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VÍNCULO
PADRES-ADOLESCENTES
Por Psi. Luis P. Calmet
Psicoterapeuta
Psicólogo de High School, Colegio San Pedro

PRIMERA PARTE

L
a adolescencia es una eta- Por otro lado, el autocontrol aún no cia de vida y tenemos una combinación
pa fascinante de la vida. se ha desarrollado por completo (y verdaderamente compleja.
Por un lado, el cerebro no terminará de hacerlo hasta, apro-
alcanza un nivel de madu- ximadamente, los 25 años de edad), Por supuesto, no todos los adolescentes
rez que le permite procesar, de for- siendo los cambios emocionales son un “meteorito incandescente” en
ma abstracta, los temas más comple- abruptos y la impulsividad, partes curso de colisión e, incluso, hay algu-
jos de nuestra existencia. Preguntas naturales de esta época. Sumemos nos que pasan esta etapa con relativa
como ¿quién soy?, ¿qué es la felici- a esto, una verdadera ebullición calma, siendo bastante responsables,
dad? o ¿cuál es el sentido de la vida?, hormonal, despertándose completa- claros en sus ideas y, generalmente,
de pronto pasan a ser parte del flujo mente la sexualidad, un fuerte deseo portadores de un ánimo alegre. Pero
de pensamientos del adolescente de independencia y de pertenecer al en líneas generales, la adolescencia le
(por más que a veces no parezca). grupo, así como muy poca experien- trae un gran reto a quien la atraviesa,
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así como a sus padres, considerándo- que deseen. Consiste en asegurar-


se una edad relativamente riesgosa Lo primero a trabajar, para formar nos que siempre se sientan queridos
para el bienestar a corto, mediano un vínculo profundo, es la empatía, y valorados por nosotros, que sepan
y largo plazo de quien la atraviesa. la que requiere que nos pongamos en que no hay nada que puedan pen-
“¿Cómo hacer que mi hija no salga los zapatos de nuestro adolescente. sar, sentir o hacer, que los saque de
embarazada a sus 17 años?” “¿Qué Esto implica que nos olvidemos por nuestro corazón o nuestra vida (sin
hacer para prevenir que mi hijo un rato de nuestro mundo y nos me- con ello ocultarles nuestra pena, te-
pruebe drogas?” “¿De qué manera tamos en el de ellos (desde sus deseos, mor o cólera por sus acciones). Si lo
puedo evitar que se embriaguen y temores e intensidad emocional, hasta logramos, nuestros hijos comenzarán
pongan en peligro sus vidas o las de su música, actividades recreativas y a contarnos, bastante más, acerca del
otros?” Son todas preguntas que me amistades). Podemos comenzar ex- lado oscuro de su realidad, lo que nos
hacen con frecuencia padres de fami- plorando los lugares que frecuentan, permitirá estar realmente enterados
lia y que, para ser sincero, también escuchando un poco de su música, o de qué están viviendo, y así poder
me hago con respecto a mis propios viendo algunos capítulos de sus series, ayudarlos con mucho mayor eficien-
hijos. todo guiado por el espíritu de querer cia a salir de las cavernas mentales o
comprenderlos mejor. Así también enredos de vida en los que se hayan
Luego de conversar con centenares podemos pedirles participar un poco metido. Asimismo, este tipo de amor
de adolescentes en el colegio y de más de estas actividades, por ejemplo es el mayor factor protector para la
sumergirme a profundidad en las engancharnos a su lado con una serie, salud mental, durante la vida de un
mentes de decenas de ellos en mi practicar algún deporte que les guste, ser humano.
consultorio, encuentro que nuestra o acompañarlos a un concierto de su
mejor apuesta para ayudar y pro- banda favorita, tratando con ello de Finalmente, si queremos que nues-
teger a un adolescente, yace en dos genuinamente encontrar un poco del tros hijos nos escuchen, deben de
procesos que debemos emprender gusto que ellos ven en por lo menos poder confiar en nosotros, y no hay
en paralelo: Cultivar un vínculo pro- alguna de estas cosas. Pero quizás el mejor camino para ello, que la au-
fundo con quienes hemos traído al elemento más importante de la em- tenticidad. Esto implica que seamos
mundo, y ponerles reglas saludables. patía, es genuinamente interesarnos sinceros con ellos, sobre nuestras in-
El presente artículo profundizará en por cómo piensan y se sienten y mos- tenciones, pensamientos, emociones
el primero de estos procesos, sin el trarles ese interés con preguntas y ver- y acciones, así como que nos mostre-
cual el segundo difícilmente puede dadera escucha. Esto no debe venir mos como los seres humanos falibles
funcionar. con interrupciones automáticas para que somos (lo que no requiere reve-
impartir nuestros consejos (eso viene larles nuestra vida entera o contarles
Cultivar una relación cercana, con mucho después) o, peor aún, con jui- cosas para las que no estén prepara-
una persona emocionalmente ines- cios hacia sus ideas (y jamás hacia sus dos). Lejos de perder autoridad, ser
table, quien cuestiona con frecuencia sentimientos), sino que simplemente auténticos hará que nuestros hijos
nuestra autoridad, nos acusa a veces debe ser un intento de conocer y en- puedan aprender de nuestros errores,
de querer destruir su vida y que en tender su realidad. Si lo hacemos con motivarse con nuestras historias de
otras ocasiones nos lleva a creer que suficiente perseverancia, paciencia y superación, y, más importante aún,
ha perdido casi por completo su ca- tiempo, nuestros hijos comenzarán a que sientan que pueden confiar en
pacidad de habla (respondiéndonos contarnos de manera más natural, lo nosotros, en lugar de sentirnos hipó-
con monosílabos o sonidos gutura- que les acontece, sintiéndose entendi- critas o figuras inalcanzables.
les), puede ser, por momentos, algo dos por nosotros.
sumamente difícil y frustrante. Sin Cultivar estos tres elemen-
embargo, la alternativa es dejarlos La empatía debe venir siempre acom- tos con nuestros hijos, hará que quie-
a merced de sus hormonas, emo- pañada de aceptación incondicional, ran pasar más tiempo con nosotros,
ciones, impulsos y la fuerte presión la que implica lograr transmitirle a que nos cuenten más sobre su mundo
grupal que los rodea, lo que a la larga nuestros hijos, que piensen, sientan o interno y externo y que confíen en
podría exponer a nuestros hijos, a si- hagan lo que hagan, por más furiosos nuestros consejos. Esto nos permiti-
tuaciones significativamente más di- que nos sintamos al respecto, nuestro rá ayudarlos y protegerlos, bastante
fíciles, frustrantes e, incluso, peligro- amor por ellos jamás temblará. Esto más, durante su paso por la adoles-
sas. Por ello, a pesar de la dificultad, no significa que estemos de acuerdo cencia.
trabajar en la relación con nuestros con todo lo que pasa por sus mentes,
hijos, resulta una tarea fundamental. o que les permitamos hacer todo lo

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