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Revista de
Criminología
Número III - Año 2017
Instituto de Criminología
Servicio Penitenciario Federal
Revista de
Criminología
Número III - Año 2017
ISBN: 978-987-46389-3-9
183 p. ; 24 x 19 cm.
Todos los derechos reservados. Prohibida su venta. Distribución gratuita. Se permite la reproducción total o parcial de este libro, su almacena-
miento en su sistema informático, su transmisión en cualquier forma, o por cualquier medio, electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos,
con la previa autorización de la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal
Servicio Penitenciario Federal
Instituto de Criminología
Director
Emiliano Blanco
Equipo de investigación
Pablo Ambrogi, Emiliano Blanco, Juan Pablo De Feo,
Genaro Hijos, Federico Sarudiansky,
Jorge Galli, Mariano Arrigo
Colaboraciones específicas:
Vicente Lupis, Diego Domiguez,
Gustavo Rosselli, Juan Ambrogi, Fernanda Koser
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Índice
Prólogo.......................................................................................................................................11
Capítulo I
Reformas en el Servicio Penitenciario Federal.............................................................15
Capítulo II
Riesgo y desistimiento..................................................................................................35
Capítulo III
Desempeño moral ........................................................................................................55
Capítulo IV
Tutorías penitenciarias....................................................................................................91
Capítulo V.
Programa para ofensores sexuales................................................................................107
Capítulo VI
Programa para personas trans.......................................................................................117
Capítulo VII
Análisis cuantitativo del perfil actual de la población penal.........................................129
Capítulo VIII
Perfiles de internos por delitos contra la propiedad y
por infracción a la ley de drogas ...................................................................................139
Capítulo IX
Perfiles de internos por delito de homicidio....................................................................149
Capítulo X
Anexo estadístico ........................................................................................................165
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Prólogo
Es un gusto presentar el número III de la Revista de Criminología del año 2017 que fue cons-
truida a partir de las investigaciones realizadas por el Instituto de Criminología, organismo que
se vino consolidando en los últimos tiempos como un espacio de promoción del estudio crimi-
nológico, la educación y la investigación científica, realizados a partir de la reflexión sobre la
práctica, el impacto y los resultados de los programas y acciones desarrolladas, lo que permite
promover, implementar, corregir y fortalecer las acciones que posibiliten los cambios para ofre-
cer un servicio público de calidad.
El propósito de esta revista es presentar y compartir artículos que fueron elaborados a partir de
la premisa de que la generación de investigaciones posibilita apoyar las decisiones que se toman
en materia de políticas y reformas penitenciarias, ya que permite sustentar mejor las políticas y
acciones tomadas en materia penitenciaria. Contar con conocimiento aplicado y generado a par-
tir de la praxis penitenciaria constituye un pilar central para sustentar científicamente el trabajo
de quienes tenemos la responsabilidad de administrar y gestionar las prisiones.
En este marco, a partir del año 2014 se incorporó como eje transversal de gestión al modelo de
riesgo/necesidad/responsividad y la línea de pensamiento del what works, proveniente de la cri-
minología aplicada; y en los últimos tiempos se integró la mirada del modelo del desistimiento
del delito, lo que permite mejores intervenciones para el cumplimiento de los objetivos de la
institución.
Dicho desafío sería impensado sin la constante reflexión y producción de saberes criminoló-
gicos que generen evidencia empírica que den cuenta de la pertinencia de lo realizado y que
permitan una mejora continua en nuestras políticas y acciones.
Ahora bien, la presente revista incluye nueve capítulos y un anexo estadístico con investigacio-
nes novedosas para nuestro ámbito. En esta oportunidad, los artículos abordan distintas temá-
ticas que surgen de acciones y políticas de reformas que se están desarrollando en el Servicio
Penitenciario Federal.
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Así, el capítulo I está destinado a compartir el proceso de reforma que se viene aplicando en
nuestra institución. Allí se presentan los ejes transversales que guían la forma de trabajo de la
administración penitenciaria en pos de promover la calidad del servicio público que brindamos,
y que se sustenta, sobre todo, en lo que la evidencia empírica y la ciencia criminológica han
establecido que es lo que funciona y en las adaptaciones que han sido necesarias teniendo en
cuenta las particularidades culturales e institucionales de nuestra región.
El capítulo II resulta de gran importancia y muestra los dos modelos que la actual gestión incor-
pora como transversales para cumplir con los fines de la institución: por un lado, el modelo de
riesgo y, por otro, el modelo del desistimiento, y la distinción entre los factores de riesgo diná-
micos y los factores protectores. Ambos enfoques de abordaje son complementarios y permiten
promover una intervención efectiva en términos de cambio positivo de las personas privadas de
la libertad para lograr el abandono de la conducta delictiva una vez recuperada la libertad.
El capítulo III está destinado a la segunda investigación que se realizó sobre desempeño moral
dentro de nuestras prisiones. La misma apunta a obtener la percepción de la calidad de vida en
el interior de los establecimientos penitenciarios y el desempeño moral en nuestro Servicio Pe-
nitenciario Federal, y se realiza a partir de la adaptación local del trabajo de Alison Liebling a
través del Centro de Investigación de Prisiones de la Universidad de Cambridge (Reino Unido),
en donde se intentaba comprender la complejidad del mundo carcelario a partir del rol de los
valores y la calidad de vida en el ámbito penitenciario. A partir de discernir aquellos factores
realmente importantes (what matters) en la cotidianeidad de las prisiones se obtiene información
relevante, lo que permite diseñar políticas públicas que efectivamente funcionen en el medio
penitenciario, como así también reformas que permitan corregir el estándar moral de nuestras
prisiones e incentivar aquellas cosas que son positivas en tal relación.
Esta investigación es de gran relevancia debido a que permite, una vez detectados los indicado-
res de calidad de vida, la toma de las acciones correctivas en caso de ser necesarias. Este tipo
de estudio realizado desde la propia administración penitenciaria tiene el efecto positivo de
permitir mejorar las políticas de manera sostenida, debido a que los indicadores obtenidos son
medibles y pueden ser continuamente evaluados en pos de generar una mejora continua en la
calidad de vida y el desempeño moral de nuestras prisiones.
En el capítulo IV podemos encontrar un artículo de sumo interés ya que nos presenta la apli-
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cación de tutorías penitenciarias, que son una herramienta implementada con el objetivo de
intervenir positivamente en las personas privadas de la libertad, mediante acciones que apunten
a disminuir las probabilidades de reincidencia criminal, promover el desistimiento del delito,
fortaleciendo y afianzando las relaciones entre el personal penitenciario y las personas privadas
de la libertad, lo que lleva asimismo la reducción de los índices de violencia. A partir de la fi-
gura del “tutor penitenciario” se promueve un vínculo que favorezca al acompañamiento en el
ingreso, la permanencia y su egreso del establecimiento.
El capítulo VI está relacionado con la aplicación del programa para personas trans bajo la órbita
del Servicio Penitenciario Federal. Este programa es el resultado de las constantes acciones que
se realizan tendientes a la promoción de los derechos del colectivo trans y garantizar un trato
de acuerdo que respete su género auto-percibido. La experiencia recabada permite evaluar los
resultados obtenidos hasta el momento, como así también la promoción de las mejoras continuas
a partir de la experiencia alcanzada.
En el capítulo VII se realiza un análisis cuantitativo del perfil actual de la población penal,
donde se presentan los principales resultados a partir de la recopilación de datos realizada para
el desarrollo e implementación del sistema de clasificación inicial por riesgo, categorización y
clasificación en torno a necesidades. En esta oportunidad, se actualizan los últimos datos dis-
ponibles del publicado en el número II de “Revista de Criminología” publicada por el SPF en
2016, lo que permite tener un panorama general de la población penal alojada en términos de
riesgos y necesidades específicas.
Con respecto al capítulo VIII, cabe destacar que en la Revista de Criminología Número II del
año 2016 se había realizado una investigación sobre perfiles de internos vinculados a secuestro
extorsivo, homicidio y agresión sexual. En esta oportunidad, se presentan los principales datos
relacionados con los perfiles de internos alojados por delitos contra la propiedad y por infracción
a la ley de drogas, debido a que se ha detectado un aumento en el ingreso de internos en nuestras
prisiones por estos dos tipos delictuales. El análisis y evaluación de este tipo de perfiles permite
la intervención y el abordaje de los riesgos y necesidades específicas de personas privadas de
libertad con características comunes.
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El capítulo IX nos presenta una investigación que analiza los perfiles de internos por delito de
homicidio que se encuentran alojados en nuestro Servicio Penitenciario Federal, la cual resulta
de gran importancia debido a que a partir de los datos obtenidos de la práctica permiten la iden-
tificación de riesgos y necesidades para el diseño técnicas de abordaje de este perfil de internos,
y de esta forma dar una respuesta eficiente y eficaz desde la administración penitenciaria a la
sociedad en su conjunto.
En el Capítulo X se acompaña un anexo estadístico con los principales datos que hacen al estado
del servicio penitenciario así como también las características de la población penal alojada.
Espero que la experiencia del Servicio Penitenciario Federal proporcione herramientas útiles a
todos aquellos que se relacionan con el ámbito criminológico y penal. Creo firmemente que el
aprendizaje de las mejores prácticas internacionales, el intercambio de conocimientos con otros
servicios y con instituciones académicas, el debate acerca de cuestiones relacionadas con el sa-
ber criminológico y penitenciario generado a partir de transparentar las políticas implementadas
y los resultados obtenidos, enriquece a todos aquellos que trabajamos para promover cambios
positivos en las personas privadas de la libertad y, con ello, generar mejoras en la sociedad en
su conjunto.
Emiliano Blanco
Director Nacional
Servicio Penitenciario Federal
Argentina
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Capítulo I
Reformas en el
Servicio Penitenciario Federal
Reformas en el Servicio Penitenciario Federal1
I- Introducción
En este artículo, trataremos, en forma resumida, el proceso de reformas que se viene aplicando,
en el Servicio Penitenciario Federal de Argentina (SPF), tratando de lograr un abordaje de la
cuestión que contemple las principales líneas de acción desarrolladas a fin de mejorar el servicio
público que brinda esta institución, basadas en lo que la evidencia empírica y la ciencia crimi-
nológica han establecido que es lo que funciona; como así también las adaptaciones que han
sido necesarias habida cuenta de las particularidades culturales e institucionales existentes en
Latinoamérica, en general, y en Argentina, en particular.
Por último, haremos referencia a algunos de los resultados más relevantes que se han logrado
después de tres años y medio de implementación del programa de reformas mencionado.
2. Datos estadísticos
El Servicio Penitenciario Federal de Argentina tiene, a la fecha (2017), una población penal que
asciende a 11.593 internos a su cargo y cuenta con 14.200 funcionarios. Tiene 35 establecimien-
tos penitenciarios a su cargo, que se ubican en distintas provincias de la República Argentina.
Respecto de la población penal total el 63,35% están alojados en la zona metropolitana, el
1. El presente trabajo fue publicado previamente en idioma inglés en Advancing Corrections, Journal of the of the International Corrections
and Prisons Association (ICPA) #4 (2017), bajo el título “Reforms in the Argentine Federal Prison Service 2014-2016”.
2. Subcomité para la prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes de las Naciones Unidas. Informe sobre
la visita a Argentina del Subcomité para la prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. 27 de noviembre
de 2013.
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15,19% se encuentra en la zona sur, el 16,48% se ubica en la zona norte y el 4,98% en la zona
centro. Asimismo, el SPF aloja a las personas privadas de su libertad, tanto sean procesadas o
condenadas, que se encuentran a cargo de la Justicia Nacional –Justicia de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires– y de la Justicia Federal.
Como en la mayoría de los países con organización federal, la Justicia Federal entiende en los
delitos de contrabando, tráfico de estupefacientes, corrupción, defraudaciones u otros delitos que
perjudiquen a la administración o al tesoro federal, evasión de impuestos, trata de personas, por
citar algunos ejemplos. Los delitos no federales –o “delitos comunes”, según su denominación
en la legislación Argentina– son, por ejemplo, homicidios, violaciones, estafas, etc. . En estos
últimos casos, el Servicio Penitenciario Federal, de acuerdo con la organización constitucional
argentina, recibe a los ofensores que cometen esos delitos cuando los mismos son cometidos en
el territorio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Para poder entender las medidas y programas de reformas emprendidos en el Servicio Peni-
tenciario Federal, es importante conocer cuál era la situación de esa institución y del servicio
público que prestaba en ese momento. En líneas generales, la administración anterior, que fuera
removida en agosto del 2013, presentaba muchas particularidades que, implementadas por largo
tiempo, generaron grandes desmanejos y afectaron de forma negativa la efectividad y eficiencia
de la administración penitenciaria nacional.
Existía, en primer lugar, una relación casi directa entre las máximas autoridades de la admi-
nistración central y las personas privadas de su libertad. Esto fue generando la fractura de la
estructura de manejo y aumentando el poder de las personas privadas de su libertad, sobre todo
de aquellas con más recursos intelectuales y mayores niveles de control de los espacios físicos
de alojamiento en detrimento de la autoridad del personal penitenciario, incluso de los Directo-
res de los establecimientos. La falta de objetividad del sistema permitieron que las autoridades
se manejaran con grandes niveles de discrecionalidad tanto en lo relativo al personal como en
lo relacionado con las personas privadas de su libertad. Tampoco existían estadísticas claras y
creíbles sobre los principales indicadores del sistema.
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de inclusión social para esos excluidos que son los ofensores. La inclusión se garantiza con el
acceso a los derechos.
El Subcomité para la prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o de-
gradantes de las Naciones Unidas visitó los establecimientos penitenciarios de Argentina en el
año 2012, en cuya oportunidad resaltó la presencia de profundas dificultades en las condiciones
de detención. El Informe cubre tanto la detención a cargo de las fuerzas policiales, como de los
establecimientos penitenciarios del ámbito federal y de la Provincia de Buenos Aires.
En relación con los establecimientos penitenciarios federales, el Subcomité destacó la impor-
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El Subcomité emitió recomendaciones para mejorar las condiciones físicas, el acceso a servicios
de salud, a alimentos, a talleres o clases e incluso en relación con el uso de la violencia respecto
de los internos.
Esta función de trabajo sobre los aspectos relacionados con el delito deriva, justamente, de su
vinculación con el sistema de justicia criminal. Esta es una cuestión relevante debido a que, por
influjo del pensamiento puramente crítico sobre la cuestión penal en el medio argentino, y en el
latinoamericano en general, no se los vincula tan directamente y, en general, se les da un cariz
más relacionado con los servicios sociales del Estado. Esta situación, además, genera grandes
discusiones que se centran en la efectividad de las penas y en los modos y las condiciones de
intervención del sistema de justicia penal y, sobre todo, de la cárcel, que es la forma de interven-
ción más fuerte que tienen los estados modernos sobre la libertad de los sujetos.
Dentro de ese contexto, una de las primeras acciones realizadas fue la de definir los objetivos del
sistema penitenciario federal, de forma de poder brindar explicaciones sobre la forma en la que
pretende cumplirlos y el modo en que dispone del dinero público y, al mismo tiempo, llevar ade-
lante, progresivamente y de acuerdo a las posibilidades existentes, las reformas necesarias para
garantizar el mejoramiento del servicio público que se provee. Aunque parezca una cuestión
nimia y sin consecuencias, en el contexto particular en el que se desenvuelve, esto cobra suma
importancia para dar sentido, coherencia y sostenibilidad en el tiempo al programa de reformas
que se pretende implementar. Se han definido, así, a la reducción de reincidencia, desistimiento
del delito y seguridad pública como los objetivos del sistema penitenciario federal.
Surgió, entonces, la primera cuestión relevante: ¿cuál es el modo más efectivo en que una admi-
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nistración penitenciaria puede intervenir para lograr la reducción del delito y las probabilidades
de reincidencia? La cuestión de la efectividad de las penas de intervención en la reducción del
delito es generalmente denominada como “What Works”. Recordemos, muy sucintamente, que
el término “What Works” se utiliza para denominar a una corriente del pensamiento criminoló-
gico que planteaba, en oposición al “Nothing Works”, que existían intervenciones que podían
influir en la disminución de la reincidencia y, en consecuencia, en la reducción del delito. Ello
porque los partidarios de la corriente “Nothing Works”, influenciados por el pensamiento de
Martinson, planteaban, a grandes rasgos, que los estudios realizados sobre programas de trata-
miento no mostraban evidencia alguna de que los mismos eran aptos para influir en la disminu-
ción del delito.
Los partidarios del “What Works” comenzaron a demostrar, a partir de estudios basados en evi-
dencia empírica y a los que se aplicaban las técnicas brindadas por otras ciencias sociales –tales
como la Economía–, que algunas intervenciones eran eficaces para reducir el delito. Esto llevó
a que estos análisis comenzaran a extenderse y que los mismos, con el paso de los años, fueran
brindando un panorama claro acerca del delito y de las posibles formas de intervención eficaces
por parte de los órganos del Estado y, sobre todo, de las administraciones penitenciarias. La
conclusión a la que se ha arribado por medio de esas investigaciones es que lo que funciona para
reducir las probabilidades de reincidencia es el abordaje de los factores que han jugado un papel
clave o contribuido a la reincidencia. Ellos, justamente, son los que ponen al agente en riesgo
de reincidir en el futuro.
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y comportamiento antisocial).
• El ámbito familiar (baja satisfacción marital o de pareja y/o mala calidad de las relaciones
con los padres y otros familiares cercanos).
• La actividad escolar o laboral (inestabilidad y bajos niveles de rendimiento y de satisfacción
académica y/o laboral).
• El tiempo de ocio o recreativo (bajos niveles de implicación y poca satisfacción en activi-
dades no delictivas durante el tiempo libre).
• El abuso de sustancias (problemas de consumo y dependencia de alcohol y/o drogas).
Habida cuenta de ello, desde la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal se es-
tableció al modelo de riesgo/necesidad/responsividad, en consonancia con la línea de pensa-
miento denominada “What Works”, como la base teórica que sustenta el modelo de reformas
y gestión. Este modelo general, asimismo, se complementa con los extremos derivados de las
investigaciones realizadas dentro de la línea de la criminología del desistimiento.
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generen procesos de refundación donde, en general, se deja de lado lo realizado por la anterior
administración.
El primer punto a tener en cuenta, dentro del marco de reformas propuestas, fue el paso de un
sistema subjetivo a un sistema objetivo. En 2014, los aspectos más relevantes del sistema pe-
nitenciario federal funcionaban, en términos generales, sobre la base de la subjetividad de los
actores del sistema. Como aspectos más relevantes nos referimos a los siguientes:
Otra cuestión relevante, a la que no se le estaba prestando la debida atención, era la función de
seguridad pública que le correspondía al Servicio Penitenciario Federal.
Debe tenerse presente que esta situación se dio tanto en Argentina como en el resto de América
Latina en un contexto marcado, por un lado, por la fuerte proliferación y aumento de la crimi-
nalidad organizada –con características cada vez más violentas e, incluso, atentatorias contra
el Estado de Derecho–, tanto nacional como transnacional, y, por otro, por la lucha contra la
corrupción, que ha generado que importantes personalidades del mundo de la política y el es-
tablishment se encuentren a disposición de las administraciones penitenciarias. Personas que
poseen importantes medios económicos, acceso a contactos en los altos niveles del gobierno y,
en muchos casos, se encuentran vinculadas, de distintas maneras, con grupos armados.
Este distintivo perfil de internos con el que el Servicio Penitenciario Federal estaba acostumbra-
do a trabajar, representó un fuerte desafío e implicó el desarrollo e implementación de políticas
y programas adecuados para los riesgos específicos que representaban en materia de seguridad.
Las acciones más relevantes que se realizaron fueron las siguientes:
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Por último, vinculado con las definiciones sobre el sistema, se encuentra lo relacionado con el
principio de normalidad, que podría ser definido de la siguiente forma: “ninguna persona deberá
cumplir su sentencia bajo restricciones mayores que las estrictamente necesarias para la segu-
ridad en la comunidad y, durante el cumplimiento de esa sentencia, la vida dentro de la prisión
deberá reflejar, tanto como fuera posible, la vida en la comunidad” 4; y, como mencionamos, lo
expuesto por las investigaciones realizadas sobre desistimiento del delito. Sobre esta cuestión
existen varias posiciones teóricas, pero, en tanto administración penitenciaria, lo relevante es la
intervención de forma tal de ponerle “un punto de terminación” a la carrera criminal de aquellos
sujetos que cometen delitos constantemente 5; es decir, generar las condiciones para que desistan
de su actividad delictiva.
El modelo teórico anteriormente explicado, ha sido el basamento teórico y el norte al que han
apuntado todas las medidas y programas de acción implementados. De esta forma, las acciones
diseñadas e implementadas, siempre tienen un doble objetivo: en lo inmediato, abordar o solu-
cionar problemas específicos o garantizar el normal funcionamiento de la administración peni-
tenciaria; y, en lo mediato, lograr un sistema penitenciario que, basado en el modelo de Riesgo/
Necesidad/Responsividad y en la línea de pensamiento del “What Works”, permita una más
efectiva y eficiente gestión de los recursos en orden a garantizar la reducción de la reincidencia,
la seguridad pública y las condiciones de vida de las personas privadas de su libertad de acuerdo
con el principio de normalidad. Ello, claro está, adaptando ese modelo a las especificidades de
la situación de la República Argentina.
4. Este denominado “principio de normalidad” es, por ejemplo, uno de los principios esenciales sobre los que trabaja el Servicio Correccional
de Noruega. Debe tenerse en cuenta, tal como lo plantea esa administración penitenciaria, que la posibilidad de implementar el principio de
normalidad está, por supuesto, limitada por razones de seguridad, orden de la institución, personal penitenciario, infraestructura y recursos
financieros. Ver: http://www.kriminalomsorgen.no/information-in-english.265199.no.html.
5. Hearn, Natalie (2010). Theory of desistance. Internet Journal of Criminology. http://www.internetjournalof criminology.com/theory_of_de-
sistance_ijc_nov_2010.pdf.
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Ahora bien, lograr ello requiere, como mencionamos, procesos que garanticen la implementa-
ción de reformas estructurales. Para ello, es importante destacar la deficiencia de las políticas
pospenitenciarias en Argentina. Es bien sabido que las políticas penitenciarias tendrán un im-
pacto limitado en la reducción de la reincidencia si no hay un seguimiento mediante interven-
ciones pospenitenciarias que le den continuidad y les ayuden a los ex-internos a adaptarse a su
nueva situación. El SPF está colaborando con otras entidades del sistema de justicia penal para
mejorar las iniciativas pospenitenciarias (consultar el “Programa de Prelibertad”, a continua-
ción, en el apartado correspondiente)
En lo acotado de este artículo veremos las que, a nuestro juicio, han sido las más relevantes de
las reformas realizadas en el Servicio Penitenciario Federal.
Clasificación objetiva
Uno de los elementos centrales sobre los que se debe asentar una adecuada política penitencia-
ria, según los ejes teóricos que sustentan el modelo de gestión pretendido desde la Dirección
Nacional del SPF, es la existencia de sistemas de clasificación basados en riesgos y necesidades.
Con este objetivo, se emprendieron las acciones necesarias para su desarrollo e implementación
progresiva. Ello debido a que, según se ha podido constatar, los sistemas internacionales exis-
tentes no permiten englobar las particularidades del Servicio Penitenciario Federal. El proceso
de desarrollo e implementación de un sistema de clasificación inicial por riesgo y necesidad, que
aún continúa, ha involucrado las siguientes acciones:
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Otro de los ejes estratégicos centrales tiene que ver con la investigación criminológica empírica.
Su objetivo es servir de guía para las decisiones de la administración penitenciaria y, de esta
forma, dotar de una mayor objetividad al sistema y de un fundamento científico al trabajo que
se realiza.
Debe tenerse presente, en tal sentido, que la investigación empírica es central para determinar
qué es lo que funciona en orden a reducir las probabilidades de reincidencia; cuáles son las cau-
sas del delito y cómo debe abordarse la problemática del delito; y cuál es la situación actual de
la administración penitenciaria; entre otras cuestiones de gran relevancia e influencia en relación
con la política criminal y penitenciaria del Estado. Ello, de acuerdo con lo que mencionáramos
anteriormente, teniendo en cuenta que casi la totalidad de la investigación criminológica exis-
tente en Argentina y en el resto de América Latina se realiza desde una perspectiva crítica. La
idea del Instituto es, por este motivo, el desarrollo de investigaciones que, con sustento en la
evidencia empírica, puedan servir para fundamentar las decisiones que se tomen en materia de
gestión y política penitenciaria.
Seguridad dinámica
Dentro del objetivo de diseñar políticas destinadas a reducir la reincidencia criminal, promover
el desistimiento del delito y mejorar la seguridad pública, se están implementando, acciones
tendientes a dotar al sistema de una óptica basada en la seguridad dinámica.
6. Para mayor información, consultar la Revista de Criminología del Instituto de Criminología del SPF, Volúmenes I y II, así como el presente
volumen. http://www.spf.gob.ar/www/gestion.
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positivamente en la calidad de vida de los internos y en las condiciones de trabajo del personal
penitenciario. Para garantizar un abordaje integral y transversal de la cuestión, ese trabajo se
dio, coetáneamente, en diferentes planos.
Por una parte, se abordó desde el plano de la capacitación del personal y la concientización
sobre la conveniencia de recurrir a este modelo de gestión y vinculación entre internos y per-
sonal penitenciario. Así, se impartió capacitación y entrenamiento específico al personal con la
finalidad de que internalizara las herramientas de la filosofía y la lógica del trabajo propio de la
seguridad dinámica. La iniciativa le dio mayor valor a la capacidad, la eficacia, la contención, la
asistencia, la comunicación, la actitud filosófica y la lógica de conducción con inteligencia y el
compromiso de todo el personal.
Por otra parte, se continuó con el desarrollo de un programa específico, que comenzó como
prueba piloto en el año 2014, en la Unidad Residencial IV del Complejo Penitenciario Federal
I de Ezeiza. En esa Unidad Residencial, el funcionamiento y gerenciamiento se realiza bajo la
óptica de la seguridad dinámica.
La intención, dentro de este mismo propósito, es ir ampliando progresivamente los espacios que
funcionan bajo un diagrama operacional basado en la seguridad dinámica. La principal dificul-
tad, en este sentido, es la extendida vinculación que existe entre seguridad y seguridad estática.
El establecimiento de estos programas específicos tiene la finalidad de ir generando, progresiva-
mente, nuevas dinámicas en los establecimientos penitenciarios que dependen del SPF.
Estas acciones se encuentran muy vinculadas, también, con las acciones realizadas para mejorar
la toma, análisis y circulación de la información que han sido mencionadas anteriormente.
Asimismo, se estableció por Resolución de la Dirección Nacional el marco general de los pro-
gramas de tratamiento aplicados en el Servicio Penitenciario Federal. Ello con la intención de
garantizar un abordaje compatible con el modelo “What Works”. Éste marco teórico contempla,
también, la constante evaluación de impacto de estos programas.
Los programas específicos de tratamiento que se han desarrollado son los siguientes:
• Ofensores sexuales: el programa propone un modelo de intervención psicosocial desde un
enfoque cognitivo-conductual. Su objetivo, es el abordaje de los factores de riesgo específico de
reincidencia sobre personas condenadas por delitos de agresión sexual, con miras a la reducción
de las probabilidades de reincidencia. La admisión preliminar al programa se efectúa en los es-
tablecimientos en los que están alojados los internos. El programa tiene lugar en el el Complejo
Penitenciario Federal V, de Senillosa (provincia de Neuquén). Al finalizar el programa vigente,
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
los internos regresarán a sus unidades de origen, en las que un equipo interdisciplinario conti-
nuará evaluándolos.
• Gestión de internos de alto riesgo: está destinado a personas que presentan riesgo alto y muy
alto de fuga y conflictividad.
• Tutorías: tiene como objeto fundamental disminuir los índices de violencia en los estable-
cimientos penitenciarios mediante el fortalecimiento de las relaciones de interacción entre el
personal penitenciario y las personas privadas de libertad, con el fin de construir nuevas maneras
de abordar las diversas situaciones que acontecen en la convivencia diaria de un establecimiento
penitenciario y, de esta forma, lograr un impacto positivo tanto en la intervención sobre los fac-
tores asociados a la reincidencia, sobre todo, aquellos que tienen que ver con el control de los
impulsos y la empatía y el reconocimiento del otro.
• Mujeres: las mujeres representan un colectivo de la población penal que posee riesgos y nece-
sidades específicos y que, por ello, deben ser abordados adecuadamente, a través del desarrollo
e implementación de programas y acciones, tendientes a atender adecuadamente esta cuestión.
• Tercera edad y discapacidad: se trabaja con personas privadas de la libertad con problemas
de discapacidad y con mayores de 60 años. Esta población constituye otro colectivo con riesgos
y necesidades especiales. El Servicio Penitenciario Federal aloja, aproximadamente, a 162 inter-
nos que superan los 70 años de edad. Hay, incluso, internos con más de 80 años.
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Este Servicio, dependiente de la Dirección Nacional del SPF, fue creado en diciembre de 2016,
con el objetivo de intervenir en espacios y con personas con riesgo de conflictividad alto y muy
alto, coordinando y articulando transversalmente con los distintos actores del sistema –organis-
mos, institutos, unidades y servicios– las acciones, programas y abordajes necesarios para la
disminución de los niveles de violencia, aunando los esfuerzos de las distintas dependencias a
fin de lograr resultados eficientes y eficaces en la materia, contribuyendo con las personas pri-
vadas de la libertad en su camino hacia la reinserción social. El SRV es el encargado de elaborar
un plan de acción estratégico general, que deberá impulsar una política que permita promover la
convivencia dentro de los establecimientos penitenciarios, prevenir y reducir la violencia en sus
manifestaciones diversas y concretas en todos los establecimientos penitenciarios del Servicio
Penitenciario Federal.
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Por otra parte, el abordaje de la reducción de la violencia propone tres pilares fundamentales:
1) la transversalidad del enfoque de la reducción de la violencia (es decir que la inclusión de la
perspectiva de reducción de violencia implica incorporar dicha temática en la toma de decisio-
nes sobre todo el ámbito de actuación de la institución); 2) la integralidad de las políticas e inter-
venciones (por lo que será necesario conjugar programas, proyectos y/o acciones que se vienen
desarrollando en pos de generar un sistema de funcionamiento adecuado, que disminuye los
índices de conflictividad en los establecimientos penitenciarios. La integralidad, en este sentido,
implica la articulación institucional en la mirada y la gestión compartida de esfuerzos en pos del
objetivo de reducción de violencia); y 3) la prioridad del enfoque de la reducción de violencia
(teniendo en cuenta las características del medio y de las obligaciones de la administración pe-
nitenciaria, la política de reducción y prevención de violencia es prioritaria).
Los lineamientos del plan de acción del Servicio de Reducción de Violencia son los siguientes:
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Prevención de la corrupción
Para el control de la corrupción al enfoque punitivo tradicional, que procura investigar y san-
cionar a los responsables del daño generado por un hecho de corrupción, se ha incorporado un
enfoque preventivo, que busca reducir las posibilidades de que exista corrupción, evitando que
el daño se produzca. Se adoptaron políticas concretas de reducción de los riesgos de corrupción,
promoviéndose una cultura basada en valores y principios de cumplimiento de la ley, la debida
gestión de los asuntos y los bienes públicos, la integridad, la transparencia y la obligación de
rendir cuentas.
Lo primero fue la creación, en el año 2014, del Servicio de Prevención de la Corrupción (SPC),
cuyo objetivo es el desarrollo, implementación y coordinación de las políticas y acciones ten-
dientes a la prevención y sanción de los hechos de corrupción en el Servicio Penitenciario
Federal. Con esa finalidad, el SPC desarrolló un plan de acción cuyos ejes estratégicos eran:
Declaración de principios éticos institucionales; evaluación de la situación institucional; capa-
citación y concientización del personal en ética, transparencia y prevención de la corrupción;
cambios normativos y mejoras en los procedimientos, y acciones conjuntas de detección, con-
trol y evaluación.
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
En ese marco, las acciones más relevantes que se han realizado son las siguientes:
En primer lugar, se creó un sector para tratar específicamente estos asuntos (el Servicio de
Promoción y Protección de Derechos Humanos), que tiene un doble objetivo. Por un lado, se
encarga de llevar a cabo capacitaciones y programas de concientización destinados al personal
del SPF, ofreciéndole herramientas para desempeñar efectivamente la prevención de la tortura.
Ésta temática también se incorporó al plan de capacitación de los nuevos aspirantes.
Por otro lado, este sector tiene la tarea de brindar protección de manera activa frente a episodios
de tortura. En este sentido, recibe denuncias de los internos y tiene la potestad de intervenir en
cualquier clase de conflictos que pudieran suscitarse, mediante la notificación al Departamento
de Asuntos Internos del SPF y al juez competente.
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
A tal fin, se estableció una línea telefónica (0-800) gratuita que se encuentra disponible las 24
horas para la recepción de denuncias anónimas7. Estas políticas se integran directamente con los
demás programas que se mencionaron anteriormente: clasificación objetiva, mejora del Depar-
tamento de Asuntos Internos, investigación criminológica aplicada, investigaciones conjuntas
sobre fallecimientos en contextos de encierro, entre otros. Por último, el SPF se encuentra bajo
la supervisión y el control de diversos organismos del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial,
como la Procuración Penitenciaria de la Nación, la Auditoría General de la Nación, la Defenso-
ría General de la Nación, los jueces de ejecución penal y otros. Esto garantiza el control externo
permanente del SPF.
También es una realidad, por lo menos en el contexto argentino –y, en general, en el latinoame-
ricano–, que casi la totalidad de los esfuerzos y recursos están enfocados hacia los usuarios del
sistema –las personas privadas de su libertad–; los operadores del sistema –es decir, el personal
penitenciario– quedan en segundo plano.
Así, es muy difícil instaurar cualquier proceso de reforma de manera seria y sustentable. Por
ello, y habida cuenta de las dificultades que plantea el trabajo penitenciario, se han implementa-
do diferentes métodos de gestión y promoción del bienestar de los recursos humanos, orientados
a tres áreas de intervención: a) Género: estableciendo lineamientos de atención para las deman-
das vinculadas a la inequidad de género, promoviendo su conocimiento; b) Trabajo Integral: es-
tableciéndose lineamientos de atención para las demandas que presenta el personal, las familias
o referentes como los Encargados Generales, fomentando la incorporación de conocimientos
sobre diversos temas de interés; c) Comunicación: propiciando la incorporación de los canales
de comunicación del Departamento de Bienestar del Personal; d) Políticas de prevención para la
detección y prevención de los síntomas del burnout; así como otras intervenciones específicas.
En lo que respecta a cuestiones específicas, se ha trabajado tanto en la política salarial, garanti-
zando el acceso a un sueldo acorde a las dificultades y relevancia del trabajo penitenciario, como
en políticas de vivienda, garantizando planes para el acceso a la vivienda con financiamiento
adecuado para el personal.
6. Conclusión
Tal como lo describimos en el presente artículo, a pesar de las dificultades, debidas a factores
endógenos y exógenos, hoy se pueden avizorar resultados claros derivados de la aplicación del
programa de reformas antes mencionado.
7. Entre enero y agosto del 2017, según la línea 0800 y encuestas efectuadas en la zona metropolitana, el Servicio recibió seiscientas doce (612)
denuncias específicas sobre las siguientes cuestiones: 1) Visitas: 35%, 2) Atención médica: 30%, 3) Cuestiones edilicias: 19%, 4) Traslados: 16%.
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Estos resultados demuestran que es posible llevar adelante programas de reforma serios y sos-
tenibles. El programa más efectivo y eficiente es, según lo que surge de la evidencia empírica a
la fecha, el basado en el modelo de riesgo/necesidad/responsividad, pero que también debe con-
templar la compleja y amplia función que tienen las administraciones penitenciarias, sobre todo
en lo relacionado con la seguridad pública y con el cumplimiento del principio de normalidad.
Para garantizar el éxito de la reforma, es fundamental trabajar en equipo. Por lo tanto, a fin de lo-
grar un cambio positivo, es imprescindible contar con el compromiso y el esfuerzo diario de los
integrantes del personal para prestar este servicio público en los establecimientos penitenciarios.
En este sentido, la tarea de gestión de los servicios penitenciarios debería incluir la optimización
de las políticas de comunicación y la mejora las condiciones de trabajo del personal, a fin de
garantizar el bienestar y la salud psíquica y psicológica de los funcionarios penitenciarios.
Este es el camino que ha emprendido la institución. Esperamos que en este artículo, que resume
algunas de las medidas y planes de acción implementados, pueda entenderse la naturaleza de las
problemáticas existentes que, en nuestra opinión, son comunes a Latinoamérica. En definitiva,
la aplicación de los programas y procesos de reforma, busca transformar, con una mirada de
largo plazo, el funcionamiento del Servicio Penitenciario Federal de Argentina.
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Capítulo II
Riesgo y desistimiento del delito
Riesgo y desistimiento del delito
a. ¿Rehabilitación o castigo?
En los albores del siglo XIX el derecho penal y la concepción de la pena pasan a ser considera-
dos no sólo como un medio para modificar al infractor sino, sobre todo, como un instrumento
legal para defender a la sociedad del delito. Un derecho penal que sea disuasivo, es decir, una
contramotivación a la motivación del infractor. Los límites de conminación y de la aplicación
de la sanción penal; así como las modalidades del ejercicio de la potestad punitiva del Estado;
estaban señalados por la necesidad o utilidad de la pena y por el principio de legalidad.
Iniciada la década de 1970, el aumento del delito, las grades tasas de encarcelamiento y el haci-
namiento en las prisiones, evidenció que los tratamientos no dieron los resultados esperados, lo
que condujo a una crítica acerca de los programas de rehabilitación.
Uno de las principales conflictos acerca de las políticas en la ejecución de la pena ha sido
protagonizado por aquellos partidarios que entendían la aplicación de la pena con un sentido
más retributivo y disuasivo, y quienes sostenían a la rehabilitación como función principal de
las prisiones.
Para muchos la idea de castigo y la rehabilitación se presentan como alternativas entre las cuales
deben elegirse y no como maneras diferentes para referirse a procesos similares (McNeill 2014)
1. En los ‘70 los movimientos críticos, radicales y de reacción social realizaron sistemáticamente una fuerte denuncia respecto de una crimino-
logía que se había vuelto meramente funcional a la política del momento. Dichos movimientos renovaron y revolucionaron a la criminología
de su momento, cambiando el paradigma etiológico de la criminalidad por el de la criminalización, llegándose al extremo de hablar de una
anti-criminología, análoga a la llamada anti-psiquiatría que surgió en el mismo período.
2. Resulta interesante destacar el trabajo realizado a partir de la década del ‘60 por el Movimiento Escandinavo de Prisiones, conformado por
diferentes organizaciones como lo son KROM en Noruega, KRIM en Dinamarca y KRUM en Suecia.
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Mientras que la criminología positiva centraba sus esfuerzos en determinar la peligrosidad del
sujeto a través de sus características personales, bien sean éstas de carácter físico (antropología
criminal, frenología, etc.) o psiquiátrico (psiquiatría criminal, psicología criminal), como tam-
bién desde los enfoques de la medicina legal y la psiquiatría forense, evaluando la peligrosidad
como manifestación de conductas violentas o agresivas. Por el contrario, la criminología crítica
se aproximó al concepto de peligrosidad desde una óptica más interaccionista, como ruptura o
desviación de los procesos de relación entre el individuo y la sociedad.
El debate entre ambas posturas también se vio reflejado en las formas y contenidos del trata-
miento. Estaban quienes entendían que había que enfocarse en tratamientos individuales des-
tinados a corregir la personalidad del sujeto (o sus actitudes y/o comportamientos) y quienes
sostenían que debían abordarse los aspectos sociológicos y/o causas sociales del delito.
Pero no fue sino hacia mitad del Siglo XX que empezó a cambiar la visión médica o terapéutica
de la rehabilitación para poner énfasis en el aprendizaje social, pasando a entenderse a la función
penitenciaria como una forma de re-educación para aquellas personas con escasas habilidades
sociales. (Garland, D. 1985)
Es decir, que a la par de las nuevas teorías sobre las causas del delito, se fueron sumando nuevas
formas de intervención y perspectivas sobre este fenómeno. Muestra de esto fue la aparición,
en el año 1968, de la obra de Gary Becker Crime and Punishment: An Economic Approach en
la cual se sientan las bases sobre la cual se construyó la llamada Economía del delito, teoría
utilizada para explicar las motivaciones y los costos del fenómeno delictivo desde el punto de
vista de la economía.
Es decir que a las críticas que se le realizaban a la rehabilitación se le suma la perspectiva eco-
nómica del delito, lo cual puso en jaque a las administraciones penitenciarias y a aquellos que
concebían como posible a la rehabilitación.
De esta forma la tensión entre las distintas posturas repercutió en el servicio que las administra-
ciones penitenciarias debían brindar hacia la sociedad y para con los infractores en particular.
La problemática en torno a la forma en que se asignaban los recursos, tanto materiales como
humanos, y hasta qué punto estos permitían comprender las diferencias culturales, de género,
y las formas en que el delito era socialmente construido, fueron algunas de las cuestiones que
pusieron en duda la efectividad de los programas de rehabilitación y sus contenidos. A su vez,
se empezaba a exigir una solución concreta a los problemas de la delincuencia, no bastando las
interpretaciones que ofrecía la criminología.
De esta manera, se empieza a observar que muchos de los programas y/o dispositivos de inter-
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Para finales de los años 70, el panorama era realmente desalentador para los partidarios de la
rehabilitación. La postura crítica hacia las prisiones tuvo una excelente recepción en los ámbitos
académicos, que veían con pesimismo la función de las prisiones, pero su contracara fue el for-
talecimiento de las ideologías políticas más duras de los años 1970 y 1980. (Hollin 2001)
La idea central de la postura referente a que nada funcionaba en las prisiones, impactó de ma-
nera negativa en los esfuerzos que hacían los diferentes servicios correccionales para lograr la
rehabilitación de las personas. Es decir, esta postura arrojó dos resultados:
2. La desacreditación del sistema de prisiones llegando a concebir que el mismo no debía existir.
→ Encarcelamiento masivo
Nada Funciona
→ Prescindencia del sistema de prisiones
Pese a ello, en 1979 sucedieron dos hitos importantes: por un lado Martinson publicó una retrac-
tación de su artículo de 1974,4 y, por otro, los psicólogos canadienses Paul Gendreau y Robert
Ross publicaron el artículo “Tratamiento correccional efectivo”5.(Gendreau – Ross 1979) El
trabajo de estos autores puede sintetizarse en tres puntos:
3. Este autor norteamericano arribó a la conclusión de que en el ámbito reclusorio todo está mal, nada sirve, los tratamientos carcelarios no
conducen a nada, que el hecho de tener a un individuo privado de la libertad tampoco aporta algo positivo. Sin embargo dicha afirmación
llevó a un incremento de la pena de muerte en varios distritos de los Estados Unidos. ¿Para qué gastar en tratamientos? Visto así, concluyeron
algunos, sería mejor encerrar a la persona en la prisión y tirar la llave sin hacer nada por ella. Esto llevó casi de inmediato al criminólogo Mar-
tinson a admitir que se había precipitado, que había cosas que efectivamente no funcionaban, otras que no funcionaban tan mal, las había
que podían mejorarse y funcionar bien, y que pese a todo habría que mantener los tratamientos (MARTINSON, Robert, –California Research
at the Crossroads, en MARTINSON, Robert; PALMER, Ted, y ADAMS, Stuart, Rehabilitation, Recidivism and Research, pp. 63-74. También, MAR-
TINSON, Robert, –Evaluation in Crisis —a Postscriptll, en idem, pp. 93-96.)
4. MARTINSON, Robert, “New Findings, New Views: A note caution regarding sentencing reform”, Hofstra Law Review, vol. 7, n° 2 (1979), pp.
243-258.
5. GENDREAU, Paul y ROSS, Robert, “Effective Correctional Treatment: Bibliotherapy for Cynics”, Crime & Delinquency, vol. 25, n°4 (1979), pp.
463-489. El trabajo de Gendreau y Ross consistió en evaluar 95 estudios sobre la efectividad de programas de tratamiento publicados entre
los años 1973 y 1978 (Posteriormente, en 1987, publicarían un segundo trabajo donde evaluaron 120 estudios publicados entre 1981 y 1987).
Lo fundamental de estos trabajos no sólo está en que nuevamente se refutarían las conclusiones de Martinson, sino que presentarían tres
descubrimientos que sentarían las bases del desarrollo de los programas de tratamiento durante los años ’80, y que, en definitiva, tendrían un
impacto en el renacimiento de la rehabilitación durante la década siguiente.
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
1. Descubrieron que gran parte de los fracasos de algunos programas se relacionaba con la falta
de integridad terapéutica. En términos sencillos, algunos simplemente estaban mal diseñados o
bien, estando adecuadamente diseñados de acuerdo a la literatura académica, en la práctica se
alejaban de dichos estándares;
2. Los programas que más efectividad demostraron eran aquellos que estaban basados en la
intervención de la conducta de los infractores mediante intervenciones cognitivo-conductuales.
Esto era especialmente llamativo, dado que este tipo de programas había quedado fuera del
análisis de Martinson.
3. Recalcaron la importancia de reconocer las diferencias entre los distintos infractores, sea por
el tipo de delito cometido, como también por el nivel de riesgo de reincidencia.
En otras palabras, hicieron ver que las intervenciones deberían efectuarse considerando al infrac-
tor como individuo y no estandarizadas para todos los infractores de la ley por igual. (Gendreau
– Ross 1987). Se iniciaba la contraofensiva para volver a concebir el valor de la rehabilitación.
b. Reconstruyendo la rehabilitación
Frente a la inacción de la criminología crítica la investigación continuó su rumbo proveyendo
conocimientos aplicados al Estado, lo cual derivó, entre otras cosas, en la transformación del
sistema penitenciario y sus componentes. El análisis e investigaciones incidieron en la eficiencia
y eficacia sobre la gestión penitenciaria permitiendo generar alternativas a la prisión y adminis-
trar de esta adecuadamente los recursos económicos.
La rehabilitación pudo reconstruirse a partir de los años ‘80 y ‘90 gracias al surgimiento de evi-
dencia sobre aquello que realmente estaba dando resultado a la hora de reducir la reincidencia.
De esta manera, se empezaron a realizar revisiones sistemáticas, incluyendo factores implicados
en los programas de tratamiento (diversidad de tipo de delitos, heterogeneidad de tipologías de
los sujetos, los diferentes contextos en los cuales se desarrollaban), y se empezó a sistematizar
el análisis de las intervenciones.
Durante la década de 1980 el sistema penal anglosajón pudo atestiguar la aparición de una nueva
tecnología en materia de predicción y tratamiento de infractores de ley: el Paradigma de Riesgo.
Poco a poco las legislaciones de países como Canadá, Inglaterra, Noruega, Suecia, Australia y
Nueva Zelanda entre otros, fueron integrando este paradigma a sus sistemas penales, transfor-
mando radicalmente tanto el manejo como la gestión de los infractores de la ley. Sin embargo,
quienes han liderado esta pequeña “revolución” no han sido juristas ni sociólogos, sino profe-
sionales vinculados con la reinserción de los condenados: psicólogos, psiquiatras y trabajadores
sociales. Por otro lado, el “éxito” de esta tecnología ha llegado a tal punto que ha comenzado a
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
De esta manera, la medición del impacto de los programas, conjuntamente con la aplicación de
técnicas de meta-análisis para la investigación e integración de la información relativa a distin-
tos sectores de estudios, arrojaba nuevos resultados. Así se pudo saber cuáles eran los modelos
criminológicos más efectivos en el tratamiento, las características personales de los individuos
que se vieron favorecidos por determinadas intervenciones, los contextos más útiles para la apli-
cación de diversas técnicas y, por sobre todas las cosas, encarar una nueva forma en la reducción
de la reincidencia mediante el tratamiento.
En este sentido, Anne Garret analizó, en 1985, 111 programas destinados a jóvenes infractores,
donde se pudo observar un promedio de 18% de mejora en las personas tratadas.
Los psicólogos Donald Andrews y James Bonta comenzaron a desarrollar los que han sido lla-
mados principios de la intervención correccional efectiva, basado en los principios de Riesgo,
Necesidad y Responsividad. En palabras de los autores, significan:
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Para los años ‘90 se había vuelto a producir un cambio en el debate político criminal anglosajón:
la rehabilitación volvía a tomar fuerza para demostrar que sí funcionaba. Ahora el desafío era
demostrar a la opinión pública no sólo que existían resultados empíricamente validados, sino
que también se debía determinar qué era exactamente lo que funcionaba.
En 1994 aparece The psychology of criminal conduct , obra donde Andrews y Bonta, tras revisar
diferentes investigaciones sobre factores de riesgo y eficacia de los tratamientos en el ámbito
penitenciario y delictivo, concluyeron que existían ocho (8) grandes factores de riesgo directa-
mente relacionados con la conducta delictiva, los cuales mostraban como los mejores predicto-
res de la reincidencia. Estos son:
2. Las redes o vínculos antisociales (relaciones cercanas con otros delincuentes y aisla-
miento respecto a personas pro-sociales, así como reforzamiento social inmediato de la
conducta delictiva).
5. El ámbito familiar (baja satisfacción marital o de pareja y/o mala calidad de las relaciones
con los padres y otros familiares cercanos).
En definitiva, el modelo se funda en dos premisas básicas. La primera sostiene que el compor-
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
tamiento delictivo puede predecirse. La segunda, que la intervención que se realiza sobre deter-
minado infractor debe ser acorde con el nivel de riesgo que esté presente en él.
Ahora bien, volviendo a los factores de riesgo, los autores canadienses los dividieron en está-
ticos y dinámicos. Los primeros son aquellos que forman parte del pasado del individuo o que
por su propia naturaleza no pueden modificarse, como por ejemplo el historial delictivo. Los
segundos, en cambio, son aquellos susceptibles de cambio a través de la intervención o la expe-
riencia (como por ejemplo las cogniciones antisociales), por lo que también son conocidos como
necesidades criminógenas una vez que pasan a ser tratadas en el plan de sentencia.
Es decir que los factores de riesgo dinámicos pueden ser definidos como aquellos atributos diná-
micos de los infractores y sus circunstancias que, cuando se modifican, se asocian con cambios
en las posibilidades de reducción de la reincidencia.
Por lo tanto, una detección eficaz de los factores de riesgo es imprescindible para la interven-
ción, el nivel en el cual se llevará a cabo y el diseño de los programas de tratamiento, a los fines
de transformarlos en necesidades criminogénicas.
Según el marco de RNR, la rehabilitación eficaz de los ofensores requiere la clasificación pre-
cisa del nivel de riesgo y necesidades criminogénicas de la persona. La identificación precisa
de los factores de riesgo y la intervención adecuada de estas necesidades permitirán a los pro-
fesionales tomar decisiones fundadas acerca de los niveles de supervisión, así como el grado de
intensidad de las intervenciones inmersas en el plan de sentencia.
El marco del modelo de RNR se sustenta en las perspectivas teóricas de personalidad y apren-
dizaje social cognitivo (GPCSL), que postula que la conducta delictiva de los individuos está
fuertemente influenciada por variables de cognición antisocial, comportamiento antisocial pasa-
do y patrones de personalidad antisocial.
De este modo, la intensidad de la intervención debe coincidir con el nivel de riesgo que el infrac-
tor presenta. Además, debe dirigirse a las necesidades criminogénicas que están funcionalmente
relacionadas con la conducta delictiva y el estilo y modo de intervención deben coincidir con las
habilidades y el estilo de aprendizaje que tiene la persona.
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
quedar en libertad, ya no represente un riesgo para la sociedad. Es por ello que el modelo puede
ser separado en dos fases: la primera será destinada a la evaluación de riesgos (Assessment) y la
segunda estará orientada a la gestión (Management) del riesgo.
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
tores; esto implica una nueva forma de evaluar y gestionar los diferentes casos que se presentan.
La cantidad de métodos de actuación que ofrece a los profesionales debe adaptarse a la comple-
jidad de las problemáticas de los detenidos. De este modo aparece la necesidad de garantizar una
duración y una intensidad suficiente de los programas, conjuntamente con un ambiente adaptado
y el apoyo de un equipo pluridisciplinar. Por último, entre los programas de reinserción pue-
den distinguirse actuaciones en la cárcel, programas diseñados específicamente para la fase de
transición, y otros integrados – es decir - que comienzan en la prisión y continúan fuera de ella.
Resulta claro que ya no sólo se debe pensar en la reducción de la reincidencia sino que debe
plantearse la idea de la reintegración mediante el desistimiento, entendiendo a este como el cese
de la actividad delictiva y la posterior abstención de delinquir. De esta manera, el proceso de
desistimiento deriva en la integración social de la persona.
Para explicar el desistimiento resulta necesario comprender el entramado que existe entre todos
los mecanismos de reacción social frente al delito. Los modelos desarrollados en Europa y Ca-
nadá se sustentan en los principios de gestión y de reducción de los riesgos de reincidencia. Ello
implica que después de la evaluación, debería establecerse un plan que defina, entre otras cosas,
los objetivos de cambio y determine las actuaciones que haya que llevar a cabo —así como el
nivel de seguridad del centro en el que se cumplirá la condena—. Por último, debería elaborarse
un proceso de seguimiento en el centro, y en casos de avances modificar el alojamiento en fun-
ción de los progresos que se vayan presentando.
Intentar conceptualizar el desistimiento no resulta algo sencillo. Como no podemos saber el
momento preciso en el cual un comportamiento cesa de manera permanente, cada vez más in-
vestigadores han optado por conceptualizar el estudio del desistimiento como un proceso (ver,
por ejemplo, Bottoms et al., 2004; Maruna, 2001; Farrall, 2002; Laub and Sampson, 2003). De
manera más específica, es posible conceptuar el desistimiento como un proceso del desarrollo
humano que involucra alejarse del delito y avanzar hacia el cumplimiento de la ley y las normas
sociales. Maruna y Farrall (2004) han esbozado una importante distinción entre el desistimiento
primario y el desistimiento secundario. El primero se refiere meramente al cambio en el compor-
tamiento del sujeto, el segundo, en cambio, implica un cambio en la identidad que se relaciona
con el primer proceso.6
Por su parte, McNeill sostiene que parece tener sentido desarrollar un concepto de desistimiento
terciario, referido no solo a las transformaciones en el comportamiento o en la identidad sino
también a los cambios en el sentimiento que una persona tiene de pertenecer y ser aceptado por
6. Estos autores sugieren que esta transformación en la identidad, y la autopercepción, son relevantes a la hora de generar cambios conduc-
tuales permanentes, en contraposición a meras pausas en la carrera delictiva del individuo. Si bien la relevancia de esta distinción ha sido
objetada por algunos (por ejemplo Bottoms, et al., 2004), es esperable que el desistimiento secundario, y con ello el compromiso autentico
del cumplimiento de la ley, sea relevante para aquellas personas que han estado muy involucradas en la delincuencia. Resulta necesario que
necesiten alejarse de esas “identidades deterioradas” (spoiled identities) para poder asegurar el cambio.
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
parte de una comunidad moral (Kirkwood y McNeill, 2015). La evidencia obtenida (Laub and
Sampson 2003; Bottoms and Shapland 2011; Weaver 2013, Weaver 2015), sostiene que si la
identidad se construye y negocia socialmente, un cambio a largo plazo depende no sólo de como
una persona se concibe a sí mismo, sino que también en cómo esta es percibida por los demás,
y en cómo uno percibe el lugar de uno mismo en la sociedad.
Dicho de otra manera, el desistimiento no es solo un proceso personal, sino también político y
social. (McNeill 2016)
Las intervenciones tendientes a la integración social pueden tener lugar en diversas etapas
del proceso de la justicia penal e incluso cuando los infractores son derivados a los servicios
de prisiones y/o a programas alternativos como aquellos que implican sanciones con base
en la comunidad.
Las sanciones basadas en la comunidad resultan una manera más eficaz para apoyar la integra-
ción social, porque evitan los efectos de la prisionalización, al no excluir a los infractores de la
sociedad y al no colocarlos en una situación en la que eventualmente se vea dificultado en todo
o en parte el proceso de desistimiento. Curiosamente, existe evidencia empírica respecto de que
“hacer el bien” es importante para varias personas que desisten del delito.
De cierta manera, la importancia de este cuerpo de evidencia referido a la necesidad humana de
realizar contribuciones positivas nos da pistas en el sentido de hacer algo bueno con ese pasado
dañado o dañino.
No obstante esto, se debe entender que las penas a cumplir en el medio libre siguen siendo san-
ciones, y por tanto, deben ser entendidas tanto por el infractor como por la comunidad, como
una forma de sanción, pese a que en la práctica incorporen dimensiones de reparación y reha-
bilitación. Así las cosas, los conceptos de rehabilitación y reintegración no se presentan como
antecedentes y consecuentes sino como factores que actúan de manera sinérgica.
A medida que los infractores realizan las tareas comunitarias asignadas, pueden reconstruir el
tan necesario capital social. La sanción es particularmente apropiada para permitir que recu-
peren su estatus dentro de su propia comunidad y para demostrar su intención de cambiar su
conducta. En algunos casos, esto es todo lo que se necesita para que un infractor se reintegre en
su comunidad. Intervenir en la sociedad es algo más que realizar unas horas de prestación en
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
beneficio de la comunidad, sino que significa disponer de un auto concepto pro-social, a los fines
de lograr el abandono de la conducta delictiva.
Asimismo, el acompañamiento de la persona una vez que recupera la libertad debido al cum-
plimiento de la pena temporal o de la sentencia basada en la comunidad, constituye una pieza
fundamental, no sólo en la reducción de la reincidencia sino a los fines de fortalecer y afianzar el
desistimiento del delito, logrando la reintegración y garantizándose así la seguridad pública. Los
organismos de libertad condicional tienen por objeto “reducir la re-delincuencia estableciendo
relaciones positivas con los delincuentes para supervisar (incluyendo el control cuando sea ne-
cesario), guiarles, asistirles y promover una eficiente integración”.
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El personal judicial en materia penal debe ser capacitado en lo referente al modelo de riesgo y
los aspectos que hacen a la reintegración.
Los profesionales de los servicios de prisiones deben ser puestos en conocimiento y gestionar
adecuadamente los casos para lograr la rehabilitación e ir allanando las posibilidades, en la me-
dida en que el caso lo permita, para el proceso de integración en el medio libre.
La práctica basada en los postulados del desistimiento adapta la intervención para cubrir las
necesidades criminogénicas, reduciendo el riesgo de reincidencia y especialmente buscando
desarrollar y aprovechar las fortalezas. Pero debe tenerse en cuenta que el éxito de esta práctica
radica en su subordinación a una concepción más amplia: cómo lograr, sobre una base indivi-
dual, la mejor forma de instalar y sostener el proceso de desistimiento. Esto requeriría que se
actúe incentivando el capital social, además de proveer el tratamiento.
En lugar de referirse al manejo técnico de los programas y el manejo disciplinario de las órde-
nes, las formas de compromiso requeridas por el paradigma restablecerían y colocarían en alto
nivel la colaboración y el compromiso con el proceso de diseño conjunto de intervenciones.
Finalmente, la comunidad en su conjunto debe ser informada de manera precisa, con el fin de
que se comprenda la importancia de su participación a la hora de brindar nuevas oportunidades,
por supuesto acompañadas de sus correspondientes obligaciones, mediante la transmisión de
aquellos valores socialmente aceptados. En este sentido la comunidad debe asumir un papel ac-
tivo en respuesta al delito y a los conflictos; al hacerlo, se fortalecen la capacidad de solucionar
problemas, de control social informal y de cohesión social de la comunidad.
Mediante este tipo de intervenciones se pretende, por encima de todo, acelerar el proceso natural
del desistimiento mediante la creación de nuevas conexiones que construyen el capital humano
en los infractores y el capital social en las comunidades donde éstos hayan de integrarse. El re-
sultado final es el cambio del individuo mediante la asunción de una nueva identidad, pasando
de verse como un ‘infractor’ a una persona pro-social.
De esta manera, se plantea un desafío hacia todo el sistema punitivo, brindando una nueva pers-
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pectiva acerca de las prácticas sobre la gestión de los infractores y promoviendo la participación
activa de la comunidad, toda vez que, de acuerdo con la evidencia reseñada en el presente ar-
tículo, la responsabilidad individual y el esfuerzo por cambiar pueden facilitarse mediante una
política de integración y fomento del capital social.
V. Aplicación del Marco de Riesgo y desistimiento dentro del Servicio Penitenciario Federal.
Uno de los elementos centrales sobre los que se basa una adecuada política penitenciaria, según
los ejes teóricos que sustentan el modelo de gestión establecido es la existencia de sistemas
basados en la clasificación de riesgos y necesidades.
Desde el año 2014 se ha comenzado con la puesta en práctica de distintos dispositivos tendientes
a la implementación de una metodología de gestión basada en el marco teórico aquí descripto.
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De esta manera podemos señalar que de conformidad con los postulados propuestos se han im-
plementado las siguientes acciones a lo largo de este tiempo:
7. Boletín Público Normativo AÑO 25 Nro. 666 Buenos Aires, 8 de febrero de 2018.- Categorización de los Establecimientos Penitenciarios.
En consonancia con esto puede observarse el Programa de gestión de internos de alto riesgo (BPN Nº 620/2017). A través de su ejecución se
tiende a minimizar eventuales conflictos que puedan dañar a terceros, las instalaciones, el adecuado gerenciamiento del establecimiento y la
seguridad pública.
8. Respecto de la categorización ver: Corte Interamericana de Derechos Humanos – Caso de las Penitenciarias de Mendoza - Resolución de
fecha 26 de noviembre de 2010- Medidas Provisionales Respecto de la República De Argentina “En cuanto a las condiciones mínimas de
detención, es importante recordar que es un principio que el Estado debe mantener instalaciones adecuadas, la separación de los internos
en categorías”
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se aspira a que los alojamientos sean asignados conforme la determinación de los factores de
riesgo y necesidades criminogénicas existiendo para ello distinto tipos de prisiones, lo cual per-
mite un alojamiento adecuado conforme las particularidades y necesidades conjuntamente con
su historial delictivo, la duración de la condena, el tipo de delito, intentos anteriores de evasión/
fuga, como así también su evolución o no dentro del plan de sentencia.
Cuando nos referimos al plan de sentencia estamos haciendo mención no sólo al tratamiento
individualizado sino al conjunto de herramientas, dispositivos, programas, estrategias, metodo-
logías, etc.; que basados en la evidencia empírica nos permita lograr una adecuada intervención
de la persona dentro del sistema penitenciario a los fines de lograr una efectiva integración de
la persona al medio libre.
La identificación de los internos que presentan un mayor riesgo de reincidencia delictiva, permi-
tirá maximizar la eficacia del Plan de sentencia y de los programas dirigidos a una integración
social efectiva, gestionándose eficientemente los recursos con los que cuenta el sistema.
4. Modelo de desistimiento: Por último, pero no por ello menos importante, en el marco de la
aplicación del Modelo de Desistimiento, se ha comenzado con la realización de talleres tendien-
tes al abordaje de factores protectores, para aquellos internos que se encuentran en periodo de
prueba. El objetivo central de los talleres consistirá en que el interno que se encuentre transitan-
do el Periodo de Prueba10 logre consolidar los conceptos ya trabajados mediante los diferentes
programas de tratamiento a través de las fases de la Progresividad del Régimen abordando cada
temática mediante el trabajo y desarrollo de Factores Protectores.
9. Cfr. National Offender Management Service (NOMS) – Prision Service Instruction (PSI) 41 - Sentence Plan.
10. AÑO 25 Nro. 667 Buenos Aires, 8 de febrero de 2018.- Lineamientos conceptuales propuestos por el modelo de desistimiento al abordaje
integral de las personas privadas de su libertad alojadas en establecimientos penitenciarios federales.
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
En el siguiente cuadro se pueden observar los dispositivos de intervención en torno a los facto-
res de protección con sus correspondientes factores de riesgo.
VI. Conclusión.
A través de este artículo nos propusimos demostrar que no existe una incompatibilidad en la
aplicación de los modelos de Riesgo –Necesidad y Resposividad y de Desisitimiento. Muy por
el contrario, lejos de ser opuestos, consideramos que los mismos pueden complementarse de una
manera más que significativa a la hora de llevar adelante la actividad penitenciaria.
De esta forma, no se trata solamente de identificar los riesgos, muy por el contrario conjunta-
mente con ello corresponde abordar los mismos, mediante el adecuado tratamiento de las nece-
sidades criminogénicas de forma que estas puedan ser complementadas con aquellas fortalezas
que pueda presentar el individuo.
En otras palabras no se trata únicamente de gestionar riesgos es hora de mirar más allá de la
reinserción social y tener en presentes las particularidades que se puedan dar en cada uno de los
11. Cfr. Service correctionnel Canada - Services Correctionnels Rentables - disponible en http://www.csc-scc.gc.ca/recherche/005008-rr14-
1-fra.shtml
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
casos. En este sentido, podemos ver que el sistema penitenciario del siglo XXI puede lograr,
cuando se propone, ayudar a reparar la ruptura de las relaciones en lugar de ocuparse de la rup-
tura de las personas. En otras palabras podemos decir que cuando el sistema penitenciario se lo
propone, puede influir de forma significativa a mejorar a las personas cambiando su calidad de
vida. Podemos decir así que resulta posible cambiar vidas
Bibliografía citada
ANDREWS, D. A. Y BONTA, J. (1994). The psychology of criminal conduct (1ª ed.). Cincin-
nati (ohio): Anderson.
Becker Gary S, “Crime and Punishment: An Economic Approach,” Journal of Political Eco-
nomy 76, no. 2 (Mar. - Apr., 1968): 169-217
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adult recidivists’, in S. Farrall, M. Hough, S. Maruna and R. Sparks (eds.), Escape Routes: Con-
temporary Perspectives on Life after Punishment, London: Routledge.
GENDREAU, Paul y ROSS, Robert, “Effective Correctional Treatment: Bibliotherapy for Cy-
nics”, Crime & Delinquency, vol. 25, n°4 (1979), pp. 463-489.
FARRALL, S. (2002) Rethinking What Works with Offenders: Probation, Social Context and
Desistance from Crime. Cullompton: Willan Publishing
HOLLIN, C.R. (2001) To treat of not to treat ? A historical perspective. In CR Hollin (Ed) Han-
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LAUB, J. AND SAMPSON, R. (2003) Shared Beginnings, Divergent Lives: Delinquent Boys
to Age Seventy. Cambridge, MA: Harvard University Press
53
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
MARTINSON, Robert, “New Findings, New Views: A note caution regarding sentencing re-
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WEAVER, B. (2013) The Story of the Del: From Delinquency to Desistance. PhD Thesis, Glas-
gow: University of Strathclyde
54
Capítulo III
Desempeño moral
Evaluación comparativa de la percepción de la
calidad de vida en dos establecimientos penitenciarios
Complejo Penitenciario Federal III y
Complejo Penitenciario Federal V
Introducción general
Luego de la prueba piloto realizada en el año 2016 en el Complejo Penitenciario Federal I -Uni-
dades residenciales 3 y 5- y en la Unidad 31 publicada en la segunda edición de la Revista de
Criminología del SPF1, volvemos a presentar un estudio de desempeño moral, en esta ocasión
respecto del Complejo Penitenciario Federal III ubicado en la localidad de Güemes, Salta y el
Complejo Penitenciario Federal V de Neuquén.
El concepto de desempeño moral fue construido por la profesora Alison Liebling a partir de un
conjunto de investigaciones desarrolladas con el Centro de Investigación de Prisiones de la Uni-
versidad de Cambridge (Reino Unido) en las que se intentaba comprender la complejidad del
mundo carcelario a partir del rol de los valores y la calidad de vida en un contexto de encierro.
“La infraestructura importa mucho: es poco probable que cárceles groseramente sobrepobladas, en ruinas y sin recursos sean
experimentadas por los internos de manera positiva (donde las condiciones están por debajo del umbral de la decencia básica,
la experiencia del interno sí está determinada por tales factores). Pero a menudo ocurren disturbios en cárceles recientemente
abiertas, con alojamiento e instalaciones de alta calidad; y algunas prisiones que son físicamente bastante decrépitas muestran
niveles comparativamente altos de bienestar para los internos, debido a las relaciones positivas con el personal. Como el trabajo
de Liebling ha demostrado, esto es porque la forma en que se aplica un régimen importa tanto como su esencia”.2
1. “Midiendo la calidad de vida en tres establecimientos del Servicio Penitenciario Federal” en SPF, Revista de Criminología. Número II – Año
2016. http://www.spf.gob.ar/drive/repo/general/Revista_de_Criminología_2016.pdf
2. Crewe, B. (2015). “Inside the Belly of the Penal Beast: Understanding the Experience of Imprisonment.” International Journal For Crime,
Justice And Social Democracy, 4(1), 50-65 (traducción propia).
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Así planteado, el estudio funciona como una herramienta de evaluación de los establecimientos
penitenciarios para conocer aspectos que no resultan fácilmente identificables de la experiencia
de encierro. Puntajes bajos en el indicador expresarán climas de “alta tensión emocional” y
angustia en las unidades, donde la pena transcurre con altos niveles de padecimiento emocional
y psíquico para los internos. Análisis estadísticos en el Reino Unido han detectado niveles de
correlación entre indicadores de “desempeño moral” y tasas de suicido dentro de las unidades.3
A través de este estudio, se intenta conocer con mayor profundidad ciertos aspectos de la coti-
dianeidad de la vida de los internos y el personal dentro de las cárceles de máxima seguridad,
con el objetivo de mejorar la efectividad, la eficacia y la calidad de la toma de decisiones res-
pecto a las condiciones de vida intramuros. Al identificar problemáticas específicas se puede
actuar en forma preventiva, evitando la intensificación de padecimientos y atendiendo a tiempo
situaciones que pueden llevar a escaladas de violencia o auto agresiones. El cuestionario estan-
darizado permite además cumplir otro objetivo de gran importancia que es trazar comparaciones
entre distintas unidades.
Desde el SPF se pondrá en marcha en el año 2018 una disposición oficial que indica realizar este
estudio en todas las cárceles federales del país. Los resultados pueden ayudar a realizar diag-
nósticos sobre el estado de situación de las unidades y lograr intervenir en forma preventiva en
unidades donde se vislumbren problemáticas específicas.
El cuestionario está organizado en dos partes. En primer lugar, una sección que refiere a varia-
bles demográficas, tales como edad, tiempo de condena y situación procesal, entre otras.
Para evaluar el nivel de acuerdo con cada ítem, se utilizó una escala de Likert con el objetivo
de construir un índice numérico para cada dimensión y poder comparar entre los distintos mó-
dulos y las dimensiones, entre sí.4 Una vez obtenidos los puntajes de cada ítem, se agrupan por
3. Ver: Liebling, A (2011) “Moral performance, inhuman and degrading treatment, and prison pain”, Punishment and Society, 13(5): 530-550.
4. Para cada ítem del cuestionario (por ejemplo, “estoy siendo tratado con respeto por los agentes”) existen cinco opciones de respuesta que
variaban en relación al nivel de acuerdo: 5) muy de acuerdo, 4) algo de acuerdo, 3) ni en acuerdo ni en desacuerdo, 2) poco de acuerdo y 1)
nada de acuerdo. A cada una de estas opciones le corresponde un número del 5 al 1, de mayor a menor que luego fue utilizado para construir
los promedios de cada interno en cada ítem y cada dimensión. Una media superior a 3 representa una percepción positiva de la dimensión y
menor a 3 una percepción negativa. Para la construcción de las escalas, aquellos ítems que fueron redactados en forma negativa fueron luego
invertidos para poder calcular los promedios en la misma dirección.
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
El método utilizado para completar los cuestionarios fue auto-administrado, entregando los for-
mularios a cada interno para que fueran completados por ellos. Personal del Instituto de Crimi-
nología de Dirección Nacional (que no mantiene relación periódica con los internos) se encargó
de organizar el operativo de campo y despejar dudas respecto a la comprensión y al modo de
completar el formulario.
La particularidad de realizar una encuesta intramuros sobre calidad de vida focalizada en las
relaciones entre los internos y el personal, desde el propio Servicio Penitenciario Federal, pue-
de condicionar en parte las respuestas de los/as internos/as. Limitante que se intenta superar a
través de diversos factores tales como: no pedir datos personales en los formularios, completar
la encuesta en forma auto-administrada e individual, la coordinación de la toma de la encuesta
por parte de personal de criminología que no trabaja en la unidad, la utilización de tamaños de
muestras grandes y la selección de internos provenientes de diversos pabellones que componen
la unidad. Es notable destacar que en la prueba piloto realizada en el 2016 en el CPF I, las dife-
rencias encontradas en la percepción de calidad de vida entre dos módulos reafirmó la hipótesis
previa que sosteníamos, demostrando diferencias estadísticamente significativas. Ello nos llevó
a concluir que el instrumento de medición es confiable y se pueden obtener resultados válidos
si se te toman las precauciones necesarias para desarrollar el estudio en este particular contexto.
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Todos cuentan con alojamiento independiente en celdas individuales, salón de usos múltiples,
área de deportes, aulas de estudio, biblioteca y sector para talleres industriales de aprendizaje
de oficios. Además posee un jardín maternal, fuera del edificio principal, donde conviven las
internas que son acompañadas por sus hijos de hasta 4 años.
A tal fin, la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal conformó un equipo inter-
disciplinario especializado en la asistencia de estas personas privadas de libertad en particular.
Siguiendo este criterio, se elaboró un “Programa de tratamiento para Ofensores Sexuales”
(POS) cimentado en un modelo de intervención psicosocial desde un enfoque cognitivo con-
ductual, que asiste en términos de tratamiento a las personas condenadas por la comisión de
este tipo de delito.
Establecimiento N
CPF III – Masculino (6 pabellones: 2a, 2b, 3a, 3b, 4a, 4b) 123
CPF III – Masculino Jóvenes Adultos (1 pabellón) 12
CPF III – CRD (1 pabellón) 12
CPF III – Femenino (6 pabellones 2a, 2b, 3a, 3b, 4a, 4b) 132
CPF V (6 pabellones: a1, a2, b1, b2, c1, c2) 137
Total encuestas 416
Tanto para el CPF III y el CPF V se seleccionó una muestra de internos provenientes de diversos
pabellones, en forma aleatoria y garantizando el anonimato en las respuestas. La encuesta fue
voluntaria, por lo tanto algunos internos seleccionados eligieron no completar el formulario.
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Dimensiones relacionales
• Respeto
• Humanidad
• Relación agente-internos
• Confianza
• Apoyo
Respeto
Interno, CRD “Donde estoy yo es una casa, donde vivimos 8 personas, y se respetan todas las
normas. Hay que aprovechar la oportunidad que a uno le dan”
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De acuerdo con la Real Academia Española, el respeto está relacionado entre otras cosas con “la
consideración, la deferencia y el acatamiento hacia alguien o algo”. En términos interpersonales,
el respeto es el primer paso en la construcción de una relación social que pretenda desarrollarse
a partir del consenso mutuo y que no implique daños/abusos sobre alguno de los actores invo-
lucrados. En todos los ámbitos de la vida en el medio libre, uno espera que exista respeto en las
interacciones sociales, ya sea en el trabajo, entre amistades, o en cualquier interacción casual
con otras personas en la cotidianeidad.
En este sentido, nos encontramos frente a una condición de poder explícitamente asimétrica
dentro de la cárcel, donde los internos deben obedecer un código de disciplina y reglamentos
específicos en su rutina, que serán controlados por personal penitenciario habilitado por la ley
a aplicar sanciones en caso de observar faltas e infracciones.5 Este precepto implica que las
dimensiones morales tomen un sentido distinto al de la vida en el medio libre, y surge la pre-
gunta por la legitimidad del poder, en qué medida existen grados de legitimidad en contextos
de encierro y, en este sentido, cuánto hay –si es que existe algo- de autoridad legítima y cuanto
de mera coerción.6
La importancia del respeto dentro de las unidades fue mencionada en las entrevistas y conversa-
ciones informales con el personal y los internos, así como en algunas respuestas a las preguntas
abiertas finales del cuestionario, que buscaban conocer sugerencias y aspectos positivos y nega-
tivos dentro de la unidad.7
Los siguientes seis ítems buscaron conocer como se vive el “respeto”, a partir de lo que los in-
ternos comprenden como tal, en las diferentes unidades analizadas.
5. Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad (24.660). Capítulo IV “DISCIPLINA”: Art. 79: El interno está obligado a acatar las normas
de conducta (…). Art. 80 El orden y la disciplina se mantendrán con decisión y firmeza. Art. 83: En ningún caso el interno podrá desempeñar
tareas a las que vaya unido el ejercicio de una potestad disciplinaria.”, entre otras.
6. Para un debate más extenso sobre esta cuestión ver Sykes, G. (1958). La sociedad de los cautivos. Ed. Siglo XXI, 2017.
7. Al pedir que se mencionen tres aspectos positivos/negativos de la unidad surgieron: “Respeto al prójimo y desarrollo del quehacer diario”
“el respeto de internos y la policía”, “el respeto hacia los demás”, “no recibir respeto de la autoridad”, “el respeto con el que soy tratado”, “el
respeto de toda la autoridad”, “que te tratan con respeto los agentes”, “el respeto del personal hacia mi y yo hacia ellos”, “respetar a los demás
y que me respeten”, “sentirme capaz de ser respetada”. Del espacio para sugerencias: “Tendría que ser más respetuosa la gente que trabaja en
esta unidad. Uno se gana el respeto con respeto y en esta unidad hay poco respeto”, “los agentes penitenciarios requisan, celadoras no tratan
las internas con respeto e igualdad”.
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
% de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “respeto”.
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Estoy siendo tratado con respeto por los agentes 50,0 41,7 70,5 64,4 74,3
2. Los agentes se dirigen a mí y me hablan en forma respetuosa 41,7 16,7 71,2 64,6 76,5
3. En esta unidad tratan a los internos con respeto 25,0 16,7 58,2 45,5 65,4
4. Los agentes le discuten todo a los internos acá* 66,7 41,7 26,2 31.3 30,3
5. Los agentes te hablan de igual a igual en esta cárcel 25,0 33,3 47,5 35,1 52,3
6. La forma de vida en esta cárcel me lleva a tratar a los demás 66,7 75,0 80,5 61,8 70,7
con respeto
Media 2,8 2,7 3,7 3,4 3,7
Fiabilidad de la escala ,734 ,555 ,775 ,774 ,754
Tabla 1.1 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala
Separamos el análisis entre las tres unidades grandes y los pabellones CRD y Jóvenes Adultos
por dos motivos. En primer lugar, tanto el CPF III como el CPF V albergan poblaciones mayores
a 200 internos cada una. En el presente estudio se seleccionaron muestras por encima de los/as
100 internos/as por unidad, siendo un número suficiente para que el porcentaje no se vea altera-
do por la opinión de un número reducido de internos/as. A lo largo del estudio veremos que las
tres unidades comparten, en términos generales, resultados relativamente similares en niveles de
acuerdo con las distintas frases.
En cuanto a los módulos CRD y Jóvenes Adultos, ambos módulos funcionan como “módulos
independientes” dentro del CPF III NOA y tienen un régimen particular. El CRD alberga 12
internos y está enfocado en el tratamiento para la recuperación de la adicción a las drogas. El
caso de jóvenes adultos alberga 12 internos entre 18 y 21 años en un pabellón específico con
programas de tratamiento y actividades dedicadas a esta población.
A lo largo del estudio veremos que la población alojada en estos módulos experimenta una menor
calidad de vida que en las otras unidades. Es importante notar también que la fiabilidad de cada
escala, que expresa el nivel de coherencia interna esperada en las respuestas brindadas, es la más re-
ducida para ambas unidades. En parte esto es consecuencia de trabajar con poca cantidad de casos,
donde el resultado general es muy sensible a la respuesta de cada interno.
Al igual que en el estudio del 2016, la percepción del respeto a nivel general es más negativa que
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
a nivel particular. La frase “En esta unidad tratan a los internos con respeto” tiene menor nivel de
acuerdo, especialmente entre las mujeres. Se trata de una sensación general, que puede partir de
comentarios o de haber presenciado faltas de respeto a otro/s interno/s.
En relación con el ítem “los agentes le discuten todo a los internos acá”, encontramos que en
estas tres unidades las respuestas son muy similares: tres de cada diez internos consideran que
existe esta una disposición negativa del personal hacia los internos.
La frase “Los agentes te hablan de igual a igual en esta cárcel” remite, en su sentido coloquial,
al trato digno, en el cual las personas se sienten respetadas y tratadas como iguales (como per-
sonas) por el otro. Los puntajes comparados entre las tres unidades son más bajos que para los
ítems comentados de respeto más arriba.
El ítem 6, “La forma de vida en esta cárcel me lleva a tratar a los demás con respeto” no mues-
tra “poder discriminatorio” como variable, siendo percibido básicamente del mismo modo por
los internos de las diferentes unidades, con lo cual es posible que el significado no sea tan claro
como las otras frases.
Al ser comparado con el estudio realizado en 2016 en el CPF I, los resultados de la unidad de
mujeres no se encuentran alejados de los del Módulo 3, caracterizado por alojar internos de alta
conflictividad y tener dinámicas relacionales y de calidad de vida muy bajas dentro del sistema.
Entre varones y mujeres en CPF III, las mujeres perciben mayores problemas en las relaciones
que las rodean y que construyen entre ellas y el personal, en este caso ligado al respeto.
A su vez, se observan números muy bajos en esta dimensión para el pabellón de Jóvenes Adultos.
Humanidad
Interno CPF III “En salud me hice un análisis de sangre hace tiempo y no me dicen cómo salió…”
Interno CPF III “Quisiera que prestaran un poco más de atención al interno (…) hay muchos
como yo que no tienen familia, soy extranjero y me tratan de menos...”
La dimensión “humanidad” se relaciona con la percepción general de sentir que uno es tratado
como una persona con derechos como cualquier otra persona del medio libre, sin distinción por
el hecho de haber cometido un delito y estar en la cárcel. La pena es la privación de libertad y
no el trato recibido, nos recuerdan constantemente las legislaciones penitenciarias, por lo que
debe evitarse que la posición del interno en la estructura de la cárcel implique un trato indigno
o inadecuado.
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “humanidad”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Los agentes acá me tratan con amabilidad 25,0 50,0 55,0 45,7 56,8
2. Soy tratado como una persona digna acá adentro 33,3 41,7 57,7 44,2 51,5
3. Parte del tratamiento que recibo en este módulo es humillante* 25,0 16,7 23,8 23,1 23,3
4. Siento que me tratan como una persona acá adentro 33,3 33,3 62,0 52,3 59,1
5. El personal ayuda a los internos a mantener contacto con sus familias 33,3 45,5 45,9 41,2 32,8
6. Siento que se preocupan por mi en esta cárcel 33,3 16,7 38,0 37,7 33,6
Media 2,8 2,8 3,3 3,1 3,2
Fiabilidad de la escala ,830 ,433 ,798 ,816 ,843
Tabla 1.2 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala
Si bien los ítems que la componen son distintos entre sí, la escala debe mostrar una coherencia
interna entre las respuestas que permita trazar un resultado general respecto a la variable que
se mide. Por ejemplo, no sería lo mismo que los internos de una misma unidad respondan en el
ítem 1 en forma extremadamente positiva y en el ítem 2 en forma negativa. Existiría un proble-
ma conceptual en la medición que se expresaría en un numero bajo en la fiabilidad de la escala.8
En este caso observamos que para las unidades con mayor cantidad de población y casos de la
muestra, las respuestas mantienen coherencia entre ellas.
En cuanto a los porcentajes de acuerdo con las frases, aproximadamente la mitad de los internos/as de
los establecimientos penitenciarios del CPF III NOA y del CPF V manifiestan sentirse tratados
dignamente dentro de los establecimientos penitenciarios, apareciendo puntuaciones menores
en las unidades de mujeres y mejores puntajes en el complejo masculino.
Tomando en cuenta las respuestas negativas9, podemos constatar la peor percepción que tienen
las internas mujeres del CPF III respecto a la dimensión “humanidad”:
65
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
En cuanto al ítem 3, refiere a la percepción de tratos humillantes e implica para los internos una
situación de alto nivel de gravedad en la relación con el personal. Los resultados nos muestran
cierta homogeneidad entre las unidades, incluso entre aquellas que mantienen percepciones muy
distintas en otras dimensiones. Aproximadamente el 20% de los internos siente que recibe tratos
humillantes de parte del personal penitenciario10.
Los porcentajes de desacuerdo con la frase también son similares para unidades que puntúan
muy distinto en otros indicadores y superan el 50% de desacuerdo para todas las unidades, con
un 20% de respuestas intermedias.
Existen ciertas similitudes en la percepción de este fenómeno, donde la CPF V presenta números
por debajo de su estándar. Posiblemente una causa que explique ésto, está relacionado con que
los internos, que en su mayoría cumplen condenas por delitos sexuales, han sido relocalizados
en esta unidad en la provincia de Neuquén, para participar de tratamientos específicos en el
marco del Programa de Ofensores Sexuales. Tanto para la población femenina del CPF III como
para el CPF V, la percepción negativa supera la positiva en este ítem; lo mismo sucede con el
ítem 6 para todas las unidades.
En cuanto a los pabellones de CRD y Jóvenes Adultos, los puntajes resultan muy bajos en com-
paración con las otras unidades evaluadas. Evidentemente existe una problemática entre los
internos y el personal en ambos pabellones. Una hipótesis a considerar es que el “módulo” don-
de funcionan estos pabellones es compartido por otros dos pabellones de 12 camas que alojan
internos de alta conflictividad. Si bien las actividades se realizan en forma diferenciada para los
internos de Jóvenes Adultos y CRD, el personal de seguridad que está a cargo del módulo es el
mismo para ambos.
Las medidas de seguridad y la correlativa distancia en el trato que existe en general con internos
más conflictivos puede verse aplicada también a los internos entre 18 y 21 años y a aquellos que
están en el pabellón de tratamiento contra las adicciones, que suele ser un pabellón considera-
do “de conducta” y que exige el seguimiento de ciertas pautas de convivencia y diálogo muy
10. Es importante señalar que este estudio refleja sensaciones y percepciones subjetivas de las personas privadas de su libertad; así, los
conceptos de amabilidad o humillación son preguntados en sentido amplio y desde un punto de vista moral y no en términos normativos o
legales-penales en particular, y las respuestas puede variar de acuerdo a la forma como experimenta cada persona esa sensación.
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
marcadas entre los propios internos. En el caso de Jóvenes Adultos, el personal penitenciario ha
manifestado informalmente que muchos internos son originarios de Buenos Aires y padecen el
desarraigo al encontrarse en dicha Unidad, lejana de la Capital.11
Observando las preguntas abiertas, las principales quejas de los internos de la unidad de Jóvenes
Adultos tiene que ver con la actuación de la requisa y con la aplicación de sanciones muy rígidas
ante cuestiones que ellos consideran que no se correspondan con tal nivel de gravedad.
Solo el 25% de los internos del CRD considera que es tratado con amabilidad por el personal
–con un 67% que declara estar en desacuerdo con la frase-, y el 70% no considera que recibe un
trato digno.
En cuanto a los jóvenes, el 75% considera que el personal no se preocupa por ellos en la cárcel
y el 60% manifiesta no sentirse tratado “como una persona”.
Los puntajes en cuanto a niveles de acuerdo con frases sobre la dimensión “humanidad” son
similares tanto para el CPF III masculino y femenino como para la Unidad 9. Sin embargo, ob-
servando los resultados negativos, podemos comprender la dispersión de los puntajes y destacar
que existe un mayor padecimiento en relación con el trato recibido por parte de las mujeres en
el CPF III.
Las puntuaciones del CRD y Jóvenes Adultos nuevamente alertan sobre dificultades en la rela-
ción que existe entre los internos y el personal en estos pabellones.
Oficial Superior CPF III “El SPF cambió mucho, en mi época de adjutor había más disciplina y
menos diálogo. Menos organismos de control, la justicia era otra cosa. Había problemas tam-
bién, pero ahora el servicio se humanizó mucho. Hay más dialogo.”
Interna CPF III “Me siento bien con celadoras más caritativas, algunas celadoras hacen dife-
rencia porque estás presa pero en general no nos sentimos rechazadas”.
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Relación Agen-
te-Internos”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Las relaciones con los agentes en este módulo son buenas 33,3 41,7 58,2 46,9 60,4
2. Personalmente tengo buenas relaciones con los agentes del módulo 41,7 25,0 59,5 55,5 67,4
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3. Los agentes de este módulo son confrontativos con los internos* 66,7 25,0 31,7 26,8 24,1
4. En este módulo hay poco diálogo con los agentes* 66,7 25,0 30,6 42,3 25,0
Media 2,7 2,9 3,4 3,2 3,5
Fiabilidad de la escala ,392 ,314 ,568 ,338 ,549
Tabla 1.3 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala
En referencia a las relaciones con el personal, nuevamente surge la diferencia entre la percep-
ción a nivel colectiva y a nivel individual de la interacción dentro del establecimiento. Para
todos los módulos salvo Jóvenes Adultos, la percepción mejora a nivel individual.
A nivel de coherencia interna de la escala, es la que mantiene puntuaciones más bajas, por lo tan-
to es conveniente interpretar los resultados ítem por ítem y no tanto a nivel de resultado general.
En el caso del CRD hay una percepción negativa de las relaciones con el personal a nivel ge-
neral, que sólo mejora, en parte, cuando se pregunta a nivel personal. Llama la atención que,
tratándose de un centro de recuperación especializado en drogadependencia, donde las relacio-
nes sociales deben jugar un rol positivo en el desarrollo del tratamiento, se perciben importantes
dificultades en el diálogo con el personal y en los niveles de confrontación.
A partir de la presente investigación, se tomaron acciones en dicho pabellón para mejorar estos
aspectos negativos.
El CPF V y el CPF III son las unidades que demuestran mejores puntajes en la relación con el
personal, mientras que en el pabellón de Jóvenes Adultos, solo 1 de cada 4 afirma tener buenas
relaciones con el personal.
Confianza
Interno CPF III “Yo vengo de una colonia penal y acá me choqué con todo, como al principio la
requisa… muy fea, no hay confianza a pesar de que tengo 10,7 periodo de prueba. Hoy en día
estamos en un pabellón muy bueno gracias a que todos estamos con conducta y hacemos las
cosas muy bien”
¿Qué quiere decir que un interno confíe en un agente y viceversa? En toda relación social que se
proponga establecer objetivos compartidos ya sea afectivos o instrumentales, existe algún tipo
de confianza, que ha sido definida como una “hipótesis sobre la conducta del otro”.
La cárcel como comunidad reglamentada también tiene interacciones y como tales, se puede
esperar que exista alguna demanda de confianza, ya sea en la expectativa que el otro cumpla las
normas, o se cumpla lo prometido formal o informalmente.
68
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
¿Afecta la confianza o la perdida de ella a la calidad de las relaciones interpersonales y por ende
a la calidad de vida como tal? Los niveles expresados por los internos muestran que los niveles
de confianza varían notablemente entre unidades y que aquellas unidades que tienen peores in-
dicadores a nivel general, especialmente lo sufren en esta dimensión.
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Confianza”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Confío en los agentes que trabajan en este módulo 16,7 16,7 42,5 39,7 38,8
2. Siento que los agentes confían en mí en este módulo 41,7 8,3 42,1 33,9 45,1
Media 2,7 1,8 3,1 2,9 3,0
Fiabilidad de la escala ,656 ,436 ,737 ,659 ,797
Tabla 1.4
Entre las tres unidades con mayor cantidad de casos, los resultados son similares: entre el 30 y
40% de los internos demuestran sostener un vínculo de confianza con el personal. En el CRD
y Jóvenes Adultos los resultados son muy negativos, por debajo del módulo 3 del CPF I en la
encuesta de 2016.
La percepción de confianza puesta por los agentes en los internos es mayor en el CRD y en el
CPF V que de los internos a los agentes. Al observar los porcentajes de desacuerdo con la frase,
observamos que en Jóvenes Adultos el 83% manifiesta estar en desacuerdo con ambas frases.
Asimismo, para las mujeres, casi el 50% sienten que los agentes no confían en ellas en ese mó-
dulo, mientras que en el CRD solo 3 de cada 10 aseveran esto.
Apoyo
Interno CPF III “La gente de interna me ayudó cuando mi mujer, que está presa en la cárcel de
acá enfrente (cárcel de mujeres), perdió un embarazo, me llevaron a la visita. El celador me
hizo el trámite, llamó al jefe de turno, hablaron conmigo y me tranquilizaron un poco.”
Los números de CPF III y CPF V resultan nuevamente similares, con la unidad de mujeres un
tanto por debajo de las otras dos. Jóvenes adultos tiene la peor performance, especialmente en
lo que atañe a la disposición a conversar del personal y la unidad de mujeres tiene el mismo
resultado que el de Jóvenes Adultos.
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Apoyo”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Cuando lo necesito recibo apoyo de los agentes en este módulo 54,5 25,0 47,2 47,3 44,9
2. Un agente de este módulo me ayudó mucho con un problema que 58,3 41,7 47,5 41,2 41,2
yo tenía
3. En general en este módulo los agentes están dispuestos a conversar 33,3 16,7 59,0 41,1 55,6
Media 3,2 2,3 3,2 3,0 3,1
Fiabilidad de la escala ,542 ,569 ,656 ,738 ,664
Tabla 1.6
Las dimensiones específicamente ligadas a lo relacional son las que mantienen mayores diferen-
cias entre las unidades y el rango más amplio de puntajes. El CRD y Jóvenes Adultos mantienen
números muy bajos que dan cuenta del nivel de conflictividad y tensión emocional en las rela-
ciones inter-personales de los internos con el personal. Se trata de dos pabellones especialmente
sensibles, donde se alojan internos en recuperación de adicciones y jóvenes entre 18 y 21 años.
En el primer caso se suele trabajar con personal que ha tomado cursos de “operadores terapéu-
ticos” y se organiza el régimen bajo un paradigma de tratamiento, espacios de dialogo y talleres
con profesionales.
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
criterios teóricos significativos, para pensar el estándar de vida y las relaciones humanas en un
análisis de la calidad de vida dentro del establecimiento.
Trato justo
Interno CPF III “el trato de los agentes para con los internos no es el mismo, con cada uno ha-
cen diferencia. Hay agentes cordiales y respetuosos y hay otros que dejan mucho que desear…”
Personal CPF III “Yo no les miento. Si es no es no, y si se puede, les digo que les voy a con-
seguir algo”
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Trato justo”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Los privilegios son otorgados en forma equitativa en este módulo, 33,3 41,7 47,9 32,3 35,7
no hay “favoritismo”.
2. Las autoridades me han explicado claramente las reglas que rigen 45,5 66,7 69,9 63,8 57,5
en este módulo
3. En este módulo te dan explicaciones de por qué toman algunas 33,3 41,7 34,1 24,4 27,1
decisiones
4. En este módulo los agentes me dicen las cosas como son 50,0 50,0 67,5 55,9 51,5
5. Los agentes me tratan distinto por el barrio de dónde vengo, por el 33,3 16,7 23,8 15,6 22,4
delito del que estoy acusado, o por alguna otra característica*
6. Todos los agentes de este módulo aplican las reglas de la misma 25,0 50,0 42,6 32,3 41,0
forma
7. Los agentes en este módulo son muy claros en decirte qué podés 75,0 66,7 72,1 64,9 59,6
y qué no podés hacer
8. Para progresar acá adentro me piden que cumpla con metas im- 25,0 16,7 21,3 24,6 31,3
posibles*
9. Me siento estancado en este sistema, no hay posibilidad de pro- 41,7 66,7 41,5 35,6 35,6
gresar*
71
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
10.En este módulo los internos en celdas de aislamiento son trata- 33,3 25,0 29,3 44,9 29,1
dos correctamente
11.Los agentes son cuidadosos con mis pertenencias durante la re- 25,0 25,0 39,0 26,2 45,9
quisa
Media 3,1 3,1 3,2 3,1 3,1
Fiabilidad de la escala ,561 ,716 ,794 ,790 ,678
Tabla 1.7 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala
La mayor parte de los ítems de la dimensión están relacionados con la percepción de con-
vivir bajo un régimen “justo y previsible”, ligados a la dimensión de “orden”, y a su vez,
buscan indagar sobre los distintos niveles de uso de la discrecionalidad del personal presen-
tes en cada unidad.
De acuerdo a la literatura penitenciaria y a las entrevistas realizadas, es común que existan inte-
racciones informales entre el personal y los internos dentro de las unidades, que dentro de cada
pabellón haya internos con capacidad de liderazgo y negociación que pueden obtener mejores
condiciones de vida para los demás o para sí mismos, etc. . ¿Hasta qué punto la percepción de
esta situación injusta puede volver problemática la convivencia?
Se incluyen en esta dimensión dos cuestiones que suelen ser percibidas en forma negativa por
los internos, como son la acción de la requisa y las condiciones del aislamiento en los casos que
el personal haya aplicado una sanción de este tipo a algunos internos.
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Orden
Interno CPF III “Tal vez el problema más grave sea la desorganización… cada área funciona
autónomamente, nadie se mezcla con nadie, aunque en los papeles diga lo contrario… quizás
por choque de intereses”
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Orden”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Este módulo está bien organizado 16,7 18,2 44,7 40,0 20,9
2. En este módulo las cosas funcionan, está bien ordenado 16,7 41,7 47,9 35.4 33,1
Media 2,6 2,6 3,1 2,8 2,5
Fiabilidad de la escala - ,651 ,680 ,678 ,752
Tabla 1.8
Seguridad
Interna CPF III “No vi golpes, sí agresiones verbales por tema de teléfonos… entre jóvenes hay
más problemas, son más alborotadas…”
Interna CPF III “En el otro pabellón había mucha discusión y no me daba ganas de comer por
esas peleas… yo no tenía problemas, pero discutían mucho con extranjeras, empiezan a correr
rumores y se dicen cosas… cuando otra se entera hay bronca”.
Interna CPF III “Estuve en el complejo de mujeres en Buenos Aires… habia discusiones feas,
era un ambiente complicado, habia que dormir con cuidado, se agarraban con la que recién
ingresaba…Cuando llegué aca las otras internas te daban aliento, me decían “no tengas miedo,
somos grandes… “
73
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Seguridad”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Hay muchas amenazas y maltratos acá adentro* 16,7 - 21,0 17,2 26,8
2. Aquí soy amenazado y molestado por otros internos* 41,7 - 13,2 24,8 10,8
3. Temo ser lastimado por otro interno en este módulo* 25,0 41,7 30,1 48,8 17,8
4. Aquí soy amenazado y molestado por los agentes penitenciarios* 27,3 8,3 11,7 11,9 15,2
5. En este módulo se resguarda bien la seguridad personal de los 16,7 41,7 49,2 49,6 49,6
internos
6. En general, temo por mi integridad física en este módulo* 66,7 41,7 32,2 36,5 21,8
7. El nivel de uso de drogas en este módulo es muy alto* 16,7 25,0 13,7 19,7 10,2
8. Temo ser lastimado por agentes penitenciarios en este módulo* 16,7 41,7 27,9 16,4 12,9
9. Hay muchos problemas entre distintos grupos de internos acá* 58,3 25,0 25,4 51,2 19,3
10. Esta cárcel la manejan los internos, no los agentes* 25,0 16,7 10,0 14,7 11,2
11. En esta cárcel los agentes miran para otro lado cuando los inter- 25,0 16,7 10,0 14,7 11,2
nos rompen las reglas*
12. En esta unidad se hacen muchos esfuerzos para que no ingresen 25,0 25,0 68,0 65,6 42,1
drogas a los pabellones
Media 3,2 3,4 3,7 3,5 3,8
Fiabilidad de la escala ,699 ,851 ,852 ,770 ,826
Tabla 1.9 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala
En primer lugar, es llamativo que en la unidad para jóvenes adultos nadie haya estado de
acuerdo con la existencia de amenazas o maltratos de parte de otros internos. Es la pri-
mera vez que no hay ni una sola respuesta afirmativa entre los encuestados en todas las
unidades evaluadas.
Si bien este indicador resulta muy demostrativo, en la siguiente pregunta cuatro de cada
diez sienten “temor a ser lastimado por otro interno”. La misma lógica sucede con el per-
sonal penitenciarios.
Los internos del pabellón del CRD manifiestan que hay muchos problemas entre grupos de in-
ternos y se confirma en el ítem 2, 6, 9, y en menor medida, en el ítem 3. Es preocupante el alto
porcentaje que “teme por su integridad física” (ítem 6).
En cuanto a las unidades más grandes, la unidad de mujeres tiene los peores indicadores en
cuanto a problemas de convivencia, maltratos y amenazas entre internas. La mitad de las inter-
nas considera que existen muchos problemas entre grupos de internas. Más allá de la cantidad de
hechos de violencia registrados por el personal en las unidades, de acuerdo con este estudio las
mujeres están sufriendo la experiencia carcelaria en grados muy altos. Es notorio que el temor
por la integridad repercute principalmente en cuanto a problemas con otras internas, como lo
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Revista de Criminología - Número III - Año 2017
demuestra el puntaje en los ítems 2, 3 y 9 que refieren puntualmente a problemas entre internas,
y no en relación con el personal penitenciario.
El CPF V es la que presenta los mejores puntajes en la dimensión seguridad, donde no parece
existir un problema generalizado relacionado con este tema.
Bienestar
Interna CPF III “Debemos tener una recreación porque muchas de las internas se encuentran
estresadas”
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Bienestar”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Mi experiencia en este módulo es dolorosa* 50,0 66,7 54,2 74,2 37,5
2. Mi experiencia de encarcelamiento en este módulo en particular ha 66,7 58,3 53,3 62,3 44,6
sido muy estresante*
3. Tengo miedo de perder mi salud mental acá adentro* 25,0 66,7 41,8 51,5 28,2
4. Puedo ser yo mismo en este lugar 25,0 16,7 41,3 43,2 53,8
5. El ambiente en este módulo es relajado y amigable 33,3 50,0 54,6 31,5 51,1
6. Mi tiempo en esta cárcel se siente como un castigo* 66,7 75,0 61,2 74,4 49,3
Media 2,7 2,3 2,9 2,5 3,2
Fiabilidad de la escala ,620 ,437 ,739 ,612 ,711
Tabla 1.10 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala
El CPF V, que aloja internos condenados provenientes en -forma reciente- de otras cárceles,
es la única unidad con promedios por encima de la media. Dada la peculiar característica de
esta unidad, que fue recientemente inaugurada para alojar internos que cumplen penas en otros
establecimientos federales por delitos contra la integridad sexual, es posible que los internos
75
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
hagan una evaluación comparando su estancia en las anteriores unidades y por ello valoren esta
dimensión en forma más positiva.
Desarrollo personal
Oficial penitenciario CPF III “Los internos tienen su responsabilidad, quieren bajar, porque
sino en el pabellón se aburren. Una vez sola hubo conflicto, eran dos del mismo pabellón, se
pegaron dos piñas y los mismos compañeros los frenaron. Saben que es un área donde no hay
que pelear porque te sancionan. A esos dos internos se los dió de baja del taller. Después en
general trabajan bien, se les da una responsabilidad y ellos la asumen, la tarea no es compleja.
Al comienzo les dejé las cosas claras sobre cómo iba a funcionar el taller, y me responden bien.
Yo hablo con ellos, otros maestros en otros talleres no. Depende la persona”.
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Desarrollo Personal”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. La educación que recibo estando acá me ayuda a desarrollarme 75,0 75,0 66,4 65,4 70,9
personalmente
2. El trabajo que hago acá me ayuda a desarrollarme personalmente 66,7 81,8 63,0 64,6 62,7
3. La realización de cursos acá me ha ayudado a desarrollarme per- 50,0 50,0 57,9 59,1 45,7
sonalmente
4. Aprendo mucho con las actividades que realizo acá 75,0 54,5 61,0 62,7 57,9
5. En general, estoy “dejando pasar el tiempo” en vez de estar “usan- 36,4 75,0 38,5 41,2 30,1
do el tiempo” para algo*
6. Me aburro muy seguido acá* 80,0 63,6 54,5 52,0 43,3
7. Me están ayudando a llevar una vida respetuosa de la ley para 66,7 58,3 75,4 69,7 62,6
cuando salga en libertad
8. La actividad principal que hago en este módulo es interesante 58,3 41,7 56,2 54,6 60,2
9. El tiempo que estoy acá es una oportunidad para poder cambiar 83,3 75,0 82,1 77,1 72,0
10. Lo que hago en este módulo me ayuda a pensar en planes para 66,7 81,8 72,4 68,5 67,4
cuando salga en libertad
11. Me siento motivado a involucrarme en actividades en este módulo 75,0 83,3 69,7 57,1 62,9
12. Me estimulan a trabajar para lograr objetivos en esta cárcel 83,3 33,3 58,8 55,9 47,4
Media 3,6 3,3 3,6 3,6 3,5
Fiabilidad de la escala ,529 ,330 ,865 ,842 ,787
Tabla 1.11 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala
Tomando en cuenta los datos de la encuesta de 2016, la dimensión “Desarrollo personal” tam-
bién tiene puntuaciones comparativamente favorables. La dimensión refiere específicamente al
76
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
sentido que le otorgan los internos a la calidad y cantidad de actividades disponibles para reali-
zar dentro de la unidad. Los puntajes son homogéneos más allá de las diferentes situaciones de
bienestar, de convivencia, de género o de edad.
En el CRD, si bien manifiestan sentirse aburridos muy seguido (ítem 6), hay una concepción ge-
neral de que están bajo un programa de tratamiento organizado, trabajando bajo objetivos (ítem
12) y “aprovechando” el tiempo de encierro (ítem 5). En este último ítem comparten percepciones
con el CPF V.
Interna CPF III “Lo malo que para tener visita íntima tarda seis meses siendo que muchas es-
tamos muy lejos de casa y no recibimos ni una visita. Tendría que salir más rápido y no poner
tantas trabas y que permitan tener cada una un teléfono celular común y sin cámara como en
otros penales”
Interna CPF III: “No estoy de acuerdo con la exigencia de papeles para que ingresen nuestros
hijos o concubino. Deberían ser más flexibles con respecto a la familia (hijos, esposo, hermanos
y padres)”
Interna CPF III: “Quisiera que las visitas de penal a penal fueran más rápido porque acá viendo
mujeres a toda hora me voy a enloquecer, ya que soy extranjera y no poseo visita”
Interna CPF III “No puedo tener mi visita con mi marido porque es muy largo el proceso. Seis
meses es mucho para el vinculo que uno tiene porque es la única familia que está cerca mío y
que yo tengo”
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Visitas y Con-
tacto familiar”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Puedo recibir visitas bastante seguido acá 33,3 40,0 53,3 28,0 37,4
2. Mis visitas son tratadas bien por los agentes 72,7 55,6 48,7 26,9 34,7
3. La duración del horario de visita es suficiente 16,7 18,2 35,5 18,0 36,6
4. Puedo mantener la relación con mi familia estando en este módulo 50,0 66,7 74,6 62,2 54,1
Media 2,7 2,8 3,2 2,6 2,9
Fiabilidad de la escala ,370 ,330 ,624 ,694 ,634
Tabla 1.12
Existe un nivel de insatisfacción generalizado con la dimensión “visitas” en todas las unidades
77
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
analizadas. Son las mujeres, nuevamente, quienes expresan un mayor malestar frente a la impo-
sibilidad de ver a sus seres queridos con más frecuencia.12
Es interesante pensar si la insuficiencia del tiempo de visitas tiene que ver con otras insatisfac-
ciones, con stress, etcétera. No es extraño considerar que donde hay dificultades en las relacio-
nes como el Módulo 3 o el Complejo de mujeres también se perciba que la visita, ese espacio
de reconexión con los familiares y los seres queridos, sea percibido siempre como insuficiente.
En el caso de Senillosa, por razones de distancia, también se entiende que haya dificultades con
la visita, aunque no lo viven de forma tan negativa como en la unidad de mujeres.
Decencia
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Decencia”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Tengo la posibilidad de mantener mi celda limpia y decente 100,0 100,0 95,9 95,3 91,2
2. En este módulo tengo la posibilidad de mantenerme limpio e hi- 83,3 72,7 86,2 94,6 79,4
giénico
3. Siento que tengo la suficiente privacidad en este módulo 66,7 75,0 64,8 64,4 61,7
Media 4,0 4,1 4,1 4,2 4,0
Fiabilidad de la escala ,668 - ,537 ,360 ,553
Tabla 1.13
La dimensión Decencia, al igual que en el anterior estudio, mantiene los puntajes más altos entre
todas las dimensiones. Es valorada positivamente en forma homogénea en todas las unidades.
La privacidad (ítem 3) nuevamente se ubica por debajo de la limpieza de la celda y el aseo per-
sonal. Es importante aclarar que el aseo y la higiene de los internos y de los pabellones forman
parte de la reglamentación del SPF: el trabajo de fajina está distribuido entre los internos y en
muchas ocasiones forma parte del sistema de trabajos remunerados.13
Entrada en custodia
Personal Penitenciario CPF III “Una interna había ingresado y no sabía dónde estaban sus
hijos, la ayudamos y ella estaba muy agradecida.”
12. Cabe destacar que en los procedimientos de visitas se pueden generar en algunas circunstancias ciertas demoras, como por ejemplo, casos
donde la visita está alojada en establecimientos penitenciarios lejanos a los de las internas, o servicio penitenciarios provinciales, o cuando hay
una demora en la presentación de la documentación necesaria para autorizar el trámite de acuerdo a la normativa vigente.
13. La Ley 24.660 menciona en sus artículos 60 y 61 la obligatoriedad del aseo personal del interno y de su alojamiento.
78
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Interna CPF III: “En CPF IV hay problemas en ingresos porque se conocen de otros lados, por
el teléfono o les agarran celos por su pareja. En Buenos Aires, más gritos y más demandas, acá
es más tranquilo.”
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Entrada en custodia”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Me sentí muy solo en mis primeros tres días en esta cárcel* 83,3 100,0 73,6 84,1 48,9
2. Cuando llegué a esta cárcel me sentí cuidado 16,7 50,0 42,3 39,2 34,3
3. En mis primeros días en esta cárcel, los agentes se interesaron 16,7 8,3 33,3 38,5 34,6
personalmente por mí
4. Cuando llegué a esta cárcel, me sentí preocupado y confundido* 83,3 83,3 76,7 89,1 60,9
5. Los primeros días que estuve acá otros internos me amenazaron* 50,0 16,7 16,4 10,2 9,8
6. Cuando entré a estar cárcel me explicaron bien cómo iba a funcio- 50,0 58,3 60,7 58,5 53,3
nar el régimen diario
Media 2,4 2,6 2,9 2,8 3,1
Fiabilidad de la escala ,648 ,456 ,631 ,540 ,594
Tabla 1.14 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala
En sus primeros días en la institución, los internos entre 18 y 21 años que están en la cárcel de
jóvenes adultos manifestaron sentir elevados niveles de soledad, preocupación y confusión, y si
bien la mitad menciona sentirse cuidado, no manifiestan que ello haya sido por la institución o
el personal, ya que al observar otros ítems como el 3 y el 5, vemos que el acompañamiento o el
interés personal de los agentes sobre los internos recién llegados es percibido como bajo.
Tomando en cuenta estos resultados, es importante reflexionar sobre el rol que debe jugar el per-
sonal penitenciario en la entrada de un/a interno/a a la cárcel, especialmente entre aquellos que
ingresan por primera vez a un establecimiento y resultan mayormente vulnerables a distintos
tipos de abuso al interior de un pabellón.
En el CRD los niveles de amenazas entre internos son elevados, lo cual se relaciona con an-
14. Ver: “Una aproximación a la visión de los internos sobre la violencia intramuros” en SPF, Revista de Criminología. Número I – Año 2015.
http://www.spf.gob.ar/drive/repo/general/revista_de-criminología_n1_2015.pdf; “Violencia entre internos en establecimientos penitencia-
rios federales del interior del país: una aproximación de la problemática desde la perspectiva de los internos” en SPF, Revista de Criminología.
Número II – Año 2016. http://www.spf.gob.ar/drive/repo/general/Revista_de_Criminología_2016.pdf
79
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
teriores indicadores que refieren a una convivencia muy deteriorada, especialmente al tratarse
de un centro de rehabilitación donde debe primar un ambiente de bienestar que permita poder
desarrollar tratamientos eficaces para superar la adicción a las drogas.
Población vulnerable
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Población
vulnerable”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Estando en esta cárcel pensé varias veces en el suicidio* 8,3 50,0 12,3 10,8 12,8
2. Los internos que están en el programa de prevención de suicidios reciben 16,7 27,3 29,8 37,4 10,7
toda la ayuda y cuidado que necesitan de los agentes
3. La prevención del suicidio y auto lesiones es una prioridad en esta cárcel 25,0 50,0 25,2 38,0 22,2
4. Aquellos que son molestados y amenazados por otros internos reciben 16,7 16,7 38,2 40,5 32,8
toda la ayuda que necesitan del personal para lidiar con esto
Media 3,1 2,8 3,3 3,2 3,0
Fiabilidad de la escala - ,218 ,505 ,493 ,446
Tabla 1.15 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala
Dicha dimensión también ha sido incorporada en el presente estudio con el objetivo de conocer
con mayor profundidad las percepciones respecto a los internos con potencial de suicidio y auto
lesiones. La escala no demuestra tener buenos niveles de consistencia interna, sin embargo, se
analizaran los ítems por separado para obtener algunas conclusiones.
En primer lugar, encontramos un dato muy negativo para la unidad de jóvenes adultos: la mitad
de los internos manifiestan haber pensado en la idea de suicidarse estando en ese módulo, lo que
comparado con los otros establecimientos, el porcentaje es significativamente superior.
El ítem 2 y 3 de esta dimensión tienen un muy alto porcentaje en comparación con otros ítems de
la encuesta de respuestas “3”, es decir “Ni de acuerdo ni en desacuerdo”. En este caso particular,
esto se puede interpretar como una categoría “No sabe, no contesta” debido a que posiblemente
no estén en conocimiento de los programas especiales sobre prevención del suicidio, ni las po-
líticas especificas destinadas a esta problemática en la unidad.
80
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Servicio alimen-
tario y condiciones ambientales”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. La cantidad y calidad de comida recibida por día es buena 9,1 8,3 52,5 29,8 38,8
2. Sufro de calor o frío extremo dentro de la celda 58,3 33,3 39,3 38,6 31,1
3. Si comparamos con un año atrás, la calidad y cantidad de la co- 8,3 25,0 31,1 26,9 30,6
mida mejoró
4. Siempre que necesité una frazada por el frio, el personal se ocupó - 16,7 21,3 56,9 15,8
y me entregó una
Media 1,7 2,2 2,8 3,0 2,7
Fiabilidad de la escala ,369 ,605 ,605 ,491 ,582
Tabla 1.16 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala
Esta dimensión ha sido agregada para conocer la percepción de los/as internos/as respecto a
condiciones básicas materiales dentro de las unidades. En la investigación del 2016, fue la di-
mensión que tuvo puntajes muy por debajo de la media, referidas a problemáticas de acondicio-
namiento material. En las entrevistas surgieron problemáticas que aquí fueron evaluadas, por
ejemplo respecto a la comida o a las condiciones ambientales.15
Esta dimensión tiene los puntajes más bajos en todas las unidades, a excepción del sector de alo-
jamiento femenino del CPF III. En el CRD no hubo ningún interno que se manifieste de acuerdo
con una correcta provisión de frazadas por el personal penitenciario, y son quienes, comparati-
vamente, manifestaron sufrir en mayor grado las temperaturas extremas.
Dimensiones de régimen
15. A diferencia del estudio de 2016, hemos ubicado los ítems referidos al trato de la requisa y el trato en celdas de aislamiento en la dimensión
“trato justo”.
81
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
las “dimensiones relacionales” que mayormente hacen foco en estas relaciones, donde aparecen
las problemáticas más difíciles.
Las últimas preguntas del cuestionario fueron redactadas en forma abierta y buscaban conocer
la opinión de los internos respecto a los aspectos más positivos y negativos de la experiencia en
la unidad carcelaria que se encontraban.
Ítems positivos*
Las condiciones de detención son mayormente valoradas por los internos del CPF V, tomando
en cuenta que la gran mayoría proviene de otras unidades de distintos puntos del país. Sin em-
bargo, no parecen valorar en la misma medida, a la fecha, el desarrollo de programas de trata-
miento que son un aspecto central en dicha unidad.
82
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Ítems negativos*
En cuanto a la pregunta abierta que refiere a los aspectos mayormente negativos, se encuen-
tran principalmente el encierro, la distancia y la soledad de estar preso. Esto sucede inde-
pendientemente de las condiciones de detención, exceptuando el módulo de jóvenes adultos,
donde dichas condiciones se ubican como la preocupación principal de los internos allí aloja-
dos. Este dato coincide con el padecimiento expresado por los internos de ese pabellón en las
dimensiones anteriores.
Evaluación general
La última pregunta consistía en una escala del 1 al 10 donde los internos debían calificar su uni-
dad en relación con la calidad de vida percibida por ellos.16
100%
90% 16,6%
80% 41,7%
53,7% 50,4%
70% 61,5%
60%
58,3%
50%
40%
24,8%
30% 50,0%
36,4%
20% 32,8%
10% 25,0% 24,8%
8,3% 5,7% 9,9%
0%
CRD Jóvenes Adult os CPF III Masculi no CPF III Femenino Complejo V
16. “En una escala del 1 al 10 (donde “1” = puntuación más baja y “10” = puntuación más alta) ponga un circulo alrededor del número que piensa
que merece esta unidad en cuanto a la calidad de vida de los internos (donde calidad de vida significa el tratamiento general que recibís aquí)”
83
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Conclusiones
“Lo que los internos necesitan para crecer en nuevas direcciones es: estabilidad, claridad,
protección y apoyo, un trato digno que incluye respeto y reconocimiento, y libertades y oportu-
nidades para ejercer las capacidades universales constitutivas de la persona. Está es la ‘buena
autoridad’, entendida correctamente.”17
A la hora de interpretar los resultados de este estudio, es necesario realizar una primera acla-
ración sobre su metodología. Consideremos, por ejemplo, los ítems que hacen mención a la
sensación de inseguridad dentro del pabellón. Una determinada acción puede significar una
amenaza para una persona, y un consiguiente estado de temor permanente a partir de dicha
acción. Frente a la misma acción, otro interno puede interpretarla como un desafío a resolver
en ese preciso momento, sin necesariamente sentir una prolongación de temor e inseguridad, y
por lo tanto, no necesariamente conceptualizarla como una amenaza. No estamos midiendo la
cantidad de “intentos de amenaza” que pueden existir dentro de las unidades, sino la percepción
de tal fenómeno por parte del grupo social de internos que convive en una unidad. En definitiva,
los factores que estamos evaluando en esta encuesta dependen de cómo los experimenta cada
entrevistado. Al tratarse de un estudio que evalúa actitudes y representaciones personales, es
importante recordar que la percepción sobre qué significa cada dimensión evaluada puede variar
para cada interno. No nos encontramos midiendo variables cuantitativas, que resultarían fácil-
mente comparables, como podrían ser la altura o el peso de las personas. Por ello remarcamos
que este estudio funciona como una aproximación para conocer un constructo social creado
por los investigadores, llamado calidad de vida intramuros, que está definida de acuerdo con
una serie de dimensiones que fueron remarcadas por los internos en entrevistas previas con los
investigadores especializados en estudios penitenciarios, y definidos como aspectos fundamen-
tales de la vida intramuros.
Los resultados deben funcionar como una herramienta para ampliar nuestro conocimiento sobre
la dinámica de interacciones intramuros a partir de las percepciones de los internos y entender
de qué maneras, bajo qué circunstancias y con qué diferencias se padece el encierro en las dis-
tintas unidades penitenciarias.
84
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Resultados
Los resultados generales indican que los tres establecimientos con mayor población tienen me-
jores resultados que los módulos de jóvenes adultos y CRD, que si bien pertenecen al CPF III
masculino, tienen un régimen diferenciado del resto de los pabellones.
En comparación con el estudio realizado en 2016, el pabellón de jóvenes adultos tiene números
similares al Módulo III del CPF I, considerado uno de los módulos más conflictivos del Servicio
Penitenciario Federal. Si bien es posible realizar una comparación debido a la estandarización
del cuestionario, no debe dejarse de lado que las similitudes en las calificaciones negativas pue-
den deberse a diferentes factores y tener causas distintas. Es significativo, sin embargo, el hecho
de que el malestar se relacione con las principales variables de este estudio, que versan sobre la
dinámica y calidad de las relaciones sociales entabladas dentro de la unidad, especialmente la
relación personal-internos.
A continuación presentamos el cuadro con los puntajes de la totalidad de dimensiones para todas
las unidades evaluadas.
85
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Al observar los puntajes desplegados por dimensión, podemos identificar fortalezas y debili-
dades de cada unidad respecto a las dimensiones evaluadas y ver qué tipo de especificidades
caracterizan cada una de ellas. Encontramos que una serie de dimensiones coinciden en tener
los mejores y peores puntajes para la mayoría de las unidades mientras que otras representan
características específicas de cada unidad.
Las tres unidades de mayor volumen de internos y mayor cantidad de encuestas realizadas -CPF
III y CPF V -, guardan tendencias similares en los puntajes de las dimensiones. En cambio, los
números de los módulos de jóvenes adultos y CRD se muestran más erráticos, y sostienen di-
ferencias más amplias frente a las demás unidades. Recordemos que se trata de dos pabellones
con 12 internos cada uno. Al tratarse de una cantidad de casos pequeña, los resultados son muy
sensibles a diversos factores que pueden haber afectado la calidad del dato: ítems sin respuesta,
que los internos no hayan respondido de acuerdo a su opinión, ya sea por falta de comprensión
de los ítems, cansancio al responder la encuesta u otros motivos.
En cuanto a las variables peor puntuadas, “comida y temperatura” -aquella que menor relación
demuestra con aspectos morales y de interrelación social-, es la que peor puntaje tiene para todas
las unidades excepto la unidad de mujeres. Esta dimensión toma en cuenta indicadores “ma-
teriales” que buscan evaluar cambios en la provisión de servicios básicos a través del tiempo:
tanto el servicio de comida como el de paliativos ante temperaturas extremas, especialmente en
unidades ubicadas en zonas geográficas con altos rangos de amplitud térmica.
Otras dimensiones que manifiestan percepciones muy negativas en casi todas las unidades son
“entrada en custodia”, “bienestar” y “orden”. Hacia el final de este apartado retornaremos sobre
esta particularidad.
A nivel específico, debemos remarcar algunas particularidades observadas en los módulos fe-
86
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
meninos de CPF III y en el pabellón de jóvenes adultos, que difieren en parte de los resultados
observados para las otras unidades y que merecen especial atención.
La dimensión peor evaluada entre las internas del CPF III fue “Bienestar”. Esta dimensión es
muy significativa para el presente estudio ya que incorpora temáticas como niveles de stress y
padecimiento emocional y psíquico derivado del contexto de encierro.
• El 75% de las internas declaró que “su experiencia en esta cárcel está siendo dolorosa”,
porcentajes significativamente mayores que otras unidades, incluyendo las que tienen peores
puntuaciones en este estudio.
• A su vez, el 62% menciona que su experiencia de encarcelamiento ha sido muy estresante,
el 51% tiene miedo de perder su salud mental dentro de la cárcel y solo el 31% considera que
el ambiente en el módulo donde está alojada es relajado y amigable.
Si los comparamos con otras unidades, las opiniones de las mujeres sobre estos ítems tienen los
resultados más bajos, incluso que los de unidades con peores resultados generales.
Otra dimensión con bajas calificaciones es la de visitas –la más baja de la serie para todas las
unidades. Pocas internas consideran que sus visitas son bien tratadas por los agentes, y la gran
mayoría está insatisfecha con la frecuencia y la duración de las visitas.
Nuevamente, estos resultados a nivel comparativo son los más bajos de todas las unidades analiza-
das. En el apartado donde las internas podían escribir sugerencias y comentarios, se han manifesta-
do respecto a problemas con trámites que deben realizar algunos visitantes para ingresar a la unidad.
El padecimiento de las mujeres respecto a su encierro también encuentra correlato en sus
afirmaciones acerca de la problemática convivencia que experimentan con sus compañeras
de pabellón.
• El 49% manifestó sentir miedo a ser lastimada por otra interna en la unidad. Es el porcentaje
más alto de todas las unidades del estudio.
• El 25% afirma que es amenazada y molestada por otras internas, el 37% teme por su inte-
gridad física en el módulo y el 50% considera que existen muchos problemas entre distintos
grupos de personas privadas de la libertad en la establecimiento.
La gran mayoría de las internas alojadas en esta unidad se encuentran detenidas por infración a
la Ley 23.737 de estupefacientes. A pesar de que puedan no observarse importantes alteraciones
del orden o violencia física cotidiana, las mujeres que están alojadas en el CPF III han manifes-
tado un elevado padecimiento emocional en la pena que están atravesando. A la soledad propia
del encierro y el extrañar seres queridos -la gran mayoría son madres-, se suma la mala relación
entre ellas y los problemas con el área de visitas.
87
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Por otro lado, observando los resultados del pabellón de jóvenes adultos, nos encontramos con
problemáticas particulares diferentes a las otras unidades analizadas. Esta es la unidad que man-
tiene los peores resultados tanto en términos generales como en gran parte de las dimensiones
especificas analizadas, en especial aquellas llamadas “dimensiones relacionales”.
Si en la unidad de mujeres las dificultades con que atraviesan el encierro están relacionadas
principalmente con los problemas de convivencia y el hecho de estar lejos de sus seres queri-
dos, así como las dificultades con el acceso de las visitas, en el pabellón de jóvenes adultos los
principales problemas se concentran en la relación entre el personal y los internos.
En este sentido, manifiestan los puntajes más bajos para las dimensiones que describen las rela-
ciones con el personal en términos de respeto, humanidad, confianza y apoyo.
Es importante que a partir de este diagnostico se puedan tomar medidas tendientes a conocer
con mayor profundidad las características de esta problemática entre el personal y los internos
en pos de mejorar la convivencia y el clima moral dentro de la unidad, para evitar el surgimiento
de nuevos problemas que puedan acarrear resultados más graves dentro de la unidad.
El pabellón que alberga internos que participan del Centro de Rehabilitacion de Drogadepen-
dientes (CRD) también cuenta con indicadores generales negativos en términos de relaciones
con el personal. Sin embargo, los resultados en las dimensiones de “apoyo”, “confianza” y
“bienestar” son mejores que en el pabellón de jóvenes adultos.
Se identifican problemas persistentes en lo que refiere a la convivencia entre los distintos in-
ternos. Casi seis de cada diez consideran que “hay muchos problemas entre distintos grupos de
internos” y un 40% manifiesta ser amenazado y molestado por otros internos.
En cuanto a los aspectos positivos de las unidades, se destacan en términos generales las dimen-
siones de “decencia” “seguridad” y “desarrollo personal”.
Al igual que en la prueba piloto realizada en el año 2016 en el CPF I y la Unidad 31, la dimen-
sión “decencia”, básicamente ligada a las posibilidades de aseo personal y de mantener limpio
el pabellón y la celda, aparece como la mejor puntuada de todo el estudio. Es interesante notar
que así como aquella dimensión que fue la peor puntuada –“comida y temperatura”- ésta tam-
poco representa aspectos centrales en la relación entre el personal y los internos, ni se considera
dentro de aquellas variables referidas al clima moral.
88
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
En cuanto a la dimensión “seguridad”, es importante destacar que todas las unidades mantienen
puntajes por encima del puntaje regular de 3. Aquí se evalúan una diversidad de ítems relacio-
nados entre otras cuestiones, con la percepción de sentirse seguro dentro del establecimiento, ya
sea tanto por conflictos entre internos como entre los internos y personal. No sólo implica res-
ponder acerca de si ha padecido amenazas, maltratos o agresiones sino si siente temor o miedo
a ser lastimado, o si considera que su integridad física corre peligro. Tanto en el CPF V como
en el CPF III los internos manifiestan los puntajes más altos, aunque no se debe perder de vista
que, en promedio, cerca del 35% de los internos encuestados manifiestan sentir temor por su
integridad física en las unidades. Es importante continuar con este análisis en forma periódica
para corroborar la evolución de estas cifras en el tiempo.
La tercera dimensión que mantiene buenos puntajes a nivel general es la de “desarrollo perso-
nal”. Esta dimensión contiene ítems relacionados, entre otros, con la posibilidad de acceder a es-
tudios formales, a la posibilidad de trabajar y realizar cursos y talleres y al significado personal
y la importancia que estas actividades tienen para el interno. En todas las unidades se encuentra
por encima del puntaje regular, siendo más alta nuevamente en los sectores de alojamiento mas-
culino del CPF III y en el CPF V.
Observaciones finales
89
Adentrarse en la investigación sobre por qué determinadas dimensiones son evaluadas mejor
o peor que otras en forma homogénea entre diferentes unidades penitenciarias implicaría un
extenso trabajo que no podemos desarrollar aquí. Sin embargo, queda planteada la hipótesis
respecto de la existencia de una regularidad en la percepción de algunos factores morales aquí
evaluados que se replica en diferentes establecimientos del SPF abordados en este estudio. Lograr
identificar cuáles son los espacios donde se debe focalizar el esfuerzo para mejorar la calidad
de vida dentro de las unidades es uno de los objetivos principales de esta investigación. Esta
evaluación continúa realizándose en la actualidad en distintos establecimientos penitenciarios
federales, lo que permitirá cotejar si esta regularidad se mantiene estable o si se trata de un
fenómeno específico de las unidades aquí evaluadas.
Introducción
La idea central sobre la que se fundamenta el programa es la figura del “Tutor Penitenciario”.
Se trata de un agente penitenciario que a través de la comunicación interpersonal entre internos/
funcionarios analiza los factores de riesgo situacionales (personales, familiares, de salud, en-
tre otros) que acontecen, muchas veces, en la convivencia diaria. Será importante que además
construya una mirada integral sobre las necesidades, intereses, preocupaciones, dificultades y
expectativas de ese sujeto, desde un vínculo que favorezca al acompañamiento en el ingreso, la
permanencia y su egreso del establecimiento.
El tutor, así concebido, se convierte en un agente penitenciario que debe asumir un rol activo
en el tratamiento de la persona privada de su libertad, de modo de poder abordar conductas
inapropiadas como así también prevenirlas. Es decir, deberá anticiparse a cualquier fuente de
conflicto, con un enfoque específico basado en el conocimiento de la población penal y la com-
1. Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Nelson Mandela), Regla 4 1. “Los objetivos de las penas
y medidas privativas de libertad son principalmente proteger a la sociedad contra el delito y reducir la reincidencia…”.
2. Barry, M. (2007). “Listening and learning: The reciprocal relationship between worker and client.” Probation Journal, 54(4), 407-422; Burne-
tt, R., & McNeill, F. (2005).”The place of the officer-offender relationship in assisting offenders to desist from crime”. ProbationJournal, 52(3),
221-242; Dionne, J., & Altamirano, C. (2012). “Los desafíos de un verdadero sistema de justicia juvenil: una visión psicoeducativa”. Universi-
tasPsychologica, 11(4), 1055-1064.
93
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
prensión de las relaciones entre los mismos internos, y a su vez entre los internos y el personal
penitenciario.3
Las tutorías penitenciarias son una respuesta a la necesidad de construir relaciones profesiona-
les positivas basadas en el respeto y la responsabilidad, con el objetivo inmediato de reducir la
conflictividad y mejorar la calidad de vida dentro del establecimiento. A largo plazo y como con-
secuencia de la implementación del programa se busca lograr la disminución de la reincidencia
criminal y promover el desistimiento del delito.
De este modo se contribuye a la prevención y evaluación de los riesgos asociados con problemas
de salud, conductas suicidas y violencia intramuros, lo que permite una predisposición distinta
y proactiva hacia el tratamiento.
La herramienta fundamental para generar ese tipo de relaciones es el diálogo: escuchar abier-
tamente y sin prejuicios, logrando que la persona se sienta comprendida; entender su universo
emocional, dejando de lado los juicios morales para que se pueda tener una actitud constructiva
y obtener una mirada integral del ser humano. Se trata de tener buena predisposición y tolerancia
para aceptar sus diferencias y particularidades.
Implementación
Uno de los principales objetivos para esta primera etapa de implementación ha sido mejorar
la convivencia y fomentar el abordaje interdisciplinario de las distintas cuestiones vinculadas
al tratamiento.
3. Cfr. ONU - Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito- Manual de Seguridad Dinámica e Inteligencia Penitenciaria, Nueva
York, 2015.
94
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Como será explicado en detalle más adelante, la evaluación del programa ha arrojado los si-
guientes resultados:
Como elemento para poder medir el impacto de esta primera etapa de implementación se ha
desarrollado y aplicado una encuesta destinada a 59 agentes penitenciarios que se desempeñan
en diferentes establecimientos donde se lleva adelante el programa. Vemos, a continuación, los
resultados que la misma ha arrojado:
• Edad promedio de quienes cumplen el rol de tutor en las diferentes unidades que se encuen-
tran implementando dicho programa.
%
26 –35 39,6
36 – 50 60,4
Total 100,0
95
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
• Porcentaje de personal superior y subalterno que participa del programa de tutorías peniten-
ciarias, cumpliendo el rol de tutor penitenciario.
Total %
Oficial 15,7
Suboficial 84,3
Total 100,0
• Función que cumple cada tutor penitenciario que participa del Programa.4
%
Celador 31,5
Inspector 18,5
Jefe de Seguridad Interna 7,4
Operador 7,4
Docente / Área Educación 5,6
División Trabajo 5,6
Asistente social 3,7
Psicólogo 3,7
Otro 16,7
Total 100,0
4. Si bien se observa la diversidad de funciones que desempeña cada agente designado, se destaca el porcentaje obtenido en relación al cela-
dor por sobre el resto de los involucrados.
96
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
• Respecto de la Modalidad, se observa que las reuniones de tutorías con internos se dieron tanto
en forma grupal como individual.
%
En formato de grupos 11,9
En formato individual 40,7
Tanto en grupo como individual 47,5
Total 100,0
• Asimismo se detalla la Frecuencia con la que se llevaron a cabo las entrevistas con los internos.
%
Una vez por semana o más 64,4
Una vez cada dos semanas 22,0
Una vez por mes 13,6
Total 100,0
• También se indagó respecto de Cómo valoran los internos el espacio de tutoría según la pers-
pectiva de los tutores.
%
Muy bien 20,3
Bien 52,5
Regular 23,7
Mal -
Muy mal -
NS/NC 3,4
Total 100,0
97
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Algunas reflexiones…
¿En qué medida consideras que el programa de tutorías ayudó a…
Mucho/Algo %
Conocer mejor el tipo de problemáticas que viven los internos 98,3
Mejorar la comunicación entre internos y personal del SPF 94,9
Posibilitar que los internos expresen abiertamente sus preocupaciones, temores y emociones 93,2
Mejorar la convivencia en la unidad 93,2
Que los internos se sientan más contenidos 93,2
Lograr un mayor entendimiento de las conductas de los internos 93,2
Mejorar las relaciones humanas entre el personal y los internos 93,2
Ser más efectivo en la prevención de hechos violentos entre internos al interior del pabellón 88,1
Mejorar ciertas actitudes negativas de algunos internos 88,1
Disminuir las conductas violentas de algunos internos 86,4
Generar un clima de trabajo más saludable en la unidad 86,4
Desarrollar estrategias de intervención para evitar que crezca una situación conflictiva 86,4
Mejorar la vida intramuros de los internos que participaron 83,1
Ser más efectivo en la prevención de conductas suicidas al interior del pabellón 83,1
Mejorar la seguridad y el orden dentro del establecimiento 81,4
Anticiparse a problemas y riesgos de seguridad dentro del establecimiento 78,0
98
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Considero que tengo las cualidades necesarias para desarrollar exitosamente la función de tutor 86,4
Considero que poseo las herramientas pedagógicas necesarias para llevar adelante reuniones de tutorías 86,4
Me parece bien el número de tutorados que me asignaron 84,7
A partir de mi rol de tutor los internos me consideran el interlocutor principal para canalizar inquietudes 83,1
Los internos consideran que tengo “influencia” para solucionar algunos problemas que tienen 83,1
Me siento motivado para seguir desarrollando la tarea de tutor 79,7
Me parece bien el tiempo que me asignaron como tutor 74,6
Muchas situaciones que aparecen / aparecieron en las tutorías me exceden y no se cómo manejarlas 32,2
¿Puedo participar en las reuniones del Consejo Correccional y contar las experiencias que tene-
mos con los internos en las tutorías?
%
Siempre 47,5
A veces 42,4
Nunca 6,8
NS/NC 3,4
Total 100,0
99
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
A continuación se exponen, las diversas variables analizadas en relación al rol del tutorado en
el programa.
a) Sexo
%
Masculino 77,1
Femenino 10,7
NS/NC 12,2
Total 100,0
b) Edad
%
18-25 21,4
26 –35 30,5
36 – 50 32,1
51 y más 4,6
NS/NC 11,5
Total 100,0
100
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
e) Establecimientos penitenciarios
%
7 – Chaco 7,6
10 – Formosa 7,6
11 – Chaco 6,1
13 – La Pampa (mujeres) 6,1
15 – Río Gallegos 12,2
16 – Salta 1,5
17 – Misiones 9,2
22 – Jujuy 2,3
23 – Salta 10,7
25 – La Pampa 29,0
30 – La Pampa (Jóvenes Adultos) 7,6
Total 100,0
Preguntas generales
f) Por favor indicá tu nivel de acuerdo con las siguientes frases…
Muy de
acuerdo/Algo %
Soy escuchado por el personal cuando necesito resolver problemas 78,6
El personal de esta unidad intenta generar climas de diálogo con los internos 72,5
En comparación con años anteriores, ahora hay más diálogo con el personal del SPF 68,7
Si hay problemas en el pabellón tenemos la posibilidad de hablarlo con el personal para buscar una solución 68,7
Siento que hubo un cambio en esta unidad y ahora están más dispuestos a escucharnos 66,4
101
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
h) En el último año y medio, ¿tuviste reuniones individuales o grupales con algún tutor del SPF?
%
Sí 79,4
No 16,8
NS/NC 3,8
Total 100,0
Las siguientes preguntas del cuestionario fueron respondidas por los 104 internos que tuvieron
reuniones individuales o grupales en el marco del programa de Tutorías Penitenciarias, es decir,
aquellos que iniciaron efectivamente el proceso de tutoriado.
1. ¿Con qué frecuencia se llevaron a cabo las reuniones con los tutores?
%
1 Vez por semana o más 32,7
Cada 15 dias 9,6
Mensualmente 11,5
Menos de 1 vez por mes 1,0
No especifica 29,8
No contesta 15,4
Total 100,0
102
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
4. ¿Consideras que tus inquietudes o reclamos son tenidos en cuenta por el tutor?
%
Sí 82,7
No 10,6
NS/NC 6,7
Total 100,0
5. ¿Considerás que el tutor intenta por todos los medios con los que cuenta, ayudarte a resolver
las inquietudes que le planteas?
%
Sí 82,7
No 11,5
NS/NC 5,8
Total 100,0
103
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
8. ¿Te parece que las reuniones con el tutor ayudaron a mejorar el clima de respeto dentro del
pabellón?
%
Sí 71,2
No 11,5
NS/NC 17,3
Total 100,0
9. ¿Te parece que el tutor designado está capacitado para llevar adelante ese trabajo?
%
Sí 86,5
No 2,9
NS/NC 10,6
Total 100,0
10. Cuando los problemas que se plantean con el tutor no se solucionan, ¿te parece que tiene
que ver con…
%
Problemas que no dependen de él 78,8
Falta de voluntad 4,8
NS/NC 16,3
Total 100,0
11. El tutor ¿te ha orientado en algún tema que no sabías cómo resolver?
%
Sí 78,8
No 7,7
NS/NC 13,5
Total 100,0
12. ¿Te parece que el tutor está comprometido con la tarea y busca ayudar a los internos que
participan del tutorado?
%
Sí 89,4
No 4,8
NS/NC 5,8
Total 100,0
104
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Conclusión
Vemos, a partir de los resultados de la encuesta reseñada, que la implementación del programa
de Tutorías Penitenciarias ha sido satisfactoria y ha tenido una buena acogida, tanto de parte del
personal penitenciario como de las personas privadas de su libertad.
105
Capítulo V
Ofensores sexuales
Lo que funciona en el tratamiento con ofensores sexuales
Nuevas estrategias en el abordaje de los
delitos contra la integridad sexual
El Programa para Ofensores Sexuales (POS) del Servicio Penitenciario Federal es un dispositivo
amplio que se conforma sobre la base de un modelo de intervención psicológica, cognitivo-con-
ductual, enfocado en aquellos internos condenados por delitos contra la integridad sexual.
El Programa tiene como objetivo general lograr el desistimiento del delito, considerando las
particularidades específicas de esta problemática psicosexual, promoviendo la modificación de
estructuras de significado, capacidades emocionales y patrones de conducta, con el propósito de
reducir la reincidencia, abordando las distintas necesidades criminógenas conocidas.
El POS se desarrolló según los principios del “Marco general para el diseño y ejecución de
los programas de tratamiento”1. De acuerdo con estos lineamientos, el programa se caracteri-
za por ser especial, interdisciplinario, e involucrar las distintas áreas de tratamiento: Seguridad
Interna, Sanidad, Servicio Social, Educación, Trabajo y Criminología. Esto conforme a los prin-
cipios de voluntad, información, individualidad y programación, prospectiva, riesgo, necesidad,
responsividad y normalidad.
109
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
contar con un área separada de la población penal general produce consecuencias muy favora-
bles para la implementación de un programa de estas características.
Esta condición particular ha permitido que los internos condenados por delitos sexuales tengan
un espacio común y no estén dispersos en diferentes establecimientos, donde resultaba difícil
unificar criterios para su abordaje.
Otro aspecto derivado de dicha disposición es que se tornan más dinámicos los movimientos de
los internos intramuros para el acceso a lugares de trabajo y estudio, entendiendo que en otras
unidades y complejos eran proclives a ser objeto de agresiones, con riesgo para su integridad
física o psíquica. A partir de ello se ha podido garantizar la adecuada participación y asistencia
a los distintos talleres y aulas.
Asimismo, muchos de los internos, alojados en distintas unidades, solicitaban ser incluidos en
el programa de internos de especial vulnerabilidad para evitar situaciones conflictivas con el
resto de la población penal, impidiendo de este modo la adecuada incorporación al programa y
el normal funcionamiento de las distintas actividades.
Ahora bien, el ser agrupados en forma homogénea por delito, produce cambios en la dinámica
grupal, y desde una perspectiva psicológica resulta importante redefinir la nueva problemática
que se presenta en relación con la convivencia y la tipología delictiva. El conflicto, en este senti-
do, se desplaza permitiendo abandonar el lugar de victimización histórico de este colectivo, para
dar lugar a la aparición de otras diferenciaciones por ejemplo pedófilos vs violadores y con ello
un nuevo enfoque terapéutico. No encasillar los distintos perfiles criminológicos se torna central
para un trabajo psicológico y comunitario. Estas modificaciones permiten un trabajo enfocado al
desistimiento y a la reinserción social dentro de parámetros más realistas.
110
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Este dispositivo permite abrir nuevas modalidades de abordaje, considerando distintos perfiles
criminológicos y de personalidad que conforman todo el abanico de individuos que han sido
condenados por delitos contra la integridad sexual, de otros que quedaban bajo un mismo rótulo
y eran fuertemente estigmatizadas.
Asimismo, ha exigido un posicionamiento distinto del personal que trabaja con los internos, a
diferencia del modelo que tradicionalmente ha operado frente a esta problemática.
En el Complejo Penitenciario V Senillosa, los internos que participan del Programa para Ofen-
sores Sexuales presentan determinadas características, a saber:
● En lo que refiere a historial delictivo existe un alto porcentaje de internos primarios por
delitos sexuales (entre 40% y 45%). Este dato resulta importante, ya que de acuerdo con la
evidencia empírica existente, se trata de una categoría con menor índice de reincidencia en
relación a otros delitos graves (homicidio, secuestro extorsivo, robo agravado). De todas
maneras, habría que considerar que en muchos casos son acompañados con un agravamiento
del daño causado (homicidio).
● El 15% de los ofensores sexuales evaluados presentan alta puntuación en la escala de psi-
copatía, circunstancia muy desfavorable en términos de reincidencia. Estas personas, en lí-
neas generales, tienen dificultades para controlar los impulsos, reconocer el delito, identificar
los daños generados a las víctimas y sentir culpa. Son locuaces, encantadores y con facilidad
en el discurso, por lo que algunas veces, en relación al tratamiento, hacen un “como sí”.
111
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Riesgo de suicidio
70,00% 66,18%
60,00%
47,37%
50,00%
40,79%
40,00%
27,04%
30,00%
20,00%
7,89%
10,00% 4,43% 3,95%
1,57% 0,00% 0,79%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Alto Muy alto
Ofensores Total
Riesgo de conflictividad
112
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Sobre Riesgo de conflictividad se observa que la población de ofensores sexuales no refleja dis-
paridades sobre el resto de la población, estando por debajo del promedio general.
80,00%
71,05%
70,00%
60,00% 55,80%
50,00%
40,00%
30,60%
30,00%
21,05%
20,00%
10,45%
6,58%
10,00%
1,32% 2,71% 0,00% 0,43%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Alto Muy alto
Ofensores Total
Riesgo de fuga
En este caso se observa que el segmento de ofensores sexuales se encuentra levemente por debajo
del promedio, es decir que representarían niveles inferiores en lo que respecta al riesgo de fuga.
113
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
90,00% 85,53%
81,30%
80,00%
70,00%
60,00%
50,00%
40,00%
30,00%
20,00% 13,71%
10,53%
10,00% 2,63% 3,80% 1,32% 0,92% 0,00% 0,27%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Alto Muy alto
Ofensores Total
Tomando los datos obrantes integrados con otra información, se identificaron características co-
munes útiles para el diseño de técnicas de abordaje, aglutinando datos individuales y colectivos,
con el objetivo de conocer las necesidades, la participación y el contexto, y de esta manera, dar
una respuesta objetiva desde la institución penitenciaria.
• En lo que respecta a las habilidades laborales presentan una buena actitud, teniendo un his-
torial de empleo sin problemas.
• No presentan domicilio fijo en su mayoría, aunque no se encuentran en situación de calle.
• Presentan rasgos de manipulación que se diferencian del resto de la población penal.
• Muestran participaciones en alteraciones al orden, peleas con otros internos, heridas de
armas blancas y destrucción de materiales en comparación con el resto de la población peni-
tenciaria.
• Este grupo se presenta más vulnerable en cuanto a la confrontación física con una situación
hostil moderada solicitando la intervención de las autoridades.
• Poseen un elevado porcentaje de inclinación a actuar sin pensar.
• Se presentan más reacio a respetar las reglas y a reconocer sus problemas. Tienen una acti-
tud más impulsiva y agresiva que el resto.
• En el grupo de ofensores sexuales se encuentra el mayor porcentaje (51.61%) de consumo
de la población penitenciaria, aunque es dable destacar que el mismo descendio en el último
año en todos los tipos de drogas.
114
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Se realizó una visita al módulo de agresores sexuales del Complejo Penitenciario V Senillosa
con el objetivo de medir el impacto del tratamiento. En dicha oportunidad se tomaron entrevis-
tas semi dirigidas para recabar datos sobre la ofensa sexual (motivaciones, historial delictivo,
etc.), y se administró un cuestionario de autoinforme para conocer la percepción del interno con
relación al programa ofrecido. Se contó además, con el apoyo de los profesionales de la Unidad
considerando que son ellos quienes trabajan a diario y conocen mejor a la población penal.
De los cuestionarios de autoevaluación, respondido por los internos, surgieron las siguientes
opiniones:
A su vez, cuando el equipo tratante describe las características del funcionamiento de los grupos
en la Fase 1, y los internos que lo integran, destacan lo siguiente:
● La mayoría de los internos (dentro de ese 70% que participan del programa), con un 80,5%,
el equipo logra establecer un buen rapport.
115
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
● Por otra parte, un número considerable, 84%, no logra ubicarse en el lugar de la víctima.
● Asimismo, un 74% puede adaptarse a un trabajo grupal.
● Finalmente, sólo un 36% ha podido hablar sobre las circunstancias del delito.
Estos resultados (un 68%, en su autoevaluación, destacó que el tratamiento le permitía reflexio-
nar sobre el delito, pero un 40% no reconocía la comisión del ilícito), evidencian que el desafío
consiste en lograr que el interno mejore el nivel de conciencia sobre el delito cometido, dado que
muchos participan del programa, pero no logran implicarse subjetivamente.
Por otra parte, entre los factores que operan como obstáculos en los internos a que no puedan
involucrarse al tratamiento se destacan tres grupos:
V- Conclusiones
Por otra parte, este tratamiento muestra que hay un núcleo estructural que es más complejo de
modificar (se ve más claramente en la estructura perversa) pero resulta provechoso hacer énfasis
en la empatía con la víctima y el daño causado, como así también en la adquisición de nuevas
herramientas que le permiten al sujeto demorar la secuencia que se presenta en la comisión del
ilícito (reestructuración cognitiva) y trabajar sobre nuevas estrategias para lograr un cambio
favorable frente a las distintas dificultades que se pueden presentar en el medio libre.
116
Capítulo VI
Personas Trans
Personas trans privadas de la libertad bajo la órbita
del Servicio Penitenciario Federal
Introducción
Desde el Servicio Penitenciario Federal (SPF) se vienen desarrollando distintas acciones ten-
dientes a la no discriminación y protección de los derechos y garantías de las personas trans
en el ámbito penitenciario, acompañando los cambios en materia legislativa y social que se
produjeron en nuestro país durante los últimos años, tales como la sanción de la ley de Iden-
tidad de Género Nº 26.743, a través de la cual se reconoce el derecho al libre desarrollo de su
persona –conforme su identidad– y fundamentalmente a ser identificada y referida acorde al
género auto percibido.1
Las personas privadas de su libertad tienen riesgos y necesidades específicas y, en ese sentido, lo
que se pretende es garantizar un abordaje efectivo en cada uno de esos aspectos. En este sentido,
una población cuyas particularidades, en términos de derechos y de riesgos y necesidades, deben
ser específicamente contempladas, es el conformado por el colectivo trans.
La primer decisión que tomó la administración penitenciaria fue la de trasladar este grupo de
internas de un alojamiento de hombres, que era el Complejo Penitenciario Federal I (C.P.F.I), al
Complejo Penitenciario Federal IV de Mujeres (C.P.F.IV) conforme a su género auto-percibido.
Debe tenerse en cuenta que la situación del colectivo trans en la Argentina. De acuerdo con una
encuesta realizada en 2007 por ALITT (Asociación de Lucha por la Identidad Travesti-Transe-
xual), el 91 % de las personas trans encuestadas señaló haber sufrido situaciones de violencia
en escuelas, hospitales, transportes y oficinas públicas. En relación con los efectores de salud,
la encuesta señala que las personas que sufrieron discriminación por parte de otros usuarios de
los servicios como por distintos integrantes del equipo de salud, en especial personal médico y
administrativo. En relación con la esperanza de vida la encuesta afirma que sobre una muestra de
1. LEY N° 26.743 -ARTICULO 2° — Definición. Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada
persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuer-
po. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole,
siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales.
119
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
592 personas trans fallecidas, el 43 % murió entre los 22 y los 31 años de edad, el 33 % entre los
32 y los 41 y el 9 % antes de cumplir los 21 años. Entre las principales causas de muerte de las
mujeres trans se encuentra el HIV, cifra que da cuenta de las barreras para acceder a los servicios
de salud. En segundo lugar se encuentran los asesinatos. Otras causales son el suicidio, cáncer,
ataques cardiacos, diabetes, cirrosis o complicaciones derivadas de la auto-administración de
hormonas y/o siliconas o aceites. Las condiciones de trabajo deficitarias que presentan las per-
sonas trans repercute directamente en su situación habitacional, provocando que sus lugares de
residencia resulten precarios.2
Hasta aquí algunos datos significativos acerca de cómo vive el colectivo trans en la sociedad
actual. A continuación, haremos un recorrido por las características específicas de las personas
trans en el ámbito penitenciario e intentaremos dar cuenta de los motivos por los cuales se ela-
boró un programa específico de tratamiento para este colectivo y la evaluación que se hizo sobre
el mismo.
Como dijimos, a continuación haremos una breve descripción de las características principales
de las personas trans privadas de la libertad que se encuentran alojadas en el SPF que son aque-
llas que fueron encuestadas respecto al programa específico aplicado al colectivo trans:
2. Ministerio de Salud de la Nación, Programa nacional de salud sexual y procreación responsable, Atención de la salud integral de personas
trans. Guía para equipos de salud, “Población trans: mapa de la situación sociosanitaria en Argentina”, pág. 40.
120
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Situación procesal:
%
Condenada 21,2
Procesada 75,8
NS/NC 3,0
Total 100,0
Clasificación de Riesgo
Sobre esta población de muestra con necesidades especiales3, se desarrolló a su vez una inte-
gración de ciertos datos con la intención de establecer características afines a la intervención
penitenciaria que pudieran servir para el abordaje de los factores criminógenos y en el fortaleci-
miento de los factores protectores.
Tomando los datos obrantes integrados a su vez con otra información específica se intentó iden-
tificar características comunes para el diseño de técnicas de abordaje, aglutinando datos indivi-
duales y colectivos, con el objetivo de conocer las necesidades, la participación, el contexto y de
esta manera dar una respuesta objetiva desde la institución penitenciaria.
3. UNODC - Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito - Manual sobre Reclusos con necesidades especiales SERIE DE MANUA-
LES DE JUSTICIA PENAL - https://www.unodc.org/documents/justice-and-prison-reform/MANUAL_RECLUSOS_CON_NECESIDADES_ESPECIA-
LES_1.pdf
121
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Riesgo de Suicidio:
De la deducción de los porcentuales lúcidos, podríamos decir que la población trans alojada en
el SPF no reflejaría índices de suicidios representativos en comparación con el resto de la pobla-
ción penal, reflejándose un riesgo medio superior al resto de la población sobre este eje.
80,00% 75,61%
70,00% 66,18%
60,00%
50,00%
40,00%
27,04%
30,00%
17,07%
20,00%
7,32%
10,00% 4,43%
0,00% 1,57% 0,00% 0,79%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Alto Muy alto
Trans Total
Riesgo de Conflictividad:
Sobre riesgo de Conflictividad, se observa que la población trans no refleja disparidades sobre el
resto de la población, siendo porcentualmente mayor en lo que respecta al riesgo bajo.
122
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
60,00% 55,80%
48,78%
50,00% 43,90%
40,00%
30,60%
30,00%
20,00%
10,45%
10,00% 4,88%
2,44% 2,71%
0,00% 0,43%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Alto Muy alto
Trans Total
Riesgo de Fuga:
Vemos en este caso que el segmento de personas trans se encuentra levemente por debajo del
promedio, es decir que presentarían niveles inferiores en lo que respecta al riesgo de fuga.
Trans Total
123
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
• Si bien registran un porcentaje elevado en actitud frente al trabajo, presentan serios proble-
mas en su historial de empleo.
• Con respecto al estilo de vida, presentan un elevado porcentaje que no tienen un domicilio
fijo, aunque no están en situación de calle.
• En lo que respecta a las relaciones interpersonales, en un 40% no cuentan con apoyo fami-
liar para abandonar el delito.
• En un 75,76% se encuentran detenciones por delitos relacionados con el trafico de drogas.
• Presentan una mayor propensión al consumo de sustancias.
• En lo que hace a las variables de suicidio se encuentran dentro del promedio.
• Profesan respeto hacia la autoridad y no litigan con ella.
Luego de realizar un análisis de los riesgos y necesidades individuales de cada una de las per-
sonas trans privadas de la libertad, se detectaron algunos factores comunes que permitieron
acercarnos a los lineamientos necesarios para trabajar en un programa adecuado de tratamiento
con el fin de atender a la especificidad de las necesidades de este grupo.
El fin último del programa específico de tratamiento, es reducir los riesgos de reincidencia y reite-
rancia, promover el desistimiento del delito, garantizar la seguridad pública y evitar la discrimina-
ción hacia las personas trans en prisión, por medio del mejoramiento de sus condiciones de vida.
124
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
La base del abordaje de la situación de las personas trans tiene, en lo general, las líneas de abor-
daje generales: seguridad dinámica, manejo de la información, abordaje de factores asociados a
la reincidencia y reiterancia, y promoción de los factores asociados al desistimiento del delito.
Con respecto a la capacitación del personal penitenciario, durante el año 2017 se incorporó la
temática de género y diversidad sexual como materia obligatoria en los cursos de ascenso del
personal oficial, se realizó un taller de capacitación a cargo de la Dirección Nacional de Políticas
Integrales de Diversidad Sexual de la Secretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural
de la Nación; un curso de formadores en Diversidad Sexual que contó con la capacitación de la
Dirección antes mencionada; así como también la participación en el II Congreso Nacional de
Diversidad Sexual y Derechos Humanos organizado por la Secretaria de Derechos Humanos y
Pluralismo Cultural de la Nación en la provincia de Mendoza.
Encuesta
a) Con respecto al trato que reciben del personal a cargo del módulo en que se encuentran alo-
jadas manifestaron sentirse:
%
Muy bien 21,3
Bien 33,3
Regular 33,3
Mal 9,1
Muy mal 3,0
Total 100,0
125
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
d) Respecto de las actividades diagramadas, si bien existe una vasta oferta de actividades
para realizar, la encuesta arroja elevados índices de insatisfacción en relación al tiempo
de ocio, arrojando que no son suficientes las actividades para aprovechar el tiempo en los
siguientes porcentajes:
%
Si 36,4
No 54,5
NS/NC 9,1
Total 100,0
e) Sobre las relaciones interpersonales entre pares y entre ellas y el personal penitenciario:
% Muy buena + buena
Existe una relación de respeto entre las internas en el pabellón 60,6
Me siento acompañada por los profesionales del SPF en esta unidad 36,4
El personal penitenciario de esta unidad me discrimina por ser trans 42,4
f) Sobre el Taller de autorreflexión y conocimiento que se lleva a cabo desde Enero de 2016,
algunos datos representativos son:
% Muy de acuerdo +
de acuerdo
En el taller puedo expresar libremente emociones y pensamientos 95,2
En este taller me ayudan a reflexionar sobre cómo afrontar problemas que pueda tener cuando
81,0
salga en libertad
Participar de este taller me ayudó a mejorar mi auto estima 77,3
Este taller me ayudó a conocerme mejor 72,7
A partir de participar en este taller pude pensar sobre muchas cosas que antes no pensaba 72,7
126
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
La encuesta arroja un resultado donde se manifiesta que la calidad de vida de las personas trans
en el ámbito penitenciario ha mejorado representativamente a partir de la implementación del
programa. Estas se centran en los siguientes aspectos:
En todo este cuadro de acción vemos como, desde el Servicio Penitenciario Federal, se está
llevando adelante una política en términos de promoción de los derechos del colectivo trans y
garantizar un trato que respete su género auto - percibido. En este sentido, durante el siguiente
año profundizaremos el trabajo en relación a la capacitación del personal penitenciario, y la apli-
cación del programa en aquellas cuestiones que, a partir de su medición, requieren una mejora
continua.
Por último, cabe señalar que otro eslabón a tratar es el fortalecimiento del abordaje de las ne-
cesidades criminógenas y el desarrollo de los factores protectores, con el objetivo de dotar a
este colectivo de mayores y más efectivas herramientas a fin de que puedan superar las barreras
de exclusión de las que por lo general, han sido víctimas y, asimismo, a partir del apoyo y la
motivación, promover en cada caso en particular que abandonen la conducta delictiva una vez
recuperada su libertad, de modo que puedan vivir conforme los parámetros de la ley y a partir
de lo producido por su trabajo.
127
Capítulo VII
Análisis cuantitativo del
perfil actual de la población penal
Análisis cuantitativo
del perfil actual de la población penal
Introducción
En este informe se presentan los principales resultados relativos a la recopilación de datos reali-
zada para el desarrollo e implementación del sistema de clasificación inicial por riesgo, categori-
zación y clasificación en torno a necesidades. Cabe tener presente que las diversas dimensiones
analizadas han sido construidas a partir de los resultados de la primera etapa de investigación
cuantitativa de este proyecto; a partir de allí se logró un perfil general de la población penal
alojada en el SPF, considerando las variables principales a tener en cuenta relacionadas princi-
palmente a la seguridad y el tratamiento.
En línea con lo expuesto, este trabajo está respaldado en las entrevistas realizadas desde 2015 en
el marco del sistema de Clasificación por riesgo inicial. Esta base de datos contiene información
de 10.313 alojados. Ese volumen de muestra resulta suficiente para brindar una perspectiva del
cuadro actual de situación del sistema. Los datos de este capítulo se refieren a los internos del
SPF al 31 de marzo de 2018. Este capítulo es una actualización con los últimos datos disponibles
del publicado en el número II de “Revista de Criminología” publicada por el SPF en 2016.
Los resultados del trabajo realizado sobre la totalidad de la población penal alojada son
los siguientes:
Datos generales
• La edad promedio de las personas privadas de su libertad es 34 años y medio.
• 65% de los internos tienen hijos menores.
• 62% se encuentran procesados.
Riesgo
De 12.138 internos alojados se poseen registros de valores de riesgo para 10.313 casos (85%).
El cuadro a continuación sintetiza los resultados de la distribución de riesgo.
131
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
70,00% 63,80%
60,00%
50,40%
50,00%
40,00% 33,00%
28,40%
30,00%
17,10%
20,00% 12,50%
10,00% 5,10% 5,30%
1,80% 3,60% 1,40% 0,90% 0,50% 0,40%
0,00%
Bajo Medio Medio alto Alto Muy alto
Historial delictivo
• 40% está detenido por delitos violentos.
• 10% tuvo detenciones siendo menor (3% más de una detención).
• 40% tuvo condenas previas siendo mayor (14% tres o más condenas).
• De este último grupo, un 85% había estado en prisión menos de 5 años, 10% entre 5 años y 8
años y un 5% más de 8 años.
• Sólo un 7% incumplió medidas alternativas a la prisión.
• Un 4% tiene antecedentes de delitos intramuros.
• Un 72% de los internos del SPF, aproximadamente, cometieron un solo tipo de delito.
132
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
• De aquellos que estuvieron en prisión en forma previa un 32% estuvo en libertad menos de 6
meses, el 25% entre 6 meses y un año. El 43% estuvo más de 2 años.
En el siguiente gráfico podemos observar el tiempo transcurrido desde el último trabajo estable;
a saber:
133
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
• En el 50% de los casos, los ingresos no provienen de actividades delictivas, en un 33% los
ingresos de actividades delictivas son parciales y en un 12% de los casos los ingresos provienen
exclusivamente de actividades delictivas.
• Un 23% de los individuos se vinculan regularmente en el medio libre con infractores, mientras
que un 34% tiene vínculos esporádicos. Por otra parte, un 43% no tiene vínculos.
• El 91% posee domicilio fijo y un 9% se encontraba en situación de calle al momento de la
detención (más de la mitad de este grupo (6%) llevaba más de seis meses viviendo en la calle).
• Un 9% de los individuos presenta rasgos de manipulación fuertes y un 34% rasgos in-
termedios.
• Un 44% integra grupos no delictivos en el medio libre, mientras un 31% no participa. El resto
presenta una participación intermedia.
Infancia y adolescencia
En lo que hace a las variables vinculadas a la infancia y la adolescencia de los individuos aloja-
dos en el SPF destacan los siguientes datos:
• 47% provienen de hogares con padres separados.
• 16% sufrió abandono del hogar (y un 9% adiciona, lo sufrió intermitentemente durante algunos
períodos).
• 20% fueron víctimas de violencia doméstica (la mitad en situaciones graves).
• 16% no finalizó el primario, 60% lo terminó y sólo el 24% finalizó el secundario.
• 73% tuvo vínculos con el padre hasta la adultez (el 13% nunca los tuvo).
• 89% tuvo vínculos con la madre hasta la adultez (el 3% nunca los tuvo).
134
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Variables de conflictividad
• Un 20% de los individuos presentan heridas con armas y un 11% heridas auto-agresivas.
• Del total de heridos, el 12% presenta una herida con arma de fuego y 10% más de una.
• En lo que hace a heridas de arma blanca, el 18% presentan una herida y el 12% más de una.
• Un 20% de la población penal tiene sanciones graves (8% en más de tres oportunidades), el 5%
ha destruido materiales y 21% ha participado en peleas con otros internos.
• Un 6% participó en agresiones al personal penitenciario.
• La agresión a visitantes es sólo del 0,5% de los casos analizados.
Vulnerabilidad
• Un 19% de los internos manifiestan haber sido abordados hostilmente por otros internos y en
un 60% de los casos puso fin a la situación. Sin embargo, en el 76% hubo confrontación física y
sólo el 37% de los agredidos solicitó ayuda a las autoridades.
• En el 56% de los casos la percepción del daño recibido es leve. En el 17% es grave y en el 28%
restante como moderado.
• Un 9% presenta síntomas de trastorno de personalidad (2% con síntomas muy marcados).
• Sólo un 9% pertenece a grupos por criterio de raza, religión, origen étnico u otra característica.
Actitudes
• Un 48% no apoya las conductas delictivas, un 33% presenta una actitud intermedia y el 19%
apoya las mismas.
• Un 4% rechaza a la autoridad, 26% tiene una actitud intermedia, mientras que el 68% la acepta.
• Un 60% acepta las reglas de la comunidad, mientras un 6% las rechaza totalmente.
• Un 14% no reconoce sus motivaciones para cometer delitos ni reconoce el problema. Un 21%
tiene una posición intermedia y el 65% reconoce las motivaciones.
Variables de personalidad
• Sólo un 53% no presenta tendencia a actuar sin pensar en las consecuencias de sus actos a me-
diano largo plazo. Un 11% presenta frecuentemente una tendencia a actuar sin pensar.
• En lo que refiere a aplazar satisfacciones, los resultados son preocupantes. Sólo un 11% de los
internos presenta capacidad de aplazarlas. A su vez, un 39% es incapaz de aplazar satisfacciones
inmediatas. Esto es consistente con la capacidad de establecer objetivos de mediano y largo pla-
zo donde se observa que el 43% es incapaz de hacerse este planteo y sólo el 19% presenta una
actitud positiva en este sentido.
• En contraposición, el 82% no se muestra agresivo ni irritable (sólo 3% se mostraron en extre-
mo irritables).
Consumo de drogas
Como podemos observar en el cuadro a continuación, el consumo de drogas está liderado por
marihuana, seguida de cocaína, psicofármacos, alcohol y paco.
135
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Variables de fuga
En lo que hace a variables a considerar como determinantes para definir el riesgo de fuga, en-
contramos los siguientes resultados:
136
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
137
Capítulo VIII
Perfiles de internos por delitos
contra la propiedad y por
infracción a la ley de drogas
Perfiles de internos por delitos contra la propiedad y
por infracción a la ley de drogas
Los cambios legales, económicos y sociales que se suscitaron en estos últimos años han variado
la composición de la población penitenciaria, observando que estos “perfiles tradicionales” mu-
taron hacia “nuevos perfiles”, con rasgos de intervención más complejos.
Estos cambios, representan nuevos desafíos a la administración penitenciaria, entre los que se
consideran una mayor diversidad, más dificultad para asociar excluido-delincuente-interno, ne-
cesidad de búsqueda de nuevos criterios de agrupación, mayor complejidad en la aplicación de
la legislación penitenciaria y cambios en el planteamiento y ejecución del tratamiento.
Se busca así colaborar con el despliegue de políticas para el abordaje de los riesgos y necesida-
des específicas de personas privadas de libertad con estas características comunes.
En tal sentido en este ensayo se formuló el análisis de “perfiles”2 de los internos que se encuen-
tran alojados por:
1. “Perfiles de internos según delito: secuestro extorsivo, homicidio, agresión sexual”, Revista de Criminología II, 2016, Servicio Penitenciario
Federal.
2. Se trata de la identificación de características comunes para el diseño de técnicas de abordaje. Se aglutinan datos individuales y colectivos,
con el objetivo de conocer los antecedentes intramuros, la participación el contexto y dar una respuesta desde la institución penitenciaria.
3. Código Penal De La Nación Argentina - Ley 11.179 (T.O. 1984 Actualizado) -Titulo VI - Delitos Contra La Propiedad. Ley 23.373.
141
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
1. Evolución de ingresos de internos detenidos por delitos contra la propiedad y por infrac-
ción a la ley 23.7374.
5.000 4.533 4.480
4.225 4.278 4.370
4.086 4.110 4.201 4.100
3.998 3.949
4.000 3.430 3.442
4.127 4.216
3.804
3.000
3.055 3.058 3.093 3.137 3.172
2.847 2.864
2.608
2.000 2.378 2.459
1.000
0
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
Se observa claramente el incremento de internos detenidos por delitos relacionados con la in-
fracción a la Ley 23.737 a partir de mediados del año 2015, mientras que los delitos relacionados
contra la propiedad se nota un incremento a partir del año 2016, llegando ambos a equipararse
en el año 2018.
2. Cuadro de Delitos contra la propiedad y por infracción a la Ley 23.737 de internos alo-
jados en el SPF5.
Total alojados Delitos contra la propiedad Infracción a la ley 23.737
Total 11.861 4.278 4.127
Edad promedio 36 32 37
Hombres 10.915 4.095 3.567
% Hombres 92% 96% 87%
Edad promedio 36 32 37
Mujeres + trans 946 183 560
% Mujeres 8% 4% 13%
Edad promedio 37 32 38
En el siguiente cuadro se muestran los internos alojados en el SPF a fines de 2017 y su desagre-
gación en las dos tipificaciones penales que analizamos. Como se observa a simple vista, ambos
tipos representan el 71% de los internos totales del SPF (un 36% en el caso de delitos contra la
propiedad y un 35% en el caso de infracciones a la ley de drogas). Esta proporción es aún mayor
en el caso de las internas mujeres, ya que casi tres de cada cuatro internas (un 79% exactamente)
está alojada en el SPF producto de una de estas dos tipologías delictivas.
142
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Del total de alojados en el SPF, un 92% son hombres. Estas proporciones son un tanto menores
en el caso de infracciones a la ley de drogas (un 87% de hombres, 13% de mujeres) y un tanto
mayores en el caso de delitos contra la propiedad (96% hombres, 4% mujeres).
3. Gráfico de proporciones6
Respecto a la edad promedio, los alojados por delitos contra la propiedad muestran un promedio
de edad sensiblemente menor (32 años, sean hombres o mujeres) contra un promedio de 37 años
para los alojados por infringir la ley 23.737.
En cuanto a la situación procesal de los internos, el siguiente cuadro resume los principales da-
tos. La participación de los detenidos en el total el siempre marginal, aunque algo mayor en el
caso de los alojados por delitos contra la propiedad. En el caso de infracciones a la ley de drogas,
la participación de los procesados en el total alcanza a casi tres de cada cuatro internos, un valor
sensiblemente mayor al promedio del SPF. En el caso de delitos contra la propiedad esta cifra
se ubica justo por encima de la mitad: poco más de uno de cada dos internos por esta razón se
encuentra procesado.
143
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Esta información permite obtener una referencia detallada del perfil de cada interno. Así en los
cuadros que siguen, se comparan los valores de CIR para los internos de cada una de las dos
tipologías delictivas analizadas con el total histórico del sistema CIR. Esto permite establecer
perfiles asociados a cada modalidad delictiva seleccionada.
En el cuadro 4 mostramos la estructura del indicador de riesgo de conflictividad para las dos
formas delictuales analizadas y la media histórica del SPF como punto de referencia. Como se
observa, el perfil conflictivo de los infractores a la ley de drogas es menos marcado que el pro-
medio, y a su vez, mucho mayor que el de los alojados por delitos contra la propiedad.
5. Cuadro de delitos contra la propiedad y por infracción a la Ley 23.737 - Riesgo de con-
flictividad medido por CIR8
Total histórico del CIR Delitos contra la propiedad Infracción a la ley 23.737
Muy bajo 34% 74% 57%
Bajo 40% 23% 30%
Medio 19% 3% 10%
Alto 6% 0% 3%
Muy alto 1% 0% 0%
Total 100,00% 100,00% 100,00%
Si en promedio, tres de cada cuatro internos presentan riesgos bajos o muy bajos de conflicti-
vidad, el 97% de los alojados por delitos contra la propiedad y el 87% de los infractores a la
ley de drogas muestran este nivel de riesgo. En contraposición, un 7% del total de los internos
muestran riesgos altos o muy altos de conflictividad, mientras que solamente un 3% de los in-
fractores a la ley 23.737 o un magro 0,1% (un interno cada mil) de los alojados por delitos contra
la propiedad lo hace.
144
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
En lo que respecta al riesgo de fuga, como se muestra en el cuadro 5 y el gráfico que lo acom-
paña, los valores, si bien son “menores” (en el sentido de configurar menos riesgo de fuga) en
el caso de los dos tipos delictuales analizados a la media histórica del SPF, muestran magnitu-
des bastante similares.
7. Delitos contra la propiedad y por infracción a la Ley 23.737 - Riesgo de fuga medido
por CIR10
Total histórico del CIR Delitos contra la propiedad Infracción a la ley 23.737
Muy bajo 73% 81% 81%
Bajo 18% 15% 13%
Medio 6% 3% 4%
Alto 1% 1% 1%
Muy alto 1% 0% 0%
Total 100,00% 100,00% 100,00%
145
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
146
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
10. Gráfico de Delitos contra la propiedad y por infracción a la Ley 23.737 - Riesgo de
suicidio medido por CIR13
En otra línea de estudio se observa la cantidad de reingresos de los internos que actualmente se
encuentran alojados por infracción a la Ley 23.737, diferenciando según el delito cometido en
períodos anteriores.
11. Cuadro de reingresos de los internos que actualmente se encuentran alojados por in-
fracción a la Ley 23.73714
600 535
400
206 181
200
24 19 10 9 8 6 5 2
0
No consta carátula
Personas
Seguridad pública
Propiedad
Orden público
Ley 23.737
Administración pública
Otras leyes
Integridad sexual
Fé pública
Libertad
147
Capítulo IX
Perfiles de internos según delito
Homicidas
Análisis y descriptores estadísticos sobre la población de
“homicidas” alojados en el Servicio Penitenciario Federal1
1. Introducción
El homicidio como delito de origen violento resultaría fuente de atención particular por diver-
sos factores, entre los que podríamos considerar el impacto social, la muerte de la víctima y las
repercusiones generadas sobre el grupo familiar de ésta.
En esa idea, vemos que varios autores estudiaron los factores que aumentarían el riesgo para
que se presente este tipo de conducta delictiva o la reincidencia en el delito.2 Además, algunos
doctrinarios identificaron ciertos predictores para la comisión de un delito violento y su reinci-
dencia en general.3
Se observa además que existen diversas tipologías para describir a los “homicidas”. La más
conocida se basa en homicidio simple o múltiple elaborada en el F.B.I. (Centro para el Análisis
del Crimen Violento y descripta en el Crime Classification Manual4) en la cual dicho organismo
utiliza los conceptos de “organizado” y “desorganizado” para abordar los estudios de los homi-
cidios, en función de aspectos como la inteligencia, el estatus, el carisma, el sexo; sin embargo,
ello no se realiza con el fin de establecer características para la intervención penitenciaria, si no
para la investigación criminal, mediante la técnica de perfilamiento que se conoce como “profi-
ling”: “…que resulta ser una técnica de investigación criminalística para el descubrimiento del
autor de un delito, en base a aglutinar datos de personalidad y de comportamiento, con el ob-
jetivo específico de descubrir el delito y con un fin individual que sería identificar al autor…”.
Marcada esta diferenciación, para el desarrollo del presente se tomaron datos de la práctica
expuesta, los que, integrados con otra información específica, permitieron la identificación de
características comunes para el diseño de técnicas de abordaje, aglutinando datos individuales y
colectivos, con el objetivo de conocer los antecedentes intramuros, la participación, el contexto
y de esta manera dar una respuesta objetiva desde la institución penitenciaria en el marco de un
modelo de riesgo.
1. Base del Sistema Legajo Personal Único http://intranet2.jus.gov.ar/spf/lpu a Diciembre 2017.
2. Estos factores son los antecedentes criminológicos, los pares antisociales, la problemática familiar, el rendimiento escolar o laboral, el uso
de sustancias psicoactivas o el alcohol, entre otros. (Andrews y Bonta 1994).
3. La historia criminológica, la edad del delincuente, el número de delitos, cometer el primer delito violento en la juventud, y ser joven al
cometer el primer homicidio. (Vivien S. Huan 2010).
4. J. Douglas, et al 2006.
151
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Asimismo se intenta una profundización de la caracterización del punto anterior, en base al aná-
lisis de la totalidad de las variables que integran el formulario del CIR.
2. Población y muestra
Para el presente trabajo se utilizó una muestra formada por el 8% de la totalidad de la población
carcelaria, conforme datos del sistema de Legajo Personal Único al mes de diciembre de 20176.
2.a) Sexo: En relación al sexo de la población en estudio surge que el 4% son mujeres y el
96% hombres.
2.b) Nacionalidad: La muestra se compone de 87% argentinos y 13% extranjeros, de los cuales
el 97% son latinoamericanos y el 3% asiáticos.
2.c) Situación familiar: Determinando la manifestación brindada sobre el estado civil al mo-
mento de ser detenido:
60,00%
50,00%
40,00%
30,00%
19,87%
20,00%
8,88%
10,00%
1,11% 1,44% 1,79% 1,11% 0,55%
0,00%
No hay dato Soltero Casado Viudo Divorciado Concubinato En pareja Separado
5. Múltiples investigaciones han puesto de relieve la conexión entre las vivencias de tensión y la propensión a cometer ciertos delitos, espe-
cialmente delitos violentos (Andrews y Bonta, 2006; Tittle, 2006).
6. http://intranet2.jus.gov.ar/spf/lpu
152
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Así resulta que sobre la población en análisis, hay una serie de 7 datos cuya ausencia o caracte-
rística imposibilita hacer un análisis de significación estadística entre estos dos grupos. Estas son:
• Anfetaminas
• Alucinógenos
• Actúa sin pensar7
• Padre detenido
• Madre detenido
• Abuelo detenido
• Inhalantes
Como producto de la integración de los datos obrantes, vemos que hay una serie de variables
que no presentan diferencias significativas entre el grupo de “homicidas” y “no homicidas” (el
signo positivo indica que el valor de la variable es mayor en el caso de los “homicidas” que en
el de los “no homicidas”; el signo negativo, lo contrario).
1,825
1,119
0,999
2
0,605
1,5
0,204
0,14
1
0,5
0
0
-0,5
-0,154
-0,159
-1
-0,236
-0,489
-0,525
-0,602
-1,5
-0,827
-0,892
-0,962
-1,022
-1,049
-2 -1,087
-1,534
HermanoDetenido
Acti tudTrabajoGeneralOpcional
PrimoDetenido
TatuajesOrganizaciónCriminal
TíoDetenido
VínculoInfractoresOpción
Det enciónMenorOpción
ViolenciaDomesticaOpción
Famili aresFuerzas
0
SeparaciónPadres
ParejaDetenido
ComunidadReglasOpción
IntentoÚltimoAño
GrupoCriteriosRaza
AbandonoHogarOpción
DuraciónPensamientoSuicida
IngresoAct ividadDelictiva
IntentoSuicidio
7. Se dejan las denominaciones originales de las variables tal cual aparecen en la base de datos CIR para facilitar la búsqueda posterior.
8. Todas las variables tienen sus valores distribuidos homogéneamente en el intervalo [0-2], algunas preguntas pueden no ser contestadas
debido a que son una ampliación de una respuesta anterior.
153
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Resulta entonces que este grupo de 21 variables muestran diferencias que no son significativas
estadísticamente. Es decir que, no se puede afirmar de manera taxativa (con una confianza me-
nor al 5%) que la variable muestre valores diferentes en el caso de los “homicidas” que en el de
los “no homicidas”.
Por otro lado, se integraron las variables con diferencias significativas en las que el valor de los
“no homicidas” es mayor que el de los “homicidas”, sirviendo, en principio, para diferenciar
características de un grupo diferentes del otro.
3. Gráfico de variables con diferencias significativas en las que el valor de los “no homici-
das” es mayor que el de los “homicidas”.
-2
-2,11
-2,119
-2,786
-5
-3,666
-3,823
-4,511
-4,566
-5,05
-5,072
-5,289
-6,281
-8
-8,169
-11
-10,244
-14
-12,54
CondenasPreviasOpción
TrastornoConsumoSustancias
Marihuana
MiembrosGruposOrganizados
TiempoLibertadDetenciónOpción
HistoriaEmpleoOpción
Cocaína
Alcohol
FamiliarDetenidoSPF
AplazarSatisfaccionesOpción
Paco
NivelUsoDrogasOpción
OtroDetenido
Psicofármacos
Este grupo de 14 variables posee valores significativos estadísticamente (con una confianza del
95%) y muestra que los valores que se obtienen para el caso de los “no homicidas” son mayores
que para los “homicidas”.
1) El grupo de los “no homicidas” muestra un mayor uso de sustancias narcóticas (alcohol, ma-
rihuana, cocaína, psicofármacos, paco), que el grupo de los “homicidas”.
2) El grupo de los “no homicidas”, presenta un mayor número de condenas previas y un mayor
tiempo en libertad previo a la actual reclusión.
154
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
3) A su vez esta población presenta una mayor pertenencia a grupos organizados y una mayor
frecuencia de familiares y allegados recluidos en el SPF que el grupo de los “homicidas”.
4. Gráfico de variables con diferencias significativas en las que el valor de los “homicidas”
es mayor que el de los “no homicidas”.
36,695
40
30
19,939
17,659
16,427
16,283
16,223
15,866
20
11,174
10,828
10,778
10,34
9,651
9,508
8,194
7,967
7,355
6,934
6,574
5,842
6,75
5,483
5,366
5,214
10
3,996
3,817
3,152
2,748
2,736
2,685
2,529
2,532
2,491
2,476
2,278
2,198
2,027
CantidadHerdiasArmasFuegoOpción
TipologíaDelictiva
RasgosManipulaciónOpción
AntecedentesDelitosIntramuros
SintomasDepresivosOpción
DestrucciónMateriales
GrupoFugaEvasión
PusoFinSituaciónHostil
ObjetivosMedianoPlazoOpción
PeleasInternos
ActuarSinPensarOpción
TrastornoAnimoPsicóticoPersonalidad
GradoParticipaciónGruposOrganizadosOpción
RechazaAutoridadOpción
TiempoTranscurridoTrabajoEstableOpción
ExperienciaCapacidadHistoriaLaboralOpción
GradoParticipaciónGruposArmadosOpción
CantidadHerdiasArmasBlancasOpción
HeridasArmas
GruposArmados
AntecedentesFugaEvasión
AgresiónVisitantesos
AlteracionesGravesRegimenDisciplinarioOpción
DiversosTiposDelitosOpción
PerteneceFuerzas
ParejaAntecedentesDelictivos
MedidasAlternativas
DomicilioFijo
TipoDelito
FamiliaresAntecedentesPenales
HeridasAutoagresivos
AbordadoHostilmenteInternos
DeseosEvadirseFugarse
AgresiónPersonalPenitenciario
ViolentoBajoDrogasOpción
IntencionesSuicidas
Vemos el grupo de variables que se diferencian significativamente entre ambos grupos compren-
diendo 36 variables. Con aquellas que se destacan muy sobre el resto en nivel de significación
se asocian principalmente a:
4) El grupo de los “homicidas” presenta mayor relevancia en las variables relacionadas con fal-
tas disciplinarias graves intramuros (peleas, delitos intramuros, alteraciones graves al régimen
disciplinario, destrucción de materiales, agresión a personal penitenciario).
5) A su vez grupo de los “homicidas” presenta mayor porcentaje en la integración grupos rela-
cionados a fuga o evasión y presenta referencias de fuga y evasión en relación a “intentos de
fuga (pertenencia a grupos de fuga o evasión, antecedentes de fuga o evasión, deseos de fuga)”.
De aquí se desprenden los altos valores que se observan en los estadísticos del punto 2.
155
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
6) El grupo de los “homicidas” presentan a su vez mayor cantidad de “heridas”, en primer lugar
de armas de fuego y luego de armas blancas.
7) Además el grupo de los “homicidas”, refiere haber sido abordado en mayor medida por
otros internos.
La complejidad, en este caso, es que este campo no se completa de una forma estricta, utilizando
las fuentes del sistema LPU o de la base de datos de información judicial.
Referidos a homicidios tenemos el 8% de casos sobre el total de alojados. Poco más de la mitad
(4,2 %) de los casos está asociado a homicidio doloso y el resto, en mucha menor medida, a las
demás tipologías disponibles (excepto abuso sexual seguido de muerte, del cual no hay casos
en la muestra). Se asignó a cada LPU un solo rango de tipo de homicidio. Nos quedamos con el
más grave9 de los que figuran en la base de datos.
Se observa entonces que, un 21%, no tenemos datos de que esté alojado producto de un homi-
cidio. De los demás, casi un 60% figuran con al menos un formulario cargado con “homicidio
9. El “orden de gravedad” de los homicidios que empleamos fue: homicidio agravado, homicidio simple (unificamos aquí homicidio doloso y
homicidio simple de la clasificación original), robo seguido de muerte, homicidio culposo.
156
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Sobre esta clasificación y sobre estos datos se basan los análisis que siguen. El siguiente gráfico
resume la información vinculada al riesgo de suicidio.
80,00%
56,25%
55,14%
54,76%
70,00%
60,00%
34,98%
34,05%
33,33%
50,00%
31,25%
24,03%
40,00%
14,44%
12,50%
30,00%
11,11%
11,11%
7,69%
7,57%
6,98%
20,00%
1,62%
1,62%
1,55%
1,28%
1,28%
0,78%
0,00%
0,00%
0,00%
10,00%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Al to Muy alto
Homicidio agravado Homicidio calificado cul poso Homicidio simple Robo con homicidio Sin datos
Como se observa, la categoría “robo seguido de muerte” “homicidio simple” tiene asociado un
riesgo de suicidio mucho menor que las demás. En el caso de los que se encuentran por el delito
de homicidio culposo traen aparejado un riesgo muy alto superior al 11%. Esto es especial-
mente notable respecto a “homicidio agravado” que tiene un riesgo “medio” casi equiparable al
“muy bajo” y un riesgo “muy alto” también relativamente alto.
157
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
70,00%
56,49%
60,00%
50,00%
40,00% 33,07%
30,00%
18,05%
20,00%
7,77%
10,00% 3,69%
1,22% 1,61% 1,44% 0,71%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Al to Muy alto
Homicidas No Homicidas
Como se observa, la distribución entre ambos grupos del indicador de riesgo de suicidio (según
CIR) es pareja para los rangos altos (de riesgo medio a muy alto), pero muestra discrepancia
entre los grupos muy bajo y bajo. Casi nueve de cada 10 internos de ambos grupos pertenecen a
los dos rangos más bajos del indicador. Tomando los valores absolutos promedio del indicador10,
es decir, sin considerar el agrupamiento en rangos, tenemos:
Lo que nos muestra que el indicador es mayor en promedio para los “homicidas” respecto
de los “no homicidas” y que la dispersión (usando aquí como medida de dispersión el desvío
estándar) resulta similar para ambas muestras. No denotándose una diferencia significativa en
este indicador.
158
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
En el caso de los “homicidas”, un 16% de la muestra pertenece a los rangos más altos del indica-
dor mientras que para los “no homicidas” esta cifra apenas alcanza un 5%. Incluso dentro de los
dos rangos más bajos, la distribución –al igual que en el caso del indicador de suicidio- muestra
una proporción relativamente mayor de bajo versus muy bajo para los “homicidas” respecto a
los “no homicidas”.
Homicidas No Homicidas
Considerando ahora los valores absolutos del indicador 11 tenemos las siguientes cifras de media
y desvío:
159
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Como se observa, el promedio del indicador es sensiblemente mayor en el caso de los “homici-
das” respecto a los “no homicidas”. En este caso, la dispersión resulta algo mayor para el grupo
“homicidas” versus el otro grupo, sin aparecer como radicalmente distintas.
El caso del indicador de riesgo de conflictividad comparte las características de los indicadores
analizados previamente. La distribución de internos con riesgos bajos es sensiblemente mayor en
el caso de los “no homicidas” (un 87% versus un 75%). Particularmente diferente es el caso del
riesgo medio en el cual la proporción de “homicidas” más que duplica la de los “no homicidas”.
60,00% 55,83%
50,00%
40,00%
28,75%
30,00% 22,11%
20,00% 12,21%
8,22%
10,00% 2,66% 2,26% 0,55% 0,23%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Al to Muy alto
Homicidas No Homicidas
Yendo a los valores absolutos, la media de este indicador12 es mayor para el caso de los “ho-
micidas” respecto al de los “no homicidas”. La medida de dispersión, nuevamente, es bastante
similar en ambos casos.
160
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
En la definición original del sistema de Clasificación por Riesgo Inicial se previó un cuarto in-
dicador que, sin embargo, nunca se desarrolló totalmente. El intento era medir el riesgo de rein-
cidencia. Para los fines de este trabajo, creemos conveniente e ilustrativo incorporar estos datos.
En valores absolutos, el indicador13 sigue los mismos patrones que los demás ya analizados:
la media de los “homicidas” es mayor que la de los “no homicidas”, con valores de dispersión
muy similares14.
La pregunta, expresada en lenguaje coloquial, es: “¿Son ambos grupos, los “homicidas” y los
“no homicidas” realmente diferentes en estos cuatro indicadores?”. La respuesta, como se
puede intuir de las descripciones anteriores, parece ser que sí. El grupo de los “no homicidas”
es muy numeroso (más de 7000 casos) y la diferencia de las medias de los cuatro indicadores se
ven como significativas con medidas de dispersión similares. Pero veamos los números:
Si consideramos que la medida de dispersión es homogénea, los siguientes son los estadísticos
t para cada una de los indicadores:
Lo cual, en todos los casos, son valores significativos a un nivel de confianza mayor al 99%.
13. Que toma valores entre -4 y 90.
14. Sin embargo, nuevamente advertimos acerca del carácter de “borrador” de este indicador.
161
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Esto significa que podemos afirmar, con una certidumbre mayor al 99% que los “homicidas”
muestran valores de todos los indicadores mayores a los “no homicidas”. Esto es marginalmente
menor (si bien el nivel de significación es igualmente altísimo) en el caso del indicador de rein-
cidencia y muy contundente en los demás tres.
Si consideráramos que la medida de dispersión no fuera pareja entre ambas muestras, el estadís-
tico t modificado (a veces llamado estadístico de Welch) arroja valores igualmente importantes:
Siendo las conclusiones las mismas que en el caso anterior: todos los valores son estadística-
mente significativos con una confianza mayor al 99%.
En este apartado vamos a extender el análisis que realizamos comparando los grupos de “ho-
micidas” y “no homicidas” a la totalidad de las preguntas que conforman el formulario CIR.
Esto nos puede aportar datos específicos acerca de qué variables explican la diferencia entre
ambos grupos.
Sin embargo, cabe la advertencia: las variables explicativas son muchas y resulta fácil perder-
se entre el laberinto de números.
Incluso, el riesgo a veces es ser capaz de encontrar explicaciones ya que una variable pue-
de ser significativa en una dirección y otra variable relativamente similar ir en la dirección
opuesta. Por esto nos limitamos a una somera enunciación de las variables y a la descripción
de rasgos generales.
Comenzamos con una descripción general del formulario y los valores que aparecen y anali-
zamos a continuación tres conjuntos de variables:
a) Aquellas en las que no hay diferencias significativas entre los dos grupos.
b) Aquellas en las que la diferencia es significativa y el valor de los “homicidas” es significa-
tivamente menor que el de los “no homicidas”.
c) Aquellas en las que la diferencia es significativa y el valor de los “homicidas” es significa-
tivamente mayor que el de los “no homicidas”.
162
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Entre otras consideraciones vemos el grupo con mayor índice de escolaridad (terciaria incom-
pleta) fue el caracterizado por ser en su mayoría internos sin antecedentes y cuya víctima fue un
familiar. Además, tienen una edad promedio de cometer el homicidio a los 34 años y de inicio
en el delito a los 30 años.
En el grupo formado por internos sin antecedentes, la causa es homicidio simple, el método uti-
lizado es arma de fuego, y la víctima es no familiar. Tienen una edad de inicio en el delito a los
21,8 años y la edad promedio al cometer el homicidio fue de 24,6 años. La mayoría cursaron de
hasta 4 años de estudios de secundaria. Este grupo no tiene antecedentes de haber pasado por
un instituto de menores y no tiene familiares con antecedentes delictivos.
5. Conclusión
Según Andrews y Bonta15 el abuso de sustancias entre los delincuentes está interrelacionado
con otras necesidades criminógenas (entendiendo a éstas como las aquellas relacionadas con
los factores que determinan la probabilidad de reincidencia). Cómo observamos en el presente
trabajo, el grupo “homicidas” presentó mayores índices de abuso de sustancias narcóticas que
los “no homicidas”. El consumo de sustancias ilegales, agregan los autores, lleva a los sujetos a
relacionarse con pares antisociales y los expone a hábitos antisociales también. La existencia de
cogniciones que apoyan el uso de sustancias está altamente relacionada con los comportamien-
tos del consumo. La prevalencia del abuso del alcohol entre las muestras de delincuentes es alta,
sobre todo al momento de llevar a cabo el delito y la gravedad en el caso de homicidios es aún
más alta debido a la disponibilidad del uso de armas.
163
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Esta investigación, por entonces, logró como se mencionó en comienzo, identificar y describir
características comunes de la población en estudio, identificando factores de reincidencia de-
lictiva y su vinculación con factores situacionales, como así también determinar agrupamien-
tos según la descripción de las características de la población vinculada a casos de homicidio,
destacando los hábitos antisociales, los valores, las creencias como así también las carencias de
estos individuos incrementando las probabilidades de conductas que propicien las actividades
delictivas a futuro.
164
Capítulo X
Anexo estadístico
Contenido
1. Capacidad operativa...........................................................................................................................163
2. Evolución de la población penal (mayores y jóvenes adultos)...........................................................163
3. Evolución de tasa anual de plazas y alojados.....................................................................................163
4. Principales características de la población penal................................................................................164
5. Población penal según rango etario, género, situación legal..............................................................165
6. Evolución de madres con hijos...........................................................................................................165
7. Detenidos por delitos de lesa humanidad..........................................................................................166
8. Participación porcentual de las principales tipologías delictivas por género.....................................166
9. Evolución de la población penal extranjera........................................................................................167
10. Población penal extranjera por tipología delictiva...........................................................................167
11. Delitos infracción a la Ley 23.737 por sexo, situación legal y edad................................................168
12. Evolución de la población penal trabajadora....................................................................................168
13. Evolución de estudios formales........................................................................................................169
14. Tasa de encarcelamiento...................................................................................................................170
15. Evolución tasa de decesos en el SPF................................................................................................171
16. Tasa de mortalidad de población penal alojada -según sus causas-,
(comparación y evolución de la población penal internacional)......................................................171
17. Evolución tasa de suicidios en el SPF..............................................................................................173
18. Tasa de suicidios de la población penal alojada
comparación y evolución de la población penal internacional........................................................174
19. Defunciones por grupo etario...........................................................................................................176
20. Defunciones por unidad según causa y genero.................................................................................177
21. Evolución de fugas, evasiones, tentativas y abandono de tratamiento.............................................177
167
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
Capacidad operativa
31/12/2016 31/12/2017
Jóvenes adultos 457 486 523 462 417 400 419 423 402 448 405
Total 9.024 9.149 9.210 9.523 9.644 9.807 9.795 10.424 10.274 10.968 11.861
Jóvenes adultos/Total 5,1% 5,3% 5,7% 4,9% 4,3% 4,1% 4,3% 4,1% 3,9% 4,1% 3,4%
169
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
31/12/2016 31/12/2017
A diciembre de 2017 la población penal del Servicio Penitenciario Federal fue de 11.861 internos. La
variación respecto a 2016 fue de 8,14% . La mayor cantidad de ingresos al sistema federal se produjo
durante el último trimestre del año.
Teniendo en cuenta que la capacidad operativa del Servicio Penitenciario Federal es de 11.577 plazas,
la tasa de ocupación en 2017 fue de 102,97%.
170
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
171
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Militares 112
172
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
La población penal total tuvo un crecimiento del 8,14% con respecto al año 2016 y la población
extranjera tuvo un crecimiento de 13,58%.
Inf. ley 23.737 1.419 53,3% 1.141 50,0% 278 73,4% 20 95,2%
Contra la propiedad 566 21,3% 534 23,4% 32 8,4% 1 4,8%
Contra las personas 197 7,4% 190 8,3% 7 1,8%
Otras leyes 192 7,2% 153 6,7% 39 10,3%
Contra la integridad sexual 122 4,6% 120 5,3% 2 0,5%
Contra la libertad 38 1,4% 36 1,6% 2 0,5%
No consta delito 34 1,3% 31 1,4% 3 0,8%
Contra la fe pública 31 1,2% 26 1,1% 5 1,3%
Contra la adm. pública 28 1,1% 25 1,1% 3 0,8%
Contra la seg. pública 21 0,8% 21 0,9% 0,0%
Contra el orden público 12 0,5% 4 0,2% 8 2,1%
Total 2.660 2.281 379 21
173
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
174
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
175
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
Tasa de encarcelamiento
País y año Población en prisión Tasas cada 100.000 habitantes
Estados Unidos (31-12-2015) 2.145.100 666,0
Cuba (mayo 2012) 57.337 510,0
Federación Rusa (01-06-2017) 618.490 428,0
Brasil (abril 2017) 659.020 319,0
Uruguay (2016) 10.228 297,0
Irán (diciembre 2014) 225.624 287,0
Israel (15-11-2015) 21.072 265,0
Perú (30-04-2017) 83.639 262,0
Chile (31-05-2017) 42.639 235,0
Colombia (31-05-2017) 115.878 229,0
Rep. Checa (30-06-2017) 22.715 215,0
Polonia (31-05-2017) 74.030 195,0
México (31-07-2016) 233.469 192,0
Paraguay (diciembre 2015) 12.741 180,0
Argentina (Total del país 31-12-2016) 76.261 175,0
Venezuela (2016) 54.738 173,0
Nicaragua (octubre 2014) 10.569 171,0
Australia (marzo 2017) 41.064 169,0
Ecuador (junio 2016) 26.421 160,0
Reino Unido (Inglaterra y Gales) (30-06-2017) 85.863 146,0
España (02-06-2017) 60.514 130,0
China (junio 2015) 1.649.804 118,0
Canadá (31-03-2015) 40.663 114,0
Francia (01-01-2017) 68.432 101,0
Italia (30-06-2017) 56.919 94,0
Suiza (07-09-2016) 6.912 82,0
Alemania (30-11-2016) 62.865 76,0
Países Bajos (30-09-2015) 10.266 61,0
Dinamarca (01-09-2016) 3.408 59,0
Suecia (01-01-2016) 5.245 53,0
Japón (junio 2016) 56.805 45,0
India (31-12-2015) 419.623 33,0
Argentina (SPF) 11.861 26,8
Fuente: International Centre for Prison Studies (King’s College, Universidad de Londres) sobre la base de los más recientes datos
oficiales disponibles en cada país. http://www.prisonstudies.org/info/worldbrief/. Datos del SPF al 31 de diciembre de 2017.
176
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
10,00
0,00
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
enfermedades)
Otras (incluye
% Procesados
% Intoxicados
decesos en pobla- lidad
% Homicidios
% Accidentes
Procesados
Homicidios
% Suicidios
Accidentes
% Mujeres
Suicidios
% Otras
Mujeres
177
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
drogas/ Alcohol
Intixi-cados por
enfermedades)
Otras (incluye
% Procesados
% Intoxicados
decesos en pobla- lidad
% Homicidios
% Accidentes
Procesados
Homicidios
% Suicidios
Accidentes
% Mujeres
Suicidios
% Otras
Mujeres
País estableci- ción cada
mientos penal 10.000
penales alojada inter-
nos
BH: Rep.
3 0 0,0 0 0,0 1 33,3 0 0,0 0 0,0 1 33,3 1 33,3 940 31,9
Srpska
RU: Escocia 24 4 16,7 2 8,3 0 0,0 0 0,0 0 0,0 3 12,5 21 87,5 7.879 30,5
Finlandia 9 4 44,4 0 0,0 1 11,1 NA NA NA NA 2 22,2 NA NA 3.097 29,1
RU: Inglaterra
243 NA NA 12 4,9 3 1,2 NA NA NA NA 89 36,6 151 62,1 85.509 28,4
y Gales
Suecia 16 8 50,0 1 6,3 0 0,0 0 0,0 1 6,3 7 43,8 8 50,0 5.861 27,3
Estonia 8 1 12,5 1 12,5 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 12,5 7 87,5 2.962 27,0
Georgia 27 4 14,8 0 0,0 0 0,0 6 22,2 0 0,0 7 25,9 14 51,9 10.233 26,4
Países Bajos 25 11 44,0 1 4,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 14 56,0 11 44,0 9.857 25,4
Turquía 380 60 15,8 NA NA NA NA NA NA NA NA 53 13,9 327 86,1 151.454 25,1
Grecia 29 16 55,2 4 13,8 1 3,4 1 3,4 1 3,4 6 20,7 20 69,0 12.006 24,2
Albania 13 5 38,5 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 3 23,1 10 76,9 5.440 23,9
España (total) 157 20 12,7 16 10,2 2 1,3 5 3,2 29 18,5 31 19,7 90 57,3 65.931 23,8
Austria 21 1 4,8 1 4,8 0 0,0 0 0,0 0 0,0 8 38,1 13 61,9 8.857 23,7
Alemania 152 NA NA 12 7,9 NA NA 1 0,7 NA NA 60 39,5 NA NA 65.710 23,1
Suiza 15 7 46,7 NA NA NA NA NA NA NA NA 9 60,0 NA NA 6.923 21,7
Irlanda 8 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 NA NA 2 25,0 6 75,0 3.829 20,9
España
107 12 11,2 9 8,4 2 1,9 4 3,7 25 23,4 24 22,4 52 48,6 56.391 19,0
(Est. Adm.)
Francia 132 0 0,0 0 0,0 1 0,8 0 0,0 0 0,0 77 58,3 0 *** 65.544 17,7
Rep. Eslovaca 18 2 11,1 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 6 33,3 12 66,7 10.179 17,7
Italia 92 31 33,7 3 3,3 1 1,1 NA NA NA NA 43 46,7 48 52,2 54.252 17,0
Noruega 6 6 100,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 6 100,0 0 0,0 3.718 16,1
Rep. Checa 29 9 31,0 2 6,9 0 0,0 0 0,0 1 3,4 12 41,4 16 55,2 18.658 15,5
Luxemburgo 1 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 100,0 656 15,2
Dinamarca 4 3 75,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 2 50,0 2 50,0 3.583 11,2
RU: Irlanda del
1 0 0,0 0 0,0 NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA 1.860 5,4
Norte
Andorra 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 53 0,0
Islandia 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 154 0,0
Liechtenstein 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 8 0,0
San Marino 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 4 0,0
Polonia NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA
Bélgica 59 NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA 18 30,5 NA NA
Promedio 19,8 3,9 1,5 1,3 2,1 24,5 63,7 30,6
Mediana 12,6 0,0 0,0 0,0 0,0 20,7 71,0 27,0
Mínimo 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
Máximo 100,0 18,8 33,3 22,2 23,4 100,0 100,0 95,5
Fuente: Datos obtenidos del Consejo de Europa (SPACE I) 2015 - Estadística Anuales Penales; y Argentina al 31 de diciembre de 2017.
Nota: NA (No aplica)
178
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
15,00
12,00 10,96
9,60 12,24 9,93
9,00
7,56
8,24
6,00
6,64
5,47
3,00
0,00
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
179
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
% Suicidios
Suicidios
decesos en % de suicidio % De suicidio suicidios
población
País estableci- la cantidad de mujeres Cantidad de de procesados penal
cada
mientos de mujeres sobre el total procesados sobre el total 10.000
alojada
penales de suicidios de suicidios internos
Chipre 3 3 100,0 0 0,0 0 0,0 681 44,1
Noruega 6 6 100,0 0 0,0 0 0,0 3.718 16,1
Portugal 73 22 30,1 3 13,6 NA NA 14.003 15,7
Países Bajos 25 14 56,0 1 7,1 7 50,0 9.857 14,2
Belgica 59 18 30,5 NA NA NA NA 13.212 13,6
Suiza 15 9 60,0 NA NA 4 44,4 6.923 13,0
Lituania 43 11 25,6 0 0,0 1 9,1 8.977 12,3
Suecia 16 7 43,8 1 14,3 4 57,1 5.861 11,9
Moldavia 45 8 17,8 1 12,5 0 0,0 7.166 11,2
Argentina (SPF) 39 13 33,3 0 0,0 10 76,9 11.861 11,0
Rep. Srpska (BH) 3 1 33,3 0 0,0 0 0,0 940 10,6
RU: Inglaterra y Gales 243 89 36,6 3 3,4 NA NA 85.509 10,4
Letonia 28 5 17,9 0 0,0 1 20,0 4.809 10,4
Armenia 38 4 10,5 0 0,0 0 0,0 3.979 10,1
Francia 132 77 58,3 0 0,0 0 0,0 77.739 9,9
Alemania 152 60 39,5 7 11,7 NA NA 65.710 9,1
Austria 21 8 38,1 1 12,5 7 87,5 8.857 9,0
Italia 92 43 46,7 2 4,7 21 48,8 54.252 7,9
España (Catalunia) 50 7 14,0 3 42,9 4 57,1 9.540 7,3
Georgia 27 7 25,9 0 0,0 0 0,0 10.233 6,8
Finlandia 9 2 22,2 0 0,0 2 100,0 3.097 6,5
Rep. Checa 29 12 41,4 1 8,3 6 50,0 18.658 6,4
Federación Rusa 4097 404 9,9 6 1,5 NA NA 671.027 6,0
República Eslovaca 18 6 33,3 0 0,0 1 16,7 10.179 5,9
Dinamarca 4 2 50,0 0 0,0 2 100,0 3.583 5,6
Albania 13 3 23,1 0 0,0 2 66,7 5.440 5,5
Irlanda 8 2 25,0 0 0,0 0 0,0 3.829 5,2
Grecia 29 6 20,7 NA NA NA NA 12.006 5,0
España (total) 157 31 19,7 5 16,1 6 19,4 65.931 4,7
España (Est. Adm.) 107 24 22,4 2 8,3 2 8,3 56.391 4,3
Rumania 122 13 10,7 0 0,0 0 0,0 31.637 4,1
RU: Escocia 24 3 12,5 0 0,0 1 9,1 7.879 3,8
Turquía 380 53 13,9 NA NA 20 37,7 151.454 3,5
Estonia 8 1 12,5 1 100,0 1 100,0 2.962 3,4
Hungría 67 6 9,0 0 0,0 3 50,0 18.270 3,3
Serbia 37 2 5,4 NA NA NA NA 10.288 1,9
Azerbaiyan 123 2 1,6 0 0,0 0 0,0 22.579 0,9
Andorra 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 53 0,0
Bulgaria 29 0 0,0 0 0,0 0 0,0 7.870 0,0
Croacia 16 0 0,0 0 0,0 0 0,0 3.763 0,0
Islandia 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 154 0,0
Liechtenstein 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 8 0,0
180
Revista de Criminología - Número III - Año 2017
% Suicidios
Suicidios
decesos en % de suicidio % De suicidio suicidios
población
País estableci- la cantidad de mujeres Cantidad de de procesados penal
cada
mientos de mujeres sobre el total procesados sobre el total 10.000
alojada
penales de suicidios de suicidios internos
Luxemburgo 1 0 0,0 0 0,0 0 0,0 656 0,0
Montenegro 7 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1.058 0,0
San Marino 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 4 0,0
Macedonia 10 0 0,0 0 0,0 0 0,0 3.116 0,0
Federac. de BH
Polonia NA NA NA NA NA NA NA 77.371 NA
RU: Irlanda del Norte 1 NA NA NA NA NA NA 1.860 NA
Malta
Mónaco
Ucrania
Promedio 24,5 6,1 25,2 7,0
Mediana 20,7 0,0 4,2 5,9
Mínimo 0,0 0,0 0,0 0,0
Máximo 100,0 100,0 100,0 44,1
Fuente: Datos obtenidos del Consejo de Europa (SPACE I) 2015 - Estadística Anuales Penales; y Argentina al 31 de diciembre de 2017.
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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal
6
6
5
4
4
3
2 2
2
1 1
0
18-20 21-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80-+
2
1
0 0 0 0 0
0
18-20 21-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80-+
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183
Dirección Nacional