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República Argentina

Revista de
Criminología
Número III - Año 2017

Instituto de Criminología
Servicio Penitenciario Federal
Revista de
Criminología
Número III - Año 2017
ISBN: 978-987-46389-3-9

Edición 2017. Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal


Lavalle 2705 C1190AAA Ciudad Autónoma de Buenos Aires República Argentina
(54 11) 4964-8300 www.spf.gob.ar consultas@spf.gob.ar

183 p. ; 24 x 19 cm.

Diseño y maquetación: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa del SPF

Todos los derechos reservados. Prohibida su venta. Distribución gratuita. Se permite la reproducción total o parcial de este libro, su almacena-
miento en su sistema informático, su transmisión en cualquier forma, o por cualquier medio, electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos,
con la previa autorización de la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal
Servicio Penitenciario Federal
Instituto de Criminología

Director
Emiliano Blanco

Equipo de investigación
Pablo Ambrogi, Emiliano Blanco, Juan Pablo De Feo,
Genaro Hijos, Federico Sarudiansky,
Jorge Galli, Mariano Arrigo

Equipo de trabajo de campo:


Gonzalo Beneitez Castro, Andrea Cardazzo,
Daniela Diaz, Daniela Fernandez, Gustavo Sese

Colaboraciones específicas:
Vicente Lupis, Diego Domiguez,
Gustavo Rosselli, Juan Ambrogi, Fernanda Koser

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Índice
Prólogo.......................................................................................................................................11

Capítulo I
Reformas en el Servicio Penitenciario Federal.............................................................15

Capítulo II
Riesgo y desistimiento..................................................................................................35

Capítulo III
Desempeño moral ........................................................................................................55

Capítulo IV
Tutorías penitenciarias....................................................................................................91

Capítulo V.
Programa para ofensores sexuales................................................................................107

Capítulo VI
Programa para personas trans.......................................................................................117

Capítulo VII
Análisis cuantitativo del perfil actual de la población penal.........................................129

Capítulo VIII
Perfiles de internos por delitos contra la propiedad y
por infracción a la ley de drogas ...................................................................................139

Capítulo IX
Perfiles de internos por delito de homicidio....................................................................149

Capítulo X
Anexo estadístico ........................................................................................................165

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Prólogo

Es un gusto presentar el número III de la Revista de Criminología del año 2017 que fue cons-
truida a partir de las investigaciones realizadas por el Instituto de Criminología, organismo que
se vino consolidando en los últimos tiempos como un espacio de promoción del estudio crimi-
nológico, la educación y la investigación científica, realizados a partir de la reflexión sobre la
práctica, el impacto y los resultados de los programas y acciones desarrolladas, lo que permite
promover, implementar, corregir y fortalecer las acciones que posibiliten los cambios para ofre-
cer un servicio público de calidad.

El propósito de esta revista es presentar y compartir artículos que fueron elaborados a partir de
la premisa de que la generación de investigaciones posibilita apoyar las decisiones que se toman
en materia de políticas y reformas penitenciarias, ya que permite sustentar mejor las políticas y
acciones tomadas en materia penitenciaria. Contar con conocimiento aplicado y generado a par-
tir de la praxis penitenciaria constituye un pilar central para sustentar científicamente el trabajo
de quienes tenemos la responsabilidad de administrar y gestionar las prisiones.

En la misma línea, consideramos que los recursos y esfuerzos de la administración penitenciaria


deben ser utilizados de manera eficiente y estar destinados a cumplimentar los fines instituciona-
les de reducción de reincidencia y reiterancia, promoción del desistimiento del delito y atención
a la seguridad pública.

En este marco, a partir del año 2014 se incorporó como eje transversal de gestión al modelo de
riesgo/necesidad/responsividad y la línea de pensamiento del what works, proveniente de la cri-
minología aplicada; y en los últimos tiempos se integró la mirada del modelo del desistimiento
del delito, lo que permite mejores intervenciones para el cumplimiento de los objetivos de la
institución.

Dicho desafío sería impensado sin la constante reflexión y producción de saberes criminoló-
gicos que generen evidencia empírica que den cuenta de la pertinencia de lo realizado y que
permitan una mejora continua en nuestras políticas y acciones.

Ahora bien, la presente revista incluye nueve capítulos y un anexo estadístico con investigacio-
nes novedosas para nuestro ámbito. En esta oportunidad, los artículos abordan distintas temá-
ticas que surgen de acciones y políticas de reformas que se están desarrollando en el Servicio
Penitenciario Federal.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Así, el capítulo I está destinado a compartir el proceso de reforma que se viene aplicando en
nuestra institución. Allí se presentan los ejes transversales que guían la forma de trabajo de la
administración penitenciaria en pos de promover la calidad del servicio público que brindamos,
y que se sustenta, sobre todo, en lo que la evidencia empírica y la ciencia criminológica han
establecido que es lo que funciona y en las adaptaciones que han sido necesarias teniendo en
cuenta las particularidades culturales e institucionales de nuestra región.

El capítulo II resulta de gran importancia y muestra los dos modelos que la actual gestión incor-
pora como transversales para cumplir con los fines de la institución: por un lado, el modelo de
riesgo y, por otro, el modelo del desistimiento, y la distinción entre los factores de riesgo diná-
micos y los factores protectores. Ambos enfoques de abordaje son complementarios y permiten
promover una intervención efectiva en términos de cambio positivo de las personas privadas de
la libertad para lograr el abandono de la conducta delictiva una vez recuperada la libertad.

El capítulo III está destinado a la segunda investigación que se realizó sobre desempeño moral
dentro de nuestras prisiones. La misma apunta a obtener la percepción de la calidad de vida en
el interior de los establecimientos penitenciarios y el desempeño moral en nuestro Servicio Pe-
nitenciario Federal, y se realiza a partir de la adaptación local del trabajo de Alison Liebling a
través del Centro de Investigación de Prisiones de la Universidad de Cambridge (Reino Unido),
en donde se intentaba comprender la complejidad del mundo carcelario a partir del rol de los
valores y la calidad de vida en el ámbito penitenciario. A partir de discernir aquellos factores
realmente importantes (what matters) en la cotidianeidad de las prisiones se obtiene información
relevante, lo que permite diseñar políticas públicas que efectivamente funcionen en el medio
penitenciario, como así también reformas que permitan corregir el estándar moral de nuestras
prisiones e incentivar aquellas cosas que son positivas en tal relación.

En la Revista de Criminología Número II del año 2016 habíamos compartido la experiencia


realizada en la Unidad Residencial III y V del Complejo Penitenciario Federal I y en la Uni-
dad 31 de mujeres. En esta oportunidad, presentamos el estudio que se realizó en el Complejo
Penitenciario Federal III ubicado en la localidad de Güemes, Salta y el Complejo Penitenciario
Federal V de Neuquén.

Esta investigación es de gran relevancia debido a que permite, una vez detectados los indicado-
res de calidad de vida, la toma de las acciones correctivas en caso de ser necesarias. Este tipo
de estudio realizado desde la propia administración penitenciaria tiene el efecto positivo de
permitir mejorar las políticas de manera sostenida, debido a que los indicadores obtenidos son
medibles y pueden ser continuamente evaluados en pos de generar una mejora continua en la
calidad de vida y el desempeño moral de nuestras prisiones.

En el capítulo IV podemos encontrar un artículo de sumo interés ya que nos presenta la apli-

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

cación de tutorías penitenciarias, que son una herramienta implementada con el objetivo de
intervenir positivamente en las personas privadas de la libertad, mediante acciones que apunten
a disminuir las probabilidades de reincidencia criminal, promover el desistimiento del delito,
fortaleciendo y afianzando las relaciones entre el personal penitenciario y las personas privadas
de la libertad, lo que lleva asimismo la reducción de los índices de violencia. A partir de la fi-
gura del “tutor penitenciario” se promueve un vínculo que favorezca al acompañamiento en el
ingreso, la permanencia y su egreso del establecimiento.

El capítulo V nos presenta el programa destinado a ofensores sexuales que se desarrolla en el


Servicio Penitenciario Federal, el cual fue elaborado sobre la base de un modelo de interven-
ción psicológica, cognitivo-conductual, enfocado en aquellos internos condenados por delitos
contra la integridad sexual. El artículo muestra evidencia empírica sobre los resultados que se
generaron hasta el momento de la implementación de un dispositivo de estas características y
los desafíos que la administración penitenciaria tiene a partir de la evaluación de los mismos de
aquí en más.

El capítulo VI está relacionado con la aplicación del programa para personas trans bajo la órbita
del Servicio Penitenciario Federal. Este programa es el resultado de las constantes acciones que
se realizan tendientes a la promoción de los derechos del colectivo trans y garantizar un trato
de acuerdo que respete su género auto-percibido. La experiencia recabada permite evaluar los
resultados obtenidos hasta el momento, como así también la promoción de las mejoras continuas
a partir de la experiencia alcanzada.

En el capítulo VII se realiza un análisis cuantitativo del perfil actual de la población penal,
donde se presentan los principales resultados a partir de la recopilación de datos realizada para
el desarrollo e implementación del sistema de clasificación inicial por riesgo, categorización y
clasificación en torno a necesidades. En esta oportunidad, se actualizan los últimos datos dis-
ponibles del publicado en el número II de “Revista de Criminología” publicada por el SPF en
2016, lo que permite tener un panorama general de la población penal alojada en términos de
riesgos y necesidades específicas.

Con respecto al capítulo VIII, cabe destacar que en la Revista de Criminología Número II del
año 2016 se había realizado una investigación sobre perfiles de internos vinculados a secuestro
extorsivo, homicidio y agresión sexual. En esta oportunidad, se presentan los principales datos
relacionados con los perfiles de internos alojados por delitos contra la propiedad y por infracción
a la ley de drogas, debido a que se ha detectado un aumento en el ingreso de internos en nuestras
prisiones por estos dos tipos delictuales. El análisis y evaluación de este tipo de perfiles permite
la intervención y el abordaje de los riesgos y necesidades específicas de personas privadas de
libertad con características comunes.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

El capítulo IX nos presenta una investigación que analiza los perfiles de internos por delito de
homicidio que se encuentran alojados en nuestro Servicio Penitenciario Federal, la cual resulta
de gran importancia debido a que a partir de los datos obtenidos de la práctica permiten la iden-
tificación de riesgos y necesidades para el diseño técnicas de abordaje de este perfil de internos,
y de esta forma dar una respuesta eficiente y eficaz desde la administración penitenciaria a la
sociedad en su conjunto.

En el Capítulo X se acompaña un anexo estadístico con los principales datos que hacen al estado
del servicio penitenciario así como también las características de la población penal alojada.

Espero que la experiencia del Servicio Penitenciario Federal proporcione herramientas útiles a
todos aquellos que se relacionan con el ámbito criminológico y penal. Creo firmemente que el
aprendizaje de las mejores prácticas internacionales, el intercambio de conocimientos con otros
servicios y con instituciones académicas, el debate acerca de cuestiones relacionadas con el sa-
ber criminológico y penitenciario generado a partir de transparentar las políticas implementadas
y los resultados obtenidos, enriquece a todos aquellos que trabajamos para promover cambios
positivos en las personas privadas de la libertad y, con ello, generar mejoras en la sociedad en
su conjunto.

Emiliano Blanco
Director Nacional
Servicio Penitenciario Federal
Argentina

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Capítulo I
Reformas en el
Servicio Penitenciario Federal
Reformas en el Servicio Penitenciario Federal1

I- Introducción

En este artículo, trataremos, en forma resumida, el proceso de reformas que se viene aplicando,
en el Servicio Penitenciario Federal de Argentina (SPF), tratando de lograr un abordaje de la
cuestión que contemple las principales líneas de acción desarrolladas a fin de mejorar el servicio
público que brinda esta institución, basadas en lo que la evidencia empírica y la ciencia crimi-
nológica han establecido que es lo que funciona; como así también las adaptaciones que han
sido necesarias habida cuenta de las particularidades culturales e institucionales existentes en
Latinoamérica, en general, y en Argentina, en particular.

Para ello, comenzaremos explicando la situación en que se encontraba el Servicio Penitenciario


Federal cuando esta administración asumió. Según se destacó en un Informe del Subcomité
para la prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes de las
Naciones Unidas2 del año 2013, había varios problemas en el Servicio. Esto es importante para
entender los motivos de las decisiones que se fueron tomando y de las acciones junto a los pro-
gramas que se implementaron. Luego explicaremos, de forma somera, el basamento teórico y
las medidas específicas que se fueron implementando para procurar que el SPF opere, al igual
que las administraciones penitenciarias anglosajonas y europeas, sobre la base del modelo de
criminología aplicada y del desistimiento. La lógica del presente artículo es explicar las princi-
pales dificultades y las acciones tendientes a abordarlas.

Por último, haremos referencia a algunos de los resultados más relevantes que se han logrado
después de tres años y medio de implementación del programa de reformas mencionado.

2. Datos estadísticos

El Servicio Penitenciario Federal de Argentina tiene, a la fecha (2017), una población penal que
asciende a 11.593 internos a su cargo y cuenta con 14.200 funcionarios. Tiene 35 establecimien-
tos penitenciarios a su cargo, que se ubican en distintas provincias de la República Argentina.
Respecto de la población penal total el 63,35% están alojados en la zona metropolitana, el
1. El presente trabajo fue publicado previamente en idioma inglés en Advancing Corrections, Journal of the of the International Corrections
and Prisons Association (ICPA) #4 (2017), bajo el título “Reforms in the Argentine Federal Prison Service 2014-2016”.
2. Subcomité para la prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes de las Naciones Unidas. Informe sobre
la visita a Argentina del Subcomité para la prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. 27 de noviembre
de 2013.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

15,19% se encuentra en la zona sur, el 16,48% se ubica en la zona norte y el 4,98% en la zona
centro. Asimismo, el SPF aloja a las personas privadas de su libertad, tanto sean procesadas o
condenadas, que se encuentran a cargo de la Justicia Nacional –Justicia de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires– y de la Justicia Federal.

Como en la mayoría de los países con organización federal, la Justicia Federal entiende en los
delitos de contrabando, tráfico de estupefacientes, corrupción, defraudaciones u otros delitos que
perjudiquen a la administración o al tesoro federal, evasión de impuestos, trata de personas, por
citar algunos ejemplos. Los delitos no federales –o “delitos comunes”, según su denominación
en la legislación Argentina– son, por ejemplo, homicidios, violaciones, estafas, etc. . En estos
últimos casos, el Servicio Penitenciario Federal, de acuerdo con la organización constitucional
argentina, recibe a los ofensores que cometen esos delitos cuando los mismos son cometidos en
el territorio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

3. Factores endógenos y exógenos situacionales

Para poder entender las medidas y programas de reformas emprendidos en el Servicio Peni-
tenciario Federal, es importante conocer cuál era la situación de esa institución y del servicio
público que prestaba en ese momento. En líneas generales, la administración anterior, que fuera
removida en agosto del 2013, presentaba muchas particularidades que, implementadas por largo
tiempo, generaron grandes desmanejos y afectaron de forma negativa la efectividad y eficiencia
de la administración penitenciaria nacional.

Existía, en primer lugar, una relación casi directa entre las máximas autoridades de la admi-
nistración central y las personas privadas de su libertad. Esto fue generando la fractura de la
estructura de manejo y aumentando el poder de las personas privadas de su libertad, sobre todo
de aquellas con más recursos intelectuales y mayores niveles de control de los espacios físicos
de alojamiento en detrimento de la autoridad del personal penitenciario, incluso de los Directo-
res de los establecimientos. La falta de objetividad del sistema permitieron que las autoridades
se manejaran con grandes niveles de discrecionalidad tanto en lo relativo al personal como en
lo relacionado con las personas privadas de su libertad. Tampoco existían estadísticas claras y
creíbles sobre los principales indicadores del sistema.

El tratamiento penitenciario estaba identificado, únicamente, como el acceso a derechos por


parte de las personas privadas de su libertad sobre la base de las siguientes premisas: son
las condiciones de integración social las que han determinado que la persona privada de su
libertad termine en la cárcel. El sistema penal, que actúa como un sostenedor del statu quo y
que, asimismo reproduce la conducta criminal, “selecciona” a aquellos que, por cuestiones
políticas, se encuentran excluidos. Entonces, la función de la cárcel que no sirve y es, de al-
guna manera, un instrumento de “opresión” del sistema, debe ser garantizar mayores niveles

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

de inclusión social para esos excluidos que son los ofensores. La inclusión se garantiza con el
acceso a los derechos.

Estas premisas se encuentran fuertemente vinculadas a los postulados de la criminología crítica,


que es la principal línea de pensamiento criminológico en el medio latinoamericano. En el que-
hacer diario de la administración penitenciaria, esto se relacionó con la cuestión de la militancia
política. Toda esta situación fue generando las condiciones para la crisis absoluta del sistema
penitenciario que esa administración había recibido dos años antes en condiciones bastante bue-
nas, sobre todo si se las compara con el resto de Latinoamérica.

Los factores eran los siguientes:

• Alta tasa de fugas y evasiones.


• Quiebre de las estructuras organizacionales y de gerenciamiento.
• Inexistencia de un modelo teórico adecuado que sustente el trabajo de la administración penitenciaria.
• Falta de vinculación entre los distintos niveles de gerenciamiento dentro de la administra-
ción penitenciaria.
• Falta de inversión en el mantenimiento de los establecimientos penitenciarios.
• Pérdida de gran parte del personal penitenciario más capacitado y destrucción de la carrera
del personal.
• Salarios bajos y falta de incentivos adecuados para el personal.
• Alta tasa de mortalidad.
• Pérdida del control de la cárcel por parte del personal penitenciario y desbalances en el
reparto de poder entre el personal y los internos.
• Subjetividad y arbitrariedad absoluta en el funcionamiento del sistema penitenciario.

También, por fuera de lo directamente relacionado con la administración penitenciaria, comenzó


un proceso, que se mantiene hasta la actualidad, de aumento constante de la tasa de encarcela-
miento. Esto también impacta directamente en la calidad del servicio público que debe brindar
cualquier administración penitenciaria. Es necesario destacar que hasta el 2013 el Servicio Pe-
nitenciario Federal de Argentina no tenía, al contrario de la realidad general de Latinoamérica,
problemas de sobrepoblación. Pero, con el aumento sostenido de la cantidad de personas priva-
das de su libertad, esta situación cambió y ha afectado negativamente el desempeño del sistema.

El Subcomité para la prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o de-
gradantes de las Naciones Unidas visitó los establecimientos penitenciarios de Argentina en el
año 2012, en cuya oportunidad resaltó la presencia de profundas dificultades en las condiciones
de detención. El Informe cubre tanto la detención a cargo de las fuerzas policiales, como de los
establecimientos penitenciarios del ámbito federal y de la Provincia de Buenos Aires.
En relación con los establecimientos penitenciarios federales, el Subcomité destacó la impor-

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tancia de reducir la cantidad de detenidos procesados, y que “muchas de las deficiencias en la


gestión y el trato a los internos arrastran la impronta de una estructura del sistema peniten-
ciario marcadamente militarizada y de perfil corporativo, lo que constituye un obstáculo al
establecimiento de una verdadera “gobernabilidad civil” de los centros”.

El Subcomité emitió recomendaciones para mejorar las condiciones físicas, el acceso a servicios
de salud, a alimentos, a talleres o clases e incluso en relación con el uso de la violencia respecto
de los internos.

4. Aplicación del marco teórico

El estado general de situación, anteriormente explicado, es de gran importancia para enmarcar


y entender las políticas que ha comenzado a implementar la Dirección Nacional del Servicio
Penitenciario Federal. Esta institución al igual que cualquier otra administración penitenciaria,
es una institución estatal a la que, como parte del Sistema de Justicia Criminal, le compete la
custodia segura de las personas privadas de su libertad en base a la decisión de la Justicia, con
todo lo que ello implica en relación con las condiciones en las que se debe brindar ese servicio
público. Por otra parte, el trabajo con esas personas privadas de su libertad para lograr la reduc-
ción de las probabilidades de reincidencia y para promover el desistimiento del delito.

Esta función de trabajo sobre los aspectos relacionados con el delito deriva, justamente, de su
vinculación con el sistema de justicia criminal. Esta es una cuestión relevante debido a que, por
influjo del pensamiento puramente crítico sobre la cuestión penal en el medio argentino, y en el
latinoamericano en general, no se los vincula tan directamente y, en general, se les da un cariz
más relacionado con los servicios sociales del Estado. Esta situación, además, genera grandes
discusiones que se centran en la efectividad de las penas y en los modos y las condiciones de
intervención del sistema de justicia penal y, sobre todo, de la cárcel, que es la forma de interven-
ción más fuerte que tienen los estados modernos sobre la libertad de los sujetos.

Dentro de ese contexto, una de las primeras acciones realizadas fue la de definir los objetivos del
sistema penitenciario federal, de forma de poder brindar explicaciones sobre la forma en la que
pretende cumplirlos y el modo en que dispone del dinero público y, al mismo tiempo, llevar ade-
lante, progresivamente y de acuerdo a las posibilidades existentes, las reformas necesarias para
garantizar el mejoramiento del servicio público que se provee. Aunque parezca una cuestión
nimia y sin consecuencias, en el contexto particular en el que se desenvuelve, esto cobra suma
importancia para dar sentido, coherencia y sostenibilidad en el tiempo al programa de reformas
que se pretende implementar. Se han definido, así, a la reducción de reincidencia, desistimiento
del delito y seguridad pública como los objetivos del sistema penitenciario federal.

Surgió, entonces, la primera cuestión relevante: ¿cuál es el modo más efectivo en que una admi-

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nistración penitenciaria puede intervenir para lograr la reducción del delito y las probabilidades
de reincidencia? La cuestión de la efectividad de las penas de intervención en la reducción del
delito es generalmente denominada como “What Works”. Recordemos, muy sucintamente, que
el término “What Works” se utiliza para denominar a una corriente del pensamiento criminoló-
gico que planteaba, en oposición al “Nothing Works”, que existían intervenciones que podían
influir en la disminución de la reincidencia y, en consecuencia, en la reducción del delito. Ello
porque los partidarios de la corriente “Nothing Works”, influenciados por el pensamiento de
Martinson, planteaban, a grandes rasgos, que los estudios realizados sobre programas de trata-
miento no mostraban evidencia alguna de que los mismos eran aptos para influir en la disminu-
ción del delito.

Los partidarios del “What Works” comenzaron a demostrar, a partir de estudios basados en evi-
dencia empírica y a los que se aplicaban las técnicas brindadas por otras ciencias sociales –tales
como la Economía–, que algunas intervenciones eran eficaces para reducir el delito. Esto llevó
a que estos análisis comenzaran a extenderse y que los mismos, con el paso de los años, fueran
brindando un panorama claro acerca del delito y de las posibles formas de intervención eficaces
por parte de los órganos del Estado y, sobre todo, de las administraciones penitenciarias. La
conclusión a la que se ha arribado por medio de esas investigaciones es que lo que funciona para
reducir las probabilidades de reincidencia es el abordaje de los factores que han jugado un papel
clave o contribuido a la reincidencia. Ellos, justamente, son los que ponen al agente en riesgo
de reincidir en el futuro.

Tras revisar diferentes investigaciones sobre factores asociados a la reincidencia criminal y la


eficacia de los tratamientos en los ámbitos penitenciario y penales, Andrews y Bonta3 concluye-
ron que existían “ocho grandes factores de riesgo” directamente relacionados con la conducta
delictiva y que, además, se habían mostrado como los mejores predictores de la reincidencia.
Estos factores son:

• Las cogniciones antisociales (actitudes, valores, creencias y racionalizaciones que apoyan


la delincuencia, así como estados emocionales y cognitivos de ira, resentimiento y rebeldía
hacia el sistema de justicia e identificación con el rol del delincuente).
• Las redes o vínculos antisociales (relaciones cercanas con otros delincuentes y aislamiento res-
pecto de personas prosociales, así como reforzamiento social inmediato de la conducta delictiva).
• La historia individual de conducta antisocial (inicio precoz y participación continuada en
numerosos y diversos comportamientos antisociales y delictivos en diferentes situaciones,
incluida la mala conducta penitenciaria).
• El patrón de personalidad antisocial (presencia de un trastorno de personalidad antisocial
según criterios diagnósticos o patrón habitual y generalizado de bajo autocontrol, impulsivi-
dad, búsqueda de sensaciones, hostilidad, baja empatía, conducta problemática en la infancia
3. Andrews, D.A. y Bonta, J. (1994). The psychology of criminal conduct (3.ª ed.). Cincinnati, Ohio: Anderson.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

y comportamiento antisocial).
• El ámbito familiar (baja satisfacción marital o de pareja y/o mala calidad de las relaciones
con los padres y otros familiares cercanos).
• La actividad escolar o laboral (inestabilidad y bajos niveles de rendimiento y de satisfacción
académica y/o laboral).
• El tiempo de ocio o recreativo (bajos niveles de implicación y poca satisfacción en activi-
dades no delictivas durante el tiempo libre).
• El abuso de sustancias (problemas de consumo y dependencia de alcohol y/o drogas).

A partir de ese esquema de factores asociados a la reincidencia, derivados de estudios basados


en evidencia empírica, quedó de manifiesto que la efectividad de los tratamientos en el ámbito
penitenciario se relacionaba, justamente, con el adecuado abordaje de los mismos, de acuerdo a
las “necesidades criminógenas” del sujeto individual y a sus características.

Se desarrolló, en base a estos postulados, el modelo de Riesgo/Necesidad/Responsividad al que,


de forma somera, podemos definir de la siguiente forma: el riesgo es el análisis del sujeto en
relación con los factores que estadísticamente se encuentran asociados a la reincidencia crimi-
nal. La necesidad es la contracara del riesgo: son aquellos aspectos del sujeto particular, rela-
cionados con las variables estáticas que determinan su riesgo de reincidencia, sobre los cuales,
en el caso concreto, debe intervenir la administración penitenciaria para lograr la reducción de
ese riesgo. Y la responsividad es la maximización de los recursos del sujeto para lograr que el
ofensor aprenda, como consecuencia de una intervención de naturaleza cognitivo-conductual
que contemple su estilo, motivación, recursos y fortalezas; es decir, la adaptación a la situación
concreta del sujeto y el acceso al programa de tratamiento en cuanto se adapte a las necesidades
criminógenas que se pretenden abordar para reducir el riesgo de reincidencia.

Habida cuenta de ello, desde la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal se es-
tableció al modelo de riesgo/necesidad/responsividad, en consonancia con la línea de pensa-
miento denominada “What Works”, como la base teórica que sustenta el modelo de reformas
y gestión. Este modelo general, asimismo, se complementa con los extremos derivados de las
investigaciones realizadas dentro de la línea de la criminología del desistimiento.

Habiéndose determinado ese modelo teórico, se estableció, contemplando las posibilidades y


particularidades del medio argentino y latinoamericano, un programa de reformas que permita
llevar adelante los objetivos establecidos. En este sentido, todo el trabajo realizado desde la Di-
rección Nacional, que se pretende exponer someramente en este artículo, se encuentra en línea
con esos principios y, además, cada una de las acciones emprendidas, aunque puede parecer que
tienen un carácter autónomo, encuentran su justificación final en el mismo. Esto permitió dar
coherencia y sustentabilidad al programa de reformas, sobre todo teniendo en cuenta que en el
medio argentino es bastante común que cada vez que se produce un cambio de administración se

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generen procesos de refundación donde, en general, se deja de lado lo realizado por la anterior
administración.

El primer punto a tener en cuenta, dentro del marco de reformas propuestas, fue el paso de un
sistema subjetivo a un sistema objetivo. En 2014, los aspectos más relevantes del sistema pe-
nitenciario federal funcionaban, en términos generales, sobre la base de la subjetividad de los
actores del sistema. Como aspectos más relevantes nos referimos a los siguientes:

• Evaluación y clasificación de personas privadas de libertad.


• Determinación de los niveles de seguridad de los espacios de alojamiento.
• Ausencia de investigaciones empíricas y de desarrollo de conocimiento criminológico que sus-
tenten las decisiones sobre programas de tratamiento y otras cuestiones relevantes del sistema.
• Falta de transparencia.
• Falta de base de datos confiables.
• Lógica de seguridad estática.
• Falta de protocolos.

Otra cuestión relevante, a la que no se le estaba prestando la debida atención, era la función de
seguridad pública que le correspondía al Servicio Penitenciario Federal.

Debe tenerse presente que esta situación se dio tanto en Argentina como en el resto de América
Latina en un contexto marcado, por un lado, por la fuerte proliferación y aumento de la crimi-
nalidad organizada –con características cada vez más violentas e, incluso, atentatorias contra
el Estado de Derecho–, tanto nacional como transnacional, y, por otro, por la lucha contra la
corrupción, que ha generado que importantes personalidades del mundo de la política y el es-
tablishment se encuentren a disposición de las administraciones penitenciarias. Personas que
poseen importantes medios económicos, acceso a contactos en los altos niveles del gobierno y,
en muchos casos, se encuentran vinculadas, de distintas maneras, con grupos armados.

Este distintivo perfil de internos con el que el Servicio Penitenciario Federal estaba acostumbra-
do a trabajar, representó un fuerte desafío e implicó el desarrollo e implementación de políticas
y programas adecuados para los riesgos específicos que representaban en materia de seguridad.
Las acciones más relevantes que se realizaron fueron las siguientes:

• Reducción del índice de corruptibilidad (IRIC): constituye un abordaje diferenciado de los


internos que, por ciertas características particulares de poder adquisitivo elevado, vinculacio-
nes a criminalidad económica o crimen organizado transnacional o con acceso a personas con
alto poder político, presentan alto grado de corruptibilidad. Por corruptibilidad nos referimos
a la capacidad del sujeto de incidir, a partir de esos factores, negativamente en el sistema.
Incluso, actualmente se están realizando estudios para intentar definir un índice objetivo que

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

permita determinar el grado de corruptibilidad de los sujetos privados de la libertad.


• Manejo adecuado de información (Departamento de Inteligencia Penitenciaria y vincula-
ción con el sistema nacional de inteligencia criminal)
• Redefinición de los estándares de seguridad estática, procedimental y dinámica.

En lo relativo a la función de seguridad pública, el trabajo también estuvo orientado a reforzar


y prevenir fugas, a través del mejoramiento de los sistemas de evaluación de riesgo y del me-
joramiento de los dispositivos para abordar esos riesgos. Y, mediante el manejo adecuado de
información y el vínculo con el sistema nacional de inteligencia criminal y con la Justicia, a
reducir las probabilidades de que se cometan actos criminales desde el interior de las prisiones.

Por último, vinculado con las definiciones sobre el sistema, se encuentra lo relacionado con el
principio de normalidad, que podría ser definido de la siguiente forma: “ninguna persona deberá
cumplir su sentencia bajo restricciones mayores que las estrictamente necesarias para la segu-
ridad en la comunidad y, durante el cumplimiento de esa sentencia, la vida dentro de la prisión
deberá reflejar, tanto como fuera posible, la vida en la comunidad” 4; y, como mencionamos, lo
expuesto por las investigaciones realizadas sobre desistimiento del delito. Sobre esta cuestión
existen varias posiciones teóricas, pero, en tanto administración penitenciaria, lo relevante es la
intervención de forma tal de ponerle “un punto de terminación” a la carrera criminal de aquellos
sujetos que cometen delitos constantemente 5; es decir, generar las condiciones para que desistan
de su actividad delictiva.

5. Acciones y políticas implementadas

El modelo teórico anteriormente explicado, ha sido el basamento teórico y el norte al que han
apuntado todas las medidas y programas de acción implementados. De esta forma, las acciones
diseñadas e implementadas, siempre tienen un doble objetivo: en lo inmediato, abordar o solu-
cionar problemas específicos o garantizar el normal funcionamiento de la administración peni-
tenciaria; y, en lo mediato, lograr un sistema penitenciario que, basado en el modelo de Riesgo/
Necesidad/Responsividad y en la línea de pensamiento del “What Works”, permita una más
efectiva y eficiente gestión de los recursos en orden a garantizar la reducción de la reincidencia,
la seguridad pública y las condiciones de vida de las personas privadas de su libertad de acuerdo
con el principio de normalidad. Ello, claro está, adaptando ese modelo a las especificidades de
la situación de la República Argentina.

4. Este denominado “principio de normalidad” es, por ejemplo, uno de los principios esenciales sobre los que trabaja el Servicio Correccional
de Noruega. Debe tenerse en cuenta, tal como lo plantea esa administración penitenciaria, que la posibilidad de implementar el principio de
normalidad está, por supuesto, limitada por razones de seguridad, orden de la institución, personal penitenciario, infraestructura y recursos
financieros. Ver: http://www.kriminalomsorgen.no/information-in-english.265199.no.html.
5. Hearn, Natalie (2010). Theory of desistance. Internet Journal of Criminology. http://www.internetjournalof criminology.com/theory_of_de-
sistance_ijc_nov_2010.pdf.

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Ahora bien, lograr ello requiere, como mencionamos, procesos que garanticen la implementa-
ción de reformas estructurales. Para ello, es importante destacar la deficiencia de las políticas
pospenitenciarias en Argentina. Es bien sabido que las políticas penitenciarias tendrán un im-
pacto limitado en la reducción de la reincidencia si no hay un seguimiento mediante interven-
ciones pospenitenciarias que le den continuidad y les ayuden a los ex-internos a adaptarse a su
nueva situación. El SPF está colaborando con otras entidades del sistema de justicia penal para
mejorar las iniciativas pospenitenciarias (consultar el “Programa de Prelibertad”, a continua-
ción, en el apartado correspondiente)

En lo acotado de este artículo veremos las que, a nuestro juicio, han sido las más relevantes de
las reformas realizadas en el Servicio Penitenciario Federal.

Clasificación objetiva

Uno de los elementos centrales sobre los que se debe asentar una adecuada política penitencia-
ria, según los ejes teóricos que sustentan el modelo de gestión pretendido desde la Dirección
Nacional del SPF, es la existencia de sistemas de clasificación basados en riesgos y necesidades.

Con este objetivo, se emprendieron las acciones necesarias para su desarrollo e implementación
progresiva. Ello debido a que, según se ha podido constatar, los sistemas internacionales exis-
tentes no permiten englobar las particularidades del Servicio Penitenciario Federal. El proceso
de desarrollo e implementación de un sistema de clasificación inicial por riesgo y necesidad, que
aún continúa, ha involucrado las siguientes acciones:

• Desarrollo de un formulario adecuado de toma datos, y capacitación para su adecuada


aplicación.
• Entrevista y censo a la totalidad de la población penal, para obtener información de las
variables estáticas y dinámicas.
• Categorización de espacios de alojamiento, combinando factores y variables que refieren a
seguridad física, procedimental y dinámica.
• Creación de un Instituto de Clasificación y Categorización, que es un organismo que tiene
la función de actuar en lo relativo a la implementación y gestión del sistema de clasificación.
• Programa piloto en la Unidad de Ingreso donde se recibe a, aproximadamente, el 90% de
los internos al sistema federal.

Somos conscientes de que hubo muchas oposiciones a la clasificación objetiva, fundamentando


que se “categorizaba” a las personas basándose en su conducta pasada en lugar de centrarse en
su conducta actual. Es por ello que nuestro objetivo es introducir un sistema de clasificación
objetiva continua, en el que se monitoree a los internos de manera permanente, para que la con-
ducta actual se tome como referente de los criterios de evaluación.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Investigación empírica (Instituto de Criminología)

Otro de los ejes estratégicos centrales tiene que ver con la investigación criminológica empírica.
Su objetivo es servir de guía para las decisiones de la administración penitenciaria y, de esta
forma, dotar de una mayor objetividad al sistema y de un fundamento científico al trabajo que
se realiza.

Debe tenerse presente, en tal sentido, que la investigación empírica es central para determinar
qué es lo que funciona en orden a reducir las probabilidades de reincidencia; cuáles son las cau-
sas del delito y cómo debe abordarse la problemática del delito; y cuál es la situación actual de
la administración penitenciaria; entre otras cuestiones de gran relevancia e influencia en relación
con la política criminal y penitenciaria del Estado. Ello, de acuerdo con lo que mencionáramos
anteriormente, teniendo en cuenta que casi la totalidad de la investigación criminológica exis-
tente en Argentina y en el resto de América Latina se realiza desde una perspectiva crítica. La
idea del Instituto es, por este motivo, el desarrollo de investigaciones que, con sustento en la
evidencia empírica, puedan servir para fundamentar las decisiones que se tomen en materia de
gestión y política penitenciaria.

Para ello, se refundó el Instituto de Criminología, dedicado exclusivamente a la investigación


criminológica, la capacitación del personal y el vínculo con instituciones académicas nacionales
e internacionales. En el marco del mismo, por ejemplo, se llevó a cabo una investigación sobre
desempeño moral (sobre la base de las investigaciones de la profesora Alison Liebling del Insti-
tuto de Criminología de la Universidad de Cambridge – Reino Unido) en tres establecimientos
del sistema penitenciario federal, como así también estudios específicos sobre violencia, y perfi-
les de riesgo de secuestradores extorsivos, homicidas y ofensores sexuales, entre otros 6.

Seguridad dinámica

Dentro del objetivo de diseñar políticas destinadas a reducir la reincidencia criminal, promover
el desistimiento del delito y mejorar la seguridad pública, se están implementando, acciones
tendientes a dotar al sistema de una óptica basada en la seguridad dinámica.

En términos generales, podemos definir a la seguridad dinámica como aquellos mecanismos


destinados a garantizar la cercanía entre los internos y el personal penitenciario de modo que
este acercamiento, junto con el adecuado manejo de la información, permitan que el personal
penitenciario pueda saber que está pasando en las prisiones y aborde los conflictos que se pu-
dieran ocasionar a tiempo y adecuadamente, de forma tal de impedir su escalada. Esto, conse-
cuentemente, reduce los índices de conflictividad y previene hechos de violencia, impactando

6. Para mayor información, consultar la Revista de Criminología del Instituto de Criminología del SPF, Volúmenes I y II, así como el presente
volumen. http://www.spf.gob.ar/www/gestion.

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

positivamente en la calidad de vida de los internos y en las condiciones de trabajo del personal
penitenciario. Para garantizar un abordaje integral y transversal de la cuestión, ese trabajo se
dio, coetáneamente, en diferentes planos.

Por una parte, se abordó desde el plano de la capacitación del personal y la concientización
sobre la conveniencia de recurrir a este modelo de gestión y vinculación entre internos y per-
sonal penitenciario. Así, se impartió capacitación y entrenamiento específico al personal con la
finalidad de que internalizara las herramientas de la filosofía y la lógica del trabajo propio de la
seguridad dinámica. La iniciativa le dio mayor valor a la capacidad, la eficacia, la contención, la
asistencia, la comunicación, la actitud filosófica y la lógica de conducción con inteligencia y el
compromiso de todo el personal.

Por otra parte, se continuó con el desarrollo de un programa específico, que comenzó como
prueba piloto en el año 2014, en la Unidad Residencial IV del Complejo Penitenciario Federal
I de Ezeiza. En esa Unidad Residencial, el funcionamiento y gerenciamiento se realiza bajo la
óptica de la seguridad dinámica.

La intención, dentro de este mismo propósito, es ir ampliando progresivamente los espacios que
funcionan bajo un diagrama operacional basado en la seguridad dinámica. La principal dificul-
tad, en este sentido, es la extendida vinculación que existe entre seguridad y seguridad estática.
El establecimiento de estos programas específicos tiene la finalidad de ir generando, progresiva-
mente, nuevas dinámicas en los establecimientos penitenciarios que dependen del SPF.

Estas acciones se encuentran muy vinculadas, también, con las acciones realizadas para mejorar
la toma, análisis y circulación de la información que han sido mencionadas anteriormente.

Marco general de los programas de tratamiento

Asimismo, se estableció por Resolución de la Dirección Nacional el marco general de los pro-
gramas de tratamiento aplicados en el Servicio Penitenciario Federal. Ello con la intención de
garantizar un abordaje compatible con el modelo “What Works”. Éste marco teórico contempla,
también, la constante evaluación de impacto de estos programas.

Los programas específicos de tratamiento que se han desarrollado son los siguientes:
• Ofensores sexuales: el programa propone un modelo de intervención psicosocial desde un
enfoque cognitivo-conductual. Su objetivo, es el abordaje de los factores de riesgo específico de
reincidencia sobre personas condenadas por delitos de agresión sexual, con miras a la reducción
de las probabilidades de reincidencia. La admisión preliminar al programa se efectúa en los es-
tablecimientos en los que están alojados los internos. El programa tiene lugar en el el Complejo
Penitenciario Federal V, de Senillosa (provincia de Neuquén). Al finalizar el programa vigente,

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

los internos regresarán a sus unidades de origen, en las que un equipo interdisciplinario conti-
nuará evaluándolos.

• Gestión de internos de alto riesgo: está destinado a personas que presentan riesgo alto y muy
alto de fuga y conflictividad.

• Tutorías: tiene como objeto fundamental disminuir los índices de violencia en los estable-
cimientos penitenciarios mediante el fortalecimiento de las relaciones de interacción entre el
personal penitenciario y las personas privadas de libertad, con el fin de construir nuevas maneras
de abordar las diversas situaciones que acontecen en la convivencia diaria de un establecimiento
penitenciario y, de esta forma, lograr un impacto positivo tanto en la intervención sobre los fac-
tores asociados a la reincidencia, sobre todo, aquellos que tienen que ver con el control de los
impulsos y la empatía y el reconocimiento del otro.

• Resolución alternativa de conflictos: el objeto es mejorar la convivencia diaria, generando


ambientes más saludables, y abordar factores asociados a la reincidencia criminal.

• Internas Trans: la Ley Nº 26.743 estableció el derecho de las personas al reconocimiento de


su identidad de género; al libre desarrollo de su persona conforme a éste; y, como consecuencia
de ello, a ser tratada conforme su identidad y, en particular, a ser identificada de ese modo en
los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo
con los que allí es registrada. Con la finalidad de brindar un adecuado abordaje de riesgos y
necesidades de este colectivo poblacional se decidió, en primer lugar, su alojamiento en una cár-
cel destinada a mujeres: el Complejo Penitenciario Federal IV. En segundo lugar, se generó un
programa específico para abordar riesgos y necesidades de este colectivo. También se capacitó
al personal para que estuviera adecuadamente preparado para el trato con estas internas.

• Mujeres: las mujeres representan un colectivo de la población penal que posee riesgos y nece-
sidades específicos y que, por ello, deben ser abordados adecuadamente, a través del desarrollo
e implementación de programas y acciones, tendientes a atender adecuadamente esta cuestión.

• Tercera edad y discapacidad: se trabaja con personas privadas de la libertad con problemas
de discapacidad y con mayores de 60 años. Esta población constituye otro colectivo con riesgos
y necesidades especiales. El Servicio Penitenciario Federal aloja, aproximadamente, a 162 inter-
nos que superan los 70 años de edad. Hay, incluso, internos con más de 80 años.

• Prevención de suicidios: el objetivo del programa es la detección y el adecuado abordaje de


internos con riesgo de suicidio. Tiene como uno de los antecedentes más relevantes las reco-
mendaciones efectuadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el marco SUPRE
(Suicide Prevention).

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

• Drogodependientes: la adicción a los estupefacientes es uno de los mayores problemas que


se le presenta a las administraciones penitenciarias, tanto por su impacto en el orden interno de
los establecimientos y la salud psicofísica de las personas privadas de su libertad, como por su
impacto en la probabilidad de reincidencia. El Centro de Rehabilitación de Drogodependientes
(CRD) consiste en un sistema de comunidad terapéutica cerrado, con un enfoque que integra
conocimientos médicos, psicológicos y sociológicos.

• Programa de Tratamiento Interdisciplinario, Individualizado e Integral (PROTIN): los


problemas de salud mental, además de generar grandes complejidades al sistema penitenciario
y afectar la salud de las personas privadas de su libertad, están fuertemente vinculados con la
probabilidad de reincidencia. Uno de los dispositivos desarrollados para el abordaje adecuado
de los mismos es el PROTIN, que funciona en el Servicio Psiquiátrico para Varones. Este pro-
grama ha sido concebido para centralizar la atención de la salud mental de la población penal
que supere la complejidad asistencial de los servicios de salud de las unidades penitenciarias.
El programa, específicamente, ha sido concebido para situaciones en las cuales es menester
efectuar un tratamiento intensivo y personalizado para internos que presentan episodios de des-
compensación.

• Programa de Prelibertad: su principal objetivo es ofrecer tratamiento específico a los inter-


nos antes de su liberación, a fin de favorecer el desarrollo de su autonomía personal. En este
programa, los internos conversan sobre sus recursos materiales y afectivos para la vida en el
medio libre, con miras a consolidar un proyecto personal que tenga objetivos adecuados.

Reducción de conflictividad y violencia


Se estableció como una política central y general en el Servicio Penitenciario Federal. Así, a fin
de unificar, desarrollar, coordinar y controlar todas las acciones tendientes a ese objetivo, se creó
el Servicio de Reducción de la Violencia (SRV).

Este Servicio, dependiente de la Dirección Nacional del SPF, fue creado en diciembre de 2016,
con el objetivo de intervenir en espacios y con personas con riesgo de conflictividad alto y muy
alto, coordinando y articulando transversalmente con los distintos actores del sistema –organis-
mos, institutos, unidades y servicios– las acciones, programas y abordajes necesarios para la
disminución de los niveles de violencia, aunando los esfuerzos de las distintas dependencias a
fin de lograr resultados eficientes y eficaces en la materia, contribuyendo con las personas pri-
vadas de la libertad en su camino hacia la reinserción social. El SRV es el encargado de elaborar
un plan de acción estratégico general, que deberá impulsar una política que permita promover la
convivencia dentro de los establecimientos penitenciarios, prevenir y reducir la violencia en sus
manifestaciones diversas y concretas en todos los establecimientos penitenciarios del Servicio
Penitenciario Federal.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

El abordaje de la reducción de violencia se realiza desde una óptica triple:

a. Seguridad y aseguramiento: mantener bajos índices de conflictividad y violencia es indis-


pensable para garantizar adecuadas condiciones de vida, alojamiento y convivencia para las
personas privadas de la libertad, y la integridad psicofísica de los internos como del personal.
b. Salud: el abordaje de las problemáticas de salud y salud mental, sobre todo aquellas rela-
cionadas con la conducta, es indispensable para garantizar derechos y saludables condiciones
de vida a las personas privadas de su libertad.
c. Intervención y tratamiento: la regulación de impulsos y emociones, así como las conductas
violentas, son factores de gran relevancia en orden a la probabilidad de reincidencia. El traba-
jo sobre los mismos, en los casos que ello es necesario, es indispensable a efectos de reducir
esta probabilidad de reincidencia y lograr adecuadas condiciones para la rehabilitación de las
personas privadas de su libertad.

Por otra parte, el abordaje de la reducción de la violencia propone tres pilares fundamentales:
1) la transversalidad del enfoque de la reducción de la violencia (es decir que la inclusión de la
perspectiva de reducción de violencia implica incorporar dicha temática en la toma de decisio-
nes sobre todo el ámbito de actuación de la institución); 2) la integralidad de las políticas e inter-
venciones (por lo que será necesario conjugar programas, proyectos y/o acciones que se vienen
desarrollando en pos de generar un sistema de funcionamiento adecuado, que disminuye los
índices de conflictividad en los establecimientos penitenciarios. La integralidad, en este sentido,
implica la articulación institucional en la mirada y la gestión compartida de esfuerzos en pos del
objetivo de reducción de violencia); y 3) la prioridad del enfoque de la reducción de violencia
(teniendo en cuenta las características del medio y de las obligaciones de la administración pe-
nitenciaria, la política de reducción y prevención de violencia es prioritaria).

Los lineamientos del plan de acción del Servicio de Reducción de Violencia son los siguientes:

1) Diagnóstico en cada establecimiento y plan de acción específico.


2) Intervención específica para personas privadas de la libertad de alto riesgo de conflictividad.
3) Conocimiento sobre lo que funciona para reducir violencia y conflictividad.
4) Mejoramiento de la comunicación: medidas de resolución de conflictos y aplicación de
lógicas de justicia restaurativa.
5) Protocolos específicos de intervención en casos puntuales típicos.
6) Política específica de reducción de fallecimientos en establecimientos penitenciarios.
7) Mejoramiento del manejo de información y seguridad dinámica estadística.
8) Abordaje de las consecuencias que producen hechos traumáticos.
9) Abordaje de las necesidades del personal que trabaja en contacto con internos con alto
riesgo de conflictividad y violencia.
10) Elementos prohibidos y plan de registro.

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

11) Simplificación de los procedimientos.


12) Modelo de riesgo, necesidad y responsividad para lograr el desistimiento del delito y la
reducción de la reincidencia.
13) Sistemas de clasificación por riesgo y necesidad.
14) Trabajo conjunto con otros organismos.

Manejo de información y seguridad dinámica

La recopilación, sistematización, análisis y gestión de la información y los datos es clave para


mejorar los procesos de toma de decisiones. Parte de los objetivos del proceso de reformas lle-
vados adelante en el Servicio Penitenciario Federal es lograr la toma de decisiones sobre la base
de información adecuada.

Así, se ha trabajado en distintas líneas de acción:

a. Generación de sistemas estadísticos confiables y creíbles.


b. Afianzamiento de los vinculos de trabajo con la Dirección Nacional de Inteligencia Crimi-
nal (DNICRI), con servicios penitenciarios de diferentes provincias y con organismos inter-
nacionales ocupados en la materia.
c. Optimización de procesos de recolección, análisis y circulación de la información.

Prevención de la corrupción

Para el control de la corrupción al enfoque punitivo tradicional, que procura investigar y san-
cionar a los responsables del daño generado por un hecho de corrupción, se ha incorporado un
enfoque preventivo, que busca reducir las posibilidades de que exista corrupción, evitando que
el daño se produzca. Se adoptaron políticas concretas de reducción de los riesgos de corrupción,
promoviéndose una cultura basada en valores y principios de cumplimiento de la ley, la debida
gestión de los asuntos y los bienes públicos, la integridad, la transparencia y la obligación de
rendir cuentas.

Lo primero fue la creación, en el año 2014, del Servicio de Prevención de la Corrupción (SPC),
cuyo objetivo es el desarrollo, implementación y coordinación de las políticas y acciones ten-
dientes a la prevención y sanción de los hechos de corrupción en el Servicio Penitenciario
Federal. Con esa finalidad, el SPC desarrolló un plan de acción cuyos ejes estratégicos eran:
Declaración de principios éticos institucionales; evaluación de la situación institucional; capa-
citación y concientización del personal en ética, transparencia y prevención de la corrupción;
cambios normativos y mejoras en los procedimientos, y acciones conjuntas de detección, con-
trol y evaluación.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

En ese marco, las acciones más relevantes que se han realizado son las siguientes:

a. Código de Ética del Personal del Servicio Penitenciario Federal.


b. Línea directa de recepción de denuncias y protocolos para la tramitación de las denuncias.
c. Normas de protección al personal que denuncia.
d. Capacitación constante a cargo de expertos nacionales e internacionales.
e. Mapa de riesgos de la corrupción.
f. Inclusión como materia obligatoria con contenidos específicos sobre Anticorrupción, Ética
Pública, Transparencia y Prevención de la Corrupción en todos los cursos de ingreso para el
personal suboficial y oficial.
g. Vínculo con la Oficina Anticorrupción, organismo nacional encargado de las políticas
de transparencia y prevención de la corrupción, y con otros organismos nacionales e
internacionales.
h. Incentivos y mejoras para el personal penitenciario.
i. Por otra parte, se trabajó con la Oficina Anticorrupción, con otras fuerzas de seguridad, con
el Poder Judicial, y con expertos en la temática en cuestión.

Monitoreo y control interno

Se creó el Servicio de Monitoreo e Inspección de Establecimientos Penitenciarios, a fin de que


se aboque al análisis y control de los procesos de gestión que se llevan adelante en el SPF. La mi-
sión de este Servicio es ocuparse de cuestiones específicas, analizar la legalidad y la efectividad
de los procesos y, comparando con diversos procesos de gestión, ayudar a mejorar los mismos,
aumentando la eficacia, la eficiencia y la transparencia de los mismos.

Derechos humanos y prevención de la tortura

En cuanto a la prevención de la tortura, el objetivo de la Dirección Nacional del SPF es imple-


mentar un marco integral a largo plazo para abordar la cuestión.

En primer lugar, se creó un sector para tratar específicamente estos asuntos (el Servicio de
Promoción y Protección de Derechos Humanos), que tiene un doble objetivo. Por un lado, se
encarga de llevar a cabo capacitaciones y programas de concientización destinados al personal
del SPF, ofreciéndole herramientas para desempeñar efectivamente la prevención de la tortura.
Ésta temática también se incorporó al plan de capacitación de los nuevos aspirantes.

Por otro lado, este sector tiene la tarea de brindar protección de manera activa frente a episodios
de tortura. En este sentido, recibe denuncias de los internos y tiene la potestad de intervenir en
cualquier clase de conflictos que pudieran suscitarse, mediante la notificación al Departamento
de Asuntos Internos del SPF y al juez competente.

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

A tal fin, se estableció una línea telefónica (0-800) gratuita que se encuentra disponible las 24
horas para la recepción de denuncias anónimas7. Estas políticas se integran directamente con los
demás programas que se mencionaron anteriormente: clasificación objetiva, mejora del Depar-
tamento de Asuntos Internos, investigación criminológica aplicada, investigaciones conjuntas
sobre fallecimientos en contextos de encierro, entre otros. Por último, el SPF se encuentra bajo
la supervisión y el control de diversos organismos del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial,
como la Procuración Penitenciaria de la Nación, la Auditoría General de la Nación, la Defenso-
ría General de la Nación, los jueces de ejecución penal y otros. Esto garantiza el control externo
permanente del SPF.

Bienestar del personal

También es una realidad, por lo menos en el contexto argentino –y, en general, en el latinoame-
ricano–, que casi la totalidad de los esfuerzos y recursos están enfocados hacia los usuarios del
sistema –las personas privadas de su libertad–; los operadores del sistema –es decir, el personal
penitenciario– quedan en segundo plano.

Así, es muy difícil instaurar cualquier proceso de reforma de manera seria y sustentable. Por
ello, y habida cuenta de las dificultades que plantea el trabajo penitenciario, se han implementa-
do diferentes métodos de gestión y promoción del bienestar de los recursos humanos, orientados
a tres áreas de intervención: a) Género: estableciendo lineamientos de atención para las deman-
das vinculadas a la inequidad de género, promoviendo su conocimiento; b) Trabajo Integral: es-
tableciéndose lineamientos de atención para las demandas que presenta el personal, las familias
o referentes como los Encargados Generales, fomentando la incorporación de conocimientos
sobre diversos temas de interés; c) Comunicación: propiciando la incorporación de los canales
de comunicación del Departamento de Bienestar del Personal; d) Políticas de prevención para la
detección y prevención de los síntomas del burnout; así como otras intervenciones específicas.
En lo que respecta a cuestiones específicas, se ha trabajado tanto en la política salarial, garanti-
zando el acceso a un sueldo acorde a las dificultades y relevancia del trabajo penitenciario, como
en políticas de vivienda, garantizando planes para el acceso a la vivienda con financiamiento
adecuado para el personal.

6. Conclusión

Tal como lo describimos en el presente artículo, a pesar de las dificultades, debidas a factores
endógenos y exógenos, hoy se pueden avizorar resultados claros derivados de la aplicación del
programa de reformas antes mencionado.

7. Entre enero y agosto del 2017, según la línea 0800 y encuestas efectuadas en la zona metropolitana, el Servicio recibió seiscientas doce (612)
denuncias específicas sobre las siguientes cuestiones: 1) Visitas: 35%, 2) Atención médica: 30%, 3) Cuestiones edilicias: 19%, 4) Traslados: 16%.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Los resultados, centrados en el período de gestión 2015/2016, son los siguientes:

• Reducción de las fugas en establecimientos de mediana y baja seguridad. Cero fugas en


establecimientos de máxima seguridad.
• Tasa de mortalidad 30 de cada 10.000, la más baja de la historia del SPF.
• Reducción de las tasas de suicidios y homicidios.
• Generación de investigaciones empíricas –dos números publicados de la Revista de Crimi-
nología del SPF– y diversos documentos sobre temas específicos –manual de prevención de
la corrupción y planificación estratégica, entre otros–.
• Vínculo con universidades, nacionales e internacionales, y con los organismos internacio-
nales y administraciones penitenciarias más avanzadas.
• Se ha consolidado un sistema fundado en un modelo teórico con fuerte respaldo de eviden-
cia empírica.
• Se ha avanzado en materias claves con programas de acción integrales: prevención de la co-
rrupción, reducción de violencia, clasificación objetiva, manejo de la información, seguridad
dinámica, estadísticas.
• Se ha reorganizado el funcionamiento de la estructura jerárquica, que estaba absolutamente
dañado cuando asumió esta administración.

Estos resultados demuestran que es posible llevar adelante programas de reforma serios y sos-
tenibles. El programa más efectivo y eficiente es, según lo que surge de la evidencia empírica a
la fecha, el basado en el modelo de riesgo/necesidad/responsividad, pero que también debe con-
templar la compleja y amplia función que tienen las administraciones penitenciarias, sobre todo
en lo relacionado con la seguridad pública y con el cumplimiento del principio de normalidad.

Para garantizar el éxito de la reforma, es fundamental trabajar en equipo. Por lo tanto, a fin de lo-
grar un cambio positivo, es imprescindible contar con el compromiso y el esfuerzo diario de los
integrantes del personal para prestar este servicio público en los establecimientos penitenciarios.

En este sentido, la tarea de gestión de los servicios penitenciarios debería incluir la optimización
de las políticas de comunicación y la mejora las condiciones de trabajo del personal, a fin de
garantizar el bienestar y la salud psíquica y psicológica de los funcionarios penitenciarios.

Este es el camino que ha emprendido la institución. Esperamos que en este artículo, que resume
algunas de las medidas y planes de acción implementados, pueda entenderse la naturaleza de las
problemáticas existentes que, en nuestra opinión, son comunes a Latinoamérica. En definitiva,
la aplicación de los programas y procesos de reforma, busca transformar, con una mirada de
largo plazo, el funcionamiento del Servicio Penitenciario Federal de Argentina.

34
Capítulo II
Riesgo y desistimiento del delito
Riesgo y desistimiento del delito

a. ¿Rehabilitación o castigo?

En los albores del siglo XIX el derecho penal y la concepción de la pena pasan a ser considera-
dos no sólo como un medio para modificar al infractor sino, sobre todo, como un instrumento
legal para defender a la sociedad del delito. Un derecho penal que sea disuasivo, es decir, una
contramotivación a la motivación del infractor. Los límites de conminación y de la aplicación
de la sanción penal; así como las modalidades del ejercicio de la potestad punitiva del Estado;
estaban señalados por la necesidad o utilidad de la pena y por el principio de legalidad.

Ya en el siglo XX el debate central de la criminología se caracteriza por la discusión entre dos


posturas: El castigo (con un sentido más retributivo y disuasivo) y rehabilitación (en nuestro
contexto lo denominamos reinserción).

Iniciada la década de 1970, el aumento del delito, las grades tasas de encarcelamiento y el haci-
namiento en las prisiones, evidenció que los tratamientos no dieron los resultados esperados, lo
que condujo a una crítica acerca de los programas de rehabilitación.

Uno de las principales conflictos acerca de las políticas en la ejecución de la pena ha sido
protagonizado por aquellos partidarios que entendían la aplicación de la pena con un sentido
más retributivo y disuasivo, y quienes sostenían a la rehabilitación como función principal de
las prisiones.

Para muchos la idea de castigo y la rehabilitación se presentan como alternativas entre las cuales
deben elegirse y no como maneras diferentes para referirse a procesos similares (McNeill 2014)

De esta manera aparece la criminología critica1 (postura que se contrapone a la criminología


tradicional), concibiendo al delito como un problema social que debe ser explicado y tratado con
diferentes medidas, influyendo fuertemente en la reforma de los sistemas penales.2

1. En los ‘70 los movimientos críticos, radicales y de reacción social realizaron sistemáticamente una fuerte denuncia respecto de una crimino-
logía que se había vuelto meramente funcional a la política del momento. Dichos movimientos renovaron y revolucionaron a la criminología
de su momento, cambiando el paradigma etiológico de la criminalidad por el de la criminalización, llegándose al extremo de hablar de una
anti-criminología, análoga a la llamada anti-psiquiatría que surgió en el mismo período.
2. Resulta interesante destacar el trabajo realizado a partir de la década del ‘60 por el Movimiento Escandinavo de Prisiones, conformado por
diferentes organizaciones como lo son KROM en Noruega, KRIM en Dinamarca y KRUM en Suecia.

37
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Mientras que la criminología positiva centraba sus esfuerzos en determinar la peligrosidad del
sujeto a través de sus características personales, bien sean éstas de carácter físico (antropología
criminal, frenología, etc.) o psiquiátrico (psiquiatría criminal, psicología criminal), como tam-
bién desde los enfoques de la medicina legal y la psiquiatría forense, evaluando la peligrosidad
como manifestación de conductas violentas o agresivas. Por el contrario, la criminología crítica
se aproximó al concepto de peligrosidad desde una óptica más interaccionista, como ruptura o
desviación de los procesos de relación entre el individuo y la sociedad.

El debate entre ambas posturas también se vio reflejado en las formas y contenidos del trata-
miento. Estaban quienes entendían que había que enfocarse en tratamientos individuales des-
tinados a corregir la personalidad del sujeto (o sus actitudes y/o comportamientos) y quienes
sostenían que debían abordarse los aspectos sociológicos y/o causas sociales del delito.

Pero no fue sino hacia mitad del Siglo XX que empezó a cambiar la visión médica o terapéutica
de la rehabilitación para poner énfasis en el aprendizaje social, pasando a entenderse a la función
penitenciaria como una forma de re-educación para aquellas personas con escasas habilidades
sociales. (Garland, D. 1985)

Es decir, que a la par de las nuevas teorías sobre las causas del delito, se fueron sumando nuevas
formas de intervención y perspectivas sobre este fenómeno. Muestra de esto fue la aparición,
en el año 1968, de la obra de Gary Becker Crime and Punishment: An Economic Approach en
la cual se sientan las bases sobre la cual se construyó la llamada Economía del delito, teoría
utilizada para explicar las motivaciones y los costos del fenómeno delictivo desde el punto de
vista de la economía.

Es decir que a las críticas que se le realizaban a la rehabilitación se le suma la perspectiva eco-
nómica del delito, lo cual puso en jaque a las administraciones penitenciarias y a aquellos que
concebían como posible a la rehabilitación.

De esta forma la tensión entre las distintas posturas repercutió en el servicio que las administra-
ciones penitenciarias debían brindar hacia la sociedad y para con los infractores en particular.

La problemática en torno a la forma en que se asignaban los recursos, tanto materiales como
humanos, y hasta qué punto estos permitían comprender las diferencias culturales, de género,
y las formas en que el delito era socialmente construido, fueron algunas de las cuestiones que
pusieron en duda la efectividad de los programas de rehabilitación y sus contenidos. A su vez,
se empezaba a exigir una solución concreta a los problemas de la delincuencia, no bastando las
interpretaciones que ofrecía la criminología.

De esta manera, se empieza a observar que muchos de los programas y/o dispositivos de inter-

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

vención no estaban dando el resultado pretendido en términos de reducción de reincidencia. Así,


la rehabilitación empezó a ser concebida como inconsistente debido a las opiniones escépticas
y subjetivas de los profesionales que trabajaban y analizaban los sistemas carcelarios y los de
libertad condicional. (Martinson 1974)3

Para finales de los años 70, el panorama era realmente desalentador para los partidarios de la
rehabilitación. La postura crítica hacia las prisiones tuvo una excelente recepción en los ámbitos
académicos, que veían con pesimismo la función de las prisiones, pero su contracara fue el for-
talecimiento de las ideologías políticas más duras de los años 1970 y 1980. (Hollin 2001)

La idea central de la postura referente a que nada funcionaba en las prisiones, impactó de ma-
nera negativa en los esfuerzos que hacían los diferentes servicios correccionales para lograr la
rehabilitación de las personas. Es decir, esta postura arrojó dos resultados:

1. El endurecimiento de la pena de prisión, y el consecuente desfinanciamiento del tratamiento


que se brindaba a la población penal. (Tolerancia cero)

2. La desacreditación del sistema de prisiones llegando a concebir que el mismo no debía existir.

→ Encarcelamiento masivo
Nada Funciona
→ Prescindencia del sistema de prisiones

Pese a ello, en 1979 sucedieron dos hitos importantes: por un lado Martinson publicó una retrac-
tación de su artículo de 1974,4 y, por otro, los psicólogos canadienses Paul Gendreau y Robert
Ross publicaron el artículo “Tratamiento correccional efectivo”5.(Gendreau – Ross 1979) El
trabajo de estos autores puede sintetizarse en tres puntos:

3. Este autor norteamericano arribó a la conclusión de que en el ámbito reclusorio todo está mal, nada sirve, los tratamientos carcelarios no
conducen a nada, que el hecho de tener a un individuo privado de la libertad tampoco aporta algo positivo. Sin embargo dicha afirmación
llevó a un incremento de la pena de muerte en varios distritos de los Estados Unidos. ¿Para qué gastar en tratamientos? Visto así, concluyeron
algunos, sería mejor encerrar a la persona en la prisión y tirar la llave sin hacer nada por ella. Esto llevó casi de inmediato al criminólogo Mar-
tinson a admitir que se había precipitado, que había cosas que efectivamente no funcionaban, otras que no funcionaban tan mal, las había
que podían mejorarse y funcionar bien, y que pese a todo habría que mantener los tratamientos (MARTINSON, Robert, –California Research
at the Crossroads, en MARTINSON, Robert; PALMER, Ted, y ADAMS, Stuart, Rehabilitation, Recidivism and Research, pp. 63-74. También, MAR-
TINSON, Robert, –Evaluation in Crisis —a Postscriptll, en idem, pp. 93-96.)
4. MARTINSON, Robert, “New Findings, New Views: A note caution regarding sentencing reform”, Hofstra Law Review, vol. 7, n° 2 (1979), pp.
243-258.
5. GENDREAU, Paul y ROSS, Robert, “Effective Correctional Treatment: Bibliotherapy for Cynics”, Crime & Delinquency, vol. 25, n°4 (1979), pp.
463-489. El trabajo de Gendreau y Ross consistió en evaluar 95 estudios sobre la efectividad de programas de tratamiento publicados entre
los años 1973 y 1978 (Posteriormente, en 1987, publicarían un segundo trabajo donde evaluaron 120 estudios publicados entre 1981 y 1987).
Lo fundamental de estos trabajos no sólo está en que nuevamente se refutarían las conclusiones de Martinson, sino que presentarían tres
descubrimientos que sentarían las bases del desarrollo de los programas de tratamiento durante los años ’80, y que, en definitiva, tendrían un
impacto en el renacimiento de la rehabilitación durante la década siguiente.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

1. Descubrieron que gran parte de los fracasos de algunos programas se relacionaba con la falta
de integridad terapéutica. En términos sencillos, algunos simplemente estaban mal diseñados o
bien, estando adecuadamente diseñados de acuerdo a la literatura académica, en la práctica se
alejaban de dichos estándares;

2. Los programas que más efectividad demostraron eran aquellos que estaban basados en la
intervención de la conducta de los infractores mediante intervenciones cognitivo-conductuales.
Esto era especialmente llamativo, dado que este tipo de programas había quedado fuera del
análisis de Martinson.

3. Recalcaron la importancia de reconocer las diferencias entre los distintos infractores, sea por
el tipo de delito cometido, como también por el nivel de riesgo de reincidencia.

En otras palabras, hicieron ver que las intervenciones deberían efectuarse considerando al infrac-
tor como individuo y no estandarizadas para todos los infractores de la ley por igual. (Gendreau
– Ross 1987). Se iniciaba la contraofensiva para volver a concebir el valor de la rehabilitación.

b. Reconstruyendo la rehabilitación

Frente a la inacción de la criminología crítica la investigación continuó su rumbo proveyendo
conocimientos aplicados al Estado, lo cual derivó, entre otras cosas, en la transformación del
sistema penitenciario y sus componentes. El análisis e investigaciones incidieron en la eficiencia
y eficacia sobre la gestión penitenciaria permitiendo generar alternativas a la prisión y adminis-
trar de esta adecuadamente los recursos económicos.

La rehabilitación pudo reconstruirse a partir de los años ‘80 y ‘90 gracias al surgimiento de evi-
dencia sobre aquello que realmente estaba dando resultado a la hora de reducir la reincidencia.
De esta manera, se empezaron a realizar revisiones sistemáticas, incluyendo factores implicados
en los programas de tratamiento (diversidad de tipo de delitos, heterogeneidad de tipologías de
los sujetos, los diferentes contextos en los cuales se desarrollaban), y se empezó a sistematizar
el análisis de las intervenciones.

Durante la década de 1980 el sistema penal anglosajón pudo atestiguar la aparición de una nueva
tecnología en materia de predicción y tratamiento de infractores de ley: el Paradigma de Riesgo.
Poco a poco las legislaciones de países como Canadá, Inglaterra, Noruega, Suecia, Australia y
Nueva Zelanda entre otros, fueron integrando este paradigma a sus sistemas penales, transfor-
mando radicalmente tanto el manejo como la gestión de los infractores de la ley. Sin embargo,
quienes han liderado esta pequeña “revolución” no han sido juristas ni sociólogos, sino profe-
sionales vinculados con la reinserción de los condenados: psicólogos, psiquiatras y trabajadores
sociales. Por otro lado, el “éxito” de esta tecnología ha llegado a tal punto que ha comenzado a

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

influenciar el manejo y tratamiento de infractores de ley fuera de las jurisdicciones anglosajo-


nas. (Andrews y Bonta 1994)

De esta manera, la medición del impacto de los programas, conjuntamente con la aplicación de
técnicas de meta-análisis para la investigación e integración de la información relativa a distin-
tos sectores de estudios, arrojaba nuevos resultados. Así se pudo saber cuáles eran los modelos
criminológicos más efectivos en el tratamiento, las características personales de los individuos
que se vieron favorecidos por determinadas intervenciones, los contextos más útiles para la apli-
cación de diversas técnicas y, por sobre todas las cosas, encarar una nueva forma en la reducción
de la reincidencia mediante el tratamiento.

En este sentido, Anne Garret analizó, en 1985, 111 programas destinados a jóvenes infractores,
donde se pudo observar un promedio de 18% de mejora en las personas tratadas.

Habiéndose demostrado el funcionamiento de determinados programas de tratamiento, la crimi-


nología se enfocó en responder una pregunta fundamental: ¿Qué era lo que estaba funcionando?
Además, se buscó conocer la dinámica de ese funcionamiento.

Los psicólogos Donald Andrews y James Bonta comenzaron a desarrollar los que han sido lla-
mados principios de la intervención correccional efectiva, basado en los principios de Riesgo,
Necesidad y Responsividad. En palabras de los autores, significan:

1. Principio de Riesgo: Destinar servicios de intervención intensiva a los infractores de ley


con alto riesgo de reincidir y disminuir las intervenciones a aquellos que se evalúe como de
bajo riesgo.

2. Principio de Necesidad: Enfocar el tratamiento a las necesidades criminógenas del individuo.

3. Principio de Responsividad: Proveer el tratamiento en un estilo y forma que responda a los
estilos y habilidades de aprendizaje del infractor de ley.

Con base en sus estudios realizados durante las décadas de los años ‘70 y ’80, sosteniéndose en
el meta-análisis y la tecnología de evaluación de resultados, publicaron en 1990 un artículo titu-
lado: “Does Correctional Treatment Work?: A clinically relevant and psychologically informed
Meta-Analysis.” De esta manera comienzan a surgir diversas investigaciones meta-analíticas
que demostrarían resultados positivos en la forma y tipo de intervenciones propuestas por los
canadienses. El modelo de Riesgo, Necesidad y Responsividad (RNR) se presentó como una
propuesta diferente tendiente a reflotar la idea de rehabilitación golpeada por la criminología cri-
tica. Esta corriente fue nombrada como What Works en contraposición a la postura que sostenía
que nada funcionaba en materia de rehabilitación en las prisiones.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Para los años ‘90 se había vuelto a producir un cambio en el debate político criminal anglosajón:
la rehabilitación volvía a tomar fuerza para demostrar que sí funcionaba. Ahora el desafío era
demostrar a la opinión pública no sólo que existían resultados empíricamente validados, sino
que también se debía determinar qué era exactamente lo que funcionaba.

En 1994 aparece The psychology of criminal conduct , obra donde Andrews y Bonta, tras revisar
diferentes investigaciones sobre factores de riesgo y eficacia de los tratamientos en el ámbito
penitenciario y delictivo, concluyeron que existían ocho (8) grandes factores de riesgo directa-
mente relacionados con la conducta delictiva, los cuales mostraban como los mejores predicto-
res de la reincidencia. Estos son:

1. Las cogniciones antisociales (actitudes, valores, creencias y racionalizaciones que apoyan la


delincuencia, así como estados emocionales y cognitivos de ira, resentimiento y rebeldía hacia
el sistema de justicia e identificación con el rol del delincuente).

2. Las redes o vínculos antisociales (relaciones cercanas con otros delincuentes y aisla-
miento respecto a personas pro-sociales, así como reforzamiento social inmediato de la
conducta delictiva).

3. La historia individual de conducta antisocial (inicio precoz y participación continuada


en numerosos y diversos comportamientos antisociales y delictivos en diferentes situaciones,
incluida mala conducta penitenciaria).

4. El patrón de personalidad antisocial (presencia de un trastorno de personalidad antisocial


según criterios diagnósticos o patrón habitual y generalizado de bajo auto-control, impulsivi-
dad, búsqueda de sensaciones, hostilidad, baja empatía, conducta problemática en la infancia y
comportamiento antisocial).

5. El ámbito familiar (baja satisfacción marital o de pareja y/o mala calidad de las relaciones
con los padres y otros familiares cercanos).

6. La actividad escolar o laboral (inestabilidad y bajos niveles de rendimiento y de satisfacción


académica y/o laboral),

7. El tiempo de ocio o recreativo (bajos niveles de implicación y poca satisfacción en activida-


des no delictivas durante el tiempo libre).

8. El abuso de sustancias (problemas de consumo y dependencia de alcohol y/o drogas).

En definitiva, el modelo se funda en dos premisas básicas. La primera sostiene que el compor-

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

tamiento delictivo puede predecirse. La segunda, que la intervención que se realiza sobre deter-
minado infractor debe ser acorde con el nivel de riesgo que esté presente en él.

Ahora bien, volviendo a los factores de riesgo, los autores canadienses los dividieron en está-
ticos y dinámicos. Los primeros son aquellos que forman parte del pasado del individuo o que
por su propia naturaleza no pueden modificarse, como por ejemplo el historial delictivo. Los
segundos, en cambio, son aquellos susceptibles de cambio a través de la intervención o la expe-
riencia (como por ejemplo las cogniciones antisociales), por lo que también son conocidos como
necesidades criminógenas una vez que pasan a ser tratadas en el plan de sentencia.

Es decir que los factores de riesgo dinámicos pueden ser definidos como aquellos atributos diná-
micos de los infractores y sus circunstancias que, cuando se modifican, se asocian con cambios
en las posibilidades de reducción de la reincidencia.

Por lo tanto, una detección eficaz de los factores de riesgo es imprescindible para la interven-
ción, el nivel en el cual se llevará a cabo y el diseño de los programas de tratamiento, a los fines
de transformarlos en necesidades criminogénicas.

Según el marco de RNR, la rehabilitación eficaz de los ofensores requiere la clasificación pre-
cisa del nivel de riesgo y necesidades criminogénicas de la persona. La identificación precisa
de los factores de riesgo y la intervención adecuada de estas necesidades permitirán a los pro-
fesionales tomar decisiones fundadas acerca de los niveles de supervisión, así como el grado de
intensidad de las intervenciones inmersas en el plan de sentencia.

El marco del modelo de RNR se sustenta en las perspectivas teóricas de personalidad y apren-
dizaje social cognitivo (GPCSL), que postula que la conducta delictiva de los individuos está
fuertemente influenciada por variables de cognición antisocial, comportamiento antisocial pasa-
do y patrones de personalidad antisocial.

De este modo, la intensidad de la intervención debe coincidir con el nivel de riesgo que el infrac-
tor presenta. Además, debe dirigirse a las necesidades criminogénicas que están funcionalmente
relacionadas con la conducta delictiva y el estilo y modo de intervención deben coincidir con las
habilidades y el estilo de aprendizaje que tiene la persona.

Se ha demostrado empíricamente que las intervenciones que se adhirieron a los principios de


RNR impactaron de manera significativa en la reducción de las tasas de reincidencia, mientras
que aquellas que no lo hicieron no presentaron mejores resultados.

En este contexto, el infractor no sólo cumple una sanción, sino que se pretende que el sistema
punitivo además pueda intervenir los factores de riesgo del sujeto, de manera que al momento de

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

quedar en libertad, ya no represente un riesgo para la sociedad. Es por ello que el modelo puede
ser separado en dos fases: la primera será destinada a la evaluación de riesgos (Assessment) y la
segunda estará orientada a la gestión (Management) del riesgo.

III. La Integración de los Modelos de Riesgo y Desistimiento



Sin embargo, se empezó a observar que la intervención sobre los factores de riesgo que pre-
sentaban los infractores no resultaba del todo completa. Con el renacimiento del interés por la
psicología positiva y los enfoques basados en cuestiones relacionadas con el abandono de la
delincuencia, se comenzó a distinguir los factores de riesgo dinámicos de los factores protec-
tores. Estos últimos pueden ser definidos como influencias que modifican, mejoran o alteran
la respuesta de una persona a algún riesgo que la predispone a un resultado desadaptativo, o
influencias que modifican, mejoran o cambian las reacciones de una persona ante los riesgos
ambientales que predisponen a una mala adaptación, o como características propias de una per-
sona, de su medio o de su situación, que reducen el riesgo de reincidencia posterior.

De esta forma, comienza una nueva forma de concebir a la criminología: mientras todas las pos-
turas señaladas hasta ahora pensaban cómo construir la práctica (tratamiento, ayuda o progra-
mas), este nuevo modelo se posicionará en la comprensión del cambio. Es decir, que en vez de
preguntarse por las causas que llevan a una persona a delinquir, se aboca a conocer los motivos
por los cuales los individuos abandonan sus carreras delictivas. De allí que no alcanza sólo con
determinar y reducir los niveles de los factores de riesgo, sino que resulta necesario crear inter-
venciones basadas en las fortalezas que convergen en la creación o el aumento de competencias
y habilidades.

Es aquí donde toma fuerza la idea de desistimiento, entendido este como el proceso de cambio
involucrado en la rehabilitación de los infractores. La noción de desistimiento designa el proce-
so por el cual, con o sin intervención de los representantes de la justicia penal, los condenados
ponen fin a sus actividades fuera de la ley para llevar una vida alejada del delito.

Hasta no hace mucho las intervenciones correspondientes a la reducción de la reincidencia se
formulaban casi exclusivamente en aspectos negativos. Es decir, la evaluación del infractor
consistía en una suma de los elementos que se vinculan con su comportamiento delictual, sin
tener en cuenta las fuerzas y el apoyo proporcionados por el medio en el que se desenvuelve
la persona. Aunque los profesionales se preocupan por alejar los elementos estadísticamente
asociados a su conducta delictiva y en consecuencia posible reincidencia, los elementos po-
sitivos presentan un nuevo desafío a la hora de establecer intervenciones efectivas en materia
de reducción de la reincidencia.

Desde hace algunos años, se observa un importante aumento del interés por los factores protec-

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

tores; esto implica una nueva forma de evaluar y gestionar los diferentes casos que se presentan.
La cantidad de métodos de actuación que ofrece a los profesionales debe adaptarse a la comple-
jidad de las problemáticas de los detenidos. De este modo aparece la necesidad de garantizar una
duración y una intensidad suficiente de los programas, conjuntamente con un ambiente adaptado
y el apoyo de un equipo pluridisciplinar. Por último, entre los programas de reinserción pue-
den distinguirse actuaciones en la cárcel, programas diseñados específicamente para la fase de
transición, y otros integrados – es decir - que comienzan en la prisión y continúan fuera de ella.

Resulta claro que ya no sólo se debe pensar en la reducción de la reincidencia sino que debe
plantearse la idea de la reintegración mediante el desistimiento, entendiendo a este como el cese
de la actividad delictiva y la posterior abstención de delinquir. De esta manera, el proceso de
desistimiento deriva en la integración social de la persona.

Para explicar el desistimiento resulta necesario comprender el entramado que existe entre todos
los mecanismos de reacción social frente al delito. Los modelos desarrollados en Europa y Ca-
nadá se sustentan en los principios de gestión y de reducción de los riesgos de reincidencia. Ello
implica que después de la evaluación, debería establecerse un plan que defina, entre otras cosas,
los objetivos de cambio y determine las actuaciones que haya que llevar a cabo —así como el
nivel de seguridad del centro en el que se cumplirá la condena—. Por último, debería elaborarse
un proceso de seguimiento en el centro, y en casos de avances modificar el alojamiento en fun-
ción de los progresos que se vayan presentando.

Intentar conceptualizar el desistimiento no resulta algo sencillo. Como no podemos saber el
momento preciso en el cual un comportamiento cesa de manera permanente, cada vez más in-
vestigadores han optado por conceptualizar el estudio del desistimiento como un proceso (ver,
por ejemplo, Bottoms et al., 2004; Maruna, 2001; Farrall, 2002; Laub and Sampson, 2003). De
manera más específica, es posible conceptuar el desistimiento como un proceso del desarrollo
humano que involucra alejarse del delito y avanzar hacia el cumplimiento de la ley y las normas
sociales. Maruna y Farrall (2004) han esbozado una importante distinción entre el desistimiento
primario y el desistimiento secundario. El primero se refiere meramente al cambio en el compor-
tamiento del sujeto, el segundo, en cambio, implica un cambio en la identidad que se relaciona
con el primer proceso.6

Por su parte, McNeill sostiene que parece tener sentido desarrollar un concepto de desistimiento
terciario, referido no solo a las transformaciones en el comportamiento o en la identidad sino
también a los cambios en el sentimiento que una persona tiene de pertenecer y ser aceptado por

6. Estos autores sugieren que esta transformación en la identidad, y la autopercepción, son relevantes a la hora de generar cambios conduc-
tuales permanentes, en contraposición a meras pausas en la carrera delictiva del individuo. Si bien la relevancia de esta distinción ha sido
objetada por algunos (por ejemplo Bottoms, et al., 2004), es esperable que el desistimiento secundario, y con ello el compromiso autentico
del cumplimiento de la ley, sea relevante para aquellas personas que han estado muy involucradas en la delincuencia. Resulta necesario que
necesiten alejarse de esas “identidades deterioradas” (spoiled identities) para poder asegurar el cambio.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

parte de una comunidad moral (Kirkwood y McNeill, 2015). La evidencia obtenida (Laub and
Sampson 2003; Bottoms and Shapland 2011; Weaver 2013, Weaver 2015), sostiene que si la
identidad se construye y negocia socialmente, un cambio a largo plazo depende no sólo de como
una persona se concibe a sí mismo, sino que también en cómo esta es percibida por los demás,
y en cómo uno percibe el lugar de uno mismo en la sociedad.

Dicho de otra manera, el desistimiento no es solo un proceso personal, sino también político y
social. (McNeill 2016)

Desistimiento Primario → Cambio en el comportamiento


Desistimiento Secundario → Cambio en la identidad
Desistimiento Terciario → Cambios en el sentimiento que una persona tiene de pertenecer y ser aceptado
por parte de una comunidad

Las intervenciones tendientes a la integración social pueden tener lugar en diversas etapas
del proceso de la justicia penal e incluso cuando los infractores son derivados a los servicios
de prisiones y/o a programas alternativos como aquellos que implican sanciones con base
en la comunidad.

Las sanciones basadas en la comunidad resultan una manera más eficaz para apoyar la integra-
ción social, porque evitan los efectos de la prisionalización, al no excluir a los infractores de la
sociedad y al no colocarlos en una situación en la que eventualmente se vea dificultado en todo
o en parte el proceso de desistimiento. Curiosamente, existe evidencia empírica respecto de que
“hacer el bien” es importante para varias personas que desisten del delito.

De cierta manera, la importancia de este cuerpo de evidencia referido a la necesidad humana de
realizar contribuciones positivas nos da pistas en el sentido de hacer algo bueno con ese pasado
dañado o dañino.

No obstante esto, se debe entender que las penas a cumplir en el medio libre siguen siendo san-
ciones, y por tanto, deben ser entendidas tanto por el infractor como por la comunidad, como
una forma de sanción, pese a que en la práctica incorporen dimensiones de reparación y reha-
bilitación. Así las cosas, los conceptos de rehabilitación y reintegración no se presentan como
antecedentes y consecuentes sino como factores que actúan de manera sinérgica.

A medida que los infractores realizan las tareas comunitarias asignadas, pueden reconstruir el
tan necesario capital social. La sanción es particularmente apropiada para permitir que recu-
peren su estatus dentro de su propia comunidad y para demostrar su intención de cambiar su
conducta. En algunos casos, esto es todo lo que se necesita para que un infractor se reintegre en
su comunidad. Intervenir en la sociedad es algo más que realizar unas horas de prestación en

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

beneficio de la comunidad, sino que significa disponer de un auto concepto pro-social, a los fines
de lograr el abandono de la conducta delictiva.

Asimismo, el acompañamiento de la persona una vez que recupera la libertad debido al cum-
plimiento de la pena temporal o de la sentencia basada en la comunidad, constituye una pieza
fundamental, no sólo en la reducción de la reincidencia sino a los fines de fortalecer y afianzar el
desistimiento del delito, logrando la reintegración y garantizándose así la seguridad pública. Los
organismos de libertad condicional tienen por objeto “reducir la re-delincuencia estableciendo
relaciones positivas con los delincuentes para supervisar (incluyendo el control cuando sea ne-
cesario), guiarles, asistirles y promover una eficiente integración”.

IV. Desistimiento = (RNR + Factores Protectores) = Integración Social Efectiva y Se-


guridad Publica

Para lograr la reducción de la reincidencia y una efectiva integración social no basta sólo con
mirar a las prisiones y su funcionamiento, sino que resulta necesaria la participación de todos
los actores involucrados en esta problemática, y conceptualizar de forma diferente la totalidad
del funcionamiento del sistema punitivo con el que cuenta el Estado en su lucha contra el delito.

La mirada constructiva de los órganos encargados del control de las prisiones y de las orga-
nizaciones no gubernamentales constituyen un aporte fundamental a la hora de establecer el
desarrollo de una estrategia integral tendiente a lograr una adecuada reintegración y garantizar
la seguridad pública.

Otra parte importante es la participación de la comunidad y la construcción de comunidad, me-
tas para llegar una exitosa integración y consecuentemente lograr la seguridad pública.
A pesar de que es posible identificar los factores para del proceso de desistimiento, la posibilidad
de gestionar y mantener programas dependerá del ambiente específico (cultural, social y políti-
co) en que el sistema punitivo se desenvuelve. Esto implica concebir a la pena y la punibilidad
desde un punto de vista diferente, o mejor dicho reconocer que la pena no tiene una sola finali-
dad sino que apunta a fines diferentes mediante un mismo proceso.

Es por ello que el paradigma del desistimiento (dentro del cual se encuentran la rehabilitación y
la integración) puede fácilmente ser percibido como un desafío al status quo de todos los inte-
grantes del sistema punitivo. Se debe evitar la fuerza de inercia del sistema y la resistencia ac-
tiva y pasiva que los cambios propuestos pueden enfrentar. Al principio, las propuestas pueden
ser percibidas como amenazantes por profesionales de todo el sistema punitivo. A menos que
tales percepciones se manejen eficazmente, la adopción de metodologías de justicia participati-
va puede ser interpretada como un juego de poder, que debilita el de unos y fortalece el de otros.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

El personal judicial en materia penal debe ser capacitado en lo referente al modelo de riesgo y
los aspectos que hacen a la reintegración.

Los profesionales de los servicios de prisiones deben ser puestos en conocimiento y gestionar
adecuadamente los casos para lograr la rehabilitación e ir allanando las posibilidades, en la me-
dida en que el caso lo permita, para el proceso de integración en el medio libre.

El personal de supervisión de libertad condicional y otros trabajadores deben ser motivados a


usar estos métodos para llevar a cabo su trabajo, adquiriendo nuevas habilidades.

En el marco de los sistemas comparados se empieza a evidenciar la puesta en marcha de inter-


venciones basadas en el desistimiento conjuntamente con prácticas efectivas de Riesgo Nece-
sidad y Responsividad -más específicamente en el campo de la supervisión comunitaria- a los
fines de lograr resultados efectivos en materia de integración.

La práctica basada en los postulados del desistimiento adapta la intervención para cubrir las
necesidades criminogénicas, reduciendo el riesgo de reincidencia y especialmente buscando
desarrollar y aprovechar las fortalezas. Pero debe tenerse en cuenta que el éxito de esta práctica
radica en su subordinación a una concepción más amplia: cómo lograr, sobre una base indivi-
dual, la mejor forma de instalar y sostener el proceso de desistimiento. Esto requeriría que se
actúe incentivando el capital social, además de proveer el tratamiento.

En lugar de referirse al manejo técnico de los programas y el manejo disciplinario de las órde-
nes, las formas de compromiso requeridas por el paradigma restablecerían y colocarían en alto
nivel la colaboración y el compromiso con el proceso de diseño conjunto de intervenciones.

Finalmente, la comunidad en su conjunto debe ser informada de manera precisa, con el fin de
que se comprenda la importancia de su participación a la hora de brindar nuevas oportunidades,
por supuesto acompañadas de sus correspondientes obligaciones, mediante la transmisión de
aquellos valores socialmente aceptados. En este sentido la comunidad debe asumir un papel ac-
tivo en respuesta al delito y a los conflictos; al hacerlo, se fortalecen la capacidad de solucionar
problemas, de control social informal y de cohesión social de la comunidad.

Mediante este tipo de intervenciones se pretende, por encima de todo, acelerar el proceso natural
del desistimiento mediante la creación de nuevas conexiones que construyen el capital humano
en los infractores y el capital social en las comunidades donde éstos hayan de integrarse. El re-
sultado final es el cambio del individuo mediante la asunción de una nueva identidad, pasando
de verse como un ‘infractor’ a una persona pro-social.

De esta manera, se plantea un desafío hacia todo el sistema punitivo, brindando una nueva pers-

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

pectiva acerca de las prácticas sobre la gestión de los infractores y promoviendo la participación
activa de la comunidad, toda vez que, de acuerdo con la evidencia reseñada en el presente ar-
tículo, la responsabilidad individual y el esfuerzo por cambiar pueden facilitarse mediante una
política de integración y fomento del capital social.

V. Aplicación del Marco de Riesgo y desistimiento dentro del Servicio Penitenciario Federal.

Uno de los elementos centrales sobre los que se basa una adecuada política penitenciaria, según
los ejes teóricos que sustentan el modelo de gestión establecido es la existencia de sistemas
basados en la clasificación de riesgos y necesidades.

Desde el año 2014 se ha comenzado con la puesta en práctica de distintos dispositivos tendientes
a la implementación de una metodología de gestión basada en el marco teórico aquí descripto.

De esta forma, se emprendieron las acciones necesarias para el desarrollo e implementación


progresiva de acciones a fin de lograr nuevos objetivos y consolidar los ya alcanzados para así

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

efectivizar una sólida práctica de reducción de la reincidencia y reiterancia, la promoción del


desistimiento del delito y la atención de la protección pública, garantizando las condiciones de
vida de las personas privadas de la libertad bajo los preceptos constitucionales.

Así se fortaleció el sistema basado en el modelo de riesgo –necesidad - responsividad y en línea


con perspectiva del What Works, (proveniente de la criminología aplicada) y el modelo del de-
sistimiento del delito, que permiten una más efectiva y eficiente gestión de los recursos.

De esta manera podemos señalar que de conformidad con los postulados propuestos se han im-
plementado las siguientes acciones a lo largo de este tiempo:

1. Sistema de Clasificación Inicial por Riesgo: Dentro de la lógica descripta , el Servicio


Penitenciario Federal ha desarrollado un Sistema de Clasificación Inicial por Riesgo (CIR),
mediante el cual se pueden conocer los niveles correspondientes a los riesgos de fuga, suicidio y
conflictividad que presenta la población alojada en los diferentes establecimientos, permitiendo
de esta manera minimizar la posibilidad de que ocurran los mencionados acontecimientos y así
poder abordar adecuadamente las necesidades criminogénicas. De esta forma desde el ingreso
de la persona al sistema penitenciario se puede contar con información probabilística a los fines
de garantizar su vida, la de terceros y la seguridad pública.

2. Categorización de Establecimientos y Personas: En consonancia con los estándares inter-


nacionales en materia de Derechos Humanos se ha procedido a realizar una adecuada catego-
rización de los establecimientos del Servicio Penitenciario Federal. Esta tarea, plasmada en el
Boletín Publico Penitenciario Nro. 6667, y en el cual se puede observar la diferenciación de las
distintos espacios de alojamientos y las características que presentan los mismos conforme los
criterios de seguridad asignados. Esta tarea se encuentra complementada con la categorización
de las personas que se alojan en el sistema penitenciario federal. En la actualidad desde los Ins-
titutos de Criminología y de Clasificación y Categorización se está trabajando en un sistema que
permita la adecuada categorización de las personas, adecuando el alojamiento de acuerdo a las
categorías de internos8. De esta manera la categorización implica la asignación de un determina-
do grado de seguridad a un establecimiento y a un interno para que conforme los principios de
la clasificación de riesgo la toma de decisiones, sea justa, coherente y objetiva.

De este modo, es en base a la clasificación de seguridad de los internos y establecimientos, que

7. Boletín Público Normativo AÑO 25 Nro. 666 Buenos Aires, 8 de febrero de 2018.- Categorización de los Establecimientos Penitenciarios.
En consonancia con esto puede observarse el Programa de gestión de internos de alto riesgo (BPN Nº 620/2017). A través de su ejecución se
tiende a minimizar eventuales conflictos que puedan dañar a terceros, las instalaciones, el adecuado gerenciamiento del establecimiento y la
seguridad pública.
8. Respecto de la categorización ver: Corte Interamericana de Derechos Humanos – Caso de las Penitenciarias de Mendoza - Resolución de
fecha 26 de noviembre de 2010- Medidas Provisionales Respecto de la República De Argentina “En cuanto a las condiciones mínimas de
detención, es importante recordar que es un principio que el Estado debe mantener instalaciones adecuadas, la separación de los internos
en categorías”

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

se aspira a que los alojamientos sean asignados conforme la determinación de los factores de
riesgo y necesidades criminogénicas existiendo para ello distinto tipos de prisiones, lo cual per-
mite un alojamiento adecuado conforme las particularidades y necesidades conjuntamente con
su historial delictivo, la duración de la condena, el tipo de delito, intentos anteriores de evasión/
fuga, como así también su evolución o no dentro del plan de sentencia.

3. Plan de Sentencia: El Plan de Sentencia puede ser conceptualizado como la herramienta


clave para identificar la intervención que deberá brindarse a una persona durante el tiempo que
se encuentre privada de su libertad, a los fines de lograr reducir la reincidencia mediante el de-
sistimiento del delito y garantizar la seguridad pública9.

Cuando nos referimos al plan de sentencia estamos haciendo mención no sólo al tratamiento
individualizado sino al conjunto de herramientas, dispositivos, programas, estrategias, metodo-
logías, etc.; que basados en la evidencia empírica nos permita lograr una adecuada intervención
de la persona dentro del sistema penitenciario a los fines de lograr una efectiva integración de
la persona al medio libre.

La identificación de los internos que presentan un mayor riesgo de reincidencia delictiva, permi-
tirá maximizar la eficacia del Plan de sentencia y de los programas dirigidos a una integración
social efectiva, gestionándose eficientemente los recursos con los que cuenta el sistema.

Así el Servicio Penitenciario Federal ha desarrollado nuevos programas cognitivo-conductua-


les para el abordaje de riesgos y necesidades específicos que empleando modernas técnicas de
criminología aplicada, para el abordaje de riesgos y necesidades específicos de las áreas pro-
fesionales de trato y tratamiento. Ejemplo de ello ha sido el diseño de modernos programas de
tratamiento basados en evidencia empírica, como el específico para mujeres, para agresores de
violencia de género, para víctimas de violencia de género, de tratamiento para internos involu-
crados en causas de homicidios o su tentativa, de abordaje integral para personas privadas de
libertad con discapacidad y de abordaje específico para la población joven adulta.

4. Modelo de desistimiento: Por último, pero no por ello menos importante, en el marco de la
aplicación del Modelo de Desistimiento, se ha comenzado con la realización de talleres tendien-
tes al abordaje de factores protectores, para aquellos internos que se encuentran en periodo de
prueba. El objetivo central de los talleres consistirá en que el interno que se encuentre transitan-
do el Periodo de Prueba10 logre consolidar los conceptos ya trabajados mediante los diferentes
programas de tratamiento a través de las fases de la Progresividad del Régimen abordando cada
temática mediante el trabajo y desarrollo de Factores Protectores.

9. Cfr. National Offender Management Service (NOMS) – Prision Service Instruction (PSI) 41 - Sentence Plan.
10. AÑO 25 Nro. 667 Buenos Aires, 8 de febrero de 2018.- Lineamientos conceptuales propuestos por el modelo de desistimiento al abordaje
integral de las personas privadas de su libertad alojadas en establecimientos penitenciarios federales.

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

En el siguiente cuadro se pueden observar los dispositivos de intervención en torno a los facto-
res de protección con sus correspondientes factores de riesgo.

Taller Factor de Riesgo Factor Protector


Entrenamiento en habilidades sociales Personalidad antisocial - cogniciones antiso- Manejo de la tolerancia - Identificaciones
ciales - actitudes antisociales. Intolerancia Proactivas socialmente - actitudes pro-so-
ciales
Orientación vocacional y laboral Bajo desempeño educativo y laboral. Cogni- Generación de compromiso laboral y educa-
ciones antisociales tivo - mejora de la autoestima- proyecto de
vida a futuro - desarrollo de potencialidades
- Habilidades financieras y autosustentabili-
dad
Redes familiares y sociales Relaciones conflictivas con la familia y entor- Fortalecimiento de los vinculos familiares y
no social - Actitudes antisociales sociales que resulten positivos para el pro-
ceso que el interno se encuentra transitando
Desarrollo de habilidades personales Cogniciones antisociales - Personalidad anti- Capacidad reflexiva - fortalecimiento perso-
social - Actitudes antisociales nal - manejo de la impulsividad - mejora de
la autopercepción
Auto-sustento económico y habilidades fi- Familia - Actitudes antisociales- empleo -fa- Manejo de las finanzas propias y de la fami-
nancieras. milia lia - reducción de deudas - Control de gastos

VI. Conclusión.

A través de este artículo nos propusimos demostrar que no existe una incompatibilidad en la
aplicación de los modelos de Riesgo –Necesidad y Resposividad y de Desisitimiento. Muy por
el contrario, lejos de ser opuestos, consideramos que los mismos pueden complementarse de una
manera más que significativa a la hora de llevar adelante la actividad penitenciaria.

El Servicio Penitenciario Argentino ha comenzado a transitar un camino diferente al hasta ahora


recorrido. Existe suficiente evidencia empírica para sostener que aquellos servicios correcciona-
les que se ajustan a los principios de riesgo, necesidad y responsividad adoptan los enfoques más
acertados en reducción de la reincidencia, constituyéndose así en un medio adecuado para llevar
adelante finalidad de la pena ayudando a los infractores a convertirse en ciudadanos respetuosos
de la ley11.

De esta forma, no se trata solamente de identificar los riesgos, muy por el contrario conjunta-
mente con ello corresponde abordar los mismos, mediante el adecuado tratamiento de las nece-
sidades criminogénicas de forma que estas puedan ser complementadas con aquellas fortalezas
que pueda presentar el individuo.

En otras palabras no se trata únicamente de gestionar riesgos es hora de mirar más allá de la
reinserción social y tener en presentes las particularidades que se puedan dar en cada uno de los

11. Cfr. Service correctionnel Canada - Services Correctionnels Rentables - disponible en http://www.csc-scc.gc.ca/recherche/005008-rr14-
1-fra.shtml

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

casos. En este sentido, podemos ver que el sistema penitenciario del siglo XXI puede lograr,
cuando se propone, ayudar a reparar la ruptura de las relaciones en lugar de ocuparse de la rup-
tura de las personas. En otras palabras podemos decir que cuando el sistema penitenciario se lo
propone, puede influir de forma significativa a mejorar a las personas cambiando su calidad de
vida. Podemos decir así que resulta posible cambiar vidas

Bibliografía citada

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

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54
Capítulo III
Desempeño moral
Evaluación comparativa de la percepción de la
calidad de vida en dos establecimientos penitenciarios
Complejo Penitenciario Federal III y
Complejo Penitenciario Federal V
Introducción general

Luego de la prueba piloto realizada en el año 2016 en el Complejo Penitenciario Federal I -Uni-
dades residenciales 3 y 5- y en la Unidad 31 publicada en la segunda edición de la Revista de
Criminología del SPF1, volvemos a presentar un estudio de desempeño moral, en esta ocasión
respecto del Complejo Penitenciario Federal III ubicado en la localidad de Güemes, Salta y el
Complejo Penitenciario Federal V de Neuquén.

El concepto de desempeño moral fue construido por la profesora Alison Liebling a partir de un
conjunto de investigaciones desarrolladas con el Centro de Investigación de Prisiones de la Uni-
versidad de Cambridge (Reino Unido) en las que se intentaba comprender la complejidad del
mundo carcelario a partir del rol de los valores y la calidad de vida en un contexto de encierro.

El estudio consiste en la aplicación de un cuestionario estructurado a los internos de las uni-


dades, cuyo objetivo es conocer y comparar cómo se perciben determinados valores de la ex-
periencia carcelaria, tales como el “respeto”, la “confianza” y la percepción de “seguridad” y
“bienestar” dentro de las unidades penitenciarias. El estudio se apoya en la siguiente idea-guía:
aquello que determina la calidad de vida carcelaria no tiene sólo que ver con las condiciones ma-
teriales/objetivas y el acceso a derechos, sino especialmente con la forma en que esos derechos
son entregados por la institución, es decir, con la modalidad en que se construye y se desarrolla
la relación social entre el personal y los internos. Como menciona Ben Crewe, director del Pri-
son Research Centre de la Universidad de Cambridge:

“La infraestructura importa mucho: es poco probable que cárceles groseramente sobrepobladas, en ruinas y sin recursos sean
experimentadas por los internos de manera positiva (donde las condiciones están por debajo del umbral de la decencia básica,
la experiencia del interno sí está determinada por tales factores). Pero a menudo ocurren disturbios en cárceles recientemente
abiertas, con alojamiento e instalaciones de alta calidad; y algunas prisiones que son físicamente bastante decrépitas muestran
niveles comparativamente altos de bienestar para los internos, debido a las relaciones positivas con el personal. Como el trabajo
de Liebling ha demostrado, esto es porque la forma en que se aplica un régimen importa tanto como su esencia”.2

1. “Midiendo la calidad de vida en tres establecimientos del Servicio Penitenciario Federal” en SPF, Revista de Criminología. Número II – Año
2016. http://www.spf.gob.ar/drive/repo/general/Revista_de_Criminología_2016.pdf
2. Crewe, B. (2015). “Inside the Belly of the Penal Beast: Understanding the Experience of Imprisonment.” International Journal For Crime,
Justice And Social Democracy, 4(1), 50-65 (traducción propia).

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Así planteado, el estudio funciona como una herramienta de evaluación de los establecimientos
penitenciarios para conocer aspectos que no resultan fácilmente identificables de la experiencia
de encierro. Puntajes bajos en el indicador expresarán climas de “alta tensión emocional” y
angustia en las unidades, donde la pena transcurre con altos niveles de padecimiento emocional
y psíquico para los internos. Análisis estadísticos en el Reino Unido han detectado niveles de
correlación entre indicadores de “desempeño moral” y tasas de suicido dentro de las unidades.3

A través de este estudio, se intenta conocer con mayor profundidad ciertos aspectos de la coti-
dianeidad de la vida de los internos y el personal dentro de las cárceles de máxima seguridad,
con el objetivo de mejorar la efectividad, la eficacia y la calidad de la toma de decisiones res-
pecto a las condiciones de vida intramuros. Al identificar problemáticas específicas se puede
actuar en forma preventiva, evitando la intensificación de padecimientos y atendiendo a tiempo
situaciones que pueden llevar a escaladas de violencia o auto agresiones. El cuestionario estan-
darizado permite además cumplir otro objetivo de gran importancia que es trazar comparaciones
entre distintas unidades.

Desde el SPF se pondrá en marcha en el año 2018 una disposición oficial que indica realizar este
estudio en todas las cárceles federales del país. Los resultados pueden ayudar a realizar diag-
nósticos sobre el estado de situación de las unidades y lograr intervenir en forma preventiva en
unidades donde se vislumbren problemáticas específicas.

Segunda entrega de desempeño moral. Modificación y extensión del cuestionario

El cuestionario está organizado en dos partes. En primer lugar, una sección que refiere a varia-
bles demográficas, tales como edad, tiempo de condena y situación procesal, entre otras.

La segunda sección está referida directamente a la medición de la calidad de vida a partir de


una serie de dimensiones empírico-conceptuales, catalogadas como “dimensiones de régimen”
y “dimensiones relacionales”, las cuales están expresadas en 14 dimensiones que buscan ser
evaluadas a partir de un total de 85 ítems. Se trata de frases expresadas en formato de afirmación
que tienen como opciones de respuesta una escala de niveles de acuerdo.

Para evaluar el nivel de acuerdo con cada ítem, se utilizó una escala de Likert con el objetivo
de construir un índice numérico para cada dimensión y poder comparar entre los distintos mó-
dulos y las dimensiones, entre sí.4 Una vez obtenidos los puntajes de cada ítem, se agrupan por
3. Ver: Liebling, A (2011) “Moral performance, inhuman and degrading treatment, and prison pain”, Punishment and Society, 13(5): 530-550.
4. Para cada ítem del cuestionario (por ejemplo, “estoy siendo tratado con respeto por los agentes”) existen cinco opciones de respuesta que
variaban en relación al nivel de acuerdo: 5) muy de acuerdo, 4) algo de acuerdo, 3) ni en acuerdo ni en desacuerdo, 2) poco de acuerdo y 1)
nada de acuerdo. A cada una de estas opciones le corresponde un número del 5 al 1, de mayor a menor que luego fue utilizado para construir
los promedios de cada interno en cada ítem y cada dimensión. Una media superior a 3 representa una percepción positiva de la dimensión y
menor a 3 una percepción negativa. Para la construcción de las escalas, aquellos ítems que fueron redactados en forma negativa fueron luego
invertidos para poder calcular los promedios en la misma dirección.

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

dimensión y se obtienen promedios generales. En cada cuadro se presentará el título de cada


dimensión, los ítems que la componen, el porcentaje de internos que manifestó estar “muy de
acuerdo/de acuerdo” con la frase, el promedio general de calificaciones por unidad (que en los
cuadros figurará como “media”) y debajo los resultados de la prueba estadística utilizada–co-
eficiente llamado Alfa de Cronbach- para conocer la consistencia interna de la escala, es decir,
en qué medida los ítems que la componen guardan una lógica interna y reflejan correctamente
el concepto que busca ser medido. El rango de puntaciones va de 0 a 1, donde 1 representa el
máximo nivel de consistencia y 0 el menor.

Respecto a los cambios en el cuestionario utilizado en 2016, se han agregado 2 dimensiones


nuevas de interés para el estudio, “Entrada en custodia” y “Población Vulnerable” y se ha modi-
ficado la redacción de los ítems que estaban expresados en formato “negativo” a formato “posi-
tivo” para una mejor comprensión de ellos por parte de los/as internos/as.

El método utilizado para completar los cuestionarios fue auto-administrado, entregando los for-
mularios a cada interno para que fueran completados por ellos. Personal del Instituto de Crimi-
nología de Dirección Nacional (que no mantiene relación periódica con los internos) se encargó
de organizar el operativo de campo y despejar dudas respecto a la comprensión y al modo de
completar el formulario.

La particularidad de realizar una encuesta intramuros sobre calidad de vida focalizada en las
relaciones entre los internos y el personal, desde el propio Servicio Penitenciario Federal, pue-
de condicionar en parte las respuestas de los/as internos/as. Limitante que se intenta superar a
través de diversos factores tales como: no pedir datos personales en los formularios, completar
la encuesta en forma auto-administrada e individual, la coordinación de la toma de la encuesta
por parte de personal de criminología que no trabaja en la unidad, la utilización de tamaños de
muestras grandes y la selección de internos provenientes de diversos pabellones que componen
la unidad. Es notable destacar que en la prueba piloto realizada en el 2016 en el CPF I, las dife-
rencias encontradas en la percepción de calidad de vida entre dos módulos reafirmó la hipótesis
previa que sosteníamos, demostrando diferencias estadísticamente significativas. Ello nos llevó
a concluir que el instrumento de medición es confiable y se pueden obtener resultados válidos
si se te toman las precauciones necesarias para desarrollar el estudio en este particular contexto.

Breve historia y características de las unidades seleccionadas

El Complejo Penitenciario Federal III - “Centro Federal Penitenciario Noroeste Argentino”- es


un establecimiento categoria C y fue inaugurado el 27 de julio de 2011 en la localidad salteña de
General Martín Güemes. Cuenta con una superficie de 60 hectáreas y responde a la concepción
de complejo, con un sector administrativo central y dos institutos independientes, uno para va-
rones (320 plazas) y otro para mujeres (168 plazas).

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Todos cuentan con alojamiento independiente en celdas individuales, salón de usos múltiples,
área de deportes, aulas de estudio, biblioteca y sector para talleres industriales de aprendizaje
de oficios. Además posee un jardín maternal, fuera del edificio principal, donde conviven las
internas que son acompañadas por sus hijos de hasta 4 años.

El CPF V es un establecimiento categoria B y se encuentra emplazado en el municipio de Se-


nillosa, a 33 kilómetros de distancia de la capital de Neuquén. El estudio se realizó sobre los
sectores de alojamiento únicamente destinados a internos condenados por delitos contra la inte-
gridad sexual.

A tal fin, la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal conformó un equipo inter-
disciplinario especializado en la asistencia de estas personas privadas de libertad en particular.
Siguiendo este criterio, se elaboró un “Programa de tratamiento para Ofensores Sexuales”
(POS) cimentado en un modelo de intervención psicosocial desde un enfoque cognitivo con-
ductual, que asiste en términos de tratamiento a las personas condenadas por la comisión de
este tipo de delito.

Descripción de la muestra y método de relevamiento

En total se realizaron encuestas a 416 internos distribuidos en los siguientes establecimientos:

Establecimiento N
CPF III – Masculino (6 pabellones: 2a, 2b, 3a, 3b, 4a, 4b) 123
CPF III – Masculino Jóvenes Adultos (1 pabellón) 12
CPF III – CRD (1 pabellón) 12
CPF III – Femenino (6 pabellones 2a, 2b, 3a, 3b, 4a, 4b) 132
CPF V (6 pabellones: a1, a2, b1, b2, c1, c2) 137
Total encuestas 416

Tanto para el CPF III y el CPF V se seleccionó una muestra de internos provenientes de diversos
pabellones, en forma aleatoria y garantizando el anonimato en las respuestas. La encuesta fue
voluntaria, por lo tanto algunos internos seleccionados eligieron no completar el formulario.

En cuanto a los módulos Centro de Rehabilitación para Drogo-dependientes (CRD) y Jóvenes


Adultos, forman parte del Instituto Federal de Condenados de Salta del CPF III, y fue encuesta-
da la totalidad de la población (actualmente residen 12 internos por pabellón). Fueron separados
de la muestra del CPF III debido al régimen especializado con el que se organizan.

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Características de internos en las diferentes unidades

CPF III CPF III


Población Población CFP V Fuente
masculina femenina
Edad (menos de 39 años) 62% 73% 56%
Sit. procesal: procesados 67% 61% 3% Departamento de estadística,
Delito: ley 23.737 75% 79% 7% censo e investigación operativa
Delito: integridad sexual Menor a 5% 1% 46% SPF

Reincidentes: no 91% 97% 77%


Reiterancia: no 74% 82% 71%
Encuesta Desemp. Moral
Consumo drogas: sí 29% 7% 34%

Análisis de los resultados

Dimensiones relacionales

El estudio originalmente se encuentra dividido en dos tipos de dimensiones: las relacionales y


las de régimen. Las primeras, que describiremos a continuación, están focalizadas exclusiva-
mente en la percepción de ciertos valores vinculados con la relación de las personas en la uni-
dad, especialmente entre el personal y los internos, pero también de los internos entre sí.

Las dimensiones seleccionadas fueron:

• Respeto
• Humanidad
• Relación agente-internos
• Confianza
• Apoyo

Respeto

Interno, CRD “Donde estoy yo es una casa, donde vivimos 8 personas, y se respetan todas las
normas. Hay que aprovechar la oportunidad que a uno le dan”

Interna, CPF III “Estuve detenida 3 meses en un escuadrón de Gendarmería en Ledesma en


malas condiciones. Baño compartido con hombres, descarga con baldes, gendarmes femeninas
nos trataban mal. Cuando llegamos acá, en el ingreso el personal era más rudo, daba órdenes
“levántate de ahí”. Acá es más respetuoso, más cómodo, puedo tener elementos”

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

De acuerdo con la Real Academia Española, el respeto está relacionado entre otras cosas con “la
consideración, la deferencia y el acatamiento hacia alguien o algo”. En términos interpersonales,
el respeto es el primer paso en la construcción de una relación social que pretenda desarrollarse
a partir del consenso mutuo y que no implique daños/abusos sobre alguno de los actores invo-
lucrados. En todos los ámbitos de la vida en el medio libre, uno espera que exista respeto en las
interacciones sociales, ya sea en el trabajo, entre amistades, o en cualquier interacción casual
con otras personas en la cotidianeidad.

Es importante destacar que, dada la particularidad del contexto de encierro, el concepto de


respeto –así como de la mayoría de los “valores” aquí analizados- se encuentra atravesado por
múltiples significados, relacionados principalmente con el poder, la obediencia, la autoridad y
la disciplina. En todo orden social existen reglas a cumplir. Sin embargo, los establecimientos
penitenciarios son uno de los espacios más fuertemente reglamentados y coercitivos que existen
dentro las sociedades modernas.

En este sentido, nos encontramos frente a una condición de poder explícitamente asimétrica
dentro de la cárcel, donde los internos deben obedecer un código de disciplina y reglamentos
específicos en su rutina, que serán controlados por personal penitenciario habilitado por la ley
a aplicar sanciones en caso de observar faltas e infracciones.5 Este precepto implica que las
dimensiones morales tomen un sentido distinto al de la vida en el medio libre, y surge la pre-
gunta por la legitimidad del poder, en qué medida existen grados de legitimidad en contextos
de encierro y, en este sentido, cuánto hay –si es que existe algo- de autoridad legítima y cuanto
de mera coerción.6

La importancia del respeto dentro de las unidades fue mencionada en las entrevistas y conversa-
ciones informales con el personal y los internos, así como en algunas respuestas a las preguntas
abiertas finales del cuestionario, que buscaban conocer sugerencias y aspectos positivos y nega-
tivos dentro de la unidad.7
Los siguientes seis ítems buscaron conocer como se vive el “respeto”, a partir de lo que los in-
ternos comprenden como tal, en las diferentes unidades analizadas.

5. Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad (24.660). Capítulo IV “DISCIPLINA”: Art. 79: El interno está obligado a acatar las normas
de conducta (…). Art. 80 El orden y la disciplina se mantendrán con decisión y firmeza. Art. 83: En ningún caso el interno podrá desempeñar
tareas a las que vaya unido el ejercicio de una potestad disciplinaria.”, entre otras.
6. Para un debate más extenso sobre esta cuestión ver Sykes, G. (1958). La sociedad de los cautivos. Ed. Siglo XXI, 2017.
7. Al pedir que se mencionen tres aspectos positivos/negativos de la unidad surgieron: “Respeto al prójimo y desarrollo del quehacer diario”
“el respeto de internos y la policía”, “el respeto hacia los demás”, “no recibir respeto de la autoridad”, “el respeto con el que soy tratado”, “el
respeto de toda la autoridad”, “que te tratan con respeto los agentes”, “el respeto del personal hacia mi y yo hacia ellos”, “respetar a los demás
y que me respeten”, “sentirme capaz de ser respetada”. Del espacio para sugerencias: “Tendría que ser más respetuosa la gente que trabaja en
esta unidad. Uno se gana el respeto con respeto y en esta unidad hay poco respeto”, “los agentes penitenciarios requisan, celadoras no tratan
las internas con respeto e igualdad”.

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

% de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “respeto”.
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Estoy siendo tratado con respeto por los agentes 50,0 41,7 70,5 64,4 74,3
2. Los agentes se dirigen a mí y me hablan en forma respetuosa 41,7 16,7 71,2 64,6 76,5
3. En esta unidad tratan a los internos con respeto 25,0 16,7 58,2 45,5 65,4
4. Los agentes le discuten todo a los internos acá* 66,7 41,7 26,2 31.3 30,3
5. Los agentes te hablan de igual a igual en esta cárcel 25,0 33,3 47,5 35,1 52,3
6. La forma de vida en esta cárcel me lleva a tratar a los demás 66,7 75,0 80,5 61,8 70,7
con respeto
Media 2,8 2,7 3,7 3,4 3,7
Fiabilidad de la escala ,734 ,555 ,775 ,774 ,754
Tabla 1.1 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala

El clima de respeto existente en las unidades seleccionadas es muy disímil. En la comparación


entre las unidades que albergan mayor población (CPF III y CPF V) los niveles de acuerdo para
las frases “Estoy siendo tratado con respeto por los agentes” y “Los agentes se dirigen a mí y me
hablan en forma respetuosa”, son altos y muy similares: casi 7 de cada 10 internos se manifies-
tan de acuerdo con que a nivel personal experimentan un trato respetuoso de los funcionarios.

Separamos el análisis entre las tres unidades grandes y los pabellones CRD y Jóvenes Adultos
por dos motivos. En primer lugar, tanto el CPF III como el CPF V albergan poblaciones mayores
a 200 internos cada una. En el presente estudio se seleccionaron muestras por encima de los/as
100 internos/as por unidad, siendo un número suficiente para que el porcentaje no se vea altera-
do por la opinión de un número reducido de internos/as. A lo largo del estudio veremos que las
tres unidades comparten, en términos generales, resultados relativamente similares en niveles de
acuerdo con las distintas frases.

En cuanto a los módulos CRD y Jóvenes Adultos, ambos módulos funcionan como “módulos
independientes” dentro del CPF III NOA y tienen un régimen particular. El CRD alberga 12
internos y está enfocado en el tratamiento para la recuperación de la adicción a las drogas. El
caso de jóvenes adultos alberga 12 internos entre 18 y 21 años en un pabellón específico con
programas de tratamiento y actividades dedicadas a esta población.

A lo largo del estudio veremos que la población alojada en estos módulos experimenta una menor
calidad de vida que en las otras unidades. Es importante notar también que la fiabilidad de cada
escala, que expresa el nivel de coherencia interna esperada en las respuestas brindadas, es la más re-
ducida para ambas unidades. En parte esto es consecuencia de trabajar con poca cantidad de casos,
donde el resultado general es muy sensible a la respuesta de cada interno.

Al igual que en el estudio del 2016, la percepción del respeto a nivel general es más negativa que

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

a nivel particular. La frase “En esta unidad tratan a los internos con respeto” tiene menor nivel de
acuerdo, especialmente entre las mujeres. Se trata de una sensación general, que puede partir de
comentarios o de haber presenciado faltas de respeto a otro/s interno/s.

En relación con el ítem “los agentes le discuten todo a los internos acá”, encontramos que en
estas tres unidades las respuestas son muy similares: tres de cada diez internos consideran que
existe esta una disposición negativa del personal hacia los internos.

La frase “Los agentes te hablan de igual a igual en esta cárcel” remite, en su sentido coloquial,
al trato digno, en el cual las personas se sienten respetadas y tratadas como iguales (como per-
sonas) por el otro. Los puntajes comparados entre las tres unidades son más bajos que para los
ítems comentados de respeto más arriba.

El ítem 6, “La forma de vida en esta cárcel me lleva a tratar a los demás con respeto” no mues-
tra “poder discriminatorio” como variable, siendo percibido básicamente del mismo modo por
los internos de las diferentes unidades, con lo cual es posible que el significado no sea tan claro
como las otras frases.

Al ser comparado con el estudio realizado en 2016 en el CPF I, los resultados de la unidad de
mujeres no se encuentran alejados de los del Módulo 3, caracterizado por alojar internos de alta
conflictividad y tener dinámicas relacionales y de calidad de vida muy bajas dentro del sistema.

Entre varones y mujeres en CPF III, las mujeres perciben mayores problemas en las relaciones
que las rodean y que construyen entre ellas y el personal, en este caso ligado al respeto.

A su vez, se observan números muy bajos en esta dimensión para el pabellón de Jóvenes Adultos.

Humanidad

Interno CPF III “En salud me hice un análisis de sangre hace tiempo y no me dicen cómo salió…”

Interno CPF III “Quisiera que prestaran un poco más de atención al interno (…) hay muchos
como yo que no tienen familia, soy extranjero y me tratan de menos...”

La dimensión “humanidad” se relaciona con la percepción general de sentir que uno es tratado
como una persona con derechos como cualquier otra persona del medio libre, sin distinción por
el hecho de haber cometido un delito y estar en la cárcel. La pena es la privación de libertad y
no el trato recibido, nos recuerdan constantemente las legislaciones penitenciarias, por lo que
debe evitarse que la posición del interno en la estructura de la cárcel implique un trato indigno
o inadecuado.

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Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “humanidad”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Los agentes acá me tratan con amabilidad 25,0 50,0 55,0 45,7 56,8
2. Soy tratado como una persona digna acá adentro 33,3 41,7 57,7 44,2 51,5
3. Parte del tratamiento que recibo en este módulo es humillante* 25,0 16,7 23,8 23,1 23,3
4. Siento que me tratan como una persona acá adentro 33,3 33,3 62,0 52,3 59,1
5. El personal ayuda a los internos a mantener contacto con sus familias 33,3 45,5 45,9 41,2 32,8
6. Siento que se preocupan por mi en esta cárcel 33,3 16,7 38,0 37,7 33,6
Media 2,8 2,8 3,3 3,1 3,2
Fiabilidad de la escala ,830 ,433 ,798 ,816 ,843
Tabla 1.2 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala

Si bien los ítems que la componen son distintos entre sí, la escala debe mostrar una coherencia
interna entre las respuestas que permita trazar un resultado general respecto a la variable que
se mide. Por ejemplo, no sería lo mismo que los internos de una misma unidad respondan en el
ítem 1 en forma extremadamente positiva y en el ítem 2 en forma negativa. Existiría un proble-
ma conceptual en la medición que se expresaría en un numero bajo en la fiabilidad de la escala.8
En este caso observamos que para las unidades con mayor cantidad de población y casos de la
muestra, las respuestas mantienen coherencia entre ellas.

Los ítems 1, 2 y 4 se asemejan entre sí en el objetivo de la enunciación y mantienen resultados


muy similares dentro de cada unidad, así como similar distancia entre ellas. Para las tres unida-
des, el ítem “siento que me tratan como una persona acá adentro” tiene puntuaciones levemente
superiores a “soy tratado como una persona digna aquí adentro”.

En cuanto a los porcentajes de acuerdo con las frases, aproximadamente la mitad de los internos/as de
los establecimientos penitenciarios del CPF III NOA y del CPF V manifiestan sentirse tratados
dignamente dentro de los establecimientos penitenciarios, apareciendo puntuaciones menores
en las unidades de mujeres y mejores puntajes en el complejo masculino.

Tomando en cuenta las respuestas negativas9, podemos constatar la peor percepción que tienen
las internas mujeres del CPF III respecto a la dimensión “humanidad”:

• Aproximadamente 4 de cada 10 evalúan negativamente el trato recibido por el personal.


• Para el caso del CPF masculino y la Unidad 9, las opiniones negativas respecto a estos 3
ítems son menores: entre 20 y 30% de los internos consideran que no reciben un trato digno.
8. El rango de valores va desde el 0 al 1, siendo que cuanto más se aproxima a 1, mayor consistencia interna tiene la escala.
9. Las opciones de respuesta varían entre “5” Muy de acuerdo y “1” Nada de acuerdo, con un puntaje regular -3- que refiere a “Ni de acuerdo ni
en desacuerdo” con la frase. En algunas preguntas, se puede concentrar mucha puntuación en esa categoría, con lo cual un puntaje levemente
positivo (por ej. 20%) no implica que haya un 80% de internos que se manifestaron en desacuerdo, sino que puede haber muchas puntuacio-
nes concentradas en el puntaje regular “3”.

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En cuanto al ítem 3, refiere a la percepción de tratos humillantes e implica para los internos una
situación de alto nivel de gravedad en la relación con el personal. Los resultados nos muestran
cierta homogeneidad entre las unidades, incluso entre aquellas que mantienen percepciones muy
distintas en otras dimensiones. Aproximadamente el 20% de los internos siente que recibe tratos
humillantes de parte del personal penitenciario10.

Los porcentajes de desacuerdo con la frase también son similares para unidades que puntúan
muy distinto en otros indicadores y superan el 50% de desacuerdo para todas las unidades, con
un 20% de respuestas intermedias.

Incluimos en el concepto de humanidad el ítem respecto a cómo el personal intercede y expresa


ante ellos la posibilidad del contacto con las familias y la visita. En muchas ocasiones los inter-
nos presentan peticiones para que ingresen determinadas visitas, necesitan contactar a un fami-
liar del cual no tienen datos, se encuentran en situaciones difíciles ante una urgencia o problema
familiar, por ejemplo un accidente, internación, o muerte de algún familiar. Tanto el personal
como los internos han mencionado que cuando se puede resolver un problema a un interno para
que tome contacto con un familiar, esto resulta muy significativo para ellos.

Existen ciertas similitudes en la percepción de este fenómeno, donde la CPF V presenta números
por debajo de su estándar. Posiblemente una causa que explique ésto, está relacionado con que
los internos, que en su mayoría cumplen condenas por delitos sexuales, han sido relocalizados
en esta unidad en la provincia de Neuquén, para participar de tratamientos específicos en el
marco del Programa de Ofensores Sexuales. Tanto para la población femenina del CPF III como
para el CPF V, la percepción negativa supera la positiva en este ítem; lo mismo sucede con el
ítem 6 para todas las unidades.

En cuanto a los pabellones de CRD y Jóvenes Adultos, los puntajes resultan muy bajos en com-
paración con las otras unidades evaluadas. Evidentemente existe una problemática entre los
internos y el personal en ambos pabellones. Una hipótesis a considerar es que el “módulo” don-
de funcionan estos pabellones es compartido por otros dos pabellones de 12 camas que alojan
internos de alta conflictividad. Si bien las actividades se realizan en forma diferenciada para los
internos de Jóvenes Adultos y CRD, el personal de seguridad que está a cargo del módulo es el
mismo para ambos.

Las medidas de seguridad y la correlativa distancia en el trato que existe en general con internos
más conflictivos puede verse aplicada también a los internos entre 18 y 21 años y a aquellos que
están en el pabellón de tratamiento contra las adicciones, que suele ser un pabellón considera-
do “de conducta” y que exige el seguimiento de ciertas pautas de convivencia y diálogo muy
10. Es importante señalar que este estudio refleja sensaciones y percepciones subjetivas de las personas privadas de su libertad; así, los
conceptos de amabilidad o humillación son preguntados en sentido amplio y desde un punto de vista moral y no en términos normativos o
legales-penales en particular, y las respuestas puede variar de acuerdo a la forma como experimenta cada persona esa sensación.

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

marcadas entre los propios internos. En el caso de Jóvenes Adultos, el personal penitenciario ha
manifestado informalmente que muchos internos son originarios de Buenos Aires y padecen el
desarraigo al encontrarse en dicha Unidad, lejana de la Capital.11

Observando las preguntas abiertas, las principales quejas de los internos de la unidad de Jóvenes
Adultos tiene que ver con la actuación de la requisa y con la aplicación de sanciones muy rígidas
ante cuestiones que ellos consideran que no se correspondan con tal nivel de gravedad.

Solo el 25% de los internos del CRD considera que es tratado con amabilidad por el personal
–con un 67% que declara estar en desacuerdo con la frase-, y el 70% no considera que recibe un
trato digno.

En cuanto a los jóvenes, el 75% considera que el personal no se preocupa por ellos en la cárcel
y el 60% manifiesta no sentirse tratado “como una persona”.

Los puntajes en cuanto a niveles de acuerdo con frases sobre la dimensión “humanidad” son
similares tanto para el CPF III masculino y femenino como para la Unidad 9. Sin embargo, ob-
servando los resultados negativos, podemos comprender la dispersión de los puntajes y destacar
que existe un mayor padecimiento en relación con el trato recibido por parte de las mujeres en
el CPF III.

Las puntuaciones del CRD y Jóvenes Adultos nuevamente alertan sobre dificultades en la rela-
ción que existe entre los internos y el personal en estos pabellones.

Relación agente – interno

Oficial Superior CPF III “El SPF cambió mucho, en mi época de adjutor había más disciplina y
menos diálogo. Menos organismos de control, la justicia era otra cosa. Había problemas tam-
bién, pero ahora el servicio se humanizó mucho. Hay más dialogo.”

Interna CPF III “Me siento bien con celadoras más caritativas, algunas celadoras hacen dife-
rencia porque estás presa pero en general no nos sentimos rechazadas”.

Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Relación Agen-
te-Internos”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Las relaciones con los agentes en este módulo son buenas 33,3 41,7 58,2 46,9 60,4
2. Personalmente tengo buenas relaciones con los agentes del módulo 41,7 25,0 59,5 55,5 67,4

11. Para el cierre de esta revista, tal situación fue solucionada.

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3. Los agentes de este módulo son confrontativos con los internos* 66,7 25,0 31,7 26,8 24,1
4. En este módulo hay poco diálogo con los agentes* 66,7 25,0 30,6 42,3 25,0
Media 2,7 2,9 3,4 3,2 3,5
Fiabilidad de la escala ,392 ,314 ,568 ,338 ,549
Tabla 1.3 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala

En referencia a las relaciones con el personal, nuevamente surge la diferencia entre la percep-
ción a nivel colectiva y a nivel individual de la interacción dentro del establecimiento. Para
todos los módulos salvo Jóvenes Adultos, la percepción mejora a nivel individual.

A nivel de coherencia interna de la escala, es la que mantiene puntuaciones más bajas, por lo tan-
to es conveniente interpretar los resultados ítem por ítem y no tanto a nivel de resultado general.

En el caso del CRD hay una percepción negativa de las relaciones con el personal a nivel ge-
neral, que sólo mejora, en parte, cuando se pregunta a nivel personal. Llama la atención que,
tratándose de un centro de recuperación especializado en drogadependencia, donde las relacio-
nes sociales deben jugar un rol positivo en el desarrollo del tratamiento, se perciben importantes
dificultades en el diálogo con el personal y en los niveles de confrontación.

A partir de la presente investigación, se tomaron acciones en dicho pabellón para mejorar estos
aspectos negativos.

El CPF V y el CPF III son las unidades que demuestran mejores puntajes en la relación con el
personal, mientras que en el pabellón de Jóvenes Adultos, solo 1 de cada 4 afirma tener buenas
relaciones con el personal.

Confianza

Interno CPF III “Yo vengo de una colonia penal y acá me choqué con todo, como al principio la
requisa… muy fea, no hay confianza a pesar de que tengo 10,7 periodo de prueba. Hoy en día
estamos en un pabellón muy bueno gracias a que todos estamos con conducta y hacemos las
cosas muy bien”

¿Qué quiere decir que un interno confíe en un agente y viceversa? En toda relación social que se
proponga establecer objetivos compartidos ya sea afectivos o instrumentales, existe algún tipo
de confianza, que ha sido definida como una “hipótesis sobre la conducta del otro”.

La cárcel como comunidad reglamentada también tiene interacciones y como tales, se puede
esperar que exista alguna demanda de confianza, ya sea en la expectativa que el otro cumpla las
normas, o se cumpla lo prometido formal o informalmente.

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¿Afecta la confianza o la perdida de ella a la calidad de las relaciones interpersonales y por ende
a la calidad de vida como tal? Los niveles expresados por los internos muestran que los niveles
de confianza varían notablemente entre unidades y que aquellas unidades que tienen peores in-
dicadores a nivel general, especialmente lo sufren en esta dimensión.

Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Confianza”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Confío en los agentes que trabajan en este módulo 16,7 16,7 42,5 39,7 38,8
2. Siento que los agentes confían en mí en este módulo 41,7 8,3 42,1 33,9 45,1
Media 2,7 1,8 3,1 2,9 3,0
Fiabilidad de la escala ,656 ,436 ,737 ,659 ,797
Tabla 1.4

Entre las tres unidades con mayor cantidad de casos, los resultados son similares: entre el 30 y
40% de los internos demuestran sostener un vínculo de confianza con el personal. En el CRD
y Jóvenes Adultos los resultados son muy negativos, por debajo del módulo 3 del CPF I en la
encuesta de 2016.

La percepción de confianza puesta por los agentes en los internos es mayor en el CRD y en el
CPF V que de los internos a los agentes. Al observar los porcentajes de desacuerdo con la frase,
observamos que en Jóvenes Adultos el 83% manifiesta estar en desacuerdo con ambas frases.
Asimismo, para las mujeres, casi el 50% sienten que los agentes no confían en ellas en ese mó-
dulo, mientras que en el CRD solo 3 de cada 10 aseveran esto.

Apoyo

Interno CPF III “La gente de interna me ayudó cuando mi mujer, que está presa en la cárcel de
acá enfrente (cárcel de mujeres), perdió un embarazo, me llevaron a la visita. El celador me
hizo el trámite, llamó al jefe de turno, hablaron conmigo y me tranquilizaron un poco.”

Los números de CPF III y CPF V resultan nuevamente similares, con la unidad de mujeres un
tanto por debajo de las otras dos. Jóvenes adultos tiene la peor performance, especialmente en
lo que atañe a la disposición a conversar del personal y la unidad de mujeres tiene el mismo
resultado que el de Jóvenes Adultos.

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Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Apoyo”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Cuando lo necesito recibo apoyo de los agentes en este módulo 54,5 25,0 47,2 47,3 44,9
2. Un agente de este módulo me ayudó mucho con un problema que 58,3 41,7 47,5 41,2 41,2
yo tenía
3. En general en este módulo los agentes están dispuestos a conversar 33,3 16,7 59,0 41,1 55,6
Media 3,2 2,3 3,2 3,0 3,1
Fiabilidad de la escala ,542 ,569 ,656 ,738 ,664
Tabla 1.6

Resultados dimensiones relacionales

Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V


Adultos Población Población
masculina femenina
Media 2,8 2,6 3,4 3,2 3,4
Fiabilidad de la escala ,890 ,822 ,924 ,920 ,918

Las dimensiones específicamente ligadas a lo relacional son las que mantienen mayores diferen-
cias entre las unidades y el rango más amplio de puntajes. El CRD y Jóvenes Adultos mantienen
números muy bajos que dan cuenta del nivel de conflictividad y tensión emocional en las rela-
ciones inter-personales de los internos con el personal. Se trata de dos pabellones especialmente
sensibles, donde se alojan internos en recuperación de adicciones y jóvenes entre 18 y 21 años.
En el primer caso se suele trabajar con personal que ha tomado cursos de “operadores terapéu-
ticos” y se organiza el régimen bajo un paradigma de tratamiento, espacios de dialogo y talleres
con profesionales.

En el caso de jóvenes adultos se trata de un pabellón de 12 internos menores de 21 años de los


cuales el 100% se encuentra detenido por delitos no violentos -11 por tráfico de estupefacientes
y 1 por “falsificación”-, a pesar de lo cual algunos de los resultados obtenidos se asemejan a
unidades que albergan internos con altos niveles de conflictividad.

Dimensiones del régimen

El conjunto de dimensiones que analizaremos a continuación busca indagar en aspectos que


hacen a la rutina diaria formal de un establecimiento penitenciario y en las formas en que ésta
es percibida por los internos. Las dimensiones se encuentran íntimamente vinculadas con las
“relacionales”, y damos por sentado que la experiencia carcelaria se vive como “un todo” que
luego puede ser analizado por separado por los investigadores. La división entre dos grupos
de dimensiones, busca conocer y comparar datos de cada establecimiento en base a algunos

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

criterios teóricos significativos, para pensar el estándar de vida y las relaciones humanas en un
análisis de la calidad de vida dentro del establecimiento.

Las dimensiones seleccionadas fueron:


• Trato justo
• Bienestar
• Seguridad
• Orden
• Desarrollo personal
• Visitas y contacto familiar
• Decencia
• Entrada en custodia
• Población vulnerable
• Condiciones generales de vida

Trato justo

Interno CPF III “el trato de los agentes para con los internos no es el mismo, con cada uno ha-
cen diferencia. Hay agentes cordiales y respetuosos y hay otros que dejan mucho que desear…”

Personal CPF III “Yo no les miento. Si es no es no, y si se puede, les digo que les voy a con-
seguir algo”

Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Trato justo”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Los privilegios son otorgados en forma equitativa en este módulo, 33,3 41,7 47,9 32,3 35,7
no hay “favoritismo”.
2. Las autoridades me han explicado claramente las reglas que rigen 45,5 66,7 69,9 63,8 57,5
en este módulo
3. En este módulo te dan explicaciones de por qué toman algunas 33,3 41,7 34,1 24,4 27,1
decisiones
4. En este módulo los agentes me dicen las cosas como son 50,0 50,0 67,5 55,9 51,5
5. Los agentes me tratan distinto por el barrio de dónde vengo, por el 33,3 16,7 23,8 15,6 22,4
delito del que estoy acusado, o por alguna otra característica*
6. Todos los agentes de este módulo aplican las reglas de la misma 25,0 50,0 42,6 32,3 41,0
forma
7. Los agentes en este módulo son muy claros en decirte qué podés 75,0 66,7 72,1 64,9 59,6
y qué no podés hacer
8. Para progresar acá adentro me piden que cumpla con metas im- 25,0 16,7 21,3 24,6 31,3
posibles*
9. Me siento estancado en este sistema, no hay posibilidad de pro- 41,7 66,7 41,5 35,6 35,6
gresar*

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10.En este módulo los internos en celdas de aislamiento son trata- 33,3 25,0 29,3 44,9 29,1
dos correctamente
11.Los agentes son cuidadosos con mis pertenencias durante la re- 25,0 25,0 39,0 26,2 45,9
quisa
Media 3,1 3,1 3,2 3,1 3,1
Fiabilidad de la escala ,561 ,716 ,794 ,790 ,678
Tabla 1.7 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala

La mayor parte de los ítems de la dimensión están relacionados con la percepción de con-
vivir bajo un régimen “justo y previsible”, ligados a la dimensión de “orden”, y a su vez,
buscan indagar sobre los distintos niveles de uso de la discrecionalidad del personal presen-
tes en cada unidad.

La Ley de Ejecución Penal asume el concepto de progresividad de la pena, donde el interno,


conforme a ciertas pautas de convivencia, va obteniendo una serie de beneficios en el devenir de
su condena. En la tabla 1.7, se observa que existe una percepción general en los pabellones que
este mecanismo no está basado en los “méritos” personales sino que hay una cierta tendencia
a la discrecionalidad para seleccionar quiénes pueden obtener privilegios. Dicha percepción
atenta contra la idea de convivir en un orden justo donde las reglas se respetan. De todas formas,
a partir de los números observados, no se perciben problemas generales con la posibilidad de
“progreso” en el transcurso de la pena y en la percepción de las metas propuestas por el régimen
para avanzar.

De acuerdo a la literatura penitenciaria y a las entrevistas realizadas, es común que existan inte-
racciones informales entre el personal y los internos dentro de las unidades, que dentro de cada
pabellón haya internos con capacidad de liderazgo y negociación que pueden obtener mejores
condiciones de vida para los demás o para sí mismos, etc. . ¿Hasta qué punto la percepción de
esta situación injusta puede volver problemática la convivencia?

Hay ítems en esta dimensión ligados a cuestiones normativas y el cumplimiento de reglas y


protocolos, que no presentan diferencias sustanciales entre unidades. La percepción de discri-
minación en particular es baja en todos los módulos y la explicitación de las reglas también
parece ser bastante homogénea. Se refleja estó en los resultados de las medias generales para
todas las unidades que dan indicadores similares, apenas por encima del puntaje regular. Tienen
los mismos resultados tanto las unidades que mantienen niveles bajos generales, como las que
tienen mejores puntajes.

Se incluyen en esta dimensión dos cuestiones que suelen ser percibidas en forma negativa por
los internos, como son la acción de la requisa y las condiciones del aislamiento en los casos que
el personal haya aplicado una sanción de este tipo a algunos internos.

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Orden

Interno CPF III “Tal vez el problema más grave sea la desorganización… cada área funciona
autónomamente, nadie se mezcla con nadie, aunque en los papeles diga lo contrario… quizás
por choque de intereses”

Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Orden”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Este módulo está bien organizado 16,7 18,2 44,7 40,0 20,9
2. En este módulo las cosas funcionan, está bien ordenado 16,7 41,7 47,9 35.4 33,1
Media 2,6 2,6 3,1 2,8 2,5
Fiabilidad de la escala - ,651 ,680 ,678 ,752
Tabla 1.8

Ambas frases remiten a la sensación general de orden existente en la unidad y no involucran


experiencias personales. Es interesante notar que el CPF V, que ha mantenido puntajes más altos
en otras dimensiones, comparte la opinión de los internos del CRD y de Jóvenes Adultos que
demuestran estar atravesando la pena con mayor descontento. Solamente entre 2 y 3 internos
de cada 10 consideran que el módulo donde se encuentran está bien organizado. En cuanto a la
encuesta del 2016, el módulo 3 tenía un puntaje de 2,3 y la Unidad 31 de 2,7, muy similar a la
población femenina del CPF III.

Seguridad

Interna CPF III “No vi golpes, sí agresiones verbales por tema de teléfonos… entre jóvenes hay
más problemas, son más alborotadas…”

Interna CPF III “En el otro pabellón había mucha discusión y no me daba ganas de comer por
esas peleas… yo no tenía problemas, pero discutían mucho con extranjeras, empiezan a correr
rumores y se dicen cosas… cuando otra se entera hay bronca”.

Entrevistador: “¿Y por qué se peleaban?”


Interna CPF III “Se peleaban por cualquier cosa, se agarraban de los pelos, siempre estaban
peleando por el teléfono.”

Interna CPF III “Estuve en el complejo de mujeres en Buenos Aires… habia discusiones feas,
era un ambiente complicado, habia que dormir con cuidado, se agarraban con la que recién
ingresaba…Cuando llegué aca las otras internas te daban aliento, me decían “no tengas miedo,
somos grandes… “

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Seguridad”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Hay muchas amenazas y maltratos acá adentro* 16,7 - 21,0 17,2 26,8
2. Aquí soy amenazado y molestado por otros internos* 41,7 - 13,2 24,8 10,8
3. Temo ser lastimado por otro interno en este módulo* 25,0 41,7 30,1 48,8 17,8
4. Aquí soy amenazado y molestado por los agentes penitenciarios* 27,3 8,3 11,7 11,9 15,2
5. En este módulo se resguarda bien la seguridad personal de los 16,7 41,7 49,2 49,6 49,6
internos
6. En general, temo por mi integridad física en este módulo* 66,7 41,7 32,2 36,5 21,8
7. El nivel de uso de drogas en este módulo es muy alto* 16,7 25,0 13,7 19,7 10,2
8. Temo ser lastimado por agentes penitenciarios en este módulo* 16,7 41,7 27,9 16,4 12,9
9. Hay muchos problemas entre distintos grupos de internos acá* 58,3 25,0 25,4 51,2 19,3
10. Esta cárcel la manejan los internos, no los agentes* 25,0 16,7 10,0 14,7 11,2
11. En esta cárcel los agentes miran para otro lado cuando los inter- 25,0 16,7 10,0 14,7 11,2
nos rompen las reglas*
12. En esta unidad se hacen muchos esfuerzos para que no ingresen 25,0 25,0 68,0 65,6 42,1
drogas a los pabellones
Media 3,2 3,4 3,7 3,5 3,8
Fiabilidad de la escala ,699 ,851 ,852 ,770 ,826
Tabla 1.9 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala

En primer lugar, es llamativo que en la unidad para jóvenes adultos nadie haya estado de
acuerdo con la existencia de amenazas o maltratos de parte de otros internos. Es la pri-
mera vez que no hay ni una sola respuesta afirmativa entre los encuestados en todas las
unidades evaluadas.

Si bien este indicador resulta muy demostrativo, en la siguiente pregunta cuatro de cada
diez sienten “temor a ser lastimado por otro interno”. La misma lógica sucede con el per-
sonal penitenciarios.

Los internos del pabellón del CRD manifiestan que hay muchos problemas entre grupos de in-
ternos y se confirma en el ítem 2, 6, 9, y en menor medida, en el ítem 3. Es preocupante el alto
porcentaje que “teme por su integridad física” (ítem 6).

En cuanto a las unidades más grandes, la unidad de mujeres tiene los peores indicadores en
cuanto a problemas de convivencia, maltratos y amenazas entre internas. La mitad de las inter-
nas considera que existen muchos problemas entre grupos de internas. Más allá de la cantidad de
hechos de violencia registrados por el personal en las unidades, de acuerdo con este estudio las
mujeres están sufriendo la experiencia carcelaria en grados muy altos. Es notorio que el temor
por la integridad repercute principalmente en cuanto a problemas con otras internas, como lo

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Revista de Criminología - Número III - Año 2017

demuestra el puntaje en los ítems 2, 3 y 9 que refieren puntualmente a problemas entre internas,
y no en relación con el personal penitenciario.

El CPF V es la que presenta los mejores puntajes en la dimensión seguridad, donde no parece
existir un problema generalizado relacionado con este tema.

Bienestar

Interna CPF III “Debemos tener una recreación porque muchas de las internas se encuentran
estresadas”

Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Bienestar”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Mi experiencia en este módulo es dolorosa* 50,0 66,7 54,2 74,2 37,5
2. Mi experiencia de encarcelamiento en este módulo en particular ha 66,7 58,3 53,3 62,3 44,6
sido muy estresante*
3. Tengo miedo de perder mi salud mental acá adentro* 25,0 66,7 41,8 51,5 28,2
4. Puedo ser yo mismo en este lugar 25,0 16,7 41,3 43,2 53,8
5. El ambiente en este módulo es relajado y amigable 33,3 50,0 54,6 31,5 51,1
6. Mi tiempo en esta cárcel se siente como un castigo* 66,7 75,0 61,2 74,4 49,3
Media 2,7 2,3 2,9 2,5 3,2
Fiabilidad de la escala ,620 ,437 ,739 ,612 ,711
Tabla 1.10 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala

La unidad de mujeres está atravesando problemáticas muy severas en cuanto a la percepción


de bienestar: el 75% considera que su experiencia dentro de la cárcel es dolorosa. Las mujeres
alojadas en el CPF III en general son internas primarias, y en este caso, perciben el encierro y
sus problemáticas en un modo más pernicioso que internos de otras unidades, aún a pesar de
que puedan registrar una menor cantidad de episodios conflictivos. Al observar las respuestas
abiertas al final de la encuesta cuando se les pide enunciar los principales aspectos negativos de
su experiencia en la cárcel, han marcado que el factor principal es el encierro, y luego, la sensa-
ción de soledad de estar presa. Sin embargo, son las únicas que mencionan en forma espontánea
el problema de la convivencia en los pabellones. En esta dimensión la unidad de mujeres tiene
puntajes similares al CRD y Jóvenes Adultos, los cuales demuestran condiciones ligadas al
bienestar muy negativas.

El CPF V, que aloja internos condenados provenientes en -forma reciente- de otras cárceles,
es la única unidad con promedios por encima de la media. Dada la peculiar característica de
esta unidad, que fue recientemente inaugurada para alojar internos que cumplen penas en otros
establecimientos federales por delitos contra la integridad sexual, es posible que los internos

75
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

hagan una evaluación comparando su estancia en las anteriores unidades y por ello valoren esta
dimensión en forma más positiva.

Desarrollo personal

Interna CPF III “Mas que apretada o presionada, me siento aburrida.”

Oficial penitenciario CPF III “Los internos tienen su responsabilidad, quieren bajar, porque
sino en el pabellón se aburren. Una vez sola hubo conflicto, eran dos del mismo pabellón, se
pegaron dos piñas y los mismos compañeros los frenaron. Saben que es un área donde no hay
que pelear porque te sancionan. A esos dos internos se los dió de baja del taller. Después en
general trabajan bien, se les da una responsabilidad y ellos la asumen, la tarea no es compleja.
Al comienzo les dejé las cosas claras sobre cómo iba a funcionar el taller, y me responden bien.
Yo hablo con ellos, otros maestros en otros talleres no. Depende la persona”.

Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Desarrollo Personal”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina

1. La educación que recibo estando acá me ayuda a desarrollarme 75,0 75,0 66,4 65,4 70,9
personalmente
2. El trabajo que hago acá me ayuda a desarrollarme personalmente 66,7 81,8 63,0 64,6 62,7
3. La realización de cursos acá me ha ayudado a desarrollarme per- 50,0 50,0 57,9 59,1 45,7
sonalmente
4. Aprendo mucho con las actividades que realizo acá 75,0 54,5 61,0 62,7 57,9
5. En general, estoy “dejando pasar el tiempo” en vez de estar “usan- 36,4 75,0 38,5 41,2 30,1
do el tiempo” para algo*
6. Me aburro muy seguido acá* 80,0 63,6 54,5 52,0 43,3
7. Me están ayudando a llevar una vida respetuosa de la ley para 66,7 58,3 75,4 69,7 62,6
cuando salga en libertad
8. La actividad principal que hago en este módulo es interesante 58,3 41,7 56,2 54,6 60,2
9. El tiempo que estoy acá es una oportunidad para poder cambiar 83,3 75,0 82,1 77,1 72,0
10. Lo que hago en este módulo me ayuda a pensar en planes para 66,7 81,8 72,4 68,5 67,4
cuando salga en libertad
11. Me siento motivado a involucrarme en actividades en este módulo 75,0 83,3 69,7 57,1 62,9

12. Me estimulan a trabajar para lograr objetivos en esta cárcel 83,3 33,3 58,8 55,9 47,4
Media 3,6 3,3 3,6 3,6 3,5
Fiabilidad de la escala ,529 ,330 ,865 ,842 ,787
Tabla 1.11 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala

Tomando en cuenta los datos de la encuesta de 2016, la dimensión “Desarrollo personal” tam-
bién tiene puntuaciones comparativamente favorables. La dimensión refiere específicamente al

76
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

sentido que le otorgan los internos a la calidad y cantidad de actividades disponibles para reali-
zar dentro de la unidad. Los puntajes son homogéneos más allá de las diferentes situaciones de
bienestar, de convivencia, de género o de edad.

En el CRD, si bien manifiestan sentirse aburridos muy seguido (ítem 6), hay una concepción ge-
neral de que están bajo un programa de tratamiento organizado, trabajando bajo objetivos (ítem
12) y “aprovechando” el tiempo de encierro (ítem 5). En este último ítem comparten percepciones
con el CPF V.

Visita y contacto familiar

Interna CPF III “Lo malo que para tener visita íntima tarda seis meses siendo que muchas es-
tamos muy lejos de casa y no recibimos ni una visita. Tendría que salir más rápido y no poner
tantas trabas y que permitan tener cada una un teléfono celular común y sin cámara como en
otros penales”

Interna CPF III: “No estoy de acuerdo con la exigencia de papeles para que ingresen nuestros
hijos o concubino. Deberían ser más flexibles con respecto a la familia (hijos, esposo, hermanos
y padres)”

Interna CPF III: “Quisiera que las visitas de penal a penal fueran más rápido porque acá viendo
mujeres a toda hora me voy a enloquecer, ya que soy extranjera y no poseo visita”

Interna CPF III “No puedo tener mi visita con mi marido porque es muy largo el proceso. Seis
meses es mucho para el vinculo que uno tiene porque es la única familia que está cerca mío y
que yo tengo”

Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Visitas y Con-
tacto familiar”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Puedo recibir visitas bastante seguido acá 33,3 40,0 53,3 28,0 37,4
2. Mis visitas son tratadas bien por los agentes 72,7 55,6 48,7 26,9 34,7
3. La duración del horario de visita es suficiente 16,7 18,2 35,5 18,0 36,6
4. Puedo mantener la relación con mi familia estando en este módulo 50,0 66,7 74,6 62,2 54,1
Media 2,7 2,8 3,2 2,6 2,9
Fiabilidad de la escala ,370 ,330 ,624 ,694 ,634
Tabla 1.12

Existe un nivel de insatisfacción generalizado con la dimensión “visitas” en todas las unidades

77
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

analizadas. Son las mujeres, nuevamente, quienes expresan un mayor malestar frente a la impo-
sibilidad de ver a sus seres queridos con más frecuencia.12

Es interesante pensar si la insuficiencia del tiempo de visitas tiene que ver con otras insatisfac-
ciones, con stress, etcétera. No es extraño considerar que donde hay dificultades en las relacio-
nes como el Módulo 3 o el Complejo de mujeres también se perciba que la visita, ese espacio
de reconexión con los familiares y los seres queridos, sea percibido siempre como insuficiente.
En el caso de Senillosa, por razones de distancia, también se entiende que haya dificultades con
la visita, aunque no lo viven de forma tan negativa como en la unidad de mujeres.

Decencia

Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Decencia”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Tengo la posibilidad de mantener mi celda limpia y decente 100,0 100,0 95,9 95,3 91,2
2. En este módulo tengo la posibilidad de mantenerme limpio e hi- 83,3 72,7 86,2 94,6 79,4
giénico
3. Siento que tengo la suficiente privacidad en este módulo 66,7 75,0 64,8 64,4 61,7
Media 4,0 4,1 4,1 4,2 4,0
Fiabilidad de la escala ,668 - ,537 ,360 ,553
Tabla 1.13

La dimensión Decencia, al igual que en el anterior estudio, mantiene los puntajes más altos entre
todas las dimensiones. Es valorada positivamente en forma homogénea en todas las unidades.

La privacidad (ítem 3) nuevamente se ubica por debajo de la limpieza de la celda y el aseo per-
sonal. Es importante aclarar que el aseo y la higiene de los internos y de los pabellones forman
parte de la reglamentación del SPF: el trabajo de fajina está distribuido entre los internos y en
muchas ocasiones forma parte del sistema de trabajos remunerados.13

Entrada en custodia

Personal Penitenciario CPF III “Una interna había ingresado y no sabía dónde estaban sus
hijos, la ayudamos y ella estaba muy agradecida.”

12. Cabe destacar que en los procedimientos de visitas se pueden generar en algunas circunstancias ciertas demoras, como por ejemplo, casos
donde la visita está alojada en establecimientos penitenciarios lejanos a los de las internas, o servicio penitenciarios provinciales, o cuando hay
una demora en la presentación de la documentación necesaria para autorizar el trámite de acuerdo a la normativa vigente.

13. La Ley 24.660 menciona en sus artículos 60 y 61 la obligatoriedad del aseo personal del interno y de su alojamiento.

78
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Interna CPF III: “En CPF IV hay problemas en ingresos porque se conocen de otros lados, por
el teléfono o les agarran celos por su pareja. En Buenos Aires, más gritos y más demandas, acá
es más tranquilo.”

Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Entrada en custodia”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. Me sentí muy solo en mis primeros tres días en esta cárcel* 83,3 100,0 73,6 84,1 48,9
2. Cuando llegué a esta cárcel me sentí cuidado 16,7 50,0 42,3 39,2 34,3
3. En mis primeros días en esta cárcel, los agentes se interesaron 16,7 8,3 33,3 38,5 34,6
personalmente por mí
4. Cuando llegué a esta cárcel, me sentí preocupado y confundido* 83,3 83,3 76,7 89,1 60,9
5. Los primeros días que estuve acá otros internos me amenazaron* 50,0 16,7 16,4 10,2 9,8
6. Cuando entré a estar cárcel me explicaron bien cómo iba a funcio- 50,0 58,3 60,7 58,5 53,3
nar el régimen diario
Media 2,4 2,6 2,9 2,8 3,1
Fiabilidad de la escala ,648 ,456 ,631 ,540 ,594
Tabla 1.14 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala

Agregamos la dimensión “entrada en custodia” en el presente estudio debido a la trascenden-


cia que tuvo el tema en las entrevistas iniciales con los internos. Los primeros días de ingreso
a una unidad suelen ser momentos de alta vulnerabilidad, donde suelen ocurrir robos, violen-
cia física y amenazas, entre otros. De acuerdo con encuestas sobre violencia entre internos
realizadas en 2015 y 2016,14 el mes de ingreso es donde ocurre la mayor cantidad de robos y
episodios de violencia.

En sus primeros días en la institución, los internos entre 18 y 21 años que están en la cárcel de
jóvenes adultos manifestaron sentir elevados niveles de soledad, preocupación y confusión, y si
bien la mitad menciona sentirse cuidado, no manifiestan que ello haya sido por la institución o
el personal, ya que al observar otros ítems como el 3 y el 5, vemos que el acompañamiento o el
interés personal de los agentes sobre los internos recién llegados es percibido como bajo.

Tomando en cuenta estos resultados, es importante reflexionar sobre el rol que debe jugar el per-
sonal penitenciario en la entrada de un/a interno/a a la cárcel, especialmente entre aquellos que
ingresan por primera vez a un establecimiento y resultan mayormente vulnerables a distintos
tipos de abuso al interior de un pabellón.

En el CRD los niveles de amenazas entre internos son elevados, lo cual se relaciona con an-
14. Ver: “Una aproximación a la visión de los internos sobre la violencia intramuros” en SPF, Revista de Criminología. Número I – Año 2015.
http://www.spf.gob.ar/drive/repo/general/revista_de-criminología_n1_2015.pdf; “Violencia entre internos en establecimientos penitencia-
rios federales del interior del país: una aproximación de la problemática desde la perspectiva de los internos” en SPF, Revista de Criminología.
Número II – Año 2016. http://www.spf.gob.ar/drive/repo/general/Revista_de_Criminología_2016.pdf

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Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

teriores indicadores que refieren a una convivencia muy deteriorada, especialmente al tratarse
de un centro de rehabilitación donde debe primar un ambiente de bienestar que permita poder
desarrollar tratamientos eficaces para superar la adicción a las drogas.

El CPF V en Senillosa, posiblemente al tratarse de una unidad nueva y preparada especialmente


para internos que cometieron abusos sexuales, donde la gran mayoría ya han pasado tiempo en
otras unidades, tiene menores niveles de ansiedad y preocupación respecto a los primeros días
de encierro.

Población vulnerable

Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Población
vulnerable”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina

1. Estando en esta cárcel pensé varias veces en el suicidio* 8,3 50,0 12,3 10,8 12,8

2. Los internos que están en el programa de prevención de suicidios reciben 16,7 27,3 29,8 37,4 10,7
toda la ayuda y cuidado que necesitan de los agentes
3. La prevención del suicidio y auto lesiones es una prioridad en esta cárcel 25,0 50,0 25,2 38,0 22,2
4. Aquellos que son molestados y amenazados por otros internos reciben 16,7 16,7 38,2 40,5 32,8
toda la ayuda que necesitan del personal para lidiar con esto
Media 3,1 2,8 3,3 3,2 3,0
Fiabilidad de la escala - ,218 ,505 ,493 ,446

Tabla 1.15 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala

Dicha dimensión también ha sido incorporada en el presente estudio con el objetivo de conocer
con mayor profundidad las percepciones respecto a los internos con potencial de suicidio y auto
lesiones. La escala no demuestra tener buenos niveles de consistencia interna, sin embargo, se
analizaran los ítems por separado para obtener algunas conclusiones.

En primer lugar, encontramos un dato muy negativo para la unidad de jóvenes adultos: la mitad
de los internos manifiestan haber pensado en la idea de suicidarse estando en ese módulo, lo que
comparado con los otros establecimientos, el porcentaje es significativamente superior.

El ítem 2 y 3 de esta dimensión tienen un muy alto porcentaje en comparación con otros ítems de
la encuesta de respuestas “3”, es decir “Ni de acuerdo ni en desacuerdo”. En este caso particular,
esto se puede interpretar como una categoría “No sabe, no contesta” debido a que posiblemente
no estén en conocimiento de los programas especiales sobre prevención del suicidio, ni las po-
líticas especificas destinadas a esta problemática en la unidad.

80
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Servicio alimentario y condiciones ambientales

Porcentaje de internos que manifestó estar de acuerdo/muy de acuerdo con los ítems sobre “Servicio alimen-
tario y condiciones ambientales”
Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V
Adultos Población Población
masculina femenina
1. La cantidad y calidad de comida recibida por día es buena 9,1 8,3 52,5 29,8 38,8
2. Sufro de calor o frío extremo dentro de la celda 58,3 33,3 39,3 38,6 31,1
3. Si comparamos con un año atrás, la calidad y cantidad de la co- 8,3 25,0 31,1 26,9 30,6
mida mejoró
4. Siempre que necesité una frazada por el frio, el personal se ocupó - 16,7 21,3 56,9 15,8
y me entregó una
Media 1,7 2,2 2,8 3,0 2,7
Fiabilidad de la escala ,369 ,605 ,605 ,491 ,582
Tabla 1.16 *Los valores fueron invertidos para obtener la media de la escala

Esta dimensión ha sido agregada para conocer la percepción de los/as internos/as respecto a
condiciones básicas materiales dentro de las unidades. En la investigación del 2016, fue la di-
mensión que tuvo puntajes muy por debajo de la media, referidas a problemáticas de acondicio-
namiento material. En las entrevistas surgieron problemáticas que aquí fueron evaluadas, por
ejemplo respecto a la comida o a las condiciones ambientales.15

Esta dimensión tiene los puntajes más bajos en todas las unidades, a excepción del sector de alo-
jamiento femenino del CPF III. En el CRD no hubo ningún interno que se manifieste de acuerdo
con una correcta provisión de frazadas por el personal penitenciario, y son quienes, comparati-
vamente, manifestaron sufrir en mayor grado las temperaturas extremas.

Dimensiones de régimen

Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V


Adultos Población Población
masculina femenina
Media 3,0 3,0 3,3 3,2 3,3
Fiabilidad de la escala ,848 ,928 ,946 ,932 ,927
Tabla 1.17

Si bien se mantiene el orden de puntuación de las dimensiones relacionales, los promedios de


ítems de las dimensiones de régimen presentan menor diferencia entre las unidades. Por otra
parte, ningún establecimiento presenta promedios por debajo del puntaje regular. Si bien todo
el estudio está atravesado por el análisis de las relaciones entre el personal y los internos, es en

15. A diferencia del estudio de 2016, hemos ubicado los ítems referidos al trato de la requisa y el trato en celdas de aislamiento en la dimensión
“trato justo”.

81
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

las “dimensiones relacionales” que mayormente hacen foco en estas relaciones, donde aparecen
las problemáticas más difíciles.

Aspectos positivos y negativos

Las últimas preguntas del cuestionario fueron redactadas en forma abierta y buscaban conocer
la opinión de los internos respecto a los aspectos más positivos y negativos de la experiencia en
la unidad carcelaria que se encontraban.

Ítems positivos*

Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V


Adultos Población Población
masculina femenina
Estudio / Trabajo / Actividades 75% 29% 50% 42% 42%
Condiciones De Detencion / Convivencia / Trato - 14% 11% 4% 26%
Desarrollo / Posibilidad de reinsercion / Reflexion 13% 29% 8% 25% 9%
Tratamiento / Rehabilitacion - - 1% - 8%
Deporte - - 2% - 3%
Visita / Familia / Sostener el vinculo 13% 29% 7% 13% 3%
Otras - - 21% 16% 9%
*Primera mención

La posibilidad de trabajar y estudiar en los establecimientos es lo que principalmente se va-


lora en forma positiva en todas las unidades. En muchos casos el taller o la escuela sirven
como “vías de escape” de la cotidianeidad dentro del pabellón, lo que resulta en un “alivio
momentáneo” de la condición de encierro. Estó se puede cotejar con el ítem 6 de la tabla 1.11
(Desarrollo personal) donde la mitad de los internos considera que se aburre muy seguido
dentro de la unidad, y que en general, como veremos en la tabla siguiente, el encierro mismo
y la soledad son los peores factores de estar preso. Sin embargo, como observamos en la ta-
bla 1.11, los internos en gran parte valoran la posibilidad de acceder a estudios formales y a
trabajo remunerado, por lo que significa para su desarrollo y aprendizaje, como lo muestran
diversos ítems de esa tabla.

Las condiciones de detención son mayormente valoradas por los internos del CPF V, tomando
en cuenta que la gran mayoría proviene de otras unidades de distintos puntos del país. Sin em-
bargo, no parecen valorar en la misma medida, a la fecha, el desarrollo de programas de trata-
miento que son un aspecto central en dicha unidad.

82
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Ítems negativos*

Ítem CRD Jovenes CPF III - CPF III Unidad 9


Adultos Masculino Femenino Senillosa
Encierro / Soledad / Extrañar familiares 50% 20% 29% 45% 35%
Condiciones de detencion - 50% - - 10%
Problemas relacionado a la visita, comunicación y trato del personal 25% - 7% - -
Comida 25% - - 2% 2%
Nada - 20% 9% 6% 8%
Mala atención médica - - 15% 7% 8%
Falta de actividades / aburrimiento - - - - -
Otras - - - - -
*Primera mención

En cuanto a la pregunta abierta que refiere a los aspectos mayormente negativos, se encuen-
tran principalmente el encierro, la distancia y la soledad de estar preso. Esto sucede inde-
pendientemente de las condiciones de detención, exceptuando el módulo de jóvenes adultos,
donde dichas condiciones se ubican como la preocupación principal de los internos allí aloja-
dos. Este dato coincide con el padecimiento expresado por los internos de ese pabellón en las
dimensiones anteriores.

Evaluación general

La última pregunta consistía en una escala del 1 al 10 donde los internos debían calificar su uni-
dad en relación con la calidad de vida percibida por ellos.16

100%
90% 16,6%
80% 41,7%
53,7% 50,4%
70% 61,5%
60%
58,3%
50%
40%
24,8%
30% 50,0%
36,4%
20% 32,8%
10% 25,0% 24,8%
8,3% 5,7% 9,9%
0%
CRD Jóvenes Adult os CPF III Masculi no CPF III Femenino Complejo V

Negativo (1 - 4) Regular (5 - 6) Posi tivo (7 - 10)

16. “En una escala del 1 al 10 (donde “1” = puntuación más baja y “10” = puntuación más alta) ponga un circulo alrededor del número que piensa
que merece esta unidad en cuanto a la calidad de vida de los internos (donde calidad de vida significa el tratamiento general que recibís aquí)”

83
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Ítem CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V


Adultos Población Población
masculina femenina
Media Calidad de Vida (1-10) 5 6 7 7 6

Conclusiones

“Lo que los internos necesitan para crecer en nuevas direcciones es: estabilidad, claridad,
protección y apoyo, un trato digno que incluye respeto y reconocimiento, y libertades y oportu-
nidades para ejercer las capacidades universales constitutivas de la persona. Está es la ‘buena
autoridad’, entendida correctamente.”17

A la hora de interpretar los resultados de este estudio, es necesario realizar una primera acla-
ración sobre su metodología. Consideremos, por ejemplo, los ítems que hacen mención a la
sensación de inseguridad dentro del pabellón. Una determinada acción puede significar una
amenaza para una persona, y un consiguiente estado de temor permanente a partir de dicha
acción. Frente a la misma acción, otro interno puede interpretarla como un desafío a resolver
en ese preciso momento, sin necesariamente sentir una prolongación de temor e inseguridad, y
por lo tanto, no necesariamente conceptualizarla como una amenaza. No estamos midiendo la
cantidad de “intentos de amenaza” que pueden existir dentro de las unidades, sino la percepción
de tal fenómeno por parte del grupo social de internos que convive en una unidad. En definitiva,
los factores que estamos evaluando en esta encuesta dependen de cómo los experimenta cada
entrevistado. Al tratarse de un estudio que evalúa actitudes y representaciones personales, es
importante recordar que la percepción sobre qué significa cada dimensión evaluada puede variar
para cada interno. No nos encontramos midiendo variables cuantitativas, que resultarían fácil-
mente comparables, como podrían ser la altura o el peso de las personas. Por ello remarcamos
que este estudio funciona como una aproximación para conocer un constructo social creado
por los investigadores, llamado calidad de vida intramuros, que está definida de acuerdo con
una serie de dimensiones que fueron remarcadas por los internos en entrevistas previas con los
investigadores especializados en estudios penitenciarios, y definidos como aspectos fundamen-
tales de la vida intramuros.

Los resultados deben funcionar como una herramienta para ampliar nuestro conocimiento sobre
la dinámica de interacciones intramuros a partir de las percepciones de los internos y entender
de qué maneras, bajo qué circunstancias y con qué diferencias se padece el encierro en las dis-
tintas unidades penitenciarias.

17. Liebling, A. “Prisons as Moral Climates”. http://www.bbk.ac.uk/bisr/events/risk-and-vulnerability-presentations/PrisonsAsMoralClimates.


ppt (traducción propia)

84
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Resultados

Los resultados generales indican que los tres establecimientos con mayor población tienen me-
jores resultados que los módulos de jóvenes adultos y CRD, que si bien pertenecen al CPF III
masculino, tienen un régimen diferenciado del resto de los pabellones.

Dimensiones generales CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V


Adultos Población Población
masculina femenina
Media 3,0 2,9 3,4 3,2 3,3
Fiabilidad de la escala ,863 ,947 ,966 ,954 ,954

En comparación con el estudio realizado en 2016, el pabellón de jóvenes adultos tiene números
similares al Módulo III del CPF I, considerado uno de los módulos más conflictivos del Servicio
Penitenciario Federal. Si bien es posible realizar una comparación debido a la estandarización
del cuestionario, no debe dejarse de lado que las similitudes en las calificaciones negativas pue-
den deberse a diferentes factores y tener causas distintas. Es significativo, sin embargo, el hecho
de que el malestar se relacione con las principales variables de este estudio, que versan sobre la
dinámica y calidad de las relaciones sociales entabladas dentro de la unidad, especialmente la
relación personal-internos.

Es necesario remarcar nuevamente que en este estudio, al establecer comparaciones, no estamos


analizando factores objetivos del contexto de encierro, como el nivel de hacinamiento, la can-
tidad de visitas que recibe cada interno o las horas de deporte que brinda la institución a cada
pabellón. La presente investigación busca conocer percepciones y representaciones personales de
los internos entrevistados sobre una variedad de temáticas relacionadas con el bienestar. En este
sentido, las comparaciones numéricas entre unidades son construcciones “artificiales” y no deben
interpretarse en forma lineal: si bien la cárcel en general puede tener características similares, en
cada unidad los problemas pueden tener diferentes causas y necesitar distintos tipos de solucio-
nes. Deberán utilizarse métodos de investigación cualitativos para lograr una mejor comprensión
de los problemas y ubicar soluciones particulares a problemáticas específicas de cada área.

A continuación presentamos el cuadro con los puntajes de la totalidad de dimensiones para todas
las unidades evaluadas.

Dimensiones generales CRD Jóvenes CPF III CPF III CPF V


Adultos Población Población
masculina femenina
Respeto 2,8 2,7 3,7 3,4 3,7
Humanidad 2,8 2,8 3,3 3,1 3,2
Relacion agente internos 2,7 2,9 3,4 3,2 3,5

85
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Confianza 2,7 1,8 3,1 2,9 3,0


Apoyo 3,2 2,3 3,2 3,0 3,1
Trato justo 3,1 3,1 3,2 3,1 3,1
Orden 2,6 2,6 3,1 2,8 2,5
Seguridad 3,2 3,4 3,7 3,5 3,8
Bienestar 2,7 2,3 2,9 2,5 3,2
Desarrollo personal 3,6 3,3 3,6 3,6 3,5
Visitas y contacto familiar 2,7 2,8 3,2 2,6 2,9
Decencia 4,0 4,1 4,1 4,2 4,0
Entrada en custodia 2,4 2,6 2,9 2,8 3,1
Poblacion vulnerable 3,1 2,8 3,3 3,2 3,0
Comida y temperatura 1,7 2,2 2,8 3,0 2,7
Total 3,0 2,9 3,4 3,2 3,3

Al observar los puntajes desplegados por dimensión, podemos identificar fortalezas y debili-
dades de cada unidad respecto a las dimensiones evaluadas y ver qué tipo de especificidades
caracterizan cada una de ellas. Encontramos que una serie de dimensiones coinciden en tener
los mejores y peores puntajes para la mayoría de las unidades mientras que otras representan
características específicas de cada unidad.

Las tres unidades de mayor volumen de internos y mayor cantidad de encuestas realizadas -CPF
III y CPF V -, guardan tendencias similares en los puntajes de las dimensiones. En cambio, los
números de los módulos de jóvenes adultos y CRD se muestran más erráticos, y sostienen di-
ferencias más amplias frente a las demás unidades. Recordemos que se trata de dos pabellones
con 12 internos cada uno. Al tratarse de una cantidad de casos pequeña, los resultados son muy
sensibles a diversos factores que pueden haber afectado la calidad del dato: ítems sin respuesta,
que los internos no hayan respondido de acuerdo a su opinión, ya sea por falta de comprensión
de los ítems, cansancio al responder la encuesta u otros motivos.

En cuanto a las variables peor puntuadas, “comida y temperatura” -aquella que menor relación
demuestra con aspectos morales y de interrelación social-, es la que peor puntaje tiene para todas
las unidades excepto la unidad de mujeres. Esta dimensión toma en cuenta indicadores “ma-
teriales” que buscan evaluar cambios en la provisión de servicios básicos a través del tiempo:
tanto el servicio de comida como el de paliativos ante temperaturas extremas, especialmente en
unidades ubicadas en zonas geográficas con altos rangos de amplitud térmica.
Otras dimensiones que manifiestan percepciones muy negativas en casi todas las unidades son
“entrada en custodia”, “bienestar” y “orden”. Hacia el final de este apartado retornaremos sobre
esta particularidad.

A nivel específico, debemos remarcar algunas particularidades observadas en los módulos fe-

86
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

meninos de CPF III y en el pabellón de jóvenes adultos, que difieren en parte de los resultados
observados para las otras unidades y que merecen especial atención.

La dimensión peor evaluada entre las internas del CPF III fue “Bienestar”. Esta dimensión es
muy significativa para el presente estudio ya que incorpora temáticas como niveles de stress y
padecimiento emocional y psíquico derivado del contexto de encierro.

• El 75% de las internas declaró que “su experiencia en esta cárcel está siendo dolorosa”,
porcentajes significativamente mayores que otras unidades, incluyendo las que tienen peores
puntuaciones en este estudio.
• A su vez, el 62% menciona que su experiencia de encarcelamiento ha sido muy estresante,
el 51% tiene miedo de perder su salud mental dentro de la cárcel y solo el 31% considera que
el ambiente en el módulo donde está alojada es relajado y amigable.

Si los comparamos con otras unidades, las opiniones de las mujeres sobre estos ítems tienen los
resultados más bajos, incluso que los de unidades con peores resultados generales.

Otra dimensión con bajas calificaciones es la de visitas –la más baja de la serie para todas las
unidades. Pocas internas consideran que sus visitas son bien tratadas por los agentes, y la gran
mayoría está insatisfecha con la frecuencia y la duración de las visitas.

Nuevamente, estos resultados a nivel comparativo son los más bajos de todas las unidades analiza-
das. En el apartado donde las internas podían escribir sugerencias y comentarios, se han manifesta-
do respecto a problemas con trámites que deben realizar algunos visitantes para ingresar a la unidad.
El padecimiento de las mujeres respecto a su encierro también encuentra correlato en sus
afirmaciones acerca de la problemática convivencia que experimentan con sus compañeras
de pabellón.

• El 49% manifestó sentir miedo a ser lastimada por otra interna en la unidad. Es el porcentaje
más alto de todas las unidades del estudio.
• El 25% afirma que es amenazada y molestada por otras internas, el 37% teme por su inte-
gridad física en el módulo y el 50% considera que existen muchos problemas entre distintos
grupos de personas privadas de la libertad en la establecimiento.

La gran mayoría de las internas alojadas en esta unidad se encuentran detenidas por infración a
la Ley 23.737 de estupefacientes. A pesar de que puedan no observarse importantes alteraciones
del orden o violencia física cotidiana, las mujeres que están alojadas en el CPF III han manifes-
tado un elevado padecimiento emocional en la pena que están atravesando. A la soledad propia
del encierro y el extrañar seres queridos -la gran mayoría son madres-, se suma la mala relación
entre ellas y los problemas con el área de visitas.

87
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Por otro lado, observando los resultados del pabellón de jóvenes adultos, nos encontramos con
problemáticas particulares diferentes a las otras unidades analizadas. Esta es la unidad que man-
tiene los peores resultados tanto en términos generales como en gran parte de las dimensiones
especificas analizadas, en especial aquellas llamadas “dimensiones relacionales”.

Si en la unidad de mujeres las dificultades con que atraviesan el encierro están relacionadas
principalmente con los problemas de convivencia y el hecho de estar lejos de sus seres queri-
dos, así como las dificultades con el acceso de las visitas, en el pabellón de jóvenes adultos los
principales problemas se concentran en la relación entre el personal y los internos.

En este sentido, manifiestan los puntajes más bajos para las dimensiones que describen las rela-
ciones con el personal en términos de respeto, humanidad, confianza y apoyo.

A su vez, en la dimensión de entrada en custodia se observan también elevados niveles de pade-


cimiento, siendo que el 100% de los internos mencionó sentirse muy solo en los primeros días
en esa cárcel, y solo el 8% sintió que los agentes “se interesaron personalmente por ellos”.

Es importante que a partir de este diagnostico se puedan tomar medidas tendientes a conocer
con mayor profundidad las características de esta problemática entre el personal y los internos
en pos de mejorar la convivencia y el clima moral dentro de la unidad, para evitar el surgimiento
de nuevos problemas que puedan acarrear resultados más graves dentro de la unidad.

El pabellón que alberga internos que participan del Centro de Rehabilitacion de Drogadepen-
dientes (CRD) también cuenta con indicadores generales negativos en términos de relaciones
con el personal. Sin embargo, los resultados en las dimensiones de “apoyo”, “confianza” y
“bienestar” son mejores que en el pabellón de jóvenes adultos.

Se identifican problemas persistentes en lo que refiere a la convivencia entre los distintos in-
ternos. Casi seis de cada diez consideran que “hay muchos problemas entre distintos grupos de
internos” y un 40% manifiesta ser amenazado y molestado por otros internos.

En cuanto a los aspectos positivos de las unidades, se destacan en términos generales las dimen-
siones de “decencia” “seguridad” y “desarrollo personal”.

Al igual que en la prueba piloto realizada en el año 2016 en el CPF I y la Unidad 31, la dimen-
sión “decencia”, básicamente ligada a las posibilidades de aseo personal y de mantener limpio
el pabellón y la celda, aparece como la mejor puntuada de todo el estudio. Es interesante notar
que así como aquella dimensión que fue la peor puntuada –“comida y temperatura”- ésta tam-
poco representa aspectos centrales en la relación entre el personal y los internos, ni se considera
dentro de aquellas variables referidas al clima moral.

88
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

En cuanto a la dimensión “seguridad”, es importante destacar que todas las unidades mantienen
puntajes por encima del puntaje regular de 3. Aquí se evalúan una diversidad de ítems relacio-
nados entre otras cuestiones, con la percepción de sentirse seguro dentro del establecimiento, ya
sea tanto por conflictos entre internos como entre los internos y personal. No sólo implica res-
ponder acerca de si ha padecido amenazas, maltratos o agresiones sino si siente temor o miedo
a ser lastimado, o si considera que su integridad física corre peligro. Tanto en el CPF V como
en el CPF III los internos manifiestan los puntajes más altos, aunque no se debe perder de vista
que, en promedio, cerca del 35% de los internos encuestados manifiestan sentir temor por su
integridad física en las unidades. Es importante continuar con este análisis en forma periódica
para corroborar la evolución de estas cifras en el tiempo.

La tercera dimensión que mantiene buenos puntajes a nivel general es la de “desarrollo perso-
nal”. Esta dimensión contiene ítems relacionados, entre otros, con la posibilidad de acceder a es-
tudios formales, a la posibilidad de trabajar y realizar cursos y talleres y al significado personal
y la importancia que estas actividades tienen para el interno. En todas las unidades se encuentra
por encima del puntaje regular, siendo más alta nuevamente en los sectores de alojamiento mas-
culino del CPF III y en el CPF V.

Observaciones finales

En términos generales, es importante destacar que en el presente estudio no encontramos resul-


tados de dimensiones que se ubiquen como las mejor puntuadas en una unidad y paralelamente
peor ubicadas en otra. Es decir, al igual que en el estudio de desempeño moral realizado en 2016,
se observa una cierta homogeneidad en algunos aspectos de la realidad de las cárceles federales,
que nos llevan a pensar en cuestiones estructurales del funcionamiento del sistema penitenciario
en la actualidad. ¿Por qué la percepción del orden, el bienestar y la entrada en custodia son las
que ocupan los peores puestos en casi todas las unidades analizadas y las de decencia, seguridad
y el desarrollo personal son las mejor evaluadas?

89
Adentrarse en la investigación sobre por qué determinadas dimensiones son evaluadas mejor
o peor que otras en forma homogénea entre diferentes unidades penitenciarias implicaría un
extenso trabajo que no podemos desarrollar aquí. Sin embargo, queda planteada la hipótesis
respecto de la existencia de una regularidad en la percepción de algunos factores morales aquí
evaluados que se replica en diferentes establecimientos del SPF abordados en este estudio. Lograr
identificar cuáles son los espacios donde se debe focalizar el esfuerzo para mejorar la calidad
de vida dentro de las unidades es uno de los objetivos principales de esta investigación. Esta
evaluación continúa realizándose en la actualidad en distintos establecimientos penitenciarios
federales, lo que permitirá cotejar si esta regularidad se mantiene estable o si se trata de un
fenómeno específico de las unidades aquí evaluadas.

En función a la baja puntuación de algunos ítems de las dimensiones evaluadas en el grupo


de jóvenes adultos y en el grupo de CRD– trato respetuoso, trato humanitario, relación agente-
interno, confianza, apoyo, trato justo, seguridad; se focaliza sobre el fortalecimiento de los
comités de convivencia (en donde se aborda la problemática detectada entre los internos), se
continúan reforzando las capacitaciones al personal en el marco de los lineamientos de seguridad
dinámica e intervención en términos de relaciones positivas, constructivas entre los internos y
el personal penitenciario, reducción de violencia y promoción en todo el momento de un trato
justo y humanitario. Asimismo, se trabaja sobre el proyecto de un nuevo programa para el
abordaje de adicciones en contexto penitenciario.

En este sentido, tal como se ha referenciado, a partir de la detección de algunos indicadores se


ha focalizado en el desarrollo de acciones correctivas para mejores esos estándares.
Capítulo IV
Tutorías Penitenciarias
Sobre el “Programa de Tutorías Penitenciarias”
y la evaluación de su implementación

Introducción

El programa de tutorías penitenciarias fue implementado con el objetivo de intervenir positiva-


mente mediante acciones que apunten a disminuir las probabilidades de reincidencia criminal1.
Asimismo, se buscó promover el desistimiento del delito, fortaleciendo y afianzando las relacio-
nes entre el personal penitenciario y las personas privadas de la libertad.

La idea central sobre la que se fundamenta el programa es la figura del “Tutor Penitenciario”.
Se trata de un agente penitenciario que a través de la comunicación interpersonal entre internos/
funcionarios analiza los factores de riesgo situacionales (personales, familiares, de salud, en-
tre otros) que acontecen, muchas veces, en la convivencia diaria. Será importante que además
construya una mirada integral sobre las necesidades, intereses, preocupaciones, dificultades y
expectativas de ese sujeto, desde un vínculo que favorezca al acompañamiento en el ingreso, la
permanencia y su egreso del establecimiento.

Investigaciones académicas y de campo vinculadas a la problemática penitenciaria han demos-


trado efectos positivos en el contexto y ambiente carcelario, en relación con determinadas for-
mas de abordaje de las relaciones de interacción entre el personal penitenciario y las personas
privadas de la libertad. Existe amplio consenso y numerosa evidencia que respalda la idea de
que el éxito de los programas de intervención depende en gran medida del funcionario como
un agente promotor del cambio. Es el agente penitenciario quien puede facilitar el desarrollo de
habilidades y el acceso a oportunidades que permitan a los individuos cambiar estilos de vida
vinculados al delito por otros más convencionales.2

El tutor, así concebido, se convierte en un agente penitenciario que debe asumir un rol activo
en el tratamiento de la persona privada de su libertad, de modo de poder abordar conductas
inapropiadas como así también prevenirlas. Es decir, deberá anticiparse a cualquier fuente de
conflicto, con un enfoque específico basado en el conocimiento de la población penal y la com-
1. Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Nelson Mandela), Regla 4 1. “Los objetivos de las penas
y medidas privativas de libertad son principalmente proteger a la sociedad contra el delito y reducir la reincidencia…”.
2. Barry, M. (2007). “Listening and learning: The reciprocal relationship between worker and client.” Probation Journal, 54(4), 407-422; Burne-
tt, R., & McNeill, F. (2005).”The place of the officer-offender relationship in assisting offenders to desist from crime”. ProbationJournal, 52(3),
221-242; Dionne, J., & Altamirano, C. (2012). “Los desafíos de un verdadero sistema de justicia juvenil: una visión psicoeducativa”. Universi-
tasPsychologica, 11(4), 1055-1064.

93
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

prensión de las relaciones entre los mismos internos, y a su vez entre los internos y el personal
penitenciario.3

Las tutorías penitenciarias son una respuesta a la necesidad de construir relaciones profesiona-
les positivas basadas en el respeto y la responsabilidad, con el objetivo inmediato de reducir la
conflictividad y mejorar la calidad de vida dentro del establecimiento. A largo plazo y como con-
secuencia de la implementación del programa se busca lograr la disminución de la reincidencia
criminal y promover el desistimiento del delito.

De este modo se contribuye a la prevención y evaluación de los riesgos asociados con problemas
de salud, conductas suicidas y violencia intramuros, lo que permite una predisposición distinta
y proactiva hacia el tratamiento.

La herramienta fundamental para generar ese tipo de relaciones es el diálogo: escuchar abier-
tamente y sin prejuicios, logrando que la persona se sienta comprendida; entender su universo
emocional, dejando de lado los juicios morales para que se pueda tener una actitud constructiva
y obtener una mirada integral del ser humano. Se trata de tener buena predisposición y tolerancia
para aceptar sus diferencias y particularidades.

Implementación

Se decidió en una primera experiencia y a fin de medir su impacto, la implementación de este


programa en el marco del Servicio Penitenciario Federal en establecimientos penitenciarios del
interior del país cuya ratio general de personal/internos sea igual o mayor a 2:1; es decir, un
agente por cada dos internos.

Uno de los principales objetivos para esta primera etapa de implementación ha sido mejorar
la convivencia y fomentar el abordaje interdisciplinario de las distintas cuestiones vinculadas
al tratamiento.

Actualmente el Programa de Tutorías se lleva a cabo en 11 establecimientos Penitenciarios:

• Cárcel de Río Gallegos (U.15)


• Instituto de Jóvenes Adultos “Dr. Julio A. Alfonsín” (U.30)
• Instituto Correccional de Mujeres “Nuestra Señora del Carmen” (U.13)
• Instituto Correccional Abierto de General Pico (U.25)
• Prisión Regional del Norte (U.7)
• Colonia Penal de Presidencia Roque Sáenz Peña (U.11)

3. Cfr. ONU - Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito- Manual de Seguridad Dinámica e Inteligencia Penitenciaria, Nueva
York, 2015.

94
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

• Colonia Penal de Candelaria (U.17)


• Cárcel Federal de Salta (U.23)
• Instituto Penitenciario Federal de Salta (U.16)
• Cárcel de Formosa (U.10)
• Instituto Penitenciario Federal (U.8)

Como será explicado en detalle más adelante, la evaluación del programa ha arrojado los si-
guientes resultados:

• Disminución en el registro de la cantidad de sanciones.


• Decrecimiento de casos de alteración al orden.
• Menor cantidad de acciones de hábeas corpus.
• Cambios positivos en la calidad de la comunicación.

Evaluación: Encuesta a tutores

Como elemento para poder medir el impacto de esta primera etapa de implementación se ha
desarrollado y aplicado una encuesta destinada a 59 agentes penitenciarios que se desempeñan
en diferentes establecimientos donde se lleva adelante el programa. Vemos, a continuación, los
resultados que la misma ha arrojado:

Datos generales de la muestra:

• Edad promedio de quienes cumplen el rol de tutor en las diferentes unidades que se encuen-
tran implementando dicho programa.
%
26 –35 39,6
36 – 50 60,4
Total 100,0

• Antigüedad del agente en el establecimiento penitenciario en el que está cumpliendo su


tarea de tutor.
%
Menos de 3 meses 2,0
Entre 3 meses y 1 año 9,8
Entre 1 y 3 años 25,5
Entre 3 y 5 años 11,8
Mas de 5 años 51,0
Total 100,0

95
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

• Porcentaje de personal superior y subalterno que participa del programa de tutorías peniten-
ciarias, cumpliendo el rol de tutor penitenciario.
Total %
Oficial 15,7
Suboficial 84,3
Total 100,0

• Función que cumple cada tutor penitenciario que participa del Programa.4
%
Celador 31,5
Inspector 18,5
Jefe de Seguridad Interna 7,4
Operador 7,4
Docente / Área Educación 5,6
División Trabajo 5,6
Asistente social 3,7
Psicólogo 3,7
Otro 16,7
Total 100,0

• Establecimientos penitenciarios donde se implementó el programa de Tutorías Penitenciarias:


%
7 – Chaco 13,6
10 – Formosa 8,5
11 – Chaco 10,2
13 – La Pampa (mujeres) 8,5
15 – Rio Gallegos 6,8
16 – Salta 3,4
17 – Misiones 11,9
22 – Jujuy 1,7
23 – Salta 15,3
25 – La Pampa 6,8
30 – La Pampa (Jóvenes Adultos) 13,6
Total 100,0

4. Si bien se observa la diversidad de funciones que desempeña cada agente designado, se destaca el porcentaje obtenido en relación al cela-
dor por sobre el resto de los involucrados.

96
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

• Respecto de la Modalidad, se observa que las reuniones de tutorías con internos se dieron tanto
en forma grupal como individual.
%
En formato de grupos 11,9
En formato individual 40,7
Tanto en grupo como individual 47,5
Total 100,0

• Asimismo se detalla la Frecuencia con la que se llevaron a cabo las entrevistas con los internos.
%
Una vez por semana o más 64,4
Una vez cada dos semanas 22,0
Una vez por mes 13,6
Total 100,0

• Seguidamente se observa la Valoración, en relación a si la dinámica de las entrevistas y reu-


niones con los tutorados se han desarrollado en un clima de respeto.
%
Sí 100,0
No -
NS/NC -
Total 100,0

• También se indagó respecto de Cómo valoran los internos el espacio de tutoría según la pers-
pectiva de los tutores.
%
Muy bien 20,3
Bien 52,5
Regular 23,7
Mal -
Muy mal -
NS/NC 3,4
Total 100,0

97
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Algunas reflexiones…
¿En qué medida consideras que el programa de tutorías ayudó a…
Mucho/Algo %
Conocer mejor el tipo de problemáticas que viven los internos 98,3
Mejorar la comunicación entre internos y personal del SPF 94,9
Posibilitar que los internos expresen abiertamente sus preocupaciones, temores y emociones 93,2
Mejorar la convivencia en la unidad 93,2
Que los internos se sientan más contenidos 93,2
Lograr un mayor entendimiento de las conductas de los internos 93,2
Mejorar las relaciones humanas entre el personal y los internos 93,2
Ser más efectivo en la prevención de hechos violentos entre internos al interior del pabellón 88,1
Mejorar ciertas actitudes negativas de algunos internos 88,1
Disminuir las conductas violentas de algunos internos 86,4
Generar un clima de trabajo más saludable en la unidad 86,4
Desarrollar estrategias de intervención para evitar que crezca una situación conflictiva 86,4
Mejorar la vida intramuros de los internos que participaron 83,1
Ser más efectivo en la prevención de conductas suicidas al interior del pabellón 83,1
Mejorar la seguridad y el orden dentro del establecimiento 81,4
Anticiparse a problemas y riesgos de seguridad dentro del establecimiento 78,0

En relación al Rol del Tutor, se observan a continuación algunas consideraciones:

• Nivel de satisfacción (en términos generales):


%
Muy satisfecho 25,4
Algo satisfecho 66,1
Poco satisfecho 6,8
Nada satisfecho -
NS/NC 1,7
Total 100,0

• Nivel de acuerdo con las siguientes frases:


Muy/Algo de
acuerdo %
Me siento / sentí cómodo con la figura de tutor que se me ha asignado 94,9
Como tutor, me siento escuchado por los jefes y las autoridades de esta unidad 93,2
Siento que cumplo con la finalidad de la figura del tutor, puedo canalizar las demandas de los tutorados 91,5
Los jefes de la unidad y los responsables de tratamiento piden mi opinión cuando necesitan información
88,1
sobre los participantes del tutorado
Me parece bien que los tutores vayan rotando periódicamente en la unidad 88,1

98
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Considero que tengo las cualidades necesarias para desarrollar exitosamente la función de tutor 86,4
Considero que poseo las herramientas pedagógicas necesarias para llevar adelante reuniones de tutorías 86,4
Me parece bien el número de tutorados que me asignaron 84,7
A partir de mi rol de tutor los internos me consideran el interlocutor principal para canalizar inquietudes 83,1
Los internos consideran que tengo “influencia” para solucionar algunos problemas que tienen 83,1
Me siento motivado para seguir desarrollando la tarea de tutor 79,7
Me parece bien el tiempo que me asignaron como tutor 74,6
Muchas situaciones que aparecen / aparecieron en las tutorías me exceden y no se cómo manejarlas 32,2

En relación a la participación del Tutor/a en el Consejo Correccional:

¿Puedo participar en las reuniones del Consejo Correccional y contar las experiencias que tene-
mos con los internos en las tutorías?
%
Siempre 47,5
A veces 42,4
Nunca 6,8
NS/NC 3,4
Total 100,0

¿Desde el Consejo Correccional me piden el informe trimestral de evaluación de las tutorías?


%
Siempre 59,3
A veces 28,8
Nunca 6,8
NS/NC 5,1
Total 100,0

• Seguidamente, en cuanto al Nivel general de diálogo se indica el nivel de acuerdo en relación


los siguientes ítems:
Muy/Algo %
En términos generales, el personal de esta unidad intenta generar un clima de dialogo con los internos 98,3
En términos generales, los criterios de seguridad dinámica están dando resultado 94,9
En comparación con años anteriores, ahora hay más diálogo con los internos 89,8
Siento que hubo un cambio en esta unidad y ahora hay un clima de dialogo más amplio 84,7
Los internos se sienten cómodos en hablar con el personal penitenciario para resolver problemas de
76,3
convivencia

99
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Evaluación: Encuesta a internos tutorados

En forma complementaria, se ha aplicado un cuestionario destinado a 131 internos alojados en


establecimientos penitenciarios en donde se desarrollan programas de tutorías.

A continuación se exponen, las diversas variables analizadas en relación al rol del tutorado en
el programa.

Datos generales de la muestra:

a) Sexo
%
Masculino 77,1
Femenino 10,7
NS/NC 12,2
Total 100,0

b) Edad
%
18-25 21,4
26 –35 30,5
36 – 50 32,1
51 y más 4,6
NS/NC 11,5
Total 100,0

c) ¿Cuánto tiempo llevas detenido en esta unidad?


%
Menos de 3 meses 11,5
Entre 3 meses y 1 año 33,6
Entre 1 y 3 años 30,5
Entre 3 y 5 años 7,6
Mas de 5 años 6,1
NS/NC 10,7
Total 100,0

100
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

d) Indique su situación procesal


%
Condenado 66,4
Procesado 19,1
NS/NC 14,5
Total 100,0

e) Establecimientos penitenciarios
%
7 – Chaco 7,6
10 – Formosa 7,6
11 – Chaco 6,1
13 – La Pampa (mujeres) 6,1
15 – Río Gallegos 12,2
16 – Salta 1,5
17 – Misiones 9,2
22 – Jujuy 2,3
23 – Salta 10,7
25 – La Pampa 29,0
30 – La Pampa (Jóvenes Adultos) 7,6
Total 100,0

Preguntas generales
f) Por favor indicá tu nivel de acuerdo con las siguientes frases…
Muy de
acuerdo/Algo %
Soy escuchado por el personal cuando necesito resolver problemas 78,6
El personal de esta unidad intenta generar climas de diálogo con los internos 72,5
En comparación con años anteriores, ahora hay más diálogo con el personal del SPF 68,7
Si hay problemas en el pabellón tenemos la posibilidad de hablarlo con el personal para buscar una solución 68,7
Siento que hubo un cambio en esta unidad y ahora están más dispuestos a escucharnos 66,4

g) ¿Conocés el programa de tutores del SPF?


%
Sí 80,9
No 14,5
NS/NC 4,6
Total 100,0

101
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

h) En el último año y medio, ¿tuviste reuniones individuales o grupales con algún tutor del SPF?
%
Sí 79,4
No 16,8
NS/NC 3,8
Total 100,0

Las siguientes preguntas del cuestionario fueron respondidas por los 104 internos que tuvieron
reuniones individuales o grupales en el marco del programa de Tutorías Penitenciarias, es decir,
aquellos que iniciaron efectivamente el proceso de tutoriado.

1. ¿Con qué frecuencia se llevaron a cabo las reuniones con los tutores?
%
1 Vez por semana o más 32,7
Cada 15 dias 9,6
Mensualmente 11,5
Menos de 1 vez por mes 1,0
No especifica 29,8
No contesta 15,4
Total 100,0

2. ¿La dinámica de las entrevistas y reuniones de tutorado se desarrollan en un clima de respeto?


%
Sí 90,4
No 5,8
NS/NC 3,9
Total 100,0

3. En términos generales, ¿Cómo valoras la función del tutor?


%
Muy bien 49,0
Bien 40,4
Regular 3,8
Mal 1,0
Muy mal 1,9
NS/NC 3,9
Total 100,0

102
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

4. ¿Consideras que tus inquietudes o reclamos son tenidos en cuenta por el tutor?
%
Sí 82,7
No 10,6
NS/NC 6,7
Total 100,0

5. ¿Considerás que el tutor intenta por todos los medios con los que cuenta, ayudarte a resolver
las inquietudes que le planteas?
%
Sí 82,7
No 11,5
NS/NC 5,8
Total 100,0

6. A partir de las reuniones con tutores, tu vida en esta cárcel...


%
Mejoró 52,9
Está igual 32,7
Empeoró 3,8
NS/NC 10,6
Total 100,0

7. Indicá tu nivel de acuerdo con las siguientes frases.


Muy/Algo de
A partir de las reuniones con el tutor….
acuerdo %
Me siento más cómodo para hablar con el personal del SPF 82,7
Siento que el personal penitenciario me escucha más 79,8
Puedo canalizar mis demandas y problemas que tengo con el tutor 78,8
Pude solucionar un problema específico que tenía 78,8
Mejoró la convivencia dentro del pabellón 77,9
Siento que el personal de esta unidad se ocupa de mis problemas 76,0
Los internos en general se sienten más escuchados 76,0
Siento más confianza con el personal del SPF 74,0
Bajó mi nivel de ansiedad 68,3
Disminuyeron los conflictos en el interior de mi pabellón 67,3

103
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

8. ¿Te parece que las reuniones con el tutor ayudaron a mejorar el clima de respeto dentro del
pabellón?
%
Sí 71,2
No 11,5
NS/NC 17,3
Total 100,0

9. ¿Te parece que el tutor designado está capacitado para llevar adelante ese trabajo?
%
Sí 86,5
No 2,9
NS/NC 10,6
Total 100,0

10. Cuando los problemas que se plantean con el tutor no se solucionan, ¿te parece que tiene
que ver con…
%
Problemas que no dependen de él 78,8
Falta de voluntad 4,8
NS/NC 16,3
Total 100,0

11. El tutor ¿te ha orientado en algún tema que no sabías cómo resolver?
%
Sí 78,8
No 7,7
NS/NC 13,5
Total 100,0

12. ¿Te parece que el tutor está comprometido con la tarea y busca ayudar a los internos que
participan del tutorado?
%
Sí 89,4
No 4,8
NS/NC 5,8
Total 100,0

104
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Conclusión

Vemos, a partir de los resultados de la encuesta reseñada, que la implementación del programa
de Tutorías Penitenciarias ha sido satisfactoria y ha tenido una buena acogida, tanto de parte del
personal penitenciario como de las personas privadas de su libertad.

Los principales efectos positivos, vinculados a distintos aspectos de la seguridad dinámica, se


encuentran en lo relativo al mejoramiento de la convivencia, la reducción de la conflictividad y
el acompañamiento de los internos.
Si bien se trata de un buen avance, no alcanza a cubrir la totalidad de los objetivos, teniendo en
cuenta que la idea de un “tutor” o agente promotor debería incluir, siguiendo el modelo de desis-
timiento del delito, el involucramiento y promoción en el abordaje de los factores criminógenos
y sobre todo, en el fortalecimiento de los factores protectores.

Entendemos, por ello, que debería continuarse y profundizarse un programa de intervención


como el aquí descripto, sugiriendo que en una etapa más avanzada del tratamiento, el tutor se
aboque al objetivo de trabajar más firmemente en los factores de riesgo y en los protectores.

105
Capítulo V
Ofensores sexuales
Lo que funciona en el tratamiento con ofensores sexuales
Nuevas estrategias en el abordaje de los
delitos contra la integridad sexual

I- El Programa de Ofensores Sexuales: características destacadas

El Programa para Ofensores Sexuales (POS) del Servicio Penitenciario Federal es un dispositivo
amplio que se conforma sobre la base de un modelo de intervención psicológica, cognitivo-con-
ductual, enfocado en aquellos internos condenados por delitos contra la integridad sexual.

El Programa tiene como objetivo general lograr el desistimiento del delito, considerando las
particularidades específicas de esta problemática psicosexual, promoviendo la modificación de
estructuras de significado, capacidades emocionales y patrones de conducta, con el propósito de
reducir la reincidencia, abordando las distintas necesidades criminógenas conocidas.

El POS se desarrolló según los principios del “Marco general para el diseño y ejecución de
los programas de tratamiento”1. De acuerdo con estos lineamientos, el programa se caracteri-
za por ser especial, interdisciplinario, e involucrar las distintas áreas de tratamiento: Seguridad
Interna, Sanidad, Servicio Social, Educación, Trabajo y Criminología. Esto conforme a los prin-
cipios de voluntad, información, individualidad y programación, prospectiva, riesgo, necesidad,
responsividad y normalidad.

El POS, además, fue creado y evaluado en función de un conjunto de criterios identificados en


base a la evidencia empírica, siendo estos indispensables para el efectivo manejo y desarrollo
del sistema. Estos criterios son: lograr un manejo efectivo de riesgos y necesidades, emplear
métodos eficientes para la evaluación y supervisión del tratamiento, garantizar la relevancia de
los estilos individuales, y mantener la integridad y calidad de las intervenciones.

II- La configuración de un espacio común como alternativa para trabajar la violencia y


conflictividad intramuros

Para desarrollar el programa fue primordial la habilitación de un espacio propio y diferenciado


para el alojamiento y tratamiento de esa población específica, para lo cual se destinó un módulo
en el nuevo complejo penitenciario en la localidad de Senillosa, en la provincia de Neuquén. El
1. Boletín Público Nº 575, año 2015.

109
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

contar con un área separada de la población penal general produce consecuencias muy favora-
bles para la implementación de un programa de estas características.

Esta condición particular ha permitido que los internos condenados por delitos sexuales tengan
un espacio común y no estén dispersos en diferentes establecimientos, donde resultaba difícil
unificar criterios para su abordaje.

La ubicación permite, además, la designación de un equipo técnico especializado en la materia


que se abocará exclusivamente a evaluar y supervisar el trabajo realizado en la Unidad. Por otra
parte, es importante destacar que, en virtud del hostigamiento y discriminación hacia este colec-
tivo por parte del resto de la población penal, la ventaja de contar con un establecimiento espe-
cífico redujo considerablemente los niveles de violencia y conflictividad que sufrían estas per-
sonas, lo cual generaba sentimientos muy negativos (resentimiento, agresión contenida, stress
permanente, etc.), que se agregaban a las ya de por sí negativas consecuencias del encierro.

Otro aspecto derivado de dicha disposición es que se tornan más dinámicos los movimientos de
los internos intramuros para el acceso a lugares de trabajo y estudio, entendiendo que en otras
unidades y complejos eran proclives a ser objeto de agresiones, con riesgo para su integridad
física o psíquica. A partir de ello se ha podido garantizar la adecuada participación y asistencia
a los distintos talleres y aulas.

Asimismo, muchos de los internos, alojados en distintas unidades, solicitaban ser incluidos en
el programa de internos de especial vulnerabilidad para evitar situaciones conflictivas con el
resto de la población penal, impidiendo de este modo la adecuada incorporación al programa y
el normal funcionamiento de las distintas actividades.

Si se analizan los registros de resguardo de integridad física de ofensores sexuales durante el


2016, se concluye que del total de internos alojados en Senillosa, el 45% se encontraban adheri-
dos al “Protocolo para la Implementación de Personas en Situación de Especial Vulnerabilidad”
en las unidades de las que provenían. Conforme a ello, se ha registrado una disminución impor-
tante de las solicitudes, lo que refleja la eficiencia y efectividad del dispositivo implementado.

Ahora bien, el ser agrupados en forma homogénea por delito, produce cambios en la dinámica
grupal, y desde una perspectiva psicológica resulta importante redefinir la nueva problemática
que se presenta en relación con la convivencia y la tipología delictiva. El conflicto, en este senti-
do, se desplaza permitiendo abandonar el lugar de victimización histórico de este colectivo, para
dar lugar a la aparición de otras diferenciaciones por ejemplo pedófilos vs violadores y con ello
un nuevo enfoque terapéutico. No encasillar los distintos perfiles criminológicos se torna central
para un trabajo psicológico y comunitario. Estas modificaciones permiten un trabajo enfocado al
desistimiento y a la reinserción social dentro de parámetros más realistas.

110
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Este dispositivo permite abrir nuevas modalidades de abordaje, considerando distintos perfiles
criminológicos y de personalidad que conforman todo el abanico de individuos que han sido
condenados por delitos contra la integridad sexual, de otros que quedaban bajo un mismo rótulo
y eran fuertemente estigmatizadas.

Asimismo, ha exigido un posicionamiento distinto del personal que trabaja con los internos, a
diferencia del modelo que tradicionalmente ha operado frente a esta problemática.

III- Características de la población

En el Complejo Penitenciario V Senillosa, los internos que participan del Programa para Ofen-
sores Sexuales presentan determinadas características, a saber:

● En lo que refiere a historial delictivo existe un alto porcentaje de internos primarios por
delitos sexuales (entre 40% y 45%). Este dato resulta importante, ya que de acuerdo con la
evidencia empírica existente, se trata de una categoría con menor índice de reincidencia en
relación a otros delitos graves (homicidio, secuestro extorsivo, robo agravado). De todas
maneras, habría que considerar que en muchos casos son acompañados con un agravamiento
del daño causado (homicidio).

● El 15% de los ofensores sexuales evaluados presentan alta puntuación en la escala de psi-
copatía, circunstancia muy desfavorable en términos de reincidencia. Estas personas, en lí-
neas generales, tienen dificultades para controlar los impulsos, reconocer el delito, identificar
los daños generados a las víctimas y sentir culpa. Son locuaces, encantadores y con facilidad
en el discurso, por lo que algunas veces, en relación al tratamiento, hacen un “como sí”.

● Un 30% ha manifestado un consumo excesivo de alcohol que estaría vinculado, en algunos


casos, a la comisión del delito. Un 10%, por su parte, reconoce un abuso o dependencia de
distintas drogas ilícitas.

Agrupamientos de indicadores generados dentro del sistema de Clasificación Inicial por


Riesgo (CIR)

A modo de ampliación sobre el análisis de esta temática se procede a determinar agrupamientos


en base a indicadores generados dentro del CIR. Del total de internos en relación al delito anali-
zado arrojó en sus diferentes niveles, representando mediante gráfico en porcentajes.

111
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Riesgo de suicidio

1. Cuadro de porcentajes de Riesgo de suicidio


Suicidio Ofensores Resto Total
Muy bajo 47,37% 66,22% 66,18%
Bajo 40,79% 27,01% 27,04%
Medio 7,89% 4,42% 4,43%
Alto 3,95% 1,57% 1,57%
Muy alto 0,00% 0,79% 0,79%
Total 100,00% 100,00% 100,00%

Respecto al riesgo de suicidio de ofensores sexuales,éstos no presentarían registros de riesgo en


el eje Muy Alto, y en relación a Riesgo Alto y Medio el índiece es superior al promedio de la
población penitenciaria.

70,00% 66,18%

60,00%
47,37%
50,00%
40,79%
40,00%
27,04%
30,00%

20,00%
7,89%
10,00% 4,43% 3,95%
1,57% 0,00% 0,79%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Alto Muy alto

Ofensores Total

Riesgo de conflictividad

Riesgo de conflictividad en sus diferentes niveles, representado mediante gráfico en porcentajes

1. Cuadro de porcentajes de Riesgo de conflictividad


Conflictividad Ofensores Resto Total
Muy bajo 71,05% 55,77% 55,80%
Bajo 21,05% 30,62% 30,60%
Medio 6,58% 10,46% 10,45%
Alto 1,32% 2,72% 2,71%
Muy alto 0,00% 0,43% 0,43%
Total 100,00% 100,00% 100,00%

112
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Sobre Riesgo de conflictividad se observa que la población de ofensores sexuales no refleja dis-
paridades sobre el resto de la población, estando por debajo del promedio general.

80,00%
71,05%
70,00%
60,00% 55,80%

50,00%
40,00%
30,60%
30,00%
21,05%
20,00%
10,45%
6,58%
10,00%
1,32% 2,71% 0,00% 0,43%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Alto Muy alto

Ofensores Total

Riesgo de fuga

Riesgo de fuga en sus diferentes niveles, representado mediante gráfico en porcentajes:

1. Cuadro de porcentajes de Riesgo de fuga


Fuga Ofensores Resto Total
Muy bajo 85,53% 81,29% 81,30%
Bajo 10,53% 13,71% 13,71%
Medio 2,63% 3,80% 3,80%
Alto 1,32% 0,92% 0,92%
Muy alto 0,00% 0,27% 0,27%
Total 100,00% 100,00% 100,00%

En este caso se observa que el segmento de ofensores sexuales se encuentra levemente por debajo
del promedio, es decir que representarían niveles inferiores en lo que respecta al riesgo de fuga.

113
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

90,00% 85,53%
81,30%
80,00%
70,00%
60,00%
50,00%
40,00%
30,00%
20,00% 13,71%
10,53%
10,00% 2,63% 3,80% 1,32% 0,92% 0,00% 0,27%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Alto Muy alto

Ofensores Total

Tomando los datos obrantes integrados con otra información, se identificaron características co-
munes útiles para el diseño de técnicas de abordaje, aglutinando datos individuales y colectivos,
con el objetivo de conocer las necesidades, la participación y el contexto, y de esta manera, dar
una respuesta objetiva desde la institución penitenciaria.

Habiendose determinado los agrupamientos y realizado una descripción de las características de


la población de ofensores sexuales, en base a los indicadores generados dentro del sistema CIR,
se observa:

Principales características de los ofensores sexuales alojados en el Servicio Penitenciario


Federal

• En lo que respecta a las habilidades laborales presentan una buena actitud, teniendo un his-
torial de empleo sin problemas.
• No presentan domicilio fijo en su mayoría, aunque no se encuentran en situación de calle.
• Presentan rasgos de manipulación que se diferencian del resto de la población penal.
• Muestran participaciones en alteraciones al orden, peleas con otros internos, heridas de
armas blancas y destrucción de materiales en comparación con el resto de la población peni-
tenciaria.
• Este grupo se presenta más vulnerable en cuanto a la confrontación física con una situación
hostil moderada solicitando la intervención de las autoridades.
• Poseen un elevado porcentaje de inclinación a actuar sin pensar.
• Se presentan más reacio a respetar las reglas y a reconocer sus problemas. Tienen una acti-
tud más impulsiva y agresiva que el resto.
• En el grupo de ofensores sexuales se encuentra el mayor porcentaje (51.61%) de consumo
de la población penitenciaria, aunque es dable destacar que el mismo descendio en el último
año en todos los tipos de drogas.

114
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

• En cuanto a la variable de suicidio manifiestan pensamientos breves y la motivación de la


ideación es la manipulación.

IV- Evaluación del programa POS.

Se realizó una visita al módulo de agresores sexuales del Complejo Penitenciario V Senillosa
con el objetivo de medir el impacto del tratamiento. En dicha oportunidad se tomaron entrevis-
tas semi dirigidas para recabar datos sobre la ofensa sexual (motivaciones, historial delictivo,
etc.), y se administró un cuestionario de autoinforme para conocer la percepción del interno con
relación al programa ofrecido. Se contó además, con el apoyo de los profesionales de la Unidad
considerando que son ellos quienes trabajan a diario y conocen mejor a la población penal.

Al momento de la evaluación, se encontraban alojados en el Anexo un total de 148 internos, de


los cuales 103 (un 70%) manifestaban adherencia al tratamiento, 29 se encontraban en pre-ad-
misión, esperando ser incluidos a los grupos de trabajo (por reciente ingreso a la Unidad) y 16
se mostraban reticentes al mismo (no han podido reconocer el delito, dificultad para incorporar
los conceptos básicos de la fase, poca asistencia a los talleres).

De los cuestionarios de autoevaluación, respondido por los internos, surgieron las siguientes
opiniones:

● Conocer su personalidad: un 51,5% considera que el dispositivo lo ha ayudado mucho,


38,5% algo y un 9% poco.
● Sentirse mejor: un 49,5% entiende que lo ha ayudado mucho, 35% algo, 9 % poco y 6,5%
muy poco.
● Mejorar las relaciones con otras personas: un 61% sostiene que le sirvió mucho, 32% algo,
3,5% poco y 3,5% muy poco.
● Reflexionar sobre el delito: un 68% respondió mucho,16% algo y 16% muy poco.
● Ponerse en el lugar de la víctima: un 68% respondió mucho, un 23% respondió algo, y un
9% muy poco.
● Si el tratamiento le ha brindado herramientas, estrategias o ideas para comportarse de otra
forma: un 55%, respondió mucho, un 32% algo, un 6.5% poco, y un 6,5% muy poco.
● Si el trabajo en grupo le resultó de ayuda: un 58% respondió mucho, un 29% respondió
algo, un 9,5% poco, y 3,5% muy poco.

A su vez, cuando el equipo tratante describe las características del funcionamiento de los grupos
en la Fase 1, y los internos que lo integran, destacan lo siguiente:

● La mayoría de los internos (dentro de ese 70% que participan del programa), con un 80,5%,
el equipo logra establecer un buen rapport.

115
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

● Por otra parte, un número considerable, 84%, no logra ubicarse en el lugar de la víctima.
● Asimismo, un 74% puede adaptarse a un trabajo grupal.
● Finalmente, sólo un 36% ha podido hablar sobre las circunstancias del delito.

Estos resultados (un 68%, en su autoevaluación, destacó que el tratamiento le permitía reflexio-
nar sobre el delito, pero un 40% no reconocía la comisión del ilícito), evidencian que el desafío
consiste en lograr que el interno mejore el nivel de conciencia sobre el delito cometido, dado que
muchos participan del programa, pero no logran implicarse subjetivamente.

Por otra parte, entre los factores que operan como obstáculos en los internos a que no puedan
involucrarse al tratamiento se destacan tres grupos:

● Parte de esos internos que no pueden implicarse debido a condicionantes cognitivos. En


general, se trata de internos con problemas de aprendizaje (nivel de instrucción muy bajo).
● En otros casos se debe a variables emocionales que se correlacionan con ítems descriptos
en las escalas de psicopatía (tendencia al aburrimiento, proyección de la culpa, falta de since-
ridad, mentiras recurrentes, egoísmo, falta de empatía, frialdad emocional).
● Por último, componentes culturales que dificultan el trabajo terapéutico. Podemos mencio-
nar que algunos internos minimizan el hecho delictivo por tenerlo incorporado a su cultura.

V- Conclusiones

La implementación de un dispositivo con estas particularidades ha logrado mejorar de forma


sustantiva los estándares de convivencia y la calidad de vida de los internos; por esta circuns-
tancia se torna necesario continuar con una metodología de trabajo integral, posibilitando la
apertura y/o modificación de nuevos espacios de reflexión y trabajo grupal. Esta tarea exige del
personal interviniente una actitud de respeto y cuidado por las temáticas que surgen en relación
con cuestiones muy personales en los internos.

Por otra parte, este tratamiento muestra que hay un núcleo estructural que es más complejo de
modificar (se ve más claramente en la estructura perversa) pero resulta provechoso hacer énfasis
en la empatía con la víctima y el daño causado, como así también en la adquisición de nuevas
herramientas que le permiten al sujeto demorar la secuencia que se presenta en la comisión del
ilícito (reestructuración cognitiva) y trabajar sobre nuevas estrategias para lograr un cambio
favorable frente a las distintas dificultades que se pueden presentar en el medio libre.

116
Capítulo VI
Personas Trans
Personas trans privadas de la libertad bajo la órbita
del Servicio Penitenciario Federal

Introducción

Desde el Servicio Penitenciario Federal (SPF) se vienen desarrollando distintas acciones ten-
dientes a la no discriminación y protección de los derechos y garantías de las personas trans
en el ámbito penitenciario, acompañando los cambios en materia legislativa y social que se
produjeron en nuestro país durante los últimos años, tales como la sanción de la ley de Iden-
tidad de Género Nº 26.743, a través de la cual se reconoce el derecho al libre desarrollo de su
persona –conforme su identidad– y fundamentalmente a ser identificada y referida acorde al
género auto percibido.1

Asimismo, en el marco de la función específica que le cabe a la administración penitenciaria:


reducción de probabilidades de reincidencia y reiterancia, desistimiento del delito y garantizar
estándares de vida en prisión bajo el principio de normalidad.

Las personas privadas de su libertad tienen riesgos y necesidades específicas y, en ese sentido, lo
que se pretende es garantizar un abordaje efectivo en cada uno de esos aspectos. En este sentido,
una población cuyas particularidades, en términos de derechos y de riesgos y necesidades, deben
ser específicamente contempladas, es el conformado por el colectivo trans.

La primer decisión que tomó la administración penitenciaria fue la de trasladar este grupo de
internas de un alojamiento de hombres, que era el Complejo Penitenciario Federal I (C.P.F.I), al
Complejo Penitenciario Federal IV de Mujeres (C.P.F.IV) conforme a su género auto-percibido.

Debe tenerse en cuenta que la situación del colectivo trans en la Argentina. De acuerdo con una
encuesta realizada en 2007 por ALITT (Asociación de Lucha por la Identidad Travesti-Transe-
xual), el 91 % de las personas trans encuestadas señaló haber sufrido situaciones de violencia
en escuelas, hospitales, transportes y oficinas públicas. En relación con los efectores de salud,
la encuesta señala que las personas que sufrieron discriminación por parte de otros usuarios de
los servicios como por distintos integrantes del equipo de salud, en especial personal médico y
administrativo. En relación con la esperanza de vida la encuesta afirma que sobre una muestra de
1. LEY N° 26.743 -ARTICULO 2° — Definición. Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada
persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuer-
po. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole,
siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales.

119
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

592 personas trans fallecidas, el 43 % murió entre los 22 y los 31 años de edad, el 33 % entre los
32 y los 41 y el 9 % antes de cumplir los 21 años. Entre las principales causas de muerte de las
mujeres trans se encuentra el HIV, cifra que da cuenta de las barreras para acceder a los servicios
de salud. En segundo lugar se encuentran los asesinatos. Otras causales son el suicidio, cáncer,
ataques cardiacos, diabetes, cirrosis o complicaciones derivadas de la auto-administración de
hormonas y/o siliconas o aceites. Las condiciones de trabajo deficitarias que presentan las per-
sonas trans repercute directamente en su situación habitacional, provocando que sus lugares de
residencia resulten precarios.2

Hasta aquí algunos datos significativos acerca de cómo vive el colectivo trans en la sociedad
actual. A continuación, haremos un recorrido por las características específicas de las personas
trans en el ámbito penitenciario e intentaremos dar cuenta de los motivos por los cuales se ela-
boró un programa específico de tratamiento para este colectivo y la evaluación que se hizo sobre
el mismo.

La población trans dentro del Servicio Penitenciario Federal

Como dijimos, a continuación haremos una breve descripción de las características principales
de las personas trans privadas de la libertad que se encuentran alojadas en el SPF que son aque-
llas que fueron encuestadas respecto al programa específico aplicado al colectivo trans:

Datos generales de la muestra:


Edad promedio
% N
18-25 21,2 7
20 – 23 54,5 18
24 – 29 21,2 7
NS/NC 3,1 1
Total 100,0 33

Tiempo de detención actual:


% N
Menos de 3 meses 39,4 13
Entre 3 meses y 1 año 24.2 8
Entre 1 y 3 años 33,3 11
NS/NC 3,1 1
Total 100,0 33

2. Ministerio de Salud de la Nación, Programa nacional de salud sexual y procreación responsable, Atención de la salud integral de personas
trans. Guía para equipos de salud, “Población trans: mapa de la situación sociosanitaria en Argentina”, pág. 40.

120
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Situación procesal:
%
Condenada 21,2
Procesada 75,8
NS/NC 3,0
Total 100,0

Población discriminada según delito cometido:


Delitos Procesados Condenados Total %
Ley 23.737 21 4 25 75,76%
Propiedad 2 1 3 9,09%
Otras leyes 5 5 15,15%

Tareas laborales en contexto de encierro:


Total de trans 33
Trabajan 20
Total procesadas 28 100,00%
Trabajan 15 53,57%
Total condenadas 5 100%
Trabajan 5 100%

Clasificación de Riesgo

Sobre esta población de muestra con necesidades especiales3, se desarrolló a su vez una inte-
gración de ciertos datos con la intención de establecer características afines a la intervención
penitenciaria que pudieran servir para el abordaje de los factores criminógenos y en el fortaleci-
miento de los factores protectores.

Tomando los datos obrantes integrados a su vez con otra información específica se intentó iden-
tificar características comunes para el diseño de técnicas de abordaje, aglutinando datos indivi-
duales y colectivos, con el objetivo de conocer las necesidades, la participación, el contexto y de
esta manera dar una respuesta objetiva desde la institución penitenciaria.

Determinado los agrupamientos, en base a una descripción de las características de la población


trans en base a los indicadores generados dentro del sistema de Clasificación Inicial por Riesgo
(CIR), vemos que:

3. UNODC - Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito - Manual sobre Reclusos con necesidades especiales SERIE DE MANUA-
LES DE JUSTICIA PENAL - https://www.unodc.org/documents/justice-and-prison-reform/MANUAL_RECLUSOS_CON_NECESIDADES_ESPECIA-
LES_1.pdf

121
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Riesgo de Suicidio:

1. Cuadro de porcentajes de Riesgo de Suicidio


Suicidio Trans Resto Total
Muy bajo 75,61% 66,17% 66,18%
Bajo 17,07% 27,05% 27,04%
Medio 7,32% 4,42% 4,43%
Alto 0,00% 1,57% 1,57%
Muy alto 0,00% 0,79% 0,79%
Total 100,00% 100,00% 100,00%

De la deducción de los porcentuales lúcidos, podríamos decir que la población trans alojada en
el SPF no reflejaría índices de suicidios representativos en comparación con el resto de la pobla-
ción penal, reflejándose un riesgo medio superior al resto de la población sobre este eje.

80,00% 75,61%

70,00% 66,18%

60,00%
50,00%
40,00%
27,04%
30,00%
17,07%
20,00%
7,32%
10,00% 4,43%
0,00% 1,57% 0,00% 0,79%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Alto Muy alto

Trans Total

Riesgo de Conflictividad:

1. Cuadro de porcentajes de Riesgo de Conflictividad


Conflictividad Trans Resto Total
Muy bajo 48,78% 55,81% 55,80%
Bajo 43,90% 30,58% 30,60%
Medio 4,88% 10,46% 10,45%
Alto 2,44% 2,71% 2,71%
Muy alto 0,00% 0,43% 0,43%
Total 100,00% 100,00% 100,00%

Sobre riesgo de Conflictividad, se observa que la población trans no refleja disparidades sobre el
resto de la población, siendo porcentualmente mayor en lo que respecta al riesgo bajo.

122
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

60,00% 55,80%
48,78%
50,00% 43,90%

40,00%
30,60%
30,00%

20,00%
10,45%
10,00% 4,88%
2,44% 2,71%
0,00% 0,43%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Alto Muy alto

Trans Total

Riesgo de Fuga:

1. Cuadro de porcentajes de Riesgo de Fuga


Fuga Trans Resto Total
Muy bajo 82,93% 81,30% 81,30%
Bajo 17,07% 13,70% 13,71%
Medio 0,00% 3,80% 3,80%
Alto 0,00% 0,92% 0,92%
Muy alto 0,00% 0,27% 0,27%
Total 100,00% 100,00% 100,00%

Vemos en este caso que el segmento de personas trans se encuentra levemente por debajo del
promedio, es decir que presentarían niveles inferiores en lo que respecta al riesgo de fuga.

90,00% 82,93% 81,30%


80,00%
70,00%
60,00%
50,00%
40,00%
30,00%
17,07%
20,00% 13,71%
10,00% 3,80%
0,00% 0,00% 0,92% 0,00% 0,27%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Alto Muy alto

Trans Total

123
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Principales características de las personas trans alojadas en el Servicio Penitenciario Federal

• Si bien registran un porcentaje elevado en actitud frente al trabajo, presentan serios proble-
mas en su historial de empleo.
• Con respecto al estilo de vida, presentan un elevado porcentaje que no tienen un domicilio
fijo, aunque no están en situación de calle.
• En lo que respecta a las relaciones interpersonales, en un 40% no cuentan con apoyo fami-
liar para abandonar el delito.
• En un 75,76% se encuentran detenciones por delitos relacionados con el trafico de drogas.
• Presentan una mayor propensión al consumo de sustancias.
• En lo que hace a las variables de suicidio se encuentran dentro del promedio.
• Profesan respeto hacia la autoridad y no litigan con ella.

Programa Específico de Tratamiento para Mujeres Trans

Luego de realizar un análisis de los riesgos y necesidades individuales de cada una de las per-
sonas trans privadas de la libertad, se detectaron algunos factores comunes que permitieron
acercarnos a los lineamientos necesarios para trabajar en un programa adecuado de tratamiento
con el fin de atender a la especificidad de las necesidades de este grupo.

En este sentido, mediante el Boletín Público N° 613 de fecha 21 de Septiembre de 2016, se


aprobó el programa de intervención específica, cuyo objetivo general es proveer estándares ade-
cuados respecto al trato y tratamiento de las mujeres trans privadas de la libertad, contribuyendo
al desarrollo personal de su identidad de género mediante el trato digno y el ejercicio pleno de
sus derechos, bajo el principio de normalidad y, a su vez, abordar los riesgos y necesidades espe-
cíficas de las mismas y el desarrollo de factores protectores. El programa propone básicamente:

• Generar igualdad de oportunidades y condiciones en relación con el resto de las personas


privadas de la libertad que se encuentran alojadas junto con este grupo específico, tanto en lo
que concierne al tratamiento, como en materia de seguridad.
• Ofrecer herramientas laborales, educativas y sociales que permitan disminuir la vulnerabi-
lidad en materia social, para facilitar un adecuado retorno al medio libre.
• Proveer a las mujeres trans en contexto de encierro, un acceso adecuado a la atención mé-
dica y psicológica, atendiendo cualquier necesidad particular con base en su identidad de
género, garantizando el acceso a la terapia hormonal o de otro tipo, como también los rela-
cionados a su reasignación de género, si ellas así lo solicitaran.

El fin último del programa específico de tratamiento, es reducir los riesgos de reincidencia y reite-
rancia, promover el desistimiento del delito, garantizar la seguridad pública y evitar la discrimina-
ción hacia las personas trans en prisión, por medio del mejoramiento de sus condiciones de vida.

124
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

La base del abordaje de la situación de las personas trans tiene, en lo general, las líneas de abor-
daje generales: seguridad dinámica, manejo de la información, abordaje de factores asociados a
la reincidencia y reiterancia, y promoción de los factores asociados al desistimiento del delito.

En este sentido, se ha promovido mejorar la empleabilidad y la capacidad de autosustento, a


través de actividades educativas y laborales, así como también la intervención específica en
términos de promoción de la salud.

En relación con el abordaje de la impulsividad y el resto de cuestiones cognitivas y conductuales


se les ofrece un espacio terapéutico individual, y también funciona el taller grupal terapéutico de
reflexión y autoconocimiento. Durante el 2016, participaron un total de 46 internas y en el 2017 un
total de 65, por lo que se registró un aumento del 41% de participantes durante este segundo año.

Con respecto a la capacitación del personal penitenciario, durante el año 2017 se incorporó la
temática de género y diversidad sexual como materia obligatoria en los cursos de ascenso del
personal oficial, se realizó un taller de capacitación a cargo de la Dirección Nacional de Políticas
Integrales de Diversidad Sexual de la Secretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural
de la Nación; un curso de formadores en Diversidad Sexual que contó con la capacitación de la
Dirección antes mencionada; así como también la participación en el II Congreso Nacional de
Diversidad Sexual y Derechos Humanos organizado por la Secretaria de Derechos Humanos y
Pluralismo Cultural de la Nación en la provincia de Mendoza.

Encuesta

En relación a lo precedentemente expuesto, en el mes de Septiembre del año 2017 se realizó


una encuesta a 33 mujeres trans privadas de su libertad. Los resultados fueron los siguientes:

a) Con respecto al trato que reciben del personal a cargo del módulo en que se encuentran alo-
jadas manifestaron sentirse:
%
Muy bien 21,3
Bien 33,3
Regular 33,3
Mal 9,1
Muy mal 3,0
Total 100,0

125
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

b) Posibilidades de realizar actividades como el resto de la población penal, manifestaron tener


los mismos derechos en los siguientes porcentajes:
SI %
Trabajar 84,8
Realizar talleres y formación profesional 72,7
Cursar estudios (primaria/secundaria/universitaria) 72,7
Realizar actividades culturales, recreativas y deportivas 57,6

c) En relación a la salud, se muestra el porcentaje de satisfacción en la atención médica


% Muy buena + buena
Realizar la terapia hormonal en esta unidad es… 84,8
A atención psicológica en esta unidad es…. 72,7
La atención médica en esta unidad es… 72,7

d) Respecto de las actividades diagramadas, si bien existe una vasta oferta de actividades
para realizar, la encuesta arroja elevados índices de insatisfacción en relación al tiempo
de ocio, arrojando que no son suficientes las actividades para aprovechar el tiempo en los
siguientes porcentajes:
%
Si 36,4
No 54,5
NS/NC 9,1
Total 100,0

e) Sobre las relaciones interpersonales entre pares y entre ellas y el personal penitenciario:
% Muy buena + buena
Existe una relación de respeto entre las internas en el pabellón 60,6
Me siento acompañada por los profesionales del SPF en esta unidad 36,4
El personal penitenciario de esta unidad me discrimina por ser trans 42,4

f) Sobre el Taller de autorreflexión y conocimiento que se lleva a cabo desde Enero de 2016,
algunos datos representativos son:
% Muy de acuerdo +
de acuerdo
En el taller puedo expresar libremente emociones y pensamientos 95,2
En este taller me ayudan a reflexionar sobre cómo afrontar problemas que pueda tener cuando
81,0
salga en libertad
Participar de este taller me ayudó a mejorar mi auto estima 77,3
Este taller me ayudó a conocerme mejor 72,7
A partir de participar en este taller pude pensar sobre muchas cosas que antes no pensaba 72,7

126
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

El taller sirvió para mejorar la convivencia en el pabellón 68,2


A partir de la realización de este taller nos llevamos mejor como grupo con las internas 59,1
A partir de lo que se habló en el taller pudimos resolver algunos problemas de convivencia que
59,1
existían en el pabellón
A partir de participar en este taller pude pensar sobre muchas cosas que antes no pensaba 42,4

La encuesta arroja un resultado donde se manifiesta que la calidad de vida de las personas trans
en el ámbito penitenciario ha mejorado representativamente a partir de la implementación del
programa. Estas se centran en los siguientes aspectos:

• En materia de clasificación, se dispuso su alojamiento en el Complejo Penitenciario Federal


IV de Mujeres (C.P.F. IV) conforme a su género auto-percibido.
• En salud, ya que todas ellas son hormonizadas luego de ser estudiadas y evaluadas clínica-
mente. El proceso de hormonización es el similar al que se suministra en el medio libre, es
decir, que reciben el kit de hormonización que provee el Ministerio de Salud de Nación.
• Reciben asistencia psicológica individual voluntaria, y participan de talleres terapéuticos de
modalidad grupal con frecuencia semanal.
• Acceso a la educación formal y universitaria de las carreras que se dictan en el estableci-
miento, como así a las actividades deportivas y recreativas.
• En cuanto a lo laboral, cuentan con un amplio abanico de talleres productivos que les po-
sibilitan desarrollar habilidades laborales, además de poder pensarse subjetivamente en una
actividad diferente al momento de su egreso al medio libre.

En todo este cuadro de acción vemos como, desde el Servicio Penitenciario Federal, se está
llevando adelante una política en términos de promoción de los derechos del colectivo trans y
garantizar un trato que respete su género auto - percibido. En este sentido, durante el siguiente
año profundizaremos el trabajo en relación a la capacitación del personal penitenciario, y la apli-
cación del programa en aquellas cuestiones que, a partir de su medición, requieren una mejora
continua.

Por último, cabe señalar que otro eslabón a tratar es el fortalecimiento del abordaje de las ne-
cesidades criminógenas y el desarrollo de los factores protectores, con el objetivo de dotar a
este colectivo de mayores y más efectivas herramientas a fin de que puedan superar las barreras
de exclusión de las que por lo general, han sido víctimas y, asimismo, a partir del apoyo y la
motivación, promover en cada caso en particular que abandonen la conducta delictiva una vez
recuperada su libertad, de modo que puedan vivir conforme los parámetros de la ley y a partir
de lo producido por su trabajo.

127
Capítulo VII
Análisis cuantitativo del
perfil actual de la población penal
Análisis cuantitativo
del perfil actual de la población penal

Introducción

En este informe se presentan los principales resultados relativos a la recopilación de datos reali-
zada para el desarrollo e implementación del sistema de clasificación inicial por riesgo, categori-
zación y clasificación en torno a necesidades. Cabe tener presente que las diversas dimensiones
analizadas han sido construidas a partir de los resultados de la primera etapa de investigación
cuantitativa de este proyecto; a partir de allí se logró un perfil general de la población penal
alojada en el SPF, considerando las variables principales a tener en cuenta relacionadas princi-
palmente a la seguridad y el tratamiento.

En línea con lo expuesto, este trabajo está respaldado en las entrevistas realizadas desde 2015 en
el marco del sistema de Clasificación por riesgo inicial. Esta base de datos contiene información
de 10.313 alojados. Ese volumen de muestra resulta suficiente para brindar una perspectiva del
cuadro actual de situación del sistema. Los datos de este capítulo se refieren a los internos del
SPF al 31 de marzo de 2018. Este capítulo es una actualización con los últimos datos disponibles
del publicado en el número II de “Revista de Criminología” publicada por el SPF en 2016.

Los resultados del trabajo realizado sobre la totalidad de la población penal alojada son
los siguientes:

Datos generales
• La edad promedio de las personas privadas de su libertad es 34 años y medio.
• 65% de los internos tienen hijos menores.
• 62% se encuentran procesados.

Riesgo
De 12.138 internos alojados se poseen registros de valores de riesgo para 10.313 casos (85%).
El cuadro a continuación sintetiza los resultados de la distribución de riesgo.

131
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

1. Cuadro de Distribución de Riesgo en el SPF


Nivel de riesgo Suicidio Conflictividad Fuga
Bajo 63,80% 50,40% 75,80%
Medio 28,40% 33,00% 17,10%
Medio alto 5,10% 12,50% 5,30%
Alto 1,80% 3,60% 1,40%
Muy alto 0,90% 0,50% 0,40%

2. Grafico de Distribución Niveles de Riesgo en el SPF


80,00% 75,80%

70,00% 63,80%
60,00%
50,40%
50,00%
40,00% 33,00%
28,40%
30,00%
17,10%
20,00% 12,50%
10,00% 5,10% 5,30%
1,80% 3,60% 1,40% 0,90% 0,50% 0,40%
0,00%
Bajo Medio Medio alto Alto Muy alto

Suicidio Conflictividad Fuga

Historial delictivo
• 40% está detenido por delitos violentos.
• 10% tuvo detenciones siendo menor (3% más de una detención).
• 40% tuvo condenas previas siendo mayor (14% tres o más condenas).
• De este último grupo, un 85% había estado en prisión menos de 5 años, 10% entre 5 años y 8
años y un 5% más de 8 años.
• Sólo un 7% incumplió medidas alternativas a la prisión.
• Un 4% tiene antecedentes de delitos intramuros.
• Un 72% de los internos del SPF, aproximadamente, cometieron un solo tipo de delito.

132
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

• De aquellos que estuvieron en prisión en forma previa un 32% estuvo en libertad menos de 6
meses, el 25% entre 6 meses y un año. El 43% estuvo más de 2 años.

Trabajo y habilidades laborales


• 41% de los internos no tenían problemas de empleo.
• 43% tenía problemas para insertarse en el mundo laboral.
• 17% presenta serios problemas en el mercado de trabajo.

En el siguiente gráfico podemos observar el tiempo transcurrido desde el último trabajo estable;
a saber:

• Un 19% nunca trabajó.


• Un 27% lleva más de 2 años sin un trabajo estable.
• Un 54% tuvo trabajo estable dentro de los dos años previos a su detención.
• Un 16% de los individuos alojados en el SPF no tiene capacidades ni experiencia laboral.
• Un 29% presenta largos períodos inactivos.
• El 55% no presenta largos períodos inactivos.

133
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

En lo relativo a la actitud hacia el trabajo:

• Un 55% presenta una buena actitud.


• Un 38% una actitud intermedia.
• El 7% restante rechaza el trabajo abiertamente.

Estilo de vida y sociabilidad

• En el 50% de los casos, los ingresos no provienen de actividades delictivas, en un 33% los
ingresos de actividades delictivas son parciales y en un 12% de los casos los ingresos provienen
exclusivamente de actividades delictivas.
• Un 23% de los individuos se vinculan regularmente en el medio libre con infractores, mientras
que un 34% tiene vínculos esporádicos. Por otra parte, un 43% no tiene vínculos.
• El 91% posee domicilio fijo y un 9% se encontraba en situación de calle al momento de la
detención (más de la mitad de este grupo (6%) llevaba más de seis meses viviendo en la calle).
• Un 9% de los individuos presenta rasgos de manipulación fuertes y un 34% rasgos in-
termedios.
• Un 44% integra grupos no delictivos en el medio libre, mientras un 31% no participa. El resto
presenta una participación intermedia.

Infancia y adolescencia
En lo que hace a las variables vinculadas a la infancia y la adolescencia de los individuos aloja-
dos en el SPF destacan los siguientes datos:
• 47% provienen de hogares con padres separados.
• 16% sufrió abandono del hogar (y un 9% adiciona, lo sufrió intermitentemente durante algunos
períodos).
• 20% fueron víctimas de violencia doméstica (la mitad en situaciones graves).
• 16% no finalizó el primario, 60% lo terminó y sólo el 24% finalizó el secundario.
• 73% tuvo vínculos con el padre hasta la adultez (el 13% nunca los tuvo).
• 89% tuvo vínculos con la madre hasta la adultez (el 3% nunca los tuvo).

Relaciones interpersonales y familiares


• Un 77% mantiene relación con los miembros de su familia, lo que podría interpretarse como
un aspecto positivo. Por otro lado, el 8% tiene vínculos inexistentes con la familia.
• Del total que indica tener pareja (un 60% del total), en el 16% de los casos se trata de parejas
con antecedentes delictivos.
• Por otra parte, un 23% tienen familiares con antecedentes penales.
• El 59% tiene apoyo familiar para el abandono del delito y un 18% no cuenta con ningún apoyo.
En el grupo restante (23%) el apoyo es intermedio.

134
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Variables de conflictividad
• Un 20% de los individuos presentan heridas con armas y un 11% heridas auto-agresivas.
• Del total de heridos, el 12% presenta una herida con arma de fuego y 10% más de una.
• En lo que hace a heridas de arma blanca, el 18% presentan una herida y el 12% más de una.
• Un 20% de la población penal tiene sanciones graves (8% en más de tres oportunidades), el 5%
ha destruido materiales y 21% ha participado en peleas con otros internos.
• Un 6% participó en agresiones al personal penitenciario.
• La agresión a visitantes es sólo del 0,5% de los casos analizados.

Vulnerabilidad
• Un 19% de los internos manifiestan haber sido abordados hostilmente por otros internos y en
un 60% de los casos puso fin a la situación. Sin embargo, en el 76% hubo confrontación física y
sólo el 37% de los agredidos solicitó ayuda a las autoridades.
• En el 56% de los casos la percepción del daño recibido es leve. En el 17% es grave y en el 28%
restante como moderado.
• Un 9% presenta síntomas de trastorno de personalidad (2% con síntomas muy marcados).
• Sólo un 9% pertenece a grupos por criterio de raza, religión, origen étnico u otra característica.

Actitudes
• Un 48% no apoya las conductas delictivas, un 33% presenta una actitud intermedia y el 19%
apoya las mismas.
• Un 4% rechaza a la autoridad, 26% tiene una actitud intermedia, mientras que el 68% la acepta.
• Un 60% acepta las reglas de la comunidad, mientras un 6% las rechaza totalmente.
• Un 14% no reconoce sus motivaciones para cometer delitos ni reconoce el problema. Un 21%
tiene una posición intermedia y el 65% reconoce las motivaciones.

Variables de personalidad
• Sólo un 53% no presenta tendencia a actuar sin pensar en las consecuencias de sus actos a me-
diano largo plazo. Un 11% presenta frecuentemente una tendencia a actuar sin pensar.
• En lo que refiere a aplazar satisfacciones, los resultados son preocupantes. Sólo un 11% de los
internos presenta capacidad de aplazarlas. A su vez, un 39% es incapaz de aplazar satisfacciones
inmediatas. Esto es consistente con la capacidad de establecer objetivos de mediano y largo pla-
zo donde se observa que el 43% es incapaz de hacerse este planteo y sólo el 19% presenta una
actitud positiva en este sentido.
• En contraposición, el 82% no se muestra agresivo ni irritable (sólo 3% se mostraron en extre-
mo irritables).

Consumo de drogas
Como podemos observar en el cuadro a continuación, el consumo de drogas está liderado por
marihuana, seguida de cocaína, psicofármacos, alcohol y paco.

135
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Droga Total internos Consumo


Antes del último año Durante el último año
Marihuana 3356 44% 56%
Cocaina 2631 48% 52%
Psicofarmacos 1136 44% 56%
Alcohol 978 33% 67%
Paco 819 26% 74%
Inhalantes 261 58% 42%
Anfetaminas 261 65% 35%
Alucinogenos 156 72% 28%
Otros 138 62% 38%
Opiaceos 53 62% 38%

• Un 56% declara haber consumido drogas.


• Del total que indican consumir drogas, un 33% consume diariamente, 36% una o dos veces por
semana. El resto, menos de una vez por semana.
• Un 11% de los consumidores “se ponen violentos” bajo el consumo de drogas y en un 22% de
los casos no es posible determinarlo.
• Un 41% no reconoce el problema ni sigue tratamiento, 34% reconoce el problema pero no
sigue tratamiento, mientras que la minoría reconoce el problema y sigue tratamiento.

Conductas y pensamientos suicidas


• Un 10% presenta síntomas de depresión (1% con síntomas severos).
• Un porcentaje similar, 11%, reúne actualmente criterios diagnósticos de algún trastorno del
estado de ánimo, trastorno psicótico o trastorno de la personalidad.
• En un 12% de los casos se trata de tipologías delictivas que podrían implicar riesgo de suicidio.
• Sólo el 5% tiene antecedentes familiares de suicidio.
• El 20% ha tenido pérdidas de familiares cercanos.
• El 3% manifestó intenciones suicidas.
• Entre los que han manifestado intenciones suicidas, un 10% tiene pensamientos constantes y
un 17% pensamientos prolongados
• Un 14% acepta los pensamientos suicidas y un 50% presenta una actitud ambivalente. Sólo el
36% los rechaza.
• En un 49% de los casos, la motivación radica en escapar de los problemas.
• Sólo un 23% expresa un plan y el 8% han llevado a cabo intentos de suicidios en el último año.
• De los individuos que habrían realizado intentos de suicidio, 33% lo habría hecho en el último año.

Variables de fuga
En lo que hace a variables a considerar como determinantes para definir el riesgo de fuga, en-
contramos los siguientes resultados:

136
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

• El 3% pertenece a alguna fuerza de seguridad.


• El 4% tiene familiares en alguna fuerza de seguridad.
• El 13% es miembro de grupos organizados (21% con participación alta, 46% con participación
intermedia).
• El 10% es miembro de grupos armados (32% con participación alta, 51% con participa-
ción intermedia).
• Menos del 1% de los alojados presenta tatuajes de pertenencia a organizaciones criminales.
• El 3% presenta antecedentes de fuga o evasión.
• El 1% manifiesta tener deseos de fuga o evasión.
• El 6% de los internos tienen familiares detenidos en el SPF, en su mayor parte hermanos
o pareja.
• Un 2% de los individuos tienen familiares detenidos en otros servicios penitenciarios de Ar-
gentina, en su mayoría hermanos.

137
Capítulo VIII
Perfiles de internos por delitos
contra la propiedad y por
infracción a la ley de drogas
Perfiles de internos por delitos contra la propiedad y
por infracción a la ley de drogas

Los cambios legales, económicos y sociales que se suscitaron en estos últimos años han variado
la composición de la población penitenciaria, observando que estos “perfiles tradicionales” mu-
taron hacia “nuevos perfiles”, con rasgos de intervención más complejos.

Estos cambios, representan nuevos desafíos a la administración penitenciaria, entre los que se
consideran una mayor diversidad, más dificultad para asociar excluido-delincuente-interno, ne-
cesidad de búsqueda de nuevos criterios de agrupación, mayor complejidad en la aplicación de
la legislación penitenciaria y cambios en el planteamiento y ejecución del tratamiento.

En investigaciones previas1 se mostraron tres tipologías delictuales: “delitos de secuestro ex-


torsivo, homicidios y agresión sexual,” de las cuales se resaltaron ciertas características a con-
siderar respecto de cada una de ellas. Por tal motivo se continúa ahora con el análisis de otras
tipologías delictuales en pos de presentar un estudio cuantitativo de los perfiles y características
de los internos alojados en el SPF a partir de la integración de datos colectivos e individuales.

Se busca así colaborar con el despliegue de políticas para el abordaje de los riesgos y necesida-
des específicas de personas privadas de libertad con estas características comunes.

En tal sentido en este ensayo se formuló el análisis de “perfiles”2 de los internos que se encuen-
tran alojados por:

• Infracción a la ley de drogas


• Delitos contra la propiedad3

La razón de esta selección estaría correspondida al incremento que ha sufrido la administración


penitenciaria de personas detenidas principalmente por estos dos tipos delictuales.

1. “Perfiles de internos según delito: secuestro extorsivo, homicidio, agresión sexual”, Revista de Criminología II, 2016, Servicio Penitenciario
Federal.
2. Se trata de la identificación de características comunes para el diseño de técnicas de abordaje. Se aglutinan datos individuales y colectivos,
con el objetivo de conocer los antecedentes intramuros, la participación el contexto y dar una respuesta desde la institución penitenciaria.
3. Código Penal De La Nación Argentina - Ley 11.179 (T.O. 1984 Actualizado) -Titulo VI - Delitos Contra La Propiedad. Ley 23.373.

141
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

1. Evolución de ingresos de internos detenidos por delitos contra la propiedad y por infrac-
ción a la ley 23.7374.
5.000 4.533 4.480
4.225 4.278 4.370
4.086 4.110 4.201 4.100
3.998 3.949
4.000 3.430 3.442
4.127 4.216
3.804
3.000
3.055 3.058 3.093 3.137 3.172
2.847 2.864
2.608
2.000 2.378 2.459

1.000

0
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018

Propiedad Ley 23.737

Se observa claramente el incremento de internos detenidos por delitos relacionados con la in-
fracción a la Ley 23.737 a partir de mediados del año 2015, mientras que los delitos relacionados
contra la propiedad se nota un incremento a partir del año 2016, llegando ambos a equipararse
en el año 2018.

2. Cuadro de Delitos contra la propiedad y por infracción a la Ley 23.737 de internos alo-
jados en el SPF5.
Total alojados Delitos contra la propiedad Infracción a la ley 23.737
Total 11.861 4.278 4.127
Edad promedio 36 32 37
Hombres 10.915 4.095 3.567
% Hombres 92% 96% 87%
Edad promedio 36 32 37
Mujeres + trans 946 183 560
% Mujeres 8% 4% 13%
Edad promedio 37 32 38

En el siguiente cuadro se muestran los internos alojados en el SPF a fines de 2017 y su desagre-
gación en las dos tipificaciones penales que analizamos. Como se observa a simple vista, ambos
tipos representan el 71% de los internos totales del SPF (un 36% en el caso de delitos contra la
propiedad y un 35% en el caso de infracciones a la ley de drogas). Esta proporción es aún mayor
en el caso de las internas mujeres, ya que casi tres de cada cuatro internas (un 79% exactamente)
está alojada en el SPF producto de una de estas dos tipologías delictivas.

4. Nota: los datos corresponden al 31 de diciembre de cada año y al 31 de marzo de 2018.


5. Fuente: Base de datos de la Dirección de Judiciales del SPF.

142
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Del total de alojados en el SPF, un 92% son hombres. Estas proporciones son un tanto menores
en el caso de infracciones a la ley de drogas (un 87% de hombres, 13% de mujeres) y un tanto
mayores en el caso de delitos contra la propiedad (96% hombres, 4% mujeres).

3. Gráfico de proporciones6

Respecto a la edad promedio, los alojados por delitos contra la propiedad muestran un promedio
de edad sensiblemente menor (32 años, sean hombres o mujeres) contra un promedio de 37 años
para los alojados por infringir la ley 23.737.

En cuanto a la situación procesal de los internos, el siguiente cuadro resume los principales da-
tos. La participación de los detenidos en el total el siempre marginal, aunque algo mayor en el
caso de los alojados por delitos contra la propiedad. En el caso de infracciones a la ley de drogas,
la participación de los procesados en el total alcanza a casi tres de cada cuatro internos, un valor
sensiblemente mayor al promedio del SPF. En el caso de delitos contra la propiedad esta cifra
se ubica justo por encima de la mitad: poco más de uno de cada dos internos por esta razón se
encuentra procesado.

4. Delitos contra la propiedad y por infracción a la Ley 23.737 - Internos alojados en el


SPF – Situación procesal7
Total alojados Delitos contra la propiedad Infracción a la ley 23.737
Total 11.861 4.278 4.127
Procesados + inimput 6.774 1.922 2.944
(% del total) 57% 45% 71%
Condenados 5.087 2.356 1.183
(% del total) 43% 55% 29%

6. Fuente: Base de datos de la Dirección de Judiciales del SPF.


7. Fuente: Base de datos de la Dirección de Judiciales del SPF.

143
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Dentro del Servicio Penitenciario Federal se ha desarrollado una metodología de clasificación


y categorización de internos en base a datos estructurados llamada Clasificación Inicial por
Riesgo (CIR de aquí en adelante) que mide indicadores asociados al riesgo que cada interno
presentaría, en relación a los siguientes eventos:

• Hechos de un alto grado de conflictividad dentro de la unidad penitenciaria


• Intentos de fuga
• Intentos de suicidio

Esta información permite obtener una referencia detallada del perfil de cada interno. Así en los
cuadros que siguen, se comparan los valores de CIR para los internos de cada una de las dos
tipologías delictivas analizadas con el total histórico del sistema CIR. Esto permite establecer
perfiles asociados a cada modalidad delictiva seleccionada.

En el cuadro 4 mostramos la estructura del indicador de riesgo de conflictividad para las dos
formas delictuales analizadas y la media histórica del SPF como punto de referencia. Como se
observa, el perfil conflictivo de los infractores a la ley de drogas es menos marcado que el pro-
medio, y a su vez, mucho mayor que el de los alojados por delitos contra la propiedad.

5. Cuadro de delitos contra la propiedad y por infracción a la Ley 23.737 - Riesgo de con-
flictividad medido por CIR8
Total histórico del CIR Delitos contra la propiedad Infracción a la ley 23.737
Muy bajo 34% 74% 57%
Bajo 40% 23% 30%
Medio 19% 3% 10%
Alto 6% 0% 3%
Muy alto 1% 0% 0%
Total 100,00% 100,00% 100,00%

Si en promedio, tres de cada cuatro internos presentan riesgos bajos o muy bajos de conflicti-
vidad, el 97% de los alojados por delitos contra la propiedad y el 87% de los infractores a la
ley de drogas muestran este nivel de riesgo. En contraposición, un 7% del total de los internos
muestran riesgos altos o muy altos de conflictividad, mientras que solamente un 3% de los in-
fractores a la ley 23.737 o un magro 0,1% (un interno cada mil) de los alojados por delitos contra
la propiedad lo hace.

8. Fuente: Base de datos CIR- SPF.

144
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

6. Gráfico histórico de datos CIR9

En lo que respecta al riesgo de fuga, como se muestra en el cuadro 5 y el gráfico que lo acom-
paña, los valores, si bien son “menores” (en el sentido de configurar menos riesgo de fuga) en
el caso de los dos tipos delictuales analizados a la media histórica del SPF, muestran magnitu-
des bastante similares.

7. Delitos contra la propiedad y por infracción a la Ley 23.737 - Riesgo de fuga medido
por CIR10
Total histórico del CIR Delitos contra la propiedad Infracción a la ley 23.737
Muy bajo 73% 81% 81%
Bajo 18% 15% 13%
Medio 6% 3% 4%
Alto 1% 1% 1%
Muy alto 1% 0% 0%
Total 100,00% 100,00% 100,00%

9. Fuente: Base de datos CIR- SPF.


10. Fuente: Base de datos CIR- SPF.

145
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

8. Grafico histórico CIR sobre riesgo de fuga del CIR11

Finalmente, en el cuadro 5 y su gráfico, se muestra la distribución del riesgo de suicidio médi-


do por CIR. En ambos tipos delictuales analizados el riesgo de suicidio percibido por CIR es
menor a la media histórica del SPF. Esto es más marcado en el caso de los alojados por delitos
contra la propiedad (98% del total con riesgo bajo o muy bajo contra 88% de la media históri-
ca) que en los internos por infracción a la ley de drogas (94%).

9. Cuadro de delitos contra la propiedad y por infracción a la Ley 23.737 - Riesgo de


suicidio medido por CIR12
Total histórico del CIR Delitos contra la propiedad Infracción a la ley 23.737
Muy bajo 54% 85% 67%
Bajo 34% 13% 27%
Medio 7% 1% 4%
Alto 3% 1% 2%
Muy alto 1% 0% 0%
Total 100,00% 100,00% 100,00%

11. Fuente: Base de datos CIR- SPF.


12. Fuente: Base de datos CIR- SPF.

146
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

10. Gráfico de Delitos contra la propiedad y por infracción a la Ley 23.737 - Riesgo de
suicidio medido por CIR13

En otra línea de estudio se observa la cantidad de reingresos de los internos que actualmente se
encuentran alojados por infracción a la Ley 23.737, diferenciando según el delito cometido en
períodos anteriores.

11. Cuadro de reingresos de los internos que actualmente se encuentran alojados por in-
fracción a la Ley 23.73714
600 535

400

206 181
200

24 19 10 9 8 6 5 2
0
No consta carátula

Personas

Seguridad pública
Propiedad

Orden público
Ley 23.737

Administración pública

Otras leyes

Integridad sexual
Fé pública

Libertad

13. Fuente: Base de datos CIR- SPF.


14. Nota: para la confección del cuadro se tomó en cuenta la población penal alojada al 31-03-2018 por infringir la Ley 23.737, que alcanzaba
un total de 4.216 internos. De ellos, 701 detenidos estuvo previamente alojado, al menos una vez, en algún establecimiento del S.P.F., por los
delitos que se describen.

147
Capítulo IX
Perfiles de internos según delito

Homicidas
Análisis y descriptores estadísticos sobre la población de
“homicidas” alojados en el Servicio Penitenciario Federal1

1. Introducción

El homicidio como delito de origen violento resultaría fuente de atención particular por diver-
sos factores, entre los que podríamos considerar el impacto social, la muerte de la víctima y las
repercusiones generadas sobre el grupo familiar de ésta.

En esa idea, vemos que varios autores estudiaron los factores que aumentarían el riesgo para
que se presente este tipo de conducta delictiva o la reincidencia en el delito.2 Además, algunos
doctrinarios identificaron ciertos predictores para la comisión de un delito violento y su reinci-
dencia en general.3

Se observa además que existen diversas tipologías para describir a los “homicidas”. La más
conocida se basa en homicidio simple o múltiple elaborada en el F.B.I. (Centro para el Análisis
del Crimen Violento y descripta en el Crime Classification Manual4) en la cual dicho organismo
utiliza los conceptos de “organizado” y “desorganizado” para abordar los estudios de los homi-
cidios, en función de aspectos como la inteligencia, el estatus, el carisma, el sexo; sin embargo,
ello no se realiza con el fin de establecer características para la intervención penitenciaria, si no
para la investigación criminal, mediante la técnica de perfilamiento que se conoce como “profi-
ling”: “…que resulta ser una técnica de investigación criminalística para el descubrimiento del
autor de un delito, en base a aglutinar datos de personalidad y de comportamiento, con el ob-
jetivo específico de descubrir el delito y con un fin individual que sería identificar al autor…”.

Marcada esta diferenciación, para el desarrollo del presente se tomaron datos de la práctica
expuesta, los que, integrados con otra información específica, permitieron la identificación de
características comunes para el diseño de técnicas de abordaje, aglutinando datos individuales y
colectivos, con el objetivo de conocer los antecedentes intramuros, la participación, el contexto
y de esta manera dar una respuesta objetiva desde la institución penitenciaria en el marco de un
modelo de riesgo.
1. Base del Sistema Legajo Personal Único http://intranet2.jus.gov.ar/spf/lpu a Diciembre 2017.
2. Estos factores son los antecedentes criminológicos, los pares antisociales, la problemática familiar, el rendimiento escolar o laboral, el uso
de sustancias psicoactivas o el alcohol, entre otros. (Andrews y Bonta 1994).
3. La historia criminológica, la edad del delincuente, el número de delitos, cometer el primer delito violento en la juventud, y ser joven al
cometer el primer homicidio. (Vivien S. Huan 2010).
4. J. Douglas, et al 2006.

151
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Así, los objetivos del presente trabajo son:

1.a) Identificar y describir características comunes de la población en estudio, mediante elemen-


tos jurídicos y criminológicos y otros en base a particularidades del sujeto, intentando identificar
factores de reincidencia delictiva y su vinculación con factores situacionales.5

1.b). Determinar agrupamientos según la descripción de las características de la población vin-


culada a casos de homicidio, en base a los indicadores generados dentro del sistema de Clasifi-
cación Inicial por Riesgo (CIR).

Asimismo se intenta una profundización de la caracterización del punto anterior, en base al aná-
lisis de la totalidad de las variables que integran el formulario del CIR.

2. Población y muestra

Para el presente trabajo se utilizó una muestra formada por el 8% de la totalidad de la población
carcelaria, conforme datos del sistema de Legajo Personal Único al mes de diciembre de 20176.

2.a) Sexo: En relación al sexo de la población en estudio surge que el 4% son mujeres y el
96% hombres.

2.b) Nacionalidad: La muestra se compone de 87% argentinos y 13% extranjeros, de los cuales
el 97% son latinoamericanos y el 3% asiáticos.

2.c) Situación familiar: Determinando la manifestación brindada sobre el estado civil al mo-
mento de ser detenido:

1. Grafico sobre Estado Civil


70,00% 65,26%

60,00%

50,00%

40,00%

30,00%
19,87%
20,00%
8,88%
10,00%
1,11% 1,44% 1,79% 1,11% 0,55%
0,00%
No hay dato Soltero Casado Viudo Divorciado Concubinato En pareja Separado

5. Múltiples investigaciones han puesto de relieve la conexión entre las vivencias de tensión y la propensión a cometer ciertos delitos, espe-
cialmente delitos violentos (Andrews y Bonta, 2006; Tittle, 2006).
6. http://intranet2.jus.gov.ar/spf/lpu

152
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

2.d) Identificación de variables: Para la identificación de factores específicos consideramos 78


variables, y se le asignaron valores numéricos a las mismas, diferenciando además dos grupos,
identificados como “homicidas” y “no homicidas”.

Así resulta que sobre la población en análisis, hay una serie de 7 datos cuya ausencia o caracte-
rística imposibilita hacer un análisis de significación estadística entre estos dos grupos. Estas son:

• Anfetaminas
• Alucinógenos
• Actúa sin pensar7
• Padre detenido
• Madre detenido
• Abuelo detenido
• Inhalantes

Excluidos este grupo de datos, deducimos un conjunto de 71 variables analizables, en pos de


identificar características comunes y diferentes sobre la población.

Como producto de la integración de los datos obrantes, vemos que hay una serie de variables
que no presentan diferencias significativas entre el grupo de “homicidas” y “no homicidas” (el
signo positivo indica que el valor de la variable es mayor en el caso de los “homicidas” que en
el de los “no homicidas”; el signo negativo, lo contrario).

2. Cuadro de variables sin diferencias significativas entre ambos grupos8


1,828

1,825

1,119

0,999

2
0,605

1,5
0,204

0,14

1
0,5
0

0
-0,5
-0,154

-0,159

-1
-0,236

-0,489

-0,525

-0,602

-1,5
-0,827

-0,892

-0,962

-1,022

-1,049

-2 -1,087

-1,534
HermanoDetenido
Acti tudTrabajoGeneralOpcional

PrimoDetenido
TatuajesOrganizaciónCriminal

TíoDetenido

VínculoInfractoresOpción

ApoyaConduct aDel ictivaOpción

Det enciónMenorOpción
ViolenciaDomesticaOpción

Famili aresFuerzas
0

SeparaciónPadres

ParejaDetenido
ComunidadReglasOpción

IntentoÚltimoAño
GrupoCriteriosRaza
AbandonoHogarOpción

DuraciónPensamientoSuicida
IngresoAct ividadDelictiva

IntentoSuicidio

MotivacionesIdeaci ónO pci ón

7. Se dejan las denominaciones originales de las variables tal cual aparecen en la base de datos CIR para facilitar la búsqueda posterior.
8. Todas las variables tienen sus valores distribuidos homogéneamente en el intervalo [0-2], algunas preguntas pueden no ser contestadas
debido a que son una ampliación de una respuesta anterior.

153
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Resulta entonces que este grupo de 21 variables muestran diferencias que no son significativas
estadísticamente. Es decir que, no se puede afirmar de manera taxativa (con una confianza me-
nor al 5%) que la variable muestre valores diferentes en el caso de los “homicidas” que en el de
los “no homicidas”.

Por otro lado, se integraron las variables con diferencias significativas en las que el valor de los
“no homicidas” es mayor que el de los “homicidas”, sirviendo, en principio, para diferenciar
características de un grupo diferentes del otro.

3. Gráfico de variables con diferencias significativas en las que el valor de los “no homici-
das” es mayor que el de los “homicidas”.

-2
-2,11

-2,119

-2,786

-5
-3,666

-3,823

-4,511

-4,566

-5,05

-5,072

-5,289

-6,281
-8

-8,169
-11

-10,244
-14

-12,54
CondenasPreviasOpción

TrastornoConsumoSustancias

Marihuana
MiembrosGruposOrganizados

TiempoLibertadDetenciónOpción

HistoriaEmpleoOpción

Cocaína

Alcohol
FamiliarDetenidoSPF

AplazarSatisfaccionesOpción

Paco

NivelUsoDrogasOpción
OtroDetenido

Psicofármacos

Este grupo de 14 variables posee valores significativos estadísticamente (con una confianza del
95%) y muestra que los valores que se obtienen para el caso de los “no homicidas” son mayores
que para los “homicidas”.

Haciendo un breve resumen:

1) El grupo de los “no homicidas” muestra un mayor uso de sustancias narcóticas (alcohol, ma-
rihuana, cocaína, psicofármacos, paco), que el grupo de los “homicidas”.

2) El grupo de los “no homicidas”, presenta un mayor número de condenas previas y un mayor
tiempo en libertad previo a la actual reclusión.

154
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

3) A su vez esta población presenta una mayor pertenencia a grupos organizados y una mayor
frecuencia de familiares y allegados recluidos en el SPF que el grupo de los “homicidas”.

4. Gráfico de variables con diferencias significativas en las que el valor de los “homicidas”
es mayor que el de los “no homicidas”.

36,695
40

30

19,939
17,659
16,427
16,283
16,223
15,866
20

11,174
10,828
10,778
10,34
9,651
9,508
8,194
7,967
7,355
6,934
6,574
5,842

6,75
5,483
5,366
5,214

10
3,996
3,817
3,152
2,748
2,736
2,685
2,529
2,532
2,491
2,476
2,278
2,198
2,027

CantidadHerdiasArmasFuegoOpción

TipologíaDelictiva
RasgosManipulaciónOpción

AntecedentesDelitosIntramuros
SintomasDepresivosOpción

DestrucciónMateriales

GrupoFugaEvasión
PusoFinSituaciónHostil

ObjetivosMedianoPlazoOpción

PeleasInternos
ActuarSinPensarOpción
TrastornoAnimoPsicóticoPersonalidad
GradoParticipaciónGruposOrganizadosOpción
RechazaAutoridadOpción

TiempoTranscurridoTrabajoEstableOpción
ExperienciaCapacidadHistoriaLaboralOpción

GradoParticipaciónGruposArmadosOpción
CantidadHerdiasArmasBlancasOpción

HeridasArmas

GruposArmados

AntecedentesFugaEvasión
AgresiónVisitantesos

AlteracionesGravesRegimenDisciplinarioOpción
DiversosTiposDelitosOpción
PerteneceFuerzas

ParejaAntecedentesDelictivos
MedidasAlternativas

DomicilioFijo

TipoDelito
FamiliaresAntecedentesPenales

HeridasAutoagresivos

AbordadoHostilmenteInternos
DeseosEvadirseFugarse

AgresiónPersonalPenitenciario
ViolentoBajoDrogasOpción
IntencionesSuicidas

Vemos el grupo de variables que se diferencian significativamente entre ambos grupos compren-
diendo 36 variables. Con aquellas que se destacan muy sobre el resto en nivel de significación
se asocian principalmente a:

4) El grupo de los “homicidas” presenta mayor relevancia en las variables relacionadas con fal-
tas disciplinarias graves intramuros (peleas, delitos intramuros, alteraciones graves al régimen
disciplinario, destrucción de materiales, agresión a personal penitenciario).

5) A su vez grupo de los “homicidas” presenta mayor porcentaje en la integración grupos rela-
cionados a fuga o evasión y presenta referencias de fuga y evasión en relación a “intentos de
fuga (pertenencia a grupos de fuga o evasión, antecedentes de fuga o evasión, deseos de fuga)”.
De aquí se desprenden los altos valores que se observan en los estadísticos del punto 2.

155
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

6) El grupo de los “homicidas” presentan a su vez mayor cantidad de “heridas”, en primer lugar
de armas de fuego y luego de armas blancas.

7) Además el grupo de los “homicidas”, refiere haber sido abordado en mayor medida por
otros internos.

2.e) Caracterización de los homicidas por tipo de delito

La complejidad, en este caso, es que este campo no se completa de una forma estricta, utilizando
las fuentes del sistema LPU o de la base de datos de información judicial.

En resultado consigna 30 tipologías delictivas. De ellas, solamente seis están vinculadas


a homicidios:

• Homicidio culposo / preterintencional


• Homicidio doloso (o tentativa)
• Abuso sexual seguido de muerte
• Robo seguido de muerte, con lesiones o con armas
• Homicidio agravado
• Homicidio simple

Referidos a homicidios tenemos el 8% de casos sobre el total de alojados. Poco más de la mitad
(4,2 %) de los casos está asociado a homicidio doloso y el resto, en mucha menor medida, a las
demás tipologías disponibles (excepto abuso sexual seguido de muerte, del cual no hay casos
en la muestra). Se asignó a cada LPU un solo rango de tipo de homicidio. Nos quedamos con el
más grave9 de los que figuran en la base de datos.

5. Cuadro de riesgo de tipo de homicidio


Tipo de homicidio Cantidad
Homicidio simple 60%
Sin datos 21%
Homicidio agravado 14%
Robo con homicidio 4%
Homicidio calificado culposo 1%
Total 100%

Se observa entonces que, un 21%, no tenemos datos de que esté alojado producto de un homi-
cidio. De los demás, casi un 60% figuran con al menos un formulario cargado con “homicidio

9. El “orden de gravedad” de los homicidios que empleamos fue: homicidio agravado, homicidio simple (unificamos aquí homicidio doloso y
homicidio simple de la clasificación original), robo seguido de muerte, homicidio culposo.

156
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

doloso” o “homicidio simple”. Un 4% con “robo seguido de muerte”, un 1% con “homicidio


culposo” y un 14% con “homicidio agravado”.

2.f) Riesgo de suicidio según tipo de homicidio

Sobre esta clasificación y sobre estos datos se basan los análisis que siguen. El siguiente gráfico
resume la información vinculada al riesgo de suicidio.

6. Gráfico de Indicador de riesgo de suicidio según tipo de homicidio


66,67%

80,00%
56,25%
55,14%
54,76%

70,00%
60,00%
34,98%

34,05%
33,33%

50,00%
31,25%
24,03%

40,00%
14,44%

12,50%
30,00%

11,11%

11,11%
7,69%

7,57%
6,98%
20,00%

1,62%

1,62%
1,55%
1,28%

1,28%
0,78%
0,00%

0,00%

0,00%
10,00%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Al to Muy alto

Homicidio agravado Homicidio calificado cul poso Homicidio simple Robo con homicidio Sin datos

Como se observa, la categoría “robo seguido de muerte” “homicidio simple” tiene asociado un
riesgo de suicidio mucho menor que las demás. En el caso de los que se encuentran por el delito
de homicidio culposo traen aparejado un riesgo muy alto superior al 11%. Esto es especial-
mente notable respecto a “homicidio agravado” que tiene un riesgo “medio” casi equiparable al
“muy bajo” y un riesgo “muy alto” también relativamente alto.

3. Integración de los indicadores generados dentro del sistema de clasificación inicial


por riesgo, en base al análisis de la totalidad de las variables que integran el formula-
rio del CIR

3.a) Riesgo de suicidio

El siguiente cuadro muestra la distribución de la muestra en términos del indicador de riesgo de


suicidio del CIR.

157
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1. Cuadro de indicador sobre riesgo de suicidio


Riesgo de suicidio Homicidas No homicidas
Muy bajo 56,49% 75,94%
Bajo 33,07% 18,05%
Medio 7,77% 3,69%
Alto 1,22% 1,61%
Muy Alto 1,44% 0,71%
Total 100,00% 100,00%

2. Gráfico de indicador sobre riesgo de suicidio


80,00% 75,94%

70,00%
56,49%
60,00%

50,00%

40,00% 33,07%
30,00%
18,05%
20,00%
7,77%
10,00% 3,69%
1,22% 1,61% 1,44% 0,71%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Al to Muy alto

Homicidas No Homicidas

Como se observa, la distribución entre ambos grupos del indicador de riesgo de suicidio (según
CIR) es pareja para los rangos altos (de riesgo medio a muy alto), pero muestra discrepancia
entre los grupos muy bajo y bajo. Casi nueve de cada 10 internos de ambos grupos pertenecen a
los dos rangos más bajos del indicador. Tomando los valores absolutos promedio del indicador10,
es decir, sin considerar el agrupamiento en rangos, tenemos:

3. Indicador de suicidio – Promedio – Desvío

Indicador de suicidio Homicidas No homicidas


Promedio 4.6 2.8
Desvío 2.8 3.1

Lo que nos muestra que el indicador es mayor en promedio para los “homicidas” respecto
de los “no homicidas” y que la dispersión (usando aquí como medida de dispersión el desvío
estándar) resulta similar para ambas muestras. No denotándose una diferencia significativa en
este indicador.

10. El indicador de suicidio toma valores entre 0 y 29.

158
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

3.b) Riesgo de fuga

En el caso del indicador de riesgo de fuga, la situación es un poco más acentuada.

4. Cuadro de indicador sobre Riesgo de fuga


Indicador de riesgo de fuga Homicidas No homicidas
Muy bajo 70,14% 79,68%
Bajo 19,20% 14,00%
Medio 7,21% 4,88%
Alto 2,89% 1,11%
Muy Alto 0,55% 0,32%
Total 100,00% 100,00%

En el caso de los “homicidas”, un 16% de la muestra pertenece a los rangos más altos del indica-
dor mientras que para los “no homicidas” esta cifra apenas alcanza un 5%. Incluso dentro de los
dos rangos más bajos, la distribución –al igual que en el caso del indicador de suicidio- muestra
una proporción relativamente mayor de bajo versus muy bajo para los “homicidas” respecto a
los “no homicidas”.

5. Gráfico de indicador sobre riesgo de fuga


90,00%
79,68%
80,00%
70,14%
70,00%
60,00%
50,00%
40,00%
30,00%
19,20%
20,00% 14,00%
7,21% 4,88%
10,00% 2,89% 1,11% 0,55% 0,32%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Al to Muy alto

Homicidas No Homicidas

Considerando ahora los valores absolutos del indicador 11 tenemos las siguientes cifras de media
y desvío:

6. Indicador de fuga – Promedio - Desvío


Indicador de riesgo de fuga Homicidas No homicidas
Promedio 8.0 5.3
Desvío 5.5 4.0

11. En este caso, el indicador toma valores entre 0 y 75.

159
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Como se observa, el promedio del indicador es sensiblemente mayor en el caso de los “homici-
das” respecto a los “no homicidas”. En este caso, la dispersión resulta algo mayor para el grupo
“homicidas” versus el otro grupo, sin aparecer como radicalmente distintas.

3.c) Riesgo de conflictividad

El caso del indicador de riesgo de conflictividad comparte las características de los indicadores
analizados previamente. La distribución de internos con riesgos bajos es sensiblemente mayor en
el caso de los “no homicidas” (un 87% versus un 75%). Particularmente diferente es el caso del
riesgo medio en el cual la proporción de “homicidas” más que duplica la de los “no homicidas”.

7. Cuadro de indicador sobre riesgo de conflictividad


Indicador de riesgo de conflictividad Homicidas No homicidas
Muy bajo 55,83% 67,17%
Bajo 28,75% 22,11%
Medio 12,21% 8,22%
Alto 2,66% 2,26%
Muy Alto 0,55% 0,23%
Total 100,00% 100,00%

8. Gráfico de indicador sobre riesgo de conflictividad


80,00%
67,17%
70,00%

60,00% 55,83%

50,00%

40,00%
28,75%
30,00% 22,11%
20,00% 12,21%
8,22%
10,00% 2,66% 2,26% 0,55% 0,23%
0,00%
Muy bajo Bajo Medio Al to Muy alto

Homicidas No Homicidas

Yendo a los valores absolutos, la media de este indicador12 es mayor para el caso de los “ho-
micidas” respecto al de los “no homicidas”. La medida de dispersión, nuevamente, es bastante
similar en ambos casos.

12. Que toma valores entre 0 y 69.

160
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

9. Indicador de conflictividad – Promedio - Desvío


Indicador de riesgo de conflictividad Homicidas No homicidas
Promedio 16.5 12.5
Desvío 8.7 8.3

3.d) Riesgo de reincidencia

En la definición original del sistema de Clasificación por Riesgo Inicial se previó un cuarto in-
dicador que, sin embargo, nunca se desarrolló totalmente. El intento era medir el riesgo de rein-
cidencia. Para los fines de este trabajo, creemos conveniente e ilustrativo incorporar estos datos.

10. Indicador de Reincidencia – Promedio - Desvío


Indicador de riesgo de reincidencia Homicidas No Homicidas
Promedio 6.1 4.4
Desvío 6.7 6.6

En valores absolutos, el indicador13 sigue los mismos patrones que los demás ya analizados:
la media de los “homicidas” es mayor que la de los “no homicidas”, con valores de dispersión
muy similares14.

Significación estadística de la diferencia entre ambos grupos

La pregunta, expresada en lenguaje coloquial, es: “¿Son ambos grupos, los “homicidas” y los
“no homicidas” realmente diferentes en estos cuatro indicadores?”. La respuesta, como se
puede intuir de las descripciones anteriores, parece ser que sí. El grupo de los “no homicidas”
es muy numeroso (más de 7000 casos) y la diferencia de las medias de los cuatro indicadores se
ven como significativas con medidas de dispersión similares. Pero veamos los números:

Si consideramos que la medida de dispersión es homogénea, los siguientes son los estadísticos
t para cada una de los indicadores:

Indicador de riesgo de Estadístico t


Suicidio 9.7
Fuga 11.3
Conflictividad 8.1
Reincidencia 4.5

Lo cual, en todos los casos, son valores significativos a un nivel de confianza mayor al 99%.
13. Que toma valores entre -4 y 90.
14. Sin embargo, nuevamente advertimos acerca del carácter de “borrador” de este indicador.

161
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Esto significa que podemos afirmar, con una certidumbre mayor al 99% que los “homicidas”
muestran valores de todos los indicadores mayores a los “no homicidas”. Esto es marginalmente
menor (si bien el nivel de significación es igualmente altísimo) en el caso del indicador de rein-
cidencia y muy contundente en los demás tres.

Si consideráramos que la medida de dispersión no fuera pareja entre ambas muestras, el estadís-
tico t modificado (a veces llamado estadístico de Welch) arroja valores igualmente importantes:

Indicador de riesgo de Estadístico de Welch


Suicidio 10.5
Fuga 8.6
Conflictividad 7.8
Reincidencia 4.4

Siendo las conclusiones las mismas que en el caso anterior: todos los valores son estadística-
mente significativos con una confianza mayor al 99%.

4. Caracterización respecto al formulario CIR

En este apartado vamos a extender el análisis que realizamos comparando los grupos de “ho-
micidas” y “no homicidas” a la totalidad de las preguntas que conforman el formulario CIR.
Esto nos puede aportar datos específicos acerca de qué variables explican la diferencia entre
ambos grupos.

Sin embargo, cabe la advertencia: las variables explicativas son muchas y resulta fácil perder-
se entre el laberinto de números.

Incluso, el riesgo a veces es ser capaz de encontrar explicaciones ya que una variable pue-
de ser significativa en una dirección y otra variable relativamente similar ir en la dirección
opuesta. Por esto nos limitamos a una somera enunciación de las variables y a la descripción
de rasgos generales.

Comenzamos con una descripción general del formulario y los valores que aparecen y anali-
zamos a continuación tres conjuntos de variables:

a) Aquellas en las que no hay diferencias significativas entre los dos grupos.
b) Aquellas en las que la diferencia es significativa y el valor de los “homicidas” es significa-
tivamente menor que el de los “no homicidas”.
c) Aquellas en las que la diferencia es significativa y el valor de los “homicidas” es significa-
tivamente mayor que el de los “no homicidas”.

162
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Los antecedentes personales y familiares de criminalidad se observan en aquellos internos que


reconocieron haber cometido otro delito.

Entre otras consideraciones vemos el grupo con mayor índice de escolaridad (terciaria incom-
pleta) fue el caracterizado por ser en su mayoría internos sin antecedentes y cuya víctima fue un
familiar. Además, tienen una edad promedio de cometer el homicidio a los 34 años y de inicio
en el delito a los 30 años.

En el grupo formado por internos sin antecedentes, la causa es homicidio simple, el método uti-
lizado es arma de fuego, y la víctima es no familiar. Tienen una edad de inicio en el delito a los
21,8 años y la edad promedio al cometer el homicidio fue de 24,6 años. La mayoría cursaron de
hasta 4 años de estudios de secundaria. Este grupo no tiene antecedentes de haber pasado por
un instituto de menores y no tiene familiares con antecedentes delictivos.

5. Conclusión

Según Andrews y Bonta15 el abuso de sustancias entre los delincuentes está interrelacionado
con otras necesidades criminógenas (entendiendo a éstas como las aquellas relacionadas con
los factores que determinan la probabilidad de reincidencia). Cómo observamos en el presente
trabajo, el grupo “homicidas” presentó mayores índices de abuso de sustancias narcóticas que
los “no homicidas”. El consumo de sustancias ilegales, agregan los autores, lleva a los sujetos a
relacionarse con pares antisociales y los expone a hábitos antisociales también. La existencia de
cogniciones que apoyan el uso de sustancias está altamente relacionada con los comportamien-
tos del consumo. La prevalencia del abuso del alcohol entre las muestras de delincuentes es alta,
sobre todo al momento de llevar a cabo el delito y la gravedad en el caso de homicidios es aún
más alta debido a la disponibilidad del uso de armas.

Por su parte, en relación a la mayor tasa de reincidencia encontrada en la población homicida, se


pueden considerar múltiples causas entre las que confluyen tanto el incremento delictivo como
aspectos sociales, aspectos normativos y aspectos vinculados al funcionamiento del sistema de
justicia penal16. Las faltas disciplinarias cometidas dentro del régimen penitenciario, la violencia
interinstitucional y la desvalorización de la propia vida son particularidades destacables dentro
de la población homicida evaluada en el presente trabajo, la cual poseen como característica
general una personalidad antisocial. Dentro de este campo, la falta de autocontrol es una faceta
preponderante junto al egocentrismo, puede destacarse que estos individuos carecen de metas
a largo plazo, el bajo nivel de autocontrol conlleva a depender de manera excesiva del presente
con consecuencias a largo plazo, los delincuentes están demasiado enfocados en el aquí y ahora
teniendo dificultades con el futuro abstracto.

15. Andrews, D. y Bonta, J. (2010) Psicología de la Conducta Delictiva. New Jersey.


16. Dirección Nacional de Política Criminal en Materia de Justicia y Legislación Penal. (2015).

163
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Esta investigación, por entonces, logró como se mencionó en comienzo, identificar y describir
características comunes de la población en estudio, identificando factores de reincidencia de-
lictiva y su vinculación con factores situacionales, como así también determinar agrupamien-
tos según la descripción de las características de la población vinculada a casos de homicidio,
destacando los hábitos antisociales, los valores, las creencias como así también las carencias de
estos individuos incrementando las probabilidades de conductas que propicien las actividades
delictivas a futuro.

164
Capítulo X
Anexo estadístico
Contenido

1. Capacidad operativa...........................................................................................................................163
2. Evolución de la población penal (mayores y jóvenes adultos)...........................................................163
3. Evolución de tasa anual de plazas y alojados.....................................................................................163
4. Principales características de la población penal................................................................................164
5. Población penal según rango etario, género, situación legal..............................................................165
6. Evolución de madres con hijos...........................................................................................................165
7. Detenidos por delitos de lesa humanidad..........................................................................................166
8. Participación porcentual de las principales tipologías delictivas por género.....................................166
9. Evolución de la población penal extranjera........................................................................................167
10. Población penal extranjera por tipología delictiva...........................................................................167
11. Delitos infracción a la Ley 23.737 por sexo, situación legal y edad................................................168
12. Evolución de la población penal trabajadora....................................................................................168
13. Evolución de estudios formales........................................................................................................169
14. Tasa de encarcelamiento...................................................................................................................170
15. Evolución tasa de decesos en el SPF................................................................................................171
16. Tasa de mortalidad de población penal alojada -según sus causas-,
(comparación y evolución de la población penal internacional)......................................................171
17. Evolución tasa de suicidios en el SPF..............................................................................................173
18. Tasa de suicidios de la población penal alojada
comparación y evolución de la población penal internacional........................................................174
19. Defunciones por grupo etario...........................................................................................................176
20. Defunciones por unidad según causa y genero.................................................................................177
21. Evolución de fugas, evasiones, tentativas y abandono de tratamiento.............................................177

167
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Capacidad operativa
31/12/2016 31/12/2017

Internos % del total de internos Internos % del total de internos

Capacidad y nivel de ocupación


Capacidad Operativa 11.038 100,6% 11.577 97,6%
Total de alojados 10.968 100,0% 11.861 100,0%
Plazas disponibles 70 0,6% -284 -2,4%
Distribución geográfica
Área metropolitana 7.047 64,3% 7.550 63,7%
Interior del país 3.921 35,7% 4.311 36,3%

Evolución de la población penal - mayores y jóvenes adultos (2006 - 2017)


Años
Edad
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
Mayores 8.567 8.663 8.687 9.061 9.227 9.407 9.376 10.001 9.872 10.520 11.456

Jóvenes adultos 457 486 523 462 417 400 419 423 402 448 405

Total 9.024 9.149 9.210 9.523 9.644 9.807 9.795 10.424 10.274 10.968 11.861

Jóvenes adultos/Total 5,1% 5,3% 5,7% 4,9% 4,3% 4,1% 4,3% 4,1% 3,9% 4,1% 3,4%

Evolución de la tasa anual de plazas y alojados


Años Total de alojados Plazas de alojamiento Tasa (Plazas/Alojados)
2007 9.024 10.161 1,13
2008 9.149 10.376 1,13
2009 9.210 10.230 1,11
2010 9.523 10.532 1,11
2011 9.644 11.037 1,14
2012 9.807 10.904 1,11
2013 9.795 10.783 1,10
2014 10.424 10.504 1,01
2015 10.274 10.827 1,05
2016 10.968 11.038 1,01
2017 11.861 11.577 0,98

Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF.

169
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Principales características de la población penal

31/12/2016 31/12/2017

% del total de % del total de


Internos Internos
internos internos
Situación legal
Procesados 6.498 59,2% 6.770 57,1%
Condenados 4.465 40,7% 5.087 42,9%
Inimputables 5 0,0% 4 0,0%
Jurisdicción
Nacional 5.705 52,0% 5.914 49,9%
Federal 4.610 42,0% 5.309 44,8%
Provincial 653 6,0% 638 5,4%
Género
Masculino 10.174 92,8% 10.915 92,0%
Femenino 770 7,0% 908 7,7%
Trans 24 0,2% 38 0,3%
Nacionalidad
Argentino 8.626 78,6% 9.201 77,6%
Extranjero 2.342 21,4% 2.660 22,4%
Grupo etario
Jóvenes adultos 448 4,1% 405 3,4%
Mayores 10.520 95,9% 11.456 96,6%
Otras clasificaciones de interés
Embarazadas 12 0,1% 19 0,2%
Internas con hijos 31 0,3% 39 0,3%
Hijos menores 31 - 43 -
Lesa humanidad 313 2,9% 248 2,1%

Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF

A diciembre de 2017 la población penal del Servicio Penitenciario Federal fue de 11.861 internos. La
variación respecto a 2016 fue de 8,14% . La mayor cantidad de ingresos al sistema federal se produjo
durante el último trimestre del año.

Teniendo en cuenta que la capacidad operativa del Servicio Penitenciario Federal es de 11.577 plazas,
la tasa de ocupación en 2017 fue de 102,97%.

170
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Población penal por rango etario, género y situación legal


Rango Masculino Femenino Transgénero
Total
etario Proc. Cond. Inimp. Proc. Cond. Proc. Cond.
18-20 405 3,4% 276 91 33 5
21-29 3.729 31,4% 1.895 1.568 186 80 11 1
30-39 3.895 32,8% 1.956 1.660 1 186 92 15 1
40-49 2.305 19,4% 1.140 941 1 148 75 4 2
50-59 921 7,8% 449 360 1 78 33 4
60-69 475 4,0% 306 139 1 23 6
70-79 127 1,1% 93 34
+80 4 0,0% 1 2 1
Total 11.861 100,0% 6.116 4.795 4 654 292 34 4

Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF

Evolución de madres con hijos (2006-2017)


Año Cantidad de madres Cantidad de hijos alojados con su madre
2006 69 74
2007 72 81
2008 72 80
2009 47 49
2010 39 42
2011 40 42
2012 49 55
2013 39 44
2014 43 46
2015 34 36
2016 31 31
2017 39 43

Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF

171
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Detenidos por delitos de lesa humanidad


Origen Total

Militares 112

Fuerzas de seguridad 122


Civiles 14
Total 248

Edad Total Militares /FFSS Civiles


De 50 a 59 años 4 4
De 60 a 69 años 150 140 10
De 70 a 79 años 91 88 3
Más de 80 años 3 2 1
Total 248 234 14

Lugar de detención Total


Establecimiento penitenciario 244
Hospital orden judicial 3
Hospital orden médica 1
Total 248
Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF

En relación a la tipología delictiva se mantuvo la distribución de 2016. No obstante, se incre-


mentaron los delitos contra la integridad sexual y cayó la participación de delitos contra la
libertad.

Participación porcentual de las principales tipologías delictivas por género

Delito Total Hombres Mujeres Transgenero

Contra la propiedad 36,07% 95,72% 4,23% 0,05%


Infracción a la Ley 23.737 34,79% 86,43% 12,84% 0,73%
Contra las personas 11,63% 95,87% 4,06% 0,07%
Contra la integridad sexual 4,65% 97,28% 2,72% 0,00%
Otros 12,86% 91,41% 8,26% 0,33%

Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF

172
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

La población penal total tuvo un crecimiento del 8,14% con respecto al año 2016 y la población
extranjera tuvo un crecimiento de 13,58%.

Evolución de la población penal extranjera. 2006 - 2017


Año Población penal total Población penal extranjera %
2006 9.380 1.766 18,8%
2007 9.024 1.925 21,3%
2008 9.149 1.946 21,3%
2009 9.210 1.871 20,3%
2010 9.523 1.907 20,0%
2011 9.644 2.003 20,8%
2012 9.807 2.008 20,5%
2013 9.795 1.884 19,2%
2014 10.424 2.064 19,8%
2015 10.274 2.319 22,6%
2016 10.968 2.342 21,4%
2017 11.861 2.660 22,4%
Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF.

Población penal extranjera por tipología delictiva

Tipos de delitos Total % Hombres % Mujeres % Transgénero %

Inf. ley 23.737 1.419 53,3% 1.141 50,0% 278 73,4% 20 95,2%
Contra la propiedad 566 21,3% 534 23,4% 32 8,4% 1 4,8%
Contra las personas 197 7,4% 190 8,3% 7 1,8%
Otras leyes 192 7,2% 153 6,7% 39 10,3%
Contra la integridad sexual 122 4,6% 120 5,3% 2 0,5%
Contra la libertad 38 1,4% 36 1,6% 2 0,5%
No consta delito 34 1,3% 31 1,4% 3 0,8%
Contra la fe pública 31 1,2% 26 1,1% 5 1,3%
Contra la adm. pública 28 1,1% 25 1,1% 3 0,8%
Contra la seg. pública 21 0,8% 21 0,9% 0,0%
Contra el orden público 12 0,5% 4 0,2% 8 2,1%
Total 2.660 2.281 379 21

Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF.

173
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Delitos infracción a la Ley 23.737 por sexo, situación legal y edad


Internos Masculino Femenino Transgénero
Total por delitos Proc. Cond. Proc. Cond. Proc. Cond.
Año %
alojados de inf. Ley
23.737 J.A. May. J.A. May. J.A. May. J.A. May. J.A. May. J.A. May.

2006 9.380 3.055 32,6% 1.357 903 526 269


2007 9.024 2.847 31,6% 1.223 881 423 320
2008 9.149 2.608 28,5% 18 1.168 4 828 16 315 5 254
2009 9.210 2.378 25,8% 33 1.155 10 690 8 264 3 214
2010 9.523 2.459 25,8% 34 1.311 4 725 5 251 129
2011 9.644 3.058 31,7% 39 1.585 3 904 15 358 4 150
2012 9.807 2.864 29,2% 36 1.599 5 710 14 316 5 179
2013 9.795 3.093 31,6% 55 1.751 6 803 10 297 3 168
2014 10.424 3.137 30,1% 63 1.952 3 683 11 290 135
2015 10.274 3.172 30,9% 51 1.968 5 730 12 284 122
2016 10.968 3.804 34,7% 69 2.416 9 800 22 345 143 9 2 143
2017 11.861 4.127 34,79% 61 2.466 9 1.031 16 401 2 141 26 4 141
Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF

Evolución de población penal trabajadora

Año Trabajadores Alojados Porcentaje de Trabajadores

2006 3.260 9.380 34,8%


2007 3.628 9.024 40,2%
2008 4.224 9.149 46,2%
2009 4.865 9.210 52,8%
2010 5.375 9.523 56,4%
2011 6.278 9.644 65,1%
2012 6.948 9.807 70,9%
2013 7.662 9.795 78,2%
2014 7.223 10.424 69,3%
2015 7.313 10.274 71,2%
2016 7.900 10.968 72,0%
2017 8.364 11.861 70,5%
Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF

174
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Evolución de estudios formales (2006 - 2017)

Año Total de alojados Internos que estudian %


2006 9.380 4.380 46,7%
2007 9.024 4.761 52,8%
2008 9.149 5.701 62,3%
2009 9.210 5.694 61,8%
2010 9.523 6.060 63,6%
2011 9.644 6.694 69,4%
2012 9.807 7.093 72,3%
2013 9.795 7.274 74,3%
2014 10.424 8.073 77,4%
2015 10.274 8.049 78,3%
2016 10.968 8.623 78,6%
2017 10.861 9.014 76,0%
Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF

Actividades formales Cantidad de alumnos


Alfabetización 25
Primaria 4.797
Secundaria 3.298
Terciaria 59
Universitaria 835
Total 9.014

Formación profesional 2.417

Actividades no formales Cantidad de asistidos


Actividades Fisicas/Deportivas 26.787
Actividades Culturales 5.849
Total 32.636

Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF

175
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Tasa de encarcelamiento
País y año Población en prisión Tasas cada 100.000 habitantes
Estados Unidos (31-12-2015) 2.145.100 666,0
Cuba (mayo 2012) 57.337 510,0
Federación Rusa (01-06-2017) 618.490 428,0
Brasil (abril 2017) 659.020 319,0
Uruguay (2016) 10.228 297,0
Irán (diciembre 2014) 225.624 287,0
Israel (15-11-2015) 21.072 265,0
Perú (30-04-2017) 83.639 262,0
Chile (31-05-2017) 42.639 235,0
Colombia (31-05-2017) 115.878 229,0
Rep. Checa (30-06-2017) 22.715 215,0
Polonia (31-05-2017) 74.030 195,0
México (31-07-2016) 233.469 192,0
Paraguay (diciembre 2015) 12.741 180,0
Argentina (Total del país 31-12-2016) 76.261 175,0
Venezuela (2016) 54.738 173,0
Nicaragua (octubre 2014) 10.569 171,0
Australia (marzo 2017) 41.064 169,0
Ecuador (junio 2016) 26.421 160,0
Reino Unido (Inglaterra y Gales) (30-06-2017) 85.863 146,0
España (02-06-2017) 60.514 130,0
China (junio 2015) 1.649.804 118,0
Canadá (31-03-2015) 40.663 114,0
Francia (01-01-2017) 68.432 101,0
Italia (30-06-2017) 56.919 94,0
Suiza (07-09-2016) 6.912 82,0
Alemania (30-11-2016) 62.865 76,0
Países Bajos (30-09-2015) 10.266 61,0
Dinamarca (01-09-2016) 3.408 59,0
Suecia (01-01-2016) 5.245 53,0
Japón (junio 2016) 56.805 45,0
India (31-12-2015) 419.623 33,0
Argentina (SPF) 11.861 26,8

Fuente: International Centre for Prison Studies (King’s College, Universidad de Londres) sobre la base de los más recientes datos
oficiales disponibles en cada país. http://www.prisonstudies.org/info/worldbrief/. Datos del SPF al 31 de diciembre de 2017.

176
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Evolución tasa de deceso en el SPF


70,00
61,65
58,64 59,84 58,12
60,00
49,95 47,97
50,00
48,83 49,19
47,24 44,92 36,01
40,00
32,88
40,44
30,00
33,60
30,09
20,00

10,00

0,00
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017

Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF

Tasa de mortalidad de población penal alojada - según sus causas


comparación y evolución de la población penal internacional
De los cuales De los cuales Tasa de
Total de drogas/ Alcohol Total de morta-
Intixi-cados por

enfermedades)
Otras (incluye
% Procesados

% Intoxicados
decesos en pobla- lidad
% Homicidios

% Accidentes
Procesados

Homicidios

% Suicidios
Accidentes
% Mujeres

Suicidios

% Otras
Mujeres

País estableci- ción cada


mientos penal 10.000
penales alojada inter-
nos
Armenia 38 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 4 10,5 34 89,5 3.979 95,5
Montenegro 7 1 14,3 0 0,0 0 0,0 1 14,3 0 0,0 0 0,0 6 85,7 1.058 66,2
Moldavia 45 NA NA 1 2,2 0 0,0 0 0,0 2 4,4 8 17,8 35 77,8 7.166 62,8
Federac. Rusa 4.097 368 9,0 150 3,7 NA NA 11 0,3 NA NA 404 9,9 3682 89,9 671.027 61,1
Letonia 28 9 32,1 4 14,3 0 0,0 0 0,0 0 0,0 5 17,9 23 82,1 4.809 58,2
Azerbaiyan 123 13 10,6 0 0,0 1 0,8 2 1,6 0 0,0 2 1,6 118 95,9 22.579 54,5
España
50 8 16,0 7 14,0 0 0,0 1 2,0 4 8,0 7 14,0 38 76,0 9.540 52,4
(Catalunia)
Portugal 73 NA NA 5 6,8 0 0,0 0 0,0 0 0,0 22 30,1 51 69,9 14.003 52,1
Lituania 43 8 18,6 1 2,3 1 2,3 0 0,0 0 0,0 11 25,6 31 72,1 8.977 47,9
Chipre 3 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 3 100,0 0 0,0 681 44,1
Croacia 16 3 18,8 3 18,8 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 16 100,0 3.763 42,5
Eslovenia 6 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 6 100,0 1.522 39,4
Rumania 122 8 6,6 10 8,2 0 0,0 0 0,0 0 0,0 13 10,7 109 89,3 31.637 38,6
Bulgaria 29 NA NA 1 3,4 0 0,0 0 0,0 1 3,4 0 0,0 28 96,6 7.870 36,8
Hungría 67 10 14,9 7 10,4 0 0,0 0 0,0 0 0,0 6 9,0 61 91,0 18.270 36,7
Serbia 37 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 2,7 0 0,0 2 5,4 34 91,9 10.288 36,0
Argentina 39 29 74,4 0 0,0 2 5,1 0 0,0 0 0,0 13 33,3 24 61,5 11.861 32,9
Macedonia 10 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 10,0 0 0,0 9 90,0 3.116 32,1

177
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

De los cuales De los cuales Tasa de


Total de Total de morta-

drogas/ Alcohol
Intixi-cados por

enfermedades)
Otras (incluye
% Procesados

% Intoxicados
decesos en pobla- lidad

% Homicidios

% Accidentes
Procesados

Homicidios

% Suicidios
Accidentes
% Mujeres

Suicidios

% Otras
Mujeres
País estableci- ción cada
mientos penal 10.000
penales alojada inter-
nos
BH: Rep.
3 0 0,0 0 0,0 1 33,3 0 0,0 0 0,0 1 33,3 1 33,3 940 31,9
Srpska
RU: Escocia 24 4 16,7 2 8,3 0 0,0 0 0,0 0 0,0 3 12,5 21 87,5 7.879 30,5
Finlandia 9 4 44,4 0 0,0 1 11,1 NA NA NA NA 2 22,2 NA NA 3.097 29,1
RU: Inglaterra
243 NA NA 12 4,9 3 1,2 NA NA NA NA 89 36,6 151 62,1 85.509 28,4
y Gales
Suecia 16 8 50,0 1 6,3 0 0,0 0 0,0 1 6,3 7 43,8 8 50,0 5.861 27,3
Estonia 8 1 12,5 1 12,5 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 12,5 7 87,5 2.962 27,0
Georgia 27 4 14,8 0 0,0 0 0,0 6 22,2 0 0,0 7 25,9 14 51,9 10.233 26,4
Países Bajos 25 11 44,0 1 4,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 14 56,0 11 44,0 9.857 25,4
Turquía 380 60 15,8 NA NA NA NA NA NA NA NA 53 13,9 327 86,1 151.454 25,1
Grecia 29 16 55,2 4 13,8 1 3,4 1 3,4 1 3,4 6 20,7 20 69,0 12.006 24,2
Albania 13 5 38,5 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 3 23,1 10 76,9 5.440 23,9
España (total) 157 20 12,7 16 10,2 2 1,3 5 3,2 29 18,5 31 19,7 90 57,3 65.931 23,8
Austria 21 1 4,8 1 4,8 0 0,0 0 0,0 0 0,0 8 38,1 13 61,9 8.857 23,7
Alemania 152 NA NA 12 7,9 NA NA 1 0,7 NA NA 60 39,5 NA NA 65.710 23,1
Suiza 15 7 46,7 NA NA NA NA NA NA NA NA 9 60,0 NA NA 6.923 21,7
Irlanda 8 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 NA NA 2 25,0 6 75,0 3.829 20,9
España
107 12 11,2 9 8,4 2 1,9 4 3,7 25 23,4 24 22,4 52 48,6 56.391 19,0
(Est. Adm.)
Francia 132 0 0,0 0 0,0 1 0,8 0 0,0 0 0,0 77 58,3 0 *** 65.544 17,7
Rep. Eslovaca 18 2 11,1 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 6 33,3 12 66,7 10.179 17,7
Italia 92 31 33,7 3 3,3 1 1,1 NA NA NA NA 43 46,7 48 52,2 54.252 17,0
Noruega 6 6 100,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 6 100,0 0 0,0 3.718 16,1
Rep. Checa 29 9 31,0 2 6,9 0 0,0 0 0,0 1 3,4 12 41,4 16 55,2 18.658 15,5
Luxemburgo 1 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 100,0 656 15,2
Dinamarca 4 3 75,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 2 50,0 2 50,0 3.583 11,2
RU: Irlanda del
1 0 0,0 0 0,0 NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA 1.860 5,4
Norte
Andorra 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 53 0,0
Islandia 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 154 0,0
Liechtenstein 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 8 0,0
San Marino 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 4 0,0
Polonia NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA
Bélgica 59 NA NA NA NA NA NA NA NA NA NA 18 30,5 NA NA
Promedio 19,8 3,9 1,5 1,3 2,1 24,5 63,7 30,6
Mediana 12,6 0,0 0,0 0,0 0,0 20,7 71,0 27,0
Mínimo 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
Máximo 100,0 18,8 33,3 22,2 23,4 100,0 100,0 95,5
Fuente: Datos obtenidos del Consejo de Europa (SPACE I) 2015 - Estadística Anuales Penales; y Argentina al 31 de diciembre de 2017.
Nota: NA (No aplica)

178
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Evolución tasa de suicidios en el SPF


Años Total de alojados Cantidad Tasa
2010 9.373 9 9,60

2011 9.703 8 8,24

2012 9.807 12 12,24

2013 10.070 10 9,93

2014 10.543 7 6,64

2015 10.581 8 7,56

2016 10.968 6 5,47

2017 11.861 13 10,96

Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF

Evolución tasa de suicidio

15,00

12,00 10,96
9,60 12,24 9,93

9,00
7,56
8,24
6,00
6,64
5,47
3,00

0,00
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017

179
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Tasa de suicidios de la población penal alojada


comparación y evolución de la población penal internacional
Total de de los cuales Tasa de
Total de

% Suicidios
Suicidios
decesos en % de suicidio % De suicidio suicidios
población
País estableci- la cantidad de mujeres Cantidad de de procesados penal
cada
mientos de mujeres sobre el total procesados sobre el total 10.000
alojada
penales de suicidios de suicidios internos
Chipre 3 3 100,0 0 0,0 0 0,0 681 44,1
Noruega 6 6 100,0 0 0,0 0 0,0 3.718 16,1
Portugal 73 22 30,1 3 13,6 NA NA 14.003 15,7
Países Bajos 25 14 56,0 1 7,1 7 50,0 9.857 14,2
Belgica 59 18 30,5 NA NA NA NA 13.212 13,6
Suiza 15 9 60,0 NA NA 4 44,4 6.923 13,0
Lituania 43 11 25,6 0 0,0 1 9,1 8.977 12,3
Suecia 16 7 43,8 1 14,3 4 57,1 5.861 11,9
Moldavia 45 8 17,8 1 12,5 0 0,0 7.166 11,2
Argentina (SPF) 39 13 33,3 0 0,0 10 76,9 11.861 11,0
Rep. Srpska (BH) 3 1 33,3 0 0,0 0 0,0 940 10,6
RU: Inglaterra y Gales 243 89 36,6 3 3,4 NA NA 85.509 10,4
Letonia 28 5 17,9 0 0,0 1 20,0 4.809 10,4
Armenia 38 4 10,5 0 0,0 0 0,0 3.979 10,1
Francia 132 77 58,3 0 0,0 0 0,0 77.739 9,9
Alemania 152 60 39,5 7 11,7 NA NA 65.710 9,1
Austria 21 8 38,1 1 12,5 7 87,5 8.857 9,0
Italia 92 43 46,7 2 4,7 21 48,8 54.252 7,9
España (Catalunia) 50 7 14,0 3 42,9 4 57,1 9.540 7,3
Georgia 27 7 25,9 0 0,0 0 0,0 10.233 6,8
Finlandia 9 2 22,2 0 0,0 2 100,0 3.097 6,5
Rep. Checa 29 12 41,4 1 8,3 6 50,0 18.658 6,4
Federación Rusa 4097 404 9,9 6 1,5 NA NA 671.027 6,0
República Eslovaca 18 6 33,3 0 0,0 1 16,7 10.179 5,9
Dinamarca 4 2 50,0 0 0,0 2 100,0 3.583 5,6
Albania 13 3 23,1 0 0,0 2 66,7 5.440 5,5
Irlanda 8 2 25,0 0 0,0 0 0,0 3.829 5,2
Grecia 29 6 20,7 NA NA NA NA 12.006 5,0
España (total) 157 31 19,7 5 16,1 6 19,4 65.931 4,7
España (Est. Adm.) 107 24 22,4 2 8,3 2 8,3 56.391 4,3
Rumania 122 13 10,7 0 0,0 0 0,0 31.637 4,1
RU: Escocia 24 3 12,5 0 0,0 1 9,1 7.879 3,8
Turquía 380 53 13,9 NA NA 20 37,7 151.454 3,5
Estonia 8 1 12,5 1 100,0 1 100,0 2.962 3,4
Hungría 67 6 9,0 0 0,0 3 50,0 18.270 3,3
Serbia 37 2 5,4 NA NA NA NA 10.288 1,9
Azerbaiyan 123 2 1,6 0 0,0 0 0,0 22.579 0,9
Andorra 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 53 0,0
Bulgaria 29 0 0,0 0 0,0 0 0,0 7.870 0,0
Croacia 16 0 0,0 0 0,0 0 0,0 3.763 0,0
Islandia 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 154 0,0
Liechtenstein 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 8 0,0

180
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Total de de los cuales Tasa de


Total de

% Suicidios
Suicidios
decesos en % de suicidio % De suicidio suicidios
población
País estableci- la cantidad de mujeres Cantidad de de procesados penal
cada
mientos de mujeres sobre el total procesados sobre el total 10.000
alojada
penales de suicidios de suicidios internos
Luxemburgo 1 0 0,0 0 0,0 0 0,0 656 0,0
Montenegro 7 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1.058 0,0
San Marino 0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 4 0,0
Macedonia 10 0 0,0 0 0,0 0 0,0 3.116 0,0
Federac. de BH
Polonia NA NA NA NA NA NA NA 77.371 NA
RU: Irlanda del Norte 1 NA NA NA NA NA NA 1.860 NA
Malta
Mónaco
Ucrania
Promedio 24,5 6,1 25,2 7,0
Mediana 20,7 0,0 4,2 5,9
Mínimo 0,0 0,0 0,0 0,0
Máximo 100,0 100,0 100,0 44,1

Fuente: Datos obtenidos del Consejo de Europa (SPACE I) 2015 - Estadística Anuales Penales; y Argentina al 31 de diciembre de 2017.

181
Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

Defunciones por grupo etario en 2017


Causas
Rango Etario Total
Naturales Violentas
18 - 20 1 1 2
21 - 29 2 7 9
30 - 39 3 7 10
40 - 49 6 6
50 - 59 2 2
60 - 69 5 5
70 - 79 4 4
+80 1 1
Total 24 15 39

Defunciones por causas naturales en 2017


8

6
6
5
4
4
3
2 2
2
1 1

0
18-20 21-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80-+

Defunciones por causas violentas en 2017


8
7 7

2
1
0 0 0 0 0
0
18-20 21-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80-+

Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF


Nota: NA (No aplica)

182
Revista de Criminología - Número III - Año 2017

Defunciones por unidad según causa y género


Manifestación
Homicidio en violenta
Unidad de Muerte natural Suicidio Homicidio
Total riña seguida de
alojamiento muerte
M F M F M F M F M F
C.P.F. I 13 4 8 1
C.P.F. II 2 1 1
C.P.F. III 2 2
C.P.F.C.A.B.A. 3 3
C.F.J.A. 2 1 1
U.4 2 1 1
U.6 2 1 1
U.7 1 1
U.8 1 1
C.P.F. V Senillosa 1 1
U.12 1 1
U.16 1 1
U.21 4 4
U.31 2 2
U.34 1 1
U.35 1 1
Subtotal 39 24 0 13 0 2 0 0 0 0 0
Total 39 24 13 2 0 0
Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF

Evolución de fugas, evasiones, tentativas y abandono de tratamiento


Abandono de Tentativa Tentativa
Total de Fuga Evasión
Año tratamiento de fuga de evasión
alojados
Hechos Internos Hechos Internos Hechos Internos Hechos Internos Hechos Internos
2010 9.523 13 14 5 5 9 9 2 2
2011 9.644 13 13 4 4 3 3 5 5
2012 9.807 8 11 2 2 3 4 3 3
2013 9.795 5 17 4 9 14 14 5 8 13 20
2014 10.424 2 2 3 3 14 15 15 21 7 15
2015 10.274 3 4 1 1 17 17 1 1 7 30
2016 10.968 3 3 1 5 3 3 3 3 1 2
2017 11.861 4 5 4 4
Fuente: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa SPF
La categoría “Abandono de tratamiento” abarca a aquellos casos en que los internos se encuen-
tran en establecimientos abiertos, con salidas transitorias y semiabiertos, como ser Casa de Pre
Egreso o talleres laborales.

183
Dirección Nacional

Lavalle 2705 I C1190AAA l Ciudad Autónoma de Buenos Aires I República Argentina


(54 11) 4964-8300 I www.spf.gob.ar I consultas@spf.gob.ar

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