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Deusto
Edición adaptada al español
La Guía
definitiva \
para autores I
y editores
Manual de estilo
Chicago-Deusto
2013
Universidad de Deusto
Bilbao
L a prim era edición de The C hicago M anual o f Style se publicó en 1906. D esde
entonces se ha actualizado en ediciones sucesivas. En 2010 se incorporaron nuevos
contenidos para su 16.a edición. D os años después un acuerdo entre los departa
m entos editoriales de la U niversidad de C hicago y la U niversidad de D eusto ha
perm itido ofrecer, por prim era vez, la adaptación al español de la últim a edición
en vigor de este clásico m anual de referencia internacional. El M anual de estilo
C hicago-D eusto ha sido dirigido p o r Javier Torres Ripa, responsable de las pu
blicaciones de la U niversidad de D eusto desde 1985, autor, editor y coordinador
de diversas m onografías y revistas.
ISBN: 978-84-15759-14-0
D epósito legal: BI - 1250-2013
Prefacio XIII
Agradecimientos XVII
1 Libros y revistas 3
Presentación 4
Partes de un libro 4
Partes de una revista 36
Consideraciones para publicaciones digitales 50
Presentación 116
Ilustraciones 116
Tablas 136
Presentación 162
Propiedad intelectual y transmisión de derechos 162
El contrato de edición 172
Derechos subsidiarios 176
Responsabilidades del autor 182
Gramática 199
Presentación 199
El sustantivo 200
El pronombre 203
El adjetivo 211
Los determinantes 214
El verbo 218
El adverbio 228
La preposición 230
La conjunción 234
Las interjecciones 237
La estructura paralela 237
El uso lingüístico 239
Presentación 239
Glosario de palabras y expresiones problemáticas 239
Palabras homófonas 243
Palabras parónimas 245
El lenguaje no discriminatorio 247
6 Puntuación 251
Presentación 252
La puntuación en relación con el texto circundante 252
El punto 256
La coma 257
El punto y coma 267
Los dos puntos 269
Los signos de interrogación 271
Los signos de exclamación 272
El guión y la raya 273
Los paréntesis 277
Las llaves y los corchetes 279
La barra 280
Las comillas 282
El apóstrofo 283
Concurrencia de signos de puntuación 283
Listas y esquemas 284
Presentación 290
Formación del plural 290
Contracciones, interjecciones y onomatopeyas 294
División de palabras 295
Ligaduras 298
Cursiva, mayúsculas y comillas 298
Palabras compuestas y prefijadas y uso del guión 308
Acentuación 310
8 Nombres, títulos y otros términos 315
Presentación 317
Nombres de persona 318
Cargos y tratamientos 325
Sobrenombres, antonomasias y personificaciones 332
Gentilicios y nombres étnicos o de grupo 335
Topónimos y otros nombres de lugar 337
Derivados de nombres propios 346
Nombres de organizaciones 347
Términos históricos y culturales 353
Términos cronológicos 363
Términos religiosos 365
Términos militares 374
Nombres de barcos y otros vehículos 377
Terminología científica 378
Nombres comerciales y marcas registradas 391
Títulos y otros epígrafes 392
Letreros y lemas 411
10 Abreviaciones 441
Presentación 442
Nombres y tratamientos 451
Geografía 459
Cronología 465
Bibliografía y erudición 467
Libros de la Biblia 475
Ciencia y tecnología 479
Economía y comercio 492
Abreviaciones musicales 497
Presentación 502
Títulos y otros nombres propios 502
Idiomas que emplean el alfabeto latino 504
Idiomas normalmente transliterados 529
Griego clásico 542
Lenguaje de signos 547
12 Matemáticas 551
Presentación 552
Estilo de las expresiones matemáticas 552
Preparación y edición de originales en papel 581
Presentación 590
Cambios permisibles en las citas 591
Las citas en relación con el texto 593
Comillas 601
Elipsis 608
Interpolaciones y aclaraciones 612
Citación de fuentes en el texto 614
Citas en idioma extranjero 618
Presentación 746
Referencias autor-año: formato básico, con ejemplos y variaciones 747
Listas de referencias y citas en el texto 752
Referencias autor-año: casos especiales 760
índices 771
Presentación 772
Componentes de un índice 774
Principios generales de indización 783
Indización de nombres propios y variantes 784
Indización de títulos de publicaciones 789
Alfabetización 792
Puntuación en los índices: sumario 804
La mecánica de la indización 806
Edición de un índice compilado por otra persona 817
Consideraciones tipográficas para los índices 818
Ejemplos de índices 820
Presentación 824
Marcado 826
Diseño 833
El proceso de trabajo en la edición digital 841
Presentación del contenido: opciones 847
Tecnologías de la impresión 849
Bibliografía 897
2.2 Esquema del proceso: desde la aprobación del original hasta la publica
ción de la obra. El siguiente esquema destaca los pasos básicos de un pro
ceso de publicación desde la aprobación del original hasta la publicación
de la obra. Esos pasos se basan, en términos generales, en el esquema típi
co de edición y revisión de un original para una obra de extensión similar
a la de un libro. En el caso de las revistas, el procedimiento puede variar.
Para una visión más detallada de la preparación de un original y su revi
sión, véase el análisis en el resto del presente capítulo. Para ejemplos de
cronogramas de la producción de un libro y de una revista, véanse las figu
ras 2.1 y 2.2. Para una visión general de los procedimientos de producción,
incluido el diseño, véase el apéndice A.
1. Presentación del original. Adem ás del original final sin form ato, el autor
presenta a la editorial todo el material gráfico y toda licencia necesaria para
reproducir ilustraciones o material ya publicado, así como para citar datos no
publicados o comunicaciones personales (véase 2.3-6).
2. Edición del original. El editor del original introduce cam bios en él (y, cuan
do es necesario, consulta al autor) y delimita o verifica el orden y estructura
de los elem entos (p. ej. ilustraciones, encabezam ientos, citas textuales, etc.)
(véanse 2.54-64 y 2.66).
3. R evisión por el autor. El autor revisa el texto m aquetado y responde a las
consultas. Todos los ajustes y cambios pendientes de hacer en el original deben
ser indicados por el autor en esta fase (véase 2.85).
DÍAS
FECHA
LABORABLES
Paginación de la
revista por producción 5 21/11 20/02 22/05 21/08
Verificación final (1 día en la editorial/
1 día en la oficina de la revista) 2 23/11 22/02 24/05 23/08
FIGURA 2.2. Ejemplo de programa de producción para una revista trimestral publicada
tanto en papel como en formato electrónico.
4. Texto final. El editor del texto produce una prueba final, que incluye los resul
tados de la revisión anterior efectuada por el autor y, entre otras cosas, el cotejo
minucioso de cada elemento del original con la plantilla de diseño para verificar
que esté completo y tenga coherencia y un marcado apropiado (véase 2.70-74).
5. R evisión e indización. U na vez que al texto final se le ha dado su form a
definitiva —por ejem plo, las páginas compuestas y numeradas en un libro o
revista (pruebas de página o prueba) o el texto completo en una publicación
electrónica—, necesita ser com probado por el autor y cualquier otro revisor
adicional en busca de errores e incoherencias (véase 2.97-136). También en esta
fase puede prepararse y, en consecuencia, editarse un índice (véase capítulo 16;
sobre índices de revista, véase 1.103-104).
6. Revisiones finales. M ientras el editor se asegura de que se han realizado todas
las correcciones necesarias, se revisa el índice, si lo hubiera, en su form ato
final y se corrige según sea necesario (véase 2.103). Las páginas de libros, en
especial, pueden pasar por varias rondas de revisión, aunque las editoriales
suelen establecer límites estrictos a los cambios posteriores a la primera de esas
revisiones (véase 2.102).
7. Preim presión o revisión final. En el caso del libro, las editoriales suelen
revisar los archivos finales del m aquetador —bien en forma de copia im presa,
bien en la pantalla— antes de que la tinta toque el papel. U na vez que la obra
está en la im prenta, el im presor puede enviar a la editorial una prueba final
del m ontaje de las hojas plegadas y agrupadas para que se revise antes de que
el trabajo se imprima. Para las publicaciones electrónicas, se debe revisar una
versión final antes de colgarla o de hacerla accesible al público de algún otro
modo (véase 2.133-136).
8. Publicación. En las fases que conducen a la publicación, es capital realizar
todos los esfuerzos posibles para elim in ar cu alq u ier erro r o in coherencia
(tipográficos o no) u otros problemas. El error ocasional en una obra publicada
es inevitable, pero incluso los errores leves hacen quedar mal a editoriales y
autores por igual.
Pautas de preparación
de originales para los autores
Requisitos básicos de presentación
Portada.
Dedicatoria.
Epígrafe.
Tabla de contenidos o sumario.
Lista de ilustraciones.
Lista de tablas.
Prefacio.
• Agradecimientos.
• Cualquier otro elemento de las páginas preliminares.
• El cuerpo del texto completo, incluidos la introducción y los títulos departe.
• Notas. >
• Apéndices.
• Glosario.
• Bibliografía o lista de referencias.
• Cualquier otro elemento de las páginas finales.
• Todas las ilustraciones y tablas.
• Leyendas o pies de foto.
• Lista de caracteres especiales usados en el original.
• Un abstract (requerido para algunos libros).
• Todas las licencias, por escrito, que puedan requerirse para reproducir ilustraciones
o material ya publicado o para citar información inédita o comunicaciones persona
les (véase capítulo 4).
2.5 Cambios posteriores: control de la versión. Una vez que el autor ha pre
sentado un original final a la editorial, es responsabilidad de esta última
guardar la versión de registro. Si el autor necesita introducir cambios tras
haber entregado los archivos, debe avisar inmediatamente a la editorial.
Los cambios leves pueden indicarse más tarde en las pruebas que el edi
tor del texto enviará al autor para su revisión (véase 2.85). Para cambios
más relevantes, es posible que el autor necesite enviar un original revisado
a la editorial antes de que comience la edición. En las revistas, raras veces
se permiten cambios importantes una vez que el artículo ya ha sido acepta
do, puesto que el programa de trabajo no lo permite. Los artículos arbitra
dos que requieran cambios importantes pueden precisar también de una re
visión adicional.
Formato
2.13 La raya y el guión. Según el uso en español, la raya se utiliza para introdu
cir un inciso —com o este, que indica una aclaración en la oración— (en in
glés también, pero el inciso aparece unido a las palabras anterior y posterior
en la frase); para indicar la intervención de los hablantes en un diálogo (en
ambos idiomas el uso es el mismo); y para sustituir palabras en las biblio
grafías. Puede utilizar el carácter correspondiente de su procesador de tex
tos o teclear dos guiones seguidos sin espacio entre sí (véase 6.78-84). El
guión, de trazo más corto que la raya, es utilizado para unir palabras com
puestas (o con algún grado de dependencia entre sí) e intervalos de núme
ros. G arantizar el uso apropiado de la raya y el guión se considera respon
sabilidad del editor (véase 6.71-77).
2.14 Cursiva, subrayado y negrita. Pese a que las editoriales solían utilizar el sub
rayado para indicar que ciertas palabras debían editarse en cursiva (como se
hacía en los manuscritos), dado que hoy en día los originales se crean en for
mato electrónico, donde existe el estilo cursiva, debe utilizarse este para las
palabras y frases que deban aparecer en cursiva (En un original «revisado»
electrónicamente, el subrayado denotará cambios durante la edición; véan
se 2.81 y figura 2.4). Si el autor pretende en efecto que alguna parte del texto
vaya subrayada en la versión publicada, debe señalarlo claramente en una car
ta a la editorial (o en una nota para el editor del original). La negrita solo se
utilizará en aquellas palabras que deban aparecer así en la versión publicada.
2.15 Caracteres especiales. Siem pre que su software se lo perm ita, utilice
el carácter que desea, y no un sustituto que aparezca en el teclado. Por
ejem plo, si desea utilizar la com illa sim ple, hágalo a partir de la lista
de caracteres especiales de su procesador de textos en vez de utilizar un
apóstrofo. D esde la implantación del estándar de Unicode para la codi
ficación de caracteres (véase I I . 2), muchos entornos de software inclu
yen una am plia gam a de caracteres especiales, sin necesidad de fuentes
especiales u otros añadidos. No obstante, si se encuentra con un carác
ter que no está disponible, adjunte una descripción de este entre anti
lambdas: por ejem plo, <b parecida a un 6>aci puede indicar que la edi
torial debe componer aquí la palabra hausa 6aci. En ambos casos, incluya
una lista de los caracteres especiales que ha utilizado en su original (véanse
las tablas 11.1 y 11.2, que contienen listas de caracteres especiales con los
nombres que reciben). Si desea utilizar una fuente especial que no es com
patible con Unicode, consulte primero con su editorial. Para algunas adver
tencias relacionadas con las comillas y apóstrofos, véase 6.105-106.
2.16 Títulos de capítulos y otros títulos. Los títulos de capítulos y otras partes
del original comienzan normalmente en página nueva. Emplee mayúsculas
y minúsculas en lugar de solo mayúsculas. Los títulos deben corresponder
se con las entradas de la tabla de contenidos. Sobre los títulos de los capítu
los numerados debe aparecer «Capítulo 1», «Capítulo 2», etc.
2.17 Subtítulos. Sitúe los subtítulos en una línea nueva alineada a la izquier
da. Cada nivel del subtítulo debe distinguirse por su estilo y tamaño:
por ejem plo, negrita para el prim er nivel de subtítulos, frente a cursiva
pequeña para los encabezam ientos de segundo nivel. (La gam a de esti
los de fuente del procesador de textos puede ser útil para gestionar los
niveles de los subtítulos). Utilice m ayúsculas y m inúsculas en lugar de
solo m ayúsculas. Exceptuando los títulos m arginales, que norm alm ente
van en cursiva, los subtítulos casi nunca van seguidos de punto (véase
1.54).
2.18 Citas en prosa. Las citas en prosa, cuando van separadas del texto, deben
redactarse a doble espacio y sangrarse por la izquierda utilizando la función
de sangrado del procesador de textos. La primera línea no debe llevar san
gría adicional de párrafo. Si la cita abarca más de un párrafo, a partir del se
gundo deben ir sangrados adicionalmente en la primera línea, lo cual puede
hacerse usando el tabulador o la función de sangrado que posea su soft
ware. Utilice saltos de línea (es decir, con la tecla «Enter») solo al final de
la cita y después de cada párrafo de esta (véase 13.20-22; sobre las elipsis,
véase 13.48-56).
2.19 Citas de poesía. Las citas de poesía deben estar a doble espacio y sangra
das, no centradas, aunque esté previsto que aparezcan centradas en la ver
sión impresa. Si algún verso (entendiendo por tal cada renglón de un poe
ma) es más largo que la línea, deje que continúe en la siguiente de forma
normal; no use el tabulador para sangrarlo. Utilice el salto de línea única
mente al final de cada verso. Solo debe utilizarse el tabulador, al comienzo
del verso sangrado, si está previsto que ciertos versos del poema reciban un
sangrado mayor que los demás. Debe distinguir claramente los versos san
grados y los finales de verso que van a la línea siguiente. Si en su copia en
papel hay algunos de estos últimos, o versos con sangrado doble, o con un
espaciado o sangría especial, adjunte una fotocopia del poema impreso ori
ginal. Sobre las elipsis, véase 13.48-56. Señale el salto de estrofa con un
salto de línea extra. La fuente de la cita, si se facilita después de esta, debe
aparecer entre paréntesis en una línea separada, alineada verticalmente con
el comienzo del primer verso del poema. En la versión impresa, la fuente
puede aparecer alineada a la derecha (véase 13.23-27).
Tablas e ilustraciones
2.24 Material gráfico en papel y su escaneado. Las figuras para el texto que
han de reproducirse mediante el escaneado de un original en papel —tales
como pinturas, mapas, fotografías— deben facilitarse en el formato solici
tado por la editorial. Las editoriales normalmente prefieren realizar sus pro
pios escaneados. Las fotografías en papel satinado deben estar debidamente
etiquetadas, por lo general en el reverso o sobre una etiqueta autoadhesiva,
de tal manera que no afecte a su calidad (véase 3.16). No utilice clips para
sujetar fotografías al original. Para un análisis más detallado, véase 3.15-20.
2.28 Notas de fuente y notas de las tablas. Las notas de fuente aparecen al
pie de la tabla antes que cualquier otra nota. Van precedidas por la palabra
«Fuente» seguida de dos puntos. Las demás notas relacionadas con la tabla,
en general, van después de cualquier nota de fuente y pueden ir precedidas
por la palabra «Nota» seguida de dos puntos. Las notas específicas siguen
a cualquier otra nota y deben llevar su propia numeración (preferiblemen
te letras; véase 3.77), referente a partes de la tabla. Nunca deben numerarse
en la misma serie que las notas del texto. Para un análisis completo sobre
las notas de las tablas, véase 3.74-78.
Verificación
• Todos los títulos y subtítulos (introducción, partes, capítulos, etc.) con la tabla de
contenidos o sumario.
• Los subencabezamientos, con la tabla de contenidos (si aquellos están incluidos en
esta; véase 1.37).
• Las ilustraciones, con sus leyendas, referencias textuales y llamadas.
• Las leyendas de las ilustraciones, con la lista de ilustraciones.
• Las tablas, con sus referencias textuales y llamadas.
• Los títulos de tablas, con la lista de tablas.
• Todas las remisiones (véase 2.32).
• En obras electrónicas, todos los hipervínculos.
• Las notas, con sus referencias textuales.
• Las notas, con la bibliografía.
• Las citas de texto entre paréntesis, con la lista de referencias.
• Las abreviaturas, con la lista de abreviaturas.
• En las obras de varios autores, los nombres de los autores en la tabla de contenidos
con los encabezamientos de los capítulos y la lista de colaboradores.
2.30 Comprobación de las citas. Todas las citas deben confrontarse con la
fuente original, tanto en lo referente al contenido como en cuanto a la for
m a de citarlo, antes de entregar el original para su publicación. Esta tarea
del autor es crucial, porque los editores del original no tendrán acceso a
todas las fuentes que ha utilizado el autor.
2.31 Comprobación de los URL. Todos los URL citados en un original, inclui
dos los mencionados en el texto, deben comprobarse antes de entregar el
original para su publicación. Los que ya no dirijan a la fuente a la que con
ducían deben ser actualizados. Por este mismo motivo, los autores deben
plantearse la conveniencia o no de incluir los URL que parezcan potencial
mente inestables o susceptibles de cambios (véase 14.4-13).
2.35 Numeración de las páginas del original. Debe numerarse toda página de
un original, sea electrónico o en papel. Los originales que se entregan en va
rios archivos no necesitan ser numerados correlativamente desde la pági
na 1 hasta el final del libro. En vez de eso, para garantizar que no haya en el
original dos páginas con el mismo número, se puede añadir en cada archi
vo una cabecera de página descriptiva junto al número de página (p. ej. «In-
traducción: 1», «Introducción: 2», etc.; «Capítulo 1: 1», «Capítulo 1: 2»,
etc.). Puede utilizarse la numeración arábiga en los preliminares aunque esas
páginas vayan a recibir números romanos en la obra publicada. El editor
del original indicará al diseñador del libro los números romanos adecuados
(véase 2.72). Por otro lado, los originales presentados como un solo archivo
pueden numerarse correlativamente a lo largo de todo el libro, comenzan
do por la página 1. En un original exclusivamente en papel, las páginas aña
didas después de asignar la numeración inicial se pueden numerar con a o b
(p. ej. 55, 55a, 55b).
2.37 Copia de seguridad del original final. Además de guardar por separado
una copia electrónica de cada fase esencial del trabajo sobre sus originales,
se aconseja a los autores que guarden una copia de seguridad de la versión
enviada a la editorial para su edición y publicación. La prudencia dicta guar
darse al menos dos copias (p. ej. en el disco duro del ordenador y en un dis
co o dispositivo de memoria portátil) y, si procede, subir otra copia a un ser
vicio de almacenamiento en Internet de confianza.
Edición de un original
Principios de la edición de originales
2.49 Calcular el tiempo de edición. Las estimaciones sobre el tiempo que debe
llevar la edición de un original, determinado generalmente por la editorial y
aceptado por el editor del volumen, normalmente se basan en la extensión
del propio original. Debido a las inevitables diferencias de un original a
otro en los tipos de fuente, los márgenes y otras características formales, la
extensión se determina mejor por el número de palabras que por el núme
ro de páginas (aunque el número de palabras puede deducirse partiendo del
número de páginas, en el caso de originales que solo se vayan a publicar en
papel). El original de un libro de 100000 palabras, tratado por un editor ex
perimentado, puede requerir de 75 a 100 horas de trabajo antes de su envío
al autor, más otra fase de entre 10 y 20 horas adicionales tras la revisión por
este último. Es posible que esta estimación aproximada necesite más dedi
cación por cualquier posible complejidad del texto o de la documentación,
la presencia y características de tablas e ilustraciones y el estilo de forma
to y marcado electrónico que el editor necesitará eliminar o introducir (véa
se 2.77). En caso de duda, se aconseja preparar una pequeña muestra que
sirva de base para una valoración. Un factor adicional es, por supuesto, el
programa (cronograma) de publicación, que determinará de cuántos días se
dispone para la fase de edición. También es pertinente la información sobre
la disponibilidad del autor para revisar el original editado, su disposición a
aceptar que se retoque su trabajo, su propensión a revisarlo, etc.
2.50 Fases de la edición. Los editores normalmente revisan el original tres veces:
una para la edición inicial, que con frecuencia es la fase más larga; una segun
da para revisar, depurar y, a veces, corregir la propia edición; y una tercera tras
la revisión hecha por el autor (véase 2.69). A los editores que trabajen sobre
originales electrónicos puede que se les pida también que realicen una limpie
za inicial sistemática (véase 2.77), aunque también es posible que realice dicha
limpieza el departamento de edición de originales o el de producción de la edi
torial antes de devolver el documento al editor. Los editores más cuidadosos
comienzan la fase inicial de edición, a veces junto con la limpieza electrónica,
examinando el documento completo para evaluar la naturaleza y amplitud del
trabajo que será necesario, identificar cualquier asunto que deba aclararse con
el autor antes de que empiece la edición y reducir el número de «sorpresas»
que puedan causar retrasos si se descubren en una fase posterior del proceso.
Algunos editan todos los elementos de la obra (texto, tablas, notas, bibliogra
fía, etc.) por separado para revisar mejor su coherencia; otros editan el aparato
crítico, o parte de él, junto con el texto. Sea cual sea el procedimiento seguido,
deben compararse entre sí todos los elementos para asegurarse de que las no
tas se corresponden con su referencia textual y a la vez con las entradas de la
bibliografía o lista de referencias; que las tablas acompañan a su propia expo
sición en el texto, etc.
2.52 Seguir una hoja de estilo. A fin de garantizar la coherencia, para cada origi
nal el editor debe tener una lista alfabética de palabras o términos que deban ir
con mayúscula, en cursiva, con guiones o recibir cualquier otro tratamiento pe
culiar propio de ese original en concreto. No es necesario anotar en la hoja
de estilo los cambios que se realicen simplemente para guardar la coheren
cia con el estilo de la editorial. Basta con anotar, por ejemplo, «En todos
los demás aspectos, se sigue el estilo Chicago-Deusto». (Para los originales
publicados exclusivamente en papel, es útil añadir el número de página de
co-ciudadano Partido Conservador (noruego)
Convención de los Derechos Humanos Partido Laborista (noruego)
pro-inmigración
Gobierno pro-multicultural
Gobierno laborista
Rey y Reina (en mayúsculas a petición del autor)
Jóvenes contra la Violencia (Ungdom mot vold)
somah', somalíes
Ministerio noruego de la Infancia y la Igualdad Ungdom mot void (ted) [Agrupación Noruega de
Movimiento Antirracista Estudiantil Jóvenes contra la Violencia]
Cuestiones mecánicas
(1995:47-48) dos puntos entre el año y las págs.
FIG U R A 2.3. Hoja de estilo del editor de un original. Cuando se confecciona para un
original editado a mano, la hoja de estilo indica normalmente el número de página de la
primera aparición de cada elemento.
2.56 Edición de los subtítulos. Se debe comprobar que los subtítulos son cohe
rentes con el texto en cuanto a grafía, puntuación, cursiva y que presentan
una estructura y un tono paralelos. Si hay más de un nivel de subtítulos, es
necesario comprobar que la jerarquía tiene sentido y que cada nivel esté eti
quetado convenientemente (sobre originales electrónicos, véase 2.78-80;
sobre originales en papel, véase 2.96). Si hay más de tres niveles de subtí
tulos, determine si puede eliminarse el inferior. Para originales electrónicos,
puede ser acertado etiquetar los diferentes niveles de subtítulos basándose en
las distinciones tipográficas empleadas al principio por el autor, para evitar
que sean eliminadas por algún proceso de limpieza del original (véase 2.77).
Si está previsto que los subtítulos aparezcan en la tabla de contenidos, debe
verificarse que esta es coherente con aquellos.
2.57 Edición de las remisiones. Todas las referencias a tablas, figuras, apéndi
ces, bibliografías u otras partes de la obra deben ser comprobadas por el edi
tor del original. Si el autor, por ejemplo, menciona una estadística para 2008
y remite al lector a la tabla 4, que solo ofrece una estadística de 2007, el
editor debe señalar la discrepancia. Los nombres recogidos en mapas que
ilustren el texto deben escribirse tal como figuran en este. Las remisiones a
páginas específicas (cuya numeración es susceptible de variar en la versión
publicada) deben reducirse al mínimo o eliminarse (véase 2.32).
2.58 Edición de las citas y del material publicado previamente. Aparte de adap
tar las comillas y puntos suspensivos al estilo de la editorial (véase 13.7-8),
el editor no debe tocar las citas, a menos que el autor las haya traducido de
otro idioma (o actualizado), en cuyo caso pueden ser ligeramente retoca
das (véase 13.78). Las palabras aparentemente mal escritas o con errores
de transcripción deben ser objeto de consulta. Si el autor parece haber sido
poco cuidadoso en la transcripción, se le debe pedir que compruebe la fi
delidad de todas las citas, incluida su puntuación. El editor debe garantizar
que se facilitan las fuentes de todo el material citado, sea a continuación de
la cita o en una nota. Cuando se edite material publicado previamente, es
pecialmente si ha sido abreviado, el editor debe leerlo para comprobar que
tiene sentido y garantizar que todo está en orden y no se ha omitido nada
por descuido. Las discrepancias deben ser objeto de consulta. Si el mate
rial ya publicado solo ha sido facilitado en papel, debe aclararse cualquier
guión de final de renglón que resulte ambiguo (véase 2.93). Sobre notas de
campo, véase 13.47. Véase también 2.40.
2.59 Edición de las notas. Debe confrontarse cada nota con el texto para garan
tizar que su referencia textual es correcta y está en el lugar apropiado, y que
todo término que se use en la nota tenga la misma forma que en el cuerpo del
texto. Cuando las notas van a imprimirse como notas al pie, se le puede pe
dir al autor que acorte una nota excesivamente larga o incorpore parte de ella
al texto. Las listas, tablas y figuras no deben situarse en las notas al pie, sino
en el texto o en un apéndice. Los editores de originales pueden pedir a ve
ces que se añada una nota para incluir una cita o fuente necesaria. Con mayor
frecuencia, en reunión con el autor, se combinarán notas o eliminarán las que
sean innecesarias (véase 14.51-55). El editor que trabaje sobre un original en
papel debe poner especial atención al renumerar las notas. Para los editores
que trabajen en pantalla, puede ser necesitario asegurarse de que las citas que
aparecen en las notas están libres de cualquier código subyacente creado por
el autor al elaborarlas u organizarías (véase 14.13).
2.62 Edición de las tablas. Normalmente, es mejor editar todas las tablas juntas, en
grupo, para asegurar la coherencia del estilo y de la presentación. Debe com
probarse también que su numeración es coherente y que se corresponden con
el texto, incluidas las referencias textuales y la ubicación de las llamadas (véa
se 2.27). Para pautas específicas sobre la edición de tablas, véase 3.79-85.
2.64 Edición de los índices. El programa de trabajo para la edición de los ín
dices (que, si remite a números de página en vez de a números de párrafo,
casi nunca se prepara antes de que se hayan compuesto las páginas del libro
o revista) normalmente debe armonizar con el programa de revisión de la
corrección de pruebas. Para una exposición más detallada, incluida una lis
ta de verificación para la edición de índices, véase 16.132-134.
2.65 Primer contacto con los autores. Se insta a los editores, tras una revisión
inicial del original, a contactar con sus autores lo antes posible. Esto es es
pecialm ente importante si el editor tiene preguntas o planea cambios sig
nificativos que, en el caso de que el autor resulte no estar de acuerdo con
ellos, puede costar tiempo y esfuerzos deshacer. Asimismo, para agilizar
la producción, los editores de originales de revistas pueden notificar los
cambios sistemáticos a los autores en las primeras fases del proceso. La
mayoría de los autores aceptan someterse al estilo de la editorial; los que
no lo hacen, tal vez estén dispuestos a aceptar un compromiso. A menos
que un uso venga determinado por el estilo de la revista o serie, por lo ge
neral deben respetarse los deseos del autor. Para un original que requiera
grandes cambios, puede ser conveniente, si el programa de trabajo lo per
mite, enviar una m uestra de estos para que el autor los apruebe antes de
continuar (véase 2.47).
2.69 Comprobación de los cambios finales del autor. Cuando el autor de
vuelve el original al editor, este lo revisa una vez más para ver las m odi
ficaciones del autor, comprobando que todas las consultas hayan sido res
pondidas, e incorpora el material nuevo. Exceptuando la adaptación a las
normas de estilo, debe prevalecer la versión del autor; si tal versión es in
aceptable por algún motivo, debe buscarse un acuerdo. Como parte de este
proceso, el editor actualiza los archivos electrónicos o, si el original va a
actualizarse o com ponerse tipográficam ente a partir de una copia en papel
con correcciones hechas a mano, aclara o recompone el nuevo material y
tacha las consultas.
2.73 Preparación de las cabeceras. El editor proporciona norm alm ente una
lista de las cabeceras (o de los pies de página) (véase 1.9-15). La lista
debe indicar claram ente qué cabeceras han de aparecer en página par (pá
ginas de la izquierda) y cuáles en página im par (páginas de la derecha).
El título del capítulo o artículo deberá acortarse lo necesario y conservar
los términos clave para encajar en una sola línea en la cabecera, que pue
de, además, contener el número de página. (En algunos casos, las palabras
clave estarán en el subtítulo del capítulo). Puede ser necesaria la aproba
ción del autor; si es posible, el editor debe enviarle una copia de las ca
beceras junto con el original una vez editado. En los títulos abreviados no
puede omitirse en la cabecera ninguna palabra que rija la terminación de
género, número o caso de otra palabra. La lista de las cabeceras norm al
m ente acompaña al original a la fase de com posición y debe incluirse con
el resto de los archivos electrónicos. Si las cabeceras van a reflejar el con
tenido de ciertas páginas (en lugar de capítulos o secciones), la lista exac
ta de cabeceras debe determ inarse durante la composición de las páginas
o después. Por ejemplo, las cabeceras de una sección de notas que inclu
yan intervalos de páginas solo pueden determinarse a partir de las páginas
ya com puestas (véase 1.14). Estas las indica normalmente la editorial en
las prim eras pruebas.
2.76 Preparación de una copia limpia sin editar. Algunas editoriales facilitan
a los editores de originales una versión limpia de los archivos electrónicos
del autor, en otro formato (si es necesario), adaptada en su forma (inclui
do en algunos casos el marcado electrónico) y preparada para editar, nor
malmente en un procesador de textos específico o un entorno de edición de
textos especializado. Alternativamente, puede ocurrir que la editorial entre
gue a los editores solo una copia en papel y actualice los archivos elec
trónicos a partir de la copia editada a mano sobre el papel, como parte del
proceso de producción. Para la edición en papel, véase 2.87-96. A muchos
editores, sin embargo, se les pide que limpien y den forma ellos mismos a
los archivos electrónicos del autor. Todos los editores que trabajen sobre
archivos electrónicos deben estar más que familiarizados con el software
que se requiere que usen. Incluso los procesadores estándares de texto
«listos para usar» se han convertido en poderosos editores de texto. Como
mínimo, es im portante saber de «macros» (forma abreviada de macroins-
trucciones) y llegar a dom inar la opción de «buscar y reemplazar» (in
cluido el uso de coincidencia de patrones o caracteres «comodín»), que,
usados convenientem ente, pueden ahorrar muchos pasos. Una buena for
ma de em pezar es leer la docum entación de «Ayuda» del software. Los
usuarios más avanzados personalizarán su software, a veces con ayuda de
conjuntos de macros especiales para editores escritas por terceros.
Como paso final —suponiendo que estos pasos se hayan dado antes de la
edición—, guarde una copia de seguridad del original resultante ya limpio
y sin editar.
Las etiquetas de final —que incluyen una barra (/) y que indican el final de
un elemento codificado— pueden ser innecesarias para los elementos que
comprendan un párrafo entero. Consulte los requisitos de la editorial o del
maquetador. (Sobre el uso de los estilos incluidos en un procesador de tex
tos, véase 2.79; sobre lenguajes de marcas estructuradas, como el XML,
véase 2.80).
<a>M arcado</a>
Otro aspecto de la edición electrónica incluye el marcado. Un documento
puede etiquetarse utilizando un lenguaje de marcado estándar como XML o
mediante una forma genérica de marcado, normalmente aplicada de una de
las dos maneras que a continuación se detallan. Los elementos de un original
pueden definirse utilizando la “paleta de estilos” de un procesador de textos,
que asigna nombres específicos a los títulos de los capítulos, subtítulos, citas
textuales, etc. La otra opción es delimitar los elementos con códigos genéricos
(p. ej. “<tc>” y “</tc>” para los títulos de capítulo, “<a>” y “</a>” para el
primer nivel de subtítulos y “<cit>” y “</cit>” para las citas). El marcado
genérico se importará a una aplicación de diseño de página o se convertirá
a un sistema de marcado estándar, por lo tanto es importante ser coherente.
Adjunte una lista de estilos o códigos al original editado.
FIG U R A 2.4. Página de un original que ilustra las principales marcas de revisión sobre
la pantalla (redlining) y las consultas al autor (véase 2.81).
mecanismo o sintaxis de comentario. Algunos editores utilizan, en lugar de
eso, la función de nota a pie de página para insertar sus comentarios (véa
se fig. 2.4). Alternativamente, las consultas pueden introducirse en el tex
to de manera que sean fáciles de buscar y ni la persona ni el ordenador las
confundan con otros elementos del texto (p. ej. encerradas entre paréntesis
u otros delimitadores y en cursiva o alguna otra fuente no utilizada en nin
guna otra parte del texto). Este último método, en particular, debe utilizarse
con cautela para garantizar que tales comentarios se eliminarán del original
final. Además, la inserción excesiva de consultas puede recargar el texto y
convertir la revisión del autor en una tarea ardua.
2.85 La revisión del original editado por parte del autor. Los autores deben
marcar sus cambios (o, si procede, su validación; véase 2.127) en colores
vivos, plenamente legibles, escribiendo con mayúsculas y minúsculas. Si
el autor añade más de una oración o dos, el material nuevo puede facilitar
se tanto en versión impresa como en formato electrónico acompañado de su
copia en papel, pero la copia impresa o archivo debe contener solo el mate
rial nuevo. Nunca debe ser una forma revisada del capítulo o artículo, que
podría necesitar una reedición completa. (Si a un autor obstinado se le ocu
rriera hacer tal cosa, la comparación electrónica de la versión revisada del
autor con el original final de este puede ahorrarle al editor el tener que rea
lizar una reedición completa; véase 2.82). El editor debe aclarar este proce
dimiento al autor cuando le envíe el original editado. Además, debe recor
darle que una revisión cuidadosa en esta fase reducirá el número de errores
durante la posterior corrección de pruebas.
2.86 Preparación del original electrónico final. Los editores deben verificar
que se han realizado todos los cambios y se han resuelto todas las consul
tas, que se han aplicado las marcas de forma coherente y que se ha efec
tuado la comprobación final de las grafías (incluida una comprobación de
errores que pueden estar más allá de las responsabilidades del corrector:
por ejemplo, eso por esto, asta por hasta, continua por continúa). Además,
todos los cambios que han sido objeto de seguimiento deben quedar resuel
tos, sea aceptándolos o rechazándolos en cada caso, en el original electróni
co final. Antes de enviar el original final para su composición, los editores
deben archivar al menos una copia electrónica. Para la corrección de prue
bas, las editoriales pueden también exigir una copia impresa que se corres
ponda con el original electrónico final. Algunas veces se les pedirá a los au
tores que confronten las pruebas con la copia editada y subrayada en rojo
que revisaron antes, para asegurarse de que sus enmiendas han pasado a la
copia compuesta tipográficamente.
2.90 Tres usos del marcado con círculos. En un original, los círculos tienen
tres significados: 1) Rodear un número o abreviatura en el texto signifi
ca que deben escribirse con letras o desarrollarse, respectivamente. Si un
núm ero se puede escribir de diferentes maneras o cierta abreviatura puede
m alinterpretarse, el editor debe escribir la form a apropiada. 2) Rodear una
coma o dos puntos significa que se deben sustituir por un punto. Cuando
el punto se incluye a mano, debe rodearse con un círculo para que no lo
pase por alto quien esté actualizando o componiendo el original. 3) R o
dear un com entario al margen indica que tal comentario no debe incluir
se en la com posición (ni incorporarse al original), sino que se trata de una
consulta al autor o una instrucción para la com posición o actualización
del original.
2.93 Marcado de rayas y guiones. Dos guiones sin separación entre sí indican
claramente una raya y no necesitan marcarse en el original en papel. Las
verdaderas rayas, que pueden confundirse con el guión de medio cuadratín
en algunas tipografías, deben marcarse. Dos o tres guiones de cuadratín, in
cluso si se teclean bien, deben marcarse adecuadamente, igual que el guión
de medio cuadratín, que puede confundirse con el guión. De manera alter
nativa, puede darse una instrucción general, por ejemplo «Todos los guio
nes incluidos entre dos números que representen un intervalo deben ser tra
tados como guión y no como raya». Los guiones de final de renglón deben
marcarse para distinguir entre guiones de corte automático —es decir, con
dicional u opcional— y los que sirven para unir palabras compuestas. Los
guiones de corte automático son los que se visualizan solamente si la pala
bra se corta al final del renglón. Los guiones ortográficos son permanen
tes (como por ejemplo en teórico-práctico) y deben conservarse, indepen
dientemente de dónde aparezca la palabra o término que los contiene (véase
2 . 12).
Corrección
Introducción
2.99 Programa de corrección. Debido a que son muchas las personas im plica
das en la producción de un libro, un retraso de unos pocos días en la de
volución de las pruebas a la editorial o al m aquetador puede provocar una
gran demora en la publicación. Cuando se presenta un conflicto entre el
tiempo program ado para la corrección y las exigencias de la exactitud, o
surge cualquier otro problem a que pueda afectar al programa, el correc
tor debe comunicarlo inm ediatamente a la editorial. En el caso de las re
vistas, donde hay poco margen para retrasos de ninguna clase, los plazos
para la corrección no suelen ser negociables (véase 2.2).
Fases de la corrección
2.102 Pruebas revisadas. Una vez introducidas las correcciones que se han hecho
a las primeras pruebas, debe comprobarse que todas las correcciones se han
realizado adecuadamente. Para las publicaciones impresas, esto supone nor
malmente la comparación de un conjunto de pruebas revisadas «segundas
pruebas» de todas las páginas con el primer conjunto (ahora conocido como
«primeras pruebas» o «prueba con erratas»). Estas pruebas revisadas deben
comprobarse también en busca de cualquier diferencia entre ellas y las pri
meras pruebas y para asegurarse de que no hay errores en la composición de
las páginas o similares. Si el maquetador ha rodeado, encerrado entre parén
tesis o indicado de otra manera algún cambio en la composición derivado
de las correcciones, el corrector puede verificar las segundas pruebas de un
modo más eficiente. Las correcciones que hayan provocado una repagina
ción pueden exigir que se ajusten las referencias de página del índice. Para
mantener un registro adecuado, en esta fase no debe marcarse nada en las
primeras pruebas; toda corrección ulterior debe marcarse solo en las segun
das. Cualquier ronda adicional de revisiones debe reducirse al mínimo.
2.103 Pruebas de los índices. La mayor parte de los índices se preparan a partir del
primer conjunto de pruebas paginado (a menos que remitan a números de pá
rrafo en vez de a números de página, en cuyo caso pueden prepararse a partir
del original final). Los índices deben corregirse rápidamente, al mismo tiem
po que se comprueban las enmiendas de las primeras pruebas. En aras de la
eficiencia, suelen ser los editores, más que los autores, los que corrigen los
índices. Para un análisis completo de los índices, véase el capítulo 16.
• Todo lo que aparezca en la cubierta debe ser coherente con el interior de la obra en
contenido y estilo. Por ejemplo, el nombre del autor y el título de la obra —donde
quiera que aparezcan, incluidos la cubierta, el lomo y las solapas— deben coincidir
con los que figuran en la portada del libro (aunque en la cubierta o sobrecubierta puede
omitirse el subtítulo). A veces se abrevia el nombre del autor en el texto de la solapa.
• El material biográfico sobre el autor debe confrontarse con todo material biográfico
incluido en el libro, aunque no es preciso que la redacción sea idéntica.
• Si la obra es parte de una serie o de un conjunto de volúmenes, el título de la serie o
el número del volumen debe coincidir con el que figura en el libro.
• El precio (si debe aparecer), el ISBN y toda línea de créditos necesaria para la
fotografía del autor o el material gráfico utilizado en la cubierta o sobrecubierta
deben verificarse también.
2.106 Pruebas de la cubierta de una revista. Aunque los elementos que figu
ran en la cubierta de las revistas académicas varían considerablemente, las
siguientes indicaciones valen para la mayoría de ellas. La portada (llama
da cubierta 1) debe verificarse cuidadosamente para asegurarse de que los
elementos que cambian con cada número, tales como el volumen, el nú
mero y el mes, fecha o estación de la publicación, son correctos y están
actualizados. También debe comprobarse el lomo. Si los contenidos de ese
número están enumerados en la cubierta 1, deben cotejarse con el interior
para asegurarse de que los nombres de los autores y títulos de los artículos
coinciden exactamente y, en las revistas que publican varios tipos de ar
tículos, de que cada artículo se ha incluido en la sección correcta de la lis
ta. Si los números de página aparecen en el lomo, deben verificarse tam
bién. El interior de la portada (cubierta 2) a menudo incluye el precio de
la suscripción, así como información acerca del procedimiento de suscrip
ción, los nombres de los editores y miembros del comité editorial, o infor
mación sobre el copyright; todos estos datos deben verificarse igualmen
te. Las cubiertas 3 (anterior a la contraportada) y 4 (contraportada) pueden
contener anuncios publicitarios, instrucciones para los autores sobre la
presentación de artículos o una lista de artículos que aparecerán en núm e
ros futuros. Todo ello debe ser verificado por el corrector.
2.108 Corrección de errores ortográficos. Los correctores deben estar alerta para
detectar el tipo de errores que normalmente los procesadores de texto no
detectan, desde erratas típicas como eso donde debe decir esto, o nosotros
por vosotros, hasta otras más sutiles como continua por continúa o lástima
por lastima, entre otros errores ortográficos (véase 2.86). La hoja de estilo
del editor del original (véase 2.52) puede ser una referencia útil. Obsérvese
que un cambio en la grafía de cierto término nunca debe indicarse de mane
ra general; deben marcarse a lo largo del original todos los cambios uno por
uno.
2.110 Comprobación del tipo de letra y fuente. En las pruebas deben revi
sarse todos los elementos —por ejemplo, números y títulos de capítulos,
subtítulos, texto, extractos, pies de fotos, e tc .— para asegurarse de que
están presentados en un tipo y estilo de letra coherentes y en consonancia
con el diseño de la publicación. En particular, se debe comprobar el esti
lo tipográfico de los títulos y subtítulos (véanse 2.17 y 2.56), y en todo el
material previsto para publicar (citas, poesía, fórmulas y ecuaciones, etc.)
deben verificarse el tipo de fuente, su tamaño y el sangrado. Se debe pres
tar atención a todo el material en cursiva, negrita, versalitas o cualquier
otra fuente diferente de la del texto que lo rodea para asegurarse de que
esa fuente distinta com ienza y acaba donde corresponde. Obsérvese que
la conversión de los archivos de un original electrónico en páginas ma-
quetadas o presentaciones de texto electrónico continuo puede dar lugar
a errores inesperados, tales como la elim inación o cambio de un carácter
especial en toda la obra o la incorporación inadvertida al texto de un co
m entario o algún otro material electrónico «invisible». Para los errores
sistemáticos, puede ser preferible indicar una instrucción única o global
de realizar el cambio y así evitar recargar las pruebas con la corrección de
cada caso. Cuando se identifica un problem a sistemático —especialm ente
si va a afectar a la paginación a lo largo de muchas páginas y, en conse
cuencia, al índice en las pruebas de una obra im presa— se debe inform ar
a la editorial inm ediatam ente, sobre todo en el caso de que sean necesa
rias nuevas primeras pruebas.
2.115 Verificación del sentido del texto. El corrector debe consultar, o corre
gir, si es posible, el texto cuando este sea ilógico, confuso, redundante o fal
te (se haya perdido por algún motivo). No obstante, toda reescritura debe li
mitarse a la corrección de errores graves en los datos o en la sintaxis, ya que
la comprobación de las fuentes, y los cambios estilísticos y sustanciales, de
ben haberse realizado en la fase de revisión. Deben evitarse los cambios que
puedan alterar la composición de más de dos páginas en las obras impresas,
puesto que la repaginación no solo supone un coste elevado sino que, en los
libros, puede afectar al índice.
2.116 Marcas del corrector. Las marcas explicadas en los siguientes párrafos, e
ilustradas en las figuras 2.6 y 2.7, son, normalmente, inteligibles para to
dos los maquetadores y otros profesionales del mundo editorial. Además,
estas marcas y convenciones constituyen la base de las herramientas de
corrección online (aunque el papel sigue siendo el estándar preferido para
la corrección, especialmente para obras de cierta extensión). Es poco pro
bable que las instrucciones facilitadas por los impresores y editoriales di
fieran sustancialmente de lo que se muestra aquí. Obsérvese que es mejor
rodear con un círculo todas las instrucciones escritas para el maquetador
(véase 2.118).
Marcas de revisión
J Mover a la derecha
i Insertar coma
i Alinear o justificar a la
izquierda Insertar dos puntos
2.120 Poner marcas legibles. Todas las correcciones deben escribirse con cla
ridad (de manera que puedan apreciarse de un vistazo), con mayúsculas y
minúsculas. Por su visibilidad, suelen preferirse las marcas en rojo, pero
servirá cualquier color siempre que las enmiendas del corrector se distingan
de las de la editorial o el maquetador. Se puede utilizar tanto lápiz como
bolígrafo, pero, en cualquier caso, el corrector debe estar preparado para
eliminar marcas indeseadas. Las correcciones desordenadas pueden llevar
a com eter más fallos; las poco visibles pueden pasar inadvertidas. Si debe
enviarse al m aquetador por medios electrónicos un número pequeño de
correcciones hechas a mano para las pruebas, las marcas deben ser lo bas
tante oscuras para distinguirse bien en un fax o en una imagen escaneada, y
no deben llegar al borde del papel, puesto que aparecerían incompletas en
la copia del receptor.
2.121 Marcas para eliminar elementos. Para eliminar una o más letras o pala
bras, trace una línea diagonal sobre la letra o una línea recta sobre la pa
labra o frase y escriba la marca de eliminación (véase fig. 2.6) en el mar
gen. No debe borrarse ninguna parte del texto, y toda marca de puntuación
que haya de eliminarse debe rodearse con un círculo, en vez de tacharse,
para que siga siendo visible. La form a de la marca de eliminación puesta
en el margen no tiene por qué ser exactamente como se muestra en la figu
ra 2.6, pero debe realizarse de tal forma que no se confunda con una d, e o /.
(Esta marca es igual en inglés y en español, puesto que procede de la gra
fía de la zeta griega. Algunos correctores utilizan también la letra fi o inclu
so la clave de sol). La marca «eliminar y acercar» debe utilizarse cuando se
deba eliminar de la palabra una letra o guión o, en casos de eliminaciones
más largas, cuando el material que permanece vaya a quedar unido sin es
pacio intermedio. La marca de eliminación se utiliza cuando hay que supri
mir algo. Cuando el elemento eliminado ha de ser sustituido por algún otro,
en el margen solamente se escribe el elemento sustituto junto a la línea o lí
neas que han sido tachadas (véase fig. 2.7).
2.122 Añadir o eliminar espacios entre letras o palabras. Todas las palabras de
la misma línea deben ir separadas por el mismo espacio, aunque el espacia
do variará de línea a línea en la composición justificada. Cuando los espa
cios entre las palabras de una línea no sean iguales, introduzca signos de
intercalado en las áreas problemáticas del texto y escriba en el margen la
marca de «espaciado igual» («eq #», en inglés; en español se utilizan fle
chas o rayas según se desee separar o juntar líneas o palabras). Para elimi
nar el espacio entre letras o palabras, utilice la marca de «acercar» (véase
fig. 2.6) tanto en el texto como en el margen. Para solicitar más espacio en
tre palabras o letras, inserte en el texto una línea vertical donde quiera in
sertar el espacio y ponga en el margen la marca de espacio (#). La marca de
espacio también se utiliza para mostrar dónde se necesita más espacio verti
cal entre líneas (o espaciado, en inglés leading —término derivado de lead,
«plomo», en referencia al metal en el que se fundían antiguamente los tipos
de im prenta—). Véase también 2.95.
2.125 Marcar elementos que deben desplazarse. Para desplazar dos letras, pa
labras o frases de un lugar a otro, circunscríbalas con la marca de transposi
ción de forma que queden exactamente delimitados los elementos (incluida
la puntuación) que se van a trasladar (véase fig. 2.7). Para transponer gran
des fragmentos de texto u otros elementos, puede ser mejor encerrar entre
paréntesis u otras marcas cada elemento e incluir en el margen una instruc
ción dentro de un círculo.
• Para indicar el cambio de m ayúscula a m inúscula (caja baja), trace una barra sobre
la letra y escriba «c.b.» en el margen.
• Para indicar el cambio de minúscula a mayúscula (caja alta), trace tres líneas bajo la
letra minúscula en cuestión y escriba «c.a.» en el margen.
• Para indicar versalitas, trace dos líneas bajo la letra o palabras y escriba «vers.» en
el margen.
• Para indicar cursiva, trace una línea bajo la letra o palabras y escriba «cva.» en el
margen.
• Para quitar la cursiva, rodee con un círculo la letra o palabras en cursiva y escriba
«red.» en el margen.
• Para indicar negrita, trace una línea ondulada bajo la letra o palabras y escriba
«negr.» en el margen.
• Para quitar la negrita, rodee con un círculo la letra o palabras en cuestión y escriba
«fina» en el margen.
2.129 Marcar cambios en la puntuación y los acentos. Para cam biar un sig
no de puntuación, rodéelo de un círculo y escriba el signo correcto en el
margen. Para añadir un signo de puntuación, inserte un signo de interca
lación y escriba el de puntuación en el margen. Para que no se pierda o
m alinterprete, todo signo de puntuación m arcado en el margen debe acla
rarse así: la com a debe llevar encim a la letra griega lam bda (signo de in
tercalado); el apóstrofo y las com illas deben tener debajo un signo de in
tercalado invertido; el punto debe aparecer dentro de un círculo; el punto
y com a y los dos puntos deben ir seguidos de una línea corta vertical; y
las rayas y los guiones deben diferenciarse mediante los símbolos apro
piados (véase fig. 2.6). Si falta un acento o signo diacrítico o es incorrec
to, debe tacharse en el texto la letra entera y escribirse en el margen con
su form a correcta; nunca debe aparecer el acento solo en el margen. Para
que no haya lugar a dudas, debe escribirse tam bién en el margen el nom
bre de todo acento o m arca diacrítica inusual y rodearse con un círculo
(véase 11.2).
2.132 Alteraciones del autor frente a alteraciones del editor. En el caso de los
libros, el contrato editorial puede permitir al autor realizar, sin penaliza-
ción, alteraciones en las pruebas hasta cierto porcentaje del coste inicial de
la composición. Dado que el coste de las correcciones es bastante superior
al de la composición original, un permiso de alteración por el autor de, por
ejemplo, un 5 % no significa que pueda alterarse el cinco por ciento de las
pruebas. Se le puede pedir al autor que pague el exceso de coste respecto a
las alteraciones permitidas por el contrato. Los números de página añadidos
a las remisiones en las pruebas se consideran normalmente alteración del
autor. Las correcciones de errores no detectados o incluso producidos du
rante la edición se consideran alteración del autor si este revisó y aprobó el
original editado. La corrección de un error introducido en el original por la
editorial después de la revisión del autor (por ejemplo, por el editor del ori
ginal al introducir los últimos ajustes del autor) es una alteración del editor
y no puede cargarse en la cuenta del autor. Facilitar los números de página
en las listas de tablas e ilustraciones y en los encabezamientos de las notas
constituye una alteración del editor. Sobre el caso de artículos, consulte a la
editorial de la revista.
1. Exam inar cuidadosam ente el diseño para asegurarse de que no falta ningún
elemento, de que todos ellos tienen el aspecto previsto y de que no hay ninguna
marca añadida con otros fines (por ejem plo, para una versión impresa) que
afecte negativamente a la versión electrónica.
2. C onfirm ar que todos los caracteres especiales han sido convertidos correcta
mente (véase 2.110; véase también 11.2). Debe verificarse que los caracteres
que han sido tratados como mapas de bits son correctos, legibles y tienen la
apariencia adecuada (véase A .35).
3. Verificar que todos los hipertextos y demás elem entos interactivos funcionen
correctamente, tanto los enlaces y características funcionales que operan dentro
de la obra como los que dirigen a otros sitios o recursos. En las publicaciones
web, puede facilitar este proceso un mapa del sitio (es decir, una lista o cuadro
de todas las páginas navegables).
4. Asegurarse de que las ilustraciones o elementos no textuales de la obra están
presentes, funcionan y aparecen tal y como debe ser.
5. En obras que se vayan a publicar sobre papel y online, asegurarse de que
coinciden exactamente en su forma, si es lo que se pretende, o difieren según
está previsto, y que tal diferencia está especificada explícitam ente en ambas
versiones (véase 1.73).
6 . Comprobar la ortografía y sentido de todo cambio reciente.
3.2 Definición de tabla. Una tabla es una lista más o menos compleja presen
tada en forma de conjunto de columnas verticales y filas horizontales. Al
igual que las ilustraciones, las tablas se presentan separadas del cuerpo del
texto. Las tablas también se asemejan a las ilustraciones en la medida en
que unas y otras pueden considerarse formas de representación visual de
información. Sin embargo, dado que se componen de texto alfanumérico,
las tablas se elaboran, por lo general, junto con el texto, en lugar de como
material gráfico independiente (véase, no obstante, A .34). Para un análisis
exhaustivo de las tablas —incluyendo directrices para la preparación, co
locación, numeración y edición— véase 3.46-85.
Ilustraciones
Tipos de ilustraciones y sus partes
3.3 Imágenes de tono continuo e imágenes tramadas (medios tonos). En
tendemos por imagen de tono continuo toda imagen, como una pintura o
una fotografía, que contiene gradaciones de tonos claros a oscuros —en
blanco y negro (escala de grises) o color (véase fig. 3.1) — . Para obtener
imágenes de tono continuo en impresión offset, que usa tinta monocromá
tica (negra) para blanco y negro y cuatro tintas para color (cian, magen
ta, amarillo y negro —abreviado como CM Y K—), se debe recurrir a una
reproducción tramada (véase fig. 3.2). (En las imágenes en color desti
nadas a una pantalla se recurre al modo RGB —rojo, verde y azul —). La
técnica de medios tonos descompone la imagen en un conjunto de pun
tos equidistantes cuyo tamaño varía para generar la ilusión de continuidad
entre tonos claros y oscuros. Para la reproducción tramada en blanco y ne
gro, los autores deben enviar material gráfico original, impreso y en aca
bado satinado. Para ilustraciones que hayan de reproducirse en color, lo
Madre emigrante, fotografía de Dorothea Lange, 1936.
FIG U R A 3.1.
En la parte superior, reproducción tramada
de una fotografía digital.
FIG U R A 3.2.
A la derecha, detalle de la figura 3.1 en el que
se aprecia el patrón de puntos de una imagen
tramada (véase 3.3).
que implica un proceso a cuatro tintas, se suele optar por las transparencias
en color. Los autores que envíen fotografías digitales o imágenes escanea
das deben consultar las directrices de su editorial sobre la preparación del
material gráfico en soporte informático.
3.4 Dibujos lineales. El material gráfico exclusivamente en negro sobre fondo blan
co, sin secciones grises (es decir, degradaciones) —como los dibujos a pluma—
se conoce tradicionalmente como arte lineal (o, menos comúnmente, como
FIG U R A 3.3. Dibujo lineal con etiquetas descriptivas (véanse 3.4 y 3.7). El texto que lo
rodea en la obra de la que procede esta figura sin numeración ni pie de foto identifica la
planta como un tallo de Sinarundinana.
copia lineal) (véanse figs. 3.3 y 3.4). El arte lineal puede publicarse en
blanco y negro o en color. Los gráficos, de cara a su reproducción o presen
tación, tanto en trabajos impresos como en trabajos electrónicos, también
pueden considerarse arte lineal, aunque lo normal es que se elaboren utili
zando aplicaciones de software especializadas, incluso cuando el resultado
final vaya a ser una imagen (sobre los gráficos, véase 3.40-45). Los ejem
plos de notación musical pueden tratarse también como arte lineal y esca
nearse en caso de que no hayan sido preparados ex profeso para su publi
cación —generalmente por especialistas— (véase fig. 3.5). A menudo las
editoriales pueden reproducir arte lineal generado por ordenador sin te
ner que rehacerlo, siempre que esté bien preparado. Los autores deben re
cibir las directrices de la editorial. Sobre el uso del sombreado en el arte
lineal, véase 3.19. Sobre las convenciones relativas a la notación musical,
véase 7.48-53.
A ^ ^ B
FIG U RA 3.4. Dibujo lineal que incluye número y pie de la figura (véanse 3.4, 3.8-14 y
3.21-27). Las tres partes del dibujo, nombradas con letras mayúsculas, se analizan en el
pie (véase 3.7).
EJEMPLO 7.6 D aliso e Deim ita, segundo acto. "Nel lasciarti, oh Dio! mi sento ”, mm. 86-97
FIG U R A 3.5. Las citas de partituras se anotan encima de la Ilustración, en lugar de de
bajo. Este tipo de imágenes puede reproducirse fotográficamente (por ejemplo, a partir
de una partitura ya publicada) o elaboradas por especialistas (véase 3.4).
3.6 Galerías. Una galería es una sección de un trabajo impreso dedicada a las
ilustraciones —generalmente imágenes tram adas—. Si se imprime en un
gramaje diferente del utilizado para el texto, la galería no se pagina; por
ejemplo, podría aparecer una galería de ocho páginas entre las páginas 136
y 137. Una galería así se compondría, por lo general, de cuatro, ocho, doce
o más páginas (por cuestiones de impresión y encuademación, siempre será
un número múltiplo de cuatro). Si la galería se imprime junto con el texto,
en el mismo papel, sus páginas pueden ser incluidas en la numeración, aun
que el número de página no sea visible (véase 1.38). Las galerías siempre
comienzan en una página impar y siempre deben situarse entre dos pliegos
(véase A.51).
3.7 Pies, leyendas, recuadros y etiquetas. A veces los términos «pie» y «le
yenda» se utilizan indistintamente para referirse al texto explicativo que
aparece en una ilustración —por lo general inmediatamente debajo, pero
a veces encima o a un lado—. Una «clave» (en ocasiones denominada le
yenda) aparece dentro de la propia ilustración y no como parte del pie, con
objeto de identificar los símbolos utilizados en un mapa o gráfico. Acerca
de los pies, véase 3.21-27. «Etiquetas» son todos los términos descriptivos
que aparecen en una ilustración. También pueden ser símbolos (a menudo
letras) em pleados para indicar las partes de la ilustración (véanse las fi
guras 3.3, 3.4 y 3.6; véanse también 3.12 y 3.43).
FIG U RA 3.6. Figura que contiene una fotografía y un dibujo lineal, cada uno con sus eti
quetas descriptivas e identificados por las letras A y 6, respectivamente (véanse 3.7 y 3.12).
el autor o (si este no lo ha hecho) el editor debe especificar, mediante lla
madas en el original, la ubicación que prefiere para cada una (véase 2.27).
Adviértase que una anotación (por ejemplo, «fig. 5 más o menos por aquí»)
es una instrucción para la composición o producción y no aparecerá en la
obra publicada (al contrario que las referencias del texto, dirigidas a los
lectores; véase 3.9). En una obra impresa, la mayoría de las ilustraciones
aparecerán al principio o al final de la página. No se necesitan anotaciones
para las ilustraciones que vayan a aparecer en una galería impresa. En una
obra publicada en formato digital, estas anotaciones pueden obviarse o re
emplazarse por marcas electrónicas para las referencias de texto y las figu
ras y pies asociados a ellas.
3.15 Envío del material gráfico a la editorial. Los autores que preparen las
ilustraciones digitalm ente deben consultar a la editorial antes de enviar
los archivos. La m ayoría de las editoriales requieren copias físicas, ade
más del m aterial enviado en form ato electrónico. (Puede darse el caso de
que se solicite una im agen estática del archivo audiovisual enviado para
m ejorar la versión electrónica). También se debe aportar una lista del
software utilizado para crear el m aterial gráfico digital, y se debe infor
m ar a la editorial de si se ha em pleado alguna fuente (tipografía) espe
cial en la elaboración de dibujos, diagram as, m apas, etc; la editorial pue
de necesitar que el autor le sum inistre dicha fuente. Véanse tam bién 2.4
y 2.33. Todo escaneo sum inistrado por el autor debe seguir las pautas de
la editorial, y ser realizado, preferentem ente, por un profesional de las
artes gráficas. (Por lo general, las editoriales prefieren escanear por sí
m ism as las im ágenes para garantizar que el conjunto tenga una calidad
uniform e, así com o para facilitar las etapas subsiguientes del proceso
de publicación). En la actualidad, se suele trabajar con ficheros de im a
gen de un mínim o de 300 ppp y en modo de color CM YK, acompañados
de pruebas im presas de su contenido. En cualquier caso, es la editorial
la que debe especificar las características de los ficheros electrónicos y,
en el supuesto de que las im ágenes aportadas por el autor no cumplan
los requisitos exigidos (com o ocurre, con frecuencia, con los archivos
descargados de Internet), serán rechazadas por la editorial, que pedirá o
propondrá alternativas.
FIG U R A 3.7. La posición relativa de cada parte de esta figura compuesta está identifi
cada en el pie de Ilustración (véase 3.24).
3.17 Inventario de material gráfico del autor. Junto con el material gráfico, el
autor debe facilitar una lista completa de las ilustraciones, especificando las
que deben aparecer en color, cualquier duplicado o extra y las que estén en
preparación. (Adviértase, sin embargo, que tanto para libros como para re
vistas, es siempre deseable y a menudo obligatorio entregar todas las ilus
traciones a la vez que el original; véase 2.3). Si la obra se va a publicar en
papel y en formato electrónico, y las versiones difieren en el número de
ilustraciones o en el uso del color, esta información debe explicitarse en el
inventario.
3.18 Inventario de material gráfico de la editorial. Tan pronto como las reci
ba, la editorial debe cotejar las ilustraciones con el inventario del autor (véa
se 3.17). Si algún fichero está dañado o no puede reproducirse por cualquier
otro motivo, será necesario solicitar el envío de una copia o versión aprove
chable (si faltan ilustraciones, también será necesario localizarlas). Toda ilus-
tración debe ser revisada para asegurarse de que está bien numerada y clasi
ficada y de que se corresponde con su pie (los autores deben facilitar los pies
de ilustración en un archivo aparte; véase 2.23). Si el autor no lo ha hecho
antes, debe fotocopiarse cada ilustración impresa, incluyendo su numeración
y demás información relevante. (Sin embargo, la editorial debe abstenerse de
usar tales fotocopias para preparar o comprobar la información sobre los cré
ditos y pies de ilustración, a no ser que las copias reproduzcan el original con
total claridad. Para este fin, lo más apropiado es utilizar los originales o im
presiones digitales en alta resolución). Por último, la editorial debe compro
bar que dispone de todos los permisos necesarios (véase 4.48-75).
3.19 Recorte, variación del tamaño y sombreado. Para hacer sugerencias so
bre el reencuadre o recorte de una imagen —es decir, reducirla eliminando
sus partes superfluas— los autores deben marcarlas en una copia en papel o
en una fotocopia o, si emplean el original, usar un revestimiento protector
para no dañarlo. Para las imágenes que deban cambiar de tamaño, se deben
calcular las dimensiones definitivas a partir de las medidas del original. Los
autores deben ser conscientes especialmente de esto cuando preparen dibu
jos lineales que contengan etiquetas o una clave. Se deben tener en cuenta
las relaciones entre tamaño o cuerpo de letra, peso de línea (su grosor, me
dido en puntos) y tamaño final de la impresión al crear los dibujos, para ga
rantizar la legibilidad. Si se le da a la imagen el tamaño deseado y se impri
me (o se fotocopia), es posible tener una idea aproximada de cómo quedará
la versión final. Evite utilizar filetes excesivamente finos que puedan de
saparecer al imprimir. De igual forma, se debe evitar el sombreado, ya que
puede perder mucha calidad con la reducción; es preferible utilizar rayas,
puntos y otras tramas de relleno en blanco y negro para distinguir determi
nadas áreas de las que van en blanco o en negro. No obstante, muchas edi
toriales permiten el sombreado en dibujos lineales si estos se entregan en
formatos electrónicos específicos; consulte las normas de entrega de su edi
torial antes de preparar el material final (véase 3.40-45).
3.20 Material gráfico que deba ser reeiaborado por la editorial. Los autores
que entreguen dibujos lineales (por ejemplo, un plano o un gráfico) que el
editor haya aceptado reelaborar, deben indicar claramente en una fotocopia
o, en caso de ser demasiadas, en un documento, con su clave, adjunto a la
ilustración, todas las etiquetas (palabras o símbolos) que deban modificarse
o añadirse. Donde sea posible, los enunciados, abreviaturas y símbolos de
berán ser coherentes con los empleados en el texto. Análogamente, deben
reservarse las mayúsculas para aquellos términos que, de estar presentes en
el cuerpo del texto, las llevarían. Todos los nombres incluidos en un mapa
que vaya a ser reeiaborado deben presentarse como una lista independiente,
en la que los países, provincias, ciudades, ríos y demás elementos estén di
vididos en grupos, ordenado cada uno de estos alfabéticamente.
Pies de ilustración
El W hite Garden, muy mermado al comienzo de la primavera. Hay que tener sumo
cuidado para arm onizar el tamaño de los setos de boj, que se siguen cortando a
mano, con la escala del pequeño y complejo jardín, procurando mantenerlos, junto
a las plantas, en las parcelas en que este se divide.
3.22 Títulos en pies de ilustración. Los títulos de las obras deberán seguir las re
glas expuestas en el capítulo 8 (véase 8.154-183), ya se presenten indepen
dientemente o incluidos en el pie. En consecuencia, y a diferencia de lo
acostumbrado en inglés, los títulos en español llevarán mayúscula inicial
únicamente en su primera palabra y en los nombres propios (véase 8.157),
y muchos —incluidos los de pinturas, dibujos, fotografías, estatuas y li
b ro s— irán en cursiva; otros aparecerán en redonda, entre comillas. So
bre títulos extranjeros, véase 11.3-8.
H elena Almeida: D ibujo habitado, 1975. G elatinobrom uro de plata sobre papel,
59 x 56 cm. M adrid, M useo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
lámina 5 Palacio de los Gobernadores, Santa Fe, Nuevo México. Fotografía sin
datar, hacia 1900.
D e izq u ierd a a d erech a : M adeleine K. Albright, Dennis Ross, Ehud Barak y Yaser
Arafat.
P á g in a sig u ie n te: Los altos árboles del valle, plantados por Russell Page, se reflejan
entre nenúfares, Nym phaea, y espigas de agua, P o n ted eria cordata.
Si las distintas partes de una figura han sido nombradas con letras, estas se
utilizan de modo similar, normalmente en cursiva (véase 3.12). Análoga
mente, los términos descriptivos usados para identificar partes de una figu
ra también suelen aparecer en cursiva.
Figura 3. Secuencia de A DN de una pequeña región del gen PC, que m uestra la
transición G —>T en el nucleótido 2229. También se muestra la secuencia parcial
del intrón 13. A, secuencia natural; B , secuencia de la m utación en un m icmac
homocigótico, con deficiencia de PC.
Fig. 9.4. Respuesta fotosintética a la luz. Se presentan datos de tallos cultivados sin
luz (■ ) y al aire libre (□) del año en curso.
Fig. 9.4. Respuesta fotosintética a la luz. Se presentan datos de tallos cultivados sin
luz (cu a d ro s rellen o s) y al aire libre (cu a d ro s v a cío s) del año en curso.
Fig. 3. Destacando las líneas orbitales en el Sistema Solar Virtual (Gazil et al. 2005;
Yair et al. 2001). Esta figura aparece en color en la versión electrónica de este artículo.
Por lo general, la versión digital debe indicar cuáles son las caracterís
ticas a las que solo se puede acceder online —por ejemplo, en el índice
de contenidos de un artículo de una revista electrónica, bajo el subtítu
lo «M ejoras» o «Suplem entos disponibles únicam ente online»— (véa
se 1.73).
t:
<u
>
Am bulación
Figura 4. Punto de máxima fuerza normal vertical de las extremidades delanteras, nor
malizado, comparado con la ambulación. Punto de máxima fuerza normal vertical de
las extremidades delanteras para diferentes formas de andar en grupos de crías, jóvenes
y adultos. Los puntos máximos de las fuerzas verticales (Fv) se normalizaron dividiendo
las fuerzas entre el peso corporal de la cabra. Las barras de error representan una
desviación estándar de ±1.
FIG U R A 3.8. Gráfico de barras con clave para los tres tipos de barras (véase 3.25). El
pie incluye la desviación estándar (o) para las barras de error en forma de T. Véase tam
bién 3.40-45).
A B C
FIG U R A 3.9 En este gráfico, los símbolos están identificados en el pie. Compárese con
la figura 3.8 y los ejemplos de 3.25 (véase también 3.40-45).
Créditos
3.28 Fuentes y permisos. Suele ser apropiada, y a veces exigida por el pro
pietario de la ilustración, una breve explicación sobre el origen de esta,
conocida como crédito. La reproducción de material ilustrativo protegido
por copyright, tanto si ha sido publicado anteriorm ente como si no, pue
de requerir la autorización del propietario de los derechos. Uno no puede
fotografiar un M onet y usar la foto para ilustrar la historia de los pajares;
antes de intentar reproducir el cuadro, se debe obtener perm iso escrito,
así como una copia en papel de la obra, facilitados ambos por el museo o
persona a quien pertenece. Tampoco se puede usar una fotografía u otro
tipo de retrato de una persona reconocible sin su consentim iento o sin el
de alguien que actúe en su nombre. Aunque es responsabilidad del autor,
no de la editorial, obtener los perm isos necesarios, se debe consultar a la
editorial qué material precisa autorización y cuál es la m ejor form a de
obtenerla. Para un análisis más detallado de los perm isos, véanse 4.62 y
4.66-75. Sobre obras que vayan a ser publicadas en form ato electrónico
además de en papel, véase 4.40.
3.29 Ubicación de los créditos. Por lo general, los créditos aparecen al final
del pie de ilustración, a veces entre paréntesis o en un tipo de letra dife
rente (o de am bas form as). En ocasiones aparece el nom bre del fotógra
fo en letra más pequeña y en paralelo al borde inferior o lateral de la fo
tografía.
Fig. 37. El mito de que a todos los niños les encantan los dinosaurios se refuta con
esta escena decim onónica de una visita a los monstruos del Crystal Palace. (Dibujo
de John Leech. «P unch’s A lm anac for 1855», Punch 28 [1855]: 8 . F otografía
cortesía de la Newberry Library, Chicago).
3.30 Créditos del autor como fuente de una ilustración. Aunque las ilustra
ciones creadas por el autor no necesitan créditos, puede ser apropiado in
cluir una indicación como «Fotografía del autor» si otras ilustraciones de
la misma obra sí los requieren. En obras de más de un autor, tal indicación
puede incluir el nombre de un autor en particular.
3.31 Créditos de material que requiere autorización. Salvo en caso de uso líci
to (véase 4.56-65), una ilustración reproducida a partir de una obra publica
da bajo copyright requiere siempre autorización formal. Además del autor,
título, detalles de la publicación y (en ciertos casos) fecha de copyright, los
créditos deben incluir la página o el número de figura correspondiente. Si la
obra que se cita figura en la bibliografía o en la lista de referencias, basta
rá con utilizar en los créditos una forma abreviada (véase el tercer ejemplo).
Sobre el material adquirido a una agencia comercial, véase 3.35. Sobre la
forma correcta de citar, véanse los capítulos 14 y 15.
Reproducido con autorización de George B. Schaller et al., The Giant Pandas o f Wolong
(Chicago: University of Chicago Press, 1985), 52. © 1985 University of Chicago.
M aría Pagés en la inauguración del Centro Cultural Oscar Niemeyer, marzo de 2011.
Cortesía de Ignacio Gómez.
Aguafuerte de Goya para la serie de los Caprichos (Madrid, 1799). Estampa 10.
3.36 Créditos de material adaptado. El autor que cree una ilustración a partir
de otra, adaptándola o tomando datos de ella, debe citar la fuente por corte
sía profesional y para información de los lectores.
Figura 1.2. Incremento de peso de los pandas cautivos durante sus primeros años
de vida. Inform ación del Parque Z oológico de N ueva York; Parque N acional
Zoológico; Girón 1980.
3.37 Cuándo incluir una lista de ilustraciones. En las obras impresas de exten
sión similar a la de un libro, el criterio para incluir una lista de ilustraciones
es determinar si estas tienen interés por sí mismas, independientemente del
texto que ilustran. En un libro sobre arquitectura romana, ilustrado con foto
grafías de edificios antiguos, sería útil disponer de una lista. Por otra parte,
normalmente las obras electrónicas incluyen listas como ayuda a la navega
ción. En una obra impresa, la lista de ilustraciones, si la hay, suele seguir al
índice. Una lista de ilustraciones puede funcionar a la vez, ocasionalmente,
como lista de créditos, si estos no aparecen junto a las ilustraciones (véase
3.29). Para ejemplos y directrices, véanse 1.38 y figuras 1.6 y 1.7.
3.38 Lista de las ilustraciones de una galería. Las ilustraciones que aparecen en
galerías impresas no siempre tienen una lista propia. Por ejemplo, en un li
bro que contenga dibujos lineales intercalados y dos galerías fotográficas,
se puede insertar después de la lista detallada de figuras una línea que diga
«Las fotografías están a continuación de las páginas 228 y 232». Si todas las
ilustraciones están agrupadas en galerías, dicha línea puede aparecer al final
del índice (véase fig. 1.5). (Debe hacerse la lista de todas las ilustraciones,
incluidas las que se encuentren en galerías, si forman parte del texto).
[P ie de fo to ] Lámina 21. Los altos árboles del valle, plantados por Russell Page, se
reflejan entre nenúfares, N ym phaea, y espigas de agua, P o n ted eria cordata.
[E n tra da de la lista] 18. Los altos árboles de Page reflejados entre los nenúfares.
Gráficos
3.40 ¿Qué es un gráfico? Un gráfico es un elemento que presenta datos de una
forma simple y comprensible —a menudo mediante un juego de ejes x e
y—. Los gráficos se consideran dibujos lineales y deben numerarse y cla-
sifícarse como figuras («fig. 1», «fig. 2», etc.)- Solo deben emplearse si
sintetizan los datos con más eficacia que haciéndolo con palabras. A un
que formen parte del texto, deben, al igual que las tablas, tener sentido por
sí mismos. Sobre el diseño de los gráficos, consúltese Alberto Cairo, El
arte funcional (bibliog. 2.2). Los gráficos proyectados para reproducirse
en blanco y negro no deben editarse en color. Para ver un ejemplo típico de
gráfico, véase fig. 3.8. La figura 3.9 —un gráfico tripartito— constituye un
caso menos habitual.
3.41 Coherencia entre los gráficos. Si en una obra se van a usar dos o más grá
ficos, deben acomodarse a un estilo coherente a nivel gráfico y tipográfico,
especialmente si presentan datos comparables entre sí. Independientemente
del tipo de gráfico utilizado, los elementos del mismo género siempre de
ben representarse de la misma forma. Solo se utilizarán diferentes efectos
visuales para distinguir un elemento de otro, nunca por cuestiones estéticas.
3.43 Títulos y etiquetas de los gráficos. El título del gráfico aparece como
parte del pie de foto, inmediatamente a continuación del número de figu
ra, y se escribe con m ayúscula inicial (véase 3.7; com párese con 3.52).
Las etiquetas, elementos descriptivos del gráfico, suelen ir en minúsculas
(excepción hecha de los nombres propios u otros términos que deban ir en
mayúsculas en el cuerpo del texto); cuando se trata de frases, pueden es
cribirse con mayúscula inicial. Las etiquetas pueden explicarse o comen
tarse en el pie del gráfico si es necesario (véase fig. 3.9).
Tablas
Introducción
3.46 Preparación de la tabla. Esta sección describe e ilustra los elementos bási
cos de una tabla y las formas adecuadas para editar, ordenar y presentar dichos
elementos. Ninguna tabla de este capítulo debe tomarse como prototipo; todas
ellas se limitan a ilustrar pautas viables y pueden adaptarse dependiendo de la
información que contengan y de sus usuarios potenciales. Aunque la mayo
ría de las tablas se pueden crear usando el editor de tablas de un procesador de
textos, su composición y corrección lleva mucho tiempo, y de ahí que deban
diseñarse y construirse cuidadosamente. Es conveniente consultar a la edito
rial el número, tamaño y formato apropiado de las tablas que hayan de incluir
se en una obra. Una tabla debe ser tan simple como lo permita la información
que contiene, y comprensible por sí misma; incluso un lector poco familiariza
do con el material presentado debe ser capaz de descubrir el sentido general de
la tabla. El texto puede destacar los aspectos principales de la tabla y resumir
su mensaje, pero no debe repetir los detalles. Consúltese, para mayor informa
ción, el M anual de publicaciones de la American Psychological Association
(véase bibliog. 1.1). Para disponer de instrucciones específicas sobre la prepa
ración de archivos electrónicos de tablas, consulte a su editorial.
Constantino el Grande Graciano
_J_
__
I I
Constancio II Severa, o Marina=[1] Valentlniano I [2]=Just¡na Valente
Teodosio el Mayor
1 r
Constancia=[1] G radano [2]=Leta V alentinlano II Justa Grata Gala=[2] Teodosio el Grande [1]=Elia Flavia Flacila Honorio=Maria
I Serena=Estilicón
GALLA _____ L ~i
Ataúlfo [2]=[1] PLACIDIA=[2] Constando III Graciano? Juan? Pulqueria A rcadlo Honorio [1] María | Euquerio
rey de I I [2] Termantia
los visigodos
Teodosio Eudoxia=Teodosio II Pulqueria=[2] M arciano [1]= mujer
Hercu lano=Honoria Flavlo Plácido Valentiniano lll=Licinia Eudoxia [2]=Petronlo M áxim o Eufemia-Antemio
Genserico,
rey de los vándalos
Placidia=Ollbrio
I
Hunerico, rey de los vándalosyEudoxia Juliana
Fig. 18.5. La familia de Gala Placidia Augusta. Los esternas están simplificados; los nombres de los emperadores aparecen marcados en negrita.
3.48 Coherencia entre las tablas. Dado que una virtud primordial de las tablas
es facilitar su comparación mutua, es indispensable que sean coherentes en
cuanto a su estilo, tanto dentro de cada una como entre sí. Se escogerá un
solo estilo para los títulos, encabezados de las columnas, abreviaturas y de
más elementos de todas las tablas de cada obra. De igual forma, deben res
petarse en todas las tablas las decisiones relativas al interlineado, las san
grías, las fuentes, los filetes y otros rasgos distintivos. Algunas tablas, sin
embargo, pueden requerir filetes u otros elementos que no sean necesarios
en las demás tablas de la misma obra.
3.49 Estructura y uso de las tablas. Una tabla suele componerse de filas y co
lumnas, análogas a los ejes horizontal (x) y vertical (y) de un gráfico, res
pectivamente. Los datos de la mayoría de las tablas comprenden dos con
juntos de variables. El primer conjunto de variables se define en la parte
superior de la tabla, en los encabezados de las columnas (véase 3.54); el
segundo se define junto a la primera columna de la tabla empezando por
la izquierda, por medio de los títulos de las filas (véase 3.57). Si los datos
consisten en variables dependientes e independientes, las independientes
suelen aparecer en la columna de títulos de fila, aunque a veces esto lo de
ciden las dimensiones físicas de la tabla (véase 3.84). La intersección entre
una fila definida por un título de fila y una columna definida por un en
cabezado de columna se denomina «celda» (también llamada «celda de da
tos») (véase fig. 3.11).
3.50 Filetes horizontales y verticales. Para obtener una tabla limpia, de aspecto
profesional, es necesario utilizar los filetes con moderación. Muchas tablas
necesitarán solo tres filetes, todos ellos horizontales —uno en la parte supe
rior, bajo el título y sobre los encabezados de las columnas; otro bajo dichos
encabezados, y el último en la parte inferior de la tabla, al pie de la última
Traslado Traslado intraestatal Residente en
interestatal de condado condado
Nota: «Traslado interestatal» se refiere a los individuos que se mudaron entre estados; «traslado in-
traestata! de condado» a los individuos que cambiaron de condado sin cambiar de estado; y «residente
en condado» a los que permanecieron en el mismo condado desde su alistamiento hasta 1880.
FIG U RA 3.11. Tabla de cuatro columnas con tres encabezados de columna (fila superior),
tres títulos de fila (primera columna por la izquierda) y nueve celdas con datos (véase 3.49).
La prim era colum na de la tabla 2 m uestra los resultados de un m odelo que predi
ce la evolución de la salud según la edad, controlando las diferencias por cohorte y
excluyendo otros predictores.
3.52 Títulos de tabla. Los títulos deben ser tan escuetos como sea posible y no
deben insinuar ninguna interpretación de los datos. Por ejemplo, es preferi
ble un título como «Reincidencia entre antiguos internos del reformatorio
en libertad condicional» a «Alta tasa de reincidencia entre los antiguos in
ternos del reformatorio en libertad condicional». Los títulos deben sustan
tivarse, y son preferibles los participios a las proposiciones de relativo: por
ejemplo «Familias suscritas a semanarios», no «Familias que se suscriben a
semanarios». Los títulos de las tablas deben llevar mayúscula inicial (véase
8.160), como en los ejemplos de este capítulo. El título, que aparece sobre
la tabla, por lo general, sigue al número en la misma línea, separado de él
por signos de puntuación o por espacios, con cambio de tipografía. (En ca
sos más raros, el número aparece solo en una línea y el título empieza en la
siguiente). Al número siempre lo precede la palabra tabla.
3.53 Información entre paréntesis en los títulos de las tablas. En el título sue
le incluirse, entre paréntesis, información explicativa o estadística relevan
te. Dicha información debe escribirse con mayúscula inicial. La informa
ción más detallada debe ir aparte, en una nota a la tabla (véase 3.76-77).
Nota: Los valores presentados son cambios medios. Estos cálculos % basan en los coeficientes de la regresión primaria
(tabla 3) y en la media anual de población y de tasas de mortalidad en los estados que implementaron cada una de las
reformas. La suma de las reformas individuales difiere en una unidad de los efectos netos debido al redondeo.
FIG U R A 3.12. Tabla de cuatro columnas con dos niveles de títulos de fila (primera co
lumna). Adviértase la Indicación entre paréntesis en el segundo encabezado de columna,
que especifica los porcentajes de cada valor en esa columna (véase 3.54).
Epoprostenol Treprostinil
Tipo de pregunta y rasgo (n - 48) (n = 24) P
•Vial de treprostinil para pacientes que hayan recibido dicho medicamento y vial del diluyeme para
pacientes que hayan recibido epoprostenol.
Estimaciones MCOa
Estimaciones BMVb
Nota: La calidad escolar se calcula como desviación proporcional respecto a la Tana Hussein School.
•Estimaciones de calidad escolar de la columna 1, tabla 1.
"Estimaciones de calidad escolar de la columna 3, tabla 1.
FIG U R A 3.14. Tabla de cuatro columnas con dos encabezados Interiores («Estimacio
nes MCO» y «Estimaciones EMV») que abarcan tres columnas, separados por filetes ho
rizontales (véase 3.56); una nota general (véase 3.76), y dos notas al pie señaladas con
letras (véase 3.77).
3.56 Encabezados interiores. Los encabezados interiores abarcan todas las co
lumnas excepto la primera y pueden servir de subtítulos en una tabla. Por lo
general, se colocan entre filetes horizontales (véase fig. 3.14), aunque se pue
de optar por dejar un espacio vertical. Cuando la tabla es excesivamente larga
y contiene uno o más encabezados interiores puede ser conveniente dividirla
en dos o más tablas.
3.57 Entradas de los títulos de fila. La primera columna de una tabla contando
por la izquierda, que contiene los denominados títulos de fila, normalmente
constituye una lista vertical de categorías cuya información se proporciona en
las columnas siguientes. Si todas las entradas son del mismo tipo, los títulos
de fila llevan un encabezado de columna (por ejemplo, «Reforma legal» en la
fig. 3.12); incluso un encabezado general, como «Característica», «Variable»
o «Año», ayuda al lector. Si las entradas se explican por sí mismas (véanse
fígs. 3.11 y 3.14), puede omitirse el encabezado en la columna de títulos de
fila; también puede omitirse el encabezado si las entradas son demasiado dis
pares (véase fig. 3.16). Si los títulos de fila son palabras, se escriben con ma
yúscula inicial. Salvo en el caso de que sean preguntas, no llevarán signos
de puntuación de cierre. Deben ser sintácticamente coherentes entre sí: por
ejemplo, «Autores», «Editoriales», «Impresores» (no «Autores», «La publi
cación concierne a», «Se encarga de la impresión»),
3.58 Títulos de fila con subtítulos. Las entradas de la colum na de los títu
los de fila pueden formar una lista secuencial (por ejemplo, todos los Esta
dos de la Unión enumerados alfabéticamente) o una lista clasificada (por
ejem plo, todos los Estados enumerados por región geográfica, con un sub
título sobre cada región). La prim era palabra de una entrada secundaria, al
igual que la de una entrada principal, lleva mayúscula inicial, para evitar
posibles confusiones con entradas de dos líneas. Además, las entradas se
cundarias se distinguen de las entradas principales por su sangrado (véa
se fig. 3.12), o bien utilizando cursiva para las principales y redonda para
las secundarias. También se puede optar por una combinación de sangrado
y cursiva, sobre todo si hay subentradas en las entradas secundarias. Por lo
general, no es necesario utilizar dos puntos al final de cada entrada princi
pal, pero algunos libros de estilo pueden exigirlos (véase 3.59).
3.62 Uso de líneas guía en entradas secundarias. Las líneas guía —líneas de pun
tos espaciados tras un título de ñ la — se usan a veces en tablas en las que, de
lo contrario, la conexión entre los títulos de fila y las filas a las que hacen re
ferencia no quedaría clara. Algunas revistas usan sistemáticamente las líneas
guía en títulos de fila (véase fig. 3.16); en el caso de los libros es menos ha
bitual. Otra práctica frecuente en las revistas es sombrear filas alternas.
3.63 Cuerpo y celdas de las tablas. En sentido estricto, el cuerpo de la tabla in
cluye todas las filas, columnas y encabezados. No obstante, suele ser con
veniente entender por «cuerpo de la tabla» los puntos de intersección entre
los títulos de fila y los encabezados de columna —el verdadero núcleo de la
tabla—. Estas intersecciones se llaman «celdas» (o «celdas de datos»). Por
ejemplo, la quinta celda de la cuarta columna de la tabla de la figura 3.12
contiene el dato «+14 160». Aunque las celdas suelen contener datos, pue
den estar vacías (véase 3.65).
3.64 Datos de la columna. Siempre que sea posible, las columnas deben conte
ner información de un solo tipo. Por ejemplo, las cantidades de dinero deben
aparecer en una columna, los porcentajes en otra y la información expresada
en palabras en otra (aunque dos tipos de datos pueden compartir la misma co
lumna, como en la tabla de la figura 3.13; véase 3.67). Ninguna columna debe
contener la misma información en todas sus celdas; ese tipo de información es
más apropiado para las notas al pie.
3.66 Matrices. Una m atriz es una estructura tabular diseñada para m ostrar las
relaciones recíprocas de un grupo de individuos, conceptos u otros ele
mentos. En una matriz, los títulos de fila son idénticos a los encabezados
de colum na y, en consecuencia, las celdas presentan dos conjuntos idén
ticos de intersecciones. Las celdas que contengan inform ación repetida
pueden dejarse en blanco si el orden no es significativo en las relaciones
TA BLA 5. Expansión estatal durante la era progresista: número de empleados federales
(total más organismos seleccionados)
Total
DC y no DC 342159 497867e 45,5
Excluyendo Servicio Postal 136799 198199 44,9
F uente: Reports o f the U nited States C ivil Service Com m ission (Washington, DC: GPO): 1910,
tabla 19; 1917, tablas 9-10; 1919, p. vi; U.S. Department o f Commerce, Bureau of the Census,
Statitical A bstract o f the U nited States, 1917 (Washington, DC: GPO, 1918), tabla 392.
aLos departamentos de Comercio y Trabajo estuvieron unidos hasta 1913. La Comisión de Servicio
Civil continuó computando conjuntamente sus empleados en los informes siguientes, hasta 1917.
Las cifras del Departamento de Trabajo propiamente dicho, tomadas de The A n v il a n d the Plow:
A H istory o fth e D epartm ent o f L abor (Washington, DC: GPO, 1963), apéndice, tabla 6, muestran
un número de empleados bastante estable (2000 en 1913, 2037 en 1917). La mayor parte de los
empleados (1740) fueron aportados por la Oficina de Inmigración y Naturalización en 1917. La
Oficina de Estadísticas Laborales fue la segunda en importancia, con 104 empleados. La Oficina
de Infancia tuvo 103, un crecimiento de 88 empleados desde 1913; y el Servicio de Conciliación
solo 12, correspondientes a la asignación personal de su secretario. En los dos años posteriores a
la guerra, debido a las nuevas necesidades de conciliación y condiciones del mercado laboral, el
personal de los departamentos se vio prácticamente multiplicado por tres; sin embargo, esas cifras
cayeron de manera clara en 1920.
bSolo se computan empleados de comercio y trabajo.
cE xduye las categorías de «ordenanzas y otros».
dIncluye los servicios de Tierras, Pensiones, Reclamaciones e Indio.
'Excluidos los trabajadores del canal de Panamá.
FIG U R A 3.15. Tabla de cuatro columnas en la que Total aparece en cursiva, para dis
tinguirlo de los títulos de las filas superiores e inferiores (com párese con fig. 3.21;
véase 3.61). Adviértase también el uso de los puntos suspensivos en las celdas que no
contienen datos; las celdas para las que la información no es adecuada están en blanco
(véase 3.65).
TABLA 6. Decisiones sobre textos enviados
Menos de Más de
1mes 1-2 meses 2-3 meses 3 meses
2006 2005 2006 2005 2006 2005 2006 2005 2006 2005
Aceptados
Texto original aceptado tal y como fue enviado o con correcciones menores....... . . . 0 2 0 0 0 0 0 1 0 1
FIG U R A 3.16. Tabla de once columnas con tres niveles de encabezado, separados por filetes de subencabezado (véase 3.55) y con líneas guía en las
entradas secundarias de los títulos de fila (véase 3.62). Adviértanse también las dos filas de totales; es habitual, pero no imprescindible, utilizar un filete
superior en dichas filas (véase 3.61).
TABLA 7. Innovaciones en los indicadores de rendimiento operativo y retorno del mercado de valores
de Amgen. Matriz de correlación de las variables
Facturación 1 ,0 0
Ingresos netos 0,03 1 ,0 0
Cash-flow operativo -0,07 0,91 1 ,0 0
Cash-flow disponible 0,09 0 ,1 2 0,04 1 ,0 0
Retomo de S&P 500 0,05 0,04 0 ,2 2 0,16 1 ,0 0
Retomo de CRSP 0,08 0 ,0 0 0,19 0,16 0,99 1,00
N ota: Para la facturación, la innovación se define como la diferencia primera de logaritmo. Para todas las demás
variables operativas, se utiliza la diferencia primera.
FIG U R A 3.17. Matriz de siete columnas, en la que los seis encabezados de columna
son idénticos a los seis títulos de fila. Se dejan en blanco las celdas que repiten relaciones
independientes del orden ya reflejadas en otras celdas (véase 3.66).
3.67 Presentación de múltiples valores en una sola celda. De cara a reducir el nú
mero de columnas, una celda puede contener dos valores, siempre que uno de
ellos aparezca entre paréntesis (véase fig. 3.13). En tales casos, debe explicar
se el procedimiento en el encabezado de columna (véase 3.54) o en una nota.
TABLA 8. Distancias eudldianas medias entre poblaciones, calculadas a partir de datos morfológicos
Chunliao ...
Lona 0,57
Yunshanchau 0,75 1,25
Tunchiu 0,71 1,03 0,78
Tenchu 1,15 1 ,1 0 1,59 0,97
Hohuanshan 1,51 1,43 2 ,0 0 1,65 1,16
Tatachia 1,85 2,03 2,17 1,69 1,24
FIG U R A 3.18. Matriz de ocho columnas. Cuando el título de una columna y el de una
fila coinciden, su punto de intersección se señala con puntos suspensivos (véase 3.66).
Autoritario Democrático Liberal
Política completamente Todas las políticas eran objeto Libertad total para decidir
determinada por el líder. de debate y decisión, con el individualmente o en grupo,
apoyo y ayuda del líder. con una participación mínima
del líder.
El líder solía dictar la tarea Los miembros eran libres de El líder no tomaba ningún
que había que realizar y el trabajar con quien eligieran, y partido.
compañero de cada miembro. la división de tareas quedaba a
su criterio.
El líder tendía a ser «personal» El líder era «objetivo» a la El líder no comentaba las
a la hora de alabar y criticar hora de alabar y criticar, y actividades de los miembros
el trabajo de cada miembro mostraba espíritu de ser uno salvo cuando se le preguntaba
manteniéndose distante más del grupo sin trabajar por ellas, no trataba de evaluar
de la participación en el demasiado. o regular el curso del trabajo.
grupo excepto durante las
demostraciones.
FIG U R A 3.19. Tabla de tres columnas sin títulos de fila (véanse 3.57 y 3.68).
3.68 Alineación de las filas. Cada una de las celdas de una fila se alinea con el
título de fila al que se refiere. Si el título de fila ocupa más de una línea, la
celda suele alinearse con la última línea de este (véase fig. 3.13). Pero si tanto
el título de fila como una o más celdas contienen más de una línea, sus res
pectivas primeras líneas se alinean en todo el cuerpo de la tabla. También
se alinean las primeras líneas en las tablas en las que es del mismo tipo el
contenido de todas las columnas —en otras palabras, cuando la primera co
lumna no contiene los títulos de fila como se ha descrito en 3.57— (véase
fig. 3.19; véase también 3.69).
3.69 Alineación de los encabezados de columna. Los encabezados de columna
pertenecientes a una misma fila se alinean por su base; si algún encabezado
ocupa más de una línea, todos los encabezados de esa fila deben alinearse
por la última línea (la más baja). Todo encabezado de columna, excepto en
la de títulos de fila, suele centrarse respecto a la celda más larga (es decir, la
más ancha). Si esta última es demasiado larga, puede ser necesario ajustarla
para dar apariencia de equilibrio. Si la alineación centrada no funciona, los
encabezados de columna y las celdas se alinean a la izquierda. Los títulos
de fila y las entradas se alinean siempre a la izquierda.
3.70 Alineación de números en las columnas. En una columna, los números sin
decimales suelen alinearse tomando como referencia el último dígito de la
derecha (véase fig. 3.16). Si los números contienen decimales, lo normal es
alinear en relación con la coma (véase fig. 3.13). Cuando los grupos de dí
gitos vayan separados por espacios (véase 9.20), la alineación se hará con
respecto a dichos espacios. En todos estos casos, la columna de números se
suele centrar dentro de la columna tomando como referencia el número más
largo (es decir, más ancho). Cuando una columna incluye números de di
ferentes tipos, es preferible alinear en relación con aquellos que se repitan
con mayor asiduidad (como en la tabla de la fig. 3.20, en la que la mayoría
de los valores están alineados respecto a la coma de los decimales, mientras
que los valores de N están centrados; ver también 3.83). Los puntos suspen
sivos y las rayas también se centran (véase fig. 3.15).
3.71 Alineación de columnas formadas por palabras. Cuando una columna esté
formada por palabras, locuciones u oraciones, la apariencia dicta que se ali
neen a izquierda y derecha. Si no quedan líneas incompletas después de la
primera, pueden centrarse. Las entradas más largas suelen ofrecer mejor as
pecto alineándolas a la izquierda. Las líneas incompletas a partir de la segun
da pueden sangrarse o, si se deja suficiente espacio entre las entradas, alinear
se a la izquierda con la primera línea (véase fig. 3.19).
3.73 Cuándo emplear totales. Pueden incluirse totales y subtotales o no, depen
diendo de si son útiles para presentar la información. Cuando los porcen
tajes de una columna se basan en diferentes n, puede que un porcentaje fi
nal basado en el total N resulte útil a efectos informativos y, de ser así, debe
Variable Promedio Desviación media
Variable de cohorte
1946 0,128 0,33
1947 0,140 0,35
1948 0,145 0,35
1949 0,148 0,35
1950 0,145 0,35
1951 0,145 0,35
1952 0,148 0,35
Variable de educación
Por debajo de bachillerato 0,718 0,45
Bachillerato 0,096 0,29
Diplomatura (bac + 2) 0,074 0,26
Licenciatura 0 ,1 1 1 0,31
Años de enseñanza superior 1,440 2,47
Salario (registro) 9,170 0,49
Entorno familiar de clase media 0,246 0,43
N 26371 26371
F uente: Informes de población activa 1990, 1993, 1996 y 1999.
N ota: La muestra se compone de hombres asalariados nacidos entre 1946 y 1952.
FIGURA 3.20. Tabla de tres columnas cuyos valores están alineados respecto a la coma
de los decimales, excepto los de N (última fila) (véase 3.70).
incluirse (véase 3.83). Adviértase que el redondeo suele provocar que el to
tal de los porcentajes sea ligeramente superior o inferior a 100. En estos ca
sos se debe aportar el valor real (por ejemplo, 99 % o 101 %) —si se aporta al
guno—, y explicar en una nota al pie la aparente discrepancia (véanse 3.61 y
3.72).
3.74 Orden y ubicación de las notas a las tablas. Hay cuatro tipos generales
de notas al pie para las tablas y, cuando se necesiten notas de dos tipos o
más, deben aparecer en el orden siguiente: 1) notas sobre las fuentes, 2) no
tas relacionadas con el conjunto de la tabla, 3) notas relativas a partes es
pecíficas de la tabla y 4) notas sobre niveles de relevancia. Las notas a la ta
bla siempre aparecen inmediatamente debajo de la tabla a la que pertenecen,
y deben numerarse aparte de las notas del texto. Pero si una tabla que ocupa
TA BLA 11. Tamaños de las muestras según idioma, grupos y años
Grupo
Estudiantes Estudiantes
idioma/año universitarios de posgrado Profesorado Subtotal
Americano
2004 38026 18330 13138 69494
2005 53954 17015 12669 83638
2006 44132 18375 12169 74676
Británico
2004 12853 4263 2054 19170
2005 26140 7774 1900 35 814
2006 9902 3 357 1107 14366
FIG U R A 3.21. Tabla de cinco columnas con subtotales y total (véanse 3.61 y 3.72).
3.75 Especificación de las fuentes en notas a las tablas. Si los datos de una ta
bla no proceden del propio autor, sino de otra fuente o fuentes, la cortesía
profesional exige que se reconozca plenamente en una nota al pie sin nu
merar. Dicha nota comienza por Fuente o Fuentes, en cursiva y seguido de
dos puntos (véase fig. 3.20), aunque también son aceptables otras fórmulas
si se emplean coherentemente.
3.76 Notas que hacen referencia a toda la tabla. Las notas que hacen referen
cia al conjunto de una tabla, al igual que las notas de fuente, no se nume
ran, y comienzan por la palabra Nota, en cursiva y seguida por dos pun
tos, aunque se aceptan otras fórmulas si se utilizan coherentemente (véanse
fígs. 3.11, 3.12, 3.14, 3.17 y 3.20). Si el contenido de una nota general pue
de condensarse en una expresión breve, esta puede añadirse entre parénte
sis al título (véanse ejemplos en 3.53).
3.77 Notas a partes específicas de la tabla. En las notas que hacen referencia
a partes específicas de una tabla se pueden usar letras, números o sím bo
los a modo de superíndice (voladitos); debe mantenerse el mismo sistema
en todas las tablas. Aunque se suele optar por las letras, la elección puede
depender del contexto. En tablas cuyos datos se expresan principalm en
te en palabras o letras (por ejemplo, las tablas 11.3, 11.4 y 11.5 de este
manual) se prefiere el uso de números, mientras que en las que incluyen
ecuaciones m atem áticas o químicas puede ser preferible el uso de sím bo
los, puesto que las letras y números voladitos pueden confundirse con los
exponentes. Cada tabla debe disponer de su propia serie de notas —em
pezando por a, 1 o * —, independiente de las notas del texto y de las no
tas a otras tablas. La secuencia avanza de izquierda a derecha y de arri
ba abajo, como en el texto. Sin embargo, al contrario que los números de
referencia de las notas del texto, se utiliza la misma letra, número o sím
bolo en dos o más elementos si la nota correspondiente afecta a ambos.
(Una referencia a una nota al pie adjunta a un encabezado de columna se
supone vinculada a todos los elem entos de la columna, mientras que una
referencia adjunta a un título de fila afecta a toda la fila). El superíndice
(letra, número o símbolo) se repite al final de la tabla, al principio de la
nota correspondiente, sin punto ni, por lo general, espacio detrás (véan
se fígs. 3.13, 3.14 y 3.24). Cuando se utilizan símbolos, la secuencia es la
siguiente:
3.78 Notas sobre niveles de relevancia. Si una tabla contiene notas sobre ni
veles de relevancia (tam bién denom inadas «notas de probabilidad»), se
pueden em plear asteriscos como marcas de referencia. Si se distinguen
dos o tres niveles de relevancia estándares, se utiliza un asterisco para
el nivel de m enor relevancia, dos para el inm ediatamente superior y tres
para el tercero. No obstante, si aparecen valores diferentes de estos tres,
es preferible usar letras en lugar de asteriscos, a fin de evitar confundir
al lector. En la nota, la letra p (probabilidad) se escribe, normalmente, en
m inúscula y cursiva. Las notas de probabilidad se colocan después de to
das las demás (véase fig. 3.22).
*p < 0,05
**p < 0 ,0 1
***p< 0,001
3.79 Edición del contenido de una tabla. Debe editarse el estilo de las ta
blas, prestando especial atención a las mayúsculas, la ortografía, la pun
tuación, las abreviaturas, los números y el uso de símbolos. Hay que ve
rificar su coherencia interna, la coherencia entre tablas (para garantizar,
por ejemplo, el tratam iento homogéneo de los encabezados de columna
y títulos de fila) y con el estilo del texto adyacente. Todos los totales de
ben comprobarse, indicando las discrepancias al autor para su corrección.
Al igual que en el texto, deben cotejarse las referencias a las notas al pie
con las propias notas, y tam bién es necesario revisar la secuencia correcta
de letras y sím bolos (véase 3.77). Se debe comprobar la relevancia de las
tablas y cotejarlas entre sí para evitar redundancias. El sentido lógico de
cualquier tabla debe resultar evidente para el lector profano, y para el edi
tor no especializado, aun cuando el m aterial sea muy técnico.
Tasa de
Coeficiente ET probabilidad
N ota: Los resultados se extraen medíante una regresión generaJizada ponderada de mínimos cua
drados, en la que la variable dependiente es log [Af/(100 - A-f.)], donde constituye el porcentaje
de voto emitido a favor de McCIellan, Los datos de los condados son los de 1860. N ~ 941 observa
ciones. R2 ajustado = 0,223, La información electoral procede de Clubb, Flanigan y Zingale (2006).
Los datos de los condados proceden del Consorcio Interuniversitario para la Investigación Política
y Social (2004), excepto el porcentaje de nacimiento en un país determinado, que estimamos a
partir del censo de 1860 de Ruggles et al. (2004).
V < 0,05
**p < 0,01
FIG U R A 3.22. Tabla de cuatro columnas con notas de niveles de relevancia o probabili
dad (p) a continuación de una nota general (véase 3.78).
3.80 «Por ciento» o «porcentaje». A pesar del cambiante uso lingüístico, con
sideramos por ciento com o un adverbio («por, o de cada cien», como en
«el 10 por ciento de la clase») o, con menor frecuencia, como un adjeti
vo (un «aumento del 10 por ciento») y porcentaje com o el sustantivo («un
porcentaje significativo de sus ingresos»). Sin embargo, el símbolo % pue
de referirse a ambas expresiones (véase 3.82).
TA BLA 13. Contenido relativo de isótopos aislados en elementos pesados
Elemento Z Y Elemento Z Y
Sm 62 1,480 W 74 0,505
Gd 64 0,691 Os 76 0,811
Dy 66 0,930 Pt 78 1,160
Eb 68 0,759 Hg 80 0,500
Yb 70 0,601 Pb 82 0,550
Hf 72 0,440
3.81 Intervalos numéricos. Q uien prepare o edite una tabla debe asegurar
se de que los intervalos num éricos no se superponen, de que no hay es
pacios vacíos entre ellos y de que son tan precisos como los datos lo re
quieran. Debe quedar claro si se quiere expresar «hasta» o «hasta (...)
inclusive». Por ejem plo, las cantidades en euros deben especificarse
com o «menos de 5 € , 5 € - 9 € , 10 € -1 4 € , y 15 € -1 9 € » (no «1 € -5 € ,
5 € - 1 0 € ,» etc.). Si hace fa lta ser m ás preciso s, se puede e scrib ir
«1,00 € -4 ,9 9 € , 5,00 € -9 ,9 9 € ,» etc. Los símbolos < y > deben usarse
únicam ente para expresar «m enor que» y «m ayor que». En una tabla que
incluya intervalos de edad, > 60 significa «más de 60 años» (no «60 o
m ás», que se indicaría 60 o más).
3.82 Signos y símbolos en las tablas. En una columna que conste únicamen
te, por ejemplo, de cantidades en euros y porcentajes, sus correspondientes
símbolos deben ser omitidos en las celdas e incluidos en el encabezado de
columna (véanse 3.54 y figs. 3.12-13) o, a veces, en el título de fila (véa
se fig. 3.22). Los signos matemáticos que preceden a las cantidades en una
columna de números no tienen, necesariamente, que ir alineados unos con
otros, pero deben aparecer inmediatamente a la izquierda de los números
que modifican (véase fig. 3.12).
3.83 «A/» y «n». En muchas tablas estadísticas se utiliza una N en cursiva para
representar el número total de elementos del grupo del que se extraen los
datos (véase fig. 3.20). La n en cursiva representa una parte del conjunto
total (véase fig. 3.13). Por ejem plo, si N hace referencia al número total
de sujetos (de ambos sexos) de un estudio, podría usarse una n al especi
ficar el número de hombres y el número de mujeres.
3.84 Ajuste y comprobación de las tablas. A la hora de preparar una tabla para
su publicación, los editores y maquetadores pueden verse en la necesidad
de ajustar o comprobar su formato de acuerdo con las siguientes directrices
generales:
1. Ajuste de tablas largas o anchas. Por una parte, las tablas largas y estrechas,
con pocas columnas y muchas filas, y, por otra, las tablas anchas, con muchas
columnas y pocas filas, pueden plantear problemas, o resultar inviables, sobre
todo a la hora de imprimir. Para una tabla larga y estrecha, la solución es desdo
blarla, disponiendo la tabla en dos mitades, una al lado de la otra, y repitiendo
los encabezados de columna en la segunda mitad. Este tratamiento también pue
de servir para que una tabla estrecha pero no necesariamente larga llene el an
cho de la página (véase fig. 3.23). Para una tabla ancha y corta, la solución es
girarla, convirtiendo los títulos de fila en encabezados de columna y viceversa;
si la tabla, una vez girada, resulta demasiado estrecha, puede desdoblarse. A lgu
nas tablas pueden requerir la presentación apaisada (giradas noventa grados en
el sentido contrario a las agujas del reloj y leídas de abajo arriba de la página);
(véase fig. 3.16; véase también 3.49). Cuando se trata de tablas largas, el editor
puede necesitar que se especifique si se permiten (y de ser así, dónde) el aviso
«Continuación» y la repetición de encabezados (véase 3.85) y dónde deben apa
recer las notas al pie (véase 3.77).
2. A juste de tablas m uy grandes: otras opciones. Si no se puede acom odar
una tabla m uy grande al espacio de im presión por m edio de las soluciones
apuntadas más arriba, será necesario efectuar ajustes adicionales de edición
o tipográficos. Es posible acortar la redacción o usar abreviaturas. Omitiendo
el encabezado de la página cuando se m uestra una tabla a página com pleta
(véase 1.15), se puede disponer de espacio adicional para la tabla. Una tabla
ancha puede extenderse ligeramente hacia el margen izquierdo, en el caso de
las páginas pares, o hacia el derecho, en el caso de las páginas impares o, si ello
mejora la estética, hacia ambos márgenes. En el caso de una tabla especialmente
larga, la editorial puede optar por reducir el tamaño de la tipografía o publicar la
tabla únicamente en formato electrónico, si dispone de esa opción. Para reducir
una anchura excesiva, se pueden estudiar otras dos soluciones (ninguna de ellas
demasiado conveniente para los lectores); 1 ) usar números para los encabezados
de columna, relegando a notas al pie el texto correspondiente, tal y como ilustra
la figura 3.24; o 2) girar los encabezados de colum na para que se lean vertical
en vez de horizontalmente.
3. C om probación de los file te s. El ed ito r debe asegurarse de que los filetes
aparecen donde son necesarios y de que los filetes de subencabezado tienen la
longitud adecuada y se distinguen del subrayado (para que en la versión im presa
aparezca un filete, no texto en cursiva) (véanse 3.50 y 3.55).
4. Comprobación de la alineación de números y texto. La alineación de las filas y de
las columnas debe estar claramente especificada en el original. Los editores deben
asegurarse de que los números están correctamente alineados (por ejemplo, por la
coma del decimal) y de que los títulos de fila acompañan a la fila correspondiente
y están alineados con ella (véase 3.68-73). Aunque la tipografía de estilo antiguo
TABLA 14. Momento de entrada de los socialistas en las elecciones y reformas en el sistema
de sufragio
FIG U R A 3.24. Tabla de ocho columnas con números que sustituyen a los encabezados
para reducir la anchura. Los encabezados se definen en una nota general a la tabla. Las
notas referentes a partes específicas de la tabla se indican mediante las letras voladitas
«superíndices» (véanse 3.77 y 3.84).
una serie, el diseñador definirá el estilo tipográfico de las tablas, así como el del
texto y otros elementos. Las revistas siguen su propio estilo de presentación y
marcado. Los editores deben asegurarse de que las tablas se editan de acuerdo
1992 1993 1994 1995 1996
Asia
China
PIB 469003 598765 546610 711315 834311
Cuenta corriente 6401 -11609 6908 1618 7 243
Entradas de capital -250 23 474 32645 38674 39966
Propio 7 922 24266 34 208 36185 39981
Créditos bancarios 4008 2146 3786 80405 10625
Indonesia
PIB 139116 158007 176892 202131 227 370
Cuenta corriente -2780 -2106 -2780 -6431 -7 663
Entradas de capital 6129 5632 3 839 10259 10 847
Propio 1947 2692 2 573 4285 5195
Créditos bancarios 663 1573 2030 8021 12 602
América Latina
Argentina
PIB 228990 257 842 281925 279613 297460
Cuenta corriente -5462 -7 672 -10117 -2768 -3787
Entradas de capital 7 373 9 827 9279 574 7033
Propio 4630 4038 3954 4589 7 375
Créditos bancarios 1 152 9945 1 139 2 587 959
TABLA 15 (continuación)
América Latina
B r a s il
PIB 446580 438 300 546230 704167 774 868
Cuenta corriente 6089 20 -1 153 -18136 -23 602
Entradas de capital 5 889 7 604 8020 29306 33 984
Propio 3 147 4062 5 333 8 169 15788
Créditos bancarios 11077 4375 9162 11443 14462
Chile
PIB 41882 44474 50 920 65 215 69218
Cuenta corriente -958 -2554 -1585 -1398 -3 744
Entradas de capital 3134 2996 5 294 2488 6781
Propio 876 1326 2580 1959 4090
Créditos bancarios 2192 804 1108 1100 1808
FIGURA 3.25. Tabla de seis columnas con encabezados duplicados e indicación de con
tinuidad tras el salto de página (véase 3.85).
con el diseño, y de que el formato y marcado de las tablas preparadas electróni
camente se ha aplicado correcta y coherentemente. Para obtener más información
sobre el diseño de tablas, véase Richard Eckersley et al., Glossary o f Typesetting
Terms (bibliog. 2.7).
DEFINICIÓN
CARACTERÍSTICAS DE L OS S U S T A N T I V O S
lto
la r ia ta n tu n i, que s o lo tien en form a en sin g u lar (c é n it, c a r iz , s e d ...), m ie n
tras que otros, c o n o c id o s c o m o p lt ir a lia ia n t u n i. so lo tien en form a en plural
(g a fa s , a ñ ic o s , v ív e re s ...). Para una e x p lic a c ió n sob re la fo r m a c ió n d el p lu
ral en e sp a ñ o l, v é a se 7 .4 -1 4 .
LA AP O SI CI ON
CAMBIOS FUNCIONALES
CARACTERISTICAS DE L OS P R O N O M B R E S
C L A S E S DE P R O N O M B R E S
N o m in a lr .o ' ! . R e fle x iv o s /
! PERSONA . ■ A c u s a t iv o D a t iv o Pr ep osi cio na l
voca to 0 re c íp r o c o s
1." Yo me me me mi. c o n m ig o
,\<>sotros ¡ n o so tr o s
12 .. ¡ n os nos nos
N o so tras ! n o s o tr a s
■ ------ } - - -
~>
V osotros ' v o so tr o s
PLU RA L os OS
V o so tras : v o s o tr a s
5.26 Concordancia del pronom bre con el sustantivo. S ie m p r e que su varia ció n
m o r fo ló g ic a lo perm ita, el p ron om b re person al c o n c u e rd a en g é n e ro y n ú
m ero c o n el su sta n tiv o al cu al su stitu ye: J u a n e stá a p r e n d ie n d o a e s c r ib ir ,
y s u m a d re e s tá m u y o r y u llo s a d e él. S lie ila e s ta b a p re s e n te m ie n t ra s h a
b la b a n d e e lla . L os p ron om b res qu e no varían co n resp e cto al g é n e r o (yo,
tú, m e. te ...) p u ed en u sarse in d istin ta m en te c o n a n te c en d e n tes o referen tes
m a sc u lin o s o fe m e n in o s.
5.27 Pronom bre y género. L o s p ro n o m b res q u e lle v a n m arca d e g é n e r o p u e
d en ser m a sc u lin o s, fe m e n in o s o, en un n ú m ero lim ita d o d e fo rm a s, neutro.
El p ron om b re p erson al to m a el g é n e ro d el su sta n tiv o a n teced en te: L a d ir e c
t o r a n o e s tá h o v en s u d e s p a c h o ; h a b le c o n e lla p o r te lé fo n o . El p r o n o m
bre n eutro d e tercera p e r so n a d el sin gu lar, e l l o , se u sa c u a n d o e l a n te c e
d en te e stá c o m p u e sto por una o varias o r a c io n e s o p r o p o s ic io n e s, por otros
p ro n o m b res o e x p r e s io n e s de g é n e ro neutro, o por un c o n ju n to de su sta n ti
v o s de co sa : E s t á llo v ie n d o y h a c e m u c h o f r í o ; p o r e llo , c a n c e la m o s la e x
c u r s ió n . E n m i d e s p a c h o te n g o lib r o s , c u a d e r n o s , h o ja s , c a rp e ta s ..., y n o s é
q u é h a c e r c o n to d o e llo .
5.28 El caso en los pronom bres personales. L o s pron om b res p e rso n a les están
su jetos a algu n as reglas e sp e c ia le s , d ep en d ien d o de su fu n ció n sintáctica. 1)
S i e l pronom bre e s el su jeto d e una oración , deberá estar en c a so nom inativo:
A D e lia le g u s t a ría v ia ja r, p e r o ( e lla ) n o p u e d e p e r m it írs e lo . 2 ) S i e l p ro n o m
bre e s el ob jeto d irecto de un verb o, deberá estar en c a so acusativo: E l e n to r
n o r ú s t ic o lo calm é). 3) Si e s el ob jeto ind irecto, deberá estar en c a so dativo:
L e e s c r ib í u n a c a rta . 4 ) Si un pronom bre de prim era o seg u n d a p erson a del
singu lar aparece in clu id o en un sin tagm a p rep o sicio n a l, deberá e m p lea r se la
form a e sp e c ífic a m e n te reservada para e se caso: p a r a m í. p a r a ti. La form a de
tercera p reson a r e fle x iv a se tam bién presenta una variante propia para sin
tagm as p rep osicion ales: p a r a s í. La p rep o sició n co n o b lig a a m od ificar esto s
pronom b res para crear las form as c o n m ig o , c o n tig o , c o n s ig o .
5.30 Uso gen é rico de algu n o s pronom bres personales. A lg u n o s p ron om b res
p e r so n a le s tien en a p lic a c io n e s e sp e c ia le s : 1) L as fo rm a s m a sc u lin a s é l/e llo s
y lo d o s se han u tiliz a d o tr a d icio n a lm e n te c o m o p ron om b res d e g é n e r o in
d e te rm in a d o ig u a lm en te a p lic a b le s al m a sc u lin o y al fe m e n in o (p. ej.. N o s é
q u ié n h a s id o , p e r o o s a s e g u r o q u e d a r é c o n é l y lo c a s t ig a r é ). S in em b a r
g o , e sto s u so s de m a sc u lin o g e n é r ic o pu ed en ser c o n sid e r a d o s se x ista s por
a lg u n o s le c to r e s ( v é a s e 5 .1 4 8 -1 5 3 ) . 2) L os p ron om b res n o s o tro s /a s . tú. u s-
te d le s , e llo s /a s y. sob re to d o . s e . p u ed en u tiliza rse d e m anera in d efin id a , es
decir, sin a n te c ed en te , en el se n tid o de la s p e r s o n a s en g e n e r a l. 3) U s te d
p u ed e a p lica rse de form a g e n é rica a cu a lq u ier p erson a o a tod as las p e r so
nas: S i le e u ste d e ste lib r o , a /t re n d e rá c ó m o in f lu ir en la s p e r s o n a s » ( u ste d
e s aquí in d efin id o: cu a lq u ier p erson a qu e lea el lib ro aprenderá). Igual o c u
rre c o n el im p erson al s e o la form a de la tercera person a de! plural c o n su
je to e lid id o : Se d ic e / D ic e n q u e S lo n e h e n g e q u iz á fu e r a un c a le n d a r io p r i
m it iv o (e l su jeto n o e s id e n tific a d o , y q u izá n o se a im portante). E ste u so de
e llo s , sin em b argo, p u ed e presentar o b je c io n e s en la escritura a c a d é m ic a ,
ya que de m anera in ju stifica d a e v ita la e sp e c ific id a d .
5.31 Los pronom bres reflexivos. L os p ronom b res p erso n a les r e fle x iv o s o r ec í
p rocos son m e, te, se, n os, os, se. En su u so r e fle x iv o , se utilizan en aq u ellas
c o n str u c cio n es en las que la a cció n del su jeto recae sobre el p ropio sujeto: Se
d io un g o lp e en la e s p a ld a . E llo n o im pide que pueda haber ad em ás un c o m
p lem en to directo: M e ¡ a r o ¡a s m a n o s a n tes d e c a d a c o m id a . A lg u n o s de e so s
verb os tien en una d o b le variante, en co n str u c cio n es reflex iv a s y no r e fle x i
vas (p. ej.: lla m a r /lla m a r s e ; la v a r /la v a r s e ; p e in a r /p e in a r s e ; d u c h a r/d in -lia r
se: e tc.), a v e c e s co n sig n ifica d o s d iferen tes (p. ej.: o c u p a r /o c u p a r s e : a c o r
d a r /a c o r d a r s e ; d e d ic a r /d e d ic a r s e , etc.). En su u so recíp roco, se utilizan en
aq u ellas co n str u c cio n es en las que la a cció n recae, de m anera sim ultánea, s o
bre d o s o m ás personas: O s c o n o c is t e is en la u n iv e rs id a d .
LOS P R O N O M B R E S POS ES IV OS
5.33 Los pronom bres posesivos y los sintagm as con de. N o deb en e m p lea r se
lo s p ron om b res p o s e s iv o s en estru ctu ras qu e requieren un sin tagm a p rep o
sic io n a l c o n de: e n c im a d e m í y no e n c im a m ío (o m ía ): d e la n te d e n y no
d e la n te tu y o (n i tu y a ): e n fre n te d e e l y n o e n fre n te s u y o tn i s u r a l Un c a so
de duda, se pu ed e intentar la r efo rm u la ció n u san d o m i. tu. su . e tc ., y o b s e r
var el resultado: m i e n c im a , m i (le ía n te 110 tien en sen tid o : en c a m b io son
c o rr ec to s en c o n t ra ¿le é l. en c o n t ra s u y a , en s u c o n tra : a lr e d e d o r d e ti. a l
r e d e d o r tu vo , a tu a lr e d e d o r . ..
LOS PR O N O M B R E S DEMOSTRATIVOS
5.34 Los pronom bres dem ostrativos. P ronom bre dem ostrativo (o . c o m o se llam a
a v e c e s, p ro n o m b re d e íc t ic o ) es aquel que se refiere directam ente a su a n tece
dente: este/ato. ese /a /o . a q u e l/lu /lo para los anteced en tes en singular (E s te es tu
e s c r it o r io . E sa es m i o f ic in a ) y e sto s/a s e s o s /a s y a ¿/u e /lo s/a s para los a n tece
dentes en plural {E s to s a c a b a n d e lle g a r. E s o s n e ce sita n q u e se le s d é u n a r e s
p u e sta ). E s te k tlo v e sto s/a s se re fie re n a objetos que están cercan os al hablan
te en el e sp a c io , tiem p o o p ensam iento, m ientras que e s e /a lo /o s /a s y a ¿ ¡u e lila l
lo /lo s /la s señalan ob jetos que están com parativam ente alejados en el esp a cio ,
tiem p o o p ensam iento. Hl anteced en te de un pronom bre dem ostrativo puede
ser un su stan tivo, un sintagm a, una p rop osición , una oración o un p en sa m ien
to im plícito, siem pre y cuando este claro de qué se trata. L os pronom bres d e
m ostrativos neutros esto. eso. a q u e llo se em plean para hacer referencia a ante
ced en tes c o m p u esto s por una o varias oracion es o p rop osicion es, o por grupos
co m p lejo s de h ech os u objetos: N o s han re b a ja d o e l s u e ld o un 1 5 % : esto es
In a ce p ta b le . Los pronom bres dem ostrativos, que tradicionalm ente se acentua
ban en caso de p osib le am bigüedad , han dejado de llevar acen to en todos los
c a so s según la últim a O rto g ra fía d e la L e n g u a E s p a ñ o la ( O í . E l (v éa se 7 .7 3 ).
LOS PR O N O M B R E S INTERROGATIVOS
5.36 El referente de los pronom bres interrogativos. Para realizar una p regun
ta que se refiera a una persona, se pu ed e utilizar q u ié n /e s. o c u á l/e s siem pre
que sea p o sib le una e le c c ió n . N o son . pu es, intercam biables. Q u ié n /e s e s u n i
versal (' general: pregunta por una o m ás personas de entre todas. En prin
c ip io . la respuesta pu ed e incluir a cualqu ier persona, v iva o m uerta, p resen
te o ausente: ¿ Q u ie n q u ie r e v e r esa p e líc u la 7 ¿ Q u ié n e s h a n s id o tus m a y o re s
fuen tes d e in s p ir a c ió n ? Q u ié n y q u ié n e s tam bién preguntan por la identidad:
¿ Q u ié n es ese q u e está d e p ie ju n t o a la e s tu fa ? El pronom bre interrogativo
c u d lie s g en eralm en te e s se le c tiv o o lim itado: pregunta por un m iem b ro e s p e
c ífic o de un grupo y la respuesta se lim ita al gru p o al que se refiere: ¿ C u á l de
lo s e x p lo r a d o re s q u e v is ita ro n C h in a en e l s ig lo xvt te a tra e m á s ?
LOS PR O N O M B R E S RELATIVOS
5.38 El antecedente del pronom bre relativo. El a n teced en te del pronom bre re
la tiv o e s g e n e ra lm en te un su sta n tiv o o un p ronom b re de Ja oración principal
de la cual d ep en d e la su bordinad a de relativo. Para m ayor claridad, n orm al
m ente p reced e al pronom bre: E l c h ic o q u e v im o s a v e r e s tu d ia en m i c la s e .
El a n teced en te p u ed e tam bién ser un sin tagm a nom ina! o una p ro p o sició n ,
pero el resultado e s a v e c e s am b igu o: en e l d o r m it o r io d e l ch a le t, e l c ia d e s
ta b a p in t a d o d e ro s a , el a n teced en te de e l c u a l ¿es el d orm itorio o el chalet?
5.39 O m isión del antecedente del pronom bre relativo. Si no se e x p r esa n in
gún su sta n tiv o a n te c e d e n te , lo q u e se p u ed e u tilizar en e l se n tid o d e e s o
q u e : N o c u tie n d o lo q u e q u ie r e s d e c ir .
LOS P R O N O M B R E S INDEFINIDOS
uno; u n a . U n os/u na s,
a ip u n o a i l p i n ia l a l p o / a l p u n o s a il p u n a s ,
lun p un oá ditq iin an ia d a n iiiip iu io s/iiiiip iu iu s ,
p o co l p o e a q i o c t i s i / x i c a s ,
ni ualii >íni tic Íniíiii in d io s'm u c h a s ,
de m a s ia ilo d l e i n a s i a d a /d e n i a s n i d o s i d e m a s i a d a s ,
lod o 't o da n o d o s todas.
va rios/varia s,
o t r o ' o ir a io lr o s/o lr a s,
mi sino; misma,'i ni sin o s /h u sm a s .
t a i n o 1t a n ta i ta n tos! tuntas,
a lpuiciidiadia,
cu alq u ier a : cu a le s q u ie ra ,
(iu¡em¡incra! q u ie n e s q u ie r a ,
demás
El adjetivo
d efin ició n
USO DEL A D J E T I V O
5.44 Posición del adjetivo. L o s ad jetivos d en o m in a d o s rela ció n a les (qu e ind ican
una relación entre el su stan tivo y otra entidad cualqu iera) se p o sp o n en al su s
tantivo: c a r r e r a d o c e n te , s it u a c ió n e c o n ó m ic a , U n ió n E u r o p e a . L os ad jetivos
c a lific a tiv o s (que exp resan una cualid ad) sig u e n al su stan tivo cu an d o tien en
carácter e sp e c ific a tiv o , e s decir, cu an d o d elim itan e l sig n ifica d o del m ism o:
u n a c h ic a ca sta ñ a , u n a fa ld a la rg a . C u an d o preced en al su stan tivo su elen te
ner carácter e x p lic a tiv o , e s decir, son m eras a d ic io n es o c o m p lem e n to s no n e
cesa rio s qu e aportan un valor d e scrip tivo o e xp resivo: la s n e v a d a s c u m b re s ,
su g r á c il f ig u r a . E stos ad jetivos an tep u estos se d en om in an ep íte to s. H ay o c a
sio n e s, sin em b argo, en las que los ad jetiv o s p o sp u esto s no son n e c esa ria
m en te e sp e c ific a tiv o s, c o m o ocurre por e jem p lo en e l c ie lo azul', o bien un
ad jetivo an tepu esto tien e un carácter e sp e c ific a tiv o , sob re tod o cu an d o se tra
ta de un ad jetivo valorativo. c o m o en un m a g n ífic o tra b a jo . U n ad jetivo entre
co m a s e s siem p re e x p lica tiv o : Ix i jo v e n , o fu sc a d a , n o s u p o q u é h a c e r. C on
alg u n o s ad jetiv o s, la p o sic ió n e s indiferente: e l p r ó x im o v e ra n o y e l v e ra n o
p r ó x im o : u n a le ja n a c iu d a d y u n a c iu d a d le ja n a . H ay ad jetiv o s que cam bian
de sig n ifica d o en fu n ció n de su p o sic ió n . O b sé r v ese, por e jem p lo , u n a b i c i
c le ta n u e v a (a estrenar) y u n a n u e v a b ic ic le t a (otra); u n a c o s a c ie rt a (verd a
dera) y c ie rt a c o s a (una co sa ); u n a p o b r e c h ic a (d esgraciad a) y u n a c h ic a p o
b re (sin dinero); u n s im p le f u n c io n a r io (sin cargo algu n o) y un f u n c io n a r io
s im p le (tonto); un tris te e s p e c tá c u lo (horrib le) y un e s p e c tá c u lo tris te (qu e
cau sa tristeza); u n a b e lla p e r s o n a (bu en a) y u n a p e r s o n a b e lla (guapa); u n a
s o la p e r s o n a (ú n ica) y u n a p e r s o n a s o la (sin com p añ ía). T en ien d o tod o e sto
en cuenta, se recom ien d a p on er e sp e c ia l cu id a d o en la u b ica ció n de los ad je
tiv o s — si se d e c id e usarlos — , a fin de garantizar qu e expresan e xactam en te
el sig n ific a d o que se d e se a transm itir y no otro.
5.45 A d je tivo s habituaim ente u tilizad o s con s e r . L o s a d je tiv o s r ela c ió n a le s,
p articu larm en te lo s g e n tilic io s , se u tilizan s o lo c o n el verb o s e r. L a v o ta
c ió n f u e p o p u la r . E s la t in o a m e r ic a n a . M i m a d re es m u y r e lig io s a . A lg u n o s
de e s o s a d je tiv o s p u ed en c o m b in a r se c o n e s ta r c u a n d o so n c a lific a tiv o s:
F e r n a n d o e s tu v o m u y d ip lo m á t ic o . A n a e s tu v o m u x n a tu ra l. S e co m b in a n
c o n s e r lo s a d je tiv o s q u e dan p ie a su jeto s o ra cio n a les: E s n e c e s a r io q u e
p r e s t é is a t e n c ió n . E s e v id e n t e q u e tie n e ra z ó n . E s im p o r t a n t e q u e s e p a s
esto . U n a e x c e p c ió n e s c la r o , qu e ad m ite s e r y e s ta r: E s t á c la r o q u e t ie
n e ra z ó n . S e c o m b in a n co n s e r lo s a d je tiv o s que d en otan a sp e c to y los que
den otan tiem p o: d u ra d e ro , e fím e ro , p e r e c e d e r o , te m p o ra l, u s u a l, etc. T am
b ién ap arecen c o n s e r lo s a d je tiv o s qu e in d ican cantidad: b a s ta n te , s u f i
c ie n te , d e m a s ia d o , m u c h o , p o c o . L o s a d je tiv o s q u e d en otan una v a lo ra ció n
ta m b ién se c o m b in a n con s e r: E s u n c h ic o m u x s im p le . E s u n a p e r s o n a m u y
s e n c illa . A v e c e s , e s to s a d je tiv o s ap arecen c o n e s ta r, sob re to d o cu a n d o se
refieren a un c o m p o r ta m ie n to c o n c r e to en el pasado: J u a n e s tu v o m u y a s
t u t o /g e n e r o s o /h a b ilid o s o ... L o s su sta n tiv o s a d je tiv a d o s se u tilizan s o lo con
s e r: M i h e rm a n o e s un b o c a z a s . B r a u lio p u e d e s e r m u x b e stia . T am b ién se
c o m b in a n s o lo co n s e r lo s a d je tiv o s a ca b a d o s en -a n te y -{D e n te p r o c e d e n
tes de verb o s de a c c ió n físic a o p síq u ica: l,a c o n v e r s a c ió n f u e m u x g r a t if i
ca n te . L a s it u a c ió n d e d e s e m p le o e s h ir ie n t e . N o r m a lm e n te , los a d je tiv o s
co n el su fijo - is la s e c o m b in a n c o n s e r: A lg u n o s p o lít ic o s s o n m u x e x t r e
m is ta s . Lisa a c tit u d es ra c is t a . L o s a d je tiv o s c o n -a r io /a { E s a e s u n a id e a
m u y p r im a r ia ) , a sí c o m o ios term in ad os en -b le ( E s a c o n s e ja b le v o lv e r a
in te n ta rlo . E s u n a a c t it u d im p e r d o n a b le ) s o lo se c o m b in a n c o n se r.
5.46 A d jetivo s habitualm ente utilizado s con estar. S e u tilizan con e s t a r los
a d je tiv o s q u e sig n ific a n e sta d o s o r esu lta d o s d e un c a m b io p r o d u c id o o
p en sa d o por el h ab lan te, c o m o lo s p a rticip io s de verb os ele a c ció n o p r o c e
so: Is a b e l e s tá d o rm id a . L a ve n ta n a e stá a b ie rt a . L.o m ism o ocurre co n los
a d je tiv o s que se e n tien d e n s o lo errmo e sta d o s o resultados: L a b o t e lla está
lle n a . E s t á s b o r r a c h o .
5.48 Los tres grad o s adjetivales. L os a d je tiv o s tien en tres grados: el p o s itiv o
( d if íc il ) , el c o m p a r a tiv o d e su p eriorid ad (m á s d if íc il ) o in feriorid ad (m e n o s
d if íc il ) , y el su p e rla tiv o (d if ic ilís im o o m u y d if íc il) . U n a d je tiv o en grado
p o s itiv o e x p r esa sim p le m e n te la c a lid a d d e un o b je to , sin r efe re n c ia a n in
gu n a otra cosa: u n g lo b o g r a n d e , m a la s n o t ic ia s .
VARIACIÓN FUNCIONAL
Los determinantes
T I P O S DE D E T E R M I N A N T E S
EL A R T I C U L O
5.60 Efecto del artículo sobre el sign ificad o . D e b id o a que los a rtícu lo s tie
nen v alor d e m o str a tiv o , el sig n ific a d o de la frase pu ed e cam b iar d e p e n d ie n
do del u so qu e se haga de los artícu los. Por e je m p lo , en U n o f ic ia l y a m i
g o a c o m p a ñ o a la p r in c e s a h a s ta e l c o c h e , acom pañé) a la p rin cesa una
so la p erson a, d escrita por d o s características. Pero en U n o f it 'ia l v un a m ig o
a c o m p a ñ a ro n a la p r in c e s a h a sta e l c o c h e fueron d o s las p erson as a c o m p a
ñantes. En ¿ T e g u sta e s a te la r o ja v a zu l'.' se da a em ende!' q u e la lela c o n
tien e a m b o s c o lo r e s , pero en ¿ T e g u s ta n la tela r o ia v la a zu l'.’ se da a e n
tender que se e stá hab lan d o de d o s telas d istin tas.
LOS D E T E R M I N A N T E S POSESIVOS
5.61 Definición y form a. I.o s d eterm in a n tes p o s e s iv o s ind ican una relación de
p o s e s ió n entre el su sta n tiv o y su p ropio referente. L os p o s e s iv o s co n cu er-
dan en g é n e ro y nu m ero c o n la c o sa p o seíd a , v en person a y nú m ero co n el
p oseed or.
I N SOI O ROSHl-.DOR V A R IO S P O SH h D O R KS
14 p e r s o n a ¡ i
persona (
4
persona i sus su sus
LOS D E T E R M IN A N T E S DEMOSTRATIVOS
LOS D E T E R M IN A N T E S NUMERALES
5 .6 6 Los num erales fraccionarios. L o s num erales fraccion arios indican una d iv i
sión del tod o al que se refiere el sustantivo. E xisten num erales fraccionarios e s
p e c ífico s (m e d io o m itad, te rc io ) y otros que c o in cid e n c o n los ordinales ( c u a r
to, q u in to , sexto, sép tim o, o ctavo , n oven o , d é c im o ), m ientras que la m ayor parte
de los posteriores a d é c im o se form an m edíante la adición del su fijo -a v o al car
dinal correspondiente: o n cea v o , d o ce a v o , q u in c e a v o , c in c u e n ta is e is a v o . La m a
yoría de los num erales fraccionarios no pueden situarse inm ediatam ente junto
al sustantivo, sin o que deben ir acom pañad os de la palabra parte', la tre in ta i-
c u a tro a v a p a rte d e la h e re n cia . E s habitual, sobre todo en co n tex to s m atem á
ticos. que e sto s num erales se em p leen c o m o sustantivos: ¿ C u á n t o e s u n c a to r-
c e a v o m á s d o s q u in c e a v o s ? Es incorrecto el u so de los num erales fraccionarios
con fun ción ordinal: la vein tea va p la n ta (v éa se 5.65).
5.67 Los num erales m ultiplicativos. L os n u m erales m u ltip lic a tiv o s in d ica n una
r ep etició n o m u ltip lic id a d de o b jeto s: d o b le a u m e n to , h a b it a c ió n tr ip le , e n
la c e q u ín t u p le . La serie de los n u m erales m u ltip lic a tiv o s, a d ife r e n c ia de las
a n teriores, e stá lim ita d a a lo s sig u ie n te s:
? doble y duplo
3 triple y triplo
4 cuádruple y cuadruplo
5 quíntuple y quíntuplo
6 séxtuplo y séxtuplo
7 séptuple y séptuplo
8 óctuple y óctuplo
9 nónuplo
10 décuplo
11 undécuplo
12 duodècuplo
13 terciodécuplo
100 céntuplo
LOS D E T E R M IN A N T E S INDEFINIDOS
E l v e rb o
DEFINICIÓN
EL I N F I N I T I V O
5.78 Uso del infinitivo. El in fin itiv o está d o ta d o de una gran fle x ib ilid a d . Se
p u ed e utilizar co n fu n ció n n om in al en fu n ció n de su jeto o de o b je to { Q u e
r e r e s p o d e r . Q u ie r o n a d a r ) o co n fu n ció n verb al, c o m o parte d e una p erí
frasis verbal (v é a se 5 .7 6 ). D e b e ev ita r se el u so d el in fin itiv o en su stitu ció n
de la se g u n d a p erson a del plural del im p erativo: d e b e d e c ir se ¡ C o r r e d ! y no
¡ C o r r e r ! E s, en c a m b io , c o rrecto su u so en c a rte le s, in d ic a c io n e s e in stru c
c io n e s g en érica s: N o fu m a r. L a v a r en s e c o . T a m p o co se d e b e u tilizar el in
fin itiv o en lugar d e l verb o en form a p ersonal (c o n ju g a d o ) c o m o n ú c le o del
p redicad o: no d e b e d e c ir se D e s e a r le s u n a f e l iz la r d e o A ñ a d ir p o r ú ltim o
q u e ... En su lugar p u ed e d e c ir se , por e je m p lo , L e s d e s e o u n a f e l iz ta rd e y
P o r ú ltim o , q u ie r o a ñ a d ir . . . T am bién d e b e ev ita r se siem p re qu e se a p o sib le
e l u so del in fin itiv o en la c o n str u c c ió n s u s ta n tiv o + a + in f in it iv o : no d e b e
d e c ir se h o te le s a e v it a r sin o h o te le s q u e h a y q u e e v ita r. S e c o n sid e r a a c e p
table e l u so de a lg u n a s e x p r e s io n e s y a m u y a sen ta d a s, c o m o c a n t id a d a i n
g re s a r, c a n t id a d a d e d u c ir, tem a a tra ta r, e je m p lo a s e g u ir , etc.
EL P A R T I C I P I O Y EL G E R U N D I O
5.80 Uso del participio. S iem p re d en ota a sp ecto perfecto, e s decir, sig n ific a que la
a cció n se c o n tem p la en su con ju n to y ya com p letad a. El participio se u tiliza
prin cip alm en te para formar los tiem p o s c o m p u e sto s (h e a m a d o , h a b ía c o m i
d o , h a b r é v iv id o ), la v o z p asiva (fu e a m a d o , ha s id o s o c o r r id o , s e r á c o n s t r u i
d o ) y algu n as estructuras ab solu tas (L le g a d o s a este p u n to , s e r á m e jo r q u e lo
d e je m o s ). El participio p u ed e actuar c o m o ad jetivo, sea c o m o ad yacen te de
un su stan tivo (m u je r c a s a d a ) o c o m o atributo (e s to y d o rm id o ): c o m o tal ad je
tiv o , el participio adm ite gradación (m á s c a n s a d o , m e n o s c a n s a d o , c a n s a d í
s im o ...). A d em á s, el participio de ios verb os transitivos pu ed e llevar un c o m
p lem en to agente: E s u n a p e r s o n a m u y q u e r id a p o r s u s a lu m n o s .
5.81 Forma y uso del gerundio. El g e ru n d io e s una form a n o p erson al del ver
bo c u y a term in a ció n e s -a n d o en la 1.a c o n ju g a c ió n , y -v e n d o o -ie n d o en la
2 .a y la 3 .a: c o s e c h a n d o , b e b ie n d o , r ie n d o . El g e ru n d io en e sp a ñ o l tien e d o s
form as: sim p le (c a n t a n d o ) y c o m p u e sta (h a b ie n d o c a n ta d o ). E xp resa una
a c c ió n in acab ad a, q u e p u ed e ser sim u ltá n ea o anterior a la del v erb o p r in c i
pal: H a c e la ta re a e s c u c h a n d o m ú s ic a . S u e le den otar a c c ió n y e sta d o s du-
rativos: E s t o y h a b la n d o . In t e n t a r é s e g u ir tra b a ja n d o . P u ed e form ar parte
d e u n a p erífra sis verb al (p. ej.: e s t a r ía n d a r / ir / v e n ir / s e g u ir / c o n lin u a r / lle v a r
+ g e ru n d io ), c o m o ocurre en E s t á c o lg a n d o la ro p a . A n d a c o m o lo c o b u s
c a n d o lo s lib r o s q u e n e c e s it a o S e g u id h a c ie n d o e l e je r c ic io , p o r fa v o r . El
g e ru n d io se p u e d e u tilizar d e m a n e ra in d ep en d ien te d eterm in a n d o al verb o
c o m o un a d v erb io , c o n las s ig u ie n t e s fu n c io n e s : 1) tem p oral (S ie m p r e le e e l
p e r ió d ic o c o m ie n d o ): 2) c a u sa l (D ic e n q u e h a a p r o b a d o c o p ia n d o e l t r a b a
jo f in a l): 3 ) c o n d ic io n a l (A n d a n d o p o r esta c a lle a d e la n te , lle g a r é is a v u e s
tro h o te l): 4 ) c o n c e s iv a (A u n e s tu d ia n d o to d o s lo s d ía s , n o c r e o q u e a p r u e
b e ). D e ter m in a d o s g e ru n d io s, c o m o a r d ie n d o e h ir v ie n d o , ta m b ién p u ed en
u tilizarse c o m o a d jetivo: S e q u e m ó e l b r a z o c o n a g u a h ir v ie n d o . E l g e ru n
d io p u ed e u tiliz a r se ta m b ién c o n u so im p e r a tiv o , so b re to d o c o n e l v e r
b o a n d a r : ¡A n d a n d o ! ¡N o s v a m o s ! A v e c e s a p arece c o m o v e rb o p rin cip al
en e n u n c ia d o s de tip o e x p lic a tiv o -im p e r a tiv o : ¿ Q u é ? ¿ T o m a n d o e l c a f e c i-
to ? Es habitual u tilizar e l g e ru n d io en d eterm in ad as e x p r e s io n e s cu a n d o se
c|uiere ca m b ia r de tem a de c o n v e rsa ció n : C a m b ia n d o d e tem a, ¿ q u é te p a
r e c e s i p e d im o s e s a b e c a ? A lg u n o s g e ru n d io s ad m iten d im in u tiv o : Se f u e
c a lla n d it o . Por ú ltim o , se u tiliz a el g e ru n d io en lo s p ie s de foto: M e s s i b e
sa n d o e l c a m p o tra s su q u in t o g o l.
5.82 Errores com unes en el uso del gerundio. El sujeto d el geru ndio pu ed e ser el
m ism o de la oración principal o, c o n verbos d e p ercep ción — sen sorial o in
te le c tu a l— , el c o m p lem e n to d irecto d e aquella: Im a g in o a G a y a p in ta n d o e l
Saturno. Sería erróneo decir, por ejem p lo . L o s p o lic ía s e n tra ro n en e l e d if i
c io d e s p lo m á n d o s e , sa lv o que efec tiv a m e n te q u ien es se d esp lom ab an fu esen
los p o licía s v no el ed ificio : se debería d ecir L o s p o lic ía s e n tra ro n en e l e d if i
c io q u e se e sta b a d e s p lo m a n d o . La a cción del geru ndio ha de ser sim ultánea
o anterior a la del verbo principal. A s í, sería incorrecto d ecir E l b o m b e ro s a l
vó a la m u je r de la s lla m a s, a p a re c ie n d o en to d o s lo s m e d io s ; en su lugar p o
dría d ecirse, por ejem p lo . E l b o m b e ro s a lv ó a la m u je r d e la s lla m a s y, tra s la
h azañ a, a p a r e c ió en lo d o s lo s m e d io s. A m enud o, una oración construida con
geru ndio pu ed e resultar iló g ica , am b igu a o in clu so incoherente: S ie n d o u n a
m a d re sen sata, c r e o q u e M a rg a r it a d a b u e n o s c o n s e jo s a lo s n iñ o s (don de no
queda claro si la madre sensata e s M argarita o la persona que habla). La am b i
güedad se destruye al reestructurar la oración: C o m o M a rg a r it a es u n a m a d re
sensata, c re o q u e da b u e n o s c o n s e jo s a su s h ijo s .
->12
gura c o m o sujeto. P ero en E l p u e n te f u e d e r r ib a d o en } 9 L)2 se em p lea la v o z
p a siv a porque el pu en te, que aparece c o m o su jeto, recib ió la a cció n de d e
r r ib a r . La v o z p a siv a se con stru ye con la form a con ju gad a del verb o .ser y el
participio. A m en u d o e n con tram os c o n str u c cio n es en las que el verb o s e r está
im p lícito. Por e jem p lo , en H a y q u e h a c e r c a s o d e lo s c o n s e jo s d a d o s p o r e l
m é d ic o , se en tien d e lo s c o n s e jo s q u e so n d a d o s , lo cual tien e sen tid o de p a s i
va. A u n q u e a v e c e s el verbo perm an ezca im p lícito , el participio ha de figurar
siem p re. A m en u d o el agen te n o .se m en cion a: E l (ju g g e n h e im d e B ilb a o fu e
in a u g u r a d o en 1 9 9 7 . La e le c c ió n entre la v o z pasiva o la a ctiva pu ed e d e p e n
der d el punto de vista d esea d o . Por e jem p lo , en E l p u e n te fu e c o n s t r u id o en
1 9 9 2 lo im portante e s el p u en te, m ientras que en A q u e l fa m o so a rq u it e c to va
le n c ia n o d is e ñ ó e l p u e n te en i 9 9 0 , el hablante cen tra su d iscu rso en el arqui
tecto. O tra form a de expresar la v o z p asiva en esp añ ol son las estructuras p a
siv a s reflejas: L a o b r a se e s tre n ó ( = ju e e s tre n a d a ) e l 9 d e ju n io d e 19 16 . En
las p a siv a s reflejas no d ebe aparecer c o m p le m e n to agente: resulta forzad o d e
cir A y e r s e in a u g u r ó la b ib lio t e c a p o r e l a lc a ld e .
5 .88 M o d o su b ju n tiv o . Por regla general, el m o d o su bju ntivo exp resa la realidad
d e m anera su b jetiva, e s decir, teñida de d e se o s, dudas, ó rd en es, se n tim ien
tos y e m o c io n e s. En o r a cio n e s in d ep en d ien tes se u tiliza para exp resar d e
se o s. c o m o en ¡ O ja lá c a m b ie p ro n to la s it u a c ió n !, y p osib ilid ad , c o m o en T a l
vez e n c u e n tre tra b a jo . En o r a cio n es su bordinad as, ind ica h ip ó tesis o co n jetu
ras: S i y o fu e r a r ic o . . . Se utiliza tam bién co n verb os q u e denotan una d e m a n
da, tales c o m o q u e r e r p r o h ib ir , im p e d ir d e s e a r in s is t ir , etc. ( E l d u e ñ o in s is
tió en q u e e n tra s e ), una su g er e n c ia (L e a c o n s e ja q u e c o ja u n a b a ja la b o r a l)
y se n tim ien to s tales c o m o a le g r a rs e , a b u r r ir s e , e n c a n ta r, etc. (M e en ca n ta
q u e m e lla m e s p a r a s a lir ) . L os verb os y p red icad os q u e exp resan duda o d e s
c o n o c im ie n to , tales c o m o d u d a r, es p o s ib le qu e, p u e d e s e r q u e . e tc., tam bién
van se g u id o s de su b ju n tivo (P u e d e q u e te n g a m o s p ro n to u n a b u e n a n o t ic ia ),
a sí c o m o c re e r, p e n s a r y p a r e c e r cu an d o van en n e g a tiv o (N o c r e o q u e te n
g a s s u e rte ). El m o d o su b ju n tivo co m p ren d e el tiem p o presente de su bju ntivo
(c a n te ), e l pretérito p erfecto de su b ju n tivo (h a y a c a n ta d o ), el im p erfecto de
su bju ntivo (c a n ta ra o c a n ta s e ) y el p lu scu a m p erfecto de su b ju n tivo (h u b ie
r a o h u b ie s e c a n ta d o ). L os futuros sim p le y c o m p u e sto de su b ju n tivo (c a n ta
re /h u b ie r e c a n ta d o ) están prácticam en te en d e su so , sa lv o , m uy e x c e p c io n a l
m en te. en el len gu aje ju r íd ico o adm inistrativo.
5.93 El futuro. El tiem p o futuro se refiere a a ccio n es, estad os o c o n d ic io n es que aún
n o se han h ech o realidad en el m om en to del en u n ciad o (futuro absolu to) o en
el m o m en to de referencia (futuro relativo) pero que están previstos: U n fa m o so
a rtis ta d is e ñ a rá u n m u r a l p a r a esta p a re d . P ro n to a b r ir á este resta u ra n te.
El futu ro p e r fec to se form a co n el futuro im p e r fe c to de h a b e r y el p articip io
d el verb o: h a b r á c a m in a d o , h a b r á b e b id o . S e refiere a un a cto , a un e s ta
d o o a una c o n d ic ió n q u e se esp era qu e term in e antes de otra a c c ió n o tie m
p o futuro: E l e n t o m ó lo g o h a b r á r e c o g id o s e s e n ta e s p e c ím e n e s m á s a n te s d e
q u e a c a b e e l s e m e s tre . P a r a la s c in c o y a se h a b r á le v a n ta d o la s e s ió n .
El fu tu ro h ip o té tic o (trad icion alm en te d en o m in a d o c o n d ic io n a l o p o t e n c ia l)
se e m p le a para exp resar la p o sib ilid a d o probab ilidad de que se cu m p la la a c
c ió n del verbo: S i tu v ie ra s u fic ie n te d in e ro , d e ja r ía d e tra b a ja r. M e g u s t a
r ía v o lv e r a v e rla o tra vez. El fu tu ro h ip o té tic o p e rfe c to (form ad o por el fu
turo h ip o té tico del verb o h a b e r m ás el participio del verb o princip al) exp resa
igu alm en te p o sib ilid a d o probabilidad, pero en referencia a a c c io n e s pasadas:
H a b r ía id o m á s a b r ig a d o s í h u b ie ra s a b id o e l f r í o q u e h a c ía . El futuro h ip o
té tic o tam bién se e m p lea c o m o fórm u la de co rtesía en v e z del presente de in
dicativo: ¿ P o d r ía m o v e rs e un a s ie n to h a c ia la d e re c h a , p o r fa v o r ?
CONJUGACIÓN DE LOS V E R B O S
MODO TIEMPO 13 c o nj ug a c ió n 2 : ’ c o n ju ga c ió n 3. a c o n ju ga c i ó n
SUBJUNTIVO
P re té rito p h ts( •u am perfe< to hubiera o hubiera o hubiera o
hubiese am ad o hubiese b eb id o hubiese \iv id o
5 .1 0 0 Ser. El verb o s e r se u tiliz a c o m o a u x ilia r para form ar estru ctu ras pasivas:
E s ta c a t e d r a l f u e c o n s t r u id a p o r lo s m a e s tro s c a n te ro s d e la zo n a . El ver
bo s e r ta m b ién form a parte d el gru p o de lo s verb o s c o p u la tiv o s, e s decir,
a q u ello s q u e co n str u y e n una p r e d ica c ió n n o m in a l u n ien d o al su jeto c o n e l
lla m a d o atributo (A n tó n es m u y f e liz ) . El v erb o s e r no sig n ific a en sí m is
m o una a c c ió n , sin o m ás bien e x is te n c ia o c o n d ic ió n : M i m a d re es m é d ic a
(s é a n s e 5 .4 5 -4 7 y 5 .7 4 ).
El adverbio
DEFINICIÓN Y FORMA
5.105 A d v erb io s sim ples. IJn a d v e r b io sim p le e s una palabra q u e c a lif ic a una
parte del d iscu rso: a p e n a s , a h o r a , p r o fu n d a m e n t e ...
5.107 Los tres grad o s del adverbio. A l igual qu e ios a d je tiv o s ( v é a se 5 .4 8 ). los
a d v e r b io s tien en tres grados: el p o sitiv o , el c o m p a r a tiv o y el su p e rla tiv o . El
a d v erb io en grad o p o s itiv o ex p resa sim p le m e n te una cu alid ad sin hacer re
fe re n c ia a nada m ás. c o m o en L a e n fe rm e r a h a b ló s u a v e m e n te o E l d ir e c t o r
llegó) ta rd e.
5.108 A d v e rb io s en g ra d o co m parativo . L o s a d v e r b io s en grad o c o m p a r a tiv o
p u ed en ex p r esa r su p eriorid ad (m á s ... q u e ), in ferio rid a d (m e n o s ... q u e ) o
igu ald ad (t a n ... c o m o ): C o n d u c e m á s rá p id a m e n te q u e y o . T am b ién e x iste n
fo rm a s irregulares: b ie n /m e jo r que', m a l/p e o r q u e : C o n d u c e m e jo r ip ie yo ,
p e r o p e o r q u e m i h e rm a n a .
POSICIÓN DEL A D V E R B IO
5.112 Colocación de los adverbios. En gen eral, la p o sic ió n del adverbio en la frase
p u ed e variar sin que e llo a fecte de m anera su stan cial al sig n ifica d o : M a ñ a
n a lle g a n ú h e rm a n o o M i h e rm a n o lle g a m a ñ a n a . Sin em b argo, no ocurre
así con los ad verb ios d e n eg a ció n , los c u a les han de antepon erse al verbo: N o
te n g o h a m b re . L os ad verb ios n u n ca , ja m á s y ta m p o co pueden preceder o no
al verb o, pero en el c a so de ir tras él han de ir p reced id os por n o (p. ej.. N u n c a
h a id o a la u n iv e r s id a d y N o h a id o n u n c a a lo u n iv e rs id a d . J a m á s te lo d ir é
y N o te lo d ir é ja m á s ). C u and o el adverbio n o se antepon e a cu alq u ier otra
categoría gram atical que no sea un verb o, so lo e lla resulta negativa. A v e c e s
e q u iv a le al prefijo n eg a tiv o in -: Se co n cen tré) en lo n o c r e íb le = lo in c r e íb le .
A i contrario de lo que su ced e con el adverbio n o, que siem pre d eb e e x p lic i-
tarse, el adverbio .vf s o lo aparece en la oración con valor en fá tico , o bien a isla
d o o separado por c o m a s, dado que toda oración e s afirm ativa a no ser que su
verbo esté preced id o por una n egación : E ra . sí, b a sta n te in te lig e n te .
La preposición
DEF INICIÓN Y USO
5.117 Funciones de la preposición. Las p rep osicion es señalan m uchas c la ses de re
lacion es. Por ejem p lo , pueden expresar una relación esp acial (a, desd e, f u e
ra de, d e n tro d e ), tem poral (a, d esd e, h a sta ), causal (d e b id o a, a c a u s a de, p o r
m e d io de, co n , / >or), de p o sesió n (sin , d e ) o de o p o sic ió n (c o n tra ), entre otras.
A nivel de. El abuso de esta locución hace que su uso sea erróneo la mayoría de las
veces. Solo ha de utilizarse cuando su significado sea literal, es decir, cuando nivel
signifique «altura»: a n ivel del m ar. pero no a n ivel d el profesorado, para expre
sar en cuanto a l p rofesora d o o en e l ám bito d el profesorado.
En base a. Es más apropiado utilizar basándonos en. con base en o sobre la base de.
A falta de. No se aconseja su uso en expresiones com o a falta de un cu a rto de
h o ra p a ra el fin a l, habría que decir cu ando fa lta un cu a rto de hora. Es adecua
da cuando se expresa una carencia: a fa lta de m a teria l.
A bordo de. Solo ha de utilizarse para barcos y aviones, no para otros vehículos.
A lo largo de. Es preferible utilizar esta expresión sin cardinales: a lo la rg o de sit
vida, pero no a lo la rg o de los últim os cin co m inutos de! partid o.
A partir de. La locución no es correcta cuando indica un punto concreto en el tiem
po {L a represen tación tendrá lu g a r a p a rtir de las 8). En este caso habría que
decir a las 8. S í que lo es cuando indica com ienzo de un plazo: L a s solicitu des
p a ra la beca se pueden en tregar a p a r t ir del día 14.
Conjuntamente con. Se trata de una redundancia, con lo cual habría que decir ju n
tamente con. o simplem ente con.
De cara a. Son preferibles otras locuciones: con vistas a. con miras a. para. ante. etc.
H av que trabajar duro de cara a conseguir un puesto de trabajo [para co n se g u ir. ..).
En orden a. Sus preferibles sustitutos son p ara, con el fin de. con objeto de. con el
p ro p ó sito de.
Posteriormente a. Es preferible utilizar después de o tras.
Previamente a. Más adecuado con a n te rio rid a d a o antes de.
Seguidamente a. Se recomienda sustituirla por después de. a eonúnuae'u'm de.
5.128 Con juncio nes explicativas. L as c o n ju n c io n e s e x p lic a tiv a s introd u cen una
p r o p o sic ió n qu e c la r ific a o co n creta el se n tid o de otra p r o p o sic ió n o s in
tagm a anterior; su ele n ap arecer en form a de in c is o s, e s decir, entre c o m a s u
otros sig n o s de pu ntu ación: L a S a g r a d a F a m ilia e s tá in c o m p le ta , e s d e c ir,
A n t o n io G a n d í n u n c a lle g ó a v e rla f in a liz a d a .
La estructura paralela
5.139 La gram ática frente al uso. L a m ayoría de lo s asu n tos de ín d o le lin g ü ística
que preocu pan a lo s autores y a lo s ed ito res no tien en en realidad nada que
ver c o n la gram ática, sin o co n el uso: lo s háb itos c o le c tiv o s de lo s hab lantes
de una len gu a. E s. en e fe c to , arbitrario q u e. p or e je m p lo , c o n c ie n c ia s ig n ifi
que una c o sa y c o n s c ie n c ia otra; sin e m b argo, p arece in e v ita b le qu e d o s p a
labras tan sim ila r e s en su fo r m a sean c o n fu n d id a s por lo s h ab lan tes, in c lu so
por los m ás instruid os. A lg u n a s de e sta s c o n fu s io n e s so n rela tiv a m en te n u e
vas: otras son , sin e m b argo, m ás antiguas.
Palabras homófonas
5.144 Definición. S o n h o m ó fo n a s las palabras qu e su en an igual pero tien en s ig n i
fic a d o s d istin to s. T am bién p u ed en d iferir en su escritura. A c o n tin u a c ió n se
lista n alg u n a s q u e su ele n c o n fu n d irse a m en u d o.
5.145 A lgu n a s palabras hom ófonas.
A: Preposición: Ah: Interjección; H a: Forma del verbo haber. Se emplea para for
mar tiem pos compuestos.
A ver: Expresión formada por la preposición a junio al verbo ver, que denota curio
sidad o expectación {Vamos a ver) y que frecuentemente se utiliza ante interroga
tivas indirectas (¡A ver si llegan! ¡A ver quién lo co n sig u e!) : Haber: Verbo haber
{ E l m inistro niega ha ber bloqueado el proceso. N o va a ha ber una nueva edición ).
A bría: Del verbo a b r ir ; H a b ría : Del verbo haber. Auxiliar que se em plea para for
mar tiempos compuestos.
A cerbo: Áspero en el sabor o en el olor; cruel o duro: Acervo: Conjunto de bienes
o valores morales o culturales.
A lbino: Falto del pigmento que da u ciertas partes del organismo los colores pro
pios de cada especie, variedad o raza; Alvino: R elativo al bajo vientre.
A tajo: Senda por la que se acorta el camino; H atajo : Pequeño rebaño.
Aves: Lamentos; H alles: Del verbo hallar.
B ascular: M overse un cuerpo de un lado a otro girando sobre un eje vertical u hori
zontal: V ascular: R elativo a los vasos de las plantas o animales.
B asto: Grosero, tosco; Vasto: Dilatado, muy extendido o muy grande.
B ate: Palo para jugar al béisbol; Vate: Adivino, poeta.
B aya: Fruto carnoso, jugoso, cuyas sem illas están rodeadas de pulpa; Vaya: Forma
del verbo ir: interjección de burla o mofa; Valla: Línea de estacas hincadas en el
suelo para cerrar algún sitio o para señalarlo.
B idente: Que tiene dos dientes; V idente: Que ve. adivino.
Bocal: Relativo a la boca; jarro para sacar el vino de las tinajas; Vocal: relativo a la
vo/: letra vocal.
B otar: Arrojar lien a: echar fuera a una persona o cosa: hacer saltar la pelota; V otar:
Dar uno su voto; echar votos o juramentos.
C om bino: De co m b in a r: C onvino: De con ven ir.
Desecho: Acción de d esechar: Deshecho: Participio del verbo deshacer.
E r r a r : No acertar; andar vagando de una parte a otra; H e rra r: Ajustar y clavar las
herraduras a las caballerías; marcar con hierro candente a las reses.
G ra b a r: Registrar sonidos; hacer un hueco o incisión en una superficie: G ra v a r:
Cargar sobre una persona o cosa; imponer un gravamen o impuesto.
H ierro: Metal, Yerro: Error.
H ojear: M over o pasar ligeramente las hojas de un libro; O je ar: Dirigir los ojos y
mirar con atención; espantar la caza.
In g erir: Introducir algo en la boca, generalmente alimentos; In je rir: Injertar; meter
una cosa dentro de otra.
R ebelarse: Sublevarse, levantarse: R evelar: Descubrir o manifestar un secreto.
R eh u sar: Excusar; no querer o no aceptar algo; R eu sar: Volver a usar.
R ibera: Margen u orilla del mar o río; tierra cercana a los ríos aunque no esté a su
margen; R ivera: Arroyo, pequeño caudal de agua continua que corre por la tierra;
cauce por donde corre.
Si no: Conjunción condicional más adverbio de negación ( Entreguem os ya las c o
rre ccio n e s. vi m> la e d ició n se retra sa rá ): Sino: Conjunción adversativa que se
usa principalmente para contraponer una afirmación a algo previamente negado
(N o he venido a lla m a r a justos, sin o a p ecad o res): hado, destino.
Vaca: animai bovino hcrnbra: B aca: herramienta portaequipajes que se coloca en la
parte superior del vehículo.
Vegete: Del verbo vegetar. Vejete: De viejo.
Palabras parónimas
El lenguaje no discriminatorio
5.148 M antener la credibilidad. Las e x p lic a c io n e s sob re el u so n o d isc r im in a to
rio del len g u a je íe s decir, sob re un len gu aje qu e n o sea se x ista ni im p liq u e
otros p r e ju icio s c o n s c ie n te s o in c o n sc ie n te s ) su e le n acabar en el terreno p o
lítico. Pero hay un m o d o de e v ita r esta c o m p lic a c ió n : si n os cen trarnos e x
c lu siv a m e n te en procurar q u e el tex to resu lte fia b le para la m ayoría d e la
a u d ien cia , la arg u m en ta ció n en contra del tisis de un len g u a je s e sg a d o se
v u e lv e m u c h o m ás sim p le . C u an d o el u so se sg a d o de! len g u a je no e s e s e n
cial para la c o m p r en sió n de la obra, distrae a los lecto res, que la ju zgarán
m e n o s c re íb le. S on p o c o s los te x to s que ju stific a n la e x h ib ic ió n d elib erad a
de un s e s g o lin g ü ístic o . Sin e m b a rg o , ta m p o c o e s d e se a b le que se haga n o
tar la su p u esta a u sen cia d e d ic h o s s e s g o s , ya qu e tam b ién e s to distraerá a
los lec to re s y afectará a la cred ib ilid a d .
’ fmp:/7v, v v v v .r a e . e s / r a e / g e s to r e s /g c s p u b n 0 0 0 4 0 .n N t ( v o a n e x e s ) / a r c h M ) C 5 B A F / 6 B 2 . 5 C 8 B C 8 C I
2 . 5 7 9 B 6 ( t 0 7 s 5 D B 9 /$FILK/SexÍNiiioJ¡ngiiistir(>._y_.visit)il¡d¡u1_ d e j a nm jcr.pdf
r a liza d o entre lo s lin g ü ista s sob re el h e c h o d e que el u so g e n é r ic o d el m a s
c u lin o para d e sig n a r a a m b o s s e x o s e stá firm e m en te asen ta d o en el sistem a
d e l e sp a ñ o l. D e sd e un pu nto de v ista m eram en te lin g ü ístic o y aten d ien d o a
las ca ra cterística s del e sp a ñ o l, p arece cla ro q u e. g r a m a tica lm en te, n o e x is
te m o tiv o a lg u n o para c o n sid era r se x ista el m a sc u lin o g e n é r ic o . S í lo sería,
no o b sta n te, e m p lea r in te n c io n a d a m e n te d e te rm in a d o tip o d e voca b u la rio ,
c o m o en L o s m in is t r o s a c u d ie r o n a l a c to c o n s u s e s p o s a s , d o n d e se da por
se n ta d o q u e to d o s lo s m in istr o s son h om b res.
5.151 Uso correcto del español y responsabilidad del editor. El ed itor (rev iso r
de te x to s) c u id a d o so h a ce notar a lo s autores to d o térm in o o e n fo q u e d is
crim in a to rio (sa b ie n d o , por su p u esto , que tal v e z no se haya u sad o c o n esa
in te n c ió n ), su g ie r e o tro s a lter n a tiv o s y se a se g u r a de qu e tod a e x p r e sió n
d iscrim in a to ria q u e p u ed a q u ed ar en el te x to se haya in c lu id o a sab ien d as.
A u n q u e alg u n a s e d ito r ia le s p refieren e v ita r c ie rto s térm in os o u so s e s p e c í
fic o s en to d o s los c a s o s , en gen eral las e d ito ria les no m anejan una lista de
palabras o u so s c o n sid e r a d o s in a c ep ta b les, aparte d e lo s d ic ta d o s por el res
p e to y el se n tid o co m ú n . En lugar de e s o . se atien en al r a zo n a m ie n to pre
se n ta d o aqu í y lo a p lica n a lo s c a s o s in d iv id u a le s. C on su lta n g u ía s (ver b i
b lio g ra fía ) para e v ita r el u so d isc r im in a to r io d el len g u a je en la escritu ra y
trabajan ju n to a los au tores para e m p lea r el len g u a je m ás apropiad o. L o que
el autor d e b e procurar, si lo que d e se a e s que lo s lec to re s se co n c en tre n en
las id eas q u e e x p o n e y no en el tr asfon d o p o lític o , e s e m p lea r un e s tilo que
ni siq u iera lo in sin ú e. Por lo tanto, a m e n o s qu e se trate d e un tex to en el
q u e. por e je m p lo , se deb ata el s e x is m o . se adoptará un e s tilo q u e. por un
lad o, n in gu n a p erson a razon ab le pu ed a llam ar se x ista y. por otro, no dé la
im p r esió n de que el autor está reto rcien d o el len g u a je para ev itar toda s o s
p ech a de s e x ism o .
Sobre la sangría de párrafo en citas separadas del texto, véase 13.20. Sobre
la reproducción de poesía, véase 13.23-27. Sobre los cambios permisibles en
títulos de libros, artículos, poemas y otras obras, véase 8.154.
13.9 Citas insertas frente a citas en párrafo aparte. El texto citado puede
aparecer o bien insertado en el propio texto, entre comillas, «así», o bien
separado del texto, en párrafo aparte. Las citas separadas del texto en párra
fo aparte no se ponen entre comillas. Se distinguen además del resto del
texto por una sangría mayor (respecto al margen izquierdo, y a veces tam
bién al margen derecho) y por aparecer en un tipo más pequeño o en una
fuente diferente de la del resto del texto. Estas cuestiones se rigen nor
malmente por las normas propias de la editorial o de la revista. Los auto
res que dispongan las citas aparte deben utilizar simplemente la opción de
sangría incluida en su procesador de textos (véase 2.18). Sobre la poesía,
véase 13.23-27.
13.10 Cómo elegir entre citas insertas o separadas del texto. Para decidir si
es mejor incluir las citas en el texto o separarlas, generalm ente el factor
decisivo es la longitud de la cita. Las citas breves, especialm ente las que
no constituyen una oración com pleta, se deben insertar en el texto, entre
comillas. Las citas de más de cien palabras (aproxim adam ente entre seis
y ocho líneas de texto m anuscrito) se pueden presentar en párrafo apar
te. Sin em bargo, tam bién valen otros criterios. Las citas de dos o más
párrafos suelen separarse siempre del texto (véase 13.20-22), al igual que
las citas tomadas de correspondencia (si se incluyen los saludos, las fir
mas, etc.), las listas y cualquier otro material que requiera un formato es
pecial. Si en un texto aparecen seguidas m uchas citas de longitud varia
ble, incluirlas todas en el texto, entre comillas, puede ayudar a la lectura.
Sin embargo, cuando las citas se usan como entidades en sí mismas, por
ejem plo para com pararlas entre sí, es preferible presentarlas todas sepa
radas del texto, sea cual sea su extensión. Las citas de poesía se presen
tan separadas del texto con mucha más frecuencia que las de prosa (véa
se 13.23-27).
\O rig in a f] El Sr. M olí se esforzó especialm ente por decirles a ustedes, caballeros,
que estas once personas son culpables de asesinato; él lo considera un asesinato a
sangre fría, deliberado y premeditado.
[C o m o c ita ] Según Darrow, M olí dijo al jurado que los once dem andados eran
«culpables de asesinato» y describió el asesinato com o «a sangre fría, deliberado y
premeditado».
Los ajustes ocasionales con respecto al original pueden aparecer entre cor
chetes. Con todo, este recurso debe emplearse con medida.
13.13 Cambios de caja para adaptarse a la sintaxis: resumen. Salvo los nom
bres propios y algunos otros grupos específicos de palabras (véase 8.1), en
español todas las palabras se escriben en minúscula a no ser que comiencen
una oración (o, a menudo, un verso en un texto de poesía). Para cumplir
este requisito y adecuarse al texto circundante, a menudo debe modificar
se la primera palabra de un pasaje citado. En la mayoría de las obras, este
ajuste se puede hacer sin indicación, pues dicho cambio de mayúscula a
minúscula (o viceversa) no afecta normalmente a la significación de la cita,
que se sobreentiende que ha sido tomada de un contexto distinto. En algu
nos tipos de obras, sin embargo, puede ser obligatorio indicar el cambio po
niendo entre corchetes la letra inicial de la cita; para ejemplos de esta prác
tica, apropiada para escritos legales y algunos tipos de comentario de texto,
véase 13.16.
Fue Unamuno quien afirmó que «cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee».
Com o Einstein, yo también creo que «solo hay dos cosas infinitas: el universo y la
estupidez humana».
Cuando la cita tiene una relación sintáctica más remota con el resto de la
oración, la mayúscula inicial se mantiene.
Com o dijo Unamuno: «Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee».
Com parto lo que dijo Einstein: «S o lo hay dos cosas infinitas: el universo y la
estupidez humana».
Por otra parte, si una cita que en el original solamente es parte de la oración
forma una oración completa en su nuevo contexto, se puede sustituir la mi
núscula inicial por una mayúscula si se considera adecuado. En el ejemplo
siguiente de la Política de Aristóteles [traducción de Patricio de Azcárate,
Espasa Calpe, Madrid, 1997] «los ciudadanos» está en mitad de una frase
en el original (véase 13.15).
Al analizar las razones de los disturbios políticos, Aristóteles realiza las siguientes
observaciones:
13.17 Uso de dos puntos antes de una cita. Toda expresión introductoria for
mal, tal como así, como sigue o de este modo, va seguida generalmente de
dos puntos.
La relación entre relato y novela ha sido planteada numerosas veces. Julio Cortázar
lo explicó de esta forma: «La novela y el cuento se dejan comparar analógicamente
con el cine y la fotografía, en la medida en que una película es en principio un “orden
abierto”, n o v elesco , mientras que una fotografía lograda presupone una ceñida
limitación previa, impuesta en parte por el reducido campo que abarca la cámara y
por la forma en que el fotógrafo utiliza estéticamente esa limitación».
13.18 Uso de coma después de una cita. Cuando se emplea una expresión que
simplemente identifica al hablante tras sus palabras, se puede escribir una
coma antes de dijo, contestó, preguntó y verbos similares.
13.19 Uso de punto en lugar de dos puntos antes de una cita. A menos que
vaya introducida por así, como sigue u otras expresiones semejantes que
requieren dos puntos, se puede poner un punto, en vez de dos puntos, an
tes de una cita extensa separada del texto. Este uso se debe seguir de forma
coherente.
Hubo una carcajada general. Sólo el Provisor se contentó con sonreír, inclinarse
y poner cara de santo que sufre por amor de D ios el escándalo de los oídos. El
Arcediano rió sin ganas.
La historia de Obdulia Fandiflo profanó el recinto de la sacristía, com o
poco antes lo profanaran su risa, su traje y sus perfumes.
El Arcipreste narraba las aventuras de la dama com o lo hubiera hecho
Marcial, salvo el latín.
13.21 Citas en párrafo aparte que comienzan en el texto. Una cita larga puede
comenzar con algunas palabras insertas en el texto. Este recurso solamente
debe utilizarse cuando se incluya parte del texto entre el comienzo del pa
saje citado y su continuación.
Una nación es, en efec to , «una com unidad política im aginada inherentem ente
limitada y soberana», según Benedict Anderson.
13.22 El texto que sigue a una cita separada. Si el texto que sigue a una cita se
parada es continuación del párrafo que introduce la cita, comienza alinea
do a la izquierda (sin sangría). En cambio, si el texto que sigue a la cita co
mienza un nuevo párrafo, debe llevar sangría de principio de párrafo. En
obras en las que todos los párrafos aparecen alineados a la izquierda y sin
B U C 5 0 ■Biblioteca
Poesía
Debe dejarse un espacio de media línea o de una línea entre las estrofas.
Dentro de cada parte o estrofa, debe mantenerse el patrón de sangría del
original (debe distinguirse en todo momento entre la sangría de comien
zo de verso y los fragmentos de versos que han pasado a la línea siguiente;
véase 13.25). Sobre la ubicación de la fuente de la cita, véase 13.69.
Si la cita no com ienza con un verso com pleto, debe dejarse el espacio
aproximado de la parte omitida.
a ti que blandamente
templas la fuerza del mayor cuidado
13.24 Sangría uniforme para citas de poesía. Cuando todas o la mayoría de las ci
tas poéticas consisten en versos blancos, o son muy largas, generalmente la
mejor solución es una sangría uniforme en el margen izquierdo (por ejemplo,
una sangría izquierda idéntica a la empleada para las citas de prosa), como en
el siguiente ejemplo de Rubén Darío:
¡Helena!
La anuncia el blancor de un cisne.
¡Makheda!
La anuncia un pavo real.
¡Ifigenia, Electra, Catalina!
Aniincialas un caballero con un hacha.
¡Ruth, Lía, Enone!
Aniincialas un paje con un lirio.
13.25 Versos de más de una línea. Cuando un verso es demasiado largo para ca
ber en una sola línea, las palabras que pasan a la segunda línea se presentan
generalmente sangradas con respecto a la línea precedente, en un espacio
equivalente a un cuadratín. Véase el siguiente ejemplo de Poeta en Nueva
York de Federico García Lorca.
Otra opción tipográfica habitual es presentar las palabras que pasan a la se
gunda línea alineadas a la derecha, e introducidas por un corchete o una
barra inclinada:
Las palabras que han pasado a la línea siguiente, aunque aparezcan sangra
das, deben distinguirse claramente de los versos sangrados deliberadamente
por el poeta. Generalmente, para lograr esta distinción, será suficiente una
sangría única y uniforme para las palabras que han cambiado de línea.
13.26 Comillas en poemas. A diferencia de ediciones anteriores del manual de
Chicago, Chicago-Deusto no recomienda «apartar» las comillas del princi
pio de un verso, poniéndolas fuera de la alineación del poema y alineando
los versos como si no hubiera comillas. Por lo tanto, las comillas del princi
pio de un verso se deben alinear con los demás versos del poema, como en
el ejemplo siguiente, de Miguel de Cervantes.
El conocido lema de Lope de Vega en su A rte nuevo de h a cer co m edias («com o las
paga el vulgo, es justo / hablarle en necio para darle gusto») parece seguir estando
vigente, al m enos en ciertos ámbitos de nuestra cultura.
Sobre la inclusión de más de una estrofa en el texto (lo cual debe evitarse
siempre que sea posible), véase 13.32.
Comillas
Latinas, dobles o simples
13.28 Citas y «citas dentro de citas». Las palabras y frases citadas insertas en el
texto se escriben en primera instancia entre comillas latinas (« »). Las co
millas dobles altas o inglesas sirven para señalar citas dentro de citas (“ ”);
las com illas sim ples, citas dentro de estas últim as; y así sucesivam en
te. Cuando el material citado consiste enteramente en una cita dentro de
una cita, solo se necesita un sistema de comillas (generalmente, las comi
llas latinas). Sobre los cambios permisibles de comillas latinas por comi
llas altas y viceversa, véase 13.7 (ítem 1) y 13.61. Sobre los diálogos, véase
13.37. Sobre las aplicaciones técnicas de las comillas simples, véanse 7.33
y 8.128.
Sism ondi parafrasea de esta forma el fam oso verso «¡D ios, qué buen vasallo, si
tuviese buen señor!» de la siguiente forma: «Los moradores de Burgos se agolpaban
a las puertas y ventanas de sus hogares, y todos lloraban prorrumpiendo “ ¡Oh Dios!,
¿por qué no has dado un rey m enos ingrato a este tan buen vasallo?”».
13.29 Comillas en citas separadas del texto. Aunque en general los pasajes ci
tados aparte del texto no se entrecomillan, las citas incluidas en estas citas
se escriben entre comillas latinas; en otras palabras, se marcan como si es
tuvieran en el cuerpo del texto (véase 13.28). El autor o editor que cambie
una cita inserta en el texto a cita separada del texto debe suprimir las comi
llas de apertura y de cierre, y cambiar las comillas internas según corres
ponda. Los ejemplos siguientes ilustran el mismo material, primero en for
ma de cita inserta en el texto y después en forma de cita separada del texto:
En el cap ítu lo sig u ien te, gracias a un h allazgo azaroso, el narrador con sigu e
reanudar su relato: «Cuando yo oí decir “D ulcinea del T oboso”, quedé atónito y
suspenso, porque luego se me representó que aquellos cartapacios contenían la
historia de don Quijote».
Cuando yo oí decir «Dulcinea del Toboso», quedé atónito y suspenso, porque lue
go se me representó que aquellos cartapacios contenían la historia de don Quijote.
Del mismo modo, la conversión de una cita separada del texto en una cita
inserta en él requiere la adición y cambio de las comillas. Sobre las interpo
laciones que incluyen pasajes citados, véase 13.61.
13.30 Uso de comillas a lo largo de varios párrafos. Si por algún motivo un pa
saje citado de más de un párrafo no se puede presentar separado del tex
to (como es preferible; véase 13.10), es necesario poner comillas latinas al
principio de cada párrafo, pero solamente se pondrán comillas de cierre al
final del último párrafo. (Nótese que cada párrafo sucesivo debe comenzar
en una nueva línea, como en el original.) Debe seguirse la misma práctica
cuando aparezcan diálogos en que el parlamento de un personaje dure más
de un párrafo.
13.32 Inclusión de más de una estrofa poética en el texto. La cita que incluya
más de una estrofa debe presentarse separada del texto siempre que sea posi
ble (véase 13.23). Si por alguna razón debe ser incluida en el texto (identifica
da mediante comillas latinas), deben aparecer dos barras oblicuas (//) entre las
estrofas. Sobre el uso de la barra oblicua entre versos citados, véase 13.27.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y aun lo m alo, si poco, no tan malo.
Baltasar Gracián: O rá cu lo m anual y arte de p ru d e n cia
13.35 Mayúsculas decorativas («letras capitulares»). Cuando la primera palabra
de un capítulo o de una sección comienza con una letra capitular, y las pri
meras palabras del capítulo o de la sección consisten en una cita inserta en
el texto, a menudo se omiten las comillas de apertura.
ues sepa Vuestra M erced, ante todas cosas, que a m í llaman Lázaro de Tormes,
13.36 Máximas, preguntas y similares. Las máximas, lemas, normas y otras ex
presiones familiares, a veces encerradas entre comillas, se estudian en 6.48
y 8.185. Las preguntas que no requieren comillas se tratan en 6.64 y 6.66.
—Gracias, señor, gracias. ¿Se le ofrece más? ¿Puedo servirle en algo? ¿D esea le
lleve algún mandado?
—Tal vez... tal vez... N o por ahora... ¡Adiós!
R ecordó sus años de estudiante te ólogo en San M arcos, de León, cuando se pre
paraba, lleno de pura fe, a entrar en la C om pañía de Jesús. «A llí, por algún tiem
po, había sentido dulces latidos en su corazón, había orado con fervor, había m e
ditado con am oroso entusiasm o, dispuesto a sacrificarse en Jesús... ¡Todo aquello
estaba lejos! N o le parecía ser el m ism o. ¿N o era algo por el estilo lo que creía
sentir desde la tarde anterior? ¿N o eran las m ism as fibras las que vibraban enton
c es, allá en las orillas del B em esga, y las que ahora se m ovían com o una m úsica
plácida para el alma?».
La respuesta de Jarred fue una m ezcla de rabia y humillación: «¡Por última vez, no
tengo setecientos treinta y siete dólares con once centavos! En realidad, ni siquiera
tengo una moneda para el parquímetro».
M anuel observó que había una torta en el cielo reservada para los maridos que no se
arrepintiesen de serlo; y que hasta ahora nadie le había metido el diente. Su mujer
le respondió que eso era porque los maridos no entraban allí, habiéndolo prometido
así san Pedro a santa G enoveva.
Elipsis
13.48 Definición de elipsis. Una elipsis es la om isión de una palabra, una fra
se, una línea, un párrafo o más en un fragm ento citado. Se realizan tales
om isiones cuando se considera que determ inados m ateriales son irrele
vantes para la exposición actual (o tam bién, ocasionalm ente, para ajustar
la gram ática de la cita a la del texto circundante). C hicago-D eusto reco
m ienda indicar tales om isiones m ediante puntos suspensivos (pero véa
se 13.51) y no m ediante otros recursos com o, por ejem plo, asteriscos.
En español, los puntos suspensivos se escriben sin espacios entre ellos,
y deben aparecer, por tanto, siem pre en la m isma línea, junto con cual
quier signo de puntuación que los siga o los preceda. Si lo prefieren, los
autores pueden usar en sus textos el carácter especial de tres puntos sus
pensivos, disponible en la m ayoría de los procesadores de texto (número
Unicode 2026).
13.49 Peligro de sesgar el significado. Puesto que las citas de otra fuente se han
separado de su contexto original, debe prestarse especial atención cuando
se omiten elementos del texto citado, para asegurarse de que el sentido del
original no se pierde ni se tergiversa. Una omisión no debe dar lugar a una
afirmación ajena al material original. En general, las elipsis no se deben
utilizar para unir dos afirmaciones que estén alejadas entre sí en el original.
La exactitud en cuanto al sentido y al énfasis del original son tan importan
tes como la exactitud de la transcripción.
13.51 Elipsis y punto. En español, los puntos suspensivos deben ser tres, y no más,
aunque aparezcan después de una frase cerrada con un punto (véase 13.53) o
sustituyan a palabras o frases extensas. Solo se considera aceptable la apa
rición de cuatro puntos suspensivos si la elipsis sigue a una abreviatura con
punto. Un fragmento de la Memoria sobre las diversiones públicas de Jove-
llanos dice así:
Bajo los romanos gozó España de los juegos y espectáculos de aquella gran nación,
pues que habiendo adoptado su religión, sus leyes y costumbres mal rehusaría los
usos y estilos que de ordinario introduce la m oda sin auxilio de la autoridad. Cuando
faltasen otras pruebas de esta aserción, las ruinas de circos y teatros, de anfiteatros
y naum aquias que existen en T oledo, en M érida, en Tarragona, en Coruña del
Conde, en Santi-Ponce y en Murviedro, y las dedicaciones y m onum entos erigidos
con o ca sió n de e sto s e sp ectá cu lo s no nos dejarían dudar que nuestros padres
conocieron las luchas de hombres y fieras, las carreras de carros y caballos y las
representaciones escén icas de aquella edad. Estos espectáculos debieron cesar de
todo punto con la entrada de los septentrionales. Puestos ya en descrédito y aun
prohibidos en gran parte por los emperadores y los concilios, com o enlazados con el
culto y cerem onias gentílicas, faltaba poco para su total exterm inio, y esto poco se
halló, por una parte en el horror con que los miraba la ruda sencillez de los godos, y
por otra en la religiosa piedad de m uchos de sus príncipes. A sí que no se conserva
memoria alguna, que yo sepa, de semejantes juegos en el tiempo de su dom inación,
ni la historia los presenta en la paz dados a otra diversión que la caza.
Bajo los romanos gozó España de los ju egos y espectáculos de aquella gran nación...
Nuestros padres conocieron las luchas de hombres y fieras, las carreras de carros
y caballos y las representaciones escén icas de aquella edad. Estos espectáculos
debieron cesar... con la entrada de los septentrionales... N o se conserva memoria
alguna, que yo sepa, de sem ejantes ju egos en el tiem po de su dom inación, ni la
historia los presenta en la paz dados a otra diversión que la caza.
13.52 Elipsis con otros signos de puntuación. Cualquier otro signo de puntua
ción que aparezca en el texto original —coma, dos puntos, punto y coma,
signo de interrogación o de exclam ación...— puede preceder o seguir a los
puntos suspensivos. La decisión de incluir o no estos signos de puntua
ción adicionales estriba en si ayudan a la comprensión o si son imprescin
dibles desde el punto de vista gramatical. La colocación de estos otros sig
nos de puntuación depende de si la omisión precede o sigue al signo (véase
13.48): si el sentido de la frase o expresión está completo, la elipsis debe
aparecer fuera de los signos de puntuación; si el sentido queda incompleto,
debe aparecer dentro de ellos, como en los siguientes ejemplos tomados de
las Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer.
Vamos, vam os, ya brillan los broqueles en la oscuridad... ¡Nuestro Señor del Gran
Poder nos asista! Ya com ienzan los golpes...; ¡vecina! ¡vecina!, aquí... antes que
cierren las puertas.
Aquellas coplas antiguas, que fueron en su tiempo celebradas, que comienzan: «Pues
to ya el pie en el estribo...», quisiera yo no vinieran tan a pelo en esta mi epístola.
Obsérvese que no hay ningún espacio entre el punto final de los puntos sus
pensivos y las comillas de cierre.
Elipsis 13.56
Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede
de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía
los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan
siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encim a, ni de la pelea de los
com etas en el cielo, que van por el aire dormido engullendo mundos. Lo que quede
de aldea en Am érica ha de despertar...
...Ya no podem os ser el pueblo de hojas, que vive en el aire, con la copa cargada
de flor, restallando o zumbando, según la acaricie el capricho de la luz, o la tundan
y talen las tempestades; ¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el
gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos
de andar en cuadro apretado, com o la plata en las raíces de los Andes.
13.56 Elipsis entre corchetes. En idiomas en los que se hace un uso más amplio
de los puntos suspensivos, es práctica común poner las marcas de elipsis en
tre corchetes (véase, por ejemplo, 11.39; véase también 11.10). En un con
texto en el que se empleen los puntos suspensivos tanto para señalar una
elipsis como para marcar pausas del pensamiento o la conversación, se pue
de diferenciar ambos usos mediante una nota (por ejemplo, «puntos suspen
sivos en el original»); si este doble uso de puntos suspensivos se repite, se
puede optar por incluir las elipsis entre corchetes. Las normas para la ubica-
ción de los puntos suspensivos entre corchetes son las mismas que se indi
can en el resto de esta sección, con una excepción: el punto se coloca antes o
después del corchete dependiendo de su posición en el original. Compárese
el siguiente ejemplo, de Facundo, de Domingo Faustino Sarmiento, con los
pasajes citados en 13.51.
Interpolaciones y aclaraciones
13.57 Palabras omitidas o ilegibles. Cuando se reproduce o se cita un documen
to en el cual faltan o son ilegibles ciertas palabras, se pueden utilizar para
indicarlo los puntos suspensivos (véase 13.48-56), o preferiblemente un co
mentario o conjetura entre corchetes (a veces entre signos de interrogación),
o ambas opciones. Si solo se emplean puntos suspensivos (lo que es útil en
fragmentos con abundantes lagunas), se debe explicar en el texto o en una
nota su función de señalar palabras borradas o ilegibles. Si se incluye entre
corchetes un comentario que procede de una fuente distinta, se debe citar la
fuente en una nota o en algún otro lugar del texto. Véase también 6.90.
Otrosí mandamos por esta nuestra carta a todos los arciprestes, e vicarios, e clérigos
e legos que quando los sus mensageros [ilegible] a los pueblos...
13.59 Uso de sic. La partícula sic (literalm ente «así», «de este m odo»), escrita
tradicionalm ente en cursiva, se puede insertar entre corchetes después de
una palabra mal escrita o usada incorrectam ente en el original. Tal recurso
solam ente debe em plearse cuando resulta relevante llam ar la atención so
bre este tipo de errores (y especialm ente cuando los lectores pueden supo
ner que el error se ha producido en la transcripción y no en el original) o en
los casos en que resultan inadecuadas la paráfrasis o la corrección silencio
sa (véanse 13.4 y 13.7 [ítem 5[).
Sic no debe utilizarse sim plemente para señalar ortografías poco convencio
nales, que se deben explicar (si es que se considera necesario) en una nota
o en algún texto introductorio. De igual forma, cuando se reproducen textos
con muchos errores o sin regularidad ortográfica (por ejem plo, una serie de
cartas inform ales) es preferible incluir una nota o com entario introductorio,
en vez de sembrar el texto de sic.
Quien lea con atención La cuestión palpitante echará de ver que la autora habla
mucho del naturalismo, de Zola y de su escuela; que ella lo interpreta a su m odo, y
que, tal com o lo entendía, lo defiende; pero que el naturalismo de la condesa, el de
fendido teóricamente en el citado volum en, y el llevado al arte en sus novelas, no es
otra cosa que lo siempre conocido entre nosotros con el nombre de realismo [cursi
vas nuestras]. (Romera Navarro 1928:591).
«¿Quieres decir que un ternero de cabeza doble [«de dos cabezas» en una versión
anterior] tiene más valor que dos terneros normales?»
*3.64 Uso de ibíd. e ibídem con citas correlativas en el texto. Si se cita un se
gundo fragmento de la misma fuente cerca del primero y no hay ninguna
otra cita de una fuente distinta entre ambas, se puede usar ibíd. o ib íd e m (en
letra redonda) en la segunda referencia («Ibíd., 114», por ejemplo); si se es
cribe solamente ibíd. se sobreentiende que la cita aparece en la misma pá
gina que la anterior. No se debe abusar de la expresión ib íd .: para referirse
repetidamente a una misma fuente —como, por ejemplo, al analizar por ex
tenso una obra de ficción — , a partir de la segunda cita solamente es nece
sario incluir el número de página entre paréntesis. Si entre dos citas distin
tas de una m ism a fuente se ha intercalado una cita proveniente de otra,
se puede hacer una referencia abreviada (por ejemplo, « C la v e s d e H e r
m e n é u tic a , 114»), Para más inform ación sobre referencias abreviadas,
véase 14.24-31; sobre el uso de ib íd . en notas, véase 14.29.
Es innegable que en los últimos años, com o afirma Felipe G óm ez Isa, «la memoria
se ha convertido en una categoría ético-filosófica, política y jurídica» (El derecho a
la m em oria, 13).
¿Quién podrá poner en duda que, com o afirma Felipe G óm ez Isa, «la memoria se
ha convertido en una categoría ético-filosófica, política y jurídica» (El derecho a ¡a
m em oria , 13)?
13.73 Dónde situar las traducciones. La traducción de una cita en lengua extran
jera puede situarse después del original entre paréntesis o, como en 13.74, el
original puede aparecer después de la traducción. No es necesario repetir en
la traducción entre paréntesis (o en el original entre paréntesis, dependiendo
del orden escogido) las comillas que encierran la cita; debe mantenerse, en
cambio, toda comilla que aparezca en la cita (como en el segundo ejemplo).
Véanse también 6.86 y 7.33. Si aparecen entre paréntesis o corchetes una ora
ción larga o más de una oración, como en el ejemplo, solo se incluye un pun
to final, después del paréntesis.
El texto manuscrito por Beethoven, «Es muss sein!» (¡Tiene que ser!) sirve de inspi
ración a Milan Kundera en su novela más fam osa. L a insoportable levedad d el ser.
À vrai dire, Abélard n ’avoue pas un tel rationalism e: «je ne veux pas être si
philosophe, écrit-il, que je résiste à Paul, ni si aristotélicien que je me sépare du
Christ». (D e hecho, Abelard no admite tal racionalism o. «N o deseo ser tan filósofo,
escribe, que me oponga a Paul, ni tan aristotélico que me separe de Cristo»).
13.74 Fuente más traducción. Cuando una cita requiere simultáneamente una re
ferencia y una traducción, la referencia se puede poner entre paréntesis, con
la traducción (o el original, dependiendo del orden escogido) a continua
ción, separada por un punto y coma. Véase también 13.66-67.
Significativam ente, F. D enis inicia su R ésu m é de l ' h isto ire litté ra ire de P o rtu g a l
con un apartado titulado «Pourquoi la littérature portuguaise est peu connue» (Por
qué la literatura portuguesa es tan poco conocida; 1826: 2).
4 «À vrai dire, Abélard n ’avoue pas un tel rationalisme: “je ne veux pas être
si philosophe, écrit-il, que je résiste à Paul, ni si aristotélicien que je me sépare du
Christ”».
14.2 Los dos sistemas de Chicago-Deusto para la cita de fuentes. E ste capítulo
d escrib e e l prim ero d e lo s d os sistem as de d ocu m en ta ció n de C h ic a g o -D e u s
to, que e m p lea notas, sean a p ie de página, fin a les o de am b os tip os, y norm al
m ente una bib liografía. Las notas ofrecen un e sp a c io para fu en tes de gén eros
p o c o habituales, a sí c o m o para com en tarios sobre las fu en tes citadas, lo que
hace que e ste sistem a se a extrem adam ente flex ib le . En virtud de d ich a f le x i
bilidad, e l sistem a de notas y b ib liografía e s el preferido por m u ch o s autores
del c a m p o de las hu m anidad es. E l otro sistem a de C h ic a g o -D e u sto — qu e e m
plea citas autor-año entre paréntesis y la correspon dien te lista de referencias,
c o m o se describ e en e l cap ítu lo 1 5 — e s c a si id én tico e n con ten id o, pero d i
fiere en la form a. S e prefiere el sistem a autor-año en m u ch as p u b lica c io n es de
cie n c ia s naturales y so c ia le s, pero se pu ed e adaptar a cualqu ier trabajo, a v e c e s
con la ad ición de notas a pie de págin a o fin ales. En el c a so de las revistas, lo
m ás probable e s qu e la e le c c ió n de un sistem a u otro v e n g a dada d esd e tiem p o
atrás; en e l c a so de escribir para una revista, se deb en consu ltar las in stru ccio
nes e sp e c ífic a s de la m ism a para los autores (v é a se 14.3).
Para más información sobre los 0RL. consúltese el sitio web del World Witle Web Consortium
(véase 14.5).
- Para más información sobre los DOI, consúltense los sitios web de la In te rn a tio n a l DOI
F o u n d a tio n y C ro ssR e J'I véase 14.6).
n o ca m b ia . L o s lecto res d eb en tener la p o sib ilid a d de evalu ar la natu raleza y
autoridad de cu alq u ier fu en te partien do de lo s datos de p u b lica ció n c o m p le
to s tal y c o m o se d etallan en e ste ca p ítu lo y el sigu ien te.
http://press-pi.ibs.uchicago
.edu/founders/
http://wvvvv.jstor.org/stable/
2921689
http:/Av\vw.tiine.com/t¡me/maga7!ne/artiele/0.9171
.920400.00.htm l
http://wardsix.blogspot.coni/20()8/()7/l\vo
-atlantic-essays.html
doi: 10.1 086/
ahr. 113.3.752
14.13 Programas para la cita de fuentes. E x isten varios program as inform áticos
que d icen autom atizar la tarea de dar form ato a las citas de fu en tes. L o s m e
jo res de e so s program as pu ed en ayudar a lo s autores a ahorrar tiem p o en la
transcripción y o rgan ización de las referencias. A d em á s, un nú m ero crecien
te d e d o cu m en to s en lín ea in c lu y en referen cias y a c o n form ato, algun as veces
diseñad as para interactuar c o n lo s program as de creación de referencias. Sin
em bargo, la variedad d e las fu en tes h ab itu alm en te citad as en un trabajo acadé
m ic o ca si siem p re im p id e obtener un resultado acep tab le c o n la so la interven
c ió n d el program a. Por tanto, se recom ien d a viv a m en te a lo s autores que veri
fiq u en la coh eren cia, fiab ilid ad y corrección de su s referencias d e acuerdo con
las form as acon sejad as en e ste cap ítu lo o en el sigu ien te. A d em á s, en los origi
n ales rem itid os a las ed itoriales, las citas deb en presentarse en texto ordinario,
purgadas d e to d o c ó d ig o su b yacen te (por ejem p lo , ca m p o s o h ip ervín cu los)
usado para crearlas u organizarías. G en eralm en te, el autor d eb e realizar su re
v isió n d e s p u é s de esta c o n v ersió n a tex to corriente (v é a se 2 .2 0 ).
C ita c o m p le ta en nota:
1 Rosario Besné, José Ramón Cañedo y Beatriz Pérez de las Heras. L a U nión
E u ro p e a : h isto ria, in stitucion es y sistem a ju r íd ic o (Bilbao: Universidad de Deusto,
2002), 133-134.
C ita ab reviad a e n nota:
Entrada en la b ib liografía:
14.16 Estructura básica de una entrada de bibliografía, fin una entrada b ib lio
g r á fic a lo s e le m e n to s se separan c o n p u n to s en v e z de c o m a s; lo s d a to s de
p u b lic a c ió n no se p o n en entre p a rén tesis; y el n om b re d el autor q u e fig u
ra en prim er lugar, por el cu al se a lfa b e tiz a la entrada, n o r m a lm en te se in
vierte (p rim ero lo s a p e llid o s ). C o m o en la nota, lo s títu lo s y su b títu lo s s o lo
lle v a n in icia l m a y ú sc u la en la prim era palabra y en lo s n o m b re s p r o p io s, a
n o ser q u e e sté n en len g u a extran jera y sig a n otra norm a. L o s títu lo s p rin
c ip a le s (lib r o s y r ev ista s) ap arecen en cu r siv a ; lo s títu lo s se c u n d a rio s (por
e je m p lo , c a p ítu lo s, a r tíc u lo s) o de trabajos in é d ito s se p resen tan en r ed o n
da y entre c o m illa s . L as form as n o m in a le s c o m o e d it o r , t r a d u c t o r , v o lu
m e n y e d ic ió n se a b rev ia n , p ero las fo r m a s v e rb a le s c o m o e d it a d o p o r y
t r a d u c id o p o r , qu e e n la n ota se a b revian , se d esa rro lla n en la b ib lio g r a fía
i c í . 1 4 .1 5 ).
1 Lluís Duch. M ito, in terpreta ció n y cu ltu ra (Barcelona: Herder, 1998). 56-58.
18 Duch, M ito . .., 15.
2 O rfclio G. León e Ignacio Montero. D ise ñ o de in vestig a cio n es: In tro d u cció n a
la ló g ica de la in vestig a ció n en p s ic o lo g ía y e d u ca ció n (Madrid: M cG raw-Hill/ In-
teramerieana de España. 1993).
! Julio Borrego Nieto. José Jesús Gómez. A seneio y Em ilio Prieto de los M ozos,
E l s u b ju n tiv o ...
Borrego Nieto. Julio. José Jesús G óm ez A seneio y Emilio Prieto de los M ozos. E l
su b ju n tiv o ...
ARTÍCULO DE REVISTA
En e l c a s o d e lo s a r tíc u lo s a lo s q u e n o se h a a sig n a d o un D O I (o c u y o
D O I n o se p u ed e d eterm in a r), se in c lu y e e l U R L . El d el sig u ie n te e je m p lo
— to m a d o del a r ch iv o de rev ista s a c a d é m ic a s J S T O R — se c ita ju n to co n
el artícu lo corn o altern a tiv a m á s e sta b le (y m ás corta) al U R L q u e a p a re
c ía en la barra d el bu scador. S o b re las fe c h a s d e a c c e s o (q u e a q u í n o a p a
r e c e n ), v é a se 1 4 .1 8 5 .
«La disposición sintáctica de los elem entos hace que se resalte esta enumeración,
enfatización que también apoya la catáfora».'
IS Véase la nota 3.
Citas breves
14.27 Forma breve para los nombres de los autores. En la form a b rev e, s o lo es
n e c e sa r io el a p e llid o d el autor, o d e l ed ito r o traductor si e s el qu e se da pri
m ero en la referen cia c o m p leta . L o s n om b res c o m p le to s o las in ic ia le s se
in c lu y en s o lo cu a n d o hay qu e d istin g u ir entre au tores c o n el m ism o a p e lli
d o. L as abreviatu ras c o m o ed. o trad., qu e se p o n en d e sp u é s del nom b re en
la r efe re n c ia c o m p le ta , se o m iten en las sig u ie n te s referen cia s. S i un trabajo
tien e d o s o tres a u tores, se da el a p e llid o de cad a uno; si son m ás de tres au
to r es, al a p e llid o d e l p rim ero le s ig u e et al.
«La com posición por etapas de la Chronica I atina regían CasteUae ( 12 2 3 -1237) de
Juan de Soria»
(Título breve) «Com posición por etapas»
E n lo s títu lo s b r e v e s d e o b r a s e s c r ita s en d e te r m in a d a s le n g u a s no se
d e b e o m itir la p alab ra q u e rig e el c a s o de una palab ra in c lu id a en el títu
lo b r e v e . En la d u d a, c o n s ú lt e s e a a lg u ie n q u e c o n o z c a la len g u a .
14.31 «Op. cit.» y «loe. cit.». O p. cit. ( o p e re c h a to , «en el trabajo c ita d o » ) y loe.
cit. ( lo c o c h a to , «en el lugar c ita d o » ), u sa d o s c o n e l a p e llid o d e l autor y en
lu gar d e un títu lo a n terio rm en te c ita d o , está n c a y e n d o en d e s u s o , c o n ra
zó n . Im a g ín e se la fru stra ció n d el lec to r al en con trar, por e je m p lo , « W e lls,
op. c it., 10» en la nota 9 5 y tener q u e retroced er hasta la n ota 2 en b u sca de
la referen cia c o m p le ta o, peor aún, en con trarse c o n que se han cita d o dos
obras de W ells. C h ic a g o -D e u s to desap ru eb a tanto o p . cit. c o m o lo e . cit. y en
su lugar usa la form a b reve del títu lo que se d escrib e en 14.28.
E n las notas, las citas textu ales e xten sas deb en c o m p o n erse en párrafo aparte
igual q u e se hace en el tex to (v é a se 13.10). A sim ism o , cu an d o en la nota se c i
tan m ás de tres v erso s seg u id o s, deben ir en párrafo aparte (pero v é a se 13.23;
v é a se tam bién 13.27).
1 Ernst Cassirer otorga una relevancia especial a esta cuestión en La n g u age and
M yth (59-62) y ofrece un penetrante análisis del respeto del hombre a las cosas de
las que puede depender crucialmente su poder para actuar con inspiración.
A ristó tele s ni m o strad a p o r los d e m á s , tu cu al p o d ría v e n irn o s p o r a c aso o ser d e s c u b ie rta e ilu s
tra d a por a lg u ie n -, m ie n tra s q u e « a h o ra p e rm a n e c e o c u lta » <Della Poetica. la D eca í disputata.
Relia quale, e per istoria e per rcppioni e per autorità di prandi antichi, si mostra tu falsità delle
più credute opinioni, che di r a d i c a a di nastri vanno iniornoì ¡F e rra ra 1386).
' Itti el sig lo \ \ i l y a son c o rrie n te s las a firm a c io n e s d e q u e Jas arte s se in v en ta ro n - para
m ejo rar las a c cio n e s de la n a tu ra le z a » > q u e «fue la p ro p ia n a tu ra le z a la p rim e ra m ae stra del
tu le » . A sí Imán c isc o C á sc a le s en su s Toldas poéticas i 1617). G o n z á lez S a las en Rucea idea de la
ira pedia antiqua ( 16 7 3 ). A lfo n so S á n c h e z e n Expostidatio sponpiae ( 1 6 1X). e tc . (e f. M k n h n d u z
Jhu o t o . o .c.. t. 2 pp. 2 3 9 ss).
1: Requie deìli cinque ordini d'architettura ( 1362); Te due repule della prospettiva pratica
l Rottiti 13X3).
1 / quattro libri dell' Architettura i V en ezia 1370).
' hh n deh Sa ìni/ inna V enezia 1613).
Le Vite de più d e e denti Architetti. Pittori et Scultori Italiani da Cintahue ¡usino a ' tempi
nostri... (F ire n z e 1330).
F IG U R A 14.1. Página de texto con n otas al pie; la prim era nota co m ie nza en la p á g i
na anterior (adviértase el filete sobre ella). Véase 14.36.
y emplear cf. únicamente cuando quieran decir «compárese» o «véase, para
comparar». Ninguno de los términos se pone en cursiva en las notas (aun
que véase aparece en cursiva en los índices; véase 16.22).
22 Para otras aproxim aciones a esta cuestión, véase Fuentes, P ro b lem a s , 56.
23 N o todos comparten esta opinión; cf. Torrebianca y Pensado, P ro ceso s h istó
rico s, 101-3.
14.38 Notas a pie de página y notas finales: introducción. Como su nombre in
dica, las notas a pie de página aparecen en el pie (parte inferior) de la pá
gina. En las revistas, las notas finales aparecen al final de cada artículo; en
los libros, al final de cada capítulo o, más habitualmente, al final del libro.
En los libros con varios autores, en los que las notas pueden variar en tipo y
longitud, y en los que puede ocurrir que los capítulos se reimpriman por se
parado, se sitúan normalmente al final del capítulo al que corresponden. En
la fase de originales, los autores pueden trabajar con la forma que les parez
ca más conveniente, aunque las notas deben crearse con la función «inser
tar nota» del procesador de texto para facilitar la renumeración cuando se
añadan o se eliminen notas (véase también 2.20). Sobre las notas a tablas,
véanse 2.28 y 3.74-78. Sobre las notas en material ya publicado anterior
mente, véase 2.42.
14.40 Notas finales: ventajas e inconvenientes. Las notas finales, que no plan
tean más problemas de compaginación que los habituales del texto ordina
rio, evitan muchas de las desventajas que tienen en las obras impresas las
notas a pie de página (véase 14.39). A causa de su flexibilidad, y dado que
a muchos lectores les intimidan menos las páginas sin notas a pie de pági
na, puede ocurrir que el departamento de marketing y ventas de una edito-
14.41 D O C U M K N F A C 'IO N I: N O T A S Y B I B 1.1 ( ) ( I R A 1- í A
rial recomiende usar notas finales en los libros destinados tanto al público
en general como al académico o profesional. Sin embargo, ya que a muchos
lectores puede decepcionarles descubrir que un tercio o más del libro está
dedicado a las notas finales, sigue siendo necesario que los autores bus
quen un razonable equilibrio entre texto y notas (es decir, que resistan a la
tentación de incluir un número excesivo de notas con contenido). El princi
pal inconveniente de las notas finales es que complican la búsqueda de una
nota en particular. Esta dificultad (que normalmente no se da en los textos
electrónicos, en los que el texto y las notas están vinculados) puede paliarse
insertando cabeceras informativas (véase 14.42).
14.41 Ubicación de las notas finales. A menudo es preferible agrupar las no
tas finales de todos los capítulos al final del libro, después del texto y de
los posibles apéndices, y antes de la bibliografía, en caso de haberla (véa
se 1.4). El título principal es simplemente «Notas», y el conjunto de no
tas de cada capítulo va encabezado por un subtítulo que lleva el número o
el título del capítulo, o ambos (véase fig. 14.2). En un libro cuyos capítulos
sean obra de diversos autores o se puedan publicar por separado, las notas
finales normalmente aparecerán al final de cada capítulo. En una revista,
van al final de cada artículo. En los dos últimos casos, suele llevar el subtí
tulo «Notas» entre el texto y las notas (véase fig. I4.3).
14.42 Cabeceras de las notas finales. Cuando las notas finales se reúnen en el fi
nal del libro impreso y ocupan más de dos o tres páginas, la inserción de ca
beceras (tanto en las páginas pares como en las impares) con los números de
las páginas a las que corresponden las notas, es de gran utilidad para los lec
tores (véase l . 14). Para determinar qué números de página del texto usar en
una página de notas dada, búsquense los números respectivos de la prime
ra y de la última nota que comiencen en dicha página (sin tener en cuenta el
texto que pueda venir de la página anterior) y localícense en el texto las lla
madas a esas notas. Los números de la primera y la última página de tex
to en que aparecen dichas llamadas son los que se usan en la cabecera: por
ejemplo, «Notas de las páginas 123-135». El último número no se abrevia;
compárese con 9.60. (Si, como a veces ocurre, en una página solo apare
ce una nota, se usa el singular; es decir, «Nota de la página 23»). Dado que
tales cabeceras solo se pueden completar cuando se dispone de las pruebas
de imprenta, las correcciones se consideran «alteraciones» (véase 2.131) y
el coste se le carga a la editorial. (Otra opción, menos útil para los lectores
pero más barata para la editorial, es incluir cabeceras que digan simplemen
te «Notas al capítulo 1». «Notas al capítulo 2» ...; dado que los lectores no
suelen ser conscientes del número del capítulo que están leyendo, los núme
ros de los capítulos deben aparecer también en las cabeceras del texto en sí).
Cuando las notas figuran al final de los capítulos, rara vez son necesarias las
cabeceras referentes a las notas.
Así lo expresan: «Si los estudios culturales han de estar guiados por un proyecto político que
otorgue un lugar primordial a Ja crítica y a la transformación social (...) es imperativo recono
cer que la universidad mantiene una serie de relaciones con la sociedad dominante. Estas re
laciones definen a la universidad como un lugar que no es de dominio ni tampoco de libertad.
La universidad tiene una autonomía relative y funciona principalmente para producir y legi
timar las habilidades del conocimiento y las relaciones socials que caracterizan las relaciones
de poder en la sociedad. Las universidades, como otras instituciones públicas, contienen pun
tos de resistencia y de tensión, y es en esos espacios en los que existen las condiciones ma
teriales e ideológicas que pueden dar lugar a discursos y prácticas de oposición. Este recono
cimiento no solo politiza la universidad y sus relaciones con la sociedad dominante, sino que
cuestiona la naturaleza política de los estudios culturales como espacio para la crítica y como
medio para la transformación social». «The Need for Cultural Studies: Resisting intellectuals
and Oppositional Public Spheres», http://eserver.org/theory/need.html (ultima consulta 17 de
julio de 2009). Origina) en inglés; traducción de )a autora.
20 Véase el apartado correspondiente a las críticas y al debate originado en tomo a la evo
lución y reformulación de los estudios culturales en el capítulo introductorio.
Capitulo 3
1 El origen de los estudios culturales se emplaza en el Centro de E studios C ulturales
C ontem poráneos (CECC) de la Universidad de Birmingham, fundado en 1964. En 1972, el
Centro publicó el primer número de Working Papers in C ultural Studies con el objetivo de
definir y ocupar un espacio y situar los estudios culturales en e) mapa intelectual (Sardar y
Van Loon, 24). Los trabajos de Richard Hoggart, Raymond Williams, E.P. Thompson y Stuart
May, autores vinculados al CECC, son los textos fundacionales de los estudios culturales, que
a partir de entonces se han desarrollado internacionalmente en varias escuelas y centros, a pe
sar de que la escuela británica ha seguido teniendo primacía en el campo. Así, han sido pione
ros y han abierto puertas a estudios centrados en aspectos nunca anteriormente analizados, y
se distinguen por la notable diversidad y originalidad de los temas que han estudiado. Aparte
de los estudios sobre las subculturas juveniles y los programas de televisión, Sardar y Van
Loon señalan que los estudios culturales británicos se han centrado en las imágenes de la mu
jer, la masculinidad y la historia de la sexualidad; han analizado cómo se presenta el pasado
en los museos; cómo se comportan las mujeres jóvenes en el colegio y en el trabajo; cómo re
accionan los niños blancos a la música reggae; han descubierto la política de los deportes y la
construcción social de la ciencia junto con la historia de los intelectuales de clase media, por
no mencionar más que unos cuantos temas (42-43). Sin embargo, es en Estados Unidos donde
mayor desarrollo académico e institucional han adquirido los estudios culturales.
2 Citado en Sardar y Van Loon, pág. 5.
3 Un libro excelente que cabe adoptar como ejemplo de libro texto radicalmente diferente
de otros a los que estamos acostumbrados es el editado por Paul de Guy y titulado Producñon
o f Cultures/Cultures o f Production. El libro combina explicaciones teóricas, lecturas impres
cindibles, actividades prácticas, imágenes y selecciones bibliográficas en torno a cuestiones
tales como la globalización, la producción de la cultura, la moda, la identidad laboral, la cir
culación de la cultura y otras.
4 Formuladas a partir de las aportaciones de Sardar y Van Loon (principalmente) y del
resto de las lecturas incluidas en la Bibliografía.
5 Silva Echeto, Víctor. «La comunicación en los geoestudios sobre las mujeres: trazado de
un mapa difuso» Sevilla, Arcibel, 2004 (http://www.escritorasyescrituras.com/cv/geoestudios.
doc). Consúltese el artículo en su totalidad para una más completa elaboración de las críticas a
los estudios culturales desde ambos lados deí Atlántico (última consulta 14/07/2009).
6 Norminanda Montoya explica el fenómeno y recoge las diversas denominaciones que
ha recibido este desarrollo audiovisual en la sociedad actual: «Ese fenómeno de expansión de
360
FIGURA 14.2. Página de notas finales de un libro, con un subtítulo que precede al
m ienzo de las notas de un capítulo (véase 14.41-42).
unidades supraoracionales,16 unidades discursivas. El párrafo es una unidad de
discurso —está formado por oraciones o grupos de oraciones relacionadas semán
ticamente entre sí—; el párrafo, aunque fácilmente reconocible por su configura
ción en el texto (va separado por punto y aparte), es una unidad de difícil defini
ción, porque su estudio va más allá de la gramática tal como la conocemos, para
constituirse en objeto de estudio de la organización del contenido del discurso.57
El párrafo no está formado sin más por una serie de oraciones que se suce
den en torno a un tema común, sino que en su interior también las oraciones se
agrupan por su proximidad semántica en lo que se denomina «estructuras suprao
racionales». Por eso en un mismo párrafo pueden encontrarse series de oraciones
separadas por punto y seguido.
La construcción del texto, en consecuencia, consiste en un proceso en el que
se repite una estructura básica —la oración —; las oraciones se agrupan en una
primera unidad de discurso: «estructura supraoracional» (o periodo, en una de las
acepciones de este término, al que también se ha denominado oración psicológica,
parágrafo, cláusula y enunciado en algunas descripciones,'8 etc.), y estos grupos
de oraciones, a su vez, en párrafos.
En ei texto, cada uno de los párrafos constituye una unidad de sentido den
tro del sentido general del discurso; cambiarnos de párrafo, por ejemplo, para
ofrecer un nuevo punto de vista sobre el asunto que se está tratando o incorporar
un nuevo argumento, o por el contrario, iniciar la contraargumentación, o para
dosificar la cantidad de información, que vamos separando en sucesivos párra
fos, y, también, para concluir el escrito, etc.
Estrella Montolío (2002, II: 82)ly presenta una clasificación de los párrafos
que resulta de utilidad: párrafo de enumeración, párrafos expositivos, párrafos ar
gumentativos y contraargumentativos, párrafos de apertura o introducción, párrafo
de cierre o conclusión.
NOTAS
285
FIGURA 14.3. Primera página de las notas a final de capítulo, e ncabezadas por el su b
título «Notas» (véase 14.41).
14 43 Requisitos especiales de las notas finales. Mientras que las notas a pie de
página, al aparecer tan cerca del texto, pueden omitir ciertos elementos que
se mencionan en él, en el caso de las notas finales tal omisión puede moles
tar a los lectores, que tienen que ir adelante y atrás. Por ejemplo, no es ne
cesario repetir en la nota al pie un autor o título mencionado en el texto,
aunque a menudo es útil hacerlo. Sin embargo, en una nota final se debe re
petir el nombre completo del autor (o al menos el apellido) a menos que sea
obvio y el título, dado que algunos lectores pueden haber olvidado si el nú
mero de la nota era el 93 o el 94 cuando las buscan en las páginas finales
del libro. Es particularmente molesto llegar al lugar adecuado de las notas
y encontrarse con otro «íbid.». Tal frustración se puede evitar aún mejor re
uniendo algunas de las referencias contenidas en las notas finales mediante
los procedimientos mostrados en los siguientes ejemplos:
34 Esta y las cuatro citas anteriores proceden de L a vida es sueño, acto 1, escena 4.
87 Barbara Wailraff, W ord C o u rt: W herein V erba l V irtue Is R ew a rd ed , C rim e s
A g a in st the L a n g u a g e A re P u n ish ed , an d P o e tic Ju s tic e Is D o n e (N u eva York:
Harcourt, 2000), 34. Se dan más citas de este trabajo en el texto.
14.45 Notas a pie de página y citas autor-año. El procedimiento, más bien en
gorroso, que se describe en 14.44 se puede evitar usando citas autor-año
para las fuentes (véanse 14.2 y capítulo 15) y notas a pie de página o fi
nales, numeradas, para los comentarios. Además, las mismas notas num e
radas pueden contener citas autor-año entre paréntesis cuando sea necesa
rio, incrementando la flexibilidad de tal sistema. Véase también 15.30.
14.46 Notas del editor o el traductor y notas del autor. En una obra editada o
traducida que contiene notas del autor original, se debe distinguir toda nota
adicional aportada por el editor o el traductor. Normalmente, las notas aña
didas se entremezclan con las notas originales y se numeran en la misma
serie, pero se distinguen de estas añadiendo N. del E. o N. del T. entre pa.
réntesis al final de la nota o encerrando toda la nota, excepto el número, en
tre corchetes. (En caso necesario también se puede insertar entre corchetes
un comentario del editor o el traductor en la nota original; véase 6.90).
Como alternativa, si las notas añadidas son pocas, pueden indicarse me
diante asteriscos u otros símbolos y aparecer como notas a pie de página;
entonces las notas originales, numeradas, aparecen debajo de ellas, como
notas a pie de página (véase fig. 14.4), o se disponen como notas finales
(véanse 14.20 y 14.38. Véase también 14.48.
FIGURA 14.4. La nota del traductor se indica mediante asterisco seguido de la nota numerada
del autor. Las notas que se indican mediante un símbolo siempre preceden a las numeradas,
con independencia del orden en que aparezcan símbolos y números en el texto. Véase 14.46.
Notas sin numerar
14.47 Las notas sin numerar en relación con las notas numeradas. Las notas a pie
de página sin número o símbolo siempre preceden a las notas numeradas en la
misma página impresa. En la mayoría de los casos, aparecen en la primera pá
gina de un capítulo u otra división principal de una obra. En una obra con notas
finales en la que no puedan emplearse notas a pie de página, las notas finales
sin numerar —que se deben utilizar con precaución, puesto que es fácil pasar
las por alto— deben aparecer inmediatamente antes de la nota 1 del capítulo
correspondiente. Un ejemplo de nota no numerada puede ser la nota al epígra
fe de un libro (véase 1.36), que precedería a las notas finales del primer capítu
lo y aparecería bajo el título «Epígrafe». Las notas a los epígrafes de capítulo
se pueden tratar de modo similar. Las notas bibliográficas, las biográficas y las
demás notas sin numerar relacionadas con un capítulo o sección enteros —que
aparecen en forma de notas a pie de página— se tratan en 14.49-50.
14.49 Fuentes en notas sin numerar. En las antologías y otras colecciones de ma
terial ya publicado, o en publicaciones nuevas en gran parte pero que contie
nen uno o más capítulos publicados con anterioridad, la fuente de cada parte re
impresa debe consignarse en nota al pie sin numerar en la primera página del
capítulo, antes de las notas numeradas. Si las otras notas son finales, la fuen
te debe seguir constando en una nota a pie de página, y más si contiene un co
pyright. En el caso de material sujeto aún a derechos de autor, la nota debe
incluir el título original, la editorial o revista, la fecha de publicación, los nú
meros de página u otros localizadores y —muy importante— mencionar la
autorización del titular de los derechos para la reimpresión. También debe
incluir la declaración de copyright si así se solicita. Algunos cedentes de per
miso exigen una fórmula determinada en la cita de la fuente. Sobre la disyunti
va entre seguir el criterio editorial y acceder a las exigencias del cedente, véa
se 3.31 (que se refiere a ilustraciones pero se puede aplicar igualmente a texto).
825 A bstrusum p lu m b u m , stannurnque , a d am anta, pyritem ,
N um cythisum , p u lch ra m q u e rosam , m m robora d u r a ,
N u m tineam levem , rauca num voce cicadam ,
N um fo rte m ta u ri p ro le m , ca p runique petulcum ,
N um teipsum nosti? M inim e: C rinita refulgens
830 Q u id s it num certo nostri? quo laeta paren te
G audeat? hoc m inim um cre d o : P o rtento q u id ergo
A lta p etis, coelìque d om os tra n sfig ere c a ec a s?
Laèrt. lib.6 N iteris in cassum , b elle te ridet aperta
D io g en es bucca C ynìcus, nam que, inquìt, ob ora
835 Q uae p o sita . h a u d cernis, tibi sunt, tarnen alta requiris.
F ac tarnen ut n oscas quae su n t ventura p e r astra,
Q u id iuvat? A n p o te ris qu a e su n t ventura cavere?
Sabel, D ivinus geniti p ra ev ìd e ra t a tra P ropheta
lib .9 F ata A bsalonis, vivum sibi iu ssera t ergo
ca p . IO 840 A d ferri c a p tu m , quo sortem a verterei arctam :
Sabel. N o n p o tu it tarnen: E t S a u li q u id p ro fu it a nte
!ib.9 P raevidisse fe ru m casum Sa m u elis ab um bra
ca p . 5 D octus? in altum O rcum citius p ro p era v it a pertum .
N on p o tu it vitare N inon p ra em issu s lonas.
Jo viu s in 845 Q u o d si vera fe ru n t illi, p ra ev id e ra t undas
Elog. Q ueis tandem p e riìt P etrus ille L eo n ius alias.
y el «Num te ipsum nosti? Minime», c o n las e n u m e ra cio n e s d e las c o sas c u y a m iste rio sa in tim i
dad y e se n c ia ig n o ra m o s, e s tá e s c rito b a jo la m is m a o b s e sió n n a tu rista y a lg ú n ta n to esce p ti-
za n te q u e el m e n c io n a d o tra b a jo , y te rm in a c o n e l e strib illo q u e d e l c o m e ta y su o rig e n n a d a
sa b em o s.
8 2 9 -3 0 . ¿,Es q u e s a b e s d e v e ra s lo q u e es el c o m e ta , el re fu lg e n te g re ñ u d o ? V a ria s veces
h a a c e p ta d o p e ro só lo d u b ita tiv a m e n te la s u p o sic ió n d e A ristó te le s re s p e c to af s e r d e l c o m e ta .
A q u í se ve q u e n o a c a b a d e c o n fo rm a rs e c o n tal m o d o d e p e n s a r. F e n ó m e n o tan leja n o , tan
p o c o a c c e s ib le a n u e stra e x p e rie n c ia , ten ía q u e se r m ejo r o b s e rv a d o , y d e s p u é s , p e ro só lo d e s
p u é s , se p o d ía h a b la r d e su s p re s a g io s si es q u e p re s a g ia alg o : Portento quia ergo alta p etis?
8 3 3 . (A l m a rg e n ) L a h r t u í s ( s . m V . De Vitis, D ogmatis et Aphothcmatis Philosophorum.
8 3 4 . B reve la i d e D io g e n e s.
8 3 8 . (A l m a rg e n ) S a b é l i c u s = M a rc u s A n t . C o c c i i i s (s. x v -x v i) : Exemplorum Libri X .
L o s tre s e je m p lo s d e S a b é lic o e s tá n to m a d o s d e la H isto ria S a g ra d a y son d e s o b ra c o n o c id o s .
S a b é lic o h a b la de e llo s e n su o tro lib ro R asodiae Historiarum. p e ro S á n c h e z p o r los lib ro s
q u e c ita no m an e ja e sta o b ra .
8 4 4 . N in o n o N ín iv e. S e n os ha m etid o S á n c h e z a h a c e r un « p o tp o u rri» d e c a so s d e s a s tra
d o s in fle x ib le m e n te p r e o r d e n a d o s . P a re c e d e s d e e s te m o m e n to u n e s to ic o q u e p r e d ic a el
«am o rfati», la a c e p ta c ió n d e la su e rte fatal q u e se n o s d e p a ra .
8 4 5 . (A l m arg e n ) P. Jo v iu s o G io v io (s. x v i): Elogia Virorum Ulustrium. E sto s tres e je m
plos d e G io v io p e rte n e ce n a la « ard ita» Ita lia ren a c e n tista . P ie tro L e o n i. m é d ic o d e E s p o le to ,
s a b ía q u e h a b ía d e m o rir a n e g a d o y re h u ía n a v e g ar. S in e m b a rg o m u rió a rro já n d o se a un p o zo.
H e rm e s B e n tiv o g lio , b o lo ñ é s , o rd e n a m a ta r al o c u ltista C o c le s (B art. d e la R o c a ) q u e se h a b ía
a tre v id o a d e c ir d e él q u e m o riría en el d e s tie rro . H e rm e s a su v e z v e c u m p lirse en él su fatal
p ro n ó stic o .
203
FIGURA 14.5. Notas a pie de página vinculadas a números de línea, recurso que es mejor
emplear en textos en verso. (Cuando se trata de prosa, no se pueden numerar las notas an
tes de m aquetar el texto). Véase 14.48.
donde se discute el complejo empleo que Rilke hace de «Nacht» como un
posible mediador entre el ser inmanente y el trascendente.
166 Rilke elimina dos detalles cruciales
p e rsp e ctiva o rto d o xa d e la revela ció n
de la Sibila de Miguel Ángel: sus prominentes pechos, que sugieren la «leche
celestial» que es «el futuro alimento de la salvación» (Wind, «Michelangeio’s
Prophets and Sibyls», 68), y el voluminoso libro que está leyendo, que sugiere
la conversión al cristianismo. De esa manera, el poema priva a la profecía de
todo contenido. Los primeros esfuerzos de Rilke por construirse un cristianismo
a medida se pueden estudiar en Visions o f C h rist, ed. Siegfried Mandel, trad. de
Aaron Kramer (Boulder: University of Colorado Press, 1967).
sib ila s y p r o fe ta s «Décima elegía», verso 72.
167 una p ro fesió n idea l Es importante señalar que en el estudio más completo de
las E legías, Jacob Steiner, R ilke s D u in e se r E leg ie n (Berna: Francke, 1969), la
entrada en el índice para «Frau» remite al lector a «Mutter, Mädchen, Liebende»,
un adecuado comentario de las prioridades de Rilke.
Las relaciones entre ambos artistas son objeto del
m u c h o m á s c o m p leja s
detallado y amplio estudio de Heinrich Wigand Petzet, D a s B ild n is d es D ic h te rs
(Frankfurt am Main: Societäts-Verlag, 1957).
a u to -ju stifica c ió n P a u la M o d e rso h n - B e c k e r in B rie fe n u nd T agebüchern,
ed. de Günter Busch y Liselotte von Reinken (Frankfurt am Main: S. Fischer,
1979). 307-11.
Robert Hass analiza las crudas y morbosas emociones del
culpar a un fa n ta sm a
«Réquiem» en su introducción a The Selected P oetry o f R ainer M aria Rilke, trad.
de Stephen Mitchell (Nueva York: Random House, 1982), xxvii-xxxiv.
168 a u f B e sitz Rilke, S ä m tlic h e Werke 1:653,654.
in m ir Ibid., 656.
169 u n a c o n tra -ve rd a d «Paula Becker to Clara Westhoff» aparece reimpreso como
epílogo en T he L e ite rs a n d J o u rn a ls o f P a u la M o d e rso h n - Becker, ed. J. Diane
Radycki (Metuchen, NJ: Scarecrow Press, 1980), 328-30. El epilogo incluye
también la traducción del «Requiem» de Rilke realizada por Lilly Engler and
Rich, 319-27.
m ás so lita rio q u e la s o le d a d Adrienne Rich, The D rea m o f a C om m on
L a n g u a g e (Nueva York: Norton, 1978), 43.
su v o z p e rsistirá Ovidio, M e ta m o rfo sis 14:129-53.
C a p i t u l o S e is
FIG U RA 14.6. Notas finales enlazadas a números de página, con los términos clave en
cursiva. Véase 14.48.
En m uchos casos, la form ulación se puede m odificar en aras de la coherencia
siem pre y cuando conste debidam ente el nom bre del propietario de los derechos.
L os siguientes ejem plos proponen varias form as aceptables. V éase tam bién 4.72.
D istintas partes de este trabajo han sido revisadas por Lourdes Ortega, Susana
Pastor y John Norris. Por supuesto, todos los errores que haya en el m ism o son
exclusiva responsabilidad mía. .
14.52 Varias referencias en una nota. El n ú m ero d e lla m a d a s a n ota e n una ora
c ió n o párrafo se p u e d e a v e c e s red u cir a g ru p an d o varias r e fe r e n c ia s en
una s o la nota. L as r efe re n c ia s se sep aran c o n p u n to y c o m a , y d e b e n apare
cer en e l m ism o orden q u e lo s e le m e n to s (se a n ob ras, c ita s te x tu a les o c u a l
q u ier otro m aterial) a lo s q u e c o rresp o n d en . D e b e ev ita r se tod a a m b ig ü e d a d
r esp e cto al e le m e n to al q u e alu d e c a d a referen cia.
Texto:
N ota:
14.53 Citas entre paréntesis en el texto. Otra form a de reducir e l nú m ero de notas
e s citar las fu en tes (n orm alm en te entre p arén tesis) en el texto. L a c o m b in a
c ió n de lb íd . y n ú m eros de p ágin a para las citas su c e siv a s de la m ism a fuente
se p u ed e em p lear del m ism o m od o; e s decir, citan d o en e l te x to en v e z de en
las notas (v é a se 14.2 9 ). Para la e x p lic a c ió n y e jem p lo s, v é a se 1 3 .6 2 -7 0 .
14.54 Abreviaciones para obras citadas frecuentemente. U n a obra que se cite con
frecu en cia se pu ed e m en cion ar entre paréntesis, tanto en el texto c o m o en no
tas su ce siv a s, m ediante una abreviación , dando la cita com p leta, en nota, en la
prim era aparición. (E sta práctica e s m ás útil c o n notas a pie de págin a que con
notas fin ales). V é a n se tam bién 13.65, 14.24-31 y 14.55.
Prólogo
1. P ftf.r Gay. T h e E n lig h te n m e n t: A n In te r p r é ta tio n , 2 vols. (Nueva York,
1966-69), 2:319. He reali/ado algunas críticas en relación con el tratamiento que
Gay hace de esta cuestión en la recensión del segundo volumen de su trabajo, A m e
rica n H istó rica ! R e v ie w 85 (1970): 1410-14.
2. G horœ s G u sd o rk In tro d u ctio n a u x scie n c e s h u m a in es: E ssa i c ritiq u e su r
leu rs o rig in es et leu r d é ve lo p p e m e n t (Estrasburgo. 1960), 105-331.
FIG U RA 14.7. Una breve lista de abreviaciones antes de las notas finales (véase 14.55),
Bibliografías
Introducción
14.56 Relación de las bibliografías con las notas. A u n q u e n o to d a s las obras
an otad as req uieren una b ib lio g ra fía , p u esto q u e se p u ed en p rop orcion ar los
datos en las notas, la b ib liografía alfabetizada sirve para varias c o sa s. Concre
tam ente, una bib liografía co m p leta que co n ten g a tod os los datos de las fuentes
citadas en el texto, adem ás de proporcionar una v isió n general sobre las fuen
tes y, por tanto, una in d ica ció n d el a lcan ce de la in v e stig a ció n d el autor, pue
d e servir c o m o c la v e para las form as breves usadas en las notas bib liográfi
cas (v é a n se 14.1 4 y 14.24). En las p u b lica cio n es electrón icas, una bibliografía
co m p leta p u ed e racionalizar de form a sig n ifica tiv a el p ro ceso de crear hiper-
v ín cu lo s a las obras citad as y, al m ism o tiem p o, pu ed e perm itir a las editoriales
d e tales obras citadas la id en tifica ció n y creación de e n la ce s de «citad o por».
En esta bibliografía aparecen solo los trabajos que he empleado para la reali
zación de este libro. No es, en absoluto, una lista exhaustiva de todas las obras y
fuentes que he consultado. Muestra la esencia y la variedad de las lecturas a par
tir de las cuales he formado mis ideas, y pretendo que sirva de ayuda para quienes
deseen proseguir el estudio del humor, de la literatura humorística, de la historia
de los procesos humorísticos, de la novela británica y de los autores y obras con
cretas que son el objeto de esta investigación.
Bergson, Henri. Le rire. E ssa i su r la sig n ific a tio n du c o m ique. Paris: Presses Uni
versitaires de France, 1961, 143.a ed.
Gómez de la Serna, Ramón. G reg u ería s, ed. de Rodolfo Cardona. Madrid: Cáte
dra. 1979.
Santana López, Belén. Wie w ird da s K o m isch e Ubersetzt? Berlin: Frank & Timme,
2006.
FIGURA 14.9. Páginal inicial de una bibliografía dividida en secciones, con una nota
del autor que explica el criterio de selección (véase 14.58-59).
1. B ib liografía com pleta. La bibliografía com pleta incluye todos los trabajos que
se han citado, sea en texto o en notas, con excepción de las com unicaciones
personales (véase 14.222). También se pueden incluir algunos trabajos particu
larmente relevantes que el autor haya consultado, aunque no se m encionen en
el texto. El título habitual es «Bibliografía», aunque también se pueden utilizar
«Bibliografía citada» u «Obras citadas» si no se han incluido obras adicionales.
2. Bibliografía selectiva. Si. por cualquier razón, el autor no desea enumerar todas
las obras citadas, el título debe indicarlo: se puede recurrir a «Bibliografía selecta»
o (menos habitual) «Bibliografía seleccionada»; si la lista es muy corta, se puede
usar «Lecturas recomendadas» o «Lecturas adicionales». Deben explicarse en una
nota introductoria los criterios de selección (véase fig. 14.9).
3. B ib lio g ra fía an otad a. La bibliografía anotada es generalmente más cóm oda
para los lectores que el ensayo bibliográfico (véase el elem ento siguiente). Las
anotaciones pueden seguir a los datos de la publicación (a veces entre corchetes,
si solo se anotan algunas entradas) o pueden comenzar en otra línea, a menudo
con sangrado de párrafo. V éase fig. 14.10.
4. E nsayo b ib liográfico. M enos formal que la bibliografía anotada es el ensayo
bibliográfico, en el que el autor com enta la bibliografía extensam ente. Dado
que las obras no aparecen en orden alfabético, se puede dividir libremente por
materias (véase 14.58). Tal ensayo puede ser especialm en te adecuado para
determinados tipos de fuentes archivísticas que no se prestan fácilm ente a la
enumeración alfabética. Puede acompañar a una bibliografía, en cuyo caso debe
precederla. Si las obras comentadas en el ensayo se recogen en la bibliografía,
pueden mencionarse en forma abreviada (com o en las notas). Si no hay biblio
grafía, el ensayo debe incluir todos los datos de publicación, aparezcan o no los
títulos en las notas. Para un ejem plo, véase fig. 14.11.
5. L ista de obras de un autor. La lista de obras de un autor, normalmente titulada
«Obras publicadas [de X ]», se ordena casi siempre cronológicam ente. Si hay
más de una obra por año, las fechas pueden aparecer com o subtítulos.
K ogan, Hermán. T h e F i r s t C e n t u r y : T h e C h i c a g o B a r A s s o c i a t i o n , 1 8 7 4 - 1 9 7 4 .
Chicago: Rand M cNally, 1974.
Kogan, Hermán, y Lloyd Wendt. C h ic a g o : A P i c to r ia l H is to r y . Nueva York: Dutton,
1958.
Bibliografia complementaria anotada
sobre historia de la literatura vasca
Una obra como esta, que tiene como objetivo la didáctica de la literatura vasca, está
llamada a ofrecer una visión orientativa de las diversas historias de dicha literatura.
Se mencionan aquí aquellas que, publicadas desde la segunda mitad del siglo xx,
pueden resultar de utilidad a quien se dedique a la docencia de esta materia. Se
incluyen no sólo las historias generales, sino también las que se focalizan en
géneros literarios específicos1.
FIG U RA 14.11. Parte de la prim era sección de un ensayo bibliográfico (véase 14.59).
Judt, Tony. A G ranel IIlu s ió n ? An E ssay on E uro pe. Nueva York: Hill and Wang,
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— En los lím ites de la tra ducción . Granada: Comarcs. 2005.
— T ra d u c ir entre cu ltu ra s: Poderes, diferencias, identidades. Francfort: Peter Lang,
2007.
Libros
14.68 Los libros como modelo para otros tipos de fuentes. M u ch a s de las rec o
m e n d a c io n e s que figuran en esta se c c ió n sobre lib ros servirán tam bién para
otras fu en tes. Su larga historia c o m o m e d io form al de p u b lica c ió n garantiza,
en particular, q u e las v a r ia c io n e s en cu an to a lo s n om b res de autores (v éa se
1 4 .7 2 -9 2 ) y títu los (v é a se 1 4 .9 3 -1 1 0 ) servirán c o m o m o d e lo para c o n fe c c io
nar notas y entradas b ib lio g rá fica s sobre otros m u ch o s tip os de fu en tes. A sí,
p u es, en lugar de repetir esta in fo rm a ció n para cad a tip o de fu en te, en sus
se c c io n e s se rem itirá al párrafo ad ecu ad o d e esta se c c ió n cu an d o proceda.
Ortiz-Osés, Andrés. L o s m itos va sco s: A p ro xim a ció n herm enéutica. Bilbao: Univer
sidad de Deusto, 2007.
Bergamín, José. E l cohete v la estrella. Madrid: índice, 1923.
Martin du Gard, Roger. Lie u ten a n t-C olo n el de M aum ort. Trad. de Luc Brébion y
Timothy Crouse. Nueva York: Alfred A. Knopf, 2000.
5 Luis A lonso Sehókel y Eduardo Zurro. Ixt trad ucción b íb lic a : lin g ü ística v es
tilística (Madrid: Cristiandad, 1977).
6 Sue-Ellen Jacobs, W esley Thom as y Sabine Lang. eds.. T w o -S pirit P e o p le :
Native A m erican G en d er Identity, Sexuality, and S p iritu a lity (Urbana: University of
Illinois Press, 1997). 32-34.
7 A lonso Schokel y Zurro, La tra d ucción b íb lic a , 73-80.
8 Jacobs, Thomas y Lang, T w o -S pirit P eople. 65-71.
A lonso Schokel, Luis, y Eduardo Zurro. La tra d u cción b íb lic a : lin g ü ística y e s tilís
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Jacobs, Sue-Ellen, W esley Thomas y Sabine Lang. eds. Tw o-Spirit P e o p le : N ative
A m e rica n G e n d e r Identity, Sexuality, a n d S p iritu a lity . Urbana: U niversity o f
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4 Jeri A. Sechzer et al., eds.. Women and M en ta! H ealth (Baltimore: Johns Hop
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7 Sechzer et al., Women and M en taI Health. 276.
Clapton, Eric. C la p to n : The A utobiog ra phy. Nueva York: Broadway Books, 2007.
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Hockney, David. D a v id H o ck n e y : E l g ra n m en sa je: C o n v e rsa cio n e s con M a rtin
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11 Cotton Manufacturer, A n In q u iry into the Causes o f the Present L o n g -C on tin ued
D ep ressio n in the Cotton Trade, with Suggestions f o r Its Im provem ent (Bury, Reino
Unido. 1869), 4-5.
14.86 Nombres reales alternativos. C u and o un autor ha p u b licad o obras bajo d ife
rentes form as de su nom bre, las obras se deb en citar por el nom b re que apare
ce en la portada — a m e n o s que la d iferen cia se lim ite al u so de las in icia les en
lugar del nom bre c o m p leto (v é a se 1 4 .7 2 )— . A v e c e s se em p lea n rem ision es.
Donigcr, Wendy. The B e d trick : Tales o f Sex an d M asquera de. Chicago: University
o f C hicago Press, 2000.
— Véase tam bién O ’Flaherty, Wendy Doniger.
Andres-Suárez, Irene, ed. A ntolog ía del m icro rre la to español (¡9 0 6 -2 0 1 1): E l c u a r
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Soledad González Rodenas. Madrid: Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2006.
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Título
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24 «R ace», W riting, and D ifferen ce , ed. de Henry Louis Gates Jr. y Kwame A n
thony Appiah (Chicago: University o f C hicago Press, 1986).
14.103 Términos en cursiva dentro de los títulos. C u an d o un térm ino qu e n orm al
m en te se p on e en cu rsiva en e l texto, c o m o , por e jem p lo , n om b res c ie n tífic o s
o extran jerism os (pero no títu los de obras; v é a se 1 4 .1 0 2 ), aparece en un títu
lo que está en cu rsiva, se p o n e en redonda (« cu rsiv a in versa»). S in em bargo,
cu an d o d ic h o térm in o c o n stitu y e el título c o m p le to , se d eb e pon er en cursiva.
S ob re los térm in os en cu rsiva dentro del título de un artículo o cap ítu lo, v é a
se 14.177.
Van Wagenen, Gertrude, y Miriam E. Simpson. Postnatal D evelopm ent o fth e O vary
in Homo Sapiens and Macaca Mulatta and Induction o f O vulation in the M acaque.
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1 Edward B uscom b e, « In ju n s !» : N a tive A m e ric a n s in the M o v ie s (Londres:
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14 Buscom be, « In ju n s!» , 114-15.
44 Berra, What Tim e Is It? , 55-56.
66 Oram, H e r H u sb a n d Was a W oman!, 184.
Hornby, Nick. Vous descender.? Traducción de N icolas Richard. París: Plon, 2005.
14.108 Título traducido por el autor o el editor. S i se req uiere la tra d u cció n de
un títu lo , e sta sig u e al títu lo o r ig in a l y va entre c o r c h e te s, sin c u r siv a s ni
c o m illa s . (E n te x to c orrid o, se em p lea n p a rén tesis en lugar de c o rc h e tes;
v é a se l l . 6 ). V é a se tam b ién 14.110.
3 Anne Carr y D ouglas J. Schunnan, «R eligion and Fem inism : A Reform ist
Christian A n alysis», en R e lig io n , F e m in ism , and the F a m ily , ed. de Anne Carr
y Mary Stewart Van L ceuw cn (L ou isville, KY: W estminster John Knox Press,
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2 Churruca, Juan de, y Mcntxaka. Rosa. In tro d u cció n h istó rica a l derecho rom a
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Donne, John. The « A n n iversa rie s» and the « E p ice d e s an d O bsequies». Editado por
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Euripides. Orestes. Traducción de W illiam Arrowsmith. En E u rip id e s IV , editado
por David Grene y Richmond Lattimore. The C om plete G reek T ragedies. Chica
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Ferrer Benim eli, José Antonio. M ason ería, Ig le sia e ilu stración . Vol. I, Las bases de
un con flicto (1 7 0 0 -1 7 3 9 ). Vol. 2. In q u is ic ió n : P ro ceso s h istó rico s (1 73 9 -1 7 5 0 ).
Publicaciones de la Fundación Universitaria Española, M onografías 17. M a
drid, 1976.
14.132 Series. A lg u n a s c o le c c io n e s nu m erad as tien en una andadura tan larga q u e,
al igual q u e ocurre c o n algu n as rev ista s, la n u m era ció n ha c o m e n z a d o de
n u e v o , p r e ce d id a d e n .s. (n u e v a se r ie ), 2 .“ ser. (se g u n d a se r ie ) o una e x
p resión sim ilar, h ab itu a lm en te entre c o m a s. (U n c a m b io de ed itorial p u e
de tam b ién m o tiv a r e l c a m b io d e n om b re de una c o le c c ió n ). L o s lib ros de
la ser ie an tigu a se p u ed en id e n tific a r m ed ia n te v..v.. / . “ .ser. o a lg u n a otra e x
p resió n q u e c o m p le m e n te la n o ta c ió n de la n u ev a serie.
Pie editorial
L U G A R DE P U B L IC A C IÓ N
14.134 Solo lugar y fecha, para libros publicados antes de 1900. C u an d o se trata
de lib ros p u b lica d o s a n tes de 1 9 0 0 , se p u ed e om itir el nom b re de la e d ito
rial (o d e los e d ito r e s) y dar s o lo el nom b re y fe c h a de la p u b lica c ió n . Tras
el nom b re d el lugar se e sc r ib e una c o m a en lugar de d o s pu ntos. V é a n se
ta m b ién 14 .1 3 8 y 1 4 .1 4 3 .
(s.l.: Windsor, 1910) (|¿Lake Bluff, IL?]: Vliet & Edvvards, 1890)
N O M B R E DE L A E D IT O R I A L
N ó t e s e q u e las a b r e v ia tu ra s e q u iv a le n te s a S .A .. S .L . y s im ila r e s (G m b H ,
p or e je m p lo , en a le m á n ) se o m ite n ( v é a s e 1 4 .1 4 0 ). L a s m a y ú s c u la s d e
b en ir c o m o en e l o r ig in a l, a m e n o s q u e e l n o m b re a p a r e z c a p o r c o m p le
to en m a y ú s c u la s , c a s o en e l q u e h ay q u e ad ap tarlas; si h a y a lg u n a d u d a
so b re la s m a y ú s c u la s , c o n s ú lte s e a lg u n a d e las fu e n te s m e n c io n a d a s e n
1 4 .1 3 9 .
Gray, Jason. P h otog raphin g E d én : Poem s. Athens: Ohio University Press / Sw allow
Press, 2008.
D elibes, M iguel. O bra s com pletas, vol. 6, E l p erio d ista . E l ensayista. Madrid: Ga
laxia Gutenberg, 2007.
Hayek, F. A. C on tra K eynes an d C a m b rid g e : Essays, C orrespon den ce. Vol. 9 de The
C o lle cted Works o f F. A. Hayek. Chicago: University o f Chicago Press, 1988-.
Tillich, Paul. System atic Theology. 3 vols. Chicago: University o f Chicago Press,
1951-63.
Boston, s.f.
Edimburgo, (i 1750?] o Edimburgo, s.f.. ca. 1750
14.153 «De próxima aparición». C u and o un libro está contratado co n una editorial
y y a tien e títu lo, pero n o se c o n o c e aún la fe ch a de p u b lica ció n , se e m p le a d e
p r ó x im a a p a r ic ió n en lugar de la fech a. A u n q u e a v e c e s se u tiliza en p r e n s a
(qu e en sen tid o estricto sería para una obra que ya ha sid o co m p u e sta y p a g i
nada), C h ic a g o -D e u s to recom ien d a la otra ex p r esió n , m ás in clu siv a , que tam
bién sirve para sop ortes no im p resos y para cualq u ier trabajo ya contratado.
Si se d isp o n e de lo s n ú m eros de p ágin a, se d eb en proporcionar. L o s libros sin
contratar se tratan c o m o o rig in a les in éd ito s (v é a se 1 4 .2 2 4 -2 4 6 ).
Autora, Ana. «Contribución». En T ítu lo de! volum en, editado por Susana Editora.
Lugar: Editorial, de próxima aparición.
Por el con trario, las abreviatu ras /. (lín e a ) y //. (lín e a s ) se p u ed en con fu n d ir
fá c ilm e n te c o n lo s n ú m eros 1 y 11, y por e llo se d eb en evitar. E s m ejor e m
p lear lín e a o lín e a s , o sim p le m e n te o m itir lo si e stá cla ro q u e se h a ce r efe
ren cia a lín ea s (v é a se 1 3 .6 5 ).
14.164 Cita de notas numeradas. Las n o ta s se citan c o n las abreviatu ras n. o nn.
El p r o c e d im ie n to qu e e ste m anual r ec o m ie n d a se usa tam b ién en lo s ín d i
c e s (v é a se 1 6 .1 1 1 -1 1 3 ). S i la n ota citad a e s la ú n ica nota a p ie d e p ágin a de
una p ágin a en particular o e s una n ota n o nu m erad a, al n ú m ero d e p ágin a le
s ig u e s o lo n.
Austen, Jane. P rid e an d P reju d ice. N ueva York: Penguin C lassics, 2007. Edición
para Kindle.
Austen, Jane. P rid e an d P reju d ice. Nueva York: Penguin C lassics, 2008. Edición en
PDF.
Austen, Jane. P rid e an d P reju d ice. N ueva York: Penguin C lassics, 2008. Edición
para M icrosoft Reader.
Austen, Jane. P rid e and P rejudice. Nueva York: Penguin Classics. 2008. Edición para
Palm.
E l e q u iv a le n te im p r eso d el e - b o o k de P en g u in C la ss ic s se citaría d e la s i
g u ie n te fo rm a (a d v ié rta se q u e la fe c h a de p u b lic a c ió n e s d iferen te):
Austen, Jane. P rid e and P reju d ice. Nueva York: Penguin C lassics, 2003.
T o d a s las e d ic io n e s d e P e n g u in C la s s ic s (tal y c o m o q u ed a c la r o en lo s
c r é d ito s d e lo s lib r o s) se b asan en la de 1 8 1 3 p u b lica d a por T. E g e rto n .
A u n q u e e sta in fo r m a c ió n e s o p ta tiv a , se p u e d e in c lu ir c o m o s ig u e ( v é a
se 1 4 .1 1 9 ):
Austen, Jane. P rid e and P reju d ice. Londres: T. Egerton, 1813. Reimpresión, Nueva
York: Penguin C lassics, 2008. Edición en PDF.
1 Jane Austen. P rid e an d P reju d ice. (Nueva York: Penguin C lassics, 2008), edi
ción para M icrosoft Reader, cap. 23.
14 Austen, P rid e an d P re ju d ic e , cap. 24.
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Publicaciones periódicas
14.170 Definición de «publicación periódica». El té rm in o p u b lic a c ió n p e r i ó d i
c a se a p lica aqu í a las revistas a c a d é m ic a s y p r o fe sio n a le s, n ta g a cin es (v é a
se 1 4 .1 7 2 ) y p e r ió d ic o s. Es m u ch o m ás fá c il qu e se c o n su lte n en form a e le c
trón ica p u b lic a c io n e s p erió d ica s qu e lib ros. A parte de la a d ició n de un U R L
o D O I, la cita de una p u b lica c ió n p e r ió d ic a en lín ea e s id én tica a la que se
r ec o m ie n d a para las p u b lic a c io n e s p e r ió d ic a s im p resas. (A lg u n a s ed itoria
les e x ig e n tam b ién la fe c h a d e a c c e s o a fu e n te s co n su lta d a s e n lín ea). V é a n
se e je m p lo s d e d ich a in fo rm a ció n , y c o n sid e r a c io n e s e sp e c ia le s , en los apar
tad os qu e versan sob re tip o s e s p e c ífic o s de p u b lic a c io n e s p erió d ica s. V éase
14.4-13.
Revistas
14.175 Artículo de revista: nombre del autor. Los nombres de los autores nor
malmente se citan tal como aparecen en el título de los artículos. Sin em
bargo, se pueden realizar algunos ajustes, como se indica en 14.72. La ma
yoría de las pautas que se ofrecen en 14.72-92 son igualmente aplicables a
los autores de artículos de revista. Para el tratamiento de dos o más autores,
véase 14.76.
14.176 Artículo de revista: título. Los títulos de artículos de revista van en redon
da (excepto las palabras o grupos de palabras que requieren cursivas, como
nombres de especies o títulos de libros; véase 14.177) y entrecomillados. Al
igual que en el caso de los libros, el título y el subtítulo se separan con dos
puntos. Véase también 8.154-185). Para ejemplos, véanse 14.18 y los aparta
dos siguientes. Sobre la forma breve de los títulos de artículos, véase 14.196.
Brufau Alvira, Nuria. «Traducción y género: El estado de la cuestión en España».
M o n T l. M o n o g ra fía s de T ra d u cció n e In te rp reta ció n 3 (2011): 181-207. http://
dx.doi.org/10.6035/M onTI. 2011.3.7.
Menjívar, Cecilia. «Liminal Legality: Salvadoran and Guatemalan Immigrants’ Lives in
the United States». A m erica n Jo u rn a l o f S o cio lo g y 111, n.° 4 (2006): 999-1037.
doi: 10.1086/499509.
14.177 Cursivas y comillas en los títulos de artículo. Los títulos de los libros y
otros términos que normalmente aparecen en cursiva permanecen en cursiva
dentro del título de un artículo. Un término normalmente entrecomillado se
marca con comillas angulares (dado que ya está dentro de unas comillas do
bles). En las citas breves (véase 14.24) se mantienen tanto las comillas dobles
como las simples, caso de haberlas.
2 Ana León M ejía, «¿D isid en cia dentro del fem in ism o?». R e vista In te rn a
c io n a l de S o c io lo g ía 67, n." 3 (septiem bre diciem bre 2009): 570, doi: 10.3989/
ris.2007.02.15.
IS Jeanette Kennett. «True and Proper Selves: Velleman on Love». E th ics 118
(enero 2008): 215, doi: 10.1086/523747.
21 Boyan Jovanovie y Peter L. Rousseau, «Specific Capital and Teehnoiogical
Variety», Jo u rn a l o f H um an C a p ita l 2 (verano 2008): 135, doi: 10.1086/590066.
1 Dean Amadon, «Ecology and the Evolution o f Some Havvaiian Birds», Evolution
1 (marzo-junio 1947): 65-66. http://wvvw.jstor.org/stable/2405404.
2 Kruijt, Dirk. «Exclusión social y violencia urbana en América Latina», F o ro
In te rn a cio n a l 44, n.° 4 (octubre-diciem bre. 2004): 746-764. http://www.jstor.org/
stable/27738678.
14.181 Volumen sin número o solo con fecha. Cuando una revista emplea solo el
núm ero de la entrega, sin num eración de volumen, se escribe coma tras
el nombre de la revista.
Saberhagen, Kelvin. «Lake Superior Beluga?» Stnrf’eon Review, invierno 1928. 21-45.
Autor. Pedro M. «Título del artículo». N om bre de la revista 98 (de próxima publi
cación).
4 Paul Thompson, «Dem ocracy and Popular Power in Beijing», R a d ica l A m erica
22 (septiembre-octubre 1988): 22.
5 M .a Isabel Martín Jim énez, «Pueblos vacíos, atonía y envejecim iento en la
com arca soriana de Tierras Altas y Valle del Tera», R evista E r ía 75 (2008): 113
128.
Calle Vian, Laura de la. «La Real Fábrica de Tapices de Madrid: Muerte y resurrec
ción de un arte». A n a les de H is to ria d el A rte 20 (2010): 243-270.
G old, Ann Grodzins. «Grains o f Truth: Shifting Hierarchies o f Food and Grace in
Three Rajasthani Tales». H is to ry o fR e lig io n s 38, n.° 2 (1998): 150-71.
Inclán, María de la Luz. «From the ¡Ya B a sta ! to the C a ra c o le s : Zapatista M obili
zation Under Transitional Conditions». A m erica n Jo u rn a l o f S o cio lo g y 113, n.° 5
(2008): 1316-50. doi: 10.1086/525508.
M edina-Rivera, Antonio. «Variación fonológica y estilística en el español de Puer
to R ico». H is p a n ia 82, n.° 3 (sepiem bre 1999): 529-541. http://www.jstor.org/
stable/346322.
1 Patrick G. P. Charles et al., «SMART-COP: A Tool for Predicting the N eed for
Intensive Respiratory or Vasopressor Support in Community-Acquired Pneumonia»,
C lin ic a l In fectio us D ise a se s 47 (1 de agosto de 2008): 377, acceso el 17 de julio de
2008, doi: 10.1086/589754.
3 Charles et al., «SM ART-COP». 378-79.
Charles. Patrick G. P., Rory W olfe, M ichael W hitby, M ichael J. Fine, Andrew J.
Fuller, Robert Stirling, Alistair A. Wright et al. «SMART-COP: A Tool for Pre
dicting the N eed for Intensive Respiratory or Vasopressor Support in Com m u
nity-A cquired Pneum onia». C lin ic a l In fe ctio u s D ise a se s 47 (1 de agosto de
2008): 375-84. A cceso el 17 de julio de 2008. doi: 10.1086/589754.
14.186 Números de página del artículo en relación con los números de volu
men o de entrega. Cuando los números de página siguen inmediatamen
te al número de volumen, separados solo por dos puntos, no se deja espacio
después de estos. Pero si en medio hay otros datos entre paréntesis, los dos
puntos van seguidos de un espacio. (Esta regla también vale para otros ti
pos de volúmenes; véase, por ejemplo, 14.121).
14.189 Artículos publicados por entregas. Los artículos publicados por partes,
en dos o más entregas de una revista, se pueden describir por separado o en
una misma entrada, dependiendo de si se cita una parte o el todo.
Brown, George C., ed. «A Sw edish Traveler in Early W isconsin: The Observations
o f Fredrika Bremer». Partes 1 y 2. W isconsin M a ga zin e o f H isto ry 61 (verano
1978): 300-318; 62 (otoño 1978): 41-56.
Una versión ligeramente revisada aparece en T ítulo d el lib ro , ed. de Carlos Editor
(Lugar: Editorial, 2011), 15-30.
14.191 Lugar en el que se publica la revista. Cuando una revista puede confundir
se con otra que tiene un nombre similar, o resultar desconocida para los usua
rios de una bibliografía, se añade entre paréntesis el nombre del lugar en que
se publica o de la institución que lo hace, después del nombre de la revista.
87 D iane-D inh Kim Luu, «D iethylstilbestrol and M edia C overage o f the “Mor
ning After” Pili», L o st in Thought: U ndergraduate R esea rch Jo u rn a l (Indiana Uni
versity South Bend) 2 (1999): 65-70.
Garrett, Marvin P. «Language and D esign in Pippa Passes». V ictoria n P o etry (West
Virginia University) 13, n.° 1 (1975): 47-60.
Marlasca López, Antonio. «El supuesto derecho natural a la propiedad privada»,
Revista de F ilo s o fía (Universidad de Costa Rica), 17 (1979): 123-137.
Levine, Suzanne Jill. «La aventura de traducir a Bioy Casares». Traducido por K.
Josu Bijuesca. Letras de Deusto 41, n.° 133 (2011): 165-175.
I. Luisa F. Autora, «Título del artículo», trad. Juan Traductor, Nombre de la Revista...
Author, Arthur Q. «Article Title». Editado por John Editor. N om bre de la R evista ...
1 W. Kern, «Waar verzam elde Pigafetta zijn M alcise woorden?» [¿Dónde re
co g ió Pigafetta sus palabras m alasias?l. T ijd s c h rift v o o r ín d is c h e taal-, latid- en
volkenkunde 78 (1938): 271-73.
Chu Ching y Long Zhi. «Las vicisitudes del panda gigante. A ilu ro p o d a m elanoleu-
ca (David)». [En chino]. Acta Z o o lo g ica S in ica 29, n.ü I ( 1983): 93-104.
14.197 Resumen. Los resúmenes (abstract) se tratan igual que los artículos de re
vista, pero se añade la palabra resumen.
3 «Ghost Dancing M usic», Naraya n.° 2, archivo sonoro MP3, citado en Richard
W. S toffle et al., «G host D ancing the Grand C anyon», C u rre n t A n th ro p o lo g y
4 1 , n." 1 (2 0 0 0 ), doi: 1 0 .1 0 8 6 /3 0 0 1 0 1 .
11 «R N A /D N A Quantitation M ethods», apéndice A (solo en línea), Daniel I.
Bolnick y On Lee Lau, «Predictable Patterns o f Disruptive Selection in Stickleback
in Postglacial Lakes». A m erica n N aturalist 172 (julio 2008), doi: 10.1086/587805.
Magacines
14.199 Cita de magacín por fecha. Sobre el uso del término magacín frente a re
vista, véase 14.172. Muchas de las directrices para la cita de revistas tam
bién son válidas para los magacines. Los magacines semanales, mensuales
o quincenales, aunque tengan número de volumen y de entrega, se citan ha
bitualmente solo por su fecha. La fecha, al ser un elemento fundamental de
la referencia, no se encierra entre paréntesis. Aunque en las notas se pue
de citar una página específica, pueden omitirse los intervalos de páginas, ya
que estos suelen contener material ajeno al artículo. Cuando se dan núme
ros de página, se separan de la fecha de la entrega mediante coma en lugar
de dos puntos.
1 Rebecca Mead, «Isn’t Romantic?», Talk o f the Town (Ink), New Y o rker, 21 de
julio de 2008, http://w w w.ncwyorker.com /talk/2008/07/21/080721ta_talk_m ead.
2 Debra Klein, Focus on Travel, N ew sw eek, 17 de abril de 2000.
3 Julián Elliot, «El FMI», Temas Clave, H is to ria y v id a , A gosto 2011.
3 Ernesto Morán, Cine y Literatura, C u a d ern o s de lite ra tu ra in fa n til y ju v e n il,
Enero-Febrero 2 0 11.
Las secciones sin nombre de autor es mejor citarlas por el nombre del magacín.
Periódicos
14.203 Cita de periódicos: elementos básicos. El nombre del autor (si se co
noce) y el titular o título de una colum na de periódico se citan de ma
nera sim ilar a los elem entos correspondientes de los m agacines (véase
14.199-202). Los elementos indispensables son el día, el mes (a m enu
do abreviado) y el año. Dado que el periódico de un día cualquiera pue
de tener varias ediciones, y sus elementos pueden cambiar de ubicación
o eliminarse en distintas ediciones, normalmente los números de página
pueden omitirse (para un ejemplo de número de página en una cita biblio
gráfica, véase 14.199). En una nota o entrada bibliográfica, puede ser útil
añadir algún identificador a la edición («de Madrid», «de Sevilla», «se
gunda edición»...). Si el periódico se publica en varias secciones o cua
dernillos puede darse el número o nombre de la sección (por ejemplo,
sec. 1). Para citar un artículo consultado en línea, se añade el URL; en al
gunos casos, puede ser aconsejable acortar un URL poco manejable para
que termine en la primera barra, es decir, la que sigue a la extensión del
dominio (por ejemplo, .com).
1 Raúl Limón, «Jornaleros con tierra y sin com ité», E l P a ís, 7 de noviembre
de 2010, edición Andalucía.
2 M ike Royko, «Next Time, Dan, Take Aim at Arnold», C h ica g o T ribu n e, 23 de
septiembre de 1992.
3 Julie Bosm an, «Jets? Yes! Sharks? ¡Sí! in bilingual “West Side”», N ew York
Tim es, 17 de julio de 2008, http ://w w w .nytim es.com /2008/07/17/theater/17bw ay.
html.
4 Antonio Rodríguez de las Heras, «Digital: más oral que escrito», E l P aís, 15
de septiembre de 2012, http://sociedad.elpais.com /sociedad/2012/09/15/actualidad/
1347729715_451265.htm l.
5 Juan Pedro Quiñonero, «Sim one de Beauvoir, al desnudo», A B C , 15 de octu
bre de 2012.
¿Los mitos han acompañado a la Humanidad desde sus orígenes? No realmente. Lle-
dó nos recuerda que el sustantivo griego mythos se puede traducir por otros términos,
com o «palabra», «dicho», «conversación» (E l P a ís , 24 de noviembre de 2012).
14.207 Artículos de periódico sin firma. Los artículos de periódico sin firma es
mejor presentarlos en el texto o en nota. Pero, si se requiere una entrada en
la bibliografía, en el lugar del autor aparece el nombre del periódico.
1 «In Texas. Ad Heats Up Race for Govemor», New York Tim es, 30 de julio de
2002.
New York Times. «In Texas, Ad Heats Up Race for Governor». 30 de julio de 2002.
E l P a ís
E l C o rre o (Bilbao)
S u r (M álaga)
In fo rm a ció n (Alicante)
Cuando se trata de periódicos bien conocidos, como The Wall Street Jour
nal, no se necesita añadir el nombre de ciudad.
14.213 Comunicado de prensa. Los comunicados de prensa se tratan igual que los
artículos de magacín (véase 14.199-202), con el título en redonda y entre
comillado.
Reseñas
14.214 Reseñas o críticas: elementos de la cita. En las citas de reseña, los ele
mentos se dan en el siguiente orden:
1. Nombre del crítico si la crítica aparece firmada.
2. Título de la reseña, si lo tiene. Solo se incluye el titular si se necesita para
localizar la reseña.
3. La expresión «crítica de»/«reseña de» seguida del título de la obra reseñada y
su autor (o compositor, o director, o lo que corresponda) o patrocinador (canal,
estudio, compañía, etc.).
4. Lugar y fecha (en el caso de actuaciones).
5. Los datos de la publicación en la que aparece la reseña.
14.215 Reseñas de libros. Las reseñas de libros se citan por el autor de la crítica e
incluyen el título del libro y su autor (o autores) o editor (o editores). Para
la mención del periódico se siguen las pautas que corresponda.
1 Jaime Siles, «El doble zumo del último racimo», reseña de Q uiebro s/V o ca lizzi,
de Vittorio Gassman, A B C , 29 de julio de 2006, http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.
exe/hem eroteca/ m adrid/cultural/2006/07/29/017.html.
2 David Kamp, «Deconstructing Dinner», reseña de The o m n iv o re ’s dilem m a :
A n atura l histo ry o f f o u r m eá is, de M ichael Pollan, New York Times, 23 de abril
de 2 0 0 6 , Sunday B ook R eview . h ttp ://w w w .n 5 y tim es.c o m /2 0 0 6 /0 4 /2 3 /b o o k s/
review/23kamp.htm l.
Dobry, Edmundo. «Que hablen los escritores», reseña de C o n versa cio n e s a m e ric a
nas, de Reina Roffé, E l P a ís, 24 de noviembre de 2001.
Sorby. A ngela. R eseña de Songs o f O u rs e lv e s: The U ses o f P o etry in A m e rica ,
de Joan Shclley Rubin. A m erica n H is to ric a l R eview 113 (abril 2008): 449-51.
doi:10.1086/ahr. 113.2.449.
1 Eduardo Haro Tecglen, «La revista», reseña de V ícto r Victoria, adaptada y di
rigida por Jaime Azpilizcueta. E l P a ís, 29 de septiembre de 2005.
4 Ben Brantley, reseña de O u r Lady o f S lig o , de Sebastian Barry, dirigida por
M ax Stafford-Clark. Irish Repertory Theater. Nueva York, New York Times. 21 de
abril 2000, sección Weekend.
5 David Denby, reseña de W A LL-E, Disney/Pixar, New Yorker, 21 de julio de 2008,
http://www.newyorker.com/arts/critics/cinema/2008/07/21/080721crci_cinema_denby.
M enéndez, José Luis. Reseña de Lux, Brian Eno. M ondo sonoro, 2009.
14.217 Críticas sin firma. Las críticas sin firma se tratan de manera similar a los
artículos sin firma (véase 14.207). Si en la bibliografía tiene que aparecer
una crítica así, se alfabetiza por el nombre de la publicación.
Erg ä n zun g sblä tter zu r A llgem einen Literatur-Zeitung. Crítica sin firma de G e sch i
chten d e r rom anischen und germ anischen Völker, de Leopold von Ranke. Febrero
1828, n.l)s 23-24.
14.220 Entrevistas sin atribución. Una entrevista con una persona que prefiere per
manecer en el anonimato o cuyo nombre no desea revelar el autor se puede
citar en la forma que sea más apropiada para el contexto. Debe explicarse la
ausencia del nombre (por ejemplo: «Todas las entrevistas fueron confidencia
les, y los nombres de los entrevistados se han ocultado por mutuo acuerdo»),
120 M ichael Fortun y Kim Fortun, «M aking Space. Speaking Truth: The Insti
tute for P olicy Studies, 1963-1995» (incluye una entrevista con Marcus Raskin y
Richard Barnet), en C o rp o ra te Ju tu res, ed. de George E. Marcus, Late Editions 5
(Chicago: University o f C hicago Press, 1998), 257.
1 Francisco José Hernández Rubio, «Los límites del elim inacionísm o: Una solu
ción epigenética al problema mente-cerebro» (tesis doctoral, Universidad de Mur
cia, 2010), 145, http://hdl.handle.nel/10201/17600.
' Hernández Rubio, «Los límites del elim inacionism o», 130-132.
4 Ilya Vedrashko. «A dvertising in Computer G am es» (trabajo fin de máster,
M1T, 2006), 59, http://cm s.m it.edu/researcli/thcses/IlyaVedrashko2006.pdf.
5 Vedrashko, «Advertising in Computer G am es», 61-62.
14.225 Manuscritos inéditos. Los títulos de manuscritos inéditos, al igual que los
de otras obras inéditas, se dan entre comillas. (Para los manuscritos ya con
tratados pero aún sin publicar, véase 14.153.) Se incluyen la palabra manus
crito y la fecha de la versión consultada, si es posible (en el caso de docu
mentos electrónicos, puede ser oportuno dar la fecha en que el documento
fue guardado o modificado por última vez). Al fin de la cita se indica el for
mato (o formatos).
1 Nora Bradburn, «Watch Crystals and the M ohs Scale» (manuscrito inédito, 3
de diciembre de 2008), archivos de LaTeX y Excel.
2 Camila Álvarez Collantes, «La evaluación formativa a la luz de MCER» (m a
nuscrito inédito, noviembre 2011). Archivo de M icrosoft Word.
Cotter, Cory. «The Weakest Link: The Argument for On-Wrist Band W elding». M a
nuscrito inédito, última m odificación el 3 de diciembre de 2008. Archivo de M i
crosoft Word.
García Sánchez, M arie-N oélle. «Traducción y gastronomía». M anuscrito inédito,
última m odificación el 13 de julio de 2012. Archivo de OpenO ffice.org Writer.
Agustín Lacruz, M.a del Carmen, Raquel G óm ez Díaz y M ónica Izquierdo Alonso.
«D ifusión y visibilidad de la innovación educativa en información y documenta
ción». Póster presentado en las IV Jornadas de Innovación e Investigación Edu
cativa, Universidad de Zaragoza, 15 y 16 de diciembre de 2010.
14.228 Documentos de trabajo y otros escritos inéditos. La mayoría de los tra
bajos inéditos se pueden tratar de la misma manera que las tesis o las tesi
nas (véase 14.224) o como las conferencias, comunicaciones u otras pre
sentaciones (véase 14.226).
14.230 Patentes. Las patentes se citan por el nombre de su creador y se fechan por
el año de solicitud.
Palmero Díaz, Susana, Emma M uñoz D iez y M.'1 Á ngeles García García. Celda de
flujo continuo para electroanálisis. Patente. O ficina Española de Patentes y Mar
cas, fecha de solicitud 20/08/1999, fecha de concesión 28/06/2000.
Colecciones de manuscritos
Cartas del entorno familiar de Jorge Juan. Archivo de la marquesa del Bosch, A li
cante.
Egmont Manuscripts. Phillipps Collection. Biblioteca de la Universidad de Georgia.
Papeles relativos al pedido de Grandeza para la Casa de Rocafull y Rocaberti, Bi
blioteca Nacional de España.
Revere Family Papers. M assachusetts Historical Society. Boston.
Cartas del entorno familiar de Jorge Juan. Archivo de la marquesa del Bosch, A li
cante.
Correspondencia recibida por los familiares de M iguel de Unamuno. Casa-M useo
Unamuno, Salamanca.
Archivo Gerardo Gombau. BNE.
Egmont Manuscripts. Phillipps Collection. B iblioteca de la Universidad de Georgia.
House, Edvvard M ., Papers. Biblioteca de la Universidad de Yale.
Merriam, Charles E., Papers. Biblioteca de la Universidad de Chicago.
Webs y blogs
14.244 Nombres de webs y blogs. Las webs deben citarse, en texto y en nota, por
un nombre específico (si lo tienen), por el nombre del patrocinador o autor o
mediante una frase descriptiva. Algunos sitios se mencionan a sí mismos por
su nombre de dominio (la primera parte del URL que sigue a la barra doble y
que termina con la indicación del tipo de dominio, como son .es, .com, .edu
u .org)\ tales nombres, que no distinguen entre mayúsculas y minúsuculas, a
menudo se abrevian y se escriben con mayúscula según el uso normal (por
ejemplo, www.nytimes.com se convierte en NYTimes.conv, www.google.com
se convierte en Google). Generalmente, los nombres de las webs se escriben
en redonda sin entrecomillar, pero los que son análogos a títulos de libros u
otros tipos de publicaciones se pueden adaptar a los estilos correspondientes.
Las secciones o páginas con título que aparecen en la web deben ir entre co
millas. Los nombres específicos de los blogs —que son análogos a las publi
caciones periódicas— se deben poner en cursiva; los títulos de las entradas
de un blog (análogos a los artículos de las publicaciones periódicas) deben ir
entrecomillados. Para ejemplos adicionales, véase 8.173-174.
Algunas obras de referencia, sin embargo, pueden citarse con sus detalles
de publicación. (Para ejemplos de cita de entradas individuales por autor,
véase 14.248).
4 The Times Sivle and (Isage C u id e , comp. porTim Austin (Londres: Times Books.
2003). s. vv. «pólice ranks», «postal addresses».
3 M ÍA S ir le M a n u a l a iu l C u id e lo S ch o la rly P u b lish in g , 3.a ed. (Nueva York:
Modern Language Association o f America. 2008), 6.8.2.
D ic c io n a rio de h isto ria de Venezuela. 2.a ed. 4 vols. Caracas: Fundación Polar, 1997.
Garner. Bryan A. G a r n e r ’s M od ern A m erica n Usage. Nueva York: Oxford Univer
sity Press, 2003.
Folletos y similares
M a ry Cassatt: M od ern Woman. Editado por Judith A. Barter. Chicago: Art Institute of
C hicago, en asociación con Harry N. Abrams. 1998. Publicado contemporánea
mente a la exposición del m ism o título, celebrada en el Boston M useum o f Fine
Arts, la National Gallery de Washington. D.C. y el Art Institute o f Chicago.
M a ry C assatt: M od ern Woman. Editado por Judith A. Barter. Chicago: Art Institute
o f C hicago, con Harry N. Abrams. 1998. Catálogo de la exposición.
Los folletos —del tipo de los que se dan a los visitantes de una exposi
ción— pueden tratarse de manera similar.
14.251 Actualizaciones en forma de recambios. Hasta hace algunos años, era ha
bitual en algunos ámbitos (por ejemplo, el jurídico) la edición de obras en
forma de cuadernos de anillas que permitían la fácil sustitución de seccio
nes sueltas a medida que se producían modificaciones en la obra. La cita
bibliográfica de dichos materiales obtenidos en forma de recambios se ges
tiona como la de los libros, aunque probablemente sea más fácil recurrir a
soportes más habituales en la actualidad.
4 1 Ts 4,11. 5,2-5.14.
5 Heb 13,8. 14,12.
6 Gen 25,19-36,43.
14.254 Versiones de la Biblia. Es siem pre recom endable indicar qué versión
de la Biblia se está citando. En una obra dirigida al público en gene
ral, debe especificarse la versión por su nombre com pleto, al menos en
la prim era mención. En las obras para especialistas se pueden emplear
abreviaturas desde el principio. Para las abreviaturas de las versiones,
véase 10.48.
14.255 Otros textos sagrados. Las referencias a los textos sagrados de otras re
ligiones pueden tratarse, de acuerdo con el contexto, de manera similar a
las de textos bíblicos o clásicos. Las citas de textos trasliterados deben in
dicar el nombre de la versión o del traductor. El título Corán se pone en
redonda, y para la cita de sus secciones se emplean números arábigos y
coma (por ejemplo, Corán 19 ,17 -2 1). Nombres en plural como Vedas o
Upanishads se ponen normalmente en mayúscula y en redonda, pero las
partes concretas van en cursiva (por ejem plo, el Rig-Veda o los Brihad-
Aranyaka Upanishad). Para usos acreditados/consolidados, consúltese
History o f Rcdigions, revista internacional de estudios históricos compara
dos (bibliog. 5).
14.256 Dónde citar fuentes clásicas. Las referencias a fuentes clásicas primarias
normalmente se hacen en el texto o en nota. Solo se incluyen en la biblio
grafía cuando se hace referencia a una información o anotación facilitada
por un autor moderno (véanse 14.260 y 14.265).
6 Cic„ Verr. 1.3.21, 2.3.120; Cés.. B. C a li. 6.19; Tác., G erm . 10.2-3.
7 Sén., Contr. 2.2.8.
8 Plin., Ep. 5.16.10.
9 Safo. In v o ca ció n a A frodita, estr. l.v v . 1-6.
14.260 Cita de ediciones concretas de obras clásicas. Los detalles de la edición
empleada, junto al traductor (si lo hay) y los datos de la publicación, se de
ben especificar en la primera ocasión en que se cite cada obra. Si se em
plean varias ediciones de una misma obra, la edición (o su abreviatura)
debe acompañar a cada cita. Aunque muchos expertos reconocerán una edi
ción determinada con solo leer el apellido del editor o traductor, debe darse
por cortesía la cita completa, al menos en la bibliografía.
11 Catón hace distintos usos del término p a te r fa m ilias', así. la dim ensión gestora
que trasluce en Agr. (2.1, 2.7, 3.1, 3.2) contrasta con la perspectiva de diligencia y
cuidado de Rust. 1.1.3, 1 .2 .1 ,5 .6 .3 7 ,9 .1 .6 , 12.21.6.
12 S ch olia g ra eca in H o m e ri Odysseam . ed. de W ilhelm Dindorf (Oxford, 1855;
repr. 1962).
12 P a tro lo g ia e cu rsu s com pletus, se rie s g rae ca (París: M igne, 1857-66).
Antiguamente, las letras que acompañan a los números en las citas de obras
clásicas (véase 14.257) aparecían a veces como superíndices (por ejemplo,
3.2.996b5-8).
18 IG 22.3274. [= In scrip tio n e s g raeca e. vol. 2. 2.a ed., inscripción n.° 3274]
17 IG Rom. 3.739.9-10. [IG Rom. = In scrip tio n e s g rae ca e a d res rom anas p e r t i
nentes]
18 PO xx. 1485. [= O xvrhynchus p a p y ri, documento n." 1485]
Algunas colecciones se citan solo por el nombre del editor. Dado que en
este caso el nombre del editor figura en lugar del título, no se necesita
coma.
14.265 Ediciones modernas de los clásicos grecolatinos. Cuando los textos grie
gos, latinos o medievales se citan por número de página, se debe especifi
car la edición; y se siguen las reglas normales para la cita de libros. Véase
también 14.260.
Aristóteles. Com plete Works o f A ris io ile : The Revisad O xford Translation. Editado por
J. Bames. 2 vols. Bollingen Series. Princeton, NJ: Princeton University Press, 1983.
Jenofonte. A náhasis. Edición y traducción de Carlos Varias. Madrid: Cátedra, 1999.
Para obras que se citan con mucha frecuencia —especialmente si hay va
riantes en cuanto al texto o sus divisiones — , normalmente se especifica la
edición en la primera referencia en nota o en la bibliografía. Si se citan nú
meros de página, debe especificarse la edición (véase 14.265).
Gracián. Baltasar. O bra s com pletas. Edición y notas de Luis Sánchez Laílla; intro
ducción. cronología y bibliografía de Aurora Egido Martínez. Madrid, Espasa
Calpe, 2001.
León, Luis de. P oesía s com pletas. Edición de Cristóbal Cuevas. Madrid: Castalia,
2001 .
14.268 Formas breves para la cita de obras clásicas. La cita bibliográfica se pue
de abreviar omitiendo términos (parte, libro, acto, estrofa, línea...), siem
pre y cuando se haya explicado el sistema que se está empleando. Se usan
números arábigos, separados por puntos, sin espacio intermedio. En las si
guientes referencias a la misma obra, suele ser más seguro no omitir ningún
número. El nombre del autor se puede omitir si el texto lo deja claro. Para
la cita de fuentes en el texto, véanse 13.65, 14.54 y 14.55.
Partituras
14.269 Partituras publicadas. Las partituras publicadas se tratan de modo similar
a los libros.
1 Cario Gesualdo, Tres sa cra e cantiones (Londres: B oosey & Hawkes, 1960).
2 GiuseppeVerdi, I I co rsa ro (m elodram m a trá g ico in three acts), libreto de Fran
cesco Maria Piave, ed. Elizabeth Hudson, 2 vols., The Works o f G iuseppe Verdi, ser.
1, O peras (Chicago: University o f C hicago Press; Milán: G. Ricordi, 1998).
Bretón, Tomás. L o s amantes de T eruel: D ra m a lír ic o en cuatro actos y un p r ó lo
go, libreto de Tomás Bretón basado en el drama de Juan Eugenio Hartzenbusch.
Ed. crítica de Francesc Bonastre. Madrid: Instituto Com plutense de C iencias
M usicales, 1998.
Palacios, Vicente. M ise rere. Introducción de José López-Calo. Versión adaptada de
Joám Trillo. Granada: Consejería de Cultura; Centro de Docum entación Musical
de Andalucía, 2006.
Schubert, Franz. «Das Wandern (Wandering)», D ie schóne M iille rin ( The M a id o f
the M ili). En F irs t Vocal A lbum (fo r high vo ice). Nueva York: G. Schirmer. 1895.
14.270 Partituras inéditas. Las partituras inéditas se tratan igual que los demás
materiales inéditos de las colecciones de manuscritos (véase 14.232-242).
2 Ralph Shapey, «Partita for V iolin and Thirteen Playcrs». partitura, 1966,
Special Collections, Joseph Regenstein Library, University o f Chicago.
Bases de datos
2 Beth Daley, «A Tale o f a Whale: Scientists, M useum Are Eager to Study, D is
play Rare Creature», Boston G lobe. 11 de junio de 2002. 3.a edición, L exisN exis
Academic.
2 E n cy clo p e d ia o f A nim áis, s. v. «emperor penguin», acceso el 21 de junio de
2008. EBSCO Anim áis (9500100510).
4 W illiam M aiben, «A Tombeau for John Lennon. 1940-1980». P e rsp e ctiva s
o f N ew M u s ic 19, n.m 1/2 (otoño 1980-verano 1981): 533, http://www.jstor.org/
stable/832614.
Materiales audiovisuales
14.274 Materiales audiovisuales: elementos de la cita. La documentación re
ferida a una grabación normalmente incluye los siguientes elementos, o
al menos algunos de ellos: el nombre del compositor, escritor, intérprete
u otro responsable primario del contenido; el título, en cursiva o entre co
millas, según corresponda (véase 8 .180); el nombre de la compañía disco-
gráfica o editorial; un número de identificación de la grabación; indicación
del soporte (disco com pacto, casete, archivo audiovisual, etc.), y la fe
cha del copyright o de la producción o interpretación. Para las grabaciones
consultadas en línea debe facilitarse un URL o DOI (véase 14.5-6). Puede
darse información suplementaria, como el número de discos que contiene
un álbum y la duración de la grabación, si procede.
14.275 Discografías. Las discografías son bibliografías especializadas de materia
les audiovisuales como grabaciones de audio, de vídeo y paquetes multi
media. Para consejos relativos a las discografías, véase Suzanne E. Thorin y
Carole Franklin Vidali, The Acquisition and C ataloging o f M usic and
Sound Recordings (bibliog. 5). Para un ejemplo, véase fig. 14.12.
Grabaciones sonoras
331
1 Dylan Thomas, U n d e r M ilk W ood, leído por Dylan Thomas et al., Caedmon
TC -2005, 1953, 3 3 lá rpm, 2 LPs.
3 José M uñoz-M illanes, «El pensamiento y la obra de Leopardi», 17 de enero
de 2012, Conferencias de la Fundación Juan March, archivo en M P3, 57:43, http://
www.m arch.es/conferencias /anteriores.
2 Harry S. Truman, «First Speech to C ongress», 16 de abril de 1945, Adobe
Flash audio, 18:13, M iller Cerner o f Public Affairs, University o f Virginia, http://
millercenter.org/ scripps/archive/speeches/detail/3339.
Auden, W. H. Selected Poem s. Leídos por el autor. Spoken Arts 7137, 1991. Casete.
Skármeta, Antonio. E l cartero de N eruda. Leído por el autor. Círculo de Lectores/
Galaxia Gutenberg, 2008. 3 CDs.
Grabaciones de imagen
The G reek and Rom án W orld. Chicago: Society for Visual Education, 1977. Corto
metraje, 44 min.
C leese, John, Terry G illíam, Eric Idle, Terry Jones y M ichael Palin. «Comentarios».
D isco 2. M onty Python and the H o ly G r a íl, ed. especial en DV D. Dirigida por
Terry G illiam y Terry Jones. Culver City, CA: Columbia Tristar H om e Entertain
ment, 2001.
Handel, George Frideric. M cssia h . Atlanta Symphony Orchestra y Chamber Chorus,
Robert Shaw. Interpretado el 19 de diciembre de 1987. Ansonia Station, NY: Video
Artists International, 1988. Videocasete (V H S), 141 min.
Miró, Pilar, E l p á ja ro de la fe lic id a d . Madrid: D ivisa Home Video, 1993. Videoca
sete (VH S), 122 min.
14.284 Normas jurídicas. Las normas jurídicas se citan indicando los siguientes
elementos: tipo de norma; número y fecha (empezando por el año, separado
del número por una barra), seguidos, sin espacios intermedios, del día y el
mes entre comas; nombre completo de la norma tal y como figura en la pu
blicación original; lugar y fecha de publicación. Al citar las más habituales
para cada área se puede incluir, ya en la primera mención, sea en el cuer
po del texto o en nota, la abreviatura por la que se la mencionará en las si
guientes citas.
D e acuerdo con los términos que establecía la Ley 4 4/2 003, las profesiones sani
tarias...
15.4 Consideraciones sobre las fuentes electrónicas. Para una detallada ex
posición sobre URL, DOl, fechas de acceso y fechas de revisión, y otras
consideraciones sobre la cita de fuentes electrónicas, véase 14.4-13.
Para la m ayoría de las fuentes electrónicas, C hicago-D eusto recomien
da incluir un URL o DOI a continuación de los datos de publicación com
pletos. Véanse ejemplos de acuerdo con el estilo autor-año en 15.9, epí
grafe Artículo de revista. Para más ejemplos, véanse 14.167, 14.169 y las
consideraciones sobre las publicaciones periódicas (14.170-217), así como
otros puntos del capítulo 14. Algunas referencias requerirán fecha de acce
so; para ejemplos, véanse 14.245, 14.248 y 15.51.
Citas en el texto:
Especificar cuáles son las funciones del sistema de puntuación es aún más difícil
si consideramos, además, que ni siquiera está cerrada la nómina de los elem entos
que integran el sistema (R osselló 2008). La cuestión de cuántos son los signos de
puntuación y en qué tipos se pueden subdividir, en virtud de su función, o de su
nuclearidad, es relativamente habitual, según Cassany (1999).
Referencias
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B u s k e n s , V in cen t. 2 0 0 2 . Social N etworks a n d Trust. B o sto n : K h iw er.
405
15.7 Estructura básica de una cita en el cuerpo del texto. En el sistema au
tor-año, la referencia en el texto normalmente aparece entre paréntesis y
contiene solo los dos primeros elementos que se hacen constar en la lista
de referencias: el autor y el año de publicación (de ahí el nombre del sis
tema), sin puntuación entre ellos. Además, se puede añadir el número de
la página u otro elemento dé localización, después de una coma. Térm i
nos como e d ito r o tr a d u c to r, abreviados en la lista de referencias, no se
incluyen en la cita en texto.
15.9 Referencias autor-año: ejemplos y variaciones. Los ejem plos que si
guen pretenden proporcionar una visión general del sistema autor-año,
presentando como modelos libros y artículos de revistas. Cada ejemplo
incluye una entrada en la lista de referencias y la correspondiente cita en
el texto. Por coherencia, las citas en el texto se presentan entre paréntesis,
aunque no siempre aparecen así en la práctica (véase 15.27). Para más
ejemplos, consúltense las secciones de este capítulo referidas a cada tipo
específico de obra.
15 .9 DOCUMENTACIÓN II: CI TA S A U T O R - A Ñ O
L IB R O D E A U T O R O E D IT O R Ú N IC O
(Duch 1 9 9 8 ,9 9 -1 0 0 )
Para un libro con editor en el lugar del autor, se añade la abreviatura ed. (de
editor; para más de un editor, se emplea eds.). Obsérvese que la cita en el
texto no incluye ed.
L I B R O C O N V A R IO S A U T O R E S
León, Orfelio G., e Ignacio Montero. 1993. D ise ñ o de in vestig a cio n e s: In tro d u cció n
a la ló g ica de la in vestig a ció n en p s ic o lo g ía y educación . Madrid: M cGraw-Hill/
Interamericana de España.
Borrego N ieto, Julio, José J. G óm ez A sencio y E m ilio Prieto de los M ozos. 1986.
E l sub ju n tivo : valores y usos. Madrid: SGEL.
L IB R O C O N A U T O R Y E D IT O R O T R A D U C T O R
C A P Í T U L O D E U N L I B R O E D IT A D O
A R T ÍC U L O D E R E V IS T A
Karmaus, W ilfried, y John F. Riebow. 2004. «Storage o f Serum in Plástic and Glass
Containers may Alter the Serum Concentration o f Polychlorinated Biphenyls».
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La oferta de libros electrónicos: De las tiendas virtuales a las bibliotecas digita
les». U N E L ib ro s 21: 28-30.
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el contexto de la edición científica: Autoría, reconocim iento y valoración». E i
P ro fesio n a l de la In fo rm a ció n 19 (1): 28-34.
15.17 Orden cronológico para los nombres repetidos en una lista de referen
cias. Cuando se repite el autor(es), traductor(es), editor(es) o compilador(es)
en varias entradas seguidas, el nombre (los nombres) se remplaza por una
raya tras la primera aparición. No se escribe tras la raya el signo de puntua
ción que sigue habitualmente al elemento omitido (aquí, el punto). Las en
tradas se disponen cronológicamente por año de publicación en orden ascen
dente, no alfabetizadas por título (como en la bibliografía; véase 14.67). Los
trabajos sin fechar (marcados como s.f.) o en prensa van después de los tra
bajos fechados (véase 15.41-42). Véase también 14.63.
Cuando en las obras con dos o más autores los nombres figuran en orden
diferente, no se puede emplear a , b , etc. Véase 15.17.
Citas en el texto
15.21 Forma básica de las citas en texto. La cita autor-año en el cuerpo del texto
o al final de una cita textual contiene el apellido del autor, seguido del año de
publicación de la obra en cuestión. En este contexto, «el autor» puede signifi
car no solo uno o más autores o una institución, sino uno o más editores, tra
ductores o compiladores. No se ponen signos de puntuación entre el autor y
la fecha. Se omiten abreviaturas como ed. o trad. Véase también 15.22.
Citas en texto:
Referencias:
Álvarez Márquez, M .a del Carmen. 1987. «Los artesanos del libro en la catedral his
palense en el siglo xv». A rc h iv o H isp a len se 215: 3-36.
Zalama Rodríguez, M iguel Ángel. 2010. Ju a n a I. Arte, p o d e r y cu ltu ra en torno a
una rein a que no g o bernó . Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica.
Citas en texto:
Referencias:
15.23 Contenido adicional en las citas en texto. Los paréntesis que encierran la
cita en texto pueden también incluir un comentario, separado de la cita por
punto y coma.
15.24 Las citas en relación con el texto y la puntuación circundantes. Las ci
tas autor-año se sitúan inmediatamente antes del signo de puntuación. Véa
se también 15.27.
Los trabajos de Martínez y Seseña (2003) y Hierro (2004) difieren en sus conclu
siones sobre el efecto de las tareas diferenciadas en el desarrollo de sus respectivos
grupos de alumnos.
15.25 Las citas en texto en relación con las citas textuales. Aunque normal
mente la mención de la fuente sigue a la cita textual, puede también prece
derla, especialmente si tal ubicación permite que la fecha aparezca junto al
nombre del autor:
Com o señala Henry Corbin, «no vem os la Luz, pues es ella la que hace ver y la que
se hace ver por la forma en que se trasluce» ( 1993, 325).
o b ie n :
Com o señala Henry Corbin (1993, 325), «no vem os la Luz, pues es ella la que hace
ver y la que se hace ver por la forma en que se trasluce».
De esa manera, Torop y O sim o realizan a lo largo de su trabajo un recorrido por las
distintas aproximaciones al fenóm eno, pasando por la percepción estrictamente acró-
nica (2012, 384). una sincrónica (386) y una que los autores denominan de «diacronía
mayor» (390), centrada en la relación de los textos con su contexto cultural.
Por su parte, estos procesos han afectado al trato que muchos latinoamericanos re
ciben en los Estados Unidos (véase, por ejem plo, Haviland L2003, 767] sobre cóm o
los tribunales estadounidenses no consideran la existencia de las lenguas indígenas
y a duras penas aceptan la presencia de servicios de interpretación en español).
15.28 Citas en el texto de obras con más de tres autores. Cuando se citan
obras con más de tres autores (o, en algunas publicaciones científicas,
más de dos), solo se utiliza el apellido del primer autor, seguido de et al.
(«y otros»). Nótese que en las citas en texto no se pone et al. en cursiva.
Si la lista de referencias recoge otra obra de la misma fecha que tenga que
abreviarse como «Guervós et al.», pero cuyos coautores sean otros o estén
enumerados en diferente orden, las citas en el texto deben distinguirlas. En
ese caso, hay que citar los dos primeros autores (o los tres primeros), segui
dos de et al.
15.29 Cita de más de una obra. Las referencias a dos o más trabajos distintos en
una misma cita entre paréntesis se separan mediante punto y coma. El or
den en el que aparecen puede depender de lo que se cita y en qué orden,
o puede reflejar la importancia relativa de los elementos citados. Si no se
aplica ninguno de estos dos criterios, puede ser apropiado el orden alfabéti
co o cronológico. A menos que el orden venga determinado por las normas
de estilo de la editorial o revista, la decisión es del autor.
-14 Solo vam os a centrarnos en estos dos tipos d e enunciados, d ejando de lado otras variantes de
contra-argum entación indirecta, analizadas por Portolés (1995, 247-251) Tam poco vam os a considerar
la existencia o no de enunciados adversativos m eram ente contrapositivos, es decir, que no activan nin
gún proceso inferencia sino que sim plem ente contraponen los dos segm entos del enunciado.
FIGURA 15.2. M uestra de texto con citas entre paréntesis y nota a pie de página. Véa
se 15.30.
Cuando se citan distintas obras del mismo autor o autores, se ordenan por
fecha, separadas por coma, excepto en el caso de que se requieran números
de página.
15.30 El sistema autor-año con notas. En los casos en los que el sistema autor-
año se complementa con notas a pie de página o finales, la mención de la
fuente en las notas se realiza igual que cuando se hace en el cuerpo del tex
to (véase fig. 15.2).
10. James W ilson ha señalado que «ningún político ha perdido nunca votos
denunciando la burocracia» (1989, 235). Sin embargo, se ha hecho muy poco en
realidad para realizar reformas de peso en el sistema.
Sobre el uso de las notas en textos legales, véase 15.54. Para más informa
ción sobre las notas a pie de página y las notas finales, véase 14.19-55.
15.33 Obras anónimas de autoría conocida. Al igual que en las notas y las bi
bliografías (véase 14.80), el nombre se pone entre corchetes en la lista de
referencias y en la cita en el texto si la autoría se conoce o se sospecha,
pero no figura en la página de título de la obra.
[Cook, Ebenezer?]. 1730. Sotweed Redivivas; or. The P lanter’s Looking-Glass. Por
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indígenas y tribales: Un manual. Ginebra: OIT.
1EE (Instituto de Estudios Económ icos). 1980. Los delitos económicos en la legisla
ción de los países occidentales. Madrid: Instituto de Estudios Económ icos.
TÍTULO
EDICIÓN, VO LU M EN O COLECCIÓ N
Cuando hay más de una obra del mismo autor, la posición en la lista de re
ferencias viene determinada por la primera fecha (véase 15.17).
Ortega, José y M iguel de Unamuno. 1987. E p is to la rio com pleto. Edición de Sole
dad Ortega Spottorno, Laureano Robles Carcedo y Antonio Ramos Gascón. M a
drid: El Arquero.
En una carta que dirige a Ortega el 8 de septiembre de 1921, Unamuno habla de San
tiago Alba en términos no precisamente elogiosos (Ortega y Unamuno 1987, 103).
DATOS DE LA P U B L I C A C I Ó N
15.42 «En prensa» en las referencias autor-año. Al igual que s.f. (véase 15.41),
se puede utilizar en prensa en lugar de la fecha en las referencias autor-año
de libros contratados con una editorial y que ya tienen título, pero cuya fe
cha de publicación se desconoce aún. Si se dispone de los números de pági
na, deben facilitarse según sea necesario. Los libros que no están contrata
dos se tratan como originales inéditos (véase 14.255). En las citas en texto,
en prensa va precedido de una coma. Véase también 14.153.
Publicaciones periódicas
15.43 Publicaciones que prefieren las iniciales en vez de los nombres de los
autores. La lista de referencias de algunas revistas (especialmente de cien
cias naturales) siempre utilizan las iniciales en lugar de los nombres comple
tos. Cuando se emplean puntos, aparece un espacio entre ellos (Wells, H. G.).
K auffm an, Stanley. 1989. R eseña de A D r y W hite S eason (film ), dirigida por
Euzhan Palcy. New R e p u b lic , 9 de octubre, 24-25.
Rodríguez de las Heras, Antonio. 2012. «Digital: M ás oral que escrito». E l P a ís,
15 de septiem bre, h ttp ://socicd ad.clpais.com /socied ad/2012/09/15/actu alidad /
1347729715_45l265.h tm l.
(Dinkel, s.f.)
15.50 Patentes u otros documentos citados por más de una fecha. Las paten
tes y otros documentos que tengan más de una fecha se citan como en el si
guiente ejemplo (nótese que el año de la concesión se repite para evitar la
ambigüedad):
Palmero Díaz, Susana, Emma M uñoz D iez y M7' A ngeles García García. 2000. C el
da de flujo continuo para electroanálisis. Patente. O ficina Española de Patentes y
Marcas, fecha de solicitud 20/08/1999, fecha de concesión 28/06/2000.
15.51 Fecha de acceso a los contenidos de una web. Para citar documentos en
línea sin fecha en una lista de referencias, se utiliza la fecha de acceso en
lugar de s.f. (sin fecha). Véanse también 14.7, 14.245 y 15.41.
José M uñoz-M illanes. 2012. «El pensamiento y la obra de Leopardi», C o n fere n cia s
de la F u n d a ció n Ju a n M arch, 17 de enero, archivo en M P3, http://www.march.
es/conferencias/anteriores/voz.asp,\?id=2823& l=l.
García-Bernalt, Carlos. 1999. La m úsica extrem ada: M ú sica española p a ra tecla de
los sig lo s x v a l xvitl. Verso VRS 2002, 2001, grabado en agosto de 1999, CD.
Freeman, Von. 1972. D o ín ’ it rig h t now. Atlantic SD 1628, 33 rpm.
Esclarecidos. 1996. L a fu e rz a de los débiles. Gasa-Warner CA 821, CD.
López Cobos, Jesús (director). 1984. L o s instrum entos de lu orquesta. Con la Or
questa Filarmónica de Londres. Madrid, Fonogram, dos casetes.
15.55 Cita de textos legales y públicos en el texto. Cuando una obra contenga
pocas citas de documentos legales y públicos, acaso sea posible limitarlas
al texto, según los formatos explicados en la última sección del capítulo 14.
D ich o caso se vin cu la con la dem anda que Piersack presentó contra el R e i
no de B élgica ante el Tribunal Europeo de D erechos Hum anos de Estrasburgo
(n.° 8692/1979).