo y afectó, de
manera muy especial, particularmente a la descentralización de servicios sociales básicos como la sani-
dad y educación de manera muy especial.
9. Seage (s/f), con motivo de un detallado análisis del mencionado Libro Blanco (MEC, 1969),
llega a decir que el sistema educativo español, que antes de la Ley General de Educación de 1970 inici-
aba una separación de los estudiantes en dos ramas (académica y profesional) a los 10 años, era «radi-
calmente injusto» (p. 31) hasta tal punto que «[…] el sistema educativo, que debiera ser promotor de la
movilidad social, empujando a los mejor dotados hacia puestos de mayor responsabilidad mediante una
formación prolongada, se convierte en un instrumento de estratificación social y de freno a muchas
capacidades intelectuales» (p.31). Es evidente que esa no es la situación del sistema educativo actual, con
una enseñanza obligatoria hasta los 16 años.
126
9. la lomce, una nueva reforma educativa… ¿en la buena dirección?
Fuente: Elaboración propia, junto con Elena Piñana, a partir de OCDE, 2012: 5.
Fuente: Elaboración propia, junto con Elena Piñana, a partir de OCDE, 2012: 5.
127
la educación a debate
Fuente: Elaboración propia, junto con Elena Piñana, a partir de OCDE, 2012: 5.
10. Como hemos visto a tenor de los resultados de PISA 2013 mostrados en los gráficos 1, 2 y 3.
128
9. la lomce, una nueva reforma educativa… ¿en la buena dirección?
Estos datos, además de ser los más altos de Europa, están a una sig-
nificativa distancia de los objetivos europeos para la educación marcados
desde la Unión Europea para el decenio 2010-2020, que marcan un tope
del 10 % (UE, 2009).
Por ello, a mi entender, los retos que más rápido deben atenderse en
nuestro sistema educativo son los derivados de la formación inicial del pro-
fesorado, con amplio margen de mejora, especialmente en los aspectos pe-
dagógicos.
Si bien el Espacio Europeo de Educación Superior ha supuesto la po-
sibilidad de replantear los estudios de Magisterio y extenderlos desde una
diplomatura (de tres años) a un nuevo grado (de cuatro años), con unos
planes de estudio que ponen más énfasis en la práctica, todavía siguen muy
cargados de aspectos evolutivos y psicológicos y mantienen déficits graves
en formación, por ejemplo, para la atención de la diversidad, para la inter-
culturalidad, para la gestión educativa de los centros o para dotar estos de
la necesaria dimensión europea e internacional que se hace imperativa en
un contexto globalizado como el actual.11
11. Si se hace un repaso a los planes de estudio relativos a los grados de Magisterio, en la mayoría
de las universidades, asignaturas como «Educación intercultural», «Dirección escolar», «Atención a per-
sonas con discapacidad en el aula», «Educación Comparada» o «Educación Internacional», si aparecen,
suelen estar relegadas a un carácter optativo.
129
la educación a debate
12. El CAP surge en el marco del desarrollo de la Ley General de Educación de 1970 (MEC,
1970).
13. Un brillante y exhaustivo análisis de la puesta en marcha de este Máster ha sido realizado re-
cientemente por Manso (2012).
14. El Máster es, sin duda, una extensión y una mejora profunda del CAP. Pero el modelo estruc-
tural de la formación inicial del profesorado de secundaria no cambia en cuanto que se exige una titula-
ción previa en un área de conocimiento que se complementa con una formación posterior en cuestiones
pedagógicas.
15. Aunque hace ya algún tiempo, la Red Europea de Documentación en Educación (EURYDI-
CE) ha publicado una obra donde los modelos de formación inicial del profesorado están bastante bien
definidos y explicados (EURYDICE, 2003).
130
9. la lomce, una nueva reforma educativa… ¿en la buena dirección?
En relación con la formación inicial del profesorado hay otro tema que
nuestro país ha venido descuidando: la necesidad de formar a los cargos
directivos y de gestión de los centros. Para que un centro educativo fun-
cione adecuadamente, no basta que esté gestionado por un profesor. Debe
estar en manos de un profesor que se ha preparado para ello recibiendo
la cualificación que le otorgue las competencias requeridas de liderazgo,
gestión de recursos humanos y administración de recursos materiales y fi-
nancieros para llevar una estructura tan compleja como son los centros
educativos de hoy en día (con tecnología educativa, diversidad cultural,
inclusión de personas con discapacidad, etc.). En el capítulo referido a la
dirección de centros y la formación de los directores escolares, el último
informe TALIS16 es claro al señalar:
16. TALIS es el acrónimo del título en inglés del Informe Internacional de la OCDE sobre el pro-
fesorado y los directores escolares: Teaching and Learning International Survey. Representa uno de los
diagnósticos metodológicamente más solventes sobre las percepciones de los profesores y directores edu-
cativos en todo el mundo, ya que recoge información de 34 países, en cada país de 200 escuelas, y en
cada escuela de 20 profesores y el director. Todo ello supone una muestra objeto de análisis de 142.800
individuos.
131
la educación a debate
In the same way that the knowledge and skills students obtain from their schoo-
ling is influenced by the quality of the preparation and the conduct of teachers,
the quality of a nation’s schools relies heavily upon the preparation and conduct
of its school leaders. (OCDE, 2014: 65)
TALIS data suggest that the problem of not receiving enough incentives for par-
ticipating in professional development is a substantial issue for teachers in Italy
(83 %), Portugal (85 %) and Spain (80 %) (Table 4.14). This is important because
participation rates in professional development are below average in Spain and
at average in Portugal (Table 4.6). Given that a higher percentage of teachers in
these two countries reported paying for at least some of their professional deve-
lopment activities, this could help explain their low participation rates (Figure
4.6). This should be of special concern from a policy perspective in these coun-
tries. (OCDE, 2014: 112)
17. Es el caso del Reino Unido, donde se requiere obtener la titulación de National Professional Qua-
lification for Headship como requisito previo para ser director de un centro escolar (Eurydice, 2009: 189).
18. Por ejemplo, el Consejo General de Colegios de Doctores y Licenciados, en cooperación con el
Instituto Superior de Formación del Profesorado y la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y
Acreditación, impulsó un estudio titulado La dimensión práctica en la formación inicial del profesorado de
secundaria: orientaciones para el reconocimiento de centros de buenas prácticas, cuyo objetivo era analizar
los factores de calidad en la dimensión práctica de la formación y experiencia iniciales del futuro profe-
sorado de educación secundaria. Presentado el 24 de junio de 2009 en la sede del Consejo Escolar del
Estado, ofrece un interesante repertorio de posibles medidas para atender mejor estas cuestiones. El es-
132
9. la lomce, una nueva reforma educativa… ¿en la buena dirección?
In some countries, most teachers work in schools that don’t have a formal induc-
tion programme. This is the case in Brazil, Mexico, Poland, Portugal and Spain,
where between 70 % and 80 % of teachers work in schools that do not have an
induction programme. (OCDE, 2014: 89)
133
la educación a debate
19. Se trata del Real Decreto 1513/2006, de 7 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas
mínimas de la educación primaria y del Real Decreto 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se esta-
blecen las enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria.
134
9. la lomce, una nueva reforma educativa… ¿en la buena dirección?
como un elemento más del mismo, al mismo nivel que los contenidos, por
ejemplo, sino que afecta a todos esos elementos curriculares convirtiéndo-
se, de hecho, en el eje vertebrador del currículo.
Por último, lo que me parece más grave, es que se han entendido las
competencias como capacidades, cuando la Unión Europea las ha definido
claramente como habilidades (UE, 2006) –que para nada es lo mismo–;
unas habilidades que deben integrar de manera indisoluble conocimientos,
destrezas y actitudes. Mientras que las capacidades representan un poten-
cial, una posibilidad, las competencias deben entenderse como habilida-
des, esto es, como desempeños (Valle y Manso, 2013), como la resolución
de una tarea con eficacia, como una ejecución concreta de un hacer… Casi
todos somos capaces de casi todo (potencialmente)… Pero cada uno somos
hábiles en grados diferentes en distintos desempeños. En España, el hecho
de haber identificado competencias con capacidades y no con desempeños
no ha permitido evolucionar al profesorado en cuanto a la implementación
en el aula del paradigma del aprendizaje por competencias.
Por otra parte, la formación del profesorado en al paradigma de
las competencias clave ha sido claramente insuficiente. Solo desde hace
poco se vienen desarrollando proyectos solventes en clave nacional como
lo es el Proyecto de Integración Curricular de las Competencias Básicas
(COMBAS)20 y que hubieran resultado imprescindibles con anterioridad.
La situación para nada mejora con la LOMCE (MECD, 2013), que
mantiene graves errores denominativos y conceptuales en su Preámbulo
en torno a las competencias, denominándolas en ocasiones clave, en otras
básicas y en otras transversales, y con constantes cruces entre los conceptos
de conocimientos, competencias y habilidades (MECD, 2013, Preámbulo).
Pero más grave resulta aún que en el propio articulado de la Ley se in-
sista en el error histórico de confundir competencia con capacidad cuando
dice: «Las competencias, o capacidades para aplicar de forma integrada
los contenidos propios de cada enseñanza y etapa educativa, con el fin de
lograr la realización adecuada de actividades y la resolución eficaz de pro-
blemas complejos» (MECD, 2013, art. 6.2).
Y, además, para la prueba de evaluación propuesta al término de la pri-
maria está previsto comprobar «el grado de adquisición de la competencia
en comunicación lingüística, de la competencia matemática y de las com-
petencias básicas en ciencia y tecnología, así como el logro de los objetivos
de la etapa» (MECD, 2013, art. 13). La limitación se aprecia de inmediato.
135
la educación a debate
136
9. la lomce, una nueva reforma educativa… ¿en la buena dirección?
han sentado unas bases sólidas para construir un sistema educativo que lle-
ga a todos con unos niveles de inclusión y equidad bastante satisfactorios.
Debemos sentirnos orgullosos de esa historia reciente de nuestro sistema
educativo.21
No obstante, persisten algunos desajustes que conviene corregir. Me
centraré, por razones de extensión, solo en los que tienen que ver con (a) el
bachillerato y (b) el acceso a la universidad, ya que considero que estos pre-
cisan una atención inmediata y porque, aunque han sido abordados en la
LOMCE, no lo han sido en la dirección adecuada desde mi punto de vista.
(a) En cuanto al bachillerato, tanto su acceso, como su concepción, su
duración y su forma de obtener el título al final de esta etapa, son in-
sostenibles en el marco competitivo del contexto de una Europa del siglo
xxi basada en el conocimiento. Al ser una etapa no obligatoria, podría
pensarse en un sistema de acceso al bachillerato que, mediante una ade-
cuada orientación, asegurara que los alumnos que llegan a él lo hacen con
las competencias mínimas necesarias para seguirlo con éxito. La propuesta
de la LOMCE a este respecto (MECD, 2013, arts. 22 y 23) se centra ex-
clusivamente en los resultados de la prueba final de enseñanza secundaria
obligatoria.
El bachillerato conceptualmente debe poner más énfasis en la prepara-
ción de los estudiantes para que adquieran las necesarias competencias de
estudios superiores. Una buena base de formación en esta etapa será cru-
cial para el éxito de la formación de nuestros universitarios.
Pero eso es difícil con la estructura del bachillerato actual. Tenemos el
bachillerato más corto si lo comparamos con los países de nuestro entorno
de la Unión Europea. La inmensa mayoría de los países de la Unión Europea
tiene un bachillerato más largo que el nuestro (Eurydice, 2012b). Veamos
algunos ejemplos: 7 años (4 básico y 3 superior): Alemania; 5 años: Italia; 4
años: Bélgica, Austria, Hungría, Bulgaria, República Checa; 3 años: Fran-
cia, Dinamarca, Grecia, Polonia, Portugal, Holanda, Finlandia…
Con la duración actual de nuestro bachillerato, en realidad, no pode-
mos pretender altos niveles educativos. El primer año suele ser «de nivela-
ción» para compensar algunos déficits formativos que los alumnos traen
de la enseñanza secundaria obligatoria y el segundo se limita a preparar los
temarios del examen de selectividad.
Teniendo en cuenta la duración mayoritaria entre los países de la Unión
Europea, nuestro bachillerato debiera durar, al menos, tres años. De esta
21. Estoy plenamente de acuerdo en este punto con Tiana cuando afirma que «cualquier observa-
dor ecuánime reconocerá los avances registrados en la últimas décadas, pues son muchos los datos que
los confirman» (Tiana, 2009: 126).
137
la educación a debate
22. Las denominadas Pruebas de Aptitud para el Acceso a la Universidad se instauran mediante
la Ley 30/1974, de 24 de julio. Uno de los análisis históricos más lúcidos sobre el sistema de acceso a la
universidad en nuestro país ha sido elaborado por Fernando Muñoz Vitoria (Muñoz, 1993).
138
9. la lomce, una nueva reforma educativa… ¿en la buena dirección?
23. A tenor de los datos del INE, de 244.737 estudiantes presentados en el curso 2009-2010, apro-
baron 207.464. Resulta elocuente el titular que publicaba el diario El País el 28 de febrero de 2011: «La
nueva selectividad bate todos los récords de aprobados» y bajo el cual podrían leerse frases como «[…] es
posible que cada vez seamos más eficaces en la conversión de 2º Bachillerato en una suerte de academia
para preparar selectividad y esto sería especialmente triste», atribuida al sociólogo Rafael Feito.
24. Hace casi 25 años, obras como la de Mercedes Muñoz-Repiso et al., titulada Las calificaciones
de las pruebas de aptitud para el acceso a la universidad, publicada por el propio Ministerio de Educación
en 1991, alertaban ya sobre estas cuestiones… Pero seguimos con el mismo modelo de selectividad de
1974… Eso sí, con constantes cambios en las pruebas…
139
la educación a debate
25. En materia de educación prefiero la expresión «Acuerdo» a la del «Pacto» por las razones que ya
en otro lugar he expuesto (VALLE, 2009: 269-272).
140
9. la lomce, una nueva reforma educativa… ¿en la buena dirección?
141
la educación a debate
Referencias
Barber, M. y Morushed, M. (2007). How the World’s Best-Performing School Sys-
tems Come Out On Top. Londres: McKinsey y Company, Social Sector Offi-
ce.
Cortes Generales (1978). Constitución Española. Boletín Oficial del Estado, nº
311, de 29 de diciembre de 1978.
Eurydice (2003). La profesión docente en Europa: Perfil, tendencias y problemática.
Bruselas: Eurydice.
Eurydice (2009). Key Data on Education in Europe. Bruselas: Eurydice.
Eurydice (2012a). Developing Key Competences at School in Europe: Challenges and
opportunities for policy. Bruselas: Eurydice.
Eurydice (2012b). Key Data on Education in Europe. Bruselas: Eurydice.
FESE (2013). El prestigio de la percepción docente. Percepción y realidad. Madrid:
FESE-Fundación Botín.
INEE (2010). Sistema estatal de indicadores de la educación. Edición 2010. Ma-
drid: Ministerio de Educación.
INEE (2011). Panorama de la Educación. Indicadores de la OCDE, 2011. Informe
español. Madrid: Ministerio de Educación.
Manso (2012). La formación inicial del profesorado de Educación Secundaria: Aná-
lisis y valoración del modelo de la LOE. Tesis doctoral. Universidad Autónoma
de Madrid.
MEC (1969). La educación en España. Bases para una política educativa. Madrid:
Ministerio de Educación y Ciencia. Secretaría general Técnica.
MEC (1970). Ley 14/1970, General de Educación y Financiamiento de la Refor-
ma Educativa. Boletín Oficial del Estado de 6 de agosto de 1970.
MEC (2006). Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. Boletín Oficial
del Estado de 4 de mayo de 2006.
MEC (2010). Propuestas para un pacto social y político por la educación (Ma-
drid, Ministerio de Educación).
142
9. la lomce, una nueva reforma educativa… ¿en la buena dirección?
143
la educación a debate
144
10 Los pilares fundamentales del sistema
educativo finlandés
Eva Hannikainen
145
la educación a debate
146
10. los pilares fundamentales del sistema educativo finlandés
147
la educación a debate
148
S obre los autores
Victoria Camps
Catedrática emérita de Filosofía moral y política de la UAB.
Fue senadora por el PSC-PSOE durante los años 1993-1996.
Actualmente preside la Fundació Víctor Grifols i Lucas y es
miembro del Comité de Bioética de Cataluña. Premio Na-
cional de Ensayo en 2012 con El gobierno de las emociones.
Javier Elzo
Catedrático emérito de Sociología de la Universidad
de Deusto. Dirigió durante muchos años los informes
de la juventud española de la Fundación Santa María.
Miembro fundador de la Sociedad Española de Toxico-
manías y del Proyecto Hombre en Guipúzcoa.
José A. Funes
Coordinador del ciclo La educación a debate. Licenciado
en Filosofía y Teología. Profesor de EEMM. Secretario de
formación de la Plataforma por la Homologación.
149
la educación a debate
Domingo García-Marza
Catedrático de Ética y director del Departamento de Filo-
sofía y Sociología de la Universidad Jaume I. Coordina en
Castellón la Fundación Etnor (Ética de los negocios y de
las organizaciones). Miembro del Comité de Bioética del
Hospital General de Castellón.
Eva Hannikainen
Agregada de prensa y cultura de la embajada de Finlandia
en Madrid.
Rosario Ortega
Catedrática de Psicología e investigadora principal del La-
boratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de
la Violencia (www.uco.es/laecovi), Universidad de Córdo-
ba. Miembro fundador del Observatorio Internacional de
la Violencia Escolar.
Pilar Paúl
Dra. en Psicología por la Universidad de Zaragoza. Res-
ponsable de Recursos Humanos en el Hospital Miguel
Servet de la misma ciudad y profesora en distintas univer-
sidades de Aragón. Coach profesional.
150
sobre los autores
Javier Urra
Dr. en Psicología y en Ciencias de la Salud. Primer defensor
del menor de la Cdad. de Madrid. Profesor de Psicología en
la Universidad Complutense. Habitual en radio y televisión
para participar en temas referidos a la infancia y juventud y
asiduo conferenciante en España y el extranjero.
Javier Valle
Dr. en Ciencias de la Educación y profesor titular de la
Universidad Autónoma de Madrid. Premio extraordinario
de Doctorado. Director del Grupo de Investigación reco-
nocido sobre Políticas Educativas Supranacionales. Subdi-
rector de la Revista Española de Educación Comparada.
151
Í ndice
Sumario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
153
la educación a debate
154
índice
155
La educación a debate
Educar hoy es mucho más complejo que en épocas pasadas,
en que el tiempo parecía detenerse y las recetas pedagó-
gicas se perpetuaban. Los manuales de instrucciones que
utilizaban padres y docentes permanecían vigentes durante
generaciones. Hoy, como si de artilugios informáticos se
tratara, nacen caducados. No acaban de aplicarse, cuando
ya se muestran inservibles. Para salir al paso de una espe-
cie de obsolescencia desprogramada, viene este libro, donde
cada uno de los capítulos que lo integran pretende arrojar
luz sobre aspectos básicos de la educación: la importancia
de la ética, los valores de la juventud actual, el tratamiento
de las conductas disruptivas en el aula, las nuevas formas de
bullying alimentadas desde las redes sociales, el compromi-
so social de la empresa educativa, la necesidad de gestionar
el estrés por parte de los agentes responsables y una nueva
ley que recoge la provisionalidad y el desencuentro como
sellos distintivos de nuestro país, incapaz de imitar modelos
que ofrecen soluciones.
A los docentes se les exige administrar el microcosmos
de la escuela con estrategias que van de la psicología a la
legislación, de la sociología al conocimiento avanzado en
informática, de la competencia intelectual a la pedagogía
aplicada. No es extraño que los padres encuentren dificul-
tades semejantes en el ámbito doméstico al enfrentarse con
la tarea educativa, tan apasionante como compleja.
El coordinador del libro, José A. Funes, licenciado en Fi-
losofía y en Teología, profesor de enseñanzas medias desde
hace veintidós años, ha contado con un elenco de magnífi-
cos profesionales de variado perfil para buscar respuestas a
las permanentes cuestiones que la enseñanza plantea.
Nos encontramos, sin duda, ante una herramienta útil
para quienes consideran la educación como un asunto sobre
el que no se puede pasar de puntillas.